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Capítulo 17

El control químico del comportamiento

En este capítulo exploraremos dos sistemas químicos cuyos efectos ya hemos visto en
varias ocasiones en los capítulos anteriores. Empezaremos por las feromonas, las sustancias
químicas que sirven para transmitir información entre coespecíficos. Después nos
centraremos en las hormonas, los mensajeros químicos que transmiten información en el
interior del cuerpo de los animales. Por último, consideraremos los efectos de estos
sistemas químicos en los humanos. Como veremos enseguida, las feromonas y las
hormonas transmiten una gran cantidad de información en muchas especies de animales

Feromonas
son sustancias químicas secretadas por los seres vivos, con el fin de provocar
comportamientos específicos en otros individuos de la misma especie. Son un medio de
transmisión de señales que pueden ser tanto volátiles como no volátiles. En caso de
moléculas para la comunicación interespecífica se utiliza el término alelomonas.
Muchas especies de plantas y animales utilizan diferentes aromas o mensajes químicos
como medio de comunicación y casi todas envían uno o varios códigos por este medio,
tanto para atraerse o rechazarse sexualmente como para otros fines. Algunas mariposas,
como los machos de Saturnia pyri, son capaces de detectar el olor de la hembra a 20 km de
distancia.

Las feromonas se pueden transmitir de un animal a otro de diversas formas distintas. En


mucho mamífero, las feromonas volátiles contenidas en la orina u otras secreciones
corporales se difunden después de depositar las secreciones en el medio o de restregarlas
contra algún objeto. Sin embargo, los peces y otros animales acuáticos se limitan a segregar
las feromonas directamente en el agua.

Hormonas
son sustancias segregadas por células especializadas, localizadas en glándulas endocrinas
(carentes de conductos), o también por células epiteliales e intersticiales cuyo fin es el de
influir en la función de otras células.
Las hormonas pertenecen al grupo de los mensajeros químicos, que incluye también a
los neurotransmisores y las feromonas. A veces es difícil clasificar a un mensajero químico
como hormona o neurotransmisor. Todos los organismos multicelulares producen
hormonas, incluyendo las plantas (En este último caso se denominan fitohormonas). Las
hormonas más estudiadas en animales y humanos son las que están producidas por las
glándulas endocrinas, pero casi todos los órganos humanos y animales también producen
hormonas.
La especialidad médica que se encarga del estudio de las enfermedades relacionadas con las
hormonas es la endocrinología. Existen hormonas naturales y hormonas sintéticas, unas y
otras se emplean como tratamientos en ciertos trastornos, por lo general, aunque no
únicamente, cuando es necesario compensar su falta o aumentar sus niveles si son menores
de lo normal.
Conducta reproductora
Hay dos grandes tipos de feromonas que participan en la conducta reproductora. Las
feromonas de efecto inmediato (también denominadas feromonas sexuales), como su
nombre lo indica, desencadenan respuestas inmediatas, comunicación, atracción
receptividad sexual y eficacia biológica.
La conducta reproductora se incluye dentro de la parte de la regulación de los organismos
internos ya que los machos y las hembras responden de forma diferente en función de la
situación de su sistema endocrino. En la mayoría de las especies, la diferencia entre machos
y hembras depende de la posesión de un cromosoma, el cromosoma Y. Los cromosomas
sexuales son determinados en el momento de la fertilización, y a eso lo llamamos sexo
cromosómico. En mamíferos, la diferenciación en el sexo cromosómico conduce a la
diferenciación de las gónadas primitivas en ovarios o testículos, a lo cual llamaremos sexo
gonádico. Además, la posesión de ovarios o testículos da lugar a la producción de gametos
sexuales, que en el caso de los ovarios serán óvulos y en el de los testículos serán
espermatozoides.
Aparte de estas dos, hay otra tipa de diferenciación. En muchas especies, incluida la
nuestra, el desarrollo del cerebro está afectado por las hormonas, fundamentalmente la
testosterona (un andrógeno) en las primeras etapas de la vida.
La influencia de la testosterona da lugar al que denominamos sexo cerebral.
Los machos y las hembras procesan la información de forma diferente, ya que hay
estructuras cerebrales modificadas por la testosterona. Por ejemplo, los hombres son
mejores en la coordinación viso-manual, mientras que las mujeres, al tener el área
deWernicke más desarrollada, tienen mayor capacidad para el lenguaje.
La reproducción asexual está relacionada con el mecanismo de división mitótica.
Se caracteriza por la presencia de un único progenitor, el que en parte o en su totalidad se
divide y origina uno o más individuos con idéntica información genética.

En este tipo de reproducción no intervienen células sexuales o gametos, y casi no existen


diferencias entre los progenitores y sus descendientes, las ocasionales diferencias son
causadas por mutaciones. Los individuos que son creados a partir de este tipo de
reproducción son del género femenino. 
La reproducción sexual requiere la intervención de un cromosoma, genera tanto gametos
masculinos como femeninos o dos individuos, siendo de sexos diferentes, o también
hermafroditas. Los descendientes producidos como resultado de este proceso biológico,
serán fruto de la combinación del ADN de ambos progenitores y, por tanto, serán
genéticamente distintos a ellos. Esta forma de reproducción es la más frecuente en los
organismos complejos. En este tipo de reproducción participan dos células haploides
originadas por meiosis, los gametos, que se unirán durante la fecundación.

Conducta social
Las feromonas tienen diversas funciones de carácter social, aparte de las estrictamente
reproductoras. Tanto los insectos como los mamíferos tienen una gran sensibilidad química
y se implican en interacciones sociales complejas, por lo que es lógico que estas dos clases
de animales utilicen profusamente las feromonas sociales.
Por conducta social se entiende aquellas conductas que están orientadas hacia el ámbito
social compartido por todos los seres humanos en función del ámbito de observación.
Las conductas sociales implican la cohesión con otros seres humanos en relación a los
ámbitos o subsistemas en que puede dividirse la sociedad para su estudio y comprensión
(ver análisis más detallado) de esa cohesión entre seres humanos, que en términos generales
tiene un patrón variable pero que se comporta cíclicamente en todos los sistemas
componentes de la sociedad, se produce una dinámica de interacción y de esa dinámica
cíclica, se generan fuerzas que producen un impacto en nosotros y en el ambiente.
Esas fuerzas están conformadas por el impacto resultante de las acciones individuales de
todos los seres humanos que interactuamos en los diferentes subsistemas que conforman el
sistema social, las consecuencias en el desenvolvimiento del sistema social de este impacto
mencionado, es lo que determina la adaptación o desadaptación de la conducta social.
Este impacto no lo percibimos en tiempo real por los seres humos, requiere en muchos
casos de estudios especializados complejos y por lo tanto para tener un marco de referencia
de acción social, hacen falta más factores aparte del contenido de conocimientos que
recibimos a través del sistema de educación al respecto de los aspectos sociales o el sistema
legal que castiga las conductas que la sociedad no considera aceptables..
Feromona de alarma: En algunas especies, como las abejas, sirve para comunicarle a
otros individuos la existencia de un peligro y señalar la necesidad de huir, o bien lanzar la
señal de la necesidad de un ataque en masa.
Feromonas territoriales: Sirven para delimitar el territorio particular (un ejemplo
conocido está en la orina de los perros y gatos, que de esa manera marcan terreno que
reconocen como propio, trasmitiéndole esta información a otros miembros de su especie).
Feromonas de congregación: Utilizadas por grandes comunidades de la misma especie,
como abejas u hormigas, para atraer a las demás cuando encuentran una fuente de alimento.
Feromonas reguladoras de casta: Indican el tipo de comportamiento adecuado a los
diferentes miembros de una organización, tal como tienen las hormigas a la reina (cuya
función es meramente reproductiva) y a las obreras.
Feromonas sexuales: Sirven para indicar la disponibilidad de la hembra para procrear. Hay
especies de insectos que segregan feromonas para atraer un compañero, y que pueden ser
captadas a varios kilómetros de distancia.

Estrés
La respuesta ante el estrés en los adultos. los animales presentan el mismo tipo de
reacción fisiológica general ante un depredador y ante un coespecífico amenazante,
independientemente de que el animal amenazado se dispone a atacar o huir o a quedarse
completamente inmóvil. Las hormonas epinefrina y norepinefrina, segregadas por la
medula suprarrenal, sirven para movilizar los recursos corporales y aportar energía extra. El
síndrome de adaptación tiene tres fases, la primera conocida como fase de alarma, la
segunda fase de resistencia y la tercera llamada el agotamiento. Básicamente, los
mecanismos que han evolucionado para afrontar el estrés son adaptativos hasta cierto
punto; cuando el estrés es excesivo y/o se prolonga demasiado, sus efectos pueden ser
perjudiciales para la salud. Ahora los investigadores están empezando a entender algunas
de las especificidades de la relación existente entre el estrés y la salud.
Respuestas prenatales al estrés materno. En un experimento clásico, Richard Thompson
(1957) administro descargas eléctricas a ratas embarazadas y comprobó que no solo las
madres sino también los hijos sufrieron los efectos del estrés. Al nacer, las crías presentaron
niveles de actividad más bajos de lo normal. Estudios realizados posteriormente indicaron
que los efectos del estrés prenatal pueden perdurar durante la edad adulta, sobre todo en los
machos. Cuando los hijos de sexo masculino no de madres que fueron expuestas a
condiciones estresantes durante el embarazo se hacen adultos, desarrollan penes más
pequeños de lo habitual y se implican menos en conductas sexuales normales que los
machos que no sufrieron estrés prenatal. En consonancia con estos resultados, los hijos de
sexo masculino expuestos a estrés prenatal son menos agresivos que los que tuvieron un
desarrollo fetal normal.
Los resultados de los test cognitivos llevados al cabo sobre ratones de laboratorio podrían
verse influidos por la forma en que los científicos llevan a los animales hasta las áreas de
prueba. Según un estudio publicado por la Universidad de Liverpool, agarrar a los roedores
por la cola, el método habitual, les provoca un estrés que podría tener un impacto decisivo
en las conclusiones finales del experimento. Como alternativa, la doctora Kelly Gouveia y
la profesora Jane Hurst proponen utilizar un cilindro transparente de plástico abierto por
ambos extremos hacia el que el investigador guíe al ratón y con el que se realice el
transporte.
De esta forma, el roedor muestra una exploración mucho más activa del campo de estudio
al que se le expone, obteniendo así unos resultados más claros y fiables. “Si lo metemos en
un cilindro de plástico se sentirá a salvo, llegará al campo de pruebas relajado y podrá
afrontar mucho mejor el test que necesitamos que realice”, declara Jane Hurst para “El
Mundo”.

Evolución Humana
Los dos tipos de factores químicos que influyen sobre el comportamiento de los animales
no humanos también afectan a los humanos. La mayor comprensión de estos factores ha
permitido algunos avances significativos en el tratamiento de ciertos problemas humanos,
sobre todo en lo relativo a las reacciones ante el estrés a largo plazo.
Feromonas. En términos generales, los humanos y los primates dependemos menos de la
comunicación mediante feromonas que muchos insectos eusociales y que los roedores.
Como he visto, las hormigas y los ratones transmiten una cantidad de información social a
través de feromonas. Sin embargo, los primates explotamos en mayor medida los canales
auditivo y visual. De todos modos, los humanos somos más sensibles a las feromonas de lo
que se creía en el pasado. Durante mucho tiempo, los científicos asumieron que un órgano
olfativo que es sensible a las feromonas en la mayoría de mamíferos el órgano vomeronasal
en los humanos era una estructura vestigial, que no desempeñaba ninguna función.
Hormonas. Intervienen en los mismos tipos generales de conductas en todos los
vertebrados. De todos modos, existen algunas diferencias entre los efectos activadores de
las hormonas en los humanos y en otros vertebrados, sobre todo en lo relativo a la conducta
sexual y al estrés.
Conducta sexual. El deseo sexual femenino suele estar regulado por el estradiol; pero en
algunos primates, como el bonobo, el deseo sexual femenino parece depender más de la
testosterona que el estradiol. El comportamiento sexual humano es una expresión muy
amplia. Se refiere tanto a comportamientos usuales como a los menos frecuentes, e incluye
toda una serie de comportamientos sexuales desde las relaciones matrimoniales hasta
el abuso sexual. Aunque en muchos casos el comportamiento sexual se dirige o se lleva a
cabo dentro de una relación, no es un elemento imprescindible (asexualidad), y hay muchos
comportamientos sexuales fuera de una relación interpersonal.
La mayoría de las especies de primates, incluidos los simios africanos, viven
en grupos sociales de diferente tamaño y complejidad. Dentro de los grupos, los individuos
a menudo tienen papeles multifacéticos de acuerdo con su edad, sexo, estatus, habilidades
sociales y personalidad. El descubrimiento en 1975 en Hadar, Etiopía, de un grupo de
varios individuos Australopithecus afarensis que habían fallecido juntos hace 3,2 millones
de años parece confirmar que los homínidos primitivos vivían ya en grupos sociales.
Los científicos han denominado a esta colección de fósiles La primera familia.
Estrés. En los humanos, igual que en los animales no humanos, las respuestas fisiológicas
antes el estrés a largo plazo pueden tener efectos perjudiciales sobre la salud. ¿Por qué no
ha evolucionado una tendencia a contrarrestar los efectos negativos del estrés? Uno de los
motivos es que en condiciones naturales los animales no permanecen estresados durante
largos periodos de tiempo: o el peligro inminente de ser cazado cesa, o el animal es cazado.
De forma similar, los animales o se adaptan a las presiones sociales o abandonan el grupo;
y los animales sociales raramente o nunca se ven obligados a vivir en condiciones de
aislamiento total.
Afortunadamente, se ha comprobado que a un niño se le pueda enseñar estrategias de
afrontamiento basadas de un grupo de sexto curso de primaria recibieron ocho horas de
formación sobre técnicas de afrontamiento del estrés. Tanto los autoinformes como los
informes de los profesores indicaron que el programa de formación había reducido
significativamente los niveles de estrés de los niños. A pesar de que el estrés va en aumento
en nuestra sociedad, la posibilidad de desarrollar programas de afrontamiento eficaces
resulta esperanzadora.

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