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Recinto Cibao Oriental

(Nagua)
Asignatura:
Derecho procesal civil III

Tema:
Trabajo final de la asignatura

Participante: Matricula:
Frank Félix Hernández 01-07-0525
Dilenia Rodríguez Javier 01-08-2141

LIC. Vinicio Restituyo Liranzo

Facilitador

NAUGA, REP. DOM. 02 DE ABRIL DEL 2011


CUERPO DEL TRABAJO O DESARROLO
Embargo conservatorio contra el deudor transeúnte:
El vocabulario jurídico de Henri Capitán, define “Embargar”: como acción de
poner en manos de la justicia o de la autoridad administrativa, en defensa de
un interés privado o público, un bien mueble o inmueble, con el fin de impedir
que su propietario o tenedor pueda disponer o gozar de él en detrimento del
embargante.

Todo acreedor, aunque carezca de título, puede, sin previo mandamiento de


pago, pero con permiso del presidente del tribunal de primera instancia, y aún
del juez de paz, hacer embargar los efectos que encuentre en la común en que
resida y que pertenezcan a su deudor transeúnte. Art. 823.- c.p.c. El que
embarga será el depositario de los efectos, si están en su poder; y en caso
contrario se establecerá uno. Art. 824.- c.p.c. Tratándose de los embargos a
que se contrae el presente título, no se podrá proceder a la venta sino después
que haya sido declarada la validez de aquellos; y en el caso del artículo 821, el
embargado, y el que embarga en el del artículo 823, o el depositario si lo
hubiere, serán condenados a la presentación de los efectos por apremio. Art.
825.- c.p.c. Además de esto, se observarán las reglas anteriormente prescritas
para el embargo ejecutivo y para la venta y distribución de las sumas que de él
provinieren.

El embargo conservatorio General, puede ser definido como: “ La medida


conservatoria ordenada por el juez de primera Instancia, a favor del acreedor
contra su deudor fundada en un crédito del tipo quirografario, justificado en
principio, fundado en la urgencia y el peligro, que tiene por finalidad indisponer
judicialmente los bienes del deudor hasta tanto intervenga una sentencia que
valide el procedimiento y ordene la venta en pública subasta de los bienes
embargados, y de su producto ser desinteresado el acreedor ejecutante y los
acreedores oponentes, si los hubiere.- Esta definición describe este
procedimiento como poco complejo o sencillo, pero no lo es, dado a que en la
practica se unen a él una serie de elementos y excepciones propias de las
obligaciones que lo hacen engorroso y de compleja terminación, por lo que, se
hace necesario estudiar más detalladamente los elementos que deben reunirse
para ser ordenada, validada y ejecutada la medida.- Conviene precisar a
continuación tres elementos que sintetizándose entre sí, crean un marco
diferencial de esta medida con las demás: a) El crédito. b) El peligro y la
urgencia. a) El crédito es considerado como el derecho en virtud del cual una
persona puede exigir a otra que le dé, haga o no haga alguna cosa. La palabra
crédito no debe ser confundida o tomada como sinónimo de deuda, dado que el
crédito es un derecho y la deuda es una obligación de satisfacción al derecho
de crédito.
¿Características del crédito para embargar conservatoriamente? Debe
tratarse de un crédito, cierto, liquido y exigible.

De conformidad con el texto del artículo 48 del Código de Procedimiento Civil,


modificado por la ley No.5119 del 4 de mayo del 1959, y la ley 845 del 15 de
julio del 1978, basta con que el crédito parezca estar en peligro para que el
juez autorice la medida.- Por lo que la certidumbre (crédito sobre cuya validez
no se plantea duda alguna), exigibilidad (crédito cuya ejecución) puede ser
actualmente exigida por el acreedor), y liquidez (aquel cuyo monto se halla
exactamente determinado), no son exigidos para que la media sea ordenada.-
La certidumbre del crédito: Con relación a la certidumbre del crédito, nuestro
más alto tribunal ha decidido que “para el otorgamiento de la autorización para
tomar medidas conservatorias el crédito no tiene que ser totalmente cierto,
basta que tenga la apariencia de ser Verosímil.”

Pero esto no quiere decir que el acreedor no este en la obligación de aportar la


prueba de la existencia del crédito.

No es lo mismo certidumbre y existencia). Ha sido juzgado que “conforme a las


disposiciones de los artículos 48 (reformado), y 54 del Código de
Procedimiento Civil, los jueces cuando se les solicita autorización para practicar
el embargo conservatorio deben apreciar si el crédito alegado es a su juicio
justificado en principio y si este esta en peligro todo lo cual se estableció en la
especie, que en tales condiciones, y en consecuencia los medios que se
examinan carecen de fundamento y deben desestimarse.-”

Exigibilidad del crédito. Un crédito es exigible cuando ha llegado el término,


el cual a su vez es considerado como la modalidad resultante de un contrato o
de una ley, que tiene por efecto diferir el cumplimiento de una obligación
(término suspensivo), o fijar su extinción en una fecha determinada o al ocurrir
un acontecimiento futuro de realización cierta (término extintivo).- De
conformidad con las disposiciones de los artículos 1186 y 1188 del Código
Civil: a) lo que se debe a término fijo, no puede reclamarse antes del
vencimiento del término, sin embargo, b) el deudor no puede reclamar el
beneficio del término, cuando ha quebrado, o cuando por un acto suyo ha
disminuido las garantías dadas en el contrato a su acreedor.- El artículo 48,
está fundado sobre la protección que debe el Estado al crédito, por lo que un
deudor que va rumbo a la insolvencia disminuye la garantía de sus acreedores
quirografarios, que tienen un derecho de prenda general sobre el patrimonio de
sus deudores, de conformidad con las disposiciones de los artículos 2092 y
2093 del Código civil dominicano.

Concepto de peligro y urgencia: El legislador ha dispuesto que: “El crédito se


considera en peligro... cuando se aporten elementos de prueba de naturaleza
tal que permitan suponer o temer la insolvencia inminente del deudor.”
El peligro puede ser definido como; el estado riesgoso del crédito por no
poder ser cobrado a causa de circunstancias relacionadas con la situación
económica del deudor, pueden ser reales o aparentes.-

Nuestra Suprema Corte de Justicia ha decidido que la urgencia que justifica la


intervención del juez encuentra su razón de ser en el peligro inminente que
amenaza los intereses del acreedor, la que es apreciada soberanamente por
los jueces del fondo y dentro de los limites de prudencia de dichos magistrados,
por lo que las decisiones que adopten en este aspecto no están sujetas al
control de la casación.

¿En qué momento debe presentarse la prueba de la urgencia y el peligro


que corre el crédito? Como será explicado más adelante, el procedimiento del
embargo conservatorio tiene varios estadios, en el primero de ellos el deudor
no se entera de que en su perjuicio se están solicitando medidas
conservatorias, por lo que es importante precisar en cual de los estadios debe
probársele al juez la urgencia naciente de la peligrosidad que corre el crédito
en ser cobrado.- Adelanto que los estadios se dividen de la siguiente manera:
gracioso, jurisdiccional y extrajudicial.-

En el primero de ellos el acreedor se dirige al juez y presenta a éste los medios


que soportan sus alegaciones, en esta fase el deudor no se entera de nada y el
acreedor tiene entera libertad de decir al juez lo que considere más útil a sus
intereses, más aún, puede manipular la prueba, puede dirigir la prueba de
forma tal que el deudor aparezca ante “ los ojos del juez”, como un insolvente,
no cabe la menor duda de que en esta primera fase debe serle probada al juez
la urgencia y el peligro.-

El artículo 48 del Código de Procedimiento Civil, dispone que deben ser


aportados los elementos de prueba que hagan considerar en un estado
peligroso y de urgencia el cobro del crédito “.... lo cual se hará constar en el
auto que dicte el juez...

” El texto no dice, que en la Sentencia que valide el crédito deben hacerse


costar estos dos elementos: La urgencia y el peligro, lo que nos lleva a analizar
estos dos elementos en la segunda fase.- La segunda fase, contrario a la
primera es enteramente jurisdiccional y el deudor recobra todas las
prerrogativas, principalmente las relativas al “debido proceso de ley”, pues si
bien en la fase graciosa el acreedor pudo haber manipulado la prueba y
posiblemente le haya sido fácil convencer al juez; en la fase jurisdiccional, él
está en la obligación legal de probar. Ahora frente a su adversario, la urgencia
y el peligro que corre el crédito y el juez 10 Artículo 48

La Vía de Ejecución esta en la obligación de hacer constar en su sentencia la


circunstancia de si existe o no urgencia y peligro.- Soslayar este razonamiento,
es desconocer los principios constitucionales relativos a la prueba como son: a)
El derecho de no ser privado de la prueba, b) El derecho a contradecir la
prueba; c) La publicidad anticipada del medio probatorio a seguir, d) la
racionabilidad de los plazos en el ejercicio del derecho de oportunidad
probatorio, e)Oportunidad igualitaria en la presentación de la prueba; f)
Igualdad en el tratamiento procesal probatorio; g) Igualdad para la producción,
comunicación, recepción y discusión de la prueba; h) oportunidad razonable
para la presentación de la prueba; i) Legitimidad en el proceso de obtención y
recepción de la prueba ”

En síntesis, se violarían todos los principios rectores del proceso: la


contradicción, el aporte de la prueba y el derecho de defensa, entre otros.-
Posición de la jurisprudencia con relación al problema planteado: Una decisión
del año 1979, de nuestro más alto tribunal dispuso que: “... al carecer la
ordenanza y la sentencia en el caso de la especie, de la más mínimas
menciones sobre el peligro, y la urgencia, que pudieran existir, para el hoy
recurrido, de perder o demorar el cobro de la discutida acreencia que
reclamaba frente a una compañía aseguradora, a la que el mismo, al contratar
su seguro, le reconocía su solvencia, por lo que hay que admitir, que en tales
circunstancias, tal como alega, la recurrente, la sentencia impugnada, adolece
del vicio señalado, por lo que se impone su casación en el punto que se
examina.”

Finalmente y como cierre conceptual, somos del criterio de que, aún y cuando
el artículo 48 del referido texto no indica que la urgencia y el peligro deben
hacerse constar en la sentencia que valide el embargo, su omisión produce un
vicio que la hace anulable.-

¿Cómo se prueba la urgencia y el peligro? Nuestra Suprema Corte de


Justicia en reiteradas ocasiones a sentado el criterio de que la apreciación de
la urgencia y el peligro es una cuestión abandonada a la apreciación de los
jueces del fondo, “... que para los fines del artículo 48 y siguiente del Código de
Procedimiento Civil, la apreciación de si existen o no urgencia y peligro, para
conceder o denegar las medidas conservatorias que se soliciten en base a los
indicados textos, entra en la esfera de prudencia de los jueces del fondo, lo
mismo que el alcance mayor o menor, que dentro de los limites del pedimento
que se les haya hecho, pueden tener esas medidas, que en consecuencia las
decisiones que toman a ese respecto los jueces del fondo no están sujetas al
control de la casación, salvo como es natural, que las decisiones se hayan
dictado en vista de un título sin fuerza jurídica que las justifique. ”-

Para probar la urgencia y el peligro que corre el crédito, no existe una


disposición legal especial que la reglamente, correspondiendo a la
jurisprudencia fijar algunas directrices.
Está justificada la decisión que autorice un embargo conservatorio cuando se
ha mostrado que los únicos bienes inmuebles que tiene el deudor están
gravados en hipoteca, cuya posible ejecución, por tales acreedores, podría
hacer la prenda de los demás acreedores.

Por el contrario, debe interpretarse como ausencia de peligro el hecho de que


ante una reclamación hipotecaria o prendaría o una póliza de seguro o que
simplemente se demuestre que tiene bienes suficientes con que hacer frente a
los compromisos hechos con su acreedores que administra correctamente s u
patrimonio.- Títulos que permiten las medidas conservatorias: Entre los títulos
que permiten esta medida tenemos:

1) La Sentencia condenatoria susceptible de un recurso ordinario o que ha sigo


objeto del mismo.

2) El auto dictado por el juez competente en ausencia de Sentencia


condenatoria.

3) El acto auténtico o el acto bajo firma privada cuando se trata de embargado


retentivo.

4) El mandamiento de pago luego de vencido el plazo de un día, en el caso de


embargo de locación previsto el artículo 819 del Código de Procedimiento Civil.
Las sentencias condenatorias susceptibles de recursos: Ha sido Juzgado que
el beneficiario de una Sentencia que contiene condenación a pagar una
determinada suma de dinero aún y cuando pueda ser susceptible de los
recursos ordinarios y extraordinarios, constituye un título conservatorio de
pleno derecho con el que pueden ser tomadas medidas conservatorias.

EL EMBARGO CONTRA EL DEUDOR TRANCEUNTE:

Este embargo, también llamado foráneo es el embargo conservatorio que tiene


por objeto colocar, bajo las manos de la justicia los efectos de un deudor
transeúnte.

Se llama también foráneo porque en latín la palabra fuera se dice faras. En


consecuencia, el embargo se hace contra un deudor domiciliado fuera de la
localidad de donde se lleva a cabo el embargo.

Este tipo de embargo conservatorio fue reglamentado en el derecho


consuetudinario francés, ya que se venía practicando en la edad media.

La utilidad del embargo contra el transeúnte es hoy en día la misma que tenía
en la edad media, el acreedor obtiene una garantía frente al deudores que
habitaban por el tiempo limitado su domicilio .En la actualidad se manifiesta su
utilidad por el auge del turismo y los hombres de negocio para los cuales no
existen fronteras.

La posibilidad de trabar un embargo conservatorio contra el transeúnte, lo


establece el artículo 822 del código de procedimiento civil cuyo texto es el
siguiente: todo acreedor, aunque careza de titulo puede sin previo
mandamiento de pago, pero con permiso del presidente del tribunal de primera
instancia y aun del juez de paz, hacer embargar los efectos que encuentren en
la común en que reside y que pertenezcan a su deudor transeúnte.

PROCEDIMENTO:

La cita del crédito, así como su naturaleza civil o comercial, son indiferentes y
todo caso procede el embargo contra el transeúnte.

La condición sine que no, para proceder a este embargo es que se trata del
deudor transeúnte, por lo que no es necesaria la urgencia.

El deudor transeúnte es el que no tiene domicilio ni residencia en el municipio


donde esta ubicados los muebles, no importa la nacionalidad del deudor, el
cual puede ser dominicano o extranjero.

En cuanto a la competencia se refiere, en razón de la materia el permiso previo


obligatorio puede ser otorgado por el juez de paz o por el de primera instancia,
a opción del demandante, en razón del territorio, el tribunal competente es el
juez del domicilio del acreedor , bien se trate del juez de paz como del primera
instancia,

Cuando el acreedor esta previsto de titulo ejecutorio, puede proceder a este


tipo de embargo, a fin de obtener las ventajas propias de los embargos
conservatorios, pues el embargo ejecutorio va precedido de un mandamiento
de pago dentro de un plazo, el cual puede aprovechar el deudor para disipar
los muebles a embargarse.

PROCESO VERBAL DEL EMBARGO:

El procedimiento se inicia solicitando, mediante instancia, la debida


autorización, bien sea al juez de paz o al de primera instancia del domicilio del
acreedor.

El juez autoriza el embargo mediante auto y ordenanza.

Acto seguido, se procederá a efectuar el embargo, el cual está a su cargo de


un alguacil.

El embargo es de tipo mobiliario y los únicos bienes muebles que pueden


embargarse son los que se encuentran en el municipio en habita el acreedor.
El embargo será depositario de los efectos si está en su poder; en caso
contrario se establecerá uno.

Cuando los muebles están en poder de un tercero que se niega a presentarlos


al alguacil, el acreedor debe recurrir al embargo retentivo entre las manos de
este tercero.

Los bienes embargados no pueden desplazarse de sanciones penales.

FASE EJECUTORIA:

El embargo contra el transeúnte tiene dos fases, la conservatoria, la cual


comprende la solicitud dirigida al juez la ordenanza otorgada por el juez y la
redacción del acta de embargo.

La fase ejecutoria consiste en la instancia en validez, siendo competente para


validar este embargo, el mismo juez que ha otorgado la autorización. La
sentencia en validez debe contestar la existencia del crédito y el monto del
mismo y debe convertir el embargo conservatorio en embargo ejecutivo.

De conformidad con la doctrina nacional, el único juez competente para


validar el embargo, es el de primera instancia, no el juez de paz, el cual solo
puede autorizar el embargo, pero no dictar la sentencia de validación.

La validación debería depender, según nuestro criterio del monto del crédito,
con lo cual el juez de paz podría ser competente para la validación del
embargo.

El juez de primera instancia competente para validar el embargo, en razón del


territorio, es el del lugar en que fue practicado el embargo o el del domicilio
residencia del acreedor según dijimos mas arriba.

La sentencia que valida el embargo puede fijar el día de la venta.

La sentencia debe ser notificada al deudor, el cual en todo caso debe enterarse
de la fecha en el cual se procederá a la venta de los efectos embargados.

La venta debe ser precedida de las formalidades de publicidad prescritas para


los embargos ejecutorios.

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