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Tarea 5: Analisis

Zuleima Jackeline Gómez Benavides

Grupo: 152003_17

Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD

Tutor:

Cristian David de la Rosa Cabrera

Notas de autor

Zuleima Jackeline Gómez Benavides - Escuela de Ciencias de la Salud, ECISA

Tecnología en Regencia de Farmacia

Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD – Pasto

Mayo –2 – 2021

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Las tecnologías de los medicamentos conforman un instrumento importante en la terapéutica
moderna, ya que su uso se hace sobre bases con criterios científicos y estos permiten la
obtención de relevantes beneficios sanitarios representados por la prevención, diagnóstico,
curación, atenuación y procedimiento de las patologías y sus indicios.

Este papel provoca que los medicamentos sean recursos fundamentales para los sistemas y
servicios de salud, volviéndose bienes primordiales en la contienda contra las patologías y la
reintegración de la salud por medio de su provisión, sin embargo, cuando se hace un uso de
forma inapropiada se transforman en una amenaza.

Entre los tantos medicamentos encontramos a los Fármacos antimicóticos o antifúngico que son
un grupo terapéutico utilizado en pacientes que presentan patologías infecciosas de origen
micótica, la mayoría de antimicóticos interfieren con la biosíntesis o la integridad del ergosterol,
el principal esterol en la membrana celular de los hongos. Otros causan disrupción de la pared
celular.

El fármaco fluconazol pertenece al grupo de los azoles son medicamentos bien tolerados cuando
se usan adecuadamente, considerando sus interacciones medicamentosas y efectos secundarios.
Cuando son administrados por períodos prolongados, pueden elevar las enzimas hepáticas, por lo
que es importante el monitoreo constante de la función hepática. Además, la acción fungicida
requiere concentraciones muy elevadas; por este motivo, la dosis diaria debe ser establecida en
base a la naturaleza y gravedad de la infección fúngica. El tratamiento de aquellos tipos de
infección que requieran múltiples dosis se deberá continuar hasta que los parámetros clínicos o
las pruebas de laboratorio indiquen que la infección fúngica ha desaparecido; si las dosis no se
administran durante un periodo suficiente, pueden producirse recaídas o bien puede crear dos
clases de resistencias como la microbiológica y la clínica. Un hongo es resistente a un
antifúngico cuando sigue produciendo la enfermedad en el paciente, a pesar de que la
concentración del agente antimicótico sea máxima en el lugar de la infección (Kedrridge y cols,
1986), esto puede ocurrir porque en muchos casos de infecciones micóticas el paciente tiene un
compromiso grave de la respuesta inmune; si es así, por más que se le administren fármacos, su
sistema inmunitario no va a ser capaz de eliminar el agente patógeno.

La resistencia microbiológica se define como el crecimiento del microorganismo a dosis


normales del antifúngico, sin embargo, éste puede ser inhibido a una concentración más alta.

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Existen tres tipos de resistencia microbiológica: resistencia intrínseca: ningún miembro de la
especie es sensible a la droga. Ej.: Candida krusei y el fluconazol; resistencia primaria: una
cepa perteneciente a una especie normalmente sensible al antifúngico presenta resistencia natural
a éste sin haber estado en contacto con el compuesto, por mutaciones que ocurren al azar. Ej.: C.
albicans y 5-fluorcitosina; resistencia secundaria: la más interesante desde el punto de vista
clínico, ocurre en una cepa previamente sensible que adquiere resistencia al compuesto después
de que el hongo ha estado en contacto con él. Ej.: C. albicans y 5-fluorocitosina y fluconazol.

La resistencia clínica se define como el crecimiento del microorganismo a pesar de la


administración de un agente antifúngico lo que se asocia con una alta probabilidad de falla
terapéutica. En otras palabras, el patógeno no se puede inhibir a dosificaciones normales, pero sí
a concentraciones más altas, las cuales podrían ser no seguras para el paciente. A diferencia de lo
que ocurre con las bacterias, en las infecciones fúngicas, la correlación in vitro e in vivo no
siempre se da. Esta correlación se ha demostrado en pacientes con SIDA y candidiasis
orofaríngea con tratamientos prolongados con azoles, en los que se empiezan a ver cepas con
concentraciones inhibitorias mínimas(CIM) más elevadas y, además, aparece fracaso terapéutico.
Los factores que pueden contribuir a la resistencia clínica a drogas anti fúngicas, se destaca la
CIM inicial, en algunos casos; por eso es importante realizar el antifungigrama, aunque no está
disponible en todas partes, porque es una técnica muy difícil y ha costado mucho estandarizarla;
los serotipos, de los cuales algunos son más virulentos que otros; la estabilidad de las cepas; el
tamaño de la población y las poblaciones que se van seleccionando.

La resistencia anti fúngica continúa creciendo y evolucionando a pesar de la aparición de nuevos


fármacos, haciendo más complicado el manejo de los pacientes con infección fúngica invasora.
Actualmente, hay disponibles dos estándares para la determinación de resistencia anti-fúngica; el
"Clinical and Laboratory Standards Institute" (CLSI) en Estados Unidos y el "European
Committee on Antimicrobial Susceptibility Testing" (EUCAST) en Europa, cuya mayor utilidad
es permitir la detección de resistencia. De esta manera, una optimización de los métodos para la
detección de resistencia asociada a la caracterización de mecanismos de resistencia, permite
mejorar la eficacia de la terapia anti fúngica. A su vez, los estudios de vigilancia local y regional
son fundamentales para realizar un seguimiento de las tendencias en resistencia. Esta revisión
analiza las definiciones de resistencia en hongos, los métodos de susceptibilidad anti fúngica, los

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mecanismos de resistencia y la epidemiología y consecuencias de la resistencia. (Cecilia Tapia
2012).

La incidencia de las infecciones micóticas sistémicas ha aumentado significativamente en las


últimas décadas, como consecuencia de la inmunosupresión ocasionada por agresivos
tratamientos como la quimioterapia, los trasplantes de órganos y la infección por VIH, así como
de la mayor tasa de supervivencia de los pacientes graves, gracias a los adelantos en los cuidados
intensivos. La mayoría de las infecciones micóticas sistémicas se asocian con una elevada tasa de
mortalidad- sobrepasando en algunos casos al 50% muchas veces secundaria a las dificultades
para el diagnóstico precoz y la reducción en la eficacia de los antimicóticos, incluso los de última
generación. Los científicos estiman que las muertes causadas por hongos en todo el mundo son
muy superiores a las atribuidas al cáncer de mama o la malaria, llegando incluso a alcanzar las
mismas cifras que la tuberculosis. Las personas con mayor riesgo de adquirir una infección
micótica son aquellas con sus sistemas inmunes comprometidos, en particular los pacientes con
cáncer y los receptores de órganos. Matthew Fisher, profesor de epidemiología en el Imperial
College de Londres y autor principal del estudio afirma que hasta ahora, la escala del problema
ha sido poco reconocida y subestimada, pero la amenaza para el ser humano, la salud y la cadena
alimentaria son serias e inmediatas. Junto con el descubrimiento de fármacos y la nueva
tecnología para combatir los patógenos fúngicos, necesitamos urgentemente una mejor
administración de los antimicóticos existentes para garantizar que se usen correctamente y que
sigan siendo efectivos

Por otro lado, la mayoría de los azoles, incluyendo el fluconazol, el itraconazol y el posaconazol,
deben evitarse, en general, en mujeres embarazadas, debido a la posibilidad de defectos
congénitos asociados con su uso. Un estudio observacional ha indicado un mayor riesgo de
aborto espontáneo en las mujeres tratadas con fluconazol durante el primer trimestre. Se han
notificado casos de malformaciones congénitas múltiples (como braquicefalia, displasia del oído,
fontanela anterior grande, arqueamiento del fémur y sinostosis radio-humeral) en lactantes cuyas
madres habían sido tratadas durante tres meses o más con dosis altas (400-800 mg al día) de
fluconazol debido a la coccidioidomicosis. La relación entre los efectos mencionados y el
empleo de fluconazol no está clara.

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En este orden de ideas radica la verdadera importancia de seguir un tratamiento adecuado con el
fármaco fluconazol y en especial en lo que concierne a todos los medicamentos que se
encuentran clasificados como fármacos anti infecciosos, debido a que si no se toman las dosis
respectivas, el tratamiento se puede afectar como contrarrestando su efecto y además se le da
lugar a que los hongos invasores cojan fuerza y se vuelvan resistentes a los mecanismos de
acción del fármaco, de tal forma que la salud se verá afectada de forma drástica ya que se deberá
recurrir al uso de nuevos medicamentos más fuertes, corriendo el riesgo de que si funcionen o no
y dependiendo de ello la situación como puede mejorar o complicarse, teniendo en cuenta la
zona donde se presente las infecciones por hongos.

Hay que tener presente que las infecciones fúngicas pueden presentarse como superficiales,
subcutáneas y sistémicas, y mayoritariamente están causadas por hongos filamentosos, hongos
dermatofitos y levaduras pertenecientes entre otros a los géneros Candida, Cryptococcus y
Malassezia. Algunos de ellos pertenecen a la flora normal del organismo y en condiciones de
inmunidad competente del huésped no producen infección alguna.

Nombre del principio activo Fluconazol


Clasificación anatómica, química y J02AC01
terapéutica J: Anti infecciosos para uso sistémico
J02: Antimicóticos para uso sistémico
J02A: Antimicóticos para uso sistémico
J02AC: Derivados triazolicos
J02AC01: Fluconazol

Clasificación de riesgo en el embarazo C: Estos medicamentos deben ser


administrados solamente si el posible
beneficio deseado justifica el riesgo potencial
en el feto.

Indicación terapéutica principal (debe ser candidiasis orofaríngea, esofágica y vaginal,


verificada del registro sanitario vigente) criptococosis, incluyendo meningitis e
infecciones en otros sitios, candidemia,
candidiasis diseminada, y otras formas
invasoras de infección. prevención de
infecciones micóticas en pacientes con cáncer
predispuestos a contraer estas infecciones
como resultado de la quimioterapia o
radioterapia.

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Dosificación; discriminada por rango de edad, La dosis diaria debe ser establecida en base a
cantidad o dosis, frecuencia, vía de la naturaleza y gravedad de la infección
administración. fúngica. El tratamiento de aquellos tipos de
infección que requieran múltiples dosis se
deberá continuar hasta que los parámetros
clínicos o las pruebas de laboratorio indiquen
que la infección fúngica ha desaparecido
Poblacion adulta: según la infeccion:
- Criptocosis: Dosis de carga: 400 mg el Día
1 Resto de dosis: 200 mg a 400 mg diarios
una vez al día.
- Coccidiomicosis: 200 mg a 400 mg una vez
al día
- Candidiasis invasiva: Dosis de carga: 800
mg el Día 1 Resto de dosis: 400 mg una vez al
día
- Tratamiento de la candiasis de las
mucosas: Dosis de carga: 200 mg a 400 mg
el Día 1 Resto de dosis: 100 mg a 200 mg una
vez al día

- Prevención de recaídas de candidiasis


mucosa en pacientes infectados de VIH con
alto riesgo de experimentar una recaída:
100 mg a 200 mg una vez al día o 200 mg 3
veces a la semana
- Dermatomicosis: 150 mg una vez a la
semana o 50 mg diarios
Resto de dosis: 100 mg a 200 mg una vez al
día

Población pediátrica: En pacientes pediátricos


no debe excederse una dosis diaria máxima de
400 mg.

Contraindicaciones Está contraindicado en pacientes que han


mostrado hipersensibilidad a éste o a
cualquiera de los excipientes.

Precauciones y advertencias Daño hepático: se ha asociado con casos


aislados de toxicidad hepática severa,
incluyendo fatalidades, principalmente en
pacientes con condiciones médicas
subyacentes severas.

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Dermatológicos: En raras ocasiones, los
pacientes han desarrollado desórdenes
exfoliativos de la piel durante el tratamiento
con fluconazol.

Condiciones de estabilidad y de 24 meses en su empaque original blister


almacenamiento PvDc/aluminio a una temperatura de 30°C Y
humedad relativa 65% + 5%
Reacciones adversas. -Trastornos del sistema nervioso como
cefalea.
- Trastornos gastrointestinales como Dolor
abdominal, vómitos, diarrea, náuseas.
- Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo
como erupción.
- Trastornos músculo esqueléticos y del tejido
conjuntivo como mialgia.
- Trastornos generales y alteraciones en el
lugar de administración como Fatiga,
debilidad, astenia, fiebre

Interacciones. -Con cisaprida: Se han publicado informes


sobre episodios cardíacos incluyendo
“Torsade de Pointes”.
-Con terfenadina: Debido a la presentación de
alteraciones graves del ritmo cardíaco,
secundarios a una prolongación del intervalo
QTc en pacientes que reciben anti fúngicos
azólicos conjuntamente.
-Con etromicina: El empleo concomitante de
fluconazol y eritromicina puede aumentar,
potencialmente, el riesgo de cardiotoxicidad.
-Con anticoagulantes: En la experiencia post-
comercialización, al igual que con otros anti
fúngicos azólicos, se han reportado episodios
de sangrado (hematoma, epistaxis, sangrado
gastrointestinal, hematuria y melena).
-Con Fenitoína: Fluconazol inhibe el
metabolismo hepático de fenitoína
Recomendaciones relacionadas con la Para diagnosticar una infección por hongos se
prescripción recomienda hacerlo bajo supervisión medica
ya que este hace un estudio previo mediante
preguntas sobre los antecedentes médicos,
realizara un examen físico y ordenara unas
pruebas de laboratorio para su posterior
análisis y verificación del estado en que se
encuentra la infección y de acuerdo a ello

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prescribirá el medicamento que se adecue
mejor a la necesidad del paciente, bridándole
un tratamiento seguro.

Recomendaciones relacionadas con la Fluconazol debe administrarse por vía oral o


administración del medicamento (incluye por infusión intravenosa, la ruta dependerá del
dosis, vía de administración, frecuencia y estado clínico del paciente:
duración del tratamiento).
-Para meningitis por criptococo e infecciones
por criptococo en otros sitios, la dosis
habitual es de 400 mg en el primer día,
seguido de 200-400 mg una vez al día. La
duración del tratamiento generalmente es de 6
a 8 semanas en el caso de la meningitis.

-Para la candidemia, candidiasis diseminada y


otras infecciones invasoras por Candida, la
dosis habitual es de 400 mg el primer día,
seguida por 200 mg diarios por 7-14 días.

-Para la candidiasis orofaríngea la dosis


habitual es de 50 a 100 mg una vez al día por
7-14 días.

-Para el tratamiento de candidiasis vaginal


deberá administrarse fluconazol en dosis
única de 150 mg.

-Para infecciones dérmicas, incluyendo Tiña


pedis, corporis, cruris e infecciones por
Candida, la dosis recomendada es de 150 mg
en una sola dosis semanal. Normalmente, la
duración del tratamiento es de 2 a 4 semanas,
aunque en Tiña pedis es hasta de 6 semanas.
Para Tiña versicolor la dosis recomendada es
de 300 mg una vez a la semana, por 2
semanas; en algunos pacientes pueden
necesitarse una tercera dosis semanal de 300
mg, mientras que en otros puede ser suficiente
con una dosis de 300-400 mg. Para Tiña
unguium la dosis recomendada es de 150 mg
una vez a la semana.

-Para micosis profundas endémicas se pueden


requerir dosis de 200-400 mg diarios hasta
por 2 años

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Recomendaciones relacionadas con el uso La administración conjunta de terfenadina
conjunto con otros medicamentos o está contraindicada en pacientes que están
alimentos. recibiendo dosis múltiples de fluconazol de
400 mg/día o mayores. la administración
conjunta con otros fármacos que se conoce
prolonga el intervalo Qt y que se metabolizan
a través de la enzima cyp3a4 como cisaprida,
eritromicina, pimozida y quinidina,
Recomendaciones relacionadas con el uso en -En personas de avanzada edad: La dosis debe
poblaciones especiales (niños, ancianos, ser ajustada en función de la función renal
mujeres embarazadas, pacientes con alterada.
insuficiencia renal o hepática, pacientes - La farmacocinética de fluconazol no ha sido
inmunocomprometidos). estudiada en pacientes pediátricos con
insuficiencia renal (para “Niños recién
nacidos a término” que habitualmente
presentan inmadurez renal primaria).
- En mujeres embarazadas: se ha empleado
escasamente en mujeres embarazadas, por lo
cual se debe evitar su uso. Se ha encontrado
en la leche materna en concentraciones
similares a las plasmáticas, por lo que no se
recomienda su uso a madres que estén
lactando.
- Insuficiencia renal. Se debe ajustar la dosis
según el aclaramiento de creatinina. Si éste es
< 50 ml/minuto se debe reducir la dosis al
50% de la dosis habitual sin modificar el
intervalo. Si el aclaramiento de creatinina es <
10 ml/minuto no está recomendada su
administración. En el caso de los
hemodializados se deberá administrar la dosis
habitual después de cada sesión de diálisis.
-Insuficiencia hepática. Se debe controlar la
función hepática durante el tratamiento e
interrumpirlo si es necesario. Se deberá
valorar el beneficio/riesgo del tratamiento.
- Se pueden tratar tanto pacientes con el
sistema inmunológico normal como pacientes
inmunodeprimidos. Fluconazol también está
indicado en la prevención de las recaídas de
candidiasis orofaríngea en pacientes con
SIDA.

Recomendaciones relacionadas con el Manténgase a una temperatura menor de 30°C


almacenamiento y conservación del y en lugar seco.
medicamento en casa.

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Recomendaciones relacionadas con la auto No se recomienda la automedicación del
prescripción o automedicación. Fluconazol ya que se encuentra asociado a
casos raros de toxicidad hepática grave,
incluyendo muerte, principalmente en
pacientes con graves patologías médicas
subyacentes. La hepatotoxicidad es
normalmente reversible tras la interrupción
del tratamiento. Los pacientes que presenten
alteraciones de las pruebas de función
hepática durante el tratamiento con
fluconazol, deben de ser controlados para
evitar el desarrollo de una alteración hepática
más grave.
La suspensión oral de fluconazol contiene
benzoato, al administrarse en altas dosis en
neonatos pueden presentar cuadros de
acidosis metabólica, dificultad respiratoria,
disfunción del sistema nervioso central,
hipotensión y colapso cardiovascular. Por
todo lo anterior, conviene utilizarlo siempre
bajo supervisión médica.

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