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Autismo y Asperger: ¿Síndromes separados o variedades de lo mismo?

Preprint · March 2018


DOI: 10.13140/RG.2.2.30055.14242

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Alejandro José Linconao


Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales - Argentina
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Autismo y Asperger: ¿Síndromes separados o variedades de lo mismo?

Alejandro J. Linconao

Licenciado en Psicología, Maestrando en Psicología Cognitiva y Aprendizaje (FLACSO

/ UAM). Correo electrónico: ajlinconao@gmail.com

Resumen

El presente trabajo busca realizar un breve recorrido sobre lo clasificado bajo el

título de Autismo y su relación con el denominado síndrome de Asperger. Entidades,

durante un tiempo nosograficamente diferenciadas, hoy englobadas bajo la

denominación de Trastornos de Espectro Autista.

Palabras claves: autismo, asperger, espectro autista

El Autismo

Pasado un siglo desde su descripción, el autismo ha atravesado distintas

nosografías, modificándosele los trastornos que engloba. El término autismo aparece

por primera vez en la monografía Dementia praecox oder Gruppe der Schizophrenien

escrita por Eugen Breuler. Con esta designación señalaba el estado de aislamiento que

se manifestaba en psicosis esquizofrénicas. La primera descripción del autismo, como

un cuadro nosografico diferenciado, es la realizada en 1943 por Leo Kanner. Kanner

reportaría un conjunto de 11 niños que compartirían un trastorno que él llamaría

“alteraciones autísticas” (Naranjo Flórez, 2014). El grupo estudiado tenían en común

comportamiento de aislamiento, conductas obsesivas, estereotipias y ecolalia.

En 1967, el CIE 8, fue el primer manual en considerar este cuadro que lo

categorizó dentro como un subgrupo de la esquizofrenia. Posteriormente a instancia de


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los trabajos desarrollados por Kolvin y Michael Ruttern se separó el cuadro de la

esquizofrenia. Ruttern describe cuatro criterios distintivos del autismo: deterioro de las

relaciones y desviaciones sociales, trastorno de la comunicación, patrón de conductas

estereotipadas y repetitivas con un inicio anterior a los 30 meses (Naranjo Flórez, 2014).

Con la aparición en 1980 del DSM-III, finalmente se separa el autismo de las

esquizofrenias categorizándolas como un trastorno del desarrollo.

El Síndrome de Asperger

En el año 1944, durante la ocupación alemana de Austria, el pediatra austríaco

Hans Asperger publicaría un artículo describiendo un cuadro aparentemente

desconocido. El artículo en cuestión daba cuenta de un grupo de niños con escasa

interacción emocional y social, con habla monocorde y estructurada; con dificultades

en la empatía y con presencia de conductas repetitivas. Los niños estudiados adquirían

un lenguaje fluido pero con fallas en su uso contextual, se encontraba afectado el

aspecto pragmático del lenguaje. A este cuadro, el doctor Asperger, en una sorprendente

casualidad, lo denominaría también autismo. Lo por el observado se asemeja al

descripto por Kanner con una salvedad. Asperger destaca que los niños contaban con

una inteligencia normal y eran buenos en matemáticas y ciencias naturales. Algunos

niños incluso contaban con una alta inteligencia que se evidenciaba fácilmente por los

que Asperger los llamaría “pequeños profesores” (Naranjo Flórez, 2014). Estas

características implicarían a futuro se realizara una diferenciación con el autismo

descrito por Kanner. Lo observado por el austriaco, una forma de autismo sin déficit

cognitivo, tomaría entidad propia denominándose síndrome de Asperger. Bajo este

nombre aparecería en 1994 en el DSM-IV.


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Autismo y Asperger ¿son distintos?

Se ha planteado al autismo y al Asperger como dos entidades nosograficas

distintas. No obstante la diferenciación entre ambos cuadros es poco clara. En ninguno

de los dos casos se encuentra reportada la existencia de ningún marcador biológico que

posibilite el separar rotundamente los cuadros. El diagnostico de ambos cuadros era de

orden clínico. La falta de determinantes biológicos resulto que se utilizaría la

clasificación de Asperger tanto como diagnostico provisional como para categorizar

cuadros de autismo de menor gravedad (Hernández Rivero, Risquet Águila y León

Álvarez, 2015). Dificultando todavía más la situación, cabe mencionar que los criterios

de diferenciación del autismo en el DSM-IV no son eficientes en la práctica clínica. La

excesiva amplitud de criterios del manual que exceden la descripción realizada por

Kanner atentan contra una clara delimitación del cuadro siendo, posiblemente, causa de

un sobre-diagnóstico del trastorno (Garrabé de Lara, 2012). Desde la V° edición del

DSM ha pasado a englobarse bajo el título de Trastorno de Espectro Autista (TEA)

tanto los cuadros anteriormente designados como Asperger y Autismo. Dentro de los

Trastornos de Espectro Autista ahora se encuentran el trastorno de Asperger, el

Trastorno Desintegrativo Infantil y los TGD-NOS: Esto se basa en el hecho de que no

existen diferencias científicas que rotundamente determinen una división entre los

cuadros. Las posibles diferencias entre las distintas variantes de autismo no estarían en

relación a síntomas específicos que configuren un cuadro claramente diferenciado

(Artigas-Pallares y Paula, 2012).

Conclusiones

Todo apunta a indicar que, muy posiblemente, lo observado por Leo Kanner y lo

observado por Hans Asperger sea la misma condición sobre la que se realizaron
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interpretaciones diferentes. Esto suscitaría que se interpretara el mismo cuadro como

síndromes diferenciados (Cala Hernández, Licourt Otero, y Cabrera Rodríguez, 2015)

La subdivisión anterior entre los supuestos síndromes diferenciados estaría en

relación a manifestaciones ajenas al núcleo central del autismo como lo es el nivel

intelectual o el lenguaje. A la luz de lo anterior, la diferenciación entre los síndromes

tratados se ve desdibujada. Por tanto es correcto que el denominado síndrome de

Asperger sea englobado dentro de los Trastornos del Espectro Autista.


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Referencias

Artigas-Pallares, J. y Paula, I.(2012) El autismo 70 años después de Leo Kanner y Hans


Asperger. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. vol.32 no.115 Madrid jul./sep. 2012
Recuperado de: http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/v32n115/08.pdf

Cala Hernández, O., Licourt Otero, D. y Cabrera Rodríguez, N. (2015) Autismo: un


acercamiento hacia el diagnóstico y la genética. Revista de Ciencias Médicas.
Enero-febrero, 2015; 19 (1):157-178. Recuperado de:
http://scielo.sld.cu/pdf/rpr/v19n1/rpr19115.pdf

Garrabé de Lara, J. (2012) El autismo. Historia y clasificaciones. Salud mental Vol. 35,
No. 3, mayo-junio 2012. Recuperado de:
http://www.scielo.org.mx/pdf/sm/v35n3/v35n3a10.pdf

Hernández Rivero, O., Risquet Águila, D. y León Álvarez, M., (2015)¿Síndrome de


Asperger o buena evolución de un autismo infantil?. Medicentro Electrónica
vol.19no.4 Santa Clara set.-dic. 2015. Recuperado de:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1029-
30432015000400011

Naranjo Flórez, R. A., (2014) Avances y perspectivas en Síndrome de Asperger. NOVA


- Publicación Científica en Ciencias Biomédicas - Issn: 1794-2470 - Vol. 12 No.
21 Enero - Junio de 2014. Recuperado de:
http://www.scielo.org.co/pdf/nova/v12n21/v12n21a07.pdf

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