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La sociología puede ser considerada como una serie de prácticas y preguntas sistemáticas
para analizar a la sociedad y sus relaciones, pero también hace referencia a un conjunto
considerable de conocimientos. Junto a las llamadas “ciencias sociales” su objeto de estudio
se ve conformado por el hombre y algunos aspectos de su vida y desarrollo, sin embargo, es
sabido que la realidad no es divisible en tales aspectos como economía, política y sociedad,
sino que se ve conformada por un conjunto de los mismos. De esta forma, puede ser difícil en
un primer momento entender las delimitaciones del objeto de estudio de cada disciplina. En
vistas de que estas divisiones no se dan naturalmente, entendemos que se dan en base al
trabajo de los estudiosos de cada una. Así encontramos una similitud entre el
posicionamiento de cada rama de investigación hacia su objeto de estudio ( método
empírico), buscando explicar coherentemente y de una manera confirmable, su análisis,
descartando otras proposiciones.
Visto que los académicos demuestran técnicas similares para tratar los datos
(responsabilidad académica) entendemos que la diferencia entre las disciplinas radica en
qué tipo de preguntas hacen para observar el objeto, cómo genera su perspectiva cognitiva,
desde dónde observa las acciones humanas.
La sociología por su parte, observa las acciones humanas como parte de configuraciones
más amplias, es decir conjuntos de actores enlazados en una red de dependencia mutua.
Llegando incluso esta dependencia, a significar que los demás actores influyen en cada
acción, que esta ocurra, o su resultado. Dentro de las preguntas que se hace la sociología se
encuentran qué consecuencias tienen sobre el hombre las relaciones sociales y las
sociedades en las que forma parte, pasando el actor individual a ser objeto de estudio de
ésta cuando forma parte de una red de dependencia.
La indiferencia o separación de las demás ciencias del mismo, se entiende al identificar que
no está asociado a sus objetos de estudios, sobretodo, porque éstos no están presentes en la
cotidianeidad de la gente no experta e incluso muchas veces (algunos fenómenos requieren
condiciones específicas para tomar lugar y así, poder ser estudiados), lo que le da el
monopolio a los expertos sobre su rama de la ciencia.
Parándonos desde el punto de vista de la sociología, cabe preguntarse si caracterizar la
asociación del sentido común a las ciencias es realmente así de fácil, dado que algunos
resultados de la investigación científica tienen impactos reales en aspectos sociales,
económicos y políticos de nuestra vida y en una sociedad democrática, no corresponde
únicamente a los científicos tener la última palabra sobre la aplicación de los mismos. Ya que
tampoco podemos diferenciar tanto estos métodos de investigación de los fines que tengan
sus resultados, tomando en cuenta por ejemplo, que las intenciones de quienes financian las
investigaciones pueden influir directamente en los resultados de las mismas.
Dado que todos vivimos e interactuamos con otras personas, se entiende que en ese proceso
se utiliza un conocimiento tácito que lo permite. Y, si bien cada uno de nosotros es un actor
de dicho fenómeno el resultado de éste depende también de los demás. Por lo que podemos
entender, es que el tema de la sociología (en este caso, la socialización) ya está incorporado
en nosotros y permite la interacción de las relaciones humanas.
A su vez, el sociólogo no es ajeno a los fenómenos que estudia, lo que le permite tener una
visión interna y externa de los mismos. Sin embargo, el mayor desafío se da en que tanto las
acciones como las interacciones que estudia la sociología, ya fueron dotadas de significado y
consideración por sus propios actores, por lo que cada término sociológico, tiene a su vez el
significado que le dió el sentido común de los individuos que ya formaron parte del mismo.
Ésto hace que los límites entre el conocimiento de la sociología y del sentido común, sean
menos definidos, sin embargo, es necesario identificarlos para la identidad de la sociología
como cuerpo consistente de conocimiento, puesto que muchas veces dicho conocimiento se
ve desafiado por el proporcionado por el sentido común. Dada la preocupación de los
sociólogos con éste tema, se pueden encontrar cuatro modos de diferenciar dichos saberes:
De ésta forma, entendemos que pensar sociológicamente nos vuelve más sensibles a la
diversidad permitiéndonos ver más allá de nuestras experiencias personales e inmediatas. Al
entender, que nuestros conocimientos naturalizados son construcciones del sentido común
y conocimiento humano nos es más fácil entenderlos como menos sólidos, o más
susceptibles al cuestionamiento.