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Carpeta de trabajo Psicología del desarrollo y del aprendizaje I

Lic. Prof Marina Boero

Semana III:
Actividad en el Foro

Contenidos:
 CONSTITUCION SUBJETIVA- NARCISISMO
 El COMPLEJO DE EDIPO COMO MOVIMIENTO PSIQUICO ESTRUCTURANTE
 ORGANIXZACION SEXUAL INFANTIL
 BOWLBY: DE LAS RELACIONES TEMPRANAS A LAS RELACIONES INTERPERSONALES.
LA TEORIA DEL APEGO.

Buenos días, en la clase anterior nos familiarizamos con los conceptos básicos de la teoría
psicoanalítica. Los mismos nos servirán de base para empezar a recorrer algunas cuestiones más
abstractas aun, que suceden a nivel de lo simbólico y que tienen como finalidad que podamos
comprender el proceso que atraviesa una persona desde su nacimiento para constituirse en sujeto.

Constitución de un sujeto
Freud hará énfasis en lo complejo e impredecible que resulta el proceso de constitución de un
“sujeto”.
Como el planteo del problema lo indica, el sujeto no será alguien que viene dado, sino que deberá
constituirse en tal.
El recién nacido deberá atravesar un difícil proceso psíquico por el cual se transformará en sujeto y
su organismo en un cuerpo.
En 1895 Freud afirmaba con relación al niño recién nacido que, frente a la tensión, el cuerpo tiende a
la descarga. Se trata, decía, de “una urgencia que se libera hacia la vertiente de la movilidad” (Freud,
1895). En este intento de liberarse de la tensión, la primera vía que es recorrida es la que conduce a
la alteración interna.
Para intentar echar luz a este asunto les voy a dar un ejemplo: cuando él bebe nace experimenta
una tensión interna, una sensación de malestar que se relaciona con la necesidad de alimentarse. La
respuesta a estos estímulos es el grito. El llanto.
Pero el llanto no lo calmara, ni eliminara la necesidad, los estímulos endógenos persisten (la señal
de hambre) y la tensión se reestablece.
La tensión solo se eliminará, sostenía Freud, por medio de una intervención que suspenda
transitoriamente el disparo de estímulos desde el interior del cuerpo y, una intervención de esta
índole requiere una alteración en el mundo exterior, por ejemplo, el aporte de alimento.
Esta acción, llamada acción específica, en un principio no puede realizarla el mismo niño necesita
indefectiblemente de otro, nacemos sumamente dependientes de la asistencia del otro. Siguiendo
con el ejemplo anterior el niño lograra a través del llanto llamar la atención del otro. Naturalmente
que este llamado de atención no es intencional por parte del niño sino una asignación de sentido por
parte del adulto.
El bebe grita en un intento de hacer desaparecer la tensión y el adulto “interpreta”,
“significa” lo que al niño le pasa: la tensión se transforma en “el bebé tiene hambre”, tras lo cual ese
adulto (en general la madre), ofrece su pecho, o la mamadera.
Una vez que el individuo asistente (quien realiza la función de maternaje) ha realizado la acción
específica en el mundo exterior (ofrecer el pecho- mamadera), el niño, por medio de dispositivos
reflejos (la succión, por ejemplo) puede cumplir sin dilación la función que en el interior de su cuerpo
es necesaria para eliminar el estímulo endógeno.
Todo este proceso por el cual la tensión se ha descargado, representa una vivencia de satisfacción
y posee importantes implicancias en la constitución del sujeto. Será esta nuestra primera experiencia
de satisfacción sexual.
En primer lugar, se instaura una huella mnémica, es decir un recuerdo, ligado a la percepción del
objeto que satisface su necesidad.
Esta huella se graba en el territorio de lo inconsciente y desde allí nos enviara señales. ¿Recuerdan?
De este modo, ante el recuerdo, por ejemplo, el pecho de la madre, aparecería el recuerdo, de las
sensaciones que se asociaron a esa percepción en aquel momento.
Tenemos entonces: hambre (estímulo interno) ------- grito ------ acción específica ------
acto reflejo ------- experiencia de satisfacción.
La vivencia de satisfacción conduce a una ‘facilitación’ entre las dos imágenes mnémicas -la del
objeto deseado (pecho) y la del movimiento reflejo (succión)- y el estado de tensión.
Por esa ‘facilitación’, cuando surge el estado de urgencia, se activan también los dos recuerdos.
Cuando reaparece la tensión, el registro de las vivencias de satisfacción pone en marcha el deseo
pues pone al bebé en la búsqueda de aquello que le da placer. Este proceso, tiene importantes
implicancias en la constitución subjetiva pues pone en marcha el deseo (búsqueda de la experiencia
de satisfacción).
Todo este proceso, además de poner en marcha el deseo instaura en el individuo una posibilidad de
comunicación, la necesidad (de alimento) se transforma en demanda (de satisfacción), el organismo
se hace cuerpo por la intervención de la madre. Por eso decimos que los bebés no existen, sino que
deben constituirse.
Es la madre entonces quien le otorga un sentido, significa, lo inespecífico del grito, de la urgencia, de
la necesidad y le da un significado al grito, desde su propia historia, es decir, acude a satisfacer la
necesidad, aporta el objeto específico que cancela la tensión, desde su propia interpretación. La
madre lee ese llanto. Le pone palabras, y es así como introduce al niño en el campo del lenguaje.
La madre se convierte en todo poderosa en el sentido de que provee la satisfacción a las
necesidades del niño, pero aportando un plus más allá de la satisfacción de las necesidades
propiamente dichas más allá del organismo. Lo acuna, le habla, lo acaricia.
Desearía que quedara claro que aquí se instala otra cuestión y es la diferencia entre la necesidad y
el deseo. El niño se alimenta por necesidad, pero es allí apoyado en la necesidad de la alimentación
que descubrirá un Plus de placer, algo de otro orden. Del orden del deseo.
Ese plus se inscribirá como ya dijimos anteriormente como nuestra primera experiencia de
satisfacción sexual. El niño acude al otro por necesidad, necesita del otro para sobrevivir, y en ese
encuentro aparece un plus, un plus de placer. No es extraño observar como el niño sigue
“chupeteando” a pesar de haber saciado su necesidad de hambre.
Freud afirma que toda búsqueda de placer estará ligada al deseo de reencontrar esa satisfacción
originaria por siempre perdida. Esa primera experiencia de satisfacción sexual en el encuentro con el
pecho materno que nunca más recuperaremos. El deseo es el movimiento que reanima la
rememoración de una satisfacción ilusoria, por lo tanto, estará siempre insatisfecho.

De este modo algo que empezó siendo puramente biológico, en el que se satisface la necesidad de
alimentación será también un encuentro simbólico, dará comienzo a la comunicación del niño con la
madre (o cuidador), es decir, escuchando un pedido allí donde hay sólo grito, la madre con su
respuesta da significación a lo que le sucede al bebe, demanda que es siempre demanda de amor.
La demanda es entonces, algo más que una necesidad. Es el organismo el que necesita y la madre
transforma la necesidad en demanda haciendo cuerpo de ese organismo.
El sujeto se constituye a partir de la palabra de esa madre. A través del deseo de ella.

Podemos inferir a esta altura la importancia de la función del otro en la constitución de un sujeto.
El bebe en este encuentro se encuentra con su madre y con el deseo de esta, y ese grito, ese llanto
se significa y se conjuga en una doble demanda: la del niño y la de la madre.
De este modo el deseo del niño se constituye desde el deseo de la madre y, por lo tanto, es algo que
lo precede, es anterior a él. Ese niño viene a ocupar un lugar creado por otros, creado a partir del
deseo de otros. Otros pensaron un nombre para él , desearon un color para su cuarto , unos
padrinos, un jardín de infantes , inclusive muchas veces todo esto esta deseado desde antes de su
existencia. Por eso es que diremos que el deseo del otro antecede al sujeto.
Es absolutamente necesario que ese deseo lo anteceda, es necesario que exista antes de su
existencia para que pueda ser ocupado por ese niño que llega.
Todo este primer tiempo el bebe y la mama no están discriminados, ambos se viven como una
extensión del otro. La constitución del sujeto implica pensar diferentes movimientos por los que debe
pasar ese bebe, que lo llevarán a desprenderse de la madre y constituir una estructura singular que
le permita ubicarse en el mundo en tanto sujeto independiente, discriminado. En estos movimientos
es importante la función de los otros.
Es fundamental hacer una aclaración a tiempo. Cuando hablamos de “otro”, de función materna,
función paterna, no hablamos de personas puntuales, biológicas, sino de la función que cumple.
En el proceso de constitución subjetiva son fundamentales la función materna que consiste en
sostener al pequeño, física y amorosamente y la función paterna que consiste en sostener y cuidar la
diada madre-hijo.
La madre será el primer espejo donde el bebé se mira y se identifica con eso que ve, es a partir del
cuerpo de la madre que podrá unificarse. La madre lo contiene, lo acuna, lo acaricia, otorgándole
seguridad, respondiendo a sus necesidades, marcando los límites de su cuerpito, garantizando su
vida. Siendo hasta acá unos solo, la díada, la célula narcisista.
Freud tomara el mito de Narciso para intentar responder una pregunta, pregunta sobre la falta de
SER.
El narcisismo implica diferentes movimientos en la constitución subjetiva, movimientos que implican
distintos tiempos, pero tiempos lógicos imposibles de precisar en su cronología.
Freud describirá tres tiempos lógicos del narcisismo, y el aclara que son lógicos y no cronológicos
porque no están sujetos a una edad exacta sino a que primero debe sucederse uno para que luego
se suceda el otro.
En el primer tiempo el bebe y la mama como ya dijimos forman una célula simbiótica. Él bebe “es
la madre”, ambos conforman un todo.
El pequeño cuerpito debe ir delineándose, organizar psíquicamente, y dependerá fundamentalmente
de la función materna. Las caricias, las miradas, el sostén irán haciendo lo propio para organizar ese
organismo en cuerpo.
En un segundo momento el niño lentamente comienza a verse como otro. Sostenido en los brazos
de la madre comenzará a percatarse de la mirada de ella. El deseo de la madre se juega en el ser de
este niño. (será valiente como su abuelo, será inteligente como yo, sagaz como el padre...)
La función materna deber ofrecer un lugar, él bebe debe encontrar eso que debe ser, la madre debe
otorgarle ser: es lindo, es querido, fue esperado, será ingeniero, será como su abuelo, tiene los ojos
de su hermano mayor, etc., etc., etc.
El adulto puede devolverle al niño una imagen de sí como el elegido, el maravilloso, el hijo soñado,
pero también la de un terremoto, un desastre, el culpable de todas las desgracias. Esta mirada no
será sin consecuencias en el posterior desarrollo psicosexual del sujeto.
Por último, en un tercer momento el niño comienza a angustiarse frente a extraños. Spitz lo llamo
“la angustia del octavo mes”. En este tiempo el niño comienza a comprender que el NO ES la madre.
Se inscribe la categoría de extraño, es el reconocimiento del otro como extraño lo que da cuenta de
sí mismo como extraño: la diferencia Yo-no
Yo, sujeto-objeto. El niño debe inscribir que la madre no es él.
En la clase anterior señalábamos que el bebe nace siendo puro ello, finalizando el narcisismo el niño
construirá su YO. El yo se caracteriza por ser la representación de sí que nos permite sentir que uno
sigue siendo uno mismo a pesar de las variaciones del tiempo, espacio, etc. El Narcisismo, por tanto,
otorga ser al sujeto. Al finalizar el narcisismo el sujeto se encuentra dividido de la madre, ya no existe
esa célula simbiótica del comienzo. Tendrá un SER.
Claramente cuestiones como ir logrando independencia para alimentarse y para movilizarse
colaboran con este proceso.
Desarrollo psicosexual:
Antes de avanzar con el segundo movimiento psíquico por el que atraviesa un sujeto después de
haber constituido su yo, creo pertinente hacer una especie de paréntesis, si se pudiese, y darle lugar
a algunas consideraciones freudianas en relación al desarrollo de los niños.
Como dijimos anteriormente la psicología está conformada por diferentes escuelas. Sigmund Freud
desde la teoría psicoanalítica se ha ocupado del desarrollo psicosexual de los sujetos hacia finales
del siglo XIX y comienzos del siglo XX.
Freud propone un concepto ampliado de la sexualidad humana, idea revolucionaria en su época,
que postula la existencia de una sexualidad infantil, cuyo desarrollo está organizado en fases.
Las fases de la sexualidad humana que el describe tendrá una zona erógena característica, y esa
será la fuente libidinal en cada una de las etapas.
Freud creía que, si durante cualquiera de estas fases el niño experimentaba ansiedad en relación a
esa pulsión correspondiente, los temas relacionados a esa etapa podrían persistir en la época adulta
como neurosis.
Freud observó que, durante el temprano desarrollo, el comportamiento de los niños se orientaba
alrededor de determinadas partes del cuerpo. El que venía de trabajar con la histeria donde se
suponía como causa de las neurosis un recuerdo reprimido de carácter sexual e infantil propuso que
esos comportamientos de los niños eran expresiones de sus fantasías sexuales y deseos. Sugirió
que los seres humanos, durante su primera infancia, son "perversos polimorfos", significando esto
que los infantes pueden derivar su placer sexual a cualquier parte del cuerpo, y que es sólo a través
de la socialización que las pulsiones libidinales son sofocadas en la sexualidad adulta.
Freud desarrollo un modelo para explicar lo que el suponía un “desarrollo normal “de los niños. Lo
llamo desarrollo libidinal. Esta teoría indica que los niños atraviesan cinco etapas del desarrollo
psicosexual, en cada una de ellas la libido tendrá diferentes zonas erógenas. La libido se refiere a
varios tipos de placeres y satisfacciones.
Sin embargo, durante esta búsqueda de satisfacción de las urgencias sexuales, el niño experimenta
fracasos, retos y castigos por parte de sus padres o la sociedad y debido a esto termina asociando
angustia con la zona erógena en particular. Freud describe aquí un fenómeno que denominó fijación
y sostenía que si la fijación persistía en la adultez caracterizaría la personalidad y psicopatologías de
los sujetos.
Freud va a destacar tres características fundamentales que diferencian la sexualidad adulta de la
sexualidad infantil:
1. Auto erótica: El objeto es una parte de su propio cuerpo. Ej.: en el bebé la succión del pulgar.
2. Responde a una zona erógena: Son zonas en las que se encuentra mayor placer. Son más
excitables porque hay un determinismo biológico. Responden con una excitación ante una
estimulación.
3. Surgen apoyadas o apuntaladas por las pulsiones de auto conservación: Ej.: cuando el
bebé tiene hambre hay una necesidad biológica y se crea una tensión. Para reducir esa tensión
es necesario llevar a cabo una acción específica (procurar el alimento) el niño no puede llevarla a
cabo solo por sus características, entonces llora, se mueve, y se lleva a cabo por un tercero. El
bebé se calma y esto trae una experiencia de satisfacción y esta experiencia va a producir un
cambio en el psiquismo. De una necesidad se pasa al deseo. Es una experiencia que no tiene
nada que ver con el alimento. Para Freud es un placer erótico, placer sexual, placer funcional. La
satisfacción va más allá de lo biológico, pero empieza por una necesidad de auto conservación.
Veremos ahora las FASES EVOLUTIVAS DE LA ORGANIZACIÓN SEXUAL que describe
Sigmund Freud:
Fase oral:
Es la primera etapa del desarrollo psicosexual, la cual dura desde el comienzo de la vida hasta el
primer año. Durante la misma, la zona erógena es la boca y el placer se obtiene por los cuidados,
pero también a través de la exploración del entorno (los pequeños tienden a llevarse objetos
nuevos a la boca). El ELLO domina al niño en esta etapa ya que aún no se han desarrollado las
otras instancias del aparato psíquico. A causa de esto el bebé no tiene noción de sí mismo, ni
sentido de lo que está bien o mal, y todas sus acciones están basadas en el principio de placer.
En esta etapa la experiencia fundamental está en el destete, durante el cual el niño pierde mucho
del contacto íntimo con su madre y esto da lugar al primer sentimiento de pérdida. El destete
también le provee al bebé conciencia de sí mismo, desde que aprende que no todo está bajo su
control, y tampoco la satisfacción es siempre inmediata.
En esta etapa, las satisfacciones de las necesidades conducen a la formación de la
independencia (desde que el bebé se forma una idea clara sobre los límites de sí mismo y forma
su yo) y la confianza (desde que los bebés aprenden que comportamientos específicos conducen
a la satisfacción). Por otro lado, la fijación puede llevar a la pasividad, credulidad, inmadurez y un
optimismo no realista, y también la formación de una personalidad fácil de manipular debido a la
formación inadecuada del yo. Esto puede ser el resultado tanto de la excesiva como de la
insuficiente satisfacción. En el caso de demasiada satisfacción, el niño no aprende que no todo
está bajo su control y que la satisfacción no siempre es inmediata (los cuales son resultado del
destete), dando lugar a una personalidad inmadura. Por otro lado, las necesidades del niño
pueden ser satisfechas insuficientemente, y debido a ello el niño se vuelve pasivo porque
aprende que, de todas formas, lleve a cabo la conducta o no, la satisfacción no sobrevendrá. En
algunas sociedades es común que los niños sean cuidados por sus madres durante varios años
mientras que en otras este tiempo es más corto. El chupar y comer, de todas formas, componen
los recuerdos más tempranos de los niños en todas las sociedades
La etapa oral está dividida en dos:
-1 Oral de succión: solo succiona sin morder y no destruye el objeto
-2 Sádica oral o canibalística: A partir de la aparición de los dientes la etapa es ambivalente,
porque aparece la posibilidad de destruir al objeto
Todos los objetos se los lleva a la boca para succionarlos ya que le proporcionan placer.
El niño conocerá el mundo a través de la boca y es importante que le facilitemos esa posibilidad.

Fase anal:

La segunda etapa del desarrollo psicosexual es la etapa anal. La zona erógena será desde el
tracto digestivo superior al final inferior y el ano.

Esta etapa abarca desde los 15 meses aproximadamente hasta el tercer año de vida. Aquí
continúa formándose el YO. En esta etapa es fundamental el entrenamiento en la higiene
personal. Éste ocurre alrededor de los dos años y da como resultado un conflicto entre el Ello,
que demanda satisfacción inmediata de las pulsiones que involucran la evacuación y las
actividades relacionadas con ella (como el manipular las heces) y las demandas de los padres.
Piensen que es la etapa en la que los padres están ansiosos por que los hijos dejen los pañales y
como sea percibida esa ansiedad por el niño no será sin consecuencias para su desarrollo psico
sexual. La resolución de este conflicto puede ser gradual y no traumático, o intenso y tormentoso,
dependiendo de los métodos que los padres usen para manejar la situación. La solución ideal
vendría si el niño trata de regularse y los padres son moderados, para que el niño pueda
aprender la importancia de la limpieza y el orden gradualmente, los cuales dan lugar a una
persona adulta controlada. Si los padres ponen demasiado énfasis en la higiene personal
mientras el niño decide acomodarse a ésta, se puede dar lugar al desarrollo de un
comportamiento compulsivo, extendiéndose a lo concerniente con el orden y la pulcritud. Por otra
parte, si el niño decide prestar atención a las demandas de su Ello y los padres acceden a esto,
el niño probablemente desarrolle una personalidad tendiente al desorden e indulgente para
consigo mismo. Si los padres reaccionan, el infante debe cumplir, pero desarrollará un débil
sentimiento de sí, ya que los padres son los que controlan la situación, no su propio Yo. El placer
está ligado a la retención y expulsión. En esta etapa se da el primer par de opuestos de la vida
psíquica, que son la actividad y la pasividad.

Esta etapa se divide en dos fases:


1-Anal expulsiva: - el erotismo o pasividad tiene que ver con el placer que le produce la
evacuación. El sadismo o actividad está dado por la destrucción de las heces. El sadismo está
ligado a la actividad porque hace algo con el objeto (lo destruye). Es importante proporcionarle al
niño material similar a su materia fecal y orina como masa, agua, barro, dactilopintura, plastilina
para que jueguen a destruir este material, ensuciarse etc.

2- Anal retentiva: - el erotismo o pasividad está ligado al placer de retener. El sadismo o actividad
tiene que ver con el control que ejerce sobre su cuerpo (retener a voluntad). Esto está
relacionado con el control que ejerce sobre los objetos que lo rodean (ej.: juguetes acompañado
de la palabra “mío”).

Fase fálica:

Es la tercera etapa del desarrollo. La misma sucede desde aproximadamente los tres hasta los
cinco años y la zona erógena asociada a ella es el área de los genitales. A pesar de que
efectivamente la satisfacción está enfocada en esta área, no lo es de la misma forma que en la
sexualidad del adulto, ya que el niño es sexualmente inmaduro aún.
Sin embargo, Freud dirá que la estimulación de los genitales es bienvenida como placentera y
enmarca en esta etapa la masturbación infantil.
Los niños se vuelven cada vez más conscientes de su cuerpo y empiezan a sentir curiosidad por
el cuerpo del otro.

Freud observó ya entonces que los niños de esta edad pueden ser frecuentemente vistos
sacándose la ropa y "jugando al doctor" con otro niño, o preguntándole a sus madres si ellas
también tienen pene. Estas observaciones persuadieron a Freud de que la satisfacción está
enfocada sobre o alrededor de los genitales durante este período.
La zona erógena en el varón es el pene y en la mujer es el clítoris, ya que aun no hay
reconocimiento de la vagina. Ambos varón y mujer suponen que todos los niños poseen pene. A
este órgano ilusorio se lo denomina falo Es una creación imaginaria de esta etapa. La realidad de
que hay seres humanos que poseen falo, hace que piensen que porque no lo tienen algo le pasó.
A partir de la premisa universal del falo el desarrollo sexual de la mujer y el varón será diferente.
Si el conflicto no es resuelto, una fijación a esta fase dará lugar a mujeres adultas que se
esfuerzan por superar a los hombres, si tiene sentimientos insoportables de devastación debido a
la falta de pene, lo harán siendo seductoras y coqueteando, o si no serán sumisas y con baja
autoestima. Por otro lado, los hombres pueden presentar excesiva ambición y vanidad. En
general, el Complejo de Edipo es muy importante para el desarrollo del Superyó ya que, a través
de la identificación con uno de los padres, la moralidad de la sociedad en que se vive es
internalizada y la conformidad a las reglas ya no es producto del miedo al castigo.

Período de latencia

Para el psicoanálisis, la latencia es una fase que indica un cierto momento en la evolución
libidinal de los niños.
Sera en esta etapa donde el niño enterrara su complejo de Edipo, terminara de darle forma
a su super yo y aparecerán importantes cuestiones en relación a la moral, pudor,
vergüenza, asco.
La latencia dura hasta que comienzan los cambios propios de la pubertad, digamos que
coincidiría con casi toda la etapa de escuela primaria. En este momento la energía sexual queda
dormida o mejor dicho cambia su fin y es puesta en la socialización, hacer amigos, y
fundamentalmente en cuestiones relacionadas con el conocimiento. Es notable el aumento del
pensamiento en contraste con la disminución de la impulsividad, ya que entran en juego
conceptos como la honestidad, la compasión y la responsabilidad, hasta ese momento
inexistente. Es una etapa primordial en el desarrollo del ser humano, que a menudo se pasa por
alto; es entonces cuando comenzamos a sentar las bases de nuestra moral, cuando empezamos
a relacionarnos con otras personas, con familias que no son la nuestra, y aprendemos a
empatizar con otros individuos.

Fase genital

Esta es la última etapa que plantea Freud en el desarrollo psico sexual de los niños teniendo
comienzo la misma en la pubertad. Esta fase representa la mayor parte de la vida, y la tarea
básica para que se constituya la individualidad es la separación simbólica de los padres.
En esta fase al igual que en la etapa fálica la energía esta puesta en los genitales, pero esta vez
la energía es expresada desde la sexualidad adulta.
A diferencia de los niños de 5 años, si bien puede aún no haber contacto sexual con otro, este
otro aparece en el nivel de la fantasía.
Les contare una anécdota en clave adolescente para que se entienda mejor. Un día dando
psicoanálisis a muchach@s de 4° año les pregunto qué diferencias encuentran entre la etapa
fálica donde los niños descubren sus genitales, se masturban etc. y me responden que en la
adolescencia en las mujeres hay descubrimiento de la vagina, que en los varones con la
masturbación a diferencia de los niños empiezan las primeras eyaculaciones, que ya hay
conciencia del deseo sexual. Les pregunto si la sexualidad sigue siendo auto erótica al igual que
en los niños, o sea que encuentran el placer en su propio cuerpo… después de un largo silencio
un alumno levanta la mano y dice: “profe los adolescentes a diferencia de los niños, aunque aún
no tengamos relaciones con otros cuando nos masturbamos ya hay otro, aunque sea
fantaseado… o sea la nuestra va “dedicada” … Creo que nunca nadie lo había logrado explicar
tan claramente.
Mas allá de la anécdota o a través de ella, en las palabras de este adolescente entendemos que,
aunque no haya otro real ya hay otro fantaseado que hace que la sexualidad y el placer empiecen
a salirse de los límites del propio cuerpo.
Complejo de Edipo
Retomaremos ahora, con algunas herramientas más, lo que sucede en el complejo de Edipo.
Es para Sigmund Freud el segundo gran movimiento psíquico que atraviesa un sujeto en su
proceso de constitución subjetiva. Este mito viene a responder a la pregunta acerca del tener. El
Edipo, en tanto nuevo movimiento psíquico, dará lugar al TENER, al ser sexuado, tener un sexo.
El pequeño debe inscribir que la madre no es DE él.

Tengan en cuenta que durante el Narcisismo y al finalizar el mismo, el niño debió inscribir que el
NO ES LA MADRE. Esto resulta necesario para constituir su propio yo.
El niño después de comprender que no es la madre deseara TENERLA.
Para que el Edipo cumpla su función en el desarrollo subjetivo debe producirse el pasaje del SER
(ocurrido en el final del Narcisismo) al TENER, renunciando a SER el que colme como absoluto el
deseo de la madre.
Vale aclarar que el Edipo tanto para la niña como para el niño se jugara con quien cumpla su
función materna. En un segundo momento será la niña quien deba jugar una segunda vuelta del
Edipo con su padre
Siguiendo la misma lógica de tiempos lógicos, pero no cronológicos identificaremos 3 momentos
en el Edipo.
Tiempos lógicos del Edipo:
Primer tiempo: se resignifica lo desplegado en el tercer tiempo del narcisismo. El niño NO es la
madre e intentará ahora identificarse con eso que la madre desea.
Intentará ubicarse en el lugar de aquello que la madre desea para conservar así su amor.
Segundo tiempo: aparece con más fuerza el padre, privando a la madre y al niño.
Priva al niño del objeto de su deseo y a la madre TAMBIÉN (del niño que la completa). Se trata
de un padre privador que remite a la madre a una ley (impone la ley tanto a la madre como al
niño).
Para el niño, el objeto de su deseo es poseído por ese otro a cuya ley la madre remite.

Es decir, la ley que se plantea es la de la prohibición, el padre se sitúa como objeto de amor de la
madre, privando al niño de ella y a la madre del niño.

Tercer tiempo: En este tiempo se debe completar la siguiente transformación: el pasaje del SER
al TENER, de ser el poseedor del deseo de la madre, a tener algo con lo que pueda desear y ser
deseado; y se constituye la categoría PADRE.

El complejo de Edipo implica una articulación que se produce entre el deseo y la ley. Por lo tanto,
el heredero del Complejo de Edipo es el SUPER YO, esto implica la interiorización de normas e
ideales.
Se introduce lo normativo, la prohibición tanto al niño como a la madre a tomarse como objeto de
amor.
El logro de esta interiorización le permitirá luego acatar consignas dadas por otros, aceptar las
normas de las instituciones, dirigir la atención hacia donde el otro-autoridad exige.
Seguramente nos llamará la atención que cierta adquisiciones, habilidades o conocimientos no
hayan sido alcanzados en determinado momento, pero lo que intentamos es pensar cómo se va
constituyendo ese sujeto, su
psiquismo, en la interacción con otros.
Hasta aquí los tres tiempos lógicos, por los que todo ser humano atraviesa, ahora veamos las
diferencias entre la forma de recorrer el Complejo de Edipo en el Niño y la Niña.
Acá entra a jugar el concepto de “Angustia de Castración”
Los niños perciben las diferencias sexuales anatómicas, pero no creen que estructuralmente hayan
sido así conformados.
La fantasía para el niño será que las niñas fueron castradas en castigo por rivalizar con el padre por
el amor de la madre. Frente a esto, se hace necesario elegir entre conservar el pene y abandonar a
la madre como objeto de amor e identificarse con el padre, abandonando así la rivalidad con él. O
perder el pene frente a su rival, lo que lo llevaría a identificarse con la madre.
Acá el niño entra en latencia, identificándose con el padre y tomando a la madre como objeto de
amor tierno.
Se sepulta Edipo por el temor a la amenaza de castración ejercida por el padre.
En cambio para la niña (cuyo objeto de amor también es la madre) al percatarse de la falta de pene,
en principio fantaseará con que va a crecerle, al caer en cuenta que su madre tampoco tiene,
fantaseará con que su madre ha sido castrada como castigo.
Frente a esto, se identificará con su madre y reemplazará la angustia de la castración por la fantasía
del hijo que la completará en esa falta.
Entonces mientras el niño frente a la angustia de castración sale del Edipo identificándose con el
padre, la niña frente a la castración, se identificará con su madre tomando como objeto de amor al
padre (en su fantasía será quien le dará ese hijo que la complete), hasta el momento en que el
padre, como poseedor de la ley, elige como objeto de amor a la madre y la excluye, la frustra.
Así las cosas, la niña conservará la identificación con la madre y tomará al padre como objeto de
amor tierno, sepultando el Complejo de Edipo y entrando en la latencia.

Por eso decimos que por la angustia de castración la niña entra al Complejo de Edipo y el niño sale
de él.
A la hora de pensar el malestar que se observa en un niño o un joven también debemos recordar
que un niño es un sujeto en constitución, cuyo psiquismo se está estructurando, en tanto los
adolescentes se encuentran abocados a la tarea de reeditar aquellos complejos infantiles para
constituirse en sujetos adultos con capacidad de trabajar, elegir su objeto de amor, insertarse en una
cultura.
Una mirada complementaria, aunque con puntos de desencuentros es la que plantea Bowlby con la
teoría del apego. Mientras que para Freud lo principal es el placer y su gratificación, para Bowlby lo
principal es el apego.
John Bowlby fue un psicoanalista y psiquiatra Ingles que nace en 1907 y fallece en 1990. Su
preocupación fundamental se centra en las relaciones afectivas de los humanos que se establecen
desde el nacimiento y durante toda la infancia. Desarrollo lo que dio en llamar LA TEORIA DEL
APEGO, él explica que la seguridad, la ansiedad y los miedos de un niño dependen fuertemente de
la figura de afecto o de apego y las respuestas que de ella reciba el niño.
El autor explicara que la teoría se sostiene básicamente desde tres postulados:
1-la confianza que el niño ira adquiriendo en sus primeros años de vida y sobrevivirá en toda su vida
adulta.
2-el sujeto que confía en su figura de apego, confiará en que estará cuando la necesita, y por
supuesto tendrá menos temores que aquellos que no cuentan con certeza con dicha figura.
3- el nivel de confianza, y la expectativa de hasta dónde puede uno confiar en la figura de apego
dependerá de las experiencias vividas.
Será a través de la seguridad que vaya sintiendo el niño, seguridad que le ira brindando sentir cerca
a sus figuras de apego que el bebe ira dando pasos seguros en su inserción en el mundo.
Por otro lado, Bowbly nos planteara cuatro pautas de apego que dependerán de la relación que el
niño establezca con su figura de apego:
1- Un apego seguro será aquel donde el niño tiene una idea positiva de si y de los demás.
2- Un apego de tipo ansioso- resistente o ambivalente, su vínculo con el progenitor será
ambigua, evasiva, con falta de estabilidad. Desarrollo sentimientos de abandono que
generaran mucha ansiedad.
3- Ansioso – evitativo, el sujeto vivencia repetidamente situaciones de rechazo, esto
genera un sujeto desconfiado en encontrar apoyo y cuidado en los demás. Espera ser
rechazado. Naturaliza el rechazo.
4- El ultimo tipo de apego que plantea el autor es el desorganizado o desorientado, el niño
siente mucho temor, busca la figura de apego fallidamente. Se pierde en el desorden.
Para concluir esta perspectiva nos informa de la importancia de los vínculos tempranos, tanto en lo
relacional como en la vida psíquica en general.
Solo si el niño logra construir un YO fuerte, solido, una imagen de si mismo lograra organizar su
pensamiento, su memoria y sus sentimientos hacia los otros.
De este modo damos por finalizado nuestro tercer encuentro.

ACTIVIDAD:
A partir del siguiente capítulo de historias de diván identifique en el mismo los conceptos trabajados
en el día de la fecha.
https://www.youtube.com/watch?v=ubt9zvjDvEc

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