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CLASE NO. 5. EMBRIOLOGÍA DEL TRACTO UVEAL, RETINA Y NERVIO ÓPTICO.

Expositor: Dra. Marian Lucena 18/05/2021

Generalidades.

Anomalías de la retina: mielinización de las fibras nerviosas, coloboma de la retina, coloboma de la


mácula, hipoplasia macular, displasia retiniana, albinismo, pliegue de Lange, pliegue falciforme,
pigmentación agrupada, hipertrofia congénita del EPR, Amaurosis congénita de Leber, ceguera nocturna
estacionaria, separación congénita de la retina, quistes retinianos, anomalías vasculares (persistencia de
la arteria hialoidea, lazos vasculares prepapilares, comunicaciones AV, hemangioma capilar y cavernoso,
telangiectasia retiniana primaria –Sd. de Coats- tortuosidad congénita de los vasos de la retina.

Anomalías del nervio óptico: hipoplasia del NO, Morning Glory, coloboma del NO, estafiloma peripapilar,
megalopapila, foseta óptica congénita o Pit del NO, Sd. de disco inclinado congénito, displasia del NO,
pigmentación congénita del NO, Drusen, Sd. de Acardi.

RETINA, IRIS Y CUERPO CILIAR

Se da el nombre de capa pigmentaria de la retina a la capa externa de la copa óptica que se caracteriza
por pequeños gránulos pigmentarios (Figs. 20.2D,E y 20.6). El desarrollo de la capa interna (neural) de la
cúpula óptica resulta más complejo. Las cuatro quintas partes, parte óptica de la retina, contienen
células alrededor del espacio intrarretiniano (Fig. 20.3) que se diferencian en bastones y conos (Fig.
20.4). Los bastones son más numerosos (120 millones) y sensibles que los conos (de 6 a 7 millones), pero
sin que detecten el color como los conos. Junto a este capa fotorreceptora se halla la capa del manto
que, igual que en el cerebro, genera neuronas y células de soporte, entre ellasla capa nuclear externa, la
capa nuclear interna y la capa de células ganglionares (Fig. 20.4). Sobre la superficie se encuentra una
capa fibrosa que contiene los axones de las neuronas de las capas más profundas. En esta zona, las
fibras nerviosas convergen en el tallo óptico, el cual se convertirá en el nervio óptico (Fig. 20.3). Por ello
los impulsos luminosos cruzan la mayoría de las capas de la retina antes de llegar a los bastones y conos.

La quinta parte anterior de la capa interna –la parte ciega de la retina– conserva el grosor de una capa.
Más tarde se dividirá en parte irídea de la retina que constituye la capa interna del iris y en parte ciliar
de la retina que participa en la formación del cuerpo ciliar (Figs. 20.5 y 20.6).

Mientras tanto la región entre la cúpula óptica y el epitelio superficial que la recubre está llena de
mesénquima laxo (Figs. 20.2C y 20.6). Los músculos esfínter y dilatador de la pupila se forman en este
tejido (Fig. 20.5). Se desarrollan a partir del ectodermo subyacente de la copa óptica. En el adulto el iris
está constituido porla capa externa sin pigmento de la copa óptica y por una capa de tejido conectivo
muy vascularizado que contiene los músculos de la pupila (Fig. 20.5).

La parte ciliar de la retina se identifica fácilmente por sus pliegues pronunciados. Afuera está cubierta
por una capa de mesénquima que da origen al músculo ciliar; adentro se conecta al cristalino mediante
una red de fibras elásticas: el ligamento suspensorio (Fig. 20.6). La contracción del músculo ciliar
modifica la tensión del ligamento y controla la curvatura del cristalino.

COROIDES, ESCLERÓTICA Y CÓRNEA


Al final de la quinta semana, el primordio del ojo está totalmente rodeado por mesénquina laxo (Fig.
20.3). Este tejido pronto se diferencia en una capa interna semejante a la piamadre del encéfalo y en
una capa externa semejante a la duramadre. La capa interna produce una capa pigmentaria muy
vascularizada conocida como coroides; la capa externa se convierte en la esclerótica y se continúa con la
duramadre alrededor del nervio óptico (Fig. 20.6).

Se diferencian de otro modo las capas mesenquimatosas que recubren la cara anterior del ojo. La
cámara anterior se forma con vacuolización y divide el mesénquima en una capa interna delante del
cristalino y del iris –la membrana iridopupilar– y en una capa externa que se continúa con la esclerótica:
la sustancia propia de la córnea (Fig. 20.6). También la cámara anterior está revestida por células
mesenquimatosas aplanadas. De ahí que la córnea conste de: 1) una capa epitelial derivada del
ectodermo superficial, 2) la sustancia propia o estroma que se continúa con la esclerótica y 3) una capa
epitelial que rodea la cámara anterior. La membrana iridopupilar enfrente del cristalino desaparece por
completo. La cámara posterior es el espacio entre el iris por delante y el cuerpo ciliar por detrás. Las
cámaras anterior y posteriorse comunican a través de la pupila y están llenas de un líquido llamado
humor acuoso, producto de la apófisis ciliar del cuerpo ciliar. El humor acuoso transparente circula
desde la cámara posterior hasta dentro de la cámara anterior suministrando nutrientes a la córnea y el
cristalino que carecen de vascularización. De la cámara anterior, el líquido cruza el seno venoso de la
esclerótica (canal de Schlemm) en el ángulo iridocorneal, donde se reabsorbe hacia el torrente
sanguíneo. El bloqueo del flujo del líquido en el canal es una causa de glaucoma

CUERPO VÍTREO

El mesénquima no sólo rodea el primordio ocular desde el exterior; además invade el interior de la copa
óptica a través de la fisura coroidea. Aquí crea los vasos hialoideos que durante la vida intrauterina
irrigan el cristalino para constituir la capa vascular en la superficie interna de la retina (Fig. 20.6).
Además produce una red de fibras entre el cristalino y la retina. Más tarde los espacios intersticiales de
la red se llenan de una sustancia gelatinosa transparente, creando así el cuerpo vítreo (Fig. 20.6). Los
vasos hialoideos de esta región quedan obliterados y desaparecen durante la vida fetal dejando atrás
conducto hialoideo.

NERVIO ÓPTICO

La copa óptica se conecta al cerebro mediante el tallo óptico en cuya superficie ventral hay un surco: la
fisura coroidea (Figs. 20.2 y 20.3). En el surco se localizan los vasos hialoideos. En su regreso al cerebro
las fibras nerviosas de la retina se encuentran entre las células de la pared interna del tallo óptico (Fig.
20.7). Durante la séptima semana del desarrollo, se cierra la fisura y aparece un túnel estrecho dentro
del tallo (Fig. 20.7B). Debido al número cada vez mayor de fibras nerviosas, la pared interna del tallo
crece, fusionándose sus paredes interna y externa (Fig. 20.7C). Las células de la capa interna aportan
una red de neuroglia donde se sostienen las fibras del nervio óptico.

Y así el tallo óptico se transforma en nervio óptico. El centro de éste contiene una porción de la arteria
hialoidea que más tarde se llamará arteria central de la retina. Afuera rodea al nervio óptico una
prolongación de la coroides y de la esclerótica –piamadre aracnoidea y duramadre del nervio,
respectivamente.

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