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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

CARRERA DE TERAPIA FISICA Y DEPORTIVA

ASIGNATURA DE PRÁCTICAS HOSPITALARIAS 1

TEMA:

RUPTURA DE LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR

INTEGRANTES:

Julissa Cárdenas-Yasbek Dávila

FECHA: 10 de Agosto de 2020

PARALELO: Quinto Semestre “A”

PERÍODO ACÁDEMICO MAYO- OCTUBRE 2020


INTRODUCCIÓN.

Las lesiones de los ligamentos de la rodilla, dentro de ellas, las del ligamento cruzado
anterior (LCA), son algunas de las más habituales en traumatología deportiva.
Los ligamentos cruzados forman parte de la regulación cinemática articular de la
rodilla, por lo que es indispensable comprender su complejidad anatómica, fisiológica y
biomecánica para efectuar un buen tratamiento.
Si no sigue un tratamiento adecuado para la ruptura de LCA afectará significativamente
a la funcionalidad y estabilidad de la articulación de la rodilla, llegando a provocar
cambios degenerativos de la rodilla a largo plazo.
La ruptura del LCA, ha aumentado en la población general principalmente debido al
incremento de las lesiones deportivas, siendo más frecuente en deportes de contacto y
en los que exigen pivotar sobre la rodilla como ocurre en el fútbol.
Mediante rehabilitación física buscamos el mejor nivel funcional para el paciente
evitando el riesgo de una nueva lesión y/o la degeneración de la articulación, para ello
es muy importante eliminar la inestabilidad, restaurar la movilidad, recuperar la fuerza y
alcanzar e incluso mejorar las capacidades físicas previas a la lesión.
OBJETIVOS
Objetivo General:
Analizar el tratamiento más acertado para tratar la ruptura de ligamento cruzado
anterior con el fin de restaurar la función articular y prevenir la aparición de
alteraciones degenerativas articulares a largo plazo
Objetivos Específicos:
Identificar la estructura tanto anatómica como biomecánica y funcional de la
rodilla para llegar así a un buen diagnóstico de la ruptura de ligamento cruzado
anterior.
Explicar cuales son los factores de riesgo para que ocurra este tipo de lesión y
mediante que mecanismo se produce.
MARCO TEÓRICO.

Definición. -

La ruptura del ligamento cruzado anterior es un es una ruptura o estiramiento excesivo


del ligamento cruzado anterior (LCA) en la rodilla. La ruptura puede ser parcial o
completa. De manera parcial puede ser un esguince o desgarro de ese ligamento, que es
uno de los principales ligamentos de la rodilla. Las lesiones del ligamento cruzado
anterior comúnmente se producen durante la práctica de deportes que implican paradas
repentinas o cambios de dirección, saltar y caer con los pies. (Cemtro, 2020)

Anatomía de la rodilla ligamentosa. -

La rodilla, en realidad, no se compone de una sola articulación sino de tres:

 Dos fémoro-tibiales, entre fémur y tibia


 La fémoro-patelar, entre fémur y rótula

Intervienen en la tibia, fémur y patela.

FÉMUR.- Termina en el extremo inferior, el que, junto con la tibia, constituye la


articulación principal de la rodilla. Está formada por dos eminencias óseas o cóndilos
separados por una rampa o tróclea femoral. Sobre esta tróclea desliza la rótula.

PATELA O ROTULA.- Es un hueso aplanado, de apariencia redondeada o, mejor,


ovalada, que se prolonga hacia abajo por su vértice o polo inferior.

TIBIA.- Su porción superior es una plataforma dividida en dos platillos, interno y


externo, que sirven de apoyo a los cóndilos femorales. (Remer EM 1992)

Elementos de contención articular

Los ligamentos son refuerzos de la cápsula que se oponen a los desplazamientos


articulares más allá del límite permisible.

Cuatro ligamentos principales conectan estos dos huesos:

Ligamento colateral medial (LCM), que corre a lo largo de la parte interna de la


rodilla. Evita que esta se doble hacia adentro.
Ligamento colateral lateral (LCL), que corre a lo largo de la parte externa de la
rodilla. Evita que esta se doble hacia afuera.
Ligamento cruzado anterior (LCA), que está en la parte media de la rodilla.
Impide que la tibia se deslice hacia afuera frente al fémur.
Ligamento cruzado posterior (LCP), que trabaja junto con el LCA. Impide que la
tibia se deslice hacia atrás por debajo del fémur.

El ligamento cruzado anterior (LCA) es una estructura intraarticular y extra sinovial, su


inserción proximal se sitúa en la porción más posterior de la cara interna del cóndilo
femoral externo; se dispone en dirección distal-anterior-interna, abriéndose en abanico
hacia su inserción distal en la región antero interna de la meseta tibial entre las espinas
tibiales estructuralmente está compuesto por fibras de colágeno rodeadas de tejido
conjuntivo laxo y tejido sinovial. (Cemtro, 2020)

La vascularización del LCA es escasa y depende fundamentalmente de la arteria


geniculada media, su inervación depende de ramificaciones del nervio tibial; tiene una
escasa capacidad de cicatrización tras su lesión o reparación quirúrgica, obligando a
realizar técnicas de reconstrucción-sustitución ligamentosa.

La longitud media del LCA, tomada desde su tercio medio, oscila entre 31 y 38 mm y
su anchura media es de 11 mm. El ligamento cruzado anterior (LCA) es una estructura
fibrosa que se divide en varios fascículos o bandas. El número y la función de estas
bandas siguen siendo un tema discutido, ya que en ocasiones es difícil distinguirlas, ni
macro ni microscópicamente. (Remer EM 1992)

Habitualmente se describen dos fascículos:

El fascículo posterolateral (PL) se refiere al más posterior y externo en la tibia y


al más posterior y distal en el fémur.
El fascículo anteromedial (AM) es el más anterior e interno en la tibia y el más
proximal y anterior en el fémur.

Etiología.

Recibe un golpe fuerte al lado de la rodilla, como puede suceder durante una
atajada en cualquier deporte.
Extiende excesivamente la articulación de la rodilla
Hace una parada rápida y cambia de dirección al correr, aterrizando de un salto o
girando
Actividades físicas de gran impacto y su mecanismo lesional se produce cuando
se somete a la rodilla a un genu valgo. (Publicado porLic. Marcos A
AbrutskyEquipo Physical14 febrero, 2013, 2013)

Síntomas.

Un sonido "crujiente" al momento de la lesión


Inflamación de la rodilla dentro de las 6 horas posteriores a la lesión
Dolor, especialmente cuando usted trata de poner peso sobre la pierna lesionada
Dificultad para continuar con su deporte
Cuando es parcial siente inestable o parece "aflojarse" cuando se utiliza.

Epidemiología.

La incidencia de rupturas del LCA varía ampliamente, dependiendo del tipo de


población. Se calcula que al año 1 de cada 3.000 personas sufren una ruptura del
Ligamento Cruzado. Estas lesiones son mucho más frecuentes en deportistas. El fútbol,
el béisbol, el baloncesto y esquiar originan el 78% de las lesiones del LCA en esta
población. (Publicado porLic. Marcos A AbrutskyEquipo Physical14 febrero, 2013,
2013)

Función de ligamento cruzado anterior.

El ligamento cruzado anterior estabiliza la rodilla, fijando la cabeza tibial para evitar
que se desplace hacia delante y para limitar la rotación y torsión en valgo (><) de la
articulación. En el deporte, este efecto es fundamental para permitir giros y saltos
durante la actividad deportiva. (BIOLASTER.2015)

«El Ligamento Cruzado Anterior es la primera barrera defensiva en la hiperextensión de


la rodilla»

De estructura fascicular con un fascículo anterointerno más débil (control del


desplazamiento anterior en flexión) y otro posteroexterno más resistente, (control del
desplazamiento anterior en extensión) hay que reconocer dos hechos:
La rotación interna lo tensa al máximo, cualquiera que sea el grado de flexión de la
rodilla, ya que ambos Ligamentos Cruzados se enrollan uno sobre otro.

Con la extensión ocurre un fenómeno similar. Un exceso de ésta, aumenta la tensión


ligamentosa, que se convierte en la primera barrera de defensa de la articulación.

Todo esto le dota de tres funciones fundamentales, a saber:

Control de la hiperextensión y por tanto del recurvatum.


Control de la rotación interna.
Control del desplazamiento anterior de la tibia sobre el fémur (cajón anterior)
tanto en flexión como en extensión. (BIOLASTER.2015)

Mecanismo de lesión.

Los principales mecanismos de lesión del ligamento cruzado anterior, en orden de


frecuencia son:

Rotación interna y estrés en valgo


Hiperextensión
Estrés en varo con rotación externa (Cemtro, 2020)

Factores de riesgo.

Según se ha demostrado en un meta análisis reciente, en el caso del fútbol y el


baloncesto, las rupturas del Ligamento Cruzado Anterior son hasta tres veces
más frecuentes en mujeres que en hombres.
Práctica de deportes sin calentamiento previo. (Remer EM 1992)

Diagnóstico.

Los rangos de movimiento considerados normales para la articulación de la rodilla son:

Flexión: 140˚
Rotación interna: 30˚
Rotación externa: 40˚

Para diagnosticar la lesión del ligamento cruzado anterior se usan métodos manuales y
métodos de imagen. Obviamente, los métodos manuales son más económicos, aunque
muestran menor sensibilidad que las pruebas de imagen. Entre las pruebas manuales
más comunes para diagnosticar la lesión del LCA se encuentran:

Prueba del Cajón anterior: Es la prueba más conocida para diagnosticar la lesión
del LCA. Colocamos al paciente en decúbito supino y la rodilla con unos 90º de
flexión con el pie apoyado en la camilla. El terapeuta se coloca sentado sobre el
empeine del paciente y, abrazando la tibia por la parte posterior con ambas
manos y con los pulgares sobre la tuberosidad anterior tibial, realiza empujes
postero-anteriores. Si el LCA está lesionado, la tibia se anterioriza. Por los
grados de flexión que posee la articulación, puede que obtengamos resultado
negativo pero que el LCA sí que este lesionado, aunque esta técnica alcanza en
torno al 94% de sensibilidad. Para asegurarnos se realiza la maniobra de
Lachmann. Es el mejor test en pacientes crónicos, pero es poco útil en casos
agudos.
Prueba de Lachmann: Colocamos al paciente en decúbito supino y una flexión
de unos 15-20º en la rodilla. El terapeuta toma el fémur con una mano y la tibia
con otra rodeando ambos y hace fuerzas contrapuestas de manera que intenta
anteriorizar la tibia. Si el LCA está roto, la tibia se irá a anterior sin apenas
resistencia.
Prueba de Pivot Shift: El paciente en decúbito supino. El terapeuta toma con la
mano caudal el tobillo del paciente y realiza una rotación interna a la vez que
ejerce fuerza para crear una flexión de rodilla. Con la mano craneal, desde el
lado peroneo, ejerce una fuerza en valgo de la rodilla sobre la articulación
fémoro-tibial (mecanismo lesional) y de ahí lleva la pierna a la extensión. Se
deberá notar un resalto de la tibia como sale y cae en la extensión. Junto a la de
Lachmann, juntas alcanzan una sensibilidad muy alta, que es mayor aún bajo
anestesia para evitar el dolor del paciente. (Liliana Támara & Burbano, 2014)

Estudios Complementarios.

En la actualidad, el método complementario de diagnóstico por excelencia después de


un adecuado examen clínico, es la resonancia magnética nuclear. Si bien en la práctica
se prefieren las imágenes sagitales para visualizar el LCA, se ha demostrado que las
imágenes obtenidas en cortes coronales y axiales son también útiles para valorar la
integridad del LCA y la magnitud de la lesión.
En los pacientes en quienes no es seguro practicar resonancias magnéticas, como es el
caso de usuarios de marcapasos, se ha descrito la utilización de la tomografía
computarizada especialmente en tres dimensiones. Es necesario tener en cuenta que aún
faltan estudios para determinar la sensibilidad y especificidad de la tomografía para el
diagnóstico de la ruptura del LCA.

La resonancia magnética (RM) es el método de imagen de elección para el diagnóstico


de lesiones del LCA, permitiendo descartar además, lesiones asociadas de ligamentos,
meniscos, cartílagos y estructura ósea.

La radiografía (Rx) simple es, habitualmente, el primer examen de imágenes efectuado


en una rodilla traumática, pues permite descartar fracturas y evaluar la congruencia
articular, entre otras alteraciones. Por este motivo, un porcentaje importante de los
pacientes con lesiones de LCA tendrá una Rx simple como primera imagen.

La rotura del LCA puede producir signos indirectos e inespecíficos en la Rx simple,


como un aumento de líquido articular por hemartrosis, que se ve en el 70% de las
roturas agudas del LCA. Sin embargo, también podemos encontrar signos muy
específicos de rotura del LCA en las Rx simples; entre otros, existen dos signos
radiológicos que son los más importantes y frecuentes para diagnosticar rotura del LCA
con Rx simple:

1. El signo del surco profundo consiste en una fractura osteocondral por


impactación en el tercio medio de la superficie de carga del cóndilo femoral
externo, que está presente en aproximadamente el 5% de las radiografías de
pacientes que presentan lesión del LCA. (Liliana Támara & Burbano, 2014)

Tratamiento.

Los objetivos del tratamiento tras la lesión del LCA son restaurar la función articular
(estabilidad y cinemática) a corto plazo y prevenir la aparición de alteraciones
degenerativas articulares a largo plazo.

El tratamiento más adecuado dependerá de la edad del paciente, el grado de


inestabilidad, la asociación de otras lesiones (ligamentosas, meniscales, condrales), el
nivel de actividad del paciente y sus expectativas funcionales, laborales y deportivas.
Serán necesarios realizar estudios a largo plazo para poder establecer las indicaciones de
tratamiento.

El tratamiento conservador se basa en aceptar un cierto grado de limitación en el nivel


de actividad (evitar saltos, recorte, giros), incluso antes de la aparición de los síntomas.
También se indican la realización de programas de rehabilitación para recuperar la
fuerza-resistencia-coordinación de los diferentes grupos musculares, enfatizando el
fortalecimiento de la musculatura isquiotibial.

Los resultados obtenidos con tratamiento conservador son muy variables con relación al
tipo de lesión (parcial-completa, aislada-asociada con lesiones cápsulo-ligamentosas), la
edad del paciente, el nivel de actividad prelesional y el tiempo de evolución. (Liliana
Támara & Burbano, 2014)

Caso clínico.

Motivo de Consulta.

Paciente varón de 25 años y futbolista semi-profesional mientras realizaba la práctica


deportiva, tras un giro con el pie en apoyo el paciente refiere un “chasquido” en la
articulación de rodilla derecha.

Exploración Física.

Inspección.

Se observó la presencia de edema a nivel de la rodilla.


El paciente tiene la rodilla semiflexionada, con atrofia muscular del músculo
cuádriceps.

Palpación.

Se palpa sobre las líneas articulares de la rodilla al momento de palpar esta estructura el
paciente refiere dolor en ambos lados de la rodilla, tiene aumento de calor local y la
presencia de crepitación articular.

Goniometría.

Tomando como referencia que la extensión anatómica completa está marcada en 0°.

Goniometría pasiva del paciente.


Movimientos Rodilla sana (izquierda) Rodilla intervenida (derecha)
Flexión en decúbito supino. 135 90º
Flexión en decúbito prono. 132 110
Extensión. 0 5°
En el examen físico se constató limitación de 5° en la extensión de la rodilla

Fuerza muscular.

Para la evaluación vamos a realizar la medición del RM nos dio como resultado 5Kg lo
cual es muy bajo a lo que el paciente sugiere haber alzado en otras ocasiones.

Test de Daniel’s

Lado sano (izquierdo) Lado intervenido (derecho)


Cuádriceps. Isquiotibiales. Cuádriceps. Isquiotibiales.
5 5 3 3

Esto significa que en el lado sano se aprecia un rango de movimiento completo, capaz
de resistir una resistencia máxima del terapeuta en el punto final de dicho rango
mientras que en el lado afectado presenta grado 3+ representa que, en ausencia de dolor,
sería capaz de realizar un movimiento de rango articular completo en contra de la
gravedad, pero incapaz de vencer cualquier resistencia del terapeuta

Valoración neurológica

El paciente no presenta ninguna enfermedad neurológica, pero se encuentra muy


estresado y muy preocupado por su condición deportiva, y no sabe cómo quedara
después de su intervención y con terapia.

Pruebas diferenciales

Mediante maniobras especiales como cajón anterior, lachmann y pivot shif con las
cuales se detectará la laxitud articular y se valorará la estabilidad del complejo
ligamentoso de la rodilla. (Liliana Támara & Burbano, 2014)
Maniobra del cajón anterior.

Si la tracción realizada en esta maniobra desplaza la meseta tibial hacia delante, la


maniobra se considera positiva para una ruptura de LCA.
Maniobra de Lachmann.

Si mediante esta maniobra ocurre un desplazamiento de la tibia superior a 5 mm se


considera la existencia de una ruptura de LCA.

Maniobra de Pivot Shif.

En los pacientes que tienen ruptura de LCA se observa como la rodilla se subluxa en
extensión y reduce en flexión.

Mediante la implementación de las técnicas antes mencionadas se refuerza la sospecha


de que nuestro paciente presenta una ruptura de LCA, se pudo observar una
inestabilidad tibial en dirección anterior

Pruebas complementarias.

Como una ecografía, en esta prueba no podemos observar el ligamento, tan sólo el
edema presente nos sugiere la presencia de un hemartro lo cual nos pone sobre la pista
de una lesión en una estructura estabilizadora de la rodilla, en concreto el ligamento
cruzado anterior.

Posteriormente, mediante resonancia magnética, se confirma la lesión, el diagnóstico


médico fue rotura completa del LCA de la pierna derecha aparentemente sin lesión de
tejidos adyacentes y se considera realizar un procedimiento quirúrgico.
(BIOLASTER.2015)

Tratamiento.

Para la rehabilitación tras la cirugía de la rotura del ligamento cruzado anterior podemos
establecer como propuesta los siguientes periodos divididos por semanas:
Fase 1 (días 1-7)

Objetivos Disminuir dolor e inflamación

Crioterapia: en esta etapa es muy importante porque nos va a ayudar a control del
dolor e inflamación, su aplicación será cada 4 horas de 10-15 min, los primeros días y
luego se aplicará de forma cómo evolucione la inflamación y dolor según la etapa.
Compresión: se puede realizar con algún tipo de vendaje, donde lo recomendable
serían los primeros 4-5 días, para así ayudar con el control del edema y mejorar la
circulación.

Elevación: de la pierna afectada para un buen drenaje linfático hacia los vasos grandes
para así ayudar conjuntamente con la crioterapia y compresión, para evitar el edema y
aumento de volumen en articulaciones distales del foco de lesión.

Durante esta primera etapa: realizar movilizaciones miofaciales en diferentes


direcciones para evitar la adherencia de la cicatriz, en esta etapa se pueden utilizar
corrientes analgésicas como:

TENS: de 80-120 Hz para así disminuir el dolor en la zona., se puede utilizar


ultrasonido (no térmico), pulsado de 1mhz 0.5-1. w/cm2, para zona comprometida para
ayudar a disminuir la inflamación y alivio del dolor.

Movilizaciones rotulianas: en todas las direcciones tanto para evitar adherencias y no


complicar si en caso tuviéramos que el paciente tenga una patología degenerativa en
tendón rotuliano.

Ejercicios isométricos: de isquiotibiales en extensión completa, movilizaciones


pasivas 0°-70°activo asistidas hasta llegar progresivamente a activas de 0-90° en 10
días.

Ejercicios de las articulaciones adyacentes: como el tobillo con ejercicios activos en


todas las direcciones, ejercicios activos de cadera tanto flexión, extensión, aducción y
abducción.

Estado de carga del peso: con dos muletas, férula de rodilla bloqueada, entrenamiento
de la marcha con 2 muletas y sin apoyo.

Fase 2 (días 8-14)

Objetivos: Evitar la atrofia muscular e iniciar marcha con apoyo, patrón normal de la
marcha con una sola muleta y férula desbloqueada.

Crioterapia: para el control del dolor e inflamación, su aplicación de 10-15 min.


Realizar movilizaciones miofasciales en diferentes direcciones para evitar la adherencia
de la cicatriz.
Utilizar corrientes analgésicas como: TENS 80-120 Hz para así disminuir el dolor en
la zona.

Ultrasonido (no térmico), pulsado de1mhz 0.5-1.w/cm2, para zona comprometida para
ayudar a disminuir la inflamación y alivio del dolor.

Para evitar la atrofia muscular del cuádriceps: se pueden utilizar corrientes


estimulantes, para aumentar la entrada sensorial o propiocepción de la contracción se
pueden utilizar de tipo rusas 50 Hz, ciclo de trabajo 50%.

Laser: tipo puntual, pulsado para disminuir el dolor en la zona del ligamento
reconstruido de 2 y 8 J/cm2. 39

Magnetoterapia: de baja frecuencia, 20-50 Gaus, pulsado 20%, para analgesia, para
ayudar al injerto a mejorar su circulación ya si pueda ganar sensibilidad.

Movilizaciones rotulianas: en todas las direcciones tanto para evitar adherencias y no


complicar si en caso tuviéramos que el paciente tenga una patología degenerativa en
tendón rotuliano.

Movilizaciones de articulación de rodilla: activas de 0-90°, ejercicios isométricos del


cuádriceps en extensión completa, series de isquiotibiales, ejercicios activos de cadera y
tobillos activos.

Estado de carga del peso: 20%-50%, según tolerancia de dos muletas hasta una sola
muleta con férula desbloqueada gradualmente a medida que mejora el control del
cuádriceps.

Entrenar equilibrio: en balancín, piscina terapéutica, pelota para entrenar la


propiocepción en sedestación.

Fase 3 (semanas 2-4)

Objetivos: Evitar la atrofia muscular, iniciando con ejercicios isométricos.

Crioterapia para el control del dolor e inflamación, su aplicación de 10-15 min,


realizar movilizaciones miofaciales en diferentes direcciones para evitar la adherencia
de la cicatriz.
Corrientes analgésicas: como TENS 80-120 Hz para así disminuir el dolor en la zona.
Ultrasonido: (no térmico), pulsado de 1mhz 0.5-1. w/cm2, para zona comprometida
para ayudar a disminuir la inflamación y alivio del dolor.

Corrientes estimulantes: para evitar la atrofia muscular del cuádriceps, para aumentar
la entrada sensorial o propiocepción de la contracción se pueden utilizar de tipo rusas 50
Hz, ciclo de trabajo 20-50%.

Laser: tipo puntual, pulsado para disminuir el dolor en la zona del ligamento
reconstruido de 2 y 8 J/cm2.

Magnetoterapia: de baja frecuencia, 20-50 Gaus, pulsado 20%, para analgesia, para
ayudar al injerto a mejorar su circulación ya si pueda ganar tensibilidad.

Movilizaciones rotulianas: en todas las direcciones tanto para evitar adherencias.

Ejercicios isométricos: del cuádriceps en extensión completa, series de isquiotibiales y


series glúteas.

Estiramientos: de isquiotibiales para evitar acortamientos y contracturas. -


Movilizaciones activas de 0-90° de la articulación de rodilla.

Estado de carga del peso 01 muleta, descarga de peso de 50-100% con férula de rodilla
bloqueada.

Entrenar equilibrio: en balancín, piscina terapéutica, para entrenar la propiocepción. -


Ejercicios en cadena cinética cerrada e inicio de bicicleta estacionaria sin resistencia.

Fase 4 (semanas 4-8)

Objetivos: Completar arcos de movimiento, fortalecimiento muscular y mejorar el


equilibrio mediante ejercicios de propiocepción.

Compresas calientes: para músculos cuádriceps e isquiotibiales para disminuir el


dolor en la zona comprometida.

Realizar movilizaciones miofaciales en diferentes direcciones para evitar la adherencia


de la cicatriz.
Corrientes analgésicas: como interferenciales 50-100 Hz, para el tratamiento del dolor
subagudo, estas frecuencias tienen una gran acción analgésica.

Ultrasonido: (no térmico), ciclo de trabajo al 50% de1mhz 0.5- 1.w/cm2, para zona
comprometida para ayudar a disminuir la inflamación y alivio del dolor, uso de
corrientes estimulantes tipo rusas.

Magnetoterapia: de baja frecuencia, 20-50 Gaus, pulsado 20%, para analgesia, para
ayudar al injerto a mejorar su circulación ya si pueda ganar tensibilidad

Movilizaciones rotulianas: en todas las direcciones tanto para evitar adherencias y no


complicar si en caso tuviéramos que el paciente tenga una patología degenerativa en
tendón rotuliano.

Estiramientos de isquiotibiales, psoas, gemelos, rangos articulares hasta completar 90°


rangos condicionales a dolor activos asistidos de 0°-120°.

Elevaciones: de la pantorrilla: bilateral a unilateral, para fortalecer isquiotibiales.


Plataforma de equilibrio: hidrocinesiterapia, balancín para entrenar la propiocepción
en múltiples planos, postura bilateral y trabajo pelota dando carga a la rodilla operada.

Apoyo total: 100% de la pierna afectada con el uso de un bastón canadiense.

Fase 5 (2meses -4 meses)

Objetivos: Reeducar al paciente para que inicie la marcha sin apoyo, ejercicios
estiramientos, ejercicios de propiocepción con resistencia y fortalecimiento de
cuádriceps.

Compresas húmedas calientes: en zonas de la articulación y hielo posterior a


ejercicios en zona operada para el final de los ejercicios para evitar inflamación de la
articulación post esfuerzo.

Corrientes analgésicas: como interferenciales 50-100 Hz, para el tratamiento del dolor
subagudo.

Ultrasonido (térmico), ciclo de trabajo al 100% de 1mhz 0.5-1.0 W/CM2, para zona
comprometida para ayudar al alivio del dolor.
Enseñar pautas: para auto estiramiento de isquiotibiales para evitar acortamientos y
contracturas, ejercicios en cadena cinética abierta para fortalecer musculatura anterior y
posterior para un buen control de la rodilla, rangos articulares hasta completar rangos
funcionales y condicionales a dolor.

Se puede hacer ejercicios en: bicicleta estática sin resistencia, la marcha en


superficies inestables, se debe realizar estiramientos de isquiotibiales, psoas, gemelos.
Se puede realizar ejercicios de propiocepción con apoyo bipodal en superficies
inestables mediante esta fase llegaremos progresivamente a rangos completos,
reeducación de la marcha, ejercicios estiramientos, ejercicios de propiocepción con
resistencia y fortalecimiento de cuádriceps.

Fase 6 (4-6 meses)

Objetivos: Insistir en el trabajo excéntrico y de fortalecimiento para regresar a sus

actividades anteriores a la lesión y/o prepararse para la actividad de competencia que

tenía anterior a la lesión.

Compresas húmedas calientes: en zonas de la articulación y hielo posterior a


ejercicios en zona operada para el final de los ejercicios para evitar inflamación de la
articulación post esfuerzo.

Uso de corrientes analgésicas: como interferenciales,

Ultrasonido: continuo si es que hubiera todavía presencia de dolor.

Enseñar pautas: para auto estiramiento de isquiotibiales para evitar acortamientos y


contracturas, ejercicios en cadena cinética abierta para fortalecer musculatura anterior y
posterior para un buen control de la rodilla, los rangos articulares hasta completar rango
funcional y condicional a dolor.

Uso de bicicleta estática: con resistencia, ejercicios de propiocepción con apoyo


monopodal en superficies inestables.

Se inicia el trote progresivo: acompañado de ejercicios polimétricos, ejercicios de


cadena cinética cerrada y ejercicios de cadena cinética abierta con superficies inestables.
(BIOLASTER.2015)
Conclusiones:

Se analizó el tratamiento más acertado para tratar la ruptura de ligamento


cruzado anterior con el fin de restaurar la función articular y prevenir la
aparición de alteraciones degenerativas articulares a largo plazo en este
tratamiento se pudo incluir el uso de agentes físicos los cuales nos van ayudar
para a reducir tanto el edema con el dolor así también mediante el uso de
corrientes podemos evitar la atrofia muscular del cuádriceps, para aumentar la
entrada sensorial o propiocepción.
Se identificó la estructura tanto anatómica como biomecánica y funcional de la
rodilla para llegar así a un buen diagnóstico de la ruptura de ligamento cruzado
anterior en el cual nos pudimos dar cuenta que este ligamento cumple un papel
fundamental para la estabilización de la rodilla.
Se explicó cuáles son los factores de riesgo para que ocurra este tipo de lesión y
mediante que mecanismo se produce en el cual pudimos apreciar que tiene
mucho que ver con deportes de alta energía.

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