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¿Qué es?
“Es la capacidad de sentir, entender y aplicar eficazmente el poder y la agudeza de las emociones
como fuente de energía humana, información, conexión e influencia” (Robert K Cooper).
“Es la capacidad para reconocer los sentimientos propios y los de los demás, motivarnos a
nosotros mismos, para manejar acertadamente las emociones, tanto en nosotros mismos como en
nuestras relaciones humanas” (Daniel Goleman).
Cuando llegamos a la vida adulta y nos incorporamos al mundo laboral encontramos que las
organizaciones realmente valoran la competencia emocional de los individuos, es una
característica muy valorada y que a menudo marca la diferencia entre el éxito o el fracaso en la
socialización y desarrollo de un individuo dentro de una organización. La inteligencia emocional
nos convierte en personas más adaptadas a los entornos, con relaciones de mayor calidad, más
creativas para construir la vida que deseamos y alcanzar nuestros objetivos. Puestos de trabajo
que exigen de nosotros un fuerte “trabajo emocional”.
Las personas que tienen alta inteligencia emocional destacan por su:
■ Motivación.
Son respuestas que tiene nuestro organismo ante las diferentes situaciones internas o externas
que se nos presentan. En función de cómo pensemos o interpretemos la realidad, así me voy a
sentir y así voy a actuar. Cumplen una función adaptativa para nuestra supervivencia. Todas la
emociones son, en esencia, impulsos que nos llevan a actuar, programas de reacción automática
con los que nos ha dotado la evolución.
Ejemplo:
Pensamientos: ¡Qué rabia! Ya se me ha fastidiado el plan, con las ganas que tenía de jugar….
Conductas: quedarme en casa sin hacer nada, dedicarme a comer de manera compulsiva etc.
Sin embargo, si ante esa misma situación pienso que puedo aprovechar para ordenar la casa o
quedar con un amigo que hace mucho que no veo, las emociones serán diferentes, al igual que las
conductas.
Niveles de la emoción
Fortalecer nuestros vínculos, estamos hechos para pertenecer y tener interdependencia con
otros.
Tomar decisiones conscientes y responsables que honren nuestros valores.
Liberar nuestra creatividad y recursos de afrontamiento
Tipos de emociones
■ Emociones primarias: pueden ser adaptativas como el miedo ante una amenaza, la tristeza ante
una pérdida y el enfado ante una agresión o desaptativas como el miedo fóbico o el temor a la
expresión del self. Las emociones desadaptativas tienen que ver con el pasado, fueron adaptativas
en los entornos en que se crearon pero dejaron de serlo en el presente.
■ Emociones secundarias: son una reacción ante una emoción anterior, en ocasiones pueden ser
reacciones defensivas o evitativas respecto a la emoción primaria.
Por ejemplo en lugar de temeroso me muestro enfadado puesto que pienso que eso daña menos
mi imagen social. Generalmente son mera consecuencia del sistema de creencias con el que
evaluamos una situación.
Aprendizaje emocional
■ Reconocer las propias emociones, prestando atención a las sensaciones asociadas y localizarlas
en el cuerpo.
Referencias bibliográficas:
Sanz, T. (2018) ¿Qué son las emociones? Recuperado el 24 de septiembre de 2019. Citado en:
https://luapsicologia.com/que-son-las-emociones/
INTELIGENCIA EMOCIONAL 2
¿Qué obstaculiza la fluidez del trabajo entre los diversos departamentos y el desempeño de sus
trabajadores? Una mala dirección, comunicación deficiente, perspectiva desenfocada, malas
decisiones, personal desmotivado, son respuestas a priori, emitidas por jefes y gerentes que
encuentran en tales situaciones.
La sorpresa
La sorpresa se puede definir como una reacción derivada de una situación o acontecimiento que
se presenta sin ser esperado. La sorpresa puede ser positiva, negativa o neutra.
Respecto a las reacciones fisiológicas, nos encontramos con una desaceleración de la frecuencia
cardíaca y un aumento del tono muscular y la amplitud respiratoria. Además aparece un tono de
voz alto, junto a vocalizaciones espontáneas.
La función de la sorpresa es vaciar la memoria de trabajo de toda actividad residual para hacer
frente al estímulo imprevisto. Por lo tanto, este estado activa los procesos atencionales, junto con
la conducta de exploración y la curiosidad. Esta emoción es frecuentemente seguida por otra
emoción que va a depender de la cualidad del estímulo imprevisto, mostrando así su positividad
(alegría) o negatividad (ira).
El asco/Disgusto
Esta se caracteriza por una sensación de repulsión o evitación ante la posibilidad, real o
imaginaria, de ingerir una sustancia nociva, que tenga propiedades contaminantes. Se refiere a la
incomodidad por algo que produce molestia o desagrado.
La función adaptativa que cumple el asco es rechazar todos aquellos estímulos que puedan
provocar disgusto
El miedo
Es un estado emocional que produce angustia ante un peligro o un prejuicio, ya sean reales o
imaginarios.
Los correlatos fisiológicos nos muestran una elevación rápida de la activación y una preparación
para la huida. La actividad cardíaca se dispara y la actividad respiratoria se acelera, produciendo
una respiración superficial e irregular.
La alegría
La alegría es, de todas las emociones básicas, quizás la más positiva: está asociada de manera
directa con el placer y la felicidad.
A nivel fisiológico nos encontramos con un aumento de la tasa cardíaca y un mayor ritmo
respiratorio. Además, en la química cerebral nos encontramos con una mayor liberación de
endorfinas y dopamina.
La tristeza
Esta emoción se caracteriza por un decaimiento del estado de ánimo y una reducción significativa
en su nivel de actividad cognitiva y conductual. Es la sensación de desasosiego y vacío, el
decaimiento, la desmotivación generalmente provocadas por una pérdida.
Además, actúa de manera autoprotectora, generando un filtro perceptivo que centra la atención
en uno mismo en lugar del estímulo dañino. Y lo más importante, instiga a la búsqueda de apoyo
social que te facilite la huida de la situación depresora.
La ira
Ira: furia, resentimiento, cólera, indignación, aflicción, irritabilidad, hostilidad, entre otros.
Se refiere al conocimiento de nuestras propias emociones y cómo nos afectan. En muy importante
conocer el modo en el que nuestro estado de ánimo influye en nuestro comportamiento, cuáles
son nuestras virtudes y nuestros puntos débiles.
El autocontrol nos permite no dejarnos llevar por los sentimientos del momento.
Nos permite controlar nuestros impulsos y emociones, lógicamente a pensar antes de realizar
cualquier cosa y a ser responsables. Este punto es de suma importancia ya que si en determinado
momento nos encontramos ante una situación desagradable donde la primera reacción sería gritar
o golpear cosas, la autorregulación hace que pensemos antes de actuar, determinemos por qué se
falló en esa situación, qué factores pudieron incidir para el fracaso y cómo se podría solucionar de
la mejor manera.
Automotivación:
Dirigir las emociones hacia un objetivo nos permite mantener la motivación y fijar nuestra
atención en las metas en lugar de en los obstáculos.
Aquí lo importante es trabajar y sentir satisfacción ante una meta finalizada, y no sólo buscar
recompensas en dinero o status. Así mismo ante el fracaso, no ven nubes negras, sino una
oportunidad para ser mejores.
El reconocer las emociones ajenas, aquello que los demás sienten y que se puede expresar por la
expresión de la cara, por un gesto, por una mala contestación, nos puede ayudar a establecer lazos
más reales y duraderos con las personas de nuestro entorno.
Junto con la empatía, este componente hace referencia a la capacidad de las personas para
manejar las relaciones con los demás y conducirlos hacia la dirección que se desee ya sea
buscando un acuerdo o un entusiasmo frente a un producto o servicio; estas habilidades se llevan
a cabo exitosamente con la ayuda de la comunicación y el liderazgo.
Emoción vs Sentimiento
Las emociones son impulsos que comportan reacciones automáticas y constituyen un conjunto
innato de sistemas de adaptación al medio por parte del individuo.
Por lo general las emociones tienen una duración menor que los sentimientos, y son las que
impulsan y motivan a las personas a actuar. Son más cortas pero también más intensas.
Se pueden entender los sentimientos como un estado subjetivo de la persona que se produce
como resultado de las emociones que le provocan algo o alguien.
Son un estado de ánimo afectivo y por lo general son de larga duración. Constituyen una guía
interna de cómo la persona dirige su vida y se enfrenta al entorno.
Referencias bibliográficas:
Sanz, T. (2018) ¿Qué son las emociones? Recuperado el 24 de septiembre de 2019. Citado en:
https://luapsicologia.com/que-son-las-emociones/
ASERTIVIDAD
La asertividad concepto muy ligado a la inteligencia emocional y referida a la comunicación con los
demás: ser asertivo es comunicarse de forma efectiva, decir lo que queremos transmitir de forma
firme a la vez que respetuosa y empática con los demás y con uno mismo. Comunicar lo que
desamos, sentimos, opinamos, respetando al interlocutor. También se refiere a la forma de
reaccionar ante los conflictos o discusiones y el saber manejarse de forma efectiva en la
comunicación con los demás.
Los estilos de comunicación están relacionados con nuestra personalidad, nuestra forma de
afrontar los conflictos y la gestión de nuestras emociones.
1. El estilo Pasivo:
El estilo pasivo está relacionado con una actitud sumisa, tímida, empático con los demás pero con
temor al conflicto o a la crítica por parte de otros: lo que lleva a la evitación y el no defender los
propios derechos frente a los demás. (Pone los intereses de otros por encima de los suyos)
Se caracteriza por dificultad para intervenir en las conversaciones y decir lo que se piensa, entrar
en bloqueo en situaciones sociales o de conflicto, no saber cómo decir que “no”, dificultad para
expresar lo que molesta. El estilo pasivo prioriza el evitar el conflicto frente a solucionar los
problemas. Se suele preferir el no decir las cosas para “no molestar” a los demás y “sacrificarse” a
uno mismo con tal de evitar ofender o que se genere un conflicto.
Al poner por delante los intereses y opiniones de los demás frente a las de uno mismo nos
infravaloramos. Imagino que a mucho nos ha pasado esto alguna vez, y genera bastante
descontento con nosotros mismos.
Normalmente hay mucha “comedura de tarro” mental y no se exterioriza nada: esto genera una
pérdida total de la espontaneidad y favorece los bloqueos (el sentirse “paralizado”) Esta actitud
pasiva suele generar en la persona ansiedad y frustración, sensación de que no es valorado y nadie
le comprende.
2. El estilo Agresivo:
El estilo agresivo, por el contrario está relacionado con una actitud egoísta en exceso, poco
empática con los demás, a veces sólo tiene en cuenta sus intereses o carece de habilidades para
afrontar los conflictos. Es decir, de forma opuesta al pasivo nos ponemos a nosotros mismos
primero.
El estilo agresivo suele estar relacionado con entender siempre las discusiones como una
competición donde hay que ganar a toda costa.
No buscan un acuerdo, ni una solución o que el diálogo productivo: sino que su finalidad al discutir
es tener la razón y/o machacar al otro). Tienen mucha facilidad para decir lo que sienten o
piensan: pero normalmente no lo hacen con mucho tacto, dado que no les importa el herir
sensibilidades (o consideran que eso es "ser sincero").
El estilo agresivo se caracteriza por una actitud en constante defensiva ante todo lo que se les
dice, se sienten siempre atacados, a veces pierden el control de sus impulsos y su “mala leche” se
generaliza a muchas situaciones.
Suelen demostrar un pensamiento rígido en algunos casos y también suelen provocar a los
demás: lo que genera aún más hostilidad si la otra persona entra en el juego.
Muchas veces el estilo agresivo y desafiante es un escudo que utiliza la persona por sentirse
vulnerable frente a los demás, por inseguridad, o por no saber cómo gestionar las emociones.
También puede ser una respuesta aprendida a raíz de un daño emocional mal gestionado y que ha
generado desconfianza y resentimiento hacia los demás. El estilo agresivo también genera
ansiedad, sensación de incomprensión y frustración.
3. El estilo Pasivo-Agresivo:
Otro estilo No-Asertivo sería la mezcla de estos dos últimos: El estilo “pasivo-agresivo”.
La persona con estilo pasivo-agresivo es un buen "actor", suele mantener la calma, no demostrar
sus emociones, y fingir sorprenderse cuando los demás cansados de su hostilidad indirecta les
recriminan molestos. De hecho, parece estar buscando que los demás pierdan su calma y cuando
consigue “chincharlos” después les recrimina: “¿Pero por qué te molestas?”, “No sabes aguantar
un chiste”, “no era con mala intención, eres un intolerante” etc.
4. El estilo Asertivo:
En el estilo asertivo las personas defienden sus propios derechos respetando a los demás, son
empáticos y también defienden sus intereses. La finalidad del diálogo es llegar a un acuerdo, no les
interesa “ganar” y afrontan los conflictos buscando una solución.
Se caracterizan por mostrar seguridad en sí mismos y respeto hacia los demás. Son cordiales,
respetuosos, saben dialogar y defender sus posturas argumentando, aclaran equívocos, no entran
en descalificaciones o provocaciones desarmando con argumentos a las personas que les ataque.
Manifiestan su postura de forma firme, razonada y justificada, respetando la opinión de los demás.
Ser asertivo suele estar relacionado con la seguridad en uno mismo, la empatía y respeto a los
demás y la buena gestión de las emociones.
Psicología estratégica. (2018) ¿Qué es la asertividad? Recuperado el 02 de octubre de 2019. Citado
en: https://psicologia-estrategica.com/que-es-la-asertividad/