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El documento compara el racionalismo y el empirismo. El racionalismo se basa en la razón como fuente principal de conocimiento, mientras que el empirismo sostiene que el conocimiento proviene de la experiencia. Aunque difieren en sus enfoques, comparten la idea de que las matemáticas no pueden basarse únicamente en la experiencia. El documento analiza las similitudes y diferencias entre estas corrientes filosóficas a través de los pensamientos de Descartes y Hume.
El documento compara el racionalismo y el empirismo. El racionalismo se basa en la razón como fuente principal de conocimiento, mientras que el empirismo sostiene que el conocimiento proviene de la experiencia. Aunque difieren en sus enfoques, comparten la idea de que las matemáticas no pueden basarse únicamente en la experiencia. El documento analiza las similitudes y diferencias entre estas corrientes filosóficas a través de los pensamientos de Descartes y Hume.
El documento compara el racionalismo y el empirismo. El racionalismo se basa en la razón como fuente principal de conocimiento, mientras que el empirismo sostiene que el conocimiento proviene de la experiencia. Aunque difieren en sus enfoques, comparten la idea de que las matemáticas no pueden basarse únicamente en la experiencia. El documento analiza las similitudes y diferencias entre estas corrientes filosóficas a través de los pensamientos de Descartes y Hume.
La relación que hay entre el racionalismo y empirismo se forma en la diferencia que
caracteriza a ambas corrientes de la filosofía. Vemos al interior del racionalismo la formulación de la razón como fuente principal de conocimiento humano, presentándose de manera universal y necesariamente válida, es decir, recurre a la formulación lógica para sustentar las bases de sus razones y de allí ha de iniciarse tal validez que le distingue. Además, tendrá que recurrir a las matemáticas para adoptar dicho conocimiento obtenido de manera deductiva. Esto permite, también, reconocer un alejamiento notable de la experiencia, debido a que del objeto no se inicia el proceso racional, éste se encuentra por fuera del pensamiento mismo. Descartes formula bien lo que anteriormente se mencionaba, llevó a la cumbre al racionalismo, tanto así que hace una explicación del sujeto como centro de todas las cosas, es decir, se aparta de los conceptos tradicionales de la metafísica (ser, movimiento, substancia, cambio. etc.) presentados en la filosofía antigua, cuyo primer representante es Aristóteles. El motivo inicial va a darse en la discusión del problema de que como el objeto (realismo) no es una substancia con atributos que le son propios y contienen en sí mismos, dispuestos a ser conocidos por el hombre. Dado que esta manera de ver las cosas para Descartes no las considera válidas, justo porque al anunciar que todo objeto externo al sujeto debe estar sometido a la duda y tales formas de conocer la substancia no son fiables para obtener un conocimiento certero. Por tanto, sigue a formular la duda metódica, cuyo fin se basa en presentar la duda como el único medio necesario con el que podrá desarrollar su pensamiento, hasta obtener la certeza última frente a cualquier otra representación exterior a al pensamiento mismo. La misión que se propone es buscar la verdad de manera racional. Cuando por fin halla esa certeza en el hecho indubitable de que cuando está pensando, no es posible de dudar de su propio pensamiento, debido a la certeza y claridad con que se le muestra. Pues, podría dudar de cualquier otra cosa pero no del hecho de saber que está pensando. Luego, ésta manera de deducir conlleva a confirmar la existencia a través del pensamiento (Cogito, ergo sum). La forma en que se cruza el racionalismo y empirismo difiere en su manera de posicionarse ante el sujeto (pensamiento o razón) y objeto (experiencia o datos sensibles provenientes de la percepción). Para tratar de entender ello, será necesario comenzar con las razones que ofrece el empirismo, las cuales se basan en que el conocimiento humano se da a partir de la experiencia; allí reside la fuente principal de su desarrollo. Lo que Descartes trataba de pugnar a través del sujeto racional y la duda metódica, ahora éste mismo quedará entre paréntesis. Se debe a que la razón es una causa de la experiencia en tanto que logra distinguirse por grados, por ejemplo, el hecho de percibir un olor o degustar del sabor característico de una manzana brinda la noción de sensibilidad. A lo cual Hume viene a confirmar diciendo que se basa en un primer grado de la experiencia o dicho en términos exactos: la idea simple se complementa con una impresión simple, significa que son meros datos que recibimos del mundo exterior. Ya luego, considera formular un orden basado en la validez de tales ideas que se corresponden entre sí, pero considerando lo siguiente: cuando tenemos una idea primaria es porque hemos tenido la oportunidad de percibirla a través de los sentidos en un determinado objeto sensible o incluso, hemos llegado a imaginar cómo puede ser aún sin haberlo captado frente a frente: el ejercicio de imaginar una civilización antigua que no conozco más que en revistas, puede representar lo dicho por Hume. Por tanto, el diálogo permanente entre el racionalismo y empirismo consta de asumir las ideas de sus exponentes, siempre bajo la luz de una mirada detenida o crítica. Ante lo que formula Descartes al tratar de encontrar un conocimiento universalmente válido por medio de su método, también de algún modo se encuentra en Hume pero a su modo de exponer las bases del pensamiento humano a partir de la experiencia. Me refiero a la dirección que toma cada uno en su sistema de pensamiento, queriendo llevar a cabo la validez de este mismo por encima de cualquier otro, como si fuera necesario para Hume negar o señalar la equivocación de los racionalistas. De igual manera es como la filosofía desde hace siglos se compone. Antes de señalar las diferencias entre ambos, sería pertinente preguntar por las semejanzas; por los matices de ideas que pasan sin advertir su relación. El principal punto está dado en que tanto Descartes como Hume mismo, acepta un principio universal en las matemáticas, lo que de algún modo contradice por completo la elaboración de un pensamiento ligado únicamente a la experiencia. Esto tiene su razón en que como las matemáticas no pueden comprobarse a través de los sentidos o considerarse algo que puede conocerse mediante la percepción, a lo que deberá entonces aceptar esta nueva formulación, vista a partir de una ley propia de la naturaleza que en sí misma es independiente a la experiencia. Aún más, ahora el ideal por hacer de los sentidos lo único válido deberá reformularse y ceder a la concepción de que hay dos formas de conocer, medidas por grados de percepción: tanto la forma exterior de donde parte el fundamento del conocimiento humano y en el interior (razón), donde se produce como causa de lo anterior, al parecer de una forma secundaria. Y es así como cada uno se encuentra en la posición de compartir un pensamiento, que no podría negarse.