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Aspecto físico y psicológico de los taínos

En palabras de Cristóbal Colon “eran muy generosos y dulces en su


trato”[CITATION Bla92 \p 14 \l 2058 ]
Colon había tenido contacto con los tainos en las Antillas mayores y en las Bahamas,
describiéndolos como hombres de carácter apacible y hospitalarios. Patentizaban un gran
desarrollo cultural, desde las artes decorativas hasta las ceremonias rituales. En sus viajes
Colon menciona en su diario respecto a sus actitudes psicológicas:
“Son gentes de amor y sin codicia y convenibles para toda la cosa,
que certifico a Vuestras Altezas que en el mundo creo no hay mejor
gente ni mejor tierra. Ellos aman a sus próximos como sí mismos, y
tienen un habla la más dulce del mundo, y mansa y siempre con
risa.” [CITATION Man19 \p 24 \l 2058 ]
Respecto al aspecto físico, describen unas personas de muy hermosos cuerpos y de caras
muy lindas, de cabellos gruesos y bellos como las sedas de cola de caballo. De buena
estatura, recalcando lo hermoso de sus cuerpos, de frente y cabeza ancha. Ojos muy
hermosos y grandes. Respecto su color, lo describe de un color canario, ni negro ni blanco:
“[…] todos de buena estatura, gente muy hermosa y […] todos de
la frente y cabeza muy ancha, más que otra generación que hasta
aquí haya visto; y los ojos muy hermosos y no pequeños; y ellos
ninguno prieto, salvo de la color de los canarios.”[CITATION Man19 \p 23 \l 2058 ]
Andaban totalmente desnudos, las únicas que llevaban faldas cortas eran las mujeres
casadas. Eran faldas cortas de algodón que llamaban naguas y a veces se decoraban por
delante con piedras de colores. Esta desnudez viene por motivo a las condiciones
naturales del ambiente. En el clima caluroso de la isla no era necesaria la vestimenta.
Acostumbraban a adornarse las piernas, los brazos y los tobillos con brazaletes de
algodón. Tanto el uso por las mujeres casadas de las naguas (faldas cortas) como los
adornos en los brazos y piernas de tejidos en algodón. El cacique a veces usaba alrededor
de las caderas una especie de cinto o sayo. Hecho de unas plumas tejidas o de algodón con
huesos y escamas de pescado.
También acostumbraban a pintarse el cuerpo de naranja y de negro, colores que obtenían
de la bija y del carbón. La deformación del carneo, perforación del tabique nasal y del
lóbulo de las orejas eran aplicados como embellecedores.
Clases sociales

Originalmente su organización era patriarcal, todo giraba en torno al cacique y el behíque


y seguían con herencia. La unidad básica de la sociedad era la familia comunitaria. Estas,
contrario al cacique y los nitaínos, eran monógamo. Mientras que los caciques eran
polígamos, Las crónicas afirman que Bohechío, cacique de Jaragua, llegó a tener unas
treinta esposas. Poseían una jerarquía definida y una clara división del trabajo, de tal
manera que, sin llegar a constituir una sociedad de clases, tenían una estructura social
estratificada.
Tenían dos viviendas, una de base circular y techumbre que llamaban “caney” y una de
base rectangular y techo de dos aguas llamada “bohío”. Regularmente se localizaban en
lugares, algunas veces sobre pequeñas mesetas, con un espacio para el "batey" o plaza de
ceremonias y juegos. El caney era el más grande y donde habitaba el cacique con su
familia. El cacicazgo era la mayor unidad territorial y dentro de ella agrupaba numerosas
aldeas que recibían el nombre de yucayeques. Los lideraba el cacique o jefe tribal,
asistidos por los nitaínos. En el último puesto de la escala social se encontraban los
naborías, eran criados que se encargaban de las labores agrícolas, la caza y otras actividades
productivas.

Las mujeres se encargaban del cuidado de los niños y de los quehaceres domésticos. La
siembra, la preparación de tortas de casabe, la elaboración de recipientes cerámicos,
tejidos de algodón, recolección de frutos silvestres y especies marinas y fluviales eran sus
tareas. También tenían una importante participación en las actividades políticas y sociales
al punto de poder llegar a cacicas. Las mujeres también participaban en el juego de pelota
y en los bailes ceremoniales o areitos.
Esencialmente se estructuraba de la siguiente forma:
 El cacique, jefe supremo de las tribus ejercían el dominio de las aldeas,
encargándose de distribuir las tareas productivas.

 Los nitaínos, asistentes del cacique. Supervisaban el trabajo comunal y eran


enviados a establecer relaciones comerciales con otras regiones. Tenían las
mejores canoas y se cree que organizaban el transporte y almacenamiento de las
cosechas.

 los behiques, Era el chamán o una especie de curandero que mantenía


comunicación con las divinidades taínas. Responsable de velar por la salud de la
comunidad y, probablemente, de crear ídolos y objetos ceremoniales.
 los naborías, eran considerados sirvientes o sirvientes que trabajaban en los
trabajos más pesados directamente para el cacique.
Elementos relevantes de la cultura taina

La principal manifestación de ceremonias y sociales en el pueblo taino era el areito. Se


acostumbraba a celebrar en la plaza de la aldea. Consistía en cantos y bailes al son de una
lenta cadencia. Los miembros del poblado, tomados de los hombros formando hileras,
entonaban canciones que transmitían la tradición oral en torno a los mitos de la creación y
las características de sus cemíes, al igual que sobre los orígenes de los clanes y los hechos
relevantes protagonizados por los caciques. A estas festividades los hombres y las mujeres
acudían luciendo sus mejores adornos y llevaban el cuerpo pintado con tintes rojos,
blancos y negros. También se adornaban con sartas de caracoles y semillas que hacían las
veces de sonajas, ayudando a los danzantes a mantener el ritmo. Durante la ceremonia, se
ingerían brebajes embriagantes que obtenían del jugo de la piña o del maíz.
En otras ocasiones algunos participantes usaban máscaras, y parece ser que fue en los
areitos cuando las mujeres casadas usaron con mayor frecuencia sus naguas de algodón.
En algunos de estos areitos se efectuaban ofrendas de casabe a los ídolos tribales y en
otras oportunidades se referían. proezas y acciones de los caciques y sus antecesores,
beneficiosas para la comunidad.
La música era un rol importante en la vida cotidiana y en la vida ritual de los taíno,
Sabemos que la música de los indígenas de las Américas en general es típicamente muy
sencilla y monofónica (que quiere decir que contiene una sola línea melódica, que
desciende en su tono). Las canciones de los taíno eran estróficas, que quiere decir que las
letras se cambiaban de una estrofa a otra, mientras la melodía se quedaba igual.
Unos de los instrumentos musicales más importantes es un gran tambor llamado
"mayohuacán", que se hacía de un tronco de árbol con el grueso de un hombre, hueco y
cerrado por ambos extremos donde les golpeaban con un palo como un atabal. Sobre
estos tambores, cuyos sonidos podían transmitirse a gran distancia permitiendo la
comunicación entre las aldeas, Pané observa lo siguiente:
“Y este instrumento tocan, el cual tiene tanta voz que se oye a legua y media de distancia.
A su son cantan canciones, que aprenden de memoria; y lo tocan los hombres principales,
que aprender a tañerlo desde niños y a cantar con él, según su costumbre.” [CITATION
Man19 \p 159 \l 7178 ]

Los danzantes, Ceñidas al cuerpo, tenían sartas de semillas y caracoles que producían una
gran sonoridad. Usando las conchas de los moluscos gastrópodos, creaban trompetas
cortándole el ápice para formar la boquilla por donde se soplaba el instrumento. Los
fotutos fueron empleados por los esclavos cimarrones para advertir de la presencia de
perseguidores o ranchadores de esclavos cerca de los manieles o palenques.
Otro instrumento musical de gran importancia, por haber sido usado en ciertos ritos y
formar parte del equipo del behíque, era la "maraka". Son el aporte prehispánico más
significativo a nuestra música vernácula. Estaban adornadas con manojos de vistosas
plumas que debían remitir a propiedades emanadas de las fuerzas sobrenaturales
representadas por las aves, contribuyendo a la comunicación con los espíritus que
mediaban en la sanación de los enfermos. La característica más singular de estas maracas
monóxilas es que tienen una parte superior periforme que contiene en la cámara dos
barras sueltas esculpidas del mismo trozo en el que se talló la pieza. Al sacudirse el
instrumento, estas producen un sonido que se cuela por las ranuras transversales
emitiendo un timbre muy peculiar de gran sonoridad. Su afición a la música era grande, en
razón a esto fray Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias revela:
“Entretanto que él [Guacanagarí] hablaba con el Almirante, vino otra canoa de otro lugar
o pueblo que traía ciertos pedazos de oro, los cuales quería dar por un cascabel, porque
otra cosa tanto no deseaban; la razón era porque los indios de esta isla, y aun de todas las
Indias, son inclinatísimos y acostumbrados a mucho bailar, y para hacer son que les ayude
a las voces o cantos que bailando cantan y sones que hacen, tenían unos cascabeles muy
sutiles, hechos de madera, muy artificiosamente, con unas piedrecitas dentro, los cuales
sonaban, pero poco y roncamente. Viendo cascabeles tan grandes y relucientes y tan bien
sonantes, más que a otra cosa se aficionaban, y cuanto quisiesen por ellos o cuanto
tenían, curaban, por haberles, de dar; llegando cerca de la carabela, levantaban los
pedazos de oro diciendo «Chuque, chuque, cascabeles», que quería decir: «Toma y daca
cascabeles»”[CITATION Man19 \p 165 \l 7178 ]
La alfarería les consumía una cantidad de tiempo debido a la gran cantidad de utensilios
que utilizaban, los que dio una destreza y habilidad increíble en la técnica por la
experiencia artesanal acumulada a lo largo de una tradición alfarera con más de 2.000
años. La cerámica tenía un alto grado de desarrollo, se elaboraban cazuelas desde la
forma circular o navicular, hasta cazuelas grandes, adornadas con asas y decoraciones a
base de dibujos geométricos o de figuras. La cerámica utilitaria se componía de vasijas,
platos, burenes y ollas, relacionándose principalmente con la preparación de los
alimentos.
El arte de los taínos refleja su visión mágica y religiosa del mundo. Tal como menciona el
historiador Juan Zapata ¨la caracterización de las relaciones intrafamiliares y además las
relaciones con un ser superior (Dios), son las características más fundamentales de ese
arte¨. El arte taíno está representado por una gran variedad de objetos de uso personal y
doméstico, y por un rico repertorio ceremonial. De acuerdo con la antropóloga Ada Lora,
¨el vínculo entre arte y ritualidad es profundo y complejo. Los taínos vivían en estrecha
relación con la naturaleza, por lo que sus dioses o cemíes eran un reflejo de esa relación.
Es común encontrar piezas de uso ritual con formas antropomorfas, zoomorfas o
antropozoomorfas evidenciando la importancia de lo sagrado en su vida diaria, lo cual se
reflejaba en sus expresiones artísticas¨. Su arte consistía en la producción de los ídolos y
objetos de lujo para los cuales utilizaban la madera, la piedra, las conchas, el hueso, el
algodón y el oro.
El juego de batos o juego de pelota tenga lugar en las plazas denominadas bateyes,
consistía en un juego por equipos, que según refiere Las Casas, era de la siguiente forma:
“Poníanse veinte o treinta de cada parte, a la luenga de la plaza. Echaba uno de los puestos la
pelota a los del otro y rebatíala el que se hallaba más a mano, si la pelota venía por alto, con el
hombro, que la hacía volver como un rayo, y cuando venía junto al suelo, de presto, poniendo la
mano derecha en tierra, dábala con la punta de la nalga, que volvía más que de paso; los del lado
contrario, de la misma manera la tornaban... hasta que, según las reglas de aquel juego, el uno o el
otro puesto, cometía falta...”[CITATION Bla92 \p 26 \l 7178 ]

Las pelotas que utilizaban en el juego eran macizas y se elaboraban de una pasta de raíces,
yerbas y resinas que cocían, dándoles la forma hasta obtener una pelota esponjosa que
saltaba con facilidad, pero era algo pesada.
En los torneos de pelota participaban dos equipos de indeterminado número de
jugadores, «diez por diez, y veinte por veinte, y más o menos hombres», según se
concertara. Oviedo dice que, generalmente, «jugaban hombres contra hombres, o
mujeres contra mujeres, y algunas veces mezclados ellos y ellas; y también acaece jugarle
las mujeres contra los varones, y también las casadas contra las vírgenes».
En el batey se celebraban, además, otras prácticas deportivas, como los combates cuerpo
a cuerpo entre guerreros, en los que también se empleaban arcos y flechas, así como
macanas de madera de palma, armas con las que los participantes se infligían golpes y
heridas considerables. Bartolomé Colón, en su encuentro con el cacique Bohechío,
presenció una de estas escenas, acontecimiento que Las Casas informa con asombro:
“Otro día tuvieron concertado en la plaza del pueblo hacerle otras muchas maneras de
fiestas, y así llevaron al D. Bartolomé Colón y cristianos a verlas. Estando en ellas, salen
súbitamente dos escuadrones de gente armada con sus arcos y flechas, desnudos empero,
y comienzan a escaramuzar y jugar entre sí, al principio como en España, cuando se juega
a las cañas; muy poco a poco comienzan a encenderse, y como si pelearan contra sus muy
capitales enemigos, de tal manera se hirieron, que cayeron en breve espacio cuatro de
ellos muertos y muchos bien heridos. Todo con todo el regocijo y placer y alegría del
mundo, no haciendo más caso de los heridos y muertos que si les dieran un papirote en la
cara; durara más la burla y cayeran hartos más sin vida, sino que, a ruego de D. Bartolomé
Colón y de los cristianos, mandó cesar el juego el rey Behechio.” [CITATION Man19 \p 149 \l
7178 ]

También, Roberto Cassá, al destacar la función ceremonial de los juegos de pelota,


considera que incidían en el intercambio de productos: «al mismo tiempo que este juego
tuvo finalidad de diversión y expresaba concepciones religiosas, sirvió de medio de cambio
incipiente, a través de las apuestas que se derivaban en él, haciéndose de acuerdo a la
puntuación que se necesitaba para triunfar»
Religión taína

La religión taína era igual en todas las islas, pero con características y elementos
diferentes, propios de los diferentes niveles de desarrollo de las creencias: el chamanismo,
que era la creencia en el poder mágico del chamán o behíque, que según permitía
comunicarse con los dioses. Las ceremonias que realizaba el cacique se denominaba rito
de la cahoba. En su mayor parte, antes de las ceremonias se sometían a un ayuno especial
en el que se introducían una pieza en forma de espátula por la garganta para producirse el
vómito, esto con el fin de liberarse de las impurezas antes de presentarse a sus dioses. El
behíque mezclaba el tabaco con una planta narcótica para fumarlo y aspirarlo a través de
un tubo bifurcado en forma de Y. Produciendo al grupo una especie de ebriedad durante
la cual creían ponerse en contacto con sus divinidades.
El elemento religioso principal de los taínos era el cemí. Por cemíes se entiende a varias
cosas: divinidades abstractas, naturalistas, espíritus familiares, personificadas, locales y
fenómenos de la naturaleza. El cemismo se define la adoración de sus estatuas o ídolos
(cemíes), ya que estos según su creencia los proveían de agua, viento y sol, así como los
hijos y otras cosas que desearan tener. Colon ofrece una explicación de los cemíes:
“No he podido comprender en ellos idolatría, ni otra secta, aunque todos sus reyes, que
son muchos... tengan una casa, cada una separada del pueblo, en la cual no hay cosa
alguna, excepto algunas figuras de relieve, que ellos llaman Cemís, y aquella casa no sirve
para otros efectos o servicios que, para estos Cemís, y para cierta ceremonia y oración que
van a hacer los indios en ella, como nosotros en la iglesia. Tienen en esta casa una tabla
bien labrada, redonda como un taller, en que hay algunos polvos que ponen sobre la
cabeza de los dichos Cemís haciendo cierta ceremonia; después se meten en las narices
una caña de dos ramos, con la cual sorben aquel polvo. Las palabras que dicen no las
entienden ninguno de los nuestros, con estos polvos pierden el juicio, quedando como
borrachos: a la Estatua referida la ponen un nombre, que creo sea el de su padre o su
abuelo, o de ambos porque no tienen más de una, y otros más de diez, todas en memoria,
como he dicho de alguno de sus antecesores; he reconocido que alaban a una más que a
otra, y he visto tenerla más devoción y reverencia, como nosotros en las procesiones
cuando son menester, y se alaban los Caciques y los pueblos jactándose de que tienen
mejor Cemí que los otros.”[CITATION Bla92 \p 18 \l 7178 ]
Entre los cemíes más aceptados estaban las “piedras de tres puntas” o trigonolitos, se
relacionaba a los rituales de la fecundidad, como la productividad de los conucos y la
reproducción del género humano. Se han encontrado en gran medida en la costa este de
la Española y las costas oestes de Puerto Rico.
La creencia de los taínos de que los espíritus de los muertos podían tener sus moradas en
los árboles, se denominaba animismo. Creían que la presencia de los espíritus se percibía
cuando se producían movimientos de las ramas o ramificaciones especiales de las raíces.
Cuando ello ocurría, el behíque o sacerdote buscaba interpretar los deseos que los
muertos querían manifestar, según la creencia.
La cosmología ya tiene una explicación por Sebastián Robiou Lamarche dada en
“Encuentro con la Mitología Taína con círculos concéntricos”. En el centro se encuentra
Yaya, rodeado por tres ciclos, Yayael, Deminán Caracaracol, Guahayona, y después por
tres en los que se representa la doble oposición de la mitología. El segundo círculo es el
Ciclo de Yayael. El que le sigue es el ciclo de Deminán Caracaracol. Y, por último, el Ciclo
de Guahayona. El círculo externo contiene a todo y está dividido en dos áreas, una que
corresponde a Yocahú-Bagua-Maorocoti, "Señor de la Yuca", y la otra que pertenece a
Atabey.
Respecto a la muerte, no había un ritual, por lo que las ceremonias funerarias respondían
a diferentes formas. Lo que unificaba las ceremonias y los ritos de enterramiento era la
creencia en otro mundo supra terrenal o de un mundo de ultratumba, debido a esto los
muertos eran enterrados con sus pertenencias esenciales para que en el más allá
reconciliaran la vida personal con la vida material.
Los símbolos que los taínos tallaban en las cuevas y las piedras se les denomina petroglifo.
Era la forma en que los taínos expresaban su arte, por ese medio representaban sus
Dioses, figuras de animales y figuras humanas y elementos naturales.

Bibliografía

Arévalo, M. G. (2019). Taínos arte y sociedad. Republica Dominicana: Amigos del Hogar.

Pérez, B. N. (1992). LAS CULTURAS QUE ENCONTRÓ COLON . ecuador: Talleres ABYA-YAIA
cayambe.

https://www.museolasamericas.org/salas-permanentes/conoce-nuestra-coleccion/9-
salas/41-petroglifo-taino.html#:~:text=Los%20petroglifos%20ta%C3%ADnos%20son%20s
%C3%ADmbolos,los%20elementos%20de%20la%20naturaleza.
https://mipais.jmarcano.com/historia/pre-colombina/tainos2/
https://pueblosoriginarios.com/centro/antillas/taino/cosmologia.html

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