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La justicia peruana
en un país multicultural
Justicia Justicia
Ordinaria Consuetudinaria
La justicia peruana en un país multicultural
E D I T O R A J U R Í D I C A G R I J L E Y
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La justicia peruana en un país multicultural
Orlando Velásquez
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Orlando Velásquez
Diseño y diagramación
Veronica Huamalí Gastelu
Nora Meneses Rodríguez
Composición e impresión
Editora y Librería Jurídica Grijley E. I. R. L.
Jr. Azángaro 1075, Lima
Tlf.: 337-5252
ediciongrijley@gmail.com
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La justicia peruana en un país multicultural
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La justicia peruana en un país multicultural
Índice
Prólogo........................................................................................... 15
Introducción................................................................................... 21
Capítulo I
EL ESTADO Y EL ORDEN SOCIAL EN LA HISTORIA
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Índice
Capítulo II
LA POBLACIÓN ORIGINARIA DEL PERÚ NO OFICIAL
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Capítulo III
INTERCULTURALIDAD Y JUSTICIA ESPECIAL
Capítulo IV
LA RONDA CAMPESINA EN EL PERÚ
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Índice
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Capítulo V
LOS DOS MUNDOS DE LA JUSTICIA PERUANA
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Índice
Capítulo VI
LA JUSTICIA PLURINACIONAL EN EL PERÚ
Conclusiones.................................................................................. 385
Bibliografía..................................................................................... 391
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Prólogo
Prólogo
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Luis Millones
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Prólogo
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Luis Millones
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Prólogo
Luis Millones
Profesor emérito de la
Universidad Nacional
Mayor de San Marcos
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Introducción
Introducción
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Orlando Velásquez
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Introducción
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Orlando Velásquez
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Introducción
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Capítulo I
EL ESTADO Y EL ORDEN
SOCIAL EN LA HISTORIA
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Contexto prehistórico
La sociedad peruana ha seguido la misma evolución que tuvo
la sociedad en los diferentes continentes, con las particularidades
propias de este continente. Para arqueólogos e historiadores, el
problema central para encontrar con relativa exactitud la evolu-
ción de pueblos y naciones radica en la carencia de una escritura
convencional como ocurrió en el viejo mundo y otras latitudes
que dan cuenta de su pasado a partir de los símbolos gráficos que
nos informan de sus hechos y realidades en importantes manus-
critos o vestigios graficados de manera secuencial que han conser-
vado y han transmitido su desarrollo a la posteridad.
A pesar de la dificultad anterior, los arqueólogos han encon-
trado importantes elementos que han permitido construir o re-
construir nuestro hermoso pasado, recurriendo al legado cultural
en sus diferentes manifestaciones: la cerámica, que con sus colo-
res, formas, expresiones, pasajes cotidianos, místicos, de poder,
etc., nos ofrece una visión de la vida y la estructura de sus colecti-
vidades. La arquitectura, cuyo prodigio hasta ahora no ha podido
explicarse ni replicarse, constituye elementos muy importantes
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El Estado preincaico
En línea de sucesión, los Estados mencionados anteriormente
constituyen la expresión objetiva de su organización con institucio-
nes capaces de garantizar su fortaleza, en la cual el sistema de jus-
ticia fue determinante, por cuanto la garantía del orden, a partir
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Imperio
Estados Horizontales
Rancha Kalasasaya
D. C. - Salinar Huarás
Formativo Ancón Paracas Chupas Chiripa
O- A. C Cupisnique Chavín
Wichqana Wankarani
Agricultores
Aldeanos
1000
Huaca Paraíso Otuma
5000 Arcaico ? Cachi Piki ?
Prieta Encanto Chilca
10 000
Recolectores
Canario Jaywa
Cazadores
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Capítulo II
LA POBLACIÓN ORIGINARIA
DEL PERÚ NO OFICIAL
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Filosofía
A lo largo del tiempo, el término «filosofía» ha cambiado en
cuanto al quehacer de la humanidad. Sin embargo, esta categoría
respondió a la circunstancia histórica en la cual el conocimiento
evoluciona marcando el punto de quiebre, cuando diferenciamos
al pensamiento empírico y al conocimiento científico. Aquí la fi-
losofía se ubica como la madre de la ciencia, el punto de partida
del pensamiento científico. Por ello, la definición que ensaya la
mayoría de estudiosos ubica a la filosofía como «La Madre de la
Ciencia». Igualmente, otros la consideran como «La Ciencia de
las Ciencias». Esta definición responde a que la filosofía es con-
siderada como el principio del conocimiento científico y, por lo
tanto, el inicio y el desarrollo de las ciencias en el universo. Otros
filósofos, como Ortega y Gasset, consideran a la filosofía como
el estudio radical de la totalidad del universo. Esta definición
responde a que la filosofía se convierte en la sistematización ra-
cional del conocimiento, a partir de su abstracción y análisis.
Asimismo, el término «totalidad» está referido a la generalidad,
debido a que los estudios filosóficos tienen el mayor nivel de
generalización de la realidad y la naturaleza. Igualmente, cuan-
do se refiere al universo, la filosofía comprende el conjunto de
conceptos y categorías que analizan y concluyen en un todo, en
la universalización de los resultados.
Cosmovisión
Esta categoría responde también a la filosofía, a partir de las
concepciones y generalizaciones que tienen las personas acerca
del mundo que los rodea, su relación con el universo, teniendo
en los fenómenos naturales, el agua y la tierra, su estrecha vin-
culación con los astros y las leyes de sus respectivas divinidades.
Siendo la cosmovisión una filosofía, aquella responde a la visión
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La comunidad campesina
Este conjunto de poblaciones originarias se ubica mayormente
en los territorios andinos y altoandinos de nuestra cordillera de los
Andes, aunque también existe una considerable cantidad en la cos-
ta peruana, que también es representativa de la tradición cultural
que recoge desde etapas ancestrales en nuestra sociedad peruana.
La comunidad campesina estuvo más cerca de los procesos de con-
quista en los tiempos coloniales y en la posterior etapa republicana,
de barbarie y atropello a la población y a sus tierras. Por esta razón,
el saqueo y el exterminio, por obra del poder y el afán de riqueza,
forman parte de su historia y la constante lucha por la supervivencia.
El problema del saqueo, su permanente lucha por la defensa
de su territorio y la defensa de sus tierras, al igual que el de la co-
munidad nativa, fue una constante. En esta parte, corresponde ca-
racterizar a los actores comunales, la resistencia permanente fren-
te a la agresión y a su visión de país, a partir de las civilizaciones
precolombinas, la Nación que buscaron reconstruir, participando
en la resistencia permanente frente al Virreinato en las rebeliones
de indígenas y en la guerra por la emancipación de la Colonia.
Asimismo, la defensa de la tierra, su recuperación y, en las últimas
décadas, la titulación y reconocimiento de sus comunidades.
En mi anterior trabajo sobre La comunidad campesina en el
Perú, se expresa al respecto:
La historia da muestras claras del papel que ha cumplido la
comunidad en el Perú. El exterminio de la población indí-
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alguien decía una segunda acción de los aimaras, sería triste, la-
mentable, es más se está voceando de que nos estaríamos yendo a
una huelga nacional indefinida, todos los indígenas del Perú, los
amazónicos, los andinos, las comunidades de la costa. Sería un
conflicto social que habría que tomar en cuenta qué mecanismos,
dónde, cómo comprobar las cosas, porque no es solo acudir, sino
dentro de todo el espacio de reconocimiento y respeto consuetu-
dinario y al carácter del poblador indígena, y ojalá no se dé estos
hechos porque perjudica, en esos paros hay a veces represalias
policiales y como se dice que no se debe violentar.
Pero qué está pasando con Tía María no más, hemos visto
cual es el trato que reciben los manifestantes, es algo inhumano;
entonces, no queremos, personalmente no deseo que ocurra, si
no se apertura espacios de diálogo permanente con las organiza-
ciones de ambos mecanismos, si es que efectivamente se demues-
tra también un hecho lamentable, que caiga a quien caiga el peso.
Ahí no vamos a salir nosotros indefensos, el que se lo merece que
se lo merezca, pero no un tercero pagando culpa por los prime-
ros, por eso me queda un poco de incertidumbre. Mientras no
se da una explicación pensamos que nos están criminalizando,
mientras no hay una respuesta pensamos que es una situación de
persecución política, tal vez porque ha ganado bastante empatía,
ha ganado una fuerza de vida, en todo caso que puede pasar, si
Anduviri apuesta por algún candidato nacional en las siguientes
elecciones, es seguro el candidato fijo a ganador. Entonces, me
parece se torna un tanto como una fuerza política para el Estado,
para el sistema mismo no le conviene. Entonces, qué hay que ha-
cer, hay que ver otros mecanismos a efectos que no se pronuncie,
que no salga esa fuerza y que sigan gobernando. Que gobierne
quien gobierne, pero queremos gobierne con el pueblo y para el
pueblo, y no para los intereses trasnacionales.
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¿Por qué cree que los magistrados aún ven desde arriba hacia
abajo a los dirigentes, autoridades de la justicia consuetudinaria?
Lamentablemente, uno por desconocimiento, otro es que se
sujetan al poder político, no hay imparcialidad como debe ser,
como establece la ley. Entonces, deciden lo que el poder político
ordena, lo que el poder político dice lo que tienen que hacer, eso
se ve hoy en día, lo vemos nuestros dirigentes, que están penali-
zados y otros encarcelados, lo mismo ocurre en Chile. O sea, son
países que todavía estamos en proceso, hoy en día no se cumple
lo que debería de cumplirse, como los derechos ganados en el
Convenio 169, no se ejecuta en su totalidad, en algunos casos si se
da, en algunos casos no; entonces, esta es la situación, por eso le
decía a nuestro pueblo que nuestra comunidad resiste ante este
avasallamiento coloniaje, que aún sigue profundizado cada vez
más y para nosotros los pueblos indígenas no ha terminado el
proceso colonial todavía continua.
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COMUNIDADES NATIVAS:
UBICACIÓN Y EXTENSIÓN TERRITORIAL
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Tabla 1
Registro de comunidades nativas en el Perú
Ayacucho 5 1 4 - 13,9951
Huánuco 14 8 5 1 85 637,9826
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
Tabla 2
Departamento de Amazonas
Bongora 1 - - 1 -
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
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Tabla 3
Departamento de Ayacucho
Huanta 2 1 1 - 13,9951
La Mar 3 - 3 - -
TOTAL 5 1 4 0 13,9951
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
Tabla 4
Departamento de Cajamarca
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
Tabla 5
Departamento de Cusco
Paucartambo 2 2 - - 39 775,0000
Quispicanchi 1 1 - - 37 015,0000
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
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Tabla 6
Departamento de Huánuco
TOTAL 14 8 5 1 85 637,9826
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
Tabla 7
Departamento de Junín
Chanchamayo 51 49 1 1 26 601,8400
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
Tabla 8
Departamento de Loreto
Datem del
183 89 73 21 1 472 553,6603
Marañón
Mariscal Ramón
120 63 50 7 460 726,4858
Castilla
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
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Tabla 9
Departamento de Madre de Dios
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
Tabla 10
Departamento de Pasco
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
Tabla 11
Departamento de San Martín
Bellavista 3 - 3 - -
El Dorado 15 4 11 - 12 341,5600
Huallaga 2 - 2 - -
Lamas 44 10 33 1 58 133,0500
Mariscal Cáceres 1 - 1. - -
Picota 1 - 1 - -
Rioja 4 4 - - 26 188,9900
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
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Tabla 12
Departamento de Ucayali
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA, Instituto del Bien Común.
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COMUNIDADES CAMPESINAS:
UBICACIÓN Y EXTENSIÓN TERRITORIAL
— Estadística total de las comunidades campesinas reconocidas
y tituladas, reconocidas por titular y por reconocer y titular.
— Tabla resumen por departamento de las comunidades cam-
pesinas reconocidas y tituladas, reconocidas por titular y por
reconocer y titular.
• Departamento de Amazonas
• Departamento de Áncash
• Departamento de Apurímac
• Departamento de Arequipa
• Departamento de Ayacucho
• Departamento de Cajamarca
• Departamento de Cusco
• Departamento de Huancavelica
• Departamento de Huánuco
• Departamento de Ica
• Departamento de Junín
• Departamento de La Libertad
• Departamento de Lambayeque
• Departamento de Lima
• Departamento de Loreto
• Departamento de Madre De Dios
• Departamento de Moquegua
• Departamento de Pasco
• Departamento de Piura
• Departamento de Puno
• Departamento de San Martín
• Departamento de Tacna
• Departamento de Ucayali
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Tabla 13
Registro de comunidades campesinas
Madre de Dios 1 - - 1 -
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Tabla 14
Proceso de inscripción de las
comunidades campesinas en los registros públicos
Reconocidas: 1926-1991 Reconocidas: 1992-1998
N.° T.
N.° Departamentos N.° FAMILIAS
C. C.
N.° C. C. Inscritas Por Inscribir N.° C. C. Inscritas Por Inscribir
1 Amazonas 52 27 006 50 49 1 2 1 1
4 Arequipa 99 65 448 84 67 17 15 10 5
10 Ica 9 985 8 8 - 1 1 -
13 Lambayeque 25 48 344 24 15 9 1 1 -
15 Loreto 65 5082 2 2 - 63 54 9
16 Madre De Dios - - - - - - - -
17 Moquegua 75 7120 60 35 25 15 14 1
18 Pasco 73 39 796 72 42 30 1 1 -
21 San Martín 1 50 - - - 1 1 -
22 Tacna 46 3077 46 43 3 - - -
23 Tumbes - - - - - - - -
24 Ucayali - - - - - - - -
Nivel Nacional 5666 1 041 587 5028 3871 1157 638 455 183
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Tabla 15
Departamento de Amazonas
Bagua 2 2 - - 48 397,40
Bongará 11 10 1 - 162 838,73
Chachapoyas 23 23 - - 360 230,42
Luya 17 17 - - 120 451,08
Utcubamba 1 - 1 - -
TOTAL 54 52 2 - 691 917,63
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 16
Departamento de Áncash
Aija 11 11 - - 40 750,31
Antonio Raymondi 4 4 - - 22 839,79
Asunción 5 5 - - 2 871,21
Bolognesi 37 34 3 - 234 846,04
Carhuaz 14 14 - - 31 841,08
Carlos Fermin
13 13 - - 22 160,98
Fitzcarrald
Casma 2 2 - - 6 394,30
Corongo 11 10 1 - 50 000,83
Huaraz 32 29 3 - 99 037,09
Huari 47 46 1 - 125 411,11
Huarmey 5 5 - - 33 144,82
Huaylas 29 29 - - 98 325,46
Mariscal Luzuriaga 14 13 1 - 17 687,71
Ocros 13 13 - - 179 889,45
Pallasca 15 11 4 - 106 136,38
Pomabamba 28 26 2 - 49 049,85
Recuay 19 19 - - 366 412,12
Santa 10 8 2 - 89 960,69
Sihuas 25 22 3 - 85 168,99
Yungay 17 17 - - 62 540,53
TOTAL 351 331 20 - 1 724 468,75
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Tabla 17
Departamento de Apurímac
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 18
Departamento de Arequipa
La Unión 23 20 3 - 56 438,81
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Tabla 19
Departamento de Ayacucho
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 20
Departamento de Cajamarca
Cajabamba 7 5 2 - 8 993,53
Cajamarca 35 27 8 - 31 217,29
Celendín 7 5 2 - 15 347,86
Chota 12 7 5 - 7 432,50
Contumaza 9 7 2 - 66 537,18
Cutervo 7 6 1 - 16 032,42
Hualgayoc 5 5 - - 18 593,25
Jaén 4 4 - - 74 839,62
San Ignacio 6 6 - - 73 528,54
San Marcos 2 2 - - 5 014,30
San Miguel 8 5 3 - 50 933,70
San Pablo 4 4 - - 14 446,64
Santa Cruz 5 5 - - 12 826,35
TOTAL 111 88 23 - 395 743,19
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Tabla 21
Departamento de Cusco
Acomayo 42 37 5 - 88 165,12
Cusco 46 42 4 - 42 837,50
Urubamba 47 29 18 - 56 674,65
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 22
Departamento de Huancavelica
Acobamba 64 58 6 - 83 314,48
Churcampa 85 71 14 - 81 460,19
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Tabla 23
Departamento de Huánuco
Huacaybamba 4 2 2 - 4 376,16
Lauricocha 20 14 6 - 86 458,76
Leoncio Prado 1 - 1 - -
Marañón 12 9 3 - 63 250,49
Pachitea 9 4 5 - 14 673,37
Puerto Inca 8 - - 8 -
Yarowilca 32 26 6 - 62 730,17
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 24
Departamento de Ica
Chincha 4 1 3 - 72 444,65
Palpa 1 1 - - 23 467,00
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Tabla 25
Departamento de Junín
Chupaca 28 26 2 - 57 890,59
Junín 15 10 5 - 50 601,54
Satipo 1 - 1 - -
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 26
Departamento de La Libertad
Ascope 4 2 2 - 31 339,68
Bolivar 12 12 - - 97 549,00
Chepén 1 1 - - 656,75
Julcan 8 8 - - 6 252,89
Otuzco 24 24 - - 36 327,84
Pacasmayo 2 1 1 - 1 892,41
Trujillo 5 4 1 - 14 776,62
Virú 1 1 - - 894,05
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Departamento de Lambayeque
Chiclayo 6 4 2 - 54 527,52
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 28
Departamento de Lima
Barranca 3 2 1 - 1 722,27
Cajatambo 21 14 7 - 80 061,22
Lima 4 3 1 - 24 693,33
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Tabla 29
Departamento de Loreto
Loreto 48 9 3 36 54 214,60
Mariscal Ramón
115 5 3 107 27 126,71
Castilla
Ucayali 84 - 5 79 -
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 30
Departamento de Madre de Dios
Tambopata 1 - - 1 -
TOTAL 1 - - 1 -
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 31
Departamento de Moquegua
General Sánchez
55 5418 1 - 350 378,27
Cerro
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Tabla 32
Departamento de Pasco
Daniel Alcides
29 23 6 - 161 023,76
Carrión
Oxapampa 2 1 - 1 9 216,31
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 33
Departamento de Piura
Paita 5 5 - - 43 120,14
Sechura 1 1 - - 45 112,02
Sullana 5 5 - - 66 846,07
Talara 1 1 - - 26 226,12
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Departamento de Puno
Melgar 78 66 12 - 88 233,24
Moho 25 21 4 - 27 370,40
San Antonio de
52 26 26 - 73 769,51
Putina
Yunguyo 21 20 1 - 21 649,84
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 35
Departamento de San Martín
Bellavista 2 - - 2 -
El Dorado 2 - - 2 -
Lamas 25 - 2 23 -
Moyobamba 1 1 - - 1264,40
Picota 10 - - 10 -
San Martín 22 - - 22 -
Tocache 1 - 1 - -
TOTAL 63 1 3 59 1264,40
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Tabla 36
Departamento de Tacna
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
Tabla 37
Departamento de Ucayali
Atalaya 37 - - 37 -
Coronel Portillo 97 - - 97 -
Masisea 1 - - 1 -
Padre Abad 2 - - 2 -
Purús 2 - - 2 -
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Campesinas del Perú. SICCAM, Instituto del Bien Común.
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Tabla 38
Registro de las rondas campesinas en el Perú
CANTIDAD DE
N.° REGIÓN PROVINCIAS DISTRITOS ORGANIZACIÓN
RONDEROS
CAJAMARCA: Federación Regional de Rondas Rondas
1 13
Campesinas, indígenas. campesinas
PIURA: Federación Regional de rondas y Rondas
2 8
Comunidades Campesinas. campesinas
LAMBAYEQUE: Federación Regional de
3
Rondas Campesinas, Urbanas e Indígenas.
AMAZONAS: Federación Regional de Rondas Rondas
4 7
Campesinas, Urbanas e Indígenas. campesinas
SAN MARTÍN: Central Única Regional de Rondas
5 10 48 000
Rondas Campesinas campesinas
Rondas
6 HUÁNUCO: no existe estructura regional 1
campesinas
UCAYALI: Federación Regional de Rondas Rondas
7 12 60 000
Campesinas campesinas
LA LIBERTAD: Central Regional de Rondas Rondas
8 12
Campesinas. campesinas
ÁNCASH: Central Regional de Rondas Rondas
9 9
Campesinas. campesinas
10 LIMA: no existe estructura regional.
CUSCO: Central Única Regional de Rondas Rondas de 4
11 10
Campesinas. provincias
PUNO: Central Única Regional de Rondas
12 11 21 607
Campesinas Quechuas y Aimaras.
Carabaya 10 Rondas 5800
Melgar
7 Rondas 3700
Ayaviri
Sandia 10 Rondas 2520
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Capítulo III
INTERCULTURALIDAD Y
JUSTICIA ESPECIAL
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1.2. La República
Como señalamos anteriormente, la instauración de la Repú-
blica en el Perú no significó la constitución de un Estado inde-
pendiente porque no se retomó el desarrollo autosostenido de la
etapa prehispánica. Las clases y grupos que ostentaban el poder
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Constitución de 1993
Las largas jornadas en busca del reconocimiento de las ron-
das campesinas, la terca lucha que desde hace muchos años soste-
nían los pueblos originarios y comunidades nativas por el recono-
cimiento de su fuero natural hasta la década del 90, que no sola-
mente tenía a la comunidad y al campesinado, en general, como
protagonista, sino —como se ha demostrado anteriormente— se
contaba con otros actores externos que se identificaron con las
propuestas, incluyendo organizaciones nacionales y extranjeras,
partidos políticos de diferentes tendencias, en especial, aque-
llos de ideología de centro o de tendencias izquierdistas. La
Constitución Política del Perú de 1993 recoge esa larga discu-
sión y, con la presión de las organizaciones campesinas y los de-
más aliados comprometidos en la Asamblea Constituyente, lo-
graron un resultado histórico: el reconocimiento de la justicia
consuetudinaria, trazando con absoluta claridad dos campos o
escenarios para la administración de justicia en el Perú: El ám-
bito estatal u oficial para la aplicación de la justicia ordinaria,
a partir de la organicidad del Poder Judicial, la Fiscalía, la Po-
licía Nacional y todo el ordenamiento jurídico, sistematizado
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Artículo 1
1. El presente Convenio se aplica:
a) A los pueblos tribales en países independientes, cuyas con-
diciones sociales, culturales y económicas les distingan de
otros sectores de la colectividad nacional, y que estén regi-
dos total o parcialmente por sus propias costumbres o tra-
diciones o por una legislación especial;
b) A los pueblos en países independientes, considerados indí-
genas por el hecho de descender de poblaciones que habi-
taban en el país o en una región geográfica a la que perte-
nece el país en la época de la conquista o la colonización o
del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que,
cualquiera que sea su situación jurídica, conservan todas
sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y
políticas, o parte de ellas.
2. La conciencia de su identidad indígena o tribal deberá con-
siderarse un criterio fundamental para determinar los grupos
a los que se aplican las disposiciones del presente Convenio.
3. La utilización del término «pueblos» en este Convenio no
deberá interpretarse en el sentido de que tenga implicación
alguna en lo que atañe a los derechos que pueda conferirse
a dicho término en el derecho internacional.
Artículo 2
1. Los Gobiernos deberán asumir la responsabilidad de desa-
rrollar, con la participación de los pueblos interesados, una
acción coordinada y sistemática con miras a proteger los dere-
chos de esos pueblos y a garantizar el respeto de su integridad.
2. Esta acción deberá incluir medidas:
a) Que aseguren a los miembros de dichos pueblos gozar,
en pie de igualdad, de los derechos y oportunidades que
la legislación nacional otorga a los demás miembros de la
población.
b) Que promuevan la plena efectividad de los derechos so-
ciales, económicos y culturales de esos pueblos, respetan-
do su identidad social y cultural, sus costumbres y tradi-
ciones, y sus instituciones.
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Artículo 7
1. Las personas indígenas tienen derecho a la vida, la integri-
dad física y mental, la libertad y la seguridad de la persona.
2. Los pueblos indígenas tienen el derecho colectivo a vivir
en libertad, paz y seguridad como pueblos distintos, y no se-
rán sometidos a ningún acto de genocidio ni a ningún otro
acto de violencia, incluido el traslado forzado de niños del
grupo a otro grupo.
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Artículo 8
1. Los pueblos y los individuos indígenas tienen derecho a
no ser sometidos a una asimilación forzada ni a la destruc-
ción de su cultura.
2. Los Estados establecerán mecanismos eficaces para la pre-
vención y el resarcimiento de:
a) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia privarlos
de su integridad como pueblos distintos o de sus valores
culturales o su identidad étnica;
b) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia despo-
seerlos de sus tierras, territorios o recursos;
c) Toda forma de traslado forzado de población que tenga
por objeto o consecuencia la violación o el menoscabo de
cualquiera de sus derechos;
d) Toda forma de asimilación o integración forzada;
e) Toda forma de propaganda que tenga como fin promover o
incitar a la discriminación racial o étnica dirigida contra ellos.
Artículo 9
Los pueblos y los individuos indígenas tienen derecho a per-
tenecer a una comunidad o nación indígena, de conformidad
con las tradiciones y costumbres de la comunidad o Nación de
que se trate. Del ejercicio de ese derecho no puede resultar
discriminación de ningún tipo.
Artículo 10
Los pueblos indígenas no serán desplazados por la fuerza de su
tierras o territorios. No se procederá a ningún traslado sin el con-
sentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas
interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una indemnización
justa y equitativa y, siempre que sea posible, la opción del regreso.
Artículo 11
1. Los pueblos indígenas tienen derecho a practicar y revita-
lizar sus tradiciones y costumbres culturales. Ello incluye el
derecho a mantener, proteger y desarrollar las manifestacio-
nes pasadas, presentes y futuras de sus culturas, como luga-
res arqueológicos e históricos, objetos, diseños, ceremonias,
tecnologías, artes visuales e interpretativas y literaturas.
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1. DECLARACIÓN DE LA MERCED
Conclusiones
1. Este congreso constituye un hito histórico en el proceso
de diálogo intercultural entre los sistemas de justicia
ordinaria y la justicia indígena, el cual debe mantener-
se y consolidarse.
2. Afirmamos que en nuestro país coexisten diversos pue-
blos que tienen sus propios sistemas jurídicos, los cuales
resuelven todo tipo de conflictos dentro de su ámbito te-
rritorial, y fuera del mismo, entre sus miembros, de con-
formidad con su derecho consuetudinario.
3. En aplicación del artículo 149 de la Constitución Políti-
ca, el Convenio N.̊ 169 de la Organización Internacional
del Trabajo, la Declaración de Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas, y el artículo 18.3 del
Código Procesal Penal, la jurisdicción ordinaria debe res-
petar plenamente los sistemas jurídicos indígenas.
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La justicia peruana en un país multicultural
2. DECLARACIÓN DE CAJAMARCA
Conclusiones
1. Este Segundo Congreso viene a consolidar y ratificar las
conclusiones y recomendaciones del Primer Congreso Inter-
nacional sobre Justicia Intercultural en Pueblos Indígenas,
realizado en la ciudad de La Merced, Chanchamayo, por lo
que constituye una renovación del compromiso del Poder
Judicial para desarrollar este proceso de acercamiento y de
encuentro entre la justicia ordinaria y la justicia especial co-
munal y ronderil, en el marco del diálogo intercultural.
2. Reconocemos el importante papel que cumplen las co-
munidades y rondas campesinas en el ejercicio de sus
funciones jurisdiccionales, contribuyendo de esa forma al
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Orlando Velásquez
Evaluación y análisis
Como puede apreciarse, en este segundo congreso, prácti-
camente se ratificaron las conclusiones y recomendaciones
del Primer Congreso de La Merced, con lo cual, en un análi-
sis puntual, estaríamos afirmando que los magistrados están
convencidos, no solo del reconocimiento de la justicia comu-
nal, sino que se ubican como un espacio distinto y diferente
del otro espacio comunal, estando obligados a complemen-
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La justicia peruana en un país multicultural
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3. DECLARACIÓN DE HUARAZ
Declaraciones
1. El actual Congreso consolida las conclusiones y las reco-
mendaciones del i y ii Congresos Internacionales sobre
Justicia Intercultural en comunidades nativas, comunida-
des campesinas y rondas, realizados en las ciudades de La
Merced y Cajamarca, respectivamente, por lo que cons-
tituye una ratificación del proceso de acercamiento y de
encuentro entre la justicia ordinaria y la justicia especial
comunal y ronderil.
2. Confirmamos la importancia de las comunidades campe-
sinas, comunidades nativas y rondas como instituciones
que imparten justicia en el mundo rural peruano, contri-
buyendo con la paz social y mejor acceso a la justicia de
aquella población.
3. Reconocemos el esfuerzo del Poder Judicial para asumir
como enfoque y política institucional a la interculturali-
dad en la justicia, para, en base a ella, orientar la actua-
ción de sus instancias y órganos jurisdiccionales.
4. Declaramos que el respeto mutuo entre el Poder Judicial y
la justicia indígena es la base primordial para continuar el
proceso de coordinación en marcha de manera sostenible.
5. Reconocemos las dificultades que cada sistema de justicia
tiene para cumplir sus diversas visiones y fines, aunque, a
la vez, encontramos grandes afinidades entre ellas vincu-
ladas con la paz, el derecho al desarrollo y la promoción
del ser humano, lo cual permite confiar en la posibilidad
y eficacia de la colaboración.
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La justicia peruana en un país multicultural
Evaluación y análisis
Este congreso se realiza en una importante región de los An-
des peruanos, y en correspondencia con el evento anterior,
también se realiza en la sierra norte del Perú. Igualmente, su
cercanía con el V Acuerdo Plenario de la Corte Suprema de
la República, así como la persistente lucha de la ronda cam-
pesina, que por ese entonces había acogido sus ideales de la
región vecina, tenía mucho de común con la Declaración de
Cajamarca. Si bien el Congreso tenía un temario como los an-
teriores, que buscaban el reconocimiento y el encuentro de
los dos sistemas de justicia, la presencia de las rondas campesi-
nas y los efectos de dicho plenario, prácticamente coparon la
atención principal del evento, sin que ello signifique que los
documentos y el programa que presentó la Comisión Organi-
zadora de este Congreso hayan desviado el carácter principal
de su convocatoria, más aun si el nivel del evento era de carác-
ter internacional, como se demuestra con la presencia de los
representantes de las organizaciones extranjeras presentes.
La particularidad descrita anteriormente y, de repente, los
lazos comunes y de identidad entre la región Cajamarca y
Áncash permitieron que los participantes de este Tercer Con-
greso asuman todo lo acordado y declarado en el evento pre-
cedente. Por ello, se explica que, en las conclusiones de la
Declaración de Huaraz, se confirmen estrictamente todos los
acuerdos tomados en los dos congresos pasados, ratificando
especialmente lo concluido en la Declaración de Huaraz.
Un aspecto muy importante representa la Tercera Declaración
de este Tercer Congreso Internacional: se establece el recono-
cimiento del Poder Judicial para asumir como política insti-
tucional a la interculturalidad en la aplicación de la justicia,
concordando que es el mecanismo adecuado para contribuir
con la paz social, comprometiéndose a orientar la actuación
de sus diferentes instancias y órganos jurisdiccionales. Esto
significa que la justicia ordinaria asume el respeto y el reco-
nocimiento de la justicia consuetudinaria, para lo cual debe
utilizar todos los mecanismos para que los magistrados ac-
túen estrictamente en concordancia con este reconocimiento.
Más adelante, veremos si esto se cumple o no en la praxis de los
jueces de todas las instancias del Poder Judicial peruano.
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Orlando Velásquez
4. DECLARACIÓN DE LIMA
Declaraciones
1. Saludamos la labor de casi seis mil jueces de paz quienes
logran promover y garantizar el acceso a la justicia de mi-
llones de peruanos en las zonas rurales de nuestro país.
2. Invocamos a las Cortes Superiores a desarrollar y fortale-
cer los mecanismos y criterios de coordinación entre los
sistemas de justicia ordinaria y especial.
3. Reiteramos nuestro compromiso con el proceso de re-
flexión y diálogo iniciado en el año 2010 a través de los
cuatro Congresos Internacionales sobre Justicia Intercul-
tural, y exhortamos a las autoridades del Poder Judicial y
a las autoridades de la jurisdicción especial a mantener su
interés y vocación por la reflexión sobre esta problemáti-
ca, sustentando sus decisiones en las normas nacionales e
internacionales sobre los derechos de los indígenas.
4. Invocamos a las autoridades de la jurisdicción ordinaria y la
jurisdicción especial a unir esfuerzos para superar las posibles
situaciones de conflicto que todavía persisten manteniendo
una permanente comunicación, teniendo siempre como
mira el respeto de los derechos fundamentales y un enfoque
intercultural, garantizando los derechos lingüísticos.
5. Recomendamos proseguir el proceso de sistematización
de jurisprudencia sobre justicia intercultural y difundir
sus resultados.
6. Recomendamos fortalecer el trabajo de las Escuelas de Justi-
cia Intercultural, como espacios de intercambio de saberes,
investigación y capacitación, promoviendo que trabajen en
conjunto con las demás instituciones del sistema de justicia
estatal, las organizaciones representativas de la jurisdicción
especial y los pueblos indígenas.
Evaluación y análisis
El IV Congreso Internacional celebrado en la ciudad de
Lima difiere mucho de los congresos desarrollados ante-
riormente. Pareciera que los magistrados se contagian del
centralismo limeño porque la presencia preponderante de
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La justicia peruana en un país multicultural
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Orlando Velásquez
5. DECLARACIÓN DE PIURA
Declaraciones
1. Declaramos de ingente urgencia y necesidad que el Poder
Judicial potencie sus estrategias de difusión social y capaci-
tación interinstitucional sobre la vigencia y aplicación del
Acuerdo Plenario de la Corte Suprema de Justicia N.° 01-
2009/CJ-116: «Rondas campesinas y el derecho penal», a
fin de que se cumplan plenamente sus mandatos y aportes
al desarrollo del marco constitucional sobre justicia espe-
cial que postula el artículo 149 de la Constitución. En ese
contexto, deben promoverse reuniones de coordinación al
más alto nivel entre el Poder Judicial, el Ministerio Público,
el Ministerio de Justicia y el Ministerio del Interior.
2. Requerimos la realización de un Pleno Jurisdiccional de la
Corte Suprema de Justicia de la República que, continuan-
do con la línea iniciada por el Pleno Jurisdiccional N.° 01-
2009/CJ-116, aborde nuevos problemas y prácticas relacio-
nados con la justicia comunitaria y ronderil, recogiendo las
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Orlando Velásquez
Evaluación y análisis
La región Piura es un territorio ubicado en el norte del Perú
y, siendo el antiguo departamento con mayor extensión cos-
teña, se tendría menos jurisdicciones andinas. Por otro lado,
la serranía piurana no cuenta con una tradición comunita-
ria, ni tampoco los estudiosos dan cuenta de alguna riqueza
ancestral o comunitaria. Entonces, podríamos decir que no
se contaría con una presencia significativa de poblaciones
originarias. Sin embargo, en la sierra de Piura existen pro-
vincias andinas como Ayabaca y Huancabamba, con fuerte
raigambre andina, con patrones culturales muy definidos y
cuya tradición mantienen importantes expresiones cultura-
les originarias que aún conservan sus pueblos
Las consideraciones anteriores seguramente llevaron a pro-
poner a Piura como sede del V Congreso Internacional sobre
Justicia Intercultural. La existencia de importantes comuni-
dades no fue lo determinante, sino la presencia de una po-
blación fuertemente identificada con su medio, cuyo desa-
rrollo en la serranía piurana las identificaba claramente con
su medio natural. Asimismo, otra particularidad es la existen-
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La justicia peruana en un país multicultural
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Orlando Velásquez
6. DECLARACIÓN DE PUNO
Declaraciones
1. Reconocemos la necesidad de superar las brechas de co-
municación causadas por el desconocimiento o subvalo-
ración de los idiomas originarios, las cuales afectan la im-
partición de justicia y la relación entre las autoridades de
la jurisdicción ordinaria y especial. Por lo tanto, exigimos
el desarrollo de una política orientada a que los jueces,
fiscales, policías y defensores públicos ejerzan sus funcio-
nes en las lenguas originarias predominantes dentro de
su ámbito de actuación, así como que se implemente efec-
tivamente el Registro Especial Nacional de Intérpretes y
Traductores de Lenguas Indígenas del Poder Judicial.
2. Reconocemos que la discriminación contra la mujer en el
ámbito de la jurisdicción ordinaria y especial es un grave
problema que debe afrontarse sin menoscabar el respeto
a la diversidad cultural. Por eso, respaldamos las propues-
tas de las mujeres indígenas, ronderas, comuneras y nativas
orientadas al respeto de sus derechos en ambos sistemas de
justicia, específicamente, el derecho a una tutela judicial
efectiva frente a toda forma de abuso o violencia sexual.
3. Ratificamos la legitimidad de la función jurisdiccional que
ejercen las comunidades campesinas, comunidades nativas
y rondas campesinas en el ámbito de sus competencias. Por
lo tanto, exhortamos al Congreso de la República a que
retome el debate orientado a la aprobación del proyecto de
Ley de Coordinación Intercultural de la Justicia, tomando
en cuenta las propuestas alcanzadas por las organizaciones
nacionales indígenas, comunales y ronderiles.
Evaluación y análisis
Puno es una región con una extraordinaria composición de
poblaciones originarias y con un fuerte legado cultural, con-
siderada como la cuna de la tradición y vivencias del Perú
ancestral y depositario de la belleza viva que nos identifica y
valora por la esencia y grandeza de su población. El lago Titi-
caca, ubicado en el Altiplano que compartimos con el herma-
no país de Bolivia, es el hermoso espacio alrededor del cual
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La justicia peruana en un país multicultural
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Orlando Velásquez
7. DECLARACIÓN DE IQUITOS
Declaraciones
1. Exigimos que el Congreso de la República apruebe el pro-
yecto de Ley de Coordinación Intercultural de la Justicia
presentado por el Poder Judicial, observando el trámite
de consulta previa con las comunidades campesinas, co-
munidades nativas y rondas campesinas del Perú.
2. Que el Poder Judicial elabore una propuesta de reforma
de la Ley de Justicia de Paz que responda a sus caracterís-
ticas actuales, y que garantice efectivamente los derechos
económicos de los jueces de paz y las condiciones idóneas
para el ejercicio efectivo de su servicio.
3. Invocamos a las autoridades del Ministerio Publico, del
Ministerio del Interior, del Ministerio de Justicia y Dere-
chos Humanos y de los demás estamentos que integran el
sistema estatal de justicia del Estado peruano a priorizar
sus acciones de coordinación con el Poder Judicial y con
las autoridades de la justicia comunal y ronderil para un
efectivo acceso de todos los ciudadanos miembros de las
comunidades campesinas, comunidades nativas y rondas
campesinas del Perú.
4. Hacemos un llamado a todas las instituciones públicas y
privadas del sistema educativo del Perú para introducir con
urgencia en los planes de estudios escolares y universitarios
programas de formación en materia intercultural, particu-
larmente, en cuanto se refiere a la justicia que imparten las
comunidades campesinas, comunidades nativas y rondas,
por ser parte esencial de la cultura y desarrollo del Perú.
176
La justicia peruana en un país multicultural
Evaluación y análisis
Este congreso tiene similares características al evento realiza-
do en Puno porque, a parte de ratificar la declaración de los
congresos anteriores, demandó a las autoridades y magistrados
del Poder Judicial y del Ministerio Público a que cumplan con
los acuerdos emanados de sus conclusiones, debido a que, si
respondían a consensos llegados por ambas justicias, y que a
estas alturas ya se deberían tener resultados concretos. Además,
aquellas tareas y compromisos para implementar la capacita-
ción y la coordinación intercultural, con la creación de una
escuela para tal fin, deberían informarse los avances y resulta-
dos en los siguientes eventos para justificar el despliegue que se
hace en cada congreso para concluir con una declaración, que
condensa los aspectos centrales de los acuerdos arreglados.
Igualmente, en este congreso se hacen otras demandas, algu-
nas de las cuales tienen consenso como se demuestra en esta
Declaración de Iquitos, en aquella que planteó la aproba-
ción del Proyecto de Ley de Coordinación Intercultural, de
acuerdo al mandato constitucional, pero con la participación
y el aporte de las comunidades campesinas, nativas y de las
rondas campesinas. En esa misma dirección y considerando
la función de cercanía de la justicia de paz, en este congreso
se aborda directamente la problemática de los jueces de paz
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Orlando Velásquez
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La justicia peruana en un país multicultural
8. DECLARACIÓN DE AYACUCHO
Declaraciones
1. Ratificamos la importancia de que una Ley de Desarrollo,
del artículo 149, de la Constitución Política, sea sometida a
la consulta previa con las autoridades e integrantes de las co-
munidades campesinas, comunidades nativas y rondas cam-
pesinas existentes en el Perú, en estricto cumplimiento del
Convenio 169 de la OIT y de la legislación especial vigente.
2. Exhortamos al Congreso de la República del Perú, en tan-
to y en cuanto responsable de llevar a cabo el proceso de
consulta previa de la Ley de Desarrollo del artículo 149 de
la Constitución, a tomar en cuenta que el contenido de
esta norma, en lo que al derecho penal se refiere, conside-
re que las autoridades de la jurisdicción especial pueden
y deben ser competentes para resolver todos los delitos es-
trictamente comunitarios y basados en el derecho propio.
Por lo demás, consideramos que es ineludible promover
un debate objetivo, técnico y con enfoque intercultural
para definir por consenso los delitos que formarán la
competencia material de la justicia especial y ordinaria en
el Perú. En este debate deben incluirse, por ejemplo, los
delitos contra la humanidad, los delitos contra la seguri-
dad del Estado, los delitos contra los poderes del Estado y
el orden constitucional, los delitos financieros y moneta-
rios, los delitos de espionaje y traición a la patria, los de-
litos de terrorismo, los delitos de tráfico ilícito de drogas,
los delitos de organización criminal, los delitos de lavado
de activos o los delitos informáticos.
3. Exhortamos a las autoridades y funcionarios del Poder Judi-
cial a aplicar los contenidos de los protocolos para una jus-
ticia intercultural, aprobados formalmente por los órganos
de Gobierno de este poder del Estado. Solo así estos valiosos
documentos dejarán de tener un valor únicamente simbóli-
co y ayudarán a producir los cambios que tanto ansiamos en
el modelo de administración de justicia existente.
4. Invocamos a las autoridades del Ministerio Público y a los
fiscales, a las autoridades del Ministerio del Interior y a los
policías, a las autoridades del Ministerio de justicia y De-
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Evaluación y análisis
Como sabemos, Ayacucho es una de las regiones más signi-
ficativas de la serranía peruana, no solo por la presencia de
patrones culturales definidos, cuya idiosincrasia responde a
una defensa sólida de su cosmovisión, así como a la defen-
sa de su entorno sociocultural, demostrado en las luchas de
sus pueblos contra toda injerencia extraña que atente contra
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5. El camino a la interculturalidad
No cabe duda que los organismos que conforman el sistema
de justicia nacional han iniciado un largo camino para el reco-
nocimiento de la justicia especial, de acuerdo a los tratados in-
ternacionales y al mandato constitucional. Es necesario precisar,
recogiendo la concepción de los dirigentes y autoridades de los
pueblos nativos, que su accionar y la aplicación de la tradición cul-
tural, incluidos los procesos de administración de justicia tradicio-
nal, existen por sí mismos, son parte de la riqueza del Perú y, por
lo tanto, no requieren que los órganos oficiales les den partida de
nacimiento o los reconozcan como tal. La justicia consuetudina-
ria existe y siempre existió, y es patrimonio de las comunidades
originarias. Por lo tanto, el problema es de los magistrados, cuya
formación occidental, alejado de la ilustración natural, cuya sa-
piencia viene desde tiempos inmemoriales, no ha sido asimilada
por los operadores de la justicia ordinaria. Por ello, se requiere
que en este proceso, que inició el Poder Judicial por mandato del
fuero internacional, incorpore la capacitación de jueces y fiscales,
pues su desconocimiento del mundo andino, su filosofía, cosmo-
visión y la riqueza cultural heredada en el desarrollo de la socie-
dad peruana los lleva a la incomprensión de su grandeza.
Los resultados de los congresos de interculturalidad que or-
ganiza el Poder Judicial no son muy alentadores en torno a la
coordinación de los dos sistemas de justicia. Por un lado, no se
tiene claridad de la diversidad cultural y de la dimensión de los
contingentes poblacionales que conforman las nacionalidades del
Perú no oficial. Más adelante, veremos que siendo millones de pe-
ruanos los protagonistas de este proceso, explican la complejidad
del problema multicultural y la necesidad de dar pasos seguros
para avanzar en la socialización de ambas justicias. Por otro lado, a
pesar del tiempo trascurrido y los compromisos adoptados en este
acercamiento, autoridades, líderes comunales, apus y operadores
de la justicia especial, no sienten el avance, aunque consideran
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Capítulo IV
LA RONDA CAMPESINA EN EL PERÚ
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DIRECTIVA CENTRAL
DELEGADOS DE SECTORES
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¿Y, por qué hasta este momento no se expide la ley que deli-
mita la justicia ordinaria y la justicia consuetudinaria como lo
dice la Constitución?
Yo creo que hay muchos intereses para que no se dé esa ley,
eso ya viene desde 1993 hasta ahora. El problema es que de parte
de la justicia ordinaria no todos están de acuerdo con el trabajo
de las rondas campesinas. Hay algunos fiscales, jueces que han
manifestado toda su visión, su compromiso de seguir trabajando
con las rondas campesinas, pero hay un buen número de fiscales,
jueces y policías que no quieren saber nada con las rondas. Hoy
los compañeros están informando que en algunos lugares ya se
está coordinando con la policía, fiscales, jueces, yo creo que eso es
muy importante porque hay que avanzar en ese espacio.
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quedado parte del equipo consultivo que es más que toda una
suerte de consejero, dar opinión sobre determinados temas y con-
tribuir con la formación de los dirigentes ronderos en diferentes
puntos del país donde lo solicitan.
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que van más allá de los objetivos fundacionales de las rondas. De-
fienden su posición ubicándose en el espacio de la marginación y
el abandono del campesinado por parte de los sucesivos Gobier-
nos, a los cuales acusan de descomposición y de convertirse en
autores de la permanente agresión y postergación de las necesida-
des más sentidas de este importante sector de nuestra patria. Por
ello, enfilan contra las instituciones consideradas cómplices del
maltrato, planteando otras opciones, que muchas veces son consi-
deradas como beligerantes y antisistema democrático.
Lo anterior constituye una visión de lo que significa el cami-
no a recorrer de las rondas campesinas, desde su origen, la lucha
por su reconocimiento, las tareas organizativas y todo aquello que
apunta a esa dirección, ha tenido grandes dificultades, tropiezos
por la incomprensión y oposición de sus pares del sistema de justi-
cia, así como el enfrentamiento y las diferencias con aquellos que
se oponen a la ideología de algunos dirigentes o de aquellos líde-
res ronderos, que van incursionando en el campo gremial, institu-
cional, abrazando concepciones que no necesariamente respon-
den al ideario de los componentes de la ronda campesina. Con
todo, ese camino sinuoso que se presenta en ese recorrido y que,
poco a poco, va visualizándose como una ruta difícil, al sumarse
a los ya contraídos problemas para alcanzar su reconocimiento
como sistema de justicia especial, las rondas campesinas se van
afianzando como una organización campesina, que se ha ganado
el respeto de sus miembros y que ya está ocupando un sitial im-
portante en la institucionalidad del país.
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2. Clasificación de la denuncia
Corresponde al Consejo Directivo clasificar la denuncia, para
lo cual el presidente de la base rondera deberá convocar a reu-
nión de dirigentes al que asistirán en forma responsable y puntual
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4. Verificación de la denuncia
Corresponde al Consejo Directivo instalar para cada caso la
Comisión Especial del Proceso de Investigación (CEPI), la misma
que lo presidirá el Secretario de Justicia Campesina, tres o más ron-
deros, adecuadamente seleccionados y entrenados en rastreo y ma-
nejo de problemas, a los que se le asignará un tiempo no mayor
de diez días (de acuerdo al caso) para indagar y recoger todos los
datos, informaciones respecto al problema materia de la denuncia.
Sugerimos que por ningún motivo deberán exhibirse y/o confron-
tarse a las personas que brinden información (según sea el caso) en
torno a los hechos que se persigue, es de responsabilidad de esta co-
misión poner en manos del Consejo Directivo de las Rondas todos
los datos obtenidos durante el proceso del rastreo, corresponde al
consejo directivo profundizar el análisis para la toma de decisiones
y determinar la inocencia o culpabilidad de los denunciados.
Durante el rastreo, la comisión no tendrá contacto directo
o indirecto con las partes, el trabajo de la comisión es absolu-
tamente reservado o secreto y solo tendrá conocimiento de sus
integrantes el Consejo Directivo, con la finalidad de asegurar la
imparcialidad y la transparencia de la resolución del problema.
Esta comisión concluye en el momento que se hace entrega de los
insumos al Comité Directivo.
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6. Las intervenciones
Es una acción ejecutada por el grupo de ronda dirigido por un
jefe. La intervención es aprobada por la asamblea y ordenada por el
Consejo Directivo; el grupo de ronda solo interviene para un caso
específico, no se le puede amontonar de intervenciones, gozando
de cierta autonomía para coordinar con otros grupos tanto de su
base como de otras bases de su jurisdicción sectorial. Si el caso re-
quiere el apoyo de otras bases pertenecientes a otras sectoriales, la
coordinación se da de sectorial a sectorial. El grupo da por termi-
nada su acción en el momento de poner al intervenido en manos
del Consejo Directivo, este se encarga de presentarlo a la Asamblea
General de Ronderos, instancia encargada de dictar las medidas
correctivas al infractor. De acuerdo a la experiencia se ha determi-
nado tres formas de intervenciones: directa, indirecta y pasiva.
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8. Toma de decisiones
Es el resultado de las investigaciones realizadas en torno a un
hecho concreto, que nos permitirá decidir si las personas investi-
gadas son culpables o inocentes, cualquiera que sea el resultado
debemos estar conscientes que somos factibles a cometer errores,
aciertos y desaciertos, por eso debemos actuar con mucho cui-
dado y alto grado de responsabilidad, porque para estos casos la
toma de decisiones:
a) Es la manifestación del pensamiento justiciero.
b) Es la máxima expresión del bien o del mal.
c) Es el cruce de caminos por los que nuestra conciencia
debe transitar.
d) Es la siembra del bien y del mal.
e) Es la libertad de tu conciencia o la opresión de la misma.
En consecuencia, debemos tener en cuenta que la justicia
campesina busca reeducar al que hierra, castigar al alma y no al
cuerpo en un ambiente donde no haya ganadores ni perdedores,
donde no hayan vencidos ni vencedores, porque la justicia de los
pobres es como el cordel del albañil, tomando como precepto:
«No hagas a otros lo que no quieras que hagan contigo».
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ALCANCES
Concordancias: R. 072-2004-SUNARP-SN
TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Capítulo I
Objeto y finalidad
Artículo 1. Objetivo
El presente Reglamento tienen por objeto establecer las normas
y procedimientos que deben regir la organización y las funciones
de las rondas campesinas reconocidas por la Ley N.° 27908.
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Capítulo II
Constitución y acreditación
de la ronda campesina o ronda comunal
Artículo 6. De la constitución
En las comunidades campesinas o comunidades nativas, la
ronda campesina o ronda comunal se constituye por decisión
del máximo órgano de Gobierno de la comunidad campesi-
na o comunidad nativa, adoptado de acuerdo a su Estatuto.
En los caseríos u otros centros poblados, la ronda campesi-
na se constituye por decisión de los pobladores reunidos en
Asamblea General. El juez de paz correspondiente da fe de
esta asamblea.
Artículo 7. Del Estatuto
La ronda campesina o comunal, ejerciendo su autonomía, ela-
bora su Estatuto y lo aprueban en Asamblea General. De la
misma forma, se procederá para la modificación del Estatuto.
El estatuto debe contener, como mínimo:
1. La denominación, duración y domicilio de la ronda campesina.
2. Los fines.
3. La constitución y funcionamiento de la Asamblea Gene-
ral, Consejo Directivo y demás órganos.
4. Las condiciones para la admisión, renuncia y exclusión de
sus miembros.
5. Los derechos y deberes de los ronderos y ronderas.
6. Los requisitos para su modificación.
7. Las normas para la disolución y liquidación de la ronda y
las relativas al destino de sus bienes.
Artículo 8. Del empadronamiento
Los miembros de la comunidad campesina, comunidad na-
tiva, así como los pobladores de caseríos u otros centros
poblados, que decidan integrarse como ronderos o ronderas,
se inscriben en el Padrón de Ronderos y Ronderas de la
comunidad campesina, comunidad nativa, caserío u otro
centro poblado al que pertenecen. El empadronamiento se
realizará cumpliendo los requisitos señalados en el artículo
18 del presente Reglamento.
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Capítulo III
De la inscripción registral
Artículo 9. De la inscripción
Las rondas campesinas y rondas comunales se inscriben en el
«Libro de Rondas Campesinas» a cargo de la SUNARP.
La SUNARP dictará las medidas complementarias necesarias
para su implementación y funcionamiento.
Artículo 10. De la inscripción y registro de las rondas campe-
sinas o rondas comunales
Para su inscripción en el «Libro de Rondas Campesinas o
Comunal», presentará a la Oficina Registral correspondiente
una solicitud acompañando para el efecto:
1. Copia certificada del Acta donde conste:
– La constitución de la ronda campesina o ronda comunal
– La aprobación del Estatuto de la ronda campesina o
ronda comunal, así como su texto íntegro
– Designación de la Primera Junta Directiva
2. Copia certificada del Padrón de Ronderos y Ronderas
3. Plano perimétrico de su radio de acción
Artículo 11. Comunicación con fines de coordinación
La ronda campesina o ronda comunal, una vez inscrita en
los Registros Públicos, comunica a la Municipalidad corres-
pondiente su constitución social, con fines de coordinación.
Capítulo IV
De las funciones de la ronda campesina y ronda comunal
Artículo 12. De las funciones
Son funciones de la ronda campesina o ronda comunal las
siguientes:
a) Contribuir a la defensa de la integridad física, moral y cul-
tural de los miembros de la comunidad campesina, de la
comunidad nativa, del caserío u otro centro poblado, para
mantener la paz y seguridad de la población, así como
contribuir con el progreso de su pueblo.
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TÍTULO II
DE LA ORGANIZACIÓN DE LA
RONDA CAMPESINA Y RONDA COMUNAL
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TÍTULO III
DE LOS RONDEROS Y RONDERAS
Capítulo I
De los Integrantes de las rondas campesinas
Capítulo II
De los Derechos y Obligaciones de los ronderos y ronderas
Artículo 19. De los derechos y obligaciones
Son derechos y obligaciones de los ronderos y ronderas:
a) Participar en las Asambleas Generales, con voz y voto.
b) Elegir y ser elegido para los cargos directivos de la ronda
campesina o ronda comunal.
c) Prestar servicio de ronda.
d) Observar buen trato y lealtad, garantizando el respeto, la
unión y la ayuda mutua entre los ronderos.
e) Respetar los usos y costumbres, en su caso, de la comu-
nidad campesina, comunidad nativa o centro poblado o
caserío, de acuerdo a la Constitución y las leyes.
f) Observar buen trato y respeto hacia la población, particu-
larmente, a los niños, mujeres y ancianos.
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Capítulo III
De las sanciones y de la pérdida de la
condición de rondero o rondera
Artículo 21. De las sanciones
La infracción de las disposiciones de la Ley, del presente Re-
glamento y del Estatuto de la ronda campesina y ronda co-
munal, da lugar a las siguientes sanciones:
a) Amonestación pública.
b) Suspensión en el ejercicio de sus funciones.
c) Expulsión de la ronda campesina o ronda comunal.
El Estatuto de la ronda campesina o ronda comunal estable-
ce los casos de aplicación de cada una de las sanciones antes
enunciadas.
Artículo 22. Del registro de las sanciones
Las sanciones que se impongan a los ronderos y ronderas son
registradas en Padrón de Ronderos y Ronderas, sin perjuicio
de la denuncia correspondiente a la autoridad competente,
si fuera el caso.
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DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
Primera. Acceso a la información
Las rondas campesinas o rondas comunales pueden solicitar
la información que requieran a las entidades del sector pú-
blico, de conformidad con la Ley N.° 27806, Ley de Transpa-
rencia y Acceso a la Información Pública.
Segunda. Respecto a las rondas campesinas
Las autoridades del Estado, sin excepción, deben respetar y
tener en cuenta las actuaciones de las rondas campesinas y
comunales en el marco de la Constitución, la Ley y el presen-
te Reglamento. El incumplimiento de esta disposición será
considerado como una falta conforme a las normas discipli-
narias correspondientes.
Tercera. Aplicación de normas supletorias
Para las rondas campesinas o comunales creadas por las co-
munidades campesinas o nativas en todo lo no previsto en el
presente Reglamento, será de aplicación lo establecido en
el Estatuto de la comunidad campesina o comunidad nativa
que haya creado a la ronda campesina o ronda comunal.
DISPOSICIÓN TRANSITORIA
Única. Dentro del plazo de seis meses de publicado el pre-
sente Reglamento, las rondas campesinas o rondas comuna-
les se adecuarán a las disposiciones de la Ley de Rondas Cam-
pesinas, Ley N.° 27908.
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Capítulo V
LOS DOS MUNDOS DE LA
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2. Reconocimiento de la multiculturalidad
2.1. Contexto intercultural
No cabe duda que, después de los procesos de colonización
que en los siglos anteriores se produjo en el mundo, se crearon
nuevas condiciones de vida para los pueblos originarios que pa-
decieron el atropello permanente de los países colonizadores.
En la mayoría de ellos, la secuela de sometimiento y atropello a
la institucionalidad de las comunidades aborígenes se mantuvo
más allá de la emancipación de sus países. No solo continuaron
los atropellos a sus territorios por parte de las nuevas clases que
asumen el control de sus Repúblicas, sino que siguieron depre-
dando su herencia cultural, mezquinando, incluso, el reconoci-
miento como organización representativa del desarrollo natural
de sus países. En nuestro continente, la situación fue similar y,
después de la fundación republicana, el Estado que nace de ella
no respeta sus patrones de vida, tampoco reconoce sus derechos
más sentidos como comunidad, sometiéndolas a un permanente
vejamen, obligándolas a desarrollar mecanismos de resistencia y
planteamientos constantes para alcanzar el respeto a su realidad.
Sebastián Plá y Sandra Rodríguez, en su trabajo Saberes so-
ciales para la justicia social: educación y escuela en América Lati-
na, a propósito de este análisis, expresa lo siguiente:
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DISPOSICIÓN TRANSITORIA
Única. La Dirección Nacional de Educación Bilingüe Inter-
cultural del Ministerio de Educación, en coordinación con
el Comité Consultivo Nacional de Educación Bilingüe Inter-
cultural, elevará a la Alta Dirección del Ministerio de Edu-
cación, dentro del plazo de 90 días de publicada la presen-
te Ley, los lineamientos de política a ser incorporados en el
Plan Nacional de Educación.
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Artículo 4. Principios
Los principios rectores del derecho a la consulta son los si-
guientes:
a) Oportunidad. El proceso de consulta se realiza de forma
previa a la medida legislativa o administrativa a ser adop-
tada por las entidades estatales.
b) Interculturalidad. El proceso de consulta se desarrolla re-
conociendo, respetando y adaptándose a las diferencias
existentes entre las culturas y contribuyendo al reconoci-
miento y valor de cada una de ellas.
c) Buena fe. Las entidades estatales analizan y valoran la po-
sición de los pueblos indígenas u originarios durante el
proceso de consulta, en un clima de confianza, colabora-
ción y respeto mutuo. El Estado y los representantes de las
instituciones y las organizaciones de los pueblos indígenas
u originarios tienen el deber de actuar de buena fe, estan-
do prohibidos de todo proselitismo partidario y conduc-
tas antidemocráticas.
d) Flexibilidad. La consulta debe desarrollarse mediante
procedimientos apropiados al tipo de medida legislativa
o administrativa que se busca adoptar, así como tomando
en cuenta las circunstancias y características especiales de
los pueblos indígenas u originarios involucrados.
e) Plazo razonable. El proceso de consulta se lleva a cabo
considerando plazos razonables que permitan a las insti-
tuciones u organizaciones representativas de los pueblos
indígenas u originarios conocer, reflexionar y realizar
propuestas concretas sobre la medida legislativa o admi-
nistrativa objeto de consulta.
f) Ausencia de coacción o condicionamiento. La participa-
ción de los pueblos indígenas u originarios en el proceso
de consulta debe ser realizada sin coacción o condiciona-
miento alguno.
g) Información oportuna. Los pueblos indígenas u origina-
rios tienen derecho a recibir por parte de las entidades
estatales toda la información que sea necesaria para que
puedan manifestar su punto de vista, debidamente infor-
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3.2. Conclusiones
ASPECTOS GENERALES
1. Los sucesos del 5 de junio del 2009 en Bagua y aledaños cons-
tituyen una trágica demostración del olvido y la marginación
a la que ha sido condenada la población amazónica a lo largo
de nuestra historia. Es en ese contexto y bajo esa premisa que
se debe analizar lo sucedido.
2. Está muy extendida en el Perú la imagen de una Amazonía
despoblada, contemplada casi exclusivamente desde el pun-
to de vista de sus recursos naturales, y sobre la cual se puede
actuar prescindiendo de sus habitantes. Como contrapartida
a esta percepción, en el imaginario colectivo amazónico se
ha ido fortaleciendo el sentimiento de desconfianza hacia un
Estado «ajeno», cuya escasa presencia suele adoptar la forma
de la represión.
3. La ya precaria seguridad jurídica de las comunidades amazó-
nicas se ha venido socavando a lo largo de los últimos años. La
Constitución de 1993 supuso cambios en el régimen jurídico
de la propiedad de los pueblos indígenas, el inusitado número
de concesiones mineras y petroleras, las alteraciones del área
de reservas nacionales, el desconocimiento de los derechos re-
conocidos por compromisos internacionales. Esta larga serie
de actuaciones inconsultas ha creado un sentimiento de des-
amparo y marginalidad en buena parte de la población de la
zona que, al no sentirse representada por nadie, ha terminado
por considerar que la violencia social es el único método para
hacerse escuchar por el Gobierno de turno.
4. Ese sentimiento de desamparo se incrementó tras la publica-
ción de una serie de artículos del presidente de la República
bajo el título genérico de «El perro del hortelano», ya que
las opiniones expresadas en ellos y, sobre todo, la palabra
«perro» —uno de los peores insultos para los indígenas— los
hirió profundamente.
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5. Justicia de paz
5.1. Definición y ubicación
La justicia de paz se ubica en la escala inferior del Poder Judi-
cial en el Perú. De repente, se presenta como el primer nivel o el
nivel inferior de la estructura orgánica del Poder Judicial. A pesar
que oficialmente sí forma parte de su estructura, sin embargo, no
es así porque no está ligada a la línea orgánica y a los niveles juris-
diccionales de este poder, tampoco existe una relación directa o
es una dependencia lineal con las instancias de la justicia ordina-
ria. El juez de paz es un exponente que dilucida, define y expide
la sentencia en su correspondiente instancia frente al hecho de-
nunciado o lo que debe discernir como administrador de justicia
en su respectivo territorio. Esta es la justicia de paz que en el país
es casi invisible si consideramos a la provincia o al distrito, pero es
totalmente invisible para la vida citadina de la capital o capitales
regionales o provinciales.
Definir la justicia de paz no es muy fácil por su ubicación mar-
ginal, a pesar de la gran responsabilidad que tiene el juez de paz
en su ámbito correspondiente, aunque a pesar de la restricción
para alcanzar una definición real, recurrimos a la actual Ley de
Justicia de Paz (art. 1, Ley N.° 29824) que la define como sigue: «la
justicia de paz es un órgano integrante del Poder Judicial cuyos
operadores solucionan conflictos y controversias preferentemen-
te mediante la conciliación y, también, a través de decisiones de
carácter jurisdiccional, conforme a los criterios propios de justi-
cia de la comunidad y en el marco dela Constitución Política del
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Perú». Esto significa que el juez de paz forma parte de las instan-
cias del Poder Judicial, lo que es muy discutible por la realidad y
las características de estas autoridades, además porque a lo largo
de la historia del Perú han existido, han desaparecido o sus com-
petencias han estado en manos de otras autoridades como alcal-
des, regidores o simplemente se mantuvieron en el olvido.
A lo largo del territorio nacional se ubican los diferentes juz-
gados de paz, constituidos por personalidades que no son acadé-
micos ni abogados, pero que pueden ser dirigentes, líderes co-
munales, campesinos, maestros e, incluso, personas reconocidas
como patriarcas o referentes sociales que gozan del aprecio y del
respeto de la población. Como quiera que en la historia su pro-
cedencia, su elección o designación ha cambiado, no nos detene-
mos en señalar la forma como se convierten en jueces de paz por-
que el sistema ha variado con el tiempo, pero sí los ubicaremos en
las últimas décadas con el actual sistema de elección. El juez de
paz históricamente siempre ha sido un voluntario no adscrito a las
planillas del Estado, porque su trabajo fue ad honorem, siguiendo
el mismo trato de sus juzgados, que sin apoyo pudieron resolver
el problema de la justicia en las instancias más sensibles, donde el
poblador exige la atención a sus problemas, denuncias o cuando
es violado en sus derechos elementales. Muchos han dicho que el
juez de paz es un apóstol y que su ganancia es la satisfacción de
servir y resolver un problema puntual que aqueja a su comunidad.
No existe una estadística reconocida del número de jueces de
paz que existen en el Perú, de repente los miles de distritos dan
cuenta de un ángel de la justicia decidiendo la libertad o la san-
ción a un miembro de su comunidad, aunque en los distritos más
grandes se tiene más de un juez de paz, cuando la jurisdicción
que debe atender es más amplia. La filosofía de la existencia de
estos juzgados es su cercanía con su realidad, con su contexto, su
entorno, por lo que este magistrado siempre está enterado de los
problemas y la vida de relación de los integrantes de su distrito o
población. En algunos foros e informes del Poder Judicial se ha
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LA JUSTICIA PLURINACIONAL EN EL PERÚ
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Figura 1
Familias lingüísticas y
pueblos indígenas de la Amazonía Peruana
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49 Kichwa no especificado
Cocama-Cocamilla
56 Xibitaona
(Kukama-Kukamiria)
XVI Tupi-Guarani
57 Omagua Ariana, Omagua Yeté, Pariana, Umawa
60 Taushiro
Fuente: Directorio 2016 de Comunidades Nativas del Perú. SICNA - Instituto del Bien Común.
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dicial, así como las expresiones de protesta que cada vez se han
hecho más frecuentes ante el abandono del Estado y la incursión
de empresas transnacionales, que con el pretexto de fomentar
la colonización o el aprovechamiento de los recursos han depre-
dado sus bosques, tierra y agua, han permitido mayores niveles
organizativos en estos actores que reclaman su reconocimiento.
Las movilizaciones, paros y el impacto de conflictos y acciones de
fuerza como el Baguazo, el Aymarazo y las constantes huelgas y pa-
ralizaciones por los casos de la defensa de los Páramos de Huanca-
bamba, Yanacocha, Conga, Ilabe, Andahuaylas, los movimientos
contra las petroleras en la Amazonía y, últimamente, el conflicto
de Tía María, entre otros, ha generado una mayor discusión en el
tratamiento de esta problemática. La justicia ordinaria ha mirado
y evaluado con mucho tino la aplicación estricta de sus códigos
y legislación para casos especiales. El tratamiento a la población
comunera de Bagua y demás poblaciones amazónicas, ante la
muerte de policías y campesinos, ha repercutido en el cambio de
concepción de la magistratura respecto a esta realidad.
Asimismo, otro de los aspectos que muestran el cambio en la
mentalidad del magistrado que ejerce sus funciones en estas juris-
dicciones es el cada vez más notorio arraigo que se ha producido
en ellos en relación con el territorio comunal: muchos nuevos
magistrados son de la zona, quechuahablantes o aimarahablantes,
otros han constituido familias en la zona, otros han hecho raíces
con relaciones de propiedad (inmobiliaria), de parentesco y, muy
especialmente, con la tradición cultural a través de sus festivida-
des cívicas, religiosas, ceremoniales. De tal manera, que el arraigo
con la comunidad andina, altoandina y amazónica es más eviden-
te en estas regiones del Perú.
En el recorrido realizado en el proceso de esta investigación
y en las entrevistas tanto a los actores desde la justicia ordinaria
como a los líderes comunales y ronderos, se aprecia, por un lado,
su aún fuerte rechazo al ordenamiento oficial nacional y al maltra-
to de estas poblaciones, al escuchar de ellos acusaciones frecuen-
tes, generalmente, a la marginación de sus pueblos en los aspectos
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SENTENCIA EN QUECHUA
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SE DISPONE
PRIMERO: Declarar que NO PROCEDE FORMALIZAR
NI CONTINUAR CON LA INVESTIGACIÓN PREPARA-
TORIA en contra de Jorge Moisés Salvatierra Machari; Paul
Quinchuya López; Florencio Hoyos López; Víctor Lloclla
Aguilar; Joel López Quinchuya, Imer Ascencio Dionicio; Fer-
nando López Gaspar y Mesías López Gaspar, por el delito con-
tra la humanidad en la modalidad de tortura, tipificado en el
artículo 321, segundo párrafo, inciso B, del Código Penal, en
agravio de Ángel Raúl Rivas y Raúl Rivas Vera, Marleny Ange-
la Poma Rivas; Edovisa Vera Chuquillanqui; Gladys Janeth Ri-
vas; Alfredo Williams Rivas Vera; Luis Alberto Velásquez Rivas.
SEGUNDO: Declarar que NO PROCEDE FORMALIZAR NI
CONTINUAR CON LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA
en contra de Jorge Moisés Salvatierra Machari; Paul Quinchuya
López; Florencio Hoyos López; Víctor Lloclla Aguilar; Joel
López Quinchuya; Imer Ascencio Dionicio; Fernando López
Gaspar; David Crispín Santiago; Fernando López Gaspar y Me-
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B. Aspectos negativos
— Los primeros años de funcionamiento del Consejo Na-
cional de la Magistratura fue prácticamente un trasplan-
te del sistema anterior. Sin embargo, la votación para
elegir al presidente y al vicepresidente, así como el nom-
bramiento y selección de jueces y fiscales que requerían
mayoría absoluta; es decir, cinco de los siete votos exis-
tentes, constituye un cambio y una valla que garantizaba
un criterio valorativo para el ingreso a la magistratura.
Sin embargo, en el transcurso de los años y en las tres dé-
cadas que aproximadamente existió el CNM, se fueron
generando situaciones injustas, siendo las más extremas
aquellas que permitían que un postulante a magistrado
que ocupaba el último lugar en la tabla final del conso-
lidado de las evaluaciones del examen escrito, curricu-
lar y la entrevista personal, pasara del último lugar al
primer lugar y obtener una plaza, porque a pesar que
un postulante ocupaba el número uno, sino conseguía
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C. Confrontación histórica
Hoy se evalúa al CNM como un organismo negativo,
su cierre se produjo como resultado de algunos audios
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Conclusiones
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El libro se propone ubicar y analizar el proceso de desarrollo del
sistema de justicia en el Perú, respondiendo al mandato constitucional
que reconoce la existencia de dos sistemas de justicia. En este contexto,
la investigación lleva a cabo un seguimiento de la justicia especial o
nativa desde sus inicios hasta la actualidad, que es aplicada y adminis-
trada por la comunidad y los pueblos originarios. Asimismo, se realiza
un estudio paralelo desde la aparición del Estado, la génesis del
sistema de justicia, y que en el Perú se consolida a partir de la funda-
ción de la República, con el Estado de Derecho correspondiente al
amparo de la Constitucion Política del Perú.��
Como parte de la investigación, se evalúa metodológicamente las
características del desarrollo y la consolidación de la Nación peruana
oficial, los poderes del Estado y la institucionalidad correspondiente;
además de la coexistencia de poblaciones o nacionalidades paralelas.
Así en el presente trabajo se visualiza la existencia de un Perú oficial y
otro no oficial (constituidos por un cuarto de la población peruana),
que conforman la población originaria, integrada en la comunidad
nativa, campesina, rondas campesinas y otros asentamientos pobla-
cionales que se ubican como nacionalidades apartadas de la Nación
peruana oficial. Estas han asimilado y consolidado su propio sistema
de justicia, respondiendo a su rica herencia cultural, consolidando su
propio sistema: LA JUSTICIA CONSUETUNIDARIA, reconocida por
la Constitucion Política del Perú, así como por organismos y foros
internacionales. Finalmente, se plantea la disyuntiva entre ambos
sistemas y lo que manda la constitución, para establecer los niveles de
coordinación con una ley que nunca se promulgó.