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PSICOLOGIA DE LA EDUCACION

Informe Elaborado por: Carmen Thomas, CI: 7.125.249. Sección: 3T

INTERVENCIÓN INSTITUCIONAL EN LA ESCUELA

Partiendo del concepto de gestión institucional, como la capacidad no sólo de administrar sino
también de dirigir, de promover, de integrar procesos educativos en escenarios caracterizados por
el cambio y la incertidumbre. En torno a intervención institucional, Lidia Fernández (1999) la
define como una práctica psicosocial destinada a colaborar en la superación de dificultades
presentes en la organización. Por su parte Cassasus (2002), afirma que las prácticas de
intervención permiten optimizar la relación entre sistemas, estructuras, estrategias, estilos,
capacidades personales, colectivas e institucionales. Estos desafíos requieren sin duda de
gestores institucionales que desarrollen un liderazgo integral que articule lo pedagógico,
administrativo-organizacional, político y comunitario. De alguna forma la gestión educativa, los
enfrenta a la necesidad de aunar distintos niveles y requerimientos de la realidad, que refieren
tanto a aspectos procedimentales como estructurales. No debemos perder de vista, que aquellas
instituciones que forman parte de un sistema, deben establecer y consolidar mecanismos de
articulación, que faciliten la coordinación y los acuerdos entre los distintos sectores implicados.

¿Qué es la intervención institucional?, Una de las acechanzas en toda intervención surge de lo


que “ya se sabe”. Lo instituido es lo que ya se sabe y no hay que interrogar. ¿Cómo afrontamos
todos estos problemas para conocer? Interviniendo es poner en juego todo lo que no sabemos,
mezclado con lo que se sabe o cree saber, porque por más que se intente enterrar los saberes
instalados, todo el tiempo sostienen lo que hacemos, especialmente los saberes disciplinarios que
nos han disciplinado para sostener ciertas ideas.

Este desarrollo está relacionado con la dimensión epistemológica de la intervención


institucional. Una de las dimensiones de una intervención tiene que ver con el conocimiento, con
cómo se produce conocimiento ahí; y uno de los objetivos es producir nuevo conocimiento. Es
por esto que definimos una intervención como un trabajo de investigación, que indaga los modos
instituidos de pensar de los miembros de la institución, a la vez que los propios. Podemos decir
que una intervención es un trabajo de investigación, pero es también una acción.

La intervención misma es una investigación, pero investigar produce efectos, así que estamos
interviniendo, investigando, junto con ellos. Es una investigación-acción compartida,
participativa –para utilizar las palabras que tradicionalmente usamos para esto– los propios
actores institucionales participan en indagar eso que no saben del todo y que preguntan.

El nuevo rol, debe entonces, instalar un dispositivo para poder investigar juntos; ayudar a
crear condiciones para que la investigación-acción se ponga en marcha. Somos todos co-
investigadores. La propuesta es armar un dispositivo de investigación conjunta. No solamente
hace falta considerar que no se sabe, también hace falta asumir que se puede aprender.
1.- El aula y su acontecer. Hoy en Venezuela.

Con condiciones adversas y amenazas de paro nacional de docentes, el sector educativo


venezolano arranco el año escolar 2020-2021. Un período que inicio con la modalidad de clases
a distancia, al menos hasta ver cuando se pueda evaluar ir a un método semipresencial. 

La modalidad del regreso a clases: Sin lugar a dudas, el regreso presencial a clases no es
favorable para el control de la pandemia. Por eso no hay regreso presencial a clases en
Venezuela y veremos si en 2021 regresamos. La decisión de no regresar a clases presenciales,
por parte de los líderes gubernamentales deja así abierta la escena para el retorno a una
modalidad que presentó más fallas que aciertos en el período escolar pasado (2019-2020).

Las fallas en los servicios básicos para llevar adelante la modalidad a distancia parecen no ser
el mayor de los problemas en este año académico. Un llamado a paro de los docentes, debido a
los bajos salarios que perciben, es lo que ha marcado el regreso a clases.

La acción más contundente fue la de no regresar, no incorporarse a las clases. Se les ha


violentando su contrato colectivo, en nuestra Carta Magna se avala cualquier lucha que den.

Igualmente la posición del Magisterio es no reincorporarse a clases en ninguna modalidad,


mucho menos presencial pues, ante la situación de pandemia mundial, se requiere de equipos de
bioseguridad para garantizar la protección ante un contagio por covid-19. Además de otras
problemáticas como sueldos y escasez de gasolina que les dificulta llegar a las aulas.

En medio del latente llamado a paro y la crítica situación del sector, algunos docentes trabajan
en pro de garantizar, en la medida de las posibilidades, las clases seguras para los niños y
adolescentes. Los textos han sido adaptados con contenido apto para la modalidad a distancia.
Son entregados online o en físico en caso de que el alumno no cuente con Internet. 

Algunas instituciones cuentan con micros educativos emitidos por la radio para llegar a llevar
a enseñanza a más estudiantes. Sobre los educadores, recibieron una inducción para prepararlos y
mejorar su actuación en esta modalidad a distancia. Con la idea de reforzar los siguientes
puntos: 

 Educación en emergencia.
 Qué estrategias utilizar en el proceso de nivelación.
 Cómo desarrollar procesos de enseñanza en un proceso de modalidad a distancia.
 Cómo será el proceso de evaluación.
Pese a toda planificación no hay certezas en este año escolar 2020-2021. Los docentes se
mantienen firmes en no continuar con los bajos salarios. El paro y ausencia de respuestas del ME
para contribuir a los profesionales, podría significar el colapso total del ya deteriorado sistema
educativo venezolano.
2.- El clima organizacional en la escuela. Normas y Valores.

Uno de los aspectos que mayor influencia tienen en el comportamiento y satisfacción del
capital humano, es el clima organizacional, fenómeno que determina los sentimientos y
motivaciones de las personas, además de repercutir en el rendimiento, calidad del trabajo,
productividad laboral, bienestar de los trabajadores y demás elementos importantes para el buen
funcionamiento de la organización (Peraza y García, 2004; Cárdenas, Arciniegas y Barrera,
2009). Al estudiar el clima organizacional (CO) en instituciones educativas se logran identificar
áreas de oportunidad que se traducen en el insumo estratégico para incrementar el nivel de
productividad y desempeño docente, puesto que fomentar condiciones laborales óptimas a los
prestadores de la educación contribuye al buen funcionamiento del sistema escolar, logrando
alcanzar las metas académicas en materia de calidad en los servicios (Caligiore y Díaz, 2003;
Saccsa, 2010; Chávez, 2011).

Por definición, el clima organizacional consiste en el conjunto de propiedades del ambiente


interno en que opera la organización, las cuales de manera directa o indirecta influyen sobre la
conducta, motivación y percepciones de los trabajadores (Litwin y Stringer, 1968; Brunet, 1987;
Silva, 1996). En complemento, Pérez de Maldonado (1997; 2000) señala que el CO es un
fenómeno socialmente constituido por las interacciones entre los individuos y las condiciones de
trabajo, mismas que dan significado a las expectativas individuales y grupales. Por último,
Forehand y Gilmer (1964) y Saccsa (2010), mencionan que el CO se define como una cualidad
objetiva, relativamente perdurable y fácilmente medible en la organización que distingue a una
organización de otra y que puede intervenir en aspectos como el comportamiento individual y los
estilos de dirección.

Analizar estas definiciones permite identificar una serie de características que detallan la
estructura y alcance del CO. Por ejemplo, se puede señalar: 1. Es un fenómeno generalmente
perdurable en el tiempo. 2. Refleja la personalidad de la institución. 3. Sus características son
percibidas directa o indirectamente por los miembros de la organización. 4. Tiene repercusiones
en el comportamiento de las personas, y viceversa, las actitudes y conductas de los individuos
influyen en el clima de la organización. 5. Es afectado por variables como el estilo de dirección,
sistemas de contratación y despidos, las políticas y procedimientos de la gestión. 6. La
insatisfacción laboral puede ser indicador de un mal clima laboral. 7. Influye en los factores
organizacionales y la motivación del personal. 8. Permite integrar la persona, los grupos y la
organización en general.

Según García, Mercado, Sotelo, Vales, Esparza y Ochoa (2011), estudiar el CO en instituciones
educativas es para todos los entes involucrados, una oportunidad para mejorar y potencializar los
procesos internos de la docencia y generar ventaja competitiva sobre otras organizaciones del
sector, puesto que Chávez (2011) afirma que desarrollar entornos laborales propicios en los
centros de educación incentiva la eficacia y el compromiso del personal docente, debido a que el
adecuado ambiente de trabajo favorece el comportamiento y desempeño laboral de las personas.
3.- Desarrollo de habilidades comunicacionales dentro de la escuela.

La comunicación, es la base del crecimiento social y cultural de una sociedad, estructurada


como la base fundamental para la formación y educación de la misma, partiendo del supuesto
que en el  proceso de  enseñanza- aprendizaje se conoce como la utilización de símbolos
estructurados para la interlocución de los miembros al compartir el conocimiento, creando redes
y sociedades del conocimiento para la mejora continua de la calidad en la enseñanza, los
enfoques educativos y pedagógicos han llevado a la comunicación como la principal herramienta
para crear el vínculo entre el docente y el estudiante hasta lograr el aprendizaje efectivo.

Por su parte Maturana y Varela (1984) establecen a la comunicación como la interacción


multidimensional que se da a través de diferentes espacios: físico, biológico, psicológico, en los
que “el fenómeno de la comunicación no depende de lo que se entrega sino de lo que pasa con lo
que se recibe” (p. 160), logrando así que juntos busquen los lugares más idóneos para que se
lleve a cabo el intercambio de conocimientos.

Para lograr este desarrollo de competencias en la comunicación, es indispensable que los


docentes formulen interés en el estilo de impartir la enseñanza de una manera activa y atractiva a
los estudiantes, para que sea fluido el sistema de comunicación mediante las diferentes técnicas y
herramientas eficaces y efectivas que tenga a su alcance en sus saberes. La comunicación
educativa eficiente debe ser: motivadora, persuasiva, estructurante, adaptativa, generalizadora
facilitadora del aprendizaje.

Mediante el desarrollo de las habilidades pedagógicas el docente requiere convertirse en


interlocutor, mediador, comunicador, motivador en el gusto por aprender con actitud positiva y
líder de un proceso de enseñanza-aprendizaje que toma como base las técnicas para lograr el
dominio de ciertos materiales de clase, o la demostración de métodos de enseñanza basados en
una comunicación fluida y atractiva.

La forma principal de establecer la comunicación entre interlocutores mediante el enfoque de


competencias y Neurolingüistico donde el docente debe saber manejar la micro enseñanza básica
en áreas especificas del conocimiento debemos plantear la necesidad de desarrollar habilidades
tales como la inducción, la comunicación, la variación en el estimulo para retener la atención, las
preguntas de refuerzo, el manejo y control del grupo al que va destinada la enseñanza , la
integración de puntos principales mediante las diferentes tecnologías de la información y
comunicación, la organización lógica del material hasta llegar a la evaluación final.

El lenguaje verbal con el que se conduzca es vital para enlazar la comunicación utilizando el
adecuado al contexto social, cultural y en general del entorno al que va dirigido controlando la
velocidad, claridad, modulación y vocabulario adecuado al grupo al que va dirigido, evitando las
muletillas, acentos y vicios no adecuados. Por su parte el lenguaje no verbal es pieza clave para
motivar y relacionar lo expresado en el grupo, con el control de la territorialidad, el espacio
personal, el estilo hasta llegar a los ademanes en cada palabra, nos llevan a crear una interacción
positiva con el estilo de enseñanza logrando un canal sensorial favorable para el aprendizaje.
4.- El cambio cultural y la escuela como institución positiva.

Uno de los hechos que con mayor frecuencia se pasan por alto en el planteamiento de las
reformas es la existencia de una cultura escolar, que está expresada en ideas, expectativas,
normas y formas de actuar, que son propias del medio escolar, y que se asumen como
características del desempeño de los roles sociales y actuaciones convencionales que
desempeñan quienes intervienen en las escuelas. Esa cultura escolar determina lo que se espera
que suceda en las escuelas, lo que se supone que en ellas se debe hacer y lo que puede aceptarse
como adecuado dentro del ámbito escolar.

Las formas de ejercicio de la autoridad y la gestión en las escuelas, así como la adopción de
creencias y la reiteración de prácticas, que se asumen como consistentes con ese ejercicio, se
transforman, de manera progresiva, en elementos básicos de la cultura escolar, que tienden a
replicarse a lo largo del tiempo. Esos elementos, y otros que se reflejan en las ideas y usos
comunes dentro del medio escolar, condicionan y determinan las posibilidades concretas de
transformación de las escuelas.

Algunas de las creencias y prácticas más determinantes de la cultura escolar son las
relacionadas con la manera como quienes interactúan en la escuela, conciben y expresan en la
práctica cotidiana la concepción de la enseñanza y del aprendizaje. Las creencias y prácticas que
determinan y expresan la cultura escolar tienden a formar un ámbito cerrado, que muestra rasgos
de impermeabilidad a las influencias del entorno social y cultural.

No es realista esperar que se logren cambios de fondo en un sistema educativo sin intentar la
transformación de la cultura escolar. Es poco probable que las innovaciones que pretenden
incidir en el funcionamiento de las escuelas resulten eficaces, si se tratan de impulsar, de manera
preponderante, por la vía de prescripciones originadas y transmitidas desde fuera del ámbito
escolar y su entorno más inmediato. Sin importar lo innovadoras y razonables que esas
prescripciones pudieran parecer, tenderían a ser asimiladas por la propia cultura escolar que,
lejos de transformase, se afianzaría.

Las energías sociales que están latentes en las escuelas y su entorno no pueden liberarse por
decreto. Es preciso abrir espacios para que esa liberación pueda gestarse a partir de decisiones
reales de los maestros, de los educandos y sus familias, y de otros actores relevantes en las
escuelas y su entorno, sobre lo que vale la pena aprender, sobre la mejor manera de aprenderlo y
sobre la forma de apreciar y compartir lo aprendido.

En las distintas manifestaciones culturales, en la cultura escolar las prácticas, las normas, las
ideas, los valores, las expectativas y las creencias sociales se refuerzan mutuamente. Sin
embargo, solo las ideas, los valores y las creencias que se expresan en prácticas usuales, tienden
a transformarse en creencias y expectativas arraigadas que se transmiten a lo largo del tiempo
como rasgos culturales propios del contexto escolar.

Algunas ideas, valores y creencias debieran, tal vez, plantearse con mayor detenimiento con
vistas a una transformación de la cultura escolar, que se exprese en prácticas alternativas, de
naturaleza concreta.

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