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CICLO: IV
AULA: A
ESTUDIANTE:
Dedico este trabajo a mi madre que fue el pilar fundamental en el inicio de mi carrera
profesional. De manera muy especial a nuestro Padre Celestial que con su compañía y
del derecho positivo, quizá ninguna sirve mejor a ese objetivo que la antigua fórmula del
bien común.
No se trata aquí de la actitud del juez ante los resultados injustos de la aplicación de una
ley justa, sino de su actitud ante una ley que nace ya injusta, por ser contraria a exigencias
Estos casos no son raros; al contrario, al establecerse una separación entre legalidad y
moralidad, estas situaciones pueden formar parte de la práctica diaria del juez. Piénsese en el
caso de la ley de divorcio, en una ley que legalice el aborto, en una ley que permita el
drogas que con toda probabilidad traen consigo la ruina fisiológica y psíquica del individuo.
responsabilidad en los autores de la ley (que, indirectamente, en una sociedad política con
régimen democrático, es todo el pueblo). No es lícita la actitud del que afirma que «me limito
deduce que el juez no puede lícitamente, con sus sentencias, obligar a nadie a realizar un acto
intrínsecamente inmoral, aunque esté mandado o” permitido por la ley. La razón es que no es
lícito nunca ha el mal, bajo ningún concepto, ni siquiera para que se sigan algunos bienes. Un
aprobar, con su sentencia una ley En ese mismo momento sería cómplice de los autores de la
ley. Hay que añadir, sin’ embargo, que no toda sentencia en materia de ley injusta equivale a
una implícita o explícita aprobación de esa ley. El juez puede limitarse, éticamente, a dejar
Todo cuando, actuando de este modo, evita un mal mayor. Encontramos aquí una nueva
aplicación de los principios que rigen el voluntario indirecto. Salvada la recta intención del
considerarse algo positivamente bueno, pero el juez no puede olvidar que su actuación recibe
En otros supuestos cabe aplicar los principios sobre la cooperación material en el mal. Ha
de resultar claro que no se trata de una cooperación positiva, ni física, ni formal, sino de un
Esta cooperación material tampoco ha de ser inmediata, sino mediata; la labor del juez es
una mediación exigida por el entero ordenamiento jurídico del que hay que presumir que
tiene como fin el bien común. Por otro lado, resulta claro que esta cooperación material y
mediata suministra los medios de forma próxima y necesaria para la realización de un acto
intrínsecamente inmoral. En efecto, no hay actuación legítima sin sentencia firme del juez.
Por tanto, para que sea lícita esa cooperación se requiere un motivo grave: en el caso del juez
inmorales con la menos de las excusas. El autor español Rafael Gómez Pérez, al referirse a la
forma como debe aplicar la ley el Juez, cree que: El Juez debe fallar, como es sabido, según
lo alegado y lo probado en el proceso, no según los conocimientos alcanzados fuera del
toda probabilidad este presunto delincuente es como otros muchos que ya ha tenido ocasión
(Rafael del Pina) I Para toda sentencia vale el principio de que el juez no puede, pura y
ley y sus autores. Ciertamente son estos los principales responsables de los efectos de la
ley misma. Pero el juez que con su sentencia la aplica a cada caso particular. Con causa; y
3a No puede en ningún caso reconocer y aprobar expresamente la ley injusta (la cual, por
Dios). Por eso no puede pronunciar una sentencia penal que equivalga a tal aprobación. Su
aprobación.
BIBLIOGRAFÍA
H. Gustavo Palacio Pimentel. (1997). Derecho de Obligaciones. Lima: Código Civil, Jurista
Editores.
Rafael del Pina. (s.f.). EL JUEZ ANTE LA LEY INJUSTA. facultad de derecho de la
U.N.A.M.