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TEORICO XII

Ernest Hemingway

Cuando Hemingway llegó a París se encontró con Gertrude Stein y le mostró sus
cuentos y sus poemas. Ella descartó los cuentos, le dijo que comenzara de nuevo. Pero
los poemas le gustaron, no tuvo objeciones. Lo mismo sucedió con Pound, quien dio
una opinión favorable de los poemas de Hemingway. Stein calificó a los poemas de
Hemingway “directos y Kiplingueanos”. Kipling, poeta y novelista inglés, premio
Nobel, nacido en la india, fue un gran defensor del imperio.
Entonces, poemas “directos y Kiplingueanos”, de un registro más bien popular, no un
registro lingüístico elevado.
Pound, luego, recordó a Hemingway en uno de sus Cantares, en el XVI. Donde
enumera a los amigos que lucharon en la primera guerra. Hemingway también, en su
momento, se refiere a la generosidad de Pound y escribe: “Ezra Pound, en el resto de su
tiempo, trata de promover la fortuna, tanto material como artística de sus amigos. Los
defiende cuando se los ataca. Hace publicar sus obras en las revistas y los saca de la
cárcel. Les presta dinero, vende sus cuadros, consigue que den conciertos. Escribe
artículos sobre ellos. Los presenta a mujeres acaudaladas. Les hace compañía la noche
entera cuando ve que se están hundiendo………” Esto lo escribe Hemingway en 1952,
más o menos, cuando Pound estaba internado y todo el mundo le había dado la espalda,
incluso toda esa gente a la que había ayudado.
Hemingway siempre escribió poemas, comenzó a hacerlo en su primera adolescencia,
cuando estaba en el colegio, y siguió haciéndolo hasta bien entrada la década del
cincuenta. Esto es algo que no se sabía. Lo mismo sucedió con Cortázar. Hace algunos
años estuve hablando con quien fue su esposa, y esta me contaba que Cortázar escribía
poesía todos los días. Lo que más quería era su poesía, sin embargo no la publicaba.
Los poemas que Hemingway mostró a Stein en 1922 fueron los que se publicaron
gracias a Ezra Pound en la revista Poetry, de la cual hemos hablado ya. Allí Pound quiso
que Hemingway publicara seis poemas, lo cual era una enormidad dado que
Hemingway era un perfecto desconocido, y Poetry era ya una revista muy importante.
Los poemas que publicó en esa revista fueron Tiempo Oleoso, Roosevelt, Riparto
D’assalto (tropa de asalto), ?, Campos de Honor y Encabezamiento de Capítulo. Estos
fueron los seis poemas que se publicaron primero en Poetry y luego en Three Stories
and Ten Poems, con la inclusión de Oklahoma, Cautivos, Montparnasse, Alone with
you. Recordemos que este libro fue publicado en París en 1923.
La característica de estos poemas es su brevedad. Tienen en general ocho versos nada
más. Son de tipo declarativo, asertivo, de carácter imagista: “Las praderas son largas”,
“El humo me hace arder los ojos”, “Algunos llegaron encadenados”, “Las cruces
marcan los lugares”, “El mar grande y viejo”, etc.
Son todos los poemas en verso libre. Algunos usan rima alterna, pero son los menos. El
tema es, en general, la guerra; o la guerra como trasfondo. Todos estos poemas de
guerra muestran una marcada influencia de la poesía inglesa de guerra, sobre todo del
poeta Wilfred Owen.
Son poemas de trinchera: “Los soldados caen, tosen y se crispan” o “Los soldados se
asfixian en una trinchera” (Campos de Honor).
Encontramos en Riparto D’assalto un grupo de camiones de tropa de asalto italianas
que marchan a su muerte.
En Cautivos vemos una procesión de refugiados en el norte de Italia durante la primera
guerra.
Encontramos, también, en estos poemas referencias autobiográficas. En el poema
Fuegos de las ametralladoras, él hace mención a una máquina de escribir marca
“Corona”, que le regaló su esposa Ashley para su cumpleaños, en 1921, cuando él
cumplió veintidós años. Por lo general él prefería escribir a mano, porque decía que
escribir a máquina era demasiado fácil y además era muy tiránico. Cuando uno escribía
a máquina no se podía borrar y a uno le daba lástima corregirla porque había que borrar
todo. Entonces uno lo pasaba por alto, y así se han editado una serie de mamarrachos
sujetos a la tiranía de la máquina de escribir.
Montparnasse, trae, en broma, la preocupación excesiva de Hemingway por el suicidio.
Había una pose en Montparnasse, donde vivían muchos artistas y bohemios que jugaban
a la muerte, jugaban al suicidio como pose. Heredaban algo todavía del Dandy.
Hemingway se refiere en el poema a estas personas que se estaban suicidando pero no
morían. Dice el poema: “Nunca hay suicidios entre la gente que uno conoce / no hay
suicidios exitosos / en cambio, un muchacho chino se mata y muere / un muchacho
noruego se mata y muere / encuentran a una modelo muerta sola en la cama y muy
muerta / aceite dulce, clara de huevo, mostaza y agua, lavaje de estómago rescata a la
gente que uno conoce / todas las tardes uno encuentra a la gente que conoce en el café”.
Si bien presenta el suicidio como motivo de broma, es interesante destacar que el tema
del suicidio marca una constante en toda la vida de Hemingway.
“Conjuntamente con la juventud”, trae la referencia a un puercoespín que él mató a los
trece o catorce años, innecesariamente, junto con un amigo, y el padre les enseñó que no
debían matar por matar. Esto marcaría más adelante a Hemingway en el sentido de que
él tenía un código que siguió siempre. Un código para la pesca y la caza. Por ejemplo,
jamás se le debía disparar a un animal desde un jeep, es decir, había que bajarse y
enfrentar al animal, esperar a que este cargara contra uno y entonces dispararle
mirándolo a los ojos. En la pesca, jamás debía quedarse con un pez pequeño, sino que
debía devolverlo al agua. Son códigos que luego penetrarán en todos los aspectos de la
vida de Hemingway.
Entonces, luego de haber matado al puercoespín, el padre de Hemingway lo obligó a
comer el animal.
Estos poemas tienen pocos adjetivos. Son poemas desnudos, carentes de ornamentación.
Tienen muy pocos elementos. En Oklahoma, por ejemplo, hay dos colores, gris y
marrón, que dominan el poema. El gris aplicado al humo. El marrón aplicado al pasto
quemado. Cautivos, tiene “sin arrepentirse” y “cansado”. Pero en Riparto D’assalto,
utiliza cinco adjetivos para referirse a las prostitutas: “tibia”, “suave”, “somnolienta”,
“acogedora”, “encantadora”. Esto es importante porque necesita definir la vitalidad
frente a la muerte en la guerra, a la marcha de los camiones al frente de batalla: “gris”,
“frío”, “penoso”, “amargo”, “sombrío”.
Las imágenes en Hemingway son muy concretas, logra generar una atmósfera sombría,
depresiva, en los poemas de guerra. Por el contrario, las metáforas son muy escasas;
todo esto es característico del Imagismo.
Sin embargo, hay un poema Tiempo Oleoso que, en realidad, es una metáfora
expandida. Habla de “barcos que surcan el mar”, pero en realidad es una metáfora del
acto sexual, como prueba el recurso lingüístico, con palabras como: “El mar desea
perforaciones profundas”. El mar se bambolea de amor. Pero esto es casi excepcional,
como en el cuento Up in Michigan que está cargado de connotaciones sexuales, hay
descripciones del acto sexual. Esto no es común en Hemingway, no es un escritor que
haga descripciones de ninguna clase.
Esto es algo que sí veremos en Faulkner, donde encontramos descripciones detalladas,
horrendas en algunos casos, de el acto sexual, como en Santuario, por ejemplo.
Bien, en estos poemas Hemingway utiliza recursos retóricos como la epífora, anáfora,
repetición de palabras. En Riparto D’assalto utiliza cuatro epíforas. El poema tiene
dieciséis versos, y en nueve de ellos utiliza epíforas.
También utiliza lo que se llama complexio, que es la epífora y la anáfora combinadas.
Entonces, estos versos, como todo en Hemingway, son prueba del cuidado con que él
fabricaba su escritura; cuánto revisaba y cuánto corregía su escritura. Utilizaba otros
recursos como el paralelismo, el contraste.
Encontramos la relación de la guerra con la escritura, el paralelo de las armas de guerra
y el traqueteo de la máquina de escribir, como si la escritura, el hecho de escribir, fuera
en realidad una especie de batalla.
Los molinos de los dioses mueren despacio / pero este molino charla el mecánico
staccato / crea breve infantería de la mente que avanza en terreno difícil / hace de esta
corona su fuego de ametralladora. La corona refiere a la máquina de escribir.
La ironía está siempre presente en Hemingway, y está claramente presente en el poema
Oklahoma. El nombre mismo del poema es indio. Oklahoma era un estado indio. Okla,
quiere decir gente, pueblo, y Homa quiere decir rojo, es decir, Pueblo Rojo.
Tiene una historia Oklahoma. En el siglo XIX, los estados del viejo sur presionaron al
gobierno federal para que se reubicaran cinco tribus que vivían allí en el sur. Los
Cherokees, los Chikasaws, etc. Ellos perturbaban la paz con rebeliones continuas.
Entonces, estas tribus fueron enviadas a este estado de Oklahoma, el estado de la nada,
era tierra de nadie. El gobierno les aseguró que Oklahoma sería tierra india mientras
creciera el pasto y crecieran los animales. Esto no fue así, la construcción de las vías
férreas hizo desparecer a los búfalos, que eran la comida de los indios. Luego se
hicieron campañas de pacificación cuyo saldo fue el exterminio de estas tribus.
Oklahoma es un poema de protesta. Hemingway siempre tuvo una relación cercana con
los indios. El se había criado pacíficamente con los indios en el norte de Michigan. Su
primera experiencia sexual fue con una india, que aparece en uno de sus cuentos pero se
lo endilga a Nick.
El pasto se ha puesto gris en el verano. Está haciendo referencia a la promesa del
gobierno de respetar a los indios como dueños de la tierra mientras creciera el pasto.
Esto no sucedió, por eso la referencia al pasto gris en verano. El poema comienza: De
repente todos los indios se habían muerto / un indio bueno es un indio muerto.
Hemingway da voz a una protesta personal por la política de exterminio de los estados
unidos en ese tiempo.
Hay otro poema que es político, también, Roosevelt. Roosevelt fue un presidente muy
popular, pero el le saca un poco la careta. El pueblo veneraba a Roosevelt como un
ídolo.
Es importante que lean estos poemas, es otra faceta de Hemingway. Es interesante para
ver la influencia de Pound en estos poemas, aunque los intereses de Hemingway y los
de Pound no eran de ningún modo parecidos.
Bien, de este libro, Three Stories and ten Poems, me he referido a dos de las historias:
Up in Michigan y Out of Season, hay una tercera que es My Old Man, a la que pueden
enfrentarse ustedes solos, ya que ahora tienen las armas para enfrentarse a Hemingway.
En 1925, Hemingway publica In Our Time, su segundo libro, en París. Esta edición
contiene quince cuentos, que en realidad son trece teniendo en cuenta las dos partes de
Río de Dos Corazones, de los cuales siete son sobre Nick Adams, tres son sobre las
relaciones entre marido y mujer (Out of Season , Cat in the Rain y Mr. And Mrs. Elliot).
Luego, My Old Man y Soldier’s Home, que bien podría ser sobre Nick Adams pero no
lo es; es sobre un soldado que vuelve de la guerra y se siente alienado, en conflicto con
la sociedad burguesa del pueblo al que pertenece.
El título, In Our time, proviene del libro de las oraciones diarias de la iglesia anglicana.
Es un uso irónico el que hace Hemingway de esta frase, recordemos “Danos paz, señor,
en nuestro tiempo”. Este título resultará doblemente irónico; en primer lugar, por la
primera guerra mundial, y más tarde por el comienzo de la segunda guerra mundial. El
primer ministro inglés sacó un slogan: “Paz a toda costa”, y utilizó este slogan para
permitir que Hitler se apoderara de Checoslovaquia. Es decir, con tal que no hubiera
guerra le regaló la torta a Hitler.
Bien, veamos un poco En el muelle de Esmirna. En 1922, Hemingway fue como
reportero del Toronto Starr a Constantinopla a cubrir la guerra Greco-Turca. Esta viñeta
la situamos hacia fines de la guerra, en agosto de 1922. Los turcos han lanzado una gran
ofensiva para expulsar a los griegos de Anatolia, y la ofensiva termina con la ocupación
y el incendio del puerto de Esmirna. Hemingway utiliza un punto de vista muy
interesante porque es un narrador en primera persona, pero está relatando lo que otra
persona le ha contado, lo que un partícipe de la guerra le ha contado. Este partícipe es
inglés, como demuestra el relato, porque está lleno de modismos y expresiones inglesas.
Este registro lingüístico, artificial, le da una impronta irónica al relato. El relato es
terrible, describe horrores, pero presenta a este inglés como completamente insensible.
Esta viñeta será de gran importancia para los posteriores relatos de Hemingway porque
introduce una serie de temas que se repetirán en todas las otras historias: la violencia, la
guerra, la muerte. Se produce un contraste entre el horror que se describe y la manera
ligera, despreocupada, exagerada y artificial en que se describe, al utilizar un inglés
cargado de manerismos, sobre todo para el lector estadounidense.
Esta es una manera no sólo irónica sino también cínica de tratar el dolor y el
sufrimiento. Hemingway ha aprendido esta lección de Mark Twain. Hemingway dice
que toda la literatura estadounidense moderna proviene de un libro de Mark Twain
titulado Adventures of Huckleberry Finn. Esta ironía es constante en Huckleberry Finn,
que es un chico analfabeto que dice verdades pero sin darse cuenta de que las está
diciendo. Es tan inocente que utiliza un lenguaje de este tipo, que establece un marcado
contraste con la situación terrible que recibe.
Bien, volviendo, este oficial inglés dice, por ejemplo, que los griegos eran “buenos
muchachos”, pero lo dice para contar que les quebraban las patas delanteras a las mulas
y las dejaban morir para que nadie las usara. El está siendo irónico, pero esta ironía
resulta terriblemente chocante. La temática es espantosa. La actitud del oficial es
burlona. El relato se abre con “los gritos de las mujeres parturientas”, y se enfatizan
esos gritos, se repite tres veces en los primeros cinco renglones.
Todo este escenario, sobre todo la imagen de las mulas, le dieron un efecto terrible a
Hemingway, porque lo repite en Las Nieves de Kilimanjaro; donde el protagonista
menciona a los turcos, a esta guerra, y recuerda cosas en las que no quiere pensar. Este
es un recuerdo indeleble para Hemingway. Luego, en Muerte en la tarde una anciana le
dice que ya habló de las mulas, que ya no tiene que hacerlo; esto lo encontramos en el
capítulo dos de esa novela.
Bien, este prólogo, este relato que abre In Our Time, toma como un balance en el
último, en la última viñeta, L’envoi, donde aparece el rey de Grecia y se establece una
tensión especial con la realidad de una guerra donde se ha perdido una gran cantidad de
vidas. Luego de la guerra ha habido un golpe de estado y al rey lo hacen prisionero
junto a su mujer. En esta última viñeta, a la que me referiré luego, se habla de pavadas,
hay una conversación cortés, fuera de lugar, donde el lenguaje disminuye el nivel de lo
trágico, de lo desagradable.
Bien, entre los cuentos que componen In Our Time encontramos estas viñetas que él
llama Capítulos. No deben ser considerados introducciones a los cuentos, ni deben ser
vistos como secundarios. Son el contexto esencial a la luz del cual deben leerse los
cuentos. Hemingway mismo describe la función de estos Capítulos en una carta que le
escribe a Edmund Wilson: “Estas viñetas o capítulos son miniaturas o interchapters
(entre capítulos). Es la manera en que deben publicarse, entre capítulos, para dar la
imagen del total antes de examinarlo en detalle”. De modo que estas viñetas dan la
imagen total del libro, y luego habrá que examinarlas en detalle.
Muchos de estos capítulos utilizan la estrategia del reportaje periodístico, que
Hemingway había aprendido y dominaba. Otros están formados por oraciones de
estructura simple o coordinada, breves, con palabras repetidas, que ya marcan la
influencia tanto de Pound como de Gertrude Stein; y serán la marca final del primer
estilo de Hemingway.
Retomemos esta viñeta llamada L’envoi, es decir, el envío, es una frase que Hemingway
toma de la poesía. L’envoi, es la estrofa final de una antigua forma poética francesa muy
popular en los siglos XIV y XV, que consistía de tres estrofas y un L’envoi, es decir,
una especie de coda, que podía ser un refrán o una forma de epílogo que cerraba la
secuencia; y que también cierra la secuencia de esta compilación de cuentos e
interchapters.
Bien, este L’envoi, en In Our Time, es una viñeta irónica, de un narrador anónimo que
entrevista al rey de Grecia. El rey y la reina estaban ambos prisioneros en su propio
palacio. El Rey era Jorge II, el año 1922.
Jorge II era un rey muy afable, muy bien educado, pero totalmente inepto y cínico. El
periodista los visita en el jardín, donde los reyes se encuentran trabajando entre las
plantas. La viñeta es irónica por varias razones; parece la visita de alguien que va a
tomar el té; la escena es gentil, muy amena, luego de la matanza y de la guerra. Estos
reyes reciben al periodista de una manera muy agradable y correcta pero totalmente
fuera de lugar. Estas personas no eran de ninguna manera inocentes.
Entonces, esta viñeta debe leerse en relación, conjuntamente con la primera En el
Muelle de Esmirna.
Aquí el Rey hace un par de comentarios. Primero se lamenta de que Kerensky, uno de
los principales cabecillas de la revolución roja, no hubiera matado a suficiente gente
porque las cosas hubieran sido distintas. Esto es una ridiculez porque lo que hubiese
sucedido en Rusia no habría afectado en nada a Grecia. Toda esta viñeta, entonces, es
irónica. La ironía final es que el rey, como todos los reyes, quería ir a los estados unidos
y quedarse allí.
Bien, entonces hemos visto un libro encuadrado o enmarcado por dos viñetas que tienen
que ver con Grecia, con la guerra greco-turca; que tiene que ver con la violencia, con
una profunda carga irónica, en gran parte mostrada por el lenguaje, que va a dar el
contexto de lo que vamos a encontrar en todos estos cuentos, que son cuentos en su gran
mayoría iniciáticos, en especial para el joven Nick Adams, iniciación en las
experiencias negativas de la vida, en el dolor, en la injusticia, en la soledad, el desamor.
Un crítico árabe acuñó el término des-iniciación para referirse a estos cuentos.
Entonces, podemos agrupar las viñetas. Tenemos dieciséis viñetas, muchas de factura
Impresionista. Pueden ser agrupadas en tres grande grupos. El primero incluiría cuatro
capítulos, que comprende los siete primeros y L’envoi, que son acerca de la guerra, el
frente de batalla o referidos a la guerra. El segundo grupo comprende desde el capítulo
nueve al catorce inclusive, que tienen que ver sobre el torero. El tercer grupo, el capítulo
ocho y quince, tienen que ver con el crimen, generalmente el crimen organizado, el
crimen de mafias.
Entonces, guerra/violencia, toreo/violencia, crimen organizado/violencia. Es así como
es la paz “en nuestro tiempo”.
En la corrida de toros hay violencia pero se impone un orden ritual, hay reglas que
deben obedecerse; mientras que en la guerra y el delito prevalece el desorden. El toreo
es violencia controlada, es una imposición del orden sobre la muerte; y el hombre
arriesga la vida por propia elección, es libre, cosa que no sucede con el soldado en la
guerra. El torero flirtea con la muerte en un esfuerzo por controlarla, con gracia y según
reglas estéticas comparables a las que rigen en el ballet. Mientras que en la guerra y el
delito son caos impuestos, por gobiernos o mafias.
Entonces, en Hemingway domina la violencia. El mundo de Hemingway es un mundo
violento.
En cuanto al toreo, Hemingway dice en Muerte en la Tarde, que no es como una
tragedia en un teatro, porque al final de una tragedia los cadáveres se ponen de pie y
salen a tomar una copa. En el toreo no. Tiene lugar en una plaza abierta bajo el sol
ardiente, por eso Muerte en la tarde. Contiene las propiedades básicas de la vida: la
violencia, el sufrimiento, la muerte. Pero impone un orden, al contener todo esto dentro
de la forma del ritual, y hacer que el torero arriesgue su vida con coraje y gracia bajo
presión, que Hemingway extiende a una postura en la vida; es decir, en la vida todos
tendríamos que mostrar una actitud de gracia bajo presión, porque la vida es dura. Lo
mejor que se puede hacer es vivir con estilo, con gracia; lo que nos daría cuota de
estoicismo necesaria para enfrentar la vida.
En esta secuencia de seis viñetas sobre el toreo veremos un juego de oposiciones:
cobardía/coraje, vida/muerte, éxito/fracaso, gracia/torpeza.
La primera de estas viñetas es el capítulo nueve. Es interesante ver aquí la sintaxis
paratáctica que utiliza. Encontramos diecisiete veces el conector “y”. Este capítulo
destaca el peligro real y los requisitos inflexibles que debe respetar el torero.
En una corrida hay seis toros y tres toreros, es decir, dos toros por torero, y hay que
matarlos a todos. En esta viñeta, el primer toro ha corneado a dos toreros, ha dejado a
dos toreros fuera de servicio. El tercer torero debe enfrentarse a la tarea de matar cinco
toros, no tiene opción, esas son las reglas y debe cumplirlas sin quejas: “En el último
toro estaba tan cansado que era incapaz de clavarle la espada. Apenas podía levantar el
brazo. Lo intentó cinco veces. El público guardó silencio porque era un buen toro y
parecía que habría de ser o el toro o él. Al final lo consiguió, se sentó en la arena y
vomitó. Le echaron la capa por encima mientras el público vociferaba y lanzaba objetos
al ruedo”.
Esta es una viñeta muy eficaz, porque nos hace ver lo que es una corrida de toros. El
lenguaje ya no es un estadounidense coloquial. Aquí ya no hay ironía en el uso del
lenguaje.
La siguiente viñeta, la décima, consiste de nueve oraciones coordinadas; nuevamente
con el uso de la conjunción “y”. Resume aquí las condiciones básicas del torero, y
enfoca hacia el detalle más repulsivo, en este caso la muerte del caballo, que era una
víctima inocente del sacrificio del mundo: “La sangre manaba por entre las patas
delanteras del caballo. El animal se balanceaba nervioso porque el toro no se decidía a
envestir”.
Las dos viñetas siguientes, once y doce, contrastan a dos toreros. En la once es tan
incompetente que la multitud le corta la coleta, que era lo peor que podía hacérsele a un
torero; y luego se va a un café y se emborracha. En este capítulo hay catorce usos de la
conjunción “y”.
En el capítulo doce, torero mata al toro con valor, con arte y con gracia y otorga
dignidad y altura al ritual del toreo. Aquí es una voz narrativa en tercera persona que se
dirige al lector, lo arrastra a su lado. El estilo ha cambiado acá, es un estilo más
complejo en su sintaxis. El final del capítulo es un poema imaginista. Es un cuadro
propio de Goya, Hemingway ha visto los cuadros de Goya y están aquí; es más, algunas
de estas viñetas fueron escritas antes de haber presenciado una corrida de toros. Las
palabras repetidas son: torero / toro / espada / multitud / sangre.
El torero es Nicanor (?), era el favorito de Hemingway. Hemingway dio a su hijo el
nombre John Nicanor Hemingway.
Las dos viñetas finales acerca del torero, trece y catorce, forman una especie de coda del
tema. En la trece el narrador es el torero mismo, que tiene tanto miedo de lo que debe
enfrentar en la arena, que trata de evadirse emborrachándose y bailando en una fiesta.
En la catorce, la narración es en tercera persona. El torero muere; entonces, no sólo los
toros y los caballos mueren, sino que aquí muere el torero. Encontramos oraciones muy
breves, como las de reseña periodística.

La clase que viene seguiremos con las viñetas que restan y comenzaremos con Pound.

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