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Discurso de Motivación Reflexiva N° 127

PERÚ, PERUANIDAD, PERUANISTA


Trilogía de la Autenticidad y la Unificación

Por: Reynaldo Charres Vargas

Hola, apreciados amigos y amigas:

Dedico este discurso a todos quienes están comprometidos a reconstruir y


fortalecer una real identidad de nuestra gran nación Perú, la misma que sea
resultado de una toma de conciencia sobre sus bondades como un territorio
único, especial, grandioso y maravilloso que día a día se empeña por lograr
crecimiento y progreso. Son éstos los motivos suficientes para sentir amor y
orgullo por ser nativo de un país con potencialidades humanas creativas,
recursos naturales inmensos y herencias culturales milenarias.

Y el tomar conciencia, significa asumir responsabilidades y compromisos para


contribuir con ideas y acciones honestas y con el mejor ánimo la
consolidación del sentimiento unificador de nuestra identidad con
autenticidad, es decir sin copias ni imitaciones de realidades ajenas y mucho
menos con intromisiones o imposiciones porque somos una nación soberana
que se respeta y respeta a los demás.

Sin embargo, nuestros gobernantes y la misma población aún no toman


resoluciones acertadas por la afirmación de lo nuestro, por eso seguimos
teniendo recelos y dificultades para entender y valorar aquel preciado don
de la autenticidad nacional. A diario cometemos errores por
despersonalización, incredulidad y negligencia los mismos que nos impiden
superar los traumas dejados por una larga colonización que trató de anular
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todo vestigio autóctono para imponer modelos, sistemas, paradigmas,


creencias y costumbres foráneas. En toda la era republicana ha habido muy
pocas políticas y decisiones efectivas que estimulen el ESTUDIO, AMOR,
RESPETO, CUIDADO Y DEFENSA de nuestra autenticidad.

Y nuestra identidad con autenticidad, es la fuerza que nos une, y esa energía
natural se sinteriza en una trilogía de afirmación de lo propio que se
escriben con tres bellas palabras sustantivas como son: PERÚ, PERUANIDAD
Y PERUANISTA, que desde luego son términos muy poco usados en el
lenguaje popular y en textos académicos, con excepción de grandes
pensadores e historiadores peruanos del siglo XX como: José Carlos
Mariátegui quien dijo “Peruanicemos el Perú”; Víctor Andrés Belaunde que
sustentó la “Peruanidad como Objetivo de Conciencia y Sentimiento
Nacional”; Raúl Porras Barrenechea, que encontró el origen del nombre del
Perú; y Jorge Basadre un gran estudioso que patentizó el espíritu del ser
peruano como poseedor de un “Pensamiento Peruanista” equivalente a un
interés por el conocimiento real de la grandeza y universalidad del país.

Desafortunadamente, no hemos escuchado ni valorado los mensajes de los


intelectuales peruanos, que hace muchos años atrás nos han dejado
mandatos irrenunciables, sin embargo por nuestras debilidades y ausencias
hemos sido conducidos hacia caminos equivocados de sumisión y
dependencia, con una arquitectura copada de imitación de culturas extrañas
incluidos un conjunto de vallas, temores y códigos pesimistas.

Importamos modelos, ideologías, culturas, preceptos, sistemas, costumbres


y estrategias foráneas para suplantar a las aspiraciones autóctonas, y por
esas influencias ahora anhelamos ser como los otros y nunca como nosotros
mismos. Lo nuestro se ha reemplazado por lo ajeno, y erróneamente
creemos que debemos olvidar lo propio.

La ciudad Lima, capital peruana, es un típico ejemplo de extranjerización,


pues en ella hay un mundo complejo de realidades donde conviven
aspiraciones y sentimientos de: dependencia, confusión, sumisión, imitación,
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copia y despersonalización colectiva; y son esos los valores y creencias que


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se exportan a las demás provincias y distritos que integran el territorio
peruano.

Muchos dicen que la despersonalización de una nación es un signo de


debilitamiento interno que conduce al fracaso, por eso creo que aún estamos
en un momento de reacción y decisiones para recuperar nuestra
autenticidad, y la autenticidad peruana nos hará diferentes a los otros y esas
diferencias serán el valor distintivo que nos hará atractivos y más fuertes. En
consecuencia, y sin esperar ninguna orden o Ley, por fuerza interna de cada
uno, debemos asumir ideas, acciones y compromisos de recuperación,
subsanación y fortalecimiento de nuestra identidad con autenticidad,
teniendo presente la regla invariable de la trilogía: Perú, Peruanidad y
Peruanista.

Tenemos que tener claridad y lucidez para sostener lo que significa esta
trilogía inseparable para la unificación de nuestras vidas dentro un territorio
maravilloso; además si comprendemos su real dimensión, ella actuará como
una coraza ante cualquier acecho ideológico, doctrinario o pretensión
foránea de infiltrar confusiones, generar divisiones o alentar la polarización
entre peruanos.

En esta oportunidad y con sentido didáctico me permito compartir una


aproximación conceptual del significado de las tres hermosas e importantes
palabras que integran la trilogía de nuestra autenticidad, los mismos que
deben convertirse en modos de sabiduría y creencia aplicables para una vida
y convivencia superior al pasado. Veamos:

Perú, es una patria con un mundo de potencialidades y capacidades propias,


que lo convierten en una nación única, soberana y libre en la totalidad de sus
virtudes, frentes y componentes como sociedad organizada, además es un
territorio de geografía compleja y rica con tres pisos ecológicos: costa, sierra
y selva, cada uno dotado de propiedades naturales grandiosas donde
florece la diversidad. Es tierra fértil con personas laboriosas que día a día
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cumplen tareas, misiones y ciclos de vida activa, productiva y reproductiva


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que contribuyen con su crecimiento.


Perú, es realidad existente y fuente principal para la inspiración, el estudio y
la realización plena que se nutren con la fluidez de ideas y acciones siempre
dirigidas a lograr prosperidad material y el bienestar humano.

Peruanidad, es la expresión de sentimientos de identificación, unificación y


fidelidad de los pueblos y habitantes basadas en afectos a las tradiciones,
costumbres e ideales enraizadas en las conciencias y en las vivencias
personales. Todos sabemos que: “se ama lo que se conoce y se siente como
propio, pues el efecto amor y pertenencia es vital para sentirse dueño de
algo”.

El sentimiento es una energía interna que posee cada individuo el mismo que
lo impulsa a amar, pensar, y obrar con fidelidad, honestidad y sabiduría, y así
garantizar una realización y convivencia pacífica, segura, armónica y con
equilibrio.

La peruanidad es un sustantivo de propiedad al “ser peruano” como


distinción que sobresale en toda vinculación social con la propia realidad y
también con otras realidades sean sociales, económicas, políticas, culturales,
técnicas y científicas que existen en el continente americano y más allá.

Peruanista, es doctrina, estrategia y actividad sustentada en el estudio y el


conocimiento de la totalidad de propiedades que posee el Perú, por tanto es
un anhelo y compromiso natural por el saber más y mejor, y que debe ser
asumida por cada poblador sin distinciones ni excusas.

Ser peruanista significa tener un ánimo de estudio y actuar como constructor


y productor de saberes sobre la realidad peruana, poniendo por delante fe,
interés, convicciones y medios. La creación de nuevos saberes resulta de la
fusión cultural de las herencias ancestrales y la modernidad de los avances
en todas las áreas. Los resultados y logros deben incrementar el bagaje de
conocimientos sobre el Perú.

Tener presente esta trilogía inseparable de conceptos y fundamentos nos


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ayudará a tener mayor firmeza por nuestra identificación con autenticidad,


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es decir a sostener y consolidar nuestra nacionalidad como peruanos y


peruanas, y como tales siempre predispuestos a fortalecer un modo de vida
acorde a nuestras aspiraciones en todos los campos, y con un autogobierno
donde prevalezcan normas, prácticas e instituciones que garanticen una
convivencia democrática siempre superior y fraterna entre nosotros y con los
demás humanos alrededor del planeta.

Desde la cuna materna debemos crecer con esta bella trilogía que debe
iluminar el día a día, pues más que palabras son creencias, saberes y modos
de vida y convivencia, por tanto constituye un distintivo guía que nos oriente
a lo largo de la existencia. Así mismo hay que reconocer que esta trilogía
sintetiza tres esencias peruanas equivalentes a: nación, sentimiento y
conocimiento. Entonces hay que tenerla presente con genuina alegría en
todas las actividades sean materiales o intelectuales.

En tal sentido, este documento que comparto con ustedes, es un primer


aporte cultural que marca el comienzo de una convocatoria mayor para ir
analizando y fortaleciendo la incorporación de la trilogía peruana como regla
de autenticidad y unión. Si lo logramos seremos mejores protagonistas de
los cambios ascendentes que todos necesitamos.

Tenemos que superar cualquier postura que nos divida o polarice, por tanto
será crucial unificar a las distintas fuerzas y maneras de ver y actuar por el
desarrollo de la nación. Además hay que asumir la responsabilidad de afirmar
y marcar distinciones, y la distinción es un nuevo y mejor nivel de
realización personal y colectiva.

Y siendo un peruano que observa y conoce la realidad peruana y sus


perspectivas, anhelo que mi país, se sienta más unida y con mejor definición
de su identidad con autenticidad, por lo mismo no es un capricho ni intensión
forzada tampoco algo utópico, más bien es una necesidad para lograr la
consolidación de nuestra identidad como nación genuina y emprendedora de
su presente y porvenir, claro está liberado de traumas, perogrulladas,
chovinismos y códigos separatistas.
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Aquellos conceptos y enfoques universales en geopolítica, globalización,
democracia, nacionalismo, liberalismo, socialismo, desarrollismo, derechas e
izquierdas son sólo opciones que sirven de referencias externas, pues el
mayor desafío del siglo XXI en construir un modelo peruano propio de
administración interna con características exclusivas a la ve incluyentes de
otras experiencias exitosas. Recordemos que los procesos exitosos son
aquellos que se sustentan en las bases históricas de los pueblos, en su
originalidad y en el uso de todas sus capacidades para transformar la vieja
realidad por una nueva.

Todo desarrollo es un proceso continuo de logros y aprendizajes donde


importan el positivismo y la dedicación en el manejo de los factores y las
variables creativas con el esfuerzo y aporte de cada uno. La tendencia global
de los pueblos alrededor del mundo, se encamina a reforzar sus identidades
y distinciones, y ésa debe ser también nuestro empeño como nación
soberana que diseña y ejecuta sus propias leyes de su evolución y
crecimiento, donde el progreso material y bienestar humano se armonicen
para alcanzar los ideales.

En el Perú, todos estamos invitados a ser parte de los cambios para avanzar y
mejorar, ése el objetivo nacional, y dentro ésas perspectivas tiene que estar
presente el secreto que acabo de revelar con este escrito: hacer viable la
trilogía de la autenticidad y la unificación basada en tres sustantivos: Perú,
Peruanidad y Peruanista.

Una vez más los invito a renovar sus ideales por un país unido y fraterno con
propios y extraños.

Muchas Gracias.

Reynaldo Charres Vargas

Perú, 25 Julio 2021


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