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¿Qué es un mioma uterino?

El mioma uterino (también llamados fibroma uterino) son tumores benignos de


la capa muscular del útero. Esta capa es la más externa de las dos que tiene
el útero y es la responsable de las contracciones que durante el parto expulsan al
feto. Son tumores muy frecuentes y se calcula que pueden estar presentes en más
del 50% de las mujeres. Etiológicamente, están relacionados con las hormonas del
ovario.

¿Qué tipos de mioma uterino existen?

Los miomas se clasifican según donde crecen, es decir en su localización en esa


capa muscular, en función de lo cerca o lejos que estén de la capa interna del
útero (que se llama endometrio).

Mioma submucoso

Son los más internos. Los síntomas de los miomas submucosos son más graves
que otros tipos de miomas como es el caso de las hemorragias vaginales. Esto es
debido a su localización más interna. La técnica quirúrgica de referencia extirpar un
mioma submucoso es la histeroscopia quirúrgica.

Mioma subseroso

Es el miomas situado en parte mas externa de la capa muscular. Los miomas


subserosos se forman debajo de la capa más externa del útero y crecen hacia el
exterior del mismo. Pueden derivar en el llamado mioma pediculado ya que al
desprenderse del útero queda solo unido a él por una fina porción del tejido.

Los síntomas del mioma subseroso pueden tratarse con analgésico aunque la
intervención quirúrgica es el tratamiento definitivo.

Miomas intramurales

Son los que se encuentran en la parte más central de la capa muscular del útero
denominada miometrio, sin alcanzar la parte más interna ni la más externa.
Constituyen el tipo de mioma más común de todos.

El tratamiento recomendado para el mioma intramural es el quirúrgico.

Miomas transmurales

Son muy grandes y afectan a toda la capa muscular, desde la parte más externa
hasta la más interna. El mioma transmural se desarrolla en el espesor de la pared
del útero y puede alcanzar un tamaño que distorsiona el endometrio y la superficie
serosa. ES junto al anterior uno de los más frecuentes.
¿Qué síntomas presentan los miomas uterinos?

Los síntomas del mioma uterino dependen de dos factores: de su tamaño y, sobre
todo, de su localización. Así, los miomas subserosos suelen
ser asintomáticos aunque sean grandes mientras que los submucosos suelen dar
síntomas aunque sean pequeños. Los síntomas principales son de dos
tipos: sangrado anormal (el tipo más frecuente es la regla muy abundante, pero
puede haber también reglas frecuentes, sangrado continuo y otros) y síntomas por
compresión de órganos vecinos cuando son muy grandes (presión en la vejiga, en
el recto, etc.). Algunas pacientes pueden presentar dolor con las reglas o durante
el ciclo, sensación de peso en la parte baja del vientre, molestias con las relaciones.
Sin embargo, hay que destacar que en muchas ocasiones (más del 50% de los
mismos) son totalmente asintomáticos.

Cómo afecta a la fertilidad de la mujer

Este es un tema muy controvertido. Se sabe que los miomas submucosos pueden
dificultar la implantación del embrión o aumentar las posibilidades de aborto (hay
que recordar que estos se encuentran muy cerca de la capa endometrial que es
donde se debe implantar el embrión) y se recomienda extirparlos antes de buscar el
embarazo. Al contrario, los miomas subserosos no suelen interferir en absoluto con
la fertilidad de la mujer. El papel de los miomas intramurales es más discutido y
parece que depende, sobre todo, de su tamaño aunque no existe un tamaño límite
que se relaciones con problemas de fertilidad.

Tratamiento del mioma uterino

Solo hay que tratar aquellos miomas que produzcan síntomas a la paciente. Esto
significa que la paciente no debe recibir tratamiento solo por el hecho de tener un
mioma. Solo aquellas pacientes que tengan molestias deben ser tratadas.
Los tratamientos pueden ser múltiples y su elección depende de muchas cosas
entre las que se cuentan: síntomas de la paciente, edad, deseo gestacional,
preferencias de la paciente, etc.

Las opciones de tratamiento de los miomas son:

1. Tratamiento médico: Gestágenos, anticonceptivos hormonales


combinados (suelen ser muy eficaces en el tratamiento de los trastornos de
sangrado presentados por las pacientes); análogos del factor liberador
de gonadotrofinas (son eficaces en el tratamiento de los trastornos de
sangrado y son capaces de reducir el tamaño; sin embargo dan muchos
efectos secundarios y los síntomas suelen reaparecer al suspender el
tratamiento, por lo que se suelen utilizar como tratamiento prequirúrgico);
moduladores selectivos del receptor de progesterona (el único en el
mercado actualmente es el acetato de ulipristal. Es muy eficaz tanto para
tratar el sangrado como para reducir el tamaño; recientemente se ha
aprobado su uso indefinido).
2. Tratamientos no invasivos: Embolización de las arterias que llegan al
mioma (se hace con control radiológico a través de una arteria de la pierna;
muy eficaz para tratar los miomas intramurales que producen sangrado; si la
mujer se embaraza después de su realización las complicaciones de la
gestación son relativamente frecuentes por lo que se utiliza como alternativa
a la histerectomía); HIFU (es una técnica que permite destruir los miomas
mediante el uso de ultrasonidos; es muy eficaz en miomas intramurales
únicos no demasiado grandes , de 7 a 8 centímetros de tamaño. El
embarazo posterior suele no tener
complicaciones). Radiofrecuencia (destruye los miomas mediante el uso de
esta técnica; es el tratamiento más reciente y no existe mucha experiencia
aun con su uso).
3. Tratamiento quirúrgico conservador: Consiste en la extirpación del/los
miomas mediante técnicas mínimamente invasivas
(histeroscopia, laparoscopia en función de la localización) o,
mediante laparotomía (abriendo el abdomen), cuando aquellas técnicas no
son posibles (solo en muy pocas ocasiones: menos del 10% de las
miomectomías deberían realizarse por laparotomía). La principal ventaja de
estas técnicas es que consiguen extirpar los tumores con una agresión
mínima a la paciente. La recuperación es muy rápida y presentan pocos
riesgos. Se puede buscar el embarazo entre 3 y 4 meses después de
la cirugía. El riesgo de tener que practicar una histerectomía no planificada
como consecuencia de alguna de estas técnicas es prácticamente nulo
cuando la cirugía la practican cirujanos expertos.
4. Tratamiento quirúrgico radical. Consiste en la extirpación total del
útero que, la gran mayoría de veces, se puede realizar
mediante laparoscopia mínimamente invasiva, siendo necesario realizar una
laparotomía en menos del 10% de las ocasiones. La principal indicación de
la histerectomía es para aquellas mujeres que, habiendo completado su
deseo reproductivo, quieren solucionar su problema de manera definitiva
evitando el riesgo de reaparición de los tumores. La extirpación del
útero no tiene implicación alguna para la vida de la mujer, excepto la falta
de capacidad de embarazo (no hay alteración hormonal, no hay mayor
riesgo de prolapso, no hay alteración de la vida sexual, etc.)

¿Los miomas pueden ser cancerígenos?

No. Los miomas uterinos son tumores benignos que nunca se convierten
en cáncer. Cuando una mujer presenta un carcoma (el equivalente maligno del
mioma) este era maligno desde el principio y nunca proviene de la malignización
de un tumor benigno.

Miomas y menopausia
Los miomas pueden aumentar en los años de
la premenopausia o perimenopausia pero cuando la mujer llega a
la menopausia los miomas uterinos tienen tendencia a hacerse más pequeños o,
incluso, desaparecer debido a que disminuyen su tamaño al no recibir estímulo
hormonal. Esto se produce como consecuencia a que el ovario deja de producir
estrógenos, que es principal hormona estimulante del mioma.

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