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TRASTORNO DEL ESPECTRO

AUTISTA
Buscando una explicación
CAPITULO 1

TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA


Definición:
Es difícil, en estos momentos dar una definición precisa para el concepto TEA , dado que las
clasificaciones que se realizan están en continua modificación y las investigaciones nos muestran
nueva información aún por consolidar.

Toda la información que se tiene actualmente es mayor y se refieren al autismo clásico. Sin
embargo, hay todo un espectro de trastornos con diferente gravedad que se engloban dentro de
los llamados TEA.

El autismo es un espectro de trastornos caracterizados por graves déficits del desarrollo,


permanentes y profundos, que afectan a la socialización, la comunicación, la imaginación y la
conducta, entre otras cosas.

El TEA no es una enfermedad mental sino un trastorno del desarrollo que comienza en la niñez
y dura toda la vida. Afecta cómo una persona se comporta, interactúa con otros, se comunica y
aprende; una alteración en los modos naturales en los que los niños crecen en relación con sus
competencias para comprender el mundo social y emocional. Además este trastorno se expresa
de manera muy diferente, a lo largo de un continuo

El desarrollo se puede alterar de diferentes formas: por retraso, mismas etapas de manera más
lenta; por desviación, sigue otra ruta diferente, desviándose del camino «normal». En el TEA
encontramos ambas formas de alteración del desarrollo, pero sobretodo, y más específicamente,
la desviación, de modo que el niño con TEA toma una ruta de desarrollo muy diferente al
esperado, dándose en ocasiones también un retraso para adquirir determinadas capacidades.

Riviére “El autismo es la distorsión cualitativa más severa del desarrollo humano, es decir, es
aquel cuadro en que se da un cambio cualitativo, una forma de desarrollo más diferente de la
forma normal que uno se puede imaginar y precisamente por eso el autismo contiene una gran
promesa y es que nos ayuda a entender el desarrollo humano hasta límites que ningún otro
cuadro es capaz de ayudarnos”.

Según la Autismo Society of América, es un trastorno de origen neurobiológico que da lugar a un


curso diferente en el desarrollo de las áreas de comunicación verbal y no verbal, las interacciones
sociales y de repertorio anormalmente restringido de comportamientos e intereses. Dicho en
palabras sencillas, el autismo es un síndrome (conjunto de características), que afectan la
capacidad de comunicarse y de relacionarse; además de acciones muy repetitivas tanto en sus
intereses como en su comportamiento.

El grado de severidad del autismo varía mucho. Los casos más graves se caracterizan por una
completa ausencia del habla de por vida y comportamientos extremadamente repetitivos,
inusuales, autodañinos y agresivos. Este comportamiento puede persistir durante mucho tiempo
y es muy difícil de cambiar.
Antecedentes históricos:
El término autismo fue utilizado primero por el psiquiatra Eugen Bleuler en 1908. Él lo utilizó para
describir a un paciente esquizofrénico que se había replegado en su propio mundo.

Etimológicamente, la palabra “autismo “es de origen griego, compuesta por “auto”, que quiere
decir que actúa sobre sí mismo o por sí mismo, e “ismo” que hace referencia a proceso
patológico.

Dos son los personajes que han vislumbrado el camino de las investigaciones sobre el Trastorno
del Espectro Autista: Leo Kanner y Hans Asperger.

Kanner nació en un pequeño pueblo de Austria y Asperger en Viena, nacieron casi a la par (diez
años les separaron); uno, Kanner, en las postrimerías del siglo XIX y el otro, Asperger, en los
inicios del siglo XX, y fallecieron con un año de diferencia, antes Asperger (en 1980).

Tanto Kanner como Asperger son considerados pioneros de la investigación del autismo, ya que
fueron los primeros en definirlo como una entidad clínica distinta en el campo de la psiquiatría
infantil; ambos han pasado a la historia como los pioneros y descubridores del Trastorno del
Espectro del Autismo.

Kanner habló de trastorno autista en su artículo de 1943 y Asperger denominó psicopatía autista
a lo que observó en cuatro niños y que describió en un artículo en 1944.

Kanner estaba afincado como psiquiatra afamado en Estados Unidos (adonde llegó en 1924) y
Asperger permaneció en Viena. No está claro aún si Kanner conoció previamente el trabajo de
Asperger a través de los emigrantes austríacos y alemanes a Estados Unidos huyendo del
régimen nazi. Lo cierto es que Asperger desde los primeros años de la década de 1930 ya estaba
hablando de niños con psicopatía autista. Pero para Asperger, el término psicopatía autista no
significa una enfermedad mental, tal como lo pueda estar actualmente considerada la
esquizofrenia, sino que la traducción científica del término que Asperger empleó -Autistische
Psychopathen im Kindesalter- haría referencia (según los propios comentarios de Asperger) a
una manera diferente de ver el mundo, a una alteración, una anormalidad de la personalidad.
Por lo tanto, lo que Asperger realizó fue una descripción de la personalidad de unos niños que
interactuaban con el mundo de una manera peculiar.

Según parece ambos pioneros, Kanner y Asperger, nunca se conocieron personalmente y


probablemente ambos pensaban que el grupo de alteraciones que el otro colega planteaba era
diferente de las planteadas por él. Esta percepción ha llegado hasta nuestros días, pues el
denominado trastorno de Asperger, que entra en los sistemas internacionales de clasificación de
las alteraciones mentales a principios de los años noventa, se suele considerar igual al
denominado autismo de alto nivel de funcionamiento, una categoría no establecida oficialmente
que hace referencia a aquellos niños y niñas con autismo, en el modo en que considera en la
actualidad, que presentan un nivel de funcionamiento intelectual igual o superior a la media.

Según bastantes autores no existen suficientes argumentos científicos para determinar que el
trastorno de Asperger y el autismo de alto nivel de funcionamiento son dos entidades diferentes.
Todo parece apuntar a la idea de que estamos ante un espectro del autismo, un continuo, tal y
como ya apuntó a finales de los años setenta Lorna Wing, psiquiatra inglesa experta en autismo
y madre de una mujer con autismo. Fue Lorna Wing quien precisamente rescató del olvido en
esa misma época (1981) el trabajo de Asperger, con quien mantuvo en los setenta algunas
conversaciones personales.

Diez años después, en 1991, la psicóloga afincada en el Reino Unido y de origen alemán Uta Frith,
experta en autismo, tradujo al inglés con anotaciones personales el artículo original alemán de
Asperger, lo que dio pie a que fuera ampliamente divulgado en todo el mundo científico. En este
trabajo se detallan las características señaladas por Asperger tales como la carencia de empatía,
escasas habilidades sociales para hacer amistades, intereses restringidos, carencia de
reciprocidad en las interacciones sociales, limitada expresión emocional, habla que tiende a ser
pedante, con una entonación peculiar, y centrada en intereses particulares, puede haber
dificultad con el uso de los pronombres, tendiendo a sustituir la primera persona por la segunda
o la tercera.

Estas características son muy familiares a las planteadas por Kanner en 1943, si bien Kanner
señala con más especificidad las alteraciones en la comunicación y en el comportamiento. Las
características que Kanner observó se pueden resumir en: limitada capacidad para establecer
contacto afectivo con otras personas, lo que en otras palabras él denominaba «la extrema
soledad autista»; deseo obsesivo de preservar la igualdad en el entorno y las rutinas; ausencia
de lenguaje o lenguaje poco orientado a la relación social; buen potencial cognitivo observable
en islas de habilidades o capacidad de memoria; y un uso de objetos estereotipado y repetitivo.

En 1950, Bruno Bettleheim reclamaba qué Autismo era un trastorno emocional qué se
desarrollaba en pequeños por daños psicológicos por parte de sus madres. Bettleheim escribió
múltiples libros y apareció en revistas como también en la televisión dialogando su teoría.

En 1964, Bernard Rimland, fundo la Sociedad Americana de Autismo (Autism Society of América)
para qué padres de familia tuvieran una voz en contra de la Teoría Madre Refrigerador.

En 1980, el Autismo fue añadido al Manual Estadístico de Trastornos Mentales – Tercera Edición
DSM-III y en 1987, el término "Trastorno Autista " remplazo "Autismo Infantil" en el manual y
dio una explicación más expansiva del diagnóstico.

En 994, el Trastorno generalizado del desarrollo no especificado y el Síndrome Asperger fueron


añadidos al Manual Estadístico de Trastornos Mentales – Cuarta Edición

Después de 19 años (2013), el DSM V ha sido actualizado basado en nueva literatura y


experiencias clínicas. Cambios significativos en el criterio del Autismo ocurrieron en esta
actualización.
Tipos de Trastorno del Espectro Autista:
De acuerdo al DSM V se agrupan o clasifican en:

Autismo o Síndrome de kanner

Comienza durante los 3 primeros años de vida. Las sintomatologías no se dan en igual intensidad
en todos los niños. La clave en el desarrollo de los niños y niñas con TEA reside en que se da una
desviación de los modos normales en los que tiene lugar el desarrollo humano.

Éste es el trastorno que la mayoría de individuos asocia con el trastorno del espectro autista, y
recibe el nombre de Síndrome de Kanner en relación con el Dr. Kanner, un médico que estudió y
describió esta condición en los años 30.

Los sujetos con autismo poseen una limitada conexión emocional con los demás, y parece que
están inmersos en su propio mundo. Son más propensos a mostrar comportamientos repetitivos,
por ejemplo, pueden organizar y reorganizar el mismo grupo de objetos, hacia adelante y atrás
durante períodos prolongados de tiempo. Y son individuos altamente sensibles ante estímulos
externos como sonidos; y es decir, pueden estresarse o agitarse cuando se expone a ruidos
específicos, luces brillantes o sonidos o, por otro lado, van a insistir en el uso de determinadas
prendas de vestir o colores o van a querer ubicarse en determinadas zonas de la habitación sin
ningún motivo aparente.

Síndrome de Asperger

El Síndrome de Asperger es un trastorno del espectro autista más complicado de diagnosticar y,


en ocasiones, este diagnóstico se suele realizar más tarde que el caso anterior. Esto ocurre
porque las personas con Asperger presentan una inteligencia media (alta) que puede ocasionar
que se infravaloren las dificultades y limitaciones que presentan.

Se caracteriza por la dificultad para la interacción social, las obsesiones, los patrones del habla
extraños, pocas expresiones faciales y otras peculiaridades. Con frecuencia, los niños que
padecen el síndrome de Asperger tienen dificultad para comprender el lenguaje corporal de otras
personas. Tal vez se embarquen en rutinas obsesivas y muestren una sensibilidad inusual a los
estímulos sensoriales (por ejemplo, es posible que les moleste una luz que ninguna otra persona
nota. tal vez se cubran los oídos para evitar sonidos del ambiente; o quizás prefieran usar ropa
hecha exclusivamente de un tejido determinado).

En general, los niños y los adolescentes con síndrome de Asperger pueden desempeñarse
normalmente en la vida diaria, pero tienen una tendencia a la inmadurez social, se relacionan
mejor con los adultos que con sus pares y tal vez los demás los consideren raros o excéntricos.

Otras características del síndrome de Asperger pueden incluir retrasos en la motricidad, torpeza,
intereses limitados y preocupaciones peculiares.

Los adultos con síndrome de Asperger tienen dificultad para demostrar empatía hacia los demás
y continúan teniendo dificultades en las interacciones sociales.
Se caracteriza por lo siguiente:

a) Trastorno Cualitativo de la relación: Incapacidad de relacionarse con iguales. Falta de


sensibilidad a las señales sociales. Alteraciones de las pautas de relación expresiva no verbal.
Falta de reciprocidad emocional. Limitación importante en la capacidad de adaptar las
conductas sociales a los contextos de relación. Dificultades para comprender intenciones ajenas
y especialmente las “dobles intenciones”.

b) Inflexibilidad mental y comportamental: Interés absorbente y excesivo por ciertos contenidos.


Rituales. Actitudes perfeccionistas extremas que dan lugar a gran lentitud en la ejecución de
tareas. Preocupación por “partes” de objetos, acciones, situaciones o tareas, con dificultad para
detectar totalidades coherentes.

c) Problemas de habla y lenguaje: Retraso en la adquisición del lenguaje, con anomalías en la


forma de adquirirlo. Uso de lenguaje rebuscado, formalmente excesivo, inexpresivo, con
alteraciones prosódicas y características extrañas del tono, ritmo, modulación, etc. Dificultades
para interpretar enunciados no literales o con doble sentido. Problemas para saber “de que
conversar” con otras personas. Dificultades para producir emisiones relevantes a las situaciones
y los estados mentales de los interlocutores.

d) Alteraciones de la expresión emocional y motora: Limitaciones y anomalías en el uso de gestos.


Falta de correspondencia entre gestos expresivos y sus referentes. Expresión corporal
desmañada. Torpeza motora en exámenes neuropsicológicos.

e) Capacidad normal de “inteligencia impersonal”: Frecuentemente habilidades especiales en


áreas restringidas.

Es importante destacar que, a diferencia de los niños con autismo, quienes padecen síndrome de
Asperger tal vez no presenten ningún retraso en el desarrollo del lenguaje; suelen tener buenas
aptitudes gramaticales y un vocabulario avanzado a edades tempranas. Sin embargo, muchos
de ellos presentan un trastorno del lenguaje (por ejemplo, un niño podría ser sumamente literal
y tener problemas para usar el lenguaje en contextos sociales).

Con frecuencia, no existen retrasos evidentes en el desarrollo cognitivo. Los niños con síndrome
de Asperger tal vez tengan problemas para prestar atención y organizarse, o tengan aptitudes
bien desarrolladas en algunas áreas y deficientes en otras, pero suelen tener una inteligencia
media o superior a la media.

El déficit se encuentra, por tanto, en el campo de las habilidades sociales y el comportamiento,


siendo lo suficientemente importante como para comprometer seriamente su desarrollo e
integración social y laboral. Además, las personas con Síndrome de Asperger muestran carencias
en la empatía, poca coordinación psicomotriz, no entienden las ironías ni el doble sentido del
lenguaje y se obsesionan con ciertos temas.
El Autismo de Kanner y el síndrome de Asperger se diferencia principalmente por dos aspectos:

Autismo Síndrome de Asperger


Coeficiente intelectual generalmente por Coeficiente intelectual generalmente por
debajo de lo normal. encima de lo normal.

El diagnóstico se realiza normalmente antes El diagnóstico se realiza normalmente


de los 3 años. después de los 3 años.

Retraso en la aparición del lenguaje. Aparición del lenguaje en tiempo normal.

Alrededor del 25 por ciento son no verbales. Todos son verbales.

Gramática y vocabulario limitados. Gramática y vocabulario por encima del


promedio.
Desinterés general en las relaciones sociales. Interés general en las relaciones sociales.
No desean tener amigos. Desean tener amigos y se sienten frustrados
por sus dificultades sociales.

Un tercio presenta convulsiones. Incidencia de convulsiones igual que el resto


de la población.

Desarrollo físico normal. Torpeza general.

Ningún interés obsesivo de 'alto nivel'. Intereses obsesivos de 'alto nivel'.

Los padres detectan problemas alrededor de Los padres detectan problemas alrededor de
los 18 meses de edad. los dos años y medio.

3. Trastorno desintegrador infantil o Síndrome de Heller

Este trastorno, normalmente referido como Síndrome de Heller, suele aparecer sobre los 2 años,
aunque puede no diagnosticarse hasta pasados los 10 años.

Es similar a los TEA anteriores porque afecta a las mismas áreas (lenguaje, función social y
motricidad), aunque se diferencia de éstos en su carácter regresivo y repentino.

Los individuos con Síndrome de Heller pueden tener un desarrollo normal hasta los 2 años, y
pasado este tiempo sufrir la sintomatología característica de este trastorno.

Existe un primer periodo de síntomas característicos (irritabilidad, inquietud, ansiedad y relativa


hiperactividad), al que sigue la pérdida progresiva de capacidades de relación social, con
alteraciones marcadas de las relaciones personales, de habla y lenguaje, pérdida o ausencia de
interés por los objetos, con instauración de estereotipias y manierismos. Suelen presentar crisis
epilépticas.

Distintos estudios concluyen que este trastorno es entre 10 y 60 veces menos frecuente que el
autismo. Sin embargo, su pronóstico es peor.
4. Trastorno generalizado del desarrollo no especificado

Es una etiqueta diagnóstica que se utiliza en aquellos casos en que los síntomas clínicos son
demasiado heterogéneos como para ser incluidos en alguno de los otros tipos.

Cuando los síntomas clínicos que presenta el sujeto con trastorno del espectro autista son
demasiado heterogéneos y no encajan en su totalidad con los tres tipos anteriores, se emplea la
etiqueta diagnóstica de “trastorno generalizado del desarrollo no especificado”.

El sujeto con este trastorno se caracteriza por tener un déficit de reciprocidad social, problemas
severos de comunicación y la existencia de intereses y actividades peculiares, restringidas y
estereotipadas.
DSM IV versus DSM V
DSM.- Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales

El DSM es una clasificación de trastornos mentales que sirve de referencia a numerosos


profesionales de la salud para el establecimiento de un diagnóstico. Además, el DSM se utiliza
para la investigación y para establecer estadísticas de salud pública.

En 2013 la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) publicó la nueva versión del Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-5.

Los cambios incorporados en la quinta edición del DSM (el DSM-5) han eliminado criterios
diagnósticos utilizados desde hace décadas para el diagnóstico del autismo y de los trastornos
asociados.

Clasificado (el autismo) en un principio bajo el término “esquizofrenia infantil” en la primera


edición de 1952, el concepto diagnóstico del autismo ha visto modificada su definición en cada
nueva edición del DSM. Cada una de estas actualizaciones ha sido objeto de controversia y los
últimos cambios introducidos en la quinta edición de mayo de 2013 no son una excepción

Con el DSM-5 las diferencias van a ser más cuantitativas que cualitativas, se va a recalcar mucho
el nivel de severidad y, así mismo, vamos a encontrar que a partir de ahora se hablará de las
limitaciones sociales y de la comunicación como un único conjunto de dificultades y no como de
dos ámbitos separados del desarrollo, con lo que se logrará también un lenguaje menos
redundante y más empírico, teniendo en cuenta además que las limitaciones en el lenguaje no
son específicas del Autismo.

Las principales diferencias entre el DSM-5 y el DSM-IV

1. Definición del autismo

El DSM-IV, publicado en 1994, definía el autismo y sus trastornos asociados como “trastornos
generalizados del desarrollo” (TGD). En el DSM-5, esta definición ha sido sustituida por el término
“trastornos del espectro autista” (TEA), que han sido incluidos a su vez dentro de una categoría
más amplia de “trastornos del neurodesarrollo”.

2. Los subtipos del autismo

En el DSM-IV, la categoría de los trastornos generalizados del desarrollo comportan cinco


subtipos de autismo: el trastorno autista, el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo
infantil, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (TGD no especificado) y el
síndrome de Rett.

El DSM-5 ha sustituido cuatro de estos subtipos (trastorno autista, síndrome de Asperger,


trastorno desintegrativo infantil y TGD no especificado) por la categoría general “trastornos del
espectro autista” (TEA). El síndrome de Rett ya no forma parte de este sistema de clasificación.
En lugar de hacer distinción entre estos subtipos, la definición diagnóstica del DSM-5 especifica
tres niveles de gravedad en los síntomas, así como el nivel de apoyo necesario.
3. Síntomas clínicos

La definición diagnóstica del autismo en el DSM-IV se caracterizaba por 3 síntomas de base


(tríada):

a. deficiencias en la reciprocidad social

b. deficiencias en el lenguaje o en la comunicación

c. repertorio de intereses y actividades restringido y repetitivo.

En el DSM-5, sólo quedan dos categorías de síntomas:

a. “deficiencias en la comunicación social” (los problemas sociales y de comunicación se


combinan)

b. “comportamientos restringidos y repetitivos”.

Las categorías de síntomas “deficiencias en la comunicación social” y “comportamientos


restringidos y repetitivos” recogen los mismos elementos que en el DSM-IV, a excepción de dos
cambios importantes:

a. Las “deficiencias o retraso en el leguaje” ya no se incluyen en esta categoría de síntomas del


DSM-5.

b. El síntoma clínico “sensibilidad inusual a los estímulos sensoriales”, que no aparecía en el DSM-
IV, se incorpora ahora a la categoría “comportamientos repetitivos”.

4. Aparición del autismo

Otro cambio es la sustitución del criterio diagnóstico del DSM-IV que indica que los síntomas del
autismo debían aparecer antes de los 36 meses de edad por la siguiente definición, más
“abierta”: “Los síntomas deben estar presentes desde la infancia temprana, aunque pueden no
manifestarse plenamente hasta que la limitación de las capacidades impide la respuesta a las
exigencias sociales”.

5. Diagnóstico diferencial

El DSM-5 introduce una nueva etiqueta diagnóstica dentro de la categoría “deficiencias en el


lenguaje”: “los trastornos de la comunicación social”. Los criterios diagnósticos de esta
subcategoría solapan en parte con los del TEA; de modo que los niños diagnosticados con un
trastorno de la comunicación social tienen una “deficiencia pragmática”, así como un problema
de “utilización social de la comunicación verbal y no verbal”. Sin embargo, la presencia adicional
de intereses obsesivos y de comportamientos repetitivos excluye la posibilidad de un diagnóstico
de trastorno de la comunicación social. Por lo tanto, la presencia de comportamientos repetitivos
es esencial en el establecimiento de un diagnóstico diferencial de autismo
Niveles de gravedad del trastorno del espectro del autismo

Nivel de gravedad Comunicación Social Comportamientos restringido y


repetitivos

Las deficiencias graves de las aptitudes La inflexibilidad de


de comunicación social verbal y no verbal comportamiento, la extrema
Grado 3 causan alteraciones graves del dificultad de hacer frente a
funcionamiento, inicio muy limitado de los cambios u otros
“Necesita ayuda las interacciones sociales y respuesta comportamientos
muy notable” mínima a la apertura social de otras restringidos/ repetitivos
personas. Por ejemplo, una persona con interfieren notablemente con
pocas palabras inteligibles que el funcionamiento en todos
raramente inicia interacción y que, los ámbitos. Ansiedad
cuando lo hace, realiza estrategias intensa/dificultad para
inhabituales sólo para cumplir con las cambiar el foco de acción.
necesidades y únicamente responde a
aproximaciones sociales muy directas

Deficiencias notables de las aptitudes de La inflexibilidad de


comunicación social verbal y no verbal; comportamiento, la dificultad
problemas sociales aparentes incluso con de hacer frente a los cambios
ayuda in situ; inicio limitado de u otros comportamientos
Grado 2 interacciones sociales; y reducción de restringidos/ repetitivos
respuesta o respuestas no normales a la aparecen con frecuencia
“Necesita ayuda apertura social de otras personas. Por claramente al observador
notable” ejemplo, una persona que emite frases casual e interfieren con el
sencillas, cuya interacción se limita a funcionamiento en diversos
intereses especiales muy concretos y que contextos. Ansiedad y/o
tiene una comunicación no verbal muy dificultad para cambiar el
excéntrica. foco de acción.

Sin ayuda in situ, las deficiencias en la La inflexibilidad de


comunicación social causan problemas comportamiento causa una
importantes. Dificultad para iniciar interferencia significativa con
interacciones sociales y ejemplos claros el funcionamiento en uno o
Grado 1 de respuestas atípicas o insatisfactorias a más contextos. Dificultad
la apertura social de otras personas. para alternar actividades. Los
“Necesita ayuda” Puede parecer que tiene poco interés en problemas de organización y
las interacciones sociales. Por ejemplo, de planificación dificultan la
una persona que es capaz de hablar con autonomía.
frases completas y que establece
comunicación pero cuya La conversación
amplia con otras personas falla y cuyos
intentos de hacer amigos son excéntricos
y habitualmente sin éxito.
Aproximación histórica del autismo según el DSM:
- DSM-I y en el DSM-II (1952 y 1968) el Autismo era considerado un síntoma de la
Esquizofrenia

- DSM-III (1980) se comenzó a hablar de Autismo Infantil.

- DSM-III- R (1987) de incluyó el Trastorno Autista.

- DSM-IV-TR (2000) se definen cinco categorías diagnosticas dentro de los Trastornos


Generalizados del Desarrollo (TGD): Trastorno Autista, Trastorno de Rett, Trastorno
Desintegrativo Infantil, Trastorno de Asperger y Trastorno Generalizado del Desarrollo
no especificado.

- DSM-5 (2013) se habla de una única categoría, el Trastorno del Espectro del
Autismo (TEA).
Epidemiología
Los estudios muestran que los TEA son bastante más frecuentes de lo que se pensaba cuando
aún no conocíamos la variedad con la que estos trastornos se manifiestan.

Se calcula que 1 de cada 160 niños tiene un TEA. Esta estimación representa una cifra media,
pues la prevalencia observada varía considerablemente entre los distintos estudios. No obstante,
en algunos estudios bien controlados se han registrado cifras notablemente mayores.

La prevalencia de TEA en muchos países de ingresos bajos y medios es hasta ahora desconocida.

Según los estudios epidemiológicos realizados en los últimos 50 años, la prevalencia mundial de
estos trastornos parece estar aumentando. Hay muchas explicaciones posibles para este
aparente incremento de la prevalencia, entre ellas una mayor concienciación, la ampliación de
los criterios diagnósticos, mejores herramientas diagnósticas y mejor comunicación

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), refleja los
resultados sobre estudios realizados en la población norteamericana:

● Un promedio de 1 de cada 110 niños presenta Trastorno del Espectro Autista.

 Los Trastornos del Espectro Autista están presentes en todas las razas, etnias y grupos
socioeconómicos.

 Los trastornos del Espectro autista son entre 4 y 5 veces más probables entre la población
masculina que entre la población femenina.

 Entre gemelos idénticos, si uno de ellos presenta un Trastorno del Espectro Autista, el
otro gemelo también lo presentará en el 60-96% de las ocasiones.

 Padres con un hijo/a con un Trastorno del Espectro Autista tiene entre un 2 y un 8% de
posibilidades de tener un segundo hijo con Trastorno del Espectro Autista.

 Se estima que aproximadamente un 10% de las personas con Trastorno del Espectro
Autista tienen un desorden neurológico, genético o metabólico inidentificable (X-frágil,
Síndrome de Down, esclerosis tuberosa etc.).

 Entre el 30 y el 51% de las personas con trastorno del Espectro Autista tienen
discapacidad intelectual asociada (CI <70).

 Alrededor del 40% de los niños con Trastorno del Espectro Autista no tienen lenguaje
oral. Otro entre 25 y 30% tuvieron palabras entre los 12 y 18 meses que luego
perdieron.

 Un tercio de los padres de niños con Trastorno del Espectro Autista notaron un
problema en el desarrollo antes del primer cumpleaños y un 80% de los padres notaron
problemas en el desarrollo antes de los 24 meses de edad
Etiología
La causa exacta del trastorno del espectro autista se desconoce. Es probable que una serie de
factores lleven a que se presente el TEA.

Las investigaciones muestran que los genes pueden participar, ya que el TEA se da en algunas
familias; las tasas de concordancia para gemelos monocigóticos (los que son totalmente iguales,
comparten placenta y vienen del mismo óvulo) están en el rango superior al 80%. Es decir, si uno
de los gemelos monocigóticos tiene TEA el otro tiene una altísima probabilidad de tener también
TEA.

En familias que ya han tenido una hija o un hijo con autismo se identifican, a veces, otras formas
“menores” del trastorno en los padres o entre los hermanos. Estas formas, incluidas en el
denominado fenotipo autístico, apuntan a la diferente expresión genética de estos problemas.

A pesar de las numerosas investigaciones existentes y del desarrollo de gran cantidad de teorías
explicativas, que desde diferentes enfoques intentan aproximarse a sus orígenes, su etiología es
compleja y, en la mayoría de los casos, se desconoce el mecanismo patológico subyacente al
trastorno autista.

No obstante, pareciera haber consenso respecto a la existencia de un déficit en el equipamiento


neurobiológico que afecta el funcionamiento del niño o la niña , aunque no se tiene una respuesta
precisa, ni segura, respecto a qué conjunto de vías o centros nerviosos, se encontrarían alterados,
funcional o estructuralmente, en dicho trastorno.

Una de las ideas más aceptadas por la comunidad científica, es que el autismo puede
relacionarse con un desarrollo atípico de distintas áreas cerebrales. Sobre los indicios derivados
de los estudios epidemiológicos, se sabe que el autismo es más común en varones que en
mujeres; que se asocia con cierta frecuencia a retraso mental (cerca del 75% de los autistas
tienen retraso mental); que la epilepsia se observa casi en el 30% de los adolescentes con
autismo, especialmente en los más afectados; que es frecuente encontrar signos de disfunción
neurológica o persistencia anormal de ciertos reflejos infantiles; y que se asocia a síndromes de
distinto tipo y origen.
Características cualitativas
Las características pueden darse en diferentes niveles de gravedad.

Alteraciones cualitativas en la interacción social

Puede presentarse desde un aislamiento completo, en el que la persona se queda dentro de su


mundo, indiferente a las personas, hasta presentar dificultades en la interacción social por
problemas para comprender sutilezas sociales y por no poder codificar las reglas sociales
implícitas. No les resulta sencillo apreciar las intenciones de los demás, desarrollar juegos y hacer
amigos. En consecuencia el mundo social no les resulta fácil y en muchas ocasiones no les
interesa, razón por la que muestran aislamiento. Estas limitaciones sociales son especialmente
marcadas en la infancia, atenuándose un poco a lo largo de la vida, ya que su interés social va
aumentando espontáneamente y ello favorece el aprendizaje de nuevas competencias.

Alteraciones cualitativas de comunicación

Presentan una alteración en el lenguaje y comunicación verbal y no verbal. Esta falla de la


comunicación verbal se acompaña además de pobreza o ausencia de la comunicación no verbal:
gestos, posturas o expresiones faciales que acompañan normalmente el habla o la sustituyen.
Aquellos que desarrollan el habla, lo hacen con ciertas características peculiares: ecolalia,
perseverancia, inversión pronominal y entonación anormal. Lo más característico es que el
lenguaje no se utiliza de manera social para compartir experiencias y vivencias, presentando
dificultad para iniciar o mantener una conversación recíproca, comprender sutilezas, bromas,
ironías o dobles intenciones, observándose alterados aspectos semánticos y pragmáticos del
lenguaje.

Patrones restringidos de comportamiento e intereses

Presentan rigidez de pensamiento y conductas ritualistas, estereotipadas y perseverantes


(resistencia a la invarianza). Pueden aparecer movimientos corporales estereotipados (aleteos
de manos, giros sobre sí mismo, balanceo, deambulación sin funcionalidad, etc.). El juego tiende
a ser repetitivo, poco imaginativo (hacer hileras, agrupamientos, fascinación por contar y repetir,
etc.), y se pueden generar hasta contenidos obsesivos y limitados de pensamiento y ausencia de
juego simbólico. Presentan también intereses especiales, que no son frecuentes en otras
personas de su edad (fascinación por partes de objetos, piezas giratorias, letras o logotipos, etc.),
aunque lo más característico es que no comparten sus intereses con los demás.

En las personas con mayor capacidad intelectual sus intereses restringidos son más sofisticados
y pueden incluir el hacer colecciones, listados, recopilar datos sobre temas específicos:
astronomía, monedas, mapas, trenes, programas informáticos, etc. Normalmente no están
interesados en compartir su conocimiento de manera recíproca.
Otros aspectos no considerados como criterios diagnósticos

Alteraciones sensoriales.- Las personas del espectro autista perciben distinto, pueden presentar
desde una hipersensibilidad a una hiposensibilidad de los estímulos auditivos, visuales,
gustativos y táctiles. Esta alteración sensorial puede explicar fenómenos frecuentemente
observados, como por ejemplo: Taparse los oídos por los sonidos o volumen de la voz fuerte, a la
reverberancia (reflexión) acústica que se produce en gimnasios, iglesias o espacios muy grandes,
bullicio de un cumpleaños con los globos que se revientan, taparse los ojos por la luz de un flash
fotográfico. También suelen ser hiperselectivos y ritualistas con los alimentos. A algunos les
agrada tocar ciertas texturas, otros no permiten que se acerquen a ellos, otros presentan
molestias con las etiquetas interiores en la ropa. A nivel de hiposensibilidad pueden manifestar
bajos umbrales al dolor, lo que puede producir heridas de las que no acusan dolor como
consecuencia, o no presentar síntomas a enfermedades comunes.

Alteraciones cognitivas.- Éstas varían desde la discapacidad intelectual hasta capacidades en


niveles cognitivos superiores. La irregularidad es tan marcada que un talento excepcional puede
acompañarse con una incompetencia intelectual. Pueden presentar capacidades especiales
(Islotes de capacidad) para la música, dibujo, cálculo, habilidades visoespaciales, memoria
verbal, visual o auditiva. Dentro del espectro autista se presentan un conjunto de déficits
cognitivos como la incapacidad de imaginar lo que otra persona está pensando y
experimentando, llamado en el campo de la psicología como Teoría de la mente. Son
significativos también los déficits en la flexibilidad cognitiva, las funciones ejecutivas, el juicio y
sentido común.

Alteraciones emocionales.- Presentan déficits específicos tanto en el reconocimiento de las


emociones ajenas como en la expresión de las propias. En la personas del espectro autista se
debe tener en cuenta las dificultades emocionales y sus causas, y considerar que los cambios en
las rutinas y/o del entorno (horarios, recorridos, objetos o personas que cambian su ubicación o
postura, etc.), son difícilmente predecibles. Estos cambios son uno de los orígenes de los altos
niveles de ansiedad, angustia y stress en ellos; también presentan baja tolerancia a la
frustración, que se manifiesta en reacciones afectivas inadecuadas, como auto agresividad o
hetero agresividad, signos de angustia, variaciones en el humor y alternancia de emociones
opuestas que responden a la dificultad de poder decodificar los estados emocionales. Todas estas
características varían de acuerdo a la edad, la experiencia que pueda tener el niño o el joven en
el medio y el compromiso de la triada respecto al trastorno en el ciclo vital explicado
anteriormente.
Teorías Explicativas
Ami Klin, psicólogo americano, investigador del Centro de Autismo de Marcus, que funciona bajo
la tutela del Cuidado de Salud Infantil de Atlanta, afirma que:

El autismo se crea a sí mismo a medida que el camino del aprendizaje se bifurca en una dirección
diferente a la esperada. El Trastorno del Espectro Autista se autogenera”, y por eso, cuanto antes
se intervenga las probabilidades de que la intensidad con la que el autismo impacta disminuya
son mayores.

Actualmente no existe una teoría que con certeza indique las causas del Trastorno del Espectro
Autista, aunque se han realizado muchas investigaciones; las investigaciones continúan.

Es conveniente explicar brevemente que es Teoría de la Mente. La expresión "teoría de la mente"


procede de Premack y Woodruff (1978): “Al decir que un sujeto tiene una teoría de la mente,
quiere decir que atribuye estados mentales asimismo y a los demás”. Una teoría de la mente es
esencial para una comunicación normal, tanto verbal como no verbal.

La Teoría de la Mente es la capacidad de tener consciencia de las diferencias que existen entre
el punto de vista de uno mismo y el de los demás. Dicho de otra forma, esta facultad hace posible
que tengamos en cuenta los estados mentales de otros sujetos sin suponer que estas ideas o
pensamientos son como los de uno mismo.

La capacidad para construir “Teoría de la Mente” se describe como el resultado de un mecanismo


cognitivo innato, biológicamente determinado y especializado en la elaboración de
metarrepresentaciones, las representaciones de los estados mentales (Alan Leslie, 1987)

Dentro de las teorías que buscan dar una explicación científica sobre el autismo, tenemos:

• Teoría de la “Ceguera Mental” o Teoría sobre el déficit en Teoría de la Mente: Consiste en


que las personas normales presentan un proceso de mentalización, la habilidad automática para
atribuir deseos, intenciones, emociones, estados de conocimiento, o pensamientos a otras
personas y darse cuenta de que son distintas a las propias. La persona con TEA tiene una
“ceguera metal”, al presentar incapacidad para darse cuenta de lo que piensa o cree otra
persona.

Investigaciones llevadas a cabo por Frith, Leslie y Baron - Cohen han propuesto que la tríada de
problemas comportamentales del autismo es el resultado de un trastorno en la capacidad básica
humana para “leer las mentes”. La explicación que la teoría de la mente da al autismo, plantea
que estas personas carecen de esta capacidad y por eso tienen problemas en ciertas habilidades
sociales, comunicativas e imaginativas.

L. Baron-Cohen y Leslie han centrado sus investigaciones en el autismo y según estos autores,
estos niños tienen graves problemas para teorizar acerca de la mente de los demás.

El déficit en Teoría de la mente de las personas con TEA puede apreciarse tanto desde su
comportamiento cotidiano hasta sus interacciones sociales.
Los siguientes son ejemplos de las categorías que mencionan Baron-Cohen y Howlin11 (1993

Para Frith (1989), los niños con Trastorno del Espectro Autista “no distinguen entre lo que hay
en el interior de su mente y lo que hay en el interior de la mente de los demás”.

El autista parece en ocasiones no distinguir bien a las personas de los objetos. Es incapaz de
ponerse en el lugar de los demás, ni para prodigarles amor ni para intentar herirles.

Existe en ellos una desconexión misteriosa entre su mente y la representación de la de los otros,
que hace que no vean a estos, o al menos que no los vean como semejantes.

La hipótesis de que en el TEA puede haber una alteración específica en el desarrollo de una teoría
de la mente es especialmente atractiva debido a la afirmación de que una teoría de la mente es
esencial para comprender gran parte del comportamiento humano (Dennett, 1978; Wellman,
1985)

Daniel Valdez en su libro: Autismo: enfoques actuales para padres y profesionales de la salud y
la educación, señala que el déficit social, comunicativo y de lectura mental, de acuerdo a Baron
- Cohen (1999) implica:

- Falta de sensibilidad hacia los sentimientos de otras personas

- incapacidad para tener en cuenta lo que otra persona sabe

- incapacidad para hacerse amigos "leyendo" y respondiendo a intenciones.

- incapacidad para "leer" el nivel de interés del oyente por nuestra conversación.

- incapacidad de detectar el sentido figurado de la frase de un hablante.

- incapacidad para anticipar lo que otra persona podría pensar de las propias acciones.

- incapacidad para comprender malentendidos.

- incapacidad para engañar o comprender el engaño.

- incapacidad para comprender las razones que subyacen a las acciones de las personas.

- incapacidad para comprender reglas no escritas o convenciones.

• Teoría del Déficit Afectivo-Social: Esta teoría propuesta por Peter Hobson (1993) sostiene que
los déficit cognitivos y sociales apreciados en el Trastorno del Espectro Autista son de naturaleza
afectiva. Hobson sostiene que la incapacidad de las personas con TEA para establecer relaciones
socioemocionales es innata desde el nacimiento, al igual que lo es la capacidad de establecer
dichas relaciones por parte de los niños.

Hobson sugiere que la ausencia de participación en la experiencia social intersubjetiva


(cognición compartida y consenso, esenciales en la formación de ideas y relaciones) que
presentan los niños con TEA conduce a dos consecuencias especialmente importantes:

1.- Un fallo relativo para reconocer a las personas como personas con sus propios sentimientos,
pensamientos, deseos e intenciones.

2.- Una dificultad severa en la capacidad para “abstraer”, sentir y pensar simbólicamente.
• Teoría de la Coherencia Central Débil: Formulada por Uta Frith en 1.989 trata de explicar la
dificultad que presentan las personas con TEA para integrar la información en un único “todo”
coherente y general; focalizando su atención en pequeños detalles - procesamiento fragmentario
(Daniel Valdez y Víctor Ruggieri - Autismo Del diagnóstico al tratamiento).

Las personas con TEA tienen dificultades para elaborar las interpretaciones comprensivas de las
situaciones mediante la lectura de las intenciones de los participantes, a partir de los
movimientos de los ojos y de las manos de estos y por las pistas contextuales (Daniel Valdez y
Víctor Ruggieri - Autismo Del diagnóstico al tratamiento).

• Teoría de la Función Ejecutiva: Fue formulada por Pennington y Ozonoff, 1.996; Russell, 1.997,
e intenta explicar los patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos y
estereotipados de las personas con TEA.

Innumerables trabajos hablan del papel que los lóbulos frontales del cerebro tienen en el control
de los procesos cognitivos, así como en el aprendizaje, razonamiento y procesos ejecutivos o
supervisores de la conducta.

Los lóbulos frontales, y en especial las regiones corticales prefrontales, parecen estar
directamente implicadas en la regulación de la conducta social, las relaciones emocionales y el
discurso social: Goldman-Rakic (1987). Según Damasio y Maurer (1978), existen alteraciones en
vías de conexión entre los lóbulos frontal y temporal y el sistema límbico.

Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas que se utilizan para llevar a
cabo actividades de manera autónoma. Estas capacidades, también innatas, nos permiten
organizarnos, ser flexibles, anticipar, planificar, marcarnos objetivos y metas, controlar los
propios impulsos, etc.

Algunas de las características del Trastorno del Espectro Autista son similares al déficit de función
ejecutiva que se presentan tras una lesión cerebral. Se han descrito movimientos o habla
repetitiva sin sentido, dificultad en la inhibición de respuestas, repetición inadecuada de
pensamientos o acciones previas y capacidad disminuida para planificar. También se ha
informado de carencias adicionales en el procesamiento de la información que incluye tendencia
a focalizarse sobre un aspecto de la información y fallo en la habilidad para aplicar el
conocimiento de una manera significativa (Daniel Valdez y Víctor Ruggieri - Autismo Del
diagnóstico al tratamiento).

Este déficit en funciones ejecutivas explicaría procesos tales como la dificultad para
desengancharse de la atención a un objeto y pasar la atención a un estímulo nuevo, la dificultad
para planificar acciones. Este modelo explicativo también permite comprender la inflexibilidad
de las personas con TEA, su insistencia en la igualdad y los patrones repetitivos y restringidos de
intereses.
• Teoría de las Neuronas Espejo: Son un tipo particular de neuronas que se activan cuando un
individuo realiza una acción, pero también cuando él observa una acción similar realizada por
otro individuo. Las neuronas espejo forman parte de un sistema de redes neuronales que
posibilita la percepción-ejecución-intención. La simple observación de movimientos de la mano,
pie o boca activa las mismas regiones específicas de la corteza motora, como si el observador
estuviera realizando esos mismos movimientos. Pero el proceso va más allá de que el
movimiento, al ser observado, genere un movimiento similar latente en el observador. El sistema
integra en sus circuitos neuronales la atribución/percepción de las intenciones de los otros, la
teoría de la mente (Blakemore & Decety, 2001; Gallese, Keysers & Rizzolatti, 2004; Rizzolatti,
2005; Rizzolatti & Sinigaglia, 2006).

Las neuronas espejo resultan sorprendentes porque rompen con las categorías tradicionales en
las que se ha clasificado a las neuronas; no son puramente motoras ni puramente sensoriales,
sino ambas a la vez. (Autismo infantil y neuronas en espejo J.O. Cornelio-Nieto – Revista Neurol
2009).

Si el Sistema de Neuronas Espejo, está en verdad involucrado en la interpretación de las


intenciones complejas, entonces una disrupción de este circuito neuronal podría explicar la
sintomatología clásica del TEA, que es su falta de habilidades sociales. Los otros signos cardinales
de este trastorno –ausencia de empatía, déficit del lenguaje, pobre imitación, entre otros, -
también el tipo de manifestaciones esperables si hubiera una disfunción en las neuronas en
espejo. (Ramachandran VS, Oberman LM. Broken Mirrors: Teoría del Autismo).

Las investigaciones del origen y causas de este trastorno no han dado hasta el momento
resultados positivos y certeros, de hecho puedo afirmar que sus causas aún no se conocen.

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