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Espacio
Jardín
FEBRERO 2018
La Mujer como
medio para la
CREACION de
los JARDINES
El laberinto es un camino de ida que es, al tiempo El jardín con la fuente de la vida en medio se dupli-
un camino de vuelta. ca en nostalgia del origen perdido y esperanza de la
meta recuperada, el Paraíso celestial.
No se puede salir de un laberinto sino volviendo
sobre los pasos, retornando a la entrada (salida).
El barroco instaura una dialéctica entre naturale- ingleses empezarán a denominar romantic a este
za y artificio. La falsa gruta, la rocalla, la caída del tipo de jardín.
agua taliada en la piedra, el chorro acuático dirigido
caprichosamente, incorporan la naturaleza circun- El origen se traduce en gozosa promiscuidad, en
dante al mecanismo del artilugio. Edad de Oro (ejemplo: el casino de Parma).
El agua sirve para narrar la fábula del Diluvio Uni- El jardín barroco acaba siendo un teatro, alegoría
versal, enésima narración del origen del hombre, de un mundo sin origen, ya que la fábula original es
según puede verse, por ejemplo, en los jardines de también una ópera cortesana provista de autóma-
Boboli (Florencia) y del Pratolino (Toscana). tas, órganos musicales ocultos y pabellones de ver-
dura que, sugestivamente, se denominan «salones».
Las aguas arrastran unas piedras que se convertirán
en seres humanos, como en la intimidad húmeda de El hombre de la corte, disfrazado de pastor, se
la madre, la masa informe del embrión da lugar a la interna en una naturaleza que la cultura ha vuelto
forma corporal definitiva del nonato. para siempre irrecuperable, algo meramente su-
puesto.
En 1599, Buotalenti, en el citado Pratolino, propone
una innovación morfológica que da lugar al jardín El poder del absolutismo restaura la simetría del
barroco: se suprime el eje y la traza se convierte en jardín (Versalles) y pone en escena la magnificencia
irregular. de los reyes que, como Luis XIV, son, a un tiempo,
déspotas, arquitectos, jardineros, jinetes, actores y
Desaparece toda simetría: un siglo más tarde, los bailarines.
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