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Introducción
En esta clase recorremos los discursos pedagógicos
que dieron origen a nuestro sistema educativo
argentino del siglo XVII al XIX. Recorreremos el
surgimiento de la enseñanza sistematiza en América
Latina. Los debates entre conservadores y liberales.
Los ideales de Moreno, Mitre, Sarmiento. Las
discusiones del congreso de 1882. Los cambios a
partir de la batalla de Caseros, de la sanción de la
Constitución de 1853 y del surgimiento de la Ley
1420.
Clase 4
Discursos pedagógicos del siglo XVII al XIX en la Argentina
¡Hola! ¡Llegamos a nuestra cuarta etapa del viaje! Esta vez recorreremos los discursos
pedagógicos que a lo largo de la historia sentaron las bases de nuestro sistema
educativo.
Nuestro país, al igual que el resto de América Latina, heredó el legado de la conquista y
colonización. Por eso, antes de comenzar a conocer los discursos pedagógicos que
sentaron las bases para la creación de la escuela moderna en el territorio argentino,
veremos una síntesis del proceso histórico.
Pasada la conquista, paulatinamente se fue dando el proceso de colonización desde la
corona española y se comenzó a pensar ¿quién o quiénes debían educar? Y ¿quiénes
deberían aprender? En ese sentido, no había duda que eran ellos los que estaban en
condiciones de enseñar porque entendían que la cultura traída de Europa era superior a
los pobladores nativos de esta región y, además, podían cumplir con su tarea
evangelizadora. El problema que surgió luego fue la discusión sobre el tratamiento que
los habitantes originarios tenían que recibir. Por un lado, estaba el posicionamiento de
fray Bartolomé de las Casas que argumentaba que los indios poseen las mismas virtudes
que los cristianos y que la falta de evolución podía ser aprendida mediante relaciones
pedagógicas. Por el otro, Juan Ginés Sepúlveda, quien aducía que la división por
jerarquías era lo natural y la desigualdad era el elemento fundante, por lógica, no veía
como iguales a los indígenas.
Muchos documentos se dictaron en esa época, sin embargo, uno de los más destacados
fue el Concilio de Trento, en Valladolid - México. En dicho lugar, se confirmó el derecho a
la colonización y la potestad de los indios a ser considerados humanos, en ese sentido, se
redactaron las Leyes de Indias. Pero, lo cierto es que las relaciones pedagógicas que se
establecieron entre españoles y americanos fueron de dominación.
Es fundamental destacar que la conquista y colonización en América no fue homogénea,
es decir, que cada región tuvo sus particularidades. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII
hubo en Latinoamérica un proceso de vaciamiento y rapiña de las riquezas halladas en el
territorio, se arrasó con gran parte de la cultura y la población originaria. Aventureros,
guerreros y hombres ávidos de dinero, llegaron desde Europa, pero también lo hicieron
aquellos que estaban deseosos de impartir las ideas de Santo Tomás de Aquino como
base para la creación de un nuevo Estado. Finalmente, la pedagogía que impusieron fue
la doctrina cristiana en todos sus dominios con el fin de poder domesticar a los indios.
Desde el Concilio de Trento en 1545 hasta la expulsión de los Jesuitas en 1767 se
crearon en América Latina, dos tipos de instituciones, por un lado, estaban las
Universidades en las cuales se enseñaba los saberes cultos. Por el otro, las escuelas
elementales donde se impartían las primeras letras y se evangelizaba.
Los procesos revolucionarios en Latinoamérica en general y en el Río de la Plata en
particular, se dieron a principio de 1810, porque casi toda España estaba controlada por
Napoleón. Las colonias vieron el momento de llevar a cabo sus planes independentistas
con el objetivo de poder desarrollar sus propios proyectos educativos, políticos y
económicos.
En ese período, de tanta convulsión, la posibilidad de lograr la libertad de nuestros
territorios de la corona española, parecía posible. Algunos intelectuales del Virreinato del
Río de la Plata, como Belgrano y Moreno, vieron la oportunidad de pensar en la creación
de un sujeto independiente mediante la educación.
La formación del sujeto independiente.
Mariano Moreno tuvo grandes enfrentamientos con Cornelio Saavedra porque tenían
distintas miradas sobre cuál debía ser la mejor opción pedagógica para nuestro territorio.
Moreno poseía ideas de la corriente liberal, era un gran admirador de Rousseau, tal es
así, que hizo traducir una parte de El contrato social de dicho autor y ordenó que se
leyera en todas las escuelas. También, disentían en los derechos de los indios, sobre el
alcance de la liberación de España, sobre el uso de la prensa con fines pedagógicos y
sobre los contenidos de la educación (Puiggrós, A: 2002; 43). Luego de la muerte de
Moreno (hecho que todavía tiene versiones encontradas) la Primera Junta, cuyos
miembros, en su mayoría, eran conservadores, prohibieron el texto de Rousseau e
impusieron la lectura del manual francés de moral cívica llamado Tratado de las
obligaciones del hombre.
Las ideas liberales penetraron en Latinoamérica de manera diferente, (Puiggrós, A: 2002;
44) distingue cinco corrientes de la postura liberal:
● Una pedagogía liberal radicalizada, muy influida por Rousseau y por los socialistas
utópicos. Sostenían la educación del pueblo como base del sistema educativo progresista
para naciones libres, con una mirada pedagógica antirracista, democrática y en los
métodos de enseñanza y disciplina se inclinaban hacia el laicismo y el anticlericalismo.
Algunos seguidores de esta corriente fueron Simón Rodríguez maestro de Simón Bolívar,
Moreno y el presbítero Gorriti.
● Una educación federalista popular con elementos liberales. Esta corriente
propuesta por los caudillos como Artigas, Bustos, López, Ramírez, los Heredia, Ferré,
Molina, Solano López y Urquiza, pensaban en una pedagogía federalista con los
principios de la educación moderna apoyándose en la participación civil y en la cultura de
los pueblos.
● La pedagogía liberal de la generación del 37, entre los que se encontraba
Sarmiento, que era moderadamente liberal, partía de la exclusión de los indios y la
descalificación total de la expresión cultural popular. Sarmiento promovía la cultura
europea y la educación norteamericana. A su vez, proponía un sistema educativo público
que abarcara toda la población donde se desarrollarán los criterios pedagógicos más
democráticos de la época.
● La pedagogía liberal oligárquica. Impulsada por Rivadavia, pretendían importar la
estructura y la ideología más elitista de la experiencia educativa francesa. Rivadavia
promueve durante su presidencia las escuelas Lancasterianas. Mitre durante su
presidencia continúa con la misma propuesta.
● La pedagogía tradicionalista colonial antiimperialista, este grupo pedagógico
pertenecía a los sectores que defendía la educación colonial-clerical y rechaza la
educación de los indios y los mestizos. Esta corriente nacionalista católica, se difundió por
todo el país desde Córdoba, que era su núcleo central.
Los cambios que estaban aconteciendo en Europa eran producto de la Revolución
Francesa y la Revolución Industrial especialmente. Esta última necesitaba generar un
nuevo paradigma social para que la gente pasara de una fabricación de productos
intrafamiliar, donde los tiempos y los espacios eran organizados por la propia familia, a
una producción industrial donde debían acostumbrarse a una rutina horaria más estricta y
ordenada. Había que generar la idea de lo público, bajo las categorías ideológicas
modernas de la época: individuo, razón y progreso, en este sentido, la escuela, era la
institución que podía contribuir al logro de los objetivos que el nuevo modelo industrial
requería.
En nuestro país, tanto los liberales porteños como los sectores progresistas vieron con
buenos ojos los avances europeos y norteamericanos para incorporarlos al sistema
educativo argentino.
Una transformación fundamental en nuestro país a nivel educativo se dio a partir de la
Asamblea del año 1813 con la abolición de los castigos corporales en las escuelas. Pero,
no todos estuvieron de acuerdo con dicha modernización, por ejemplo, entre los caudillos
existían disputas ideologías pedagógicas sobre el modelo educativo: la tradicional y la
liberal. Quiroga y Rosas sostenían una educación con una estructura colonial, en cambio,
Artigas (Uruguay), Bustos (Córdoba), López (Santa Fe), Alejandro Heredia (Tucumán),
Félix Heredia (Salta), Molina (Mendoza), Ferre (Corrientes), Ramírez y Urquiza (Entre Ríos)
adoptaron la idea de construir un sistema educativo estatal. Los primeros combinaron
federalismo, primacía del Estado, religiosidad y participación popular, otorgando poder a
las juntas protectoras y adoptando métodos modernos, contenidos científicos y cierta
dosis de libertad ideológica. Los segundos pretendían quitar al Estado la responsabilidad
en el financiamiento, otorgar el papel de policía al gobierno en materia ideológica, restar
poder a las juntas e incluir contenidos conservadores católicos y métodos tradicionales.
(Puiggrós, A: 2002; 48)
Mientras fue nombrado ministro por Martin Rodríguez y luego durante su presidencia, Rivadavia,
se ocupó de la educación intentando crear ese sujeto pedagógico en el cual creía. Basado en el
utilitarismo inglés y en la ideología europea conservadora, decidió traer al país el método de
enseñanza mutua llamado Lancasteriano.
En 1818 llegó al país Diego Thompson, delegado de la Sociedad Lancasteriana, y en 1822 por
decreto de Rivadavia, el método inglés de enseñanza, fue impulsado en todas las escuelas de la
provincia. El modelo Lancasteriano rompía con la estructura tradicional que venía
desarrollándose hasta ese momento. En esa escuela que parecía más una fábrica, tenía un
docente a cargo de aproximadamente 500 alumnos y estudiantes avanzados, llamados Monitor,
que se ocupaban de enseñar a diez compañeros. En dicha institución se enseñaba Lectura,
Escritura y Cálculo, basados en la repetición y memorización, para las niñas, era igual, solo se
agregaba Costura y Tejido. A fin de erradicar el maltrato físico buscaron garantizarse el control
de los cuerpos mediante una vigilancia constante usando como herramienta la implementación
de una moral utilitaria que consistía en punteros, campanillas, silbatos, reloj y aplausos. Con esta
propuesta educativa se buscaba aplacar la vagancia juvenil, generar hábitos de puntualidad y
cierto orden social.
Organizó también la educación femenina creando para tal fin la Sociedad de beneficencia a cargo
del Estado, hasta ese momento la instrucción de las mujeres se daba solo a las niñas ricas en
sus casas con maestras privadas y para las niñas pobres existía la enseñanza en el Monasterio
de Santa Catalina. Promovió la escuela media abriendo el Colegio de Ciencias Morales, sobre la
base del Colegio la Unión del Sud y alentó la enseñanza de la ciencia en el Departamento de
Estudios Preparatorios de la universidad.
Rivadavia se decidió por el modelo napoleónico consistente en una pirámide en cuya cúspide
está la universidad, que funciona como rectora de todos los establecimientos educativos. Quiso
una centralización completa de la educación en el poder porteño. Los caudillos progresistas
prefirieron promover Juntas Protectoras de la Educación, provinciales y locales, en las que los
vecinos tuvieran activa participación y defendieran la autonomía de los sistemas educativos de
sus provincias (Puiggrós, A: 2002; 58). Finalmente, la escuela lancasteriana no logra los
objetivos que se esperaba, sin embargo, dejó la profesionalización de los/as maestros/as,
especialistas docentes, utilitarismo docente y burocracia educativa.
Educación para el trabajo versus Educación Popular
Luego del fracaso de las escuelas lancasterianas surgió una disputa entre Alberdi y Sarmiento,
por el modelo pedagógico que se debía implementar en nuestro territorio.
Alberdi tenía en mente una pedagogía que fuera útil para la formación de trabajadores, había
que formar trabajadores con los principios de la modernización a los que se les debía enseñar
inglés y no latín, él tenía como ideal el modelo estadounidense, por eso criticó la creación del
Colegio de Ciencias Morales promovido por Rivadavia, argumentando que se debería haber
creado un Colegio de Ciencias Exactas y Aplicadas a la Industria.
Juan Bautista Alberdi (1810-1884) asociaba la educación a la economía y a los cambios
demográficos y culturales, por ese motivo, buscaba desplazar al clero de la enseñanza. Él
pensaba que los inmigrantes que llegaban a nuestro país, podían ser una buena influencia, ya
que producirían cambios de hábitos y valores, pero primero había que enseñarles a trabajar y
como paso siguiente la alfabetización.
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La consolidación del modelo liberal, sanción de Ley de
Educación Nacional 1420
A partir de la consolidación del programa liberal, el país se fue orientando hacia una
república conservadora liderada por Mitre, y luego, profundizada en la presidencia de
Julio A. Roca. Para Roca el progreso de la Nación, se consolidaría con el proyecto
agroexportador lugar que ocupó el resto de América Latina en la división internacional
del trabajo como productor de materias primas. Al aceptar esa forma de organización
política, el modelo dejaba afuera a muchas personas, pero especialmente a aquellos
europeos traídos, por los dirigentes políticos, con el fin forjar la patria, porque se
negaron a realizar una reforma agraria incumpliendo de esta manera con la promesa
de prosperidad que se les ofreció a los extranjeros con el fin de que vinieran a nuestro
territorio. También, durante este período se realizaron reformas estatales que sentían
necesarias, en especial la separación de ciertas instituciones y espacios sociales, que
hasta el momento eran organizadas por la Iglesia, por ejemplo: los cementerios, el
casamiento civil y las escuelas nacionales, pasaron a ser laicas.
En 1882, Dardo Rocha funda la ciudad de La Plata generando importantes cambios a
nivel nacional. En 1897 crea la Universidad de La Plata cuyo director fue Joaquín V
González quien adhería a las ideas positivistas de la época. En 1875 la provincia de
Buenos Aires se adelantó a la Nación y sanciona la Ley de Educación Común de la
provincia de Buenos Aires, en concordancia con la Constitución provincial de 1873, la
misma establecía la enseñanza primaria gratuita y obligatoria (ocho años varones y
seis las mujeres), el gobierno escolar a cargo de un Consejo General de Educación y un
director general de escuelas, función para la que fue nombrado Sarmiento. La
administración local sería desempeñada por una comisión vecinal elegida por el
pueblo; las rentas escolares quedaban expresamente fijadas, lo mismo que un fondo
permanente (Puiggrós, A: 2002; 82).
En todo este proceso de reordenamiento liberal a nivel nacional se buscaba dejar de
lado a la Iglesia Católica, pero esto no fue posible. El Congreso Pedagógico
Sudamericano que se realizó en Buenos Aires en 1882, evento en el que se reunieron
conservadores y líderes católicos, ambos grupos coincidían con los lineamientos
Syllabus (un instrumento de planificación de clases) para la educación. Una de las
conclusiones a las que llegó este congreso fue excluir a la religión de las escuelas
estatales. Pero, a pesar de su derrota en reunión, la Iglesia se quedó con la enseñanza
en los espacios privados, no obstante, su presencia se manifestó en los discursos
escolares, en los textos donde se incluían elementos religiosos, en las disertaciones
durante las conferencias pedagógicas, es decir, su participación será muy activa.
Con estas discusiones se edificaron los discursos que van a dar origen a la
promulgación de la Ley 1420 de 1884. Dicha normativa, establecía la educación
común, laica, gratuita y obligatoria, cuya jurisdicción abarcaría la Capital Federal y los
territorios nacionales. Se estableció un Consejo Escolar en cada distrito de la campaña
y en cada parroquia de la Capital, y un Consejo Nacional de Educación y se restó poder
a la sociedad civil. La Iglesia encontró en esta última parte la posibilidad de intervenir
en las provincias. Finalmente, se construyó discursivamente el lugar de la mujer como
educadora, porque hasta el momento de la ley, la enseñanza estaba en manos de los
hombres.
Esta ley sintetizaba los ideales de Mitre y de Sarmiento. Este último veía en la
enseñanza pública dos grandes posibilidades para el progreso de nuestra patria: la
primera, estaba asociada con la eliminación del “salvajismo” que él detestaba de los
habitantes del país. Por eso, en una esquela aconsejaba a Mitre de la siguiente
manera, cuando la educación no dé resultado, la fuerza es lo único que queda: “…no
trate de economizar sangre de gaucho. Éste es un abono que es preciso hacer útil al
país. La sangre es lo único que tienen de humano esos salvajes”. El segundo motivo de
Sarmiento, era nacionalizar a los hijos de los trabajadores inmigrantes con el fin de
formarlos como buenos ciudadanos, dóciles, porque quienes llegaron a la Argentina
no eran precisamente lo que la oligarquía esperaba, los europeos capitalistas del
norte. En definitiva, esta normativa nucleará los ideales pedagógicos que dominarán la
Argentina por más de un siglo.
OBLIGATORIA
PUIGGRÓS, A 2003) Qué pasó en la Educación Argentina. Breve historia de la conquista hasta el
presente. Galerna. Buenos Aires. Civilización o Barbarie Pág. 39 a 50, La organización del sistema
educativo nacional Pág. 53 a 65, La fundación del debate pedagógico Pág. 67 a81.
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