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EL FORASTERO, ALFRED SCHÜTZ

RESEÑA

Este texto es un fragmento extraído del libro Estudios sobre teoría social,
publicado en 1999 (obra póstuma), que contiene una serie de escritos del
sociólogo alemán Alfred Schütz (1899 – 1959) referentes a sus análisis de la
sociedad contemporánea.

En El Forastero se estudia e interpreta la situación típica que se le presenta a un


forastero cuando procura acercarse a un grupo social nuevo, donde debe
orientarse y relacionarse. Tómese como forastero a una persona adulta,
contemporánea y que intenta ser aceptada o al menos tolerada por el grupo al que
se aproxima. Por esto se excluyen casos que se vuelven irrelevantes ante los
planteamientos del texto, como un visitante o huésped de interacción temporal, los
niños, los primitivos y relaciones entre individuos de distintos niveles de
civilización, situaciones que no aplican para el estudio.

Para analizar los comportamientos de grupo, Schütz aplica la expresión “pauta


cultural de la vida grupal” para denotar todas las valoraciones, instituciones,
sistemas de orientación, costumbres, leyes, entre otros, que caracterizan a un
grupo social en determinado momento de su historia, expresión que debe ser
analizada desde el punto de vista sociológico, de observación científica, más que
desde el punto de vista de hombre que integra dicho grupo social. Esto porque el
integrante activo de tal grupo, experimenta su participación como el conjunto de
sus actividades actuales, comunes y posibles, y no como objeto de análisis o
pensamiento, por lo menos no principalmente, postura que Schütz desarrolla
mediante tres aspectos que manifiestan la homogeneidad del conocimiento del
hombre sobre su vida cotidiana:

1. Es incoherente, los intereses del individuo y su personalidad cambian de


acuerdo al desarrollo y alternación de planes y roles en su cotidianidad.
2. Es sólo parcialmente claro, ya que al hombre le interesa ínfimamente la
claridad de su conocimiento, con tal de que todo funcione con normalidad y
de la forma en que debería funcionar, sin necesidad de indagar las razones
de fondo de cada fenómeno.
3. Está lleno de contradicciones, enunciados incompatibles entre sí, según el
punto de vista que tome, bien sea como padre, ciudadano, empleado o
feligrés.

Este sistema de conocimiento homogéneo, a pesar de su incoherencia, su escasa


claridad y sus contradicciones, mantiene una condición de coherencia, claridad y
congruencia suficientes para que los actores de un grupo se adapten al esquema
estandarizado. Es entonces cuando Schütz nos habla de aquel conocimiento
sistemático recibido por autoridades o antepasados, que funciona como guía
esencial para interpretar toda situación de la pauta cultural, y se le puede llamar
análogamente como recetas:

“Es un conocimiento de recetas dignas de confianza para interpretar


el mundo social y para manejar cosas y personas con el fin de
obtener los mejores resultados en cada situación, con un mínimo de
esfuerzo, evitando consecuencias indeseables. Por un lado, la receta
actúa como un precepto para las acciones y, de este modo, sirve
como esquema de expresión: quien desee lograr determinado
resultado debe proceder como lo indica la receta suministrada para
este propósito”1.

La aplicación de este pensar habitual, regido por recetas preestablecidas, puede


efectuarse siempre y cuando se cumplan ciertos supuestos básicos en donde,
según Schütz, la invalidación de cualquiera vuelve impracticable ese pensar
habitual, lo que revela su aplicabilidad limitada a una situación histórica específica:

“1) que la vida, especialmente la vida social, seguirá siendo la misma


que hasta ahora; es decir, que volverán a presentarse los mismos
problemas, que exigirán las mismas soluciones, y que, por lo tanto,
nuestras experiencias anteriores bastarán para dominar las
situaciones futuras; 2) que podemos confiar en el conocimiento
1
Schutz, Alfred; "Estudios sobre teoría social", pág. 98-99, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1999.
recibido de nuestros padres, maestros, gobiernos, tradiciones,
hábitos, etc., aunque no comprendamos su origen y su significado
real; 3) que en el curso ordinario de las cosas basta, para dominar o
controlar los sucesos que podemos encontrar en nuestro mundo de
la vida, saber algo acerca de su tipo o estilo general; y 4) que ni los
sistemas de recetas como esquemas de interpretación y expresión,
ni los supuestos básicos subyacentes que acabamos de mencionar,
son asunto privado nuestro, sino que son igualmente aceptados y
aplicados por nuestros semejantes”2.

Todo lo anterior es utilizado por el autor a modo de introducción y


conceptualización, para ahora integrar la problemática del forastero, quien no
comparte los supuestos básicos citados, ni las recetas establecidas en el grupo
social al que se incorpora, principalmente porque no comparte la tradición histórica
que se ha gestado en éste.

El forastero aborda al otro grupo como un recién llegado, y para este grupo, el
forastero es un hombre sin historia, mientras que él sí lleva consigo un esquema
de referencia generado en su grupo de origen, que le brinda una idea inadecuada
de la pauta válida dentro del grupo al que se incorpora. El forastero entonces deja
de ser un observador para ser un aspirante a miembro al nuevo grupo, partícipe
de las relaciones sociales con sus coactores y trasforma la lejanía de la nueva
pauta cultural en su actual proximidad.

El precepto elaborado y vigente en el grupo de origen, acerca de los


comportamientos del nuevo grupo, resulta inadecuado pues fue generado con el
objetivo de brindar una noción estimada sobre este grupo extraño, y no en aras de
interacción o adaptación en éste, que además rechaza este conocimiento, lo tilda
de insensible, irresponsable, prejuicioso, parcial y propenso a malentendidos, por
lo que no debe ser aplicable por el forastero.

Al insertarse en el nuevo grupo, el forastero carece de status de miembro activo


del mismo y por ende, carece de un punto de partida para orientarse, además de
2
Schutz, Alfred; "Estudios sobre teoría social", pág. 99, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1999.
no poder considerarse como centro de su medio social y descomponer así sus
perfiles de significatividad, que se refieren al grado de intensidad de sus intereses
personales. Este restablecimiento de pauta cultural, puede forjar un paulatino
descubrimiento del forastero, ya inmerso en su nuevo ambiente, de que todo
parece muy diferente a lo que el suponía por su lugar de origen. Esto no quiere
decir que su interpretación del nuevo esquema cultural coincida con la corriente
entre los miembros del grupo, sino por el contrario, debe tener en cuenta que
surgirán discrepancias en la visión de las cosas y el manejo de las situaciones.

Schütz indica también que el lenguaje constituye parte fundamental del


comportamiento del grupo social, puesto que la manera en que se emplean las
palabras y oraciones tiene que ver con una serie de factores que pertenecen a la
tradición histórica del grupo. De igual manera, es parte fundamental del carácter
comunicativo de este grupo, el uso de jergas y dialectos, cuya significación la
determina el contexto y que puede además aprender el forastero, pero teniendo en
cuenta que, en palabras del autor, “Únicamente los miembros del endogrupo
dominan realmente el esquema de expresión y lo manejan con soltura dentro de
su pensar habitual”3.

Cabe resaltar los siguientes apuntes de Schütz respecto a la naturaleza de la


pauta cultural y las recetas:

“la pauta cultural, mediante sus recetas, brinda a actores típicos


soluciones típicas para problemas típicos”4.

“el actor que sigue una receta no necesita verificar si su probabilidad


objetiva coincide con una probabilidad subjetiva” 5.

“este tipo de receta presupone que todo copartícipe espera del otro
que actúe o reaccione de manera típica, siempre que el actor mismo
actúe de manera típica”6.

3
Schutz, Alfred; "Estudios sobre teoría social", pág. 104, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1999
4
Ídem.
5
Ídem.
6
Schutz, Alfred; "Estudios sobre teoría social", pág. 104, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1999
“la pauta cultural del grupo abordado es, para el forastero, no un
refugio, sino un campo de aventura; no algo que va de suyo, sino un
tema cuestionable de investigación; no un instrumento que le permite
desentrañar situaciones problemáticas, sino, en sí misma una
situación problemática y difícil de dominar”7.

Un forastero puede ser objeto de dudosa lealtad por parte del grupo abordado,
esto especialmente en los casos en que la persona no puede deshacer del todo la
pauta cultural de su lugar de origen, así adopte paralelamente la nueva pauta.
También puede tratársele de ingrato por negarse a reconocer del todo la nueva
pauta como refugio protector, discriminando el hecho de que esta transición
representa toda una problemática para el forastero y lo desorienta de sus
conocimientos de origen.

Schütz concluye su ensayo con una aclaración noseológica, que se refiere al


objeto de estudio del texto: “nos hemos limitado intencionalmente a la actitud
específica, previa a todo ajuste social, del forastero que ingresa en un grupo,
absteniéndonos de investigar el proceso mismo de asimilación social” 8, y nos
plantea un método de indagación, si es que encontramos algo hasta entonces
desconocido, ajeno al orden habitual de nuestro conocimiento, que sigue el
siguiente orden, en palabras del autor:

“Primero, definimos el nuevo hecho; tratamos de captar su


significado; luego, transformamos paso a paso nuestro esquema
general de interpretación del mundo, de tal modo que el hecho
extraño y su significado se hagan compatibles y coherentes con
todos los otros hechos de nuestra experiencia y sus significados. Si
conseguimos todo esto, entonces lo que antes era un hecho extraño
y un problema que desconcertaba nuestra mente se transforma en
un elemento adicional de nuestro conocimiento justificado” 9.

7
Ídem, pág. 106
8
Ídem, pág. 107.
9
Ídem.
Si el proceso anterior tiene éxito, los elementos de la nueva pauta harán parte de
la cotidianidad del recién llegado, a modo de refugio y protección, por lo que el
forastero ya no será forastero y sus problemas específicos habrán quedado
resueltos.

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