Está en la página 1de 104

CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO

PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

INTRODUCCION.

Este apunte de contenidos básicos, pretende introducir al alumno de pre-grado en el estudio


del régimen jurídico administrativo previsto en el ordenamiento chileno, dando algunas
nociones generales sobre la organización y funcionamiento de la Administración del Estado.
Sin perjuicio de lo anterior, es obligatorio complementar lo expuesto en el presente texto
con la bibliografía mencionada en el programa del curso.

UNIDAD III: “TEORIA DE LA ORGANIZACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN DEL


ESTADO”1.

1.- GENERALIDADES.

Los únicos sujetos de derecho son las personas jurídicas, ya sean éstas naturales o morales.
La primera regulación del derecho occidental en materia de personas morales, también
denominadas en nuestro derecho como personas jurídicas, fue la del Código Civil, para el
cual las personas jurídicas son entes ficticios, capaces de ejercer derechos y de contraer
obligaciones civiles, y de ser representadas judicialmente y extrajudicialmente (Art. 545
Código Civil). Nos encontramos frente a una definición que tiene alcance general.

“Art. 545. Se llama persona jurídica una persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer obligaciones
civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente.
Las personas jurídicas son de dos especies: corporaciones y fundaciones de beneficencia pública.
Hay personas jurídicas que participan de uno y otro carácter”.

El artículo 547 inciso 2º del Código Civil prescribe que las disposiciones de este título, es
decir, del Título XXXIII, Libro I, no son aplicables a las corporaciones o fundaciones de
derecho público, como la nación, el fisco, las municipalidades, las iglesias, las comunidades
religiosas y los establecimientos que se costean con fondos del erario nacional, estas
corporaciones y fundaciones se rigen por leyes y reglamentos especiales. Se trata de
personas jurídicas de derecho público.

1
Apunte elaborado por el Profesor Alejandro Cárcamo Righetti, Licenciado en Ciencias Jurídicas de
la Universidad de Talca, Abogado, actualmente cursando estudios de Magíster en el Centro de
Estudios Constitucionales de la Universidad de Talca.
1
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

“Artículo 547 CC Inc. 2º: Tampoco se extienden las disposiciones de este título a las corporaciones o fundaciones
de derecho público, como la nación, el fisco, las municipalidades, las iglesias, las comunidades religiosas, y los
establecimientos que se costean con fondos del erario: estas corporaciones y fundaciones se rigen por leyes y
reglamentos especiales”.

Esta categoría de personas jurídicas queda excluida de la regulación del Título XXXIII Libro
I del Código Civil, lo que no implica que queden excluidas de toda la regulación contenida
en el Código mentado.
Se les denomina como personas jurídicas de derecho público, para diferenciarlas de las
personas jurídicas de derecho privado que sí se rigen por este título.

Pensar y sostener sin embargo, que el Código Civil es inaplicable en bloque a las personas
jurídicas de derecho público, sería un grave error, porque distintas disposiciones del Código
Civil aluden específicamente a algunas personas jurídicas de derecho público, en particular,
al Fisco. En esas materias las disposiciones del Código Civil sí les son aplicables.

Un ejemplo de lo anterior, son las normas sobre prescripción.


El artículo 2497 del Código Civil prescribe que la prescripción se aplicará igualmente a favor
y en contra del Estado, y dentro de esta expresión, agrupa a todos los órganos de la
Administración del Estado.
Sería insostenible pensar que esta norma no se aplica a los entes públicos.

“Artículo 2497 CC: Las reglas relativas a la prescripción se aplican igualmente a favor y en contra del Estado, de
las iglesias, de las municipalidades, de los establecimientos y corporaciones nacionales, y de los individuos
particulares que tienen la libre administración de lo suyo”.

Otro ejemplo, es que en materia de derecho sucesorio, el Fisco es heredero ab intestato, en


el último orden de sucesión (artículo 995 Código Civil).

“Art. 995. A falta de todos los herederos abintestato designados en los artículos precedentes, sucederá el Fisco”.

En materia de prelación de créditos, los créditos del Fisco gozan de preferencia (artículo
2472 Nº 9 Código Civil).

“Art. 2472. La primera clase de créditos comprende los que nacen de las causas que en seguida se enumeran:…
9. Los créditos del fisco por los impuestos de retención y de recargo”.

De este modo, existen numerosas disposiciones del Código Civil, referidas a personas
jurídicas de derecho público de las que enumera el artículo 547 inciso 2º del mismo texto,
y en particular al Fisco, siendo ésta la primera aproximación que hay que tener siempre

2
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

presente, es decir, se debe tener presente que las normas del Código Civil son aplicables a
las personas jurídicas públicas en la medida que el mismo texto se remita expresamente a
ellas.
Lo que no es aplicable jamás, son las normas del Título XXXIII del Libro Primero del Código
Civil.

2.- PERSONAS JURIDICAS DE DERECHO PÚBLICO.

2.1 Diferencias entre Personas Jurídicas de Derecho Privado y Personas


Jurídicas de Derecho Público.

La nomenclatura del Código Civil, agrupa a las personas jurídicas públicas dentro de las dos
grandes estructuras propias de su tiempo –año 1857-, las Corporaciones y Fundaciones,
dentro de las cuales menciona al Fisco, las Municipalidades, las iglesias, etc. (artículo 547
inciso 2º Código Civil).
La pregunta que surge entonces es: ¿En qué medida dicha nomenclatura se corresponde
con el actual modelo de organización, que establece la Constitución Política de la República
vigente?

Dado que esta terminología del Código Civil ha quedado desfasada en el tiempo, en
consecuencia ya no es útil.
La verdad, es que el Constituyente ya en 1925 y posteriormente en la Carta Vigente, utiliza
una fórmula semántica distinta para referirse a las personas jurídicas de derecho público.
Entonces, existe un contraste entre las disposiciones del Código Civil y la Constitución
Política que no reproduce la terminología del primero, que parece añeja y atrasada en el
tiempo.

Esto nos obliga a estudiar el tema de las personas jurídicas públicas, a partir
fundamentalmente de los datos que proporciona el derecho público, cuales son: las
disposiciones de la Constitución Política de la República y sus normas complementarias.
Así las cosas, para caracterizar a las personas jurídicas públicas, más que remitirnos al
Código Civil, sin perjuicio del alcance del artículo 547 inciso 2º, tendremos que remitirnos a
la normativa de la Constitución y sus normas complementarias, entre las cuales encontramos
la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado, Nº
18.575.

Si revisamos la normativa que sirve de marco jurídico a las personas jurídicas públicas,
podemos efectuar un ensayo de sistematización de sus características, y a través de éste,

3
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

podemos establecer las principales diferencias existentes entre las personas jurídicas de
derecho público y las de derecho privado.

2.1.1 El Origen.

- Personas Jurídicas de Derecho Privado.


Se constituyen esencialmente a través de un contrato, el origen de éstas es contractual.

- Personas Jurídicas de Derecho Público.


Su origen se encuentra en la Constitución o en la ley.

Hay algunas que tienen su origen en la Constitución Política de la República, texto que
establece su estructura básica y su competencia, como por ejemplo, el Banco central, la
Contraloría General de la República, etc.
Es dable hacer presente desde ya, que los Ministerios, las Subsecretarías y los Servicios
Públicos centralizados creados para el cumplimiento de la función administrativa, no son
personas jurídicas públicas, porque actúan con la personalidad jurídica del Fisco. Si lo son,
en cambio, la Contraloría General de la República, el Consejo Nacional de Televisión, los
Gobiernos Regionales, las Municipalidades, teniendo todos estos entes, su origen en la Carta
Fundamental.

Otros en cambio, tienen un origen simplemente legal. Es más, la mayor parte de las
personas jurídicas de derecho público tienen su origen en la ley, siendo la razón de esto, el
artículo 65 inciso 4º Nº 2 del Texto Constitucional, ya que la creación, supresión y
determinación de funciones y atribuciones –competencia- son materias propias de ley. Esta
disposición se debe armonizar, con el artículo 63 Nº 14 de la Carta Magna, que señala que
sólo son materias de ley, las demás que la Constitución señale como leyes de iniciativa
exclusiva del Presidente de la República.

“Artículo 65 inciso 4.-…Corresponderá, asimismo, al Presidente de la República la iniciativa exclusiva para:…


2º.- Crear nuevos servicios públicos o empleos rentados, sean fiscales, semifiscales, autónomos o de las
empresas del Estado; suprimirlos y determinar sus funciones o atribuciones;…”

“Artículo 63.- Sólo son materias de ley:…


14) Las demás que la Constitución señale como leyes de iniciativa exclusiva del Presidente
de la República;…”

4
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Ahora bien, todas las materias de iniciativa exclusiva del Presidente de la República señalada
en el artículo 65 del Texto Constitucional, son materias de ley por remisión del artículo 63
Nº 14 del mismo.

En definitiva, se debe tener presente que la mayor parte de los servicios públicos a través
de los cuales el Presidente de la República ejerce sus funciones de gobierno y administración
del Estado, tienen origen legal conforme a estas disposiciones constitucionales.

2.1.2 Fin u objetivo a que aspiran.

- Personas Jurídicas de Derecho Público.


Genéricamente tienden al bien común (artículo 1º Constitución Política), y específicamente,
satisfacen necesidades públicas de una manera regular, continua y permanente (artículo 28
Ley Nº 18.575).

“Artículo 1°.- Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.


La familia es el núcleo fundamental de la sociedad.
El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales se organiza y estructura la sociedad
y les garantiza la adecuada autonomía para cumplir sus propios fines específicos.
El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo
cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los
integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno
respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece.
Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población y a la
familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los sectores
de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida

nacional” (el destacado es nuestro).

“Artículo 28.- Los servicios públicos son órganos administrativos encargados de satisfacer
necesidades colectivas, de manera regular y continua. Estarán sometidos a la dependencia o
supervigilancia del Presidente de la República a través de los respectivos Ministerios, cuyas políticas, planes y
programas les corresponderá aplicar, sin perjuicio de lo dispuesto en los Artículos 22, inciso tercero, y 30.
La ley podrá, excepcionalmente, crear servicios públicos bajo la dependencia o supervigilancia directa del

Presidente de la República” (el destacado es nuestro).

El artículo 28 recién citado, establece que los servicios públicos están para satisfacer
necesidades colectivas de una manera regular y continua. Ahora, si lo vinculamos además
con el artículo 3º de la misma Ley Nº 18.575, se aprecia que la actividad de la Administración
del Estado es, además, permanente.

5
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

“Artículo 3º.- La Administración del Estado está al servicio de la persona humana; su finalidad es promover el
bien común atendiendo las necesidades públicas en forma continua y permanente y fomentando el desarrollo
del país a través del ejercicio de las atribuciones que le confiere la Constitución y la ley, y de la aprobación,
ejecución y control de políticas, planes, programas y acciones de alcance nacional, regional y comunal.
La Administración del Estado deberá observar los principios de responsabilidad, eficiencia, eficacia,
coordinación, impulsión de oficio del procedimiento, impugnabilidad de los actos administrativos, control,
probidad, transparencia y publicidad administrativas y participación ciudadana en la gestión pública, y
garantizará la debida autonomía de los grupos intermedios de la sociedad para cumplir sus propios fines
específicos, respetando el derecho de las personas para realizar cualquier actividad económica en conformidad

con la Constitución Política y las leyes” (El destacado es nuestro).

Su finalidad u objetivo general es entonces satisfacer el bien común, y específicamente,


satisfacer necesidades públicas en forma permanente, regular y continua.

- Personas Jurídicas de Derecho Privado.


Satisfacen los intereses comunes, privados o particulares, de las personas que las
constituyen, sean éstas sin fines de lucro o sociedades industriales o comerciales, siendo en
este último caso, su objeto o fin, el desarrollar una actividad lucrativa.

A modo de ejemplo, el inciso 1º del artículo 2053 del Código Civil, define a una sociedad o
compañía como “un contrato en que dos o más personas estipulan poner algo en común
con la mira de repartir entre sí los beneficios que de ello provengan”.

2.1.3 En cuanto a las potestades.

- Personas Jurídicas de Derecho Público.


Ejercen potestades públicas que son privilegios de los órganos que integran la
Administración del Estado. Sólo los entes que forman parte de la Administración del Estado
pueden ejercer potestades públicas, éstas son verdaderas prerrogativas exorbitantes, es
decir, facultades que van más allá de las que pueden ejercer las personas jurídicas privadas.

Sólo las personas jurídicas públicas pueden ejercer potestades públicas, las privadas jamás.
Dentro de estas potestades se encuentra el poder o potestad de imperio que permite cumplir
coercitivamente sus mandatos sin necesidad de recurrir a los tribunales de justicia, siempre
en las materias propias de su competencia, porque si el Estado celebra un contrato de
arrendamiento sobre un bien de su dominio con un particular, y éste no cumple con el pago
de la renta, el Estado no puede autotutelar ese incumplimiento, sino que tiene que recurrir
a los tribunales de justicia.
Esta potestad de imperio se presenta cuando el órgano actúa en el ejercicio de su
competencia propia.
6
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Una manifestación de todo lo dicho, es el artículo 6º de Ley Nº 18.575, al señalar que


aquellas entidades que desarrollan actividades de carácter económico o empresarial, en las
cuales el Estado participa y tiene representación, no forman parte de la Administración del
Estado, no quedando facultadas en caso alguno para ejercer potestades públicas.
Un ejemplo de estas entidades privadas, en las cuales el Estado tiene participación y
representación, es Metro S.A.

“Artículo 6º.- El Estado podrá participar y tener representación en entidades que no formen parte de su
Administración sólo en virtud de una ley que lo autorice, la que deberá ser un quórum calificado si esas entidades
desarrollan actividades empresariales.
Las entidades a que se refiere el inciso anterior no podrán, en caso alguno, ejercer potestades públicas”.

- Personas Jurídicas de Derecho Privado.


Como se ha señalado anteriormente, no pueden ejercer potestades públicas.

2.1.4 En cuanto al control.

Los órganos que integran la Administración del Estado están sujetos al control de legalidad
de sus actos por parte de la Contraloría General de la República (artículo 98 y 99 Constitución
Política de la República), no ocurriendo lo mismo con los particulares.
El control que efectúa ésta, consiste en vigilar el actuar de los órganos de la Administración
Pública, precisamente porque éstos tienen protestadas públicas, en consecuencia,
amenazan permanentemente la esfera de libertades de las personas, si les diéramos
atribuciones, que no pudieran ser fiscalizadas, la esfera de las libertades y los derechos
fundamentales serían letra muerta.

“Artículo 98.- Un organismo autónomo con el nombre de Contraloría General de la República ejercerá el control
de la legalidad de los actos de la Administración, fiscalizará el ingreso y la inversión de los fondos del Fisco, de
las municipalidades y de los demás organismos y servicios que determinen las leyes; examinará y juzgará las
cuentas de las personas que tengan a su cargo bienes de esas entidades; llevará la contabilidad general de la
Nación, y desempeñará las demás funciones que le encomiende la ley orgánica constitucional respectiva.
El Contralor General de la República deberá tener a lo menos diez años de título de abogado, haber
cumplido cuarenta años de edad y poseer las demás calidades necesarias para ser ciudadano con derecho a
sufragio. Será designado por el Presidente de la República con acuerdo del Senado adoptado por los tres quintos
de sus miembros en ejercicio, por un período de ocho años y no podrá ser designado para el período
siguiente. Con todo, al cumplir 75 años de edad cesará en el cargo”.

“Artículo 99.- En el ejercicio de la función de control de legalidad, el Contralor General tomará razón de los
decretos y resoluciones que, en conformidad a la ley, deben tramitarse por la Contraloría o representará la
ilegalidad de que puedan adolecer; pero deberá darles curso cuando, a pesar de su representación, el Presidente

7
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

de la República insista con la firma de todos sus Ministros, caso en el cual deberá enviar copia
de los respectivos decretos a la Cámara de Diputados. En ningún caso dará curso a los decretos
de gastos que excedan el límite señalado en la Constitución y remitirá copia íntegra de los antecedentes a la
misma Cámara.
Corresponderá, asimismo, al Contralor General de la República tomar razón de los decretos con fuerza de ley,
debiendo representarlos cuando ellos excedan o contravengan la ley delegatoria o sean contrarios a la
Constitución.
Si la representación tuviere lugar con respecto a un decreto con fuerza de ley, a un decreto promulgatorio de
una ley o de una reforma constitucional por apartarse del texto aprobado, o a un decreto o resolución por ser
contrario a la Constitución, el Presidente de la República no tendrá la facultad de insistir, y en caso de no
conformarse con la representación de la Contraloría deberá remitir los antecedentes al Tribunal
Constitucional dentro del plazo de diez días, a fin de que éste resuelva la controversia.
En lo demás, la organización, el funcionamiento y las atribuciones de la Contraloría General de la República serán
materia de una ley orgánica constitucional”.

Por otro lado, como lo veníamos señalando anteriormente, llama la atención en el texto del
artículo 65 inciso 4º Nº 2 de la Carta Fundamental, el cual elabora una suerte de clasificación
de las personas jurídicas públicas, que dicha norma no tenga relación con la semántica que
utiliza el Código Civil.
Del artículo 65 inciso 4º Nº 2 de la Carta Fundamental, se deduce una clasificación de las
personas jurídicas públicas: “Fiscales, semi-fiscales, autónomos o de las empresas del
Estado”. Esto es un ensayo de clasificación que propone este artículo.

La clasificación de las personas jurídicas en la Constitución no tiene nada que ver con la que
propone el Código Civil en su artículo 547. En todo caso, es rescatable en este artículo del
Código Civil, la designación del Fisco como persona jurídica de derecho público, siendo la
única norma de nuestro ordenamiento jurídico que consagra al Fisco como persona jurídica
de derecho público.

2.2 ¿Hay una disposición en nuestro derecho administrativo que otorgue a la


Administración del Estado la connotación de una persona jurídica de derecho
público?

A diferencia de lo que ocurre en el derecho español, en que la ley otorga expresamente a


la Administración del Estado la condición de persona jurídica de derecho público, entre
nosotros, la Administración del Estado está constituida por un complejo de órganos, un
conjunto de sujetos, algunos dotados de personalidad jurídica propia, otros
despersonalizados, carentes de personalidad jurídica propia, pero que actúan con la
personalidad jurídica del Fisco.

8
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

La Administración del Estado entre nosotros, no es igual a lo que ocurre con la


Administración Pública en el derecho español, donde es una persona jurídica única. En
nuestro derecho, es un conjunto o complejo de personas jurídicas, algunas con personalidad
jurídica propia y otras que actúan con la del Fisco.

3.- ¿ES LO MISMO ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO QUE ADMINISTRACIÓN


PUBLICA?2 SITUACION BAJO LA CONSTITUCIÓN POLITICA DE 1925 Y DE 1980.

El constituyente utiliza las dos palabras y a veces no lo hace con mucha coherencia. En el
artículo 38, en su inciso primero, usa la expresión Administración Pública y, en el segundo,
la expresión Administración del Estado.

Bases generales de la Administración del Estado


“Artículo 38.- Una ley orgánica constitucional determinará la organización básica de la Administración Pública,
garantizará la carrera funcionaria y los principios de carácter técnico y profesional en que deba fundarse, y
asegurará tanto la igualdad de oportunidades de ingreso a ella como la capacitación y el perfeccionamiento de
sus integrantes.
Cualquier persona que sea lesionada en sus derechos por la Administración del Estado, de sus organismos o de
las municipalidades, podrá reclamar ante los tribunales que determine la ley, sin perjuicio de la responsabilidad
que pudiere afectar al funcionario que hubiere causado el daño”.

En el inciso segundo en que se refiere a las Municipales, da la impresión que éstas no


formaran parte de la Administración del Estado.
¿Significa ello que las Municipalidades no forman parte de la Administración de Estado?
No, es un error, ciertamente forman parte de la Administración del Estado.

Este precepto demuestra que el Constituyente en esta materia no utilizó un criterio técnico
riguroso, y por eso, cuando se discutió en el año 1986 la Ley de Bases Generales de la
Administración del Estado Nº 18.575, los organismos técnicos de la Junta de Gobierno de la
época, tuvieron que abocarse a este conjunto de impropiedades en que incurrió el
Constituyente de 1980, al emplear a veces la expresión Administración Pública y, en otras,
la expresión Administración del Estado, con sentidos aparentemente disímiles.

El organismo técnico se llamaba Secretaría de Legislación, y ésta emitió un informe técnico


sobre el proyecto de la Ley de Bases Generales de la Administración del Estado.
En este informe técnico, se concluyó que el Constituyente había utilizado no muy
afortunadamente dichas expresiones, pero lo había hecho con un sentido de sinonimia. Los

2
Revisar obligatoriamente todo lo señalado en el apunte de la Unidad I, Introducción, págs. 5 – 8,
relativo a Alcance de las Expresiones Administración Pública y Administración del Estado.
9
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

conceptos Administración Pública y Administración del Estado debían entenderse como


equivalentes y esto quedó en la historia fidedigna del establecimiento de la ley: las voces
Administración Pública y Administración del Estado son equivalentes en la Constitución y
en esta forma utiliza la expresión el legislador orgánico, cuando la ley de bases ejecuta el
mandato que le da el artículo 38 inciso 1º de la Constitución, de regular las bases orgánicas
de la Administración Pública.

Sin perjuicio de utilizarse en la Ley Nº 18.575 la expresión Administración Pública como


sinónimo de Administración del Estado, el legislador orgánico opta por una de las dos
fórmulas, y en casi toda la ley utiliza la expresión Administración del Estado, es decir, se
inclina por el concepto Administración del Estado, y sólo en dos artículos utiliza la expresión
Administración Pública.

Por lo tanto, en el derecho administrativo chileno las expresiones Administración Pública y


Administración del Estado son sinónimas.

Lo anterior, no debe llevarnos a error respecto a este alcance, ya que si se toma algún
manual de derecho administrativo anterior a 1986, advertirán que en la Constitución de
1925 las cosas eran distintas. La jurisprudencia había construido un concepto amplio y uno
restringido con las expresiones Administración del Estado y Administración Pública,
respectivamente.
Se entendía bajo el imperio de la Constitución de 1925 que la Administración del Estado era
un concepto amplio que comprendía a la Administración pública propiamente tal, integrada
exclusivamente por los servicios públicos centralizados dependientes que actúan bajo la
personalidad jurídica del Fisco. Entonces la Administración del Estado era el género y la
Administración Pública era una de sus especies.

El concepto de Administración Pública en la carta de 1925, se complementaba con las


instituciones semifiscales, las que tenían personalidad jurídica propia, a diferencia de los
servicios públicos centralizados, que como sabemos, actúan con la personalidad jurídica del
Fisco y no tienen patrimonio propio, sino que actúan con los fondos del Fisco que les asigna
la Ley de Presupuesto.

Esas instituciones semifiscales bajo la Constitución de 1925, eran esencialmente las Cajas
de Previsión, las que habían ido proliferando a partir de 1927. La denominación de
semifiscales se debe a que su patrimonio estaba integrado por aportes de los particulares,
que eran los cotizantes que imponían una parte de su remuneración en estas Cajas de
Previsión y el resto del patrimonio lo completaba el Estado.

10
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Había más de una veintena, pero con la reforma previsional del Gobierno Militar, éstas se
fusionaron en una sola gran caja fiscal, que es el INP.

La Administración del Estado estaba configurada entonces por la Administración Pública -


servicios públicos centralizados y dependientes-, las instituciones semifiscales y también
formaban parte de dicho concepto, las empresas públicas creadas por ley, como por
ejemplo, la Empresa de Ferrocarriles del Estado, la Empresa Nacional del Petróleo, etc.

La pregunta que surge entonces es: ¿Qué tienen en común las instituciones semifiscales y
las empresas del Estado?
Ambas son especies dentro del género de la Administración del Estado funcionalmente
descentralizada.

Junto a la Administración Pública centralizada entonces, existen una serie de organismos


descentralizados funcionalmente con personalidad jurídica propia y patrimonio propio, cuyas
especies eran instituciones semi fiscales, empresas públicas del Estado -en ese tiempo eran
llamadas empresas fiscales- y, finalmente, hay una serie de organismos dotados de una
autonomía especial, entre los cuales estaba la CORFO (Corporación de Fomento de la
Producción) y las universidades estatales.

Por lo tanto, el concepto Administración del Estado se integraba por:

1) La Administración Pública (Servicios Públicos Centralizados).

2.1-Instituciones semi fiscales.


2) La Administración descentralizada funcional 2.2-Empresas públicas
2.3-Organismos dotados de autonomía
Especial.
3) La Administración descentralizados territorialmente: Las Municipalidades y Gobiernos
Regionales.

¿Qué tienen en común y de distinto las Municipalidades y los Gobiernos Regionales con los
entes descentralizados funcionalmente?
Tienen en común que poseen personalidad jurídica propia y también patrimonio propio.
La diferencia, está en que los organismos descentralizados territorialmente ejercen su
competencia dentro de un determinado territorio del Estado, en cambio, los entes
descentralizados funcionalmente suelen tener competencia nacional.

11
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Esto no admitía confusiones en aquel entonces, la Administración del Estado era el género
y la Administración Pública una de sus especies.

El Constituyente de 1980 no precisó los conceptos, utilizó el término Administración Pública


a veces en sentido amplio, a veces en sentido restringido, y la expresión Administración del
Estado, a veces en sentido amplio, a veces en sentido restringido.

Para el Constituyente de 1980 se acabó la diferenciación entre la Administración Pública y


del Estado, ratificando este criterio el Tribunal Constitucional cuando se remite la Ley Nº
18.575 al control de constitucionalidad preventivo.
Esta ley se remite a dicho control, ya que era una ley orgánica constitucional que estaba
sujeta a control de constitucionalidad obligatorio.

El Tribunal Constitucional, en sentencia de 5 de octubre de 1986, Rol Nº 39, considerando


5º, señaló lo mismo dicho por la Secretaría de Legislación, es decir, que para el
Constituyente de 1980 la expresión Administración Pública y del Estado son términos
sinónimos, equivalentes.

Cabe destacar que ni el Constituyente ni el legislador orgánico definieron el concepto de


Administración del Estado ni de Administración Pública, no hay definición en los textos
legales matrices, sin embargo, el legislador orgánico constitucional, en el inciso 2º del
artículo 1º de la Ley Nº 18.575, fijó el alcance señalando los organismos que la componen.
Luego, es el inciso 2º de este artículo 1º de la Ley Nº 18.575, el que nos dice cuáles son los
órganos que integran la Administración del Estado, más no nos da un concepto.

En el inciso 2º antes señalado, el legislador manifiesta que está constituida por los
Ministerios, Gobernaciones, Intendencias y los órganos y servicios públicos creados para el
cumplimiento de las funciones administrativas.

“Artículo 1º.- El Presidente de la República ejerce el gobierno y la administración del Estado con la colaboración
de los órganos que establezcan la Constitución y las leyes.
La Administración del Estado estará constituida por los Ministerios, las Intendencias, las Gobernaciones y los
órganos y servicios públicos creados para el cumplimiento de la función administrativa, incluidos la Contraloría
General de la República, el Banco Central, las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, los
Gobiernos Regionales, las Municipalidades y las empresas públicas creadas por ley”.

¿Cuáles son estos órganos y servicios públicos creados para el cumplimiento de la función
administrativa?

12
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Podemos diferenciarlos en dos grandes categorías: los servicios públicos centralizados y los
descentralizados (artículo 29 Ley Nº 18.575). Los descentralizados a su vez, pueden ser de
dos clases: territorialmente descentralizados y funcionalmente descentralizados.

“Artículo 29.- Los servicios públicos serán centralizados o descentralizados.


Los servicios centralizados actuarán bajo la personalidad jurídica y con los bienes y recursos del Fisco y
estarán sometidos a la dependencia del Presidente de la República, a través del Ministerio correspondiente.
Los servicios descentralizados actuarán con la personalidad jurídica y el patrimonio propios que la ley les
asigne y estarán sometidos a la supervigilancia del Presidente de la República a través del Ministerio respectivo.
La descentralización podrá ser funcional o territorial”.

Cabe señalar que los únicos organismos territorialmente descentralizados que consulta la
Constitución vigente, son los Gobiernos Regionales y las Municipalidades, no hay más.

Las características comunes de los órganos descentralizados, es que todos los servicios
públicos descentralizados tienen personalidad jurídica propia, patrimonio propio, integrado
por bienes y recursos que le asigna la ley orgánica correspondiente.
Como consecuencia de lo anterior, si algunos de estos entes causa perjuicio a los
particulares, el afectado demanda al órgano infractor y no demanda al Fisco de Chile.
Por ejemplo, si alguien se cae en la calle, producto del mal estado de la calzada, sufriendo
lesiones, demanda a la Municipalidad representada por el Alcalde y la indemnización que se
deba pagar, se hará efectiva sobre el patrimonio de la Municipalidad.

La Administración descentralizada funcionalmente en la Carta de 1925, estaba integrada,


como ya se vio, por instituciones semifiscales, las empresas públicas y por los órganos
dotados de autonomía especial.
Hoy en día, desde luego existe todavía una categoría de instituciones que la Constitución
Política de 1925 llamaba semifiscales, existen entre nosotros entidades previsionales
públicas, siendo éstas en Chile sólo tres: el INP (Instituto Nacional de Previsión), DIPRECA
(Dirección de Previsión de Carabineros) y CAPREDENA (Caja de Previsión de la Defensa
Nacional).

Todavía existen órganos estatales con autonomía especial, por ejemplo: la Universidad de
Chile, la Universidad de Santiago, la Universidad de Talca. Estas universidades gozan de
autonomía especial, la Ley Orgánica de cada universidad establece que disponen de
autonomía financiera, académica y administrativa.

También existen las empresas públicas creadas por ley, sólo cambian dejando de
denominarse fiscales.

13
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Durante la Unidad Popular, las empresas públicas creadas por ley llegaron a ser más de 50,
era un proceso de expansión de la Administración Pública que contrastaba con la ineficiencia.
Hoy día, las empresas públicas están reducidas a diez, más otras diez que se generaron a
partir de la división de la Empresa Portuaria de Chile, EMPORCHI.

Las empresas públicas son entidades que desarrollan actividades empresariales, comerciales
o industriales, que tienen su explicación en la norma del artículo 19 Nº 21 inciso 2º de la
Constitución Política, la que autoriza al Estado a desarrollar actividades empresariales o a
participar en ellas, sólo si una Ley de Quórum Calificado lo permite.
Esa norma constitucional, debe ser concordada con el artículo 6 de la Ley Nº 18.575.

“Artículo 19: La Constitución asegura a todas las personas:…


21º.- El derecho a desarrollar cualquiera actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden público
o a la seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen.
El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en ellas sólo si una ley
de quórum calificado los autoriza. En tal caso, esas actividades estarán sometidas a la legislación común aplicable
a los particulares, sin perjuicio de las excepciones que por motivos justificados establezca la ley, la que deberá
ser, asimismo, de quórum calificado;…”.

“Artículo 6º.- El Estado podrá participar y tener representación en entidades que no formen parte de su
Administración sólo en virtud de una ley que lo autorice, la que deberá ser un quórum calificado si esas entidades
desarrollan actividades empresariales.
Las entidades a que se refiere el inciso anterior no podrán, en caso alguno, ejercer potestades públicas”.

La mayoría de las leyes que creaban empresas eran anteriores a la Constitución de 1980 y,
en virtud de una disposición transitoria, se les concede valor de ley de quórum calificado.

Son ejemplos de empresas públicas: el Banco del Estado de Chile, CODELCO, Correos de
Chile, la ENAP, la Empresa Nacional de Aeronáutica, FAMAE, EFE, etc.

¿Qué régimen jurídico se les aplica a las empresas públicas?


Tienen un régimen jurídico mixto o híbrido, porque en cuanto a su organización y
atribuciones, éstas se fijan por ley y se rigen por el derecho administrativo, sin embargo, su
gestión comercial o industrial se regula por las normas del derecho común – derecho civil y
comercial-.

Cabe destacar que su control se ejerce a través de la Superintendencia de Valores y Seguros,


la cual controla su gestión como controla a cualquier sociedad anónima abierta.

14
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Una ley de quórum calificado les pueda otorgar potestades públicas a las empresas públicas,
ya que forman parte de la Administración del Estado (artículo 1º Ley Nº 18.575).
Por ejemplo, se les pueden conceder monopolios, estancos de determinadas actividades
comerciales, exenciones tributarias o atribuciones para fijar precios.
Por ejemplo, CODELCO tiene algunas prerrogativas exorbitantes en materia de la venta del
cobre chileno. También la ENAP, en materia de la explotación del petróleo.

Pero debe tenerse siempre presente que el Constituyente quiso que, por regla general, las
empresas públicas no tuvieran privilegios y compitieran en igualdad de condiciones con las
privadas.

Es dable destacar la existencia de instituciones públicas que se encargan de fiscalizar ciertas


actividades económicas particulares, como por ejemplo, las Superintendencias -de Valores
y Seguros, de Bancos e Instituciones Financieras, de Salud, de Servicios Sanitarios, etc.-, el
Servicio de Impuestos Internos, el Servicio Nacional de Aduanas, la Dirección del Trabajo,
la Fiscalía Nacional Económica, etc.

Las superintendencias junto con las otras instituciones señaladas, integran las llamadas
instituciones fiscalizadoras, categoría especial de entidades descentralizadas funcionalmente
que no existían, de ese modo, bajo la Constitución Política de 1925.
Sin duda, la más importante categoría de instituciones fiscalizadoras son las
superintendencias.

Este conjunto de órganos conforman hoy la Administración del Estado o la Administración


Pública.

Finalmente, el artículo 1º inciso segundo de la Ley Nº 18.575 antes transcrito, incluye una
serie de otros organismos, siendo estos: la Controlaría General de la República, el Banco
Central, las Municipalidades, los Gobiernos Regionales, las Fuerzas Armadas y de Orden y
Seguridad Pública y las empresas publicas creadas por ley. Se deben agregar, además, el
Consejo para la Transparencia y el Consejo Nacional de Televisión, conforme se desprende
del artículo 21 de la Ley Nº 18.575.

Así las cosas, se distingue entre:


✓ La Administración Pública Natural o en sentido restringido: integrada por
Ministerios, Intendencias, Gobernaciones y servicios públicos centralizados y
descentralizados creados para el cumplimiento de la función administrativa y,

15
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

✓ La Administración Pública por extensión o en sentido amplio: integrada por el


conjunto de órganos adicionales que se señalan en el artículo 1º inciso segundo, parte final,
de la Ley Nº 18.575.

Dentro de estos órganos que integran la administración pública por extensión, hay órganos
de origen constitucional como el Banco central, la Contraloría General de la República, los
Gobiernos Regionales, las Municipalidades, las Fuerzas Armadas, etc. y otros de origen legal,
como las empresas públicas creadas por ley, que son entidades descentralizadas
funcionalmente.

4.- LEY Nº 18.575, ORGANICA CONSTITUCIONAL DE BASES GENERALES DE LA


ADMINISTRACION DEL ESTADO.

4.1 Aspectos Generales.

La Ley Nº 18.575, Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del


Estado, se dictó en cumplimiento del mandato dado por el constituyente al legislador por el
inciso primero del artículo 38 de la Carta Fundamental.

“Artículo 38.- Una ley orgánica constitucional determinará la organización básica de la Administración Pública,
garantizará la carrera funcionaria y los principios de carácter técnico y profesional en que deba fundarse, y
asegurará tanto la igualdad de oportunidades de ingreso a ella como la capacitación y el perfeccionamiento de
sus integrantes.
Cualquier persona que sea lesionada en sus derechos por la Administración del Estado, de sus organismos o de
las municipalidades, podrá reclamar ante los tribunales que determine la ley, sin perjuicio de la responsabilidad
que pudiere afectar al funcionario que hubiere causado el daño”.

Pues bien, cabe señalar que la Ley Nº 18.575 consta de cuatro títulos:
- Título I relativo a normas generales,
- Título II relativo a normas especiales,
- Título III dedicado a la probidad administrativa, y
- Título IV dedicado a la participación ciudadana en la gestión pública.

4.2 Ámbito de Aplicación de la Ley Nº 18.575.

El artículo 21 de la Ley Nº 18.575, insertado en el Título II relativo a normas especiales,


establece una norma imperativa en la configuración de la Administración del Estado.

“Artículo 21.- La organización básica de los Ministerios, las Intendencias, las Gobernaciones y los servicios
públicos creados para el cumplimiento de la función administrativa, será la establecida en este Título.
16
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Las normas del presente Título no se aplicarán a la Contraloría General de la República, al Banco Central, a
las Fuerzas Armadas y a las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, los Gobiernos Regionales, a las
Municipalidades, al Consejo Nacional de Televisión, al Consejo para la Transparencia y a las empresas públicas
creadas por ley, órganos que se regirán por las normas constitucionales pertinentes y por sus respectivas leyes
orgánicas constitucionales o de quórum calificado, según corresponda”.

En materia de la organización de la Administración Pública denominada natural, le es


aplicable la Ley Nº 18.575 en su integridad, y en cambio, a los órganos y servicios de la
Administración Pública por extensión, les es aplicable la ley, exceptuado el Título II sobre
normas especiales y el Título IV sobre participación ciudadana en la gestión pública.

Esto significa que la organización básica de estas entidades que integran la Administración
del Estado por extensión, es la que les otorga la propia Constitución Política de la República
y sus respectivas leyes orgánicas constitucionales y leyes de quórum calificado, según
corresponda, y no se les aplican las normas del Título II de la Ley Nº 18.575, ya que este
título establece disposiciones en materia de estructura y organización interna de los
Ministerios, Intendencias, Gobernaciones y servicios públicos creados para el cumplimiento
de la función administrativa, regulándose, por ejemplo, la institución de la delegación, la
responsabilidad por falta de servicio, etc., disposiciones que no resultan aplicables a la
Administración Pública por extensión.

✓ Tienen Ley Orgánica Constitucional, por ejemplo, el Banco Central, la Contraloría General
de la República, las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública, los Gobiernos
Regionales, las Municipalidades, etc.
✓ Tienen Ley de Quórum Calificado las empresas públicas creadas por ley.

Las normas del Título I y III de la Ley Nº 18.575 son aplicables a todos los órganos de la
Administración del Estado, cuestión que siempre se debe tener presente.
Por ejemplo, si se quiere estudiar el tema de la delegación, puntualmente la delegación de
firma, no podemos aplicar los preceptos del Título II de la Ley Nº 18.575 que se refieren a
la delegación de firma, a las Municipalidades, porque conforme al artículo 21 de la Ley Nº
18.575 no le son aplicables.
Otro ejemplo. La responsabilidad por falta de servicio que está regulada en el Título II de la
Ley Nº 18.575, no es aplicable al Banco Central ni a la Contraloría General de la República,
los cuales se rigen por sus propias leyes orgánicas constitucionales en estas materias.

Aquí queda de manifiesto la importancia de distinguir entre la Administración Pública natural


y por extensión.

17
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

4.3 Principios que inspiran la organización y funcionamiento de los órganos que


integran la Administración del Estado.

El artículo 1º de la Ley Nº 18.575, en su inciso primero, reitera una disposición ya


consagrada a nivel constitucional en el artículo 24 de la Carta Fundamental.
Luego, el inciso segundo, nos proporciona el contenido del concepto Administración del
Estado o Administración Pública, habiendo olvidado eso sí, incluir el legislador, al Consejo
Nacional de Televisión y al Consejo para la Transparencia, los que deben ser incluidos
conforme se desprende del artículo 21 de la Ley Nº 18.575.

“Artículo 24.- El gobierno y la administración del Estado corresponden al Presidente de la


República, quien es el Jefe del Estado.
Su autoridad se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservación del orden público en el interior y la
seguridad externa de la República, de acuerdo con la Constitución y las leyes”.

“Artículo 1º.- El Presidente de la República ejerce el gobierno y la administración del Estado con la colaboración
de los órganos que establezcan la Constitución y las leyes.
La Administración del Estado estará constituida por los Ministerios, las Intendencias, las Gobernaciones
y los órganos y servicios públicos creados para el cumplimiento de la función administrativa, incluidos
la Contraloría General de la República, el Banco Central, las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Orden y Seguridad
Pública, los Gobiernos Regionales, las Municipalidades y las empresas públicas creadas por ley”.

Por su parte, el artículo 2 de la Ley Nº 18.575, reitera a nivel legal, en términos más o
menos equivalentes, las disposiciones de los artículos 6 y 7 de la Constitución.

“Artículo 2º.- Los órganos de la Administración del Estado someterán su acción a la Constitución y a las leyes.
Deberán actuar dentro de su competencia y no tendrán más atribuciones que las que expresamente les haya
conferido el ordenamiento jurídico. Todo abuso o exceso en el ejercicio de sus potestades dará lugar a las
acciones y recursos correspondientes”.

“Artículo 6º.- Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas
conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la República.
Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos órganos como a toda
persona, institución o grupo.
La infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que determine la ley”.

“Artículo 7º.- Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes,
dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de
circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido en
virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y sanciones que la ley
señale”.

18
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

El artículo 3º de la Ley Nº 18.575, enumera principios de la organización y actividad


administrativa aplicables a toda la Administración del Estado, siendo algunos de dichos
principios, explícitos, ya que se señalan expresamente, y otros implícitos, ya que se deben
desprender de la Ley Nº 18.575.

“Artículo 3º.- La Administración del Estado está al servicio de la persona humana; su finalidad es promover
el bien común atendiendo las necesidades públicas en forma continua y permanente y fomentando el desarrollo
del país a través del ejercicio de las atribuciones que le confiere la Constitución y la ley, y de la
aprobación, ejecución y control de políticas, planes, programas y acciones de alcance nacional, regional y
comunal.
La Administración del Estado deberá observar los principios de responsabilidad, eficiencia, eficacia,
coordinación, impulsión de oficio del procedimiento, impugnabilidad de los actos administrativos, control,
probidad, transparencia y publicidad administrativas y participación ciudadana en la gestión pública, y
garantizará la debida autonomía de los grupos intermedios de la sociedad para cumplir sus propios fines
específicos, respetando el derecho de las personas para realizar cualquier actividad económica en conformidad
con la Constitución Política y las leyes”.

Los principios explícitos son:


✓ Servicialidad,
✓ Bien común,
✓ Continuidad y permanencia en el funcionamiento,
✓ Responsabilidad,
✓ Eficiencia,
✓ Eficacia,
✓ Coordinación,
✓ Impulsión de oficio del procedimiento,
✓ Impugnabilidad de los actos administrativos,
✓ Control,
✓ Probidad,
✓ Transparencia y publicidad,
✓ Subsidiariedad, y
✓ Respeto al derecho a la libre iniciativa económica de los particulares.

Los principios implícitos son:


✓ El de legalidad,
✓ El de competencia,
✓ El de jerarquía,
✓ Principio de imparcialidad de los funcionarios públicos.

19
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

A continuación, se revisaran sólo los principios explícitos, ya que los implícitos, serán
abordados, cuando se traten otras temáticas en el presente apunte.

4.3.1 Principio de servicialidad.

Este principio que orienta el actuar de los órganos que integran la Administración del Estado,
arranca en primer término del artículo 1º de la Carta Fundamental. En efecto, ya en dicha
norma se sostiene que el Estado está al servicio de la persona humana, lo que incluye a
todos los órganos del Estado y, dentro de ellos, a los administrativos.

Este principio de la servicialidad, implica que el Estado –incluida la Administración del


Estado- no es un fin en sí mismo, sino que es un medio, un instrumento que tiene por objeto
promover el bien común. El Estado está al servicio de la persona humana y no la persona
humana al servicio del Estado.

4.3.2 Principio del bien común.

Varias definiciones existen en relación a lo que es el bien común, pero para efectos de la
cátedra, lo entenderemos tal como lo define el Constituyente en el artículo 1º de la
Constitución, como el conjunto de condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno
de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material
posible.
Este principio también arranca del artículo 1º de la Carta Magna.

Este principio implica que es el bien común, el objetivo o finalidad general al que deben
tender los órganos del Estado, incluyendo a los órganos administrativos dentro de ese
concepto.

4.3.3 Principio de continuidad y permanencia en el funcionamiento.

Los órganos de la Administración del Estado –servicios públicos-, en cuanto tienden


genéricamente a la satisfacción del bien común y, específicamente, a la satisfacción de
necesidades colectivas, deben hacerlo siempre, esto es, sin interrupciones, a ello se refiere
el principio de continuidad y permanencia en el funcionamiento.

4.3.4 Principio de responsabilidad.

20
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Veíamos con anterioridad, que la responsabilidad es la consecuencia que surge por la


infracción o inobservancia del principio de legalidad o juridicidad respecto del órgano, ya
que respecto del acto administrativo, dicha consecuencia, era, por regla general, la nulidad
de derecho público 3.

Así, la responsabilidad que puede comprometer el titular del respectivo órgano por la
infracción al principio de legalidad o juridicidad es: responsabilidad política, responsabilidad
penal, responsabilidad administrativa y responsabilidad civil. Adicionalmente, señalábamos
que la única especie de responsabilidad que compromete institucional u orgánicamente a la
Administración del Estado, es la responsabilidad civil4, por los daños causados por los
órganos y servicios públicos en el cumplimiento de sus funciones.

En la actualidad, los Estados pueden también comprometer su responsabilidad internacional


por violaciones a los derechos humanos o inobservar tratados internacionales que versen
sobre derechos humanos, como por ejemplo, la Convención Americana de Derechos
Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, etc.

El artículo 18 de la Ley Nº 18.575 prescribe:


“Artículo 18.- El personal de la Administración del Estado estará sujeto a responsabilidad administrativa, sin
perjuicio de la responsabilidad civil y penal que pueda afectarle.
En el ejercicio de la potestad disciplinaria se asegurará el derecho a un racional y justo procedimiento”.

Conforme al artículo 4º de la Carta Fundamental, Chile es una República Democrática.


“Artículo 4°.- Chile es una república democrática”.

Algunos autores consideran que este precepto característico del sistema democrático,
implica que en Chile no puede haber órganos o autoridades irresponsables, ya que la
responsabilidad de todos los órganos públicos sería consustancial al régimen democrático.

Además de las cuatro clases de responsabilidades señaladas anteriormente, cabe destacar


que la responsabilidad de los órganos del Estado y los funcionarios públicos puede ser:
✓ Responsabilidad orgánica o institucional.
✓ Responsabilidad personal o individual.

3
Véase. Apunte Unidad II: “El Ordenamiento Jurídico Administrativo y sus Fuentes”. Págs. 17-20.
4
Véase. Apunte Unidad II: “El Ordenamiento Jurídico Administrativo y sus Fuentes”. Págs. 19.

21
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

En cuanto a la responsabilidad política, sólo la comprometen las autoridades superiores


del Estado, siendo éstas, las que enumera el artículo 52 Nº 2 de la Constitución Política.
La norma anteriormente citada, debe relacionarse con el artículo 53 Nº 1 de la Carta
Fundamental.

“Artículo 52.- Son atribuciones exclusivas de la Cámara de Diputados:…


2) Declarar si han o no lugar las acusaciones que no menos de diez ni más de veinte de sus miembros formulen
en contra de las siguientes personas:
a) Del Presidente de la República, por actos de su administración que hayan comprometido gravemente el honor
o la seguridad de la Nación, o infringido abiertamente la Constitución o las leyes. Esta acusación podrá
interponerse mientras el Presidente esté en funciones y en los seis meses siguientes a su expiración en el cargo.
Durante este último tiempo no podrá ausentarse de la República sin acuerdo de la Cámara;
b) De los Ministros de Estado, por haber comprometido gravemente el honor o la seguridad de la Nación, por
infringir la Constitución o las leyes o haber dejado éstas sin ejecución, y por los delitos de traición, concusión,
malversación de fondos públicos y soborno;
c) De los magistrados de los tribunales superiores de justicia y del Contralor General de la República, por notable
abandono de sus deberes;
d) De los generales o almirantes de las instituciones pertenecientes a las Fuerzas de la Defensa Nacional, por
haber comprometido gravemente el honor o la seguridad de la Nación, y
e) De los intendentes, gobernadores y de la autoridad que ejerza el Gobierno en los territorios especiales
a que se refiere el artículo 126 bis, por infracción de la Constitución y por los delitos de traición, sedición,
malversación de fondos públicos y concusión.
La acusación se tramitará en conformidad a la ley orgánica constitucional relativa al Congreso. Las acusaciones
referidas en las letras b), c), d) y e) podrán interponerse mientras el afectado esté en funciones o en los tres
meses siguientes a la expiración en su cargo. Interpuesta la acusación, el afectado no podrá ausentarse del país
sin permiso de la Cámara y no podrá hacerlo en caso alguno si la acusación ya estuviere aprobada
por ella.
Para declarar que ha lugar la acusación en contra del Presidente de la República se necesitará el voto
de la mayoría de los diputados en ejercicio.
En los demás casos se requerirá el de la mayoría de los diputados presentes y el acusado quedará suspendido
en sus funciones desde el momento en que la Cámara declare que ha lugar la acusación.
La suspensión cesará si el Senado desestimare la acusación o si no se pronunciare dentro de los treinta
días siguientes”.

“Artículo 53.- Son atribuciones exclusivas del Senado:


1) Conocer de las acusaciones que la Cámara de Diputados entable con arreglo al artículo anterior.
El Senado resolverá como jurado y se limitará a declarar si el acusado es o no culpable del delito, infracción o
abuso de poder que se le imputa.
La declaración de culpabilidad deberá ser pronunciada por los dos tercios de los senadores en ejercicio cuando
se trate de una acusación en contra del Presidente de la República, y por la mayoría de los senadores en ejercicio
en los demás casos.
Por la declaración de culpabilidad queda el acusado destituido de su cargo, y no podrá desempeñar ninguna
función pública, sea o no de elección popular, por el término de cinco años.

22
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

El funcionario declarado culpable será juzgado de acuerdo a las leyes por el tribunal competente, tanto para la
aplicación de la pena señalada al delito, si lo hubiere, cuanto para hacer efectiva la responsabilidad civil
por los daños y perjuicios causados al Estado o a particulares;…”

Adicionalmente, la normativa constitucional señalada, debe ser complementada en esta


parte, por la Ley Nº 18.918, Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, en la cual se
desarrolla el sistema de la acusación constitucional, o mal llamado, juicio político.

Ocurre que las responsabilidades políticas son consustanciales a los regímenes


parlamentarios. En dichos casos, la responsabilidad del gobierno se hace efectiva por la
cámara política, cuando el gobierno ha perdido la confianza del parlamento, cuando no se
comporta como estima debe hacerlo el parlamento. En dicho caso, el gabinete es removido.

En nuestro sistema presidencial, no se consagra un juicio político como en los regímenes


parlamentarios, sino que una acusación constitucional, que la verdad sea dicha, no es tanto
para hacer efectiva la responsabilidad política, sino que más bien, para hacer efectiva la
responsabilidad penal.

De este modo, las autoridades superiores del Estado responden por abusos en el desempeño
sus funciones. Dichas autoridades no responden por la conducción del Estado y las
decisiones que adopten en dicha función, sino que por la comisión de delitos o ciertos abusos
o excesos que la propia Constitución Política establece.

Así las cosas, tienen responsabilidad política:


✓ El Presidente la República,
✓ Los Ministros de Estado,
✓ Los Intendentes y Gobernadores,
✓ Los Generales y Almirantes de las instituciones pertenecientes a la defensa nacional,
✓ Los magistrados los tribunales superiores de justicia, y
✓ El Contralor General de la República.

Las tres primeras autoridades mencionadas corresponden al Poder Ejecutivo, quedando


excluidos por tanto, como sujetos pasivos de la acusación constitucional, los Subsecretarios
y los Jefes Superiores de servicios públicos.

Los miembros del Poder Legislativo quedan fuera como sujetos pasivos de la acusación
constitucional, porque no pueden ser juez y parte, ya que no se debe olvidar que en la
acusación constitucional el que acusa es la Cámara de Diputados y conoce como jurado el
Senado.
23
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

En cuanto a la responsabilidad penal, se compromete por delitos especiales en que


hubiesen incurrido los funcionarios públicos.

El Código Penal regula una categoría de delitos que sólo pueden ser cometidos por
funcionarios públicos, éstos se denominan delitos de agente público calificado o delitos
funcionarios, que son aquellos que sólo pueden cometerse por funcionarios públicos.

Entre dichos delitos tenemos:


✓ Malversación de caudales públicos,
✓ Fraudes y exacciones ilegales,
✓ Soborno,
✓ Cohecho,
✓ Etc.

Para estos fines, el artículo 260 del Código Penal, entrega una definición muy general de lo
que debe considerarse como funcionario o empelado público para efectos penales,
señalándose: "Se reputa empleado todo el que desempeñe un cargo o función pública, sea
en la administración central o en instituciones o empresas semifiscales, municipales,
autónomas u organismos creados por el Estado o dependientes de él, aunque no sean del
nombramiento del Jefe de la República ni reciban sueldo del Estado. No obstará a esta
calificación el que el cargo sea de elección popular”.

¿Qué naturaleza tienen los funcionarios que trabajan en las empresas públicas del Estado
para efectos penales?
De acuerdo con la ley, dichos empleados de la Administración Pública se rigen por las normas
del Código de Trabajo que para ellos es su Estatuto Administrativo, es decir, se rigen por el
estatuto jurídico aplicable a los particulares.
Ahora bien, no obstante regirse por el Código del Trabajo, son funcionarios públicos desde
el punto de vista institucional.
Por lo tanto, en virtud de la interpretación amplia del concepto de Estatuto Administrativo,
los empleados de las empresas públicas del Estado son empleados públicos para efectos
penales.

Cabe destacar que los funcionarios públicos también pueden tener responsabilidad penal
común, como una persona cualquiera, y en este caso, responden como cualquier particular.

24
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

En cuanto a la responsabilidad administrativa, es la que afecta a los funcionarios


públicos por incumplimiento de sus obligaciones y prohibiciones funcionarias contenidas,
especialmente, en la Ley Nº 18.834 Sobre Estatuto Administrativo.

Pues bien, a continuación nos referiremos específicamente a la responsabilidad civil.


El principio de responsabilidad es un principio propio e inherente al Estado de Derecho
imperante en Chile, lo que implica que todo actuar de un órgano del Estado contrario al
ordenamiento jurídico, que genere daño a un particular o administrado, debe ser reparado
a través de la correspondiente indemnización de perjuicios, lo que no es otra cosa que la
responsabilidad civil.

Se traduce en la obligación de responder por los daños patrimoniales causados a los


particulares por el funcionamiento de los órganos del Estado.

La responsabilidad civil del Estado está regulada en normas del derecho administrativo, tiene
una regulación distinta a la que contempla el Código Civil.
Esta responsabilidad civil regulada por el derecho administrativo se basa en la Constitución
Política y en la Ley Nº 18.575, siendo autónoma respecto de aquella regulada en el derecho
civil.

Eduardo Soto Kloss entiende que es totalmente autónoma y que es una responsabilidad
objetiva, pero otra corriente, liderada por Domingo Hernández, cree que esto no es así, ya
que en la Constitución Política no se contempla la hipótesis de responsabilidad objetiva.

En efecto, en nuestro ordenamiento jurídico la responsabilidad objetiva es excepcional, sólo


opera cuando la ley lo establece, no estableciéndolo así, ni la Carta Fundamental ni la Ley
Nº 18.575.

La responsabilidad civil respecto de los órganos administrativos, aparece en primer término


manifestada en el inciso 2º del artículo 38 de la Carta Fundamental.

“Artículo 38.- Una ley orgánica constitucional determinará la organización básica de la Administración Pública,
garantizará la carrera funcionaria y los principios de carácter técnico y profesional en que deba fundarse, y
asegurará tanto la igualdad de oportunidades de ingreso a ella como la capacitación y el perfeccionamiento de
sus integrantes.
Cualquier persona que sea lesionada en sus derechos por la Administración del Estado, de sus
organismos o de las municipalidades, podrá reclamar ante los tribunales que determine la ley, sin

perjuicio de la responsabilidad que pudiere afectar al funcionario que hubiere causado el daño” (el

destacado es nuestro).

25
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Por su parte, el artículo 4º de la Ley Nº 18.575, recoge a nivel legal dicha aseveración,
señalando:
“Artículo 4º.- El Estado será responsable por los daños que causen los órganos de la Administración en el ejercicio
de sus funciones, sin perjuicio de las responsabilidades que pudieren afectar al funcionario que
los hubiere ocasionado”.

Vale decir, se reconoce una responsabilidad civil orgánica, sin perjuicio de las
responsabilidades –civil, política, penal o administrativa- que pudiere comprometer el
funcionario público que hubiere participado en el hecho antijurídico.

Cabe destacar que estas normas relativas a responsabilidad civil orgánica, han dado lugar,
junto a otros preceptos legales5, a una larga e inacabada discusión en materia de
responsabilidad del Estado Administrador6, lo que solo fue esbozado anteriormente.

4.3.5 Principio de Eficiencia.

La eficiencia es un concepto tomado de las ciencias económicas y alude al mejor


aprovechamiento de los recursos disponibles, a la óptima utilización de los recursos o medios
de que se dispone. En definitiva, se trata obtener los mejores resultados al menor costo
posible.

En artículo 5º inciso primero de la Ley Nº 18.575 prescribe:


“Artículo 5º.- Las autoridades y funcionarios deberán velar por la eficiente e idónea administración de los medios
públicos y por el debido cumplimiento de la función pública”.

Como es posible apreciar, el concepto eficiencia es utilizado en un sentido económico


financiero, debiendo las autoridades y todos los demás funcionarios públicos velar por el
respeto de este principio.

4.3.6 Principio de Eficacia.

La eficacia se vincula al cumplimiento de los fines y de las metas, se relaciona con el mejor
logro cualitativo de las metas de la Administración del Estado.

5
Ejemplo, el artículo 42 de la Ley Nº 18.575, el cual consagra la responsabilidad por falta de servicio.
6
Materia que será revisada posteriormente, en la última unidad del curso de Derecho Administrativo
II.
26
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

El principio de eficacia también se encuentra recogido en el inciso primero del artículo 5º


antes transcrito, desde el momento en el que se señala como obligación de las autoridades
y funcionarios públicos, el velar por el debido cumplimiento de la función pública.

Ahora bien, tanto la eficiencia como la eficacia, se relacionan con el control financiero de la
Administración del Estado.
Desde el punto de vista de la eficacia, deben cumplirse los fines y metas, y el logro de estas
metas y objetivos debe hacerse respetando las normas legales y reglamentarias.

Para el control de la legalidad financiera en sentido amplio, es decir, para el control del
cumplimiento de las normas legales y reglamentarias que regulan la actividad de la
Administración, está la Contraloría General de la República.

El control financiero está relacionado con la Administración de los recursos públicos


(ingresos - gastos), correspondiéndole a la Contraloría General de la República su control
de legalidad.
Sin embargo, en lo relativo al cumplimiento de los fines y de los logros y metas trazadas,
ello es controlado por la propia Administración activa a través del Poder Ejecutivo y, por
consiguiente, la Contraloría General no fiscaliza este aspecto, porque se entiende que esa
cuestión de la gestión, es eminentemente política, por ello, lo controla la propia
Administración y no la Contraloría General.

No obstante lo señalado, cabe destacar, conforme se desprende del artículo 11 de la Ley Nº


18.575, que la propia Administración activa, sin perjuicio de ser la única encargada de
controlar el cumplimiento de sus fines, logros o metas trazadas, lo que es el mérito de su
actuación, también debe controlar la legalidad de sus actuaciones, sin perjuicio del control
que a éste último respecto le corresponde a la Contraloría General de la República.

“Artículo 11.- Las autoridades y jefaturas, dentro del ámbito de su competencia y en los niveles que
corresponda, ejercerán un control jerárquico permanente del funcionamiento de los organismos y de la actuación
del personal de su dependencia.
Este control se extenderá tanto a la eficiencia y eficacia en el cumplimiento de los fines y objetivos
establecidos, como a la legalidad y oportunidad de las actuaciones”.

Conforme a la norma citada, el control jerárquico permanente que detentan las autoridades
o jefaturas de los servicios públicos de la Administración activa, comprende la eficiencia, la
eficacia, la legalidad y la oportunidad.

27
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

En el año 1999 se reformó la Ley Nº 18.575. En efecto, su texto original tenía sólo dos
títulos, pero en 1999, se dictó la denominada Ley de Probidad Administrativa, que incorporó
un nuevo Título III a la Ley Nº 18.575, el cual contiene normas sobre probidad
administrativa.

Pues bien, conforme al artículo 62 Nº 8 de la Ley Nº 18.575, se entiende que contraviene


especialmente al principio de probidad administrativa, el contravenir los deberes de
eficiencia y eficacia que rigen el desempeño de los cargos públicos, con grave
entorpecimiento del servicio o del ejercicio de los derechos ciudadanos ante la
Administración, pudiendo el funcionario que incurra en dicha conducta, llegar a ser
destituido.

4.3.7 Principio de coordinación.

Este principio se encuentra expresamente consagrado en el inciso segundo del artículo 5º


de la Ley Nº 18.575:
“Los órganos de la Administración del Estado deberán cumplir sus cometidos coordinadamente y propender a la
unidad de acción, evitando la duplicación o interferencia de funciones.

Este principio busca evitar que se genere duplicidad o interferencia de funciones, por lo
tanto, los órganos administrativos deben actuar coordinadamente.

Se encuentra adicionalmente reconocido en el artículo 33 inciso tercero de la Constitución


Política, disposición que señala:
“El Presidente de la República podrá encomendar a uno o más Ministros la coordinación de
la labor que corresponde a los Secretarios de Estado y las relaciones del Gobierno
con el Congreso Nacional”.

Lo recoge también como principio orientador de la actividad administrativa la Ley Nº 18.695,


Orgánica Constitucional de Municipalidades y la Ley Nº 19.175, Orgánica Constitucional
sobre Gobierno y Administración Regional.

4.3.8 Principio de impulsión de oficio del procedimiento o de oficialidad.

El artículo 8º de la Ley Nº 18.575 prescribe:


“Artículo 8º.- Los órganos de la Administración del Estado actuarán por propia iniciativa en el cumplimiento de
sus funciones, o a petición de parte cuando la ley lo exija expresamente o se haga uso del derecho de petición
o reclamo, procurando la simplificación y rapidez de los trámites.
Los procedimientos administrativos deberán ser ágiles y expeditos, sin más formalidades que las que
establezcan las leyes y reglamentos”.
28
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

La Administración puede actuar de oficio o a petición de parte, pero por regla general, debe
actuar de oficio, y por excepción, lo hace a petición de parte en los casos en que
expresamente lo establece la ley, se haga uso del derecho de petición o reclamo, debiendo
siempre procurar la simplificación y rapidez de los trámites o etapas del procedimiento.

Esta impulsión de oficio del procedimiento es sin perjuicio del deber del interesado de
impulsar el procedimiento cuando éste lo inicia, so pena de declararse abandonado (Artículo
43 y 44 de la Ley Nº 19.880, Establece Bases de los Procedimientos Administrativos que
rigen los Actos de los Órganos de la Administración del Estado).

En definitiva, se busca la rapidez y agilidad de los procedimientos administrativos, se intenta


evitar la presencia de la burocracia administrativa en los servicios públicos, estableciéndose
que los procedimientos no tienen más formalidades que las prescritas por las leyes y los
reglamentos.

4.3.9 Principio de impugnabilidad de los actos administrativos.

Este principio de la impugnabilidad de los actos administrativos se encuentra reconocido en


el artículo 15 de la Ley Nº 19.880 y, en lo que nos interesa por ahora, en el artículo 10 de
la Ley Nº 18.575.

Esta última norma legal prescribe:


“Artículo 10º.- Los actos administrativos serán impugnables mediante los recursos que establezca la ley. Se
podrá siempre interponer el de reposición ante el mismo órgano del que hubiere emanado el acto respectivo y,
cuando proceda, el recurso jerárquico, ante el superior correspondiente, sin perjuicio de las acciones
jurisdiccionales a que haya lugar”.

Los actos administrativos pueden impugnarse por vía administrativa o por vía jurisdiccional.

Por vía administrativa, a través de los recursos administrativos que se contemplan en el


ordenamiento jurídico administrativo que son básicamente tres:
- Recurso de reposición;
- Recurso jerárquico; y
- Recurso extraordinario de revisión.

Los primeros dos recursos señalados se encuentran mencionados en la Ley Nº 18.575,


siendo la Ley Nº 19.880 en su artículo 60, la que complementa esta referencia agregando
un tercer recurso, el extraordinario de revisión, el cual procede contra actos administrativos
29
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

firmes contra los cuales no cabe recurso alguno, teniendo cierta similitud con el recurso
procesal jurisdiccional de revisión que tiene presencia en el Código de Procedimiento Civil.

Los recursos administrativos pueden ser de dos clases:


1) Especiales: prevalecen por sobre los generales, por tanto, en aquellos
procedimientos regulados por disposición especial, en la cual se contempla un determinado
recurso administrativo, se aplica éste, con preferencia a los recursos generales, aunque no
siempre los excluyen.

2) Generales: son básicamente dos:


- Reposición: se interpone ante la misma autoridad que dictó el acto.
- Jerárquico: se interpone ante el superior jerárquico en forma subsidiaria.

La Ley Nº 18.575 no contempla plazos para su interposición. Este vacío ha sido llenado por
la Ley Nº 19.880 la que establece para ambos recursos, un plazo de cinco días (artículo 59
Ley Nº 19.880).

Si interpongo un recurso de reposición y la autoridad lo rechaza y, posteriormente, contra


dicha decisión, interpongo el recurso jerárquico, el superior lo rechazará por extemporáneo.
Por tanto, el recurso jerárquico se debe interponer siempre en subsidio del recurso de
reposición.
La Ley Nº 19.880 permite que el particular omita el recurso de reposición e interponga
inmediatamente el jerárquico. Esto lo hará cuando sabe que está en presencia de un
funcionario testarudo, evitando con ello la pérdida de tiempo.

Ahora bien, cabe destacar que el recurso jerárquico no procede siempre. La Ley Nº 19.880
complementa el silencio de la Ley Nº 18.575 sobre esto.
En efecto, la Ley Nº 19.880, en su artículo 59, establece contra quienes no cabe recurso
jerárquico, señalándose que no procede contra los actos del: Presidente de la República, los
Ministros de Estado, los Alcaldes y los Jefes superiores de servicio público descentralizado.

Evidentemente, no todo acto administrativo es impugnable. En efecto, no puede impugnarse


el acto que no causa agravio, es decir, perjuicio.
Adicionalmente, los actos administrativos terminales, finales o definitivos son siempre
impugnables, mientras que los actos administrativos de mero trámite, no son impugnables
por regla general, salvo aquellos que produzca la indefensión del interesado o lo dejen en
la imposibilidad de proseguir la tramitación del procedimiento administrativo (artículo 15 Ley
Nº 19.880).

30
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Por vía jurisdiccional, los actos administrativos siempre son susceptibles de ser revisados
por nuestros tribunales de justicia, por ejemplo, a través de la acción de nulidad derecho
público, la cual tiene el defecto de que se ventila en un juicio ordinario, por tanto, tiene una
eficacia relativa debido a la dilación que tienen los juicios ordinarios.

Hay otra vía jurisdiccional más usual, la cual es el recurso de protección, que es una especie
de contencioso administrativo constitucional que permite impugnar a través de la
tramitación de una acción rápida y eficaz, los actos administrativos ilegales o arbitrarios
para que los mismos sean dejados sin efecto restableciéndose el imperio del derecho. La
limitación es que a través de su ejercicio, conforme lo ha sostenido la jurisprudencia judicial,
no es posible obtener indemnizaciones, sólo se puede obtener la anulación de un acto
administrativo.

Existen también una serie de contenciosos administrativos constitucionales y legales


especiales que se pueden utilizar para impugnar por vía jurisdiccional los actos
administrativos, los cuales se encuentran dispersos en el ordenamiento jurídico
administrativos.

4.3.10 Principio de control.

Este principio se manifiesta en los artículos 10 y 11 de la Ley Nº 18.575.


“Artículo 10º.- Los actos administrativos serán impugnables mediante los recursos que establezca la ley. Se
podrá siempre interponer el de reposición ante el mismo órgano del que hubiere emanado el acto respectivo y,
cuando proceda, el recurso jerárquico, ante el superior correspondiente, sin perjuicio de las acciones
jurisdiccionales a que haya lugar”.

“Artículo 11.- Las autoridades y jefaturas, dentro del ámbito de su competencia y en los niveles que corresponda,
ejercerán un control jerárquico permanente del funcionamiento de los organismos y de la actuación del personal
de su dependencia.
Este control se extenderá tanto a la eficiencia y eficacia en el cumplimiento de los fines y objetivos
establecidos, como a la legalidad y oportunidad de las actuaciones”.

Complementando el precepto anterior, el artículo 12 de la Ley Nº 18.575 prescribe que “las


autoridades y funcionarios facultados para elaborar planes o dictar normas, deberán velar
permanentemente por el cumplimiento de aquéllos y la aplicación de éstas dentro del ámbito
de sus atribuciones, sin perjuicio de las obligaciones propias del personal de su
dependencia”.

El control puede ser externo o administrativo, siendo este último, a su vez, interno y externo.

31
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

En cuanto al control administrativo interno, en primer término, se ejerce por las autoridades
y jefaturas, o sea, es un principio inherente a la jerarquía. Este se ejerce tanto sobre el
funcionamiento de los órganos bajo dependencia como del personal dependiente, siendo un
control jerárquico permanente.

¿Qué aspectos de la actuación de los órganos es materia de control?


Se controla tanto:
- La legalidad, es decir, que los actos administrativos se ajusten al ordenamiento jurídico.
- El mérito de los actos, el cual está compuesto básicamente por tres elementos: oportunidad,
eficiencia y eficacia.

El control integral de mérito y de legalidad se ejerce solamente en el ámbito administrativo


interno. Son las jefaturas y autoridades las llamadas a controlar la legalidad y el mérito de
las actuaciones.

¿Qué pasa sí como consecuencia de la negligencia de la autoridad administrativa el inferior


jerárquico no se comporta en forma eficiente, eficaz, oportuna o legal?
La responsabilidad recae sobre el funcionario subordinado y sobre el superior jerárquico, el
primero por responsabilidad directa en el hecho y el jerarca por ausencia de control
jerárquico permanente.

Adicionalmente, existen departamentos, al interior de los propios servicios públicos,


encargados del control, siendo estos las fiscalías y las contralorías internas.

El control administrativo externo lo ejercen:


- Las Superintendencias.
- La Contraloría General de la República.
Estos órganos son externos porque son ajenos al órgano de la Administración Activa que
ejecutó el acto.

La Ley Nº 10.336, Orgánica Constitucional de la Contraría General de la República, le excluye


expresamente a ésta el control de mérito, ya que esto sólo compete a los órganos de la
Administración activa, ellos son los que determinan la oportunidad de sus actos y la
conveniencia. La Contraloría General sólo ejerce el control de legalidad.

Por su parte, el control externo puede ser político o jurisdiccional.

32
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

El control político lo desarrolla la Cámara de Diputados conforme al artículo 52 de la


Constitución.

El control jurisdiccional lo desarrollan los tribunales de justicia a través del ejercicio de


acciones contenciosas administrativas que pueden los particulares deducir, pudiendo ser
estas constitucionales –las cuales son cinco- o legales -las cuales son más de 300 dispersas
en diversas leyes especiales-.

Acciones contencioso administrativas constitucionales:


- Acción constitucional de reclamación por pérdida o desconocimiento de la nacionalidad
chilena (artículo 12 de la Constitución).
- Acción de nulidad de derecho público (artículo 7 de la Constitución).
- Acción constitucional de protección de garantías constitucionales (artículo 20 de la
Constitución).
- Acción de reclamación por ilegalidad del acto expropiatorio (artículo 19 Nº 24 de la
Constitución).
- Acción de reclamación por el monto de indemnización provisional fijado (artículo 19 Nº 24
de la Constitución).

Principales acciones contencioso administrativa legales:


- Juicio de cuentas (Ley Nº 10.336, Orgánica Constitucional de Contraloría General de la
República).
- Acción de reclamación por ilegalidad del Gobierno regional (Ley Nº 19.175, Orgánica
Constitucional de Gobierno y Administración de la Región).
- Acción de reclamación por ilegalidad municipal (Ley Nº 18.695, Orgánica Constitucional de
Municipalidades).
- Acción de Amparo Económico (Ley Nº 18.971, Establece Recurso Especial que Indica).

4.3.11 Principio de probidad administrativa.

El artículo 8º inciso primero de la Carta Magna prescribe:


“Artículo 8º.- El ejercicio de las funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto cumplimiento al principio
de probidad en todas sus actuaciones”.

Se encuentra definida en el artículo 52 de la Ley Nº 18.575, señalándonos que la probidad


administrativa consiste en observar una conducta funcionaria intachable y un desempeño
honesto y leal de la función o cargo, con preeminencia del interés general sobre el particular.

33
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Por su parte, el artículo 53 de la Ley Nº 18.575 prescribe:


“Artículo 53.- El interés general exige el empleo de medios idóneos de diagnóstico, decisión y control, para
concretar, dentro del orden jurídico, una gestión eficiente y eficaz. Se expresa en el recto y correcto
ejercicio del poder público por parte de las autoridades administrativas; en lo razonable e imparcial de sus
decisiones; en la rectitud de ejecución de las normas, planes, programas y acciones; en la integridad ética y
profesional de la administración de los recursos públicos que se gestionan; en la expedición en el cumplimiento
de sus funciones legales, y en el acceso ciudadano a la información administrativa, en conformidad a la
ley”.

Conforme al artículo 13 inciso 1º de la Ley Nº 18.575, “los funcionarios de


la Administración del Estado deberán observar el principio de probidad administrativa y, en
particular, las normas legales generales y especiales que lo regulan”.

En este orden de ideas, debe tenerse en cuenta todo lo prescrito en el Título III de la Ley
Nº 18.575 sobre probidad administrativa7.

4.3.12 Principio de transparencia y publicidad.

El artículo 13 inciso segundo de la Ley Nº 18.575 sostiene:


“La función pública se ejercerá con transparencia, de manera que permita y promueva el conocimiento de los
procedimientos, contenidos y fundamentos de las decisiones que se adopten en ejercicio de ella”.

Por su parte el artículo 8º de la Carta Fundamental prescribe:


“Artículo 8º.- El ejercicio de las funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto cumplimiento al principio
de probidad en todas sus actuaciones.
Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así como sus fundamentos y los
procedimientos que utilicen. Sin embargo, sólo una ley de quórum calificado podrá establecer la
reserva o secreto de aquéllos o de éstos, cuando la publicidad afectare el debido cumplimiento de
las funciones de dichos órganos, los derechos de las personas, la seguridad de la Nación o el interés
nacional.
El Presidente de la República, los Ministros de Estado, los diputados y senadores, y las demás
autoridades y funcionarios que una ley orgánica constitucional señale, deberán declarar sus
intereses y patrimonio en forma pública.
Dicha ley determinará los casos y las condiciones en que esas autoridades delegarán a terceros la administración
de aquellos bienes y obligaciones que supongan conflicto de interés en el ejercicio de su función pública.
Asimismo, podrá considerar otras medidas apropiadas para resolverlos y, en situaciones

calificadas, disponer la enajenación de todo o parte de esos bienes” (el destacado es nuestro).

En definitiva, el principio de transparencia y publicidad implica:

7
El detalle de esta materia será revisada más adelante cuanto entremos al estudio del Título III de
la Ley Nº 18.575.
34
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

- Que la función pública debe ejercerse de tal modo que se permita el conocimiento de los
procedimientos, de los contenidos y de los fundamentos de las decisiones de los órganos
del Estado, dentro de ellos, de los órganos administrativos.

- Que no basta con que sólo se permita el conocimiento, se requiere además promover el
conocimiento, es decir, la publicidad de los procedimientos, contenidos y decisiones.

- Que por regla general, son públicos los actos y las resoluciones de los órganos del Estado,
incluidos los órganos administrativos, así como sus fundamentos y los procedimientos que
se utilicen.

- Que sólo a través de una ley de quórum calificado puede establecerse una excepción al
principio de la publicidad y de la transparencia, en el sentido de establecer la reserva o el
secreto de los actos o resoluciones, de los procedimientos o de los fundamentos, no siendo
válido para ello una norma reglamentaria.
El fundamento de dicha ley de quórum calificado que establezca la excepción, debe ser:
cuando la publicidad afectare el debido cumplimiento de las funciones de dichos órganos,
se afectaren los derechos de las personas, la seguridad de la Nación o el interés nacional.

- Finalmente, coherentemente con el principio de publicidad y transparencia, en el artículo 8º


de la Constitución, se establece que el Presidente de la República, los Ministros de Estado,
los Diputados y Senadores, y las demás autoridades y funcionarios que una ley orgánica
constitucional señale, deberán declarar sus intereses y patrimonio en forma pública, lo cual
actualmente se encuentra regulado en el Título III de la Ley Nº 18.575 sobre probidad
administrativa, que será revisado más adelante.

Cabe destacar que el secreto en la Administración Pública proviene de la Administración


Prusiana medieval, particularmente de los tiempos del Estado de Policía, siendo esta práctica
la que impregna a la Administración del Estado de Derecho contemporáneo, a la cual le ha
costado en demasía obviar este resabio de las monarquías absolutas.

La publicidad es una garantía para el administrado, que le permite conocer los actos y los
procedimientos administrativos.

El principio de publicidad afecta no sólo a los órganos de la Administración del Estado sino
que también a las empresas que prestan servicios de utilidad pública.

35
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

La información debe estar accesible al público. En caso que no esté, se tiene el derecho a
requerirla ante el Jefe Superior del servicio por escrito y éste debe contestar de igual forma
y proporcionar los antecedentes requeridos.

4.3.13 Principio de subsidiariedad.

Este principio se encuentra reconocido en el anteriormente transcrito artículo 3º de la Ley


Nº 18.575 y, adicionalmente, en nuestra Carta fundamental, en su artículo 1º.

La Administración del Estado, en su actividad, debe respetar y garantizar la autonomía que


la Constitución, en su artículo 1º, le reconoce a los distintos cuerpos o grupos intermedios
a través de los cuales se organiza y estructura la sociedad para cumplir sus propios fines
específicos.

4.3.14 Principio de Respeto al derecho a la libre iniciativa económica de los


particulares.

Este principio se encuentra reconocido en el anteriormente transcrito artículo 3º de la Ley


Nº 18.575 y, adicionalmente, en nuestra Carta fundamental, en su artículo 19 Nº 21.

“Artículo 19.- La Constitución Asegura a todas las personas:…


21º.- El derecho a desarrollar cualquiera actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden público
o a la seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen.
El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en ellas sólo si una ley de
quórum calificado los autoriza. En tal caso, esas actividades estarán sometidas a la legislación común aplicable
a los particulares, sin perjuicio de las excepciones que por motivos justificados establezca la ley, la que deberá
ser, asimismo, de quórum calificado;…”.

El Estado y sus organismos pueden desarrollar actividades económicas o participar en ellas


–artículo 6 de la Ley Nº 18.575-, sólo en la medida que una ley de quórum calificado los
autorice. En dicho caso, quedan sometidos a la aplicación de la legislación común aplicable
a los particulares –derecho civil y comercial-, salvo que por motivos justificados, una ley de
quórum calificado, les dé un tratamiento diferente, otorgándole, por ejemplo, alguna
prerrogativa o privilegio especial.

De este modo, los órganos públicos no pueden interferir en las actividades económicas o
empresariales que libremente emprendan los particulares en conformidad a la Constitución
y las leyes, sino que las deben respetar.

36
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

5.- REVISION DE ALGUNAS INSTITUCIONES CONTENIDAS AISLADAMENTE EN


LA LEY Nº 18.575, ORGANICA CONSTITUCIONAL DE BASES GENERALES DE LA
ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO.

5.1 CONTRATACION ADMINISTRATIVA.

El artículo 9 de la Ley Nº 18.575 prescribe:


“Artículo 9º.- Los contratos administrativos se celebrarán previa propuesta pública, en conformidad a la ley.
El procedimiento concursal se regirá por los principios de libre concurrencia de los oferentes al llamado
administrativo y de igualdad ante las bases que rigen el contrato.
La licitación privada procederá, en su caso, previa resolución fundada que así lo disponga, salvo que por la
naturaleza de la negociación corresponda acudir al trato directo”.

La Ley Nº 18.575 sólo se refiere a la contratación administrativa en su artículo 9,


encontrándose la regulación de dicha materia en diversas leyes dispersas de nuestro
ordenamiento jurídico administrativo, como por ejemplo, en la Ley Nº 19.886 de Bases sobre
Contratos Administrativos de Suministro y Prestación de Servicios8.

El artículo 9 antes transcrito, consagra en su inciso primero la regla general en materia de


contratación administrativa, es decir, que los contratos con la Administración del Estado se
celebran previa propuesta pública, a la cual pueden concurrir libremente todos los oferentes
al llamado administrativo (principio de libre concurrencia de los oferentes) y,
adicionalmente, concurren en igualdad ante las bases administrativas que rigen el contrato
(principio de igualdad ante las bases).

Las excepciones a la licitación pública, son la licitación privada –previa resolución fundada
que así lo disponga- y el trato directo –cuando corresponda según la naturaleza de la
negociación-.

En la licitación privada sólo pueden intervenir determinados oferentes, no cualquiera, de


este modo se atenúa la vigencia del principio de libre concurrencia de los oferentes.

En el trato directo, la Administración elige directamente con quien contratar, debiendo


cumplirse ciertos requisitos legales.

8
Esta materia relativa a contratación administrativa es propia de una unidad independiente, motivo
por cual sólo revisaremos el precepto contenido en la Ley Nº 18.575, dejando el detalle para la unidad
respectiva.
37
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

5.2 CARRERA FUNCIONARIA.

El artículo 15 de la Ley Nº 18.575 prescribe:


“Artículo 15.- El personal de la Administración del Estado se regirá por las normas estatutarias que
establezca la ley, en las cuales se regulará el ingreso, los deberes y derechos, la responsabilidad
administrativa y la cesación de funciones”.

Por su parte, el artículo 43 de dicha norma legal señala:


“Artículo 43.- El Estatuto Administrativo del personal de los organismos señalados en el inciso primero del Artículo
21 regulará la carrera funcionaria y considerará especialmente el ingreso, los deberes y derechos, la
responsabilidad administrativa y la cesación de funciones, en conformidad con las bases que se establecen en
los Artículos siguientes y en el Título III de esta ley 9.
Cuando las características de su ejercicio lo requieran, podrán existir estatutos de carácter especial para
determinadas profesiones o actividades.
Estos estatutos deberán ajustarse, en todo caso, a las disposiciones de este Párrafo”.

La carrera funcionaria se encuentra regulada en detalle en diversos Estatutos


Administrativos, pero el principal, es el contenido en la Ley Nº 18.834 Sobre Estatuto
Administrativo10, existiendo, como se desprende de lo dicho, otros Estatutos Administrativos
especiales, como por ejemplo, el Estatuto Docente.

No obstante lo anterior, la Ley Nº 18.575 contiene algunas normas que se refieren


precisamente al régimen jurídico de los funcionarios públicos.

El artículo 51 de la Ley Nº 18.575 complementa lo prescrito en el artículo 15 antes citado,


señalando:
“Artículo 51.- El Estado velará permanentemente por la carrera funcionaria y el cumplimiento de las normas
y principios de carácter técnico y profesional establecidos en este párrafo, y asegurará tanto la igualdad
de oportunidades de ingreso a ella como la capacitación y el perfeccionamiento de sus integrantes”.

Este artículo 51 establece una obligación para el Estado en orden a velar permanentemente
por la carrera funcionaria, debiendo cumplirse las normas y principios de carácter técnico y
profesional sobre los cuales se estructura, debiendo asegurar la igualdad de oportunidades
en el ingreso a ella, así como la capacitación y el perfeccionamiento de los funcionarios
administrativos.

9
Se está refiriendo al personal de los Ministerios, de las Intendencias, de las Gobernaciones y de los
servicios públicos creados para el cumplimiento de la función administrativa.
10
Esta materia relativa a la función pública es propia de una unidad independiente, motivo por cual
sólo revisaremos los preceptos contenidos en la Ley Nº 18.575 sobre dicha materia, dejando el detalle
para la unidad respectiva.

38
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

El artículo 17 de la Ley Nº 18.575 señala:


“Artículo 17.- Las normas estatutarias del personal de la Administración del Estado deberán
proteger la dignidad de la función pública y guardar conformidad con su carácter técnico, profesional y
jerarquizado”.

En efecto, en el precepto transcrito, el legislador orgánico dispone que los respectivos


Estatutos Administrativos que se dicten y los que se encuentren vigentes, deben proteger
la dignidad de la función pública y deben guardar conformidad con su carácter técnico,
profesional y jerarquizado, es decir, son ciertos principio o directrices que debe observar el
legislador ordinario al dictar normas estatutarias.

Conforme al artículo 7º de la Ley Nº 18.575, “los funcionarios de la Administración del


Estado estarán afectos a un régimen jerarquizado y disciplinado. Deberán cumplir fiel y
esmeradamente sus obligaciones para con el servicio y obedecer las órdenes que les imparta
el superior jerárquico”.

Del precepto transcrito, se desprende que el régimen de los funcionarios administrativos es


jerarquizado, de lo cual emana la necesaria consecuencia consistente en el deber de
obediencia hacia las órdenes que les imparta el superior jerárquico.
Cabe señalar que dicho deber de obediencia no es absoluto, sino que se consagra en nuestra
legislación el deber de obediencia reflexivo o relativo, lo que implica que el funcionario
administrativo siempre puede representar la ilegalidad de una orden recibida a su superior
jerárquico con el objeto de exonerarse de responsabilidad (artículo 62 Ley Nº 18.834 Sobre
Estatuto Administrativo).

El régimen jurídico es, además, disciplinado, lo que también es una manifestación de la


jerarquía, lo que implica que los funcionarios públicos pueden ser objeto de sanciones
disciplinarias –censura, multa, suspensión del ejercicio del cargo y destitución- por sus
inconductas o incumplimiento de sus deberes funcionarios en el ejercicio de sus funciones.

Pues bien, conforme al artículo 7º antes transcrito, los funcionarios públicos tienen el deber
de cumplir fiel y esmeradamente sus obligaciones para con el servicio.

En cuanto al ingreso a la Administración del Estado, la Ley Nº 18.575 señala:


“Artículo 16.- Para ingresar a la Administración del Estado se deberá cumplir con los requisitos generales
que determine el respectivo estatuto y con los que establece el Título III de esta ley, además de los exigidos
para el cargo que se provea.

39
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Todas las personas que cumplan con los requisitos correspondientes tendrán el derecho de postular en
igualdad de condiciones a los empleos de la Administración del Estado, previo concurso”.

Los requisitos básicos exigidos para ingresar a la Administración del Estado están contenidos
en la Ley Nº 18.834 sobre Estatuto Administrativo en su artículo 12, los que son susceptibles
de ser agrupados en cuatro categorías:
- Idoneidad física.
- Idoneidad cívica.
- Idoneidad intelectual.
- Idoneidad moral.
Adicionalmente, se debe cumplir con los requisitos específicos que la ley exija para el cargo
que se provea y con los requisitos contenidos en el Título III de la Ley Nº 18.575, relativo
a la probidad administrativa y que serán revisados más adelante.

Conforme al artículo 44 de la Ley Nº 18.575, “el ingreso en calidad de titular se hará por
concurso público y la selección de los postulantes se efectuará mediante procedimientos
técnicos, imparciales e idóneos que aseguren una apreciación objetiva de sus aptitudes y
méritos”.

Vale decir, todo cargo de planta, al cual se pretende ingresar en calidad de titular, debe
proveerse por concurso público, debiendo seleccionarse a los postulantes a través de
procedimientos que deben guardar las características de ser técnicos, imparciales e idóneos,
de tal modo que aseguren una apreciación objetiva de las aptitudes y méritos de los
candidatos.

Conforme al artículo 45 de la Ley Nº 18.575, el personal titular de planta está sometido a


un sistema de carrera que debe proteger la dignidad de la función pública y que debe
guardar conformidad con su carácter técnico, profesional y jerarquizado.

La carrera funcionaria es regulada por los respectivos estatutos y se funda en el mérito, la


antigüedad y la idoneidad de los funcionarios, para cuyo efecto existen procesos de
calificación objetivos e imparciales.
Las promociones deberán efectuarse, según lo disponga el estatuto, por concurso, o por
ascenso en el respectivo escalafón, aunque cabe destacar, que la regla general, es el
concurso.

Conforme al artículo 46 de la Ley Nº 18.575, asimismo, este personal goza de estabilidad


en el empleo y sólo puede cesar en él, por renuncia voluntaria debidamente aceptada; por

40
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

jubilación o por otra causal legal, basada en su desempeño deficiente, en el incumplimiento


de sus obligaciones, en la pérdida de requisitos para ejercer la función, en el término del
período legal por el cual se es designado o en la supresión del empleo.
Todo lo anterior, es sin perjuicio de la facultad que tiene el Presidente de la República o la
autoridad llamada a hacer el nombramiento en relación con los cargos de su exclusiva
confianza, los cuales por lo mismo, no son de carrera.

Ahora bien, el desempeño deficiente y el incumplimiento de obligaciones, que puede


generar, incluso, la pérdida del empleo, debe acreditarse en las calificaciones
correspondientes o mediante investigación o sumario administrativo, que es la forma de
hacer efectiva la responsabilidad administrativa.

Por otro lado, el artículo 46 antes citado, consagra en sus incisos 3º y 4º, dos instituciones
que se encuentran recogidas y reguladas detalladamente en la Ley Nº 18.834: Las
destinaciones y las comisiones de servicio.

Conforme a la norma señalada, los funcionarios públicos sólo podrán ser destinados a
funciones propias del empleo para el cual han sido designados, dentro del órgano o servicio
público correspondiente.

Por su parte, los funcionarios públicos podrán ser designados en comisiones de servicio para
el desempeño de funciones ajenas al cargo, en el mismo órgano o servicio público o en otro
distinto, tanto en el territorio nacional como en el extranjero. Las comisiones de
servicio son esencialmente transitorias, y no pueden significar el desempeño de funciones
de inferior jerarquía a las del cargo, o ajenas a los conocimientos que éste requiere o al
servicio público.

Como se señaló anteriormente, los funcionarios administrativos están sujetos a un régimen


de calificación, siendo el artículo 47 de la Ley Nº 18.575 el que entrega algunas pautas al
respecto.

“Artículo 47.- Para los efectos de la calificación del desempeño de los funcionarios públicos, un reglamento
establecerá un procedimiento de carácter general, que asegure su objetividad e imparcialidad, sin
perjuicio de las reglamentaciones especiales que pudieran dictarse de acuerdo con las características de
determinados organismos o servicios públicos. Además, se llevará una hoja de vida por cada funcionario, en la
cual se anotarán sus méritos y deficiencias.
La calificación se considerará para el ascenso, la eliminación del servicio y los estímulos al funcionario, en la
forma que establezca la ley”.

41
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

En cuanto a la capacitación y perfeccionamiento de los funcionarios


administrativos, la Ley Nº 18.575 señala:
“Artículo 20.- La Administración del Estado asegurará la capacitación y el perfeccionamiento de su personal,
conducentes a obtener la formación y los conocimientos necesarios para el desempeño de la función pública”.

La Ley Nº 18.834 Sobre Estatuto Administrativo contempla un párrafo dentro del Título II
de la misma, relativo a la carrera funcionaria, que trata precisamente el tema de la
capacitación.

En efecto, la Administración del Estado debe asegurar la capacitación de sus funcionarios y


propender al perfeccionamiento de su personal.
Se busca profesionalizar al personal de la Administración del Estado a través de la formación
y la entrega de conocimientos que sean útiles y necesarios para el desempeño de la función
pública.

La capacitación, conforme al artículo 27 de la Ley Nº 18.834 puede ser: para la promoción,


de perfeccionamiento o voluntaria, teniendo cada una de ellas distintos objetivos.

Adicionalmente, el artículo 48 de la Ley Nº 18.575 se refiere a la capacitación y


perfeccionamiento, prescribiendo:
“Artículo 48.- La capacitación y el perfeccionamiento en el desempeño de la función pública se realizarán
mediante un sistema que propenda a estos fines, a través de programas nacionales, regionales o locales.
Estas actividades podrán llevarse a cabo mediante convenios con instituciones públicas o privadas.
La ley podrá exigir como requisito de promoción o ascenso el haber cumplido determinadas actividades de
capacitación o perfeccionamiento.
La destinación a los cursos de capacitación y perfeccionamiento se efectuará por orden de escalafón o por
concurso, según lo determine la ley.
Podrán otorgarse becas a los funcionarios públicos para seguir cursos relacionados con su capacitación
y perfeccionamiento.
El presupuesto de la Nación considerará globalmente o por organismo los recursos para los efectos previstos
en este Artículo”.

Finalmente, el artículo 19 de la Ley Nº 18.575 consagra una prohibición aplicable a los


funcionarios públicos:
“Artículo 19.- El personal de la Administración del Estado estará impedido de realizar cualquier
actividad política dentro de la Administración”.

En todo caso, cabe destacar que el régimen de prohibiciones aplicable a los funcionarios
administrativos se encuentra en el artículo 84 de la Ley Nº 18.834, donde se enumeran una
serie de conductas que no pueden ejecutar.

42
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Uno de los principales derechos de un funcionario administrativo, es el derecho a percibir


su remuneración.
Pues bien, el artículo 50 de la Ley Nº 18.575, señala algunos principios al respecto:
“Artículo 50.- Los regímenes legales de remuneraciones podrán establecer sistemas o modalidades que
estimulen el ejercicio de determinadas funciones por parte de los empleados o premien la idoneidad de su
desempeño, sin perjuicio de la aplicación de las escalas generales de sueldos y del principio de que a funciones
análogas, que importen responsabilidades semejantes y se ejerzan en condiciones
similares, se les asignen iguales retribuciones y demás beneficios económicos”.

Como lo señalábamos anteriormente, hay funcionarios administrativos que no tienen carrera


funcionaria y, por tanto, no gozan de la estabilidad en el empleo –que es un derecho de
dominio sobre un bien incorporal como es el empleo-, ni del derecho a la promoción o
ascenso. Estos son los funcionarios de exclusiva confianza.

Los funcionarios de exclusiva confianza son aquéllos sujetos a la libre designación y


remoción del Presidente de la República o de la autoridad facultada para disponer el
nombramiento.

Existen funcionarios públicos de exclusiva confianza del Presidente de la República o de la


autoridad facultada para efectuar el nombramiento, previstos en la Constitución Política y
otros en las leyes.

El artículo 49 de la Ley Nº 18.575 señala al respecto:


“Artículo 49.- Sin perjuicio de lo dispuesto en los Nºs. 9º y 10º del Artículo 32 de la Constitución Política de la
República, la ley podrá otorgar a determinados empleos la calidad de cargos de la exclusiva confianza del
Presidente de la República o de la autoridad facultada para efectuar el nombramiento.
No obstante, la ley sólo podrá conferir dicha calidad a empleos que correspondan a los tres primeros
niveles jerárquicos del respectivo órgano o servicio. Uno de los niveles jerárquicos corresponderá, en el caso de
los Ministerios, a los Secretarios Regionales Ministeriales, y en el caso de los servicios públicos, a los
subdirectores y a los directores regionales. Si el respectivo órgano o servicio no contare con los cargos
antes mencionados, la ley podrá otorgar la calidad de cargo de la exclusiva confianza, sólo a los empleos que
correspondan a los dos primeros niveles jerárquicos. Para estos efectos, no se considerarán los cargos a que se
refieren las disposiciones constitucionales citadas en el inciso precedente.
Con todo, la ley podrá también otorgar la calidad de cargo de la exclusiva confianza a todos aquellos
que conforman la planta de personal de la Presidencia de la República.
Se entenderá por funcionarios de exclusiva confianza aquéllos sujetos a la libre designación y remoción del
Presidente de la República o de la autoridad facultada para disponer el nombramiento”.

6.- VINCULACION DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS CON EL CENTRO DE GOBIERNO


Y ADMINISTRACIÓN, ES DECIR, CON EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.

43
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

6.1 Vínculo que une a los servicios públicos con el centro del Gobierno y de la
Administración del Estado, que en definitiva, es el Presidente de la República.
Algunas cuestiones generales.

El vínculo que une a los servicios públicos con el centro del Gobierno y la Administración del
Estado, depende de si nos encontramos frente a un servicio públicos centralizado o
descentralizado, ya que en el primer caso, el vínculo es de mayor intensidad, mientras que
en el segundo caso, el vínculo sufre una atenuación.

El artículo 28 de la Ley Nº 18.575 es el que define a los servicios públicos, señalando:


“Artículo 28.- Los servicios públicos son órganos administrativos encargados de satisfacer necesidades
colectivas, de manera regular y continua. Estarán sometidos a la dependencia o supervigilancia del
Presidente de la República a través de los respectivos Ministerios, cuyas políticas, planes y programas les
corresponderá aplicar, sin perjuicio de lo dispuesto en los Artículos 22, inciso tercero, y 30.
La ley podrá, excepcionalmente, crear servicios públicos bajo la dependencia o supervigilancia directa
del Presidente de la República”.

De este artículo, es dable concluir:


- Los servicios públicos son órganos administrativos encargados de satisfacer necesidades
colectivas, de manera regular y continua.
- El vínculo que une a los servicios públicos con el Presidente de la República es la
dependencia o la supervigilancia según corresponda.
- Se vinculan con el Presidente de la República a través del respectivo Ministerio, sin perjuicio
de que la ley puede, excepcionalmente, crear servicios bajo la dependencia o supervigilancia
inmediata del Presidente de la República.
- A los servicios públicos les corresponde aplicar las políticas, planes y programas de los
respectivos Ministerios, sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 22, inciso tercero, y 30
de la Ley Nº 18.575.

Ahora bien, conforme al artículo 29 de la Ley Nº 18.575, los servicios públicos pueden ser
centralizados o descentralizados.

Los servicios centralizados actúan bajo la personalidad jurídica y con los bienes y recursos
del Fisco y están sometidos a la dependencia del Presidente de la República, a través del
Ministerio correspondiente.
Los servicios descentralizados actúan con la personalidad jurídica y el patrimonio propios
que la ley les asigne y están sometidos a la supervigilancia del Presidente de la República a
través del Ministerio respectivo. La descentralización puede ser funcional o territorial.

“Artículo 29.- Los servicios públicos serán centralizados o descentralizados.


44
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Los servicios centralizados actuarán bajo la personalidad jurídica y con los bienes y recursos del Fisco y
estarán sometidos a la dependencia del Presidente de la República, a través del Ministerio correspondiente.
Los servicios descentralizados actuarán con la personalidad jurídica y el patrimonio propios que la ley les
asigne y estarán sometidos a la supervigilancia del Presidente de la República a través del Ministerio
respectivo. La descentralización podrá ser funcional o territorial”.

De este modo, los servicios públicos centralizados están sometidos al Presidente de la


República por un vínculo de dependencia o jerarquía; en cambio, los servicios públicos
descentralizados, se relacionan a través de un vínculo llamado de jerarquía atenuada, cuyo
nombre técnico es de supervigilancia o tutela.

Todos los servicios públicos se relacionan con el Presidente de la República por


intermediación de un Ministerio conforme aparece del artículo 28 de la Ley Nº 18.575, salvo
contadas excepciones. De este modo, existen algunos servicios que se relacionan
directamente, sin mediación alguna, como lo son, la Comisión Nacional de Energía, el
Consejo de Defensa del Estado, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el Comité de
Inversiones Extranjeras, etc.

Ahora bien, no obstante haber órganos independientes, incluso con autonomía


constitucional, como el Banco central y la Controlaría General de la República, el Presidente
de la República ejerce el Gobierno y la Administración del Estado (artículo 24 de la
Constitución), en consecuencia, no hay órgano de la Administración del Estado que
disponga de total y absoluta autonomía frente al Presidente de la República. Lo que ocurre
con estas entidades, es que la intervención se limita a la participación en la designación de
la autoridad superior de la Contraloría General de la República o a la designación de los
miembros del Consejo del Banco Central.

Como se señaló anteriormente, el Consejo de Defensa del Estado, el Consejo Nacional de la


Cultura y las Artes, el Comité de Inversión Extranjera, etc., se relacionan directamente con
el Presidente de la República, no hay intermediarios, en cambio, los demás órganos y
servicios públicos, sí se relacionan con intermediarios, es decir, a través de los Ministerios
respectivos.

Cabe destacar que en Chile existen 18 Ministerios, sin embargo, hay Jefes Superiores de
Servicio que tienen rango de Ministro de Estado, no siendo Ministros, porque no son titulares
de una cartera ministerial, pero la ley les reconoce el rango de Ministro de Estado,
encontrándonos, por ejemplo, con la Directora del Servicio Nacional de la Mujer y el
Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

45
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Como es posible observar, el Estado actúa en la vida del derecho a través de la


Administración del Estado que se conforma de órganos creados por la Constitución Política
y por la ley.

Ahora bien, si se quiere examinar la estructura global de la Administración del Estado, se


debe revisar el organigrama de esta misma, que elabora la Contraloría General de la
República todos los años.

Los órganos que se relacionan con el Presidente de la República a través de una línea
continua, es porque existe un vínculo de jerarquía o dependencia. Los que se relacionan con
el Presidente de la República a través de una línea discontinua, es porque hay un vínculo de
supervigilancia o tutela.

6.2 Vínculos de jerarquía o dependencia y de supervigilancia o tutela.

Son de distinto rango.


La jerarquía o dependencia, es el vínculo que une al Presidente de la República con los
órganos públicos dependientes, centralizados. Es un vínculo que une a órganos y
funcionarios en relación de superior a inferior, éste es el concepto de jerarquía o
dependencia, que otorga al superior el poder de mando sobre el inferior dentro de ciertos
límites. Esta es la característica fundamental de la jerarquía, la potestad de imperio o de
mando.
Cabe señalar que todo esto funciona en un contexto de institucionalidad formal.

En las Fuerzas Armadas, pese a lo que contrariamente se cree, no existe un deber de


obediencia absoluta. Al igual que en los demás órganos que integran la Administración
Pública, opera la obediencia relativa o reflexiva.
No obstante lo anterior, es necesario reconocer que es un error pretender que el deber de
obediencia reflexiva sea suficiente para que los mandos medios e inferiores de las Fuerzas
Armadas puedan oponerse a las órdenes de los superiores, encaminadas a ejecutar
crímenes, ya que esa oposición significaba una condena a muerte durante un período de la
historia de Chile.

El Estatuto Administrativo, Ley Nº 18.834, en su artículo 61 letra f), señala que los
subordinados deben cumplir las órdenes que dicta el superior jerárquico. Ahora bien, si el
subordinado la estima ilegal, deberá representarla por escrito, en cuyo caso no estará
obligado a cumplirla, a menos que el superior la reitere por escrito, y en este caso, la

46
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

responsabilidad recaerá en el superior que la reiteró. Es decir, ambas deben estar por
escrito: la representación y la orden (artículo 62 Ley Nº 18.834).

Entonces, tenemos el siguiente circuito de responsabilidad:


- Funcionario subordinado califica la legalidad de una orden. Si la estima ilegal, por escrito
debe representarla.
- Si fue representada por el inferior, el Jefe Superior debe reiterar la orden por escrito. En
este caso, el subordinado está obligado a ejecutar la orden y queda exonerado de
responsabilidad, recayendo totalmente ésta en el Superior Jerárquico.

El poder de imperio o de mando, no es el único consustancial a la jerarquía.


En efecto, la jerarquía comporta básicamente 4 poderes:
- El poder o potestad de imperio o de mando, el cual consiste en la facultad de dar
órdenes de cumplimiento obligatorio.
- El poder o potestad normativa, consistente en la facultad de dictar reglamentos,
decretos o instrucciones de contenido general.
- El poder o potestad de remisión de los actos del inferior, se denomina también
facultad de avocación, consistente en que el Superior Jerárquico puede entrar a revisar
los actos del inferior y los puede modificar o dejar sin efecto.
- El poder o potestad de resolución de conflictos, la cual consiste en que el superior
puede resolver las contiendas de competencia que se planteen entre sus inferiores
jerárquicos.

En cambio la supervigilancia o tutela como jerarquía atenuada, excluye el poder o potestad


de imperio, no pudiendo el Presidente de la República dar órdenes y reclamar su
cumplimiento o incumplimiento a algunos de los órganos descentralizados.

El contenido de la supervigilancia o tutela, comporta el poder de designación de la jefatura


superior de los servicios, cargos que son de la exclusiva confianza del Presidente de la
República.
Por ejemplo, el Presidente de la República nombra al Director del INP pero no puede darle
órdenes; lo mismo con el vicepresidente de la CORFO y el Presidente de CODELCO.

6.3 Sistema de organización administrativa en Chile.

Conforme lo prescribe el artículo 4º de la Constitución Política, Chile es una República


Democrática.

47
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Según el artículo 3º de la Carta Fundamental, es centralizado políticamente y


administrativamente descentralizado y desconcentrado en los casos y formas que determine
la ley, teniendo una forma de gobierno presidencialista.

“Artículo 3º.- El Estado de Chile es unitario.


La administración del Estado será funcional y territorialmente descentralizada, o desconcentrada en su
caso, de conformidad a la ley.
Los órganos del Estado promoverán el fortalecimiento de la regionalización del país y el desarrollo equitativo y
solidario entre las regiones, provincias y comunas del territorio nacional”.

“Artículo 4°.- Chile es una república democrática”.

De manera que dentro de los sistemas de organización administrativa, nuestro país, el cual
es políticamente centralizado al señalarse que el Estado de Chile es unitario –lo que implica
que existe un solo centro de impulsión política del poder-, opta por la descentralización y
desconcentración administrativa, forma propia e inherente a los Estados Unitarios.
En efecto, el Estado unitario es una forma jurídica de Estado que implica centralización
política, pero puede coexistir con modelos de administración descentralizada o
desconcentrada siendo plenamente compatibles.

Sistemas de organización administrativa.

Centralización administrativa
-Territorial
Descentralización -Funcional

Desconcentración -Territorial.
-Funcional.

Conforme al modelo de administración implantado en nuestro país, es posible constatar que


coexisten servicios públicos centralizados, descentralizados y desconcentrados.

✓ Los servicios públicos centralizados: se caracterizan por carecer de personalidad


jurídica, no tienen patrimonio propio, ya que actúan con el patrimonio y personalidad jurídica
del Fisco, y están relacionados con el Presidente de la República por un vínculo de jerarquía
o dependencia a través del Ministerio correspondiente.

48
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

✓ Los servicios públicos descentralizados: se caracterizan por tener personalidad jurídica


propia, tienen patrimonio propio y se relacionan con el Presidente de la República a través
de un vínculo de supervigilancia o tutela, también a través del Ministerio respectivo.

En nuestro sistema Constitucional, en lo referido a la estructura administrativa, no existen


las autonomías administrativas plenas, en el sentido de que el Presidente de la República,
en cuanto es el centro del Gobierno y de la Administración nacional, controla todos los
órganos de la Administración Pública, en forma más intensa en los servicios centralizados,
y en forma más atenuada en los descentralizados.

Escapan a esta regla algunos órganos a los que el Constituyente dotó de autonomía
constitucional como el Banco Central, la Contraloría General de la República y, en menor
grado, las Municipalidades.
Pero igualmente el Presidente de la República tiene algún grado de control en los órganos
constitucionalmente autónomos, en el sentido de que participa en la designación del
Contralor General de la República, del Presidente y los Consejeros del Banco Central. Por
tanto la autonomía no es completa o total.

6.4 Diferencias entre jerarquía o dependencia y supervigilancia o tutela.

6.4.1 La Jerarquía o Dependencia.

La jerarquía es un vínculo más intenso.


El concepto proviene del derecho canónico, pero se ha desarrollado en el ámbito castrense,
donde es más evidente la jerarquía.

Es un vínculo que une a órganos y a funcionarios en relación de superior a inferior.


Este vínculo está determinado por los órganos internos del servicio o por la estructura de
su planta.
La pregunta que surge entonces es ¿porque está doble determinación?, y la respuesta es
porque la jerarquía tiene dos caras, es un vínculo que une a órganos en relación de superior
a inferior y a funcionarios en igual sentido.

En relación con los órganos, la Ley Nº 18.575 en su artículo 27, establece la estructura
interna de los Ministerios, reconociendo la existencia de Subsecretarías y Secretarías
Regionales Ministeriales, distinguiendo entre los siguientes niveles:
1) División
2) Departamento

49
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

3) Sección
4) Oficina

“Artículo 27.- En la organización de los Ministerios, además de las Subsecretarías y de las Secretarías
Regionales Ministeriales, podrán existir sólo los niveles jerárquicos de División, Departamento, Sección y
Oficina, considerando la importancia relativa y el volumen de trabajo que signifique la respectiva función.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, en circunstancias excepcionales la ley podrá establecer
niveles jerárquicos distintos o adicionales, así como denominaciones diferentes”.

Cabe destacar que cada unidad interna, está en relación de superioridad jerárquica con la
que le sigue. En consecuencia, el jefe de división tiene mayor jerarquía que el jefe de
departamento y así sucesivamente.

Los servicios públicos, conforme al artículo 32 de la Ley Nº 18.575, tienen también su propia
organización y estructura, reconociéndose el Director Nacional y los Directores regionales,
distinguiéndose los siguientes niveles:
1) Dirección Nacional
2) Direcciones Regionales
3) Departamento
4) Sub-departamento
5) Sección
6) Oficina

“Artículo 32.- En la organización interna de los servicios públicos sólo podrán establecerse los niveles de
Dirección Nacional, Direcciones Regionales, Departamento, Subdepartamento, Sección y Oficina.
La organización interna de los servicios públicos que se creen para desarrollar su actividad en todo o parte
de una región, podrá considerar solamente los niveles de Dirección, Departamento, Subdepartamento,
Sección y Oficina.
Para la creación de los niveles jerárquicos se considerará la importancia relativa y el volumen de trabajo que
signifiquen las respectivas funciones y el ámbito territorial en que actuará el servicio. Las
instituciones de Educación Superior de carácter estatal podrán, además, establecer en su organización
Facultades, Escuelas, Institutos, Centros de Estudios y otras estructuras necesarias para el cumplimiento de sus
fines específicos.
No obstante lo dispuesto en los incisos anteriores, en circunstancias excepcionales, la ley podrá establecer
niveles jerárquicos distintos o adicionales, así como denominaciones diferentes”.

De este modo, la organización básica de los servicios públicos está señalada en el artículo
32 de la Ley Nº 18.575 antes transcrito, y la de los Ministerios, está en el artículo 27 del
mismo cuerpo legal, siendo posible en ambos artículos apreciar la jerarquía orgánica.

50
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Por otro lado, de acuerdo con el artículo 5º del Estatuto Administrativo Ley Nº 18.834, los
funcionarios públicos se agrupan en diversas plantas y estas son:
1) Directiva,
2) Profesional,
3) Técnica,
4) Administrativa, y
5) Auxiliares.

Esta clasificación del personal de la Administración en plantas, también incide en la jerarquía.


Dentro de las distintas plantas los funcionarios se ordenan por grados en una escala,
establecida en función de sus remuneraciones. A mayor remuneración, mayor grado dentro
de la escala, en consecuencia, mayor jerarquía.

De acuerdo con el principio de la jerarquía que venimos revisando, a la cabeza de los


servicios públicos hay un Jefe Superior de servicio que se denomina director (artículo 31 Ley
Nº 18.575).

“Artículo 31.- Los servicios públicos estarán a cargo de un jefe superior denominado Director, quien será el
funcionario de más alta jerarquía dentro del respectivo organismo. Sin embargo, la ley podrá, en casos
excepcionales, otorgar a los jefes superiores una denominación distinta.
A los jefes de servicio les corresponderá dirigir, organizar y administrar el correspondiente servicio; controlarlo
y velar por el cumplimiento de sus objetivos; responder de su gestión, y desempeñar las demás funciones que
la ley les asigne.
En circunstancias excepcionales la ley podrá establecer consejos u órganos colegiados en la estructura de
los servicios públicos con las facultades que ésta señale, incluyendo la de dirección superior del servicio”.

Así las cosas, Jefe Superior de servicio, es aquel funcionario que no tiene otro de mayor
rango dentro de la estructura del respectivo servicio, pudiendo tener denominaciones
diferentes a la de Director, cuando la ley así lo establezca. Ejemplo, Superintendente,
Contralor General de la República, Tesorero General de la República, Rector de Universidad
Estatal, Presidente del Banco Central, etc.

6.4.1.1 La importancia de la jerarquía.

Señala la jurisprudencia uniforme de la Contraloría General de la República que la jerarquía


comporta cuatro atributos:
1) Poder de mando o potestad imperativa.
2) La potestad reglamentaria o normativa.
3) La jurisdicción retenida.

51
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

4) La jurisdicción de conflictos.

6.4.1.1.1 La potestad imperativa o poder de mando.

Se traduce en la facultad de la jefatura, de impartir órdenes a sus subordinados, que son


de obligatorio cumplimiento según lo establece el artículo 61 literal f) del Estatuto
Administrativo, Ley Nº 18.834.

Pueden impartir órdenes, además del Jefe Superior del servicio, las jefaturas internas, es
decir, no todas las órdenes emanan del Jefe Superior del servicio.
En efecto, al interior de los servicios públicos existen otras jefaturas internas que también
tienen la potestad de dar órdenes –ejemplo, jefe de División o de Departamento-, las que
son de obligatorio acatamiento para el inferior.

Sin embargo y como fue señalado anteriormente, el inferior tiene la facultad de ponderar la
legalidad de la orden, porque la obediencia debida al superior no es absoluta, sino que se
aplica -en la Ley Nº 18.834- el principio de la obediencia reflexiva, en virtud de la cual el
inferior al recibir una orden debe ponderarla y acatarla, siempre que no sea ilegal.
Si estima que la orden es ilegal, debe representarla por escrito y si el superior la reitera de
igual forma, es decir, por escrito, deberá darle cumplimiento recayendo la responsabilidad,
en ese caso, en el superior que ha reiterado la orden.

De este intercambio de comunicaciones entre el inferior y el superior se deben enviar copias


al Jefe Superior correspondiente, es decir, se debe enviar copia de todo lo obrado.

Ahora bien, si la orden es constitutiva de delito, el subordinado no estará obligado a cumplir


la orden y deberá comunicarlo inmediatamente al Ministerio Público o a la autoridad policial
más cercana.

6.4.1.1.2 Potestad reglamentaria o potestad normativa.

Cabe señalar que es más propio denominarla potestad normativa, ya que la potestad
reglamentaria sólo la tiene el Presidente de la República conforme al artículo 32 Nº 6 del
Texto Constitucional.

Esta es la facultad de dictar reglamentos, decretos, instrucciones o resoluciones, siendo una


potestad que es consustancial a la jerarquía.

52
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

6.4.1.1.3 Jurisdicción Retenida.

Es la facultad o poder de revisión que ostentan los superiores respecto de los actos de los
inferiores.

En virtud de este poder de revisión, el superior puede asumir la competencia, o mejor dicho,
puede revisar el acto del inferior, dejándolo sin efecto, modificándolo o sustituyéndolo.

6.4.1.1.4 Jurisdicción de Conflictos.

Es la facultad que tiene la jefatura de resolver las contiendas de competencia que se


producen entre los inferiores (artículo 39 Ley Nº 18.575).

“Artículo 39.- Las contiendas de competencia que surjan entre diversas autoridades administrativas serán
resueltas por el superior jerárquico del cual dependan o con el cual se relacionen. Tratándose de autoridades
dependientes o vinculadas con distintos Ministerios, decidirán en conjunto los Ministros correspondientes, y si
hubiere desacuerdo, resolverá el Presidente de la República”.

La norma distingue, para efectos de resolver las cuestiones de competencia, si los


organismos en conflicto dependen de un superior común o no.
En el primer caso, el superior común resolverá la contienda; en el segundo, la contienda se
resuelve por los Ministros correspondientes de común acuerdo. Si no hubiera acuerdo, la
contienda la resolverá el Presidente de la República.

Esta terminología que usa la jurisprudencia de la Contraloría General de la República, en la


actualidad, está un poco trasnochada.
Nosotros preferimos utilizar una terminología diversa.

En vez de potestad reglamentaria nosotros hablamos de potestad normativa.


Por su parte, las expresiones jurisdicción retenida y jurisdicción de conflicto son más bien
impropias, porque el artículo 76 de la Constitución Política, cuando ilustra el concepto de
jurisdicción, termina diciendo que el ni Presidente de la República ni el Congreso, pueden
en caso alguno, ejercer funciones judiciales, prohibiéndole de este modo, al Presidente de
la República, es decir, al Poder Ejecutivo, ejercer competencias propias del Poder Judicial.
Entonces, ¿cómo puede el Poder Ejecutivo ejercer la denominada jurisdicción retenida o
jurisdicción de conflictos si esto es consustancial a los tribunales ordinarios de justicia?

53
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Por lo anterior, es que nosotros en vez de utilizar el concepto de jurisdicción retenida y


jurisdicción de conflictos, vamos a usar el concepto de poder de revisión y el concepto de
poder de resolución de conflictos, respectivamente.

El poder de revisión se ejerce a través de una institución que se denomina avocación.


La avocación es la facultad que tienen los órganos superiores de la Administración del
Estado, para entrar a conocer de las decisiones adoptadas por los inferiores y dejarlas sin
efecto, modificarlas o suprimirlas.

Esta facultad se puede ejercer de oficio o a petición de parte, en este último caso, a través
de los recursos administrativos –específicamente, a través del recurso jerárquico-.
El de reposición, ante el propio órgano que dictó el acto, y el jerárquico, ante el superior
jerárquico correspondiente.
Eventualmente también puede hacerse a través del recurso extraordinario de revisión, que
no aparece consagrado en la Ley Nº 18.575, la que en su artículo 10 sólo menciona el
recurso de reposición y el jerárquico.
No obstante lo anterior, esta normativa debe entenderse complementada por la Ley Nº
19.880, que es la que contempla un tercer recurso que es este denominado recurso
extraordinario de revisión, el cual procede en contra de actos administrativos firmes, siendo
esa la gran diferencia con los anteriores recursos administrativos, los cuales proceden frente
a actos administrativos que todavía no se encuentran firmes produciendo efectos.

La Ley Nº 18.575 no establece un plazo para la interposición de estos recursos, por lo que
la Ley Nº 19.880 complementa este aspecto.
En efecto, establece el plazo de cinco días hábiles para la interposición del recurso de
reposición o del recurso jerárquico.
El recurso jerárquico se interpone en subsidio del de reposición, no se debe esperar a que
se falle la reposición para interponer el jerárquico. Esto significa que al pronunciarse la
autoridad sobre el recurso de reposición, si lo rechaza, automáticamente se elevan los
antecedentes para que se pronuncie el superior jerárquico sobre el recurso jerárquico
interpuesto en conjunto.
Si no se interpone el recurso jerárquico en subsidio, se pierde el derecho a interponerlo
después.

La avocación tiene una excepción importante consagrada en el artículo 34 de la Ley Nº


18.575.

54
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

“Artículo 34.- En los casos en que la ley confiera competencia exclusiva a los servicios centralizados para la
resolución de determinadas materias, el jefe del servicio no quedará subordinado al control jerárquico en
cuanto a dicha competencia.
Del mismo modo, la ley podrá dotar a dichos servicios de recursos especiales o asignarles determinados
bienes para el cumplimiento de sus fines propios, sin que ello signifique la constitución de un patrimonio
diferente del fiscal”.

No hay avocación cuando la ley le entrega a un servicio público centralizado la exclusividad


de una determinada materia, es decir, cuando se le entrega competencia exclusiva, caso en
el cual el Jefe Superior del servicio no queda sujeto al control jerárquico en cuanto a dicha
competencia.
Ejemplo, se otorga al Tesorero de la Región del Maule competencia exclusiva para conocer
de un determinado asunto relativo a ingresos fiscales. La resolución de éste no puede ser
objeto de un recurso jerárquico ante el Tesorero Nacional, porque al Tesorero Regional se
le confirieron atribuciones exclusivas en esta materia.

¿Las cuatro atribuciones señaladas anteriormente agotan los atributos propios de la


jerarquía?
No, ya que existe la potestad sancionadora.
El jerarca tiene además una potestad muy importante, que es la potestad sancionadora, en
virtud de la cual les puede aplicar sanciones disciplinarias a los funcionarios públicos, quienes
son subordinados, éste sería un quinto atributo propio de la jerarquía.

6.4.2. La supervigilancia o tutela.

La jerarquía ópera exclusivamente a nivel de servicios públicos centralizados, no operando


en los descentralizados, en los cuales se aplica la supervigilancia o tutela, que puede ser
conceptualizada como un vínculo o línea difusa de relación, un mecanismo de jerarquía
atenuada, en virtud del cual, se confía a determinados jerarcas ciertas atribuciones
específicas, en los casos que determine la ley.

¿En qué nivel ópera la supervigilancia o tutela?


Esta se aplica a nivel de los servicios públicos descentralizados, tanto territorial como
funcionalmente.

¿Qué facultad típica no opera en la supervigilancia?


El poder de imperio o potestad de mando.

55
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

En efecto, los jerarcas no tienen un poder de mando respecto de los servicios públicos bajo
su supervigilancia, por ejemplo, respecto del INP, de DIPRECA, de CAPREDENA, de EFE,
etc.

¿Puede, por ejemplo, el Presidente de la República impartirle órdenes al Gerente General de


EFE?
No puede, ya que es una empresa del Estado, órgano descentralizado funcionalmente y no
tiene poder de imperio o potestad de mando sobre él.

Por el contrario, si le puede impartir órdenes al Director General de Gendarmería por


ejemplo, que es el Jefe Superior de un órgano centralizado.

¿La supervigilancia implica una cierta supervisión del jerarca respecto de los servicios que
están subordinados?
Sí.

¿Qué atribuciones comporta?


Las que en cada caso establezca la ley.

Tanto el Presidente de la República (autoridad nacional) como los Intendentes (autoridad


regional), tienen la facultad de nominar a los Jefes Superiores -nacionales y regionales
respectivamente- de los servicios públicos descentralizados, los cuales son de su exclusiva
confianza, lo que quiere decir que los pueden nombrar y remover libremente.
No pueden impartirles órdenes, pero pueden decirle al Jefe de servicio que no le parece
adecuada la política que está aplicando, lo que no es una facultad despreciable.

Por ejemplo:
De las resoluciones que dicta el Rector de la Universidad de Talca, que es un servicio público
descentralizado, no hay recurso frente al Ministro de Estado, ya que no es superior
jerárquico del Rector.

Tampoco se puede recurrir ante el Ministro del interior o al Presidente de la República por
un decreto del Alcalde de Talca, por la misma situación dicha anteriormente.

Debido a todo lo anteriormente señalado, cabe destacar que en las jefaturas de los servicios
administrativos descentralizados no se aplica el recurso jerárquico. No lo hay porque no
existe una jefatura por encima del Jefe Superior del servicio.

56
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

7.- LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL DEL ESTADO.

El artículo 19 Nº 21 de la Constitución Política de la República prescribe:


“Artículo 19.- La Constitución asegura a todas las personas:…
21º.- El derecho a desarrollar cualquiera actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden público
o a la seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen.
El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en ellas sólo si una ley de
quórum calificado los autoriza. En tal caso, esas actividades estarán sometidas a la legislación común aplicable
a los particulares, sin perjuicio de las excepciones que por motivos justificados establezca la ley, la que deberá
ser, asimismo, de quórum calificado;…”.

Como es posible visualizar, el artículo 19 Nº 21 inciso primero de la Carta Fundamental


reconoce y asegura el derecho a la libre iniciativa en materia económica de los particulares.

Luego, su inciso segundo, señala que el Estado y sus organismos pueden desarrollar o
participar en actividades empresariales, sólo si una ley de quórum calificado los autoriza.
De lo anterior se desprende que el Estado no tiene prohibición de desarrollar o participar en
actividades empresariales, pero tiene una barrera de entrada, consistente en que no puede
desarrollar esas actividades sin que una ley de quórum calificado lo autorice. Podríamos
decir que la norma del artículo 19 Nº 21 inciso 2º de la Carta Magna, es una norma
imperativa de requisitos.

En efecto, el Estado desarrolla actividades empresariales a través de las empresas del Estado
y, participa en actividades empresariales, cuando tiene participación y representación en
entidades privadas que desarrollan actividades económicas.

Respecto de esta ultima situación, vale destacar el alcance de la norma del artículo 6 de la
Ley Nº 18.575.
“Artículo 6º.- El Estado podrá participar y tener representación en entidades que no formen parte de su
Administración sólo en virtud de una ley que lo autorice, la que deberá ser un quórum calificado si esas entidades
desarrollan actividades empresariales.
Las entidades a que se refiere el inciso anterior no podrán, en caso alguno, ejercer potestades públicas”.

De este modo, el Estado puede participar en entidades que no forman parte de la


Administración del Estado, ya que son entidades privadas, sin embargo, como consecuencia
necesaria de ello, en ningún caso, estas entidades, puede tener o ejercer potestades
públicas.

De todo lo que viene de ser dicho, podemos concluir que el Estado puede intervenir en
actividades empresariales de dos maneras:

57
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

1) Desarrollando la actividad empresarial, es decir, directamente, a través de las


empresas públicas creadas por ley, que forman parte de la Administración del Estado según
el artículo 1º de la Ley Nº 18.575.

En efecto, las empresas públicas creadas por ley forman parte orgánicamente hablando de
la Administración del Estado, en consecuencia, pueden eventualmente detentar y ejercer
potestades públicas.
Su organización y estructura viene dada por ley, ya que las empresas públicas deben ser
creadas por ley, conforme lo señala el artículo 65 inciso 4º Nº 2 de la Constitución Política.

“Artículo 65 inciso 4º.-… Corresponderá, asimismo, al Presidente de la República la iniciativa exclusiva para:…
2º.- Crear nuevos servicios públicos o empleos rentados, sean fiscales, semifiscales, autónomos o de las
empresas del Estado; suprimirlos y determinar sus funciones o atribuciones;…”.

Jurídicamente estas empresas públicas tienen un régimen mixto. Su estructura y


organización viene dada por una ley de quórum calificado, rigiéndose por del derecho
administrativo, pero su gestión, por regla generalísima, se regula por el derecho común, al
igual que cualquier empresa privada, pudiendo sin embargo, ejercer potestades públicas
cuando una ley de quórum calificado así lo establezca.

El legislador puede estimar necesario dotarlas de algunos privilegios o prerrogativas


especiales en cuanto son entes públicos, como por ejemplo, autorizar una exención
tributaria, conceder el beneficio de algún monopolio –ejemplo, Empresa Nacional del
Petróleo, ENAP-, pero el constituyente quiere que esto sea excepcional, es decir, se quiere
que las empresas públicas compitan con las empresas privadas en igualdad de condiciones.

2) Participando en actividades empresariales. El Estado también puede participar en


actividades empresariales a través de la creación de sociedades comerciales o participando
indirectamente como socio en la actividad de una sociedad. Dichas sociedades pueden ser
de dos modalidades:
a) Sociedades anónimas comerciales las cuales son la regla general, o
b) Sociedades de responsabilidad limitada.

Cuando el Estado es socio en una sociedad anónima abierta, vale decir, de una sociedad
que transa sus acciones en el mercado bursátil, se aplica a esta sociedad el régimen propio
de la actividad, rigiéndose por el Código de Comercio, la Ley Nº 18.046 Sobre Sociedades
Anónimas y la Ley Nº 18.045 Sobre Mercado de Valores, sin embargo, el legislador,
adicionalmente, establece normas especiales para ejercer un régimen de control jurídico -
además del que le corresponde a la Superintendencia de Valores y Seguros-, por parte de
58
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

la Contraloría General de la República, pero sólo cuando la participación del Estado es del
50% o más del capital social total. En los demás casos, el control lo ejerce exclusivamente
la Superintendencia de Valores y Seguros.

¿Cómo puede efectuar aportes el Estado en sociales comerciales?


A través de:
▪ El Fisco,
▪ La CORFO,
▪ Empresas filiales de la CORFO,
▪ Empresas públicas del Estado.

Los porcentajes de participación varían.


Un ejemplo de participación del Estado en sociedades comerciales es PETROX, que es una
empresa petroquímica filial de ENAP.

Las sociedades empresariales en que participa o tiene representación el Estado, son creadas
conforme al derecho comercial y, como se dijo, no forman parte de la Administración del
Estado, por esto, en caso alguno, pueden detentar o ejercer potestades públicas.
Pertenecen a esta categoría, por ejemplo, METRO S.A., que es una sociedad anónima abierta
con aportes del Estado.

7.1 Cómo se diferencian las empresas públicas creadas por ley de las sociedades
comerciales en que participa el Estado.

1.- En el origen.
Las empresas públicas creadas por ley, forman parte de la Administración del Estado y son
creadas, según ya se analizó, por ley.
Las sociedades comerciales en que participa o tiene representación el Estado, son creadas
conforme al derecho comercial por escritura pública y no forman parte de la Administración
del Estado, no pudiendo ejercer potestades públicas.

2.- En lo formal.
Las sociedades comerciales en que participa o tiene representación el Estado siempre se
denominan como sociedades anónimas o llevan la sigla S.A., o se denominan como
sociedades de responsabilidad limitada o llevan la sigla Ltda., en la razón social, como por
ejemplo, Polla S.A., METRO S.A., etc.

59
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

La jurisprudencia de la Contraloría General de la República, nombra a las empresas en que


participa o tiene representación el Estado, en la mayoría de sus dictámenes, con la
denominación de empresas privadas del Estado, lo que es una expresión no muy afortunada,
ya que no es del todo correcta, toda vez que denominar como empresas privadas del Estado
a empresas en las cuales el Estado simplemente participa o tiene representación, siendo el
Estado un órgano público, es una impropiedad, un contrasentido, por lo que consideramos
mejor denominarlas como sociedades empresariales con participación estatal.

Si el Estado participa o tiene representación como socio mayoritario de estas entidades


privadas comerciales, el Estado las controla, participando en el nombramiento de los
directorios, gerente, etc. de estas empresas.

Sobre las sociedades empresariales que controla el Estado o en las cuales tiene el 50% del
capital total social, la Contraloría General de la República ejerce una fiscalización sobre
cuatro puntos, conforme aparece del artículo 16 de la Ley Nº 10.336, Orgánica
Constitucional de Contraloría General de la República.

“Artículo 16°. Los Servicios, Instituciones Fiscales, Semifiscales, Organismos Autónomos, Empresas del Estado y
en general todos los Servicios Públicos creados por ley, quedarán sometidos a la fiscalización de la Contraloría
General de la República, sin perjuicio del control que ejerce la Superintendencia de Bancos sobre el Banco central
y el Banco del Estado de Chile, del que cumple la Superintendencia de Compañías de Seguros, Sociedades
Anónimas y Bolsas de Comercio sobre el Instituto de Seguros del Estado y la Caja Reaseguradora de Chile y del
que desarrolla la Superintendencia de Seguridad Social sobre las instituciones y entidades sometidas actualmente
a su fiscalización.
También quedarán sujetas a la fiscalización de la Contraloría General las empresas, sociedades
o entidades públicas o privadas en que el Estado o sus empresas, sociedades o instituciones
centralizadas o descentralizadas tengan aportes de capital mayoritario o en igual proporción, o, en
las mismas condiciones, representación o participación, para los efectos de cautelar el
cumplimiento de los fines de estas empresas, sociedades o entidades, la regularidad de sus
operaciones, hacer efectivas las responsabilidades de sus directivos o empleados, y obtener la
información o antecedentes necesarios para formular un Balance Nacional.
La Superintendencia de Seguridad Social, la Superintendencia de Bancos, la Superintendencia de Compañías
de Seguros, Sociedades Anónimas y Bolsas de Comercio, la Sindicatura General de Quiebras, y los demás
Organismos del Estado que cumplan funciones de fiscalización, quedarán sujetos al control de la Contraloría
General de la República y deberán observar las instrucciones, proporcionar los informes y antecedentes que este

Organismo le requiera para hacer efectiva la fiscalización a que se refiere el inciso anterior” (el destacado es
nuestro).

El control de la Contraloría General de la República, conforme al precepto antes transcrito,


se extiende:

60
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

1) Al cumplimiento de los fines de la empresa. Fiscaliza que la empresa cumpla su fin


estatutario, fundamentalmente a través de auditorías.
2) A la regularidad de sus operaciones, es decir, controla que no se generen operaciones
fraudulentas.
3) A la responsabilidad de sus directivos y empleados superiores, es decir, la Contraloría
General de la República puede instruir sumarios administrativos. Esto no opera respecto de
los trabajadores inferiores, como por ejemplo, respecto del portero de la entidad, el cual se
rige por el Código del Trabajo.
4) Al requerimiento de antecedentes e información que sea necesaria para la configuración del
balance nacional que realiza el Organismo Contralor, con las cuentas de todas las empresas
del Estado, incluidas las sociedades comerciales en que el Estado participa o tiene
representación, como socio detentador del 50% o más del capital social, es decir, siendo
socio mayoritario.

Respecto de las empresas públicas del Estado, el control de la Contraloría General es más
intensivo, más completo, ya que por ejemplo, puede juzgar a los funcionarios superiores en
juicios de cuentas.

Ni las empresas públicas del Estado creadas por ley, ni las sociedades comerciales o
empresariales en qué el Estado tiene participación o representación, se sujetan al Decreto
Ley Nº 1.263, Fija la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Estado, de 1975. Esta
se aplica a todos los entes que forman parte de la Administración del Estado, menos a los
entes antes señalados.

La nomenclatura anterior a la Constitución Política de 1980 denominaba a estas sociedades


empresariales en que el Estado tenía la participación del 100% del capital social, como
sociedades estatales, como por ejemplo, Laboratorios Chile. También estaban las sociedades
de economía mixta, en que el aporte del Estado era mayoritario pero no llegaba al 100%.
Hoy la mayoría, conforme a la terminología utilizada en aquel entonces, son sociedades de
economía mixta.

Estas entidades privadas en que el Estado tiene participación o representación se denominan


la Administración invisible del Estado, porque están fuera del organigrama que cada año
elabora el Organismo Contralor.
Ellas, como ya lo señalamos no forman parte de la Administración del Estado y tienen una
característica muy particular, y es que, como consecuencia de lo anterior, no pueden ejercer
potestades públicas.

61
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

8.- SOBRE LA EXISTENCIA DE ENTES DE CARÁCTER ESTATAL A LOS CUALES EL


LEGISLADOR NO LOS DOTA DE PERSONALIDAD JURIDICA DE DERECHO
PUBLICO.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿Existe la posibilidad de que haya entes de carácter
estatal, a los cuales el legislador no les dote de una especial personalidad jurídica de
derecho público?
Si, éstos existen y se trata de recursos públicos que el legislador destina a determinados
fines públicos, pero que no los dota de personalidad jurídica de derecho público.
Estos son patrimonios de afectación y reciben el nombre de fondos, que pueden o no tener
personalidad jurídica propia.

Hay casos en que la tienen y son verdaderos casos de órganos o servicios públicos
descentralizados, aunque se denominen fondos. Es el caso, por ejemplo, del FOSIS (Fondo
Solidario de Inserción Social).

Pero a veces estos fondos carecen de personalidad jurídica propia y son administrados por
una persona jurídica de derecho público, como por ejemplo, el Fondo Nacional de Desarrollo
Indígena, que es administrado por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, la cual,
en cuanto corporación, sí tiene personalidad jurídica propia.
Otro ejemplo es el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes, que es administrado por el
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Asimismo, el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, es administrado por los Gobiernos
Regionales.
Por su parte, el Fondo Común Municipal, es administrado por las Municipalidades.

Por lo tanto, existen algunos patrimonios de afectación que el legislador destina a fines
públicos, que no tienen personalidad jurídica propia, siendo administrados por personas
jurídicas.

En este sentido cabe revisar el artículo 34 inciso segundo de la Ley Nº 18.575:


“Artículo 34.- En los casos en que la ley confiera competencia exclusiva los servicios centralizados para la
resolución de determinadas materias, el jefe del servicio no quedará subordinado al control jerárquico en
cuanto a dicha competencia.
Del mismo modo, la ley podrá dotar a dichos servicios de recursos especiales o asignarles
determinados bienes para el cumplimiento de sus fines propios, sin que ello signifique la

constitución de un patrimonio diferente del fiscal” (el destacado es nuestro).

9.- POTESTADES PÚBLICAS Y COMPETENCIA.


62
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Los órganos que pertenecen a la Administración del Estado ejercen potestades públicas, las
cuales se manifiestan en actos y contratos administrativos.

Conforme al artículo 6 inciso final de la Ley Nº 18.575 ya revisado, las entidades privadas
en las que el Estado participa o tiene representación, no pueden, en caso alguno, ejercer
potestades públicas.

Para saber que son las potestades públicas, primero debemos revisar que es la competencia,
definiéndose ésta como el conjunto de atribuciones y facultades con que el ordenamiento
jurídico dota a los órganos de la Administración del Estado.

En el derecho público, para que las personas jurídicas públicas puedan actuar en la vida del
derecho, necesitan que el ordenamiento jurídico les otorgue competencia. En cambio, en el
derecho privado, las personas no requieren de dicha competencia, ya que pueden hacer
todo aquello que no les es prohibido.

Se sostiene que la competencia en el derecho público es lo que la capacidad es en el derecho


privado. Lo cierto es que lo aseverado es una verdad a medias, ya que existen dos
diferencias fundamentales entre ambos conceptos:
1) La regla general en el derecho público es la incompetencia. La persona jurídica de derecho
público no puede hacer más de lo que le señala el legislador, es decir, sólo puede hacer
aquello para lo cual se le encuentra expresamente facultado. En cambio, en el derecho
privado, la regla general es la capacidad. Las personas privadas pueden hacer todo, salvo
aquello que les esté prohibido.

2) La competencia es un deber-función, es decir, su ejercicio es obligatorio. En cambio, la


capacidad puede ejercerse o no, sin acarrear sanciones o perjuicios a los particulares que
no la ejercen.

El profesor español García de Enterría nos entrega un muy buen concepto de competencia,
señalándonos que la competencia es la medida de la potestad que corresponde a cada ente
y dentro de cada ente a cada órgano.
De lo anterior, es posible desprender que entre competencia y potestad hay una
interrelación, son complementarias.

9.1 Factores que determinan la competencia.

63
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

1) El territorio.
No todos los órganos del Estado ejercer su competencia en todo el territorio nacional.

Cabe señalar que el territorio es el ámbito geográfico en que se ejerce la competencia.


De acuerdo con lo anterior, tenemos servicios públicos nacionales, regionales, provinciales
y comunales o locales.

La competencia delimitada por el territorio se denomina competencia horizontal.

2) La materia.
No todos los órganos del Estado pueden ejercer competencia sobre cualquier materia.
Cabe señalar que la materia es el objeto sobre el cual se ejerce la competencia, es decir, el
sector o ámbito en que operan los órganos y servicios.
Existen 18 ámbitos de competencia –ya que existen 18 ministerios-.
Cada servicio público ejerce sus competencias en materias más específicas que los
Ministerios, esto en virtud del principio de especialidad.

3) El grado o jerarquía.
Está determinado por la posición jerárquica que ocupan los órganos dentro de la
Administración del Estado.
Aquí encontramos como institución la avocación. Por medio de ésta, los superiores de
servicio pueden entrar a conocer de los actos del inferior.

La Administración del Estado puede conocer de asuntos en primer o segundo grado:


a. Primer grado: a nivel de funcionarios de servicio.
b. Segundo grado: Superiores Jerárquicos de dichos funcionarios.

4) El tiempo.
La competencia es un deber-función, la autoridad debe ejercer la competencia en forma
oportuna, porque si no lo hace, compromete su responsabilidad.
Si la autoridad no ejerce la competencia dentro de los plazos fatales que indica la ley, las
acciones de la Administración del Estado pueden prescribir o caducar.

Por lo tanto, el cuarto factor de la competencia es el tiempo, en el sentido que determina la


operación de tres instituciones relacionadas con la competencia, que son:
a. Responsabilidad de los órganos.

64
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

b. Caducidad de los derechos.


c. Prescripción de las acciones.

Según lo vimos, se señala que la competencia es un deber función, es decir, de ejercicio


obligatorio, esto permite, diferenciarla de lo que ocurre con su equivalente en el derecho
privado, que es la capacidad, ya que el funcionario que tiene competencia y no la ejerce,
compromete su responsabilidad.

9.2 Características de la competencia.

1) Es improrrogable.
2) Es intransferible
3) Es irrenunciable.

9.2.1 Es improrrogable.

La regla general en materia administrativa, es que la competencia es improrrogable, aunque


la ley consultó un mecanismo de excepción a la improrrogabilidad, a través de un mecanismo
de gestión indirecta de servicios.
Otros autores la llaman encomendación de funciones (artículo 37 Ley Nº 18.575).

“Artículo 37.- Los servicios públicos podrán encomendar la ejecución de acciones y entregar la administración
de establecimientos o bienes de su propiedad, a las Municipalidades o a entidades de derecho privado, previa
autorización otorgada por ley y mediante la celebración de contratos, en los cuales deberá asegurarse el
cumplimiento de los objetivos del servicio y el debido resguardo del patrimonio del Estado”.

Los servicios públicos, previa autorización por ley, pueden prorrogar su competencia, en el
sentido de encomendarle la ejecución de ciertas acciones o la administración de
establecimientos o bienes de su propiedad, a las Municipalidades o a personas jurídicas de
derecho privado, y esto se hace por vía de un convenio o contrato, en los cuales se debe
resguardar el patrimonio del Estado y asegurar el cumplimiento de los objetivos del servicio.

En la historia de Chile esto se ha presentado en materia educacional, prorrogando esta


función, que antes era de competencia fiscal, a las Municipalidades. También el Fisco le
traspasó a las Municipalidades lo relativo a la salud -servicios de salud-.

9.2.2 Es intransferible.

La competencia, por regla general, es intransferible.


65
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

No obstante lo anterior, en aquellos lugares donde no exista un determinado servicio


público, dicho servicio, podría ceder el ejercicio de sus funciones a otro servicio público que
sí exista en dicho lugar, para que asuma sus funciones, en forma convencional (artículo 38
Ley Nº 18.575).

El convenio debe ser celebrado entre los Jefes Superiores de los servicios y debe ser
aprobado por los Ministros correspondientes, o si se trata un servicio público regional, por
el Intendente.

“Artículo 38.- En aquellos lugares donde no exista un determinado servicio público, las funciones de éste podrán
ser asumidas por otro. Para tal efecto, deberá celebrarse un convenio entre los jefes superiores de los servicios,
aprobado por decreto supremo suscrito por los Ministros correspondientes. Tratándose de convenios de los
servicios a que se refiere el Artículo 30, éstos serán aprobados por resolución del respectivo Intendente”.

9.2.3 Es irrenunciable.

La competencia es irrenunciable, sin perjuicio de la delegación de representación, de la


delegación de atribuciones y facultades propias y de la delegación de firmas, ya que en la
institución de la delegación, el Superior Jerárquico se desprende de su competencia y se la
cede al inferior.

Por su parte, la avocación significa la atribución de los jerarcas o autoridades de los servicios,
que les permite entrar a conocer de los actos de sus subordinados y revisarlos. El Superior
Jerárquico se avoca la competencia del inferior con el objeto de revisar el acto del inferior,
pudiendo dejarlo sin efecto, modificarlo o sustituirlo por otro.

Esta atribución se puede ejercer de oficio por decisión del propio Jefe Superior, o a petición
de parte, vía recurso jerárquico.

Pues bien, la avocación aparece como una excepción a la irrenunciabilidad de la


competencia.

La descentralización en los servicios públicos, implica un límite a la avocación, ya que el Jefe


Superior del servicio no queda sujeto a control jerárquico en cuanto a su competencia, toda
vez que no tiene Superior Jerárquico.

Adicionalmente, se constituye como límite a la avocación, los casos en que la ley confiere la
competencia exclusiva, a los servicios centralizados, para la resolución de determinadas

66
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

materias. En este caso, el Jefe Superior del servicio no queda subordinado al control
jerárquico, respecto de dicha competencia.

“Artículo 34.- En los casos en que la ley confiera competencia exclusiva los servicios centralizados para la
resolución de determinadas materias, el jefe del servicio no quedará subordinado al control jerárquico en
cuanto a dicha competencia.
Del mismo modo, la ley podrá dotar a dichos servicios de recursos especiales o asignarles determinados
bienes para el cumplimiento de sus fines propios, sin que ello signifique la constitución de un patrimonio
diferente del fiscal”.

Otro límite a la avocación, son los casos en que la ley prohíbe la operatividad de esta
institución.

Dicho todo lo anterior, habiendo entendido la relación existente entre potestad


administrativa y competencia, podemos señalar que las potestades son poderes jurídicos de
acción con que el ordenamiento jurídico dota a los órganos de la Administración del
Estado, para el cumplimiento de sus fines propios específicos, a través de la emisión de
actos y contratos administrativos.

10.- MINISTERIOS.

Como fue señalado anteriormente en este apunte, el Título II de la Ley Nº 18.575, se refiere
a normas especiales que tratan de la estructura y la organización de los Ministerios, las
Intendencias, las Gobernaciones y los Servicios públicos creados para el cumplimiento de la
función administrativa.

A continuación nos abocaremos al estudio de los Ministerios.


Los Ministerios son órganos centralizados carentes de personalidad jurídica y recursos
propios.
Funcionan con los recursos que les otorga la Ley de Presupuestos, actúan con la
personalidad jurídica del Fisco de Chile y dependen directamente del Presidente de la
República.

La Ley Nº 18.575 señala que los Ministerios son los órganos de colaboración directa e
inmediata del Presidente de la República, en las funciones de gobierno y administración de
sus respectivos sectores, los cuales corresponden a los campos específicos de actividades
en que deben ejercer dichas funciones (artículo 22).

67
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

“Artículo 22.- Los Ministerios son los órganos superiores de colaboración del Presidente de la República en las
funciones de gobierno y administración de sus respectivos sectores, los cuales corresponden a los campos
específicos de actividades en que deben ejercer dichas funciones.
Para tales efectos, deberán proponer y evaluar las políticas y planes correspondientes, estudiar y proponer
las normas aplicables a los sectores a su cargo, velar por el cumplimiento de las normas dictadas, asignar
recursos y fiscalizar las actividades del respectivo sector.
En circunstancias excepcionales, la ley podrá encomendar alguna de las funciones señaladas en el inciso
anterior a los servicios públicos. Asimismo, en los casos calificados que determine la ley, un ministerio podrá
actuar como órgano administrativo de ejecución”.

Los Ministros de Estado, por su parte, son funcionarios de la exclusiva confianza del
Presidente de la República, que colaboran directa e inmediatamente con él, por tanto, son
nombrados y removidos discrecionalmente (artículo 23 Ley Nº 18.575 y artículo 33 de la
Constitución Política).
Tienen la responsabilidad en la conducción de sus respectivos Ministerios, en conformidad
a las políticas que el Presidente de la República les imparta.

El Presidente de la República puede encomendar a uno o más Ministros la coordinación de


la labor que corresponde a los Ministros de Estado y las relaciones del Gobierno con el
Congreso Nacional (artículo 23 Ley Nº 18.575 y artículo 33 de la Constitución Política),
correspondiéndole en la actualidad dicha función de coordinación, al Ministerio de Secretaría
General de la Presidencia.

“Artículo 23.- Los Ministros de Estado, en su calidad de colaboradores directos e inmediatos del Presidente
de la República, tendrán la responsabilidad de la conducción de sus respectivos Ministerios, en conformidad
con las políticas e instrucciones que aquél imparta.
El Presidente de la República podrá encomendar a uno o más Ministros la coordinación de la labor que
corresponde a los Secretarios de Estado y las relaciones del Gobierno con el Congreso Nacional”.

“Artículo 33.- Los Ministros de Estado son los colaboradores directos e inmediatos del Presidente de la República
en el gobierno y administración del Estado.
La ley determinará el número y organización de los Ministerios, como también el orden de precedencia
de los Ministros titulares.
El Presidente de la República podrá encomendar a uno o más Ministros la coordinación de la labor que
corresponde a los Secretarios de Estado y las relaciones del Gobierno con el Congreso Nacional”.

Conforme se desprende de la norma constitucional anterior, es la ley la que determina el


número y la organización de los Ministerios, como también el orden de precedencia de los
Ministros titulares.

68
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Para ser Ministro de Estado se requiere tener veintiún años de edad, ser chileno y cumplir
con los requisitos de ingreso a la Administración Pública que señala la Ley Nº 18.834 Sobre
Estatuto Administrativo (artículo 34 de la Constitución Política).

“Artículo 34.- Para ser nombrado Ministro se requiere ser chileno, tener cumplidos veintiún años de edad y reunir
los requisitos generales para el ingreso a la Administración Pública.
En los casos de ausencia, impedimento o renuncia de un Ministro, o cuando por otra causa se produzca la
vacancia del cargo, será reemplazado en la forma que establezca la ley”.

El artículo 40 de la Ley Nº 18.575 reitera los requisitos para ser Ministro:


“Artículo 40.- Los Ministros de Estado y los Subsecretarios serán de la exclusiva confianza del
Presidente de la República, y requerirán, para su designación, ser chilenos, tener cumplidos
veintiún años de edad y reunir los requisitos generales para el ingreso a la Administración Pública.
No podrá ser Ministro de Estado el que tuviere dependencia de sustancias o drogas
estupefacientes o sicotrópicas ilegales, a menos que justifique su consumo por un tratamiento
médico. Para asumir alguno de esos cargos, el interesado deberá prestar una declaración jurada
que acredite que no se encuentra afecto a esta causal de inhabilidad.
Los jefes superiores de servicio, con excepción de los rectores de las instituciones de Educación Superior de
carácter estatal, serán de exclusiva confianza del Presidente de la República, y para su designación
deberán cumplir con los requisitos generales de ingreso a la Administración Pública, y con los que para casos

especiales exijan las leyes” (el destacado es nuestro).

Al respecto, vale tener presente lo prescrito en el artículo 37 bis de la Carta Magna:


“Artículo 37 bis. A los Ministros les serán aplicables las incompatibilidades establecidas en el inciso primero del
artículo 58. Por el solo hecho de aceptar el nombramiento, el Ministro cesará en el cargo, empleo, función o
comisión incompatible que desempeñe.
Durante el ejercicio de su cargo, los Ministros estarán sujetos a la prohibición de celebrar o caucionar contratos
con el Estado, actuar como abogados o mandatarios en cualquier clase de juicio o como procurador o agente
en gestiones particulares de carácter administrativo, ser director de bancos o de alguna sociedad anónima y
ejercer cargos de similar importancia en estas actividades”.

10.1 Atribuciones y funciones propias de los Ministerios. Características.

Los Ministerios no son órganos administrativos de ejecución. Los encargados de la ejecución


de los programas del Poder Ejecutivo son los servicios públicos. Sin embargo,
excepcionalmente, la ley les puede encomendar la función de ejecución (artículo 22 inciso
3º Ley Nº 18.575).
Por ejemplo, la ley les da tal atribución a los Ministerios de Obras Públicas y al Ministerio del
Trabajo

“Artículo 22.- Los Ministerios son los órganos superiores de colaboración del Presidente de la República en las
funciones de gobierno y administración de sus respectivos sectores, los cuales corresponden a los campos
específicos de actividades en que deben ejercer dichas funciones.
69
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Para tales efectos, deberán proponer y evaluar las políticas y planes correspondientes, estudiar y proponer
las normas aplicables a los sectores a su cargo, velar por el cumplimiento de las normas dictadas, asignar
recursos y fiscalizar las actividades del respectivo sector.
En circunstancias excepcionales, la ley podrá encomendar alguna de las funciones señaladas en el inciso
anterior a los servicios públicos. Asimismo, en los casos calificados que determine la ley, un ministerio

podrá actuar como órgano administrativo de ejecución” (El destacado es nuestro).

Adicionalmente, conforme se expresa en la norma transcrita, excepcionalmente, los servicios


públicos, que son los órganos de ejecución por antonomasia, pueden desarrollar alguna de
las funciones propias de los Ministerios.

Por otro lado, los Ministerios son fundamentalmente órganos políticos y, por tanto, les
corresponde proponer y evaluar políticas, planes y programas correspondientes a su sector.
Estudian y proponen, pero no son autónomos, ya que decide el Presidente de la República.

“Artículo 22.- Los Ministerios son los órganos superiores de colaboración del Presidente de la República en las
funciones de gobierno y administración de sus respectivos sectores, los cuales corresponden a los campos
específicos de actividades en que deben ejercer dichas funciones.
Para tales efectos, deberán proponer y evaluar las políticas y planes correspondientes, estudiar y
proponer las normas aplicables a los sectores a su cargo, velar por el cumplimiento de las normas dictadas,
asignar recursos y fiscalizar las actividades del respectivo sector.
En circunstancias excepcionales, la ley podrá encomendar alguna de las funciones señaladas en el inciso
anterior a los servicios públicos. Asimismo, en los casos calificados que determine la ley, un ministerio podrá

actuar como órgano administrativo de ejecución” (El destacado es nuestro).

Adicionalmente, deben estudiar y proponer normas aplicables al respectivo sector, debiendo


preocuparse, además, de su aplicación.

“Artículo 22.- Los Ministerios son los órganos superiores de colaboración del Presidente de la República en las
funciones de gobierno y administración de sus respectivos sectores, los cuales corresponden a los campos
específicos de actividades en que deben ejercer dichas funciones.
Para tales efectos, deberán proponer y evaluar las políticas y planes correspondientes, estudiar y proponer
las normas aplicables a los sectores a su cargo, velar por el cumplimiento de las normas dictadas,
asignar recursos y fiscalizar las actividades del respectivo sector.
En circunstancias excepcionales, la ley podrá encomendar alguna de las funciones señaladas en el inciso
anterior a los servicios públicos. Asimismo, en los casos calificados que determine la ley, un ministerio podrá

actuar como órgano administrativo de ejecución” (El destacado es nuestro).

Les corresponde asignar recursos para los fines públicos correspondientes de los dineros
que la Ley de Presupuestos les asigne.

70
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

“Artículo 22.- Los Ministerios son los órganos superiores de colaboración del Presidente de la República en las
funciones de gobierno y administración de sus respectivos sectores, los cuales corresponden a los campos
específicos de actividades en que deben ejercer dichas funciones.
Para tales efectos, deberán proponer y evaluar las políticas y planes correspondientes, estudiar y proponer
las normas aplicables a los sectores a su cargo, velar por el cumplimiento de las normas dictadas, asignar
recursos y fiscalizar las actividades del respectivo sector.
En circunstancias excepcionales, la ley podrá encomendar alguna de las funciones señaladas en el inciso
anterior a los servicios públicos. Asimismo, en los casos calificados que determine la ley, un ministerio podrá

actuar como órgano administrativo de ejecución” (El destacado es nuestro).

Finalmente, les corresponde fiscalizar las actividades del sector.

“Artículo 22.- Los Ministerios son los órganos superiores de colaboración del Presidente de la República en las
funciones de gobierno y administración de sus respectivos sectores, los cuales corresponden a los campos
específicos de actividades en que deben ejercer dichas funciones.
Para tales efectos, deberán proponer y evaluar las políticas y planes correspondientes, estudiar y proponer
las normas aplicables a los sectores a su cargo, velar por el cumplimiento de las normas dictadas, asignar
recursos y fiscalizar las actividades del respectivo sector.
En circunstancias excepcionales, la ley podrá encomendar alguna de las funciones señaladas en el inciso
anterior a los servicios públicos. Asimismo, en los casos calificados que determine la ley, un ministerio podrá

actuar como órgano administrativo de ejecución” (El destacado es nuestro).

De este modo, podemos concluir, que los Ministerios son órganos normativos, fiscalizadores,
asignadores de recursos públicos y evaluadores y proponedores de políticas, planes y
programas.

Cabe destacar que la función de fiscalización propia de los Ministerios, por excepción y bajo
ciertas circunstancias calificadas, puede ser atribuida a servicios públicos conocidos como
instituciones fiscalizadoras, como por ejemplo, la Dirección del Trabajo, el Servicio Nacional
de Aduanas, el Servicio de Impuestos Internos y las Superintendencias.

Lo anterior, se debe al tenor literal del artículo 22 inciso final de la Ley Nº 18.575 tantas
veces transcrito, conforme al cual, excepcionalmente, los servicios públicos, que son los
órganos de ejecución por antonomasia, pueden desarrollar alguna de las funciones propias
de los Ministerios.

Conforme al artículo 35 de la Constitución Política:


“Artículo 35.- Los reglamentos y decretos del Presidente de la República deberán firmarse por el
Ministro respectivo y no serán obedecidos sin este esencial requisito.

71
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Los decretos e instrucciones podrán expedirse con la sola firma del Ministro respectivo, por orden

del Presidente de la República, en conformidad a las normas que al efecto establezca la ley” (El destacado
es nuestro).

Por su parte, el artículo 36 del Texto Constitucional complementa la norma anterior


señalando:
“Artículo 36.- Los Ministros serán responsables individualmente de los actos que firmaren y solidariamente de
los que suscribieren o acordaren con los otros Ministros”.

Finalmente, el artículo 37 de la Constitución Política prescribe:


“Artículo 37.- Los Ministros podrán, cuando lo estimaren conveniente, asistir a las sesiones de la Cámara de
Diputados o del Senado, y tomar parte en sus debates, con preferencia para hacer uso de la palabra, pero sin
derecho a voto. Durante la votación podrán, sin embargo, rectificar los conceptos emitidos por cualquier diputado
o senador al fundamentar su voto.
Sin perjuicio de lo anterior, los Ministros deberán concurrir personalmente a las sesiones especiales que la
Cámara de Diputados o el Senado convoquen para informarse sobre asuntos que, perteneciendo al ámbito de
atribuciones de las correspondientes Secretarías de Estado, acuerden tratar”.

10.2 Las Subsecretarías.

Jerárquicamente, bajo la dependencia del Ministerio, se encuentran la o las Subsecretarías


según corresponda, las cuales son dirigidas por un funcionario denominado Subsecretario,
quien es el Jefe Superior de la Subsecretaría.

No obstante la nomenclatura, cabe señalar que el Subsecretario es un funcionario de alta


jerarquía, el cual es de la exclusiva confianza del Presidente de la República, es decir,
nombrado y removido libremente por el mismo.
Sin embargo, cabe destacar que los Subsecretarios no son colaboradores directos e
inmediatos del Presidente de la República, sino que lo son del Ministro respectivo (artículo
24 Ley Nº 18.575).

“Artículo 24.- En cada Ministerio habrá una o más Subsecretarías, cuyos jefes superiores serán los Subsecretarios,
quienes tendrán el carácter de colaboradores inmediatos de los Ministros. Les corresponderá coordinar la acción
de los órganos y servicios públicos del sector, actuar como ministros de fe, ejercer la administración interna del
Ministerio y cumplir las demás funciones que les señale la ley”.

Cada Ministerio –son 18- tiene una o más Subsecretarías, cada una a cargo de un
Subsecretario.
Por ejemplo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, tiene una Subsecretaría; el Ministerio de
Defensa, tiene tres Subsecretarías: la de Guerra, la de Marina y la de Aviación.

72
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

El artículo 40 de la Ley Nº 18.575 señala los requisitos para ser Subsecretario:


“Artículo 40.- Los Ministros de Estado y los Subsecretarios serán de la exclusiva confianza del Presidente
de la República, y requerirán, para su designación, ser chilenos, tener cumplidos veintiún años de
edad y reunir los requisitos generales para el ingreso a la Administración Pública.
No podrá ser Ministro de Estado el que tuviere dependencia de sustancias o drogas estupefacientes o
sicotrópicas ilegales, a menos que justifique su consumo por un tratamiento médico. Para asumir alguno de esos
cargos, el interesado deberá prestar una declaración jurada que acredite que no se encuentra afecto a esta
causal de inhabilidad.
Los jefes superiores de servicio, con excepción de los rectores de las instituciones de Educación Superior de
carácter estatal, serán de exclusiva confianza del Presidente de la República, y para su designación
deberán cumplir con los requisitos generales de ingreso a la Administración Pública, y con los que para casos

especiales exijan las leyes” (el destacado es nuestro).

10.2.1 Las competencias y atribuciones de los Subsecretarios.

Según el artículo 24 de la Ley Nº 18.575 antes transcrito, a los Subsecretarios les


corresponde:
- Coordinar las acciones y funciones de los servicios públicos del área correspondiente.
- Ser Ministro de Fe, por lo que cuando un Ministro dicta un decreto supremo, lo firma el
Ministro y autoriza su firma el Subsecretario respectivo.
- Subroga al Ministro cuando éste se ausenta (artículo 25 Ley Nº 18.575). Si hay varios
Subsecretarios, lo Subroga el de más antigua designación, a menos que el Presidente de la
República o la ley, determinen una regla diversa.
- Ejercer la administración interna del Ministerio.
- Cumplir las demás funciones que les señale la ley.

“Artículo 24.- En cada Ministerio habrá una o más Subsecretarías, cuyos jefes superiores serán los Subsecretarios,
quienes tendrán el carácter de colaboradores inmediatos de los Ministros. Les corresponderá
coordinar la acción de los órganos y servicios públicos del sector, actuar como ministros de fe, ejercer la
administración interna del Ministerio y cumplir las demás funciones que les señale la ley”.

“Artículo 25.- El Ministro será subrogado por el respectivo Subsecretario y, en caso de existir más de uno, por el
de más antigua designación; salvo que el Presidente de la República nombre a otro Secretario de Estado o que
la ley establezca para Ministerios determinados otra forma de subrogación”.

10.3 Los Ministerios como órganos centralizados que son, pueden


desconcentrase territorialmente.

Como lo vimos anteriormente, existen tres grandes sistemas de organización Administrativa:


• Centralización.
• Descentralización: - Territorial

73
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

- Funcional
• Desconcentración: - Territorial
- Funcional

Estos sistemas de organización administrativa son plenamente compatibles con el modelo


jurídico de Estado unitario, lo que implica que es centralizado políticamente.
Nuestro Constituyente en el artículo 3º del Texto Constitucional, opta por un régimen
centralizado políticamente y administrativamente descentralizado y desconcentrado, en
ambos casos, territorial y funcionalmente, en conformidad a la ley.

“Artículo 3º.- El Estado de Chile es unitario. La administración del Estado será funcional y territorialmente
descentralizada, o desconcentrada en su caso, de conformidad a la ley.
Los órganos del Estado promoverán el fortalecimiento de la regionalización del país y el desarrollo equitativo y
solidario entre las regiones, provincias y comunas del territorio nacional”.

Los Ministerios, por regla general, se desconcentran territorialmente a través de las


Secretarías Regionales Ministeriales (SEREMI), la cual está a cargo de un Secretario Regional
Ministerial, que depende del Ministerio correspondiente (artículo 26 Ley Nº 18.575).
Cabe señalar que existen algunos Ministerios que no se desconcentran territorialmente,
como por ejemplo, el Ministerio de Relaciones Exteriores.

“Artículo 26.- Los Ministerios, con las excepciones que contemple la ley, se desconcentrarán territorialmente
mediante Secretarías Regionales Ministeriales, las que estarán a cargo de un Secretario Regional Ministerial”.

Finalmente, corresponde revisar una última norma que nos señala, además de las
Subsecretarías y las Secretarias Regionales Ministeriales como órganos integrantes de los
Ministerios, los niveles jerárquicos que se pueden contemplar en los Ministerios, debiendo
tenerse en consideración la importancia relativa y el volumen de trabajo que signifique la
respectiva función (artículo 27 Ley Nº 18.575).

“Artículo 27.- En la organización de los Ministerios, además de las Subsecretarías y de las Secretarías
Regionales Ministeriales, podrán existir sólo los niveles jerárquicos de División, Departamento, Sección y
Oficina, considerando la importancia relativa y el volumen de trabajo que signifique la respectiva función.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, en circunstancias excepcionales la ley podrá establecer
niveles jerárquicos distintos o adicionales, así como denominaciones diferentes”.

Dichos niveles jerárquicos son:


- División.
- Departamento.
- Sección.

74
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

- Oficina.

No obstante todo lo dicho, la ley puede, en circunstancias excepcionales, establecer niveles


jerárquicos distintos o adicionales, así como denominaciones diferentes.

Cabe destacar que los servicios públicos también se desconcentran territorialmente, a través
de Direcciones Regionales, pero la Ley Nº 19.175 Sobre Gobierno y Administración Regional,
complementaria en este punto, agrega a las Direcciones Provinciales.
También los servicios públicos se pueden desconcentrar funcionalmente. Se hace a través
de la radicación por ley de atribuciones en determinados órganos, en orden o consideración
a la función.

11.- LA DESCONCENTRACION.

11.1 Concepto.

Es la traslación o transferencia de funciones de un órgano superior a otro inferior, dentro


de la misma persona jurídica.
Se puede dar al interior de un servicio público centralizado como de uno descentralizado.
La desconcentración puede ser territorial o funcional.

Los Directores Regionales son quienes dirigen las Direcciones Regionales de los servicios
públicos, órganos que son desconcentrados territorialmente del servicio público nacional,
teniendo competencia propia asignada por la ley.
Esto es precisamente lo que permite diferenciar la desconcentración de la delegación de
funciones, es decir, que en la desconcentración, la traslación o transferencia está hecha por
ley y es permanente.
En la delegación de funciones también se produce una traslación de funciones de un órgano
superior a uno inferior, pero no se hace por ley y es esencialmente transitoria.

En la desconcentración, lo que se transfiere es la titularidad de la competencia, en cambio


en la delegación, se transfiere el ejercicio de la competencia determinada, en virtud de una
autorización legal, de una habilitación legal.

Para descentralizar, hay que crear una persona jurídica nueva, en cambio, en la
desconcentración, no se crea una persona jurídica nueva, sólo se le atribuye competencia a

75
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

un órgano inferior, que de no existir éste, la competencia estaría radicada en el órgano


superior.

El artículo 33 de la Ley Nº 18.575 prescribe al respecto:


“Artículo 33.- Sin perjuicio de su dependencia jerárquica general, la ley podrá desconcentrar, territorial y
funcionalmente, a determinados órganos.
La desconcentración territorial se hará mediante Direcciones Regionales, a cargo de un Director Regional,
quien dependerá jerárquicamente del Director Nacional del servicio. No obstante, para los efectos de la ejecución
de las políticas, planes y programas de desarrollo regional, estarán subordinados al Intendente a través del
respectivo Secretario Regional Ministerial.
La desconcentración funcional se realizará mediante la radicación por ley de atribuciones en determinados
órganos del respectivo servicio”.

De esta norma, se desprende con plena claridad cómo se hace la desconcentración territorial
y como se hace la desconcentración funcional.

La desconcentración territorial se hace mediante Direcciones Regionales, a cargo de un


Director Regional, quien depende jerárquicamente del Director Nacional del servicio.
No obstante, para los efectos de la ejecución de las políticas, planes y programas de
desarrollo regional, están subordinados al Intendente a través del respectivo Secretario
Regional Ministerial.

La desconcentración funcional se realiza mediante la radicación por ley de atribuciones en


determinados órganos del respectivo servicio.

12.- ORGANIZACIÓN INTERNA DE LOS MINISTERIOS Y DE LOS SERVICIOS


PÚBLICOS.

Al interior de los Ministerios y Servicios Públicos existe una organización interna.

12.1 Ministerios.

En los Ministerios, conforme al artículo 27 de la Ley Nº 18.575, además de las Subsecretarías


y las Secretarías Regionales Ministeriales, existen varias unidades internas que ordenadas
jerárquicamente son las siguientes:

a) Divisiones.
b) Departamentos.
c) Secciones.
d) Oficinas.
76
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Cada una de ellas se encuentra jerárquicamente por encima de la posterior, sin embargo,
la ley puede, excepcionalmente, cambiar las denominaciones de las unidades internas y/o
puede crear niveles jerárquicos distintos.

“Artículo 27.- En la organización de los Ministerios, además de las Subsecretarías y de las Secretarías
Regionales Ministeriales, podrán existir sólo los niveles jerárquicos de División, Departamento, Sección y
Oficina, considerando la importancia relativa y el volumen de trabajo que signifique la respectiva función.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, en circunstancias excepcionales la ley podrá establecer
niveles jerárquicos distintos o adicionales, así como denominaciones diferentes”.

12.2 Servicios Públicos.

También los servicios públicos tienen unidades internas, y su estructura, depende de si


estamos ante un servicio público nacional o un servicio público regional (artículo 32 Ley Nº
18.575).

La estructura interna de los servicios públicos nacionales corresponde a:


1.- Dirección nacional.
2.- Direcciones regionales.
a.- Departamentos.
b.- Subdepartamentos.
c.- Secciones.
d.- Oficinas.

“Artículo 32.- En la organización interna de los servicios públicos sólo podrán establecerse los niveles de
Dirección Nacional, Direcciones Regionales, Departamento, Subdepartamento, Sección y Oficina.
La organización interna de los servicios públicos que se creen para desarrollar su actividad en todo o parte
de una región, podrá considerar solamente los niveles de Dirección, Departamento, Subdepartamento, Sección
y Oficina.
Para la creación de los niveles jerárquicos se considerará la importancia relativa y el volumen de trabajo que
signifiquen las respectivas funciones y el ámbito territorial en que actuará el servicio. Las instituciones de
Educación Superior de carácter estatal podrán, además, establecer en su organización Facultades, Escuelas,
Institutos, Centros de Estudios y otras estructuras necesarias para el cumplimiento de sus fines específicos.
No obstante lo dispuesto en los incisos anteriores, en circunstancias excepcionales, la ley podrá establecer
niveles jerárquicos distintos o adicionales, así como denominaciones diferentes”.

La diferencia es que en la estructura de los Ministerios, no hay Dirección Nacional ni regional,


así como tampoco Subdepartamentos.
77
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

La estructura interna de los servicios públicos regionales, que son aquellos creados para
desarrollar su actividad en todo o parte de una región, corresponde a:
a) Dirección.
b) Departamento.
c) Subdepartamento.
d) Sección.
e) Oficina.

Para la creación de los niveles jerárquicos, ya sea de un servicio público nacional o regional,
se considerará la importancia relativa y el volumen de trabajo que signifiquen las respectivas
funciones y el ámbito territorial en que actuará el servicio.

Por otro lado, las instituciones de Educación Superior de carácter estatal podrán, además,
establecer en su organización Facultades, Escuelas, Institutos, Centros de Estudios y otras
estructuras necesarias para el cumplimiento de sus fines específicos.

No obstante todo lo dicho anteriormente, en circunstancias excepcionales, la ley podrá


establecer niveles jerárquicos distintos o adicionales, así como denominaciones diferentes.

La relación entre el Presidente de la República y los servicios públicos, por regla general, es
indirecta –tutela o supervigilancia- ya que la mayoría son descentralizados, y por excepción,
es directa –jerarquía o dependencia-, respecto de los centralizados.

Hay servicios públicos centralizados o descentralizados, que no están vinculados al


Presidente de la República sino que lo están con el Intendente respectivo, y ello ocurre
respecto de los servicios públicos regionales, que son aquellos que desarrollan su actividad
en todo o parte de una región, sin perjuicio de que deben obedecer las políticas nacionales
y sujetarse a las normas técnicas que fije el Presidente de la República con la colaboración
del Ministerio respectivo (artículo 30 Ley Nº 18.575).

“Artículo 30.- Los servicios públicos centralizados o descentralizados que se creen para desarrollar su actividad
en todo o parte de una región, estarán sometidos, en su caso, a la dependencia o supervigilancia del respectivo
Intendente.
No obstante lo anterior, esos servicios quedarán sujetos a las políticas nacionales y a las normas técnicas del
Ministerio a cargo del sector respectivo”.

Excepcionalmente, los servicios públicos pueden cumplir funciones propias de Ministerios,


cuando se les asigna alguna de las funciones que les corresponden a los Ministerios,
78
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

conforme aparece del artículo 22 inciso final de la Ley Nº 18.575, como por ejemplo,
fiscalizar.
En estos casos, el órgano público no pasa a ser una entidad intermedia entre el Presidente
de la República y los otros servicios públicos, cuando se le asignan funciones propias del
Ministerio. Las reglas en orden a la forma de relacionarse no se alteran.

13.- LA DELEGACION.

La delegación es una institución que se perfecciona en dos etapas o que requiere de dos
requisitos.
En principio la jefatura del servicio no tiene la facultad para delegar competencias, esto sólo
ópera en la medida que sea autorizado por la ley y, luego de ello, se requiere de la emisión
de un acto de delegación.

Etapas para delegar:


a) Autorización legal para delegar.
b) Ejercicio efectivo de la delegación a través del acto administrativo respectivo.

Las clases de delegación existentes son las siguientes:


- De representación.
- De atribuciones.
- De firma.

A fin de evitar que la actividad de los servicios públicos sea ineficiente, el legislador establece
la posibilidad de delegación.

13.1 Delegación de Representación.

Se encuentra regulada en el artículo 35 de la Ley Nº 18.575.


“Artículo 35.- El Presidente de la República podrá delegar en forma genérica o específica la representación
del Fisco en los jefes superiores de los servicios centralizados, para la ejecución de los actos y celebración
de los contratos necesarios para el cumplimiento de los fines propios del respectivo servicio. A proposición del
jefe superior, el Presidente de la República podrá delegar esa representación en otros funcionarios
del servicio”.

La delegación de representación, busca evitar la ineficiencia que se puede presentar en los


órganos centralizados los cuales son representados por el Presidente de la República.
79
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Esto opera en los servicios públicos centralizados, porque en los descentralizados, la


representación le corresponde al Jefe Superior del servicio.

En este caso la delegación puede ser genérica o específica, es decir, en general o para casos
particulares.

Se puede delegar la representación en el Jefe Superior para la ejecución de actos o la


celebración de contratos.

La delegación de representación se hace al Jefe Superior del servicio y, a petición de este,


puede hacerse en otros funcionarios de su dependencia. Lo anterior tiene un inconveniente
y es que puede producir descoordinación o conflictos de atribuciones.

13.2 Delegación de atribuciones y facultades propias.

Se encuentra regulada en el artículo 41 de la Ley Nº 18.575.


“Artículo 41.- El ejercicio de las atribuciones y facultades propias podrá ser delegado, sobre las bases
siguientes:
a) La delegación deberá ser parcial y recaer en materias específicas;
b) Los delegados deberán ser funcionarios de la dependencia de los delegantes;
c) El acto de delegación deberá ser publicado o notificado según corresponda;
d) La responsabilidad por las decisiones administrativas que se adopten o por las actuaciones que se
ejecuten recaerá en el delegado, sin perjuicio de la responsabilidad del delegante por negligencia en el
cumplimiento de sus obligaciones de dirección o fiscalización; y
e) La delegación será esencialmente revocable.
El delegante no podrá ejercer la competencia delegada sin que previamente revoque la delegación.
Podrá igualmente, delegarse la facultad de firmar, por orden de la autoridad delegante, en determinados
actos sobre materias específicas. Esta delegación no modifica la responsabilidad de la autoridad correspondiente,
sin perjuicio de la que pudiera afectar al delegado por negligencia en el ejercicio de
la facultad delegada”.

La disposición antes transcrita establece que se puede delegar el ejercicio de las atribuciones
y facultades propias, por tanto no se puede delegar aquellas facultades y atribuciones que
no sean propias. Así, no se pueden delegar atribuciones que se me hayan delegado, porque
no son propias.

Los requisitos que deben cumplirse para que la delegación sea válida son los siguientes:
1) La delegación debe ser parcial y recaer en materias específicas.
2) El o los delegados deben ser funcionarios de la dependencia del delegante. Esto significa
que no se puede delegar en cualquier persona o funcionario no perteneciente al servicio.

80
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

3) La delegación debe ser publicada o notificada, según corresponda. Sera publicada cuando
sea de carácter general, es decir, cuando afecte a una generalidad de personas, y se notifica,
cuando se delegan atribuciones que afectan o se relacionan con una persona o personas
específicas.
4) La delegación de funciones o atribuciones produce una reinversión del principio de
responsabilidad. En efecto, debiera responder frente al ejercicio de la facultad el delegante,
sin embargo, esta norma revierte el principio de responsabilidad y hace responsable al
delegado, sin perjuicio por supuesto, de la responsabilidad del delegante por negligencia en
el cumplimiento de la obligación de dirección o fiscalización. Es decir, el delegante no puede
desentenderse de la delegación de sus facultades.
5) La delegación es esencialmente revocable, es decir, el delegante siempre puede revocarla.

¿Podría el delegante revisar el acto realizado por el delegado?


Siempre puede hacerlo.

En todo caso, el delegante no puede ejercer la competencia delegada sin que previamente
revoque la delegación.

13.3 Delegación de firma.

Se encuentra regulada en el inciso final del artículo 43 de la Ley Nº 18.575.


“Podrá igualmente, delegarse la facultad de firmar, por orden de la autoridad delegante, en determinados
actos sobre materias específicas. Esta delegación no modifica la responsabilidad de la autoridad correspondiente,
sin perjuicio de la que pudiera afectar al delegado por negligencia en el ejercicio de
la facultad delegada”.

La delegación de firma, puede ser respecto de determinados actos y materias específicas.


El delegado cuando firma, debe usar una fórmula: “por orden de…”. Cuando un funcionario
firma por orden de otra, significa que está ejerciendo la delegación de firma. Ejemplo, firma
el Ministro Defensa por orden del Presidente de la República.

En la delegación de firma se mantiene la regla de responsabilidad que se invirtió tratándose


de la delegación de atribuciones. La responsabilidad es el del delegante, sin perjuicio de que
responde el delegado por negligencia en el ejercicio de la facultad delegada.

14.- LOS SERVICIOS PÚBLICOS.

81
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

A cargo de la ejecución de la función administrativa se encuentran los servicios públicos y


estos son órganos encargados de satisfacer necesidades colectivas de una manera regular
y continua, además de permanente (artículos 28 y 3 de la Ley Nº 18.575).
A ellos les corresponde el cumplimiento de los planes y programas que fijan los Ministerios.

“Artículo 28.- Los servicios públicos son órganos administrativos encargados de satisfacer necesidades
colectivas, de manera regular y continua. Estarán sometidos a la dependencia o supervigilancia del Presidente
de la República a través de los respectivos Ministerios, cuyas políticas, planes y programas les corresponderá
aplicar, sin perjuicio de lo dispuesto en los Artículos 22, inciso tercero, y 30.
La ley podrá, excepcionalmente, crear servicios públicos bajo la dependencia o supervigilancia directa
del Presidente de la República”.

Se hace necesario distinguir entre necesidades colectivas y públicas.


Las necesidades colectivas son las que afectan al común de los ciudadanos y éstas son
públicas, cuando su satisfacción se le encomienda a un órgano de la Administración del
Estado.

Existen numerosas necesidades colectivas que no son públicas ya que son satisfechas
directamente por los particulares, sin intervención estatal. El servicio público comienza
cuando el legislador le encomienda la satisfacción de necesidades a un servicio público, que
como sabemos, debe ser creado por ley o por la Constitución Política.

Por otro lado, hay ciertas necesidades públicas que deben ser satisfechas únicamente por
el Estado, como por ejemplo, el resguardo del orden público y la defensa nacional, no
pudiendo los particulares satisfacer estas necesidades colectivas.

De este modo, en algunos ámbitos, coexisten los servicios públicos con la actividad del
sector privado, como por ejemplo, en la salud.
Existen órganos de salud que son gestionados por el Estado y, en este caso, estamos ante
un servicio público propiamente tal; pero también existen entidades de salud que son
gestionadas por privados y, en este caso, se satisfacen necesidades colectivas por personas
situadas fuera de la Administración del Estado. En este caso, estamos en presencia de
servicios públicos virtuales.

De este modo, las necesidades colectivas pueden ser satisfechas por servicios públicos
formales u orgánicos y también a través de los llamados servicios públicos virtuales.
Estamos frente a actividades de interés general que son satisfechas por el ente estatal o
personas naturales o jurídicas de derecho privado.

82
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Son entonces servicios públicos funcionales o virtuales, por ejemplo, los servicios públicos
concedidos o la concesión de servicios públicos. En este caso particular ejercen funciones
que son propias del Estado y que le han sido delegadas por éste, a través de un acto
concesional, como por ejemplo, ocurre, en materia de gas, agua, telecomunicaciones, etc.

Si bien, por regla general, las necesidades colectivas son satisfechas por el Estado,
excepcionalmente, pueden ser satisfechas por personas naturales o jurídicas privadas.

El artículo 29 de la Ley Nº 18.575, el cual ya revisamos anteriormente en este apunte, nos


entrega una clasificación de los servicios públicos. En efecto, prescribe:
“Artículo 29.- Los servicios públicos serán centralizados o descentralizados.
Los servicios centralizados actuarán bajo la personalidad jurídica y con los bienes y recursos del Fisco y
estarán sometidos a la dependencia del Presidente de la República, a través del Ministerio correspondiente.
Los servicios descentralizados actuarán con la personalidad jurídica y el patrimonio propios que la ley les
asigne y estarán sometidos a la supervigilancia del Presidente de la República a través del Ministerio
respectivo. La descentralización podrá ser funcional o territorial”.

Adicionalmente, como lo revisamos anteriormente, los servicios públicos pueden ser


nacionales o regionales.
El artículo 30 de la Ley Nº 18.575 señala al respecto:
“Artículo 30.- Los servicios públicos centralizados o descentralizados que se creen para desarrollar su actividad
en todo o parte de una región, estarán sometidos, en su caso, a la dependencia o supervigilancia del respectivo
Intendente.
No obstante lo anterior, esos servicios quedarán sujetos a las políticas nacionales y a las normas técnicas del
Ministerio a cargo del sector respectivo”.

Los servicios públicos están a cargo de Jefes Superiores de servicio, que se denominan
genéricamente Directores, sin perjuicio de que le ley puede asignar a estos cargos una
denominación diferente, como ocurre por ejemplo con el Tesorero General de la
República, el Contralor General de la República, el Superintendente, etc.
Para cambiar las denominaciones de Director, se requiere una ley especial (artículo 31 Ley
Nº 18.575).

En circunstancias excepcionales la ley puede establecer consejos u órganos colegiados en


la estructura de los servicios públicos con las facultades que la misma ley señale, incluyendo
la de dirección superior del servicio.
Lo anterior implica que, puede, excepcionalmente, en la jefatura superior del servicio, haber
un órgano colegiado o un consejo, si la ley así lo establece.
Ejemplo de lo anterior, es el Consejo de Defensa del Estado, el Comité de Inversiones
Extranjeras, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, etc.
83
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

“Artículo 31.- Los servicios públicos estarán a cargo de un jefe superior denominado Director, quien
será el funcionario de más alta jerarquía dentro del respectivo organismo. Sin embargo, la ley podrá,
en casos excepcionales, otorgar a los jefes superiores una denominación distinta.
A los jefes de servicio les corresponderá dirigir, organizar y administrar el correspondiente servicio; controlarlo
y velar por el cumplimiento de sus objetivos; responder de su gestión, y desempeñar
las demás funciones que la ley les asigne. En circunstancias excepcionales la ley podrá establecer consejos u
órganos colegiados en la estructura de los servicios públicos con las facultades que ésta señale, incluyendo
la de dirección superior del servicio”.

Las funciones de los Jefes Superiores de Servicio, conforme al artículo anterior son:
1) Dirigir, organizar y administrar el servicio público.
2) Controlar el servicio y velar por el cumplimiento de sus objetivos.
3) Responder de su gestión.
4) Desempeñar las demás funciones que la ley les asigne.
5) Representar judicial y extrajudicialmente al servicio (artículo 36 Ley Nº 18.575).
Ejemplo, la demanda contra una Municipalidad se interpone contra el alcalde en su calidad
de representante legal del municipio.
Esta función de representación le corresponde a los Jefes Superiores de servicios
descentralizados, ya que en los centralizados, le corresponde al Presidente del Consejo
Defensa del Estado la representación judicial, y la representación extrajudicial, al Presidente
de la República o al Intendente tratándose, en este último caso, de servicios públicos
regionales.

“Artículo 36.- La representación judicial y extrajudicial de los servicios descentralizados corresponderá a los
respectivos jefes superiores”.

El artículo 40 de la Ley Nº 18.575 señala los requisitos para ser Jefe Superior de Servicio:
“Artículo 40.- Los Ministros de Estado y los Subsecretarios serán de la exclusiva confianza del Presidente de la
República, y requerirán, para su designación, ser chilenos, tener cumplidos veintiún años de edad y reunir los
requisitos generales para el ingreso a la Administración Pública.
No podrá ser Ministro de Estado el que tuviere dependencia de sustancias o drogas estupefacientes o
sicotrópicas ilegales, a menos que justifique su consumo por un tratamiento médico. Para asumir alguno de esos
cargos, el interesado deberá prestar una declaración jurada que acredite que no se encuentra afecto a esta
causal de inhabilidad.
Los jefes superiores de servicio, con excepción de los rectores de las instituciones de Educación
Superior de carácter estatal, serán de exclusiva confianza del Presidente de la República, y para su
designación deberán cumplir con los requisitos generales de ingreso a la Administración Pública, y

con los que para casos especiales exijan las leyes” (el destacado es nuestro).

15.- LA PROBIDAD ADMINISTRATIVA.


84
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

El artículo 8º inciso primero de la Constitución Política, señala al respecto:


“Artículo 8º.- El ejercicio de las funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto cumplimiento al principio
de probidad en todas sus actuaciones”.

Por su parte, conforme al artículo 13 inciso 1º de la Ley Nº 18.575, “los funcionarios de


la Administración del Estado deberán observar el principio de probidad administrativa y, en
particular, las normas legales generales y especiales que lo regulan”.

La probidad administrativa se encuentra definida en el artículo 52 inciso segundo de la Ley


Nº 18.575, señalándonos que la probidad administrativa consiste en observar una conducta
funcionaria intachable y un desempeño honesto y leal de la función o cargo, con
preeminencia del interés general sobre el particular.

Por su parte, el artículo 53 de la Ley Nº 18.575, señala que implica sobreponer el interés
general al particular.
“Artículo 53.- El interés general exige el empleo de medios idóneos de diagnóstico, decisión y control, para
concretar, dentro del orden jurídico, una gestión eficiente y eficaz. Se expresa en el recto y correcto
ejercicio del poder público por parte de las autoridades administrativas; en lo razonable e imparcial de sus
decisiones; en la rectitud de ejecución de las normas, planes, programas y acciones; en la integridad ética y
profesional de la administración de los recursos públicos que se gestionan; en la expedición en el cumplimiento
de sus funciones legales, y en el acceso ciudadano a la información administrativa, en conformidad a la
ley”.

Están obligados a dar estricto cumplimiento al principio de la probidad administrativa


conforme al artículo 52 de la Ley Nº 18.575:
- Las autoridades de la Administración del Estado, cualquiera sea su denominación.
- Los funcionarios de planta de la Administración Pública.
- Los funcionarios a contrata de la Administración Pública.

“Artículo 52.- Las autoridades de la Administración del Estado, cualquiera que sea la denominación con que las
designen la Constitución y las leyes, y los funcionarios de la Administración Pública, sean de planta o a contrata,
deberán dar estricto cumplimiento al principio de la probidad administrativa.
El principio de la probidad administrativa consiste en observar una conducta funcionaria intachable y un
desempeño honesto y leal de la función o cargo, con preeminencia del interés general sobre el particular.
Su inobservancia acarreará las responsabilidades y sanciones que determinen la Constitución, las leyes
y el párrafo 4º de este Título, en su caso”.

La inobservancia al principio de la probidad administrativa genera las responsabilidades y


sanciones que determina la Constitución Política, las leyes y el párrafo 4º del Título III de la
Ley Nº 18.575.

85
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

El artículo 62 de la Ley Nº 18.575 enumera una serie de conductas que el legislador orgánico
estima como especialmente violatorias de la probidad administrativa, las cuales atendido el
tenor literal de la norma, no son taxativas.

“Artículo 62.- Contravienen especialmente el principio de la probidad administrativa, las siguientes conductas:
1. Usar en beneficio propio o de terceros la información reservada o privilegiada a que se tuviere acceso en
razón de la función pública que se desempeña;
2. Hacer valer indebidamente la posición funcionaria para influir sobre una persona con el objeto de conseguir
un beneficio directo o indirecto para sí o para un tercero;
3. Emplear, bajo cualquier forma, dinero o bienes de la institución, en provecho propio o de terceros;
4. Ejecutar actividades, ocupar tiempo de la jornada de trabajo o utilizar personal o recursos del organismo
en beneficio propio o para fines ajenos a los institucionales;
5. Solicitar, hacerse prometer o aceptar, en razón del cargo o función, para sí o para terceros, donativos,
ventajas o privilegios de cualquier naturaleza.
Exceptúanse de esta prohibición los donativos oficiales y protocolares, y aquellos que autoriza la costumbre
como manifestaciones de cortesía y buena educación.
El millaje u otro beneficio similar que otorguen las líneas aéreas por vuelos nacionales o internacionales a los
que viajen como autoridades o funcionarios, y que sean financiados con recursos públicos, no podrán ser
utilizados en actividades o viajes particulares;
6. Intervenir, en razón de las funciones, en asuntos en que se tenga interés personal o en que lo tengan el
cónyuge, hijos, adoptados o parientes hasta el tercer grado de consanguinidad y segundo de afinidad inclusive.
Asimismo, participar en decisiones en que exista cualquier circunstancia que le reste imparcialidad.
Las autoridades y funcionarios deberán abstenerse de participar en estos asuntos, debiendo poner en
conocimiento de su superior jerárquico la implicancia que les afecta;
7. Omitir o eludir la propuesta pública en los casos que la ley la disponga;
8. Contravenir los deberes de eficiencia, eficacia y legalidad que origen el desempeño de los cargos públicos,
con grave entorpecimiento del servicio o del ejercicio de los derechos ciudadanos ante la Administración, y
9. Efectuar denuncias de irregularidades o de faltas al principio de probidad de las que haya afirmado
tener conocimiento, sin fundamento y respecto de las cuales se constatare su falsedad o el ánimo deliberado
de perjudicar al denunciado”.

Cabe señalar que la normativa relativa a la probidad administrativa es de gran relevancia en


materia de responsabilidad, ya que conforme se desprende del artículo 125 de la Ley Nº
18.834 Sobre Estatuto Administrativo, procede la medida disciplinaria de destitución cuando
los hechos constitutivos de la infracción vulneren gravemente el principio de la probidad
administrativa.

“Artículo 125.- La destitución es la decisión de la autoridad facultada para hacer el nombramiento de poner
término a los servicios de un funcionario.
La medida disciplinaria de destitución procederá sólo cuando los hechos constitutivos de la infracción vulneren
gravemente el principio de probidad administrativa, y en los siguientes casos:…”.

16.- ALGUNAS INHABILIDADES E INCOMPATIBILIDADES ADMINISTRATIVAS


CONTEMPLADAS EN LA LEY Nº 18.575.
86
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

La citada Ley Nº 18.575, en su Título III, relativo a la Probidad Administrativa,


específicamente en el párrafo 2º, contiene algunas inhabilidades e incompatibilidades, no
agotándose allí el régimen relativo a las inhabilidades e incompatibilidades aplicables a los
funcionarios públicos.

16.1 De las inhabilidades.

Las inhabilidades son causales que impiden a una persona acceder a ocupar un cargo público
o, que ocupándolo, le impiden continuar desempeñándolo.

El artículo 12 de la Ley Nº 18.834 Sobre Estatuto Administrativo, establece como requisitos


para el ingreso a la Administración del Estado: la idoneidad cívica, la idoneidad física, la
idoneidad moral y la idoneidad intelectual.

La idoneidad moral es en un deber negativo, consistente en no haber cesado en un cargo


público como consecuencia de haber obtenido una calificación deficiente, o por medida
disciplinaria, salvo que hayan transcurrido más de cinco años desde la fecha de expiración
de funciones (letra e) artículo 12); y no estar inhabilitado para el ejercicio de funciones o
cargos públicos, ni hallarse condenado por crimen o simple delito (letra f) artículo 12).

En este sentido, las inhabilidades pueden ser de ingreso conforme se desprende del
artículo 54 de la Ley Nº 18.575, o sobrevinientes, conforme lo prescribe el artículo 64 de
la misma norma legal.

“Artículo 54.- Sin perjuicio de las inhabilidades especiales que establezca la ley, no podrán ingresar a cargos en
la Administración del Estado:
a) Las personas que tengan vigente o suscriban, por sí o por terceros, contratos o cauciones ascendentes a
doscientas unidades tributarias mensuales o más, con el respectivo organismo de la Administración Pública.
Tampoco podrán hacerlo quienes tengan litigios pendientes con la institución de que se trata, a menos
que se refieran al ejercicio de derechos propios, de su cónyuge, hijos, adoptados o parientes hasta el tercer
grado de consanguinidad y segundo de afinidad inclusive.
Igual prohibición regirá respecto de los directores, administradores, representantes y socios titulares del
diez por ciento o más de los derechos de cualquier clase de sociedad, cuando ésta tenga contratos o cauciones
vigentes ascendentes a doscientas unidades tributarias mensuales o más, o litigios pendientes, con el organismo
de la Administración a cuyo ingreso se postule.
b) Las personas que tengan la calidad de cónyuge, hijos, adoptados o parientes hasta el tercer grado de
consanguinidad y segundo de afinidad inclusive respecto de las autoridades y de los funcionarios directivos del
organismo de la administración civil del Estado al que postulan, hasta el nivel de jefe de departamento o su
equivalente, inclusive.
c) Las personas que se hallen condenadas por crimen o simple delito”.

87
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

“Artículo 64.- Las inhabilidades sobrevinientes deberán ser declaradas por el funcionario afectado a su
superior jerárquico dentro de los diez días siguientes a la configuración de alguna de las causales señaladas en
el Artículo 54. En el mismo acto deberá presentar la renuncia a su cargo o función, salvo que la inhabilidad
derivare de la designación posterior de un directivo superior, caso en el cual el subalterno en funciones deberá
ser destinado a una dependencia en que no exista entre ellos una relación jerárquica.
En el caso de la inhabilidad a que se refiere el artículo 55 bis, junto con admitirla ante el superior jerárquico,
el funcionario se someterá a un programa de tratamiento y rehabilitación en alguna de las
instituciones que autorice el reglamento. Si concluye ese programa satisfactoriamente, deberá aprobar un control
de consumo toxicológico y clínico que se le aplicará, con los mecanismos de resguardo a que alude el
artículo 61, inciso cuarto.
El incumplimiento de cualquiera de estas normas será sancionado con la medida disciplinaria de destitución
del infractor. Lo anterior es sin perjuicio de la aplicación de las reglas sobre salud irrecuperable o incompatible
con el desempeño del cargo, si procedieren, tratándose de la situación a que alude el inciso segundo”.

En efecto, el artículo 54 de la ley antes citada consagra algunas inhabilidades de ingreso,


señalando que “sin perjuicio de las inhabilidades especiales que establezca la ley, no podrán
ingresar a cargos en la Administración del Estado:
a) Las personas que tengan vigente o suscriban, por sí o por terceros, contratos o cauciones
ascendentes a doscientas unidades tributarias mensuales o más, con el respectivo
organismo de la Administración Pública.
Tampoco podrán hacerlo quienes tengan litigios pendientes con la institución de que se
trata, a menos que se refieran al ejercicio de derechos propios, de su cónyuge, hijos,
adoptados o parientes hasta el tercer grado de consanguinidad y segundo de afinidad
inclusive.
Igual prohibición regirá respecto de los directores, administradores, representantes y socios
titulares del diez por ciento o más de los derechos de cualquier clase de sociedad, cuando
ésta tenga contratos o cauciones vigentes ascendentes a doscientas unidades tributarias
mensuales o más, o litigios pendientes, con el organismo de la Administración a cuyo ingreso
se postule.
b) Las personas que tengan la calidad de cónyuge, hijos, adoptados o parientes hasta el
tercer grado de consanguinidad y segundo de afinidad inclusive respecto de las autoridades
y de los funcionarios directivos del organismo de la administración civil del Estado al que
postulan, hasta el nivel de jefe de departamento o su equivalente, inclusive.
c) Las personas que se hallen condenadas por crimen o simple delito”.

De este modo, las inhabilidades de ingreso que se contemplan en la norma legal


anteriormente transcrita son: inhabilidades derivadas de tener vigentes contratos o
cauciones con el organismo de la Administración al cual se pretende ingresar; inhabilidades
derivadas de las relaciones de parentesco; inhabilidades de directores de sociedades que

88
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

contraten con el organismo al cual pretenden ingresar; inhabilidad por litigar en contra de
la Administración e inhabilidades derivadas de condenas por crimen o simple delito.

Todos los tipos de inhabilidades señalados anteriormente tienen por objeto resguardar el
principio de probidad administrativa y evitar los conflictos de intereses que se pudieren
generar en el ejercicio de un determinado empleo público.

Por su parte, el inciso primero del artículo 55 bis dispone que “no podrá desempeñar las
funciones de Subsecretario, Jefe Superior de Servicio, ni directivo superior de un órgano u
organismo de la Administración del Estado, hasta el grado de jefe de división o su
equivalente, el que tuviere dependencia de sustancias o drogas estupefacientes o
sicotrópicas ilegales, a menos que justifique su consumo por un tratamiento médico”.

Pues bien, todo postulante a un cargo o empleo público debe prestar una declaración jurada
que acredite que no se encuentra afecto a alguna de las causales de inhabilidad para el
ingreso, previstas en el artículo 54 o a la inhabilidad del artículo 55 bis de la Ley Nº 18.575
(artículos 55 y 55 bis Ley Nº 18.575).

“Artículo 55.- Para los efectos del Artículo anterior, los postulantes a un cargo público deberán prestar una
declaración jurada que acredite que no se encuentran afectos a alguna de las causales de inhabilidad previstas
en ese Artículo”.

“Artículo 55 bis.- No podrá desempeñar las funciones de Subsecretario, jefe superior de servicio ni directivo
superior de un órgano u organismo de la Administración del Estado, hasta el grado de jefe de división o su
equivalente, el que tuviere dependencia de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas ilegales, a menos
que justifique su consumo por un tratamiento médico.
Para asumir alguno de esos cargos, el interesado deberá prestar una declaración jurada que acredite que
no se encuentra afecto a esta causal de inhabilidad”.

Cabe destacar que conforme al artículo 63 de la Ley Nº 18.575, la designación de una


persona inhábil es nula, pero la invalidación no obliga a la restitución de las remuneraciones
percibidas por el inhábil, siempre que la inadvertencia de la inhabilidad no le sea imputable.

“Artículo 63.- La designación de una persona inhábil será nula. La invalidación no obligará a la
restitución de las remuneraciones percibidas por el inhábil, siempre que la inadvertencia de la inhabilidad no le
sea imputable.
La nulidad del nombramiento en ningún caso afectará la validez de los actos realizados entre su designación
y la fecha en que quede firme la declaración de nulidad. Incurrirá en responsabilidad administrativa todo
funcionario que hubiere intervenido en la tramitación de un nombramiento irregular y que por negligencia
inexcusable omitiere advertir el vicio que lo invalidaba”.

89
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Además, la nulidad del nombramiento en ningún caso afecta la validez de los actos
realizados entre su designación y la fecha en que quede firme la declaración de nulidad, lo
que se conoce como la institución del funcionario de hecho, reconociéndole validez a sus
actuaciones.

En todo caso, incurre en responsabilidad administrativa todo funcionario que hubiere


intervenido en la tramitación de un nombramiento irregular y que por negligencia
inexcusable omitiere advertir el vicio que lo invalidaba.

Por su parte, como fue visto anteriormente, el artículo 64 de la Ley Nº 18.575 hace
referencia a las inhabilidades sobrevinientes, las cuales deben ser declaradas por el
funcionario afectado a su superior jerárquico dentro de los diez días siguientes a la
configuración de alguna de las causales señaladas en el Artículo 54, referente a motivos de
inhabilidad para el ingreso.
En el mismo acto deberá presentar la renuncia a su cargo o función, salvo que la inhabilidad
derivare de la designación posterior de un directivo superior, caso en el cual el subalterno
en funciones deberá ser destinado a una dependencia en que no exista entre ellos una
relación jerárquica.
El incumplimiento de cualquiera de estas normas es sancionado con la medida disciplinaria
de destitución del infractor.

“Artículo 64.- Las inhabilidades sobrevinientes deberán ser declaradas por el funcionario afectado a su
superior jerárquico dentro de los diez días siguientes a la configuración de alguna de las causales señaladas en
el Artículo 54. En el mismo acto deberá presentar la renuncia a su cargo o función, salvo que la inhabilidad
derivare de la designación posterior de un directivo superior, caso en el cual el subalterno en funciones deberá
ser destinado a una dependencia en que no exista entre ellos una relación jerárquica.
En el caso de la inhabilidad a que se refiere el artículo 55 bis, junto con admitirla ante el superior jerárquico,
el funcionario se someterá a un programa de tratamiento y rehabilitación en alguna de las
instituciones que autorice el reglamento. Si concluye ese programa satisfactoriamente, deberá aprobar un control
de consumo toxicológico y clínico que se le aplicará, con los mecanismos de resguardo a que alude el
artículo 61, inciso cuarto.
El incumplimiento de cualquiera de estas normas será sancionado con la medida disciplinaria de destitución
del infractor. Lo anterior es sin perjuicio de la aplicación de las reglas sobre salud irrecuperable o incompatible
con el desempeño del cargo, si procedieren, tratándose de la situación a que alude el inciso segundo”.

16.2 De las incompatibilidades.

Por su parte, las incompatibilidades son prohibiciones de desempeño simultáneo de dos o


más cargos o empleos públicos, o prohibiciones para la percepción conjunta de
remuneraciones u otros beneficios de origen diverso, establecidas por el legislador.

90
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Según Silva Cimma, “en sentido amplio, las incompatibilidades constituyen también una
especie de prohibición desde el instante en que igualmente imponen al servidor público una
prestación de no hacer”.

Las incompatibilidades, conforme se desprende de la jurisprudencia administrativa emanada


del organismo contralor, pueden ser: incompatibilidades en el empleo, incompatibilidades
personales o incompatibilidades de remuneraciones.

En doctrina - prosigue el mismo autor – “se distingue entre una incompatibilidad en razón
de vínculo matrimonial y de parentesco, una incompatibilidad de funciones o prohibición de
desempeñar más de un empleo público, y una incompatibilidad de remuneraciones o
prohibición de percibir más de una remuneración estatal”.

Así, el artículo 56 de la Ley Nº 18.575, enuncia casos de incompatibilidades entre la función


pública y ciertas actividades particulares, las que deben presentarse al momento de estar
nombrado en el cargo o empleo público.

El artículo en cuestión prescribe:


“Artículo 56.- Todos los funcionarios tendrán derecho a ejercer libremente cualquier profesión, industria,
comercio u oficio conciliable con su posición en la Administración del Estado, siempre que con ello no se perturbe
el fiel y oportuno cumplimiento de sus deberes funcionarios, sin perjuicio de las prohibiciones o limitaciones
establecidas por ley
Estas actividades deberán desarrollarse siempre fuera de la jornada de trabajo y con recursos privados. Son
incompatibles con la función pública las actividades particulares cuyo ejercicio deba realizarse en horarios que
coincidan total o parcialmente con la jornada de trabajo que se tenga asignada.
Asimismo, son incompatibles con el ejercicio de la función pública las actividades particulares de las
autoridades o funcionarios que se refieran a materias específicas o casos concretos que deban ser analizados,
informados o resueltos por ellos o por el organismo o servicio público a que pertenezcan; y la representación de
un tercero en acciones civiles deducidas en contra de un organismo de la Administración del Estado, salvo que
actúen en favor de alguna de las personas señaladas en la letra b) del Artículo 54 o que medie disposición
especial de ley que regule dicha representación.
Del mismo modo son incompatibles las actividades de las ex autoridades o ex funcionarios de una institución
fiscalizadora que impliquen una relación laboral con entidades del sector privado sujetas a la fiscalización de ese
organismo. Esta incompatibilidad se mantendrá hasta seis meses después de haber expirado en funciones”.

Como se señaló, estas incompatibilidades entre la función pública y ciertas actividades


particulares, deben presentarse al momento de estar nombrado el interesado en el cargo o
empleo público.

91
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Adicionalmente, se establece una incompatibilidad posterior para las ex autoridades o ex


funcionarios públicos de una institución fiscalizadora, que impliquen una relación laboral con
entidades del sector privado sujetas a la fiscalización de ese organismo, la que se mantiene
hasta seis meses después de haber expirado en funciones, más no se contempla una
incompatibilidad para quien es nombrado en un cargo o empleo público habiéndose
desempeñado anteriormente en el sector privado.

En relación al derecho a desarrollar libremente cualquier profesión, industria, comercio u


oficio, la Contraloría General de la República ha dictaminado que “el derecho a desarrollar
actividades lucrativas se encuentra amparado por el artículo 19 nº 16 y 21 de la Constitución
Política de la República y en lo que respecta a los servidores públicos en el inciso 2º del
artículo 56 de la Ley Nº 18.575, el cual establece que en todo caso resultan
incompatibles con la función pública las actividades particulares de las
autoridades o empleados que se refieren a materias específicas o casos concretos
que deben analizar, informar o resolver aquellos, o el organismo al que
pertenecen. Esta norma tiene un carácter excepcional y por lo mismo ha de
interpretarse en forma restrictiva” (Dict.9.148/2002) (el destacado es nuestro).

Asimismo, se ha sostenido que “los abogados que prestan servicios a la Administración del
Estado, sea como titulares, contratados o por convenios de honorarios, están habilitados
para representar a inculpados, reos o condenados en delitos por manejo bajo estado de
ebriedad. Ello, por que el artículo 58 de la Ley Nº 18.575 reconoce a los servidores
públicos el derecho a desarrollar cualquier profesión, industria, comercio u oficio,
pero los obliga a evitar que sus prerrogativas o esferas de influencia se proyecten
en su actividad particular, aunque la posibilidad de conflicto sea sólo potencial”
(Dicts.7.083/2001, 6.591/2000 y 12.538/1999) (el destacado es nuestro).

Se ha dictaminado también, que “la norma de incompatibilidad establecida en el


artículo 80 del Estatuto Administrativo se aplica a los empleos públicos, por lo
que no alcanza a los empleos del campo privado. En efecto, este precepto no
regula la incompatibilidad entre cargos de la Administración del Estado y
empleos en entidades del sector privado, sin perjuicio de que un funcionario
público deba observar las normas que lo rigen en su carácter de tal, entre las
cuales se haya la de cumplir cabalmente con su jornada de trabajo y respetar el
principio de probidad administrativa. En estos casos cobra plena vigencia el
principio de libertad de trabajo consagrado en el artículo 19, número 16, inciso
4º de la Constitución Política de la República” (Dicts. 1473/1998 y 44.468/1998) (el
destacado es nuestro).

92
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Finalmente, el organismo contralor ha dictaminado que existe incompatibilidad con


actividades en empresa privada que presta servicios relativos a su misma esfera de
actividad. Al respecto se ha señalado: “Un funcionario auxiliar, mecánico de mantención de
la Dirección General de Aeronáutica Civil, no puede realizar trabajos de igual
naturaleza en una empresa privada que a su vez presta a aquella servicios
relativos a la misma esfera de su actividad, por afectar su imparcialidad,
contraviniendo el principio de probidad administrativa. Asimismo, acorde a lo
dispuesto en el artículo 56 de la Ley Nº 18.575, todos los funcionarios tendrán derecho a
ejercer libremente cualquier profesión, industria, comercio u oficio, fuera de la jornada de
trabajo y con recursos privados, siempre que estas actividades sean conciliables con su
posición en la Administración y no perturben el fiel cumplimiento de sus deberes
funcionarios, sin desmedro de las prohibiciones o limitaciones legales. Dicho principio
impone a los servidores públicos el deber de evitar que sus prerrogativas o
esferas de influencia se proyecten en su actividad particular, aun cuando la
posibilidad de que se produzcan conflictos sea potencial, lo que puede darse con
facilidad cuando dicha actividad incide o se relaciona con el campo de las labores
propias de la repartición a la que pertenece o de la unidad en que se desempeña,
como podría ocurrir en este caso” (Dicts. 27.760/2002, 28.210/2001, 7.775/2000,
33.775/2000, 43.328/2000, 45.287/2000, 28.721/1999 y 44.468/1998) (el destacado es
nuestro).

Finalmente, cabe destacar que las prohibiciones, las incompatibilidades y las inhabilidades
aplicables a los funcionarios públicos son de derecho estricto11, vale decir, de interpretación
y aplicación restringida, no pudiendo aplicarse por analogía.
De este modo, son sólo las establecidas taxativamente por ley.

Por ejemplo, en relación a las incompatibilidades, “la jurisprudencia administrativa de la


Contraloría General ha informado reiteradamente que en el campo del derecho público las
incompatibilidades sólo proceden en los casos que el legislador las haya contemplado
expresamente, de modo que en ausencia de normas restrictivas sobre la materia debe
reconocerse como regla de carácter general en el ámbito de la Administración del Estado,
la compatibilidad, ya sea para el ejercicio simultáneo de determinados empleos públicos o
para la percepción conjunta de remuneraciones u otros beneficios de origen diverso” (Dicts.
69548/61, 16504/83 y 3823/98) (el destacado es nuestro).

11
Véase. Dictamen de la Contraloría General de la República 8.871/1998.
93
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

17.- LA DECLARACION DE INTERESES Y DE PATRIMONIO.

El párrafo 3º del Título III, de la Ley Nº 18.575 regula la declaración de intereses y de


patrimonio.

17.1 Declaración de Intereses.

Conforme al artículo 57 de su texto, están obligados por ley a presentar declaración de


intereses, dentro del plazo de 30 días contados desde la fecha de asunción del cargo 12:
- El Presidente de la República,
- Los Ministros de Estado,
- Los Subsecretarios,
- Los Intendentes,
- Los Gobernadores,
- Los Secretarios Regionales Ministeriales,
- Los Jefes Superiores de Servicio,
- Los Embajadores,
- Los Consejeros del Consejo de Defensa del Estado,
- El Contralor General de la República,
- Los oficiales generales y oficiales superiores de las Fuerzas Armadas y niveles jerárquicos
equivalentes de las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública,
- Los Alcaldes,
- Los Concejales,
- Los Consejeros Regionales.
- Las demás autoridades y funcionarios directivos, profesionales, técnicos y fiscalizadores de
la Administración del Estado que se desempeñen hasta el nivel de jefe de departamento o
su equivalente.

Esta obligación de declarar intereses es absolutamente independiente de la obligación de


declarar patrimonio, que leyes especiales impongan a esas autoridades y funcionarios.

“Artículo 57.- El Presidente de la República, los Ministros de Estado, los Subsecretarios, los Intendentes y
Gobernadores, los Secretarios Regionales Ministeriales, los Jefes Superiores de Servicio, los Embajadores, los
Consejeros del Consejo de Defensa del Estado, el Contralor General de la República, los oficiales generales y
oficiales superiores de las Fuerzas Armadas y niveles jerárquicos equivalentes de las Fuerzas de Orden y

12
Véase Dictámenes de la Contraloría General de la República, relativos a funcionarios públicos que
deben prestar declaración de intereses: 4.443/2001, 26.104/2000, 17.227/2003, 43.130/2000,
30.672/2001, 33.478/2000, 14.847/2002, 3.100/2001 y 25.466/2000.
94
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Seguridad Pública, los Alcaldes, Concejales y Consejeros Regionales deberán presentar una declaración de
intereses, dentro del plazo de treinta días contado desde la fecha de asunción del cargo.
Igual obligación recaerá sobre las demás autoridades y funcionarios directivos, profesionales, técnicos y
fiscalizadores de la Administración del Estado que se desempeñen hasta el nivel de jefe de departamento o su
equivalente.
La obligación de presentar declaración de intereses regirá independientemente de la declaración de
patrimonio que leyes especiales impongan a esas autoridades y funcionarios”.

Conforme al artículo 58 de la Ley Nº 18.575, la declaración de intereses debe contener la


individualización de las actividades profesionales y económicas en que participa el
declarante.

“Artículo 58.- La declaración de intereses deberá contener la individualización de las actividades


profesionales y económicas en que participe la autoridad o el funcionario”.

Cabe destacar que el objetivo que persigue la declaración de intereses, además de dar
vigencia al principio de publicidad y transparencia, es evitar, eventuales conflictos de
intereses entre las actividades particulares de la autoridad o funcionario y sus funciones en
cuanto empleado público. Es precisamente por ello, que esta materia se encuentra regulada
en un párrafo que se encuentra incluido dentro del Título III de la Ley Nº 18.575, relativo a
probidad administrativa.

En cuanto a las características de la declaración de intereses, cabe destacar que es una


declaración pública, la cual debe actualizarse cada cuatro años, y cada vez que ocurra un
hecho relevante que la modifique; debe presentarse en tres ejemplares, los que son
autentificados al momento de la recepción por el ministro de fe del órgano u organismo al
que pertenezca el declarante o, en su defecto, ante notario. Uno de ellos es remitido a la
Contraloría General de la República o a la Contraloría Regional, según corresponda, para su
custodia, archivo y consulta, otro se deposita en la oficina de personal del órgano u
organismo que los reciba y otro se devuelve al interesado (artículo 59 Ley Nº 18.575).

“Artículo 59.- La declaración será pública y deberá actualizarse cada cuatro años, y cada vez que ocurra un
hecho relevante que la modifique.
Se presentará en tres ejemplares, que serán autentificados al momento de su recepción por el ministro de
fe del órgano u organismo a que pertenezca el declarante o, en su defecto, ante notario. Uno de ellos será
remitido a la Contraloría General de la República o a la Contraloría Regional, según corresponda, para su
custodia, archivo y consulta, otro se depositará en la oficina de personal del órgano u organismo que los reciba
y otro se devolverá al interesado”.

95
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Conforme al artículo 60 de la Ley Nº 18.575, “Un reglamento establecerá los requisitos de


las declaraciones de intereses y contendrá las demás normas necesarias para dar
cumplimiento a las disposiciones de este párrafo”.

17.2 Declaración de Patrimonio.

Además de la declaración de intereses, las personas antes señaladas en el artículo 57 de la


Ley Nº 18.575, deben hacer una declaración de patrimonio (artículo 60 A Ley Nº 18.575).
Esta declaración de patrimonio deben hacerla también, todos los directores que representen
al Estado en las empresas a que se refieren los incisos tercero y quinto del artículo 37 de la
ley Nº 18.046, sobre Sociedades Anónimas.

“Artículo 60 A.- Sin perjuicio de la declaración de intereses a que se refiere el Párrafo anterior, las
personas señaladas en el artículo 57 deberán hacer una declaración de patrimonio.
También deberán hacer esta declaración todos los directores que representen al Estado en las empresas a
que se refieren los incisos tercero y quinto del artículo 37 de la ley Nº 18.046, sobre Sociedades Anónimas”.

La declaración de patrimonio comprende, además de los bienes propios del declarante, los
bienes del cónyuge de la persona obligada a prestar la declaración, en la medida que estén
casados bajo el régimen de sociedad conyugal.
No obstante, si el cónyuge es mujer, no se considerarán los bienes que ésta administre de
conformidad a los artículos 150, 166 y 167 del Código Civil (artículo 60 B Ley Nº 18.575).

“Artículo 60 B.- La declaración de patrimonio comprenderá también los bienes del cónyuge de las personas a
que se refiere el artículo anterior, siempre que estén casados bajo el régimen de sociedad conyugal. No obstante,
si el cónyuge es mujer, no se considerarán los bienes que ésta administre de conformidad a los artículos 150,
166 y 167 del Código Civil”.

De este modo, si están casados bajo el régimen patrimonial de sociedad conyugal, deben
incluirse en la declaración de patrimonio los bienes del o de la cónyuge del declarante.
Ahora bien, si el cónyuge es mujer y están casados en sociedad conyugal, no deben
considerarse en la declaración de patrimonio:
- Los bienes que la mujer administre conforme al artículo 150 del Código Civil, es decir, los
bienes que pertenezcan al patrimonio reservado de la mujer casada bajo el régimen de
sociedad conyugal.

“Art. 150. La mujer casada de cualquiera edad podrá dedicarse libremente al ejercicio de un empleo, oficio,
profesión o industria.
La mujer casada, que desempeñe algún empleo o que ejerza una profesión, oficio o industria, separados de
los de su marido, se considerará separada de bienes respecto del ejercicio de ese empleo, oficio, profesión o

96
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

industria y de lo que en ellos obtenga, no obstante cualquiera estipulación en contrario; pero si fuere menor de
dieciocho años, necesitará autorización judicial, con conocimiento de causa, para gravar y enajenar los bienes
raíces.
Incumbe a la mujer acreditar, tanto respecto del marido como de terceros, el origen y dominio de los bienes
adquiridos en conformidad a este artículo. Para este efecto podrá servirse de todos los medios de prueba
establecidos por la ley.
Los terceros que contraten con la mujer quedarán a cubierto de toda reclamación que pudieren interponer
ella o el marido, sus herederos o cesionarios, fundada en la circunstancia de haber obrado la mujer fuera de los
términos del presente artículo, siempre que, no tratándose de bienes comprendidos en los artículos 1754 y 1755,
se haya acreditado por la mujer, mediante instrumentos públicos o privados, a los que se hará referencia en el
instrumento que se otorgue al efecto, que ejerce o ha ejercido un empleo, oficio, profesión o industria separados
de los de su marido.
Los actos o contratos celebrados por la mujer en esta administración separada, obligarán los bienes
comprendidos en ella y los que administre con arreglo a las disposiciones de los artículos 166 y 167, y no
obligarán los del marido sino con arreglo al Art. 161.
Los acreedores del marido no tendrán acción sobre los bienes que la mujer administre en virtud de este
artículo, a menos que probaren que el contrato celebrado por él cedió en utilidad de la mujer o de la familia
común.
Disuelta la sociedad conyugal, los bienes a que este Art. se refiere entrarán en la partición de los gananciales;
a menos que la mujer o sus herederos renunciaren a estos últimos, en cuyo caso el marido no responderá por
las obligaciones contraídas por la mujer en su administración separada.
Si la mujer o sus herederos aceptaren los gananciales, el marido responderá a esas obligaciones hasta
concurrencia del valor de la mitad de esos bienes que existan al disolverse la sociedad. Mas, para gozar de este
beneficio, deberá probar el exceso de la contribución que se le exige con arreglo al Art. 1777”.

- Los bienes que la mujer administre conforme al artículo 166 del Código Civil, es decir,
aquellos respecto de los cuales la mujer casada hubiere recibido a título de donación,
herencia o legado, con la condición precisa de que en las cosas donadas, heredadas o
legadas, no tuviera la administración el marido.

“Art. 166. Si a la mujer casada se hiciere una donación, o se dejare una herencia o legado, con la condición
precisa de que en las cosas donadas, heredadas o legadas no tenga la administración el marido, y si dicha
donación, herencia o legado fuere aceptado por la mujer, se observarán las reglas siguientes:
1. Con respecto a las cosas donadas, heredadas o legadas, se aplicarán las disposiciones de los artículos 159,
160, 161, 162 y 163, pero disuelta la sociedad conyugal las obligaciones contraídas por la mujer en su
administración separada podrán perseguirse sobre todos sus bienes.
2. Los acreedores del marido no tendrán acción sobre los bienes que la mujer administre en virtud de este
artículo, a menos que probaren que el contrato celebrado por él cedió en utilidad de la mujer o de la familia
común.
3. Pertenecerán a la mujer los frutos de las cosas que administra y todo lo que con ellos adquiera, pero disuelta
la sociedad conyugal se aplicarán a dichos frutos y adquisiciones las reglas del Art. 150”.

- Los bienes que la mujer administre en conformidad al artículo 167 del Código Civil, es decir,
aquellos bienes pertenecientes a la mujer y que en las capitulaciones matrimoniales se
hubiere estipulado que la mujer administraría separadamente.
97
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

“Art. 167. Si en las capitulaciones matrimoniales se hubiere estipulado que la mujer administre separadamente
alguna parte de sus bienes, se aplicarán a esta separación parcial las reglas del Art. precedente”.

Por otra parte, cabe señalar que la declaración de patrimonio debe contener la
individualización de los siguientes bienes (artículo 60 C Ley Nº 18.575):
a) inmuebles del declarante, indicando las prohibiciones, hipotecas, embargos, litigios,
usufructos, fideicomisos y demás gravámenes que les afecten, con mención de las
respectivas inscripciones;
b) vehículos motorizados, indicando su inscripción;
c) valores del declarante a que se refiere el inciso primero del artículo 3º de la ley Nº 18.045,
sea que se transen en Chile o en el extranjero;
d) derechos que le corresponden en comunidades o en sociedades constituidas en Chile o
en el extranjero.
e) la enunciación del pasivo, si es superior a cien unidades tributarias mensuales.

“Artículo 60 C.- La declaración de patrimonio deberá contener la individualización de los siguientes bienes:
a) inmuebles del declarante, indicando las prohibiciones, hipotecas, embargos, litigios, usufructos,
fideicomisos y demás gravámenes que les afecten, con mención de las respectivas inscripciones;
b) vehículos motorizados, indicando su inscripción;
c) valores del declarante a que se refiere el inciso primero del artículo 3º de la ley Nº 18.045, sea que se
transen en Chile o en el extranjero;
d) derechos que le corresponden en comunidades o en sociedades constituidas en Chile o en el extranjero.
La declaración contendrá también una enunciación del pasivo, si es superior a cien unidades tributarias
mensuales”.

Al igual que la declaración de intereses, la declaración de patrimonio es pública y debe


actualizarse cada cuatro años y cada vez que el declarante sea nombrado en un nuevo
cargo.
Al terminar sus funciones, el declarante también deberá actualizarla (artículo 60 D Ley Nº
18.575).

“Artículo 60 D.- La declaración de patrimonio será pública y deberá actualizarse cada cuatro años y cada
vez que el declarante sea nombrado en un nuevo cargo.
Sin perjuicio de lo anterior, al concluir sus funciones el declarante también deberá actualizarla.
Esta declaración deberá ser presentada, dentro de los treinta días siguientes a la asunción en el cargo o la
ocurrencia de algunos de los hechos que obligan a actualizarla, ante el Contralor General de la República o el
Contralor Regional respectivo, quien la mantendrá para su consulta”.

Esta declaración deberá ser presentada, dentro de los treinta días siguientes a la asunción
en el cargo o la ocurrencia de algunos de los hechos que obligan a actualizarla, ante el

98
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Contralor General de la República o el Contralor Regional respectivo, quien la mantendrá


para su consulta.

17.3 Sanciones.

Conforme al artículo 65 de la Ley Nº 18.575:


- La no presentación oportuna de la declaración de intereses o de patrimonio es
sancionada con multa de diez a treinta unidades tributarias mensuales, aplicables a la
autoridad o funcionario infractor. Transcurridos treinta días desde que la declaración fuere
exigible, se presume incumplimiento del infractor.

- El incumplimiento de la obligación de actualizar la declaración de intereses o


de patrimonio se sancionará con multa de cinco a quince unidades tributarias mensuales.

“Artículo 65.- La no presentación oportuna de la declaración de intereses o de patrimonio será sancionada con
multa de diez a treinta unidades tributarias mensuales, aplicables a la autoridad o funcionario infractor.
Transcurridos treinta días desde que la declaración fuere exigible, se presumirá incumplimiento del infractor y
será aplicable lo dispuesto en los incisos siguientes.
La multa será impuesta administrativamente, por resolución del jefe superior del servicio o de quien haga
sus veces. Si el infractor fuere el jefe del servicio, la impondrá el superior jerárquico que corresponda, o en su
defecto, el ministro a cargo de la Secretaría de Estado mediante el cual el servicio se encuentra sometido a la
supervigilancia del Presidente de la República. La resolución que imponga la multa tendrá mérito ejecutivo y
será impugnable en la forma y plazo prescritos por el Artículo 68.
No obstante lo señalado en el inciso anterior, el infractor tendrá el plazo fatal de diez días, contado desde la
notificación de la resolución de multa, para presentar la declaración omitida. Si así lo hiciere, la multa se rebajará
a la mitad. Si el funcionario se muestra contumaz en la omisión, esta circunstancia será tenida en cuenta para
los efectos de su calificación y se le aplicarán las sanciones disciplinarias correspondientes.
El incumplimiento de la obligación de actualizar la declaración de intereses o de patrimonio se sancionará
con multa de cinco a quince unidades tributarias mensuales y, en lo demás, se regirá por lo dispuesto en los
incisos segundo y tercero de este Artículo.
El jefe de personal o quien, en razón de sus funciones, debió haber advertido oportunamente la omisión de
una declaración o de su renovación y no lo hizo, incurrirá en responsabilidad administrativa”.

Por otro lado, conforme al artículo 66 de la Ley Nº 18.575:


- La inclusión a sabiendas de datos relevantes inexactos y la omisión inexcusable
de información relevante requerida por la ley en la declaración de intereses o en
la de patrimonio serán tenidas en cuenta para los efectos de las calificaciones y se
sancionarán disciplinariamente con multa de diez a treinta unidades tributarias mensuales.

“Artículo 66.- La inclusión a sabiendas de datos relevantes inexactos y la omisión inexcusable de información
relevante requerida por la ley en la declaración de intereses o en la de patrimonio serán tenidas en cuenta para

99
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

los efectos de las calificaciones y se sancionarán disciplinariamente con multa de diez a treinta unidades
tributarias mensuales”.

Finalmente, el artículo 68 de la Ley Nº 18.575 consagra un contencioso administrativo legal


especial que es importante conocer:
“Artículo 68.- Las resoluciones que impongan las multas contempladas en el Artículo 65, serán reclamables
ante la Corte de Apelaciones con jurisdicción en el lugar en que debió presentarse la declaración. La reclamación
deberá ser fundada, estar acompañada de los documentos probatorios en que se base y ser
presentada dentro de quinto día de notificada la resolución. La reclamación será interpuesta ante la
autoridad que dictó la resolución, la que dentro de los dos días hábiles siguientes deberá enviar a la Corte
de Apelaciones todos los antecedentes del caso. La Corte de Apelaciones resolverá en cuenta, sin esperar la
comparecencia del reclamante, dentro de los seis días hábiles siguientes de recibidos por la secretaría del
tribunal los antecedentes o aquellos otros que mande agregar de oficio. La resolución de la Corte de Apelaciones
no será susceptible de recurso alguno”.

Así, es importante tener presente que:


- Las resoluciones que imponen las multas del artículo 65 antes revisadas –queda excluida la
del artículo 66 por el expreso tenor literal de la norma legal-, son reclamables en sede
judicial.
- El tribunal competente para conocer de la reclamación, es la Corte de Apelaciones del
territorio jurisdiccional en que debió presentarse la declaración.
- La reclamación debe ser fundada, debiendo estar acompañada de los documentos
probatorios en que se base.
- La reclamación debe ser presentada dentro de quinto día contado desde la notificación de
la resolución que impone la multa.
- La reclamación debe ser interpuesta ante la autoridad administrativa que dictó la resolución.
- La autoridad que dictó la resolución, dentro de los dos días hábiles siguientes a la recepción
de la reclamación, deberá enviar a la Corte de Apelaciones la reclamación y todos los
antecedentes del caso.
- La Corte de Apelaciones resuelve en cuenta, sin esperar la comparecencia del reclamante,
dentro de los seis días hábiles siguientes de recibidos por la secretaría del tribunal los
antecedentes o aquellos que mande agregar de oficio.
- La resolución de la Corte de Apelaciones no será susceptible de recurso alguno.

18.- NORMA GENERAL RELATIVA A RESPONSABILIDADES Y SANCIONES FRENTE


AL INCUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS DEL TITULO III DE LA LEY Nº 18.575.

Se debe integrar a todo lo señalado en el Título III de la Ley Nº 18.575, el artículo 61 de


dicha ley, el cual prescribe:

100
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

“Artículo 61.- Las reparticiones encargadas del control interno en los órganos u organismos de la
Administración del Estado tendrán la obligación de velar por la observancia de las normas de este
Título, sin perjuicio de las atribuciones de la Contraloría General de la República.
La infracción a las conductas exigibles prescritas en este Título hará incurrir en responsabilidad
y traerá consigo las sanciones que determine la ley. La responsabilidad administrativa se hará
efectiva con sujeción a las normas estatutarias que rijan al órgano u organismo en que se produjo
la infracción.
Corresponderá a la autoridad superior de cada órgano u organismo de la Administración del Estado
prevenir el consumo indebido de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas, de acuerdo con las
normas contenidas en el reglamento.
El reglamento a que se refiere el inciso anterior contendrá, además, un procedimiento de control de
consumo aplicable a las personas a que se refiere el artículo 55 bis. Dicho procedimiento de control
comprenderá a todos los integrantes de un grupo o sector de funcionarios que se determinará en forma aleatoria;
se aplicará en forma reservada y resguardará la dignidad e intimidad de ellos, observando las prescripciones de
la ley Nº 19.628, sobre protección de los datos de carácter personal. Sólo será admisible como prueba de la

dependencia una certificación médica, basada en los exámenes que correspondan” (el destacado es
nuestro).

19.- DE LA PARTICIPACION CIUDADANA EN LA GESTION PÚBLICA.

La materia señalada y que trataremos en el presente acápite, fue incorporada a la Ley Nº


18.575 el año 2011, a través de la Ley Nº 20.500, la cual creó un nuevo título dentro de la
Ley Nº 18.575, que es el Título IV denominado “De la Participación Ciudadana en la Gestión
Pública”.

En artículo 69 de la Ley Nº 18.575 prescribe al respecto:


“Artículo 69.- El Estado reconoce a las personas el derecho de participar en sus políticas, planes, programas
y acciones.
Es contraria a las normas establecidas en este Título toda conducta destinada a excluir o discriminar, sin
razón justificada, el ejercicio del derecho de participación ciudadana señalado en el inciso anterior”.

De este modo, lo que se busca es reconocer, fomentar y asegurar el derecho de toda


persona a la participación ciudadana, sin discriminaciones de ningún tipo, en las políticas,
planes, programas y acciones del Estado.

En este orden de ideas, el artículo 70 y 71 de la Ley Nº 18.575 les imponen exigencias a los
órganos de la Administración del Estado:
“Artículo 70.- Cada órgano de la Administración del Estado deberá establecer las modalidades formales
y específicas de participación que tendrán las personas y organizaciones en el ámbito de su competencia.
Las modalidades de participación que se establezcan deberán mantenerse actualizadas y publicarse a través
de medios electrónicos u otros”.

101
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

“Artículo 71.- Sin perjuicio de lo establecido en el artículo anterior, cada órgano de la Administración del
Estado deberá poner en conocimiento público información relevante acerca de sus políticas, planes, programas,
acciones y presupuestos, asegurando que ésta sea oportuna, completa y ampliamente accesible.
Dicha información se publicará en medios electrónicos u otros”.

De los preceptos anteriormente transcritos se desprende lo siguiente:


- Cada uno de los órganos que integran la Administración del Estado natural (artículo 75 Ley
Nº 18.575), deben establecer modalidades formales y específicas de participación que
tendrán las personas y organizaciones en el ámbito de la competencia propia de cada
órgano.
- Dichas modalidades de participación, deben mantenerse actualizadas y publicarse a través
de medios electrónicos u otros que resulten idóneos, para el conocimiento de la ciudadanía,
lo que implica un reconocimiento al principio de publicidad y transparencia que debe regir
el actuar administrativo (artículo 8º de la Constitución Política y artículo 3º de la Ley Nº
18.575).
- Adicionalmente, cada órgano de la Administración del Estado deberá poner en conocimiento
público información relevante acerca de sus políticas, planes, programas, acciones y
presupuestos, debiendo asegurar que dicha información sea oportuna, completa y
ampliamente accesible, publicándola en medios electrónicos u otros idóneos, lo que implica
un reconocimiento al principio de publicidad y transparencia que debe regir el actuar
administrativo (artículo 8º de la Constitución Política y artículo 3º de la Ley Nº 18.575).

Como se señaló anteriormente, todo lo dicho sólo se aplica a la Administración Pública


natural por expresa disposición del artículo 75 de la Ley Nº 18.575, la cual no hace aplicables
las disposiciones del Título IV de la ley a la Administración del Estado por extensión, sin
perjuicio de las medidas que adopten los órganos que integran la Administración del Estado
por extensión relativas a la participación ciudadana en la gestión pública.

“Artículo 75.- Las normas de este Título no serán aplicables a los órganos del Estado señalados en el inciso
segundo del artículo 21 de esta ley.
Dichos órganos podrán establecer una normativa especial referida a la participación ciudadana”.

Por su parte, el artículo 72 impone otra obligación a los órganos administrativos que integran
la Administración Pública natural.

“Artículo 72.- Los órganos de la Administración del Estado, anualmente, darán cuenta pública participativa a la
ciudadanía de la gestión de sus políticas, planes, programas, acciones y de su ejecución presupuestaria.
Dicha cuenta deberá desarrollarse desconcentradamente, en la forma y plazos que fije la norma establecida en
el artículo 70.
En el evento que a dicha cuenta se le formulen observaciones, planteamientos o consultas, la entidad
respectiva deberá dar respuesta conforme a la norma mencionada anteriormente”.
102
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

Conforme a la norma anteriormente transcrita se desprende que:


- Los órganos de la Administración del Estado, al menos una vez al año, deben dar cuenta
pública participativa a la ciudadanía de la gestión de sus políticas, planes, programas,
acciones y de su ejecución presupuestaria.
- Dicha cuenta anual, debe desarrollarse desconcentradamente, en la forma y plazos que fije
la norma establecida en el artículo 70 de la Ley Nº 18.575, es decir, la norma que cada
servicio debe dictar con el fin de establecer las modalidades formales y específicas de
participación que tendrán las personas y organizaciones en el ámbito de su competencia.
- En el evento de que a dicha cuenta se le formulen observaciones, planteamientos o
consultas, la entidad respectiva debe dar respuesta conforme a la norma mencionada
anteriormente.

El artículo 73 de la Ley Nº 18.575 prescribe:


“Artículo 73.- Los órganos de la Administración del Estado, de oficio o a petición de parte, deberán señalar
aquellas materias de interés ciudadano en que se requiera conocer la opinión de las personas, en la forma que
señale la norma a que alude el artículo 70.
La consulta señalada en el inciso anterior deberá ser realizada de manera informada, pluralista y
representativa.
Las opiniones recogidas serán evaluadas y ponderadas por el órgano respectivo, en la forma que señale la
norma de aplicación general”.

La norma antes transcrita señala lo siguiente:


- Los órganos de la Administración del Estado, de oficio o a petición de parte, deben señalar
aquellas materias de interés ciudadano en que se requiera conocer la opinión de las
personas.
- La consulta señalada, debe ser realizada de manera informada, pluralista y representativa.
- Las opiniones recogidas serán evaluadas y ponderadas por el órgano respectivo, en la forma
que señale la norma que deben dictar conforme al artículo 70 de la Ley Nº 18.575.

Finalmente, el artículo 74 de la Ley Nº 18.575 sostiene:


“Artículo 74.- Los órganos de la Administración del Estado deberán establecer consejos de la sociedad
civil, de carácter consultivo, que estarán conformados de manera diversa, representativa y pluralista por
integrantes de asociaciones sin fines de lucro que tengan relación con la competencia del órgano respectivo”.

Se les impone a los órganos de la Administración, el deber de crear y establecer consejos


de la sociedad civil, el cual tendrá carácter consultivo y deberá estar conformado de manera
diversa, representativa y pluralista por integrantes de asociaciones sin fines de lucro, para
evitar los conflictos de intereses, que tengan relación con la competencia del órgano
administrativo respectivo.
103
CATEDRA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR ALEJANDRO CARCAMO RIGHETTI

104

También podría gustarte