Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ESPECIES Y
VARIEDADES. TÉCNICAS DE CULTIVO. OPERACIONES DE CULTIVO.
SISTEMAS DE RECOLECCIÓN. TRANSPORTE Y ALMACENAMIENTO.
RENTABILIDAD DE ESTOS CULTIVOS.
ÍNDICE
1 INTRODUCCIÓN......................................................................................................................2
3 TÉCNICAS DE CULTIVO........................................................................................................4
4 DISEÑO DE LA PLANTACIÓN...............................................................................................7
5 OPERACIONES DE CULTIVO...............................................................................................10
5.2 PLANTACIÓN..................................................................................................................10
6.1 RECOLECCIÓN................................................................................................................11
6.2 ALMACENAMIENTO......................................................................................................12
6.3 TRANSPORTE..................................................................................................................13
7 RENTABILIDAD DE ESTOS CULTIVOS..........................................................................14
8 CONLUSIONES.......................................................................................................................14
9 BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................14
1 INTRODUCCIÓN
El manzano, el peral y el melocotonero, han sido tradicionalmente las tres especies de fruta
dulce más importantes de España. En la última década se ha unido con particular
relevancia el cerezo, seguido por el albaricoquero y el ciruelo. Estas seis especies
ocupaban en 2017 una supercie de 205.177 ha. La producción media para el periodo 2015-
2017 fue de 2.579.400 t anuales, lo que aportó en el año 2016 el 14,2% a la Producción
Final Agraria (PFA)
Como su propio nombre indica, los árboles frutales son todos aquellos árboles capaces de
producir frutas válidas para el consumo y lo hacen a través de la maduración de sus flores.
En esta definición se engloban tanto los árboles que tienen frutos carnosos, así como los
árboles que tienen un fruto seco, como es el caso del nogal.
Los frutales de hueso, hacen referencia a aquellos cuyo fruto es una drupa, como pueden
ser el cerezo, ciruelo , melocotonero, albaricoque y olivo entre otros entre otros, mientras
que los frutos de pepita hacen referencia a aquellos árboles cuyo fruto es un pomo, como
son en su mayoría los perales, manzanos y membrilleros. Tanto los frutales de hueso como
los de pepita pertenecen a la familia Rosaceae.
A la hora de cultivar un árbol frutal, hay que tener 4 aspectos básicos a tener en cuenta: el
clima, el suelo, el agua de riego y las posibles plagas que le puedan afectar.
CLIMA
La influencia del clima no se restringe a marcar los límites del cultivo, sino que condiciona
también la producción y la calidad de la cosecha. La temperatura, entre todos, es el
principal factor climático que condiciona el cultivo frutal. No existe una temperatura
invernal a partir de la cual las plantas sufran daños de consideración, sino que los árboles
pueden soportar o ser dañados por determinadas temperaturas dependiendo de diversos
factores como el estado nutritivo, la intensidad de la acción de esas temperaturas, la
duración de la exposición de las mismas, la época en la que se presentan…
El cerezo produce bien en climas demasiado fríos para el melocotonero y el albaricoquero,
pero es sensible al calor. En maduración, la humedad ambiental ha de ser baja, pues en
contrario se produce el agrietamiento de los frutos que puede arruinar la cosecha. Por ello,
las zonas de inviernos lluviosos y veranos frescos y secos son ideales para el cultivo de
esta especie.
El ciruelo, es uno de los cultivos más extendidos por el mundo, debido a que existen varias
especies y muchas variedades adaptadas a diversas condiciones del clima. Los ciruelos
japoneses parecen mas indicados que los europeos en las zonas más cálidas,
fundamentalmente porque son más sensibles a las heladas primaverales al ser su floración
más precoz. En general, las temperaturas optimas para el desarrollo del fruto están
comprendidas entre 17 y 20º, y las temperaturas elevadas en verano, alrededor de los 40º,
pueden disminuir la calidad de la cosecha por originar daños en los frutos.
El melocotonero vegeta bien en zonas de veranos cálidos, con baja humedad ambiental e
intensidad luminosa alta. Temperaturas medias en verano de 24º son favorables para el
desarrollo del fruto, pero por debajo de los 18 º disminuye su calidad.
El olivo es una especie de clima mediterráneo, que se adapta bien a diversas condiciones
climáticas. Soporta muy bien las temperaturas estivales altas y los vientos cálidos y secos,
pero le perjudica la elevada humedad atmosférica.
El manzano, es una especie polimorfa debido a su gran variabilidad genética, lo que le
permite su adaptación a condiciones ambientales muy diferentes. No obstante, si se
consideran las variedades más cultivadas, una estación de crecimiento larga y fresca le es
favorable y es difícil que el fruto adquiera un tamaño y textura conveniente en zonas de
temperaturas elevadas y alta humedad atmosférica. En general, temperaturas medias
estivales superiores a 24º le son desfavorables. Asimismo, amplias diferencias de
temperatura entre el día y la noche justo antes de la recolección, pueden provocar una caída
abundante de frutos.
El peral tiene un área de distribución mas limitada que el manzano por su mayor
susceptibilidad al frío. Exige temperaturas más elevadas que el manzano. En los países
donde se encuentra afectado por fuego bacteriano se consideran esenciales los veranos
secos para controlar la enfermedad, aunque las variedades españolas se adaptan mal a
veranos excesivamente calurosos.
Otros aspecto importante del clima es la pluviometría: en nuestras condiciones de cultivo
se estiman unos 900 mm durante el periodo vegetativo, por lo que en nuestro clima no se
puede concebir el cultivo industrial de especies frutales sin la aplicación de agua de riego.
SUELO
En términos generales se puede considerar una profundidad óptima del suelo entre 1 y 2
metros. En cuanto a la textura del suelo, la ideal para el cultivo de estas especies es la
textura franca, ya que en este tipo de suelos la permeabilidad es buena, el agua disponible
alta y la aireación adecuada para el desarrollo óptimo de las raíces y el crecimiento del
árbol.
Uno de los requisitos imprescindibles para los frutales es que el suelo tenga un buen
drenaje, ya que no soportan los suelos encharcadizos o que permanecen saturados de agua
durante un tiempo significativo.
La salinidad en exceso, es otro factor que puede causar daños en consideración, sobre todo,
al albaricoque, melocotonero, y el olivo. El manzano y el peral son más resistentes a suelos
salinos. Por norma general, en suelos con la conductividad superior a 8 mmhos/cm solo
deben cultivarse plantas resistentes.
La existencia de caliza, puede producir clorosis férrica, por lo que es conveniente tener en
cuenta este factor para la producción de especies como el membrillero o el melocotonero,
ya que son bastante sensibles.
AGUA DE RIEGO
Una buena calidad del agua de riego supone una conductividad del agua < 1 mmhos/cm y
un Ph comprendido entre 6 y 7.
3 TÉCNICAS DE CULTIVO
Todos los sistemas de riego que se describen a continuación pueden ser aptos para la
producción de frutales, simplemente hay que tener en cuenta los factores que afectan a su
elección como son las pendientes, el flujo del agua, la influencia del viento, el coste del
sistema y de sus instalación, el peligro de erosión….
1. Riego por inundación: requiere buena nivelación del terreno, pendientes inferiores
al 1% y un gran flujo de agua, del orden de 1,6 litros/segundo/ha, para cubrir todo
el suelo. El uso del agua no es muy eficiente, ya que se pierde mucho agua por
percolación. No se recomienda una longitud mayor de 200 metros y una anchura de
30 metros para utilizar este sistema de riego.
2. Riego por surcos: al igual que el anterior necesita una buena nivelación del terreno
y pendientes inferiores al 2%. La separación entre surcos debe ser entre 75 y 150
cm.
3. Riego por aspersión: se utiliza en terrenos de topografía irregular en suelos porosos
con una velocidad de infiltración excesiva. Puede ser conveniente en zonas donde
se necesiten riegos antiheladas.
4. Riego por goteo: es el más utilizado para el cultivo de frutales, ya que es el que
menos consume. Como este riego moja poco volumen de suelo, el crecimiento de
las malas hierbas se reduce. La limitación más importante es la obstrucción de los
goteros por las partículas del suelo.
Tiene como objetivo principal el control de malas hierbas, a la vez que el mantenimiento
de una buena estructura del suelo que minimice el problema de la compactación, la
disminución de la erosión y la mejora de la fertilidad del suelo. Algunas de esos sistemas
de mantenimiento son:
- Laboreo: pase frecuente de grada o cultivador de 3 a 5 veces a toda la
superficie del suelo. Es el sistema mas caro de mantenimiento, ya que exige el
empleo continuo de maquinaria pesada, por lo que puede compactar el terreno o
la rotura de raicillas en la capa superficial del suelo.
- No laboreo con herbicidas: mantiene el suelo desnudo mediante la aplicación de
herbicidas en toda la superficie. Es un sistema compatible con el riego por
aspersión, por goteo o por inundación. Es un sistema que puede causar
fitotoxicidad en algunas especies, y en particular en los árboles jóvenes, además
de ser una medida con impacto ambiental por la polución del entorno y su
efecto en la fauna.
- Cubiertas vegetales: el sistema mantiene el suelo totalmente cubierto con una
pradera artificial y controla las malas hierbas por sofocación y siega. Es un
método ideal para todo tipo de suelos, pero muy especialmente para suelos
encharcadizos, de mala estructura o sometidos a una fuerte erosión. El
problema adicional es el aporte adicional de agua de riego, por lo que no es
muy conveniente en zonas con déficit hídrico.
- Sistemas mixtos: en las plantaciones intensivas se suelen utilizar un laboreo o
de cubiertas vegetales en las calles y el empleo de herbicidas en las hileras.
4 DISEÑO DE LA PLANTACIÓN
4.1 ELECCIÓN DE LAS VARIEDADES
Los factores que determinan la elección varietal son fundamentalmente dos: el destino de
la producción y las características específicas de las variedades. Las características
agronómicas que hay que considerar en la elección varietal son, entre otras:
- adaptación al medio, ya que pueden tener comportamientos muy distintos en
zonas diferentes.
- Productividad y calidad del fruto
- Compatibilidad con los patrones
- Vigor
- Resistencia y tolerancia a plagas y enfermedades
- Facilidad de cultivo
- Otros factores como calidad, resistencia al transporte y manipulaciones,
capacidad de conservación, preferencias del consumidor….
4.2 ELECCIÓN DEL PATRÓN
La utilización de patrones se fundamenta en la adecuación de las variedades seleccionadas
al medio de cultivo. En la mayoría de las especies frutales, se dispone de una gama de
patrones mas o menos amplia que permiten solucionar algunos de los problemas de
adaptación o de cultivo. La resistencia o tolerancia a condiciones asfixiantes del suelo, a la
caliza, sequía, salinidad o patógenos vegetales asociados al suelo, son algunas de las
características que determinan la elección del patrón una vez conocidos los factores
limitantes o condicionantes del suelo.
El patrón puede afectar a la cosecha por una mejora en la productividad y por su efecto en
la entrada en producción, la época de maduración del fruto y en la calidad del mismo.
4.3 ELECCIÓN DE POLINIZADORES
Las variedades de la mayoría de las especies frutales como el manzano, el peral, el ciruelo,
el cerezo, el almendro, el nogal y el avellano son autoestériles, por lo que necesitan
polinización cruzada con polen de otra variedad para la producción de fruta. Por
consiguiente, en estas especies se han de elegir en primer lugar, las variedades principales
y a continuación, las variedades polinizadoras. La elección de los polinizadores es uno de
los puntos más importantes de la planificación, pues, en buena parte, el éxito de la misma
va a depender de esta elección. Las características que debe cumplir una variedad
polinizadora son:
- compatibilidad con la variedad principal y viceversa
- calidad del polen
- coincidencia en floración
- edad de entrada en producción
- calidad del ruto.
5 OPERACIONES DE CULTIVO
5.1 PREPARACIÓN DEL SUELO
Antes de la plantación de los árboles es necesario preparar el suelo mediante una serie de
labores de fácil realización en terreno desnudo, pero difíciles o imposibles de llevar a cabo
una vez que la plantación esté establecida. Alguna de estas labores son:
- Nivelación: necesario en plantaciones que vayan a regarse por inundación o por
surcos. Es una operación que puede compactar el terreno, por lo que a veces es
necesario un pase de subsolador posterior para mullir el suelo.
- Laboreo profundo: su objetivo es romper las capas del subsuelo que puedan
limitar o restringir el crecimiento de las raíces. La labor puede realizarse por
desfonde o subolado. El desfonde mulle y voltea el terreno y suele hacerse con
una vertedera que alcance una profundidad de hasta 55 cm. El subsolado mulle
el suelo, pero no provoca inversión de horizontes. El apero utilizado es un
subsolador que puede alcanzar profundidades de 50 a 80 cm. Otra alternativa
sería la realización de grandes hoyos donde van a ser instalados los árboles.
- Aplicación de enmiendas y productos fitosanitarios: con independencia de la
corrección de algún factor desfavorable del suelo, las enmiendas húmicas
siempre son de interés antes de la plantación. Estas deben incorporarse
mediante una labor de vertedera. En el caso de que haya organismos
fitopatógenos en el suelo, se pueden realizar fumigaciones con bromuro de
metilo u otro pesticida, o incluso la solarización.
La preparación del suelo termina con un laboreo superficial poco antes de la plantación,
que deje el terreno limpio de malas hierbas y refinado para hacer el trazado. Esto se puede
realizar con un pase de grada.
5.2 PLANTACIÓN
Con independencia del tipo de plantación, esta comprende una serie de operaciones como
son:
- replanteo: consiste en señalar la posición de cada árbol en el terreno. Antes de
ello conviene trazar los caminos y calles de servicio que limitan las parcelas de
plantación.
- Apertura de hoyos: estos deberán ser lo suficientemente grandes como para
alojar en ellos al sistema radical de árbol con una poda de raíces mínimas. Si los
hoyos se realizan con ahoyadoras, la superficie interior del hoyo puede quedar
apelmazada formando una suela la labor vertical, lo que dificulta la penetración
de raíces, o incluso asfixia racial debido a un mal drenaje del agua, por lo que
es conveniente romper la capa apelmazada con una pala o una azada antes de la
colocación de los árboles.
- Colocación de tutores: las formas planas y otros sitemas de formación
intensivos, y en general, los arboles poco vigorosos, requieren la instalación de
espalderas sobre las que apoyar el tronco y las ramas principales del árbol.
Estos soportes deben instalarse con anterioridad a la colocación de árboles, de
forma que el replanteo de los mismos debe ser simultaneo al de la plantación.
- Tipo de plantones: es preferible la utilización de árboles jóvenes, ya que
enraízan mejor y la formación del árbol es mucho mejor también cuando son
jóvenes. Los árboles de un año de injerto, son los plantones ideales para la
plantación.
- Colocación de los árboles: deben plantarse a la profundidad que se encontraban
en el vivero para que la unión del injerto se mantenga fuera del suelo y no se
produzca un franqueamiento, es decir, la emisión de raíces por la variedad. Una
vez plantado el árbol, se hace una cubeta al pie del mismo que permita el riego
posterior. En plantaciones intensivas, donde los árboles están muy juntos dentro
de cada línea, es preferible formar caballones a ambos lados de la línea, de
manera que se forma una tabla de riego justo en la fila de la plantación.
5.3 CUIDADOS DESPUES DE LA PLANTACIÓN
Inmediatamente después de la plantación se hace la primera poda ( en general se rebaja el
tronco a la altura a la que s e deseen formar las primeras ramificaciones) y se aplica un
riego copioso que tiene por objeto asegurar el contacto de las raíces al suelo. A
continuación se realizan las siguientes labores:
- Protección de árboles con protectores y tutores para evitar daños de herbívoros
o quemadura del tronco en zonas con alta insolación o para evitar que los
árboles puedan ser derribados por el viento.
- Cuidados durante el primer año: las malas hierbas deben ser eliminadas con
frecuencia ya que compiten por la humedad , los nutrientes y la luz. Hay que
prestar atención al control de plagas y enfermedades, de acuerdo con las
recomendaciones de la estación de avisos más próxima. En general, no es
necesario abonar el primer año de la plantación si se encuentran en suelos
fértiles. En el caso de que sea necesario realizar algún aporte de algún
elemento, puede realizarse de cualquier forma, sólida o líquida a través dela gua
de riego, pero en cualquier caso en pequeñas cantidades.
6.2 ALMACENAMIENTO
Si la producción agrícola ha de almacenarse, es importante que el producto de partida sea
de primera calidad. El lote ha almacenar debe estar libre de daños o defectos y los
recipientes que lo contengan deberán estar bien ventilados y ser lo suficientemente
resistentes para soportar el apilado. En general, las técnicas adecuadas de almacenamiento
incluyen el control de la temperatura, humedad relativa, circulación de aire y el dejar
suficiente espacio entre los envases para una ventilación adecuada, así como evitar la
mezcla de productos incompatibles.
Los productos que se almacenan juntos deberán tolerar la misma temperatura, humedad
relativa y cantidad de etileno en el ambiente del almacén. Las mercancías con alta
producción de etileno (como plátanos o bananas, manzanas y melones maduros) pueden
estimular cambios fisiológicos en otras mercancías sensibles al etileno (como las lechugas,
pepinos, zanahorias, papas y camotes) dando origen a cambios en color, aroma y textura.
Las temperaturas, humedades relativas recomendadas y la vida aproximada de
almacenamiento son:
6.3 TRANSPORTE
El transporte debe permitir la temperatura adecuada para los productos frutícolas. Debe
además facilitar la estabilidad de los diferentes productos; el empaque se debe tener en
cuenta, ya que este permite la mejor o peor oportunidad para acomodar los diferentes
productos. Se deben evitar los peligros en el cargue y descargue de los productos.
El embalaje debe permitir la adecuada circulación del aire, ya que muchos productos son
muy sensibles a la emisión del etileno, gas que permite la maduración de los productos
hortifruticolas.
Humedad relativa : se recomienda por norma general una humedad relativa del 85 a 95%
para impedir el marchitamiento causado por pérdida de humedad.
Emisión de etileno : la manzana, peras, melocotones, por ejemplo, son frutas que producen
considerable etileno, por lo que no deben guardarse con otras frutas para que no se vez
afectadas.
Producción de olores
Absorción de olores
9 BIBLIOGRAFÍA