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HISTORICA DUO:
• Larissa Centurion.
LOS JARDINES
o Los musulmanes
inspiraban en el jardín el
paraíso que les promete el
texto sagrado del Corán;
los chinos imitaban en él a
la propia naturaleza
tomando como reflexión a
la filosofía Tao; los griegos
tenían del jardín un
concepto religioso y
funerario, por ello
dedicaban bosques y
jardines al culto; por su
parte los romanos le
dieron un fin más práctico
y de esparcimiento.
Visión actual del jardín
y los espacios verdes.
Hoy en día, predominan las grandes
ciudades de hormigón, donde se disputa
el espacio para las construcciones
privadas, en detrimento de los públicos
y de recreo. Aun así las actividades
ecológicas comienzan a gozar de
popularidad y son objeto de interés
creciente, debido a la masificación de
las ciudades, que alejan a sus habitantes
del propio entorno natural.
El jardín seco japonés o
karesansui
Karesansui.
La palabra karesansui se
conforma con dos ideogramas,
por un lado kare que alude a las
extensiones de grava o arena
blanca de los templos sintoístas
y, más tarde, Zen que puede
significar «marchito»,
«atrofiado», «reducido» o
«muerto» (en relación a las
plantas), y por el otro sansui
(san representa a la montaña y
sui al agua).
Los jardines japoneses conocidos como
karesansui o kare-sansui fueron construidos
en la época Muromachi (1336-1573). La
época Kamakura fue una era de
inestabilidad y orden político que produjo el
desplazamiento de numerosos centros
económicos hacia las nuevas capitales
culturales. Las luchas por las tierras y el
poder sumieron al país en una profunda
inquietud impulsando la necesidad de un
nuevo tipo de budismo, el Budismo Zen.
Kioto, sede de la Corte Imperial bajo el
mandato del shogunado, estaba rodeada por
grandes monasterios Zen. Fue en este
contexto histórico donde la institución del
nuevo budismo llegó a convertirse en parte
del órgano oficial del shogunado.
Durante el mandato de
Ashikaga Yoshimasa (1436-
1490), el octavo shôgun del
shogunado Ashikaga, se originó
la cultura Higashiyama donde
los jardines karesansui
alcanzaron su máximo
esplendor.
Jardín del templo budista Môtsû-ji.
Los valores
estéticos del
jardín zen.
Según el autor Aristimuño, algunos de los
ideales estéticos que los jardines zen
expresan son: la «experimentación mística
dada por su simbolismo» (yûgen), la
«belleza ulterior del espacio vacío»
(yohaku no bi), la «ligereza» (karumi), la
«austeridad» (wabi) y el sentir de la
«melancolía motivada por el paso del
tiempo» (sabi). Por otra parte, podría
decirse que el jardín seco presenta otras
muchas características propias del arte zen,
como la «asimetría» o «geometría no
previsible» (fukinsei), la «naturalidad»
(shizen), la simplicidad como expresión de
«la nada» o el «Ma» (kanso), el «desapego»
o «informalidad» (datsuzoku) y la
«serenidad» o «paz interior» (seijaku).
Algunos de los jardines secos (o karesansui) más representativos los
encontramos en el templo Tofukuji de Kioto, en el «templo del
dragón tranquilo y pacífico» Ryôan-ji de Kioto o en el templo
Daisen-in (Daitokuji), los tres situados en Kioto.
Elementos del
jardín seco o
karesansui
Se dice que el origen del jardín japonés
está es sus piedras, es por ellas por donde
bajaba la divinidad que conocemos con el
nombre de Iwasakao Iiwakura. Este
último nombre literalmente significa «el
lugar que ocupan las rocas». Algunos de
los principales elementos de este jardín
son sus rocas, la arena o gravilla, el
musgo, los arbustos y los árboles, dando
lugar a la creación de un paisaje sencillo y
naturalmente hermoso. no de los efectos
más bonitos y sin duda más llamativos de
los karesansui es el de la arena, imitando
el suave movimiento del agua.
El «Ma» en el
jardín seco.
El ideograma Ma (間) puede
tomar múltiples significados:
distancia, pausa, intervalo,
interrupción, relación entre las
partes, etcétera, pero los
conceptos que mejor lo
caracterizan son el espacio y el
tiempo, también relacionado
con el Kû o el vacío japonés.
El Ma se puede entender
como el espíritu o el puente
que conecta el vacío y su
relación con el espacio y el
tiempo.
Los espacios que se crean son
espacios destinados a la
meditación, al silencio. El jardín
tiene como objetivo la búsqueda
de armonía, una armonía no
sólo con el espacio y el tiempo
del propio jardín, sino con la del
ser. La personalidad del jardín
seco o karesansui permite ser
un espacio para el ser humano,
para el reflejo y la observación
de su yo en una especie de
«microcosmos».
Conclusión.
Y así concluimos que la humanidad ha modificado deliberadamente los nichos
ecológicos de tal modo que mejorasen la habitabilidad y, por tanto, las condiciones
de vida. Se trataba, pues, de una agricultura rudimentaria que permitió la
revolución neolítica y el desarrollo de las técnicas agrícolas que llevaron a la
humanidad a asentarse en ciudades y desarrollarse culturalmente. Por último
podríamos destacar la intencionalidad con la que fueron concebidos estos jardines.
Al contrario que los jardines occidentales, que fueron creados para el deleite de las
más altas clases en la mayoría de los casos —o incluso como medio para la
vanagloria de algunos— el jardín seco o karesansui presenta una intención
totalmente diferente. Muy acorde a su influencia budista, la finalidad del
«microcosmos» creado en este tipo de jardines es la de la introspección, la
serenidad, la paz interior, la simplicidad, la no alteración o modificación de la
naturaleza y la iluminación.