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42-69:
Artagnan Pérez Méndez

La Devolución de la Sucesión. Los Ordenes Sucesorios. La Vocación


Sucesoria y La Sucesión Anómala

LA DEVOLUCIÓN DE LA SUCESIÓN
PRINCIPIOS GENERALES. Cuando una persona fallece ab iitestai, es
decir sin haber previamente testado, la sucesión es regulada conforme a los
principios establecidos en el código civil. ¿Quiénes son los llamados a
recibir la sucesión o herencia del difunto? Podríamos responder de manera
simple: ¡sus herederos! La respuesta es correcta, pero ¿quiénes son y cómo
ha determinado la ley los herederos?
Hay sucesores que el legislador los considera continuadores de la persona
del difunto. Por tanto, no sólo se aprovechan del patrimonio., que reciben,
sino además deben soportar el pago de las deudas del difunto y cumplir los
compromisos que en vida contrajo el causante. Los sucesores a quienes se
les considera continuadores de la persona del difunto quedan de pleno
derecho dueños de los bienes he redados y tienen los derechos y
obligaciones del difunto. Estos herederos, a quienes se les considera
continuadores del de cujus tienen la saisine, que es el derecho a la posesión
de la herencia, conferido por la ley, prerrogativa reconocida al heredero que
le peí mite entrar en los bienes sucesorios y ejercer los derechos del difunto
sin necesidad de autorización previa. Los sucesores que no tienen la
saisine, no pueden tomar los bienes de la sucesión sino acudiendo al envío
en posesión, es decir, solicitar al juez la autorización para entrar en la
posesión de los bienes del difunto.
Cuando una persona fallece sin haber dejado testamento, la sucesión es
regulada por lo establecido en el código civil. Destacando que los sucesores
no solo se aprovechan del patrimonio que reciben, sino además deben
soportar el pago de las deudas del difunto. Los herederos que se consideran
continuadores del de cujus tienen la saisine, que se refiere al derecho a la
posesión de la herencia conferido por la ley, por el contrario, aquellos que
no tienen esta figura no pueden tomar los bienes de la sucesión sino
acudiendo al envió en posesión, es decir, solicitando al juez la autorización
para entrar en la posesión de los bienes del difunto.
Los sucesores que tienen la saisine son: los herederos según el orden
sucesorio, los sucesores anómalos, los legatarios universales, los que se
benefician de una institución contractual y algunos ejecutores
testamentarios.

Los órdenes sucesorios son los siguientes: 1º los hijos y descendientes; 2º


padre y madre del de cujus; 3º hermanos/as; 4º ascendientes que no sean
padres y colaterales que no sean hermanos.

Los hermanos son colaterales privilegiados, el resto son llamados


colaterales ordinarios. Los descendientes constituyen el primer grado del
orden sucesorio, son llamados a la sucesión por sí mismos, aunque no estén
en el primer grado, por ejemplo, los nietos, vienen a la sucesión por sí
mismos.

En caso de que al de cujus no le sobrevivan descendientes, la herencia le


pertenecerá a los padres y los hermanos, herederos colaterales
privilegiados. Si sobrevive solo uno de los padres y los hermanos estos
recibirán tres cuartas partes. En el caso del cónyuge superviviente el
artículo 767 del código civil establece “Si el difunto no deja parientes en
grado hábil de suceder, ni hijos naturales, los bienes constituidos de su
sucesión pertenecen al cónyuge que sobreviva”.

Las condiciones para que este suceda son las siguientes: Que el de cujus no
haya dejado herederos, que el matrimonio no se haya disuelto, que sea
válido y que el fallecido no haya dispuesto de sus bienes ni desheredado su
cónyuge y además que este no haya legado o donado la parte equivalente a
un usufructo. Si el difunto no deja parientes hábiles ni cónyuge
superviviente la sucesión entonces recaerá en el Estado de conformidad con
el artículo 768 del código civil “A falta de cónyuge superviviente, recaerá
la sucesión en el Estado”.

La sucesión anómala es la que no sigue las reglas comunes por las cuales se
rige el derecho sucesorio y establece el derecho de reversión, en virtud del
cual una cosa transmitida a título gratuito a una persona retorna bajo ciertas
condiciones después de la muerte del adquiriente a la persona de la cual
proviene o a sus descendientes en algunos casos. La reversión a veces
resulta de una cláusula estipulada en el acto de donación, por la voluntad
común de las partes.
De conformidad con lo que constituye el artículo número 951 del Código
Civil Dominicano, el donante va a disponer de derecho de reversión de las
cosas donadas, por haber muerto antes que el donatario, o este y sus
descendientes.
Es decir, la sucesión anónima no es más que las medidas frecuentes por las
cuales se maneja el derecho sucesorio, se forma el derecho de reversión en
virtud del cual la cosa es transmitida a título gratuito a una persona, retorna
bajo ciertas condiciones, después de la muerte de los adquirientes, a la
persona de la cual proviene o de sus descendientes en algunos casos,
En efecto el donante puede estipular en el acto de donación que la misma
será resuelta si el donatario muere primero que él, tratándose de un caso de
reversión condicional la cual opera la resolución de la donación por el
simple hecho de que ocurra la situación bajo la cual fue otorgada. También
es que la reversión condicional hace desaparecer los derechos reales que
gravan a los inmuebles que han sido donados por el donatario, en cambio la
legal los deja subsistir.
Otra diferencia que radica es que la legal se encarga de obligar al que
sucede al pago de las deudas del difunto, lo cual no ocurre en caso de
reversión condicional.
Existe una gran diferencia entre la reversión legal y la convencional y es
que la Legal tiene efecto si los bienes donados no han pasado a otras
manos, porque si han sido enajenados por el difunto, no opera la reversión,
mientras que la convencional se encarga de aniquilar las enajenaciones que
han sido realizadas por el donatario y en consecuencias puede reivindicar
las cosas que fueron donadas.
Una vez abierta la sucesión de la persona que ha fallecido, sus herederos
tienen el plazo de la más larga prescripción para aceptarla o repudiarla
conforme lo establece el artículo 789 del Código Civil Dominicano, cuando
se trate de inmuebles registrados de conformidad con la Ley de Registro de
Propiedad Inmobiliaria, no hay prescripción.
Aunque el heredero sea uno de aquellos que tiene la saisine, no está
obligado a aceptar la sucesión en contra de su voluntad. El heredero tiene la
opción entre aceptar la herencia pura y simplemente, o aceptar bajo
beneficio de inventario o renunciar a ella. En consecuencia, son tres los
partidos por los cuales puede optar el heredero. Aceptar pura y simple,
aceptar bajo beneficio de inventario o renunciar a la sucesión.

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