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INTRODUCCIÓN......................................................................................................................... 3
CONFLICTO................................................................................................................................. 5
CONCLUSIONES....................................................................................................................... 18
BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................................................... 20
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CONFLICTO TÍA MARÍA
INTRODUCCIÓN
En la presente monografía se desarrollará el conflicto: Tía María. La búsqueda a nivel
internacional de nuevos yacimientos de minerales y la apuesta del gobierno nacional a impulsar
la minería a gran escala, han provocado la llegada de empresas deseosas de invertir en
nuestros recursos naturales no renovables, específicamente en la minería. En el Perú se dio
una clara oposición de las comunidades que se encuentran en el área de influencia; según la
versión de los comuneros, el principal problema es la contaminación del medio ambiente.
El objetivo de esta monografía es sintetizar, analizar y dar una crítica acerca de la información
recopilada de fuentes electrónicas acerca del Conflicto Tía María. Además, dejar claro sus
alcances y algunas recomendaciones de soluciones; desarrollaremos y daremos opiniones
claras acerca del tema, pues muchas veces olvidamos que en realidad lo importante a parte de
la economía, es nuestra naturaleza.
Los conflictos sociales ocurridos en zonas principalmente rurales de nuestro país tienen como
centro de disputa los recursos naturales por parte de las empresas extractivas,
fundamentalmente la de explotación de cobre y oro, situados en los territorios de la población;
en ese contexto el Estado ha priorizado la extracción de dichos recursos, favoreciendo
fundamentalmente al sector productivo empresarial tomando poco interés y desconociendo la
opinión y expectativa del pueblo, lo que ha conllevado a dividir a la población en dos polos de
lucha.
Es el caso del valle de Tambo, un valle rico en productos agrícolas, donde la mayoría de los
pobladores se dedican a esta actividad, sea para el mercado local o el nacional; sin embargo,
este hecho ha generado diversos cuestionamientos entre los actores involucrados, quienes
están representados por los dirigentes, el Estado y la empresa Southern Copper, dentro del
marco nacional sobre la posición de defensa “agricultura versus minería”.
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ANTECEDENTES DEL CONFLICTO - CRONOLOGÍA
- 2003: Inicia el proyecto minero “Tía María”, con una inversión anunciada de US$ 1,400
millones por parte de Southern Copper Corporation. Comprende la explotación de dos
yacimientos a tajo abierto: “La Tapada” (425 338 000 ton de mineral de cobre oxidado) y “Tía
María” (225 377 000 ton de mineral de cobre oxidado), incluyendo dentro de su área de
influencia el valle de Tambo, los distritos de Cocachacra, Mejía y Deán Valdivia, en la provincia
de Islay, región Arequipa.
- 2011 (marzo): UNOPS (The United Nations Office for Project Services) presenta su
informe del Estudio de Impacto Ambiental del proyecto minero “Tía María” y realiza 138
observaciones.
- 2015 (mayo): Southern Perú anunció una pausa de 60 días en la ejecución del proyecto
Tía María, pausa que sería luego aplazada indefinidamente.
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Intereses: Es que la empresa no afecta su medio ambiente, procurando el desarrollo
social y económico. Continuar teniendo las condiciones para producir la agricultura.
1.2. Frente de defensa del medio ambiente de Cocachacra.
2. EMPRESA
Southern Peru Copper Corporation (spcc)
Rol: Obtener alta rentabilidad para la empresa.
Intereses: Obtener la licencia social para poder ejecutar el proyecto Tía María.
Explotar los recursos minerales de la zona.
3. ESTADO
3.1. Ministerio de Energía y Minas
Rol: Conservación y protección del medio ambiente para el desarrollo sostenible de las
actividades energéticas. Normar la evaluación de los impactos ambientales y sociales
derivados de las actividades del sector.
CONFLICTO
Como bien se sabe el estado peruano decidió otorgar a Southern Perú Copper Corporation la
respectiva licencia de construcción de la planta de beneficio del proyecto Tía María. Tal hecho
que pronosticaba una suma de inversión muy importante de capital para el estado peruano y
sus fines sociales, lo que tal decisión desencadenó nuevas protestas en la Provincia de Islay.
Estos desencuentros tienen larga duración y se remontan a inicios del año 2009, empeorando
entre los años 2010 y 2011. Por tal motivo, el proyecto minero Tía María, fue paralizado por
primera vez el año 2011 y por segunda vez el año 2015.
Las discrepancias entre las distintas partes en conflicto parecen ser irreconciliables, siendo que
no encuentran puntos en coincidencia. Por un lado, se puede advertir el interés legítimo de
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Southern Perú de llevar adelante la construcción de su planta al haber transitado por un
riguroso proceso para lograr la licencia de construcción; mientras que por otro lado, están todos
los derechos de los pobladores de Islay de resguardar su derecho de acceso al agua, al
desarrollo agrario y el de gozar de un medio ambiente libre de contaminación.
Se tiene en cuenta que toda oposición a un proyecto minero como el de Tía maría no contiene
fundamentos subjetivos, sino que puede deberse también a cierto grado de desconfianza en la
empresa minera, ya que a esta empresa le pasaron factura sus acciones del pasado y la forma
cómo se relacionaba con sus zonas de influencia. Esto generó que la gente no confíe en ella,
que tenga muchas dudas y así como a la desinformación de los mismos pobladores, ya que ,
quienes se oponen a Tía María, señalan que esta operación producirá daños irreparables en la
tierra de uso agrícola en el valle del Tambo y también se afectará el agua , así como muchos
de los opositores del proyecto, han venido afirmando maliciosamente que Southern Perú no
cuenta con Licencia Social, cuando saben con certeza y claridad que la mentada Licencia
Social no es una figura consagrada en ley minera alguna, pero sí las certificaciones
ambientales respetadas por la empresa minera, por tal motivo los pobladores del valle de
Tambo y del distrito de Cocachacra comenzaron un paro indefinido en señal de protesta al
permiso de construcción del proyecto otorgado a Southern Perú, el mismo que se ha extendió a
todo el departamento de Arequipa.
Con el inicio del paro el presidente de la República, Martín Vizcarra, tomo la decisión que no se
ejecutará la construcción de Tía María, hasta no esclarecer todas las dudas que hay al
respecto, con el fundamento que cada vez que la minera trató de consentir a la autorización de
construcción de su proyecto minero, se enfrentó a una oposición por parte de la mayoría de la
población de Islay. Tal hecho ha generado grandes dudas sobre la objetividad de los reparos
de los pobladores de Islay.
Los actores principales del conflicto tienen intereses diametralmente contrapuestos, por un
lado, tenemos al pueblo de Islay que es eminentemente agrícola y que precisa del agua y la
agricultura para poder subsistir. El motivo principal de sus protestas está dirigido a lograr que la
minera desista de su propósito de explotar la mina de Tía María. Por otro lado, tenemos a una
empresa de la gran minería con interés de ejecutar el proyecto como lo es Southern Perú; La
misma que prometió recurrir a los más altos estándares socio-ambientales para operar su
proyecto y asegurar una explotación limpia y viable en los yacimientos La Tapada y Tía María.
(Zavala; 2019)
Naturalmente, Southern Perú tiene un interés marcado y profundo en desarrollar Tía María.
Con respecto al impacto del proyecto Tía María, Southern Perú se ha comprometido a ceñirse
escrupulosamente a los más altos estándares de calidad ambiental y reafirman su posición de
ceñirse escrupulosamente a su EIA. Cabe señalar que el instrumento ambiental sostuvo que
no se producirá humos, porque se utilizará un proceso de electrólisis. Tampoco, se producirá
relaves porque no se realizará trabajos de concentración, sino que se ejecutará procesos de
lixiviación y Oxidación, ya que de esa manera no llegará a contaminar ríos ni mares, también
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señalaron que no se usará agua de ríos ni lagos, sino que esta será extraída del agua del mar
a través de una planta de desalinización.
Luego de analizar el conflicto podemos mencionar que no existiría razón suficiente ni criterio
técnico para no reconocer el derecho administrativo concedido a Southern Perú; ya que si nos
guiamos por las secuencias propias del curso normal de un procedimiento administrativo de
licencia de construcción, no habría causa para denegar los permisos de Southern Perú, porque
hay que tener en cuenta que en los últimos años, las prácticas socio-ambientales de la minera
Southern Perú se han venido adecuando a los más altos estándares de calidad, con métodos
modernos de explotación, logrando evolucionar de manera muy positiva, mostrando avances
alentadores en remediación ambiental y en el fomento de la protección de los ecosistemas que
en el pasado podría haber dañado presuntamente y que la Empresa Southern Perú se reafirmó
en su compromiso de utilizar procesos limpios y preservando el recurso hídrico.
La Población señala que esta operación afectará la agricultura en el valle del Tambo y también
se afectará el agua. Incluso, han venido afirmando que Southern Perú no cuenta con Licencia
Social, cuando saben con certeza y claridad que la Licencia Social no es una figura consagrada
en ley minera alguna. Algunos de los opositores al conflicto argumentaron que el problema no
era la actividad minera por sí misma, sino que el proyecto sea realizado por Southern Perú.
Richard Ale Cruz, alcalde provincial de Islay, lo expone claramente cuando dice: “No estamos
contra la actividad minera pero sí contra la empresa, y contra proyectos irresponsables”. Dado
que Tía María es un proyecto de Southern es difícil establecer el peso de la imagen de la
empresa en el rechazo al proyecto, pero considerando el historial de accidentes ambientales de
la anterior gestión, es posible que ese argumento sea significativo, para algunos grupos de la
población.
Por otro lado, Ferreira y Tincopa (2019) mencionan que, en caso de conflicto, se desarrolla un
razonamiento tácito en la opinión pública, en el que se razona de la siguiente manera: “si hay
grupos de Análisis Estratégico del Conflicto Tía María 40 la población manifestándose en
contra del proyecto, deben tener alguna razón seria para hacerlo”. Es decir, si hay oposición
social a un proyecto se asume que los manifestantes se están defendiendo de algo que los
perjudica, y si el proyecto perjudica a un grupo de personas, no debe ser implementado.
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- Contar con mayores ingresos económicos y generar trabajo en la región.
- Lograr el desarrollo económico, cultural, social, e incluso ambiental del distrito de
Cocachacra.
POSICIÓN DE LA MINERA:
Naturalmente, Southern Perú tiene un interés marcado y profundo en desarrollar Tía María.
Con respecto al impacto del proyecto Tía María, Southern Perú se ha comprometido a ceñirse
escrupulosamente a los más altos estándares de calidad ambiental y reafirman su posición de
ceñirse escrupulosamente a su EIA. Para los inversionistas, el proyecto sí va por las siguientes
razones: (Tiempo Minero; 2019)
Este proyecto necesito siete millones de metros cúbicos de agua para lixiviación del cobre.
Existen tres posibilidades para obtener el recurso hídrico (agua) para este tipo de trabajos:
El proyecto Tía María optó por esta última posibilidad, extraer y desalinizar el agua del mar,
proceso más costoso que las otras dos. Se estima que un litro de agua de mar cuesta un dólar.
Esto evitará la contaminación de ríos y lagunas y corrientes de agua subterránea que afecten el
ambiente y los cultivos, en suma, la vida ecológica de Islay.
La empresa, frente a los reclamos de los pobladores que temen por la contaminación del polvo
que se desprenderá de la operación minera y afectará sus cultivos de doce mil hectáreas,
planteó una interesante salida al problema.
A través de algunos fuertes sistemas de ventilación, la minera hará que cuando las explosiones
para fracturar roca se realicen, el aire lo arrastre con dirección al norte, es decir, hacia el
desierto, al lado opuesto al valle y poblaciones.
• IMPERMEABLE A FILTRACIONES
Para evitar filtraciones hacia la superficie, la empresa hará una impermeabilización con una
capa de arcilla. Sobre la arcilla se colocará una película plástica y sobre ella una capa de grava
y sobre ella otra membrana de plástico.
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• PROGRAMAS DE RESPONSABILIDAD SOCIAL
1. Programas de Salud
2. Programas de Educación
3. Programas Agrícolas
4. Programas Ganaderos
5. Programas de Emprendimiento
6. Programas de Infraestructura
Todo esto ha sumado una fuerte inversión de 21 millones de dólares hasta el momento, a pesar
de que todavía la empresa no comienza con las operaciones.
• CANON MINERO
Por último, Tía María otorgará a la región Arequipa 300 millones de soles por concepto de
canon minero anualmente. También, la empresa sostiene que en su etapa de construcción, el
proyecto generará 3,000 puestos de trabajo, mientras que en etapa de operación serán 650
empleos directos y 3,500 indirectos. Lo que será un importante elemento de reactivación
económica de la región.
En tal sentido, debemos señalar que el instrumento ambiental sostiene que no se producirá
humos, porque se utilizará un proceso de electrólisis. Tampoco, se producirá relaves porque no
se realizará trabajos de concentración, sino que se ejecutará procesos de lixiviación y
Oxidación. (Diario Montenero; 2018) Alegan, que no se usará agua de ríos ni lagos, sino que
esta será extraída del agua del mar a través de una planta de desalinización. Siguiendo este
orden de ideas, otra de las ventajas que se desprenden del proyecto son los beneficios
comprometidos por la empresa como la inversión en educación, salud, servicios de
saneamiento y en la generación de puestos de trabajo. (Proyecto Tía María; s.f.) Atendiendo a
lo señalado, no debería de haber temor o duda alguna en la ejecución del proyecto para el
pueblo de Islay.
Los defensores de la Minería en Tía María sostienen que no se ubica en el Valle de Tambo ni
en medio de una zona poblada. La zona donde se ubicará el proyecto Tía María es un desierto,
con ninguna posibilidad de destinarse a actividades agrícolas, lo que justifica su ejecución. Del
mismo modo, Tía María no utilizará el agua del río o del valle. El proyecto tendrá como fuente
en su totalidad el agua de mar, que será desalinizada a través de un proceso de ósmosis
inversa.
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El 40% del agua captada se utilizará en el proceso minero, el 60% restante será devuelto al
mar en forma de salmuera. Respecto a este punto la empresa sostiene que Tía María no
afectará las aguas subterráneas que alimentan el valle de Tambo, por tres razones
fundamentales:
El gobierno de Alan García (2011) dio la aprobación y autorización a los Estudios de Impacto
Ambiental (EIA) presentados por la minera, además del famoso lema “LA MINA VA SÍ O SÍ”,
pregonada por el propio ex Presidente de la Republica (Alan García). A pesar de las protestas,
el gobierno aprista se negó a escuchar a los pobladores. Es así que frente a un EIA impuesto y
polémico, y sin ninguna aprobación de las organizaciones sociales, los habitantes de los
distritos de Cocachacra, Punta de Bombón y Deán Valdivia convocan a una consulta
ciudadana, para rechazar el cuestionado proyecto minero, afirmando con esto que Tía María
carece de la “Licencia Social” necesaria que debe tener del pueblo de Islay para poder
implementar su tan ansiado proyecto. (Morales; 2016)
La respuesta autoritaria del gobierno a las inquietudes y preocupaciones del pueblo de Islay,
fue ignorada totalmente por el Gobierno de turno. Este argumentaba que dicha consulta carecía
de valor alguno, por no ser vinculante. Es decir, para ellos valía nada
En el periodo de Ollanta Humala (20011- 2016), Southern no se dio por vencida y presentó un
segundo EIA, que era casi el mismo, con solo algunos agregados. Asimismo, manifestó que la
población de Tambo debía de dar una oportunidad al proyecto minero. Cuatros años atrás, en
plena campaña electoral en el mismo valle de Tambo, el candidato Humala había ofrecido a los
agricultores proteger sus tierras frente a cualquier amenaza.
Lastimosamente, los últimos gobiernos en el Perú no han podido implementar una política
general clara y efectiva frente a los conflictos sociales. La inacción de los gobiernos y el avance
de grupos radicales fanáticos ha golpeado la institucionalidad del mismo estado y ha generado
una sensación de impunidad generalizada.
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María. Este hecho, que pronosticaba una inyección de inversión muy importante de capital para
el estado peruano y sus fines sociales, desencadenó nuevas protestas enérgicas en la
Provincia de Islay. Cabe resaltar, que estos desencuentros tienen larga data y se remontan a
inicios del año 2009, recrudeciendo entre los años 2010 y 2011. Por este motivo, el proyecto
minero Tía María, fue paralizado por primera vez el año 2011 y por segunda vez el año 2015.
(El Comercio; 2019) Luego de férreas protestas durante los años previos. Las divergencias
entre las distintas partes en conflicto en la actualidad parecen ser irreconciliables, siendo que a
la fecha no encuentra puntos en coincidencia. Por un lado, podemos advertir el interés legítimo
y válido de Southern Perú de llevar adelante la construcción de su planta de beneficio al haber
transitado por un riguroso proceso para lograr la licencia de construcción; Mientras que, de otro
lado, están los derechos de los pobladores de Islay de resguardar su derecho de acceso al
agua, a desarrollar el agro y gozar de un medio ambiente sin contaminación.
Claro está, que no toda oposición a un proyecto minero como el de Tía maría contiene
fundamentos subjetivos, sino que puede deberse también a cierto grado de desconfianza en la
empresa minera, así como a la desinformación de los pobladores. Obviamente, quienes se
oponen a Tía María, señalan que esta operación producirá daños irreparables en la tierra de
uso agrícola en el valle del Tambo y también se afectará el agua. (Tía María; 2019) Incluso,
muchos de los opositores del proyecto, han venido afirmando maliciosamente que Southern
Perú no cuenta con Licencia Social, cuando saben con certeza y claridad que la mentada
Licencia Social no es una figura consagrada en ley minera alguna, pero sí las certificaciones
ambientales respetadas por la empresa minera. Visto el panorama actual, parece que el
presente escenario no es nada alentador, ya que desde el quince (15) de Julio 2019, facciones
de pobladores del valle de Tambo y del distrito de Cocachacra vienen acatando un paro
indefinido en señal de protesta al permiso de construcción del proyecto otorgado a Southern
Perú, el mismo que se ha extendido a todo el departamento de Arequipa.
De esta manera, queremos empezar el análisis afirmando que los actores principales del
conflicto tienen intereses diametralmente contrapuestos a todas luces. Por un lado, tenemos al
pueblo de Islay que es eminentemente agrícola y que precisa del agua y la agricultura para
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subsistir. El motivo principal de sus protestas está dirigido a lograr que la minera desista de su
propósito de explotar la mina de Tía María. Por otro lado, tenemos a una empresa de la gran
minería con interés de ejecutar el proyecto como lo es Southern Perú; La misma que prometió
recurrir a los más altos estándares socio-ambientales para operar su proyecto y asegurar una
explotación limpia y viable en los yacimientos La Tapada y Tía María.
La pregunta que circula por nuestra mente en este instante es si esta oposición cerrada al
proyecto por parte de la provincia de Islay es justificada o no. Interrogante que intentaremos
explicar en las siguientes líneas, luego de evaluar la posición de ambas partes, cruzarlas y
evaluar su pertinencia, razonabilidad y objetividad. Algunos opositores férreos y firmes del
proyecto, basan su posición en el hecho de que a Southern Perú se le atribuyen algunos
episodios de contaminación en el pasado. (Sociedad Peruana de Derecho Ambiental; 2015)
A simple vista, estos hechos, en el historial de la transnacional podrían explicar por qué la
población del valle del Tambo en Arequipa se opondría tenazmente al proyecto Tía María.
Pero, para rechazar una inversión minera o de cualquier naturaleza, no sólo basta un temor
aparente o subjetivo basado en prejuicios o antecedentes, sino que se requiere
consideraciones sólidas, razonables y objetivas que justifiquen una acción legal impugnatoria o
una revisión formal. Southern Perú, en los últimos años ha empeñado todos sus esfuerzos y
oficios para remediar distintas zonas afectadas por su actividad minera en el pasado como la
Bahía de Ite y Quebrada Honda para tratar los relaves de su actividad minera.
Naturalmente, Southern Perú tiene un interés marcado y profundo en desarrollar Tía María.
Con respecto al impacto del proyecto Tía María, Southern Perú se ha comprometido a ceñirse
escrupulosamente a los más altos estándares de calidad ambiental y reafirman su posición de
ceñirse escrupulosamente a su EIA. En tal sentido, debemos señalar que el instrumento
ambiental sostiene que no se producirá humos, porque se utilizará un proceso de electrólisis.
Tampoco, se producirá relaves porque no se realizará trabajos de concentración, sino que se
ejecutará procesos de lixiviación y Oxidación. (Diario El Montonero; s.f.) De este modo, no
llegará a contaminar ríos ni mares con vestimentos. Alegan, que no se usará agua de ríos ni
lagos, sino que esta será extraída del agua del mar a través de una planta de desalinización.
Siguiendo este orden de ideas, otra de las ventajas que se desprenden del proyecto son los
beneficios comprometidos por la empresa como la inversión en educación, salud, servicios de
saneamiento y en la generación de puestos de trabajo. (Souther Perú; 2015) Atendiendo a lo
señalado, no debería de haber temor o duda alguna en la ejecución del proyecto para el pueblo
de Islay.
Sin duda alguna, nos enfrentamos a un problema serio, porque objetiva y legalmente no
existiría razón suficiente ni criterio técnico para no reconocer el derecho administrativo
concedido a Southern Perú; Peor aún, si lo que se pretende es anular la licencia a la empresa
minera. Por este motivo, si nos guiamos por las secuencias propias del curso normal de un
procedimiento administrativo de licencia de construcción, no habría causa para denegar los
permisos de Southern Perú. En los últimos años, las prácticas socio-ambientales de la minera
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Southern Perú se han venido adecuando a los más altos estándares de calidad, con métodos
modernos de explotación, logrando evolucionar de manera muy positiva, mostrando avances
alentadores en remediación ambiental y en el fomento de la protección de los ecosistemas que
en el pasado podría haber dañado presuntamente. En este punto, lo que corresponde es
preguntarnos si la posición de la población opositora al proyecto, que entendemos no es
mayoritaria, ¿es razonable y amparable a tal extremo de paralizar el proyecto y expulsar a la
minera Southern Perú del lugar de ubicación del proyecto Tía María? Pues, debemos afirmar
categóricamente que no es procedente; Ya que Southern Perú se reafirma en su compromiso
de utilizar procesos limpios y preservando el recurso hídrico. (Diálogo e Información; 2015) Es
así, que, para fijar acciones claras, y disminuir la preocupación de la población con relación a la
fertilidad de sus tierras y el potencial acuífero, Southern Perú podría comprometerse a construir
la planta desalinizadora de manera previa a la ejecución del proyecto.
A su vez, sería importante para administrar de manera más eficiente este u otros conflictos
mineros, el contemplar en un futuro conceder participación a los pobladores de las zonas
afectas a los proyectos mineros poder participar como accionistas limitados a sus derechos
comunitarios y de propiedad sobre el área superficial; Esto último sin intervenir en la gestión del
negocio. Algunas voces, proponen que se les conceda a los pobladores afectos a los proyectos
mineros la propiedad del subsuelo como EEUU para así negociar con más agilidad, incentivos
y condiciones más ventajosas con la empresa minera interesada en el proyecto. Incluso, saltan
a la vista propuestas audaces como la del notable y prestigioso Economista peruano Hernando
de Soto, que propone que se capitalice al pequeño minero legalizando su legítimo derecho de
propiedad sobre la superficie para conectarlo con la globalización. Todas estas medidas, de
seguro, serán debatidas y sustentadas en su oportunidad a través de los canales
correspondientes en el momento oportuno.
Toda reforma destinada a gestionar mejor los conflictos mineros será bienvenida siempre y
cuando mantenga un equilibrio entre el legítimo derecho de explotar recursos naturales del
sector privado y los derechos socio-ambientales y al desarrollo de las comunidades en
conflicto. Desde luego, vientos de reforma en estos aspectos tan álgidos pueden generar
ciertos temores e incertidumbre en el inversionista, ya que se viene proponiendo ajustes a las
normas que regulan los derechos mineros y los derechos de las comunidades en un momento
de gran tensión que no permite ver el asunto desde una perspectiva técnica y profesional, sino
bajo criterios políticos y subjetivos. En este escenario, sólo resta afrontar los conflictos dentro
del marco legal que actualmente impera en nuestro país. En este orden de ideas, y de manera
complementaria a medidas corporativas, legales, entre otros compromisos socio-ambientales,
podría ser interesante y muy apreciable que Southern Perú comprometa otras concesiones
hacia el proyecto para hacerlo aún más atractivo para los pobladores, como ya lo realizó en
otros casos, como lo es el establecimiento de fideicomisos, habilitación de fondo de
contingencias, fondos de ayuda social, adelanto de ejecución de obras por impuestos
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(proponiendo la construcción de represas importantes en el eje sur peruano junto a otros
operadores mineros), entre otros aportes solidarios.
Otras medidas de contingencia ante un caso más crítico, y para garantizar la ejecución del
proyecto, podría ser la alternativa de asociarse con un segundo operador minero que respalde
el proyecto para operar conjuntamente el mismo y finalmente vender un porcentaje significativo
de participación en el mismo cediendo la gestión del negocio y manteniendo el capital, entre
otras medidas. En esta fase, cualquier forma de asociación empresarial para gestionar el
proyecto podría ser óptima. La lista es abierta en este punto y no pretendemos formular la
medida mágica ni ofrecer el remedio ideal. Todo dependerá de la voluntad real de la minera, el
estado y el pueblo involucrado en la controversia. Lo más importante, es arribar a un consenso
que haga viable este y otros proyectos mineros. Lógicamente, la relación tirante o conflictiva
que puede presentarse entre las comunidades aledañas a los proyectos mineros y los
empresarios del sector minero, no es siempre por responsabilidad de la gestión del proyecto
por parte de la compañía minera, sino que puede obedecer a problemas con trasfondo político
más complejos.
Penosamente, la solución del conflicto Tía María no pasa sólo por otorgar concesiones y
aportes mineros, sino que se requiere del consenso entre las partes. En este punto, queremos
resaltar que la presencia de grupos con intereses subalternos, que suelen oponerse a
proyectos mineros sin sustento aparente y de manera irracional, dificultan cualquier posibilidad
de diálogo. A la fecha, vemos con profundo pesar que, en la zona sur de nuestro país,
eminentemente minera, se encuentra seriamente golpeada y acechada por las protestas
mineras. En Moquegua y Arequipa persiste un paro indefinido general. El panorama parece
encenderse cada vez más con espirales de violencia y vandalismo descontrolado. Desde Julio
2019, se han ido sumando otros conflictos a los ya existentes en los departamentos de Puno,
Cusco y ahora Tacna. Ya no se trata sólo de cuestionar u oponerse a Tía María, sino que cierto
sector de manifestantes enardecidos y violentos vienen fomentando la paralización, el caos y el
desorden atacando otras inversiones mineras como Arasi, Constancia, Antapaccay Quellaveco,
Cuajone, Toquepala, entre otras tal como sucedió con Beer Creek en Puno el año 2011. Es
vergonzoso ver como autoridades regionales en vez de poner los paños fríos y actuar con
sensatez, contravienen el mandato constitucional de representar con legalidad y
responsabilidad a sus pobladores de la zona sur del Perú al favorecer protestas violentas e
incontrolables, poniéndose del lado contrario a los intereses de la nación.
Ante los graves hechos delictivos, y el desgobierno que azotan a nuestra patria, resulta difícil
pensar que todas estas paralizaciones en la zona sur del Perú, en especial en Islay (así como
en Moquegua y otros departamentos del sur peruano) tengan sólo motivaciones lícitas. Dada
la coyuntura actual, no podemos hablar del conflicto minero Tía maría sin detenernos a
comentar la participación del estado peruano. Lastimosamente, los últimos gobiernos en el
Perú no han podido implementar una política general clara y efectiva frente a los conflictos
sociales. (Sociedad Peruana de Derecho Ambiental; 2015) La inacción de los gobiernos y el
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avance de grupos radicales fanáticos ha golpeado la institucionalidad del mismo estado y ha
generado una sensación de impunidad generalizada. Sólo hace unos días, el estado peruano,
ante el acecho de manifestantes enajenados, ha dado marcha atrás en su labor de ejecutor de
sus decisiones, suspendiendo por 120 días el proyecto minero encareciendo la inversión.
(Diario Gestión)
Muy a pesar del clima adverso, y aunque se crea que un conflicto minero como el de Tía María
acarrea diferencias irreconciliables, somos de la opinión que puede llegarse a buen puerto
siempre y cuando exista real y franca voluntad de las partes para encontrar consenso y canales
de diálogo libre de prejuicios, sesgos, incentivos perversos, entre otros factores que dificultan la
comprensión y la paz. Toda negociación, va de la mano de un estado activo capaz de articular
el diálogo y los intereses de las partes en conflicto, creando programas de desarrollo, creando
oportunidades e imponiendo el estado de derecho.
CRONOLOGÍA:
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minero Tía María (provincia de Islay, región Arequipa), desarrollado por Southern Perú Copper
Corporation (SPCC. La licencia ha sido otorgada después que la empresa Southern subsanara
las 14 observaciones hechas y después de comprometerse públicamente a no iniciar su
construcción sin antes generar espacios de diálogo en los que se brinden las respuestas y
garantías que la población necesita.
- El 30 de octubre de 2019, los pobladores del Valle del Tambo en Arequipa han
protestado y bloqueado carreteras y vías por más de 30 días como medida de lucha contra del
proyecto de cobre Tía María de Southern Copper. Esto ha provocado un fuerte rechazo de
congresistas, autoridades locales y regionales, organizaciones de agricultores. También un
llamado de la Asociación Nacional de Gobernadores Regionales al presidente Martín Vizcarra
para que “imponga el diálogo” ante un posible conflicto social y un paro indefinido, convocado
contra el proyecto.
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- El 03 de noviembre del 2019, la titular del Ministerio de Ambiente, Fabiola Muñoz,
recalcó que el proyecto minero Tía María no se ejecutará si no se cuentan las condiciones
sociales en la región de Arequipa, indicó que “El propio presidente de la República ha dicho
que no va ir la construcción, sin que existan condiciones sociales”.
- El 10 de junio del 2020. Óscar Gonzales Rocha, presidente ejecutivo de Southern Perú
Cooper Corporation, aseguró en una entrevista, que “la empresa ha seguido apoyando a los
distritos y provincias de Arequipa, no obstante, la situación no es la misma con el Gobierno
Regional. “El Gobierno Regional de Arequipa no se deja ayudar y es uno de los que está más
en contra (del proyecto Tía María) (…)”.
- El 26 de julio del 2020. El nuevo presidente del Consejo de Ministros Pedro Cateriano,
jefe de Gabinete, reafirmó que el proyecto minero ‘Tía María’ no está en la agenda del
Gobierno. Por el contrario, consideró que deberá ser debatido y será la población quien decida.
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CONCLUSIONES
- Es el caso del valle de Tambo, un valle rico en productos agrícolas, donde la mayoría
de los pobladores se dedican a esta actividad, sea para el mercado local o el nacional;
sin embargo, este hecho ha generado diversos cuestionamientos entre los actores
involucrados, quienes están representados por los dirigentes, el Estado y la empresa
Southern Copper, dentro del marco nacional sobre la posición de defensa “agricultura
versus minería”.
- Muy a pesar del clima adverso, y aunque se crea que un conflicto minero como el de
Tía María acarrea diferencias irreconciliables, somos de la opinión que puede llegarse
a buen puerto siempre y cuando exista real y franca voluntad de las partes para
encontrar consenso y canales de diálogo libre de prejuicios, sesgos, incentivos
perversos, entre otros factores que dificultan la comprensión y la paz.
- La solución del conflicto Tía María no pasa sólo por otorgar concesiones y aportes
mineros, sino que se requiere del consenso entre las partes. En este punto, es
importante resaltar que la presencia de grupos con intereses subalternos, que suelen
oponerse a proyectos mineros sin sustento aparente y de manera irracional, dificultan
cualquier posibilidad de diálogo.
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SUGERENCIAS DE POSIBLES SOLUCIONES
A. PARA LOS POBLADORES (MINA NO)
1. Conversatorio entre minería y agricultura donde deban asistir los representantes del
gobierno, de la empresa minera, los representantes de las comunidades y de la
sociedad civil, con sus asesores técnicos, para que puedan defender sus ideas de una
manera científica y ser transmitido por televisión nacional para que la población de la
zona y en general, pueda conocer los verdaderos intereses de los actores y las
soluciones a la problemática.
2. Se le debe dar prioridad a la agricultura por ser una necesidad básica de los
pobladores para sobrevivir y es la principal actividad económica del distrito. Sin
embargo, pueden coexistir si la actividad la realiza una minera responsable que pueda
trabajar en armonía con el Medio Ambiente, no con Southern Peru Copper Corporation
y su poco asertividad de buenas propuestas al pueblo, sino con una minera que pueda
trabajar de forma responsable y respetando el trabajo de los agricultores.
3. A la empresa Southern le pasaron factura todas sus acciones del pasado por lo que
generó una desconfianza en los ciudadanos y como se sabe la confianza es el aspecto
en el que más debe trabajar el gobierno ante cualquier conflicto social.; la empresa
privada podría cambiar su mirada sobre la gente del valle e involucrarla en el proyecto;
así como indemnizar a todas las familias de los muertos y heridos que ha provocado el
conflicto.
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3. Conceder participación a los pobladores de las zonas afectas a los proyectos mineros
poder participar como accionistas limitados a sus derechos comunitarios y de
propiedad sobre el área superficial; Esto último sin intervenir en la gestión del negocio.
Proponer que se les conceda a los pobladores afectos a los proyectos mineros la
propiedad del subsuelo como EEUU para así negociar con más agilidad, incentivos y
condiciones más ventajosas con la empresa minera interesada en el proyecto.
BIBLIOGRAFÍA
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trasfondo-e-impacto-en-la-inversion-minera-peruana/
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