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GRADO DÉCIMO

PRUEBA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA

PREGUNTAS DE SELECCIÓN MÚLTIPLE CON ÚNICA RESPUESTA (TIPO I)

Las preguntas de este tipo constan de un enunciado y de cuatro opciones de


respuesta, entre las cuales usted debe escoger la que considere correcta.

RESPONDA LAS PREGUNTAS 1 A 4 DE ACUERDO CON EL SIGUIENTE


TEXTO

EL GATO

Muchas cosas desagradables se pueden decir o imaginar de John. Pero nunca le sospeché
una mentira; tenía demasiado desprecio por la gente para inventarse cualquier fábula que
le fuera favorable.

De modo que cuando me contó alegre y bebiendo dry martinis la historia –para mí,
sobretodo– de uno de sus casamientos fallidos, no tuve duda. Era, o fue, como mirar y
oír una película sin posibilidad de recomienzo ni temor sobre su capacidad de ser creída.
Tampoco quedaba agujero para una sonrisa.

Yo llegaba, una semana antes, de París y quería actualizar, confirmar y desechar los
rumores que me habían llegado sobre amigos, más o menos comunes, durante mi
ausencia.
John era un inglés conversador y sabía burlarse de todo con desapego, a veces lástima,
nunca maldad.

Bebimos y hubo un largo silencio: John parecía meditar indeciso con el ceño fruncido.
Dejó su vaso sobre la mesa y me dijo, conservando su actitud de piernas cruzadas y de
resuelto perfil:

–Era francesa y tú la conoces. Tal vez lo sepas porque estábamos prácticamente casados.
Sólo nos faltaba el sacerdote, el juez y la llegada de unos muebles viejos y caros de los
que no quería desprenderse. Bisabuelos y abuelos y padres, casi toda la historia de
Francia. A mí sólo me importaba ella, Marie. Ya puedes buscar entre todas las Maries
que recuerdes. Estaba loco y a veces pensé que era una locura sexual. Verla, bastaba;
oler un pañuelo olvidado, bastaba; entrar al baño después de que ya había salido. Nos
veíamos todas las semanas, aquí o en París. Dos o tres días seguidos. Íbamos y
volvíamos. Y mi deseo aumentaba cada vez y yo me entregaba a él, escarbaba en él;
quería más y más. Y cada más era como un escalón que me impulsaba a pisar otro.
Siempre en descenso porque yo sabía que estaba perdiendo salud y cerebro.

Sin dejar de ofrecerme un hombro, hizo una seña a Jeeves y vinieron dos vasos: dry
martini para él y un gin tonic para mí. Encendió la pipa (él sabía que fumar apresuraría
mi muerte) y estuvo un rato pensando, casi sonriendo con labios que no endulzaba la
alegría. Como ocurre siempre en esta clase de cuentos me mantuve en silencio,
esperando; fui recompensado, Johny dijo sin mirarme:

–Al gato lo bauticé Edgar. Y no porque fuera un gato negro con símbolos de horror,
blancos, en su pecho.
–Una noche en que Marie, como estaba planeado, llegó al aeropuerto. La recibí,
tomamos cocteles con la alegría de siempre, brindamos por la felicidad matrimonial.
Esto no hace reír, pero es cómico. Fuimos a cenar y luego a mi departamento. No te dije,
porque no lo sé y tal vez no me importe, que la portera y semipatrona estaba
encaprichada conmigo o, simplemente, me odiaba sin pausa. Algo de eso.

Entramos y encendí la luz. Ella no había estado nunca allí. Miró alrededor con una
sonrisa que era de aprobación antes de haber nacido. Y vio, vimos, en medio de la gran
cama, con su colcha blanca de señorita, un gato negro, grande, gordo. Un gato que yo
veía por primera vez y que parecía acostumbrado a ronronear allí. Con las patas dobladas
bajo el pecho nos miró con ojos curiosos y volvió a cerrarlos. Hasta hoy no sé cómo
pudo haber entrado. Sospecho, apenas. Me adelanté para acariciarle el lomo y la garganta
y entonces ella explotó. Que echara el gato inmundo, que iba a llenar la cama de pulgas.
A gritos y pateando el suelo. Yo encendí un cigarrillo y abrí la puerta. Le dije que me
había hecho feliz encontrar por sorpresa que alguien nos daba la bienvenida. Ella me
trató de estúpido y golpeó las manos hasta que el gato corrió hacia la puerta y la sombra
del pasillo. Bueno, vamos a tomar otro vaso porque ya basta como prólogo. Lo que
ocurrió es simple y para mí muy trabajoso de explicar. En aquel momento resolví que yo
nunca podría casarme con aquella mujer; que era imposible vivir con ella, ser feliz con
ella. No se lo dije entonces y el resto de la noche hasta el cansancio de la madrugada
pasó como lo presentíamos y lo deseábamos.

Bebió de un trago, encendió nuevamente la pipa y sonrió alegre y desafiante. Ahora se


volvió para mirarme los ojos y dijo:

–Lo que explica para cualquier tipo inteligente por qué desde entonces sólo he tenido
aventuras y me he propuesto que duren poco.

Onneti, J. (1994). Cuentos completos. Madrid: Editorial Alfaguara.

1. La relación lógica de los hechos referidos por John en el relato es

A. causa-efecto, pues la reacción de Marie motivó a John a tener relaciones sin


compromiso.
B. contradicción, ya que Marie apreciaba sus muebles franceses, pero reaccionó
violentamente ante un animal.
C. problema - solución, porque John tomó una decisión trascendental después del
episodio del hotel.
D. secuencia, puesto que justo después de la noche del encuentro con Marie, John
resolvió no casarse.
2. El anterior texto, particularmente por lo que aparece en su párrafo final, podría ser
parte de una obra sobre

A. la amistad.
B. fobias a animales.
C. la soltería.
D. relaciones de pareja.

3. En el fragmento “Y mi deseo aumentaba cada vez y yo me entregaba a él, escarbaba


en él; quería más y más. Y cada más era como un escalón que me impulsaba a pisar
otro. Siempre en descenso porque yo sabía que estaba perdiendo salud y cerebro”, hay
una contradicción en tanto John refiere un deseo que va en

A. aumento, no obstante dicha relación lo enferma.


B. aumento, pero la relación resulta muy dolorosa.
C. descenso, sin embargo, su amor crece día tras día.
D. descenso, aunque la relación no deja de desestabilizarlo.

4. La frase: “Lo que ocurrió es simple y para mí muy trabajoso de explicar” es un recurso
del escritor para

A. preparar al lector para que comprenda la decisión que tomó John.


B. mantener al lector expectante frente al desarrollo de lo relatado.
C. presentar una posible explicación de la decisión que tomó John.
D. disponer al lector para lo que será el cierre del relato de Jhon.

RESPONDA LAS PREGUNTAS 5 A 8 DE ACUERDO CON EL


SIGUIENTE TEXTO
Con el atentado a las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre del 2001, se
precipitó la crisis de la industria aeronáutica y desde entonces las empresas no han podido
‘alzar el vuelo’. El número de pasajeros se ha recuperado pero con pasajes más baratos,
mientras el funcionamiento se hizo más caro, especialmente por los precios del petróleo,
comenta Jorge Fernández, vicepresidente de Alianzas de Delta. Por ese motivo, no se ha
regresado al terreno de las ganancias.

En el primer trimestre del año pasado, Delta fue la que más pérdidas arrojó con 1.100
millones de dólares, seguido de Continental Airlines con 184 millones de dólares y American
Airlines con 162 millones de dólares. Entre tanto, en Delta se eliminaron los bonos para los
ejecutivos y las participaciones en la propiedad que ellos habían recibido perdieron su valor.
Los trabajadores de alto nivel están ganando sueldos que han bajado alrededor de 17 por
ciento. American pierde 80 millones de dólares al año por cada centavo de dólar que aumenta
el petróleo y Continental trabaja en la modificación de salarios, reglas de trabajo y
prestaciones para sus trabajadores de aeropuerto, carga y reservaciones.
GALINDO, Mauricio; CAMARGO, Adriana y CHACÓN, Jairo. Para aliviar la crisis, grandes aerolíneas de EE.UU. aumentan apuesta por
Colombia y Latinoamérica [En línea]. [Bogotá, Colombia]: Periódico El Tiempo, 20 de marzo de 2006. Disponible en Internet:
http://www.eltiempo.com/economía
5. Los marcadores textuales subrayados, “en el primer trimestre del año pasado, entre
tanto”,

A. trazan una secuencia entre los hechos referidos.


B. indican relaciones de causa-efecto en el texto.
C. organizan temporalmente los hechos referidos.
D. adicionan información fundamental en el texto.

6. El texto anterior puede catalogarse como una noticia porque

A. apareció originalmente en un periódico.


B. expone lo ocurrido en un evento reciente.
C. relata un hecho de relevancia económica.
D. contiene datos exactos sobre un evento.

7. El texto anterior se ocupa fundamentalmente de

A. suscitar una reflexión sobre las consecuencias del 11 de septiembre.


B. exponer algunos efectos del 11 de septiembre sobre la industria aeronáutica.
C. narrar las dificultades que han pasado las aerolíneas recientemente.
D. explicar las razones que llevaron a las aerolíneas a transformar sus políticas.

8. En estas dos expresiones: “las empresas no han podido alzar el vuelo” y “no se ha
regresado al terreno de las ganancias” se altera el sentido original de las palabras
subrayadas para

A. establecer una comparación entre la situación económica de las empresas y su


campo de acción.
B. establecer una comparación entre el carácter actual de las empresas y las tareas
regulares de los aviones.
C. hacer una ironía que muestre las crecientes limitaciones de las empresas dedicadas
al transporte aéreo.
D. hacer una ironía que muestre la distancia entre lo que enfrentan las empresas y su
funcionamiento normal.

RESPONDA LAS PREGUNTAS 9 Y 10 DE ACUERDO CON EL SIGUIENTE


TEXTO

CIENTÍFICOS HEREJES

Pensamos en un científico hereje como un autor de observaciones, conclusiones o teorías


opuestas a la creencia científica aceptada por todos, perseguido por ello y que, no
obstante, finalmente recibe el reconocimiento de la ciencia. Los científicos herejes han
sido sorprendentemente pocos.
Casi todos los avances sorprendentes de la ciencia han de enterrar creencias anteriores, y
los científicos conservadores no siempre aceptan las nuevas ideas con rapidez. La teoría
de la combustión de Lavoisier, la teoría atómica de Dalton, las nociones sobre la
conservación de la energía de Joule, la tabla periódica de Mendeléev, la teoría del cuanto
de Planck, el átomo nuclear de Rutherford y la relatividad de Einstein, fueron recibidas
con reparos y dudas, y denunciadas sin piedad por los conservadores.

Sin embargo, en general estos científicos de vanguardia no sufrieron por su temeridad.


Sus carreras prosiguieron de manera triunfal. Recibieron el apoyo de muchos científicos,
en particular de los más jóvenes, y recibieron premios y alta consideración durante sus
vidas.

En algunos casos sucedió lo contrario, por supuesto. En 1836, el químico francés


Auguste Laurent dio a conocer una nueva teoría sobre la estructura molecular que iba
contra las ideas de un anciano semidiós de la química, Berzelius. El anciano denunció los
conocimientos de Laurent con tanta fuerza que le arruinó la carrera. Laurent falleció
antes de cumplir los cincuenta años y no vivió para ver cómo sus ideas ganaban
aceptación.

El geólogo alemán Alfred Wegener sugirió en 1912 que los continentes movían
lentamente y que habían formado un solo cuerpo cientos de millones de años atrás. Se
rieron de él. Falleció a los cincuenta años y no supo que su idea de la deriva de los
continentes (modificada en gran manera) ganaba finalmente aceptación.

Más tarde, en 1911. El médico estadounidense Francis P. Rous dio a conocer la primera
evidencia sobre la existencia de un virus que provocaba cáncer. Cuando ese tipo de virus
no era aceptado por el pensamiento tradicional. Rous no ganó el premio Nobel que le
hubiera correspondido por su descubrimiento hasta 1966 -cincuenta y cinco años
después-. Afortunadamente todavía estaba vivo, y a la edad de ochenta y siete años
aceptó el premio por una idea que el paso del tiempo había convertido en respetable.

Los científicos herejes que realmente sufrieron denuncias y miseria fueron aquellos
cuyas creencias amenazaban no los conocimientos científicos anteriores, sino dogmas
que estaban fuera de la ciencia.

Cuando Copérnico y Galileo dieron a conocer sus ideas que amenazaban la inamovible
Tierra central que aparece en la Biblia, cuando las sugerencias sobre la evolución
realizadas por Darwin amenazaron la creación especial del hombre, o cuando Hutton y
Lyell presentaron evidencias que refutaban que la Tierra había sido creada 6.000 años
atrás, la gente se enfureció. Copérnico no se atrevió a publicar sus conocimientos hasta
que se estaba muriendo; Galileo fue amenazado con torturas; y el resto tuvo que soportar
los vilipendios de un público que los habría matado si hubiera podido.

Por otro lado, las herejías que complacen a la superstición popular son recibidas con
entusiasmo. Si se permite que alguien explique los milagros bíblicos con astronomía a
medio hacer, o hable de los platillos volantes llenos de equivalentes a ángeles o
demonios, el público admirador pronto comparará sus insensateces con Galileo.

Si verdaderamente se parecieran a Galileo, por supuesto, la gente no les haría caso.

Asimov, I. (1994). La visita al Tiranosaurio y otros cien artículos. Madrid: Ediciones Tikal.

9. Un ejemplo de conectores textuales que busquen contraponer y ejemplificar


información podrían ser las expresiones

A. “pero” y “por supuesto”.


B. “sin embargo” y “en algunos casos sucedió lo contrario”.
C. “no obstante” y “por otro lado”.
D. “sino” y “más tarde”.

10. El planteamiento de que la sociedad, más que la ciencia, es la que suele convertir en
herejías los planteamientos de algunos científicos, funciona en el texto como

A. la inferencia de un argumento.
B. una conclusión.
C. la premisa de un argumento.
D. una tesis.

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