IMÁGENES DE TAMMUZ

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UNIDAD 5

La intersección de la muerte, la divinidad y la autoridad real en la antigua Mesopotamia

“El rey ha muerto, larga vida al rey”. En la antigua Mesopotamia, los reyes tenían una relación especial con la
muerte y con la inmortalidad.

Regio hasta la muerte: los reyes mesopotámicos y el más allá

Sean reyes o no, todos los humanos son mortales. Cuando los mortales morían, dos almas, el “espectro” y el
“espíritu”, se separaban del cuerpo. El último inspiraba lástima, pero esencialmente no era otra cosa que viento. El
espectro, era llevado al mundo inferior por el simple recurso de enterrar el cuerpo, podía seguir recibiendo
ofrendas funerarias. Sólo los muertos que eran personalmente conocidos por sus descendientes (padres, madres,
abuelxs) conservaban su individualidad después de la muerte. Los parientes fallecidos que ya no se recordaban
parecen haberse fundido en una suerte de “ancestro corporativo”. Los espectros si eran atendidos
adecuadamente, eran débiles y carecían de poder. Sin embargo, si él o ella habían muerto de forma desdichada o
no recibían ofrendas funerarias, se transformaban en un auténtico problema para los parientes vivos y para
cualquiera que se atravesara en su camino.

La diferencia entre un rey muerto y un ser humano, común y corriente, es que el rey conservaba su individualidad
siempre, no se convertía en uno más; y además podían llegar a pertenecer a la corte de los reyes del mundo
inferior (no hay idea de cielo/infierno).

Esa vida lujosa en el más allá se conseguía por medio de dos estrategias: proveyendo al rey fallecido con bienes
espléndidos en su tumba y ordenando que se realizaran ofrendas funerarias a los monarcas en forma individual,
invocándolos por su nombre a la perpetuidad.

¿Cuán divino era un rey?

El dios Ashur era el verdadero rey de Asiria, y el rey humano, cualquiera fuera su título, era simplemente el fiel
servidor de su dios. (Pone aleatoriamente a Asiria como ejemplo, porque el texto habla tanto de asiria como de
babilonia).

El rey asirio estaba ligado a Ashur por un pacto que le garantizaba el ejercicio continuo del poder con la condición
de que no sólo dispensara justicia sino también que mantuviera los precios bajos.

Cuando un rey mesopotámico era imaginado como Shamash (dios de la justicia), esto ocurría en la forma de
“imagen” o “carne”, el cuerpo del dios, una especie de estatua ritual parlante y móvil, que estaba asociado con un
dios como su lecho o su trono, eran entidades con espíritu, capaces de influir en el dios con el que estaban
asociados.

Los reyes mesopotámicos son reflejo de los dioses, reflejo de Shamash dios de la justicia, por ende el rey
también tiene que ser fuente de justicia, es por eso que si deja de serlo, los dioses buscarán habitar en otra
persona y provocarán una revuelta exitosa, que pondrá al nuevo favorito de los dioses en el poder.

El derecho del pueblo a tener un gobierno justo es destacado por Sargón II de Asiria, beneficiado por lo que en sus
inscripciones se presenta como una revolución popular contra un rey injusto.

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La ética y los ideales de gobierno, las que proclamaba encarnar en su persona, se habían desarrollado por vez
primera en las ciudades-estado súmeras, y presentan todos los signos de una comunidad estrechamente unida
donde cada uno cuida al otro. En tiempos de guerra, la ciudad se vuelve un ejército, si hay gastos todos realizan su
contribución. La tarea de los reyes o de los ensis consistía en coordinar y reforzar las reglas básicas de solidaridad
comunal, y un buen ensi incluso se propone mantener los tributos en el nivel más bajo posible.

Esto no es la democracia griega, ni una primitiva, es más una forma de gobierno popular denominada “democracia
funcional”, lo que significa que la gente, y no el gobernante, decide qué se supone que el gobierno deba hacer. Si
el ensi no cumplía con su tarea, incluso la religión daba su aprobación para una revuelta cuidadosamente
manejada.

Tammuz (Damuzi), muerte y sacrificio

Damuzi era un pastor mortal que se transformó en dios y/o rey en virtud de su relación con la diosa Innana/Ishtar.

(voy a traspasar los apuntes de clase, donde Irene explica la relación entre Damuzi e Innana porque el texto pega
mil vueltas, además de que empieza a relacionarlo con otras religiones)

Innana, una diosa enamorada de un mortal, Damuzi.

Damuzi en súmero, Tammuz en acadio.

Innana en súmero, Ishtar en acadio.

Innana es la diosa de la fertilidad y del poder político, ésta baja al reino de Nergal (amo del mundo inferior) y
Ereshkigal (hermana de Innana). Dejan que, una vez muerto Damuzi, Innana lo saque del mundo inferior, pero solo
por seis meses (sucesión de las estaciones, cuando Innana baja son los seis meses de frío, cuando ella sube con
Damuzi, su amado, son los seis meses cálidos).

Lo que da a entender el texto es que Damuzi expresa la reencarnación, debido a que una vez muerto vuelve a la
vida, con la ayuda de Innana. A su vez el texto relaciona a Damuzi con en grano, debido a que el grano una vez
muerto se lo entierra, revive y vuelve a crecer.

En este texto relaciona a Damuzi con Cristo, pero lo relaciona como dios moribundo, no como un Cristo triunfante
(poder absoluto), sino como el siervo o el buen pastor que está dispuesto a dar la vida para proteger a su rebaño.

El lamento por Damuzi no es una celebración de muerte y resurrección. La afirmación de que sí lo era se basa en el
supuesto de que muchas divinidades mesopotámicas eran en cierta forma Damuzi o Marduk, que moría y
resucitaba en la fiesta babilónica de Año nuevo. (Y se puede relacionar con la reafirmación del poder de los reyes
cada año).

Los peligros de la identificación con Damuzi

Los reyes mesopotámicos no aspiraban a morir por otros, con una excepción destacable, cuando se producía un
eclipse, que auguraba el desastre para el rey y su reino, se designaba a un rey sustituto. Éste moría e iba junto con
su esposa y su corte al mundo inferior, con la misión de llevarse consigo el mal augurado por el eclipse,
permitiendo que el verdadero rey recuperara su trono a salvo.

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El azul, el color de Damuzi, es el color del mundo inferior. El color de Innana es el rojo, el color de la vida y de la
divinidad, que simboliza, silenciosamente, el hecho de que Damuzi murió para que Innana viviera.

El buen pastor: la realeza mesopotámica y la responsabilidad ética

Damuzi era un dios y un pastor que había gobernado como rey, era por lo tanto un paradigma para la realeza, y
ser un buen rey era siempre ser un buen pastor.

Diferencia a Damuzi de Gilgamesh. Este último era un héroe joven y apuesto, pero era la imagen misma de un
autócrata, con su actitud de “hago lo que se me place”, cuyo grosero comportamiento (luchaba con monstruos
con los que NO tenía pleitos pendientes, “desfloraba a las vírgenes de la ciudad”) y ofendió a Innana.

En cambio Damuzi, era el dios del pueblo y un buen pastor que estaba claramente subordinado al reino de los
dioses. Éste fue castigado por no llorar a Innana, cuya caída era muy merecida, y divertirse con las jóvenes del
palacio, una actividad que cualquier rey que no estuviera casado con Innana podía hacer. Ser Damuzi, era no
evadir las duras tareas de la realeza sino dedicarse a ellas, y sufrir la penalidad correspondiente si se fracasaba.

La realeza en la Mesopotamia no se trataba del poder sino de la responsabilidad.