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Del compilador peripatético: Andrónico de Rodas

Andrónico de Rodas (Ἀνδρόνικος) (siglo I a. C.) fue un filósofo griego. Dirigió la escuela peripatética
desde el año 78 al 47 a. C.,1 contándose como el undécimo sucesor de Aristóteles en dicha
dirección.2 A partir de una cuidadosa selección de originales por parte del gramático y
bibliotecario Tiranión, realizó la primera edición crítica completa de las obras del estagirita,
ordenándolas en un esquema rígido y sistemático que corresponde aproximadamente al orden
actual.

No existe total consenso acerca del lugar y fecha de nacimiento de Andrónico; sin embargo. hay
cierto acuerdo en que su trabajo se desarrolló a mediados del siglo I a.C..3 A través de una
referencia en la Geografía de Estrabón (14.2.13) se determina tradicionalmente su origen
rodiota.4 Estrabón lo considera a Andrónico entre las personas célebres de aquella isla y es
mencionado como «uno de los peripatéticos».5

El filósofo Amonio,6 es la fuente clásica que establece el listado de los líderes de la escuela
peripatética tras la muerte de Aristóteles, en el que coloca a Andrónico en décimo primer lugar en
la sucesión del Liceo, dirigiendo entre el año 78 y el 47 a.C

De las narraciones de Estrabón8 y Plutarco9 se conoce como fue que Andrónico se allegó de las
obras de Aristóteles que luego ordenaría: a la muerte del filósofo de Estagira su biblioteca fue
heredada a su discípulo y sucesor inmediato en el Liceo, Teofrasto; este, a su vez, heredó toda su
colección, incluyendo las obras de su maestro, a Neleo quien la mudó a Escepsis, en la región de
Tróade, hacia el siglo II a.C.. Los herederos de Neleo resguardaron los libros y los escondieron bajo
tierra cuando se enteraron de que el rey Eumenes II buscaba las obras de Aristóteles para
incluirlas en la biblioteca de Pérgamo. Este precario almacenamiento generó que porciones de los
textos se perdieran. Hacia finales del siglo II,3 posteriores descendientes de la familia de Neleo,
vendieron los libros al rico bibliófilo Apelicón de Teos quien intentó solventar las omisiones del
texto perdidos por la putrefacción que generó el tiempo que duraron escondidos, sin embargo, lo
hizo deficientemente publicando una nueva edición con bastantes errores. Unos cuantos años
después de la muerte de Apelicón, con la toma de Atenas por Sila en el 86 a.C., los libros de
Teofrasto y Aristóteles son llevados a Roma.

En Roma, Tiranio el gramático, logró tener acceso a la biblioteca, logrando copias de la misma. Es
Tiranio quien entrega una copia de las obras de Aristóteles a Andrónico de Rodas quien publicó
una edición y el catálogo de obras (pinakes),3 que se volvió canónico y que revivió el interés por el
trabajo de la filosofía aristotélica.10

Como introducción a su edición, Andrónico escribió un volumen que contenía el testamento de


Aristóteles y, tal vez, su biografía. Elaboró además el catálogo de todos los escritos aristotélicos. A
él se debe la famosa división entre escritos exotéricos y esotéricos, con la consiguiente leyenda de
la doble doctrina, y también el nombre de los libros de Metafísica: los que van después de la Física.
También hizo la edición crítica de Teofrasto.

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