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Agentes de Riesgos
Los trabajadores de la construcción están expuestos a una gran variedad de agentes de
riesgos para la salud, que en general se presentan frecuentemente, pero en bajos periodos
de tiempo, es decir en forma intermitente.
Es posible agrupar a estos agentes de riesgos para los trabajadores de la construcción,
que luego pueden desencadenar en una enfermedad profesional, en grupos: agentes de
riesgos químicos, agentes de riesgos físicos y agentes de riesgos biológicos.
1- Agentes de Riesgos químicos: Los agentes de riesgos químicos se presentan
normalmente en forma de Polvo (cemento, yeso, sílice, madera, metales); Fibras (amianto,
fibras minerales artificiales); Humos (soldadura, asfalto, alquitrán, combustión de motores
gasolina/gasóleo); Gases y vapores (soldadura, pintura, imprimaciones, adhesivos,
disolventes).
La vía principal de entrada de estos agentes químicos es la vía respiratoria. Algunas de las
sustancias utilizadas pueden tener una absorción significativa por la vía dérmica. Esta
absorción también incluye las membranas mucosas y los ojos, ya sea por contacto con los
vapores o por contacto directo entre la sustancia y la piel. La vía digestiva puede tener
relevancia en casos accidentales o cuando se realizan determinadas actividades como
fumar, comer y beber en los puestos de trabajo.
2- Agentes de Riesgos físicos: Los agentes de riesgos físicos también se encuentran
presentes en todo proyecto de construcción. Uno de los riesgos físicos común a la mayoría
de los oficios de la construcción es la exposición al ambiente ya que los trabajos se suelen
realizar normalmente al aire libre y con posible presencia de frío, calor, viento, lluvia o
nieve.
Otros riesgos significativos de la actividad son el ruido debido al accionamiento de motores
de todo tipo de vehículos, compresores, martillos neumáticos, sierras circulares, radiales,
acuchilladoras, etc.; las vibraciones y las radiaciones (en general en trabajos de soldadura
y/u Oxicorte).
3- Agentes de Riesgos biológicos: El riesgo biológico por exposición a microorganismos
infecciosos, sustancias tóxicas de origen biológico, picaduras o mordeduras de animales,
se suele dar principalmente en las fases de excavación, movimiento de tierras, túneles,
trabajos subterráneos y en trabajos de demolición. Así mismo estos riesgos están
asociados a momentos tan cotidianos como son la utilización de los servicios sanitarios o
la hora del almuerzo o refrigerio.
4- Riesgos Ergonómicos: Corresponden a aquellos riesgos que se originan cuando el
trabajador interactúa con su puesto de trabajo y cuando las actividades laborales
presentan movimientos, posturas o acciones que pueden producir daños a su salud. Se los
puede clasificar en: Carga postura estática; Carga postura dinámica; Levantamiento de
cargas; Carga física total. Carga de manutención. Diseño de puesto.
La exposición crónica de los trabajadores, durante la jornada laboral, a situaciones
adversas derivadas de estos riesgos pueden desencadenar en la aparición de
enfermedades profesionales.
Tareas tales como movimientos repetitivos, posiciones forzadas, trabajos de pie sin
determinada deambulación, entre otros, pueden originar afectaciones a la salud motivo por
el cual desde las áreas de salud laboral y seguridad y salud ocupacional se deben evaluar
estas situaciones y de ser necesario realizar los exámenes médicos periódicos.
Evite la compresión del antebrazo (apoyo sobre borde agudo): Utilice un apoya muñeca y/o
una mesa con borde redondeado para evitar la compresión del antebrazo.
Evite digitar con los brazos en suspensión: Apoye sus antebrazos sobre el escritorio y/o
bandeja portateclado y utilice una silla con apoya-brazos.
Evite la desviación de muñeca: Evite mantener desviadas sus muñecas hacia fuera de su
cuerpo. Mantenga sus muñecas alineadas respecto al antebrazo.
Evite la flexión de piernas: Mientras permanezca sentado mantenga sus pies apoyados
sobre el piso o utilice un reposapié. Mantenga un ángulo superior a 90º entre muslo y
pierna.
Fatiga física.
Lesiones por sobreesfuerzos, posturas forzadas y movimientos repetitivos.
Posibles Efectos sobre la Salud.
Las lesiones / patologías derivadas de los riesgos mencionados anteriormente
pueden afectar a cualquier zona del cuerpo, aunque son más frecuentes en los
miembros superiores y en la espalda (especialmente en la zona dorsolumbar).
Las más frecuentes son musculares, tendinosas, ligamentosas y articulares
(contracturas, esguinces, hernias discales).
Con menor frecuencia, puede aparecer afectación ósea, neurológica, vascular y de
la pared abdominal (fracturas, atrapamientos, hernias).
Además, también se dan otro tipo de lesiones, generalmente de menor gravedad,
como contusiones, cortes, heridas, quemaduras, etc.
Límites a tener en cuenta
Se considera que la manipulación manual de toda carga que pese más de 3 kg. puede
entrañar riesgo dorsolumbar si se manipula en condiciones desfavorables (alejada del
cuerpo, con posturas inadecuadas, etc.):
En general, el peso máximo que se recomienda no sobrepasar es de 25 kg.
En el caso de mujeres, jóvenes o mayores es conveniente corregir dicho valor
aplicando un coeficiente de seguridad de 0,6 que supone un límite de 15 kg.
Para trabajadores especialmente entrenados los límites son 40 kg. (hombres) y 25
kg. (mujeres, jóvenes o mayores).
Si la manipulación se va a efectuar en equipo, hay que tener en cuenta que, debido a
diversos factores, como la dificultad de coordinación, la capacidad de levantamiento
conjunta es menor que la suma de las capacidades individuales. En el caso de equipos de
dos personas, la capacidad de levantamiento equivale a dos tercios de la suma de las
capacidades teóricas de levantamiento individual y en el caso de equipos de tres personas
a la mitad.
Medidas Preventivas
Evitar en lo posible la manipulación manual de cargas.
Cuando no se pueda evitar la manipulación manual de cargas, utilizar ayudas
mecánicas (montacargas, autoelevadores, carretillas, carros, etc.). Asimismo, se
deben utilizar cinchas, eslingas y otros elementos auxiliares cuando sea necesario.
Primeramente, es necesario el uso de los EPP y todos los elementos que
correspondan en función de las tareas a desarrollar. Antes de utilizar los elementos
necesarios se debe verificar el estado de los mismos, probando su adecuado
funcionamiento siempre que sea posible. Se considerará sobre los EPP y ropa de
trabajo, lo siguiente:
Las prendas de protección completas pueden entorpecer los movimientos.
Los EPP podrían afectar a una correcta visibilidad.
Guantes inadecuados podrán disminuir la destreza manual y afectar la
correcta sujeción de las cargas.
La vestimenta de trabajo de bolsillos amplios, cinturones u otros elementos
susceptibles de engancharse y provocar un accidente o malas posturas.
Un calzado inestable podrá provocar que el trabajador pueda tropezar
durante sus tareas o posicionarse inadecuadamente. Es recomendable un
calzado con una adecuada suela antideslizante para evitar resbalones y
caídas y con protección adecuada del pie contra la caída de objetos.
Si las dimensiones o el peso de la carga así los aconsejan, deberá recurrirse,
siempre que sea posible, al fraccionamiento o rediseño de la misma o solicitar la
Manual de Capacitación – Prevención de Enfermedades Profesionales
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Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente
Hipoacusia ocupacional:
Es la incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos. Es un daño
del oído interno causado por ruido o vibraciones debido a su presencia en ciertos tipos de
trabajos.
Las causas están dadas por el tiempo de exposición de los trabajadores a altos niveles de
ruido sin adoptarse las medidas de prevención adecuadas.
Los síntomas de la hipoacusia pueden incluir:
Ciertos sonidos que parecen demasiado fuertes en un oído.
Dificultad para seguir conversaciones cuando dos o más personas están hablando
Dificultad para oír en ambientes ruidosos.
Dificultad para diferenciar sonidos agudos entre sí.
Voces que suenan entre dientes o mal articuladas
Sensación de estar sin equilibrio o mareado.
Sensación de presión en el oído.
Ruido o zumbido en los oídos.
Otras consecuencias del ruido son el estrés, la fatiga, pérdida de capacidad de reacción y
comunicación que pueden ser causa de accidentes y contribuir a la aparición de problemas
circulatorios, digestivos y nerviosos.
Medidas preventivas para evitar la pérdida de la audición:
Reducción del ruido en el origen (fuente que emite el ruido):
Sustituyendo la máquina o el proceso de trabajo por otro con menor emisión
sonora.
Cambiando de lugar la fuente de ruido o aislándola con un cerramiento (por
ejemplo, la colocación de paneles aislantes en los gabinetes de los
motores).
Introduciendo modificaciones en las piezas.
Disminuyendo el ritmo de trabajo de la o las maquinas que sean fuentes
emisoras.
Realizando un buen mantenimiento de la maquinaria, para quitarles ruidos
y/o vibraciones excesivas.
Reducción de la exposición:
Si lo anterior no es posible se debe reducir el tiempo de exposición del trabajador ante
el ruido, y de ser posible, el número de trabajadores expuestos:
Realizar las operaciones más ruidosas cuando este el menor número de
trabajadores presentes en la tarea.
Rotar las tareas.
Protección personal:
Una vez se han analizadas y/o realizadas todas las medidas anteriores, y si
persiste el riesgo, se deberán proporcionar protectores auditivos a los trabajadores.
Esta opción no debe ser la primera alternativa ante la aparición de este riesgo, sino
la última barrera a adoptar entre el mismo y el trabajador.
La elección los protectores auditivos deberá hacerse de acuerdo a las
características del trabajo, al nivel de ruido al cual se encuentran expuestos y han
de ser lo más cómodos posible para la ejecución de la tarea.
Cuando el ruido supera los 80-85 decibelios en el lugar de trabajo ya se considera lesivo
para el oído de los trabajadores expuestos, y es necesario tomar medidas de prevención y
protección. Los controles audiométricos periódicos nos permiten valorar la posible
afectación de la audición del trabajador desde su inicio, y advertirle de los riesgos de su
exposición al ruido.