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República Bolivariana de

Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos

Área de Postgrado

Especialización en Ciencias Penales y Criminológicas

San Juan de los Morros, Estado Guárico.

EL PROCESO PENAL VENEZOLANO Y


EL DEBIDO PROCESO

Docente: Integrantes:

Abg. Ledys Aguilar Abg. Carlos Pérez V-25.501.132

Cátedra: Derecho Penal Superior I. Abg. Amilkar Sánchez V-


25.443.844

Abg. Grismar Torres V-24.390.711

Abg. Luis Parisca V-15.651.034

Abg. Yorangel Gamez. V- 20.356.727


Julio, 2021.

Índice

Pág.

Introducción………………………………………………………… 03

El Derecho Procesal Penal……………………………….……… 05

Naturaleza Jurídica del Derecho Procesal Penal


Venezolano………………………………….…………..….…….... 06

Fases del Juicio Penal Venezolano………………………….…… 06

Fase Preparatoria……………….…………….…………….……… 06

Fase Intermedia……………………….……………………….……. 11

Fase de Juicio……….………………...……………………….……. 14

Fase de Ejecución………...……………………….………..……… 15

El Debido Proceso como instrumentó de Justicia Penal…….…. 16

El Debido Proceso Propio y Extensivo...……………...……..…… 19

El Debido Proceso Sustancial…………….……….………….…… 20

El Debido Proceso Legal……………….....……….…………….… 21

Conclusión…………………………………...……….……………... 23

Bibliografía…………………………..……………….……………… 26
Introducción

El presente trabajo tiene como objeto desarrollar la noción de “debido


proceso” y sus antecedentes históricos. El debido proceso presenta dos
dimensiones: una procesal, que es aquella que engloba las instituciones
jurídicas necesarias para obtener un proceso formalmente válido; y otra
sustancial la cual se vincula directamente con el principio de razonabilidad y
proporcionalidad de los actos de poder, y por tanto, determina la prohibición
de cualquier decisión arbitraria. Finalmente se hace referencia al debido
proceso como una realidad sustantiva, material, necesaria para el recto
ejercicio de la función jurisdiccional y el logro de la tutela judicial efectiva.

En la concepción y conceptualización del debido proceso, éste se


vislumbra como la necesidad de restaurar los derechos perdidos, donde no
se pueden aplicar conceptos del procesalismo formal, porque la necesidad
de reparación es más importante que el formalismo. Sería ni más ni menos
que el derecho a tener un proceso sin resignaciones ni egoísmos adjetivos.

En este sentido, la gran alteración que sufre el concepto repetido del


debido proceso se relaciona con el tiempo cuando se expresa. Mientras la
tradición ideológica lo muestra como un concepto abstracto que persigue la
perfección de los procedimientos evitando la arbitrariedad o la sin razón; el
ideal moderno lo emplaza con una dinámica que diluye la fijación de
contenidos. Tiene, en consecuencia, un carácter o una condición progresiva,
donde lo trascendente es destacar su rol como única garantía fundamental
para la protección de los derechos humanos.
En definitiva, el debido proceso es el derecho a la justicia lograda en
un procedimiento que supere las grietas que otros lo postergaron a una
simple cobertura del derecho de defensa en juicio. Bajo estas premisas, ya
no se está hablando más de reglas, ni de principios, sino de una complejidad
que trasciende al derecho, de allí que en este estudio, se busca analizar la
evolución conceptual del dicho concepto, desde sus inicios hasta el
posicionamiento como derecho fundamental, desde una óptica de la teoría,
tridimensional del derecho con lo que se hace a un lado la percepción dual
que de dicho principio u derecho se ha mantenido.

En esta oportunidad se presente el siguiente trabajo cuyo propósito es


contextualizar principio del debido proceso ya su ve las fases del proceso
penal previsto en la Constitución de la República Bolivariana desde la
perspectiva y criterios jurídicos sostenidos por la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia.
El Derecho Procesal Penal.

Es una rama del Derecho Procesal que tiene como finalidad de


establecer los principios, normas y reglas que rigen el enjuiciamiento o
juzgamiento de la persona señalada de haber cometido algún delito
(Imputado), regulando el proceso penal desde su inicio hasta su finalización,
que se concreta generalmente con una sentencia definitiva que absuelve o
condena al Imputado, o bien, en otro acto procesal equivalente que pone fin
al juicio o impide su continuación (Sobreseimiento).

Es una disciplina jurídica compuesta por un conjunto de normas de


orden público que regulan y determinan la aplicación del derecho penal
sustantivo.

Según Clarín Olmedo: “Es la disciplina jurídica reguladora de la


efectiva realización del Derecho Penal. Establece los principios que
gobiernan esa realización y determina los órganos, la actividad y el
procedimiento para actuar la Ley Penal Sustantiva”

En Venezuela, El Código Orgánico Procesal Penal vigente es del Año


2012 (Decreto Nº 9.042, Publicado en la Gaceta Oficial Nº 6078
Extraordinario del 15 de Junio del 2012), cuya normativa establece un
sistema de enjuiciamiento penal de corte acusatorio, en el cual se rigen como
principios fundamentales, la Presunción de Inocencia y la Afirmación de
Libertad.
Naturaleza jurídica del Derecho Procesal Venezolano.

Con la entrada en vigencia del COPP queda derogado el antiguo


Código de Enjuiciamiento Criminal que establecía el Sistema Procesal Mixto,
Inquisitivo-Acusatorio, de carácter predominantemente inquisitorial, pero
sustituido ahora por un Sistema “ACUSATORIO ORAL”, si no hay acusación,
no hay jurisdicción; significando un trascendental paso hacia una reforma
estructural de nuestro sistema judicial y una transformación cultural porque
cambia a la sociedad misma en general, por su incorporación al proceso de
administración de justicia, es un sistema garantista, transparente, eficiente y
oportuno; con salvaguarda de todos los hechos y garantías del debido
proceso consagrados en la CRBV, leyes, tratados, convenios y acuerdos
suscritos por la Republica.

Fases del Juicio Penal Venezolano.

1- Fase Preparatoria.

La primera fase, se inicia cuando la investigación por parte del Ministerio


Público, quien es titular de la acción penal en los delitos de acción pública, y
con base en ello está obligada a ejercerla, concretándose de esta manera los
principios de legalidad y oficialidad de la acción.

En tal sentido, los Arts. 262 Y 263 COPPV, delimitan el objeto y


alcance de esta primera fase, le atribuye al Ministerio Público la dirección de
la misma, donde lo fundamental es la preparación del juicio oral y público, en
virtud de lo cual su labor fundamental se circunscribirá en la búsqueda de la
verdad y recolección de todos los elementos de convicción que le permitan
posteriormente fundar la acusación o la defensa del imputado. En el curso de
esa investigación, el Ministerio Público hará constar no sólo los hechos y
circunstancias útiles para fundar la inculpación del imputado, sino también
aquellos que sirvan para exculparle, valiéndose de la colaboración de los
Órganos de Policía de Investigaciones Penales.

En esta primera fase les corresponde a los Jueces controlar el


cumplimiento de los principios y garantías procesales; así como practicar las
pruebas anticipadas, resolver excepciones, peticiones de las partes y otorgar
autorizaciones, y es por ello que cuando el Órgano encargado de la
investigación requiera la práctica de pruebas anticipadas, debe ser
autorizado por el Órgano jurisdiccional.

Antes de comenzar con nuestro análisis, debemos analizar sobre el


derecho a la defensa durante la fase de investigación, debemos precisar tres
derechos que tienden a ser confundidos en el ejercicio jurídico: el debido
proceso, el derecho a la defensa y el derecho a la tutela judicial efectiva.

1.- Derecho a la Defensa. Artículo 12 del COPPV. Es asegurar a las partes


la posibilidad de efectuar sus alegaciones y de desplegar toda actividad
necesaria para probarlas, a fin de desvirtuar los hechos e influir sobre la
formación del convencimiento del juez, lo que incluye su respeto durante la
tramitación del recurso.

2.- El Debido Proceso o “Juicio Justo”. Artículo 49 de la CRBV. (Artículo


1 del COPPV), comprende un proceso regular; un juez imparcial, competente
y preexistente, donde se garantice el derecho a la defensa. Debemos
comentar que nunca habrá debido proceso sin derecho a la defensa, pero si
puede haber derecho a la defensa y son el debido proceso. El recurso en el
debido proceso consiste, a diferencia de la tutela judicial efectiva y el
derecho a la defensa, a obtener en virtud de su ejercicio (del recurso) un
juicio justo.
3.- La tutela judicial efectiva. Artículo 26 de la CRBV: Comprende el
acceso a los órganos de administración de justicia; la obtención de una
sentencia motivada y de solicitar y obtener su cumplimiento; además de la
posibilidad de ejercer los recursos en el sentido de tener acceso a los
mismos. Es efectiva por real y oportuna en el sentido de que los Tribunales
funcionen.

Ahora bien el Inicio Del Proceso puede ser por cualquiera de los medios
que se conocen como modos de proceder:

1.- De Oficio: De una interpretación contextual de las normativas


disciplinadas en los Art 265 y 282 del COPPV, se infiere que cuando de
cualquier modo el Ministerio Público tenga conocimiento de la perpetración
de un hecho punible de acción pública, ordenará sin pérdida de tiempo, el
inicio de la investigación, y dispondrá que se practiquen todas las diligencias
necesarias tendientes a investigar y hacer constar su comisión, con todas las
circunstancias que puedan influir en su calificación, la responsabilidad de los
autores y demás partícipes, así como el aseguramiento de los objetos activos
y pasivos relacionados con la perpetración.

2.- Por Denuncia: Cualquier persona que tenga conocimiento de la comisión


de un hecho punible puede denunciarlo ante un Fiscal del Ministerio Público
o un órgano de policía de investigaciones penales. (Art. 267 COPPV).

3.- Por Querella: El término querella se aplica en la actualidad para denotar


el modo que tiene la víctima para instar la persecución penal en los delitos de
acción pública, es un simple modo de proceder para dar inicio a una
investigación de fase preparatoria y de conferirle a la víctima la condición de
parte formal en el proceso. Sólo puede ser interpuesta en la fase preparatoria
y obviamente ante el Juez de Control; bien sea antes de que se haya iniciado
la investigación, o luego de iniciada por cualquier otro modo de proceder de
los anteriormente citados, con el objeto de que la víctima adquiera la
condición de querellante.

Artículo 274 de COPPV: Sólo la persona, natural o jurídica, que tenga la


calidad de víctima podrá presentar querella.

4.- También el Proceso puede Iniciarse con la Detención del Imputado


Y/o Investigado En este caso debemos analizar dos aspectos:

Artículo 234 del COPPV. Para los efectos de este capítulo, se tendrá como
delito flagrante el que se esté cometiendo o el que acaba de cometerse.

También se tendrá como delito flagrante aquel por el cual el


sospechoso se vea perseguido por la autoridad policial, por la víctima o por
el clamor público, o en el que se le sorprenda a poco de haberse cometido el
hecho, en el mismo lugar o cerca del lugar donde se cometió, con armas,
instrumentos u otros objetos que de alguna manera hagan presumir con
fundamento que él es el autor.

Flagrancia y Procedimiento para la presentación del aprehendido. El


aprehensor dentro de las doce horas siguientes a la detención, pondrá al
aprehendido a la disposición del Ministerio Público, quien dentro de las
treinta y seis horas siguientes, lo presentará ante el juez de control a quien
expondrá cómo se produjo la aprehensión, y según sea el caso, solicitará la
aplicación del procedimiento ordinario o abreviado, y la imposición de una
medida de coerción personal, o solicitará la libertad del aprehendido.

En este último caso, sin perjuicio del ejercicio de las acciones a que
hubiere lugar. El juez de control decidirá sobre la solicitud fiscal, dentro de
las cuarenta y ocho horas siguientes desde que sea puesto el aprehendido a
su disposición. Si el juez de control verifica que están dados los requisitos a
que se refiere el artículo anterior, siempre que el fiscal del Ministerio Público
lo haya solicitado, decretará la aplicación del procedimiento abreviado, y
remitirá las actuaciones al tribunal unipersonal, el cual convocará
directamente al juicio oral y público para que se celebre dentro de los diez a
quince días siguientes.

Actos Conclusivos.

El Ministerio Público procurará dar término a esta fase preparatoria


con la diligencia que el caso requiera; no obstante, pasados 6 meses desde
la individualización del imputado podrá requerir el Juez de Control la fijación
de un plazo prudencial, no menor de 30 días ni mayor de 120 días par a la
conclusión de la misma.

Así tenemos que la fase preparatoria puede concluir de tres maneras:

1.- Con el Archivo de las Actuaciones por parte del Ministerio Público:
El cual es lo que se denomina Archivo Fiscal. Una vez realizada la
investigación, estima el Ministerio Público que el resultado de la misma es
insuficiente para proponer acusación, por lo que decretará el archivo de las
actuaciones, sin perjuicio de la reapertura cuando aparezcan nuevos
elementos de convicción. El Archivo hace cesar la condición de imputado y
las medidas cautelares impuestas. Art 297 del COPPV.

2.- Con la solicitud de Sobreseimiento: Al estimar que concurren algunas


de las circunstancias previstas en el Art. 300 COPPV, que lo hacen
procedente.

3.- Con la proposición del Escrito Acusatorio: Cuando estime que la


investigación proporciona fundamentos serios para el enjuiciamiento público
del imputado, propondrá la acusación correspondiente ante el Tribunal de
Control, quien en la Fase Intermedia determinará si hay elementos
suficientes para llevarlo a juicio, tomando en cuenta los argumentos de la
defensa, todo lo cual se va a ventilar en el acto fundamental que no es otro
que el llamado Audiencia Preliminar. Art 308 del COPPV.

2- Fase Intermedia.

La fase intermedia del proceso penal venezolano consiste en el


desarrollo de una serie de actos procesales que tienen como finalidad
determinar si la acusación presentada por el Ministerio Público cumple con
los requisitos de ley para dar inicio a la etapa de juicio oral y público.

Se inicia con uno de los actos de mayor trascendencia de la etapa


preparatoria, como lo es la presentación de la acusación, lo que supone que
el Ministerio Público cumplió con las finalidades de la investigación, pues una
vez que hace constar la comisión del hecho punible con todas las
circunstancias que influyeron en su calificación y la responsabilidad de los
autores, estimó que la investigación le proporcionó fundamentos serios para
solicitar el enjuiciamiento del imputado, procediendo a presentar la acusación
correspondiente al Tribunal de Control, quien convocará a las partes a una
audiencia oral que no es otra cosa que la llamada Audiencia Preliminar.

Donde se definirá el objeto del proceso y los límites de la acusación


del Ministerio Público como de la víctima, siempre que esta haya querellado
o presentado acusación particular propia, donde las partes dispondrán de los
mismos derechos, oportunidades y cargas para la defensa de sus intereses,
que le permitan idénticas posibilidades procesales para sostener y
fundamentar lo que cada uno estime conveniente, poniéndose de manifiesto
el principio de defensa e igualdad entre las partes.

Según el Artículo 327 del COPPV: Una vez presentada la acusación el juez
o jueza convocará a las partes a una audiencia oral, que deberá realizarse
dentro de un plazo no menor de quince días ni mayor de veinte.
Las partes podrán, dentro del plazo de cinco días, contados desde la
notificación de la convocatoria, adherir a la acusación del fiscal o presentar
una acusación particular propia cumpliendo con los requisitos del Artículo
326 del COPPV.

La admisión de la acusación particular propia de la víctima al término


de la Audiencia Preliminar, le conferirá la cualidad de parte querellante en
caso de no ostentarla con anterioridad por no haberse querellado
previamente durante la fase preparatoria. De haberlo hecho, no podrá
interponer acusación particular propia si la querella hubiere sido declarada
desistida.

Facultades y Cargas de las Partes.

Hasta cinco días antes del vencimiento del plazo fijado para la
celebración de la audiencia preliminar, el fiscal, la víctima, siempre que se
haya querellado o haya presentado una acusación particular propia, y el
imputado, podrán realizar por escrito los actos siguientes;

1.- Oponer las excepciones previstas en este Código, cuando no hayan sido
planteadas con anterioridad o se funden en hechos nuevos.

2.- Pedir la imposición o revocación de una medida cautelar; Solicitar la


aplicación del procedimiento por admisión de los hechos.

3.- Proponer Acuerdos Reparatorios.

4.- Solicitar la Suspensión Condicional del Proceso.

5.- Proponer las pruebas que podrían ser objeto de estipulación entre las
partes.
6.- Promover las pruebas que producirán en el juicio oral, con indicación de
su pertinencia y necesidad.

7.- Ofrecer nuevas pruebas de las cuales hayan tenido conocimiento con
posterioridad a la presentación de la acusación fiscal.

Desarrollo de la Audiencia.

El día señalado se realizará la audiencia en la cual las partes


expondrán brevemente los fundamentos de sus peticiones. Durante la
audiencia el imputado podrá solicitar que se le reciba su declaración, la cual
será rendida con las formalidades previstas en este Código.

El juez informará a las partes sobre las medidas alternativas a la


prosecución del proceso. En ningún caso se permitirá que en la audiencia
preliminar se planteen cuestiones que son propias del juicio oral y público.

Esta fase es de tal importancia que en ella se determinará la


existencia i no del juicio oral y público y por ello tendrá como función depurar,
supervisar y controlar las garantías procesales. Finalizada la audiencia oral,
el Juez resolverá, en presencia de las partes, sobre las cuestiones que
según el caso se refiere el Art. 313 COPPV.

La decisión por la cual el Juez admite la acusación se dictará ante las


partes y es lo que el Legislador denomina Auto de Apertura a Juicio el cual
debe contener los requisitos establecidos en el Art. 314 COPPV, ello por
constituir una decisión trascendental, pues mediante la cual se ordena el
procesamiento del imputado dando instrucciones al secretario del debate
propiamente dicho del proceso penal
3- Fase Del Juicio Oral.

Es la etapa de decisión de las cuestiones esenciales del proceso. La


etapa de juicio comprende desde que se recibe el auto de apertura de juicio
hasta la sentencia emitida por el Tribunal de Enjuiciamiento. Se realizará
sobre la base de la acusación en la que se deberá asegurar la efectiva
vigencia de los principios de inmediación, publicidad, concentración,
igualdad, contradicción y continuidad.

Es donde se resolverá toda controversia suscitada, cumpliéndose con


los pasos relativos a la preparación y desarrollo del debate, culminando con
la deliberación y la sentencia. Se da en esta fase la Audiencia Oral y pública,
donde la parte acusadora tiene la obligación de demostrar que lo alegado es
cierto. Corresponde la carga de la prueba a la parte acusadora. La parte
acusadora debe probar la verdad plasmada en la acusación, es su
obligación, y lo realiza a través de las pruebas.

El Juez establece el protocolo de audiencia, se realizan los alegatos


de apertura, desahogo de pruebas y alegatos de clausura, el Juez emite el
fallo, y en caso de ser condenatorio se fija audiencia para la individualización
de la pena y el acusado puede recurrir mediante un recurso de apelación.

Dichas pruebas deben haber sido promovidas y admitidas


oportunamente, de acuerdo a lo previsto en la ley, y obtenidas de forma
lícita; cumplido esto corresponde al Juez de Juicio valorarlas, fundándose en
los principios establecidos en el Art. 22 COPPV, es potestad única y
exclusiva del Juez de Juicio valorar dichas pruebas en el Juicio Oral y
Público. La única excepción es al haber admisión de hecho que compete al
Juez de Control sentenciar.
Resolución de Oficio de las Excepciones.

El Artículo 33 del COPPV faculta al Tribunal competente para que


durante la fase intermedia o durante la fase de juicio oral, puedan asumir de
oficio la solución de aquellas excepciones que no hayan sido opuestas,
siempre que la misma por su naturaleza no requiera la instancia de parte.

4.- Fase De Ejecución Penal.

En esta fase el juez correspondiente velará por el cumplimiento de las


penas y medidas de seguridad impuestas mediante sentencia firme. La
ejecución penal, se define como la actividad tendiente a cumplir los
mandatos de una sentencia firme. Es un conjunto de actos necesarios para
la realización de la sanción contenida en una sentencia condenatoria
definitiva, emanada del juez o tribunal competente.

Le corresponde al tribunal de ejecución, la ejecución de las penas y


medias de seguridad impuestas mediante sentencia firme. La ejecución de
las penas y medidas de seguridad comprende el cumplimiento de todas las
clases de penas y medidas, no solo las privativas de libertad. En este sentido
se observan otras penas como lo son: la multa y la inhabilitación, y el COPP
señala como debe proceder el juez cuando haya de convertir la multa en
trabajo voluntario o en prisión, o cuando haya de hacer cumplir la pena de
inhabilitación.

Esta competente debe conectarse con las disposiciones del artículo


473 del COPPV, que expresa. “Si el penado debe cumplir la sanción en un
lugar diferente al del juez de ejecución notificado. Este deberá informar al
juez de ejecución del sitio de cumplimiento y remitir copia del cómputo para
que proceda conforme a lo dispuesto en el numeral 3 del artículo 479”.
El Debido Proceso como Instrumento de Justicia Penal.

Es el conjunto de formalidades esenciales que deben observarse en


cualquier procedimiento legal, para asegurar o defender los derechos y
libertades de toda persona acusada de cometer un delito. Por un lado, se
refiere a los medios que toda persona tiene para hacer valer sus derechos,
es decir, para asegurar o defender sus libertades; esto se conoce como
“Derecho a un Recurso”.

El debido proceso incluye también las condiciones que deben


cumplirse para asegurar que toda persona acusada de un delito pueda
defenderse y garantizar el cumplimiento de sus derechos; esto se conoce
como “Derecho al Debido Proceso Penal”.

Para Díaz (2004): El derecho al debido proceso supone la sustanciación del


juicio con arreglo a las garantías fundamentales de índole procesal, las
cuales fundamentalmente protegen el derecho a la defensa, así como la
certeza y seguridad jurídicas.

Asimismo, Bello y Jiménez (2004) plantean que el Estado debe garantizar el


conjunto mínimo de garantías procesales sin lo cual el proceso judicial no
será justo, razonable y confiable, garantías éstas que permiten la efectividad
de la justicia, que aseguran el derecho material de los ciudadanos frente a
los órganos de Administración de Justicia y que le establece limitaciones al
poder ejercido por el Estado por medio de los tribunales para afectar a los
ciudadanos.

En este orden de ideas, Escobar (2001) argumenta que el debido


proceso es el concepto aglutinador de lo que ha llamado derecho
constitucional, que como principio constitucional alude a la suma de los
derechos y garantías procesales consagrados en la Constitución que le
permite al justiciable obtener una justicia pronta y efectiva.

En la actualidad el debido proceso está recogido en diferentes


instrumentos, todos con el fin de asegurar los derechos del ciudadano frente
al poder judicial y así, establecer límites al poder jurisdiccional del estado
para afectar los derechos de las personas. Entre los instrumentos en el que
el derecho al debido proceso está recogido expresamente, se pueden citar el
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de las Naciones
Unidas de 1996, en el artículo 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos de 1969, e incorporado en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela de 1999 en su artículo 49 y 51.

Resulta pertinente acotar que tal como lo exponen los autores citados
el derecho al debido proceso engloba una serie de garantías, que se
encuentran consagradas en el Artículo 49 de la CRBV que podemos
sintetizar tal como sigue: el derecho a la defensa (ordinal 1º) ; la presunción
de inocencia (ordinal 2º); el derecho a ser oído por el tribunal competente
(ordinal 3º); el derecho al juez natural (ordinal 4º); derecho a no confesarse
culpable (ordinal 5º); el principio de validez de la confesión sólo si se ha
hecho sin coacción (ordinal 6º); el principio de nulla crimen nulla poena sine
lege (ordinal 7º); el derecho a obtener reparación del Estado por los errores
judiciales (ordinal 8º).

El Artículo 51 ejusdem, señala: “Toda persona tiene el derecho de


representar o dirigir peticiones ante cualquier autoridad, funcionario público o
funcionaria pública sobre los asuntos que sean de la competencia de éstos o
éstas, y de obtener oportuna y adecuada respuesta. Quienes violen este
derecho serán sancionados o sancionadas conforme a la ley, pudiendo ser
destituidos o destituidas del cargo respectivo”.

Al respecto, La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia


ha señalado que: El derecho al debido proceso se consagra como un
derecho fundamental, tendente a resguardar todas las garantías
indispensables que deben existir en todo proceso para lograr una tutela
judicial efectiva. En este sentido, la Sala, mediante decisión del 15 de marzo
de 2000, (caso: Enrique Méndez Labrador), señaló la necesidad de que
cualquiera sea la vía procesal escogida para la defensa de los derechos o
intereses legítimos, las leyes procesales deben garantizar la existencia de un
procedimiento que asegure el derecho de defensa de la parte y la posibilidad
de una tutela judicial efectiva (15-11-2001).

En resumen puede definirse el derecho al debido proceso como un


derecho individual de carácter fundamental integrado por un conjunto de
garantías constitucionales procesales mínimas que permiten un proceso
justo, razonable y confiable.

La Tutela Judicial Efectiva.

Es un derecho amplio, que garantiza el indiscutido carácter universal


de la justicia y como institución jurídica constitucional engloba una serie de
derechos a saber: el acceso a los órganos de administración de justicia; una
decisión ajustada a derecho; el derecho a recurrir de la decisión; el derecho a
ejecutar la decisión y el derecho al debido proceso; por tanto, al verse
vulnerados uno de estos derechos se afecta insoslayablemente la tutela
judicial efectiva contemplada en los Artículos 26 y 49 de la CRBV.
La definición de la tutela judicial efectiva dentro de la cual se enmarca
esta investigación presenta un conjunto de derechos que desde un enfoque
sistémico conforman esta institución jurídica de carácter universal. Tales
derechos son los siguientes: derecho de acceso a los órganos
jurisdiccionales, derecho al debido proceso; decisión ajustada a derecho;
derecho a recurrir de la decisión y derecho a ejecutar la decisión.

Por otra parte, se tiene una segunda corriente que plantea que la
tutela judicial efectiva está conformada por los artículos 26 y 49 de la CRBV,
lo cual convierte a la tutela judicial efectiva en un amplio derecho protector
del ciudadano.

El Debido Proceso Propio y Extensivo.

Resulta indudable la extensión paulatina que ha tenido el debido


proceso a espacios diversos a los del proceso jurisdiccional, aunque los
principios que lo integran sean, por su esencia, propios de este tipo de
proceso, dada su estructura triangular en virtud de la presencia de un sujeto
tercero e imparcial y que puede actuar frente a dos partes coordinadas que
se hallan en perfecta situación de igualdad (isonomía procesal).

Sin embargo, el derecho de defensa o de contradicción, como mínimo,


se impone como un parámetro de ética que debe regir en las diversas
relaciones existentes entre los miembros de una determinada colectividad,
en donde se exige del respeto de la persona.

En el Estado de derecho y constitucional se han extendido diversas


garantías procesales a ámbitos distintos del proceso jurisdiccional De esta
manera, se constituye en exigencia clara para las autoridades que vigilen el
cumplimiento de la forma, de la competencia y de la contradicción, para que
pueda generarse de manera adecuada la correspondiente decisión.

El Debido Proceso Sustancial.

Es una limitación al poder. La garantía se ocupa de impedir que


cualquier decisión de la autoridad que amenace, afecte o lesione algún
derecho fundamental de las personas, pueda considerarse legítimo si ha
traspuesto las reglas del debido proceso. El debido proceso es una noción
compleja de la cual pueden visualizarse dos dimensiones: Una procesal y
otra sustancial, sustantiva o material.

La dimensión procesal es aquella que engloba las instituciones


jurídicas necesarias para obtener un proceso formalmente válido, por
ejemplo, juez natural, derecho de defensa, cosa juzgada, derecho a probar,
la prohibición de la reforma en peor, entre otros.

El debido proceso, para algunos autores e incluyendo la doctrina


patria, lo consideran como un principio jurídico procesal o sustantivo según el
cual toda persona tiene derecho a ciertas garantías mínimas, tendientes a
asegurar un resultado justo y equitativo dentro del proceso, y a permitirle
tener oportunidad de ser oído y hacer valer sus pretensiones frente al juez.

Por otra parte, nos encontramos con la dimensión sustancial del


debido proceso, la cual se vincula directamente con el principio de
razonabilidad y proporcionalidad de los actos de poder, los que determinan la
prohibición de cualquier decisión arbitraria, sin importar si ésta fue emitida
dentro o fuera de un proceso o procedimiento formalmente válido.

Al estudiar el contenido y alcance del derecho al debido proceso en


Venezuela, puede observarse que nuestro Máximo Tribunal no ha recorrido
las sendas de la noción de debido proceso sustantiva y se ha conformado
con precisar que se trata de un derecho complejo que encierra dentro de sí,
un conjunto de garantías que se traducen en una diversidad de derechos
para el procesado, entre los que figuran, el derecho a acceder a la justicia, el
derecho a ser oído, el derecho a la articulación de un proceso debido,
derecho de acceso a los recursos legalmente establecidos, derecho a un
tribunal competente, independiente e imparcial, derecho a obtener una
resolución de fondo fundada en derecho, derecho a un proceso sin dilaciones
indebidas, derecho a la ejecución de las sentencias, entre otros. Igualmente,
afirma la necesidad del debido proceso como instrumento que garantiza el
derecho a la defensa y posibilita la tutela judicial efectiva.

El Debido Proceso Legal.

Bajo esta doble visión, apunta Ticona Psotigio (2001) el debido


proceso legal es, una garantía y un derecho fundamental de todos los
justiciables que les permitirá, una vez ejercitado el derecho de acción
pueden, efectivamente, acceder a un proceso que reúna los requisitos
mínimos que lleven a la autoridad encargada de resolverlo a pronunciarse de
manera justa, equitativa e imparcial. De esta manera, el proceso se
constituirá en el vehículo que proporciona y asegura a los justiciables el
acceso a la justicia, entendida esta como valor fundamental de la vida en
sociedad.

Carlos Parodi (2004), asevera que el concepto del proceso, alcanza


determinada connotación si le anteponemos al término debido, pues su sola
lectura permitirá presuponer que existe o que puede un proceso “no debido”
lo que equivaldría a un proceso indebido, pero si al proceso debido lo
relacionamos con la Constitución”.
Planteado así, resalta Espinosa-Saldaña (2003), el debido proceso no
solo se circunscribe en las garantías del proceso, pues tiene una
fundamentación Axiológica, según lo refiere Espinosa-Saldaña, quien indica
que: “nos encontramos ante un concepto cuyos alcances no solamente se
limitan a un escenario jurisdiccional, sino que son alegables tanto en un
ámbito administrativo como incluso en relaciones corporativas entre
particulares y, además, que no se limita al mero cumplimiento de ciertas
pausas sino que está internamente ligado a la consecuencia del valor
justicia”.
Conclusión

Una de las finalidades de todo proceso penal en general, con


independencia de las características que los identifican así como los ritos
que están presentes y los roles de los participantes, es que cuando se
comete un delito en contra de una persona determinada, ésta y su núcleo
cercano busquen que se castigue al delincuente por el daño causado. Para
lo anterior, acuden al órgano de justicia.

El proceso penal también persigue otras finalidades, no solo busca el


financiamiento de responsabilidades, ya que existe la posibilidad de que
quien esté imputado de la comisión de un delito no sea culpable, sino
inocente. El hecho de que una persona sea acusada erróneamente afectaría
no solo a la esfera individual del inculpado, sino también la social. En general
esta sería una situación de gravedad para todos y es por eso que el proceso
penal también tiene como una de sus finalidades la protección del inocente.

El proceso penal tiene por objeto el esclarecimiento de los hechos,


proteger al inocente, procurar que el culpable no quede impune y que los
daños causados por el delito se reparen.

El Proceso Penal Venezolano está constituido por varias fases, las


cuales, tienen su fundamento en el Procedimiento Ordinario previsto en el
Código Orgánico Procesal Penal del Decreto Nro. 9.042 de 12 de Junio de
2012 bajo Gaceta Oficial Extraordinaria Nro. 6.078 y tiene su finalidad, el
establecer la verdad de los hechos por las vías jurídicas y la justicia en la
aplicación del derecho con la debida observancia de sus principios.
La Fase Preparatoria, fundamentalmente investigativa, en la que se
destaca la intervención del Ministerio Publico. Corresponde al Fiscal la
dirección de esta fase, y en consecuencia, los órganos de policía dependen
funcionalmente de aquel.

La Fase Intermedia cuyo acto fundamental lo constituye la


denominada audiencia preliminar en que se delimitara el objeto del proceso,
así, en esta etapa se determina si hay elementos suficientes para decretar el
enjuiciamiento de la persona imputada o, si por el contrario, procede el
sobreseimiento del proceso.

La Fase de Juicio, fase en la que se debe emitir el pronunciamiento


definitivo sobre el fondo del asunto planteado.

La Fase de Impugnación o Recursiva en la que se cuestionan la


decisión de fondo emitida por los tribunales de juzgamiento. Cabe destacar
que también son recurribles las decisiones interlocutorias con fuerza o no de
definitiva dictadas por cualquiera de los tribunales de primera instancia
(control, juicio y ejecución).

La Fase de Ejecución de las penas o medidas de seguridad impuesta,


a cargo de un funcionario judicial (juez de ejecución) que se crea en este
nuevo texto legal.

El debido proceso, en su concepción inicial al presente, ha sufrido un


desarrollo que trasciende lo sustantivo y adjetivo, lo formal y material, por lo
que ha dejado de ser un simple principio informador del derecho en la
búsqueda de la justicia.
En virtud de su complejidad, se aparta de la dimensión bifontal, dual o
doble dimensionalidad en que ha sido concebido originariamente el debido
proceso, actualmente ha de definirse – dada su complejidad y objeto, esto es
constitución, hombre y sociedad – bajo una conceptualización que abarque la
visión tridimensional del derecho, dado el hecho social que implica, el valor
de justicia que en engloba y el objeto se aplicación, el hombre.

La Constitución de 1999, ha dado a la sala Constitucional potestades


como último y único interprete de la Constitución, lo que ha devenido en la
concepción de legislador negativo, el desarrollo vía jurisprudencial de los
procedimientos y regulación de los procesos constitucionales que la norma
suprema contiene, de allí, la necesidad de sistematizar dichos procesos en
un instrumento jurídico, en aras de asegurar el debido proceso en el ámbito
constitucional.

Finalmente, ante lo antes planteado, se justifica en la actualidad el


desarrollo de un Código Procesal Constitucional venezolano, en el cual ha de
incluirse principios derivados del debido proceso en el ámbito constitucional,
de los cuales, algunos han sido sugerido en el presente trabajo.
Bibliografías

1. AMBROSIO A., Ángel. Instituciones del Derecho Procesal


Constitucional, Vol. I, Turín. 2000.

2. Asamblea Nacional Constituyente. Constitución. Gaceta Oficial 5.453


del 24 de marzo de 2000.

3. BREWER-CARÍAS, Allan, Los procesos y procedimientos


constitucionales ante la jurisdicción constitucional en Venezuela.
Revista de Derecho Público, nº 84, Jurídica Venezolana, Caracas 2000,
pp. 259-260.

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