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Así mismo, según este artículo, existen dos tipos de despido arbitrario: el que es arbitrario
porque no se ha expresado causa alguna (ad nutum o incausado) y el que es arbitrario
porque habiéndose alegado causa justa, ésta no ha podido ser demostrada judicialmente,
con el único efecto reparatorio para ambos, el de una indemnización.
Bajo este contexto, la interrogante que se presenta es si el pago que realiza el empleador
de una indemnización a favor del trabajador despedido cuando éste recibe un mandato
judicial es un gasto deducible para efectos de la determinación del Impuesto a la Renta de
Tercera Categoría. Dicha interrogante la pasaremos a desarrollar en el siguiente punto.
Entrando al análisis de la causalidad del gasto, debemos advertir que el acto de despido
arbitrario califica como un acto unilateral del empleador, toda vez que en realidad no existe
causal alguna para culminar la relación laboral. Es por ello que el pago que se origine de
dicho acto no permitirá al empleador generar una nueva riqueza ni mucho menos
mantener la fuente productora de la renta, lo cual implica necesariamente que no guarda
coherencia con lo dispuesto por el Principio de Causalidad. Situación que el mismo
empleador debe asumir pues él mismo ha tomado la decisión de efectuar el despido
arbitrario; es decir, sin que exista causal o motivo alguno.
Siguiendo la misma línea, resultaría contradictorio que un empleador decida por motu
propio despedir a varios de sus trabajadores y posteriormente deduzca como gasto
tributario el pago de las indemnizaciones que se encuentra obligado a entregar a todos
ellos. De ser así, se estaría permitiendo a los empleadores despedir a sus trabajadores y
no mantener un vínculo laboral con ellos y además deducir el gasto.
Por tales razones, consideramos que el pago de una indemnización por despido arbitrario
al trabajador, como penalidad no podrá ser deducible para el empleador en la
determinación de la renta neta de tercera categoría del Impuesto a la Renta.
5.- La indemnización por despido arbitrario ¿es renta gravada para el trabajador?
El inciso j) del artículo 37° de la LIR establece que es un gasto deducible para efectos del
impuesto a la renta las asignaciones destinadas a constituir provisiones para beneficios
sociales, establecidas con arreglo a las normas legales pertinentes. Así mismo, según el
inciso j) del artículo 37° de la LIR, para deducir los beneficios sociales rige el criterio de lo
devengado, toda vez que se toma en cuenta el derecho a percibir el ingreso por parte del
trabajador, que no necesariamente coincide con el momento en que se realiza el pago
efectivo.
Así mismo, el inciso l) del mismo artículo precisa que son deducibles como gasto el pago
por aguinaldos, bonificaciones, gratificaciones y retribuciones que se acuerden con el
personal, incluyendo todos los pagos que por cualquier concepto se hagan a favor de los
servidores en virtud del vínculo laboral existente y con motivo del cese. Las
retribuciones a las que hace referencia la norma, al incluir todos los pagos que por
cualquier concepto se hagan a favor de los servidores en virtud del vínculo laboral
existente y con motivo del cese, ¿no constituyen acaso beneficios sociales? ¿Cuáles
son entonces los beneficios sociales a los que se refiere el inciso j) del mismo
artículo, para cuya deducción regiría el criterio de lo devengado?, ¿Qué debemos
entender por beneficios sociales en materia del Impuesto a la Renta?.
Antes de responder cualquier pregunta, lo primero que debemos tener en claro es ¿Qué
se entiende por beneficio social? , es claro que la compensación por tiempo de servicios
(CTS) es el beneficio social peruano por excelencia. Pero, la definición y la naturaleza
jurídica de los beneficios sociales no se desprenden fácilmente ni de la legislación positiva
ni la doctrina nacional. Ello es el motivo por el cual se discute si figuras tales como las
vacaciones truncas, las gratificaciones legales o la indemnización por
despido arbitrario deben ser calificadas como beneficios sociales o no.
En nuestra opinión cuando el inciso l) del artículo 37° de la LIR señala que son deducibles
los aguinaldos, bonificaciones, gratificaciones y retribuciones que se acuerden al personal,
incluyendo todos los pagos que por cualquier concepto se hagan a favor de los servidores
en virtud del vínculo laboral existente y con motivo del cese, se refiere únicamente a los
actos de liberalidad por parte del empleador, por lo que dichas retribuciones no
califican como beneficios sociales. Estos actos de liberalidad podrán deducirse en el
ejercicio comercial a que correspondan cuando hayan sido pagados dentro del plazo
establecido para la presentación de la declaración jurada correspondiente a dicho ejercicio,
lo que en buena cuenta es la aplicación del criterio de lo percibido.
En consecuencia, debemos entender que hoy en día los beneficios sociales a los
que se refiere el inciso j) del artículo 37° de la LIR son todos aquellos beneficios
establecidos por ley, pero diferentes de la remuneraciónEn principio, en nuestra
opinión se debe tomar un concepto más restrictivo para que no sea tan gaseoso la
idea de qué es un beneficio social y así en el aspecto tributario tener claro los
conceptos.
El artículo 64° de la LPCL señala que este contrato cubre necesidades permanentes
pero discontinuas; es decir, es aquel en el cual la relación laboral se ve interrumpida
en diferentes períodos denominados de suspensión perfecta, pues se suspende
temporalmente la obligación del trabajador de prestar servicios a su empleador, y a
la vez, también se suspende la obligación de éste de pagar la remuneración. Un
Ejemplo de ello es el contrato de trabajo pesquero con tripulantes, cuya ejecución
se suspende durante los períodos de veda decretados por el Poder Ejecutivo.
Es claro que este caso, tampoco sería un gasto deducible para la determinación del
impuesto a la renta.
Sin embargo, sin ninguna causa que lo justifique el 31 de Noviembre del año en
curso la empresa despidió arbitrariamente a este trabajador faltando cuatro meses
para que culmine el contrato de trabajo celebrado.
Solución:
Remuneración: S/. 5,000
Asignación familiar: S/. 53
Fecha de ingreso: 01/04/2010
Término del contrato: 31/03/2011
Fecha del cese arbitrario: 31/11/2010
Tiempo laborado: 8 meses
Motivo de cese: despido arbitrario
(i) Remuneración computable del mes de octubre (31/11/2010)
Remuneración mensual : S/. 5,000
Asignación familiar : S/. 53
__________
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(ii) Vacaciones truncas
Las vacaciones truncas se computan desde la fecha de ingreso del trabajador hasta
la fecha del despido:
Por los 8 meses completos : S/.4,167.00
====
(iii) Gratificaciones truncas
Las gratificaciones truncas se originan al momento del cese, siempre que tenga
cuando menos un mes íntegro de servicios prestados, y se determina de manera
proporcional a los meses calendarios completos laborados en el período del cese.
Así tenemos:
===
(iv) Indemnización por despido arbitrario
Como señalamos al inicio del desarrollo del caso, al no haber causa justificada en el
despido de este trabajador, se produce un despido arbitrario, por lo que tiene
derecho al pago de una indemnización equivalente a 1 ½ de la remuneración
ordinaria mensual por cada mes que faltaba culminar su contrato de trabajo, con un
tope máximo de doce (12) remuneraciones.
Remuneración ordinaria : S/. 5,053
====
Base para indemnización : S/. 7,579.5
(S/. 5,053 x1.5)