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En forma genérica se define al aprendizaje ubicuo (u-learning) como un sistema de aprendizaje en línea (o e-
learning) que permite al individuo aprender en cualquier momento y lugar en donde pueda llevar un dispositivo
electrónico móvil (Jones y Jo 2004, citado por Villa Martinez et al, 2010). Pero además, como afirma Burbules
(2012), para que el aprendizaje sea ubicuo, se requiere una experiencia más distribuida en el espacio y el tiempo.
Sin embargo, aún son pocas las precisiones disponibles teóricamente por lo que nos proponemos revisar con
mayor profundidad el sentido que le damos al término “ubicuidad” y sus implicancias en materia de aprendizajes.
En el uso cotidiano, la palabra “ubicuidad”, alude a la omnipresencia, a la posibilidad de estar en varios lugares
simultáneamente desafiando las limitaciones impuestas por el entorno físico. Consecuentemente, la ubicuidad
supone una especial capacidad para la flexibilidad y la adaptación a contextos diversos y en constante
movimiento. El término, puede sugerir adicionalmente, la necesidad de una capacidad para reconocer
pertinentemente un contexto, valorarlo y saber cómo actuar en él.
De las vinculaciones entre estas categorías surgen tres posibles intersecciones que se articulan en torno de una
pregunta central: ¿cómo construir propuestas educativas valiosas en tiempos de ubicuidad? (Figura 1).
La dispersión también nos genera interrogantes sobre los espacios abiertos, es decir, por fuera de los entornos
pedagógicos configurados institucionalmente. El proceso de aprendizaje, soportado por los dispositivos móviles,
¿rompe con la lógica escolar descontextualizadora? El entorno ubicuo ¿podría ser una oportunidad? Creemos que
aún deberemos esperar para observar su posible impacto en la arraigada cultura escolar.
Como hemos sugerido, la noción de ubicuidad implica un mundo sutil y veloz donde lo efímero se define por la
imposibilidad de conservar todo. Paradójicamente los dispositivos móviles tienen la capacidad de capturar el
instante, de registrar y conservar aquello que se desee rescatar. La información digital puede guardarse de
manera simple y económica, e implica, a la vez, una gran acumulación de contenidos. Como contraparte, surge la
necesidad de discriminar entre la inmensa cantidad de datos, para identificar lo valioso y avanzar en la
(re)construcción de conocimientos, un verdadero desafío educativo. Simultáneamente, la irrupción de estas
cuestiones en la escuela, impone nuevas preocupaciones (como la posibilidad de registrar cuanto sucede en el
aula o el desdibujamiento de la privacidad) y configura una realidad que cambia “el protegido entorno de los
muros escolares”.
Estas nuevas configuraciones del espacio escolar, parecen despertar, simultáneamente, temor y entusiasmo. Sin
embargo, cabe preguntarnos si, una vez más, no estamos cayendo en la trampa de la “herramienta mágica” que
resolverá todo problema educativo. Es importante recordar que los dispositivos tecnológicos son tan efímeros
como ciertos contenidos que podrían llegar a circular por ellos. Los aparatos se vuelven obsoletos con rapidez: los
tiempos del mercado suelen ser más veloces que los de la lógica escolar. Se imponen así, presiones propias de la
industria tecnológica que promueven su inclusión, sin que esto implique con claridad, la posibilidad de introducir
mejoras concretas en las propuestas educativas.
Junto al carácter efímero y disperso, los dispositivos móviles, concebidos para un uso individual, promueven una
configuración altamente personalizada. Pero el aprendizaje requiere un espacio “común” de encuentro, diálogo,
intercambio, construcción. ¿Es posible construir propuestas pedagógicas significativas en el marco de la
ubicuidad? ¿De qué modo? Estas preguntas guiaron el diseño de la propuesta de experimentación en red que
aquí presentamos.
Producir
Compartir
Escenas en donde se da
un encuentro físico o
digital entre diferentes
personas.
Personalizar
Documentar
Escenas que remiten a la
posibilidad de los
dispositivos de capturar
momentos efímeros que
de otra manera se
hubieran perdido.
La luna es testigo de que la bandera sólo está
esperando el momento... para poder desplegar sus alas
y volarrr...(foto tomada en el Bicentenario de la Bandera
Nacional- Inauguración del mástil)
Comprender
Imágenes que dan cuenta
de procesos intelectuales
más específicos como
hacer registros, analizar,
buscar información,
profundizar, etc.
Reflexionar
Referencia: