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Breve historia de la jardinería y el jardín 

1. Jardines egipcios y mesopotámicos

El jardín nace cuando se busca la satisfacción corporal y espiritual inspirada por la


presencia de la vida vegetal en un espacio recogido y pacífico.

En Egipto y Mesopotamia se originaron los primeros jardines. En Egipto domina su


jardinería la utilidad, bien como alimento, bien como sombra mediante alineación de
palmeras y estanques en que se crían peces comestibles. Los diseños son muy
geométricos.

2. Jardines persas

En la antigua Persia había unos jardines-paraíso, de solaz y recreo, de superficie


cuadrada, y cerrados, empleando unas redes de riego. La cruz filar correspondía a los 4
ríos, Tigris, Eúfrates, Guijón y Pisón, de carácter sacro dado que eran los responsables de
la fertilidad de la región.

3. Jardines griegos

Los jardines de Grecia solían ser parques arbolados en los que se celebraban reuniones
políticas, filosóficas, académicas, etc.. Este pueblo tuvo una preferencia mayor por los
elementos arquitectónicos que por los vegetales.

 
4. Jardines romanos

Los romanos son los primeros jardines de los hay restos físicos, en las ruinas de sus
ciudades. Tuvieron un interés constante por las especies vegetales y en la aplicación de
técnicas. Inventaron o incorporaron muchas herramientas típicas de jardinería. Tenían
enormes conocimientos de hidráulica. Crearon las casas adosadas al jardín (Villas
ajardinadas).

5. Jardines musulmanes

El jardín clásico musulmán es cerrado al exterior y carece de panorámicas interiormente,


pues persigue el aislamiento, la intimidad y el recreo de los sentidos, empleando en ellos el
elemento agua y plantas aromáticas (azahar, jazmín, lavanda...).

6. Jardines medievales

La edad media fue un periodo de "fermentación" en lo que a jardinería se refiere, llegando


a un conocimiento amplio del cultivo de vegetales, alimenticios, medicinales, etc.. en
castillos y monasterios.
7. Jardines renacentistas

En Italia, los jardines de esta época se inspiraron en los romanos, con elementos como las
columnas, estatuas, topiaria (setos recortados)... También se relaciona con la casa y el
paisaje circundante, realzando terrazas y escaleras.

8. Jardín barroco francés

En Francia, los castillos eran amplios, en zonas llanas, por lo que los jardines acordes con
los mismos debían tener grandes dimensiones. Parterres con dibujos, fuentes, zonas de
esparcimiento, estatuaria, plantas de maceta con flores de ornato... Ejemplos: André le
Notre (paisajista) y el Palacio de Versalles.

9. Jardín paisajista inglés

El jardín imitación del paisaje fue producto de un movimiento romántico basado en la


observación-admiración directa de la naturaleza. Los parterres y terrazas se transforman
en suaves praderas, grupos de árboles de distribución irregular, calzadas sinuosas... El
jardín paisajista nunca emplea líneas rectas, aunque puedan usarse elementos
ornamentales como estatuas o construcciones clásicas.
10. Jardín chino

La Jardinería China emplea tres motivos ornamentales básicos: piedra, agua y elementos
vegetales. Se trata de jardines paisajistas, que intentan convertir un paisaje natural en un
jardín. En ellos influyeron las religiones, como el taoísmo, confucianismo y budismo.

11. Jardín japonés

Los jardines japoneses siguen las pautas de los chinos, sólo que estos últimos eran más
coloridos. Los japoneses emplearon sólo tonos verdes y marrones. Intención de
miniaturizar el Universo, por ejemplo, con los bonsais.

12. Jardinería s. XIX y XX

A mediados del s. XIX surge el prototipo de parque municipal, en Central Park, en New
York, 1858. Su creador fue Olmsted. Se trata de un parque para satisfacer la necesidad de
zonas verdes dentro de las grandes ciudades.

En las tendencias jardineras actuales no se sigue un estilo predeterminado, sino que se


elabora una mezcla de estilo más o menos paisajista con elementos funcionales.

Jardines Colgantes de Babilonia


Una pintura idealizada del siglo XVI de los Jardines Colgantes de Babilonia (por Martin
Heemskerck). Al fondo puede distinguirse la Torre de Babel.

Los Jardines Colgantes de Babilonia eran considerados una de las Siete Maravillas del


Mundo Antiguo, y fueron construidos en el siglo VI a. C. durante el reinado
de Nabucodonosor II en la ciudad de Babilonia (la Babel de los textos bíblicos), a orillas del
río Éufrates (Mesopotamia). Las aguas para regar las plantas eran traídas desde las orillas
del río Éufrates,que se encontraba en las faldas de la montaña. En los jardines se
plantaban palmeras y árboles frutales, como el dátil y los cocos.
Se cree que sus diseños y construcciones se iniciaron en 605 a. C., por orden del rey
Nabucodonosor II de la dinastía caldea del Imperio neobabilónico, como muestra de amor
hacia su esposa Amytis, hija de rey Ciáxares del Imperio medio (Media o "Umman
Manda"), para recordarle a las montañas de su tierra.

Características[editar]
Los jardines estaban junto al palacio del Rey, contiguo al río, para que los viajeros los
pudieran contemplar, ya que el acceso al pueblo estaba prohibido. En la más alta de las
terrazas se situaba un depósito de aguadesde el cual corrían varios arroyos.
Los Jardines Colgantes de Babilonia no "colgaban" realmente en el sentido de estar
suspendidos por cables o cuerdas. El nombre proviene de una traducción incorrecta de la
palabra griega kremastos o del término en latín pensilis, que no significa precisamente
"colgar" pero si "sobresalir", como en el caso de una terraza o de un balcón.
El geógrafo griego Estrabón, quién describió los jardines en el siglo I a. C., escribió:
“Éste consta de terrazas abovedadas alzadas unas sobre otras, que descansan sobre pilares
cúbicos. Estas son ahuecadas y rellenas con tierra para permitir la plantación de árboles de gran
tamaño. Los pilares, las bóvedas, y las terrazas están construidas con ladrillo cocido y asfalto.”
Las excavaciones arqueológicas más recientes en la antigua ciudad de Babilonia, en el
actual territorio de Irak destaparon el asentamiento del palacio. Otros hallazgos incluyen la
construcción abovedada con paredes gruesas y una irrigación cerca del palacio meridional.
Un grupo de arqueólogos examinó el área meridional del palacio y recreó la construcción
abovedada como los Jardines Colgantes. Sin embargo, el historiador
griego Estrabón había indicado que los jardines estaban situados en el río Éufrates,
mientras que la construcción abovedada está alejada varios cientos de metros.
Reconstruyeron el lugar del palacio y localizaron los jardines en el área que se extendía
del río al palacio.
En la orilla del río, las paredes recientemente descubiertas de 25 metros de espesor
pudieron estar escalonadas en forma de terrazas, tal como las describen las referencias
griegas. Sin embargo, hay pocas pruebas para cualquiera de estas teorías, pues no se
menciona nada en los numerosos documentos babilónicos de la época.

La decadencia de los jardines[editar]


Con la posible decadencia de Babilonia y el fin del Imperio neobabilónico, los jardines
fueron abandonados progresivamente. Cuando Alejandro Magno llegó a la ciudad en el
siglo IV a.C., los jardines ya estaban parcialmente en ruinas y totalmente abandonados.
Finalmente los jardines fueron destruidos por el rey Evemero en el año 126 a. C.

Los jardines de la Grecia Clásica- Imperio Heleno.


Tras la muerte de Darío el Grande le sucede su hijo Gerges, este invade Grecia en lo que se ha
llamado las guerras médicas, en Agosto del año 480 a.c. con tropas formadas por unos 150.000
soldados. Los griegos esperan y engañan al ejército Persa en el famoso paso de las Termópilas,
un reducido ejército de griegos crearon miles de bajas y mas tarde la flota griega ataca y
obtiene una gran victoria sobre la flota del ejército Persa de Gerges, en la batalla de Salamina,
siendo esto solo el principio de unas largas guerras entre ambos.

Tras 150 años de guerras entre Grecia y Persia, llega la derrota del imperio Persa a manos de
los ejércitos del rey Macedonio Alejandro Magno, en el año 331 a.c. desplazándose así el
dominio y el conocimiento de la cultura y las artes del gran imperio Persa hasta Grecia, de la
unión de la gran cultura Griega, la egipcia y la Persa nació la cultura Helenística. El coliseo
Romano, fue copia del antiquísimo teatro Griego; el teatro Griego fue una de las grandes
aportaciones a la cultura Helena.

En Grecia, coinciden los historiadores en destacar que el desarrollo de los jardines fue tardío,
quizás debido a su orografía montañosa y seca, con muy pocos ríos y arroyos, mucha escasez
de agua, podría haber dado lugar a que los frondosos jardines de las llanuras persas, no se
construyeran en territorio griego, pero si se siguieron construyendo donde ya eran
tradicionales durante milenios, en Egipto y también en Persia, aunque estos territorios
pertenecieran en esos momentos a los griegos.

El pueblo Griego era politeísta, contemplaba el jardín en la misma naturaleza, en los bosques y
los montes se encontraban las estatuas pétreas de sus dioses, en los bosques encontraba el
griego el placer del descanso; Plínio nos cuenta en sus escritos de Historia Natural, que el
primer jardín privado de la ciudad lo crea Epicuro “ fue Epicuro maestro del ocio, el primero
que en Atenas instituyó el uso de los jardines de recreo, hasta él, no entraba en las costumbres
vivir el campo dentro de la ciudad” ; los griegos en cierto sentido, eran como los orientales
( China, Corea, Japón) en un inicio, no existía el concepto del jardín, porque además el jardín
no existían en su entorno, era la propia naturaleza el lugar sagrado y de esparcimiento, en
escenarios naturales ponían a sus dioses, estatuas que los protegían y a las que adoraban y
respetaban, los dioses del monte Olimpo de Grecia es un ejemplo de todo esto, el pueblo
griego, no tenía el concepto de jardín privado; seguramente los patios privados en Grecia eran
una influencia de la cultura del imperio Persa, tras su conquista por Alejandro Magno, es por
ello que estos jardines patio se encontrasen en Grecia en época tardía.

Fue en la época Helenística ( desde el 330 a.c. hasta el 30 a.c.) también llamada alejandrina-
llamada así por Alejandro Magno- en la que el jardín griego alcanzara su mayor esplendor y
gloria es en esta época en la que se crearon las casas de campo con sus jardines, no obstante,
abundaban mas en Grecia los parques con arbolado público, en los que se celebraban
reuniones políticas, académicas o filosóficas. Vitrubio afirma que en las grandes ciudades
helenísticas, los teatros estaban rodeados de jardines. En el caso de jardines privados, solían
ser patios, con diseños de eje central y laterales simétricos, predominando más los elementos
arquitectónicos que los vegetales, estos patios estaban rodeados de columnas.
posteriormente, Roma quedó influenciada por estos tipos de patios y por la gran cultura
Griega, que en esa época ya tenía asimilada toda la cultura y las artes persas.

Jardines romanos
Reconstrucción del jardín de la Casa de los Vettii, en Pompeya.
Los jardínes romanos (en latín horti) eran lugares de paz y tranquilidad, un refugio de la
vida urbana y un lugar lleno de significados simbólicos y religiosos. Aunque los jardines
formalmente existen desde el 2800 a. de C. en Egipto, fue en Roma donde se desarrolló
más el estudio de la horticultura.
Los pórticos fueron desarrollados para conectar la casa con el exterior y crear espacios al
aire libre. El propósito funcional de los jardines que originaron los griegos era cultivar fruta
y dar placer. Cuando Alejandro Magno conquistó algunas partes de Asia occidental, trajo
consigo nuevas variedades de frutas y plantas, que provocaron un interés renovado de la
horticultura entre pueblo griego.
En el antiguo Lazio, un jardín era parte de cada granja. Según Catón el Viejo, cada jardín
debe estar cerca de la casa y debe tener prados de flores y árboles ornamentales. 1
y Horacio escribió que durante su tiempo el tener flores se convirtió en una indulgencia
nacional.2
La forma más extendida de jardín romano fue el xystus (del griego ξυστός "cubierto")
generalmente colocados en peristilo, en gimnasio o en teatros y que consistía en una serie
de avenidas (ambulationes). Los árboles más usados por los romanos para sus jardines no
eran diferentes a lo que estamos acostumbrados y se clasificaban en arbores silvestres o
que espontáneamente crecen en los bosques como el abeto, haya, castaño, pino, encino,
álamo o roble y los arbores urbanae o los cultivados como el olmo, manzano, palma, oliva,
limón o ciprés.3

LOS JARDINES EN LA CULTURA ROMANA. 

Escrito por Aleix Canelles

ESTRUCTURACIÓN Y FUNCIONALIDAD

   La importancia de los jardines en la vida social romana está vinculada a la


evolución de las casas, sus peristilos y otras partes como los triclinium, etc... Para
poder entender este hecho deberemos que tener en cuenta los inicios de la cultura
romana, su expansión económica, su importante vida social, y su  "demostración"
de clase social a la que pertenece esta élite aristocrática con sus consiguientes
rituales sociales.

   Durante los doce siglos que dura la historia de Roma, la


casa romana sufrirá una serie de transformaciones fruto
de la evolución, los contactos con otras culturas y
sobretodo de un aumento progresivo de la economía y de
una parte concreta de la sociedad, la aristocracia.
Así se tiene que entender la evolución del elemento más importante, las casas y sus
diferentes tipologías. En un primer momento tenemos las cases sencillas (taberna) que
acabarán evolucionando hacia el bloque de pisos que encontramos en ciudades como
Ostia (Italia), etc... Poco después, y debido al aumento del nivel económico de los
propietarios, tenemos las llamadas casas de patio lateral o de estructura en L, y para
entenderlo un claro ejemplo son las dos primeras fases de expansión de la casa nº 2
de Ampurias (España), que responde a 3 fases de expansión a lo largo del siglo I d.C.

 En un primer momento, cuando la muralla de la ciudad ya había sido derribada para las
reformas augusteas, la casa se extiende sobre ella ocupando la parte de delante y la
correspondiente a la de la casa 2B, delimitando así sus dominios formando la llamada
estructura en L. Sobre el antiguo hortu(nº1)s se edificará un gran peristilo cuadrado(nº2) que
cierra el jardín. En el fondo de este peristilo se puede observar un gran oecus (nº3) (sala de
recepción o reuniones), articulado con el porticado.

Al mismo tiempo se crea una fachada (nº4) dirigida al jardín, desde donde se abrirán una serie
de habitaciones. Al jardín posterior se accede a través de unos pasillos que se intercalan entre
la sucesión de salas abiertas hacia el mar y hacia los jardines. La cubierta del  oecus se abriría
sobre la zona del peristilo que le precede, generando así un vestíbulo que formaría parte al
mismo tiempo del oecus y del peristilo.

   La columnata de delante seguiría el ritmo de la obertura del oecus, haciendo desaparecer los


apoyos delante del mismo (nº 5), una solución normal en les casas de peristilo similares a las
de Pompeia, Italia (Casa de los Vetii o la de Meleagro, que además también responden a este
ejemplo de expansión horizontal que podemos encontrar en las construcciones arquitectónicas
utilizadas en la zona central de Italia en épocas del helenismo tardío).

   La primera expansión de la casa 2A bloqueó las posibilidades de crecimiento de la casa 2B,
esto hizo que más adelante la casa 2A se volviera a expansionar. La segunda expansión
determinaría la ocupación del hortus vecino con un gran conjunto formado por
un oecus ceremonial y un pequeño balneum privado (zona nº6). Funcionalmente, el conjunto
edificado corresponde a los elementos antes citados: el conjunto peristilo-oecus y el conjunto
termal.

La asociación funcional que se produce entre el gran oecus, las dos salas que lo acompañan
lateralmente y el peristilo, permiten reconocer en este conjunto un complejo ceremonial ligado a
la práctica social del convivium, una de las otras funciones de los jardines en las casas
romanas.. En esta tercera fase el espacio del peristilo se articula con el gran oecusmediante un
triple ventanal de planta curvilínea (nº7).

   El conjunto esta formado por tres salas colocadas en hilera y relacionadas mediante una
sucesión lineal de los accesos; estos se situan desplazados respecto al eje del conjunto para
reforzar un recorrido en zig-zag (nº8). La primera sala correspondía a un vestuario (nº9), la
segunda era el templarium(Nº10) y la tercera el caldarium (nº11) (en esta habitación se han
conservado caídas algunas de las dovelas de la estructura con bóveda de la sala).

 Después del caldarium venía la zona de servicios con el prefurnium o horno (nº12), que


calentaba el caldarium a través de un desaparecido hipocausto (una cámara con columnas
que sostenían el suelo sobre el que se pisaba y por donde circulaba el aire caliente que
producía el horno).

   Después de las casas de patio lateral tenemos las casas de patio central, el cual
funcionaría como distribuidor, a diferencia del posterior peristilo que sería un lugar de
paseo cubierto.

   Y finalmente ya llegamos a la conocida casa de atrio romana. El origen lo podríamos


encontrar, como nos dice Pelletier, en las tumbas de Caere, de finales del s. VI a.C., los
muros del fondo de la cámara principal de las diferentes tumbas tienen tres oberturas,
anuncian el muro de separación entre el atrium de una parte y el tablinum y las dos salas
de la otra. La cámara principal prefigura pues el atrium de la llamada  posteriormente casa
itálica, un grupo de habitaciones agrupadas entorno de un espacio central cuadrado.

   Varrón nos comenta, por otro lado, que la palabra atrium proviene de la ciudad de Atria y
que su origen podría ser etrusco, teniendo así el primer tipo de atrio llamado tuscanium al
cual en un inicio se le atribuye una función funeraria.

   El atrium evolucionó hasta llegar a su aspecto final, ya que primitivamente no estaba


abierto, las salas, que Vitrubio llama cavaedia, serán llamadas testudinatum por su original
forma de caparazón de tortuga (testudo). Hacía el s. VI a.C., en el techo se abre un orificio
rectangular, conservando la forma que permite expulsar el agua al exterior, es
el cavaedium dipluviatum (Vitrubio); esta obertura central o compluvium permitirà recoger
las aguas de lluvia en una cisterna adyacente que encontraremos en el impluvium.

   Dentro de las diferentes tipologías de atrio, la arqueología nos ha confirmado cinco tipos:
el atrio toscano, el tetrástilo, el corintio, el displuviatum y el atrio testudinatum. Hay también
una variante del atrio conocido como viridarium, un jardín adornado con pórticos,
acompañado de dos alas gemelas a cada lado del “atrio” donde el señor de la casa recibía
las audiencias.

   A partir del siglo II a.C., las domus romanas se engrandecerán y se modificaran debido a
la adopción de elementos estructurales característicos de las casas helenísticas
provinentes sobretodo de Grecia y Asia Menor.

   Nos encontramos en el momento inicial de la expansión romana por el mediterráneo, una


vez se ha acabado con el peligro cartaginés, que permitirá un aumento económico de las
clases aristocráticas, que irán helenizándose y sintiéndose atraídas por el refinado lujo
oriental. Esto llevará a una expansión en horizontal de las casas, añadiendo casas
adyacentes (llegarán a ocupar ínsulas o manzanas enteras), y que a pesar de conservar
las estructuras iniciales, sufrirán algún cambio importante. El viridiarium pierde su función
de hortus y se queda sólo con la de jardín, cogiendo una importancia relevante, con un
grupo de habitaciones o salas que la rodearán.

   El nuevo peristilo que se hará rodeará este jardín, que tendrá algunas fuentes o alguna
piscina y que servirá para pasear, viendo aquí pues como se va desarrollando el jardín
como una parte importante de la vida social romana. Muchas veces este peristilo no
rodeaba las cuatro partes del jardín sino que era en forma de U, teniendo una pared en uno
de los laterales, que muchas veces estaba decorada con pinturas que representaban la
continuación de estos jardines.

   Vitrubio ya nos habla de una función similar en las casas griegas, donde se recibía a los
invitados en el triclinium o  cubiculum, organizados entorno a este patio, en este caso no
siempre central.

   Entre otras salas alrededor de este peristilo y del jardín, encontramos el ya


citado triclinium o comedor; muchas veces había dos o más, enfocados a diferentes
orientaciones para aprovechar las diferentes estaciones del año.

   Así pues, vemos como a diferencia de la casa griega, el peristilo y la zona ajardinada de
las casas romanas estarían destinadas a la vida pública de los propietarios, ya sea para
recibir invitados, diferentes rituales sociales como la salutatio de los clientes, etc...

   Este peristilo iba normalmente acompañado de unos jardines donde se podían encontrar
fuentes, piscinas, etc... Debemos recordar que el mundo romano no podía entender el
paisaje sin unos límites, sin unos marcos o unos ejes que lo guiasen, no sólo en las villas
situadas en el campo, sino también en las casas urbanas de les ciudades más importantes.
Se buscaba una naturaleza domesticada, dirigida y administrada por el hombre (la palabra
centuriación (división del territorio en partes iguales, equivalente a una cuadrícula sobre un
mapa, es seguramente el concepto más adecuado para simbolizar esta idea).

   En estas casas, los propietarios no ahorraban terreno para dar amplitud a sus porticados,
peristilos y a sus jardines, con una decoración y un trabajo (llamado opus topiarius) de las
flores, pérgolas que flanquean los jardines, las pequeñas piscinas o lagos, árboles,
pájaros, animales, etc... que están trazados y diseñados con regla y compás para que
quien este paseando o visite la casa lo disfrute y al mismo tiempo, al pasar del interior de la
casa al triclinium, un vez allí pueda contemplar en perspectiva, una agradable vista de
harmonía (basándose en la palabra que proviene de un origen persa, pardés, que
Xenofonte utilizó para describir los grandes jardines de los palacios persas, paradeisos, y
que designan un jardín cerrado) en un jardín perfectamente estructurado; es la búsqueda
además, de la felicidad y bienestar propio y de quien lo visita.

   Así, además de este aspecto simbólico, queda claro que los jardines están directamente
relacionados con el poder económico y la clase social del propietario, ya que como más
nivel adquisitivo tuviera, más grande era la casa y mejor eran sus jardines, puesto que
además de tener más espacio, mejor tenían que ser los jardines para poder aparentar su
posición social delante de las visitas, además de su función religiosa y cultural.

   Un claro ejemplo de esto es el desarrollo de las casas, que en la Hispania romana se


pueden documentar muy bien arqueológicamente, sobretodo en tres grandes yacimientos:
Ampurias, Itálica (aunque en este caso menos ya que al tratarse de un establecimiento de
antiguos legionarios, la gran casa aristocrática no era lo más corriente) y Conimbriga,
además de otros como Celsa, Baetulo y Ilici, y algunos ejemplos aislados como Flabiobriga
y Munigua.

   Para poder entender mejor esta estructuración de los peristilos, jardines y otras
habitaciones como el triclinium,  podemos ver ejemplos hispanos como la Vila de los Saltos
de agua de Conimbriga; ejemplos del limes imperial como la Vila de Fishbourne en
Inglaterra, o ejemplos imperiales como los conocidos Hortus Salustianus y la Domus Aurea
en Roma o la de la Comandancia de Marina, la casa de Loreio Triburtino o la casa de la
Pansa en Pompeia.

   El primer ejemplo, la


Vila de los Saltos de
agua de Conimbriga,
podemos observar un
jardín central rodeado
de una pequeña muralla
del s. IV d.C. con
mosaicos fechados de
época severiana y con
diferentes materiales
del s. III d.C. En esta
vila observamos un
peristilo rectangular

   En la parte central, el jardín esta ocupado por pequeñas “piscinas”


divididas en 6 partes donde se observan unas exaedras semicirculares
en la parte interna (en realidad con forma de U) y de forma rectangular
en la parte exterior que describe el euripus continuo a la columnata.
   Estos cajetones centrales
constituyen un gran eje que
irá cruzando unos pequeños
ejes formando pequeños
rectángulos alargados
cruzando los canales
perpendicularmente (esta
combinación recordaría
al fons scenae de un teatro).
También en esta villa hay
otros jardines, uno de ellos
conectado a este jardín
principal a través de un
corredor que sale a la zona
sur del peristilo y que tiene
8’7 x 8’1 metros (4 x 3
columnas).

   Otro ejemplo sería la Villa de los Esqueletos de Conimbriga, de


inicios del s. I d.C., que tiene un peristilo de 13’5 x 11’3 metros (6 x
5 columnas) y que destaca por no tener una planta rectangular
(aumentando al este el muro en su largada).
   Este jardín tiene el espacio central ocupado por una estructura
rectangular VILA DE LOS ESQUELETOS DE CONIMBRIGA  en el lado
oriental, rodeada por un canal de    (GRIMAL, P. 1943 / 2ª Edición 1969)

0’90 metros que envuelve la mayor


parte interna del peristilo, mientras
que en la parte occidental podemos
observar una exaedra semicircular.

   La diferencia principal que se puede


observar en la utilización del agua y la
vegetación en este yacimiento, es que
mientras en Pompeia la vegetación la
encontramos   alrededor de pequeñas
piscinas, en Conimbriga la encontramos
en el interior de ellas.  Será, tanto en
Pompeia como en otros lugares, donde
este  juego entre la arquitectura y las
construcciones ajardinadas junto con el
agua, lo que dará la harmonía y ritmo
arquitectónico que los romanos
buscaban.
   Otroejemplo es la Vila de Fishbourne,
en la zona de Soussex en Inglaterra. Esta
zona que sufrió una ocupación militar
hacia el 43 d.C., tuvo una fuerte fase de
construcción de casas en época de
Nerón, siendo precedente del ambicioso
programa constructor en arquitectura
palacial que se desarrolló hacia los años
70 d.C.

   Los jardines de esta villa están


diseñados adaptándose a las
características de la zona y con una
importante influencia de la vegetación y
los jardines autóctonos.

CASA DE LA CIUDAD DE
FISHBOURNE (SOUSSEX,
INGLATERRA).

       (GRIMAL, P. 1943 / 2ª Edición 1969)

   Se reconocen cuatro estilos de jardines: los


de peristilo con dos alas o estancias en la
zona norte y este, los del jardín central, los de
los jardines de la zona norte-oeste y el jardín
natural de la zona sur-este.

   La zona de la parte central fue levantada sobre una


plataforma artificial preparada por los jardineros romanos
para que se pudiera trabajar mejor la construcción y
elaboración del jardín, que se dividió en dos zonas
rectangulares con una parte de exaedras semicirculares y
rectangulares dejando un pasadizo central y siguiendo la
parte exterior rodeando la zona ajardinada (que medía
alrededor de 100 x 82 metros).
   También hay ejemplos en la capital, Roma, donde
destacan los famosos Hortus Salustiani, que el
famoso escritor clásico se hizo construir en una villa
situada en el Quirinal después que en el 45 a.C. lo
acusaron de ladrón y corrupto y que Julio César lo
ayudase.

   También destacan los jardines de la Domus Aurea


donde se puede ver el importante juego entre la
arquitectura y la vegetación.

HORTUS SALUSTIANI.

   (RICHARDSON, L. 1992)

 
   Otro ejemplo diferente lo
encontraríamos en las fuentes históricas,
como la descripción que Plinio hace sobre
sus villas, sobretodo la de Laurentes en
Ostia (Cartas, libro II, 17).   

NINFEO OVALADO DE TRAZADO


MIXTILINIO DE LA DOMUS
AUREA. (STIERLIN, H 1997) 

   En las ilustraciones se pueden observar


unos ejemplos de diversos estudios en la
distribución y la “centuriación” de los
jardines en sí mismos o relacionados con
estancias como los triclinios para conseguir
esta axialidad y este orden que se puede
ver en las casas de Pompeia, como la Casa
de Loreio Triburtino, con una distribución
simétrica del conjunto donde el sistema
hidráulico ordena la disposición del jardín
cerrado.
CASA DE  LOREIO TRIBURTINO, POMPEIA.  (STIERLIN, H. 1997)

   Otro ejemplo
interesante es la Casa
de la Pansa, también
en Pompeia, donde se
puede observar la
importancia del espacio
ajardinado en las casas
romanas y su
importancia social en el
campo del
comportamiento
gentilicio o familiar,
como se ha explicado
en el ejemplo de
Ampurias. 

Jardín islámico
El Jardín islámico es un tipo de jardín que se ha desarrollado en el Cercano y Medio
Oriente y en los territorios ocupados por los árabes en la cuenca mediterránea.
Estanques Palacio del Generalife, la Canales geométricos insertados en el pavimento. Ronda,
Alhambraen Granada, España. España, Palacio de Mondragón.

Parte intrínseca de la cultura islámica, el jardín ha estado bien representado en la pintura y


en las miniaturas. El jardín islámico llama a todos los sentidos, el moteado de la cerámica,
el perfume de las flores, el murmullo del viento y el agua, los cantos de los pájaros, ofrece
al espectador una visión del jardín celestial del que hablaba Mahoma.

Caracteres estilísticos[editar]
El jardín en niveles[editar]

Cálices en caída de flores de daturas. Málaga, España, jardín de la Catedral de la Anunciación.

Los jardines del Islam han tenido que adaptarse a difíciles condiciones climáticas para
crear espacios naturales embellecidos con las plantas del Sur. Los espacios abiertos son
poco comunes, al igual que los caminos descubiertos, muy expuestos. La escasez de agua
y la permanente insolación llevó a un tipo particular de desarrollo de los jardines inspirado
en los oasis: el jardín a diferentes niveles».

 El nivel de la sombra: Una plantación de árboles ofrece protección contra el sol. A


menudo son palmeras, cipreses y cedros, que combinan un porte elevado y una
sombra permanente.
 El nivel de las plantas con flores: Este piso intermedio está dedicado a los arbustos
de flor: daturas, cuyas pesadas flores de cálices colgantes aparecen en los grabados,
adelfas, hibiscos, jazmínes, rosas, madreselva, limoneros o naranjos. Los arbustos
son elegidos por su exuberante floración y por su fragancia, que atrae a los pájaros y
las mariposas.
 El nivel del agua: Un nivel más abajo está ocupado por las fuentes y los canales que
distribuyen el agua, ahorrándola y reciclándola. Los setos de boj se utilizan por su
sencillez y durabilidad excepcionales. Los pavimentos están diseñados para
aprovechar los rayos de luz que atraviesan el follaje. Se hace hincapié en la variedad
de materiales y texturas, cerámica vidriada y mármol se combinan con el ladrillo y la
piedra.

Arcada equipada con una Mashrabiya, Alhambra


Nivel del agua: efectos de loss reflejos sobre la
de Granada, España.
textura de los pavimentos.

Para protegerlo de los efectos desecantes del viento, el jardín está rodeado por un muro.
Así, puede tener la apariencia de un patio plantado en el corazón de un palacio o de un
edificio.
Cuando se tiene una perspectiva en el paisaje, el jardín acaba en un muro de arcos que
controlan el paso del viento. Los arcos son parcialmente oscurecidas por mashrabiyas,
paredes perforadas que aceleran el viento, concentrándolo en un estanque o en un gran
plato lleno de agua, lo que contribuye a enfriar la atmósfera.
En todos los casos, el jardín se adapta a los desniveles del terreno para producir áreas
sombreadas y recintos protegidos. Las terrazas se suceden 1 y permiten un recorrido
natural de agua.

El agua en el jardín islámico[editar]


La escasez de agua en los países del Sur la convierten en un activo muy valioso que debe
recolectarse, almacenarse y distribuirse de la manera más eficaz y más
barata.2 Los qanat y las norias se perfeccionaron y fueron muy difundidas. Testigo de los
conocimientos hidráulicos de los árabes es la misma gota de agua que serpentea a través
de las impresionantes rampas de agua del Palacio del Generalife de la Alhambra en
Granada, que fluye hacia las fuentes, se desliza por los canales y riega las huertas de un
nivel más abajo.
El poder de refrescamiento del agua se utiliza en una sucesión de efectos a distintos
niveles que envuelven al caminante: a nivel de los ojos, son los chorros de las fuentes; a
nivel de las manos, las rampas de agua; a nivel de los pies, las acequias y estanques que
se insertan en el pavimento y que cruzamos casi sin darnos cuenta.
Nivel de las flores: hibiscus en un camino de agua. Málaga, España, jardín de la catedral de la
Anunciación.

Canal de riego de los parterres, Alhambra de Aljibe, cisterna


Granada, España. sobterránea, Cáceres, Extremadura, España.

Las norias, de tracción animal o humana, traen el agua a los estanques (aljibes).3 En la


Alhambra, un acueducto de 10 kilómetros trae el agua a las cisternas superiores desde un
represa en la cercana Sierra Nevada. Las acequias que atraviesan el pavimento unen los
estanques en un complejo flujo por gravedad. Al igual que en los oasis, las acequias riegan
las plantas de una manera totalmente controlada. Los parterres están divididos por muros
de contención, atravesados por pequeños tubos de barro cocido. Bloqueados
sucesivamente por una simple piedra, permiten el riego a cada nivel del jardín.
Este papel funcional se combina con los valores simbólicos y religiosos: el Corán, en
efecto, impone ciertas abluciones antes de la oración. La limpieza del cuerpo se expresa
por la abundancia y la sofisticación de los baños y sus anexos.
El agua es finalmente un elemento estético importante, cuyos reflejos son repetidos y
multiplicados por las cerámica, entre ellas las famosas cerámicas de brillo metálico,
transmitidas a los árabes por los bizantinos. El murmullo de los regatos trae la calma y la
serenidad y se combina con el canto de los pájaros atraídos por las flores.

Caminos de sombra[editar]
Cada espacio, estanque de agua o parterre siempre está acompañado por un camino de
sombra. Permite tanto al paseante admirar el jardín como protegerse del sol. Sombras
naturales o sombras conseguidas mediante galerías, la orientación y el emplazamiento de
la circulación de las personas por el jardín son objeto de una atención especial.
Paseo con sombra. Palacio del Generalife, la Galería de sombra, Palacio del Generalife, la
Alhambra de Granada, España. Alhambra de Granada, España.

El papel de la geometría[editar]

Superposiciones de alicatados y de estucos con inscripciones; la Alhambra de Granada, España.

Entusiastas de la matemática, la geometría y la astronomía, los árabes han aplicado al arte


de la jardinería los conocimientos adquiridos por los científicos y filósofos
como Avempace o Averroes. Los planos de los jardines se articulan a partir de un conjunto
de plazas en rotación (sebka) formando patrones poligonales o estrellados característicos.
Se repiten también a menor escala en otros jardines realizados mediante grupos de
alicatados o azulejos, y con pavimentos geométricos.
Motivos florales decoran las paredes y el estuco con escritura cúfica,4amplía su profusión
de hojas entrelazadas. Los textos inscritos mezclan versos del Corán, acerca de la
construcción del jardín y poemas:
¡Qué hermoso este jardín, este jardín donde las flores de la tierra compiten con el brillo de
las estrellas del cielo.
A este cuenco de alabastro lleno de agua cristalina, ¿qué podemos comparar?
Sólo la luna en todo su esplendor, brillando en medio del éter sin nubes. 5
Los más hermosos jardines islámicos[editar]

Estanque del Palacio del Rampa de agua, Palacio del


Jardín Majorelle, Marrakech, Generalife, Alhambra de Generalife, Alhambra de Granada,
Marruecos. Granada, España. España.

Varios jardines entre los mejor conservados se encuentran en territorio europeo,


anteriormente ocupado por los árabes.

 España:
 Granada, los Jardines de la Alhambra: Principalmente los jardines de verano del
Generalife (del árabe ‘’Yannat al-Arif’’ o jardín de Arquitecto.) Estos jardines se
benefician del microclima único de la ciudad, en la ladera de Sierra Nevada, que
les proporciona la humedad y el agua en abundancia. Tienen muchas variedades
de plantas inusuales en estas latitudes.
 Ronda Jardín de la Casa del Rey Moro. Jardín del Palacio de Mondragón.
 Marruecos:
 Marrakech: Jardines de villa Majorelle: creado por el pintor francés Jacques
Majorelle alrededor de 1930, estos jardines contemporáneos son una
reinterpretación sutil y sensible de los principios tradicionales de los jardines
del Islam.

Jardines del Renacimiento

 
 Villa Cafaggiolo detalle pintura de Giusto Utens 1559. Foto: Wikipedia.
 
Períodos de la Europa Renacentista:
 Quattrocento: (1400) Filippo Brunelleschi: arquitecto, escultor y orfebre italiano. Inventor de la
perspectiva cónica (1420).
 Cinquecento: (1500) Leonardo da Vinci: pintor, ingeniero, inventor, entre otros, un genio de
todos los tiempos.
 
El Renacimiento tiene origen en al península itálica, que es la gestadora de este movimiento
filosófico-cultural.
Es el florecimiento de las artes y las letras de Grecia y Roma. Italia estaba en la recta final por
la reconquista de los territorios dominados por los musulmanes y podía proporcionar
condiciones de riqueza, estabilidad y ocio para relanzar la cultura, mientras Francia buscaba su
propia identidad estaba en la guerra de los 100 años con Inglaterra.
La familia Medici, una de las familias más acaudaladas de Florencia, propició el florecimiento
de una sociedad culta, elegante, de tipo mercantil y doméstica. Son los primeros que tienen
una idea moderna del jardín.
Las familias como Sforta/ Visconti en Milán, Montefeltro en Urbino, son diferentes condes de
poder económico y político y los herederos de los feudales de la Edad Media, burgueses
enriquecidos al abrirse el comercio con Oriente.
El jardín funciona como representación del poder. El hombre como medida de todas las cosas,
transforma la naturaleza en relación a la razón. Son jardines para el disfrute, de placer,
ornamentales con diseño, no utilitarios.
 Jardín=belleza, diseño.
 Huerto=técnico.
 
Florencia, villas suburbanas, en algunos casos de explotación agrícola-ganadera. Son una
especie de palacetes con proyectos jardineros a gran escala, con arte topiario, fuentes,
esculturas. Tiene un eje principal que une la casa con el proyecto.Continúan con la idea
del giardino segreto. Influenciados por los romanos. Son jardines simétricos, se utilizan
mucho las pérgolas. Las villas están enfocadas al jardín. La ubicación está favorecida por el
paisaje, son la mejora de los modelos romanos clásicos.
Quincux: cinco, se hace la plantación siguiendo el dibujo del número cinco de los dados, la
quinta especie se planta en el centro. El objetivo de este diseño es que se vea desde todas las
perspectivas, sigue un eje visual. Lo inventa Alberti, trabajan las eras normalmente, sus
principios marcan la evolución del jardín.
 
Características de los jardines renacentistas:
 Se hacían para el hombre y este lo dignificaba.
 El jardín funciona como representación del poder.
 Son jardines para disfrutar, de placer.
 Son jardines ornamentales no utilitarios como los jardines medievales.
 Son simétricos, hecha por diseñadores.
 Se usan mucho las pérgolas.
 Uso de parterres: cajas verdes trabajadas, la plantación no es al voleo.
 Quincux: trabajar la era ornamentalmente.
 Unificación de los elementos arquitetónicos con los elementos jardineros.
 Utilización de elementos arquitectónicos: esculturas, fuentes, escalinatas, piedras.
 Implementación de la perspectiva.
 Eje básico, alineamiento del jardín con la edificación principal.
 Especies vegetales: macizos de Buxus, setos recortados, Encinas, Cipreses, plantas
aromáticas, Granada, Claveles, Naranjos, Laurel, Mirto, Limoneros.
 
Villas del Renacimiento:
 
 Villa de Cafaggiolo, en el norte de Florencia. Castillo del S.XIV, reforma del proyecto jardinero
en 1451 por el arquitecto  Michelozzo. Unifica el proyecto del jardín con la edificación, no hay
muros, eras ribeteadas de Buxus, grandes pérgolas, termina con 2 fuentes. Destinada a la
explotación agrícola-ganadera.
 Villa Careggi, en el noroeste de Florencia. Cosme I de Medici en 1457, por el arquitecto
MIchelozzo. Villa mística, se fundó la Academia Neoplatónica, se tradujeron los primeros libros,
se juntaban los filósofos.
 Villa Fiesole, a 20 minutos de Florencia, en 1458-1461 por el arquitecto Michelozzo. La idea
inicial de la Villa era similar a la del Generalife, la casa se proyectaba hacia el exterior, los
jardines formales y rectangulares. La terraza superior está volcada hacia del exterior de la
ciudad de Florencia. Luego la Academia Neoplatónica se mudo a esta Villa.
 Villa Castello, encargo de Casimo I en 1538, por el arquitecto Tribolo. Parterre en quincux 
(dividido en 5 especies más fuente), monocromático muy verde.
 
Diferencias entre Italia y Francia
Italia:
 Terreno: muy irregular con problemas de erosión por falta de agua.
 Concepto: adaptan el diseño al terreno, la idea parte desde el terreno que tienen. Tienen
muchas terrazas, buscan lindas vistas.
 Vegetación: mediterránea, monocromática de color verde.
 Clima: variaciones de temperatura, pronunciadas lluvias irregulares.
 
Francia:
 Terreno: plano, regular con abundancia de flores formando un tapiz vegetal.
 Concepto: no respetan el terreno, adaptan el mismo a la idea del diseño.
 Vegetación: la humedad ambiental, permite flores de variados colores.
 Clima: mayor cantidad de lluvias menor variación térmica.

Jardinería del Barroco

Jardines de Versalles, vista desde la Place d'Armes.

La jardinería del Barroco se desarrolló en Europa desde el siglo XVII hasta mediados


del siglo XVIII. Durante ese período la jardinería estuvo muy vinculada a la arquitectura y
el urbanismo, con diseños racionales donde cobró preferencia el gusto por la forma
geométrica. Su prototipo fue el jardín francés (también llamado clásico o formal),1
caracterizado por mayores zonas de césped y un nuevo detalle ornamental, el parterre,
como en los Jardines de Versalles, diseñados por André Le Nôtre. El gusto barroco por la
teatralidad y la artificiosidad conllevó la construcción de diversos elementos accesorios al
jardín, como islas y grutas artificiales, teatros al aire libre, ménageries de animales
exóticos, pérgolas, arcos triunfales, etc. Surgió la orangerie, una construcción de grandes
ventanales destinada a proteger en invierno naranjos y otras plantas de origen meridional.2
El modelo de Versalles fue copiado por las grandes cortes monárquicas europeas, con
exponentes como los jardines de Schönbrunn (Viena), La Granja (Segovia), Het
Loo (Apeldoorn), Drottningholm (Estocolmo) y Peterhof (San Petersburgo).3
En esta época surgieron dos tendencias opuestas a la hora de concebir jardines: una más
racional, más centrada en la intervención del hombre en la naturaleza, cuyo paradigma fue
el «jardín francés» (o «jardín tectónico»), que fue el que más estuvo de moda en este
período y se considera el arquetipo del jardín barroco; y otra que otorgaba más libertad a
la naturaleza salvaje, con pequeñas intervenciones para acentuar el aire bucólico del
paisaje, cuyo principal exponente fue el «jardín inglés» (o «jardín de paisaje»), que tuvo su
máximo desarrollo durante el romanticismo, entre los siglos XVIII y XIX.4
El jardín francés se articuló en función de diversos factores: el aprovechamiento del
terreno y los recursos hidráulicos, la configuración de una perspectiva visual abierta hacia
el horizonte y el sometimiento de la vegetación en razón de la escala y la geometría, con
setos tallados en forma de topiaria y parterres diseñados conforme a patrones, de los
cuales el más arquetípico resultaría ser el «parterre bordado» (broderie). El jardín se
estructura por lo general alrededor de un castillo o palacio, y además de las zonas
vegetales se da mucha importancia al sistema de caminos y avenidas (allées) que lo
envuelve, así como a los canales, estanques y fuentes que, junto a la decoración
escultórica, son el principal detalle ornamental del jardín. 56 El complemento de todo ello es
el bosquete,nota 1 un tipo de bosque de jardín que se suele podar y acondicionar para
albergar espacios de reunión o pabellones de recreo, y que puede ser irregular o
configurado en quincunx, un patrón básico de cinco árboles dispuestos como en el dibujo
del número cinco de los dados, y que repetido sucesivamente genera unas arboledas
alineadas perceptibles en ángulo recto o diagonal. 7

Teoría de la jardinería en el Barroco[editar]

Antoine Joseph Dezallier d'Argenville, grabado de Vincenzo Vangelisti (1775) basado en una pintura
de Hyacinthe Rigaud de 1719.

Durante la era barroca la jardinería tuvo un amplio desarrollo tanto técnico como teórico, y
evolucionó desde la simple adecuación de un espacio natural adaptado a la habitabilidad
del ser humano hasta elevados grados de diseño y planificación, de ordenación del
espacio e integración del elemento natural con elaborados programas artísticos capaces
de generar conjuntos de refinada evocación tanto sensorial como intelectual. La jardinería
se elevó en esta época a un arte de pleno derecho, casi indisolublemente asociado a la
figura del arquitecto, por cuanto su diseño conlleva un elaborado proyecto racional y
profesionalizado. La concepción del jardín se planifica globalmente con el resto de las
artes, especialmente la arquitectura, pero también la escultura, la escenografía, el diseño
hidráulico, etc. Así, en esta época la jardinería pasó a ser «el arte de ordenar la naturaleza
según principios arquitectónicos». 11
El modelo arquetípico de jardín barroco, el jardín francés, se nutrió en buena parte de las
aportaciones teóricas y técnicas del jardín renacentista italiano, especialmente de la
concepción elaborada por Leon Battista Alberti de la casa y el jardín como una unidad
artística basada en formas geométricas (De Re Aedificatoria, IX, 1443-1452), así como en
el modelo expuesto por Francesco Colonna en su Hypnerotomachia Poliphili (1499), que
introducía el uso de parterres y el empleo del arte topiario para dar formas caprichosas a
los árboles. También influyó en el jardín barroco el diseño de las eras a partir de formas
axiales, expuesto por Sebastiano Serlio en Tutte l'opere d'architettura (1537).12
La evolución del modelo italiano al francés estuvo marcada por diversos factores,
especialmente en lo referente al auge político de Francia y a la propagación de sus valores
programáticos, como el centralismo, el absolutismo y el racionalismo, que acentuaron los
aspectos dramáticos del estilo renacentista.13 Así, aunque la jardinería francesa asumió el
concepto geométrico de la italiana, derivó hacia nuevas formas, debido por una parte a
una nueva concepción del jardín como elemento de prestigio social y por otra al desarrollo
económico y social del estado francés, que tras sus continuos conflictos y divisiones hasta
prácticamente comienzos del siglo XVI empezó una nueva etapa de consolidación
nacional, que comportó una bonanza económica y una visión de fomento de las bellas
artes como seña de identidad de la cultura francesa por un lado, y como producto de
prestigio para la ecomonía nacional por otro. Por otro lado, el factor medioambiental marcó
las pautas para una diferenciación de ambas tipologías jardineras: así como en Italia el
terreno es más abrupto, el clima más caluroso y la pluviometría más escasa, en Francia el
terreno suele ser más llano, y el clima más estable y con abundantes precipitaciones. 14 Por
lo demás, la cultura francesa asimiló parcialmente las innovaciones renacentistas,
tomando lo superficial sin profundizar en su esencia, y adaptando sus características a la
idiosincrasia francesa —como el frecuente uso en arquitectura de la tipología del castillo
—.15 Todos estos factores conllevaron a la diferenciación entre ambos estilos: el mayor uso
de flores en la jardinería francesa propició el desarrollo de los parterres, al tiempo que un
mayor aprovechamiento de los recursos hidráulicos favoreció el aumento de fuentes,
estanques y canales; unido a la proliferación de estatuas y otros detalles ornamentales
gracias al impulso otorgado a las artes fueron los principales puntos de caracterización del
nuevo jardín francés.16
Un punto de inflexión entre el jardín renacentista y el barroco fueron las teorías de Olivier
de Serres, que elevó la jardinería a la categoría de arte y la introdujo en los medios
cortesanos. En Le Théâtre d'Agriculture et Mesnage des Champs (1600) comparó el
diseño de parterres con la composición pictórica, y defendió la concepción del jardín en
función de cánones estéticos, desligados de la mera técnica agrícola. Serres señaló cuatro
tipos principales de jardines: el aromático, el frutal, el herbolario y el de recreo. 17 Otro
importante tratado de la época fue Traité du jardinage selon les raisons de la nature et de
l'art. Ensemble divers desseins de parterres, pelouzes, bosquets et autres
ornements (1638), de Jacques Boyceau de la Barauderie, el primero donde se aborda la
jardinería desde un aspecto tanto estético como práctico. Boyceau realizó numerosos
diseños para parterres, que influyeron notablemente en la obra de Le Nôtre.nota 418 En este
punto de intersección cabe situar también la obra de Étienne Dupérac, que aunque no
plasmó sus planteamientos por escrito influyó notablemente en las realizaciones de su
época. Dupérac había estudiado en Italia, donde ilustró numerosos restos arqueológicos y
monumentos antiguos, y a su vuelta trabajó como arquitecto para Enrique IV, para el que
elaboró los jardines de Fontainebleau, Las Tullerías y Saint-Germain-en-Laye. Dupérac
defendía el diseño unitario para el parterre, sin caer en concepciones únicamente estéticas
o artificiosas, y sus planteamientos tuvieron una rápida difusión en su época. 19
Las bases del jardín barroco fueron asentadas en primer lugar por André Mollet, premier
jardinier du roi de Luis XIV, autor del célebre tratado Le Jardin de Plaisir (1651). André era
hijo de Claude Mollet, creador de los parterres del Castillo de Anet y de los Jardines
de Saint-Germain-en-Laye (con Étienne Dupérac), y autor de Théâtre des plans et
jardinages (1652), uno de los primeros trabajos teóricos encaminados hacia lo que sería el
jardín barroco. André asentó los principios del clasicismo en jardinería, y sus ideas fueron
muy bien acogidas en Inglaterra, donde influyó en el palladianismo arquitectónico. Fue el
introductor de la patte d'oie («pata de oca»), un diseño de avenidas establecidas a partir
de una plaza circular, bordeadas de setos de bojes u otros arbustos. Aparte de sus
trabajos en Francia, en Inglaterra intervino en el Parque de Saint James y en Wimbledon, y
fue gardener-in-chief de la ciudad de Londres.20

Plano tipo de jardín, publicado por Antoine Joseph Dezallier d'Argenville en La Théorie et la Pratique
du Jardinage (1710).

El gran renovador del jardín francés fue André Le Nôtre, que aunque no dejó sus teorías
por escrito sus innovaciones prácticas sentaron los precedentes del jardín barroco, que
pronto se extenderían desde Francia al resto de Europa. Tuvo una formación artística, ya
que fue discípulo del pintor Simon Vouet; posteriormente heredó de su padre, Jean Le
Nôtre, el cargo de jardinier en chef du roi, y con 24 años ya era el encargado de
los Jardines de las Tullerías. Tras trabajar en el Jardín de Luxemburgo y en Fontainebleau,
sus diseños para Vaux-le-Vicomte entusiasmaron a Luis XIV, que le encargó su obra
magna, los Jardines de Versalles, donde Le Nôtre pudo desarrollar sus ideas sobre la
jardinería: el jardín debía planificarse con un sistema estructurado, basado en un eje
central que dividía la zona ajardinada en dos sectores, dispuestos como compartimentos
cerrados pero cuyo diseño admitía una gran infinidad de variables, donde la diversidad era
la base de la riqueza del conjunto. El principal elemento en estos sectores era el parterre
bordado (broderie), y en la intersección entre ejes se situaban estanques, que podían ser
circulares u octogonales. Este esquema, desarrollado suntuosamente en Versalles, tuvo
gran éxito en la mayoría de cortes europeas, que rápidamente desarrollaron programas
parecidos en sus ciudades y palacios.21
El principal teórico del jardín barroco fue Antoine Joseph Dezallier d'Argenville, que expuso
sus ideas en La Théorie et la Pratique du Jardinage (1710), uno de los tratados más
influyentes de su época en el arte de la jardinería, hasta el punto de ser calificado como
«la Biblia del arte de la jardinería». Aunque su obra se basaba en buena medida en las
aportaciones realizadas por Le Nôtre, fue el primero en sistematizar unas reglas para la
composición de jardines, por lo que su obra tuvo mucha relevancia. Dezallier remarcó la
idea del jardín como lugar de recreo, de esparcimiento, cuyo diseño debe proporcionar
ante todo placer. Señaló cinco aspectos fundamentales a la hora de concebir un jardín:
situación sana, buen terreno, presencia de agua, perspectiva paisajística y comodidad.
Para la correcta apreciación del jardín debían evitarse los obstáculos visuales, como
muros, rejas o setos, para lo que propuso la delimitación de la superficie del jardín a través
de unos fosos denominados «ahas».nota 5 Insistía en la proporcionada dimensión de todas
las partes del jardín, desde los setos, bosquetes y superficies de césped hasta el diseño
de las avenidas, para las cuales el más idóneo era el denominado patte d'oie («pata de
oca»), avenidas dispuestas en abanico que atravesaban los setos en forma de
medialuna.22
Para Dezallier, las partes más importantes del jardín eran los parterres y los bosquetes,
que para poder apreciarse mejor debían contraponerse. Su modelo ideal era el siguiente:
visto al salir del palacio al jardín y alejarse; primero vendría una zona de parterres, que
debía ser la zona más cuidada al ser la más cercana al palacio; luego se situaría un eje
transversal bordeado de tejos, con un estanque en medio; a continuación aparecería una
zona de bosquetes dispuestos en semicírculo, con caminos trazados en diagonal; la
siguiente sección transversal estaría formada por un canal de agua, con una fuente
de tritones situada en la intersección con la vía principal, que daría paso a una última zona
de bosquetes. En dicho esquema el principal elemento a considerar era el diseño de los
parterres, de los que distinguió cuatro tipos: el «parterre de broderie» («bordado»),
compuesto de césped y boj y cincelado con formas geométricas; el «parterre de
compartimento», formado de césped y arriates con arena en su superficie interior, y una
fuente en el centro; el «parterre à l'anglaise», elaborado con una tabla de césped
(boulingrin, del inglés bowling green, «césped para jugar a los bolos») con recorridos
decorativos; y el «parterre floral» (parterre de pièces coupées pour des fleurs), basado en
setos de arbustos bajos que delimitan zonas de plantas florales. Por último, en los huecos
o ángulos entre parterres se sitúan árboles podados en topiaria, preferentemente bojes o
tejos. Pese a esta disposición esquemática y racional, Dezallier insistió en el elemento
paisajístico de la jardinería y defendió el predomino de la naturaleza sobre la intervención
del hombre, por lo que abrió la puerta hacia el jardín de paisaje inglés que se puso de
moda en el siglo XIX.23

Diseños de parterre publicados por Antoine Joseph Dezallier d'Argenville en La Théorie et la
Pratique du Jardinage (1710).

En cuanto a vegetación, Dezallier detalla en su obra las especies más idóneas según el
terreno y para cada estación: para primavera recomienda el tulipán, la anémona,
el ranúnculo, el narciso, el jacinto, el iris, el ciclamen, la corona, la oreja de oso,
la hepática, el pensamiento, el clavel, la primavera, la violeta, el alhelí, el crisantemo y
el muguete; para verano señala el lirio, el martagón, la peonia, el nardo, la verónica,
la campanilla, la esparceta, el díctamo, la escabiosa, la mejorana, la retama, la amapola,
la espuela de caballero, la balsamina, el girasol, el heliotropo, el dondiego de noche,
el acónito y la siempreviva; y para otoño remarca el ricino, la caléndula, la maravilla,
el amaranto, la valeriana, la malvarrosa, la capuchina, la pasionaria y el geranio. También
apunta las plantas leñosas apropiadas para arriates y parterres, como el saúco,
el malvavisco, la madreselva y el cambroño. Para los setos lo idóneo es el boj, el tejo y
el ciprés. Por último, los bosquetes pueden ser de cualquier tipo de árbol propio de la
zona, y Dezallier distingue seis tipos de bosquete: el forêt et grand bois de haute futaie,
apropiado para el campo y grandes extensiones de terreno, con árboles grandes y
densamente poblados; el bois taillis, como el anterior para grandes espacios o parques de
animales, tallados cada nueve años; el bosquet de moyenne futaie à hautes palissades, un
bosquecillo de recreo con setos podados de haya, adelfa o arce, junto a árboles de
mediana altura; el bosquet découvert et à compartiment, un bosquecillo como el anterior
pero sin espesura, con avenidas bordeadas de tilos o castaños; el bosquet planté en
quinconces, otro tipo de bosquecillo, plantado en forma de quincunx —como el cinco de
los dados—; y el bois vert, un bosquete de hoja perenne, el más raro dado su lentitud de
crecimiento.24
Además de los elementos vegetales, Dezallier otorgó especial relevancia a otro tipo de
detalles ornamentales, como las pérgolas, las esculturas, las escaleras y las fuentes. Las
pérgolas o berceaux podían ser de varios tipos: berceau artificiel (llamado
también treillage), formado con listones de madera en forma de celosía, por los que subían
arbustos o plantas trepadoras; berceau naturel, efectuado al enlazar ramas de varios
árboles con alambre, en forma de arcos, enrejados o rodrigones; o una combinación de
ambas, el berceau de treillage. Las estatuas eran colocadas, en conjunción con jarrones
de jardín, en pedestales ubicados en los setos altos junto a los parterres, o bien en
emparrados, nichos de adelfas, encrucijadas de caminos, entre árboles, en el centro de
salones de bosquetes, en arcadas o al inicio de una patte d'oie. Por lo general eran de
alusión mitológica, y Dezallier recomienda que sean de calidad artística, y de no ser así
prescindir de su colocación. Las escaleras servían para salvar desniveles, pero no dejan
de ser un elemento ornamental, que se complementaba con construcciones como arcadas,
exedras, cascadas y grutas artificiales; para Dezallier la solución óptima para los
desniveles era el anfiteatro, que aglutinaba escalones de diversas formas, rampas, fuentes
y surtidores, ornamentos vegetales y esculturas. En cuanto a las fuentes, que para
Dezallier son el alma de los jardines después de la vegetación, estableció una serie de
pautas para su correcta distribución, ya que el agua es un bien escaso, de tal forma que
siempre parezca que hay más que las que en realidad figuran. Señaló que la altura del
surtidor debe ser proporcional al tamaño de la pila, y que todas las columnas de agua se
deban poder ver al mismo tiempo. Las fuentes se complementan con otros recursos de
agua como estanques, canales y cascadas, y recomienda que
alberguen cisnes, patos y gansos. También dedicó especiales estudios a las
técnicas hidráulicas, y analizó con detenimiento la detección de fuentes y sus problemas
de conducción, así como los procedimientos para su bombeo y distribución. 25
Por otro lado, conviene remarcar la importancia que en esta época cobró la botánica como
ciencia, especialmente gracias a los trabajos de Carl von Linné. Se organizaron
numerosas expediciones científicas por todo el mundo, nota 6 y se importaron gran número
de nuevas plantas a Europa, que fueron utilizadas desde sectores como la horticultura o
la herboristería medicinal hasta la jardinería. En este terreno se importaron diversas
plantas ornamentales, como un género de orquídea, la Bletia verecunda, diversos géneros
de azalea y camelia, la magnolia o diversas especies de robles y arces.26 La difusión de
nuevas especies vegetales favoreció la implantación de un nuevo tipo de jardín
especializado en su estudio y conservación, el jardín botánico, que proliferó especialmente
en el siglo XIX, en consonancia con la nueva moda del jardín paisajista de estilo inglés. 27
En cuanto al legado dejado por la jardinería barroca, si bien la transición hacia el nuevo
modelo de jardín paisajista inglés fue un tanto abrupta, nota 7 sin solución de continuidad
entre ambos modelos, lo cual supuso en muchos casos la sustitución de jardines barrocos
por otros de la nueva moda paisajista, la tipología barroca de jardín de configuración
geométrica perduró en buena medida durante el siglo XIX, e inclusive hasta principios del
XX. Ya a finales del siglo XVIII el jardín barroco se puso de moda especialmente
en Estados Unidos, quizá por el afán de diferenciarse de su antigua metrópoli. Allí,
el formal garden —como es conocido el jardín barroco en el ámbito anglosajón— se
consideraba de porte más aristocrático, y por tanto más adecuado a la construcción de una
nueva nación que aspiraba a ser poderosa.28 Así se aprecia en el Palacio del Gobernador
de Williamsburg (Virginia), o en la casa de George Washington en Mount Vernon (Virginia).
Entre los siglos XIX y XX, y en paralelo a la moda historicista en arquitectura, hubo
un revival de estilos jardineros anteriores, especialmente el italiano y el francés, que
conllevó el resurgimiento de viejas técnica como la topiaria. Gracias a este renacimiento de
antiguas formas se restauraron numerosos jardines históricos que habían quedado
abandonados o habían sido reconvertidos al estilo paisajista, como el de Chatsworth
House, restaurado por Joseph Paxton, o el de Vaux-le-Vicomte, a cargo de Henri y Achille
Duchêne.29 El estilo francés también dejó una impronta en el urbanismo, ya que el sistema
creado por Le Nôtre de ejes, cuadrículas, glorietas y diagonales era muy propicio para el
desarrollo de la planificación urbanística de las ciudades, como se aprecia en el diseño de
la ciudad de Washington D.C., obra del ingeniero francés Pierre Charles L'Enfant, o en el
ordenamiento de ciudades como Lusaka, Nairobi y Nueva Delhi, ejemplos del colonialismo
británico, para el que le servía convenientemente un estilo imperial y propagandístico
como el versallesco.30

Jardín inglés

El puente palladiano en Prior Park, en Bath.

La expresión jardín inglés o parque inglés se usa en Europa Continental para designar


un tipo de parque que tuvo su origen en Inglaterra durante el siglo XVII. Los principales
elementos de todo jardín inglés son las estatuas, el agua y el terreno circundante. El estilo
se diferencia ampliamente del diseño formal del barroco y del estilo formal francés. Uno de
los parques ingleses más conocidos en Europa es el Englischer
Garten en Múnich, Alemania.
Este estilo fue dominante en la jardinería inglesa durante un relativamente breve lapso de
tiempo, desde mediados del siglo XVIII hasta principios del siglo XIX, y se encuentra
asociado a la arquitectura georgiana, caracterizada, sobre todo en su inicio, por unas
formas palladianas que contrastan con la denominada naturalidad del jardín inglés. El
máximo representante de este tipo de jardines en el Reino Unido fue Capability Brown.
También se da la circunstancia de que una buena parte de los jardines más famosos de
Inglaterra no han sido diseñados en este estilo, y el término «jardín inglés» (English
garden) no es usado en Inglaterra.
Nacimiento del jardín inglés[editar]

Paisaje con Apolo y Mercurio de Claude Lorrain (Palazzo Doria-Pamphili, Roma). Los cuadros de


Lorrain sirvieron de fuente de inspiración y guía directa de los diseñadores de jardines ingleses del
siglo XVIII; en ellos se evocaban paisajes de la antigüedad clásica.

Primero en el Renacimiento y después durante el Barroco, Francia con sus villas


y châteaux había establecido un modelo de jardín de acompañamiento a la arquitectura en
Europa. Sus aspectos más sobresalientes eran la formalidad y artificialidad de sus formas.
El diseño de estos jardines constituía un arte sofisticado de complicadas plantas
geométricas, cuidadosamente configuradas. Un ejemplo sobresaliente de lo expuesto se
encuentra en los jardines Palacio de Versalles. Los arquitectos ingleses del siglo XVIII
rechazaban este tipo de parque por motivos estéticos, de carácter filosófico, relativos a la
introducción del concepto de lo natural y las formas naturales, antes de haber sido
deformadas por la fuerza humana. Así, para los paisajistas ingleses, las laderas, colinas,
árboles y arbustos adoptaban sus propias formas con total libertad, sin constricción a
ninguna norma geométrica. Pero también se encontraban razones políticas en el rechazo a
las formas francesas, lo cual constituyó una manifestación aplicada a las artes de la
política antifrancesa contraria al absolutismo que imperaba en ese país. De esta forma,
hay que entender el jardín inglés como una consecuencia de todas las ideas expuestas.
Este nuevo estilo de diseño recibió influencias, en el terreno literario, de los
clásicos Virgilio y Ovidio y, en la pintura, de la escuela romana de paisajistas del siglo XVII,
que representaban paisajes de la Antigüedad, ricos en incidentes pintorescos. Los
proyectistas de jardines ingleses trataron de evocar, en sus creaciones, los efectos
pintorescos de la visión italiana y recrear un ambiente nostálgico e idílico. 1

Caracteres del jardín inglés[editar]


Los diseños de jardines ingleses, tomando como partida los principios antes expuestos del
elemento natural, no eran desde luego reservas naturales y salvajes como las que
actualmente se conservan en la naturaleza, sino que eran, a su manera, tan artificiales y
sofisticados como sus precedentes franceses. El canon europeo de parque inglés incluye
un buen número de elementos románticos: siempre existe un estanque con un puente o
un muelle. Alrededor del lago suele encontrarse un pabellón hexagonal, a menudo con
forma de templo romano. A veces el parque incluye un pabellón chino. Otros elementos
corrientes son grutas y ruinas.
Elementos[editar]
Su concepción es irregular. con caminos tortuosos y vegetación aparentemente no
domesticada, dando una impresión natural. Se conservan y se explotan los accidentes del
terreno, tales como cuestas. Hay abundante presencia de arbustos, malezas y elementos
arquitectónicos que participan en su decoración: folly, rocas, estatuas, bancos, etc.
Asociación de diversas artes decorativas. Las formas y colores de la vegetación son
variados. Los itinerarios no se señalan, ya que en el paseo por un jardín inglés se deja un
espacio a la sorpresa y al descubrimiento y no suelen existir grandes avenidas rectilíneas
que guíen los pasos del paseante, sino más bien una clase de «vagabundeo poético».

Detalle del jardín inglés del palacio de Caserta.

Simbología del jardín inglés[editar]


Este tipo de jardín quiere ser como el paisaje de una pintura. Su disposición irregular,
opuesta al orden del «jardín francés», lo encaja como un símbolo de la libertad que
encontró necesariamente un eco en la Revolución francesa, frente al yugo del jardín
francés. La negación de la simetría se vinculaba entonces con una negación de los
códigos. Se volvió el símbolo de la emancipación frente a la monarquía absoluta y sus
representantes.
Se trata, con todo, de un «decorado» reconstituido: para la comodidad de los paseantes se
puede colocar un banco con el fin de contemplar una parte de agua o aprovechar la
sombra de los árboles. La salvaje naturaleza se reconstruye de forma ablandada. La
evolución que conoció este tipo de jardín en el siglo XIX ilustra bien este recreo idealizado
de la naturaleza.

Jardín público
Hasta el siglo XVI, los jardines de esparcimiento, eran privados y de los estamentos
privilegiados. Eran propiedad de miembros de la aristocracia y eclesiásticos y se abrían, en
ocasiones, para pequeñas recepciones. El jardín se distingue del parque por el carácter
más construido de su paisaje y su vegetación. Otra de sus características es el uso muy
notable de plantas extranjeras, a veces incluso vegetación exótica, .
Jardines públicos del siglo XVI[editar]
El pueblo llano no podía tener acceso a los jardines privados, paseaba por las
proximidades de las altas paredes que circundaban estos jardines aristocráticos. Sus
zonas de recreo o reunión se limitaban a pasear o sentarse en las desnudas plazas o en
las puertas de las murallas de las ciudades; en estos últimos lugares solía haber áreas
abiertas, en algunos casos con praderas o alineaciones de arbolado en los caminos. En
algunas ciudades italianas, como las alineaciones perimetrales de la muralla de Lucca, se
empezaron a plantar filas de árboles, estas plantaciones de varias alineaciones se
conocen como alamedas.
Durante la segunda mitad del siglo XVI, en España se comenzaron a levantar los primeros
monumentos urbanos y se plantaron las primeras alamedas; éstas, plantadas en algunos
casos dentro de los recintos amurallados de las ciudades españolas fueron los primeros
jardines públicos de Europa.
Ya durante el siglo XVII, en las ciudades del resto de Europa, se continuaron erigiendo
monumentos. La monarquía absolutista estaba en su apogeo. La arquitectura y el diseño
de los jardines eran reflejo del deseo de ostentación de los monarcas. Estos jardines aún
no habían comenzado a ostentar la condición de jardines públicos y, sobre todo, cumplían
el deseo de la monarquía o la aristocracia de expresar su control sobre la ciudad. En
Londres proliferaron ya en el siglo XVIII, XIX y XX variantes de jardines privados
compartidos, de aspecto urbano y plantados en el centro de una agrupación de casas,
pero cerrados al público. Estos todavía pertenecen y sólo están disponibles para los
propietarios de las viviendas limítrofes
Algunos jardines de los siglos XVI y XVII [editar]

 Prado Viejo, Madrid (1570) (destruido). Plantación de una arboleda longitudinal,


dispuesta en una única hilera en el caso del Prado de los Recoletos Agustinos y en
tres alineaciones en el de los Jerónimos, véase en el plano de Pedro Teixeira Albernaz
(1656).
 Alameda de Hércules, Sevilla (1574)
 Alameda, Ecija (Sevilla) (1578) (desaparecido)
 Alameda Central, México, D. F. (1592)
 Alameda y prado de Moorfields, Londres (1605) (desaparecido)
 Alameda de los Descalzos, Lima (1611)
 Paseos del Salón y de la Bomba, Granada (1612)
 Campos Elíseos, París (1640)
 Unter den Linden, Berlín (1647), originalmente un parque real urbano privado
 Paseo Cours Mirabeau, Aix-en-Provence (1649-1658)
 Paseo de Chamars, Besanzon(1653)
 Paseo al sur de la Muralla Aureliana, Roma (ha. 1658, perdida)
 Parque Colombiére, Dijon (Francia) (1672)
 Plaza de Vosgos, París (1682)
 Kongens Nytorv, Copenhague (1690)1

Jardines públicos del siglo XVIII[editar]


No fue sino hasta 1789 cuando con la agitación de la Revolución Francesa se abrieron las
puertas de los palacios y residencias de la aristocracia urbana y del clero.
El pueblo descubrió la naturaleza de los jardines privados de estilo francés o la
exuberancia de los pintorescos jardines ingleses que se ocultaban tras los altos muros.
Muchos de estos se convirtieron en propiedad del Estado, en su totalidad o en parte; a
partir de entonces estos grandes jardines privados se pusieron a disposición del público.
En ciertas ciudades, los ilustrados promovieron nuevos jardines públicos como ocurrió con
el Prado Viejo de Madrid, o el Jardín de Luxemburgo de París.
Nació entonces lo que se considera, en sentido moderno, el jardín: un paisaje natural
urbano, plantado y ordenado por el hombre y mantenido por la comunidad para el disfrute
de todos.
Algunos jardines del siglo XVIII[editar]

Jardín y Palacio de Luxemburgo.

 Hyde Park, Londres (1728). Origen: jardín Real privado separado de los jardines del
Palacio de Kensington.
 Paseo del Prado, Madrid (1763)
 Paseo de Recoletos, Madrid (1763)
 Promenade (Münster) de Münster, Alemania (1764)
 Paseo Bucareli, México (1778)
 Jardín de Floridablanca, Murcia (1786)
 Campo Grande, Valladolid (1787)
 Jardin de Luxemburgo, París. Origen: jardín Real privado abierto al público en (1789).
 Le Cours Saleya, Niza, Francia, (s. XVIII)
 Alameda Central, Toluca de Lerdo, Méjico (S. XVIII)

Los jardines públicos en la Francia del siglo


XIX[editar]
La jardinería pública en París se estancó con los trastornos posteriores a la revolución
francesa y los jardines se convirtieron en la visión decimonónica de la ciudad, como
el Jardín de Luxemburgo. En aquellos tiempos, el Imperio de Napoleón sólo impulsaba las
guerras de conquista y la sociedad de principios de siglo fue poco amante de los jardines.
El Bosque de Vincennes, convertido durante la Revolución Francesa en un parque de
maniobras militares donde se habían construido cocinas y cuarteles, no volvió a recuperar
su lugar como jardín hasta el reinado de Napoleón III.
La era de la industrialización conllevó el surgimiento de una clase media adinerada, ávidos
de lugares de entretenimiento y excursiones. Para mostrar su poderío, la ciudad del
Segundo Imperio francés ofreció dos nuevos espacios sociales: los bulevares y los
jardines públicos.
El prefecto Rambuteau, en vísperas de la gran transformación de París durante el
Segundo Imperio, creó, con el jardín del palacio real, el primer jardín público. Se incluyó la
adición de bancos junto a los caminos. Esta innovación se acompañó de la legalización de
la propiedad de sus parques parisinos.
El jardín Haussmann[editar]

Bosque de Vincennes. Lago y pagoda budista al fondo.

Napoléon III encargó al cuidado del barón Haussmann el Bosque de Vincennes, situado al


este del Bosque de Boulogne. Bajo su mando, Jean-Charles Alphand transformó las
instalaciones militares terrestres en un amplio jardín inglés y excavó el Lago de Gravelle,
alimentado por las aguas del Marne, para el riego de todos los otros lagos. El modelo
creado por Alphand se convertiría rápidamente en la referencia de los jardines públicos por
todo el país e incluso por sus colonias. Esta reinterpretación del jardín inglés reunía en
todos los aspectos las expectativas de la sociedad francesa de finales del siglo XIX.
El jardín, al que también se podía acceder en coches de caballos, poseía anchas avenidas
bordeadas por bancos y cubiertas por la sombra de plátanos y castaños. Tenía casinos o
quioscos de música en los que se daban conciertos al aire libre durante el día o la noche.
Se podía explorar y descubrir un desierto y pintorescos paisajes con cuevas, puentes,
lagos, cascadas. Y el público se reunía en los restaurantes y bares siguiendo algún
sinuoso sendero.
Lo público se convierte en una clave para el desarrollo de la ciudad. Las perspectivas se
cruzan en los bulevares, los lugares más destacados a lo largo de los edificios burgueses
se instalan en su periferia.
El edificio se convierte en una forma de estructurar un barrio. En el Parque des Buttes-
Chaumont, el jardín, a costa de un trabajo titánico, reemplaza el lugar de las antiguas
canteras.
La ciudad del siglo XIX, por lo tanto puede ser considerada como una red de parques
públicos, de diferentes formas y tamaños, dependiendo del lugar. Están unidos entre sí por
avenidas plantadas, y dispuestos en cuadrados. Plazas, jardines en miniatura y recintos
ajardinados ocupan un cuadro en el tejido de los edificios. Estas plazas de barrio ganadas
a las antiguas zonas edificadas, están rodeadas por calles y edificios.

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