Lectura 13 Garcia Lamas

Universidad Nacional Abierta
Dirección de Investigaciones y Postgrado
Capítulo 7:
Evaluación en los
Sistemas de Educación a
Distancia
García Llamas, J. L. (1986) El aprendizaje adulto

en un sistema abierto y a distancia. Madrid:
NARCEA. En:
http://herzog.economia.unam.mx/enlinea/sualin/Eve
ad/Lecturas/Lectura8.doc
http://herzog.economia.unam.mx/enlinea/sualin/Evead/Lecturas/Lectura8.doc
EVALUACIÓN EN LOS SISTEMAS DE EDUCACIÓN A DISTANCIA

José Luis García Llamas
En García Llamas, J. L. El aprendizaje adulto en un sistema abierto y a distancia. Madrid: NARCEA, 1986,
capítulo 7, 134-169
En este capítulo se ofrece un marco conceptual sobre la evaluación de los aprendizajes,

subrayando fundamentalmente el principio de individualización de la enseñanza y su incidencia en
el sistema de evaluación en la educación abierta y a distancia.
El capítulo se divide en dos partes claramente diferenciadas: una referente a la evaluación de los
aprendizajes en los sistemas de enseñanza abierta, y otra que se centra exclusivamente en la
evaluación del aprendizaje en la UNED.
En la primera parte del estudio se presentan distintos tipos de evaluación: formativa y sumativa. Se
analizan detalladamente junto con las implicaciones que presentan desde el punto de vista
educativo. Asimismo nos detenemos en los instrumentos más comúnmente utilizados, tanto en la
evaluación formativa como en la sumativa. Se hace alusión, también, al procedimiento de
evaluación que utilizan distintas instituciones de enseñanza a distancia.
En la segunda parte del capítulo se analiza el sistema evaluativo de la UNED, destacando sus
características fundamentales. Se presenta el proceso utilizado en el sistema, tanto en lo referente
a la evaluación continua-formativa, como a la sumativa. Se dedica, también, un apartado especial
al estudio de los instrumentos de evaluación utilizados.
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LA EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES

EN LOS SISTEMAS DE ENSEÑANZA A DISTANCIA
Dadas las peculiaridades de la enseñanza a distancia, reseñadas con anterioridad, debemos

suponer que su modelo evaluativo también debe reunir unas características propias.
La evaluación de los aprendizajes constituye un proceso que permite al profesor conocer hasta qué
punto el alumno ha asimilado los conocimientos y, por consiguiente, ha alcanzado los objetivos
propuestos en la planificación y programación del curso. No obstante, la evaluación no debe ser
entendida como sinónimo de medida, pues demanda la obtención, análisis e interpretación de
información para la toma de decisiones, con el objetivo de poder juzgar el valor del rendimiento y
de la instrucción alcanzados por el estudiante.
Frente a una actitud meramente medicionista, según Cirigliano, (1983, p. 164) hay un riesgo fácil
de encontrar en un sistema de enseñanza abierta y a distancia: la evaluación se concibe como una
continua conciencia de todo el proceso de aprendizaje y como un modo más de llevarlo adelante,
no le interesa recortar un momento, sino alcanzar los fines del proceso. Una evaluación
propiamente tal, antes que sumar errores y desaciertos, intenta tomarlos como ocasión para seguir
el aprendizaje por otra vía de las múltiples que existen.
Marco conceptual
La evaluación de los aprendizajes en un modelo de educación abierta y a distancia debe
fundamentarse en el principio de individualización de la enseñanza; se ha de centrar en el alumno
y orientarse hacia unos aspectos y propósitos concretos, como:
• regular la evaluación de los aprendizajes en la propia planificación y estructura de los cursos;
• aplicar controles de calidad académica e instructiva a lo largo del proceso de
enseñanza/aprendizaje;
• contribuir, decisivamente, al logro de la eficiencia y de la eficacia pedagógica.
Por tanto, la evaluación de los aprendizajes se constituye en una parte integrante del proceso de
enseñanza/aprendizaje que permite llevar más adelante el aprender.
Los sistemas de enseñanza abierta y a distancia, preocupados por alcanzar una mejora
cuantitativa y cualitativa de la educación hallan en la evaluación un valioso instrumento para:
• ayudar a los alumnos a lograr objetivos educativos de acuerdo con sus necesidades y las
demandas de la sociedad;
• preparar, con el más alto nivel de calidad, los productos que servirán para que los alumnos
aprendan lo que se desea.
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En suma, la evaluación se concibe dentro de los sistemas de enseñanza abierta y a distancia como
un elemento esencial, caracterizado por las siguientes notas:
• se basa en objetivos previamente definidos;
• sigue un proceso continuo, por lo que permite al alumno un control permanente del
desarrollo de su aprendizaje;
• posee un carácter formativo, permitiendo una retroalimentación de todo el proceso de
enseñanza/aprendizaje;
• utiliza la tecnología, tanto en la elaboración de las pruebas como en el análisis de los
resultados;
• es individualizada, respetando las necesidades y el ritmo de aprendizaje de cada alumno.
No obstante, la aplicación de estos principios a un sistema concreto de evaluación en la enseñanza
a distancia, presenta una serie de dificultades tanto de tipo práctico, motivadas por circunstancias
específicas, como de tipo teórico, debido a la propia naturaleza de sistema.
Los instrumentos precisos para implantar este sistema de evaluación deben corresponderse con la
propia diversidad de funciones que se le asigna a la tarea evaluativa en los sistemas de enseñanza
abierta y a distancia. Ahora bien, esta polifuncionalidad exige el establecimiento de un conjunto de
técnicas diversificadas e integradas en un sistema de pretensiones globalizadoras.
Así, la evaluación de los aprendizajes no sólo debe desempeñar la función tradicional de control
del rendimiento académico del alumno, medido individualmente, sino que también ha de llevar a
cabo una función de orientación del aprendizaje, que implica la motivación del alumno. Aspectos
estos de transcendental importancia en los sistemas de enseñanza abierta y a distancia, debido a
las circunstancias peculiares del estudiante a distancia, enfrentado individualmente a un material
didáctico uniforme y lejano del profesor. En este contexto, el sistema de evaluación, complejo y
diversificado, puede constituir un elemento importante para alcanzar la retroinformación del alumno
y, por consiguiente, la orientación de su proceso de enseñanza/aprendizaje.
La evaluación formativa de aprendizajes

El principal objetivo de la evaluación formativa, dirigida a los alumnos, consiste en determinar, bien
el grado de dominio alcanzado por el discente en una tarea dada, o bien detectar cuáles son los
aspectos débiles o no logrados, con el fin de poder indicarle, antes de iniciar nuevos aprendizajes,
cuáles son las actividades que deberá desarrollar para superar las dificultades o corregir sus
errores. A la vez, estos datos sirven al profesor como retroalimentación del proceso de
enseñanza/aprendizaje, pues es posible utilizarla para establecer cuáles son los aspectos
específicos del sistema curricular que deben modificarse.
Por tanto, la evaluación formativa centrará su cometido en la determinación de actividades y
resultados sobre la marcha o durante el proceso, a la vez que indica hasta qué punto están
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funcionando o han funcionado bien los procesos y los procedimientos para alcanzar o satisfacer
determinados objetivos generales.
En palabras de Galvis (1981) la evaluación formativa tiene como propósito contribuir a mejorar el
desarrollo de un proceso. En la medida en que se actúa durante éste sobre variables que sirven
para establecer el grado de logro en cada fase o etapa de interés, se contrasta la información con
el patrón de comparación del caso, y es posible activar otras variables que ayuden a compensar
las deficiencias encontradas. Se propone, pues, esta evaluación, colaborar en la consecución de lo
que se persigue, mediante ciclos de control y ajuste a medida que se desarrolla el proceso.
Supone, la evaluación formativa, un proceso sistemático de recogida de información, que se lleva a
cabo durante el período de enseñanza/aprendizaje, utilizado primordialmente por los alumnos para
tomar decisiones sobre cursos de acción alternativos ofrecidos por el diseñador de la instrucción.
así pues, ofrece una serie de ventajas, entre las que podemos destacar:
• motivar y estimular al alumno, pues evita la acumulación de errores sucesivos y el
estudiante conoce los resultados de su aprendizaje con inmediatez (retroalimentación);
• facilitar la autoevaluación del alumno, con lo que fomenta su participación más activa, en
el proceso de enseñanza/aprendizaje;
• detectar y corregir errores, confusiones o dificultades;
• incorporar la recuperación al proceso educativo;
• afirmar cada etapa del aprendizaje;
• permitir evaluar los contenidos docentes para su continuidad o replanteamiento.
Debido fundamentalmente a la «no presencialidad», característica esencial de los sistemas a

distancia, los aspectos formativos de la evaluación se transfieren, en su mayor parte, al propio
autocontrol del estudiante para que le ofrezcan retroalimentación adicional.
Una característica importante de este tipo de evaluación consiste en objetivos de rendimiento
formulados en términos de conducta, por lo que permite al estudiante detectar con precisión sus
dificultades específicas de aprendizaje. Con ello se le puede reorientar hacia materiales
instructivos específicos, o cualquier tipo de actividad que le ayude a corregir sus deficiencias. La
evaluación formativa, en contraste con la tradicional, se dirige a reorientar a los alumnos en razón
a su rendimiento, utilizando para ello pruebas formativas específicas ofrecidas conjuntamente con
los materiales instructivos. Al tener un carácter positivo en sus recomendaciones y no establecer
sanciones a los alumnos, les refuerza en su aprendizaje y disminuye considerablemente las
reacciones de tipo negativo.
Asimismo, es importante destacar que este tipo de evaluación se basa en la premisa de que el
aprendizaje tiene un carácter acumulativo y jerárquico. Por tanto, cada aprendizaje nuevo tiene su
base en el anterior. Así pues, es preciso que la evaluación cubra todos los objetivos programados y
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se lleve a cabo cada vez que se haya completado la enseñanza preliminar, necesaria para el
aprendizaje de un concepto o de una destreza nuevos.
A la hora de diseñar los momentos en que se ha de llevar a cabo la evaluación formativa es muy
importante tener en cuenta el número de veces que se evalúa; es decir, que no sea tan alto que
interrumpa el trabajo de los alumnos, ni tan bajo que ocasione una demora en el avance de los
aprendizajes al no detectar a tiempo un problema específico.
Instrumentos de la evaluación formativa

Para llevar a cabo la evaluación formativa precisamos de la elaboración de los instrumentos
adecuados; entre ellos conviene destacar: los ejercicios de autoevaluación o de autocomprobación,
soluciones de tareas o pruebas de evaluación a distancia, proyectos o trabajos de investigación
con entregas controladas, pruebas de ensayo, actividades recomendadas.
Uno de los mejores instrumentos de la evaluación formativa lo constituyen los ejercicios de auto
evaluación o autocomprobación, situados al final de cada unidad o módulo de aprendizaje. Estos
ejercicios los realiza el alumno y él mismo corrige sus respuestas, por lo tanto resulta un
procedimiento controlado por el propio estudiante. Para comprobar si sus soluciones coinciden o
no con las correctas, se le remite a una unidad determinada para que compruebe sus posibles
errores.
En la elaboración de este tipo de ejercicios se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
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• selección de unidades de aprendizaje; se trata de dividir los contenidos de la asignatura en

pequeñas unidades de aprendizaje con sentido propio;
• análisis de los contenidos de las unidades para distinguir los indispensables de los
accesorios;
• determinación de objetivos a lograr con respecto a los contenidos estipulados;
• elaboración de ítems que midan los objetivos propuestos;
• diseño de la guía de soluciones que tiene por misión indicar al estudiante cuáles fueron sus
errores y aciertos, ofreciéndole una respuesta razonada; se debe completar el solucionarlo
con una prescripción detallada de los materiales de instrucción que ha de consultar el
alumno para corregir sus errores y afianzar su dominio en una Unidad determinada.
Entre los inconvenientes que se pueden presentar en las autoevaluaciones debemos señalar el
que los ejercicios no guardan una correspondencia con el nivel y el objetivo perseguido, con lo cual
se orienta mal al alumno y se alteran los contenidos del currículum. Otro riesgo consiste en ofrecer
al estudiante la respuesta correcta sin fundamentarla ni compararla con otras. Con ello se pierde la
posibilidad de reorientar al alumno y tan sólo nos informa si se logró o no el cometido propuesto.
Desde estos ejercicios de autocomprobación se puede fomentar en el alumno, también, el espíritu
crítico y la necesidad de desarrollar una actitud creativa mediante la identificación de problemas y
su resolución, especialmente aquellos para los que el sujeto no tiene preparada una respuesta
alternativa adecuada. A esto es imprescindible añadir que la información facilitada a los alumnos
incluya aspectos relacionados con el conocimiento mismo del problema, así como otros aspectos
referentes a las destrezas involucradas en la aplicación de este conocimiento como medio de
búsqueda de la solución. Lógicamente esto repercute en la producción de materiales y en los
servicios de apoyo.
Desde el punto de vista didáctico las autoevaluaciones desempeñan un importante papel en la
enseñanza superior a distancia, ya que asumen, en gran medida, un papel orientador y reforzador
de lo que aprenden los alumnos.
Así se señala en el curso sobre preparación de materiales para autoinstrucción de la Open
University, citado por Bolaños (1982).
«De una u otra forma, los ejercicios de evaluación que se le proponen al alumno, por lo menos
como los alumnos los entienden, son los objetivos de la lección. Por consiguiente, cualquier
propósito y objetivo de muy alto nivel, que el autor tenga en la mente, se viene abajo si a los
alumnos se les enfrenta simplemente con ejercicios sobre cómo han memorizado ciertos
detalles de la lección, destacando éstos como si fueran los objetivos reales» (Bolaños, p. 6).
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Otro instrumento, que podemos distinguir en la evaluación formativa, lo constituyen las soluciones
de tareas o las pruebas de evaluación a distancia. Tienen por finalidad ayudar al alumno en su
estudio, servir de motivación psicológica, de control de rendimiento y de orientación personal. En
algunas instituciones de enseñanza a distancia su realización constituye un requisito académico.
La configuración de estos instrumentos debe estar en total consonancia con los objetivos y
contenidos que se pretende evaluar. Además, habría que añadir que para que cumplan su papel
formativo, debe indicarse al alumno, en forma precisa y detallada, el por qué de sus errores y
justificar a la vez la respuesta correcta. En cuanto a su estructura interna, se pueden observar
distintas composiciones, según el objetivo perseguido:
1. Prueba objetiva. Tiene la gran ventaja de que se puede aplicar para comprobar casi todo tipo
de objetivos propuestos en las materias, si bien se le exige que tenga una respuesta breve y
que posea una corrección precisa. Estas pruebas pueden presentar dos modalidades
principales: de verdadero/falso y de elección múltiple. En ambos casos es preciso acompañar a
la clave de corrección unas orientaciones precisas de justificación de respuestas.
2. Pruebas de respuesta breve. Su finalidad consiste en comprobar la capacidad de asimilación
de los conceptos básicos de la asignatura, a la vez que permite conocer y evaluar la capacidad
de síntesis y de valoración del alumno. En la hoja de soluciones se debe indicar al estudiante
los criterios de calificación y remitirle, en su caso, a la Unidad Didáctica correspondiente para
que compruebe la respuesta.
3. Pruebas de ensayo. Consisten en la formulación de una cuestión de cierta amplitud para que
el alumno la conteste libremente y, a través de su respuesta, pueda demostrar su habilidad
para organizar y presentar los contenidos, exponer sus ideas con el máximo conocimiento y
profundidad posibles, mostrar su creatividad y elaboración personal del tema y utilizar una
terminología propia de la disciplina. En suma, se trata de que el alumno elabore su propia
respuesta. En su contenido, además de las cuestiones teóricas se pueden plantear
comentarios de texto, resolución de problemas prácticos, aplicación de principios generales,
etc.
Con la corrección de las mismas se debe indicar al alumno los criterios tenidos en cuenta para
considerar la respuesta como correcta; no obstante, no se debe desarrollar dicha respuesta, sino
remitirle a los temas o capítulos correspondientes de la Unidad Didáctica, para que pueda repasar
y reelaborar, en caso necesario, la respuesta correcta.
Los proyectos o trabajos de investigación de entregas controladas pueden tener una doble
finalidad: como evaluación formativa y también como evaluación sumativa. Consisten en la
realización extensa y detallada de un proyecto que verse sobre los contenidos de las distintas
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materias, a través de una serie de pasos sucesivos e interrelacionados. Es muy importante la

elaboración previa del esquema a desarrollar.
Ahora bien, para que estas actividades se conviertan en instrumentos de evaluación formativa,
deben cumplir una serie de condiciones, entre las que podemos destacar:
• el trabajo se ha de dividir en partes significativas y de revisión periódica por el profesorado;
• devolución al alumno de cada una de las partes con las oportunas correcciones y
sugerencias.
Si bien los tres instrumentos reseñados son los que tienen una mayor aceptación en los distintos
sistemas de enseñanza a distancia y poseen, además, un cierto carácter de obligatoriedad, a ellos
añadiríamos otra serie de actividades o pruebas recomendadas que el alumno puede realizar con
el asesoramiento del profesor-tutor. Por medio de estas actividades se pretende fomentar la
capacidad e inquietud investigadora de los estudiantes en los campos más representativos de los
contenidos de cada materia.
LA EVALUACIÓN FORMATIVA EN DISTINTAS

INSTITUCIONES DE ENSEÑANZA A DISTANCIA
Creemos conveniente presentar una panorámica acerca de cómo se lleva a cabo la evaluación
formativa en distintas Universidades a Distancia, como paso previo a la explicación del sistema de
evaluación de la UNED.
Open University
La Universidad del Reino Unido incluye en su evaluación formativa las siguientes modalidades:
1. Ejercicios de autoevaluación (self-assessment). Pruebas de carácter formativo incluidas en
los textos (unidades didácticas), acompañadas de las respuestas y comentarios adicionales.
2. Evaluación continua (continuous-assessment). Se lleva a cabo por una doble vía:
• evaluaciones calificadas por el computador (computer marked assessment ); tienen un valor
en la calificación global, permiten un control periódico del aprendizaje del alumno; existen
ocho por curso y se incluyen dentro del paquete instructivo, según el entorno de los
especialistas que han elaborado el curso; suelen tener fijadas las fechas de entrega;
• tareas calificadas por el tutor (tutor marked assignments); también se les concede un
porcentaje en la calificación global; poseen un gran valor formativo para el aprendizaje, pues
el alumno recibe una retroinformación detallada por parte del tutor que califica dichas
pruebas. Se incluyen ocho por curso y están conformadas, generalmente, por preguntas de
ensayo y de respuesta breve.
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UNED - Costa Rica

La Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica basa su evaluación formativa en cuatro
componentes básicos:
1. Ejercicios de autoevaluación. Se insertan dentro de las unidades didácticas de cada materia.
Incluyen en su contenido preguntas de elección, de respuesta corta y de desarrollo.
2. Solución de tareas. Instrumentos preparados por los tutores evaluadores, incluidos como parte
del paquete instructivo. El alumno debe realizar dos tareas por curso y recibe una guía de
soluciones por cada una.
3. Proyectos de entregas controladas. Forman parte de la evaluación en cursos específicos.
Pueden tomar el lugar de las tareas o el de los exámenes. El alumno recibe información de retorno
sobre cada una de las entregas.
4. Soluciones de exámenes. Brindan información de retorno al alumno sobre las pruebas
realizadas (exámenes parciales). Son confeccionados por el profesor encargado de elaborar la
prueba.
UNA - Venezuela
La Universidad Nacional Abierta de Venezuela lleva a cabo la evaluación formativa de los
aprendizajes en dos modalidades:
1. No presenciales. Mediante las cuales el alumno realiza actividades de evaluación en el
momento y lugar que considere conveniente y en ausencia del personal docente. Dentro de las
pruebas no presenciales podemos citar:
• las autoevaluaciones: medio básico de información con el que cuenta el estudiante para
autoverificar su aprendizaje al término de cada unidad o bloque; tienen por finalidad
promover la responsabilidad y la autorrealización del alumno; ofrecen retroalimentación con
fines diagnóstico y prescriptivo;
• trabajos calificados: que serán considerados en la calificación definitiva; informes, trabajos
de investigación, etc.
2. Pruebas presenciales. Pueden ser parciales e integrales, si bien sólo las primeras tienen un
carácter más eminentemente formativo.
Universidad Pedagógica Nacional - SEAD. México (1979)

La evaluación formativa en la Universidad Pedagógica Nacional (Sistema de Educación a
Distancia) de México está constituida por dos momentos:
1. Evaluación autoadministrable o autoevaluación. Tiene por misión retroalimentar al alumno
en cuanto al logro de las tareas realizadas y los objetivos de cada unidad de aprendizaje, por
ello se incluyen al final de cada unidad.
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2. Evaluación de «actividades a distancia. Consisten en un cuaderno elaborado de acuerdo a

los objetivos del curso, son elementos didácticos de gran importancia y cumplen varias
funciones: como experiencias de aprendizaje, como momento de evaluación en su etapa
formativa, como requisito de acreditación para la solicitud sumatoria.
Coastline Community College California (Decker, 1984)

El sistema de enseñanza a distancia se desarrolla a través de telecursos. Para la evaluación del
alumno, tanto formativa como sumativa, se utilizan cuestionarios y tests estandarizados.
Everyman’s University de Israel (Shatzman, 1984)

La evaluación formativa es una de las características más destacada de esta universidad. Se lleva
a cabo a través de los textos, que cuentan con varios ejercicios y cuestiones cuya clave de
respuesta se halla en el apéndice. También incluyen una guía acerca de cómo estudiar y cómo
responder las cuestiones de autoevaluación personal. Este hecho persigue que el alumno sea
miembro activo en el proceso de enseñanza/aprendizaje.
Cada semestre el tutor elabora una serie de preguntas, ayudándose para su corrección del
computador. La evaluación sirve para varios propósitos.
1. Ayudar al alumno en su estudio, revisar los puntos principales del material didáctico y darle
la oportunidad de ejercitar el conocimiento y habilidades que ha adquirido.
2. Proporcionar feed-back al estudiante y a los coordinadores de cursos acerca del nivel de
comprensión del material.
3. Evaluar también el rendimiento alcanzado por el estudiante.
Open University de Thailandia (Srisa-An, 1984)

La evaluación formativa del progreso del estudiante se lleva a cabo en Thailandia a través de la
realización de actividades. El alumno en su libro de texto se encuentra con diversas actividades
que debe realizar, una vez cumplimentadas las envía al equipo que redactó los materiales para
que las tenga en cuenta en la calificación final. Se les concede un peso del 20% en la calificación
total del curso.
La evaluación sumativa de aprendizajes

La evaluación sumativa de los aprendizajes proporciona información a los alumnos y docentes
acerca del nivel alcanzado con relación a los objetivos del curso; sirve a su vez, de base para la
ubicación y distribución de los alumnos en la continuación de sus estudios y se utiliza también
como antecedente para la selección profesional en el campo de trabajo.
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Así pues, la evaluación no debe constituir un último paso en el desarrollo de un proceso de

enseñanza/aprendizaje, ni debe identificarse con los exámenes finales, pues entonces sólo serviría
para recabar evidencias de la eficacia lograda y como control del resultado académico. Hay que
concebirla como un continuo para recoger información sobre el proceso de aprendizaje del alumno
en su conjunto, con el fin de ayudarle a elevar la calidad de su aprendizaje, a aumentar su
rendimiento y a mejorar el propio proceso, encaminado todo ello a la toma de decisiones.
En esta línea, la evaluación sumativa de aprendizajes consistirá en un proceso sistemático de
recogida de información que se lleva a cabo al final de cada unidad, semestre, curso o ciclo, para
determinar y comprobar hasta qué punto se han producido en el alumno los cambios de conducta
propuestos y se han conseguido los logros académicos, a la vez que permite establecer posibles
cambios en cada estudiante.
Según Stufflebeam (1976):
«El método general de esta evaluación comprende la formulación de decisiones operativas de
objetivos, la medición de los criterios relacionados con los objetivos de la actividad, la
comparación de estas mediciones con normas absolutas, o relativas, prefijadas, y la
interpretación racional de los resultados con la ayuda de la información sobre el contexto, el
alumno y el proceso».
La evaluación sumativa según Popham (1980):

«Se refiere a las valoraciones de los méritos de programas de enseñanza terminados. El
evaluador sumativo recoge información y emite un juicio sobre los méritos de una secuencia
pedagógica completa, de modo que las decisiones que se tomen se refieran al hecho de
mantenerla o adoptarla. La audiencia del evaluador sumativo son los usuarios» (Popham, p.
23).
Por tanto, esta evaluación se lleva a cabo al finalizar un proceso, más o menos largo: una unidad
de contenido, un semestre, un ciclo, o el trabajo de un año, y su propósito fundamental, en
palabras de Galvis (1981) es:
«Establecer y documentar el nivel de eficacia logrado, para, a partir de ahí reaccionar ante los
logros y fracasos obtenidos determinar el modo de proceder la próxima vez que el sistema se
ponga en movimiento» (Galvis, p. 42).
De esta forma la evaluación sumativa alcanza a los conocimientos y habilidades logradas durante
el curso o al final del mismo. Normalmente hace referencia a los objetivos terminales o generales
que engloban dentro de sí otros específicos.
La evaluación sumativa cumple tres grandes funciones:
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• Atestiguar la posesión de conocimientos, habilidades y actitudes;

• certificar la capacidad del alumno para cumplir determinada función;
• Comprobar la eficacia pedagógica del programa aplicado.
También presenta algunos inconvenientes:

• En primer lugar, debemos determinar los objetivos que es preciso evaluar, siempre en
consonancia con el contenido del paquete instructivo que ha de estudiar el alumno;
• En segundo lugar, tendremos en cuenta la calidad técnica precisa para la elaboración de las
pruebas, cuya confección guarda relación con el contenido que pretendemos evaluar;
• En tercer lugar, se plantea el problema de la utilización de los resultados obtenidos: como
control de rendimiento (promoción o retención), para mejorar la calidad de las pruebas, para
analizar el proceso de enseñanza/aprendizaje y servir también de retroalimentación al
alumno.
La evaluación sumativa admite dos modalidades:

• que se lleve a cabo a lo largo del curso, con lo que se corre el riesgo de descuidar los
resultados finales;
• que se utilice sólo al final, con lo cual el alumno puede estudiar sólo en vísperas de los
exámenes, lo que puede originar situaciones de tensión; además, se corre el riesgo de
evaluar sólo una pequeña proporción de conocimientos y habilidades.
La selección del modelo está en función de la naturaleza del curso a impartir, del paquete
instructivo, de su duración, de la institución concreta y de su modelo de enseñanza a distancia.
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Instrumentos en la evaluación sumativa

Los instrumentos más comúnmente utilizados para realizar la evaluación sumativa son las pruebas
o exámenes finales sobre el contenido de toda la materia o de parte de ella según la modalidad
empleada.
En función del criterio que se tome en cuenta, las pruebas admiten distintas clasificaciones:
1. Si consideramos el control que se ejerce durante su realización las pruebas pueden ser:
• Totalmente controladas: preguntas desconocidas por el alumno hasta el momento del
examen. Ofrecen una garantía de que los resultados son fruto del esfuerzo personal del
estudiante.
• Abiertas: permiten al estudiante realizar la tarea a su ritmo y ejercitar su autonomía;
proyectos, trabajos prácticos; en estos casos existe el riesgo de que el alumno reciba ayuda
de otros.
2. Si tenemos en cuenta el tiempo de ejecución de la prueba podemos clasificarlos en:
• Pruebas de velocidad: con un tiempo limitado para su realización; sirven para medir
habilidades y destrezas;
• Pruebas de poder: en ellas el alumno puede utilizar el máximo de tiempo disponible para
demostrar sus conocimientos; son muy útiles para medir aprendizajes de dominio
cognoscitivo.
3. Las pruebas de evaluación según la forma de respuesta emitida pueden ser:
• orales: de tipo individual;
• escritas: dirigidas a un grupo.
4. Si se considera el nivel técnico de su construcción se dividen en:
• Pruebas informales: cumplen los requisitos mínimos, son un recurso del profesor cuando
quiere obtener resultados inmediatos;
• Pruebas formales: elaboradas por especialistas; poseen la suficiente validez y fiabilidad en
sus resultados; se utilizan en momentos puntuales;
• Pruebas tipificadas: elaboradas por especialistas y sometidas a un amplio y profundo
tratamiento técnico, lo que confiere una alta validez y fiabilidad a sus resultados; estos
instrumentos ofrecen unas tablas de comparación obtenidas en pruebas con las debidas
condiciones y a través de las cuales se puede situar a un alumno concreto.
No obstante, la clasificación que más nos puede interesar desde el punto de vista de la enseñanza
superior a distancia es la basada en el tipo de preguntas empleadas en la confección de la prueba;
de esta forma contamos con los siguientes tipos de pruebas:
1. Pruebas objetivas. Técnicas para ponderar cuantitativamente los conocimientos que posee
cada alumno, o el nivel de asimilación por parte del grupo escolar de los contenidos impartidos.
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Sirven de instrumento de control de los conocimientos y habilidades de los estudiantes, a la

vez que facilitan información adicional sobre el ritmo del aprendizaje. Ofrecen una serie de
ventajas entre las que podemos destacar:
• su gran facilidad de aplicación y corrección;
• hacen posible un muestreo representativo de los contenidos de la unidad, ciclo o curso;
• facilitan la calificación objetiva del alumno;
• si están bien elaboradas, poseen un alto grado de consistencia interna;
• posibilitan la tarea investigadora del docente.
También se pueden señalar algunos inconvenientes:

• sus condicionamientos estadísticos al ser utilizadas como evaluación individual;
• la dificultad de ciertos contenidos para estructurarse en este formato;
• su no aplicabilidad a todos los niveles educativos;
• quedan fuera de su campo algunas capacidades, como creatividad y originalidad.
1. Preguntas breves. Tienen por misión evaluar la precisión conceptual del alumno en un
determinado aspecto. Su extensión se sitúa entre las 5 y las 10 líneas. Tienen la ventaja de
que obligan al alumno a estudiar y asimilar una serie de conceptos básicos para la
comprensión de la asignatura. Su principal inconveniente se deriva de la excesiva parcelación
del contenido que supone el formular este tipo de preguntas, al que hay que unir el riesgo de
no contemplar aspectos nucleares de la materia.
2. Pruebas de ensayo o composición. Consisten en la formulación de una serie de preguntas o
de un tema para que los alumnos las contesten por escrito de forma amplia, detallada y
explicativa. Sus respuestas dan como resultado una larga exposición que puede variar desde
unas cuantas líneas hasta varios folios. Entre las ventajas que pueden ofrecer las pruebas de
ensayo citaremos:
• estimulan e intentan medir determinadas habilidades mentales y algunos aspectos del
carácter y la personalidad;
• proporcionan una economía de tiempo y medios;
• alientan a los alumnos a organizar, integrar y expresar sus propias ideas sobre la cuestión
planteada.
Entre los inconvenientes que se pueden formular a estas pruebas se hallan:
• su escasa validez y consistencia, sobre todo si están hechas con improvisación;
• la calificación otorgada al alumno posee una cierta subjetividad.
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En resumen, las ventajas y limitaciones de las distintas pruebas, no dependen de sus propias
características sino de la forma, propósitos y circunstancias en que se usan. Por ello nos
inclinamos por la combinación de diversos tipos de pruebas de forma coherente, en la realización
de las presenciales. Es importante que su elaboración refleje una alta calidad, tanto técnica como
de contenido. Por ello, en los modelos de evaluación utilizados en distintas Universidades a
Distancia (Open University, Everyman´s, UNA de Venezuela), la elaboración de las pruebas finales
está a cargo de especialistas en contenidos y en evaluación.
La evaluación sumativa no debe basarse exclusivamente en los resultados de las pruebas finales;
sino que debe completarse con las apreciaciones del profesor-tutor, dado que éste mantiene
contactos periódicos con los alumnos, de los que emite el informe de evaluación a partir de
diversos datos, como pueden ser las pruebas a distancia, trabajos prácticos o de investigación y
entrevistas personales. Es decir, la evaluación sumativa ha de tener en cuenta las aportaciones
que le ofrece la evaluación formativa.
La evaluación sumativa en distintas instituciones

de enseñanza superior a distancia
Con el fin de recoger una información más amplia sobre la evaluación sumativa creemos
conveniente presentar algunos datos acerca de cómo se lleva a cabo en algunas Universidades a
Distancia.
Open University del Reino Unido

La evaluación sumativa en la Open University se lleva a cabo teniendo en cuenta tres aspectos
básicos:
• evaluaciones calificadas por computadora que se desarrollan durante el curso;
• tareas calificadas por el tutor que también se realizan durante el curso; ambas son de
carácter formativo;
• examen integral que se realiza al final del curso y es controlado por el profesorado;
básicamente se compone de pruebas de ensayo y, en algunos cursos, se incluyen también
pruebas objetivas.
Open University de Thailandia

La evaluación sumativa en esta universidad se realiza a través de tres aspectos:
1. realización de actividades sugeridas a través del libro de texto; influyen en un 20%;
2. El examen final se realiza al terminar cada semestre; al alumno que no lo supera se le
ofrece una nueva oportunidad y, si no logra superarlo, debe matricularse de nuevo.
La evaluación y la decisión concerniente al examen tiene las siguientes características:
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• el criterio de referencia del sistema usado;

• cuatro calificaciones nominales: H (honor) puntuación de 76 en adelante; S (satisfactoria)
puntuación entre 60 y 76; U (Insatisfactoria) puntuación menor de 60; I (Incompleta) trabajo
incompleto, pierde el examen;
1. Curso intensivo y experiencia profesional; los alumnos deben completar sus estudios
mediante un curso presencial intensivo en orden a enriquecer su experiencia profesional en
relación a su carrera, aspectos que son difíciles de obtener a través de la enseñanza a
distancia.
UNA de Venezuela
La UNA lleva a cabo la evaluación sumativa a través de cinco tipos de pruebas:
• prueba de avance de carácter controlado que se lleva a cabo antes del inicio del curso;
• trabajos calificados de carácter abierto; pueden ser sustitutivos de pruebas parciales;
• diversas tareas también de carácter abierto sobre pruebas objetivas y de ensayo;
• pruebas parciales con recuperación de modalidad cerrada; se realizan durante el curso
académico;
• pruebas integrales de carácter controlado; se llevan a cabo al final del curso; se basan en
pruebas objetivas de elección múltiple y pruebas de ensayo.
UNED - Costa Rica

La Universidad Estatal a Distancia basa la evaluación sumativa de los aprendizajes en los
siguientes aspectos:
• tareas de modalidad abierta, se llevan a cabo durante el curso; el tutor elabora y evalúa las
pruebas;
• proyectos, son también de carácter abierto, se basan en pruebas de ensayo o de
ejecución; pueden sustituir a los exámenes parciales;
• exámenes parciales; se realizan a mitad y a final de curso, están compuestos de pruebas
objetivas y de ensayo; son controlados por el profesorado;
• prueba de suficiencia dos veces al año, en fechas preestablecidas; controladas por el
profesor. Prueba única en que el estudiante, no regular, debe demostrar el dominio de los
objetivos y contenidos del curso.
Everyman’s University de Israel

La evaluación en esta universidad se realiza de diversas formas y se basa en varias fuentes:
cuestionarios abiertos y cerrados, informes del tutor, entrevistas, observaciones y reuniones de
149
tutoría. Los exámenes han sido objeto de especial atención por parte del equipo de evaluación,
para lograr el máximo desarrollo y perfeccionamiento de las técnicas de medición y su flexibilidad
en la evaluación de los resultados.
Se han seguido estos pasos:
1. Preparación. Se ha puesto énfasis en la evaluación de aspectos teóricos y técnicos, en la
formulación de preguntas, en la enseñanza a distancia. Los fines y contenidos de cada curso
fueron redefinidos y presentados en un mapa técnicamente clarificador. Este proporciona el
diseño de varios tipos de preguntas desde el punto de vista cognitivo y de medición del
rendimiento. A la vez se asegura la coordinación entre el material del curso, los logros y los
resultados en los exámenes.
2. Feed-back. El equipo ha desarrollado un número de informes a través del computador que
proporciona, feed-back de la validez del test y el rendimiento de los estudiantes. Dado el gran
número de cuestiones que se deben elaborar, cada semestre se planea sistemáticamente un
mapa del material del curso, se elaboran las pruebas y las consecuencias del análisis de los
resultados de los tests y se preparan para el banco de datos. Se utiliza también una prueba de
final de curso para examinar al alumno. Se procura celebrarla en un Centro lo más cercano
posible a su lugar de residencia.
3. Rendimiento. El equipo de evaluación proporciona una información periódica basada en
informes de computador acerca de los rendimientos de cada estudiante en varios cursos.
Incluye informes de la distribución de los estudiantes, teniendo en cuenta sus características
personales.
LA EVALUACION DE APRENDIZAJES EN LA UNED

En este punto nos centraremos en el actual sistema de evaluación del alumno en la UNED. Este
debe ser acorde con las propias características de esta modalidad de enseñanza superior a
distancia y con las circunstancias en las que se desarrolla.
La UNED se creó en agosto de 1972 en el marco ofrecido por la Ley General de Educación de
1970. En esta Ley se hace alusión al sistema de evaluación en el art. 38. En lo que se refiere a la
educación superior indica:
«Se dará prioridad a la evaluación realizada a lo largo del curso, de manera que las pruebas
finales tengan sólo carácter supletorio».
Queda pues patente la importancia de la evaluación continua como tarea más completa, justa y
eficaz; frente a la consideración de la evaluación como simple función de control de los resultados
obtenidos.
En las disposiciones complementarias, de dicha Ley General de Educación se precisan, con
claridad, estas ideas:
150
«En el proceso de formación, la evaluación no debe ser un apéndice de ésta, ni un procesó de

selección al estilo de los exámenes tradicionales, sino, principalmente, un proceso de
orientación y, como tal, parte integrante de la actividad educativa».
La UNED hace suyas estas orientaciones y trata de plasmar en la práctica este nuevo concepto de
evaluación. De esta forma el alumno ha de realizar, a lo largo del curso, diferentes tipos de
pruebas, lo que le permite ir acumulando una serie de calificaciones y observaciones que influirán
en la nota final. Con ello, se evita el juzgar la labor del alumno en unas pruebas presenciales (dos
por curso), que por distintas circunstancias corren el riesgo de no ser auténticamente
representativas de su aprovechamiento y preparación.
Por tanto, la labor continua del estudiante queda reflejada en distintos momentos: en las pruebas
de evaluación a distancia, en las pruebas presenciales, en las actividades recomendadas, en los
trabajos prácticos, en la asistencia al Centro Asociado, a los seminarios y convivencias.
Todo ello conforma los dos tipos de evaluación empleados con mayor frecuencia en los sistemas
de enseñanza superior a distancia: la evaluación formativa y la evaluación sumativa.
El sistema de evaluación de la UNED: características generales

Desde su creación, la UNED trató de introducir el concepto de evaluación continua; a la vez que
consideraba los exámenes finales o pruebas presenciales como el medio principal de calificación,
aunque no el único.
Su sistema de evaluación debe cumplir las siguientes condiciones:
• ser plural, es decir, no basar el rendimiento académico del alumno en una sola prueba,
sino en varias complementarias;
• ser integradora e integrada dentro del proceso de enseñanza/aprendizaje;
• ser continua, cuando se lleva a cabo a lo largo del proceso; principalmente por arte del
profesor-tutor en los Centros Asociados y del profesor de la Sede Central en los informes
y pruebas presenciales;
• ser formativa, dado que el alumno recibe las pruebas que ha realizado con las oportunas
correcciones, calificaciones y observaciones, lo que favorece feed-back;
• servir de control del rendimiento académico del alumno;
• proporcionar una orientación individual y eficaz a lo largo de los estudios.
Así pues, con la evaluación de los aprendizajes, el profesor trata de comprobar hasta qué punto se
han alcanzado los objetivos fijados en la asignatura. Por ello, es preciso tener en cuenta las metas
perseguidas y elaborar las pruebas de evaluación y los ejercicios acordes con los objetivos
previstos.
151
La UNED a través del Instituto de Ciencias de la Educación (ICE) elaboró en el año 1976 un listado
sobre los requisitos que debía cumplir un buen sistema de evaluación universitaria en la
enseñanza a distancia. Estos se publicaron en la obra Criterios metodológicos de la UNED (1978,
p. 52):
• una buena elaboración de pruebas, tanto presenciales como a distancia, por parte del
equipo docente, en orden a lograr una adecuada conexión con los objetivos, contenidos y
actividades desarrollados en las Unidades Didácticas;
• una distribución a tiempo y gradual de las pruebas de evaluación a distancia que permitan
llevar a cabo la evaluación continuada de los alumnos;
• una realización auténtica, por parte de los alumnos que, si bien pueden consultar el
material didáctico, han de contestar a las cuestiones de los cuadernillos de modo personal;
• un control riguroso en la recepción de las pruebas de evaluación a distancia;
• una correcta y uniforme calificación de los mismos en todo el ámbito territorial de la UNED;
• una orientación eficaz del profesor-tutor a los alumnos, con base en los resultados de las
evaluaciones a distancia y en las consultas individuales que se le hagan;
• una información lo más completa posible del profesor-tutor al equipo docente sobre la
marcha individual de cada uno de sus alumnos;
• una consideración y peso real de este informe tutorial, completado con las calificaciones
obtenidas en las pruebas de evaluación a distancia, en las pruebas presenciales y, por
supuesto, en la calificación final del alumno;
• una estimación justa del trabajo no obligatorio realizado por el alumno en la calificación
final, tal como trabajos prácticos, las actividades recomendadas, asistencia al Centro
Asociado, a los seminarios, a las convivencias;
• un conocimiento previo, por parte del alumno, del valor real de las distintas actividades y
ejercicios que ha de realizar a lo largo del curso académico y su influencia en la calificación
final.
Tomando en consideración estas ideas y teniendo en cuenta las características propias de su

enseñanza y de su alumnado, la UNED ha establecido distintos tipos de pruebas: unas son de
carácter obligatorio, constituyendo un requisito académico para superar con éxito las asignaturas;
otras, por el contrario, tienen un carácter voluntario y su realización puede ser muy valiosa e
importante para la formación universitaria y para orientar el aprendizaje. Entre las primeras están:
las pruebas presenciales, las pruebas de evaluación a distancia y las prácticas de laboratorio
(principalmente en Ciencias). Entre las optativas citaremos: las actividades recomendadas, los
ejercicios de autocomprobación, la asistencia al Centro, las convivencias.
152
La evaluación formativa en la UNED

La evaluación formativa de los aprendizajes cumple un importante cometido en la UNED y a ella se
le han dedicado muchos esfuerzos. Su principal finalidad consiste en favorecer la evaluación
continua del estudiante, mediante pruebas que pretenden medir el logro alcanzado en un tema,
unidad o ciclo de contenidos y sobre la base de las respuestas emitidas por el alumno. El profesor
corrige, guía y orienta el proceso de enseñanza/aprendizaje con lo que cumple su cometido como
elemento integrador y de retroalimentación.
Para llevar a cabo este tipo de evaluación existen en la UNED distintos instrumentos que pasamos
a describir más detalladamente a continuación. Si bien hemos de reconocer que en la década de
funcionamiento de la institución han sido y siguen siendo los cuadernillos o pruebas de evaluación
a distancia los instrumentos más usados y a los que mayor importancia se les concede por parte
del estamento docente.
Pruebas de evaluación a distancia

Consisten en la formulación de una serie de cuestiones o ejercicios que sirven de complemento a
las Unidades Didácticas de cada materia, que el alumno debe realizar personalmente en su propio
domicilio y enviar, en las fechas establecidas, al Centro Asociado para que el profesor-tutor
proceda a su corrección, calificación y orientación y se lo remita de nuevo.
Estas pruebas se distribuyen en cuatro cuadernillos independientes y acompañan a las Unidades
Didácticas 1, 2, 4 y 5, pues tras el estudio de la 3ª y la 6ª Unidad el alumno debe realizar las
pruebas presenciales.
Las pruebas de evaluación a distancia cumplen una importante función educativa, en el proceso de
enseñanza/aprendizaje del alumno, así lo pone de manifiesto Oliver (1984) en su estudio sobre el
sistema de evaluación de la UNED. Sirven de ayuda al estudio pues el estudiante, al ir contestando
a las preguntas formuladas, va fijando y sistematizando lo aprendido en la Unidad Didáctica,
viéndose obligado, en ocasiones, a insistir y clarificar algunos puntos, tener conceptos básicos y,
sobre todo a participar activamente en el proceso de aprendizaje. También le sirven para que el
alumno vaya dominando paulatinamente las distintas asignaturas, y de posible entrenamiento ante
las pruebas presenciales.
1. Motivación Psicológica. Se logra al recibir el alumno el cuadernillo de evaluación a
distancia y convertirse en vehículo de comunicación pedagógica entre el profesor y él.
Unido a ello, el hecho de conocer el resultado de su esfuerzo personal le sirve de estímulo,
motivación y refuerzo psicológico para continuar sus estudios.
2. Orientación tutorial. A través del cuadernillo el alumno recibe una calificación y además,
una orientación personal muy valiosa sobre la marcha de sus estudios y sobre el tipo de
153
respuestas que debe ofrecer, pues, en muchas ocasiones, constituye el único medio de
contacto con el profesor. A la vez puede aprovecharse esta ocasión para hacerle llegar
otro tipo de orientaciones sobre distintos aspectos relacionados con sus estudio.
3. Control de rendimiento. Las notas sobre el aprovechamiento global del alumno se
reflejan en las respuestas dadas a través del cuadernillo de evaluación a distancia. Se
recogen en un informe sobre el estudiante y posteriormente se remiten al profesor de la
Sede Central.
4. Requisito académico. Según las disposiciones vigentes en la UNED, la realización de las
pruebas de evaluación a distancia es un requisito indispensable para participar en las
pruebas presenciales.
A todo ello, añadiríamos que, gracias a los cuadernillos se establece una auténtica relación
personalizada entre el profesor-tutor y el alumno, que en ocasiones no tendrá otro medio de
experimentarla, bien sea por la distancia al Centro Asociado, o por sus propias circunstancias
personales y laborales.
Los cuadernillos de evaluación a distancia se estructuran en base a distintos tipos de pruebas:
pruebas objetivas, preguntas breves y pruebas abiertas o de ensayo.
1. La prueba objetiva debe reunir unos requisitos mínimos para ser considerada como tal:
una respuesta breve y una corrección precisa. Estas pruebas pueden ser de
complementación, de emparejamiento, de alternativa constante y de elección múltiple que
suele ser lo más usual. La corrección es efectuada por el profesor-tutor del Centro
Asociado; no obstante, con el fin de unificar criterios en todo el ámbito territorial, los
profesores de la Sede Central envían a los Centros Asociados, las claves de corrección.
Con lo cual la tarea del profesor- tutor se reduce a la cuantificación de los aciertos, errores,
omisiones y mediante la aplicación de la fórmula de corrección del azar, otorgar una
puntuación a cada alumno. Para cumplir su cometido formativo, el profesor-tutor debe
proporcionar al estudiante la solución correcta, su explicación y además, remitirle a la
página o páginas de la Unidad Didáctica o de los libros recomendados, dónde puede
encontrar explicada la solución correcta.
2. Las preguntas breves o de respuesta corta se componen de cuestiones sobre nociones,
ideas o conceptos que intentan evaluar el nivel de información adquirido y la precisión y
exactitud de la respuesta. Se trata con ello de destacar y hacer reflexionar al alumno sobre
una serie de aspectos claves en el contenido de la materia. El profesor-tutor no se debe
limitar a otorgar una nota, sino que también debe informar al alumno sobre la precisión o
no de sus respuestas, las causas y proporcionarle, además, referencias para poder
ampliar, comentar o elaborar esa pregunta.
154
3. Las pruebas abiertas o de ensayo tienen por objeto fomentar la capacidad de síntesis,
originalidad y creatividad del alumno. Su respuesta supone una elaboración personal de
síntesis y organización propia. En ocasiones tienen un enfoque eminentemente práctico:
comentarios de texto, resolución de problemas, actividades de práctica educativa y diseños
de investigaciones. En cuanto a su corrección, resulta más difícil hacerla objetivamente
puesto que pueden influir factores como el ánimo o cansancio del profesor-tutor, el juicio
previo sobre el alumno, la predisposición que acarrea la primera visión del ejercicio, el nivel
de respuestas halladas en las distintas pruebas, etc.
García Llamas y Pérez Serrano (1983, p. 206) elaboraron una encuesta sobre los criterios que más
comúnmente suelen tener en cuenta los profesores-tutores de Ciencias de la Educación para
calificar las pruebas de evaluación a distancia. Estos son:
• cantidad y calidad de los conocimientos adquiridos;
• grado de organización y sistematización del contenido;
• adecuada utilización de la terminología propia de la disciplina;
• correcta expresión gramatical y sintáctica;
• utilización de la bibliografía recomendada;
• enfoque dado a la materia;
• crítica personal en los trabajos prácticos;
• ampliación de los contenidos de los temas de las Unidades Didácticas;
• conocimiento mostrado sobre la materia.
La calificación final del cuadernillo constituye una media ponderada entre las aportaciones de cada
una de sus partes. Queda reflejada en el informe que se remite a la Sede Central.
La tarea del profesor-tutor, en relación con el alumno, no finaliza al otorgarle una nota numérica,
sino que debe completarse con las oportunas correcciones, aclaraciones u orientaciones. También
debe ofrecerle alguna referencia bibliográfica precisa y detallada para que el alumno pueda, en su
propio domicilio, reelaborar la respuesta que haya contestado equivocadamente. Pero también es
conveniente subrayar los éxitos por lo que pueden representar de motivación positiva hacia el
estudio. Siempre es conveniente concluir con alguna frase de ánimo para que persevere en su
tarea y perciba un trato personalizado, especialmente en aquellos estudiantes que, por diversas
circunstancias, apenas pueden asistir al Centro Asociado.
Ejercicios de autocomprobación o de autoevaluación

Este tipo de actividades no poseen validez académica para la calificación final del alumno. No
obstante tienen una gran importancia en la evaluación formativa.
155
Los ejercicios de autocomprobación forman parte del contenido propio de las Unidades Didácticas
y se sitúan al final de cada uno de los temas. Se formulan como prueba objetiva y preguntas cortas
preferentemente. Estas actividades tienen por misión completar el estudio de cada tema, a la vez
que obligan al alumno a realizar un esfuerzo de síntesis, retención y reelaboración de algunos
contenidos nucleares de cada uno de los temas.
Tras la contestación, el alumno puede comprobar por sí mismo los logros alcanzados, pues en la
página siguiente se le ofrece la respuesta correcta y en la mayoría de las ocasiones se le remite a
un punto concreto para que compruebe por sí mismo su posible acierto o error. Constituye un
excelente medio de motivación, pues el estudiante conoce sus resultados inmediatamente y, a la
vez, le sirve de retroalimentación. En las investigaciones realizadas por el Instituto de Ciencias de
la Educación de la UNED constituyen, en opinión de los alumnos, las actividades de evaluación
más valoradas.
Actividades recomendadas
Constituyen una serie de pruebas, cuya realización no es obligatoria para el alumno; propuestas
por el autor de las Unidades Didácticas al final de algunos de los temas. Con ellas se pretende que
el alumno adquiera una más sólida formación universitaria, pues se le plantean pequeñas
investigaciones y cuestiones prácticas que le obligan a manejar una bibliografía determinada.
Estas actividades pueden ser tan numerosas y dispares como el autor estime oportuno. No
obstante es recomendable su asociación con el tema estudiado. Cada alumno elige, si lo estima
oportuno, aquellas por las que siente mayor interés y le puedan reportar un mayor beneficio en su
trabajo.
Su valoración siempre suele ser positiva en función de la calidad demostrada y a juicio del
profesor-tutor de los Centros Asociados. Tienen cierta repercusión y validez académica en la
calificación final. A la vez constituyen un buen medio para establecer contacto con el tutor y para
que éste brinde su colaboración y guía al alumno durante la realización de dicho trabajo.
Otras actividades
En este apartado podemos englobar aquellas actividades que tienen como marco de realización
prioritaria el Centro Asociado y poseen un gran valor formativo para el alumno, a la vez que
contribuyen a elaborar el informe que realiza el profesor-tutor, por lo que se las puede considerar
también como instrumentos de evaluación sumativa.
Nos referimos a la realización de trabajos prácticos sobre la materia que orienta y supervisa el
profesor-tutor, pero que han de remitirse a la Sede Central. Existen también otro tipo de
actividades, como las convivencias, seminarios, ciclos de conferencias, coloquios, etc., que, sin
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duda, constituyen una magnífica ocasión para reunir a unos alumnos dispersados
geográficamente.
La evaluación sumativa en la UNED
En el actual sistema de evaluación de la UNED interpretado como un proceso continuo e
integrador, la evaluación sumativa constituye el resultado final del proceso de
enseñanza/aprendizaje llevado a cabo por el alumno a lo largo del curso académico. Por ello,
conlleva no sólo el resultado de los exámenes presenciales, sino también las aportaciones
ofrecidas por la evaluación formativa a lo largo del curso, que en su mayoría son ofrecidas por el
profesor-tutor de los Centros Asociados en el informe final de cada alumno. Se configuran así tres
grandes campos dentro de la evaluación sumativa: las pruebas presenciales, el informe del tutor y
la realización de actividades obligatorias (trabajos personales, prácticas de laboratorio, etc.).
La evaluación final del alumno es competencia del profesor responsable de la materia o del equipo
docente de la Sede Central, teniendo también en cuenta el informe de los profesores-tutores.
Las pruebas presenciales

Constituyen el instrumento básico y fundamental del sistema de evaluación de la UNED. Se trata
de pruebas escritas, simultáneas e idénticas para todos los alumnos independientemente de su
lugar de residencia. Se realizan a lo largo del curso en dos ocasiones: febrero y junio en los
Centros Asociados o el lugar que éstos fijen.
Cada una de estas pruebas es liberatoria y exime al estudiante de la parte de la materia
correspondiente —primera, segunda y tercera Unidades Didácticas para la prueba de febrero, y
cuarta, quinta y sexta Unidades para la convocatoria de junio—. En caso de no superar alguna de
las partes, el alumno puede presentarse a la recuperación en la convocatoria extraordinaria de
septiembre. El alumno tiene la libertad de elegir el Centro donde quiera presentarse, si bien
conviene comunicarlo con la debida antelación. La duración de estas pruebas suele oscilar entre
una y dos horas por cada asignatura. El calendario de exámenes se le comunica en la Guía del
Curso en el momento de efectuar su inscripción. A partir del curso 1983/84 se permite a los
estudiantes presentarse a dichas pruebas en un plazo de dos semanas, con lo que se les ofrecen
mayores posibilidades de preparación de las mismas.
El ICE de la UNED ha elaborado una serie de principios a los que conviene que se ajusten las
pruebas presenciales (1978, pp. 49-50). Estas deben:
• guardar conexión con los objetivos fijados por el profesor redactor de las Unidades
Didácticas. La resolución de las pruebas definirá en qué medida el alumno ha alcanzado
o no esos objetivos;
157
• tener relación con el tipo de ejercicio y preguntas empleadas en las pruebas de

evaluación a distancia precedentes, apoyando así el valor pedagógico y académico de
las evaluaciones;
• incluir preguntas o cuestiones informativas, de recuerdo, memoria y formativas, que
apelen a la iniciativa, creatividad y elaboración personal del alumno;
• exigir en su caso, cuando el tipo de asignatura lo requiera, la resolución de problemas,
aplicación de principios generales, comentarios de texto o grabados, traducciones,
solución de casos prácticos;
• combinar hábilmente y en una proporción aceptable, cuestiones de fácil solución,
solución media y preguntas difíciles, con el fin de detectar los distintos tipos de alumnos y
su aprovechamiento.
En cuanto a su contenido, las pruebas presenciales difieren considerablemente de unas materias a

otras. En unos casos se presenta como prueba objetiva, en otros como pregunta breve o como
prueba de ensayo. A veces se pide al alumno que resuelva un problema, un caso práctico, una
traducción o un comentario. En la carrera de Ciencias de la Educación, la mayor parte de las
materias estructuran la prueba en dos partes: preguntas breves y desarrollo de un tema amplio (se
proponen dos y el alumno elige uno para su disertación). Aunque también existen materias en las
que la prueba consta de comentarios de texto y resolución de problemas, según los casos
El profesor de la Sede Central es el encargado de redactar las cuestiones, preguntas o enunciados
que componen las pruebas y de facilitar las instrucciones oportunas para su realización. También
se ha de desplazar a los distintos Centros Asociados para supervisar la realización de las pruebas
y constituir los tribunales de examen.
Con posterioridad, el equipo docente de cada asignatura se encarga de su corrección y
calificación, otorgando una nota a esta prueba que unida al resto de las aportaciones determinará
la calificación global del alumno.
En la Sección de Ciencias de la Educación existe una constante inquietud por el tema de la
evaluación de los alumnos. Por ello, en la Guía del Curso que se entrega al alumno en el momento
de efectuar su matrícula, aparte de una amplia información de cada asignatura, se le orienta sobre
los criterios que se van a seguir en la calificación de las pruebas presenciales de cada materia.
El trabajo de García Llamas y Pérez Serrano (1983), tras realizar un exhaustivo análisis de los
criterios utilizados en todas las asignaturas de Ciencias de la Educación, concluye enumerando
una serie de ellos en los que básicamente coinciden los distintos Departamentos:
• cantidad y calidad de los conocimientos, profundidad en el tratamiento del tema;
• elaboración de esquemas previos al desarrollo del tema que presenten su vertebración;
• grado de organización y sistematización de los contenidos;
158
• dominio del lenguaje científico y precisión en los conceptos;

• enfoque crítico y personal que ponga de relieve la propia creatividad
• correcta expresión gramatical y sintáctica.
Desde la radio y otros medios escritos también se ofrecen a los alumnos diversas orientaciones y
recomendaciones acerca de cómo deben realizar las pruebas presenciales.
En las convocatorias parciales es muy conveniente remitir al estudiante una hoja de orientación
individual en la que se le comunique la valoración de cada una de las partes del ejercicio, el nivel
en que se sitúa en relación al grupo, orientaciones concretas para mejorar su rendimiento. Todo
ello fomenta el proceso de feed-back y le sirve de motivación.
El informe tutorial
En la enseñanza a distancia, caracterizada por la no presencia, también existen momentos en que
el alumno precisa la relación «cara a cara» con sus profesores y compañeros de carrera. Esta
relación se lleva a cabo en los Centros Asociados. Por tanto, es el profesor-tutor el que mejor
conoce las circunstancias personales y la labor realizada por el alumno, que refleja en un informe
tutorial.
En este informe se recogen las calificaciones obtenidas en las pruebas de evaluación a distancia,
la valoración personal de los trabajos del discente y la participación en las actividades del Centro.
Para recoger información sobre cada alumno, el profesor-tutor dispone de una ficha en la que, a lo
largo del curso, va anotando todos los aspectos que considere de interés.
No existe homologación en lo que al informe tutorial se refiere, a nivel de facultades, ni de los
Centros Asociados. No obstante, en la Sección de Ciencias de la Educación existe preocupación
sobre el tema. En este sentido se les sugiere a los profesores-tutores de los Centros Asociados
que, además de la calificación numérica, ofrezcan resultados cualitativos de cada alumno, con el
fin de poder contar con más elementos de juicio a la hora de emitir la calificación final. Por ello, son
muchos los Centros que en su modelo de informe no se limitan a recoger las calificaciones de las
pruebas a distancia, sino que ofrecen una información complementaria muy valiosa derivada de su
contacto frecuente con el alumno.
En la investigación llevada a cabo por García Llamas y Pérez Serrano (1983) sobre la evaluación
en la UNED y los criterios de valoración empleados por los profesores-tutores de los Centros
Asociados se llegó a una síntesis final sobre los aspectos más comúnmente utilizados en el
informe tutorial:
• calificaciones de las pruebas de evaluación a distancia;
• rendimiento y aprovechamiento del alumno;
159
• asistencia al Centro Asociado: tanto para las consultas individuales como para participar
en las reuniones de grupo;
• grado de asimilación de los conocimientos;
• oportunidad en sus preguntas e intervenciones activas en las sesiones de tutoría;
• concepto que merece al profesor-tutor (apreciación personal y por tanto, con matices
subjetivos);
• observaciones: este apartado, ubicado al final del informe sirve para que el profesor-
tutor refleje las situaciones y aportaciones específicas de cada alumno, señal las que
considera de mayor interés para el profesor de la Sede Central, pues le ayudan a tener
un conocimiento más detallado de la problemática de cada estudiante. Entre las
observaciones más frecuentes citaremos:
• realiza actividades recomendadas;
• trabaja mucho la asignatura;
• lee libros recomendados sobre la materia;
• elaboración propia de conceptos y esquemas sobre el contenido;
• participa en las actividades que organiza el Centro;
• interés por superarse cada día;
• madurez personal;
• esfuerzo para asistir al Centro a pesar de la distancia;
• capacidad de trabajo;
• plantea cuestiones u observaciones de interés;
• trabaja y profundiza en el dominio de los temas;
• el alumno pierde en el momento del examen;
• contactos telefónicos ante la imposibilidad de desplazarse al Centro Asociado;
• pide asesoramiento para realizar los trabajos prácticos de las asignaturas.
A pesar de la exhaustividad del informe, el problema se plantea a la hora de concederle un peso en
la evaluación final. El ICE de la UNED recomienda a los Departamentos que lo tomen en
consideración e influya hasta un 20% en la evaluación final. Por su parte, los alumnos mantienen
que debería tener un peso considerable, aunque sin ser decisivo.
Los profesores de la Sede Central, responsables de la calificación final del alumno, muestran
distintas opiniones con respecto al peso que debe tener el informe. Desde aquellos que no le
conceden apenas ningún valor, al considerar que en su realización el alumno puede ser ayudado
por otras personas o bien por la valoración subjetiva del profesor-tutor al emitirlo, a aquellos que
consideran muy valiosas las aportaciones del informe, llegando en ocasiones a influir
decisivamente en la calificación. En la Sección de Ciencias de la Educación tampoco existe una
160
uniformidad, si bien en la mayoría de las asignaturas se reconoce su aportación y así se refleja en

la Guía del Curso.
Actividades obligatorias
Englobamos en este apartado todas aquellas actividades o trabajos prácticos que constituyen un
requisito académico imprescindible para lograr la superación de las asignaturas. Entre ellas
podemos destacar las prácticas de laboratorio y los trabajos prácticos o de investigación.
1. Prácticas de laboratorio. La realización de las prácticas de laboratorio es obligatoria e
imprescindible para los alumnos de la Facultad de Ciencias y de la Escuela Técnica Superior
de Ingeniería Industrial en aquellas materias que así lo tengan establecido en su plan de
estudios. Estas actividades, en su primer ciclo, se organizan en los Centros Asociados o en
universidades próximas, mediante la firma de un convenio. En el segundo ciclo se tiende a
centralizar su realización para que el alumno mantenga un contacto más estrecho con el
profesor de la Sede Central. Se suelen celebrar en los meses de mayo o junio. Los equipos
docentes de la Sede Central envían a los Centros Asociados una relación de las prácticas que
debe realizar el alumno durante el curso, así como las directrices sobre su valoración. El
profesor-tutor debe valorar las prácticas cuando el Centro dispone de laboratorio o bien la
valoración la realizará el Director o encargado del mismo en el caso de que se realicen las
prácticas en otras universidades.
2. Trabajos prácticos. Los trabajos prácticos sobre la materia tienen por misión poner en
contacto al alumno con la problemática real de la asignatura. Se trata de llevar a la vida los
estudios teóricos, iniciarse en tareas de investigación, análisis, crítica y comparación.
Constituyen una actividad obligatoria para el alumno y su «no realización» lleva consigo el no
poder superar la asignatura.
Estas actividades las lleva a cabo el alumno en su propio domicilio o en el Centro Asociado bajo la
supervisión y orientación del profesor-tutor. Con posterioridad y dentro de los límites de tiempo
marcados, estos trabajos se remiten a la Sede Central bien directamente por cada alumno, o a
través del profesor-tutor, en cuyo caso se aconseja que éste evalué los trabajos y realice las
anotaciones que estime oportunas, para que lleguen a conocimiento del profesor de la Sede
Central.
En la carrera de Ciencias de la Educación, en algunas materias, se han sustituido las pruebas de
evaluación a distancia por la realización de varios de estos trabajos. En otras, por el contrario,
constituyen un requisito más y de obligado cumplimiento. Su valoración siempre es positiva e
influye en la calificación final, pero su peso no se ha determinado con exactitud.
161
Calificación final
La calificación final del curso será, por tanto, resultado de la evaluación continuada que se ha
llevado a cabo a lo largo del año académico y se refleja en una nota final: suspenso, aprobado,
notable, sobresaliente y matrícula de honor. Estas calificaciones vienen a ser el compendio de las
que el alumno ha recibido durante el curso. El ICE de la UNED recomienda que la calificación de la
prueba presencial pueda ser modificada hasta un 20 % por el resto de los conceptos. En la práctica
son muy pocas las materias en que se tiene en cuenta este porcentaje.
Concretamente en la carrera de Ciencias de la educación a la hora de evaluar al alumno, tal y
como figura en la Guía del Curso, se tienen en cuenta cuatro aspectos principales, si bien la
valoración de cada uno de ellos puede variar de unas asignaturas a otras.
Los criterios de evaluación en la mayor parte de las asignaturas son:
• las pruebas presenciales;
• los cuadernillos de evaluación a distancia;
• el informe del profesor-tutor;
• los trabajos obligatorios o complementarios.
No obstante, sería sumamente clarificador para el profesor-tutor y para el alumno que desde los
Departamentos de la Sede Central se llegara a diseñar un modelo de evaluación continua que
fuera cuantificable, donde se reflejara porcentualmente cada uno de los apartados y requisitos
mínimos exigidos en ellos. Con este modelo se conseguiría que tanto el profesor como el alumno
supieran a qué atenerse en el desarrollo del proceso de enseñanza/aprendizaje.
162
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Bolaños, G. y otros: “Evaluación formativa de los aprendizajes en los sistemas de Educación a
Distancia” en Primer Seminario sobre evaluación de los aprendizajes. UNED. San José, Costa
Rica. 1982, p. 6.
Cirigliano, G.: La educación abierta. Ateneo, Buenos Aires, 1983.
Decker, E.: «Reaching distance learners through Telecourses», en Evaluación del rendimiento de
la enseñanza superior a distancia. UNED, Madrid, 1984, pp. 197-223.
Galvis, A.: La evaluación en la educación universitaria a distancia, en Rev. de Tecnología
Educativa, Vol. VII, núm. 1, 1981. OEA Departamento Asuntos Educativos, pp. 39-58.
García Llamas, J. L. y Pérez Serrano, G.: Los Centros Asociados. El Centro de Madrid. UNED.
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163

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