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1.

Design Thinking
 
Design Thinking reproduce la manera de pensar de los diseñadores
de producto para encontrar nuevas ideas. Sus claves se centran en
varios pilares:
 
• Potenciar la empatía tratando de comprender qué le ocurre a los
usuarios y qué problemas necesitan solucionar.
• Sacarle el máximo partido al trabajo en equipo como fórmula para
aprovechar la singularidad de cada persona.
• Dar el paso práctico de crear prototipos para comprobar in situ si
funcionan o no, e identificar fallos.
•Impulsar la diversión en el proceso de la creación, ya que cuando
disfrutamos se despierta nuestra imaginación.
• Estimular una actitud curiosa, observadora, deseosa de encontrar
soluciones y sin miedo a cuestionarse lo establecido.
 
 
2. Lean Startup
 
En los últimos tiempos, no es necesario dar más de dos pasos para
encontrarse con el prefijo Lean. Tanto se ha abusado de esta palabra
que es preciso detenerse un momento en ella y explicar qué significa
verdaderamente el concepto Lean Startup. Se trata de una metodología
de lanzamiento de nuevos proyectos de negocio (startup), que persigue
crear compañías rentables y escalables reduciendo el riesgo.  ¿Cómo lo
hace? Apoyándose en 3 herramientas:
Business Model Canvas: sistema útil para definir el modelo de negocio y
hacerse las preguntas necesarias.
Customer Development: la fórmula ideal para obtener la información que
necesitas del entorno y de los posibles clientes. Muy útil para validar
hipótesis o retirarlas.
Agile Development: en esta fase lo que importa es la acción que permite
comprobar con agilidad y con el mínimo consumo de energía y recursos,
la validez de una idea de negocio, producto o servicio.
 
 
3. Forth Innovation Method
 
Forth Innovation Method invita a realizar un viaje cuyo destino es nuestra
propia casa, pero cargados de ideas novedosas. El método ideado por
Gijs van Wulfen, auténtico referente en el mundo de la innovación e
influencer, consigue una gran efectividad en el proceso de innovación
minimizando las dificultades que muchas empresas y profesionales
tienen a la hora de innovar.
 
Combina Design Thinking, creatividad y el mundo real de los negocios.
Su nombre proviene del inicio de las cinco palabras que componen las
fases del método: Full Steam Ahead, Observe & Learn, Raise Ideas,
Test Ideas and Homecoming.
 
Las etapas de este viaje, que tiene una duración de veinte semanas,
son:
 
Avance a toda máquina: construir un equipo comprometido, diseñar un
foco de innovación e identificar oportunidades prometedoras.
Observación y aprendizaje: explorar tendencias, tecnología,
oportunidades anteriores y feedback de clientes. Selección de las
oportunidades más prometedoras y percepciones de clientes.
Generación de ideas: tras una generación de centenares de ideas y su
posterior reducción a una treintena de direcciones de ideas, se
desarrollan doce nuevos conceptos innovadores de productos, servicios
o modelos de negocio en una sesión de dos días. Después se trabaja en
dichos conceptos para concretarlos.
Testeo de ideas: contraste de conceptos mediante una investigación
cualitativa con un grupo objetivo para mejorarlos. Selección de los 3-5
mejores para trabajarlos como casos en la fase siguiente.
Proyectos/Vuelta a casa: se trabajan los 3-5 mejores nuevos conceptos
como proyectos. Desarrollo de un mini plan de negocio para cada
concepto. Presentación a la dirección para toma de decisiones para
futuro desarrollo en su proceso de innovación.
 
Este método parte del caos inicial del proceso de innovación para llegar,
con el propio equipo de la empresa, a la creación de tres a cinco posibles
nuevos negocios, productos, servicios o modelos de negocio. Además,
da origen a una cultura y hábitos innovadores que se adhieren a la nueva
forma de proceder en la empresa promoviendo la innovación constante.
 
 
4. La Estrategia del Océano Azul
 
¿Y si levantamos la vista, dejamos de ver la orilla donde se concentran
todos los bañistas y miramos hacia el horizonte? Si buscamos un océano
azul, azul de verdad, puro y donde no haya nadie, es muy probable que
se encuentre una gran oportunidad de negocio: una opción que nadie
antes haya descubierto y que permita ser los primeros y sacarle partido
al descubrimiento.
 
Este es quizá el resumen de la tesis que en 1990 W. Chan Kim y Renée
Maubourgne, planteaban en su libro La estrategia del Océano Azul.
Invitan a olvidarse de la competencia y a ampliar el mercado gracias a
procesos de innovación. En definitiva, animan a abandonar los Océanos
Rojos, saturados por la competencia, para buscar nuevos nichos
inexistentes en la actualidad o insatisfechos.
 
Los cuatro principios básicos de la estrategia:
 
Crear nuevos espacios para el consumo: se debe buscar negocios
creativos, originales, que nos permitan una rentabilidad a largo plazo
porque no existen competidores o referencias.
 
Centrarse en la idea y no en las cifras: una vez localizado y
confirmado ese hueco en el mercado y su demanda insatisfecha, se
debe analizar cómo aplicar la solución a nuestra empresa, a nuestras
estructuras y nuestros recursos, con el fin de que se produzca una
transformación estratégica que permita asumir el nuevo reto. Pero no
debemos centrarnos en los números o en los datos del mercado (eso ya
llegará más adelante), sino en las ideas.
 
Ir más allá de la demanda existente: promueve una visión mucho más
amplia y generosa de la que se utiliza para analizar las soluciones ante
las necesidades de los clientes actuales y la hipersegmentación del
mercado. Se debe enfocar la estrategia hacia el conocimiento de los no-
clientes y hacia los factores comunes (los que los unen y no los que los
diferencian).
 
Asegurar la viabilidad de la propuesta y del modelo: con el fin de
minimizar los riesgos y maximizar las oportunidades y los beneficios, es
imprescindible ofrecer una razón cautivadora que invite a los potenciales
nuevos clientes a consumirlo. La clave es pensar como ellos, no como
creemos nosotros que ellos piensan. Es necesario que nuestra solución
les haga la vida más sencilla y productiva.

 
Entre los clásicos de los clásicos de Océanos Azules, está El Cirque du
Soleil, un circo que rompió todos los estereotipos al crear una nueva
propuesta de circo sin animales, sin carpa y destinado para adultos, no
para niños. Muchos auguraron que se iban a estrellar.
 
5. Innovación disruptiva
 
De pronto algo llega y rompe con todo lo establecido. Esta es la frase
que define la innovación disruptiva, una tipología de innovación capaz de
crear un nuevo producto o servicio y transformar totalmente el mercado
reemplazando a las normas habituales e incluso las tecnologías
existentes. Su creador, Clayton Christensen afirma que una cualidad de
la innovación disruptiva es que logra convertir un producto complicado y
caro en otro más simple y barato.
¿Un ejemplo que lo esclarezca? Si nos remontamos siglos atrás, la
imprenta lo fue: cambió por completo el modo de reproducir los libros y
logró un mayor acceso de la cultura. En tiempos más cercanos, los
móviles han transformado por completo nuestra manera de
comunicarnos y la relación con el teléfono.
 
 
6. Intraemprendimiento
 
Ser emprendedor no es un costo reservado a quien trabaja por cuenta
propia. Quedarse anclado en lo contrario, limita las posibilidades de
millones de personas que trabajan por cuenta ajena. Todas ellas tienen
mucho que aportar si ellos mismos cambian su actitud y la propia
compañía les facilita crecer, probar, arriesgar, tratar de cambiar lo
establecido, acertar e incluso equivocarse. Y ahí surge una gran
pregunta: ¿Cómo potenciar la iniciativa y la capacidad innovadora de
cada uno de los miembros de una empresa? 
 
Estas son algunas de las metodologías empleadas con frecuencia, pero
no todas. Por fortuna, las fórmulas para innovar aumentan y mejoran día
a día. En definitiva: se requiere de conocimiento, inspiración y
experiencias para que nuestras ideas crezcan y darles forma, retocarlas
hasta la saciedad y convertirlas en proyectos reales con mucho futuro.

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