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PROCEDIMIENTO PARA LA DEFENSA DE INTERESES COLECTIVOS Y DIFUSOS EN LA LEY GENERAL

DE URBANISMO Y CONSTRUCCIONES

El terremoto del 27 de febrero de 2010 en Chile puso a prueba la calidad de las construcciones. En

este contexto nace la Ley Nº 20.443, cuyos alcances conoceremos en este artículo.

Implementación

El 23 de noviembre del 2010 fue publicada en el Diario Oficial la Ley Nº 20.443, que aplica el

procedimiento de demandas colectivas a juicios por daños o perjuicios en la calidad de las

construcciones y que específicamente, modifica el artículo 19 de la Ley General de Urbanismo y

Construcciones (LGUC), modificando una frase de su inciso primero y agregando un inciso tercero,

el que contempla el procedimiento aplicable en estos casos.

La ley tuvo su origen en una moción presentada en marzo de ese mismo año por la senadora

Soledad Alvear y como consecuencia de los trágicos hechos acaecidos con ocasión del terremoto

que afectó a nuestro país en febrero de 2010. 

Así, se señala que “el terremoto es también una prueba brutal a nuestra normativa técnica de

construcción, las pautas antisísmicas, como también a nuestra reglamentación sobre calidad de la

construcción y el sistema de responsabilidades por deficiencias en el diseño o en la ejecución de

las obras”1, y que “de acuerdo al artículo 18 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, el

propietario primer vendedor de una construcción es responsable por todos los daños y perjuicios

que provengan de fallas o defectos en ella, sea durante su ejecución o después de terminada, sin

perjuicio de su derecho a repetir en contra de quienes sean responsables de las fallas o defectos

de construcción que hayan dado origen a los daños y perjuicios” 2.

Concluye la moción que permitir demandas colectivas, bajo las circunstancias derivadas del

terremoto, presenta diversas ventajas. Primero, logrará una administración de justicia más

eficiente y económica para demandantes, demandados y para los tribunales de justicia. Segundo,

permitirá también aplicar el efecto erga omnes a las sentencias que se pronuncien o los acuerdos

que se alcancen, con lo que se “facilitará el acceso a la justicia a miles de familias afectadas, que

no cuentan con recursos para contratar representación judicial, especialmente luego de las

pérdidas derivadas de la catástrofe”3.

3
Características

La ley realiza dos modificaciones en el artículo 19 de la LGUC.

En relación con la primera, se reemplaza del inciso primero, la frase “el inciso final del artículo 18”,
por la siguiente: “el artículo anterior”. De esta forma, el inciso primero del artículo 19 de la LGUC
queda como sigue: 

  “Las causas a que dieren lugar las acciones a que se refiere el artículo anterior, se tramitarán
conforme con las reglas del procedimiento sumario establecido en el Título XI del Libro III del
Código de Procedimiento Civil”. 

Art. 19, LGUC. 

En relación con el inciso segundo de la norma, este no se ha visto modificado manteniendo, por lo
tanto, la posibilidad de que las partes podrán someter las controversias a la resolución de
un árbitro de derecho que, en cuanto al procedimiento, tendrá las facultades de arbitrador.

  El árbitro deberá ser designado por el juez letrado competente y tener a lo menos cinco años de

ejercicio profesional. 

Sí agrega la reforma un inciso tercero que establece que, en caso de que el inmueble de que se
trata comparta un mismo permiso de edificación y presente fallas o defectos de los señalados en
el artículo anterior, será aplicable el procedimiento especial para protección del interés colectivo o
difuso de los consumidores establecido en el párrafo 2º del Título IV de la Ley Nº 19.496 4.

Se consideran las siguientes reglas:

1. Será competente para conocer de estas demandas el juez de letras correspondiente a la


ubicación del inmueble de que se trate.

2. El número de consumidores afectados bajo un mismo interés a que se refiere la letra c)


del Nº 1 del artículo 51 de la Ley Nº 19.496 no podrá ser inferior a 6 propietarios.

3. No regirá lo dispuesto en los artículos 51 Nº 9, 52 y 53 de la Ley Nº 19.496.

4. Las indemnizaciones podrán extenderse al lucro cesante y al daño moral. Tanto este,
como la especie y monto de los perjuicios adicionales sufridos individualmente por cada
demandante, serán determinados de acuerdo con lo establecido en los incisos segundo y
tercero del artículo 54 C de la Ley Nº 19.496. Mientras se sustancia el juicio quedará
suspendido el plazo para demandar este daño.

5. La sentencia definitiva producirá efectos respecto de todas las personas que tengan el
mismo interés colectivo.  Aquellas personas a quienes les empece la sentencia definitiva,
pero que no hayan ejercido la acción, podrán acreditar el interés común en conformidad
con el inciso primero del artículo 54 C de la Ley Nº 19.496, previo abono de la proporción

4
que les correspondiere en las costas personales y judiciales en que hayan incurrido las
personas que ejercieron la acción.

6. En caso de no ser habido el demandado, se podrá practicar la notificación de la demanda


conforme a lo establecido en el artículo 44 del Código de Procedimiento Civil, en el
domicilio que haya señalado el propietario primer vendedor en las escrituras de
compraventa suscritas con los demandantes y, en caso de ser varios, en cualquiera de
ellos.

7. Se acumularán al juicio colectivo los juicios individuales que se hubieren iniciado, a


menos que en estos se haya citado a las partes para oír sentencia.

8. Acogida total o parcialmente la demanda deberán imponerse las costas a la parte


demandada y, si son varios los demandados, corresponderá al tribunal determinar la
proporción en que deberán pagarlas.

9. Serán aprobadas por el tribunal las propuestas de conciliación para poner término al
proceso formuladas por la parte demandada, siempre que ellas cuenten con la aceptación
de los dos tercios de los demandantes, que se ofrezcan garantías razonables del efectivo
cumplimiento de las obligaciones que se contraen, si no fueren de ejecución instantánea y
que no se contemplen condiciones discriminatorias para algunos de los actores.

10. En los contratos que se perfeccionen a partir de la publicación de esta ley, no será
impedimento para demandar colectivamente el que se haya pactado compromiso de
arbitraje, el cual quedará sin efecto por el solo hecho de la presentación de la demanda
colectiva.

De lo señalado podemos destacar dos aspectos en que la Ley Nº 20.443 innova en relación con el
procedimiento colectivo contemplado en la Ley Nº 19.496:

El primero dice relación con la incorporación del daño moral como prestación indemnizable y que
constituye un antecedente de la reforma introducida por la Ley Nº 21.081 a propósito del daño
moral en la LPC y al que ya hemos hecho referencia.

El segundo aspecto es el relativo a la forma de alcanzar un acuerdo y las competencias del juez al
momento de proceder a su homologación. También constituye un antecedente de la última
reforma de la Ley Nº 19.496.

Tratándose de la aprobación de los acuerdos, la Ley Nº 20.443 otorga una competencia relevante
al órgano jurisdiccional para proceder a su homologación, obligándolo a confirmar que concurren
los requisitos establecidos en el numeral 9.

Referencias

1. Boletín Nº 6.841-14, de fecha 9 de marzo de 2010, p. 4.

2. Boletín Nº 6.841-14, de fecha 9 de marzo de 2010, p. 4.

5
3. Boletín Nº 6.841-14, de fecha 9 de marzo de 2010, p. 5.

4. Importante desde el punto de vista de la aplicación del procedimiento colectivo en este caso
específico, resulta la sentencia de la Corte Suprema de fecha 9 de julio de 2018, dictada en la
causa rol Nº 4065-2018, en que acogiendo un recurso de casación en el fondo interpuesto por el
Sernac y dictando sentencia de reemplazo, se condena a la Inmobiliaria Francisco de Aguirre por la
infracción al deber de seguridad, profesionalidad y de reparación en forma oportuna y adecuada,
contenido en los artículos 3º inciso 1º letras d) y e), y el artículo 23 de la Ley de Protección del
Consumidor.

PROCEDIMIENTO PARA LA DEFENSA DE INTERESES COLECTIVOS Y DIFUSOIS EN EL DFL Nº211


QUE FIJA NORMAS PARA LA DEFENSA DE LA LIBRE COMPETENCIA

Seguramente recuerdas casos en que diferentes competidores del mismo rubro se han puesto de
acuerdo para fijar precios. Esta situación está regulada y en el presente artículo conoceremos el
estado anterior a la normativa y el actual.

Situación anterior a la modificación introducida por la Ley Nº 20.945 de 30 de agosto de 2016

Con ocasión de los recientes casos de colusión ocurridos en Chile 1 se ha puesto de relieve la
relación existente entre el Derecho de la Competencia y la protección del consumidor, ya que a los
requerimientos de la Fiscalía Nacional Económica han seguido las demandas colectivas
interpuestas por el Sernac con ocasión de estos acontecimientos.

El ilícito contra el mercado por el cual hasta ahora se ha perseguido la responsabilidad por los
daños causados contra estos últimos, ha sido el de la colusión, definida en el artículo 3º del D.L. Nº
211 como “los acuerdos o prácticas concertadas que involucren a competidores entre sí, y que
consistan en fijar precios de venta o de compra, limitar la producción, asignarse zonas o cuotas de
mercado o afectar el resultado de procesos de licitación, así como los acuerdos o prácticas
concertadas que, confiriéndoles poder de mercado a los competidores, consistan en determinar
condiciones de comercialización o excluir actuales o potenciales compradores”.

El problema se producía al momento de determinar el ámbito de aplicación del artículo 30 del D.L.
Nº 211, incorporado por la Ley Nº 19.911 de 14 de noviembre de 2003, que dispone que “la acción
de indemnización de perjuicios a que haya lugar, con motivo de la dictación por el Tribunal de
Defensa de la Libre Competencia de una sentencia definitiva ejecutoriada, se interpondrá ante el
tribunal civil competente de conformidad a las reglas generales, y se tramitará de acuerdo al
procedimiento sumario, establecido en el Libro III del Título XI del Código de Procedimiento Civil”.

El presupuesto de la norma es que, con ocasión de una infracción a la Ley de Defensa de la


Competencia declarada por sentencia ejecutoriada, se haga valer una acción de indemnización
de perjuicios fundada en hechos ya declarados en la sentencia.

El ejercicio de la acción indemnizatoria se encontraba reglamentado, a su vez, por normas de


competencia y de procedimiento. En este sentido, la competencia le correspondía al juez civil,
quien debía someter la acción a las reglas del procedimiento sumario, regulado en los arts. 680 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil.

Hasta la reforma introducida por la Ley Nº 20.945, los únicos legitimados para ejercer la acción
que contemplaba dicho artículo eran sujetos individuales o constituidos en una relación

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litisconsorcial2, y solo para exigir la reparación de los daños derivados de un ilícito contrario a la
libre competencia establecido por sentencia ejecutoriada 3.

En consecuencia, y hasta antes de la Ley Nº 20.945, el Sernac no poseía legitimación para solicitar
la tutela jurisdiccional de intereses colectivos ni difusos, pues de existir derechos comprometidos
en la sentencia del TDLC, eran referidos al mercado o a los competidores en el mismo mercado
relevante en que haya tenido lugar la conducta sancionada, los que de conformidad al propio art.
30 del D.L. Nº 211, podían demandar en un juicio sumario si se consideraban afectados por el
injusto monopólico que dicho tribunal hubiese sancionado en su fallo.

En este sentido, la doctrina y la jurisprudencia siempre han sostenido que el competidor que se
sintiera perjudicado por un injusto monopolio podía demandar al responsable, razón por la cual, la
función del artículo 30 es agilizar la tramitación de esa acción de responsabilidad estableciendo un
supuesto de prejudicialidad, ya que la sentencia indemnizatoria debe fundarse necesaria y
exclusivamente en los hechos y fundamentos establecidos en la sentencia previa.

En el Informe contenido en el Oficio Nº 8-2012 de fecha 17 de enero de 2012, respecto del Boletín
(Nº 8.092-03), sobre el proyecto que permite a los consumidores invocar las sentencias dictadas
por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, cuando ellas declaren la existencia de ilícitos
en que aquéllos puedan fundar pretensiones civiles contra sus proveedores, la Corte
Suprema advierte que cuando se ejerce una acción civil de indemnización de perjuicios en base al
artículo 30 del D.L. Nº 211, se debe aplicar el procedimiento que para esa acción ha regulado el
legislador, esto es el procedimiento sumario y limitando la competencia del tribunal al
pronunciamiento sobre los hechos ya establecidos en la sentencia definitiva.

Los efectos que produce la sentencia dictada en un procedimiento seguido según lo establecido en
el artículo 30 del D.L. Nº 211, son completamente distintos a los que puede producir la sentencia
dictada en un proceso colectivo, ya que en atención a que el D.L. Nº 211 solo ha previsto la tutela
de intereses individuales, la sentencia que en dicho procedimiento se dicte deberá regirse por la
regla general contemplada en el artículo 3º inciso 2º del Código Civil, es decir, producirá sus
efectos solamente respecto de quienes figuren como partes litigantes, no pudiendo extender su
eficacia a terceros que no hayan intervenido en el proceso.

Situación actual

Las orientaciones sobre la necesidad de vincular la defensa de la libre competencia y la protección


del consumidor a través del procedimiento colectivo fueron recogidas en la reciente modificación
introducida por la Ley Nº 20.945, de 30 de agosto de 2016, que perfecciona el Sistema de Defensa
de la Libre Competencia, y que introduce modificaciones en tres cuerpos normativos:

1. El D.L. Nº 211 de 1973 sobre Defensa de la Libre Competencia.


2. La Ley Nº 19.496 sobre Protección de los Derechos de los Consumidores.
3. El Código Orgánico de Tribunales.

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La idea matriz del proyecto consistía en “perfeccionar la institucionalidad de defensa de la libre
competencia y dotarla de los más altos estándares que permitan conciliar el legítimo interés de
todos los actores que se desempeñan en los mercados, permitiendo que en ellos rija una
competencia libre, basada en los méritos y que maximice los beneficios de competidores y
consumidores por la vía de prevenir, corregir y sancionar adecuadamente los atentados a la libre
competencia”4.

En cuanto a las eventuales acciones indemnizatorias que puedan ejercer los consumidores por un


acto declarado contrario a la libre competencia, el artículo 2º de la Ley Nº 20.945, modificó el
artículo 30 del D.L. Nº 211 y agregó dos incisos al artículo 51 de la Ley Nº 19.946.

En lo que respecta al artículo 30 del D.L. Nº 211, la reforma modificó la competencia para conocer
de las acciones individuales por indemnizaciones derivadas de las infracciones a dicha ley,
radicándola siempre en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, que deberá sujetarse en
su conocimiento a las reglas del procedimiento sumario, disponiendo que “al resolver sobre la
acción de indemnización de perjuicios, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia fundará su
fallo en los hechos establecidos en su sentencia que sirvan de antecedente a la demanda” 5.

Se mantiene, por lo tanto, el derecho de quien haya sido afectado por una conducta
anticompetitiva, para demandar individual o litisconsorcialmente la indemnización de los
perjuicios que la misma le haya provocado6, pero además la Ley Nº 20.945 entrega a este mismo
tribunal el conocimiento de las acciones colectivas para la defensa de los derechos de los
consumidores, en aquellos casos en que las infracciones al D.L. Nº 211 puedan afectar el interés
colectivo o difuso de estos últimos.

Esta modificación fue incorporada al artículo 51 de la Ley Nº 19.496, que dispone hoy en sus
incisos pertinentes, que “no obstante lo dispuesto en el artículo 30 del Decreto con Fuerza de Ley
Nº 1, de 2004, del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción, que fija el texto refundido,
coordinado y sistematizado del D.L. Nº 211, de 1973, y sin perjuicio de las acciones individuales
que procedan, la acción de indemnización de perjuicios que se ejerza ante el Tribunal de Defensa
de la Libre Competencia, con ocasión de infracciones a dicho cuerpo normativo, declaradas por
una sentencia definitiva ejecutoriada, podrá tramitarse por el procedimiento establecido en este
párrafo cuando se vea afectado el interés colectivo o difuso de los consumidores. Las resoluciones
que dicho tribunal dicte en este procedimiento, salvo la sentencia definitiva, solo serán
susceptibles del recurso de reposición, al que podrá darse tramitación incidental o ser resuelto de
plano.

Solo serán susceptibles de recurso de reclamación en este caso, para ante la Corte Suprema, la
sentencia definitiva y aquellas resoluciones que pongan término al procedimiento o hagan
imposible su continuación. Para interponer la acción a que se refiere el inciso anterior, no será
necesario que los legitimados activos señalados en el numeral 1 de este artículo se hayan hecho
parte en el procedimiento que dio lugar a la sentencia condenatoria”.

Veamos un ejemplo: La colusión de los pollos

Un caso emblemático ha sido el denominado como la colusión de los pollos, ya que en el año 2015
la Corte Suprema confirmó las multas impuestas por el Tribunal de Defensa de la Libre
Competencia de US$23,3 millones para Agrosuper y Ariztia, y US$9,3 millones para Don Pollo.
Además, ordenó disolver la Asociación de Productores Avícolas y pagar una multa de US$ 1,6
millones.

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Luego, el 29º Juzgado Civil7 de Santiago rechazó la demanda colectiva que presentó el Servicio
Nacional del Consumidor en contra de Agrosuper, Ariztía y Don Pollo, por los perjuicios que
ocasionó la colusión en el mercado de pollos. Luego, la Corte Suprema confirmó la decisión, en
sentencia de fecha 7 de enero de 2020, rol número 20.626-2019, principalmente en atención la
exigencia que la ley del consumidor establece respecto de la existencia de un vínculo contractual
entre el consumidor y el proveedor, cuestión que no se da, a lo menos no directamente, entre los
productores de pollos y los consumidores.

Ante esto, la Conadecus decidió interponer una demanda colectiva ante el Tribunal de Defensa de
la Competencia, que fue declarada inadmisible, por encontrarse pendiente el procedimiento
colectivo iniciado por el Sernac.

Ahora, la Agrecu (Asociación Gremial de Consumidores y Usuarios de Chile) presentó una nueva
demanda ante el TDLC, pero ahora en contra de Walmart, Cencosud y SMU, exigiendo el pago de
$50 mil para cada persona mayor de 18 años y una multa grupal que asciende a más de $68 mil
millones. Habrá que esperar para ver qué sucede con esta nueva demanda, pero el Tribunal podría
orientarse hacia una posición de respeto por la cosa juzgada producida por el procedimiento
colectivo ya tramitado, u optar por conocer de esta nueva acción como si se tratara de un
procedimiento completamente desligado del anterior.

Referencias

1. Nos referimos a los requerimientos de la FNE contra Farmacias Ahumada y otros (2012); contra
Agrícola Agrosuper (2015) y contra la CMPC Tissue y otra (2015).

2. Por aplicación de lo dispuesto en los artículos 18 y siguientes del Código de Procedimiento Civil,
que se encuentran entre las disposiciones comunes a todo procedimiento y al no tener el
procedimiento sumario norma especial al respecto.

3. Así lo consagra la historia de la ley, cuando señala que dicho ejercicio correspondería a un
empresario mediano, grande, pequeño; un ciudadano común y corriente, o un grupo de
ciudadanos en su derecho de tener libre competencia, de una competencia leal.

4. Mensaje Nº 009-363/4.

5. Mantiene por lo tanto la regla del efecto positivo de la cosa juzgada producida por la sentencia
que se pronuncia sobre la infracción a la Ley de Defensa de la Libre Competencia. En este
procedimiento es solamente admisible el recurso de reposición con excepción de la sentencia
definitiva, que será susceptible de recurso de reclamación.

6. Aunque su determinación pasa ahora a ser de competencia del TDLC y no ya de los tribunales
ordinarios, lo que podría ser cuestionable si se considera que el TDLC no es un órgano
jurisdiccional completamente letrado.

7. Demanda rol C-28.470-2015.

Lecturas:

ANÁLISIS CRÍTICO DEL PROCEDIMIENTO VOLUNTARIO INTRODUCIDO EN LA LEY CHILENA DE


PROTECCIÓN DE CONSUMIDORES Y USUARIOS COMO MECANISMO ALTERNATIVO DE SOLUCIÓN
DE CONFLICTOS COLECTIVOS

9
LA CERTIFICACIÓN DE LA ACCIÓN EN EL PROCEDIMIENTO COLECTIVO CONTEMPLADO EN LA LEY
CHILENA DE PROTECCIÓN DE CONSUMIDORES Y USUARIOS

RESUMEN UNIDAD 3

El 23 de noviembre del 2010 fue publicada en el Diario Oficial la Ley Nº 20.443, que aplica el
procedimiento de demandas colectivas a juicios por daños o perjuicios en la calidad de las
construcciones y que, específicamente, modifica el artículo 19 de la Ley General de Urbanismo y
Construcciones (LGUC), modificando una frase de su inciso primero y agregando un inciso tercero,
el que contempla el procedimiento aplicable en estos casos.

La ley tuvo su origen en una moción presentada en marzo de ese mismo año por la senadora
Soledad Alvear y como consecuencia de los trágicos hechos acaecidos con ocasión del terremoto
que afectó a nuestro país en febrero de 2010.

La ley realiza dos modificaciones en el artículo 19 de la LGUC. En relación con la primera, se


reemplaza del inciso primero la frase “el inciso final del artículo 18”, por la siguiente: “el artículo
anterior”. En relación con el inciso segundo de la norma, este no se ha visto modificado
manteniendo, por lo tanto, la posibilidad de que las partes podrán someter las controversias a la
resolución de un árbitro de derecho que, en cuanto al procedimiento, tendrá las facultades de
arbitrador.

Sí agrega la reforma un inciso tercero que establece que, en caso de que el inmueble de que se
trata comparta un mismo permiso de edificación y presente fallas o defectos de los señalados en
el artículo anterior, será aplicable el procedimiento especial para protección del interés colectivo o
difuso de los consumidores establecido en el párrafo 2º del Título IV de la Ley Nº 19.496.

Podemos destacar dos aspectos en que la Ley Nº 20.443 innova en relación con el procedimiento
colectivo contemplado en la Ley Nº 19.496:

1. El primero dice relación con la incorporación del daño moral como prestación
indemnizable y que constituye un antecedente de la reforma introducida por la Ley Nº
21.081 a propósito del daño moral en la LPC y al que ya hemos hecho referencia.

2. El segundo aspecto es el relativo a la forma de alcanzar un acuerdo y las competencias del


juez al momento de proceder a su homologación. También constituye un antecedente de
la última reforma de la Ley Nº 19.496.

Procedimiento para la defensa de intereses colectivos y difusos en el D.L. Nº 211

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Situación anterior a la modificación introducida por la Ley Nº 20.945 de 30 de agosto de 2016

Con ocasión de los casos de colusión ocurridos en Chile se ha puesto de relieve la relación
existente entre el Derecho de la Competencia y la protección del consumidor, ya que a los
requerimientos de la Fiscalía Nacional Económica han seguido las demandas colectivas
interpuestas por el Sernac con ocasión de estos acontecimientos.

El problema se producía al momento de determinar el ámbito de aplicación del artículo 30 del D.L.
Nº 211, incorporado por la Ley Nº 19.911 de 14 de noviembre de 2003.

El ejercicio de la acción indemnizatoria se encontraba reglamentado, a su vez, por normas de


competencia y de procedimiento. En este sentido, la competencia le correspondía al juez civil,
quien debía someter la acción a las reglas del procedimiento sumario, regulado en los arts. 680 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil.

En consecuencia, y hasta antes de la Ley Nº 20.945, el Sernac no poseía legitimación para solicitar
la tutela jurisdiccional de intereses colectivos ni difusos, pues de existir derechos comprometidos
en la sentencia del TDLC, eran referidos al mercado o a los competidores en el mismo mercado
relevante en que haya tenido lugar la conducta sancionada, los que de conformidad al propio art.
30 del D.L. Nº 211, podían demandar en un juicio sumario si se consideraban afectados por el
injusto monopólico que dicho tribunal hubiese sancionado en su fallo.

Situación actual

Las orientaciones sobre la necesidad de vincular la defensa de la libre competencia y la protección


del consumidor a través del procedimiento colectivo fueron recogidas en la reciente modificación
introducida por la Ley Nº 20.945, de 30 de agosto de 2016, que perfecciona el Sistema de Defensa
de la Libre Competencia.

En cuanto a las eventuales acciones indemnizatorias que puedan ejercer los consumidores por un
acto declarado contrario a la libre competencia, el artículo 2º de la Ley Nº 20.945, modificó el
artículo 30 del D.L. Nº 211 y agregó dos incisos al artículo 51 de la Ley Nº 19.946.

En lo que respecta al artículo 30 del D.L. Nº 211, la reforma modificó la competencia para conocer
de las acciones individuales por indemnizaciones derivadas de las infracciones a dicha ley,
radicándola siempre en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, que deberá sujetarse en
su conocimiento a las reglas del procedimiento sumario.

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