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HISTORIA DE LA JARDINERÍA

1. Orígenes

Los jardines representan un vínculo creado por el hombre para reconciliarse con el mundo exterior. No
existe civilización alguna que no haya expresado este concepto en sus diferentes formas. En sus
comienzos, el jardín tuvo un significado místico y religioso asociado a la idea del Paraíso. A medida que
el pensamiento religioso fue cediendo paso, sin renegar de sus orígenes el jardín asume también otras
funciones: se convierte en un lugar de disfrute para luego convertirse en una necesidad intelectual y
estética.

2. Historia de la Jardinería en la antigüedad

2.1 El Jardín Egipcio

Este tipo de jardín contaba con una disposición sumamente evolucionada y un fuerte sentido estético,
favorecido por técnicas agrícolas e hidráulicas bastante avanzadas dentro de una civilización que poseía
un alto nivel artístico. Por lo tanto, los jardines egipcios alcanzaron un desarrollo muy notable. Al
principio, el jardín fue un lujo accesible sólo para los dirigentes y utilizado como el espacio exterior de la
casa. Situado generalmente cerca de un río o canal, de forma regular, estaba dividido en grandes partes,
cada una de ellas destinada a una especie (higueras, granados, acacias, sauces y tamarindos), en el
medio de un estanque con plantas acuáticas (los famosos lotos azules, rojos y blancos). El espacio
estaba cercado con una cortina de árboles o palmeras. Como consecuencia de las expediciones a Siria y
Etiopia, se importan nuevas especies como almendro, cerezo, álamo y plátano; en el caso de los
arbustos, el mirto, la rosa, el jazmín y la hiedra.
2.2 El Jardín en Mesopotamia

Esta civilización tuvo al jardín como un elemento clave tanto religioso como político o estético, siendo
muy probablemente el origen iconográfico de los distintos edenes o paraísos que aparecen en la religión
judía y que luego se trasladarán a la las cristianas e islámicas.

Otro de los motivos iconográficos de origen mesopotámico que tendrá gran influencia será la del árbol
sagrado, plantado por los dioses en los actos de la creación, convirtiendo en sacro todo su entorno. De
esta idea derivará tanto el árbol del bien y del mal del Génesis como el árbol de la vida (hom), motivo
insistentemente repetido en las decoraciones del primer Islam. Casi todos los pueblos mediterráneos de
la Antigüedad valoraron el árbol como motivo divino, asociándolo a sus lugares sagrados (el olivo en
algunos templos como el Erecteión ateniense, el ciprés y los cementerios, la palmera en Egipto y el
Islam…) siendo una tradición que confluirá con la celta (posiblemente ambas ideas partirían de un
tronco común, originado en la India).*

Los jardines de Babilonia

Los jardines de Babilonia, situados a orillas del


Eufrates, se remontan al siglo VIII a. C. Se
componían de varias terrazas superpuestas,
sostenidas por arcadas que se apoyaban en
pilares huecos, rellenados con grandes árboles y
estatuas, armando de esta manera un recorrido.
Las diferentes terrazas se comunicaban por
grandes escalinatas y un ingenioso sistema
hidráulico permitía llevar y traer el agua hacia
ellas.
2.3 El Jardín Árabe

Uno de los jardines más bellos de la historia del paisajismo ha sido el jardín árabe. Se dice que este es el
primer concepto de jardín bien acabado, inspirador de los jardines de las siguientes culturas, como el
jardín greco-romano, el jardín oriental y, por excelencia, el jardín español. Este último es quien da la
forma del jardín en su esquema de cuadra al patio de la casa colonial americana.

El jardín clásico musulmán es cerrado al exterior y carece de panorámicas interiormente, pues persigue
el aislamiento, la intimidad y el recreo de los sentidos, empleando en ellos el elemento agua y plantas
aromáticas (azahar, jazmín, lavanda...)

El jardín místico (la luz espiritual)

La idea del jardín, a lo largo de la Historia, siempre ha estado vinculada a la visión de un lugar idílico y
rebosante de paz, generalmente localizado en el Más Allá, en el que fluyen ríos y arroyos, y en el que
crecen abundantes flores y árboles. El Paraíso persa del Avesta, el Edén bíblico del Génesis, el Paraíso, o
Cielo evangélico, todos conforman un concepto de Jardín Espiritual.

El jardín de los sentidos

Se podría decir que el jardín árabe es el jardín de los sentidos, ya que éste se encarga de estimular cada
uno de estos sentidos, el tacto con las plantas, las frutas, y todo lo que compone el jardín, el oído es
estimulado por el fluir del agua o el constante goteo de la fuente, el paladar por la integración del
huerto en el jardín, de las plantas medicinales o para la preparación del té, la vista por la cantidad de
flores que crecen en él, los lotos en el estanque, el agua que corre por las acequias, el espejo del jardín
que se consigue gracias a una fuente de agua serena, y el olfato gracias a las plantas aromáticas que
impregnan el lugar, los jazmines, la flor del azahar de los cítricos, las plantas aromáticas como la
lavanda, el romero, o la resina del ciprés.
2.4 El Jardín Romano

Con la civilización romana se inicia la verdadera historia del arte en el jardín. En sus orígenes, los
jardines romanos tenían una función esencialmente utilitaria. Destinado para el cultivo de plantas
comestibles, constituía un espacio cercado ubicado en la parte posterior de la casa. Luego, una pequeña
parte del huerto se destinaba al cultivo de las plantas florales con la intención de utilizarlas para adornar
las tumbas y los altares. Como consecuencia de las victorias en Oriente y el descubrimiento de
civilizaciones más avanzadas, las vidas de los romanos sufrieron grandes transformaciones que se
reflejarán en el concepto que tenían del jardín, que también soportó varios cambios hasta llegar a una
nítida separación entre la villa rústica y villa señorial. La villa rústica se encontraba en el campo y los
suburbios, y la señorial, en la cuidad.

3. Historia de la Jardinería en la Edad Media

Tras la caída del Imperio Romano, las órdenes religiosas se preocuparon por recolectar los legados de la
civilización antigua, entre ellos, los métodos de la jardinería. Por una cuestión de seguridad surgió la
necesidad de destinar un espacio en los edificios monásticos para el huerto. Se cultivaban leguminosas,
árboles frutales, hierbas aromáticas y medicinales y flores para alegrar la vista. A partir del siglo XV la
horticultura hizo rápidos progresos como consecuencia de las Cruzadas; así el huerto fue evolucionando
al crearse varios recintos divididos por diferentes funciones en el cultivo de las especies:

Vergel: Con árboles frutales plantados en filas, arbustos y plantas ornamentales.

Huerto propiamente dicho, o utilitario: con hierbas medicinales, como menta, salvia, romero, tomillo,
albahaca o ruda y leguminosas.

Jardín de flores exclusivamente ornamental: Rosas, violetas, lirios, jazmines, jacintos, lilas.
El jardín debía ocupar un terreno plano de varias hectáreas con forma cuadrada o rectangular, rodeado
de muros altos, columnas con estatuas, chorros de agua cayendo en canales, pérgolas y emparrados con
vid. En el vivero, se ubicaba un criadero de peces, un laberinto y una pajarera. La implantación del jardín
medieval es completamente elemental y simplista.

3.1 El Jardín Hispano-árabe

El jardín árabe está ligado al Paraíso, un lugar de delicias y placeres. Está concebido como una sucesión
de espacios cerrados y recoletos, con patios interiores en las casas comunicados entre sí por pasillos
pequeños divididos por rejas. Cada uno posee una fisonomía propia con terrazas escalonadas. El agua es
el elemento decorativo de mayor visibilidad, que aparece en forma de fuentes, pilas o surtidores y se
traslada de un estanque a otro a lo largo de acequias de terracota penetrando hasta los espacios
cubiertos.

4. Historia de la Jardinería en la Edad Moderna

4.1 El Jardín del Renacimiento y el Jardín Italiano

A principios del siglo XVI, los arquitectos consiguieron tratar al jardín como un tema de su competencia
exclusiva, sin estar sujetos a los caprichos de los jardineros o deseos de sus dueños, lo que representó
toda una revolución. Con sus obras, Bramante y Rafael se constituyeron en uno de los tantos ejemplos
del inicio de un movimiento que tuvo un amplio y fecundo desarrollo.
La intención de estos jardines era alimentar el intelecto. Por eso las esculturas ilustraban escenas de la
mitología antigua, como las aventuras de caza. Esculturas y agua por doquier derrochaban placer en los
jardines italianos, donde existían surtidores ocultos para mojar a los visitantes sorpresivamente. El agua
estaba asociada a la fecundidad y abundancia de la naturaleza. Nunca aparece en forma natural, sino
siempre artificial. Balaustradas, muros y escalinatas con caídas de agua son característicos de este estilo,
terminando su recorrido en un remanso o estanque. La fuente es el rasgo del jardín renacentista que
representa el descubrimiento del hombre en sí mismo.

Otra característica de este período son los laberintos, que fueron en un principio pequeños, pero luego
con el correr de los años tomaron cada vez mayor importancia, llegando a tener una glorieta en su
centro. El resultado final es una composición cerrada totalmente determinada, pero armónicamente
organizada donde cada espacio está bien definido.

4.2 El Jardín Francés

El siglo XVI fue un período de transición para la arquitectura y el paisajismo. Al principio se dejó sentir la
influencia del Renacimiento italiano en la reconstrucción de los edificios y castillos. Luego, se desarrolló
una influencia de la interpretación francesa del Barroco. Su arquitectura era suave, sobria, las líneas
geométricas se aplicaron tanto a las ciudades como a las casas y los jardines.En el jardín francés no
faltan recursos hidráulicos y vistas panorámicas. La concepción del jardín debe ser lógica y armónica. No
se lo recarga de sombra, ni está demasiado al descubierto. El efecto que se lograba, era que el jardín
pareciera más grande que en la realidad.
4.3 El Jardín Inglés

Hasta finales del siglo XVI Inglaterra iva muy rezagada con respecto al diseño de jardines, sin ideas
nuevas. Sólo hacia el final del reinado de Enrique VIII comienzan a construirse casas imponentes con
jardines ostentosos y de profunda elaboración. El paisaje empezó a tratarse en forma más personal, y el
jardín comenzó a ser el escenario para ubicar los elementos arquitectónicos. La propia topografía era la
que indicaba dónde colocar los templos y obeliscos. Así, se crea un nuevo concepto del jardín: el paisaje
romántico, aceptando a la propia naturaleza en sus diversas facetas, siempre buscando una variedad de
composiciones en lugar de la dominación del hombre sobre ella. La escala y su sencillez son la mayor
belleza, incluyendo el interés por la horticultura.

El inglés es un estilo irregular con macizos florales y borduras con distintos estilos dentro de un mismo
lugar. Gran Bretaña marcó luego la pauta de la planificación del jardín.

Los diseños de jardines ingleses, tomando como partida los principios antes expuestos, del elemento
natural, no eran desde luego reservas naturales y salvajes como las que actualmente se conservan en la
naturaleza, eran a su manera, tan artificiales y sofisticados como sus precedentes franceses.

Su concepción es irregular con caminos tortuosos y vegetación aparentemente no domesticada, dando


una impresión natural. Se conservan y se explotan los accidentes del terreno, tales como cuestas. Hay
abundante presencia de arbustos, malezas y elementos arquitectónicos.
5. Historia de la Jardinería en la Época Contemporánea

Estudiar las distintas etapas de la jardinería en la historia, nos permite tener una idea de cuál es la
esencia de un jardín, por qué se realiza y cuál es su estructura básica. A partir de esta idea podemos
desarrollar nuevas ideas y conceptos, para incluir en el diseño de nuestros jardines. Conociendo cuál es
la forma y como se comportan los jardines en el tiempo, podemos adoptar técnicas y conceptos
utilizados a lo largo de la historia, en nuestros propios diseños actuales. Por ejemplo, si tenemos que
ajardinar una terraza en la parte alta de un edificio, podemos tomar como base para el desarrollo del
proyecto, las terrazas de los jardines árabes. Si tenemos un espacio amplio, con mucho terreno para
ajardinar, podemos adoptar un estilo mediterráneo, donde disponer el jardín a modo de vergel con
flores y arbustos resistentes al calor y la sequía, o si nos encontramos en un clima lluvioso, quizás
podamos plantearnos un jardín de tipo inglés, con pradera, árboles frondosos y un estanque de agua.
La jardinería actual se ha diversificado en el sentido que ahora hay maneras distintas de concebirla, y
usuarios de muy diversa índole. Si hablamos de jardinería residencial pasamos de estar hablando de
grandes superficies ajardinadas que solamente podían disfrutar unos pocos usuarios de las clases altas,
a pequeños jardines en casas-habitación accesibles para la mayoría de las personas en las áreas
periurbanas de las grandes ciudades.

Además el desarrollo y la evolución de las áreas metropolitanas han impuesto a sus habitantes y
administradores la necesidad de diseñar cada vez un mayor número de áreas verdes, en favor del
bienestar y la sanidad común. Estas áreas deben cumplir dos funciones básicas: ser un espacio
apropiado para el esparcimiento y el juego, y tener la capacidad de filtrar la contaminación atmosférica.
Esto las convierte en muchas ocasiones en ‘islas’ donde las personas se refugian de la tensión diaria
provocada por el intenso tráfico automovilístico de las ciudades. Las últimas tendencias, en busca de la
sostenibilidad y el confort en las ciudades, apuestan por propuestas innovadoras y a veces
sorprendentes que en ocasiones parecen contradecir los conceptos básicos de la jardinería, e incluso a
primera vista quebrantar las leyes biológicas por las que se rige la vida de las plantas. Es el caso por
ejemplo, de la hidroponía (cultivo sin tierra), los jardines verticales o los techos verdes.

5.1 Las nuevas tendencias de la Jardinería Actual

La jardinería hoy en día, cumple como a lo largo de la historia, con las expectativas más acuciantes de las
personas de la época. Las personas siguen buscando en el jardín su contacto íntimo diario con la
naturaleza, desde su hogar, y tratan de hacer realidad sus sueños en busca de la felicidad. Por eso se
cultivan hortalizas en casa, con el motivo de volver a sentir la realización personal derivada del trabajo
con la tierra, y la satisfacción de consumir alimentos sanos sin los problemas de contaminación que
plantea la agricultura moderna.
Las personas tratan de revivir con sus jardines las sensaciones que vivieron en etapas anteriores de sus
vidas, y de esta manera tratan de ponerse en contacto con una parte más profunda de sí mismos, que el
rutinario ir y venir diario en la búsqueda y consumo de recursos. Las plantas aromáticas, los estanques,
las fuentes y las plantas de vistosos colores son algunos de los temas favoritos de las personas que hoy
en día incluyen un jardín en sus vidas.

Vivimos además en una época de intercambio cultural, por lo tanto se toman principios filosóficos y de
diseño de lugares muy remotos en busca del bienestar. Por eso están en auge las tendencias espirituales
de oriente, que se reflejan también a la hora de diseñar los espacios verdes.

5.2 El Jardín Japonés

Aunque la tradición japonesa en el diseño de jardines es muy antigua, en occidente debido a la lejanía
geográfica y cultural con oriente, se ha tardado en apreciar y adoptar su estilo de hacer jardines. El
profundo amor por la naturaleza constituye un rasgo principal del jardín japonés, estrechamente ligado
a la arquitectura de la casa. Es una obra de arte pura. El jardín es para la contemplación, es la expresión
y el símbolo del amor. Los japoneses practican desde hace siglos el arte de conformar su propio espacio
verde. El budismo fue el responsable de introducir el arte de los jardines al Japón a principios del siglo V
d.C.

El espacio verde japonés es exclusivo para el disfrute, no es utilitario, sólo brinda una bella visión desde
el interior de la casa. Más que nada, es una sola unidad casa-jardín; por eso, las casas están rodeadas de
grandes galerías.

El jardín copia la topografía del país: islas montañosas, mar de color intenso, playas, lagos, montañas,
ríos y arroyos. La piedra, el agua y la roca son elementos tan importantes como las plantas. Debe tener
troncos cubiertos de musgos, rocas, maderas y piedras gastadas por el tiempo. En este sentido, el jardín
pretende ser una imitación de la naturaleza. Por eso, los japoneses son capaces de trabajar las especies
en tamaños pequeños para, de esta manera, poder tenerlas en su jardín.

La ceremonia del té tuvo una importancia decisiva en los jardines como un lugar especial para que el
visitante se olvidase de las preocupaciones mundanas. Las vallas, por su parte, constituyen un elemento
de estabilidad y unidad.

Hoy en día el jardín japonés todavía se considera algo exótico y vanguardista, solo apreciado por algunas
personas. Pero de su hibridación con la cultura jardinera occidental ha nacido un nuevo concepto,
llamado jardín minimalista, que toma de oriente la limpieza, el orden y la simplicidad a la hora de
organizar los espacios verdes. También el uso de materiales naturales, como la piedra, la madera, el
bambú y la corteza de pino seca, y valora mucho la inclusión en los diseños de estanques con peces y
fuentes naturales evocando la naturaleza. Esta forma de hacer jardines se ha puesto de moda, y es un
referente cuando hablamos de arquitectura vanguardista, en espacios tanto de uso público como
privado.

5.3 El Jardín Fheng Sui

Desde hace más de tres mil años, en China y Japón se diseñan los jardines siguiendo los principios del
Feng Shui. El jardín de casa es el lugar sagrado y tranquilo donde recuperarse de la frenética actividad
diaria.

Se aplica una serie de principios que tienen en cuenta las energías yin y yang, presentes en la filosofía
taoísta, con la finalidad de crear una armonía en el jardín, pero además en las personas que habitan
cerca de él.
5.4 El Jardín Mediterráneo

Es un estilo que se basa en el paisaje predominante en los países situados a orillas del mar Mediterráneo
(España, Marruecos, Grecia, Italia,…). Este entorno se caracteriza por un clima de inviernos suaves y
veranos calurosos y secos. Las lluvias se suelen dar en otoño y primavera. Los suelos son la mayoría
calizos, de reacción básica, y la orografía es accidentada, con proliferación de cadenas montañosas y
numerosos afloramientos rocosos. Estas características dan lugar a una vegetación muy diversa,
adaptada a los rigores del periodo seco. Presentan frecuentemente hojas adaptadas (estrechas, con
vellosidades, espinas, gruesas cutículas,…) y profundos sistemas radiculares, para abastecerse del agua
almacenada en las capas de suelo más profundas. Predominan las gramíneas, leguminosas, aromáticas
(plantas con aceites esenciales), coníferas, quercíneas (coscojas, encinas y robles).

Existen en el mundo otras cuatro zonas que poseen igualmente un clima y una vegetación natural del
tipo denominado mediterráneo, como son la región del Cabo en África del Sur, parte de California en
Estados Unidos, la zona central de Chile y zonas del suroeste y sur de Australia.

En los jardines sujetos a este tipo de clima se emplean plantas aromáticas (lavanda, tomillo, santolina,
orégano, menta, romero,…),combinadas con especies anuales de flor (geranios, murcianas, margaritas,
pensamientos,…) o arbustos perennes siempreverdes (adelfas, rosales, jazmín, hiedra, madreselvas,
parras, boj, laurel, clavo (Pittosporum), trueno (Ligustrum sp), evónimo, granados,..). También se
emplean algunas gramíneas (pastos de grama, juncos en zonas húmedas, espartos en suelos secos,…) y
árboles (pinos, olivos, fresnos, algarrobos, arces, cipreses, encinas, palmeras, frutales, naranjos,
nispereros,…)
En cuanto a la arquitectura, aproximándonos desde las regiones interiores hacia el mar, predominan los
materiales y las formas rústicas y robustas, donde quedan integrados en el mismo espacio la vida
familiar y el trabajo(agrícola, ganadero, artesanal), Las plantas decorativas se sitúan cerca de la vivienda,
en macetones y jardineras, protegidas por porches o sombreadas por una parra. El resto del espacio se
dedica a la huerta (hortalizas y frutales), o a la era (gramíneas). A medida que nos acercamos al mar, las
formas y los materiales se aligeran, pasando de la piedra al ladrillo, la madera o el barro. No obstante
ambas comparten el gusto por el encalado de las fachadas en blanco, destacando sobre el azul del mar o
el cielo, los clásicos arcos y columnas, los muros de ladrillo o los de mampostería, con mortero o en
seco. Las terrazas con sillas, mesas, hamacas, macetas. Los tejados planos o levemente inclinados, la
madera y las techumbres de caña, tela, o brezo para protegerse del sol veraniego.

También quedan patentes en estos jardines los trazos de la cultura árabe, que estuvo instalada en la
zona durante siglos, y que aportó a sus habitantes notables adelantos en el manejo del agua y los
cultivos. Así pues son comunes las acequias, y balsas, para canalizar y almacenar el agua, a veces escasa.

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