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Sociología jurídica

UNIDAD 1

Concepción sociológica del derecho. Sociología Jurídica. Concepto

Parece difícil dar un concepto preciso de la sociología del derecho, cuando los sociólogos no se han puesto de
acuerdo con lo que es su ciencia, y menos aún los juristas sobre la definición de derecho. Sin embargo: a) aceptando que la
sociología es una ciencia que procura describir, explicar y predecir los fenómenos sociales, con la mayor objetividad posible,
y b) que el orden jurídico es un conjunto de normas sancionadas por el Estado de acuerdo con procedimientos
predeterminados, que se consideran válidas en un territorio, podemos afirmar que la sociología del derecho: “es una rama
de la Sociología, que trata de describir, explicar y predecir los modos como las personas interactúan tomando
como referencia positiva o negativa un conjunto de normas jurídicas”.

Este estudio involucra como crean, porque aplican o eluden, en su vida social esas normas, y como se relacionan
en la conducta tales normas creadas, aplicadas, derogadas o eludidas con otros sistemas normativos que también guían la
acción humana. No hay interacción sin normas, y estas tienen por objeto regir conductas. Las normas pueden de hecho no
regir conducta alguna (desuetudo). A pesar de ello los sociólogos jurídicos no las ignoraran, sino que se preguntaran por las
causas de su ineficacia. La sociología del derecho debe tratar de determinar cuál es el lugar del orden jurídico como sistema
de normas, en el plexo normativo que condiciona las acciones sociales.

Como las normas, consideradas como modelos de conducta, definen, la sociología del derecho puede estudiar la
influencia de las leyes y de otros sistemas normativos sobre las conductas en los más variados campos sociales.

Desde nuestra posición pensamos que todo contenido normativo (incluso el derecho) está en la mente de las
personas, de modo que tales modelos guíen su conducta. La conducta es entonces una expresión de tales contenidos
normativos que están en la psiquis, sean jurídicos o no. El derecho no es solo conducta. Puede ser importante partir de
esta, pero lo verdaderamente crucial es no perderla de vista, aunque se parta de la norma.

El derecho como fenómeno social

La sociología del derecho considera al derecho como fenómeno social (hecho social, acción social, modelo de
conducta), que sólo puede ser entendido en el contexto normativo al que una cultura en concreto atribuye significados,
tratando de determinar las funciones que cumple. La sociología solo puede estudiar los hechos conectados entre sí,
condicionados por normas de algún tipo. Si las acciones humanas en sociedad tienen una imprescindible referencia
normativa (el marco normativo de toda acción), no puede entenderse ninguna acción llevada a cabo por las personas sin
conocer cuáles son las normas que rigen esas acciones. Que las normas puedan ser conocidas antes que la acción se lleve
a cabo o después de haberlas observado, no invalida el resultado final del trabajo sociológico: se explica una acción no solo
cuando es descripta sino cuando es comprendida a partir de las normas sociales que condicionaron su ejecución.

Aspectos sociológicamente relevantes del derecho

Para el abordaje del derecho desde un punto de vista sociológico se debe, en primer lugar, decidir qué es lo
pertinente, para la sociología, del conjunto que recibe ese nombre. Para ello es necesario especificar un poco más el objeto
de nuestra ciencia.

Resulta más útil que la sociología estudie la forma en la cual en cada sistema social se combinan los sistemas de
expectativas jurídicas con los otros sistemas de expectativas sociales. Según como las personas (en roles comunes o
calificados jurídicamente) combinen estos sistemas surge una conducta social que solo es discernible para la ciencia
reconstruyendo conceptualmente las normas que la guían.

Se sostiene en alguna doctrina jurídica que toda conducta es regida por el derecho, y que todo accionar humano
puede pensarse en términos jurídicos. Sin embargo, este no es el punto a considerar, sino la interferencia de la ley como
modelo de conducta con otros modelos normativos de conducta (costumbre, uso, norma religiosa, moral, ética, ideológica).
Lo que interesa es de qué modo el operador concreto ha pensado normativamente su accionar y que relevancia le dio al
derecho en ese plexo normativo, más allá de que toda conducta pueda idealmente ser regida por normas jurídicas o
religiosas o pensada en términos de estos sistemas normativos.

El derecho, como concepto, tiene el perfil que le da cada una de las perspectivas que lo abordan. De allí que sea
sociológicamente estéril contestar la pregunta ¿Qué es el derecho? de un modo genérico y abarcador, cada respuesta
remite a la elaboración de una corriente de alguna disciplina del conocimiento. Todas ellas pretenden definir su objeto, y
solo pueden hacerlo a partir de sus propias categorías, las definan o no las definan como universales o contingentes.
Las sociologías, a su vez, no pueden evitar el historicismo propio de cada concepción y las disputas tienen a veces
el mismo nivel de dogmatismo. No existe otra posibilidad, en el caso de la sociología, que tratar de comprobar la mayor
parte de sus afirmaciones, aunque inevitablemente parta de algunos supuestos: de la existencia en igualdad como
fenómenos sociales tanto de las normas como de las conductas por ellas regidas.

Del mismo modo, los aspectos sociológicamente relevantes del derecho quedan configurados por el conjunto de
roles y estatus, pero no solo en cuanto status jurídicos (derechos y obligaciones) sino en tanto status sociológicos:
posiciones sociales regidas por todo tipo de normas, con tal que el operador también se encuentre, formal y
específicamente, alcanzado por normas jurídicas.

Esto excluye conductas que nada tienen que ver con el derecho. Por ejemplo, el accionar de un contratante, se
encuentra en la órbita jurídica; una muy débil defensa del derecho a la propiedad por parte de la policía (al no aceptar,
dificultar o poner trabas a denuncias de hurtos o robos) o de jueces (al sobreseer sistemáticamente a los imputados).

El punto de vista sociológico parte de la premisa, según la cual nadie puede evitar su propia cultura, ni puede actuar
ajeno a esta. Puede fingirlo o suponerlo, puede creerlo sobre la base de su propia ideología judicial, pero en su accionar su
sistema de expectativas normadas se encuentran combinados, y aunque sostenga que se basa exclusivamente en el
derecho, puede demostrarse lo contrario. De este modo se trata de explicar conductas que poco se comprenden, si se
estima que se encuentran regidas exclusivamente por normas jurídicas.

Sociología del derecho y control social

La sociología del derecho es parte de una sociología del control social (hay tantas clases de control social como
escalas de valores encarnadas en normas que puedan existir -control social religioso, mágico, moral, jurídico, ético, a través
de las costumbres -y de los prejuicios-, de las normas que rigen la actividad económica, opinión pública, etc). Todos
coexisten.

Referimos el control social a cualquier sistema normativo, donde su uso se encuentra prescripto y el apartarse de él,
sancionado.

Sociedad sin control social: sociedad sin normas (sin cultura), una sociedad de autómatas, en la cual nadie se
desvía de lo previsto. La sociología jurídica busca describir y mostrar cómo funciona el ordenamiento jurídico en cuanto
elemento de control social, vinculado con otros sistemas normativos (en sistemas capitalistas o socialistas, conservadores o
marxistas).

Relacionar el sistema de normas jurídicas con los otros sistemas normativos que los condicionan. .

La sociología jurídica solo le cabe una descripción y una explicación de cada sistema, y una predicción si es posible,
de la relación futura entre los subsistemas, sin que la condena o la valoración de tales sistemas sea su objeto. Cuando se
sancionan leyes y más leyes, pero no se cumplen con los derechos fundamentales garantizados por la Constitución
Nacional, sucede algo que es digno de ser explicado, aunque pocos se lo planteen.

Ciencia del formal derecho y sociología jurídica.

Las grandes polémicas del derecho han tenido lugar desde el siglo pasado. La demora de afirmarse la sociología
del derecho provino de la resistencia de una ciencia del derecho muy dogmática, y de la resistencia a una “flexible”.

Bobbio decía que: a medida que el Estado moderno asumía el monopolio de la producción jurídica, y en
consecuencia Estado y Derecho iban siendo considerados como dos caras de la misma moneda, el énfasis se puso en el
Estado y su organización compleja, más que en los problemas axiológicos y sociológicos.

El impulso codificador, desde mediados del S. XVIII, se vio incentivado por los Estados Nacionales y la
centralización Burocrática, frente a la vigencia y aplicación de los fueros provinciales y el derecho común.

Las doctrinas racionalistas fueron el origen filosófico de las concepciones que pretendían fijar el derecho con
certeza y englobarlo en leyes claras y concretas que pudieran prever todas las soluciones. De este modo la ciencia del
Derecho se configuro como una ciencia Dogmática.

Y el fundamento de este respeto, es la seguridad jurídica, ya que estaba constituida en valor fundamental de la
sociedad democrática-Burguesa, basada en principios cuya vigencia hizo posible el mundo moderno.

Sociólogos y juristas
Es conocido el histórico enfrentamiento entre sociólogos y juristas.

Positivismo jurídico y sociología jurídica

Dentro del positivismo jurídico una figura muy importante es Bobbio, está concepción está ligada a la aparición del
Estado Moderno, luego de la disolución de la sociedad medieval pluralista, en cuanto a casa grupo social tenía su propio
ordenamiento jurídico: el derecho era producto de la sociedad civil. La monopolización de la producción jurídica crea una
nueva forma de ver al Estado.

La concepción positivista del Derecho es formalista, en ella no hay referencia a contenido, fines, acciones o a
resultados, sino solo a la autoridad que establecen las normas.

Otra de sus características, es que es el imperativismo por el cual el derecho es definido como un mandato. El
Legislador por su parte es omnipotente, ya que monopoliza la producción jurídica a eliminar todos los poderes intermedios.
Esta concepción defiende a los ciudadanos de la arbitrariedad de esos poderes.

Hans Kelsen, fue quien, a través de sus teorías, logro separar la sociología del derecho, de la ciencia del derecho,
fijo fundamentos de una ciencia a valorativa del derecho. El define a la norma como juicio hipotético.

A diferencia de Kant, que simplifico tanto al derecho hasta dejar una estructura vacía y relacionarlo con la filosofía
del derecho, Kelsen dio una teoría del derecho purificada de toda ideología política. En su teoría del derecho, habla acerca
de las técnicas que tiene el orden jurídico, para lograr una cierta conducta de los obligados, va más allá del elemento
coactivo, de las sanciones, es la técnica social especifica que usa y la cual la diferencia de otros órdenes.

Afirma que el Derecho es un conjunto de normas, de las cuales los individuos conducen su conducta, y si bien no es
la única, es una regla que guía cómo comportarse.

Erhlich veia al derecho como una organización, una norma que asigna a cada miembro su posición en la sociedad.
Kelsen por su parte pensaba que este concepto era de sociedad y que el derecho no era coactivo, sino que eso era la ley y
la ciencia del derecho estudia normas y conductas.

Derecho y cambio social: influencia del derecho en la sociedad.

Evan indica que hay varios factores que permiten la influencia del orden jurídico sobre la conducta humana, para
generar un cambio social. Estos factores son:

1. Que la ley está dotada de autoridad y prestigio: proviene de la creencia en que su sanción generara
una situación de mejor respeto de la existente, no del temor que puede inspirar
2. Que las nuevas normas sean compatibles y coherentes con los principios culturales y jurídicos
establecidos. (Compatibilidad cultural, para lograr legitimidad)
3. Que puedan especificarse o clarificar los fundamentos que tiene la reforma para la comunidad (no
solo para los juristas).
4. Que se utilice racionalmente el factor tiempo, evitando una dilación excesiva en la transición.
Depende la reforma, si es compleja es necesario más tiempo. Pedir rapidez puede significar no cumplir lo
propuesto.
5. Que el estado mismo y sus agentes se encuentren comprometidos con el cumplimiento y no con la
elusión de la norma.
6. Que existan sanciones positivas, además de las negativas.
7. Debe existir una protección efectiva para los derechos de los que pueden ser perjudicados como
consecuencia de la violación de la norma, que deben ser incentivados a usar los mecanismos que ella provee, en su
defensa.

A los puntos señalados por Evan, agregamos:

8. Acceso a la Justicia: debe existir una protección efectiva para los que consideren que la nueva
norma los perjudica o lesiona.
9. Que aquellos que tienen poder acepten el resultado adverso de los procesos judiciales que los
involucren, sin tratar de forzar mañosamente las decisiones desfavorables o influir sobre los jueces.

Podría formularse a partir de ellas, una regla técnica: “Cuanto mayor sea el número de los factores enumerados que
se encuentren en un caso determinado, mayores serán las posibilidades de inducir cambio social y de efectividad de las
nuevas normas jurídicas”.

Contexto de creación y aplicación del derecho: Ideologías, las costumbres y los prejuicios en la creación y
la aplicación del derecho

Para la teoría pura del derecho, existía la creación del derecho por los tribunales. Otros consideraban que el
concepto se encontraba entre “certeza y equidad”. Así como también se consideraba que el concepto se encontraba
generalizado sobre todo el universo. Ninguna de estas ideas es tomada por los sociólogos.

Los juristas, como los sociólogos, no pueden desprenderse de sus valores, pero tienen más conciencia de la
dificultad de superar sus conflictos ideológicos como miembros de su cultura y sociedad. En la actualidad la meta
jurisprudencia parece tender a estudiar los discursos de los juristas, reemplazando así la lógica de la verdad, por la lógica
de la opinión (Según Bobbio).

Esta sería más útil para la sociología, que aquella que quería negar la función política de los juristas. Desde el punto
de vista de los autores del libro, las ciencias no crecen por la fragmentación y aislamiento, ni por especializaciones
minuciosas, y porque no se tienen en cuenta los fenómenos sociales como totalidad. Nada se logra separando las normas
jurídicas de otros órdenes normativos que coexisten en un sistema de control social.

Básicamente lo que dicen, es que muchas veces los pensamientos morales, influyen en las decisiones de los jueces
y los legisladores, y que esto no puede pasar por alto la sociología del derecho.

Analiza muchos conceptos sociales que tenemos las personas para ver a una actividad ilegal, como legal y
viceversa y las causas que los justifican. Así como también la ley alcanza a algunos sectores y a otros no, que fundamentos
sociales existen para tales diferencias. La razón por la cual existe tanta estigmatización social.

También se toma en cuenta los intereses específicos de los legisladores y partidos políticos, para la creación de las
leyes, y como la aplican los jueces según sus creencias y de manera desigual.

Los estudios socio-jurídicos y la interdisciplinariedad: la sociología jurídica como una disciplina


multiparadigmática

Muchos juristas han reparado que no existe una sola ciencia jurídica, sino que son muchas. A partir de esta
comprobación la sociología del derecho puede tomar cada una de estas definiciones como datos, para tratar de explicar la
relación entre sistemas sociales, y de ahí estratos y teorías ideológicas de los productores de estas teorías, con sus
condiciones de producción y resultados, de esto se encarga la sociología del conocimiento, que es independiente de la
sociología del derecho, pero que se vinculan.

Los problemas del lenguaje jurídico.

Sebastián Soler decía que en derecho mientras no se ha logrado una fórmula legal exacta, no se ha logrado nada.
Por otro lado, sostenía que el mayor peligro que entraña esta necesidad de recoger palabras corrientes y de expresar en
ella los conceptos jurídicos radica en la vaguedad de la imprecisión, en la fluctuación de sus sentidos, frente al hecho de
que la fórmula jurídica reguladora de acciones, se encuentra siempre ante una situación dilemática, que termina en si o no...

La ley a su tiempo debe ser inteligible, con facilidad para todos e intergiversable. También sostiene que el contenido
de la ley, es lo que el legislador le ha acordado.
En este sentido para Sebastián Soler, decía que solo se necesitaba de su conocimiento, y no se necesitaba de la
sociología y de otras ciencias para interpretar la ley. El problema es que se construye un derecho excesivamente aislado de
la realidad.

La posición de Soler fue rebatida por otros juristas como Genaro Carrió, que muestra que los conceptos jurídicos
que se presumen claros, dependen muchas veces de las decisiones, conceptos que no tienen ningún campo riguroso de
aplicación. El ternísimo jurídico no da lugar a la seguridad, ni elimina los casos dudosos. La diputa es insoluble, porque no
hay un único concepto, para ello hay que tratar de llegar a un acuerdo sobre el uso de esa palabra.

Soler proponía terminar con una supuesta crisis del derecho, mientras que otros autores propondrían conocerla,
explicarla y saber quiénes y en qué modo definen la situación de tal modo.

Además, quería crear una forma matematizadora del derecho, cuando se lo ha refutado como un sistema lógico,
como sostenía Bobbio.

Los usos del lenguaje.

Los usos del lenguaje jurídico es uno de los principales referentes a considerar. Como sostienen algunos autores “el
lenguaje jurídico constituye en sí mismo un complicado sistema de significados teñidos fuertemente de emotividad”.

No hay duda que para el sociólogo del derecho que quede incluida en su consideración de los lenguajes, la totalidad
de su problemática social y cultural, sea atinente a los usos emotivos, ideológicos y en los desplazamientos para alejar o
encerrar un supuesto en un tipo, obligado por la multiplicidad de los hechos y la imprecisión.

El derecho no es para la sociología un sistema cerrado, sino que es un sistema abierto en la que tanto los jueces,
juristas, legisladores, se encuentran en constante interacción, interaccionan mutuamente y se condicionan por causas
extrajurídicas.

Por su parte Carbonnier decía que lo contencioso deforma la realidad del derecho y que el derecho es infinitamente
más amplio que contencioso”.

Decir que el juez descubre o halla significados presentes en la ley no puede tener para la sociología del derecho
otro valor que una opinión.

Entendemos que esas decisiones que muchas veces se justifican y racionalizan en el descubrimiento de
significados objetivos, se encuentran condicionadas por ideologías, prejuicios, costumbres, hábitos de pensamiento, etc. Y
que la ley es solo una variable más que lleva al resultado jurídico.

El mensaje jurídico: su emisión recepción: discusión de carácter univoco y análisis de casos.

El mensaje jurídico para que exista claridad, tienen que ser inequívocamente comprendidos, es decir que no debe
haber discrepancia en el sentido entre lo que se emitió y lo que el otorgado recibió.

Umberto Eco, ha señalado una suposición de este tipo según el cual cada signo del mensaje corresponde a una
significación precisa para el emisor y receptor. Pero en realidad cada emisor (significante) abre un campo semántico amplio
en el espíritu de quien lo recibe (es decir que puede tener un amplio significado según quien lo estudie). Cualquier situación
de comunicación está determinada por variables psicológicas y por la situación social y cultural. Es decir que por mucho que
se esfuerce el emisor por articular el mensaje inequívocamente de manera que se entienda claramente por el receptor, las
variables son amplias. Se trata de complejos mensajes jurídicos que aluden a infinidad de situaciones y supuestos de
hechos.

Ya no hay códigos informales comunes, ni ideologías compartidas por todos, y las ideas sobre el derecho son muy
amplias.

Algunos casos son:

1. El primer supuesto es cuando el receptor no comparte el mismo código que el emisor. Como, por
ejemplo, inmigrantes, comunidades indígenas, y los pertenecientes a culturas muy separadas de la nacional. Puede
pasar que lo que es delito en una cultura, en otra no.
2. El segundo caso, es alteraciones del código por sucesión de generaciones. Puede pasar que la
interpretación de un código 100 años después, es diferente a como era en un principio. Eje: prohibición del divorcio
vincular.
3. Alteración de códigos de interpretación en la recepción de leyes. Hace referencia de admitir
legislaciones comparadas tomadas como modelos técnicos adecuados y que no son comprendidas de la misma
manera. Si admitimos un modelo extranjero, no lo interpretaremos de la misma manera que lo hacían ellos.
4. Es cuando un legislador o codificador no usa el mismo método en su propio trabajo o es incorrecto.

El servicio de justicia, la vigencia de sus resoluciones y el lenguaje jurídico

En el contexto de la deslegitimación de ciertas instituciones, el reconocimiento político y jurídico real de la diferencia,


de la desigualdad tendría en cuenta la contemporaneidad de los otros le otorgaría a ese otro- al diferente o no conformista-
un grado de autonomía.

La situación del reconocimiento del otro da la posibilidad de aceptar en el campo jurídico la existencia de numerosas
trayectorias independientes, de otros sectores, que no pertenecían a sectores homogenices y no fueron visibilizados por el
campo jurídico, debido a su escaso o nulo capital ocio-cultural.

Esta situación de reconocimiento implica una visión positiva (el otro, excluido-periférico) está presente.

El reconocimiento de la ciudadanía plena en los sectores desaventajados (o periféricos) es producto de


interrelaciones entre actores que producen la visibilizacion de necesidades. Se trata de la esfera de la posibilidad de la
existencia de la multiplicidad donde coexisten distintas trayectorias personales y de agrupamientos, la que hace posible más
de una voz que visibiliza situaciones desconocidas o no reconocidas. “Sin ciudadanía plena no hay multiplicidad, sin
multiplicidad no hay ciudadanía plena”.

La presencia del “otro” abordado desde la Sociología Jurídica permitirá analizar la relación que existe entre: a) La
normativa jurídica, las reglas sociales y el poder b) La legislación inclusiva y las prácticas de órganos judiciales con
estructuras burocráticas del siglo XIX (deslegitimadas) c) Los operadores del derecho con poder en el servicio de justicia,
sus intereses, necesidades de sujetos protagonistas de una sociedad compleja. d) Las expectativas de inclusión desde las
acciones plasmadas en fallos y resoluciones judiciales. Sociología Jurídica: rescata a las normas jurídicas (fallos y
resoluciones) como un instrumento, una forma de legitimación, una excusa o un mero enmascaramiento que en realidad es
un dispositivo de control, funcional a determinados sectores.

El derecho es una herramienta de control y legitimación, como también de transformación social. Desde este
aspecto la sociología Jurídica suministra los instrumentos de comprensión de la cultura judicial, para poder enfrentar la
resistencia en los procesos de transformación social. Se busca enfrentar a todo mecanismo de neutralización (en fallos,
sentencias) de los fenómenos sociales que llevan, con el tiempo, a hacerlos pasar como naturales; al mostrar a los agentes
sociales los resortes de la dominación para poder poner en juego acciones políticas.

El servicio de justicia y la inclusión social

El servicio de justicia es democrático e inclusivo en la medida que tienda, con su práctica, no a reproducir sino a
transformar las diferentes formas de exclusión (económica, política, cultural, social).
Hay situaciones, a modo de hipótesis, que parecería que el servicio de justicia actúa como agente de resistencia y
de mantenimiento de la criminalización de situaciones sociales, no como agente innovador e impulsor de la ciudadanía
plena: y podría ser las razones de la misma la inercia, apatía, desidia institucional, alianzas con corporaciones identificadas
con sectores conservadores extrajudiciales, falta de capacitación y preparación de los operadores jurídicos…etc.
Los operadores del derecho (por ej. jueces) producen códigos simbólicos (fallos y/o resoluciones) que en la medida
que se desarrollan y se constituyen forman instituciones, organizaciones y los modos de ejercer influencia sobre los
individuos.
En el caso del servicio de justicia, el punto de vista de quien domina (directa o indirectamente) se convierte en punto
de vista en evidente y universal. El servicio de justicia instituye e inculca formas simbólicas de pensamientos comunes,
esquemas prácticos de percepción, evaluación y acción. Se apunta, de esta manera, a imponer una visión de mundo
conforme a los intereses de los operadores.
Es importante remarcar que en el caso de los operadores del derecho en general, pero de manera particular el del
juez, surge una categoría que es la del actor u operador que puede ser considerado “reticente” o apático en referencia a sus
funciones y a la legislación a aplicar. El caso del “jurista reticente” es aquel actor que en un cargo y ejercicio de la
magistratura vulnera derechos y garantías de sectores sociales; es el actor que debiendo cumplir con sus funciones no lo
hace o lo demora, y esto se debe a diferentes motivos: a) falta de capacitación y actualización b) retraimiento sobre
problemáticas por una cuestión de carencia de afinidad y poco compromiso con su cargo. c) dependencia informal de los
intereses de otros poderes del Estado.
La vigencia jurídica de las resoluciones judiciales

En un fallo se pueden identificar conductas conformistas y funcionales o que tiendan a un proceso de


transformación y cambio a partir de la promoción de acciones innovadoras. La función judicial será transformadora cuando
más capacidad institucional tenga para defender los intereses de los sectores más desprotegidos. La función judicial será
más o menos transformadora cuando más capacidad institucional tenga para defender los intereses de los sectores más
desprotegidos. Por lo expuesto, se debe considerar que el fallo es una construcción lingüística. Lo importante no es que se
dice sino quien lo dice (juez) y por qué lo dice.

La vigencia y el lenguaje jurídico

El lenguaje jurídico se caracteriza por el uso de términos técnicos integrados en la lengua común desde sus
orígenes. Al ser técnico tiene expresiones que denotan principios, preceptos y reglas a que están sometidos las relacione
humanas en toda sociedad. El lenguaje jurídico utiliza reglas prescriptas, porque desea proponer o provocar ciertas
conductas en los destinatarios.

Propiedades del lenguaje jurídico en los operadores del derecho:

a) Prescriptivo (o descriptivo): en la descripción el lenguaje porta una noticia, un retrato o


representación de situaciones que puede ser calificada como verdadera o falsa; en cambio se usa prescriptivamente
cuando se quiere dirigir a otro y otros para que hagan o no hagan algo, se pretende controlar o cambiar el curso de
los acontecimientos de alguna manera, este lenguaje puede ser válido o invalido. El sentido descriptivo o
prescriptivo de un enunciado no depende del enunciado mismo sino de la voluntad del sujeto que produce el
enunciado.
b) Puede ser sincrónico o diacrónico: El lenguaje es sistemático y forma parte de las pautas sociales,
como código aceptado por cierto grupo. I. El sincrónico es aquel que observa los usos lingüísticos desde un punto
de vista estático, el aquí y ahora de una categoría del lenguaje jurídico; esto es hacer un corte temporal y
determinar las pautas que en ese momento componen la lengua aceptada por la comunidad lingüística. II. Por otra
parte, el enfoque dinámico examina la evolución del lenguaje a través tiempo)

III. Performativo (o realizativo): El filósofo ingles J.L. Austin elaboro una teoría que se conoce como “teoría de los
actos del habla”, en ella propuso que hablar no es solamente informar sino también “realizar” algo, hace referencia a la
capacidad que tienen las expresiones jurídicas de convertirse en acciones y transformar la realidad. Los actos del habla son
aquellas acciones verbales que producen un mutuo entendimiento y que se realizan cooperativamente.

Hay tres tipos de enunciados performativos: a- Enunciados locutivos que hacen referencia a la frase dicha en si
misma; b- Enunciados ilocutivos (intención de la frase), llevar a cabo algo a partir de la palabra- prometer, jurar, condenar-;
y los c- enunciados perlocutivos (conducta que causa la frase) es la acción o reacción que provoca en el interlocutor.

La función de este léxico es sintetizar los conceptos básicos en los que se sustenta la experiencia y el saber
metódico acerca de las instituciones jurídicas. Hay que rescatar dos elementos de importancia: las instituciones jurídicas
son un paso de importancia en el proceso de normalización y pueden llegar a ser herramientas de transformación social. El
mundo social está sembrado de “llamadas al orden” que solo funcionan como tales para los individuos predispuestos a
percibirlas.

El lenguaje jurídico inclusivo

Si el lenguaje jurídico es performativo implica que puede desarrollar, además de prácticas limitadas a lograr el
conformismo en el campo social, prácticas inclusivas al modificar los enunciados. Sin embargo, estos cambios se han
materializado en una de las instituciones jurídicas como es el servicio de justicia con numerosas dificultades. Se puede
identificar la orientación de las conductas de los agentes en cuanto sean de resistencia…o de cambio, según los
enunciados.

Se pueden detectar referentes que implican modificación en los enunciados, sin renunciar a una reformulación del
lenguaje jurídico técnico, hecho que ocurre de manera constante en los estudios diacrónicos.

1. Se destaca un discurso polisémico. Se trata de palabras, fragmentos de discursos o discursos


completos que tiene varios significados o diversas acepciones (vg. Justicia por cumplimiento de la ley).
2. Prevalece un análisis del caso a partir de patrones jurídicos inclusivos y extrajurídicos (sociales,
culturales, económicos, geográficos, históricos, psicológicos, etc.) Se tienen en cuenta numerosas dimensiones
relevantes de la vida cotidiana, el reconocimiento de la diversidad y la promoción de las diferentes identidades.
3. Sobresale un reconocimiento de la funcionalidad de la inclusión social en la gestión judicial. Es
funcional para el sistema judicial considerar o reconsiderar las necesidades e intereses de sectores periféricos o
expulsados, esto contribuye al objeto del servicio de justicia.
4. La resolución, fallo o sentencia remarca la calidad de vida subjetiva del actor social.
5. Desplazar los estereotipos jurídicos dando lugar a que se aplique la investigación social para
abordar la complejidad de una causa.

Utilidad de la sociología del derecho

La sociología del derecho puede brindar información útil a la ciencia del derecho en casi todos los temas. Lautmann
habla del aporte a la actividad de los juristas y los jueces, al brindar información sobre los estados sociales, con el fin de
aplicar una decisión a la realidad social que pueda ser efectiva. Esto es más claro, cuando por carecer de una norma
específica, debe crearse la solución doctrinaria o judicial, a partir de principios generales (concepciones morales, éticas o
costumbres).

Al ser las leyes expresiones del poder político, tanto el jurista como el juez deben conocer la realidad social de sus
propuestas y los fundamentos políticos de las soluciones dadas. La valoración política deberá hacerse a partir de
información básica sobre el ámbito social para cuyos problemas ofrece soluciones, conocer las necesidades básicas y
determinar la influencia que la reforma legislativa puede tener en las conductas. Esta información no debería estar fundada
en suposiciones o en la limitada experiencia que como abogado o como juez pueda tener el jurista. Estos no pueden
conocer este tipo de cuestiones, pues excede su marco de conocimiento y de técnica, el aporte debe ser hecho por la
sociología.

Ejemplo: ley de divorcio vincular en Argentina; ¿qué influencia tiene la formulación de normas relativas a daños y
perjuicios sobre la prudencia de la gente al conducir? En estos casos se trata de averiguar el influjo del orden jurídico sobre
la realidad social, como un modo de fundamentar modificaciones legislativas.

La sociología puede brindar apoyo al jurista en todas las actividades organizacionales de que ordinario realiza, estos
conocimientos ya no pueden marginarse de su diario operar. El desconocimiento de las técnicas de gestión que enseña la
sociología de las organizaciones significa, para el juez, no poder llevar a cabo su objetivo de administrar justicia de modo
efectivo.

No es esta, sin embargo, la única utilidad que prestar la sociología a un juez. Podemos agregar:

1. Conocimiento del marco social de la situación de hecho sobre bases científicas, más firmes que las
suposiciones (carrera criminal, familia desintegrada, estigmatización y marginalidad, subcultura, etc.)
2. Valoración de las consecuencias del fallo permite o conformarse con sentencias adecuadas al
derecho material, sino que la preocupación debería orientarse a dictar una decisión socialmente exitosa, aceptable
por los interesados y susceptible de ser cumplida.
3. De la misma manera, este conocimiento puede ayudar a neutralizar: a) la presencia de
consecuencias negativas típicas de la actividad judicial; b) el conocimiento por el juez de la selectividad detectada
en el castigo del delito por parte de los tribunales; c) las consecuencias de la rotulación o estigma criminoso para los
delincuentes, d) las consecuencias nefastas de la reclusión de menores y el evidente uso criminal que los mayores
hacen de ellos; e) la inevitable carrera delictiva que las circunstancial represión no detiene, etc. Si se conoce todo
esto, se pueden inducir conductas preventivas adecuadas al objetivo de control del delito.
4. Determinados contenidos de las normas aluden a regularidades sociales cuya conceptualización
corresponde tanto a la sociología como a la ciencia del derecho: costumbres, usos comerciales concretos, modos
usuales de relación entre cónyuges o padres e hijos (antes estaba la “moderada corrección de los hijos”)
5. En el caso de conflicto entre normas jurídicas y normas subculturales de las partes, la sociología
colabora. El juez puede conocer, a partir del proceso de socialización, la producción determinado comportamiento-
delictivo o no delictivo- si se trata de conductas desviadas, respecto del medio social propio del agente, o si no lo
son. Por ejemplo, si la persona sometida al proceso o demandada, puede ser extranjera o de estamento bajo, y que
las normas jurídicas sean contradictorias a las internalizadas por ellas (ejemplo: consumo de drogas).
6. La sociología ayuda a la reflexión sobre la propia tarea judicial (brinda la posibilidad de no
encerrarse en determinada óptica dogmática, y tener un enfoque pluralista.
7. La crítica de las normas jurídicas que se aplican o se dejan de aplicar, solo puede efectuarse con
conocimiento cuando se incluyen los supuestos de creación de normas, sus consecuencias funcionales o
disfuncionales y los posibles resultados de una alternativa legal o jurisprudencial.

También son temas de interés y estudio de la sociología jurídica el ejercicio de las profesiones jurídicas, los estudios
de estratificación social y administración judicial, la investigación sobre los aspectos criminológicos. La lista es extensa ya
que se trata de vincular la práctica social con las normas jurídicas que pretenden abarcarlas y en la sociedad moderna no
existe prácticamente un ámbito social que no pretenda ser alcanzado por el orden jurídico.

Género y construcción del conocimiento social

Este articulo habla sobre la construcción de la identidad de la mujer. Dice que el reconocimiento de la mujer como
“sujeto de derecho”, le da un resignificado al discurso de las mujeres.

El derecho como discurso social

Los críticos comparten la idea de que la ciencia del derecho interviene en la producción de su objeto y lo construye,
en tanto lo explica mediante categorías y conceptos.
Después hay otro concepto reduccionista del derecho, presentado como pura norma, lo ven como una práctica
discursiva social y específica, que expresa los niveles de acuerdo y de conflicto que operan en el interior de una formación
histórico-social determinada.
El Derecho es un discurso social, y como tal, dota de sentido a las conductas humanas y los convierte en sujetos, al
mismo tiempo que opera como gran legitimador de poder, que habla, convence, seduce y se impone, a través de las
palabras de la ley. Ese discurso jurídico intuye, dota de autoridad, faculta a decir o hacer y su sentido resulta determinado
por el juego de las relaciones de dominación, por la situación de las fuerzas en pugna en un cierto momento y lugar.
Cada vez que el derecho consagra alguna acción u omisión, está consagrando donde reside el poder y como está
distribuido en la sociedad.
La estructura del discurso jurídico, que articula diferentes niveles, encubre, desplaza y distorsiona el lugar del
conflicto social y permite al derecho instalarse como legitimador del poder, al que desplaza y torna neutral.
El discurso del derecho es tolerable, mientras esconde una parte de sí mismo. Es ordenado y coherente, genera
seguridad y confianza.
Ese discurso jurídico se compone de niveles:
1) órganos autorizados para crear las normas.
2) Teorías, doctrinas, opiniones resultantes de la práctica teórica de los juristas y por el uso y la
manipulación del primer nivel. La actuación de los abogados, profesores, y operadores del derecho.
3) Las creencias y los mitos que se alojan en el imaginario social sin el cual el discurso del orden se
torna inoperante.

El sujeto del Derecho

Todo el derecho moderno, se organiza en la noción de “sujeto de Derecho”. Mariano Maresca dice que la noción de
derecho a la que tanto se alude es “una caja vacía, en la que se encuentra lo que previamente se ha puesto en ella”. Por su
parte François Collin señala que todo es cultural, está producido por las relaciones de los seres humanos, y no existe
ninguna naturaleza humana, como tampoco existe la naturaleza femenina y masculina”
En el S. XX han demostrado un fuerte cuestionamiento a una noción univoca de lo que es la racionalidad, la verdad,
y la naturaleza humana. La consciencia y la voluntad que definen al sujeto moderno, ha sido desplazada por la idea de que
el sujeto del derecho es una ficción que nos delinea como “libre”, cuando en realidad no lo somos. El derecho nos
constituye, nos instala frente a otros, y ante la ley, sin ser aprehendidos por ese mundo de lo jurídico no existimos, existimos
según sus mandatos, porque la ley nos reconoce como sujetos de derecho. Existe una multiplicidad de relaciones de
subordinación.
Podremos concebir al agente social como una entidad constituida por un conjunto de posiciones de sujetos que no
pueden estar nunca estar fijados en un sistema cerrado de referencias; una entidad constituida por una multiplicidad de
discursos entre los cuales no tiene que haber necesariamente relación sino un movimiento constante de sobre
determinación y desplazamiento. Hay muchas interpelaciones donde se nombra a una cualidad del sujeto (“BUEN PADRE”,
“BUENA HIJA”, “BUENA MUJER”), y esto genera una constitución previa del “sujeto”.
Todo sujeto de derecho se constituye hacia fuera o hacia dentro, pero siempre en contra de otro. No hay sujeto sin
otro y quien es ese sujeto, depende de la ley. Esto constituye a los sujetos de derecho, en “ciudadanos”.
La ciudadanía debería de dejarse de considerar como “igualitaria” y pensarse como “diferencia”, donde habría que
trabajar teórica y prácticamente en una sociedad fragmentada, que carece de proyectos colectivos y prima el individualismo.
Se propone reconocer la diferencia, dejar de creer en la igualdad y transparencia, para poder superarla. Porque
negarla, naturalizarla, justifica esa desigualdad.
“La igualdad ante la ley” alude desde la ley a la “condición humana” dentro de las limitaciones que ella incluye. ¿La
pregunta es si debemos reconocer las diferencias, para ser considerados iguales?
UNIDAD 2
Norma jurídica y otros sistemas normativos. Norma social y norma jurídica.
La palabra norma evoca al menos dos significados diferentes: por un lado, hace referencia a un comportamiento
obligatorio, de una línea de conducta debida y, por el otro, se refiere a algo que ocurre con cierta regularidad, algo que es
normal.
En el primer sentido el énfasis se pone en la exigencia de que las cosas se ajusten a un parámetro establecido. En
el segundo, el acento se pone en la normalidad, en la recurrencia.
El primer sentido es sobre todo utilizado en el derecho y en la moral, mientras que el segundo es más común en la
sociología y la antropología.
Esta ambigüedad entre lo que ocurre (ser) y lo que debería ocurrir (deber ser) es el origen de múltiples
exploraciones y debates acerca del concepto de norma. Los defensores de la primera de estas posiciones -conocidos como
iuspositivistas- estiman que la esencia del Derecho está en la sanción, es decir en la capacidad del aparato coercitivo
estatal para imponer el comportamiento debido (deber ser). Los defensores de la segunda posición -los iusnaturalistas-
consideran que la esencia del Derecho está en la correspondencia entre la norma (deber ser) y un sentido de justicia -
natural o racional– que existe en la realidad (ser) Desde el punto de vista sociológico las normas sociales son algo más que
una simple regularidad.
La norma social no se confunde con la mera costumbre. Para que exista una norma social se requiere que se
desencadene una reacción hostil frente a la persona que se aparta del comportamiento establecido. Así por ejemplo es
normal que en muchos países la gente se ponga de pie cuando oye el himno nacional. Esa es una costumbre y una
regularidad pero también es algo más que eso, es una norma que impone una cierta manera de comportarse y por eso
entraña un reproche social respecto de quienes no siguen la norma. Las regularidades sociales que se convierten en
obligatorias son muy frecuentes en la sociedad y por eso hay que evitar la imagen de que casi toda la regulación social
proviene de normas creadas y promulgadas por autoridades competentes. Las acciones socialmente regulares no siempre
pueden ser explicadas, ni como el resultado de la obediencia a las reglas, ni tampoco como una simple causalidad.
En la vida social confluyen tres sistemas reguladores: 1) el jurídico, 2) el moral y 3) el social. A cada uno de estos
sistemas corresponde un tipo de sanción específica: la multa o la cárcel en el caso de las leyes, la culpa, en el caso de la
moral y la vergüenza en el caso de la cultura. En la práctica, sin embargo, los tres sistemas tienen fuertes conexiones.
Buena parte de la moral que predomina en una sociedad está incorporada en el Derecho. Esto se pone en evidencia en la
simple constatación de que buena parte de lo que la moral condena el Derecho también lo condena (o simplemente lo
ignora). Si de lo que se trata es de lograr una sociedad bien ordenada, ¿qué relación debe existir entre estos tres órdenes
normativos? El ex–alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, experto en cultura ciudadana, responde a esta pregunta diciendo
que debería haber una “armonía” entre estos tres sistemas reguladores. La armonía entre ley, moral y cultura suele estar
presente en sociedades bien ordenadas y socialmente homogéneas, con niveles bajos de conflictividad y mecanismos
claros de resolución de conflictos. Convivir, dice Mockus, es “dejarse regular por ley, moral y cultura…”. Quien logra
moverse sin contradicciones entre estos tres sistemas, es un “anfibio cultural”; es decir una persona (buen ciudadano) que
ayuda a disminuir las tensiones que las sociedades modernas amantes de la diversidad cultural y del pluralismo introducen
en esa triple regulación. Existe armonía entre ley, moral y cultura, cuando los comportamientos ilegales se desaprueban
moral y culturalmente, y por lo tanto prospera la cultura de la legalidad. A Mockus le preocupan aquellos casos en los cuales
surge una aprobación social o moral de comportamientos ilegales. Dicho en otros términos, le preocupa el divorcio entre
moral y costumbre por un lado, y Derecho por el otro.
Si bien desde el punto de vista de las políticas públicas (desde el punto de vista del alcalde, por ejemplo) la
búsqueda de la armonía parece adecuada, desde el punto de vista del individuo que actúa en el espacio público, la actitud
ciudadana debe consistir en subordinar la moral y las normas sociales en beneficio del acatamiento de las normas legales.
Eso sucede cuando, por ejemplo, alguien que considera que la homosexualidad es inmoral está obligado a respetar a los
homosexuales en el trabajo o en el espacio público. En ese caso, no debe buscarse la armonía entre sus convicciones
morales y la ley sino la subordinación de aquellas a esta.
Las razones por las cuales una persona cumple con una norma no sólo pueden ser muy distintas, sino que es
posible que obedezcan a diferentes sistemas reguladores. Alguien puede desobedecer una norma legal porque actúa en
acatamiento de una norma social o de una norma moral o viceversa.
Así por ejemplo:
1. hay conductores que no se pasan los semáforos en rojo porque les da vergüenza, no porque les da
miedo que los sancionen. En este caso el conductor acata la norma jurídica (el respeto del semáforo) no por la
norma misma, sino por obedecer otra norma, una norma social según la cual está mal visto pasarse el semáforo en
rojo. Esa misma persona se pasaría el semáforo en rojo si estuviera sola y eso debido a que no tiene cómo sentir
vergüenza ante los demás, que es justamente lo que lo disuade de incumplir.
2. Algo similar puede pasar cuando una persona obedece la norma jurídica para no sentir culpa, no
para evitar la sanción. (acata la norma jurídica por obedecer una norma moral)
3. También puede suceder que una persona cumpla una norma social, por ejemplo, no tirar basura en
la calle, porque teme que le impongan una multa, pero que cuando se entera de que dicha multa no existe, incumple
sin problema. (Acata la norma social por obedecer una norma jurídica y evitar la sanción , la multa)
Una sociedad funciona mejor cuando las sanciones de los tres sistemas normativos son efectivas. En los países en
donde los niveles de incumplimiento de reglas son bajos, muchas personas cumplen el Derecho porque les da vergüenza,
no porque temen que los sancionen.
La abundancia de sinvergüenzas en una sociedad es siempre un problema que debe ser compensado con una
mayor efectividad de la sanción jurídica, sin que ello implique caer en la situación de los estados totalitarios, en donde casi
todos obedecen por miedo a que los sancionen.
Una política pública para mejorar los niveles de incumplimiento debe procurar mejorar la sanción legal, por un lado,
y por otro, la cultura ciudadana encaminada a mejorar los niveles de sanción social. Por eso, el tema de la impunidad no
sólo es un asunto importante cuando se trata de normas jurídicas y sobre todo penales, sino también un asunto importante
tratándose de normas sociales.
Buena parte del incumplimiento de las normas que regulan la vida cotidiana en la ciudad, por ejemplo, las normas
de tránsito, está respaldado en el hecho de que los incumplidores no reciben ningún reproche social; obran con total
impunidad.

Eficacia del Derecho y de las Normas

Uno de los temas fundamentales de la Sociología Jurídica es la Eficacia y la Efectividad del derecho, puesto que
tiene que ver con la realización del Derecho objetivo y de los derechos subjetivos de los individuos, y en consecuencia con
la legitimidad de los sistemas políticos y el desarrollo económico sustentable.
La efectividad y eficacia de la norma jurídica suele denominarse también como efectos de las normas jurídicas. Los
niveles de eficacia de las normas jurídicas vigentes constituyen un factor influyente en los niveles de conciencia jurídica de
los ciudadanos: los bajos niveles de conciencia jurídica de los ciudadanos impactan negativamente en el grado de eficacia
de las normas jurídicas. La eficacia del derecho es un presupuesto para garantizar la seguridad jurídica a nivel social

Eficacia de las normas, diferencia con otros términos afines.

Los autores hablas de eficacia de las normas en dos niveles:


En un primer nivel, la eficacia de las normas, supone su cumplimiento “si las normas son o no de hecho obedecidas
por sus destinatarios y si los jueces y demás aplicadores del Derecho las hacen cumplir”.
En un segundo nivel, la eficacia se refiere a los ulteriores efectos sociales, económicos, etc. derivado de hecho de
que la norma se cumpla; las consecuencias sociales de la eficacia de las normas. Esta apreciación es una aportación de la
concepción del iuspositivismo formalista.

Diferencia con efectividad.

Para Kelsen la cuestión de la efectividad y eficacia de las normas aparece como una cuestión de validez de las
normas jurídicas. Una norma jurídica solo es válida cuando el comportamiento humano que ella regula se le adecúa en los
hechos, de lo contrario es inválida.
Un orden jurídico es válido cuando sus normas son eficaces, son fácilmente acatadas y aplicadas.
El realismo jurídico de Pound desarrolla la idea del Derecho como un instrumento de control social.
Formulando que la esencia del Derecho es proporcionar orientaciones al juez sobre la idea de lo justo, fuera de los
puramente normativos; entonces la exactitud y eficacia de las normas serán verificadas en la medida en que satisfagan o no
las necesidades sociales para las cuales fueron dictadas.
Cabe significar que numerosos autores emplean los términos eficacia y efectividad de las normas jurídicas como
sinónimos. Sin embargo, un sector importante de la teoría ha llamado la atención sobre la necesidad de diferenciarlos
claramente.
Así, si se visualiza el concepto de efectividad de modo más estricto habría que diferenciar efectividad de eficacia y
entender la primera reducida solamente a lo que se ha aludido como una eficacia de primer grado. Y entender que la
eficacia resulta un fenómeno de alcance mucho más amplio.
La efectividad hace referencia a las conductas que los obligados producen para evitar sanciones y eficacia se refiere
a la relación entre las conductas y las intenciones del legislador.
Existe efectividad en el cumplimiento (conducta de los obligados que “acatan “las normas) y efectividad en la
aplicación (conductas de los órganos obligados a aplicar las sanciones). Dentro de la efectividad entendida como aplicación
existe la efectividad formal y material.
*Efectividad formal: casos en que una norma es efectiva solo formalmente, pues se ha producido la norma
individual, pero no se ha producido la conducta requerida.
*Efectividad Material: cuando se ha producido la conducta requerida por la norma general.
Nivel de efectividad = Nivel de cumplimiento + Nivel de aplicación.
Para lograr un alto nivel de efectividad en una norma habría que lograr un alto nivel de cumplimiento por los
destinatarios y de aplicación.
EFICIENCIA del Derecho: concepto empleado como esquema de variables fundamentales, el Costo y el Beneficio.
Una norma es eficiente cuando los beneficios son mayores que los costos.
La investigación para evaluar la eficiencia de las normas se estructura en tres fases: 1. Modelar teóricamente los
costos y beneficios posible que se esperan. 2. Determinar empíricamente los costos y beneficios reales obtenidos. 3.
Comparar los costos y beneficios esperados con los reales.

Eficacia de las normas, ¿Cómo medirlas empíricamente?

Determinar la eficacia de una norma supone evaluar el resultado de la correlación entre Propósitos y Resultados de
dicha norma.
Eficacia de la norma = Propósitos sociales – Resultados sociales.
Habría eficacia si los resultados obtenidos en la sociedad se corresponden o superan a los propósitos esperados
por el legislador con la norma.

Factores que determinan el nivel de eficacia de las normas.

1. Calidad de la norma j: cualidad de la norma de cumplir los requisitos formales para regular
adecuadamente las relaciones sociales, sin imperfecciones técnicas.
2. Funcionalidad de la norma: utilización de la norma. A partir de la frecuencia y el número de veces
que la norma es usada.
3. Calidad de aplicación de la norma: se obtiene cuando se cumplen los pasos para lograr la
realización de la norma por vía de su aplicación por los operadores del derecho.
4. Calidad de interpretación: cuando los operadores del D establecen la selección de la norma
aplicable, el sentido y el alcance.
5. Conciencia jurídica: conjunto de conocimiento, opiniones, ideas de los individuos acerca de las leyes
y sus fundamentos.

Conclusiones:

Efectividad se refiere al hecho de que las normas sean obedecidas por los destinatarios y aplicadas por los
operadores jurídicos.
Eficacia es un concepto más abarcador, llega al hecho de que se produzcan las conductas sociales previstas por el
legislador, relación entre propósitos y resultados.
Eficiencia plantea una adecuada relación entre los costos y beneficios de las normas jurídicas. Los tres conceptos
pueden aplicarse complementariamente e integrarse.
Los factores que determinan el grado de eficacia del derecho objetivo y subjetivo deben buscarse en el estado y en
el comportamiento de los demás elementos que conforman el sistema jurídico.
También deben considerarse los factores económicos, políticos y culturales.

Laicidad y derecho. Laicidad y Democracia. Separación entre derecho y moral.


Laicidad y Democracia

Laicidad es un término equívoco y con más de un sentido. Por ello es oportuno aclarar su significado y alcance.
Hoy más que nunca, el tema de la laicidad es decisivo para el futuro de nuestras democracias. Ello por dos razones
que se encuentran relacionadas:
En primer lugar, porque en todo el Occidente democrático, está en curso una especie de regresión en el proceso de
secularización, que se manifiesta en el resurgimiento de fenómenos como los fundamentalismos religiosos, el miedo al
diferente, la intolerancia y los conflictos étnicos vinculados con nuevas antropologías de la desigualdad. Fenómenos que
contradicen los principios de la neutralidad ideológica de las instituciones y de la igual dignidad de las personas que
constituyen la consecuencia de la laicidad. Tenemos como ejemplos de esta regresión en el proceso de secularización a:
a. el papel legitimador que tiene la religión en la política de agresión estadounidense presentada como
una lucha entre el Bien y el Mal. (Guerra contra el terrorismo)
b. la ausencia que existe de una cultura política laica, capaz de rechazar las pretensiones de la Iglesia
católica, que intenta moldear al derecho y a las instituciones para ajustarlas a sus propias concepciones morales.
Desde la campaña contra el aborto y la procreación asistida, hasta el reconocimiento de las parejas de hecho;
desde la imposición del sufrimiento terapéutico a los enfermos terminales: opciones y concepciones que se
presentan como “verdaderas”, como verdades reveladas que deben traducirse en normas jurídicas.
En segundo lugar, porque en las sociedades complejas actuales, caracterizadas por el pluralismo cultural, religioso,
político e ideológico, la laicidad del derecho y de las instituciones es la única barrera posible; la única alternativa racional a
tantos fundamentalismos y fanatismos y a las consecuentes guerras de religión y choques de civilizaciones.
Solamente la laicidad del derecho, en tanto técnica de garantía de los derechos y de las libertades de todos es
capaz de garantizar igual valor y dignidad a las diferencias, de excluir cualquier discriminación o privilegio y, por ello, la
convivencia pacífica.
Este doble reto nos obliga a repensar y reafirmar los valores de la laicidad, que están íntimamente vinculados con
los valores de la libertad, de la igualdad, de la democracia y de la paz. Y con los “valores de la laicidad” me refiero a los
valores tanto de la laicidad del derecho, como de la laicidad de la moral, contra las pretensiones católicas de poseer el
monopolio de la moral.

La separación entre Derecho y Moral

¿En qué consiste la laicidad del derecho y del estado? Me parece que la fórmula más apropiada para contestar esta
pregunta es la de la separación entre derecho y moral, o bien, entre derecho y religión o, todavía, entre derecho y justicia.
Desde mi punto de vista, lo que quiere expresarse son dos principios fundamentales:
En un primer significado, asertivo y teórico, la tesis de la separación entre el derecho y la moral es un corolario del
principio de legalidad. En este sentido, la tesis expresa dos autonomías recíprocas: la autonomía del derecho ante la moral,
y la autonomía de la moral ante el derecho, en tanto esferas una pública y la otra privada diferentes y separadas. El
derecho, nos dice esta autonomía, no es (no proviene de) lo que es (se considera), “justo” o apegado a una determinada
“moral”, “cultura” o “religión”; sino que es solamente aquello que es configurado convencionalmente por el legislador. En
sentido inverso, la moral (así como las diferentes ideologías, religiones y culturas) no se basa (de hecho, no es posible que
pueda basarse) en el derecho; esto es, en normas heterónomas porque se fundamenta en la conciencia individual y en su
valor en cuanto fin en sí misma.
En un segundo significado, prescriptivo y axiológico, la tesis de la separación es un corolario del principio de
ofensividad. El derecho y el estado no encarnan valores morales, ni tienen la tarea de afirmar, de sostener o de reforzar la
(o bien, una determinada) moral o una determinada cultura, religión o ideología. No deben, por lo tanto, inmiscuirse en la
vida moral y privada de los ciudadanos, defendiendo o prohibiendo determinados estilos de vida, creencias, ideologías o
religiones, opciones políticas o culturales. La tarea del estado y del derecho es solamente la de tutelar a las personas
garantizándoles la vida, la dignidad, la libertad, la igualdad y la convivencia pacífica.
En síntesis: en el primer significado, la separación entre derecho y moral (o entre derecho y religión) equivale al
principio de legalidad; en el segundo significado equivale al principio de ofensividad: dos principios que conforman, de
manera conjunta, la base, en particular, de cualquier derecho penal garantista, porque tienen como finalidad garantizar la
máxima certeza, la igualdad, la sujeción del juez a la ley, la libertad contra la arbitrariedad y la intervención penal mínima.
Por otra parte se entiende cómo es que las dos separaciones la que se da en sentido asertivo (distinción), y la que
se presenta en sentido prescriptivo (separación) por más diferentes que sean, se encuentran conectadas. Precisamente el
reconocimiento de la pluralidad de las morales y de las culturas impone la necesidad para tutelar las diversas diferencias
culturales, morales, políticas y religiosas de contar con una convención legal asegurada por el principio de legalidad: a
garantía de la igualdad y de la libertad de los ciudadanos contra el arbitrio. Al mismo tiempo, precisamente la diversidad de
los diferentes puntos de vista morales, religiosos, ideológicos y culturales, excluye la pretensión de quienes pretenden
modelar el derecho a su propia imagen e impone, como contrato civil de la convivencia, el papel garantista asegurado, en
materia penal, por los principios de materialidad y de ofensividad. Según estos principios sólo se castigan las acciones que
dañan a terceros y no las opiniones o los actos interiores o las identidades religiosas o culturales o políticas de las
personas. Esto en garantía de la máxima libertad de cada quien compatible con la libertad de los demás.

Dos oposiciones Cognotivismo y Anticognotivismo Ético, Heteronomía y Autonomía de la Moral

En la base de la cuestión de la laicidad, esto es del problema de la relación de separación, en vez de la


superposición, entre derecho y moral existe una cuestión epistemológica de fondo, de carácter simultáneamente meta-ética
y meta-jurídica, que se manifiesta en dos oposiciones diferentes, conectadas entre ellas, que dividen radicalmente a los
confesionalitas, y a los laicos.
La primera oposición entre cognotivismo y anticognotivismo ético: se refiere a la concepción de la verdad y de la
moral. Toda moral religiosa se propone como “verdad moral”. Por el contrario, según la concepción laica la verdad se
adecua sólo con el conocimiento empírico. Mientras que, sobre los juicios de valor no es posible afirmar si son verdaderos o
falsos; sólo podemos afirmar si son justos o injustos. Esto Significa, rechazar la ecuación entre bien y verdad que está en el
origen de la intolerancia.
La posición católica o anti-laica consiste en considerar que existe antológicamente, porque Dios o algo similar lo
quiere, la moral y que, por lo tanto, el derecho tiene la tarea de traducirla en normas jurídicas.
La posición laica, por el contrario, excluye que sea posible predicar la verdad o la falsedad de los
valores. Lo que se rechaza es la configuración como “verdad” de los principios y de los juicios morales: es decir,
rechaza el cognotivismo ético, esto es, la idea de que los valores coincidan con la verdad o se acrediten como “verdaderos”.
¿En qué sentido y porqué la ética “carece de verdad”? Porque la ética “con verdad” es una artificio tanto de la ética,
como de la verdad, y es fuente inevitable de intolerancia. Porque los valores o los fundamentos morales no son verificables.
Y porque la adhesión a dichos valores no puede imponerse a la conciencia moral de manera coactiva.

Segunda oposición: la que existe entre heteronomía y autonomía de la moral:


La moral católica y, en general, cualquier moral fundada sobre una fuente divina, es por su propia naturaleza una
norma heterónoma. De hecho, si la moral es una moral “con verdad” porque ha sido dictada por Dios o se encuentra inscrita
en la naturaleza, entonces, es claro que equivale a un sistema de normas objetivo que excluye la autonomía de la
conciencia. Es algo parecido al derecho. Por el contrario, la ética laica no es otra cosa que el reconocimiento del carácter
autónomo de la moral. A diferencia de la ética religiosa, que es una ética heterónoma, la ética laica no encuentra su
fundamento ni aspira a encontrarlo en el derecho. Es decir, no se funda en normas heterónomas. Su autenticidad se funda
en la autonomía de las conciencias individuales y en el valor de su cumplimiento como fin en sí misma.
La verdadera diferencia entre ética católica o religiosa y estado confesional, por un lado; y laicidad de la ética y del
derecho, por el otro, pasa por la oposición entre cognotivismo y anticognotivismo ético y entre heteronomía y autonomía. Si
la ética es verdad, es posible entender que equivalga a un sistema de preceptos heterónomos y que pretenda traducirse en
normas del derecho. Por el contrario, si la ética no tiene verdad y se funda en la autonomía individual, es claro que el
derecho, en tanto sistema de normas válidas para todos, debe secularizarse como una convención, un pacto de
convivencia, capaz de ofrecer garantías para todos los valores morales que cualquiera profese, renunciando a invadir el
terreno de la conciencia y limitándose a garantizar la convivencia pacífica y los derechos de todos, comenzando por su
libertad de conciencia. Por ello la pretensión de la Iglesia y de la religión de presentarse como depósitos de la verdad y, por
ende, como depositarias de un derecho “natural” basado en la ética religiosa que, a su vez, se basa en la verdad es
incompatible con un ordenamiento liberal.

Por ello, con la idea “ética del estado” y, por otro lado, con la idea “ética laica”, debe entenderse la autonomía
recíproca entre derecho y moral, entre instituciones jurídicas e ideologías políticas o creencias religiosas.
Tanto la fundamentación moralista del derecho, como la fundamentación jurídica de la moral equivalen, de hecho, a
una usurpación por parte del César, esto es del derecho, de lo que en términos religiosos pertenece a Dios y, en los
términos de la ética laica, a la autonomía de la conciencia. Desde esta perspectiva, es posible invertir el lugar común con el
que suele plantearse la cuestión en el plano metamoral: la autolimitación del derecho impuesta por el principio de la laicidad
equivale al respeto de la máxima evangélica; en tanto, según la metaética laica expresada por la misma máxima, la moral
religiosa, con su pretensión de ser positivizada como un sistema de normas heterónomas no es, propiamente, una moral;
sino, más bien, un sistema jurídico que, de hecho, la Iglesia católica pretende presentar como un “derecho natural”. Pero
también podemos invertir las tesis sostenidas por la Iglesia en el plano moral: para una ética laica, por ejemplo, la
pretensión de que dos personas que se odian deban permanecer indisolublemente ligadas en matrimonio o que una mujer
tenga que convertirse en madre en contra de su voluntad, o la de padecer una implantación forzada de embriones, o que a
una pareja de personas les sean negados derechos elementales, o incluso que a una persona se le impongan los
sufrimientos y la humillación de la vida a través de medios terapéuticos, constituyen situaciones jurídicamente ilegítimas,
pero también son inmorales, porque lesionan la autonomía y la dignidad de las personas.
La discriminación entre ética religiosa y estado laico ético o confesional, por un lado, y laicidad de la ética y del
derecho, por el otro, reside en las concepciones opuestas tanto de la verdad, como de la moral y del derecho. Solamente la
autonomía simultánea y la separación entre derecho (y Estado) y moral (o culturas) que son sistemas de prescripciones que
no son ni verdaderas ni falsas está en condiciones de garantizar, con la laicidad del derecho y del Estado, el pluralismo
cultural, la libertad de conciencia y de religión, la convivencia pacífica y el respeto de las diferentes identidades naturales,
religiosas, políticas y culturales en sociedades complejas y diferentes como son, hoy más que nunca, las sociedades
actuales. Esa separación, de hecho, se realiza precisamente mediante la convención jurídica de la igual dignidad de todos y
de la igual libertad de cada uno para practicar, sin causar daño a nadie, sus propias convicciones y opciones morales y
religiosas, cualesquiera que estas sean: mayoritarias o minoritarias, dogmáticas o agnósticas e incluso (consideradas por
otros) inmorales o irreligiosas.
UNIDAD 3
Metodología de la investigación científica

La metodología de la investigación es la teoría o ciencia del método. Esta disciplina científica, permite conocer y
comprender los métodos por los que la ciencia obtiene las pruebas que apoyan las afirmaciones de su conocimiento, así
como su alcance y limitaciones en el mundo real. Siguiendo a Kaplan (1964) podemos decir que la metodología de la
investigación es el estudio (descripción, explicación y justificación) de los métodos utilizados por los científicos para producir
nuevos conocimientos.
De ese modo, la metodología señala los procedimientos aceptados como válidos por la comunidad científica para
ampliar los conocimientos disponibles. Además, provee reglas que el investigador debe tomar como criterios y normas para
conducir el proceso de investigación, reglas para interpretar las observaciones, y reglas para obtener conclusiones.

a. El conocimiento científico

No existe persona que no posea algún tipo de conocimiento sobre algo, y menos aún en nuestro sistema actual en
el que adquirimos de manera consciente e inconsciente, un cúmulo de información proveniente de diferentes fuentes
(Ernest Nagel).
Todos los tipos de conocimientos que adquirimos proceden de nuestra actividad cognitiva. Sin embargo, no todos
revisten el carácter de científico.
Conocemos la realidad utilizando diferentes modos de aproximarnos a ella. Cada uno de esos modos permite
construir diferentes tipos de conocimiento. El conocimiento vulgar o de sentido común es producto de un largo proceso de
aprendizaje social transmitido a través de sucesivas generaciones. En cuanto a la forma de obtención se lo caracteriza
como sensible, ya que se obtiene a partir de las vivencias, las emociones de la vida diaria y las percepciones sensoriales
que recibe el sujeto en las actividades que realiza habitualmente. Otra característica que se le atribuye es su carácter
subjetivo en la medida en que es el propio sujeto el que organiza las experiencias y realiza generalizaciones y conclusiones
sin atender a reglas o normas estandarizadas.
Ahora bien, para que un conocimiento revista el status de científico debe ser el producto de un método científico.
Todo investigador acarrea, previo a la investigación, un conocimiento no especializado. La diferencia entre el saber común
(o vulgar) y el conocimiento científico es de grados, ya que la ciencia es producto de la actividad humana a través del
tiempo, y de profundizaciones y sistematizaciones que el mismo hombre aplica para transformarla en conocimiento científico
a través de la investigación científica y utilizando los procedimientos lógicos metodológicos que cada rama del saber
requiere.
Entre los cánones que se le exige a este conocimiento para ser adjetivado como científico, hay dos características
que le dan su especificidad y de las cuales se derivan otros rasgos específicos:
1. El conocimiento científico es producto de un proceso sistemático de contrastación entre una teoría o
modelo teórico y datos empíricos obtenidos de la realidad. La única manera válida de considerar un conocimiento
como científico es que sustente la verdad de sus afirmaciones en evidencias obtenidas en la realidad, ofreciendo
pruebas empíricas, lógicas y/o matemáticas.
2. Para su obtención hay que seguir una serie de procedimientos establecidos que permitan evaluar su
validez. Es decir que el conocimiento científico se basa en la aplicación de un método de investigación, método que
permite no sólo construir conocimientos sino evaluar su validez y aplicabilidad.

b. El método científico

La palabra Método, deriva del griego methodos, que significa “camino” o “sendero” que se ha de seguir para
alcanzar un fin propuesto. En el caso de la ciencia la finalidad del método sería la producción de conocimiento. El método
sería, entonces, un modo de proceder estructurado para lograr conocimiento. Pero no cualquier tipo de conocimiento, sino
conocimiento científico.
Hablamos de método científico para referirnos al conjunto de procedimientos que mediante los cuales se contrastan
modelos teóricos con referentes empíricos, con el fin de producir conocimiento científico. El método científico se convertiría
en una “estrategia consciente” encaminada a solucionar problemas planteados por el investigador con un fin determinado.
Durante muchos años predominó la idea de la existencia de un único método científico, común a todas las
disciplinas científicas. Actualmente predomina la concepción que defiende el pluralismo metodológico, es decir la aceptación
de que hay múltiples métodos para producir conocimiento científico, todos ellos válidos y eficaces para hacer avanzar la
ciencia. Este pluralismo se justifica por el hecho de que existen diferentes objetos de estudio, que poseen particularidades
propias que estudia cada disciplina, por lo que requieren de procedimientos metodológicos diferentes, ya que su naturaleza
también lo es.
Desde esta concepción amplia de método científico podemos identificar tres elementos constitutivos cuya
exposición no implica un orden jerárquico. Esos elementos son:
a. un conjunto de modelos teóricos relativos a determinados fenómenos de la realidad;
b. un conjunto de referentes empíricos o datos extraídos de la realidad; y
c. un conjunto de procedimientos orientados a confrontar o contrastar ambos sistemas de
representación de la realidad, para elaborar modelos teóricos.
De esa manera el método científico sería el conjunto de procedimientos que permiten abordar un problema de
investigación con el fin de lograr unos objetivos de conocimiento determinados. Sus pasos se podrían aplicar tanto a las
investigaciones experimentales como a las investigaciones sociales, a las ciencias de la naturaleza, de la conducta, de la
sociedad o a las disciplinas humanísticas.
El fin del método científico es la producción de conocimiento veraz, confiable y fundamentado acerca de la realidad.
El conocimiento elaborado requiere la satisfacción de tres requisitos. El primero de ellos es la veracidad, es decir
que pueda afirmarse que es verdadero. Un enunciado es verdadero cuando remite a alguna evidencia empírica, a alguna
forma de demostración lógica y/o matemática, o a ambas. El segundo criterio es la confiabilidad, es decir que se pueda
confiar razonablemente en que los datos empíricos en que se fundamentan los enunciados teóricos no poseen errores o
distorsiones. La confiabilidad es, por todo lo dicho, un atributo predicable de los datos empíricos. El tercer criterio que debe
cumplimentar el saber científico es el estar fundamentado. La fundamentación tiene tres fuentes: la de las teorías y modelos
conceptuales propios de la disciplina; la de las reglas lógicas de construcción del conocimiento; y la evidencia empírica que
sostiene los hallazgos de investigación y los enunciados derivados de ellos.
El método científico es sistemático en tanto que los procedimientos que establece se vinculan unos a otros
conformando una unidad o totalidad, en la que cada parte guarda relación con el todo y en la que cada actividad contribuye
al logro del mismo fin. Esta vinculación hace que cada una de las operaciones y decisiones deba guardar coherencia y ser
congruente con el conjunto.

c. El proceso de investigación

El camino para llegar al conocimiento científico es el método científico. Como se señaló anteriormente, el método
científico es una estrategia o procedimiento planeado para llegar al objetivo de conocer un determinado fenómeno. Pero ese
camino no es lineal, hay pasos hacia adelante y hacia atrás, nuevos comienzos y desviaciones, porque es imposible que al
inicio de la investigación se visualice todos los obstáculos que se puedan producir. El investigador si es necesario, modifica
su actividad a través de lo que aprende de sus fracasos y éxitos durante el proceso. Sin embargo, las principales etapas de
todo proceso de investigación no varían, estas comprenden desde la elección de un tema hasta la comunicación de los
resultados de una investigación.

Las Fases del proceso metodológico son:

Desde el punto de vista temporal, el proceso de investigación incluye tres fases generales:

La fase de planeación se orienta a la preparación del proyecto de investigación, tarea que incluye la definición del
diseño o protocolo de investigación. Predomina en esta fase el trabajo de escritorio y la preparación del documento escrito
comúnmente conocido como proyecto de investigación.
En la fase de ejecución se lleva a cabo la investigación planeada. Las acciones planificadas son realizadas por el
investigador o por un equipo de trabajo. Predomina el trabajo de campo y todas las actividades se orientan a generar la
información empírica necesaria para resolver el problema y justificar las respuestas al mismo.
En la fase de comunicación predominan las tareas de sistematización y de organización discursiva que permitan
exponer con la mayor claridad y de acuerdo a las convenciones propias del campo científico los hallazgos de investigación.
Esta fase se orienta a exponer los nuevos conocimientos y a prepararlos para que se introduzcan en el cúmulo de saberes
ya existentes.
Fase de planeación: el diseño de la investigación

Toda investigación de la realidad, sea científica o no, tiene como punto de partida un interés de conocimiento que
lleva al investigador a seleccionar un tema de investigación. Una vez encontrado el tema de interés, es necesario clarificar
su enfoque con el fin de seleccionar un problema de investigación; el cual deberá ser justificado, es decir, debe revestir
interés o relevancia social.

El problema de investigación

El problema de investigación supone la realización de varias actividades de indagación y de reflexión. La


formulación del problema es esencial, por cuanto implica interrogarse acerca de los hechos de la realidad. Apela para esa
indagación -como es característico de la actividad científica- a los modelos teóricos ya disponibles y se propone
enriquecerlos mediante el planteo de un problema que aporte nueva información. El problema de investigación es
fundamental porque orienta toda la investigación. No sólo motoriza el proceso investigativo, sino que desde el inicio del
proceso demarca los límites por los que debe transitar el investigador. En la ciencia un problema de investigación es una
dificultad que no puede resolverse en base a la experiencia común y para la cual no alcanzan los conocimientos
disponibles, o los mismos carecen de precisión. Aquello que caracteriza al problema de investigación es que tiene que ser
formulado en términos teóricos, es decir utilizando los conceptos propios de la disciplina o del campo científico particular del
que participa el investigador.
Generalmente los intereses personales y profesionales orientan la atención hacia algunos temas de la realidad a los
que se intenta explicar según alguna teoría particular, o desde la perspectiva disciplinar a la que adhiere el investigador. Ese
campo amplio de interés es lo que constituye el área-problema de la investigación. En términos metodológicos el área
problema constituye el objeto general de estudio, es decir refiere a un aspecto o parte de la realidad que puede conocerse y
reconstruirse a partir de ciertos conocimientos disponibles.
Una vez que se ha identificado el área-problema es necesario comenzar una serie de tareas que permitan focalizar
una pregunta que pueda ser investigada. En otras palabras, el objeto de estudio sugiere múltiples interrogantes, cada uno
de los cuales podría originar una investigación particular. La pregunta de investigación seleccionada, remarca los aspectos
subjetivos ligados a los intereses personales del investigador.
El problema como eje de los tipos de investigación (cuál es la finalidad a la que apunta la investigación)

a- EXPLORATORIA: el objetivo es explorar un fenómeno sobre el cual no se conoce demasiado. Esta


investigación es característica de los momentos iniciales en el conocimiento de un tema determinado. Suelen utilizarse
como estudios preliminares. Sus resultados permiten orientar investigaciones más específicas.
b- DESCRIPTIVA: apunta a hacer una descripción del fenómeno bajo estudio, mediante la caracterización de
sus rasgos generales. Estos estudios no implican la comprobación de hipótesis, ya que su finalidad es describir la
naturaleza del fenómeno a través de sus atributos.
c- CORRELACIONAL: Tienen como fundamento a las investigaciones descriptivas. Los estudios
correlacionales pretenden determinar si las variables de la investigación poseen algún tipo de asociación y ayudan a
establecer las relaciones existentes entre ellas. A su vez, ese conocimiento proporciona información para luego llevar a
cabo estudios explicativos. En los estudios correlacionales se quiere demostrar la relación que existe entre dos o más
variables.
d- EXPLICATIVA: se caracteriza por la búsqueda de las relaciones de causalidad. Intenta determinar las
relaciones de causa y efecto que subyacen a los fenómenos observados. Hay claridad respecto a cuál es la causa y cuál/es
el/los efecto/s. En este tipo de investigación, además de la causalidad se puede establecer cuáles son las magnitudes de
cambio entre dos variables asociadas.

Marco teórico

El marco teórico es el resultado de la selección de teorías, conceptos y conocimientos científicos, métodos y


procedimientos, que el investigador requiere para describir y explicar objetivamente el objeto de investigación, en su estado
histórico, actual o futuro.
Es importante entender la relación entre el tema de la investigación y los conceptos. El tema delimita el campo
general de la indagación. Su función consiste, en permitir al investigador el control constante acerca de que si su quehacer
se encuentra todavía dentro del objeto de investigación definido, o si se ha perdido en algún aspecto secundario. Si el
objeto nos sirve como guía o instructivo general, los conceptos son los vehículos para desplazarnos hacia el punto final de
la investigación, desconocido al inicio. Cuando se escogen mal los conceptos en una investigación, no llevarán al sujeto a
conocer lo que le interesa. Para la elaboración del marco teórico, se deberá tener en cuenta el marco histórico. Éste, es la
selección de conocimientos sobre el objeto de investigación que el investigador considera pertinente para describir su
pasado.
Una confusión que se presenta es la relación entre marco teórico, marco histórico y la revisión de la literatura. Ahora
bien, para diferenciar el marco histórico del teórico, es necesario construir primero el marco teórico, debido a que el marco
histórico depende del teórico. El procedimiento se realiza de la siguiente manera: Al seleccionar el objeto de investigación,
luego se delimita la fase o el tiempo del objeto que interesa, ejm: la inflación en Argentina en 2017. De este objeto de
investigación delimitado en el tiempo, el espacio y el significado, se deriva el marco teórico. Entre estas teorías se escoge la
que a juicio del investigador tenga mayor fuerza explicativa y con ella se construye el marco teórico. Al construirse el marco
teórico, y después el marco histórico, conviene introducir un tercer elemento: la descripción científica del objeto. La
descripción científica del objeto de investigación aporta el conocimiento empírico sobre el objeto de investigación, que junto
con el conocimiento teórico provee la base sólida para avanzar hacia la formulación de la hipótesis.

Hipótesis
Las hipótesis no son otra cosa que suposiciones respecto a cómo son los fenómenos. En este sentido, las hipótesis
científicas también son, en general, suposiciones. Son enunciados teóricos supuestos, no verificados pero probables,
referentes a variables o atributos entre los que se establece algún tipo de relación lógica.
Las teorías constituyen un cuerpo de hipótesis probadas, que cuentan con el apoyo de fuerte evidencia empírica y
se apoyan en reiteradas comprobaciones. Pese a ello, siguen siendo sistemas hipotéticos que pueden ser reformulados por
otros.
En el proceso metodológico se trabaja tanto con las hipótesis probadas –que forman el modelo conceptual- y lo que
se llama hipótesis en estado de prueba, que son aquellas que el investigador quiere someter a algún tipo de prueba
empírica. Si el problema de investigación expresa lo que el investigador desea saber sobre el objeto de estudio, y los
objetivos indican los resultados de conocimiento que se espera alcanzar, las hipótesis traducen las repuestas probables que
el investigador da al interrogante que ha planteado.
Planteado el problema de investigación, revisada la literatura y contextualizado dicho problema desde un marco
conceptual, el paso siguiente consiste en establecer guías precisas para resolver el problema de investigación. Estas guías
son las HIPÓTESIS. Las hipótesis se originan en el planteamiento del problema y se formulan luego de realizar la revisión
bibliográfica.
El proceso de prueba de una hipótesis teórica tiene dos pasos bien diferenciados: la contrastación y la refutación.
Hasta que no supera ambas instancias no puede establecerse el valor de verdad de ella.
a. La contrastación de hipótesis: El proceso de contrastación implica someter a prueba el valor de
verdad de la hipótesis en relación a la evidencia empírica que se pueda obtener.
b. La verificación de las hipótesis: Luego de la contrastación empírica debemos analizar si lo que
postulaba la hipótesis, como una respuesta probable, concuerda o no con lo que se ha observado en la realidad. A
este proceso de evaluación de la hipótesis se lo denomina verificación de la hipótesis. Si los datos obtenidos
muestran que la predicción no se cumple o contradicen lo que postula la predicción, la hipótesis directamente se
rechaza.

Las hipótesis en las investigaciones

Durante el proceso de diseño de la investigación se debe decidir que enfoque o estilo de investigación realizaremos.
Dependiendo de los datos que se necesitan recoger y los medios más adecuados para su obtención y la población que
puede proporcionar esa información, se utilizará un estilo de investigación cualitativa, cuantitativa o mixta.
Las metodologías cuantitativas y cualitativas sólo son enfoques diferentes para la recolección de datos, e incluso, si
es posible, se pueden integrar ambas metodologías (mixta). Son el problema planteado y los objetivos de la investigación
los que determinan cuáles deben ser las técnicas a utilizar para la recogida de datos. Los métodos de investigación
cuantitativos son los medios apropiados y útiles para recopilar información cuando los objetivos de la misma buscan datos
que requieren tratamiento estadístico. La investigación cualitativa es generalmente más apropiada cuando el objetivo
principal del estudio requiere información cualitativa.
No todas las investigaciones cualitativas utilizan hipótesis, es decir, que hay investigaciones en las que no tienen
por objetivo la verificación o corroboración de esta. En los estudios exploratorios, se trata de arribar a hipótesis, mientras
que en los estudios descriptivos estas pueden o no orientar el proceso metodológico. En los diferentes enfoques de la
investigación cualitativa las hipótesis, no son el punto de partida del proceso metodológico, más bien son el punto de
llegada. Sin embargo, ello no implica que el investigador cualitativo aborde la realidad desprovisto de supuestos acerca de
“cómo funciona” el fenómeno que quiere estudiar. Lo característico de esta lógica de investigación es que el científico no
quiere probar tales hipótesis. Aspira a perfilar, perfeccionar y formular nuevas hipótesis que permitan reconstruir los
fenómenos desde una perspectiva más comprensiva e integrada de la realidad.
Cuando el investigador cualitativo formula su problema de investigación y establece sus objetivos, puede adelantar
posibles respuestas a su interrogante. Estas guiarán luego su trabajo de campo en las fases iniciales. A estas conjeturas se
las denomina supuestos o anticipaciones de sentido.
En la metodología cuantitativa la formulación de hipótesis es parte del momento inicial del proceso de investigación.
Una vez que han sido establecidas no pueden ser modificadas, ya que debería variar también el proceso de comprobación.
En las metodologías cualitativas, las hipótesis se van descubriendo, afinando y perfeccionando a medida que avanza el
proceso de investigación. La formulación y reformulación de los supuestos iniciales va progresando a través del trabajo de
campo para alcanzar una formulación más compleja en la fase final de la investigación.

Los objetivos

Mediante la formulación de los objetivos de la investigación, se anticipan los resultados de conocimiento que se
espera obtener al finalizar el proceso. Los objetivos son un soporte importante para el investigador, ya que al establecer las
metas que se quieren lograr, constituyen una guía orientadora que tensa las acciones particulares que se realizan en el
proceso como unidad sistémica.
Atendiendo al grado de generalidad y de complejidad cognitiva hay una clasificación en:

a. Objetivos generales: indican el conocimiento que se obtendrá al finalizar la investigación. Este


objetivo expresa el resultado cognitivo más complejo que se aspira alcanzar.
b. Objetivos específicos: son más puntuales y expresan acciones intelectuales de menos complejidad
y de alcance más limitado. Su cumplimiento es condición para alcanzar el objetivo general.

La investigación desde la sociología jurídica:

a. Interés de conocimiento y el objeto de investigación en la sociología

El objeto de estudio de la Sociología Jurídica son las instituciones jurídicas, las cuales son abordadas desde
diferentes aspectos: normativa formal, prácticas sociales y agrupamientos estructurados; además examina como se
constituyen, se desarrollan, se perfeccionan y como impactan en la vida cotidiana de los diferentes sectores sociales.
A la hora de decidir emprender una investigación desde la sociología jurídica, se debe tener en claro las
discrepancias de ésta con el derecho dogmático. La principal diferencia entre ambos es que el derecho dogmático estudia
reglas de derecho en sí mismas, mientras que los estudios y análisis socio-jurídicos se esfuerzan por descubrir las causas
que las han producido, el desarrollo y los efectos sociales que ellas producen. En consecuencia, la diferencia entre el
derecho dogmático y la visión socio-jurídica no se refiere al objeto, es una diferencia de puntos de vista o de ángulos de
visión. El mismo objeto que el derecho dogmático analiza desde adentro, la Sociología jurídica lo observa desde afuera. El
propósito disciplinar de la sociología jurídica es poner en crisis y erosionar la seguridad del positivismo jurídico, siendo su
objetivo central el de cuestionar la evasión social que se origina en la aplicación legal abstracta, en la vida social, de las
diferentes instituciones jurídicas, proponiendo una mirada innovadora y alternativa.
Ahora bien, hasta aquí nuestro interés de conocimiento tiene que estar en el campo jurídico y el objeto de estudio
serán las “Instituciones jurídicas”.

El campo jurídico no es un equivalente de las Instituciones jurídicas, no es un objeto en sí mismo, sino que es un
tipo de campo social; un espacio limitado por la competencia referida a las instituciones jurídicas que no se identifica
específicamente con las instituciones jurídicas. La sociología en el campo jurídico es un puente entre el área jurídica y la
realidad social. Es una disciplina que cuestiona y pone en dudas la viabilidad de alternativas jurídicas, siempre busca el
ajuste y la adecuación del área jurídica a la realidad social, a los intereses y necesidades de diferentes colectivas y actores
sociales.
Una institución, además de un agrupamiento y normas, siempre será una configuración o combinación de pautas de
comportamientos compartidas por una colectividad, que suelen tener el carácter de permanentes y centradas en la
satisfacción de alguna necesidad básica del agrupamiento. Con estas características se puede componer la siguiente
definición más compleja: una institución es, también, una estructura relativamente permanente de pautas, papeles, normas
y relaciones que las personas realizan según determinadas formas sancionadas y unificadas, con el objeto de satisfacer
necesidades y expectativas de diferentes sectores sociales.

b. Las funciones del análisis científico y las prácticas de extensión en las instituciones científicas

Para abordar la investigación relacionada con las instituciones jurídicas se deben seguir los siguientes principios:
1. Romper con el sentido común.
2. “Instantáneas sociales”: entrar en la vida cotidiana de las personas en una situación cotidiana y no
en un marco de investigación.
3. Estar comprometido con saber la verdad y producirla
4. Definir la problemática elegida sin negar el discurso común que rodea al problema social. Aquí el
sentido común y los intereses que este suscita, se convierte en un objeto de análisis, cuestionando las situaciones y
hechos naturalizados y normalizados.
5. Confrontar las hipótesis con la realidad.
6. Usar conceptos abiertos como modo de rechazar el positivismo.
7. Analizar el mundo social desde la práctica de los agentes (contraria de la lógica académica que se
centra en que el académico atribuya sus preocupaciones al mundo social).
8. Prudencia ante las significaciones que los individuos (objeto de investigación) atribuyen a sus
conductas.
9. Conquistar el hecho social. Esto consiste en recortar un hecho de la sociedad, seleccionando ciertos
elementos de la realidad y descubrir un sistema de relación propio del sistema estudiado.
El estudio de un FENOMENO SOCIAL CONCRETO RELEVANTE en el contexto de una sociedad
MULTIDIMENCIONAL se puede realizar a partir de distintas metodología y disciplinas. Para la construcción teórica como
empírica del estudio de un fenómeno social concreto relevante se debe tener en cuenta:
1. Los fenómenos no son lineales, sino que manifiestan la diversidad y las formas peculiares socio
culturales de la relación política jurídica y o económica contextualizado por el tiempo y el espacio.
2. Muchas veces desafían el sentido común por lo que se debe tener presente la incertidumbre.

Las prácticas de extensión universitaria, son un complemento de las actividades científicas, ya que permiten
construir un puente entre la vida académica y las problemáticas y necesidades sociales. Implica un proceso interactivo de
comunicación entre la universidad y la sociedad, donde el conocimiento se construye en contacto permanente con el
contexto socio-cultural. Desde la sociología jurídica se trabaja tanto en la actividad científica como en las prácticas de
extensión (investigación-acción).

c. Las implicancias del conocimiento científico en el campo jurídico

El proceso de investigación requiere la observación de un protocolo que permite ser lo más objetivo posible en la
aproximación a la descripción, explicación y a la posible predicción de fenómenos identificados con las instituciones
jurídicas que se presentan como problemáticos. A la hora de definir las formas de acceder a los fenómenos socio jurídicos
problemáticos, se debe analizar el alcance y percepción de la realidad que sugiere cada método. Ahora bien, ¿Qué significa
conocer científicamente la realidad socio-jurídica? Si seguimos a Carlos Lista (2000) se pueden estudiar las instituciones
jurídicas desde diferentes modelos teóricos, los cuales pueden ser:
1. La primera posibilidad sería adherir al modelo naturalista de la ciencia, que afirma que la Sociología
Jurídica es una ciencia que estudia los fenómenos sociales con los mismos objetivos cognoscitivos que lo hace las
ciencias naturales, de esta manera se enfatiza el carácter empírico, explicativo y predictivo de la teoría (dimensión
fáctica y objetiva).
2. La segunda posibilidad se trasladaría a una Sociología Jurídica que rescata la interpretación y la
comprensión, excluyendo la explicación empírica y la crítica, se destaca el subjetivismo debido al proceso de
construcción que realiza el investigador (dimensión interpretativa y subjetiva).
3. La tercera posibilidad considera a sociología jurídica como un instrumento crítico, y lo que no es
crítico se convertiría en una ideología más o menos encubierta (dimensión crítica y comprometida).

Dimensiones de la sociología jurídica

La Sociología jurídica tiene tres dimensiones no excluyentes: empírica, interpretativa y crítica. Habermas presento
una salida para evitar la confrontación entre estas tres dimensiones partiendo del reconocimiento de los distintos intereses
cognitivos que son constitutivos del conocimiento:

1. El técnico o manipulador y controlador del entorno a partir del trabajo y basado en el conocimiento
empírico donde se busca o se intenta controlar y manipular objetos;
2. El práctico, identificado con la interacción o acción comunicativa que a partir de normas productos
de expectativas recíprocas permite acceder a los hechos por la comprensión de significados y;
3. El emancipador, que parte del interés y compromiso del actor social para con la libertad para crecer
y mejorar. Lo que se busca es una comunicación sin distorsiones, reconociendo las diferencias sin influencias
externas, sin coerción, buscando comprender la situación en la que los sujetos interactúan. Entonces se busca la
autorreflexión y la autotransformación del sujeto.
Al querer abordar la problemática de la investigación se tiene un único compromiso: presentar el amplio espectro de
posibilidades metodológicas con miras a la autonomía en el campo jurídico de la Sociología Jurídica.

Para lograr el objetivo se debe tener en cuenta que:

1. Las dimensiones son categorías definidas por una metodología común que agrupa determinados
trabajos de investigación.
2. Dicha metodología responde a un momento en la evolución de la sociología. El origen de cada
dimensión se produce en diferentes momentos históricos.
a. La dimensión empírica responde a la sociología científica de las primeras décadas del siglo XX en
los EEUU.
b. La dimensión interpretativa tiene lugar en las primeras décadas del siglo XX en los EEUU como una
reacción o ruptura con el objetivismo de la dimensión empírica.
c. La dimensión crítica es considerada una superación de las dimensiones anteriores, tiene su origen
en Europa entre las dos guerras mundiales y con amplio desarrolla en la década del 60.
3- Las dimensiones se presentan en el momento de hacer el análisis.

LA DIMENSIÓN FACTICA OBJETIVA (ELEMENTO OBJETIVO): En esta dimensión la contrastación empírica de las
proposiciones científicas es la que provee la justificación de hipótesis y teorías.
La realidad empírica es la que puede ser percibida a través de los sentidos convencionales, se trata de hechos
sociales externos que pueden ser abordados empíricamente.
La forma de arribar a un conocimiento científico verdadero es confrontando hipótesis con el mundo empírico,
trascendiendo la subjetividad por medio de la adquisición de datos. Se debe separar juicio de la realidad y juicio de valor. La
neutralidad valorativa se lograría eliminando los sesgos personales y emocionales del sujeto.
LA DIMENSIÓN INTERPRETATIVA Y SUBJETIVA: Se postula la interpretación o comprensión como métodos de
análisis propios de fenómenos socio jurídicos.
La realidad sociojurídica también tiene un carácter subjetivo. La participación y la interpretación son centrales para
comprender la construcción de la realidad y para la generación y validación de conocimiento. Aunque la validación del
conocimiento no es tan importante en esta dimensión, se lo podría hacer no confrontando hipótesis con el mundo empírico,
sino con una mejor interpretación.
En esta dimensión se trabaja con los símbolos y los significados a partir del lenguaje cotidiano. Se capta el
significado de los fenómenos sociales utilizando categorías analíticas que se construyen en base a la experiencia subjetiva.
LA DIMENSIÓN CRÍTICA Y COMPROMETIDA: Se considera que la neutralidad valorativa no existe. El potencial
crítico se centra en la denuncia de las realidades que pretendían solidificarse. Se trata de un método identificado con una
sociología comprometida. Esta dimensión se construye sobre la base de la recepción de las llamadas teorías críticas
europeas (escuela de Frankfurt).
La franja de juristas sociólogos críticos se concentra en el cuestionamiento explícito a las sociedades
industrializadas, modernas, de masas. Esta posición en la sociología jurídica, no ve al derecho como una solución de
conflictos, ni al Estado como un protagonista rescatable en el proceso de transformación social. Este tipo de sociología
jurídica parte de la existencia de una clase dominante que está dispuesta a conceder muy pocos beneficios a la otra. El
derecho y el estado se identifican con fenómenos sociales cuya función es la de organizar la dominación de los grandes
propietarios. Esta línea considera que el objeto de estudio de la dimensión subjetiva es poco comprometida con los
intereses y las necesidades de los pueblos.

La investigación y la extensión de la sociología -Gerlero, Mario

El método, la metodología y el metodologismo: se entiende por método la manera, la forma, la estrategia, el curso o
lineamiento que se sigue o utiliza para abordar diferentes situaciones que pasan a ser objeto de interés de una disciplina. La
metodología hace referencia al estudio y/o la reflexión sobre un método, sobre ese conjunto de reglas a seguir o a ser
utilizadas para abordar un fenómeno o problema referido a las instituciones jurídicas. Implica el examen que se realiza para
poder explicitar los procedimiento que fueron o serán usados para analizar determinada situación socio-jurídicas, también
hace referencia al hecho de poder conocer los supuestos subyacentes que llevaron a aplicar o justificar un método de
trabajo determinado.
Es importante diferenciar la metodología de las técnicas de investigación; en este último caso se está haciendo
alusión a los instrumentos o herramientas que se utilizan para los fines cognoscitivos con procedimientos específicos
empleados en un momento de la investigación. La técnica, a diferencia del método, se presenta como los recursos tangibles
y disponibles en manos del investigador.
La metodología de la investigación permite analizar y explicar diferentes situaciones que se presentan como
problemáticas en el área o campo de las instituciones jurídicas. De esta manera se transforma en un puente entre las
instituciones jurídicas y la teoría sociológica.
Desde el contexto anterior, suele suceder que en los trabajos empíricos no se rescata problemáticas propias del
campo jurídico ni la interrelación del mismo con los demás campos y espacios sociales. Se pervierte la actividad
metodológica. Se abordan situaciones desde la superficialidad y el ensayismo sin sustento empírico, esta práctica se la
conoce como “metodologismo” y puede definirse como: a) la inclinación a separar o dejar de lado la reflexión sobre
herramientas y técnicas de uso en el trabajo en campo; b) falta de vigilancia teórica; c) cultivar el método por el método
mismo, y d) acudir a salidas identificadas con el sentido común.
Los modelos teóricos de la metodología de la investigación en el campo jurídico

Desde la metodología de la investigación se pueden abordar los códigos simbólicos de agrupamientos en el


contexto social de la vida cotidiana. Los agentes, en el campo jurídico, producen códigos simbólicos que en la medida que
se desarrollan y se constituyen, forman instituciones, organizaciones y los modos de ejercer influencia sobre los individuos;
estos códigos conquistan una autonomía que les permite estructurara relaciones sociales. Es aquí donde se encuentra la
imposición de la definición legítima del mundo social que permite asegurar la reproducción del orden y el control social. Se
apunta de esta manera a imponer una visión del mundo conforme a los intereses de los agentes, esta visión es a la vez
objetiva (la posición externa al sujeto que la aborda, los criterios meticulosos que se siguen y las acciones en el espacio
alejado del protagonista) y subjetiva (representaciones o percepciones que los agentes elaboran del mundo social).
Es posible revisar tres propuestas teóricas que son una base de relevante importancia para utilizar la metodología
de la investigación en el campo jurídico: Merton, Foucault y Bourdieu.
En una crítica a la propuesta de Talcott Parsons, en originar una macro teórico o sistema teóricos totalizadores,
Robert Merton, afirma que la Sociología avanzara en tanto la mayor preocupación sea desarrollar teorías adecuadas para
gamas limitadas de fenómenos y se verá obstruida si la atención se centra en la teoría general.
La teoría de Alcance Medio o Intermedio -tal como lo definió el propio Merton- se ubicada en un punto medio entre
las teorías generales y lo que se observa y las descripciones ordenadamente detalladas de particularidades no
generalizadas.
Merton utilizaba la noción de teoría de alcance intermedio principalmente para distanciarse tanto de la teoría general
como el mero empirismo. Son grupos limitados de suposiciones, de las cuales derivan hipótesis específicas y que son
confirmadas por la investigación empírica. Esta postura teórica incluye abstracciones, pero se encuentran cercanas a los
datos que se van observando a partir de la investigación de campo.
Su principal utilidad radica en construir un soporte técnico que sirva para orientar la investigación empírica. La teoría
socio-jurídica, si ha de avanzar de manera significativa, debe proceder sobre estos planes interrelacionados: 1)
Desarrollando teorías especiales de las cuales derivar hipótesis que se puedan investigar empíricamente. 2) Desarrollando,
no revelando súbitamente, un esquema conceptual progresivamente más general que sea adecuado para consolidar los
grupos de las teorías especiales.
En cambio, Michel Foucault examina los documentos originales del periodo que se encuentra estudiando y estos le
revelan la sociedad, el conocimiento y la estructura de poder de la época en cuestión. Enlaza la historia con la evolución
dinámica de la sociedad. Observa que la historia está llena de agujeros. Foucault parte de la noción de problematización
(desde la práctica de ver y de decir), esto es, a partir del objeto de estudio es necesario preguntarse cómo y por qué no hay
correspondencia entre lo que se dice y lo que se hace.
No surge de un determinado contexto histórico sino es una respuesta de individuos definidos a una situación real
existente. Se trata de la relación entre el pensamiento y lo real. Foucault caracteriza su trabajo como “caja de herramientas”,
quiere decir que no se trata de construir un sistema sino un instrumento, una lógica propia; esa caja permite visualizar las
relaciones de poder y las luchas que se comprometen alrededor de ellas. Se trata de problematizar lo que es y hace el
hombre y el entorno en el que se desenvuelve, es un trabajo crítico del pensamiento sobre el hombre mismo, creando el
espacio y las condiciones para hacerlo inteligible y soportable. Problematizar implica un proceso, un objeto de análisis
pertinente en el campo de lo social, se da cuando se trata de elucidar cómo y por qué ciertas cosas se vuelven un problema.
Foucault busca mostrar la discontinuidad en la emergencia histórica de los saberes, mientras la historia de las ideas
más usuales adopta todas las nociones necesarias para unificar el discurso. El caso de la arqueología es diametralmente
opuesta a la historia de las ideas. El objeto de la arqueología es, el discurso de la vida cotidiana con significación, donde
surgen reglas establecidas según un juego de verdad. No busca analizar la práctica del discurso en su interioridad sino de
desvelar los procedimientos de control del discurso. Se intenta buscar en las palabras para encontrar los enunciados. El
enunciado es el dominio de posibilidades en un tiempo y espacio determinado.
En cambio, la genealogía consiste en indagar el origen de todas las cosas buenas que poseen una turbulencia
invención. Genealogía quiere decir realizar el análisis partiendo de una cuestión del presente; retroceder en la historia para
conocer la raíz de lo que conocemos y somos. Para este autor la investigación siempre estará referida a un proyecto
intelectual de vida, donde se buscará potenciar la aventura intelectual sobre un objeto o situación para pensarlo, superarlo,
problematizarlo y donde, por sobretodo, se rechace supuestas verdades construidas.
Pierre Bourdieu no busca concretar el trabajo teórico y el empírico de una manera estrecha, sino dar lugar a que se
entremezclen completamente ya que todo acto de investigación es simultáneamente empírico y teórico. Caracterizo su
modelo como sociológico “constructivismo estructuralista”; la problemática constructivista tiende a descifrar las realidades
sociales como construcciones históricas cotidianas de actores colectivos e individuales que se sustraen del control de estos
mismos actores. Aborda las cuestiones centrales para el análisis de la producción científica resaltando la doble mirada,
tanto de las estructuras objetivas como las disposiciones subjetivas, enfatizando en la adecuación de las estructuras
sociales con las mentales y en el núcleo relacional compuesto por los conceptos de campo y habitus que caracterizan su
sistema conceptual.
Como bien afirma en “una invitación a la sociología reflexiva” hoy el mayor peligro a los que los intelectuales se
enfrentan es la creciente separación entre la teoría y la investigación que alimenta la perversión metodológica y la simple
especulación teórica.
Para que la investigación tenga impacto en el área de las instituciones jurídicas es necesario que: a) Se identifique a
la sociología jurídica como una disciplina que permite la problematización de las instituciones jurídicas, asegurando los
principios de inclusión social, de manera que no se lo limite o se lo identifique con control social. b) Se realicen trabajos de
investigación que sean, en última instancia, el puente critico entre la base teórica de la sociología en el campo jurídico,
donde los protagonistas se encuentran formados, motivados y comprometidos con la realidad social. Lo que se busca es
establecer una relación causal entre distintos aspectos de la realidad bajo estudio o, al menos, al control empírico (e
impersonal) de hipótesis de trabajo.
Las categorías operativas o fases a tener en cuenta para potenciar la gestión de la Sociología Jurídica con
referencia a cualquiera de las instituciones jurídicas pueden ser las siguientes: 1) Identificar el problema donde se definen
sus características con la ayuda de una información preliminar. 2) Formular los objetivos de una investigación buscando
acrecentar los conocimientos del fenómeno dado. 3) Conectar el problema y los objetivos con la unidad de análisis
seleccionada. 4) Anticipar de manera abstracta las decisiones que se van a tomar durante el curso de las actividades en el
campo. 5) Recurrir a un diseño de investigación flexible. 6) Hacer o ejecutar lo planificado previamente para resolver los
problemas o corregir las deficiencias. 7) Revisar o confrontar los resultados de la acción con las hipótesis recogidas en el
diseño. 8) Consolidar o corregir el procedimiento.

El grado de reflexibilidad en la metodología aplicada a trabajos de campos jurídicos

a-El trabajo de investigación, en el marco que parte de los estudios de Bourdieu, tienen determinadas
características: se destaca el grado de reflexibilidad de los agentes que integran un equipo de trabajo y que van a abordar
un campo como el socio-jurídico. La reflexibilidad se centra sobre el tipo de práctica de los agentes, el conocimiento, y la
autonomía de los sociólogos como también formas y grados de institución de la reflexividad siempre teniendo en miras a la
objetividad participante.
1- Sobre la inclusión de la teoría de la práctica intelectual es necesario destacar que: a) El objetivo es el
inconsciente social intelectual fijado a una herramienta y operación analítica. b) La actividad reflexiva debe ser una empresa
colectiva antes que la carga académica solitaria (donde se rescate el trabajo en equipo).
c) Evitar que el mundo social se encuentra ausente o sea objeto de un leve desprecio al alejarse (o negarlo) de la
problemática estudiada. d) El objetivo que se destaca está referido a afianzar la seguridad epistemológica de la sociología
para aumentar el alcance y la solidez de conocimiento científico-social (de la objetividad).
2- Sobre el conocimiento del sociólogo esto hace referencia al sí mismo y a su posición en el mundo social
para identificar los filtros claves que alteran la percepción sociológica.
3- Sobre la autonomía del sociólogo, implica afirmarse en la existencia de sitios institucionalizados de dialogo
regulado donde se promueven espacios para poder debatir entre diferentes actores provenientes de distintos campos.
4- Sobre institucionalizar la reflexibilidad, esta se realizará con mecanismos de entrenamiento, dialogo y
evaluación critica. Se busca problematizar la mirada del sociólogo para el sujeto, el investigador, sea un intelectual genuino,
independiente de los poderes temporales, de la interferencia de la autoridad económica y política.
5- Sobre la “objetivación participante” lo que se busca al rescatar esta característica es permitir la objetivación
sociológica completa del objeto y de su relación con el sujeto. Puede ser exitosa solo cuando implica la objetivación del
punto de vista del cual procede. Muchos errores en los trabajos de investigación se producen cuando el sociólogo habla no
del objeto sino de su relación con el objeto, claro está no especificándola, no reconociéndola, no aceptándola.
b-En definitiva, estos cinco requisitos relacionados con la reversibilidad llevan a rescatar que hacer sociología es
examinar el mundo y de la acción en el mundo con el fin de pensarla desde un autoanálisis para comprender mejor las
posiciones y las condiciones sociales.
Queda claro que cada investigación, tiene que movilizar todo el capital de recursos y de conocimiento adquirido
hasta la fecha. Es de remarcar que plantear el estudio de un hecho social no significa aislarlo sino, al contrario, reconectarlo
con las múltiples dimensiones de lo social.
c- El rescate de la “instantánea social” como ruta de acceso de visibilidad de la vida cotidiana es la democracia
señalada por Bourdieu que se retoman, en orden a desarrollar las posibilidades de la imagen en el acercamiento a la
cognición la de los problemas sociólogos en el campo jurídico.

Por delante de la valoración de las opciones disponibles y la elección de herramientas para la captura e indagación
de las imágenes se encuentra la reflexión que vincula el objeto de investigación con sus posibles abordajes. En la base de
esta reflexión están las preguntas que atraviesan el proceso de investigación en su dimensión más general. La relación
entre el marco general del objeto y la significación de los fenómenos singular y particular que se observan y analizan puede
erguirse en el primero de los dilemas metodológicos. La definición de esta relación es lo que hará posible la resolución de
un segundo dilema, situado en la toma de decisión respeto de establecer cuando un caso adquiere una relevancia tal que
permite la formulación de generalizaciones conceptuales de carácter más abarcativo.
Asimismo, la adopción o la selección de algunas herramientas en detrimento de otras como así también la sujeción
a prescripciones metodológicas más o menos rígidas se vinculan con los elementos meta metodológicos.

El “protocolo científico” aplicado al análisis de las instituciones jurídicas

Para lograr los fines propuestos en el campo jurídico se recurre al protocolo científico conformado de la siguiente
manera:
a) La definición de la situación: Ninguna investigación cualitativa puede iniciarse sin una definición aproximada
del problema, donde se busca encontrar lo que constituye el foco central de todo análisis cualitativo: la búsqueda del
significado. La definición de este significado es una demarcación conceptual abierta en múltiples sentidos. Definir el
problema es entrar en contacto con él, acercarse, contactar el núcleo o foco, no delimitar sus fronteras o circunscribirlo con
precisión. Los motivos y razones que llevan a elegir el punto de arranque constituyen el llamado saber vertical que guía
hacia donde se debe caminar para luego seguir profundizando progresivamente tras haber seleccionado un punto de
arranque en el sondeo. El saber horizontal es el que ayuda a delimitar el espacio, con todos los límites de su extensión.
Este último saber es más propio de las técnicas cuantitativas.
b) El diseño: tiene el carácter de provisional y es flexible, ya que puede ser sometido a probables cambios en
la medida que se efectúen pruebas de ajustes o diferentes tipos de exploraciones. Diseñar es armar la estructura del
proyecto, es disponer de las piezas para emprender el trabajo de campo, es articular el ejercicio.
Para iniciar el trabajo cualitativo o cuantitativo es necesario contar con un fenómeno que gira en torno a un foco de
interés. En lo que respecta al diseño muestral, los análisis cualitativos estudian individuos o situaciones puntuales ya que
pretende profundizar, a posteriori, generalizar. Se trabaja en vez de un muestro probabilístico, un muestreo intencional en la
que los sujetos de la muestra no son elegidos siguiendo las leyes del azar sino de alguna forma intencional. Este muestreo
intencional también tiene la intención de corroborar vigencias teóricas, reformular las mismas o generar otras. Se piensa en
la cantidad de información obtenida (o saturación) y la calidad (riqueza) de dicha información que se puede obtener.
c) La recolección de datos: el principio guía del procedimiento en la recogida de datos cualitativos es el de la
inspección de primera mano que obliga al investigador a buscar la mayor proximidad a la situación. Los datos cualitativos
son recogidos en aquellas situaciones en las que el observador dispone de una accesibilidad fácil para su adquisición, sin
tener que recurrir a crear o fingir situaciones inexistentes en la realidad y sin tener que recurrir a intermediarios. La recogida
de datos se orienta a aquellos de mayor riqueza de contendidos de significados, es decir, los datos estratégicos de cada
situación.

d) El análisis de los datos: se caracteriza, este tipo de metodología, por la descripción densa, esto es la
interpretación de las interpretaciones de los sujetos que toman parte de una acción social. Consiste en desentrenar las
estructuras de la significación y en determinar su campo social y su alcance. El análisis de los datos se lleva a cabo
básicamente a través de una descripción densa cuyos rasgos característicos son: 1) interpretar el flujo del discurso social;
2) tratar de rescatar lo dicho del discurso y 3) fijarlos en término de consulta, de sugerencia con ciertos reparos o
cuestionamientos a resolver. Se busca establecer el significado que determinados actos sociales tienen para sus actores y
enunciar lo que este hallazgo muestra de su sociedad.
El análisis del contenido implica la interpretación de textos ya escritos, se basa en un proceso de descomposición y
clasificación de los mismos. Se busca, en primer lugar, debido a la formación del estudiante investigador realizar un análisis
temático (centrado en la presencia de ciertos términos, la búsqueda de palabras en cierto contexto) y en menor medida, se
procura potencializar el análisis sistemático (buscando la relación entre los temas tratados en un texto) para contribuir al
sentido de la acción en la interacción comunicativa. En el análisis de contenido se basa en la lectura como instrumento de
recogida de información, lectura sistemática, objetiva, replicable junto con la necesaria interpretación, se realizan inferencias
sobre el contexto de este, distinguiendo el texto manifiesto del latente.

Las técnicas de recolección de datos en el “Protocolo Científico”

Es un proceso educativo transformador donde todos aprenden y enseñan, se busca su intercambio horizontal entre
el saber académico con las necesidades y el saber de los diferentes segmentos de una sociedad disgregada y compleja.
Las técnicas de reconciliación de datos surgen de una combinación entre la práctica de investigación (que permite
diagnosticar focalizando en las reales causas de los problemas sociales) y la práctica de la extensión (que implica la acción
social directa, concreta y contundente, con un inmediato impacto en las condiciones de vida de los ciudadanos). Si bien no
es necesario ni imprescindible, la práctica de investigación es una base de importancia para desarrollar las prácticas de
extensión.
Sobre las técnicas para obtener esos datos en el abordaje empírico de fenómenos propios del campo jurídico y
referido a las instituciones jurídicas, se podrán destacar las siguientes:
a) La fuente documental o el análisis de contenido: el análisis de contenido de un texto se basa en la lectura
como instrumento de recogida de información; necesaria lectura que debe realizarse de modo científico, es decir, de
manera sistemática, metódica, analítica, lo más objetiva posible, replicable y valida.
El análisis de contenido acepta los documentos tal como llegan pero dado que estos no vienen preparados para el
estudio científico el analista se ve obligado, si quiere entender su significado subjetivo, a procesarlos, a transformarlos. El
texto es un campo del que se extrae información a través de la lectura; a partir del texto de base se procede, a construir el
texto de la investigación y es aquí donde se procede a la interpretación, entonces del texto de un campo se llega a un texto
de investigación, que es donde se le da el tratamiento de datos clasificados para poder interpretarlo. Luego de seleccionado
el texto de campo, para que se transforme en texto de investigación, es necesario tener las unidades registro palabras o
frases para luego analizarlas. Estas unidades de registro, palabras o frases se rescatan y se agrupan de acuerdo con la
matriz previamente elaborada, se las sintetiza, clasifica, y se las categoriza nominalmente según posea o no determinadas
características, para luego poder iniciar un proceso de interpretación y compresión que determina al objeto aquí estudiado.
La asignación de unidades de la realidad a las realizaciones lingüísticas se la denomina interpretación, se refiere a la
aplicación de significados a las oraciones, a las secuencias de oraciones y a los textos que reciben interpretación en el texto
de la investigación. Se estudia en la semántica textual: la coherencia del texto. Se rescatan los vínculos de tiempo,
condición, causa y consecuencia.
El texto para ser leído y tenido en cuenta por un sujeto debe responder a un patrón de interpretación fundamental
que se identifica con la ideología del texto y de los organismos de que emana. Por esto, el usuario del texto lo que hace es
contextualizar el documento en un modelo mental o sentido que le da al texto. El contexto es el marco de referencia que
contiene toda aquella información que el lector de un texto puede conocer de antemano o inferir a partir del texto mismo
para captar el contenido. En ambos niveles existe un control institucional del discurso relacionado con el origen y la
funcionalidad de la estructura del poder que resiste los procesos de transformación social.
La implicancia se refiere a las nociones semánticas más poderosas en el análisis del texto, esto se debe a que gran
parte de la información no se encuentra explicitada, se realiza de manera implícita. Se tendrá en cuenta entonces: I. el
sentido simbólico del texto o aquel que se extrae de su lectura; II. El sentido percibido por el lector en este caso el
investigador con una capital social y cultural. Incluye, entonces, en esta técnica el análisis de fotografías, cuadros, películas,
comerciales, textos en general entre otros ejemplos.
b) La observación: implica examinar, mirar con atención, se trata de una observación directa, no controlada (en
el ambiente natural) sin alteración del contexto y participante (donde los observadores se involucran e intervienen en la
situación objeto de estudio, donde investigador y el sujeto observado son conscientes de que la relación entre ambos en de
“campo”). Es de aclarar que es semi estructurada esto es hay un mínimo de sistematicidad y de delimitación previa pero por
lo demás esta librada a la dinámica del fenómeno social y al rol del observador en dicho fenómeno.
c) La entrevista: referida al encuentro personal donde se desarrolla una conversación con el fin de recolectar
información. Está dirigida y registrada por el investigador con el propósito de favorecer la producción de un discurso
conversacional continuo y con cierta línea argumental por parte del entrevistado a cerca de un tema de interés definido en el
marco de la investigación. Se realiza una entrevista personal, semi estructurada y abierta con el carácter o pretensión de
“entrevista en profundada”. Aquí se extrae información de la persona donde se haya contenida la biografía del entrevistado
o el conjunto de representaciones asociadas a acontecimientos vividos por el sujeto, se lo considera el experto en lo tratado.
Comprende un proceso un tanto artificial y artificioso, a través del cual el entrevistador crea una situación concreta - la
entrevista- que lejos de ser neutral implica una situación única. Se busca que la entrevista sea fluida, en un contexto
relajado y de confianza necesaria para que el sujeto no se sienta evaluado ni interrogado. El investigador busca obtener la
mayor información posible de un fenómeno por eso no es cuantificable.
Esta herramienta se la utiliza para conocer la perspectiva de los actores, para conocer como ellos interpretan sus
experiencias en sus propios términos. Hay entrevistas estructuradas-cerradas que son cuantificables.
d) La historia de vida: son sujetos que mantienen o son depositarios de la memoria histórica de ciertas
situaciones o circunstancias relevantes en relación con el fenómeno o problema abordado. Se trata en este caso de un
conocimiento directo del actor, su individualidad y su lugar en una red de relaciones interpersonales y sociales. Es un relato
o narración única de parte del sujeto permitiendo de esta manera reconstruir la trayectoria típica de un sujeto singular. No se
busca aquí un relato objetivo de los hechos del entrevistado, la propiedad es conocer el relato subjetivo de como el actor
entrevistado a vivido personalmente. Es importante, entonces, captar la totalidad de la experiencia biográfica, desde su yo
intimo hasta las relaciones sociales significativas del entrevistado.
e) Los grupos focales o grupos de discusiones: se trata de entrevistas grupales y se caracteriza por la
presencia simultánea de varios entrevistados que se relacionan, unos con otros, a partir de la técnica de la conversación
para discutir un aspecto determinado de la problemática que se aborda. Estas personas son relacionadas de acuerdo a los
objetivos de la investigación y comparten ciertas características. Esto es que en la selección de los integrantes esta es
homogénea ya que son sujetos que conocen la problemática tratada, pero entre ellos dicha selección no tiene que ser
heterogénea. Entonces consiste en la reunión de un grupo de personas como con el investigador como moderador
encargado de hacer preguntas y dirigir la discusión. La existencia del grupo focal se reduce a la situación discursiva (es un
grupo determinado cuyo fin es captar la opinión sobre un tema específico) lo que importa es lo que se dice (y no se dice)
como trama de una situación de comunicación.
f) La encuesta: es una técnica de investigación, no muy usada en el campo de las instituciones jurídicas, que
se realiza sobre una muestra de sujetos representativos de una población más amplia o universo, utilizando procedimientos
estandarizados y generales de interrogación con el fin de obtener la mediciones cuantitativas de una gran variedad de
características objetivas o subjetivas de una población. La utilidad de la encuesta es la base matemática que puede ser
representativa o no de una población, esto dependerá de la cantidad de encuestas que se realicen y el universo población
determinado, es así que la encuesta será representativa en la medida que se adecue al total de la población. De las
encuestas se obtienen unos resultados, llamados estadísticos y de estos se infieren, con márgenes de fiabilidad
determinados, una estimación de parámetros para la población total (representando o no a dicha población). Se aplica
organizando un listado de preguntas idénticas para todos los encuestados y buscando, por lo general, el colocar a todos los
encuestados en idénticas situación psicólogas; esto es con el fin de estandarizar la obtención de datos, para así hacerlos
comparables.
El cuestionario o guía tienen la doble función: de preguntar y de motivar al sujeto a la respuesta comprometida con
lo estudiado. La posibilidad de la respuestas el encuestado pueden abiertas o cerradas; son abiertas las preguntas al que el
sujeto responde libremente con sus propias palabras y son cerradas aquellas en las que la obliga a escoger una o varias
opciones de una lista prefijada de respuestas. Según los objetivos de la entrevista, las cerradas son mejores para clasificar
a los individuos y cuándo los temas son bien conocidos por todos y provee que tengan una opinión formal. Las abiertas son
mejores para explorar opiniones menos formadas e intentar conocer el marco de referencia de los individuos encuestados.
Con respecto al propio núcleo central de las entrevistas, se plantean dos opiniones básicas, llamadas secuencias del
embudo, en el que tema se va planteando gradualmente hasta que se entra a fondo en el con la ventaja de que al llegar a
este punto el sujeto ya está bien introducido en el marco, y secuencia de embudo invertido en el que primero se plantean las
preguntas básicas, dejando para el final las ideas o detalles asociados. El cuestionario debe poseer, para ser equilibrado,
una apropiada introducción, unas transiciones ordenadas entre los diversos temas, y una adecuada conclusión. Existe un
orden propuesto aconsejable: I. tanda de preguntas no problemáticas, II. Aproximación sucesiva al tema central, III.
Conjunto de preguntas las importantes o consecutivas, IV. Final fácil y cómodo, por ejemplo, datos de filiación.
La investigación acción y trabajo de extensión

Se intenta encontrar y sistematizar aportes teóricos y empíricos que posicionan y dan autonomía a una sociología
jurídica con un carácter complejo y reflexivo, para confirmar: 1) la consolidación y la expansión en las instituciones jurídicas
del concepto de ciudadanía plena y su vigencia y efectividad en la vida cotidiana; 2) el asegurar la plena existencia socio
cultural política económica de diversas subjetividades e identidades garantizadas y promocionadas en un campo jurídico
plural y 3) la superación del mero análisis jurídico sociológico homogéneo, para promover y consolidar una sociología
autónoma con perfil propio.
La idea de la Sociología Jurídica con carácter complejo y reflexivo implica conducir los diferentes estudios a
diferentes respuestas y potenciar o consolidad procesos de transformación a partir de la “investigación- acción”. Por esta
razón resulta importante trabajar las experiencias de ruptura social que Robert Castel llama “desafiliación” o “desconexión
social” respecto de las regulaciones institucionales formales. Esto es: una formación social está hecha de la interconexión
de posiciones más o menos garantizadas, los individuos y los agrupamientos inscriptos en las redes productoras de la
riqueza y el reconocimiento social están “integrados”, en cambio se encuentran excluidos y desafiliados aquellos que no
participan de ninguna manera de esos intercambios regulares.
La investigación acción es una forma de indagación introspectiva colectiva emprendida por participantes en
situaciones sociales con objeto de mejorar la racionalidad y la justicia de sus prácticas sociales o educativas, así como su
comprensión de esas prácticas y de las situaciones en que esta tiene lugar. Se trata de una forma de investigación para
enlazar el enfoque experimental de la ciencia social con programas de acción social, del trabajo empírico se pasa al
activismo de las situaciones que son prioritarias modificar. Mediante la investigación - acción se pretende tratar de forma
simultánea conocimientos y cambios sociales, de manera que se unan la teoría y la práctica. Requiere de la participación,
de los afectados por la preocupación temática estudiada, de este modo, los actores implicados se convierten en los
protagonistas del proceso de construcción del conocimiento e intervención sobre la realidad
El potencial de la extensión de la sociología jurídica: Se observa que diferentes unidades académicas fueron
incorporando distintas capacidades y asumiendo distintos roles que han dado como resultado a la ejecución de las más
variadas actividades que fueron integrando la llamada extensión universitaria. La autogestión participativa o interdisciplinaria
son dos de las herramientas para consolidar cualquier actividad que tenga en mira la acción desde la extensión.
Las formas de expresar el paso de la investigación científica a la acción se expresa de diferentes maneras:
1) la divulgación cultural y científica promocionando diferentes actividades; 2) la actualización y la capacitación
dirigida a un universo variado de destinatarios, 3) la difusión masiva de conocimientos a través de los múltiples medios, 4) el
dar a conocer nuevos actores, comunicar a la sociedad sus intereses y necesidades, 5) la promoción de una conciencia
crítica sobre fenómenos sociales que se presentan como problemáticos, 6) el impulso y la promoción del empoderamiento y
la inclusión preservando la diversidad, 7) la defensa de valores éticos y culturales, 8) los servicios a terceros e innovación y
transferencia tecnológica.
En la investigación- acción, el quehacer científico consiste no solo en la comprensión de los aspectos de la realidad
existente, sino también en la identificación de las fuerzas sociales y las relaciones que están detrás de la experiencia
humana. Empieza un ciclo nuevo de la investigación-acción cuando los resultados de la acción común se analizan, por
medio de una nueva fase de recolección de información. Luego el discurso acerca de las informaciones, se comienza con la
etapa de elaborar orientaciones para los procesos de acción o las modificaciones de los procesos precedentes. Entonces la
investigación-acción se centra en la posibilidad de aplicar categorías científicas para la comprensión de los nuevos sujetos
sociales y su relación con las instituciones jurídicas. Esto lleva al punto de partida. Su propósito es descriptivo-exploratorio,
busca profundizar en la comprensión del problema con la menor cantidad posible de definiciones previas.

UNIDAD 4

Introducción: La sociología jurídica crítica: planteos, problemas y propuestas

Las modernas derivaciones de la concepción marxista del derecho han centrado el tema del fenómeno jurídico en el
carácter de instrumentos de clase, en la dificultad de asumir una función reguladora (de modo tal que se convierte en
instrumento de conflictos sociales) y en vincular esta problemática con el discurso jurídico como ideología encubridora de la
realidad social. Para los sociólogos jurídicos críticos, la crisis del derecho es producto de las contradicciones de la sociedad
capitalista, contradicción entre el derecho formal y la realidad económico-social, gravemente desequilibrada-y-
particularmente desigual en el capitalismo dependiente.

Las causas sociales de todos estos fenómenos no son las mismas, ni pertenecen al mismo nivel; no todas son
exclusivas del capitalismo; aunque sí son generales en América latina. Se trata de funciones particulares del derecho en
sistemas desequilibrados, lo que no ocurre sólo en el capitalismo dependiente, ni representa la función inevitable de todo
derecho.

El peligroso desequilibrio de la sociedad, torna imposible la tarea de la juez presupuesta con equidistancia entre las
partes, ya que esta solo puede ejercerse entre iguales, pero no entre desiguales. Frente a los graves problemas sociales,
que producen aumento de la conflictividad, la sociedad se vuelve hacia el poder judicial como si, en un pase mágico, jueces
sin leyes y sin recursos pudieran resolver conflictos que existen hace décadas por falta de voluntad política y de coraje
cívico.

En los países subdesarrollados, la aguda discrepancia entre la declaración formal de los derechos y su práctica real
lleva sin dificultad a abandonar rápidamente cualquier intento de comprensión de esta realidad —papel del sociólogo— y
asumir la crítica tendiente a la superación del sistema — papel del político—.

La profesión jurídica.

La profesión jurídica ha sido objeto de estudio funcional y crítico. Los temas tratados pueden agruparse: 1)
Estratificación de la profesión y relaciones entre el nivel social del abogado y el nivel social de los clientes (prejuicios
sociales que afectan a la profesión). 2) Conflictos profesionales de roles (defensa de clientes o de la justicia, profesión ética
o negocio privado). 3) Problemas que plantea la relación profesional entre el abogado y el cliente. 4) Relaciones entre
abogados y jueces.

5) Los abogados y el ejercicio del poder político. 6) Análisis económico de la profesión. 7) Evolución de la matrícula,
proporción por sexos y relación entre número de abogados y número de casos. 8) Distribución (generalmente inequitativa)
de los servicios legales, y efectividad de las defensorías de indigentes.

Demasiados Abogados, de Piero Calamandrei (1921), pretende llamar la atención sobre la crisis de los estudios
jurídicos, la baja motivación académica de estudiantes y profesores de derecho, y movilizar hacia una revalorización de la
abogacía. Para Calamandrei, la abogacía se ha transformado en un peligroso estímulo de la litigiosidad y mala fe procesal,
con motivo del excesivo número de abogados, respecto de las causas que requieren tratamiento judicial, que trajo
aparejada la disminución de la calidad técnica y cultural de la mayoría de los profesionales.

La obra de Calamandrei es una dura crítica a estudiantes y abogados, pero parte de un reconocimiento básico que
las teorías críticas no observaron en un comienzo: la necesidad funcional del conocimiento especializado de la técnica
jurídica. Lo que pretende el autor es crear una conciencia sobre la importancia de la seriedad y honestidad profesional, para
cumplir acabadamente con los objetivos sociales de la profesión.
En cuanto a la sociología jurídica de base marxista, comienza en este campo de modo coherente con sus principios
teóricos: asi como el derecho resulta repudiada no reserva papel alguno a los abogados. Esta tendencia sostiene que en el
nuevo estado comunista no existiría profesión jurídica, pero también durante la dictadura del proletariado se limitaría la
abogacía, al haber perdido su existencia razón de ser.

Los abogados, instrumentos improductivos del capitalismo, se eliminarán al desaparecer los conflictos derivados de
la propiedad privada. EL repudio proviene de considerar al abogado un aliado del capital y de la burguesía, un colaborador
de la explotación del proletariado.

La consecuencia de este punto de vista es la inicial abolición de la abogacía luego de la revolución rusa. En esta
última se habían abolido los privilegios de la defensa letrada, y se había autorizado a cualquier persona o al interesado a
asumirla directamente. El caos creado en los tribunales obligo a dar marcha atrás y restablecer la necesidad de patrocinio
letrado. Durante la Revolución Rusa el planteo similar proviene de un error. Creer que la supresión de la propiedad privada
liquida todas las relaciones jurídicas. Muchas de ellas resultan ahora transformadas en públicas y requieren nueva tutela.

La supresión lisa y llana de la abogacía parece la primera respuesta que ha existido en momentos de crisis
revolucionarias para resolver un conflicto vivido no solo en esas sociedades: el que existe entre los intereses públicos
confiados a los abogados y los intereses propios derivados de la ganancia de un honorario.

En un punto coincide la teoría crítica con los estudios funcionales sobre la abogacía: a la creciente proletarización
de la profesión. El análisis moderno de la profesión legal desde el punto de vista crítico lleva a la determinación de nuevas
funciones que los abogados pueden cumplir en una sociedad capitalista (dependiente o independiente), al tomar conciencia
de la situación de clase, o asumir voluntariamente la defensa de los estratos desposeídos.

Discurso jurídico alternativo y el imaginario jurídico.

En lo que hace al discurso jurídico, ha quedado, en general, al margen de la sociología y de la antropología jurídica,
permaneciendo en el campo de la teoría general y de la filosofía de derecho. Tanto para la sociología positivista del derecho
y la sociología marxista, el discurso jurídico es un área marginal al estudio de las estructuras del poder y del control social
en la sociedad contemporánea, y como tal puede ser dejada al dominio de la especulación filosófica.

Pero el desarrollo de los estudios sobre el lenguaje, hace totalmente insuficientes los análisis sociológicos que los
ignoren. No se puede marginar la consideración de estos temas por no pertenecer al universo reconocido de la sociología
del derecho. El aporte que realizan es suficientemente importante como para enriquecer la perspectiva sociológica y
brindarle útiles elementos sobre todo porque al tomar como centro la teoría de la comunicación humana, apuntan a un
capítulo básico de cualquier ciencia social.

Frente la necesidad de un código común y a las dificultades interpretativas surgen en su ausencia es necesario
hacer referencia a la distinción que los teóricos de la comunicación hacen entre lengua y habla, entendiéndose, por la
primera el sistema de signos prescriptos para los miembros de una comunidad lingüística, y por el segundo, el uso que cada
uno hace de esa lengua.

Las concepciones jurídicas pueden ser vulgares o letradas, correspondiendo una a lo que se llama el imaginario
jurídico y la otra al pensamiento jurídico.

El imaginario jurídico surge de combinaciones nuevas por sus formas o sus elementos, que resultan de la
imaginación creativa, aunque no todas las imágenes del derecho constituyen un imaginario jurídico.

Algunos imaginarios jurídicos provienen del inconsciente colectivo, son hechos de colectividades según Arnaud,
cuya complejidad depende de la cantidad y la calidad de normas e instituciones puestas en juego. El otro orden del
imaginario jurídico es la doctrina jurídica, opiniones jurídicas que no forman parte del derecho. También son concepciones
del imaginario jurídico, las que el legislador recoge y sus opiniones que luego plasmara en una ley y también la del juez que
en algún momento formaran parte de un fallo.

Todos los sistemas jurídicos se expresan en discursos, también se puede hablar de este discurso al referirse a todo
el cuerpo relevante del imaginario jurídico.

El discurso jurídico tiene por efecto permitir el señalamiento de los elementos ideológicos que velan de la razón del
sistema que el describe y crea las condiciones de emergencia de un poli sistema simultaneo.

Los derechos humanos y el uso alternativo del derecho.

La expresión derechos humanos fue creada como parte de una concepción preocupada por defender a las personas
de los abusos del poder político y económico, es decir, se refiere a la relación personas-organizaciones. La preocupación de
los críticos por este tema surge del trato que el Estado autoritario y represivo, dispensa a los opositores políticos y a los que
desafían por las armas al sistema establecido. Es un hecho bien conocido que muchos Estados, para enfrentar a los
opositores y a los políticos contestatarios, utilizan y han utilizado técnicas y medios aberrantes para suprimirlos, que dejan
de lado garantías constitucionales, e incluso derechos que pueden considerarse superiores al Estado.

El tema de los derechos humanos abarca también en la práctica la represión policial contra los detenidos humildes
por delitos comunes. No se trataría de negar la pena o la sanción, de conformidad con las leyes, de los que la han violado,
sino señalar que en el marco de los derechos que se dicen defendidos por el Estado, este no puede apelar a las mismas
armas de aquellos que combate, no solo porque esas armas no son iguales, sino por el problema ético implicado: “no se
pueden violar los derechos en cuyo nombre se ejerce la acción política de control social”.

En un panorama de reconocimiento de ciertos derechos a todos los habitantes, la máxima de "para el enemigo no
habrá justicia", no debe formar parte de ninguna práctica estatal de control social, por ningún concepto y por ningún motivo.
Estas ideas se insertan también en el contexto del derecho internacional, ya que aun en situación de guerra externa deben
prevalecer en el tratamiento de los prisioneros de guerra.

Los derechos humanos también significan, en un sentido más llano, "derechos de los pobres" y representan una
idea de justicia diversa, para la que también se realiza como instrumento político un uso alternativo del derecho. El uso
alternativo puede significar tanto el empleo del derecho por parte de los que no pueden utilizarlo por marginación social,
como una aplicación del derecho en contra de las estructuras socio-jurídicas. Por ej puede caracterizarse de uso alternativo
del derecho la estrategia procesal de los defensores de acusados por delitos políticos, que tiende a cuestionar al tribunal y a
llevar la argumentación a un campo ajeno al fijado en el proceso.

Lo que tratan los críticos no es la teoría de los derechos humanos de acuerdo con la óptica general de la teoría
jurídica, sino la "violencia instrumentada por el derecho del Estado capitalista" frente a las "luchas populares por un nuevo
derecho". Los criminólogos deben poder identificar las formas de conducta individual y las instituciones sociales que han de
defender los derechos humanos.

La evolución de los derechos humanos apunta a reivindicaciones políticas y no a explicaciones jurídicas o


sociológicas. La acción política como instrumento del cambio social absorbe todo intento de comprensión de la realidad, que
se da por los discursos que no tenían ni tienden a explicar ni a predecir, sino a persuadir y a profetizar el fin del capitalismo,
origen de casi todos los males.

La incomprensión del derecho por parte de los grupos marginados y el reclamo por los derechos
fundamentales.

Muchas veces las personas no saben qué derechos tienen, les cuesta moverse de una ciudad a otra, o no tienen el
suficiente dinero para poder soportar un proceso judicial, eso los desalienta y no pueden reclamar sus derechos
fundamentales. Cuando existe asesoría legal gratuita, diferentes medios, pero por miedo o ignorancia no los hacen valer.
Este tema le interesa mucho a la sociología jurídica.

El acceso a la justicia

El tema del acceso a la justicia, desde el punto de vista sociológico, deriva de la confrontación entre las expectativas
que surgen de la ley (para la cual todos los ciudadanos puedan acudir a los tribunales en defensa de los derechos, y de
igual manera se encuentra garantizada la defensa en juicio) y las condiciones reales de tal acceso y de la supuesta defensa.
Se entendió tradicionalmente como un "derecho natural" que tenían las personas afectadas para litigar o defenderse, es
decir, como un derecho del cual el Estado sólo debía impedir, también formalmente, su violación. En este contexto al Estado
liberal no le concernía auxiliar la indigencia jurídica, ya que, según esta ideología, toda indigencia es exclusiva
responsabilidad del indigente.

Las posibilidades desiguales para litigar constituyen, un tema que interesa a toda la sociología jurídica, en cuanto
muestra una ruptura entre la declaración formal de un derecho y su alcance real. Pudo litigar, el que tiene recursos de
variado tipo, los más de los cuales dependen de su posición socioeconómica y educacional. Los problemas que fueron
estudiados en el campo general se refieren al alto costo del proceso, que hacen de muy dificultosa o imposible interposición
las demandas de menor cuantía; el promedio de duración de los procesos; mayor disponibilidad para gastos procesales,
conocimiento del derecho y de los modos de defenderlo. Las reformas procesales y judiciales no pueden servir de sustitutos
de una reforma política y social.

La Sociología Jurídica, se refiere al estudio de las causas por las cuales las cuestiones procesales no pueden ser
resueltas como cuestiones técnicas, y deben observarse, según se entiende, las funciones sociales que desempeñan. La
contribución de la sociología (crítica) consiste en investigar sistemática y empíricamente los obstáculos al acceso efectivo a
la justicia por parte de las clases populares con vista a proponer las soluciones que las pudiesen superar, aceptado que los
obstáculos son económicos, sociales y culturales.

Lo que debe establecerse es que aquí no está en juego la posibilidad de facilitar el acceso a la justicia, porque los
deudores son llevados a la justicia, no concurren voluntariamente. En todo sistema los deudores tratan de eludir la ejecución
judicial de sus deudas, no es cuestión exclusiva de los desposeídos. Lo que se trata de facilitar el acceso cuando sus
derechos son los afectados, en las numerosas causas aceptadas por el derecho vigente.

La crítica al procedimiento judicial y la marginación social.

El análisis del procedimiento judicial por parte de la sociología critica no se refiere a las cuestiones de ineficacias
técnicas como medio de llegar a un objetivo aceptado; pretende cuestionar la estructura misma del procedimiento, que se
observa como una desarticulación de los conflictos con el fin de trivializarlos y hacerlos más aceptables para los
participantes y para la sociedad capitalista. En otras palabras, es un modo por el cual se encubre la lucha de clases,
colocándose así en las antípodas de la concepción que considera al sistema judicial como integrador y solucionador pacifico
de problemas.

Se parte de la base que los conflictos de clase no pueden ser absorbidos por el sistema jurídico político, y por ello
es necesario dispersarlos y atomizarlos. En cuanto a la jurisprudencia se entiende como una técnica de trivialización por la
cual se considera que los conflictos se repiten en el tiempo y en el espacio, a través de la cual pueden ser considerados
individuales y susceptibles de resolverse técnicamente. De allí que un recurso conceptual necesario para el manejo del
derecho sea rechazado, para poner en su lugar categorías críticas. Aceptado que, el conflicto no es individual, y que el
procedimiento es una estrategia de desarticulación ideológica y política, el fallo no resuelve el conflicto, sólo lo decide.

Los críticos tratan de polarizar los conflictos para evitar el tratamiento que llaman individual de los mismos Los
conflictos son polarizados como "dimensión social" y a partir de categorías separadas por el poder y la discriminación:
explotadores y explotados, locadores contra locatarios, empleadores contra obreros y empleados, etc.

El paso siguiente es sustituir la discusión basada en normas jurídicas, en virtud de la “justicia relativa a la visión del
mundo, de la clase hegemónica por una ética del marginado”. De este modo, por ejemplo, se discute la legitimidad de las
normas que regula el derecho de propiedad, y que define como ilegal la ocupación de tierras por marginales sociales.

Dentro de la sociedad, las normas jurídicas se presumen a partir de un consenso de tipo liberal, que los críticos
rechazan: es decir, si la cooperación se encuentra reemplazada totalmente por el conflicto y la lucha, no es difícil derivar la
existencia de dos niveles de justicia y sostener que la ley representa solo a un grupo de intereses en la sociedad. Desde su
punto de vista el sistema judicial resulta, según la caracterización de trivializados, atomizador y generalizador, en contra de
los intereses de los perjudicados. Pero esta clase y sus ideólogos pretenden pretender también una generalización sobre
otros principios: vivienda como derecho inmediatamente exigible, supresión de toda persecución policial, entre otros.

Debe observarse que la sociología jurídica crítica presupone las luchas de clases como base de la vida social, y
sobre esta idea, contrapone dos visiones del derecho, de la ley de la administración de la justicia.

Sostener que en todo tiempo y lugar el derecho es instrumento de poder hegemónico, no es más que un postulado
anticientífico. El trabajo de la sociología jurídica es determinar los institutos concretos que se dan en unos casos y otros, ya
que nada puede predicarse sobre el carácter generador de conflictos o integrador de todo el orden jurídico sin caer en
generalizaciones.

Revisión Histórica: en la tradición Europea y en América Latina.

Retorno al Pluralismo Jurídico

Al sistema jurídico se la asigna la función de integración social, que se cumple mediante dos dispositivos: la
orientación de los comportamientos de los sujetos y la resolución de conflictos que se presentan entre personas y grupos.
Desde el surgimiento del Estado Moderno, esa función se ha desarrollado con fundamento en la presunción de que la
producción del derecho solo puede hacerse por parte del Estado. A partir de ella, y a través de un sistema jerarquizado de
competencias, se ha construido una estructura normativa pretendidamente única y coherente. Las normas, que regulando la
vida social, estén dentro de esa estructura se consideraran jurídicas y las que queden por fuera, no se consideran normas
jurídicas. Es lo que se conoce como monismo jurídico.

Esa presunción puede ser vista como un problema porque, en la práctica, no es el Estado el único que crea normas
encaminadas a cumplir la función de orientar las conductas y resolver los conflictos. Al contrario ha tenido que pugnar con
otros actores para imponer su proclamado monismo en la producción del derecho. Se ha acuñado el término de Pluralismo
Jurídico para designar formas de regulación social paralelas que, en muchos casos, compiten o inhiben la aspiración de
monopolio del derecho en cabeza del aparato estatal.

Esa presunción puede perder fortaleza en las instancias intermedias de la vida social. Los ámbitos de la familia, el
vecindario, la empresa, pueden ser escenarios frecuentes en los cuales los conflictos encuentran formas de manejo de la
conflictividad donde entran en operación normas sustantivas y de procedimiento que pueden estar informadas por órdenes
de regulación ajenos al Estado. La idea es que, si bien en alguna época el discurso jurídico estatal tendió a ganar
hegemonía, hoy la está perdiendo en favor de otros sistemas jurídicos de carácter infra y supraestatal con los que cohabita.

Monismo Jurídico: breve reseña de un mito

“El legislador no es el que decide una ley, sino el que la permite”, decía Hobbes para sustentar que todas las leyes
derivan de la voluntad del soberano. Esa afirmación era esencialmente la síntesis de un proyecto político.

Se trata de un proyecto que marca los últimos cuatro siglos de la historia de Occidente como una fuerte y
prolongada dinámica de construcción del monismo a partir del Pluralismo existente. La unicidad del derecho es la resultante
de la interacción prolongada en el tiempo de una doble tendencia de inclusión y de exclusión. De inclusión porque implica
selección y articulación de normas y estructuras producidas en la sociedad. De exclusión, porque la selección implica el
rechazo de construcciones normativas que se derivan externas al orden jurídico para perseguirlo, deslegitimarlo o
disuadirlo. Una selección que comienza por demarcar las relaciones sociales que están dentro y las que están fuera del
derecho. A las primeras se les llama relaciones jurídicas y entre ellas se pueden presentar conflictos jurídicos, las demás al
quedar fuera no se consideran jurídicas y sus conflictos no tienen un status legal, entonces se les niega toda relevancia ante
el derecho. Allí los conflictos se consideran privados.

Esa doble tendencia tiene una historia que se expresa en las formas del pluralismo jurídico, y puede contarse en
tres momentos que empiezan con la emergencia de los Estados occidentales modernos:

1. El primer momento corresponde a lo que podemos llamar la época liberal clasista, que se prolonga hasta fines del
siglo XIX. El Estado dejaba de lado a los demás actores y se ocupaba solamente de un reducido grupo de servicios
que parecía de su esencia: la guarda de fronteras (ejercito), la garantía del orden público (policía) y la
administración de justicia.
2. El segundo momento corresponde a la época del Estado interventor y se prolonga hasta la segunda mitad del siglo
veinte. En él, el concepto de lo público se fue ampliando, el derecho se expandió hacia otras áreas de la vida. El
derecho de familia, el derecho laboral, el derecho de ambiente se convirtieron en ramas extensas del derecho. A
pesar del imperio teórico del monopolio estatal de la administración de justicia, en mayor o menos medida, tenían
actividad las instituciones comunitarias como la familia, la aldea, la organización de base. Ello llevo a que en la
práctica muchos de los temas del conflicto difícilmente se abordaran a partir del derecho. Durante esa época, en la
misma medida que el derecho estatal ampliaba los campos de su pretendido monopolio, se fue abriendo y
profundizando los espacios y relaciones que no se sometían a esa estructura de regulación.
3. El tercer momento corresponde a la actualidad y puede empezar a contarse a partir de los años setenta del siglo
XX. En esta etapa toman un enorme impulso los escenarios local y mundial de regulación. El Estado empieza a
ceder el espacio a otros actores en la producción del derecho y de la administración de justicia. Cambia su posición
monopolista en la administración de justicia por una de cooperación.

El paradigma del Estado de derecho se quiebra, pierde eficacia el derecho estatal, pero en realidad lo que ocurre es
que el mito monista ya no es suficiente para entenderse con la nueva realidad. El concepto de pluralismo jurídico gana
aceptación como instrumento de análisis de la realidad, debido al cambio fundamental en la época presente en donde el
Estado está dejando de lado la idea de que es el único que puede orientar las relaciones jurídicas y abocar los conflictos
que se presentan en la sociedad.

Usos del concepto de Pluralismo Jurídico

Con tal concepto se abarca una amplia diversidad de dinámicas sociales de regulación entre las que se destacan
las que se dan al interior de las comunidades tradicionales, o en nuevas comunidades excluidas o marginalizada; las que
emergen como resultado de la acción de los nuevos movimientos sociales, las que se presentan en casos de crisis
institucional e, incluso las que son el resultado de los procesos de globalización del capital.

La relación entre los sistemas jurídicos propios de las comunidades tradicionales con el derecho estatal imperante
donde ellos se encuentran es quizás el primer caso donde se llega a aceptar el concepto de pluralismo jurídico. Se trata de
una situación que empieza a ser analizada alrededor del fenómeno del colonialismo al ocuparse de los conflictos derivados
de la permanencia de las formas propias de regulación en tales comunidades frente al sistema jurídico impuesto por las
metrópolis coloniales.

La emergencia de estructuras autónomas de regulación que se presentan en comunidades marginalizadas por


dinámicas desequilibradas de desarrollo capitalista o de exclusión política o cultural también ha reclamado el concepto de
pluralismo jurídico.

Las formas normativas extra estatales es decir, los nuevos movimientos sociales tales como los movimientos de
perspectiva étnica o de género, de carácter regional o ambiental producen con su accionar unas estructuras jurídicas
mediante las cuales 1) Se autorregulan como movimientos y principalmente. 2) estabilizan el acumulado logrado a partir de
luchas localizadas y puntuales en la exigencia de derechos y negociaciones con su entorno político-social que constituyen
sistemas de regulación propios para conjuntos de relaciones precisas que conviven con las normas vigentes en la ley
estatal

Se utiliza el concepto de Pluralismo Jurídico para explicar fenómenos de crisis y violencia permanente en
sociedades latinoamericanas como Colombia. Se plantea que existe un orden jurídico oficial, que compite con un orden
jurídico que se impulsa y articula desde el bloque de poder dominante y se manifiesta principalmente a través de actos
administrativos.

En el ámbito internacional también se habla de pluralismo jurídico desde diferentes dinámicas. La lex mercadoría
retoma su lugar como derecho cosmopolita que trasciende las fronteras, desconoce y en muchos casos inhibe el derecho
estatal estableciendo sistemas de regulación que entran a regir independientemente de la actitud que tomen los respectivos
Estados.

Aproximación al debate

Arnuad y Fariñas proponen cuatro elementos para una definición más comprensiva del concepto de Derecho: 1)
legitimidad de la autoridad que produce el derecho. 2) carácter superior, cierto y valido de las normas establecidas. 3)
obligatoriedad. 4) sanción legitima. El primer elemento reclama una autoridad productora del derecho. Si esta característica
fuese ineludible muchos de los órdenes de regulación sobre los que no es posible identificar actos de autoridad legítima no
serían derecho

De lo que se trata es que el segundo elemento sea identificable, y la superioridad y validez de una norma pueda
precisarse con certeza al interior de un espacio social aun cuando ella sea de carácter consuetudinario o no formal. Con las
salvedades hechas al primer elemento podemos adoptar esta definición ya que permite comprender una gran diversidad de
fenómenos y procesos en el mundo jurídico. Siendo así, valiéndonos de esa definición acerquémonos al tema del
Pluralismo Jurídico.

Sobre el concepto de pluralismo jurídico hay desacuerdo en las diferentes definiciones académicas, pero hay
consenso en rechazar tanto la identificación del derecho con la ley, como el monopolio del derecho por parte del Estado y el
mito monista. Con ese acuerdo como punto de partida puede decirse que se habla de pluralismo jurídico cuando nos
encontramos ante la concurrencia competitiva y contradictoria de diferentes sistemas jurídicos que regulan un espacio
geopolitico o una misma situación.

Estos autores intentan la definición a partir de la diferenciación entre tres formas de polisistemia (sucesiva,
disyuntiva y simultanea) e identifican el Pluralismo Jurídico con la polisistemia simultánea.

Dada la concurrencia de sistemas jurídicos, uno de ellos adquiere la denominación de derecho y los demás se
mantienen con vocación de llegar a adquirirla.

El concepto de derecho

La concepción sociológica del campo jurídico que aquí se presenta exige un concepto de derecho lo suficientemente
amplio y flexible como para capturar las dinámicas sociojuridicas en sus muy distintas estructuras de tiempo y espacio. El
concepto de derecho propuesto por parte de la teoría política liberal y elaborada por el positivismo jurídico de fines del siglo
XIX y XX es demasiado reductor porque tan solo reconoce una de las escalas: la nacional.

La supremacía de la escala Estado-Nación en el análisis sociojuridico no solo contribuyo a angostar el concepto de


derecho al vincularlo con la autoridad del Estado, sino que también impregno ciertas concepciones del pluralismo jurídico
con una ideología de centralismo estatal.
Sally Merry, distinguió dos periodos en el debate sobre el tema: I) Pluralismo jurídico clásico (pluralismo jurídico en
sentido débil), se refiere a investigaciones sobre sociedades coloniales y pre coloniales, al igual que a otros análisis de
intersecciones entre derecho indígena y el derecho europeo. II) El nuevo pluralismo jurídico, por su parte, se refiere a la
aplicación del concepto a sociedades no colonizadas, particularmente en los países industrializados. Este último, a ampliar
el campo de análisis para percibir legalidades múltiples entrelazadas, tiene mayores dificultades para establecer la frontera
entre lo jurídico y lo no jurídico. De ahí que el primer reto de cualquier estudio sobre pluralidad sea la definición de derecho.

Boaventura Santos concibe al derecho como: “un cuerpo de procedimientos regularizados y estándares que se
considera exigible- susceptible de ser impuesta por una autoridad judicial- en un grupo determinado y que contribuyo a la
creación, prevención y resolución de disputas a través de discursos argumentativos unidos a la amenaza de la fuerza”. En
primer lugar, es una definición esencialista, en cuanto especifica lo que cree que son los rasgos esenciales del derecho y,
por lo tanto, toda practica social en la que falten esas características no podría ser catalogada como derecho. En segundo
lugar, es funcionalista por basarse en la idea de que la función del derecho es mantener el orden social de un grupo a través
de la aplicación de normas y la resolución de litigios.

Las críticas al pluralismo jurídico se centran en el concepto de derecho que subyace a la idea de pluralismo. Para
Brian Tamahana, los pluralistas jurídicos están de acuerdo en la siguiente proposición negativa: no todos los fenómenos
relacionados con el derecho, ni todos los fenómenos similares al derecho, se originan en el poder estatal. De esta
afirmación concluyen el carácter jurídico de todos los demás tipos de ordenas normativas no vinculadas al Estado. El
alcance de esos órdenes, ampliado así de manera indiscriminada, puede llevar a una situación de indefinición en la que no
se sabe cuándo se deja de hablar de derecho y se comienza a hablar de la vida social en general. Otra crítica es que los
pluralistas les cuesta diferenciar entre derecho y vida social, y normas sociales de las normas jurídicas.

Los componentes y espacios estructurales del derecho

Boaventura de Souza Santos analiza el campo jurídico del mundo capitalista como un sistema estructuralmente
pluralista. Según su planteamiento, existen seis espacios (domestico, productivo, mercantil, comunitario, ciudadano y
mundial) de poder y producción del derecho. Entenderlos como espacios significa verlos como “conjuntos fundamentales de
las relaciones sociales” estructuralmente autónomos.

1. El espacio productivo: se define desde las relaciones de trabajo y de organización social, su forma institucional
básica es la empresa capitalista. Se regula por un sistema jurídico de producción que se basa en la explotación
como mecanismo de poder.
2. El espacio de mercado: es definido como conjunto de relaciones de distribución y consumo, estructurado sobre el
mercado como institución, cuya forma de poder es el fetichismo de las mercancías y regulado mediante el derecho
de cambio.
3. El espacio domestico: se estructura sobre la institución del matrimonio, se desarrolla en el espacio de la familia y se
regula por el derecho doméstico, que se articula sobre del patriarcado como mecanismo de poder.
4. El espacio comunitario: se define como el conjunto de relaciones de producción y reproducción de los territorios
físicos o simbólicos y de las identidades con relación a los orígenes. Su forma de poder es la diferenciación desigual
y se regula por el derecho de la comunidad.
5. El espacio mundial: se constituye institucionalmente alrededor de las agencias y los convenios internacionales. Se
estructura sobre una forma de derecho en las que el mecanismo de poder es el intercambio desigual.
6. El espacio ciudadano: se constituye a partir de la esfera pública e implica principalmente las relaciones entre el
ciudadano y el Estado. El derecho adquiere la forma de derecho nacional y se integra por diferentes ramas que
regulan esa relación.

Lo que plantea Santos es que el conjunto de relaciones jurídicas y de poder en la sociedad capitalista se puede
definir por la forma como se relacionan esos espacios. Las relaciones entre ellos varían de una sociedad a otra, y de
manera muy general entre las sociedades centrales y las periféricas.

Los seis espacios tienen una dinámica de producción y transformación autónoma, aunque relacionada con los otros
espacios de manera complementaria o conflictiva. Esa relación está en una época de transición en la que se está pasando
del espacio nacional como articulador de toda espacialidad capitalista al espacio mundial como eje alrededor del cual
gravitan los demás espacios. Cada uno de esos espacios tiene sus propias relaciones de poder y sus propias luchas.
Entonces, el orden capitalista se presenta estructuralmente como pluralismo jurídico entre sus diferentes espacios.

Si bien para el autor hay un espacio que articula a los demás (en la época actual el espacio mundial está
reemplazando al nacional como espacio articulador) y donde se dan las principales luchas entre sistemas jurídicos, para
entender el tema de centralidad es necesario considerar los discursos jurídicos.
Él sostiene que el derecho se integra por tres tipos de componentes estructurales: Burocrático, retorico y coercitivo.

1. La dimensión coercitiva del discurso jurídico se funda sobre la capacidad de amenaza con que cuentan los operadores
de justicia. Solo tiene por destinatarias a las partes implicadas en un conflicto. La violencia se utiliza por los actores
gubernamentales- por ej., la policía- para imponer el derecho estatal o por los grupos ilegales- por ej., las mafias- para
imponer el código que regula sus actividades.
2. La retórica es una forma de comunicación y una estrategia de toma de decisiones basada en la persuasión o convicción
mediante la movilización del potencial argumentativo. Se asienta sobre la capacidad de convencimiento con que
trabajan los operadores de justicia. La retórica como un componente estructural del derecho está presente, por ejemplo,
en prácticas jurídicas como el litigio, la mediación, la conciliación, la justicia en equidad, etc.
3. La burocracia se estructura sobre una organización de competencias y de técnicas de demostración con lo que se
busca, de manera inmediata producir decisiones a través de unos procedimientos, pero de manera mediata producir un
efecto de organización y racionalización de la sociedad. La burocracia es el componte dominante del derecho estatal y
está presente en las prácticas jurídicas como la adjudicación de casos por los tribunales.

Estos componentes estructurales no son entidades fijas, varían internamente y en sus articulaciones reciprocas. Sin
embargo, un campo jurídico complejo, como el derecho estatal moderno, puede abarcar diferentes articulaciones en
distintos subcampos. Por ej., en el derecho penal la constelación jurídica puede estar dominad por la violencia y la
burocracia, en el derecho administrativo por la burocracia y en el derecho de familia por la retórica.

Para contribuir a este análisis comparativo social jurídico, Bonaventura distingue tres grandes tipos de articulación
entre retórica, la burocracia y la violencia: la covariación, la combinación geopolítica y la interpenetración estructural.

La covariación hace referencia la correlación cuantitativa entre los componentes estructurales de los diferentes
campos jurídicos. En realidad, la tendencia secular se ha orientado hacia una retracción gradual de la retórica y una
expansión gradual de la burocracia y de la violencia. Los bajos niveles de burocracia en los campos jurídicos globales se
explican por el hecho de que la multitud de institución del estado nación no tienen homólogos al nivel global o Interestatal. El
crecimiento gemelo de la burocracia y la violencia, que hasta épocas recientes caracterizaba la escala nacional del campo
jurídico, parece esta manera ser un proceso está ocurriendo en todas las escalas del derecho.

Boaventura sugiere como hipótesis general las siguientes relaciones: Cuanto más alto sea el nivel de
institucionalización burocrática de la producción jurídica, menor será el espacio retórico del discurso jurídico y viceversa.
Cuanto más poderoso sean los instrumentos de violencia al servicio de la producción jurídica, más pequeña será el espacio
retórico del discurso jurídico y viceversa.

La combinación geopolítica una forma de articulación centrada en la distribución interna de la retórica, la burocracia
y la violencia en determinado campo jurídico. Mientras la covariación hace referencia a pautas de articulación entre
componentes estructurales en general, la combinación geopolítica se centra en la articulación entre diferentes pautas de un
determinado campo jurídico. Las diferentes articulaciones generan diferentes formas de dominación política. Según sea el
componente que domine una articulación concreta, tendremos una dominación política basada o en la adhesión voluntaria
por persuasión o convicción, o estrategias demostrativas que llevan a imposiciones autoritarias o finalmente en el ejercicio
violento del poder

La tercera gran clase de articulación entre retórica, la burocracia y la violencia es la interpenetración estructural.
Esta es el tipo de articulación más compleja por qué consiste en la presencia y reproducción de un determinado
componente dominante dentro de uno dominado. Su complejidad no sólo radica en que supone el análisis de múltiples
procesos cualitativos, sino también, que sólo es inequívocamente debatible en los periodos históricos largos.

Para SOUSA SANTOS, no hay nada inermemente bueno, progresivo o emancipatorio del “pluralismo jurídico”, por
el hecho de que hay fuerzas militares, mafias. El prefiere la pluralidad de órdenes jurídicos.

El Pluralismo Jurídico en las prácticas de Justicia participativa: resolución de los conflictos por Vía No
Institucionalizada. Movimientos Sociales.

Parte Sousa de la afirmación de que la modernidad ha conocido dos paradigmas respecto de la transformación
social: la revolución, como transformación contra el Estado y el reformismo, como transformación del Estado.
Históricamente el reformismo habría acabado imponiéndose en los países centrales para pasar a ser la propuesta
extensible al sistema mundial. Pero según Sousa, si como ocurre actualmente el Estado se ha tornado él mismo
problemático, el reformismo, y por tanto su objeto, habría entrado en una fase de crisis.

Sousa entiende que el reformismo, considerado ampliamente, "vino a significar el proceso a través del cual el
movimiento obrero y sus aliados encauzaron su resistencia contra la reducción de la vida social a la ley del valor, a la lógica
de la acumulación y a las reglas del mercado. Es así como es posible entender el nacimiento de una institucionalidad
encargada de mantener vivas las interrelaciones sociales no mercantiles de carácter cooperativo, solidario y voluntario. Así
también se explica como en el seno del capitalismo el interés público tuvo vigencia, sobre todo mediante la regulación del
trabajo, la protección social frente a los riesgos sociales y la seguridad frente al desorden o la violencia.

Desde esta perspectiva, capitalismo y Estado consensuaron las estrategias que abocaran en los países centrales al
Estado del bienestar y en los periféricos al Estado desarrollista. Las estrategias de las que se valieron los Estados
nacionales para llevar a cabo el reformismo social fueron la acumulación, que permitió estabilizar y contentar a la lógica
capitalista, las estrategias de confianza, mediante las cuales se logró estabilizar las expectativas de los ciudadanos, en un
sentido amplio y la estrategia de la legitimación que permitió al Estado reapropiarse de la lealtad de distintas clases sociales
en un ámbito específicamente político. De este modo, el reformismo afianzó, tanto política como administrativamente, al
Estado nación, de una forma tal que durante algunas décadas el reformismo fue considerado la vía adecuada para
compatibilizar la estabilidad y cierta clase de progreso social.

Pero la bonanza no duró mucho, de modo que a partir de la década de los ochenta la fórmula reformista empieza a
dar muestras de las que cabe inferir un cambio en el paradigma constitutivo del reformismo. Sousa insiste aquí en una
tendencia por la cual los procesos sociales de exclusión empiezan a ser dominantes respecto de los de inclusión, como una
consecuencia de lo anterior.

Respecto del análisis causal de la quiebra del modelo reformista Sousa insiste en el consenso neoliberal,
particularmente en el consenso de Washington que vino a quebrar la disposición previa de los espacios estatales como
ámbitos de negociación de los conflictos sociales. Las estrategias estatales del reformismo −acumulación, confianza y
legitimidad− se habrían disuelto pasando a adquirir preeminencia absoluta la mera estrategia de la acumulación. El Estado
débil, propugnado por el consenso de Washington, lo sería respecto de las estrategias de confianza y legitimación, pero
respecto de la estrategia de acumulación el Estado nacional se habría fortalecido para estar en situación de responder a las
exigencias del capitalismo global. La consecuencia que extrae Sousa de esta situación es que no estamos ante la crisis del
Estado sino ante la crisis de un determinado Estado. Y merece la pena destacar, en el planteamiento de Sousa, un punto de
vista que consiste en no imputar, como es frecuente, la debilidad del Estado a un efecto perverso de la globalización
económica. Para él esa debilidad es eminentemente política, es decir, responde a una voluntad nueva respecto de la
distribución de las funciones estatales. Se trataría de dotar al Estado de "una fuerza más sutilmente ajustada a las
exigencias políticas del capitalismo global", y en definitiva comprender que la intensificación de los procesos de
mercantilización no los podría eficazmente promover el mero mercado, por lo que se requiere la intervención estatal en este
sentido. En palabras de Sousa, "Eliminado el contexto político de la post-revolución, el reformismo perdió su sentido: dejó
de ser posible por que dejó de ser necesario"

Pero entendámonos, lo que ya no es posible es el reformismo al que nos referíamos inicialmente, ya que en este
nuevo contexto histórico en que ahora nos encontramos la pretensión reformista, particularmente del Estado y sus
funciones, no ha dejado de ser la pretensión perseguida por los consensos neoliberales. La idea dominante sería que no se
trata de realizar la idea de un Estado mínimo ni, por tanto, reducir el Estado, sino de modificar su naturaleza, modificar sus
funciones y ello, a ser posible, sin renunciar a formas renovadas de su legitimación.

Nos parece acertado el análisis de Sousa según el cual los procesos de globalización y las consecuentes reformas
que sus consecuencias imponen a los Estado no constituyen un proceso único y homogéneo, sino que es necesario
distinguir al menos dos fases. El primer reformismo constituyó un reformismo social promovido desde el Estado, que
perseguía para sí el modelo del Estado mínimo. Se trata de un movimiento transnacional regido por el pensamiento único,
en donde el Estado nacional sería una miniatura en el escenario social global. Sin embargo esta fase es evaluada por sus
mismos promotores como disfuncional, y de suyo se abren brechas en el consenso de Washington, razón por la cual
aparece el temor de la ingobernabilidad, así como el del incremento masivo de la inmigración hacia los países centrales,
todo ello junto a una percepción de que se estarían reorganizando de las fuerzas progresistas.

El panorama muestra los efectos de una determinada forma de entender la reforma, pero también sus
insostenibilidad. Ante esta situación Sousa propone dos formas radicalmente distintas como opciones estatales.

Una sería la que responde a la concepción del Estado-empresario, basada en la privatización de todas aquellas
funciones que el Estado no debe desempeñar y la reforma de la administración con un criterio empresarial para, de ese
modo, alcanzar la necesaria productividad, eficacia y competitividad deseable en un Estado reconstituido.

La otra alternativa, por la que él apuesta, es la que denomina "Estado como novísimo movimiento social", que
esencialmente parte de la idea de que, dadas las fuerzas avasalladoras del mercado, ni el Estado ni el principio de
comunidad están en situación, aisladamente, de producir la sostenibilidad de las fuerzas no mercantiles.
En este contexto Sousa señala el renacer en los países centrales del tercer sector o economía social, que contiene
el principio de la comunidad y actuaría como un mediador social frente a la hegemonía tanto del Estado como del mercado.
El renacer del tercer sector lo atribuye Sousa al vacío ideológico que es consecuencia de la crisis tanto de la
socialdemocracia como del socialismo.

Sousa señala con perspicacia como, "bajo la denominación de Estado, está surgiendo una nueva forma de
organización política más vasta que el Estado; una organización integrada por un conjunto híbrido de flujos, redes y
organizaciones en las que se combinan e interpenetran elementos estatales y no estatales, tanto nacionales como locales y
globales, respecto de los cuales el Estado es el articulador". Esta nueva situación supone la pérdida, por parte del Estado,
de una gran capacidad de regulación social, pero a cambio adquiere un poder metaregulador, es decir, se va a erigir en el
coordinado de todas aquellas instancias que adquieren cuotas de poder por subcontratación política, pero sobre todo el
Estado seguiría dictando las reglas del juego que regirían la interacción de los distintos intereses sectoriales y de este modo
acceder a un mundo público ensanchado.

A modo de conclusión Sousa propone como una política progresista y realizable basada tanto en la refundación
democrática de la administración pública como en la refundación democrática del tercer sector.

Los Horizontes de la Justicia Participativa. Justicia Indígena. Justicia Comunitaria

Aunque el pluralismo jurídico está presente en todas las sociedades contemporáneas, cada sociedad tiene un perfil
especifico de pluralismo jurídico. Tal especificidad se basa en factores históricos, económicos, políticos, sociales y
culturales.

En esta oportunidad, se analizará el pluralismo jurídico tomando a Colombia.

Una especificidad de este tipo de pluralismo, consiste en la intensidad de confrontación entre el pluralismo
subnacional y el pluralismo jurídico supranacional.

Las dimensiones seleccionadas para para analizar el pluralismo jurídico en Colombia son:

1. Oficial/no oficial: La primera dimensión, permite identificar por un lado el derecho estatal, y por otro una
multitud de derechos y justicias locales, urbanas y campesinas, comunitarias, indígenas, guerrilleras, etc.
La situación más sobresaliente es la justicia indígena, por su reconocimiento constitucional. Esta Justicia es
un hibrido jurídico. Deriva de una definición administrativa y politica por quien tiene el poder institucional.
2. Formal/informal: La segunda dimensión permite identificar tanto las formas de pluralismo subnacional, como
de pluralismo interno. Tiene relación con los aspectos estructurales del derecho. El autor considera informal
una forma de derecho y justicia dominada por la retórica y en la cual la burocracia está ausente o su
presencia es marginal. El grado de informalidad varía mucho según el ordenamiento jurídico, y también en
un mismo ordenamiento en diferentes situaciones o tipos de litigio. La justicia comunitaria cívica tiende a ser
muy informal, mientras que la justicia guerrillera, en ciertas situaciones formal.
Aquí también juega un papel fundamental la justicia indígena.
La construcción de una concepción multicultural de formalismo solo será posible al final de una larga
práctica de reconocimiento efectivo de la diversidad multicultural. Por eso en la actualidad, no es posible
identificar el grado de formalismo de la justicia indígena.
3. Monocultural/multicultural: La tercera dimensión vuelve a poner a la justicia indígena en el centro del
análisis. Esta justicia, está sujeta a un proceso de hibridación que deriva del reconocimiento constitucional
de su existencia. La ambigüedad de este proceso de hibridación reside en que oculta las relaciones
desiguales de poder entre la justicia indígena y la justicia oficial. La ambigüedad de este proceso de
hibridación reside en que oculta las desigualdades que existe entre la justicia indígena y la justicia oficial.
Está tensión también existe entre la justicia indígena, y otras justicias comunitarias no oficiales
4. civico/armado: hace referencia a la proliferación del monopolio de la fuerza en grupos armados, de la
violencia por parte del Estado, ya sea incluso cuando desplazan al mismo funcionario estatal. Este contexto
puede ser aplicado en cualquier comunidad sin importar su condición económica. Grupos armados (milicias,
bandas) que operan en comunidades.

BOLILLA 5: OPERADORES DEL DERECHO Y ADMINISTRACION DE JUSTICIA.

Estudiantes y profesores de derecho

Los estudiantes de derecho son los futuros jueces y abogados, y los profesores de derecho son quienes los educan.
Es la especialidad universitaria con mayor número de inscriptos en el país, aproximadamente un 13% del total. En la
Universidad de Buenos Aires, la más numerosa, estudian cerca de 27 mil personas, y se reciben como abogados
aproximadamente 3 mil por año.

La insistencia en mantener este dudoso canal de ascenso social, que tuvo sentido a principios de siglo, es lo que ha
aumentado la oferta de “facultades de derecho” en todo el país. El objetivo central de la educación jurídica no es el
asesoramiento legal. Era y es el “pleito” planteado ante “el tribunal”; la “demanda”, la “contestación de demanda”, el juicio
ante un juzgado que termina en la “sentencia”.

La educación jurídica en el país nunca fue de una calidad superlativa. En el siglo XX, un profesor de Derecho Civil,
Alfredo Colmo, En La cultura jurídica y la Facultad de Derecho, no escatima críticas contra alumnos, profesores y objetivos
académicos. Es triste comprobar que sus afirmaciones no han perdido actualidad.

Según Colmo, la facultad no era el alma mater de nada ni de nadie. Sus autoridades eran funcionarios
administrativos, sin alto compromiso, y para los alumnos es un mal necesario, donde hay que apurar el mal trago, obtener
rápido el titulo e irse. Todavía hoy parece que, para muchos, la facultad no es un ámbito importante.

Es posible que la respuesta sea el tipo de enseñanza que se imparte. Muchos son los alumnos que afirman que la
educación jurídica es “memorística”, y que se aprueba un examen repitiendo leyes y textos de doctrina. En las últimas
décadas ha sido peor: ya no hay que repetir “tanto texto legal” ni tan minuciosamente las opiniones creadas sobre ellos por
los doctrinarios. Del tratado al manual, del manual al apunte y del apunte a la breve fotocopia de autor no identificado. En
general, en las universidades privadas existen bibliotecas con textos especializados, y los alumnos tienen suficiente dinero
para comprar los libros básicos de la materia. En las nacionales no hay fondos, no ya para libros sino para fotocopias.

Parece no haber habido en el país un momento en el cual se expresará conformidad y complacencia con
estudiantes de derecho y abogados.

En la opinión de sus profesores, el estudiante de derecho es poco lector y escasamente inquieto por cuestiones
literarias o artísticas. En cuanto a las inquietudes políticas parecen haberse adormecido desde hace ya tiempo. Esto es
fomentado desde las cátedras: buen abogado o buen juez será el que conozca mejor “la ley”, no el que, a partir de una
cultura general, pueda entender y resolver los conflictos humanos en los que el derecho tiene pertenencia, y pueda ubicar
políticamente las ideologías de las que derivan posiciones, sistemas y legislaciones.

Intentamos cambiar al estudiante de derecho reformando los planes de estudios. No quisimos ver, ni queremos ver,
por ejemplo:

1. Los intereses que llevan a los alumnos a estudiar. Estos no se centran necesariamente en la “vocación de justicia”, o en
capacitarse brillantemente, o en especializarse, sino en la mera subsistencia o la promoción laboral. El modelo de
ascenso social a partir de la posesión de un título de abogado es uno de los mensajes que todavía perduran a pesar de
su secular desactualización. Que no ocurre de este modo pueden decirlo los estudiantes sin apoyos familiares, sociales
o políticos.
2. Las ideologías o limitaciones de los profesores, que siguen haciendo lo que venían haciendo. “Dictan su clase” y los
alumnos que “escuchan” piensan que mucho de lo que se les dice pueden leerlo sin perder tiempo en cursadas, salvo
que sean obligatorias.
3. El problema presupuestario. No es posible dar una mejor educación con recursos menores, o aun la misma y limitada
educación con los mismos recursos, a una gigantesca y creciente población estudiantil.
4. Los sueldos docentes. La casi totalidad de los profesores de derecho se encuentra pagada con un viatico. Casi todos
tienen otro trabajo principal, del cual viven. En las universidades privadas, la situación es todavía más deprimente, con
excepciones puntuales. La propuesta de Colmo, jamás escuchada, tendía a generar un alumno de derecho creativo,
inteligente, atento a las instituciones jurídicas y a la repercusión social de la legislación, y no un repetidor sin iniciativa,
siervo, no de la ley, sino de quienes la sancionan.

Tipos de universidades:

Las facultades de Derecho estaban enmarcadas en las limitadas universidades nacionales existentes. En 1987 un
informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), atribuía a las universidades diez
funciones:

1. Educación general postsecundaria


2. Investigación
3. Suministro de mano de obra calificada
4. Educación y entrenamiento altamente especializados
5. Fortalecimiento de la competitividad en economía
6. Mecanismos de selección para empleos de alto nivel a través de la certificación
7. Movilidad social para los hijos de familias proletarias
8. Prestación de servicios a la región y a la comunidad local
9. Paradigmas de aplicación de políticas nacionales, tales como la igualdad de oportunidades para mujeres y minorías
raciales
10. Preparación para papeles de liderazgo social

Es evidente que no deben diseñarse universidades distintas para adaptarse a cada grupo de objetivos. En el nivel
nacional algunas funciones son manifiestamente inexistentes, como la 7. La “universidad obrera” jamás correspondió a un
modelo nacional.

No se puede ser efectivo en tal cantidad y profusión de objetivos a la vez, tanto por el consabido tema de los
recursos insuficientes, como por la imposibilidad de lograr varios al mismo tiempo, como puede ocurrir con las funciones 9 y
5.

El modelo histórico de excelencia corresponde a un tipo de universidad (podemos llamarla de tipo 1), que cumple
algunas de las funciones previamente enumeradas: las 2, 4, 5, 6 y 10. Sin embargo, puede ser que el costo de matrícula
justifique a una universidad que no tenga excelencia educativa, sino que brinde otros elementos. No la llamaríamos de tipo
1, sino de falso tipo 1, ya que la excelencia es solo su función declarada, pretextada pero no real. Se trata de universidades
que resultan de elites solo en cuanto al monto de su matrícula y por la clase social o estamento que accede, no en lo que
hace al contenido de su enseñanza, que es mediocre.

Universidad de tipo 1 seria no solo la que forma elites, sino aquella que reúne a los que ya tiene el acceso facilitado
por su posición, y que, en todo caso, estudiaran cómodamente, sin gran esfuerzo o nivel, porque no requieren eso para
ubicarse ni competir.

En cuanto al modelo masivo, que podemos llamarlo tipo 2, será el que reconozca el cumplimiento de las restantes
funciones: 1, 3, 7, 8 y 9; generando la transición entre la universidad elitista nacional y la de participación ampliada. Sin
embargo, se ha pensado y se puede pensar lo contrario.

Esto puede sostenerse, en la medida en que se observe que no poner limitación alguna al mal estudiante, que repite
una y otra vez cursos y exámenes, y que permanece 10 o 15 años a costa de la gratuidad indiscutida, ejerciendo “derechos”
de mantenerse en el sistema educativos sin frutos, es inequitativo respecto de la dilapidación de fondos públicos que se
emplean muy mal en tales circunstancias.

Es difícil separar en las universidades masas la demagogia de los sanos intentos de transmitir una educación crítica,
creativa y formadora a la mayor cantidad posible de personas.

En la universidad de tipo 3, si bien se rescata la idea de masas y en general las funciones 1, 3, 7, 8 y 9 del listado
anterior, esa valoración solo se refiere a la “función manifiesta”, en lo que se declara públicamente. Lo que ocurre realmente
en ella, es la promoción y titulación de bajo nivel de personas que, por carecer de recursos e historia personal adecuada, no
se ponen a la altura de los estudios terciarios, de modo que la universidad “baja” hasta ellos. Estas universidades “regalan”
títulos, a juicio de profesores de los otros tipos de universidad, del tipo 1 y del 2. A diferencia del tipo 2, donde muchos
profesores tienen clara conciencia de lo que ocurre, de la baja en el nivel resultante de los egresados, y se conduelen de
ello, el cuadro docente de las universidades de tipo 3 es sumamente limitado en su formación, experiencia, capacidad critica
y posibilidades de actualización. Aquí no hay muchos elementos formativos como ara tener conciencia de tales fallas y, si se
tienen, se oculta, porque la razón de ser de ellas es la oferta de baja calidad y el negocio resultante.

Es notorio que la universidad de tipo 2 no puede crear conocimiento de alto nivel, porque carece de recursos y se
orienta a la titulación. Los intentos por generar habilitaciones ajenas a la universidad son respuestas a la manifiesta falta de
control de calidad de los egresados, ya que las universidades ni siquiera lo intentan. El tema es más grave en las de tipo 3,
pero existe igualmente en las de tipo 2 y las de falso tipo 1.

A fines de los 90 el problema es más grave: la financiación pública no es suficiente para mantener universidades
masivas, per la presión social para el sostenimiento estatal no se ha limitado. La universidad tampoco tiene espacio
principal para la autorreflexión seria, porque no existen vocación, dinero ni tiempo para ello, o, peor aún, falta conciencia del
sentido y utilidad de intentarla. Solo existen declamaciones políticas y eslóganes, a los que son afectos los estudiantes que
militan en las agrupaciones y los profesores que estiman que ese es su rol universitario. Nos preguntamos si tal crisis
institucional no ha sido el efecto de la intrusión política argentina, presa una y otra vez de la lógica del gobierno de turno,
cualquiera sea, o del partido político que la controla. Nos referimos a la intrusión de modelos de gestión ajenos a sus
principios: La lógica del cuartel (1930, 1966 y 1997), La lógica del partido político populista (peronismo), La lógica del partido
de clase media: “democratísimo eleccionario”, la lógica del movimiento revolucionario (Héctor Cámpora)

Los profesores de derecho y sus opiniones: En los años 1999 y 2000 realizamos una investigación sobre los
profesores de derecho de dos universidades estatales principales, la de Buenos Aires y la Nacional de La Plata. El perfil
general del profesor de derecho no aparece agobiado por problemas económicos. En general no son políticos, ni valorizan
esta actividad. El paso por la actividad política de algunos de ellos ha sido esporádico.

Son mayoritariamente de “dedicación simple” y se limitan a dar unas tres horas de clase por semana. Estiman la
actividad misma como un complemento intelectual de su tarea principal, no una profesión autónoma. Esta situación difiere
de la de los principales países desarrollados. La idea que la mayoría de estos profesores tienen de su propia historia
formativa es que el nivel de sus profesores tenía muchos altibajos y señalan las mismas fallas: falta de conocimiento
prácticos y la necesidad de aprender a ser abogado a partir de la experiencia, no de una formación sistemática.

Los profesores de derecho y sus opiniones: En los años 1999 y 2000 realizamos una investigación sobre los
profesores de derecho de dos universidades estatales principales, la de Buenos Aires y la Nacional de La Plata. El perfil
general del profesor de derecho no aparece agobiado por problemas económicos. En general no son políticos, ni valorizan
esta actividad. El paso por la actividad política de algunos de ellos ha sido esporádico.

Son mayoritariamente de “dedicación simple” y se limitan a dar unas tres horas de clase por semana. Estiman la
actividad misma como un complemento intelectual de su tarea principal, no una profesión autónoma. Esta situación difiere
de la de los principales países desarrollados. La idea que la mayoría de estos profesores tienen de su propia historia
formativa es que el nivel de sus profesores tenía muchos altibajos y señalan las mismas fallas: falta de conocimiento
prácticos y la necesidad de aprender a ser abogado a partir de la experiencia, no de una formación sistemática.

Hay profesores de derecho que lo son a la vez en otra u otras universidades.

La mayoría de los profesores tiene mal concepto de sus alumnos, tanto por formación académica como por falta de
interés, formación general y elemental. No hay duda de que la formación en el nivel secundario es inferior en la actualidad,
de modo que una baja general podría ser notada sin dificultades en materia de expresión oral y escrita. Pero una opinión
puede ser esclarecedora: si el alumno discute algo, le va a ir mal. La tarea es copiar cuidadosamente lo que dice el docente
y repetirlo. Entonces cuando uno trata de que el alumno desarrolle un concepto propio, por lo general hay muchos alumnos
que no creen, que piensan que no puede ser así.

Profesores que no quieren discusiones, sino sumisiones, textos que deben ser obedecidos y nunca analizados
críticamente, preparan necesariamente abogados y jueves poco creativos.

El estudiante de derecho: Entre 1995 y 1996 realizamos dos investigaciones sobre estudiantes de derecho de las
universidades de Buenos Aires y de La Plata. De las mismas surge que en ambas muestras el perfil es predominantemente
de clases medias, en un 74%. El estudiante es juvenil (aproximadamente un 70% corresponde a la franja de 21 a 25 años),
las mujeres exceden en número a los hombres (no menos del 53% y hasta un 59% para las primeras), y casi el 80% son
solteros.

La amplia mayoría trabaja (84%), en relación de dependencia (89%) y en tareas administrativas, de las cuales el
60% tiene alguna relación con el derecho. La mitad de los que no trabajan dice no encontrar trabajo; el resto manifiesta no
necesitarlo, lo que significa que solo un 10% del conjunto de encuentra en un estado de “comodidad” que le permite
formarse académicamente sin exigencias complementarias.

La UBA genera la mayor cantidad de abogados en el país (aproximadamente unos 3000 por año). Un muy alto
porcentaje excede los cinco años previstos para la carrera. Los alumnos anteponen las necesidades y obligaciones
laborales a las estudiantiles.

Los objetivos que los llevan a estudiar derecho corresponden en un 27% a procurarse un medio de vida. Un 42%
manifiesta estudiar por “vocación”.

En cuanto a la satisfacción con el tipo de estudios que llevan a cabo, existe en un 70% respecto de la teoría (en La
Plata un 50%) pero la insatisfacción es en ambas de más de un 95% en cuanto a la práctica.

En lo que hace al perfil cultural, en ambas universidades el estudiante es poco lector.

Una de las conclusiones más importantes deriva del perfil poco profesional del estudiante de derecho. Tiene poca
participación vida universitaria y usa escasamente la biblioteca.

Los jueces/zas.
La reforma constitucional de 1994 cambio, en parte, el procedimiento para designar los jueces nacionales.

El sistema que tuvimos desde la Organización Nacional consistía en la elevación del llamado “pliego” (la propuesta
del candidato) por el Poder Ejecutivo, a la que el Senado daba “acuerdo”. Luego el Poder Ejecutivo ponía en posesión del
cargo por un decreto. Aunque estos pasos no se han modificado, el aspecto central del antiguo modelo es el “acuerdo
político”. Y si todo era política, la idoneidad, no solía tener un lugar garantizado.

Este sistema funcionó durante más de cien años; en ese periodo, para ser juez había que tener, en algún nivel,
apoyo o nominación. Para lograr su nombramiento, el candidato a juez tenía que poseer contactos, lobbystas o conocidos
con el poder suficiente en el Ministerio de Justicia, que le impulsaran el pliego, y otra u otras relaciones en el Senado, para
que se lo aprobaran.

Otra forma de promoción podía derivar de una carrera burocrática, y entonces el apoyo se había tenido al inicio,
cuando el joven de 18 años accedía a un empleo por una recomendación o conocimiento de algún juez (no había ni hay
concursos de ingreso de empleados). Luego, mientras hacía carrera, estudiaba derecho, y merced a sus propios méritos y
los amigos que podía ir logrando, llegaba a secretario, eventualmente a secretario de Cámara, para finalmente acceder a la
magistratura si lograba impulsar su nombre en el Ministerio de Justicia. El espectro social se fue ampliando, a lo que ayudo,
el mayor número de cargos en el Poder Judicial a lo largo de décadas, tanto por la creación de nuevos fueros como por
aumento del número de juzgados, o de departamentos judiciales en la provincia de Buenos Aires.

Arribar directamente, desde “la calle”, a una cámara de apelación se vio siempre negativamente desde la misma
Justicia, aun con antecedentes muy vastos en la actividad académica o profesional, por lo que estos casos fueron muy
limitados: algún contacto muy elevado, o, más seguramente parentesco cercano, amistad íntima o sociedad con un político
de alto poder en ese momento.

En la última década del siglo XX, en forma coincidente con el gobierno de Menem, el nombramiento puramente
político de jueces “afines”, que se había visto ya en periodos de gobiernos militares y también durante el peronismo inicial,
se extendió hasta el punto de sobrepasar todos los límites tolerables. Generaron la reacción que permitió exigir al
radicalismo, en el llamado “Pacto de Olivos” llevado a cabo entre el ex presidente Alfonsín y el entonces presidente Menem,
otra forma de designación. Sin embargo, las situaciones que le dieron origen afectaron de tal modo la imagen de la Justicia
que, aun revirtiendo el modo de designación, su efecto es de largo plazo.

La reforma constitucional de 1994, no logro liquidar el aspecto político del nombramiento. Solo pudo anteponerse un
proceso de selección, que, si bien implica una mejoría, no significa un cambio total. No eliminó la propuesta del Poder
Ejecutivo ni la elevación al Senado.

Muchas cosas quedaron sin resolver en la Constitución y en la ley, y otras fueron mal resueltas. Entre las primeras,
las difusas y superpuestas competencias del Consejo frente a la Corte Suprema de Justicia.

Lo central del nuevo sistema es la limitación, no eliminación, de los acuerdos políticos desembozados, y el pase de
la discrecionalidad total de la política a una elección restringida. A un buen juez, en un modelo moderno, no le basta solo la
idoneidad legal o jurídica. Debería además ser una persona mesurada, pero firme, capaz de escuchar y entender, sin
rasgos de omnipotencia, y a la vez con capacidad de decisión y buen manejo de la conciliación y la mediación. No es más
que reconocer lo que es obvio en el reclutamiento de gerentes o directivos de cualquier empresa privada, a los que se les
requiere el sometimiento a pruebas que utilizan afinados instrumentos de diagnóstico. El juez no es un dios en la Tierra sino
un gerente se servicios capacitado para tareas de muy alta responsabilidad y especialidad, que requiere datos de
personalidad específicos.

El marco social que justifica una reforma de este tipo es el proceso de transición social y cultural entre una
comunidad de tipo tradicional y una sociedad moderna. En la primera, para atribuir los cargos que implican poder no se
atiende a la idoneidad real, sino a la pertenencia a ciertos estratos dirigentes.

En la segunda, se impone un modelo distinto de selección del juez:

Se trata de un profesional que debe poseer de modo adecuado los instrumentos jurídicos, filosóficos, científicos,
sociológicos e históricos necesario. En este punto, la reforma constitucional es un instrumento necesario de modernización
para colaborar en la generación de un cambio, pero no es suficiente: las leyes no cambian las costumbres, aunque pueden
ayudar a hacerlo.

Existe en la composición del Consejo un talón de Aquiles, que es su formación plural a partir de estamentos que han
elegido políticamente a sus candidatos. La política, en el país, tiene sus reglas. Existen en el Consejo 8 políticos
profesionales (4 diputados y 4 senadores), 4 jueces y 4 abogados que hacen política institucional (en asociaciones de
magistrados o colegios de abogados), 2 académicos (que también han sido elegidos por criterios políticos) y el
representante del Poder Ejecutivo, político como los restantes. A esto se agrega el presidente de la Corte Suprema de
Justicia.

¿Pueden 20 políticos elegir por criterios de idoneidad pura? En todo caso, las instituciones son más que los
hombres que las componen y, el éxito del sistema dependerá de la calidad y ética de los que en ellas existan.

Los políticos afirman una y otra vez que quieren una “Justicia independiente”. Cuando se acusa a un político, este
siempre “confía en la Justicia… siempre que le dé la razón y se la quite a sus opositores.

¿Qué libertades debe tener un juez? Nuestro juez tiene un encasillamiento que se vende como “independencia”,
pero que puede resultar en un intento (muchas veces concretado) de sometimiento.

Suele realizarse una separación entre los jueces del sistema continental y del sistema anglosajón. El juez del
derecho común (common law) ocupa un lugar fundamental en la sociedad, y en tal carácter tiene un control político, ya que
interviene por sus fueron en tales cuestiones. A través de él, la profesión legal controla la democracia, y es una institución
clave de las esferas privada y pública. En independiente y autónomo de legisladores y administradores. De máximo
prestigio, puede definirse como un líder de sus conciudadanos. En la función, son jueces creadores, que no temen opinar
con libertad. La ventaja de contar con tales jueces es el control de las normas y de los excesos de los otros poderes, Son
jueces prácticos, eficaces, volcados a la solución de los conflictos, sin temores al Poder Ejecutivo, y sin considerarse
“empleados edl Estado”. Mas centrados en el futuro de la sentencia que en los antecedentes legales, se rigen por la
experiencia, aunque nadie, salvo los tribunales superiores en cuanto discrepen, cubre a la sociedad de sus propios excesos
de poder, de convertirse en dictadores judiciale.es. Si bien puede ser un científico legal y social, es básicamente un político
y no solo un jurista.

El juez del modelo codificado francés, de base romanista, no sería más que un técnico conocedor de las leyes,
respetuoso de la doctrina, que respondería al perfil típico del funcionario burocráticos descrito por Max Weber, salvo por no
estar en subordinación jerárquica administrativa. Se busca obtener la seguridad jurídica y separarse del pretorianismo. Está
atado al proceso y a sus cuidadosos pasos, no influye en asuntos públicos y se aleja de la política. Se limita a aplicarlas “sin
odio y sin pasión”, pero también sin creatividad, administrando justicia en nombre del Estado. Como funcionario no político,
está inserto en un sistema que limita su capacidad creadora, y que acude a la dogmática como freno a la innovación y a la
reforma, ajenas por principio a su trabajo, Se encuentra centrado en el pasado que se agota en el presente de la sentencia
y que no mira hacia el futuro de los efectos de su aplicación social.

La irracionalidad del derecho anglosajón surgiría de no tenerse en cuenta conceptos ni reglas abstractas; es
arbitrario en cuanto a sus decisiones no se basen en ellas, sino en valores emocionales e individuales, inherentes al caso
particular, es decir, en decisiones particulares. La pregunta que surge y que ha fatigado a los filósofos, es si este extremo es
posible: si cabe pensar en un método que quite toda posibilidad de discrecionalidad, que garantice la respuesta única y el
resultado matemáticamente exacto al juez del sistema francés, es decir, si puede cualquier texto legal ser exponente de una
“matemática del espíritu” y por lo tanto, en virtud de su claridad y univocidad, merecer lecturas que no admitan
discrepancias.

Lo que piensan abogados y jueces: Cual es la identificación que los jueces y abogados en ejercicio tienen,
concretamente, de la función de los primeros. A favor de la identificación con el juez legalista obra, en nuestra tradición, la
visión del formalismo legal educativo, y la desconexión con la realidad que se genera desde el modo como se estudia
Derecho. Pero son los resultados de la investigación empírica los que no pueden orientar hacia los modelos implícitos.

En la investigación de 1995-1996 los abogados incluyen los siguientes rasgos en el juez tipo: La cultura general la
solidez intelectual, el conocimiento de la realidad, además de versación jurídica, información de psicología, sociología,
filosofía y economía. También se les requiere la experiencia equivalente a un abogado litigante de 10 a 15 años de
ejercicios, y la prevención de no vivir encerrador en su despacho, sino movidos por la permanente idea de analizar y
resolver conflictos humanos. Existen otros rasgos que no derivan de la formación, sino de la situación presupuestaria y el
contexto político. Algunos no pueden aprenderse en escuela alguna. El conjunto de rasgos que constituye al buen juez no
es legalista, sino moderadamente activista.

¿Qué perfil de juez prefiere: uno ajustado a la ley o uno equitativo?

En el fuero civil y comercial, las versiones más duras del legalismo prácticamente no tienen representantes en la
muestra analizada. Se consideraron jueces de derecho, no del proceso. No pretenden quedar rindiéndole culto al rito. Su
misión es hacer justicia.

La idea de corte iusnaturalista según la que el “legislador solo puede haber querido el bien común” es una ficción.
La equidad aislada de todo contexto normativo no conduce a soluciones validad en nuestro sistema, regido por la
ley y que, por lo tanto, es inadmisible un sistema pretoriano. Pero dentro del marco que la ley ofrece, en el contexto de
interpretación, o en la situación fáctica, el juez no es su eslavo, sino un administrador de la justicia en el caso particular.

Las criticas pueden colocarse en su justo punto si se observa que cada abogado puede pensar sobre la base de la
equidad particular de la posición de su cliente, y no sobre la del caso en conjunto.

El fuero criminal y correccional provincial es el más interesante en este aspecto. Sobre 45 entrevistados, 5%
plantean ajustarse estrictamente a la ley, 37% son equitativos y 41% se ubican en puntos intermedios.

El garantismo es una posición relativamente reciente, que no solo afirma la necesidad de dar garantías procesales
al acusado, sino que extrema al máximo tales garantías, de modo que puede parecer un modo cierto de no condenar a
nadie y procesar a muy pocos, ya que los requisitos formales son tantos que pocos hechos pueden configurarlos.

“La equidad genera, en el campo del derecho penal, mucho peligro”, dice un fiscal, que al opinar así piensa en la
defensa social más que n la del imputado.

Otro piensa que las penas son muy severas “para el que tenga la mala suerte de que se las apliquen”. Se pregunta
si los que piden penas elevadas saben lo que es estar preso 6 meses, o 2 meses en una comisaría. Otros jueces dudan
sobre las ventajas de ese tipo de penas, y consideran que la criminología no ha dado solución alguna.

En un marco empírico muy distante de las anteriores reflexiones, un juez funda su opción por la equidad en el
garantismo.

La solución del problema penal pasa por la eficiencia en la prevención, nunca por la represión. No podemos
pretender que la solución sea el último eslabón de esta cadena patológica.

La conclusión de nuestro trabajo es que en la práctica y a la luz de lo que dicen hacer, el derecho no es para los
jueces más que un marco genérico de acción, dentro del cual se mueven con mucha mayor libertad de la imaginada. La
pregunta es entonces: ¿de dónde obtienen los criterios, más allá de la lógica que se supone que deben emplear para sus
elaboraciones? La respuesta: de sus intuiciones, concepciones empíricas e ideologías generales. Es seguro que ninguna de
las concepciones que aplican han sido estudiadas ni elaboradas sistemáticamente. De allí la importancia que puede tener
una escuela de la magistratura, si no para regimentar, por lo menos para suministrar criterios de tipo general que exceden
las concepciones caseras y empíricas de los jueces, que constituyen al derecho practico en lo que es: un mosaico de
interpretaciones en el cual la ley tiene un papel muy vago y, en oportunidades, realmente inexistente.

Los abogados

Aunque muchos jueces los vean como obstáculos a su tarea, los abogados son una parte necesaria de su trabajo.

Es difícil presentar un modelo propio del “abogado nacional”. Como en muchos países occidentales, hay numerosas
formas de ejercer, aun dentro del litigio. En general, algunos hacen, pueden o quieren hacer lo que otros colegas no harían.

Un poco de historia: Cuando se realizó el primer censo nacional de 1869, sobre 1,8 millón de habitantes, había 439
abogados (un abogado por cada 4100 habitantes), y el 50% residía en Buenos Aires. Hacia 1910, esta ciudad tenía un
millón de habitantes, y 1200 abogados matriculados. Eran todos hombres, ya que la primera mujer que obtuvo su título (y
que nunca ejerció) se recibió ese año.

El aumento de la cantidad de abogados ya constituía un problema del que no han cesado de quejarse: la
competencia derivada de su número creciente, frente a un trabajo que no aumenta en igual medida.

El éxito de los abogados de los sectores altos generó la “magia del título” para las clases medias urbanas en
ascenso, ya que lo que fue en los comienzos del siglo XX un canal de ascenso social, primero seguro, luego dudoso, se
tornó incierto o simplemente falso para los sectores que no tenían posibilidades de una clientela segura. Sin embargo,
parecería que todavía hoy los estudios de derecho generan en la población la creencia del bienestar económico para el que
logra el título.

Hacia el año 2001 la cantidad es de unos 64 mil matriculados. De tal cantidad, aproximadamente la mitad está en
actividad.

En el resto del país, según la Federación Argentina de Colegios de Abogados, existe en conjunto matriculada una
cantidad igual a la de Buenos Aires, con lo que en el país existirían unos 128 mil abogados.
Los abogados y la imagen social de su profesión: Desde antes de la Edad Moderna existe un extendido prejuicio
contra las profesiones jurídicas que excede al país y cubre a los europeos. Es que la presencia de abogados genera pleitos,
y por lo tanto era mejor impedir su entrada. Sin embargo, las concepciones modernas parten de que, si no existen quienes
conozcan los derechos y los puedan plantear ante los tribunales, las personas carecen de posibilidades de defensa.

Los mismos abogados entrevistados en nuestra investigación citada como 1996a consideraban que la opinión
pública era ampliamente desfavorable sobre sus actividades y su perfil, a partir de un prejuicio negativo ancestral e
inmodificable. El abogado aparece siempre ligado al conflicto, y su presencia, lejos de ser bienvenida, es recibida como una
causa de su agravamiento y de beligerancia.

Suele ser la misma imagen de los medios de comunicación, reiterada en muchas películas. Se lo presenta como
agente de la guerra. La profesión esta desprestigiada. Los términos descalificantes que los abogados atribuyeron a su
imagen forman un catálogo agobiante: “pillo, deshonesto, capaz de cualquier cosa, tramposo, creador de todos los
problemas”.

No se entiende que todos merecen defensa. “El que defiende a un malvado solo puede ser un ave negra”. No se
acepta el principio democrático según el que cualquier persona, por aberrante que sea el hecho que ha cometido, merece la
mejor defensa, y que ese principio es una conquista democrática.

Por otro lado, está el problema de los honorarios. La tarea profesional es una tarea remunerada, pero no suele ser
reconocida en igualdad de condiciones con otras. A igualdad de posibilidades, puede haber menor resistencia a pagar al
contador o al escribano que al abogado.

Forma de trabajo. Concentración y aislamiento profesionales:

En nuestra investigación 1996 entrevistamos a abogados en las más variadas condiciones de ejercicio, algunos
propietarios de inmuebles medianos dedicados a estudio jurídico, otros que ocupaban pequeñas oficinas o departamentos
propios o alquilados, estudios centrales, periféricos, locales a la calle, y otros, sin estudio, que atendían en su casa o en la
de sus padres. Todo ello mostraba un perfil de clase media, desde el nivel más bajo hasta el más alto de ese estrato.

En general, las muestras correspondían a estudios con uno hasta tres abogados, excepcionalmente cuatro. No
encontramos en la provincia de Buenos Aires grandes organizaciones de letrados, y entendimos que tal era la situación en
todo el país, con excepción de la Capital Federal.

De la muestra final de 507 abogados, el 40% se declaró propietario de su estudio; algo más del 20%, inquilino;
cerca de un 15% atendía en su vivienda y alrededor del 10% lo tenía como préstamo gratuito. Los hombres propietarios
eran el doble que las mujeres, y también eran más los hombres locatarios que las mujeres en ese tipo de relación
contractual. Correlativamente, el doble de las mujeres que de los hombres atendía en su casa.

La mayoría de los abogados trabajan solos o en pequeñas sociedades profesionales. Los que trabajan solos son un
grupo similar a los asociados, en la provincia, pero en soledad existen más mujeres que hombres.

Especialidades: La no especialidad es la regla mayoritaria en la muestra (85%). Esto se debe, no a una vocación
generalista, sino a la necesidad: cuanto más pequeño es el medio profesional, existe menor posibilidad de especializarse y
subsistir con un trabajo exclusivo en el área elegida. El derecho de familia aparecía como la especialidad más nombrada
luego de la generalidad, con un 50%, luego el derecho laboral, con un porcentual parecido, las ejecuciones de cheques y
pagarés, con un 35% y seguían los concursos y las quiebras, con un 20%. El derecho penal era declarado por un 10%. Las
mujeres aparecían especializadas en considerable menor medida que los hombres, a pesar de que son las que más cursos
de posgrado realizan. Pueden encontrarse especialidades “masculinas” (concursos y quiebras, penal, derecho
administrativo) y otras “femeninas” (familia, derecho de la seguridad social, jubilaciones, pensiones), así como otras
“indiferentes al género”, como el derecho civil patrimonial (juicios de daños, principalmente), de sucesiones y laboral. Los
abogados disminuyen su cartera y sus posibilidades de trabajo al aumentar su edad, a pesar de que aumenten su
experiencia; son los que más confiesan su deterioro económico. Pocas especialidades se salvan de esta regla, entre ellas
los concursos y quiebras. Derecho penal, por el contrario, ocupa más a jóvenes que a mayores.

El 80% atiende a particulares, que son los menos confiables en materia de pago de honorarios y en la continuidad
del trabajo. Solo el 2% era abogado exclusivo de empresas, existiendo un 15% que atendía a ambos grupos. Con la
vertiginosa caída de las pequeñas y medianas empresas nacionales desde entonces creemos que el porcentual ha
disminuido.
Actualización técnica de los abogados: En nuestra investigación 1996a, los que habían realizado estudios de
posgrado o doctorado completo no superaban el 11%. Hacia el año 2000 aparece un nuevo incentivo: los concursos de
jueces y funcionarios ante los consejos de la Magistratura nacional y provinciales dan un puntaje especial para los títulos de
posgrado; esto se empieza a notar en las crecientes inscripciones.

Mientras no se exija actualización, por ejemplo, requiriendo revalidad quinquenales del título, pocos se moverán a
estudiar más que lo que necesitan. Para la mayoría los estudios formales terminan con el título de abogado.

¿Existe discriminación contra las abogadas? Preguntada la muestra de mujeres, un 10% considero que había una
alta discriminación, la baja discriminación abarco a un 40% y la inexistencia de discriminación, al resto.

La alta discriminación aparece como sentimiento mayoritario en la categoría de “hasta 34 años”, frente a las
mayores. En el grupo que considera mayor la discriminación, también se estima que debieron hacer un esfuerzo mayor que
los hombres para lograr alguna posición profesional.

Notamos que esta sensación era más fuerte en las comunidades del interior de la provincia de Buenos Aires.

La administración de Justicia

La respuesta de la administración pública y la administración de justicia ha sido y es siempre burocrática y dilatoria.


La dilación es cada vez mayor y los medios que se arbitran para evitarla resultan ineficaces. Es cierto que muchos jueces
realizan esfuerzos para paliar la situación, pero no pueden abarcar todo el sistema judicial. Fue Weber quien caracterizó la
burocracia como administración de la dominación legal. Cargos y competencias legalmente definidos, funcionarios que se
“atienen al expediente”, desapasionamiento y distancia en el estudio de las causas, carrera planeada, entre otros, dan como
resultado un sistema corrompido por exagerar estos rasgos. Weber comparaba este tipo con otros tipos de dominación
frente a los cuales la administración burocrática aparecía como un producto del proceso de racionalización del mundo
occidental. Los empleados:

En el modelo Weberiano, el poder se reparte en todos los niveles de la administración. Los empleados son los que
“despachan”, los que proveen los escritos de todo el procedimiento, los que toman las audiencias, los que llevan, en suma,
el expediente. Si bien al empleado no se le exige título de abogado, su trabajo es tan importante que descocerlo implicaría
ignorar la diferencia entre el proceso de libros y el proceso en realidad.

Se supone que el juez es el único responsable del proceso, pero si la cantidad de expedientes se cuenta por miles,
todo ese trabajo queda delegado al empleado bajo la supervisión a veces real, a veces solo formal, del secretario o del
prosecretario.

Si bien algunos jueces tratan de controlar a sus empleados, estos tienen un poder poco común en la estructura del
proceso escrito. Muchas veces el juez ni siquiera se entera de lo que firma.

Las funciones y las disfunciones administrativas: El sociólogo estadounidense, Robert Merton, fue quién señaló lo
que ocurría con la exageración de los rasgos “funcionales” del modelo administrativo de Weber. En este sistema, los
empleados pueden condicionar con sus acciones la sentencia. Por ejemplo, en la toma de audiencias un testigo afirma
hechos que serán transcriptos mecánicamente por un empleado. El juez, se limita a leer lo que el empleado
“entendió/resumió”. La versión de la audiencia no es la del testigo. En el proceso escrito no solo se pierden las palabras,
también los gestos. La mentira queda apañada por la escritura y la firma del secretario que “da fe” aunque tampoco estuvo
presente.

1. Merton llama RITUALISMO al rasgo más importante de la disfuncionalidad y lo define como la conversión de una
norma instrumental (procesal, reglamentaria) en una norma final (central o última del sistema) y se da, por ejemplo,
cuando se rechaza una presentación por cuestiones meramente formales. El sistema reacciona como si todas las
normas fueran de cumplimiento ritual sin pensar en la jerarquía de los principios en juego.

El sistema procesal está lleno de rituales y ficciones que los jueces y empleados utilizan sin criterio de realidad. Un
juez razonable, un empleado bien entrenado, entienden cuál es la función de lo que hacen en conjunto y qué significan los
hechos rituales frente a la materialidad del conflicto que tienen la obligación de reparar. EL FONDO DE LA CUESTIÓN
DEBE PREVALCER SIEMPRE SOBRE LA FORMA.

Sea por el fundamento de Merton (el empleado ritualista es así porque ha sido supersocializado) o el de Crozier (el
empleado utiliza las técnicas como una expresión de su propio poder en la organización) Lo cierto es que en nuestra
realidad existen ambos tipos: crédulos de buena fe y maliciosos que saben cómo perjudicar los resultados.
Ante la inevitable realidad de que las reglas nunca pueden prever todos los casos, y de que es necesario dejar un
espacio de interpretación para cualquiera de ellas, se requiere un espacio para interpretar, y personas capaces de pensar
con cierta libertad.

Esta es una característica de los procedimientos escritos: muchos juicios se pierden no por defectos en la profunda
argumentación jurídica sino por fallas procesales.

2. La segunda disfunción que identifica Merton es EL PAPELEO. El procedimiento escrito fue ideado porque tiene la
ventaja de registrar todo y se justifica por la seguridad de poder encontrar luego lo que se ha dejado impreso.

Pero la corrupción de la función escruta es el fárrago de papeles que ya nadie puede, por su extensión, leer. “El
bosque hace perder de vista el árbol”. Y si alguien tiene cientos de expedientes con miles de fojas, no solo pierde lo
principal, sino que nada puede encontrarse y poco puede leerse.

3. Un tercer problema lo ocasiona el TRATO entre los empleados y funcionarios de la administración y las personas
que a ella acceden, incluyendo a los abogados que median entre ambas. Lo que hace la administración es subsumir
los hechos a la respuesta adecuada; de modo que se establecen varios tipos de respuestas estandarizadas que
simplifican el trabajo. Las respuestas se repiten una y otra vez cuando el caso presentado es similar al anterior.
Pero esto no será siempre así: en algunos casos habrá que pensar una respuesta individual. Se podría decir que la
mayor parte de las respuestas erróneamente aplicadas son propias de la administración pública no judicial, pero en
el Sistema judicial a veces la jurisprudencia tiene el mismo objeto tribalizador y generalizador. De modo que se
aplica una doctrina que en realidad no se ajusta al caso porque no se advirtió la diferencia y el resultado es un fallo
inadecuado y, por consiguiente, injusto. Se hace necesario, entonces, que el juez conozca a las partes, los
pormenores, los hechos. Un buen juez quiere conocer la verdad a la que pueda llegar razonablemente. La
despersonalización es un vicio que no debe confundirse con la imparcialidad en resolución del conflicto. Algunos
jueces tienen miedo de ver a las partes y a sus abogados por la presión que pueden ejercer y es por eso que
prefieren los papeles. Pero eso no parece ser una justicia realista sino un conjunto de ficciones que termina en una
ficción mayor, la sentencia.

La regulación actual de los tribuales de familia ha creado un procedimiento verbal teniendo en cuenta todas estas
necesidades y en donde la presencia de un asesor psicológico no es la excepción, sino la regla.

El acceso a la administración de la justicia: ¿quiénes acceden a la justicia? No los que tienen derechos para
reclamar sino los que saben hacerlo y tienen fondos para pagar, para esperar. El antiguo problema del acceso a la justicia
se agrava cuando más personas conocen los derechos que tienen y están en condiciones de reclamarlos. Así, aparece una
gran cantidad de población que ha llegado a un alto nivel de vida, mientras que otros no lo tienen.

La imposibilidad del acceso al conocimiento está fundada en la educación insuficiente. Un orden social injusto no
puede generar un acceso equitativo a la justicia.

La imposibilidad psicológica de mantener un muy largo “estado de vigilia”: concurrir al abogado por años, asistir a
audiencias, esperar instancias, fallos, etc, no resulta para nada compatible con las necesidades básicas insatisfechas.

Para acceder a la justicia se requieren por lo menos, patrones económicos, sociales y educativos de clase media
acomodada. Para reclamar es necesario tener dinero con que afrontar y soportar ese reclamo.

Frente al empobrecimiento de la población cada vez menos gente tiene tiempo y dinero suficiente para actuar
judicialmente, aunque, por su nivel educativo, conozcan sus derechos. Las pequeñas causas no tienen posibilidad de ser
planteadas, ni por el tiempo, ni por el costo.

El patrocinio es un servicio bastante deficiente en donde las defensorías actúan sobrecargadas. Las vías
administrativas suelen ser dilatorias, corruptas, y, en definitiva, disuaden de que pueden hacerse algo. Todo esto genera
una manifiesta sensación de impotencia jurídica y refuerza la idea de la inutilidad práctica del derecho. Los criterios
fiscalistas que se emplean son francamente regresivos en cuanto al acceso a la justicia.

El problema del acceso a la justicia no es solo de los sectores marginales, sino de todos los que tienen los recursos
limitados. Una sociedad que no cree en el derecho, estudiantes que leen textos alejados de la realidad de los casos,
profesores que recitan leyes, abogados que prefieren litigar eternamente a componer el conflicto, jueces que prefieren
encontrarse con sus papeles antes que personas; procedimientos que favorecen a las ficciones y no a la realidad; un
acceso limitado por causas exógenas al sistema: como la pobreza y la falta de educación, genera un resultado en el cual la
verdad material que los derechos fundamentales garantizan es lo menos importante.

La cultura tribunalicia
Concebir la cultura tribunalicia como un sistema ideacional cambia radicalmente la forma de abordar el fenómeno
problemático aquí planteado. La cultura se construye con concepciones del mundo y con productos simbólicos. La cultura
llega a ser un contexto dinámico cargado de símbolos un conjunto de cogniciones funcionales.

Hay que dejar de considerar a la cultura tribunalicia como comportamientos concretos y concebirla como sistema de
mecanismos, proyectos, formulas y programas que sirven para regir el comportamiento de los actores sociales.

La cultura tribunalicia está formada, entonces, por un sistema de cogniciones que permiten a los integrantes
predecir mutuamente sus comportamientos y sus funciones en sociedad a pesar de las motivaciones y de las metas tan
divergentes.

Elementos de la cultura tribunalicia

La cultura es comprendida como un sistema de símbolos compartidos y dotados de sentido que surgen de la historia
y de la gestión de la unidad organizacional, de su contexto sociocultural y de factores contingentes, o elementos
coyunturales.

Estas estructuras colectivas de importancia de manifiestan a través de:

1. ideologías: que se presentan como un sistema coherente de creencias que dan experiencia general convincente de la
realidad social, justificando una situación determinada.
2. Mitos: como encargados de establecer un vínculo afectivo duradero entre el pasado venerado y la realidad actual,
normalizando así las acciones y los actores presentes. Se trata de relatos que abordan los orígenes y las
transformaciones de gran importancia para la Organización. Además, son símbolos alrededor de los cuales se
desarrolla un sistema de valores y de significados reduciendo la ambigüedad y la presencia del mundo contemporáneo
e incierto.
3. Ritos que se distingue del resto de las formas en que se presentan los símbolos, por cuatro características: a el aspecto
litúrgico en su forma de adoración colectiva, un compromiso personal y un notable grado de participación; b) el aspecto
representacional donde se refiere a los principios internos que sostiene y guían a la organización; c) consolidan y
animan periódicamente la identidad del grupo; y d) el papel purificador ya que permiten la expresión de los sentimientos,
sean buenos o malos.
4. Hábitos: formas que conducen a resultados precisos. Refuerzan el sentimiento de estabilidad, poniendo al día los
cuentos y los mitos organizacionales, así como también permitiendo la expresión de fuerzas emotivas y sociales. Son el
producto de las lecciones del pasado, reflejan los condicionamientos sacados de las experiencias y de los errores.
Expresan valores.
5. arquetipos: son los modelos que estructuran el pensamiento y dan orden al mundo. Se trata de estructuras mentales o
experiencias heredadas de los actores que llevan a moldear el entendimiento del mundo según un paro.

Las Organizaciones son de esta manera un producto de interpretación que hacen los miembros de su experiencia.
Ellas no constituyen realidades concretas y objetivas no son más que invenciones sociales o construcciones que emergen
de una decodificación contigua que hacen los actores de las acciones e interacciones organizacionales.

El sujeto de la cultura tribunalicia

El ambiente organizacional está compuesto por realidades simbólicas múltiples y cargadas de sentido que las
autoridades permanentemente interpretan refuerzan influencian. Pero es importante destacar la presencia de dos premisas
erróneas: a) el ambiente organizacional está compuesto solo de objetos y no sede símbolos; y b) los símbolos
indispensables se pueden crear de manera arbitraria.

Los símbolos son portadores de sentido, ellos definen las cosas, establecen el contexto y la forma y sirven para
crear la identidad individual, y de grupo.

La tarea fundamental de la autoridad es doble: a) estimular y mantener la cohesión en el medio de trabajo a fin de
asegurar la eficacia de los individuos y de los grupos; y b) difundir la actitud que adoptara la Organización para justificar y
negociare las funciones y reglas que determinan las relaciones internas y externas con individuos y grupos influyentes.

Es imposible separar una interpretación del contexto simbólico en el cual ha sido formulada y que moldea la
estructura de acuerdo al esquema interpretativo y favoritico del actor que se encuentra a la cabeza de la unidad. Entonces,
el cambio en el entorno, en la vida cotidiana, es un producto de una progresiva representación. Si bien es correcto afirmar
que la situación referida a las modificaciones en las Organizaciones pase por estructuras, habilidades y motivaciones. Este
depende tambo bien de imaginar y valorar quien guía a las acciones. Las Organizaciones se estructuran a través de un
sinfín de decisiones interpretativas día a día por lo tanto el cambio en las resoluciones implica cambios culturales.
Queda claro que la dirección puede influir en las modificaciones culturales, siendo conscientes de las consecuencias
simbólicas de sus acciones e intentando fomentar los valores deseados, aunque nunca pueden controlar la cultura.

Más mujeres a la justicia. Los argumentos más frecuentes.

El reciente nombramiento de dos ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación vino a saldar una deuda de
larga data que el Estado Argentino tenía con las mujeres. Esto puso la atención del público sobre temas que antes no se
hablaban como ser el género de los jueces y su posible impacto en la administración de la justicia.

Ahora analizaremos los argumentos más corrientes a favor de que haya más mujeres juezas. Estos se dividen en
dos tipos:

1. Los que están relacionados con la legitimidad democrática y


2. Aquellos que creen que la mujer como tal tiene un aporte específico a la justicia que marcaría la diferencia.

Con respecto a los primeros, existe un gran grado de consenso de que una justicia con representación diversa que
incluya un número considerable de mujeres y refleje diversidad étnica y racial de la sociedad contribuye a generar confianza
en el sistema de justicia y resulta esencial para que la institución sea percibida como justa y representativa.

Para Karst, en las sociedades multiculturales, los jueces son en su mayoría hombres blancos y de clase media. Es
decir, con una visión del mundo bastante diferente a quienes con frecuencia son mujeres, pobres, o miembros de grupos
étnicos o raciales. Se dice que miembros de estos grupos en desventajas, ocupando posiciones de autoridad, construyen a
poner en cuestión el estereotipo social convencional.

Las mujeres en posiciones de autoridad sirven, sobre todo, como modelos para las generaciones más jóvenes y
facilita a la crianza de que tanto niños como niñas puedan desarrollarse en carreras que involucren prestigio y poder.

Con respecto al segundo argumento, este parte de la tesis de Carol Gilligan y se basa en que los niños y las niñas
tienden a un razonamiento moral diferente. Mientras que los varones tienen a relacionar sus respuestas con principios
abstractos que aplican a la resolución del caso concreto, las niñas, desarrollan una “ética del cuidado” más contextual y
empática que tiende a tener en cuenta a todos los involucrados.

Este estudio sostiene a que hombres y mujeres se traducen en maneras diferentes en el ejercicio profesional. Las
mujeres traen consigo valores adquiridos de su participación más intensa en la esfera privada. Estos valores contrastan con
los históricamente constituidos en un área masculina como lo fue el Derecho. Gilligan opina que sería beneficioso que los
valores relacionados con la ética del cuidado consiguieran penetrar en el Sistema de Justicia.

¿Qué críticas se le realiza a este trabajo de Carol Gilligan?

Su tendencia al esencialismo, su visión dualista del género y por adjudicar características de género fijas a varones
y mujeres. Sin embargo, ella se defiende argumentando que estas son TENDENCIAS empíricamente observadas a lo largo
de 9 años.

Feministas radicales como Mackinnon cree que las características que Gilligan asigna a las mujeres encajan
perfectamente con la supremacía masculina y sirven para asegurar su dominación. Como mujeres debemos resistir a
aquellos aspectos de la ética del cuidado que resulten perjudiciales porque identifican a la ética del cuidado con el
SACRIFICIO.

En un periodo no mayor de 20 años las mujeres han pasado de ser una pequeña minoría a una clara mayoría entre
los estudiantes de derecho. Sin embargo, esta realidad aún no se ha visto reflejada al nivel que estas ocupan en las
profesiones jurídicas. Son muy pocas las que llegan a los puestos altos en la escala laboral. Y ¿Por qué? Aquí sugieren la
existencia de una doble segregación. Las mujeres se encuentran con mayor frecuencia en los sectores femeninos del
derecho que son, no es casualidad, los de menor prestigio y que involucran menos montos de dinero. La división sexual del
trabajo a nivel familiar se constituye como uno de los principales obstáculos para la igualdad en relación con el desarrollo
profesional de las mujeres. Las mujeres encuentran más dificultad para alcanzar los status de socias dadas las exigencias
de total dedicación al trabajo, incompatible con la carga mental que se le impone en el ámbito doméstico. Si se admite la
tendencia hacia el cuidado y la empatía como proponía Gilligan, ¿cabe preguntarse si la formación profesional -imbuida por
los valores masculinos- no borra las tendencias demostradas? Lo cierto es que las mujeres que se desarrollan en el ámbito
jurídico están muy ocupadas poniendo en práctica la estrategia de negar cualquier diferencia en razón de su género.

Creemos que hay una buena parte del derecho que no requiere de una mirada específica desde las perspectivas de
las mujeres, pero sin embargo hay toda otra parte que precisa una revisión, en particular el derecho de familia, de daños,
delitos sexuales y la pornografía.
Por último, la mención de los grupos colegiados de mujeres que desarrollan importantes programas educativos
tendientes a erradicar la discriminación contra las mujeres en la justicia. La aspiración de justicia que inspira el despliegue
de una actitud empática hacia las personas involucradas, las lleva a asumir un lugar de imparcialidad al momento de tomar
decisiones.

Capitulo VII: Acceso a la Administración de justicia

1. El acceso a la justicia: Lo entendemos como la confirmación de las instituciones que, partiendo de desigualdades
sociales, están dirigidas a la defensa de los derechos de las personas. Es un derecho que implica que, todo Estado,
tiene la obligación de dar a conocer a todos los individuos sus derechos y la manera de ejercitarlos.
2. Los obstáculos institucionales: Comprende los problemas estructurales (organizacionales) y aquellos relacionados
con normas formales. Nuestro sistema judicial, lento y costoso supone un gran sacrificio de tiempo, talento y dinero.
Una concepción de la administración de la justicia que puede entenderse “tradicionalista” o clásica postula la
existencia de determinados problemas y sus posibles soluciones. Podemos señalar:

a. Inconvenientes relativos al proceso:


 costos de juicio
 duración de los juicios
 atraso por gran cantidad de causas
 continuidad de los métodos de trabajo que prescinden de los aportes de disciplinas afines -dilación
inadmisible en la resolución de los pleitos y una caída preocupante en el nivel de las sentencias

b. Relacionados a circunstancias personales de los sujetos actuantes:


 situación económica
 posibilidad de conocer el derecho y entenderlo
 frecuencia con que se litiga

c. Problemas específicos de los intereses difusos


 de consumidor
 nuevos derechos y cuestiones de menor cuantía

d. Obstáculos culturales y geográficos:


 difícil acceso
 exceso de burocratización
 distancias y demoras que se traducen en dilaciones

e. Problemas organizacionales:
 Selección del personal de los tribunales de capacitación del mismo
 distribución de tareas y organización laboral interna

f. Infraestructura: -estados de edificios


 falta de agua, ascensores, paredes que se caen a pedazos
 carencias de útiles
 mobiliario viejo

¿Qué se propone como solución?

a. En relación al tema de costos: bajar costos, establecer la oralidad de los procesos, asegurar la asistencia jurídica a
pobres y demás personas que, sin ser pobres, carezcan de recursos. Sistema de defensa oficial con más abogados
y consultorios gratuitos.
b. Con respecto a la duración de los juicios; concretar la implementación del tempo razonable. Utilizar los edificios en
horarios vespertinos o nocturnos complementarios; modificar el régimen de notificación judicial y reducir el número
de resoluciones apelables.
c. Para el supuesto de atrasos y congestión de la justicia: un procesamiento fácil, económico y rápido; flexibilizar las
estructuras de los procesos.
d. Soluciones referidas a los intereses difusos: ampliar los sujetos de legitimación.
e. Se proponen como posibles resoluciones a los obstáculos culturales: cambio de mentalidad en los juzgadores,
suministro de información al cliente, selección del camino más adecuado de solución.
f. Para los obstáculos geográficos: acercar tribunales al pueblo, situarlos en lugares de fácil llegada, funcionar de día y
de noche de modo que los trabajadores no dejen sus tareas.
g. En cuanto a la cuestión organizacional: programar, coordinar y supervisar estrategias y acciones para el
mejoramiento de servicios y coordinar acciones de equipos de trabajo para optimizar recursos.
h. Cuestiones edilicias: prestación de servicio y provisión de útiles de trabajo, equipar los juzgados con materiales de
alta tecnología y solucionar el estado físico de edificios.

Obstáculos personales

Referidos a la acción de los sujetos que estorban u obstaculizan el acceso a la justicia: Los operadores del derecho.
Este análisis destaca su rol en el sistema socio jurídico.

Formación del abogado: La formación del abogado y las consecuencias derivadas de la misma, se presentarían
como los obstáculos personales de mayor relevancia en el análisis. El proceso de formación gira en torno al aprendizaje de
reglas principios, instituciones, normas y formas de aplicarlas. Se forma un profesional sin una visión crítica y practica ni una
formación integral que sirva de vínculo entre teoría y realidad.

Entonces ¿Qué cualidades debería tener un egresado de la facultad de derecho?

Debería ser un profesional comprometido con la realidad social y las problemáticas existentes en la misma.
Desarrollar la capacidad de aportar criterios para mediar en conflictos, saber asesorar sobre una cuestión sin necesidad de
voluntad litigiosa. Debe tener la capacidad de buscar el fundamento de la norma jurídica, discutirla, analizar su trasfondo
histórico, político y social y tomar una posición valorativa. La formación dogmática atentaría contra estas capacidades ya
que está basada en un principio de autoridad en donde se acepta como cierto lo que el docente dice.

Acceso a la información: Resta aclarar que la no difusión de los derechos en principio resulta un obstáculo de tipo
institucional para el acceso a la justicia atentos a que podría abarcarse desde el punto de vista de la responsabilidad del
Estado y su función como difusor de los derechos de las personas, ya sea por medios masivos de comunicación como por
la preocupación por la distribución de los tribunales, justicia de menor cuantía, etcétera.

Hay una barrera infranqueable que es la incomprensión de lo que se está hablando: aquí ubicamos a los operadores
jurídicos, quienes, entre otras, tienen la función de informar, transmitir y colaborar en la resolución de los conflictos.

A pesar de ser necesaria la difusión sobre la existencia de los derechos de los ciudadanos, también advertimos que
esta no es una función privativa del Estado, sino que resulta una función fundamental y de responsabilidad profesional de
los operadores del Derecho.

Cualquier operador que reciba un reclamo debe saber transmitir y guiar a quienes buscan una solución para el
problema. En resumidas cuentas, el acceso a la justicia comprende a:

Abogados: Sería un obstáculo cuando no se comprometa con el fin último de su profesión que es la prevalencia del
derecho. El abogado puede entonces convertirse en el primer eslabón de una cadena que cierre los caminos para un
verdadero acceso a la justicia tergiversando de esta manera el principal objetivo de dicho profesional.
Empleados judiciales: Actuando ellos como vallas interiores que deben saltearse para aquel objetivo, complicando
más su logro. Entre diversos actos que podrían configurar su conducta, pueden enumerarse a modo ejemplificativo:
 Falta de motivación para con el Derecho
 Irresponsabilidad en el manejo de los tiempos procesales
 Feroz competencia por el acceso a cargos jerárquicos o trabajos de niveles superiores -Desidia con trabajos de
menor reconocimiento, pero de gran importancia para la marcha del proceso
 Apego al ritualismo del cargo
 Desinterés al caso concreto
 Aplicación de sanciones informales a aquellos empleados que no respeten ese ritualismo
Jueces: Podemos empezar con la falta de compromiso que la mayoría de los jueves parecería mostrar con la
marcha de sus juzgados, tanto en lo referido a la celeridad procesal. Atención al público, como del crecimiento de
las relaciones del personal entre sí, sus opiniones.
Partes: La opinión que el general de la población tiene de los abogados y de la justicia toda, relacionándola con la
corrupción y el amiguismo, coopera para que exista cierta reticencia a su utilización.

Bolilla 6: Fragmentación de la cultura y la diversidad cultural


Multiculturalismo e interculturalismo

a. En el contexto de las diferentes denominaciones de la sociedad contemporánea predomina la relativa estabilidad de


la estructura cultural y con esto la función y el rol de las Instituciones Jurídicas. La posmodernidad con todo su
proceso de fragmentación debe ser considerada como un fenómeno cultural dentro de la modernidad. Al entrar en
crisis y al descomponer las formas existentes de cohesión social (familia, Estado, estrato social) los diferentes
autores ven la posibilidad de una explosión de las verdaderas características del carácter del ser humano que han
sido reprimidas durante siglos. Dentro de las libertades y cambios de paradigmas que contiene la nueva sociedad
humana avanza el capitalismo financiero actual. Como consecuencia de la Revolución Industrial y la consolidación y
expansión del capitalismo, el mundo deja de ser monocultural. En estructuras culturales diversas aparecen nuevos
sujetos sociales y alternativas de manifestaciones socio-culturales con demandas e intereses que se exteriorizan en
lo que hoy se denomina “nuevos movimientos sociales”.
b. La cultura es un área que da cuenta de las condiciones de la vida humana y el paso a las representaciones de la
conducta de los actores en una sociedad. Implica un modelo de presunciones básicas (construidas, creadas por
distintos agrupamientos) con influencia para ser aprendida y transmitida por los sujetos y que tienen como objetivo
resolver problemas de integración interna y de adaptación externa a un entorno que suele ser hostil. Se diferencia
de un evento o anomalía, porque hace referencia a situaciones o prácticas que son consideradas como constante.
El conjunto de creencias y prácticas que constituyen una cultura determinada son susceptibles de ser utilizadas
como una tecnología de control, como un conjunto de límites dentro de los cuales la conducta social debe ser
contenida. La diversidad cultural se expande por el aumento de los contactos con los otros y por la abundancia de la
información que se suministra en la interacción ocasionando, por lo general, tensiones.
c. La homogeneidad cultural como creencia existe, pero empíricamente es rebatible. La pluralidad de grupos y la
profundización de la división del trabajo estimula la aparición de diversas culturas centradas en torno a distintos
ejes: edad, sexo, género, estrato social, entre otras categorías. Una sociedad se encuentra conformada por distintos
subsistemas normativos que encuentran origen en diferentes sujetos individuales y colectivos con intereses y
necesidades diferentes, con distintas pautas de comportamiento, hábitos y normas. No obstante, los objetivos o
metas pueden ser opuestos entre las distintas personas o agrupamientos. Entonces se tiene una situación social
que genera tensiones y conflictos por la colisión de diversos intereses y necesidades de las distintas agrupaciones.
El multiculturalismo más que un concepto normativo, es un hecho social.
d. La cultura hegemónica y la periférica: existe un sistema cultural (normativo) formado por normas sociales generales,
compartidas y representadas por los miembros, pero con variaciones (resistencia o cuestionamiento) comprendidas
entre un espacio muy estrecho, identificadas con normas hegemónicas. Por otra parte, se dan otros sistemas
normativos que tienen mayores dificultades para sobrevivir, que son considerados por los sectores sociales
prevalecientes como estructuras culturales periféricas, porque cuestionan al sistema socio-cultural general. Por lo
tanto, el primer sistema -hegemónico- se encuentra identificado con lo que es norma, común, permanente en una
sociedad. En cambio, el segundo sistema coincide con lo distintivo, lo diferente, es residual, periférico y, en general,
de resistencia.
e. El Multiculturalismo: Este fenómeno se debe sobre todo a la fragmentación de las sociedades aparentemente
homogéneas por los problemas del consenso interno; crisis causada por la fractura social que genera serios
cuestionamientos al modelo de EstadoNación; crisis que se debe además a la presencia de comunidades no
reconocidas que hasta ahora se encontraban en un segundo plano. El multiculturalismo más que un concepto
normativo, es un hecho social. Esto es, la presencia de agrupamientos en una misma sociedad con diferentes
códigos culturales como consecuencia de diferentes étnicas, lingüísticas, religiosas o nacionales, sexuales, de
género, entre otras.
f. Las políticas interculturales: el concepto de interculturalidad apunta a describir la interacción entre dos o más
culturas de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos sociales se encuentra por
encima de otro. Este tipo de relaciones interculturales supone el respeto hacia la diversidad; aunque es inevitable el
desarrollo de conflictos; éstos se resuelven a través del respeto, el dialogo y la concertacion. El responsable de
llevar con exito una estructura multicultural al dialogo y la participacion activa de los diferentes colectivos culturales
es el Estado y la gestión cotidiana de sus miembros al asumir políticas de integración social en la diversidad.

Las causas del multiculturalismo o de la ruptura de estructuras homogéneas.

A. Los ejes que permiten sintetizar los motivos u orígenes de la ruptura de una estructura relativamente homogénea
y da origen a la heterogeneidad (multiculturalismo) son:

1. La concentración urbana y la calidad del hábitat: las hipótesis sobre globalización no tomaron en cuenta que las
crisis económicas internacionales iban a trasladar a enormes contingentes de migrantes hacia las grandes ciudades
y que estas iban a dividirse entre ciudades ricas y protegidas, la ciudad de la privacidad y las grandes zonas no
protegidas con un aumento de los marginales. La situación de los marginales y el acceso a condiciones mínimas
que tienen que ver con la supervivencia (salud, comunicación, justicia) pone en crisis la supuesta homogeneidad.
2. Las nuevas demandas y el aumento de las organizaciones colectivas: dia a dia, se agregan expectativas, intereses
y necesidades colectivas como reacción a la aparición de nuevas necesidades sociales o con la visibilizarían de
aquellas necesidades que se consideraban periferias. Esto es un contexto de existencia de una oposición y tensión
notable y permanente, donde distintas demandas se entrecruzan y suelen ser contradictorias partiendo de la
fragmentación urbana y cultural, donde se da origen a la diversidad y el multiculturalismo.
3. El fortalecimiento del espacio público y las formas de control: Se lo considera como un espacio público de
convivencia al lugar donde cualquier persona tiene el derecho a circular, en paz y armonía, donde el paso no puede
ser restringido por criterios de propiedad privada, y excepcionalmente por reserva gubernamental. El espacio es una
fuente para la producción de nuevas trayectorias, nuevas historias. Al estar identificado el espacio como lugar de
tensión, se busca su control, predominando lo que se denomina “tecnología de la seguridad” (cámaras móviles
como satélites, drones y cámaras fijas tanto públicas como privadas)
4. La fragmentación de los públicos: la información y la tecnología de la comunicación demuestran que facilitan el
establecimiento de redes digitales que apoyan la difusión de nuevas estructuras sociales pero traen aparejado
numerosas zonas grises en las mismas, esto es que al mismo tiempo que se facilita la red de interconexión entre un
público fragmentado la situación producen amenazas aleatorias sobre los bienes y sobre las personas en especial
desde corporaciones (google, Microsoft, Appel, Yahoo, Facebook entre otros, que consagra la era de la “vigilancia
masiva” Buscando neutralizar la disidencia y exigir la conformidad). En la fragmentación de los públicos surgen
agrupamientos identificados con el fanatismo colectivo de actores que se consideran que sus creencias no son
simplemente derechos de ellos, sino que son una obligación para todos los demás utilizan todo tipo de estrategias y
acciones (incluso la violencia) para imponer su dogma legitimado por el poder o por su resistencia al mismo.
5. La crisis del Estado y el fortalecimiento del pluralismo jurídico-administrativo: no implica desaparición o disminución
de sus organismos sino las dificultades de mantener la legitimidad del derecho positivo, de las instituciones de las
cuales emana. El Estado vive la manifestación social del pluralismo jurídico donde se combina el alto impacto de los
global y la resistencia de lo local. Esta situación lleva a producir una redefinicion del espacio político y jurídico de
decisiones en función de las tensiones, conflictos y sus negociaciones, mediaciones y arbitrajes.

Las consecuencias del multiculturalismo: diversidad cultural y las tensiones normativas.

1. El concepto de diversidad cultural da cuenta de la convivencia e interacción que existe efectiva y satisfactoriamente
entre distintas culturas en un mismo espacio geográfico. Utilizando otra mirada socio-jurídica se puede determinar
que la variedad no es una amenaza de la estabilidad de sociedades sino posibilidades concretas de enriquecer las
Instituciones Jurídicas y de proyectar políticas de inclusión.
2. La identidad colectiva es la afirmación, reconocimiento y vinculación con la realidad de los sujetos que se
constituyen y forman en las distintas culturas. La identidad forma parte de la cultura y a su vez le da sentido y
consistencia. La identidad colectiva se construye con la apropiación del conocimiento obtenido por las experiencias
en distintas instituciones -la familia, la escuela, la religión, el trabajo-, las cuales el individuo adapta, asume y recrea.

La globalización
a. En los últimos años se ha acelerado el proceso de globalización y esto se debe a una conjunción de fenómenos: la
organización de grandes empresas en estructuras de redes mundiales, el fin de las grandes divisiones o bloques
característicos de la guerra fría, la toma de conciencia de la opinión pública mundial de que ciertos problemas
fundamentales que no pueden ser resueltos más que parcialmente por cada Estado-Nación. Parece que se está
frente a una pérdida de la variedad cultural; por todas partes existen elementos que llevan a destacar como
fenómeno social a la homogeneidad cultural, la desaparición de la variedad de los matices que otorgan la identidad
a cada pueblo.
b. Un mundo globalizado es un mundo sin fronteras, donde importa la centralidad de la persona humana que
reemplaza la magnitud del Estado Nación. La globalización puede simbolizar la esperanza de progreso, de la paz,
de la posibilidad de un mundo unido y mejor y, al mismo tiempo, representa dependencia, falta de autonomía y
amenaza.
c. El Estado, en cada coyuntura de globalización, le corresponde sobre el terreno - localmente- asegurar la mejor
regulación posible de la esfera social. Lo hará por medio de las políticas públicas, pero sobre todo con la ayuda del
Derecho. La globalización implica una forma avanzada y compleja de internalizar e integrar pautas de
comportamiento y hábitos sociales dispersos. Es por eso que se puede admitir una organización a partir de una
estrategia mundial dirigida hacia un mercado mundial porque agregan una actividad de producción, distribución y
consumo de bienes y servicios.
d. Entre lo global y lo local (lo glocal): Se trata de compartir un sistema de percepción y de apreciaciones culturales, de
signos, valores y ritmos; en definitiva, de la intersección y de la inserción de lo global en lo local. El termino local
quiere decir que los países periféricos, serán considerados cada vez más como provincias de los estados centrales.
e. La redefinición de las entidades estatales: se puede afirmar que la redefinición más radical de la identidad está
ocurriendo como consecuencia de la globalización. Los estados se convierten en escenarios multideterminados
donde diversos sistemas interceptan e Inter penetran, coexistiendo varios códigos simbólicos en un mismo grupo y
hasta en un solo sujeto.
f. La cultura popular o de masas: El siglo XX le otorga una gran significación a la cultura popular y a la cultura de
masas, considerándose a ambas como espacios de acción y transformación humanas que afectan los límites y la
naturaleza de la cultura artística y la letrada, a las cuales fecundan y transforman, sin dejar de constituir en sí
mismas zonas de interés por su praxis y para la investigación. Se constituye una relación antagónica entre lo global,
y aquellas que supuestamente tienen un horizonte mucho más limitado -lo local-. Lo global constituye una corriente
avasalladora. Esta óptica percibe las prácticas sociales como unidireccionales y separadas o distinguibles unas de
otras.
g. Los procesos globales: Por otra parte, una línea de pensamiento, parte de la conceptualización de las dinámicas
local-global como mutuamente constitutivas. De esta vertiente, lo global no se halla contrapuesto a lo local, sino que
supone una red de relaciones diferenciales dependiendo del contexto geopolítico de las prácticas de los actores. A
partir de ahí se perciben las asimetrías de poder que informan, y a la vez conforman, las relaciones entre lo local-
local y lo local- global. Los procesos globales son colectivamente construidos por comunidades, de mayor o menos
tamaño, contextualmente referidas a su experiencia cotidiana.
h. La globalización y las fronteras: Las fronteras separan, unen, delimitan, marcan la diferencia y la similitud, pero
también producen nuevos espacios que inauguran relaciones. Las fronteras lo inscriben como dispositivo
esencialmente pedagógico, es decir, vinculado con la propuesta de producción y administración de conocimientos y
prácticas que refieren a nociones de ciudadanía. Con la expresión topológica “desde abajo” se hace referencia a las
críticas sobre la globalización de grupos, comunidades y discursos en torno a las disfunciones y asimetrías propias
de la globalización en la búsqueda de una ciudadanía que no elimine las diferencias y las especificidades de grupos
y comunidades.
i. El impacto jurídico: En el área jurídica se necesitan normas formales efectivas y vigentes que faciliten, si la situación
así lo requiere, el traslado de prácticas globales al ámbito nacional ajustándolo y haciéndolo más confiable respecto
de la situación internacional.

La hibridez cultural

El termino hibridez o hibridación da cuenta de los procesos y resultados de la mezcla de diferentes culturas, buscan
explicar la diversidad de la realidad cultural y sus debates entre la conciliación y el conflicto y por otra parte permite analizar
el “grado de efectividad y vigencia” de la normativa formal y de las instituciones de un estado para dirimir tensiones,
confusiones o ausencias normativas.

a. La transculturación y la aculturación: La transculturación es un proceso gradual por el cual una cultura adopta
rasgos de otra, hasta culminar en una aculturación. Se observa que la mayoría de las transculturaciones son muy
conflictivas, en especial para la cultura receptora. Sin dudas, el proceso de transculturación y aculturación es una
forma de visibilizar el multiculturalismo, se podría afirmar que la causa inmediata es la globalización.
b. Los debates originado por la hibridez cultural: El concepto de hibridez pretende examinar tres cuestiones en debate:

1. la primera fue el afianzamiento/ desmantelamiento de binarismos u oposiciones abruptas como la de lo


tradicional contra lo moderno,
2. lo culto contra lo popular o lo culto contra lo masivo
3. 3) los contextos de compleja modernización estructural en los que se combinan formas de un pasado
clásico o retrogrado, semiaristocratico, con adelantos técnicos que cambiaban abruptamente las relaciones
sociales de producción y con movimientos políticos de insurgencia que creaban la visión de futuros políticos
inopinados.

La anomia subjetiva y objetiva

a) Lo que se trata de rescatar de la sociología jurídica es hasta qué punto la persona en el obrar cotidiano utilizan
como medio a las normas y como las aplica en un contexto donde la hibridez puede causar anomia. La anomia es
un fenómeno al que se lo identifica con el paso de una sociedad en transición donde entran en tensión lo local y lo
global y se generan situaciones de hibridez normativa, es decir cuando empiezan a surgir elementos emergentes
relacionados con la sociedad moderna y elementos residuales relacionados con una sociedad tradicional. En esta
transición se destacan tres indicadores: la asincronía del cambio, la resistencia del cambio y la secularización.
b) Se puede hacer una distinción teórica para abordar la problemática de la anomia entre una línea subjetivista y otra
objetivista. En una corriente subjetivista la anomia implica un estado de ánimo en el que se halla un individuo que ha
perdido sus parámetros morales, que no rige sus conductas por normas y que no se identifica ya con el grupo al que
pertenece o pertenecía. Otro antecedente ubicado como objetivista está relacionado con las teorías de la “Ecología
Social”. La anomia es producto del cambio rápido en la estructura social. Esta situación se da a raíz de las distintas
corrientes migratorias donde las personas que, previamente habían internalizado reglas en sus países de origen,
tienen que vivir en otros donde las normas son diferentes.
c) El quiebre de la estructura cultural: Merton remarca la importancia de la estabilidad de los sistemas sociales a partir
del control social normativo y la socialización. Este autor identifica el origen de la anomia en la disociación existente
entre las aspiraciones culturales prescriptas y los caminos socialmente estructurados para llegar a ellos. Destaca
dos estructuras: la social y la cultural. La estructura social está conformada por distintas posiciones sociales y por la
interacción social de los actores. En cambio, la estructura cultural está conformada por objetivos y medios. El primer
elemento, los objetivos, se refiere a metas por las que vale la pena esforzarse, son propósitos o intereses
culturalmente definidos. Respecto del segundo elemento, los medios, estos se identifican con formas admisibles
para alcanzar esos objetivos. Son reglas arraigadas relativamente a los procedimientos permitidos para avanzar
hacia dichos objetivos.

BOLILLA 7: Prejuicio y discriminación

La discriminación es parte de un proceso que se funda en el prejuicio y que a lo largo de los ajos ha sufrido
cambios:

1. Para los antiguos quería decir precedente, o sea un juicio que se basa en decisiones y experiencias previas.
2. Más tarde, el término adquirió en inglés la significación de un juicio formado antes del debido examen y
consideración de los hechos: un juicio prematuro y apresurado.
3. Finalmente, el término también adquirió su matiz emocional actual, aludiendo al estado de ánimo favorable o
desfavorable que acompaña a ese juicio previo y sin fundamentos. El prejuicio puede ser favorable o desfavorable,
positivo o negativo. Al prejuicio negativo podemos visualizarlo mucho más fácilmente ya que implica intolerancia de
manera que ésta, siendo más intensa, pueda provocar un mayor grado de hostilidad por parte de una persona o
grupo hacia otra persona o grupo. La discriminación (distinción o apartar a una persona o grupo de personas) se
generan en un prejuicio. Convengamos, por ejemplo, en hechos como pensar mal o hablar mal o autoaislarse.
Ninguno de estos supuestos indican discriminación.

Estigma: desacreditado, desacredita le La cuestión del estigma es una relación entre atributo y estereotipo
(situaciones unas y circunstancias otras que dependen estrechamente de lugar, espacio y momentos culturales, políticos,
históricos y económicos) que necesariamente tienen que ver con las expectativas y necesidades sociales.

Hay tres tipos de estigmas: 1. Los atributos físicos 2. Los defectos de carácter 3. Los tribales (referidos a cuestiones
raciales, religiosas, culturales que se relacionan con las tradiciones y las costumbres)

En cuanto a las figuras del desacreditado y desacredita le, el Punto de inflexión se encuentra en la información
social y el control que el individuo puede tener sobre ella. El desacreditado se encuentra desenmascarado mientras que el
desacreditable corre con un margen de acción, manteniendo sus atributos de un modo no visible frente a los otros. En el
primero supuesto, el individuo está expuesto. Una enfermedad como el sida, la epilepsia dentro de un contexto social
determinado, pueden ser la diferencia entre una vida relativamente normal y la muerte civil: afectando perspectivas
laborales, prefesionales y relaciones personales

En el segundo supuesto el individuo no se encuentra expuesto aun cuando sienta todo el peso que puede significar
el conocimiento de los otros sobre su situación, las consecuencias o efectos de la visualización social respecto a su
problemática en particular, en definitiva, la mirada de sus semejantes.
De la discriminación a la marginalización: desacreditables por transgresores La discriminación acaba por ser un
antecedente para la construcción de la marginación a la que definimos como a una verdadera condena social. Los
desacreditables a su vez pueden aceptar las reglas del juego a costos altísimos y hasta trágicos o bien convertirse en
transgresores . La marginalidad se expresa en un estado que consideramos teóricamente puro, esencial, respondiendo a un
sentimiento de temor o miedo frente a una sociedad que no comprende y en la que se refleja la transgresión de quienes la
practican como una especie de devolución natural.

PREJUICIO Y DISCRIMINACIÓN: El prejuicio alude a las opiniones o actitudes que tienen los miembros de un
grupo respecto de otro. Las ideas preconcebidas de una persona prejuiciosa suelen basarse en rumores más que en
pruebas directas y tienden a ser reacias al cambio, aunque acceda a más información. Las personas pueden tener
prejuicios favorables a ciertos grupos con los que se identifican y prejuicios negativos contra otros.

Los prejuicios se basan en estereotipos que son caracterizaciones fijas e inflexibles de un grupo de personas. Los
estereotipos suelen aplicarse a las minorías étnicas y ejemplo de ello es creer que todos los hombres negros son por
naturaleza atléticos. Algunos estereotipos tienen parte de verdad; otros no son más que un mecanismo de desplazamiento
en el que los sentimientos de hostilidad o de ira se dirigen hacia objetos que son su origen real. Los estereotipos quedan
enraizados en las interpretaciones culturales; creer que las madres solteras dependen de la asistencia social y que se
niegan a trabajar es un ejemplo de un estereotipo persistente que carece de base real. Hay un gran número de madres
solteras que trabaja y otras que perciben ayudas asistenciales que preferirían tener un empleo, pero no disponen de acceso
a guarderías. La práctica del chivo expiatorio es habitual cuando dos grupos étnicos desfavorecidos entran en competencia
mutua por motivos económicos. Culpan a las minorías étnicas por agravios cuya causa real es completamente ajena a ellos.
Suele usarse como chivo expiatorio a grupos que se caracterizan por su falta de poder relativo, porque son un blanco fácil.
Si el prejuicio describe actitudes y opiniones, la discriminación es la conducta real que se tiene con los demás grupos o
individuos. Aunque el prejuicio es con frecuencia base de la discriminación, los dos elementos pueden existir por separado.
Las personas pueden tener actitudes prejuiciosas que no influyan en sus actos. Igualmente importante es el hecho de que la
discriminación no procede necesariamente del prejuicio. Por ej: unos compradores blancos de una casa pueden evitar la
adquisición de una propiedad en cierto barrio negro, no a causa de la hostilidad que pueden sentir hacia los habitantes de la
zona, sino por la preocupación de que el precio de las viviendas tienda a bajar.

UNIDAD 8: GÉNERO Y SEXUALIDADES

Hombres y mujeres ¿diferencias naturales?

Aunque la hipótesis de que los factores biológicos determinen las pautas de conducta en hombres y mujeres no
pueda rechazarse de plano, un siglo de investigaciones sobre los orígenes fisiológicos de esa influencia no ha logrado
demostrarla. Las teorías que consideran que los individuos acatan algún tipo de predisposición innata prescinden del papel
vital que tiene la interacción social en la configuración del comportamiento humano.

La biología y la orientación sexual

El sexo refiere a las diferencias biológicas y anatómicas entre mujeres y hombres. Asimismo, existe el imperativo
biológico de la reproducción, sin el cual la especie humana se extinguiría.

La orientación sexual tiene que ver con el sentido de la atracción sexual o amorosa de una persona. El termino
preferencia sexual, es confuso y debe evitarse, ya que implica que la atracción sexual o amorosa es únicamente cuestión de
elección personal. Por lo tanto, es preferible pensar que la sexualidad se relaciona, en diferente medida, con la orientación y
con las preferencias. La orientación sexual más común en todas las culturas es la heterosexualidad, una atracción amorosa
o sexual por personas del sexo opuesto (hetero procede del término griego que significa otro o diferente). La
homosexualidad es la atracción amorosa hacia personas del mismo sexo. Hoy en día se utiliza el termino gay para aludir a
homosexuales masculinos, lesbiana para homosexuales femeninas y bi, como diminutivo de bisexual, para quienes sienten
atracción por personas de ambos sexos.

La construcción social del género y la sexualidad.

Los sociólogos actuales no aceptan la idea de que la complejidad del comportamiento humano y de la vida social
pueda explicarse desde la visión esencialista de la “naturaleza humana”, como la clasificación de hembras y varones. Sin
embargo, estos argumentos siguen aflorando en el mundo científico.

Lo que posibilita la existencia del esencialismo es la realidad de la existencia de dos sexos biológicos, que forma la
base para entender las diferencias de género y la sexualidad. Pero los historiadores y sociólogos, han demostrado que a
mitad del S.XVIII, las culturales occidentales asumían la existencia de un solo sexo, la percepción de dos géneros distintos
surge recién a partir de la segunda mitad del s. XVIII.
Sexualidad, religión y moralidad.

Las actitudes hacia el comportamiento sexual no son uniformes en todas las sociedades del mundo e incluso dentro
de determinado país, atraviesan cambios significativos a lo largo de la historia.

Antes la idea de la sexualidad, se basaba en el cristianismo que afirmaba que la única manera de ser vista esta
actitud era desde la procreación. Aunque esta idea no lograba impedir el adulterio, por ejemplo; la idea de que la
sexualidad solo podía realizarse dentro del matrimonio era poco común. A pesar de ello, algunos consideraban que
cualquier actividad sexual no relacionada con la reproducción acarreaba graves perjuicios físicos.

En la época victoriana se consideraba por ejemplo que las mujeres debían servirles sexualmente a los hombres
como sus esposas, mientras que los hombres recorrían los diferentes prostíbulos. Por esto se consideraba a este periodo
con mucha hipocresía sobre la sexualidad.

Actualmente, coexisten tanto las ideas tradicionales, como las liberales sobre el sexo y la sexualidad. Ahora se
permite por ejemplo ver en el cine o el teatro, o escuchar cosas referidas a este tema de manera más abierta, que antes ya
que era considerado inaceptable. En todas las sociedades, la mayoría de las personas son heterosexuales. La
heterosexualidad constituye la base del matrimonio y de la familia. Sin embargo, existen también muchas otras tendencias
sexuales minoritarias. Además, también prohíben o aceptan determinadas prácticas, y aprenden los miembros cada una por
medio de la socialización.

La socialización del género

El género tiene que ver con los conceptos de masculinidad y feminidad construidos socialmente; no tiene por qué
ser una consecuencia directa del sexo biológico de un individuo. La distinción entre sexo y género es fundamental, ya que
hay muchas diferencias entre hombres y mujeres que no tienen un origen biológico.

Una de las vías que se puede tomar para comprender los orígenes de las diferencias en razón de género es el
estudio de la socialización de género, el aprendizaje de unos determinados roles con la ayuda de agentes sociales como la
familia, el Estado y los medios de comunicación. Este enfoque establece una distinción entre sexo biológico y genero social:
un bebe nace con el primero y desarrolla el segundo. Las diferencias de género no están determinadas biológicamente, se
producen culturalmente; aparecen porque los hombres y las mujeres son socializados en roles diferentes. Según las teorías
de la socialización del género, los chicos y chicas aprenden roles sexuales y las identidades masculina y femenina que los
acompañan.

Sería más exacto afirmar que los agentes de socialización ofrecen oportunidades para que las personas tomen
parte en prácticas de género, lo que no significa que el género este determinado por la socialización.

Construcción social del cuerpo. El género y el cuerpo.

Marcel Mauss fue uno de los primeros en argumentar que los movimientos y los gestos no son simplemente algo
natural, sino que tienen relación con el contexto social. Las personas socialmente aprenden como deben usar su cuerpo y
las interacciones están marcadas por el contexto en el que vivimos y no resulta sorprendente que la comunicación verbal y
no verbal está marcada de manera diferente por hombres y mujeres.

La filosofa política Marion Young examinó la expresión corporal relacionada con el género, diciendo que esto no es
algo determinado biológicamente, sino que son producto de discursos y prácticas.

Que fomentan a que las mujeres vean por ejemplo su cuerpo “objeto para los otros”, al contrario de los hombres que
lo ven como objeto activo y energético “para ellos mismos”.

Por ejemplo, en algunas sociedades las mujeres no pueden mirar a los ojos a los hombres, pero los hombres
pueden ser libres de hacerlo, viendo la mirada masculina como inocente y la de la mujer como incitadora sexual,
colectivamente hay pautas en este caso de dominación de género.

Butler, sostenía que las expresiones culturales de género no se basan identidades biológicas, sino que se establece
mediante su representación continua. La identidad no es cuestión de quién eres, sino de que haces. Esto no significa que
las personas puedan elegir su identidad libremente, suponen de normas de género reguladas y reproducidas una y otra vez.

El orden del género

Raewyn Connell plantea una de las más completas explicaciones teóricas del género. Su enfoque ha tenido una
especial influencia en la sociología porque ha integrado los conceptos de patriarcado y masculinidad en una teoría
omnicomprensiva de las relaciones de género. Según Connell, las masculinidades son una parte esencial del orden de
género y no pueden entenderse al margen de él, o a partir de las femenidades que las acompañan

A Connell le interesa saber de qué manera el poder social que ostentan los hombres crea y mantiene la desigualdad
de género. Desde el nivel individual hasta el institucional, diversos tipos de masculinidad y de feminidad se ordenan en torno
al dominio del hombre sobre la mujer.

Con el plantea tres aspectos sociales que interactúan para formar el orden de género de una sociedad: el trabajo, el
poder y la catexis (las relaciones personales o sexuales). Son partes de la sociedad independientes pero interrelacionadas,
que funcionan conjuntamente y cambias las unas en relación con las otras. El trabajo hace referencia a la división sexual de
las actividades, tanto dentro del hogar como en el mercado laboral. El poder opera a través de relaciones sociales como la
autoridad, la violencia y la ideología en las instituciones, el Estado, el ejército y la vida doméstica. La catexis tiene que ver
con la dinámica interna de las relaciones íntimas, emocionales y personales, entre ellas el matrimonio, la sexualidad y la
crianza de los hijos.

Las relaciones de género, tal como se ponen en práctica en estas tres áreas sociales, se estructuran en un nivel
social dentro de un determinado orden de género. Connell utiliza la expresión régimen de género para hacer alusión al
funcionamiento de las relaciones de género en ámbitos más pequeños, como son determinadas instituciones.

Para Connel, el orden de género tiene un carácter dinamico: si el sexo y el género se construyen socialmente, las
personas pueden cambiar sus orientaciones de género. Esta posibilidad de transformación constante hace que las pautas
de las relaciones de género sean susceptibles de alteración y que estén sometidas a la capacidad de acción del ser
humano.

Aunque algunos sociólogos sugieren que la sociedad occidental está experimentando una crisis de genro, Connel
afirma que no estamos más que en presencia de poderosas tendencias de crisis. Estas son de tres tipos. En primer lugar,
está la crisis de institucionalización, que es el debilitamiento gradual de la familia y el Estado. En segundo lugar, está la
crisis de la sexualidad, por la que la heterosexualidad hegemónica es menos domínate que antes. Finalmente, hay una
crisis de la formación de intereses. Connell señala que los intereses sociales tienen nuevos fundamentos que contradicen el
orden de género existente.

Connel desarrollo la teoría de la jerarquía del género. Cree que hay diferentes expresiones de la masculinidad y la
feminidad. En el nivel social estas versiones contrapuestas se ordenan dentro de una jerarquía que gira en torno a una
premisa definitoria: la dominación de la mujer por parte del hombre. Utiliza tipos ideales estilizados de masculinidades y
femenidades en su jerarquía.

En la cima de ella se encuentra la masculinidad hegemónica, que dominan todas las demás masculinidades y
femenidades de la sociedad. Según Connell, la masculinidad hegemónica se relaciona por encima de todo con la hetero
sexualidad y el matrimonio, pero también con la autoridad, el trabajo remunerado, la fuerza y la resistencia física. En la
sociedad solo unos pocos hombres pueden estar a la altura del concepto, sin embargo, a pesar de ello, muchos se
benefician de la posición dominante que tiene la masculinidad hegemónica en el orden patriarcal. A este beneficio Connell lo
denomina “dividendo patriarcal”, y considera que los que se aprovechan de él encarnan la masculinidad cómplice. La más
importante de las masculinidades subordinadas es la masculinidad homosexual.

Connell indica que todas las femenidades ocupan posiciones subordinadas respecto a la masculinidad hegemónica.
Una de sus manifestaciones –la feminidad recalcada- es un importante complemento de la masculinidad hegemónica. Su
objetivo es dar cabida a los intereses y deseos del hombre. Finalmente, hay femenidades subordinadas que rechazan la
versión de le feminidad recalcada, estas son las femenidades resistentes.

La sexualidad y los derechos civiles.

Kenneth Plummer, distinguió cuatro tipos de homosexualidad dentro de la cultura occidental:

La homosexualidad ocasional: es un encuentro homosexual pasajero que no estructura sustancialmente el conjunto


de la vida sexual del individuo. Las actividades localizadas: designan circunstancias en las que las prácticas homosexuales
ocurren regularmente pero no se convierten en la preferencia primordial del individuo.

La homosexualidad personalizada: es la que practican los individuos que prefieren las actividades homosexuales
pero que están aislados de los grupos en los que se aceptan con normalidad. La homosexualidad como forma de vida: se
da en los individuos que declaran abiertamente su condición y que se han convertido en una parte crucial de su vida las
relaciones con otros de gustos sexuales similares. Estos grupos suelen están incluidos en subculturas gays. El porcentaje
de personas que han tenido una experiencia homosexual, es mucho mayor que los que tienen una vida abiertamente gay.
Matrimonio igualitario.

LEY 26.618 - MATRIMONIO IGUALITARIO (2010)

En julio de 2010, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina en reconocer el derecho a matrimonio
entre personas del mismo sexo a nivel nacional. El artículo 2 de la Ley 26.618 de Matrimonio Civil (2010) (conocida como la
Ley de Matrimonio Igualitario) establece que “el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de
que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”. Esta ley es el resultado de campañas amplias llevadas a cabo
por las organizaciones LGBT, que van desde proyectos de leyes de unión civil a una serie de amparos y fallos judiciales.

A partir de los años 90, varias organizaciones LGBT presentaron proyectos de ley de unión civil o matrimonio
igualitario en el Congreso de la Nación, pero sin éxito. En 2002, bajo presión de organizaciones como la CHA, la Legislatura
de Buenos Aires promulgó una ley que estableció uniones civiles para parejas del mismo sexo, convirtiéndose en la primera
ciudad en América Latina en hacerlo. Esta ley garantizaba algunos de los derechos de un matrimonio, como incorporarse a
la obra social o visitas hospitalarias, pero no incluía el derecho a la adopción o la herencia. Se aprobaron leyes parecidas en
la provincia de Río Negro en 2003, y las ciudades de Villa Carlos Paz en 2007, y Río Cuarto y Villa María en 2009.
Finalmente, en 2005 la CHA presentó una Ley de Unión Civil ante el Congreso de la Nación, la cual incluía el derecho a la
adopción, pero la misma nunca llego a ser votada, tras lo cual la CHA empezó a concentrar esfuerzos en el matrimonio
igualitario.

En 2009, la CHA y FALGBT, con el apoyo de otras organizaciones en diversas provincias, lanzaron una campaña
nacional en pos del matrimonio igualitario, tanto en el Poder Legislativo como el Poder Judicial. En noviembre de ese año,
en un caso presentado por una pareja homosexual, una jueza de la Ciudad de Buenos Aires falló que la incapacidad de
conseguir un matrimonio igualitario era inconstitucional. Sin embargo, otra jueza declaró nulo este fallo. Finalmente, la
pareja participó en el primer matrimonio del mismo sexo en la Argentina a finales de diciembre en Ushuaia cuando la
gobernadora admitió la sentencia original. Mientras tanto, la FALGBT había lanzado una campaña de cientos de recursos
de amparo por todo el país, empezando en las ciudades de Córdoba y Villa María. Aunque el amparo eventualmente fue
rechazado en Córdoba, ocurrieron ocho matrimonios más antes de la aprobación de la ley nacional el 15 de julio de 2010.

Los proyectos avanzaron y hacia mayo de 2010, la Cámara de Diputados aprobó una combinación de dos leyes
propuestas para modificar el Código Civil a fin de permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo. Finalmente, el
Senado aprobó la Ley 26.618 el 15 de julio de 2010.

Al respecto, el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, que entró en vigencia el 1º de agosto de 2015,
establece:

Ninguna norma puede ser interpretada ni aplicada en el sentido de limitar, restringir, excluir o suprimir la
igualdad de derechos y obligaciones de los integrantes del matrimonio, y los efectos que éste produce, sea
constituido por dos personas de distinto o igual sexo.

De esta manera, deja claro que todos los derechos y obligaciones que deriven de la unión marital aplican para todas
las uniones, sin importar su orientación sexual o composición.

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc. sancionan con fuerza de Ley:

ARTICULO 2º — Sustitúyese el artículo 172 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente forma:

Artículo 172: Es indispensable para la existencia del matrimonio el pleno y libre consentimiento expresado
personalmente por ambos contrayentes ante la autoridad competente para celebrarlo.

El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o
de diferente sexo.

El acto que careciere de alguno de estos requisitos no producirá efectos civiles aunque las partes hubieran obrado
de buena fe, salvo lo dispuesto en el artículo siguiente.

ARTICULO 3º — Sustitúyese el artículo 188 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente forma:

Artículo 188: El matrimonio deberá celebrarse ante el oficial público encargado del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas que corresponda al domicilio de cualquiera de los contrayentes, en su oficina, públicamente,
compareciendo los futuros esposos en presencia de dos testigos y con las formalidades legales.
Si alguno de los contrayentes estuviere imposibilitado de concurrir, el matrimonio podrá celebrarse en el domicilio
del impedido o en su residencia actual, ante cuatro testigos.

ARTICULO 4º — Sustitúyese el artículo 206 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente forma:

Artículo 206: Separados por sentencia firme, cada uno de los cónyuges podrá fijar libremente su domicilio o
residencia. Si tuviese hijos de ambos a su cargo, se aplicarán las disposiciones relativas al régimen de patria potestad.

Los hijos menores de CINCO (5) años quedarán a cargo de la madre, salvo causas graves que afecten el interés del
menor. En casos de matrimonios constituidos por ambos cónyuges del mismo sexo, a falta de acuerdo, el juez resolverá
teniendo en cuenta el interés del menor. Los mayores de esa edad, a falta de acuerdo de los cónyuges, quedarán a cargo
de aquel a quien el juez considere más idóneo. Los progenitores continuarán sujetos a todas las cargas y obligaciones
respecto de sus hijos.

Ley de Identidad de género.

Todas las personas tienen derecho a que su identidad de género sea reconocida según su propia vivencia. Conocé
qué dice la Ley 26.743.

Toda persona tiene derecho:

a) Al reconocimiento de su identidad de género;


b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;
c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo
en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo
con los que allí es registrada.

¿Qué entiende la ley 26.743 por identidad de género?

A la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el
sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación
de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea
libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.

¿Quiénes pueden solicitar el cambio de registro de género?

Todas las personas cuando su nombre, imagen o sexo no coincidan con su identidad de género autopercibida.

¿Cuáles son los requisitos?

1. Tener por lo menos 18. Las personas menores de edad pueden solicitar el cambio a través de sus
representantes legales y con expresa conformidad del menor.
2. Presentar la solicitud ante el Registro Nacional de las Personas
3. Expresar el nuevo nombre de pila elegido con el que solicita inscribirse.
4. En ningún caso será requisito acreditar intervención quirúrgica por reasignación genital total o parcial, ni
acreditar terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico.

Los trámites para la rectificación registral previstos en la presente ley son gratuitos, personales y no será necesaria
la intermediación de ningún gestor o abogado o abogada.

Confidencialidad: Sólo tendrán acceso al acta de nacimiento originaria quienes cuenten con autorización del/la titular
de la misma o con orden judicial por escrito y fundada.

¿Las personas trans tienen derecho a acceder a intervenciones para adecuar su cuerpo?

Sí. Tienen derecho a acceder a intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales
para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su identidad de género autopercibida, sin necesidad de requerir
autorización judicial o administrativa.

Para el acceso a los tratamientos integrales hormonales no es necesario acreditar la voluntad en la intervención
quirúrgica de reasignación genital total o parcial. Se requiere solo el consentimiento informado de la persona.

Todas las prestaciones de salud contempladas en el presente artículo quedan incluidas en el Plan Médico
Obligatorio, o el que lo reemplace, conforme lo reglamente la autoridad de aplicación.
ARTICULO 15. — Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Crímenes de odio.

En las últimas décadas numerosos gobiernos han introducido políticas para castigar y combatir los delitos de odio.
Estos delitos son ataques a miembros de grupos sociales como gays, lesbianas, discapacitados, personas sin hogar, grupos
religiosos. Investigaciones han demostrados que los gays y lesbianas experimentan diariamente un amplio espectro de
violencia heterosexista, desde la agresión física al insulto verbal. El termino delito de odio se utiliza para llamar la atención
sobre los insultos homófobos que se siguen produciendo.

Hasta finales del 60 muchos y muchas no “salían del closet” por miedo a no conseguir empleo, alejándose de
familiares o amigos haciéndolos vulnerables frente a la discriminación. Desde entonces muchos han reconocido
abiertamente su sexualidad y en muchos países se lo ha normalizado.

Teorización del Patriarcado

En la sociología, se denomina patriarcado a un tipo de «organización social primitiva en que la autoridad es ejercida
por un varón jefe de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes aun lejanos de un mismo linaje.»

El dominio y liderazgo por parte de los hombres en las sociedades primitivas implantó simultáneamente un orden
simbólico mediante mitos y religiones, que reprodujeron aquella superioridad como única estructura posible.

El feminismo también usa el término «patriarcado» para referirse a la supremacía masculina en sociedades no
primitivas.

Teorías sobre la desigualdad de género

Hemos visto que el genro es un concepto creado socialmente que atribuye diferentes roles e identidades sociales a
hombres y mujeres. Sin embargo, las diferencias de genro no suelen ser neutrales: en casi todas las sociedades el genro es
una importante forma de estratificación social. Es un factor clave en la estructuración del tipo de oportunidades y opciones
vitales en las que se enfrentan individuos y grupos.

A pesar de los avances que las mujeres han hecho en todo el mundo, las diferencias de género siguen sirviendo
como base de las desigualdades sociales

a) Funcionalismo: las perspectivas de genero funcionalistas o las inspiradas en esta teoría pretenden mostrar que las
diferencias en razón del genro contribuyen a la estabilidad y la integración de la sociedad. Los autores partidarios de
la escuela de las diferencias naturales suelen argumentar que la división del trabajo entre hombres y mujeres tiene
una base biológica. Unos y otras realizan las labores para las que están mejor dotados desde el punto de vista
biológico. George Murdock llego a la conclusión de que en todas las culturas aparece la división sexual del trabajo.
A Talcott Parsons le preocupaba el papel de la familia en las sociedades industriales. Según la idea de Parsons, la
familia opera de manera más eficiente si hay una clara división sexual del trabajo en la que las mujeres tienen roles
expresivos, proporcionando cuidados y seguridad a los niños. Por su parte, los hombres han de desempeñar roles
instrumentales, es decir, proporcionar sustento a la familia. Esta división del trabajo complementaria, que surge de
las diferencias biológicas entre los sexos, garantizaría la solidaridad de la familia.
b) Enfoques feministas: Hay acusados contrastes entre las diferentes teorías feministas relacionadas con la
desigualdad de género, como son el sexismo, el patriarcado y el capitalismo. Las principales corrientes feministas
de occidente a lo largo del siglo XX son: el feminismo liberal, el socialista y el radical.

I. Feminismo liberal: busca explicaciones para las desigualdades de género en las actitudes sociales y
culturales. La primera contribución importante a este corriente vino del filósofo inglés John Stuart Mill, quien
en su ensayo The Subjection of Women reclamaba igualdad política y legal entre los sexos, incluyendo el
derecho al voto. A diferencia de las feministas radicales, las liberales no consideran que la subordinación de
la mujer forme parte de un sistema o estructura mayor. Tienden a concentrar sus energías en leyes y otro
procedimiento democrático.
II. Feminismo socialista y marxista: se desarrolló a partir de la teoría del conflicto de Marx, aunque el propio
Marx apenas menciono nada sobre desigualdad de género. Las feministas socialistas han buscado tanto a
la derrota del patriarcado como la del capitalismo. Engels argumento que, bajo el capitalismo, los factores
materiales y económicos son la base de la supeditación femenina ante los hombres, porque el patriarcado
tiene sus raíces en la propiedad privada. Sostenía, asimismo, que el capitalismo intensificaba el
patriarcado mediante la concentración de riqueza y poder en manos de unos pocos hombres. En segundo
lugar, para que triunfe la economía capitalista, las personas-en concreto las mujeres- duden ser definidas
como consumidoras, convenciéndolas de que sus necesidades solo serán satisfechas mediante el consumo
cada vez mayor de bienes y productos. Por último, el capitalismo confía en que las mujeres trabajen de
forma gratuita en el hogar, cuidando y limpiando. Para Engels, el capitalismo explotaba a los hombres
mediante la paga de salarios bajos, y a las mujeres, mediante la ausencia de salario.
III. Feminismo radical: en la raíz del feminismo radical se encuentra la idea de que los hombres son
responsables de la explotación de la mujer y que se benefician de ella. El análisis del patriarcado es una
preocupación clave de este tipo de feminismo. El patriarcado se ve como un fenómeno universal que ha
existido a lo largo del tiempo y en muchas culturas. Con frecuencia, las feministas radicales se han centrado
en la familia, por considerarla una de las principales fuentes de la opresión social de la mujer. Señalan que
los hombres explotan a las mujeres apoyándose en el trabajo doméstico gratuito que están realizan en
casa. Los hombres también les niegan el acceso a los puestos de poder e influencia.

Las feministas tienen diferentes formas de explicar los fundamentos del patriarcado, pero la mayoría están de
acuerdo en que este conlleva algún tipo de apropiación del cuerpo y de la sexualidad de la mujer.

El feminismo negro

Muchas feministas negras señalan que las principales escuelas de pensamiento feministas no tienen en cuenta las
divisiones de tipo étnico que existen entre las mujeres, porque dichas corrientes se centran en los dilemas de la mujer
blanca. La insatisfacción con los tipos de feminismo actual ha tenido como consecuencia la aparición de una corriente de
pensamiento que se centra en los problemas concretos de las mujeres negras. Algunas feministas de esta raza han
mantenido que la fuerza de la teoría feminista negra radica en el hecho de su inherente interseccionalidad: “una mezcla
particular de opresiones, por ej., las de género y raza, o las de sexualidad y nacion”.

El feminismo posmoderno

Al igual que el feminismo negro, el feminismo posmoderno desafía la idea de que exista una base unitaria de
identidades y experiencias compartida por todas las mujeres. Esta corriente del feminismo se nutre del fenómeno cultural de
la posmodernidad en las artes, la arquitectura, la filosofía y la economía. El feminismo posmoderno rechaza la existencia de
una teoría general que pueda explicar la posición de todas las mujeres en la sociedad, o de una categoría universal de
mujer. Por consiguiente, estas feministas rechazan los argumentos clásicos utilizados para explicar la desigualdad de
género, tales como el patriarcado o la raza.

La teoría queer

La hipótesis de que, en teoría, se puede separar por completo el genro de la sexualidad marca el punto de partida
de la teoría queer. En concreto, esta teoría se enfrenta a la noción misma de identidad como algo relativamente inmóvil o
asignado a las personas por los agentes socializadores. Siguiendo a Foucault, los seguidores de la teoría queer afirman que
tanto el género y a la sexualidad como todos los términos relacionados con estos conceptos forman un discurso especifico,
más que referirse a algo objetivamente real o natural.

La teoría queer se enfrenta a todas las identidades aparentemente auténticas, incluyendo aquellas que parecen
oponerse a la norma heterosexual dominante. Aunque conceptos como gay o lesbiana han servido para reivindicar la
igualdad de derechos, quienes defienden esta teoría argumentan que siguen vinculados a la oposición binaria, constituyen
el otro de la norma de la heterosexualidad que favorece consistentemente al poderoso discurso heteronormativo de la
sociedad. De esta manera, puede considerarse que forma parte del construccionismo social radical que explora el proceso
de creación de identidad en la medida en que se relaciona con la sexualidad y el género.

La desigualdad de género y la vida familiar.

Las desigualdades de género varían según las distintas sociedades del mundo. Un estudio realizado en el 2007 por
el foro económico mundial, averiguo que la participación igualitaria de las mujeres había progresado especialmente en
Suecia, seguido de Noruega, Finlandia e Islandia.

El estudio utilizaba datos estadísticos sobre la participación económica, la remuneración, y las oportunidades de
ascenso en el trabajo, entre los criterios para valorar el desfase de género.

Sin embargo, uno de los principales problemas que tiene la mujer al ser contratada, es el hecho de muchos jefes,
piensan que las mujeres que tienen hijos le dan prioridad sobre el trabajo. Además, el salario medio de las mujeres
trabajadoras, era muy por debajo del salario de los hombres.
En el mundo moderno la mujer debe luchar con la idea de ser buena madre y el deseo de ser independiente
económicamente. La sociedad tiene que resolver el hecho de que las mujeres realizan labores de cuidados sin recibir
remuneración alguna. Sugiere que para hacerlo hay que deconstruir la división de trabajo anterior basado en el género y
que los hombres sean capaces de hacer lo mismo que las mujeres, combinar empleo con deberes de cuidado.

El trabajo domestico

A pesar de que los hombres cada vez contribuyen más al trabajo doméstico que, en otras épocas, la desigualdad
sigue existiendo de manera desproporcional.

Ciertos sociólogos piensan que esto se debe a que las mujeres al ganar poco, siguen dependiendo
económicamente de los hombres y esto genera que tengan que retribuir intercambiando trabajo doméstico por apoyo
económico. Esto seguirá hasta que la diferencia salarial se acorte y se deje de esperar que los hombres sean proveedores y
que la mujer se ocupe de la familia.

La violencia intima. El maltrato infantil

En el Reino Unido la sociedad nacional para la protección infantil define 4 categorías de malos tratos: 1) abandono
2) maltrato físico 3) maltrato emocional y 4) abuso sexual. Esta última categoría se entiende como contacto sexual entre un
niño, y un adulto con el fin de causar excitación del segundo. La ONU concientiza mucho sobre esto.

Violencia de género.

La violencia de género integra un sistema de dominación contrario a la justicia y el derecho, que se consolida como
estructuras psíquicas (modos de sentir, pensar y actuar), sociales, económicas, políticas y jurídicas que interactúan y
construyen realidad: una realidad que reproduce la desigualdad. La institucionalización de una de la igualdad de género
demanda del diseño de políticas y de estrategias tendientes a transversalizar la perspectiva de género como herramienta
teórico-metodológica que permite identificar mecanismos o dispositivos económicos, sociales e institucionales que
sustentan la subordinación de mujeres a hombres.

En la actualidad, las políticas públicas referidas a la violencia de género toman como punto de referencia la Ley
26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que
desarrollen sus relaciones interpersonales, sancionada en marzo de 2009 y los tratados internacionales a los que ha
adherido el Estado Argentino. También la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), el Pacto de San José de
Costa Rica —aprobado por ley nacional N° 23.054 de 1984) y la CEDAW,que han adquirido jerarquía constitucional a partir
de la Reforma de 1994 (art 75, inc. 22).

Violencia contra la mujer: tipos y modalidades

La ley N.º 26.485 conceptualiza distintos tipos de violencia categorizándolas en:

1. FÍSICA: La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo y cualquier
otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad física.
2. PSICOLÓGICA: La que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y perturba el pleno
desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones,
mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o
aislamiento.
3. SEXUAL: Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital, del derecho
de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso
de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de
parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y
trata de mujeres.
4. ECONÓMICA Y PATRIMONIAL: La que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o
patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes, pérdida,
sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos
personales, bienes, valores y derechos patrimoniales.
5. SIMBÓLICA: La que, a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y
reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de
la mujer en la sociedad.
Modalidades de violencia

Además, la ley señala que según las formas que se manifieste en los distintos ámbitos las Modalidades son:

1. VIOLENCIA DOMÉSTICA: Aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo familiar,
independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad, el bienestar, la integridad física,
psicológica, sexual, económica o patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al
pleno desarrollo de las mujeres. Se entiende por grupo familiar el originado en el parentesco sea por
consanguinidad o por afinidad, el matrimonio, las uniones de hecho y las parejas o noviazgos. Incluye las relaciones
vigentes o finalizadas, no siendo requisito la convivencia;
2. VIOLENCIA INSTITUCIONAL: Aquella realizada por las/los funcionarias/os, profesionales, personal y agentes
pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que
las mujeres tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan los derechos previstos en esta ley. Quedan
comprendidas, además, las que se ejercen en los partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales,
deportivas y de la sociedad civil;
3. VIOLENCIA LABORAL: Aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos o privados y que
obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad o permanencia en el mismo, exigiendo
requisitos sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia física o la realización de test de embarazo. Constituye
también violencia contra las mujeres en el ámbito laboral quebrantar el derecho de igual remuneración por igual
tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento psicológico en forma sistemática sobre una determinada
trabajadora con el fin de lograr su exclusión laboral;
4. VIOLENCIA CONTRA LA LIBERTAD REPRODUCTIVA: Aquella que vulnere el derecho de las mujeres a decidir
libre y responsablemente el número de embarazos o el intervalo entre los nacimientos, de conformidad con la Ley
25.673 de Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable;
5. VIOLENCIA OBSTÉTRICA: Aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de
las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos
naturales, de conformidad con la Ley 25.929.
6. VIOLENCIA MEDIÁTICA: Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de
cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o
sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así
también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la
desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de
violencia contra las mujeres.

Estereotipos de género-rebecca j. cook & simone cusack

¿Qué es un estereotipo? Un estereotipo es una visión generalizada o una preconcepción sobre los atributos o
características de los miembros de un grupo en particular o sobre los roles que tales miembros deben cumplir (v.g. mujeres,
lesbianas, adolescentes). Según esta definición, los estereotipos presumen que todas las personas miembros de un cierto
grupo social poseen atributos o características particulares (v.g. los adolescentes son irresponsables) o tienen roles
específicos (v.g. las mujeres son cuidadoras por naturaleza).

El elemento clave es que, en tanto se presume que el grupo específico posee tales atributos o características o
cumple con esos roles, se cree que una persona, por el solo hecho de pertenecer a él, actuará de conformidad con la visión
generalizada o preconcepción existente acerca del mismo. En otras palabras, los estereotipos cercenan excesivamente la
capacidad de las personas para construir y tomar decisiones sobre sus propios proyectos de vida.

Estereotipos descriptivos: En ocasiones, las personas estereotipan porque creen que un atributo, característica o rol
particular es constitutivo de un cierto grupo social. Puesto de otra forma, estereotipan para describir “creencias sobre los
atributos, roles y comportamientos que caracterizan a los hombres y a las mujeres” y para describir cómo son o cómo se
comportan los individuos típicamente. Entre los ejemplos de estereotipos estadísticos o descriptivos están las
preconcepciones generalizadas según las cuales “las mujeres son de menor estatura que los hombres”, “las mujeres viven
más que los hombres” y “las mujeres asumen primariamente la responsabilidad de la crianza”.

Los estereotipos estadísticos o descriptivos pueden ser problemáticos cuando se recae en ellos para imponer una
carga o negar un beneficio para un individuo que es atípico respecto del grupo social al que se le está aplicando la
generalización en cuestión. Consideremos el ejemplo de María, la solicitante para el empleo de bombera y a quien se le
niega la solicitud de empleo con base en la creencia estereotípica de que las mujeres son débiles físicamente y por lo tanto
carecen de la fuerza necesaria para ser bomberas.
Estereotipos prescriptivos: Una razón adicional por la cual las personas estereotipan, es para “escribir un guion de
identidades”, esto es, para prescribir los atributos, roles y comportamientos a los cuales hombres y mujeres deben
adaptarse. Así, escribimos un guión de identidades para describir la forma en que un grupo “debe comportarse para
adecuarse apropiadamente a las normas asociadas con su membrecía a un grupo concreto”. Los estereotipos que buscan
delimitar las identidades son llamados estereotipos normativos o prescriptivos.

Un ejemplo de estereotipación prescriptiva es la expectativa de que las mujeres se conformen a los conceptos
predominantes de belleza, sexualidad y modestia. Tales normas prescriptivas requieren que las mujeres y no los hombres,
usen maquillaje o que utilicen uniformes sugestivos en el trabajo. Los códigos de vestido y comportamiento que cosifican a
las mujeres o las construyen como inferiores, sumisas, incompetentes o provocadoras sexualmente, se basan en la idea de
inferioridad que se tiene sobre ellas.

¿Qué son los estereotipos de género?

Los estereotipos de género se refieren a la construcción social y cultural de hombres y mujeres, en razón de sus
diferentes funciones físicas, biológicas, sexuales y sociales. Más ampliamente, pueden pensarse como las “convenciones
que sostienen la práctica social del género”. “Estereotipo de género” es un término general que se refiere a “un grupo
estructurado de creencias sobre los atributos personales de mujeres y hombres”.

Los componentes de los estereotipos de género evolucionan y varían de acuerdo con los diferentes contextos. En
muchas culturas, por ejemplo, ser médico es masculino en parte porque es visto como un oficio que cura enfermedades y
salva vidas y ser enfermera es femenino porque involucra una labor de amoroso cuidado. En tanto haya más mujeres
médicas y más hombres enfermeros, las connotaciones de masculino y femenino atribuidas a los términos “médico” y
“enfermera” cambiarán con el tiempo.

Una característica particular de los estereotipos de género es que son resilientes; son dominantes y persistentes.
Son dominantes socialmente cuando se articulan a través de los sectores sociales y las culturas y son socialmente
persistentes en cuanto se articulan a lo largo del tiempo. Las condiciones para que haya lugar a la estratificación y
subordinación social de las mujeres existen cuando las prácticas que incluyen los estereotipos son socialmente dominantes
y persistentes. Los estereotipos prescriptivos según los cuales las mujeres deben ser madres, amas de casa y cuidadoras,
son tanto prevalentes como persistentes.

Entender por qué los estereotipos de género son tan resistentes al cambio requiere una profunda comprensión de
las causas de la injusticia de género las cuales varían, e implican dimensiones político-económicas, culturales e ideológicas.

Clases de estereotipos: de sexo, sexuales, sobre los roles sexuales y compuestos

1. Estereotipos de sexo. El concepto de “estereotipo de sexo” lo usamos para describir una noción generalizada o
preconcepción que concierne a los atributos o características de naturaleza física o biológica que poseen los
hombres y las mujeres. Los estereotipos de sexo incluyen nociones generalizadas según las cuales los hombres y
las mujeres poseen características físicas diferenciadas. Por ejemplo, existe una percepción generalizada según la
cual “los hombres son más fuertes físicamente que las mujeres”
2. Estereotipos sexuales. Los estereotipos sexuales dotan a los hombres y a las mujeres de características o
cualidades sexuales específicas que juegan un papel en la atracción y el deseo sexuales, la iniciación sexual y las
relaciones sexuales, la intimidad, posesión y violencia sexuales, el sexo como transacción (a cambio de dádivas,
oportunidades o dinero) y la reificación y explotación sexuales. Una forma de estereotipos sexuales aplica en la
siguiente caracterización: “la sexualidad de las mujeres como parte de la procreación: tienen sexo no porque
quieran sino para procrear o cuidar a sus parejas; el sexo se presenta como una manera de cuidar el hogar o
realizar un sacrificio”. Esta clase de estereotipo sexual es prescriptivo porque determina las razones para las
relaciones sexuales y los comportamientos sexuales que se consideran aceptables.
3. Estereotipos sobre los roles sexuales. Al contrario de los estereotipos de sexo y los sexuales, un “estereotipo sobre
los roles sexuales” se entiende como aquel que describe una noción normativa o estadística sobre los roles o
comportamientos apropiados de hombres y mujeres. Los roles sociales por sí mismos crean estereotipos.Los
estereotipos sobre los roles sexuales comunes concernientes a los papeles apropiados de hombres y mujeres, son
las nociones generalizadas según las cuales los hombres deben ser los proveedores primarios de sus familias y las
mujeres, madres y amas de casa.
4. Estereotipos Compuestos. El género se interseca con otros rasgos de la personalidad en formas muy variadas y
crea estereotipos compuestos que impiden la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres y
la materialización de la igualdad sustancial. Tales rasgos incluyen los siguientes, pero no se limitan a estos: edad,
raza o etnia, capacidad o discapacidad, orientación sexual y clase o estatus, que incluye el estatus como nacional o
inmigrante.
En ocasiones, los estereotipos compuestos son reconocidos en un tratado internacional particular. Por ejemplo, la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad reconoce la importancia de eliminar los estereotipos
compuestos al exigir que los Estados Partes luchen “contra los estereotipos, los prejuicios y las prácticas nocivas respecto
de las personas con discapacidad incluidos los que se basan en el género”. En el caso de las mujeres con discapacidad, es
importante considerar cómo los estereotipos condicionados por el género se combinan con aquellos sobre las personas
discapacitadas para causar daño y discriminarles de formas compuestas.

La desigualdad de género en el trabajo.

Tradicionalmente las mujeres han ocupado trabajos mal pagados y rutinarios, muchos de ellos están condicionados
por el género. La segregación ocupacional es la que tiene divididos a los hombres y mujeres en diferentes tipos de empleos,
por ser considerados “de mujeres” y “de varones”

La segregación vertical es la que concentra a la mujer en puestos de baja autoridad y poco margen para progresar,
mientras que los hombres ocupan puestos con mayor poder e influencia. La segregación horizontal hace referencia a que
hombres y mujeres ocupen diferentes tipos de trabajos. Por ejemplo, la mujer secretaria, cuidado de niños, mientras que el
hombre en otro tipo de categorías manuales.

Los cambios en la organización laboral, así como el estereotipo del rol de los sexos han contribuido a esta
segregación.Otra característica de análisis es el trabajo en tiempo parcial, en el cual son menos horas, pero a su vez tiene
desventajas económicas. Las encuestas realizadas demuestran que las mujeres son las que más eligen esta modalidad
debido al deber de cuidado que se les ha impuesto.

La globalización y el trabajo sexual. La trata de personas. Prostitución y trabajos sexuales.

El turismo sexual se concentra en distintas zonas del mundo, especialmente en Tailandia y en Filipinas. Y atraen a
hombres europeos, estadounidenses y japoneses.

La trata de persona en todo el mundo, en su mayoría mujeres y jóvenes ha ganado mucha importancia en los
últimos años. Las víctimas de trata experimentan diferentes desplazamientos (tráfico internacional, o interno del país), y se
expanden por todo el mundo. No es posible tener un cálculo de cuantas personas son víctimas de trata.

La OIM (ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DE MIGRACIONES) hizo un estudio y comprobó que los más
vulnerables son las mujeres, niños y jóvenes.

También se estudia los diversos problemas que sufren las personas que son rescatadas del tráfico, y demuestran
que, al regresar a casa, suelen sufrir discriminación según la cultura a la que pertenecen, no tienen apoyo familiar, etc.

La prostitución puede definirse como la oferta de favores sexuales a cambio de una compensación económica. Un
aspecto común es que quienes ejercen la prostitución y los clientes no suelen conocerse, aunque muchos se vuelvan
habituales. En algunos países la prostitución es ilegal, en otras legal y sus legislaciones pocas veces castigan al cliente en
donde al ser procesados pueden mantener el anonimato. El trabajo sexual es la actividad que realizan personas adultas en
pleno ejercicio de sus facultades y sin coerción al ofrecer un servicio sexual con fines onerosos y lucrativos.

El término surgió a raíz de la defensa, por parte de los colectivos implicados, del argumento de que los trabajadores
sexuales deben tener los mismos derechos humanos y laborales que cualquier otro trabajador.

A partir del activismo que dirigen grupos de trabajadores sexuales, actualmente se tiende a preferir el término
trabajo sexual en vez del término prostitución, argumentando que el segundo tiene connotaciones negativas.

La mayoría de las publicaciones al respecto amplían la definición del trabajo sexual más allá de la prostitución,
incluyendo actividades relacionadas con la industria del sexo, por ejemplo el strip tease, el sexo telefónico —como el de las
líneas eróticas—, el cibersexo vía webcam, la venta de imágenes y videos eróticos o pornográficos, actores pornográficos y
dominatrices profesionales.

A veces se emplea el eufemismo «proveedor de servicios para adultos» para referirse a los trabajadores sexuales,
aunque el concepto sería más amplio, ya que incluye a cualquiera que esté relacionado con la industria del sexo, como por
ejemplo a web masters de páginas pornográficas y a productores de cine porno, entre otros.

Las trabajadoras sexuales suelen ser pobres, y muchas consideran este trabajo útil y respetable. No obstante, el
concepto sigue siendo polémico y muchas feministas realizan campañas contra la industria sexual porque consideran que
degradan a las mujeres y sufren de maltrato o adicciones a las drogas.

Los movimientos feministas.


El feminismo es un movimiento social y pensamiento político que defiende la idea de que ninguna persona puede
ser privada de derechos y bienes a causa de su sexo, exigiendo las mismas libertades, derechos y obligaciones que para
los hombres, lucha contra la clasificación de las mujeres en estereotipos, la desigualdad de género en la gestión de
recursos naturales y la violación de los derechos de las niñas.

El movimiento feminista, pues, queda definido como el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre,
buscando eliminar tanto la dominación histórica del hombre como la violencia de los varones hacia las mujeres. Ha sido, es
y será una lucha contra el machismo.

Aun así, este movimiento ha conseguido promover muchos derechos para las mujeres que, hace unos siglos, eran
impensables. Derecho a votar, a recibir educación, a trabajar, a ganar el mismo salario, a ocupar cargos públicos, a poder
poseer propiedades, a castigar los abusos sexuales y la violencia doméstica… Todo esto ha sido posible única y
exclusivamente gracias a la lucha de las mujeres que no tuvieron miedo de rebelarse contra una sociedad y un mundo
machista.

El feminismo es una teoría social y política con tres siglos de recorrido. En tres siglos, este movimiento ha sido
capaz de cosas asombrosas, siempre en pro de la igualdad. Y a lo largo de este tiempo, la teoría feminista ha ido pasando
por distintas fases.

Como movimiento social, el feminismo puede entenderse como un proceso histórico dividido en las famosas “olas”,
que son unas etapas o fases en las que, dentro de cada una de ellas, se han desarrollado ideas, estrategias y corrientes
distintas, del mismo modo que se han realizado acciones importantes que cambiaron para siempre el rumbo de la sociedad.

Actualmente, como veremos a continuación, nos encontramos en la cuarta ola, pero todavía queda mucho para
llegar a la costa. Y es que como dijo la escritora y activista afroamericana Audre Lorde: “mientras haya una mujer sometida,
nunca seré una mujer libre”.

¿Cuáles son las cuatro olas del movimiento feminista?

Como hemos comentado, las olas son cada una de las etapas en las que se divide la historia del movimiento
feminista moderno. La primera ola se sitúa a mediados del siglo XVIII y la actual, la cuarta, es la que está vigente a día de
hoy. Empecemos nuestro viaje a lo largo de la historia del movimiento que defiende la igualdad entre mujeres y hombres.

1. Primera ola del feminismo

Mediados del siglo XVIII. En el contexto tanto de la Ilustración, un movimiento cultural e intelectual europeo, como
de la Revolución Industrial, un grupo de escritoras y pensadoras europeas lanzan ideas sobre la naturaleza de la mujer,
cuestionando la jerarquía de sexos y señalando la falta de coherencia en el lema francés de “Libertad, Igualdad y
Fraternidad”.
En esta primera ola feminista, se cuestionaron los privilegios masculinos defendiendo que la biología de las mujeres
las hace aptas para lo mismo que los hombres y utilizando los estudios de distintos filósofos y científicos masculinos como
prueba.
Esta etapa sirvió para que se pidiera la igualdad de derechos civiles, incluidos los de trabajar y los de recibir una
educación digna. Fue también aquí cuando se empezó a contemplar la posibilidad del sufragio femenino, algo que sería
clave en la segunda ola.
2. Segunda ola del feminismo

La segunda ola del feminismo surge durante la reivindicación de uno de los derechos más fundamentales: el
sufragio universal. Esta segunda etapa va desde la segunda mitad del siglo XIX (el inicio se sitúa en el año 1848) hasta la
segunda mitad del siglo XX (el final se sitúa en la década de los sesenta).
En esta segunda etapa, se logran algunos hitos importantísimos como el derecho a poseer propiedades, el del
trabajo remunerado y el de recibir educación. La mujer empieza a tener visibilidad en la sociedad, surgen las modas de
vestimenta y estéticas, viven por cuenta propia y ocupan puestos de trabajo que históricamente habían sido de hombres.

3. Tercera ola del feminismo

La tercera ola del feminismo nace en los años 60 como consecuencia de las mentalidades más progresistas que
empezaban a florecer en Europa. Se habían logrado ya muchos derechos fundamentales en la segunda ola, pero todavía
faltaba mucho camino que recorrer, especialmente en lo que a mentalidad machista de la sociedad se refería.
En este contexto, en el año 1963, Betty Friedan, psicóloga y teórica, activista y líder feminista, publica “La mística de
la feminidad”, un libro que recogía el malestar que sentían las mujeres en Europa a pesar de haber obtenido el derecho a
votar, a trabajar, a emanciparse y a recibir educación.
Todo el progreso económico del mundo occidental no se correspondía con el progreso social, pues las mujeres
seguían sin gozar de plena igualdad. Fue así, tras el impacto de estas y otras publicaciones, que nació una nueva ola de
mujeres que se rebelaron contra las morales y éticas más tradicionales y arcaicas de la sociedad.
Gracias a los progresos y luchas de esta tercera ola, empezaron algunas medidas de protección frente a la violencia
de género, penas contra las violaciones y protección ante los despidos injustos durante el embarazado, así como el derecho
a permisos pagados por maternidad.
En esta tercera ola, el feminismo no solo se organizó como una institución, sino que se diversificó, se hizo más
complejo, introdujo conceptos como el patriarcado y describió cómo los géneros están impuestos por la sociedad. Como
vemos, el feminismo moderno estaba naciendo.

4. Cuarta ola del feminismo

Esta tercera ola derivó en la que está vigente a día de hoy: la cuarta ola del feminismo. La transición entre la tercera
y la cuarta ola no está muy clara, pues los límites son muy difusos. De hecho, algunos autores consideran que seguimos en
la tercera.
Sea como sea, la cuarta ola del feminismo suele considerarse como la más moderna etapa del movimiento
feminista, la cual, naciendo en la segunda década del siglo XXI, busca promover los ideales de igualdad haciendo uso de
los recursos de la era digital.
En este sentido, las redes sociales y los medios de comunicación son herramientas que disponemos para difundir
contenidos en los que se defienden los valores feministas y se lucha por terminar con las desigualdades sociales, políticas y
económicas entre hombres y mujeres.
En la cuarta ola del feminismo, habiendo cubierto ya los derechos fundamentales, se plantea el fin de los privilegios
de género que históricamente se habían establecido para el hombre, se lucha más activamente que nunca contra cualquier
forma de violencia de género y la solidaridad y unión de las mujeres es increíblemente fuerte.

Unidad 9. La participación y la movilización social.

Los movimientos sociales y el cambio social.

La revolución, derrocar el orden político existente mediante un movimiento de masas y a través de la violencia, es el
ejemplo más claro y trascendental de la acción política no ortodoxa. Las revoluciones son acontecimientos tensos,
excitantes y fascinantes; La actividad política heterodoxa es la que realizan los movimientos sociales: empresas colectivas
que pretenden luchar por un interés común. Lo característico de los movimientos de protesta es que operan cerca de los
márgenes de lo que los gobiernos definen como permisible en cada momento o lugar. Es frecuente que surgen movimientos
sociales con la intención de producir cambios en torno a un solo problema de interés general, como ampliar los derechos
civiles a una parte de la población. Con frecuencia las leyes de modifican parcial o totalmente como resultado de los
movimientos sociales. Finalmente, las leyes se modifican, convirtiéndose la huelga en una táctica aceptada dentro del
conflicto industrial.

Igualmente, los movimientos de gays y lesbianas han conseguido situar en la agenda política el tema de la igualdad
de derechos y muchos países de todo el mundo han equiparado su legislación sobre la edad legal de las actividades
sexuales para heterosexuales y homosexuales.

Teorías de los movimientos sociales.

Durante el siglo xx, los sociólogos consideraron los movimientos sociales fenómenos poco habituales. Todo
comenzó a cambiar con la aparición de una nueva oleada de movimientos a partir de la década de los sesenta que atrajo a
una nueva generación de sociólogos que pretendía entenderlos y explicarlos. Cuando iniciaron esta tarea se dieron cuenta
que las teorías de los movimientos sociales existentes no les servían para ello. Para entender los motivos, debemos realizar
una gira que nos llevará a través de algunas de las primeras teorías que explicaban estos movimientos:

1. El comportamiento colectivo y el malestar social: se suele considerar a la escuela de sociología de Chicago como la
primera que clasificó sistemáticamente las formas de comportamiento colectivo. Herbert Blumer, ideó una teoría del
malestar social para explicar que los movimientos sociales de todo tipo estaban motivados por la insatisfacción
producida por algunos aspectos de la sociedad actual. Afirmaba también que los movimientos sociales tienen un ciclo
vital que consta de cuatro etapas: primero existe la "agitación social" provocada por un determinado tema. Esta da
paso a una etapa de "entusiasmo popular" durante la cual las causas de la insatisfacción quedan más definidas. En la
tercera etapa se crean las organizaciones formales, que consiguen aportar un mayor nivel de coordinación al
movimiento y establecen una estructura para la acción. Por último llega la "institucionalización" mediante la cual el
movimiento llega a ser adoptado como parte de la sociedad en general y de la vida política.
2. Movilización de los recursos: Se ha indicado que los enfoques estadounidenses se han preocupado por la cuestión de
cómo se organizan los movimientos, mientras que Europa se ha centrado en averiguar por qué surgen los
movimientos sociales. Una de las perspectivas estadounidenses más influyentes fue sobre la teoría de movilización de
los recursos. Éstas defendían que las sociedades capitalistas producen una insatisfacción crónica entre sectores del
público, lo que restaría importancia a las teorías del malestar social, ya que este siempre estaría presente, por lo que
los movimientos sociales no pueden explicarse en relación con él. Lo que convierte el descontento crónico en
movilizaciones y movimientos sociales efectivos es la disponibilidad de los recursos necesarios para organizar las
campañas efectivas que se opongan al orden establecido. Esta teoría considera que los movimientos sociales actúan
en un ambiente competitivo con otros movimientos dentro del cual luchan por conseguir los escasos recursos, así
como por miembros y activistas.

El contexto de los Nuevos Movimientos Sociales.

Desde finales de la década de los sesenta se ha registrado una explosión de movimientos sociales en todo el
mundo. Les suelen llamar, nuevos movimientos sociales. Se diferencian de los antiguos en cuatro sentidos diferentes:

Nuevos temas: los nuevos movimientos sociales han introducido nuevos temas en la agenda política. Estos temas
están relacionados con la calidad de vida, e incluyen cuestiones como el medio ambiente global, el bienestar y los
derechos de los animales. Estos reflejan la enorme transformación que ha tenido lugar desde la sociedad industrial
hasta la posindustrial. Si la política de la primera se centraba en la creación de la riqueza y su distribución, la política
posindustrial se centra en cuestiones inmateriales.
Nuevas formas organizativas: los nuevos movimientos sociales tenían un aspecto mucho más parecido a redes
autónomas de personas, que, además, carecían de un único centro o única sede y optaban por una estri policéfala
( con muchas cabezas). Esto significaba que si un grupo local infringía la ley y era perseguido por ellos, el resto de la
red podía seguir adelante; pero además, está estructura también se adaptaba a las necesidades emocionales de los
activistas que tendrían a ser jóvenes y a estar imbuidos de valores e identidades posmaterialistas.
Nuevos repertorios para la acción: Los NMS utilizan una gama de acciones de protesta, desde la presión política hasta
festivales alternativos, pero lo que caracteriza su repertorio de intervenciones son las acciones directas, simbólicas y
no violentas. La adopción de la no violencia es un intento de practicar en el presente el tipo de cambios que les
gustaría ver instaurados en la sociedad futura. Los NMS tienden a utilizar abundantemente los medios de
comunicación de masas para conseguir apoyo, filmando sus propias protestas, mostrando videos en internet, etc.
Nuevas bases sociales: Las clases trabajadoras no están tan involucradas en las acciones de los nuevos movimientos
sociales, lo que indicaría, una vez más, un cambio significativo en relación con el periodo industrial y sus movimientos
basados en la clase trabajadora.

El disenso y las redefinición de las normas sociales.

Los movimientos sociales de identifican con la sociedad horizontal al construir un nuevo modo de vida, sin
jerarquías discriminatorias o excluyentes, con equidad, justicia y oportunidad con el reconocimiento y respeto de todas las
identidades culturales. Es entonces cuando se habla de identidad.

Existe muy poca consistencia identitaria en un contexto de cambios y búsquedas ya que pocos agentes (sujetos
colectivos) están expuestos a una sola comunidad de ideas y principios, así que la mayoría tiene. Problemas parecidos con
la cuestión de la coherencia y el mantenimiento de perfiles, expectativas, intereses y necesidades la que distingue una
persona de otra. En este sentido la identidad se presenta como algo que hay que inventar o construir a partir de piezas que
se van descubriendo con la crisis de las instituciones; la horizontalidad de refiere a una lógica de construcción, aprender a
articular la pluralidad sobre bases de equidad y complementariedad, aceptar e incorporar las diferencias con el propósito de
construir una totalidad sociocultural compleja.

Un movimiento social existe cuando algunos miembros de la sociedad comparten la idea de que el sentido de
determinadas normas sociales no puede darse como supuesto. Los nuevos movimientos sociales intentan modificar
situaciones de injusticia, cambiar las categorías culturales que utiliza la sociedad para pensarse como tal.

Los nuevos movimientos sociales se desarrollan a partir de finales de la década de 1960 con una fuerte y nueva
base social de clase media y una clara diferencia respecto de los modelos de acción colectiva obrera que les procedió en la
historia. El origen de los movimientos sociales se debe a la concentración de proletariado en áreas urbanas y en grandes
unidades productivas que ocasionan densas redes en las que se crea una identidad específica de clases junto a la
capacidad para una acción colectiva de masas. En cambio las características ideológicas de los nuevos movimientos
sociales contrastan notablemente con las del movimiento obrero y con la concepción marxista de la ideología como
elemento unificador y totaliza te de la acción colectiva.

El impacto de los procesos de la inclusión social en las Instituciones Jurídicas.

A. Los rasgos de una nueva cultura jurídica producida por la presencia de nuevos sujetos sociales son los siguientes:
a) la pérdida de peso específico de una legislación centrada en lo homogenico y a- histórico; b) la singularización e
irrepetibilidad de los casos (multiculturalismo) promoviendo situaciones de interculturalismo en la gestión cotidiana
de los organismos administrativos del Estado; c) el paso creciente de las cuestiones de identidad y de confianza
profesional en la diversidad; d) la estructuración de la colaboración profesional en redes de distintos especialistas
vinculados a colectivos; e) la articulación de las actividades del servicio de justicia y sus operadores y f) el uso de
modelos de decisiones más próximos al esquema “problema-solución aceptable y suficiente”.
B. Los nuevos movimientos sociales generan una crisis en las Instituciones Jurídicas. Se considera que la crisis es el
periodo en el cual se produce una sensación colectiva de lo limitada que son las Instituciones vigentes para tratar
temáticas o situaciones supuestamente novedosas. Parecerla que los sentidos de las instituciones llegaron a su fin,
de que son obsoletas. Los poderes legítimos de los Estados se ejercitan sobre fracciones de la población. De allí
resulta dificultoso mantener una conexión estable entre el Estado y la Ciudadanía ya que el nexo es perturbado o
cuestionado debido a los cambios en las estructuras políticas, sociales, económicas y culturales. Es por esto que se
afirma que las relaciones y estructuras de dominación, de integración exigen nuevos conceptos o categorías de
interpretación. La crisis dispara preguntas sobre los posibles nuevos sentidos, hasta incluso no otorgar ninguna
certidumbre a la compleja realidad social.
C. La sociedad no es una estructura rígida sino un proceso interactivo en permanente construcción que impacta y
otorga diferentes sentidos a las instituciones jurídicas. La persona social es un ser humano activo y socialmente
creativo, no un mero receptáculo de la estructura, está dotado de capacidad reflexiva construye, reconstruye y
deconstruye la realidad social que define y redefine su situación. Aunque no siempre el sujeto opera de esta manera
tiene legitima y probables oportunidades de lograr adaptar las Instituciones Jurídicas dado que el sujeto se define
por su capacidad de autonomía, siendo la fuente de sus propias representaciones y acciones de las cuales es su
fundamento y autor.
D. El reconocimiento formal de los nuevos sujetos sociales: Se abre un debate sobre el papel del campo jurídico en la
colaboración de un orden pluralista e inclusivo alejado de modelos hegemónicos; las Instituciones Jurídicas se ven
compelidas a un reconocimiento formal de situaciones de transformación que producen una liberación de hechos
inéditos y emergentes. Es un proceso de transición donde Instituciones Jurídicas dan paso a los fenómenos
sociales emergentes, productos de la acción colectiva de actores en nuevos movimientos sociales. El centro de las
transformaciones jurídicas y judiciales logran conformar un paradigma jurídico más pluralista y menos hegemónico,
donde se destacan a los sujetos protagonistas con un rol activo, participativo que promueven y acompañan el
diseño de Instituciones Jurídicas.
E. Es de remarcar entonces que en dicho contexto la importancia jurídica de la diversidad social y cultural, expresada
en el reconocimiento de la pluralidad, es producto de la presencia de nuevos movimientos sociales que dan cuenta
de la variedad de configuración de actores y la compleja sumatoria de identidades; las nuevas instituciones jurídicas
intentan presentarse como un sistema de realidades diferenciadas organizada en torno a movimientos por la
defensa de los derechos.
F. La fragilidad de las Instituciones Jurídicas y sus inconsistencias: Se considera que la inconsistencia de la normativa
formal produce una sensación colectiva de lo limitada que son las instituciones vigentes para tratar temáticas o
situaciones supuestamente novedosas. Existe una notoria preocupación porque con la permanencia de la
inconsistencia jurídica se pueda producir una deslegitimación de la actividad política en sus dos variantes: el
colectivo militante y las agencias de gobierno. De allí resulta dificultoso mantener una conexión estable entre la
política del Estado y de Gobierno y las expectativas, intereses y necesidades de los distintos sectores y actores
sociales.
G. Es importante destacar que la “inconsistencia jurídica” es entendida como: “ficciones, fragilidad jurídica, visión
utópica”, entre otras acepciones. Las tensiones entre “expectativas” y las “posibilidades de concreción” se deben a
que no se cuentan con herramientas suficientes o acordes para que las expectativas se concreten. Se cree que por
el solo hecho de proclamar un reconocimiento a sectores marginados o excluidos estos van a hacerse efectivos.

La criminalización de los nuevos sujetos sociales y los movimientos sociales.


a. El sujeto se encuentra rodeado por un conjunto de prácticas, creencias y costumbres en la sociedad que delimitan
el camino y las acciones de los individuos. La estructura social ejerce un poder de dominación (redes de poder y
disciplinarizacion) que suele ser pasiva y, la mayoría de las veces, se manifiesta en forma de control del individuo.
La forma en que los individuos se constituyen y son producidos como sujetos se da de dos maneras: la
autoconstitución de manera artística y la constitución mecánica, cotidiana. Cada sociedad construye sus
instituciones, sus prácticas normativas que exceden a las Instituciones Jurídicas; son sistemas normativos
identificados como “régimen de verdad”, cada sociedad genera rituales y mecanismos informales que permiten
aceptar lo verdadero y rechazar lo falso.
b. La criminalización, implica vigilar y controlar; se refiere al castigo de los infractores de estructuras normativas. Las
instituciones Jurídicas se transforman en instrumentos políticos que se puede utilizar para enmascarar cuestiones
complejas, bloquear los pensamientos plurales en el área del derecho y reprimir la discusión social y el debate
público. En la criminalización la construcción del relato que la legitima es fundamental. Se busca una proyección de
un orden y de estabilidad futura, legitimada en la simplificación del pasado con el mero fin de inmunizar de manera
anticipada a la sociedad de diferentes posibilidades de desorden.
c. En la criminalización se trabaja con dos dimensiones: los dispositivos de vigilancia y los dispositivos de control.
Ambos dispositivos se basan en la supervisión minuciosa de conductas individuales o grupales. La vigilancia se
ejerce en espacios cerrados y se limita a las posibilidades humanas, mientras que el control se expande a cielo
abierto e incorpora tecnología digital (cámara, chips, radares).

El disciplinamiento: a) los espacios de clausura y b) la pérdida de la voluntad de rebeldía.

A. Foucault busca determinar si es posible una nueva política de verdad, denunciando a las instituciones cambiando
regímenes políticos, económicos, institucionales que producen una verdad. Parte de la noción de
“problematización”, esto es, a partir del objeto de estudio es necesario preguntarse cómo y porque no hay
correspondencia entre lo que se dice y lo que se hace. Problematizar implica un proceso y es al mismo tiempo un
objeto de análisis pertinente en el campo de lo social; se da cuando se trata de elucidar cómo y por qué ciertas
cosas se vuelven un problema.
B. “La disciplina es una tecnología política; es una técnica de ejercicio de poder que no fue totalmente inventada sino
elaborada en sus principios fundamentales durante el siglo XVIII. Las disciplinas están recorridas por cinco
características que la definen: 1) Son un arte de distribución espacial de los individuos; 2) No ejercen su control
sobre el resultado de una acción sino sobre su desenvolvimiento; 3) Son una técnica de poder que encierra una
vigilancia perpetua y constante de los individuos; 4) Suponen un registro continuo, lo que equivale a decir que no
solo todo debe ser visible, sino que debe ser, además, inteligible.
C. Los espacios de clausura, o espacio cerrado sobre sí mismo donde se puede tener con facilidad el control y la
manipulación de las situaciones. La clausura tiene una doble finalidad: la homogenización de la población en su
interior y promover la diferenciación con lo externo. Las disciplinas son técnicas políticas de producción de cuerpos,
de fabricación de habilidades y atrofiamiento de potencialidades de ese cuerpo. Sin embargo, sería ingenuo pensar
que las mismas operan sin resistencias, la misma debe dominar todas las fuerzas que se forman a partir de la
construcción misma de una multiplicidad organizada, debe neutralizar los efectos de contrapoder que nacen de ella
y que forman resistencia al poder que quiere dominarla.
D. Nievas destaca que las disciplinas, como técnicas de ejercitar el poder y, por lo tanto, como resultante de
relaciones de fuerza dadas para determinados periodos y situaciones concretas, son vistas en su despliegue, no
como una forma esclerosada de poder sino como una ciencia política aplicada, evolutiva, continua, ininterrumpida.
E. La pérdida de la voluntad de rebeldía: Como sostiene weber, obediencia significa que la acción del que obedece
transcurre como si el contenido del mandato se hubiera convertido, por sí mismo, en máxima de su conducta. Para
que ello ocurra, es menester que, por otra parte, dicho cuerpo haya perdido toda capacidad de rebelarse ante una
situación planteada, y que esa incapacidad se plasme en la aceptación, por parte del dominado, de los valores del
dominador como propios. Es necesario, para que la misma sea de interés sociológico, que resulte funcional a un
sistema social dado, a un supuesto consenso construido por la sociedad.
F. Como ya se viene sosteniendo, se producen transformaciones socio-políticas y económicas. Aparecen las nuevas
modalidades digitales que se dispersan aceleradamente por toda la sociedad. Entonces de la sociedad disciplinaria
se pasa a la sociedad del control y la vigilancia construida desde la tecnología digital, el marketing y el consumo.

Los movimientos sociales y las acciones de incidencia política.

La incidencia política es una herramienta para la participación real de la ciudadanía en la toma de decisiones del
gobierno o en otras instancias de poder. Es una de las vías por las cuales diferentes sectores de la sociedad civil pueden
impactar en las políticas públicas participando, de forma democrática y sistemática, en la toma de decisiones sobre asuntos
que afectan su vida.
LA INCIDENCIA POLITICA COMO EJERCICIO DE PODER

En la medida que la ciudadanía logre influir en la toma de decisiones dentro de las instancias de poder del Estado,
está ejerciendo su propio poder como sociedad civil. Hacer incidencia política de forma efectiva requiere de varios
elementos o fuentes de poder que aumentan las probabilidades de éxito de la ciudadanía frente al gobierno. Algunos de
estos elementos contribuyen directamente a la acumulación y consolidación de fuerza social (Democracia interna, Recursos
humanos y económicos, Conciencia, Disposición de lucha, Credibilidad, Poder de convocatoria, Capacidad de movilización,
Buenos líderes, Relaciones con personas actoras nacionales e internacionales, Alianzas, Voto popular).

Mientras que otros contribuyen al fortalecimiento de capacidades técnicas (Capacidad de análisis, Capacidad de
propuesta, Capacidad de negociación, Capacidad de investigación, Conocimientos metodológicos sobre incidencia política,
Manejo de información).

LA INCIDENCIA POLITICA COMO UN PROCESO ACUMULATIVO

La incidencia política es un proceso acumulativo. En este sentido, es más que una sola acción. Requiere de
estrategias variadas implementadas en el tiempo con mucha creatividad y persistencia.

POR QUE SE HACE INCIDENCIA POLITICA?

Hay muchas razones para hacer incidencia política. Entre ellas, las más importantes desde la perspectiva de la
sociedad civil son:

1. Para resolver problemas específicos a través de cambios concretos en programas y políticas públicas: la mayoría
de organizaciones de la sociedad civil comprometidas con la justicia aspiran a cambiar varios aspectos de su
realidad social, económica, política o cultural. A través de la incidencia política enfocan sus esfuerzos en problemas
específicos dentro de estas realidades complejas, elaboran planes e implementan estrategias y acciones para lograr
soluciones.
2. Para fortalecer y empoderar a la sociedad civil: la incidencia política en la medida que promueve la organización
social, la construcción de alianzas, la formación de personas líderes, promueve el fortalecimiento y empoderamiento
de la sociedad civil. En este sentido, planificar y ejecutar iniciativas de incidencia política, debe fortalecer al grupo en
forma acumulativa y prepararlo para esfuerzos de mayor envergadura en el campo de políticas públicas.
3. Para promover y consolidar la democracia: La incidencia política es un ejercicio importante de democracia real.
Hacer incidencia política es una forma de fortalecer la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones sobre
políticas públicas y promover una cultura política más transparente.

ALGUNOS FACTORES QUE CONTRIBUYEN A LA CAPACIDAD DE HACER INCIDENCIA POLITICA

Algunos factores externos que hay que tomar en cuenta:

1. Apertura democrática: Las iniciativas de incidencia política requieren de cierto compromiso con procesos
democratizadores por parte de los gobiernos, lo que incluye un respeto manifiesto a los derechos humanos básicos.
2. Equidad social, económica y cultural: La pobreza y la exclusión social, económica y cultural debilitan la capacidad
de los sectores más marginalizados de organizarse y de planificar e implementar iniciativas para influir en las
políticas públicas.
3. Descentralización: Para hacer incidencia política, es importante tener acceso a las personas con poder de decisión
y otras personas actoras claves. Un Estado excesivamente centralizado inhibe este acceso.
4. Democratización del acceso a los medios de comunicación: Influir en la opinión pública y generas corrientes de
opinión favorables son tareas claves para el éxito en la incidencia política, para eso es importante el acceso a los
medios de comunicación.
5. Transparencia: Para que la ciudadanía pueda influir en el accionar del Estado, es necesario tener acceso a
información pública. Se requiere de una cultura de rendición de cuentas de parte de las y los funcionarios públicos
frente a la ciudadanía. Algunos factores internos que hay que tomar en cuenta: Las organizaciones de la sociedad
civil, especialmente entre los sectores tradicionalmente marginalizados, también enfrentan el reto de superar vacíos
y debilidades que les resta poder ante el Estado.
6. La democracia interna: La democracia interna en las organizaciones que impulsan iniciativas de incidencia política
empodera, amplia los niveles de participación y permite construir iniciativas con mayores oportunidades de éxito.
7. Disposición de interactuar con el gobierno: Aunque la incidencia política se trata de un juego de intereses en un
contexto político a veces conflictivo, siempre requiere de una disposición básica por parte de la sociedad civil de
interactuar con el gobierno.
8. Disposición de construir nuevas alianzas: Se logra más impacto en la incidencia política cuando varios sectores o
grupos de la sociedad civil se unen.
9. Visualización del proceso de incidencia dentro de una estrategia global de transformación a largo plazo: Aunque la
incidencia política se hace para lograr resultados concretos en el corto o mediano plazo, deben enmarcarse dentro
de objetivos a largo plazo. Estos objetivos se logran a través de un proceso acumulativo con una serie de campañas
o mini campañas cada una diseñada para lograr metas concretas que contribuyen al logro del objetivo global.
10. Claridad en la misión del grupo o coalición: La iniciativa de incidencia política parte de una misión previamente
establecida por el grupo con el fin de garantizar que el proceso realmente sea un prioridad dentro de la estrategia
global del grupo.
11. El manejo básico de conocimientos sobre la institucionalidad del Estado: Es importante que el grupo que pretende
influir en políticas públicas tenga un manejo básico de las leyes del país y el funcionamiento de los diferentes
espacios de decisión dentro del Estado.
12. Conocimiento del contexto político actual: El conocimiento del contexto político, muchas veces, es determinante
para poder hacer análisis correctos y planteamientos técnica y políticamente factibles.
13. El manejo de información y la capacidad de investigación: En la incidencia política, se necesita información verídica
para analizar problemas, formular propuestas de solución, conocer los espacios de decisión, identificar a las y los
actores clave, plantear estrategias y formular argumentos que apoyen sus propuestas. Esto implica la necesidad de
investigar o de fortalecer relaciones con instituciones de investigación, apoyándose en gente experta para hacer
más viables los esfuerzos de incidencia política.
14. Un componente educativo interno: Para aumentar las capacidades de análisis es importante mantener un proceso
interno continuo de autoanálisis, formación y capacitación.
15. Acuerdos claros entre las personas u organizaciones que impulsan la iniciativa de incidencia: Es importante que
existan acuerdos claros dentro que realiza una incidencia política.
16. Disponibilidad de dedicar recursos humanos y económicos a la iniciativa de incidencia: La incidencia política
requiere de recursos humanos, materiales y económicos.

Unidad 10: Los aspectos formales de las Organizaciones.

Conceptos involucrados en las organizaciones.

Al tratar de las organizaciones nos estamos refiriendo a un subsistema dentro de la estructura social que presenta
las siguientes características:

A. Colectividad humana de cierta magnitud, con límites identificables y pertenencia de los miembros definida a través
de criterios objetivos y subjetivos
B. Un orden normativo compuesto por reglas formales e informales que constituyen un sistema de control social
interno y determina el grado de formalización de la organización. Este orden normativo suministra pautas para la
auto orientación de sus miembros, fundadas en la legitimidad del poder, en la retribución, los incentivos o en la
satisfacción inherente al desempeño de las funciones. Define también las sanciones y las medidas de su aplicación.
C. Un conjunto de fines que las organizaciones plantean como racionales y en cuya obtención aquéllas son
diversamente efectivas.
D. Un sistema de comunicación institucionalizado (canales formales verticales y horizontales de información) y no
institucionalizado (canales informales para transmisión de información necesaria a los objetivos o a las personas
que trabajan en ella).
E. Un sistema de poder constituido y expresado a través de liderazgos formales e informales, sobre variadas bases de
legitimidad posible, que pretende obtener acatamiento a mandatos diversos y que utiliza las redes de comunicación
existentes.
F. Reconoce la presencia de un nivel de conflicto interno, que constituye un potencial de cambio o un elemento de
disolución. Reconoce la presencia de un medio externo del cual toma recursos, al cual presta servicios, pero que
limita su racionalidad instrumental interna, condiciona su actuación y puede generar modificaciones en la conducta
de sus agentes.

Antecedentes históricos de la teoría organizacional.

Los primeros antecedentes quedan relacionados con la administración pública, la teoría del Estado y la crítica del
capitalismo.

Para Marx, el Estado no representa el interés general o común, sino los intereses particulares de la clase
dominante, y la burocracia no representa una clase social, pero es un instrumento por el cual la clase dominante ejerce su
dominio sobre las otras clases sociales.

Para el, la burocracia es en realidad una fuerza autónoma y opresiva, sentida por la mayoría del pueblo como
entidad misteriosa y distante, como algo que está más allá del control y de la comprensión de cada uno.
Muchos de estos rasgos y la interpretación de Marx sirvieron a los posteriores analistas de la burocracia pública,
pero el acierto evidente del autor para describir las burocracias de su tiempo se vuelve, profecía errónea cuando vincula la
desaparición del Estado con la de la propia burocracia en la sociedad sin clases. Lenin, en El Estado y la revolución,
continúa esta línea de pensamiento. Para Trotsky la crecientemente opresiva burocracia-soviética derivaba de haberse
realizado la revolución en un país agrícola de escaso desarrollo, sin extenderla a los países industrializados. La causa está
entonces en la existencia de una revolución nacional, y la solución, en la revolución mundial. Tanto Lenin como Trotsky
trataron de compatibilizar la realidad con la teoría marxista del Estado:

A. Max Weber, este autor también se ocupa de la burocracia entendiéndola como administración del Estado, aunque
estima que sus rasgos, son aplicables a la organización capitalista como a la socialista.. La diferencia fundamental
con Marx, es que mientras para el primero es un instrumento de opresión, para Weber la burocracia es un modelo
de racionalidad en la acción social. Los rasgos de esta dominación legal con administración burocrática parten de
una concepción de derecho racional en sentido formal; que Weber desarrolla en su sociología jurídica y son, en
síntesis:
1. Que todo derecho "pactado" (contrato) u "otorgado" (ley) puede ser estatuido de modo racional con la pretensión de
ser respetado, por los miembros de la asociación, y también regularmente por aquellas personas que dentro del
ámbito de poder de la asociación realicen acciones sociales o entren en relaciones sociales declaradas importantes
por la asociación.
2. Que todo derecho es un cosmos de reglas abstractas, que la judicatura implica la aplicación de esas reglas al caso
concreto, y que la administración supone el cuidado racional de los intereses previstos por esas ordenaciones,
dentro de los límites de las normas jurídicas y según principios señalables que tienen la aprobación.
3. El "soberano legal" típico, en tanto que ordena y manda, obedece por su parte el orden impersonal por el que
orienta sus actos.
4. El que obedece sólo lo hace en cuanto miembro de la asociación y sólo obedece al derecho.
5. Los miembros de la asociación obedecen a aquel orden impersonal de normas; y sólo están obligados a la
obediencia dentro de la competencia limitada, racional y objetiva, a él otorgada por dicho orden.
6. Existe un ejercicio continuado sujeto a la ley, de funciones, limitado por una competencia, que significa a su vez un
ámbito de deberes y servicios delimitado objetivamente en virtud de la distribución de funciones.
7. Se observa la existencia de un principio de jerarquía administrativa, o sea, la ordenación de autoridades fijas con
facultades de regulación o inspección y con el derecho de queja o apelación ante las autoridades superiores por
parte de las inferiores.
8. Desde que la administración aplica reglas técnicas o normas jurídicas, se requiere un cuadro capacitado, con
formación profesional, integrado por los que han sido calificados mediante pruebas realizadas con éxito. Sólo éstos
pueden ser empleados como funcionarios, y éstos forman el cuadro administrativo típico de las asociaciones
racionales políticas o económicas.
9. Rige el principio de separación plena entre cuadro administrativo y medios de administración y producción. Existe la
separación completa entre el patrimonio público y el privado, entre la oficina y el hogar.
10. En el caso más racional no existe apropiación de Ios cargos por quien los ejerce.
11. Rige el principio administrativo de atenerse al expediente, aun allí donde las declaraciones orales sean de hecho la
regla, o estén prescriptas. El cuadro administrativo responde a criterios distintos del dirigente de la asociación en
cuanto a su reclutamiento y se ajusta al siguiente esquema:

son funcionarios personalmente libres, que se deben objetivamente al cargo


con competencias fijadas, y en jerarquía administrativa
contratados, por su calificación para el cargo
retribuidos en dinero, con sueldos fijos, graduada en relación al rango jerárquico, por la responsabilidad del
cargo y por el principio del decoro estamental
los contratos son rescindibles a instancias del funcionario, y en algunas circunstancias por el que manda
el cargo es la única o principal profesión;
tienen ante sí una carrera de ascensos por años de ejercicio, o por servicios, o por ambas cosas, según
juicio de sus superiores;
están sometidos a una rigurosa disciplina y vigilancia administrativas.

B) Robert Michel

Fue un contemporáneo de Max Weber, fue el primero en señalar las consecuencias negativas de las estructuras
burocráticas frente a la democracia. Estudia la estructura de un tipo de organizaciones: los partidos democráticos (socialista
y laboristas revolucionarios), ya que la estructura oligárquica era presumible en los conservadores. A partir de sus estudios
muestra que la organización implica la tendencia a la oligarquía. En toda organización, se manifiesta la tendencia
aristocrática con toda claridad. Se trata del primer planteo que propone implícitamente la relación entre la racionalidad de
los fines de la organización y la racionalidad individual de los fines de los propios miembros.

La oligarquía, que se mantiene en las posiciones organizacionales está confrontada con los supuestos principios de
la organización democrática, y señala claramente el predominio de los fines reales sobre los estatutarios. Michels señala
que a medida que se desarrolla la democracia surge un principio inverso dentro de los partidos políticos: el aumento del
poder de los líderes es directamente proporcional a la magnitud de la organización, de modo que las organizaciones más
fuertes son las menos democráticas.

Un empleado o mandatario se convierte en líder, con una autonomía y libertad de acción que no debiera tener, y se
acostumbra a resolver por sí solo cuestiones importantes. Esto constituye para Michels una "ley sociológica".

En síntesis, la "ley de hierro de la oligarquía" de las organizaciones democráticas enseña que los líderes resultan
sostenidos por la estructura, manipulan la información y se vuelven de difícil remoción, no sólo por la experiencia única que
toman desde sus puestos de mando, sino porque a partir de sus propios intereses tratan de mantenerse en el poder, más
allá de los designios que lo llevaron a ese lugar. La burocracia sindical es un ejemplo adecuado para expresar este
fenómeno.

Michels prenunció que esto se daría también en el campo político socialista, en el cual los líderes realizarían una
dictadura en beneficio de los que fueran suficientemente astutos como para empuñar el poder en nombre del pueblo.
Análisis de las organizaciones fabriles:

De un modo independiente con los estudios anteriores sobre administración pública y sobre partidos políticos, se
iniciaron estudios sobre organización del trabajo fabril. Rescataremos dos nombres iniciales en esta primitiva etapa de la
comprensión del trabajo industrial en las figuras de Fayol y de Taylor.

c) Henry Fayol.

La obra de Taylor intenta ser un estudio sobre la racionalización del trabajo obrero. Pero en un caso o en el otro, los
criterios de "racionalidad instrumental" están presentes: se trata de obtener objetivos del mejor modo, que comprende la
mejor ejecución y la máxima rentabilidad posible. Su obra es paralela a sus investigaciones en el campo de la combustión
espontánea de la hulla en las minas, que producían los incendios y explosiones considerados como el flagelo del trabajo
minero. La exposición de sus principios administrativos deriva de su éxito como administrador de empresas. Intenta
distinguir las funciones u operaciones que existen en toda empresa (técnicas, comerciales, financieras, de seguridad, de
contabilidad y administrativas), estimando que para cada una de ellas se requieren cualidades y conocimientos especiales.
Exige la enseñanza de la administración como disciplina independiente en las "escuelas superiores de ingeniería civil", y
entiende que esa capacidad puede ser aprendida como las capacidades técnicas, y no solamente en la práctica
empresarial. De su exposición surge una pretensión de racionalidad y una insistencia en el método de dirección y
planificación minuciosos, propios de la empresa que desee calcular con precisión costos y beneficios.

Fayol compara la eficiencia y los métodos empresariales privados con los estatales. El Estado podría servir de
modelo a las industrias, pero en realidad debe tomar experiencia de éstas.Para la época en que fueron formulados, es un
intento,de organizar la empresa y demostrar que los principios en que se funda la eficiencia pueden ser sistematizados y
enseñados a los futuros administradores. D) Frederick W. Taylor.

La preocupación de este autor, fue el trabajo obrero y la racionalidad y efectividad de su rendimiento. Sostiene que
los intereses del patrón y del obrero están identificados en cuanto ambos desean el máximo de productividad. Se propone
acabar con la "simulación del trabajo" de los obreros, que los lleva a disminuir voluntariamente su producción, y con los
métodos empíricos ineficientes que siguen para su tarea, de bajo rendimiento, aunque tengan buena voluntad. Se preocupa
de la fatiga que puede producir el exceso de trabajo. Y tiene ideas simples sobre el trabajo humano y la asociación: "Esta
holgazanería o simulación del trabajo proviene de dos causas.

Pretende superar científicamente este estado de cosas con el convencimiento de que las relaciones humanas son
exclusivamente de productividad, y que el dinero mueve al hombre.

¿En qué consiste la administración científica del trabajo? En considerar al obrero de ejecución como un elemento de
una cadena de producción, incentivado únicamente por el salario y limitado sólo por la fatiga. Asume la idea que ante la
excesiva torpeza del hacer efectivo el trabajo y disminuir la fatiga que pudiera presentar si aumentara el desgaste de fuerza
física. Pretende reemplazar la autoridad y los intereses humanos por la impersonalidad de las normas, sean jurídicas, en el
primero, o técnicas, en el segundo. Como resultado de la puesta en práctica de sus ideas existieron resistencias patronales,
aunque alineamiento entre administradores científicos y capitanes de industria en el momento de oponerse a los sindicatos
y sus presiones. La intelectualidad del obrero era considerada inexistente y regulaban la acción en términos mecánicos; el
trabajo resultaba así una variable dependiente de las condiciones fisiológicas del trabajador, en interacción con los
elementos físicos. La pobreza, generó un modelo, que presenta los siguientes rasgos:

1) El ser humano ordinario siente una repugnancia intrínseca por el trabajo y lo evitará siempre que pueda.
2) A partir de esta tendencia, la mayor parte de las personas debe ser obligada a trabajar, por la fuerza, controlada y
dirigida, para que desarrolle el esfuerzo adecuado a la realización de los objetivos de la organización, y amenazada
con castigos.
3) El ser humano común prefiere que lo dirijan, quiere soslayar responsabilidades, tiene relativamente poca ambición y
desea más que nada su seguridad. E) La escuela de las relaciones humanas. Entre la época de Taylor (1890) y la
de Elton Mayo (1930) se habían desarrollado la sociología, teórica y empíricamente. Elton Mayo, en la obra que
resume las conclusiones de investigaciones propias y ajenas, hace mérito de la fatiga, pero la confronta con la
monotonía del trabajo, como variable psicológica que afecta diferencialmente a los obreros en las tareas repetitivas,
y que disminuye el ritmo de trabajo, produciendo hastío. Los estudios sobre efectividad y eficacia del trabajador
llevan a estos investigadores desde la eficiencia industrial a la sociología y de ésta a la psicología social y a la
psicología. Lo que ocurre es que la situación industrial u organizacional, remite primeramente a las normas
informales y luego a las circunstancias personales. De estas reflexiones surgen las conclusiones:
a) que "la inadaptación social" en un grupo determinado puede estar basada en algún aspecto de estas relaciones
habituales con el trabajo y los compañeros más que en irracionalidades de la persona;
b) que el socialmente no muy adaptado puede proceder capaz y normalmente cuando trabaja en un ambiente
humano que le agrada y lo apoya, y viceversa, una persona sumamente capaz procederá como si no lo fuese
cuando trabaja en un ambiente inadecuado. La valoración del grupo informal, más que su desarticulación, fue la
consecuencia importante de esta serie de investigaciones. Lo informal puede colaborar con la dirigencia formal de
la organización; no es necesariamente un obstáculo que disminuye la eficiencia. La solidaridad entre los
compañeros de tareas, las actitudes y sentimientos propios vinculados a ellas, y los que hacen a otros grupos de
pertenencia, pero repercuten en la acción, pasan a tener relevancia en el análisis de la eficiencia. Las
organizaciones que no pueden transferirse a manos privadas mantienen vigentes los problemas burocráticos, y
por ello las recetas e intentos para obtener cambios se intentan una. y otra vez, sin alterar su estructura y modo de
funcionamiento. Muchos resultados disparatados de los comienzos de la informatización en nuestras
organizaciones públicas dan cuenta de la incompatibilidad entre tecnologías "inteligentes" con medios ritualistas o
irracionales.

Las disfunciones burocráticas.

Numerosos estudios sobre personalidad burocrática y ritualismo se llevaron a cabo en los años siguientes,
correspondiendo una de las sistematizaciones teóricas más conocidas, referida sobre todo a la organización pública, a
Robert Merton. Merton trata de superar el modelo weberiano en cuanto sólo destaca los logros y funciones positivas y olvida
los esfuerzos y tensiones internas de la estructura.

Para lograr este objetivo toma el concepto de Veblen de incapacidad adiestrada, el de Dewey de psicosis
profesional y el de Warnotte de deformación profesional, y crea su conocido tipo de ritualista burocrático, adiestrado para
una circunstancia, es inadecuado para otra, o el que por falta de flexibilidad en la aplicación de sus conocimientos da por
resultado desajustes más o menos graves en un ambiente modificado.

Las disfunciones surgen, a juicio de Merton, por la presión permanente que se hace sobre el funcionario para que
sea metódico, prudente y disciplinado, con el fin de que la estructura sea confiable en sus respuestas. Pero ocurre que los
sentimientos transmitidos para conseguir la disciplina son más intensos que lo técnicamente necesario. El límite es el
virtuoso burócrata que no olvida ni una sola de las reglas que rigen su actuación, y que por consiguiente es incapaz de
atender muchos de los trámites que se le asignan.

En la administración de justicia no es menos común el funcionario o empleado virtuoso del procedimiento, que no
conforme con las normas existentes crea otras, mínimos "procedimientos de secretaría", que sin embargo obstaculizan el de
por sí pesado, complejo y dilatado trámite impuesto por las leyes procesales. Es necesario ser un iniciado para acceder al
lenguaje, a la lógica particular burocrática, y a los pasos que ella implica. Esta iniciación corresponde a un proceso de
socialización propio de ciertas clases y ajeno a otra.

Las otras disfunciones estudiadas tradicionalmente sólo merecerán un breve comentario. La insistencia en la
despersonalización de las relaciones que muestra la burocracia choca con otras exigencias normativas: los usuarios que
piden un trato personalizado para su problema y los que pretenden saltar, por encima de reglamentos y vallas, al favoritismo
para ser beneficiarios directos del sistema.
Si bien es cierto que las respuestas estandarizadas son una de las razones de existencia de la estructura, también
lo es qué no todas las cuestiones pueden ajustarse a criterios generales. El tratamiento por categorías que la administración
da a los usuarios se enfrenta con el tratamiento personalizado que los usuarios piden a la administración, y esto en principio
ocurriría en toda situación burocrática.

Las necesidades propias de la organización generan demandas, que deberían ser funcionales, se transforman en
disfuncionales cuando se desfiguran y aparecen como supuestas necesidades exógenas. En estas demandas y el juego de
poder necesario para hacerlas efectivas se gastan recursos de la organización (económicos y humanos). El último tema
encarado como disfunción es el producido por el intelectual (profesional) en la administración, a partir del esquema de
presión normativa que genera conductas ritualistas. La idea de la frustración del intelectual en la burocracia, producto de
haber sobrevalorado su sensación de autonomía intelectual, frente a los controles visibles ejercidos sobre el carácter y
orientación de sus trabajos. Esto genera el retiro de la organización, o bien convierte a la conducta en rutinaria. La
frustración puede deberse también a los conflictos de valores entre intelectuales y políticos.

Todo esto desemboca en que el profesional, en cuanto intelectual, debe superar un conflicto inicial entre su propio
carácter profesional y la pretensión formalista del sistema. Formalización y profesionalización deben ser términos
inversamente relacionados (a mayor formalización, menor calificación profesional del agente), y si esto no ocurre, es segura
fuente de conflicto en la organización. Si el agente para adaptarse al sistema se hace rutinario, representa una pérdida de
recursos con el consiguiente aumento de ineficiencia.

Es entonces el momento de intentar sistematizar algunos temas significativos de una sociología organizacional
moderna.

Los fines.

Una organización que se correspondiera con el tipo ideal estaría lejos de la perfecta eficiencia, y además
condicionaría un alzamiento permanente de sus miembros contra las tentativas de robotización implícitas en pedir tal ajuste
de conductas a normas preestablecidas.

A partir de allí resulta más claro que los llamados fines estatutarios (leyes, estatutos, contratos, programas, etc.)
deben ser confrontados con los fines reales, que son los cumplidos en la organización como consecuencia de la interacción
de sus miembros significativos en consonancia o en disonancia con las normas que definen los fines estatutarios. De este
modo un concepto simple como el de fin (estado futuro de cosas o meta que se intenta alcanzar por la organización) resulta
sumamente complejo en la práctica.

En síntesis, los fines serán entonces el resultado de la interacción de miembros significativos de la organización,
realizada sobre una base normativa prevista por reglamentos y normas informales internalizadas por aquellos miembros.
Son combinaciones más o menos adecuadas de elementos pasados (normas), proyectados hacia el futuro (estado de cosas
pretendido) y hacia afuera (en cuanto la organización es un sistema abierto). Toda organización moderna intenta ser
racional, y en este sentido se llama efectividad al grado en que la organización realiza sus fines.

Pero en teoría organizacional se distingue este concepto del de eficiencia (que mide los recursos empleados para el
cumplimiento de esos fines), de modo que una organización efectiva podría ser ineficiente por gastar excesivamente en
comparación con otras para producir lo mismo. Existe, por otra parte, un concepto de seudoeficiencia, que indica el costo
aparentemente reducido en comparación con otras organizaciones, para los mismos productos, pero en realidad elevados.

Muchas veces los fines reales son elecciones que realiza la organización, como decisión política.

Las elecciones se realizan entre los varios fines estatutarios propuestos por el programa normativo, u otros fines
sustitutivos que grupos con poder dentro de ella puedan hacer valer como ajustados a los estatutos. El simple enunciado de
estos problemas muestra la estrechez del punto de vista normativo técnico.

Es, una guía para conocer lo que realmente se hace en la organización, cuáles son los fines que se cumplen, las
funciones que tiene, y cuáles son los grupos internos o externos que hacen prevalecer determinadas decisiones.

Organización como conjuntos de posiciones sociales.

La organización vista de acuerdo con sus normas formales debe ser acompañada, como punto de vista, por la
organización entendida como conjunto de status normados e interrelacionados, si se pretende describir y explicar su
funcionamiento y no el modelo pensado por alguien en determinado momento. Estos status deben ser definidos, en cuanto
al sistema de expectativas que generan, de acuerdo con las normas de todo tipo que los rigen.
El estudio de las organizaciones es un buen ejemplo de la necesidad de combinar las normas informales con las
formales.

Una organización cuyo objetivo es el lucro, deberá seguramente limitar el cumplimiento de muchas normas jurídicas
para poder competir y vencer a sus rivales en el mercado. En una economía desorganizada, la norma real que permita la
competencia puede ser la evasión impositiva. Las expectativas (y por consecuencia, las normas que rigen la acción)
deberán ser inferidas del desempeño de los ocupantes de las posiciones.

Es importante señalar una vez más la insuficiente comprensión de la realidad que representa asumir el deber ser
legal como modelo de la actividad desarrollada en los grupos sociales. Una consecuencia de superar el error de tomar
exclusivamente las expectativas normativas legales puede comprender alguno de los siguientes supuestos:

a) Expectativas no coherentes según la jerarquía: La falta de coherencia entre las expectativas de las posiciones
organizacionales, de acuerdo a quien las tenga del ocupante del cargo (un superior o un inferior), puede no ser
comprendida si se acude exclusivamente al reglamento.
b) Expectativas no coherentes según los fines propios: Los fines de cada estrato organizacional influyen en la
interacción y modifican las expectativas normadas reglamentariamente. Es un mero postulado suponer que todos
los miembros de la organización tienen los mismos fines y que éstos coinciden con los de la organización.
c) Expectativas divergentes múltiples: El juego entre las reglas de la organización, las expectativas informales de cada
estrato interno y los fines propios de los agentes pueden complementarse de modo tal que constituyan un panorama
cuyas alternativas sólo podrían especificarse a partir del estudio concreto de cada organización.

Organización como sistema abierto.

La organización es un sistema abierto, es decir que existe en un medio externo.

De este medio externo provienen los agentes, para él presta servicios, y es éste el que limita la racionalidad de los
fines propios (estatutarios o reales) de la organización.

El medio externo controla recursos y acepta o rechaza el servicio prestado. La idea de burocracia como sistema
incapaz de reaccionar ante sus propias fallas se debe básicamente al desinterés por alterar las conductas, motivado por la
seguridad que la propia posición mantiene. Frente a tal situación, la selección del personal no se hace a través de criterios
racionales respecto de los fines organizacionales, sino por criterios políticos, acudiendo a otra racionalidad (la del favor
político: "hoy por ti, mañana por mi”). Los cargos directivos cubiertos por amigos no garantizan ninguna eficiencia en el
sistema.

En estos casos, la racionalidad propia de la promoción en la organización política, es disfuncional al introducirse en


la organización una técnica empresarial pública, con sus reglas orientadas a colocar en puestos claves a partidarios como
premio o pago del favor político. La racionalidad organizacional se ve afectada por las influencias externas (otras
organizaciones, sistema político, organizaciones que forman agentes, como escuelas y universidades), y por lo que ocurre
dentro de la misma organización. El grado hasta el cual la organización tiene éxito para lograr cierta racionalidad en el
cumplimiento de sus objetivos depende de las presiones internas y externas a que está sometida y de cómo puede
controlarlas.

La organización (sobre todo la burocracia pública) hace todo lo posible por protegerse del medio externo, pero la
penetración de esos secretos es un tema distinto a la posibilidad de comprender los mecanismos de procesamiento de
información, y cuáles son los modelos posibles de acuerdo con esos parámetros, según se oriente hacia lo normativo legal
(el pasado, la rigidez, el análisis dogmático de la información) o hacia el servicio (el futuro, la flexibilidad, la comprensión de
los efectos del producto organizacional una vez realizado).

El sistema de poder.

Es evidente que ninguna organización funciona sola, la autoridad controla el desempeño de los papeles en la
organización y tiene por objetivo verificar el cumplimiento de los fines. La influencia es unidireccional (el superior sobre el
inferior), depende exclusivamente del cargo y debe considerarse más la posición que el ocupante.

Aunque el inferior jerárquico vea a su superior como libre, lo mide de acuerdo con sus propias normas; no conoce
las normas por las cuales el superior (así sea funcionario político) queda condicionado en su conducta, y que pueden no ser
las organizacionales formales que él conoce.
La ubicación en un determinado status permite una observabilidad diferencial de los papeles más alejados respecto
de los más próximos. Se ve lo que está cerca, pero cuando se alejan los otros status, su visibilidad se reduce, ignora las
reglas que rigen la conducta de los superiores de sus jefes, más aún cuando los condicionamientos de la conducta de éstos
pueden ser externos a la organización.

Liderazgo.

En la sociología organizacional suele hablarse de liderazpo como la influencia interpersonal, ejercida en situación y
orientada, a través de un proceso de comunicación, hacia el logro de una meta o metas especificadas.

El líder más eficaz no es el burócrata automatizado que pretende mandar y obedecer mediante normas jurídicas,
sino el que integra exitosamente normas primarias y secundarias, el que combina intereses de la organización con intereses
de los miembros y no margina sus propios móviles, aunque logra no anteponerlos a los comunes. En este modelo la norma
jurídica y la regla técnica están presentes. Tratar a los otros como personas puede ser una regla de oro en materia de
conducción organizacional.

Resulta más importante que el líder conozca las normas que realmente rigen al grupo (y que le permitirán modificar
algunas de ellas) a que se aferré al reglamento como si todos actuaran de acuerdo con él. La dificultad de aceptar que no
toda norma es jurídica, y la simplificación derivada de suponerlo, puede producir respuestas negativas en los que reciben
las órdenes. Se supone que el líder debe conocer el límite real de su autoridad y no el que le otorga el reglamento.

La ignorancia de la dimensión del propio poder o influencia puede ocasionar también que el líder se quede atrás de
la línea, y no intente realizar acciones que los otros le hubieran permitido. No dar la orden esperada puede ser tan grave
como dar órdenes que nadie quiere o espera.

Pero, ¿Qué ocurre con las militares, prisiones, Iglesias? En la confección del tipo anterior se ha tenido en mira un
liderazgo adecuado a personas formalmente libres, que pretende objetivos empíricamente realizables a través 'de medios
seleccionados por su efectividad, y en los cuales la unidad de control no sea requisito de la supervivencia grupal. Debe
aceptarse que, en algunas organizaciones, la actividad exige superconformidad con las órdenes, y aquí parece que este
perfil de líder es inadecuado. En todos los casos, sin embargo, por tratarse de grupos humanos, la discrepancia entre lo
formal y lo real es parte de la realidad; aunque el líder deba ajustarse más a lo formal, existirán infinidad de casos en que
las normas establecidas serán insuficientes, así como existirán numerosas interpretaciones de lo legal cuando se pretenda
aplicarlo a casos concretos.

Procesos de comunicación.

Toda organización posee circuitos por los que la información necesaria para llevar a cabo los fines es transmitida.

De acuerdo con el modelo clásico, toda comunicación humana tiene una fuente, persona o grupo que intenta
transmitir cierta información. El propósito de la fuente se expresa como mensaje: éste se emite a través de un código o
lenguaje, que lo codifica para poder transmitirlo. El mensaje así codificado se transmite a través de un canal. Al receptor le
llega un mensaje y lo decodifica (interpreta el código y lo transforma nuevamente en la idea que quería transmitirse).

La organización constituye un sistema de circuitos restringidos y formalizados de canales de comunicación. Esto


sólo describe la comunicación formal (escrita, en general). Nada dice de toda la comunicación informal, que multiplica a la
formal en cualquier sistema, así sea el más burocrático. Se prefiere, no tomarla en cuenta y "atenerse al expediente" por
dos razones estructurales: una es la dificultad de registro de las comunicaciones que se emiten, precisamente, para no ser
recordadas, salvo en la memoria. Y la otra es que de tal manera se podrían rasgar los velos de la organización
"formalizada", y esto no conviene al mantenimiento de los secretos, que obviamente protegen una situación operativa
determinada. Los canales formales e informales abarcan tanto a los verticales como a los horizontales. Los primeros
permiten la comunicación hacia arriba y hacia abajo en la organización (órdenes, pedidos, informes, notificaciones, quejas,
sanciones); los segundos comunican niveles de igual poder. Una comunicación aceptable, desde el punto de vista del
receptor, cumple los siguientes requisitos: es comprensible, coherente con las finalidades y los intereses de los
destinatarios, y capaz de ser ejecutada.

A. Si la observamos desde la óptica de la organización, deberían anteponerse dos requisitos: la coherencia con los
fines de la organización y la legitimidad (autenticidad) del mensaje. La comunicación vertical descendente se refiere a:

1) Las órdenes para hacer una tarea específica: instrucciones para el trabajo; 2) la información diseñada para que
se comprenda la tarea y cómo se relaciona con otras tareas organizacionales: 3) la información sobre procedimientos y
prácticas organizacionales; 4) información de carácter ideológico para inculcar la noción de una misión a cumplir:
adoctrinamiento respecto de metas.
La efectividad de la comunicación depende de las características de cada elemento del sistema: el emisor, el
mensaje, el canal, el receptor y los sistemas de codificación y decodificación. El tamaño del sistema de comunicación
(extenso en las grandes organizaciones) conspira contra la ausencia de distorsión en el mensaje. De allí que la seguridad
pretendida del sistema burocrático se asentara en la comunicación escrita, más confiable que la oral, y limitadora de la
discrecionalidad de los agentes. Otras causales de inefectividad en el circuito de comunicación provienen de la sobrecarga
informativa. En el análisis precedente se ha supuesto que los circuitos informativos organizacionales pueden estudiarse
internamente, con relativa marginación del medio externo. Pero, resulta parcial ese encuadre, porque los circuitos
informativos internos transmiten los mensajes que el medio externo origina, y la información que produce vuelve a ese
medio como producto.

Cambio organizacional.

Muchas veces se ha planteado el cambio organizacional como un cambio dentro de la estructura aparente de la
organización. Sin embargo, debe entenderse como un cambio en su cultura.

Los líderes exitosos prestan atención a los requerimientos reales, y no a los formales, de la situación, y actúan en
consecuencia. Esa es la diferencia. La incentivación de criterios formales para el cambio no originará ninguno, porque la
actividad de éxito no se encuentra orientada hacia esos modelos sino hacia otros, para los cuales no hay preparación
posible en un paradigma que no los incorpora, sino que los considera disfuncionales.

Hay metas que una organización no puede alcanzar de ninguna manera, introduciendo cambios o haciendo
retoques dentro de ella. Debe cambiar el sistema organizacional para que sea posible realizarlas El conocimiento de la
cultura organizacional y de las reales medidas de la efectividad son básicas para cualquier cambio que se intente.

Muchas sordas luchas que revierten en el marco organizacional como una formalidad errática, obedecen a la
imposibilidad de definir un marco cultural en virtud de los conflictivos intereses existentes entre los miembros. Y esto lleva a
la idea de resistencia al cambio, de la mano de agentes que sienten que ello perjudica sus intereses. La rutina es el caso
más conocido, pues es la resistencia pasiva de miles de empleados y funcionarios anónimos de cualquier organización. El
simple hecho de hacer algo del mismo modo como se ha venido haciendo desde hace años, es suficientemente valioso
como para no hacerlo de otra manera: y esto también es un interés defendible para el que protege su comodidad.

El cambio de las organizaciones no reside ni en el cambio de personas ni en el cambio de estructuras formales,


aunque ambos sean necesarios como complemento de otros cambios en profundidad.

Sólo puede efectivizarse a través de un cambio en las expectativas de las posiciones del sistema. No hay cambio
unilateral, ni cambio por ley, ni cambio de personas en unas u otras posiciones que puedan alterar la realidad cultural: debe
variarse una ética, las costumbres, los valores comprometidos en la acción.

Cambios de primer y segundo orden.

Los cambios que interesan, teórica y prácticamente, son cambios del sistema (cambios de un orden superior),
porque proporcionan una salida del sistema. Estos son los llamados cambios de primero y de segundo orden. Un cambio de
cultura sería uno de segundo orden: porque afecta lo que cada uno espera del otro en las relaciones sociales integradas. Un
cambio legal, tecnológico dentro del sistema, o de personas en la misma estructura dada, es cambio de primer orden: sólo
afecta algún elemento del- conjunto, aunque para el "reformador" pueda parecer sustancial. Estos cambios formales pueden
ser, como resultado, "cambios cero": luego de conmocionar el sistema, de pagar un alto precio en tecnología, normas o
personas, a mediano plazo nada sería distinto.

Mientras un cambio de primer orden trata de modificar un comportamiento por otro, un cambio de segundo orden
supondría un "cambio en la manera de comportarse", es decir, un cambio en los modelos generales de comportamiento que
hacen a la normativa real del sistema. En las cuestiones de cambio organizacional muchas veces las soluciones que se
proponen suelen ser el problema a resolver. En la estrategia de cualquier cambio son dos las actividades erróneas: 1-ver
soluciones donde no las hay (problema de los utopistas), o 2- no ver ningún problema donde realmente existe (problema de
los simplificadores). Cambiar voluntariamente una cultura puede ser tarea cercana a la utopía, pero, seguramente, resumir
todo en técnicas y leyes es una simplificación de los problemas organizacionales que como tal no tiene elementos para
abordar un cambio del sistema, un cambio de segundo orden.

BOLILLA 11 Delito y desviación

Conceptos básicos: La desviación puede definirse como la falta de conformidad con una serie normas dadas, que si
son aceptadas por un número significativo de persona de una comunidad o sociedad. Ninguna sociedad puede dividirse sin
más entre lo que se desvía entre las normas y los que las aceptan, cumplimos con las normas sociales porque, estamos
acostumbrados a hacerlo. Todas las normas sociales vienen acompañadas de sanciones que promueven la conformidad y
protegen frente a la no conformidad. Llamamos sanción a cualquier reacción de los demás ante el comportamiento de un
individuo o un grupo, que tiene como objetivo asegurar el cumplimiento de una determinada norma. Las sanciones pueden
ser positivas (ofrecen recompensas) o negativas (castigan el comportamiento no conforme). Pueden imponerse informal o
formalmente. Las sanciones informales son reacciones menos organizadas y las formales son aplicadas por instituciones o
por determinadas personas para asegurar que se cumpla una serie particular de normas. Los principales tipos de sanciones
formales en las sociedades modernas son las que dictan los tribunales y se cumplen en las prisiones. Desviación y delito no
son sinónimos, aunque en muchos casos se solapan.

Explicaciones para la delincuencia y la desviación: teoría sociológica

Aquí nos concentramos en los cuatros enfoque sociológico que han influido en la sociología de la desviación: las
teorías funcionalistas, las del conflicto y las de control.

Las teorías funcionalistas :para las teorías funcionalistas la delincuencia y la desviación son el resultado de
tensiones estructurales y de una falta de regulación moral dentro de la sociedad. Si las aspiraciones de los
individuos y de los grupos sociales no coinciden con las recompensas disponibles, esta disparidad entre los deseos
y la realización de estos se percibirá en las motivaciones desviadas de algunos de sus miembros.
La teoría interaccionista: los sociólogos que estudian el delito y la desviación desde la tradición interaccionista creen
que segundo fenómeno se construye socialmente. Rechazan la idea de que haya clases de conducta inherente u
desviadas. Los interaccionista se preguntan cómo se definen los comportamientos desviados y por qué a ciertos
grupos, y no a otros, se les cuelga la etiqueta. “El etiquetaje” Para poder comprender la naturaleza de desviación
hay que saber que a algunos se les cuelga la etiqueta de “desviados". Las etiquetas utilizadas para crear categorías
de desviación expresan la estructura de poder de la sociedad. Por lo general, las reglas que definen la desviación
las definen los ricos a los pobres, los hombres a las mujeres, los mayores a los jóvenes. Howard Becker demostró
que las identidades desviadas se producen a través de etiquetaje y no mediante tendencias desviadas. Para
Becker, el comportamiento desviado no es el factor determinado a la hora de “desviarse", puesto que hay procesos
no relacionados con el propio comportamiento que ejercen una gran influencia en el hecho de que a una persona se
le cuelgue o no la etiqueta de desviada. La forma de vestir y de hablar o el país de origen pueden ser factores clave
a la hora de determinar si se aplica o no dicha etiqueta.
Las teorías de conflicto y la nueva criminología: la publicación de Taylor, Walton y Young, supuso una ruptura con
las anteriores teorías de desviación.Sus autores tomaban elementos del pensamiento marxista para señalar que la
desviación es algo que se elige a propósito y que con frecuencia tiene un carácter político. Rechazaban la idea de
que fuera algo “determinado" por factores. Los individuos optan deliberadamente por implicarse en
comportamientos desviados para responder a las desigualdades del sistema capitalista. De este modo, los
considerados “desviados” como los miembros de los movimientos de liberación homosexual, participaban en
acciones políticas concretas que ponían en entredicho el orden social. Los teóricos de la nueva criminología
situaban este análisis del delito y la desviación en el marco de la estructura social y de la preservación del poder por
parte de la clase dominante.
Las teorías de control: postula que el delito procede de un desequilibrio entre los impulsos que llevan que la
actividad criminal y los controles sociales o físicos que lo impiden. Le interesan poco las motivaciones que tienen los
individuos al realizar los delitos. Presupone que la gente actúa de forma racional. Uno de los teóricos del control
más conocidos, Travis Hirschi, ha señalado que los humanos seres egoístas que mediante decisiones premeditadas
optan o no por participar en actividades delictivas El enfoque de Hirschi indica que los delincuentes suelen ser
individuos cuyo escaso grado de autocontrol procede de una inadecuada socialización en el hogar o la escuela. La
teoría del control de Hirschi no intenta responder a por qué delinquen las personas sino a por qué no lo hacen.
Talcot5 Parsons ya propuso una solución a esta cuestión cuando afirmó que la mayor parte de las personas se
adaptan positivamente como consecuencia de su socialización y su deseo de sociabilidad. Tom Tyler redondeó esta
idea con su investigación empírica sobre los motivos por los que la gente obedece a la ley en Estados Unidos.
Según este autor, la conformidad con las leyes está muy relacionada con la moralidad personal. Las personas
evalúan cada ley en función de su propio código moral. Así, obedecerán aquellas que son congruentes con su
moralidad y desobedecerán las que no lo estén.

Interpretación de las estadísticas sobre delincuencia.

Para interpretar las estadísticas tenemos que tomar como punto de partida las oficiales emitida por la policía, del
número de delitos cometidos. El principal problema de esto es que la mayoria de los delitos no llega a denunciarse, esto se
debe a diversas razones.
Una de las razones es que la victimas consideran que son asuntos privados que deben resolverlos particularme.
Otra razón es que creen que puede que la policía no les crea o que el maltrato empeore luego de la denuncia, o que sea
demasiado trivial y no puedan hacer nada para impedirlo. Cuando se trata de robo de autos por ejemplo, si realizan la
denuncia porque necesitan hacerla para reclamar un seguro.
También muchos delitos que llegan a oídos de la policía no forman parte de las estadísticas. Se presume que el
43% de los delitos que llegan a oídos de la policía, solo el 29% son registrados (aunque esta cifra varía según el delito)
Puede pasar que el agente no crea en la denuncia como valida o que la víctima no quiera establecerla formalmente.
La cifra oscura de la delincuencia se considera a estas denuncias que no forman parte de la estadísticas oficiales.
Existen encuestas que se realizan desde adolescentes-ancianos, donde se les pregunta si sufrieron algún delito en
los últimos 12 meses, a esto se lo conoce como estudios sobre la victimización.
Otras encuestas (anónimas) les preguntan a las personas si cometieron algún delito, a esto se lo denomina estudio
de autodenuncia.

Las víctimas y los autores de los delitos.

Las investigaciones sociológicas y estadísticas demuestran que los autores de delitos no se distribuyen de manera
aleatoria en la sociedad. Por ejemplo es más probable que sean hombres los que cometen delitos, y generalmente los
jóvenes son los que más envueltos se ven (ya sea cometiéndolo o como victimas). Al igual que el barrio o la zona donde
vivís influye a la hora de cometer delito, como sufrirlo.

Género, sexualidad y delincuencia.

Desde la época de los 70 muchas feministas han llamado la atención sobre lo diferente que son los contextos en los
que tienen lugar las transgresiones criminales realizadas por mujeres y por hombres, y también sobre la influencia de ciertos
presupuestos relacionados con el género y con los roles que son apropiados para hombres y mujeres en las experiencias
de esta en el sistema de justicia penal. Las feministas también han desempeñado un papel crucial a la hora de subrayar la
importancia del fenómeno de la violencia contra las mujeres tanto en el ámbito doméstico como en el público.
Las estadísticas demuestran que la mayoría de los infractores son varones, también existen diferencias entre
géneros del tipo de delito cometido. Las mujeres tienden a realizar robos.
También muestran que las mujeres muchas veces no son denunciadas por los delitos cometidos y algunos como el
“envenenamiento” suelen ser secretos.
Uno de los motivos podría ser que la policía suele ver a la mujer como menos “peligrosa” que los hombres y pasen
por alto ciertos delitos que quizás a los hombres los detendrían. A su vez a la hora de realizar una condena las mujeres
tienen menos posibilidad de ir a la cárcel que los hombres. Esto se debe a que las mujeres cometen menos delitos violentos
o graves, que los hombres.
Otra de las principales dificultades es la diferencia que hay entre género, en comparación con otros factores como la
edad, la raza y la clase.
Otra perspectiva que han adoptado las feministas es examinar como la interpretación de la feminidad influye en la
experiencia que tienen las mujeres en el sistema judicial penal. Por ejemplo las mujeres que no se comportan con estos
valores sociales, son tratadas con más dureza.
Heidensohn y otros autores sostienen que esta visto naturalmente en los hombres delitos en donde haya agresión o
violencia, pero cuando lo comete una mujer es analizado como un desequilibrio psicológico. Está comprobado que las
mujeres logran convencer a la policía o a las autoridades que juzguen sus acciones desde un punto de vista diferente,
desde el cual ser mujer significa ser impulsiva y necesitar protección.

Los delitos contra las mujeres

Hay cierto tipo de delitos en los que los hombres son de forma abrumadora los agresores, y las mujeres las víctima.
Como el acoso, la violación, etc. Sin embargo, hay ciertas encuestas que comprueban que un porcentaje menor de varones,
sufrieron en algún momento violencia doméstica, no sexual, en la edad adulta. (una mujer de cada 5 y un hombre de cada
10).

Las sociólogas feministas demuestran que todas las mujeres están bajo la amenaza constante de sufrir violencia
frente a un hombre, independientemente de si alguna vez fueron víctimas y se han encargado de que esto sea analizado
desde lo que se considera delincuencia y sus debates.
Se considera que muchas violaciones sexuales no han sido denunciadas o han sido ocultadas por la policía. Si las
mujeres no denuncian esto se debe a que muchas veces prefieren ocultarlo o no quieren pasar por los procesos humillantes
para comprobarlo.
Durante muchos años las feministas han luchado para cambiar el enfoque de cómo se mira a la violación y no
calificarlo como delito sexual, sino de violencia. En la que no se ataca solo el físico, sino la integridad y dignidad del sujeto.
La violación está relacionado con lo que es masculinidad, dominio, poder y fuerza.
Delitos contra los homosexuales
Las feministas han sostenido que la violencia está muy relacionada con el género y de las percepciones del riesgo y
de la responsabilidad basadas en el sentido común.
Como las mujeres suelen ser vistas más indefensas para protegerse frente a un ataque violento, el sentido común
les dice que deben modificar su comportamiento para prevenirlo. Por ejemplo no caminando de noche solas por una zona
oscura.
Se ha explicado que una lógica común se utiliza cuando se habla de gay y lesbianas, que sufren acoso y delitos
violentos.
Diane Richardson sostiene que (gay, lesbianas, bisexuales) suelen ser personas marginadas y estigmatizadas, y
que en muchas sociedades se considera que merecen que se cometan delitos contra ellos/ellas. Las relaciones
homosexuales suelen ser aceptadas en el ámbito privado y las heterosexuales en el ámbito público y cuando se muestran
abiertamente, se los suele considerar merecedores del delito de odio.

Los jóvenes y la delincuencia.

En muchos países desarrollados el miedo al delito, se tiene en robos, atracos, asalto a domicilio. Se suele tener una
idea extendida que la mayoría de los delitos de jóvenes son por drogas como la heroína, anfetamina, alcohol y éxtasis. La
delincuencia juvenil suelen ser actividades que no conforman delitos estrictamente.

Delitos de cuello blanco. Prisiones y castigos. Justicia restaurativa.

El término “delito de cuello blanco” alude a la expresión de aquellos delitos cometidos por los que pertenecen a un
sector más acomodado a menudo contra los intereses de las compañías por las cuales trabajan (FRAUDES FISCALES,
PRACTICAS ILEGALES DE VENTA, ETC.)

El alcance de estos delitos no son regulados, ni siquiera aparecen en las estadísticas.

Podemos también comparar delitos de cuello blanco y de poder. El primero es la utilización de un puesto de clase
media para cometer delitos. El segundo es de una autoridad que confiere poder para realizar actividades delictivas.

Delito empresarial

La delincuencia empresarial hace referencia a los tipos de delitos que cometen las grandes corporaciones, entre
otros, la contaminación ilegal, violaciones de reglamentos sanitarios, etc.
El poder y la influencia crecientes de la grandes empresas y su alcance global, que extiende con rapidez, suponen
que nuestra vida se vea afectada por ellos, ya que producen lo que consumimos.
Los estudios han rebelado la existencia de seis tipos de delitos vinculados a las grandes empresas: administrativos,
medioambientales, financieros, laborales, manufactureros y prácticas comerciales injustas.

Prisiones y castigos

El principio que subyace en el sistema carcelario moderno es el de mejorar al individuo para su reinserción social.
Muchos políticos frente a la incrementación de la delincuencia han optado por ser más punitivos, establecer
condenas más largas, en Gran Bretaña sucede esto desde los 80.
En general ya no se maltrata a los prisioneros como en otras épocas. A estos prisioneros no solo se los priva de su
libertad, sino de su familia, de un salario digno, de relaciones heterosexuales, de su ropa, entre otras cosas. Vivir en esas
condiciones tiende a generar una brecha entre los prisioneros y el mundo exterior, en vez de adaptar su comportamiento a
la sociedad, al estar en un ambiente diferente, con hábitos distintos, a los que deben adaptar su comportamiento. Además
que aprenden cosas nuevas delictivas, al estar en relación con otros delincuentes. Es por esta razón que se llama a las
prisiones “universidades del crimen”.
Los prisioneros al vivir en estas condiciones generan odio hacia la sociedad, aceptan la violencia como normal,
aprenden de ello, y esto los lleva a ser reincidentes constantemente.

Justicia restaurativa.

Son sentencias que se cumplen dentro de la comunidad, concientizar a los delincuentes de los efectos que tienen
sus actos. Ya sea en proyectos de servicio comunitario o de reconciliación con sus víctimas.
Para John Braithwaite las formas más eficaces de justicia restaurativa tiene que ver con la vergüenza reintegradora.
Ya que quienes cometen estos delitos no solo deben enfrentar a la víctima, sino también a la sociedad.
Es importante para el autor no estigmatizarlos, y tratarlos con respeto. Sostiene que desde este punto de vista
“moralizante” habría más eficacia que en la cárcel.

La delincuencia en el contexto global: crimen organizado; la “ciberdelincuencia”.

Crimen organizado

La expresión crimen organizado alude a ciertos tipos de actividades que presentan muchos rasgos de los negocios
convencionales pero que se basan en transacciones ilegales.
El crimen organizado se encuadra en el contrabando, el juego ilegal, el tráfico de drogas, la prostitución, el robo a
gran escala, etc. Generalmente se basa en la amenaza o violencia para llevar a cabo sus actividades.
En la actualidad el crimen organizado se ha mostrado en muchas partes del mundo, pero históricamente se ha
mostrado vigoroso especialmente en algunos, como EE.UU.
El rostro cambiante del crimen organizado
Manuel Castells , señala que las actividades de los grupos criminales organizados cada vez tienen un alcance más
internacional, que van desde tráfico de narcóticos, hasta el contrabando de inmigrantes, y de órganos.
Según Castells, estos grupos crean alianzas entre sí y tienden a generar sus actividades en países de bajo riesgo,
en los que no se ven tan amenazados.

La ciberdelincuencia

El funcionamiento del crimen organizado internacional se ha visto muy favorecido por los últimos avances de la
tecnología de la información.
Aunque es difícil señalar el alcance de este tipo de delito es posible esbozar algunos. Grabosky y Smith han
identificado nueve tipos de delitos:
1. Escuchas ilegales.
2. Vandalismo electrónico y terrorismo (hacker, virus informático)
3. Negocios ilícitos sin ser detectados.
4. Violación de la normativa de derecho de autor.
5. Propaganda de sexualidad explícita, odio racial, instrucciones de artefactos peligrosos.
6. Fraude de televenta
7. Transferencia electrónica de fondos.
8. Blanquear dinero, para desplazar beneficios ilegales de un delito.
9. Conspiraciones criminales.
Según David Wall, la ciberdelincuencia ha atravesado 3 fases:
1ra. Generación: los que emplean el ordenador para realizar mejor los delitos. Eje: Narcotrafico.
La 2da generación de los ciberdelitos: delitos convencionales en los que internet ha abierto posibilidades de manera
global. Eje: Comercio global de pornografía.
3ra. Generación: Son los que se cometen exclusivamente en internet. Eje: Descarga ilegal de música, vandalismo
en entorno virtual, robo de identidad, etc.

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