Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1.
“Se los ha presentado, más de una vez, como dos entes antitéticos, y en cierta
manera los son, aunque haya momentos en que parecen identificados en el
mismo ideal.”
A. alternativa o disyuntiva
B. condición
C. causal
D. adversidad excluyente
E. adversidad restrictiva
2.
“Precisamente en esa casa de estudios retomó el año pasado sus cursos de
cuarto año, luego de realizar dos viajes al Moss Institute de Filadelfia, donde
recibió las prótesis que hoy le permiten caminar y hasta escribir.”
A. Adición
B. Consecuencia
C. Temporalidad
D. Finalidad
E. Consecutiva
3.
“Elegí vivir” se titula emocionante relato de Daniela García, cuyo caso de lucha
y superación sigue impactando.
A. Adición
B. Consecuencia
C. Tiempo
D. adversidad excluyente
E. afirmación
4.
“Tras reunirse en La Moneda con el Presidente Piñera, la ex - candidata pidió
adelantar tiempos para reformas al sistema público.”
A. Adición
B. Consecuencia
C. Temporalidad
D. Finalidad
E. Concesión
5.
“En el sentido amplio, la disfasia es una alteración severa del desarrollo del
lenguaje, tanto en el ámbito comprensivo como expresivo, que puede ser de
diferentes grados, pero que no tiene causas orgánicas evidentes o detectables.
Es decir, no se debe a un déficit intelectual o auditivo, a un trastorno
neurológico ni a otras patologías, explica Miguel Higuera, fonoaudiólogo de
Ceril (Centro Integral de Trastornos y Desarrollo del Lenguaje).”
A. adición – comparación - causalidad
B. consecuencia – continuativa – adición
C. temporalidad – disyuntiva – condicional
D. comparación – explicación - adición
E. finalidad – ejemplificación - adversidad
6.
“En general me gustan los perfumes dulces, pero no excesivamente dulces, y
que se sientan femeninos.”
A. Adversativa restrictiva
B. Consecuencia
C. Temporalidad
D. Adversativa de oposición
E. Corroborativa
7.
“La conclusión es clara. Estados Unidos es “el” mercado para las exportaciones
ganaderas chilenas. Conquistarlo, sin embargo, requiere toda una travesía.”
A. Concesión
B. Comparación
C. Adversativa de oposición
D. Adversativa restrictiva
E. Adversativa exclusiva
8.
“Las calas pueden florecer en invierno hasta fines de primavera o bien durante
el verano, dependiendo de la especie bajo cultivo. Entre las primeras se cuenta,
por ejemplo, la cala blanca común, y entre las segundas, la amplia gama de
nuevos híbridos de colores.”
A. disyuntiva – consecutiva
B. comparación – explicación
C. finalidad – ejemplificación - adversidad
D. adición – comparación - causalidad
E. consecuencia – continuativa – adición
9.
“Desde inicios de la década de los noventa el consumo de carne en Estados
Unidos crece a un ritmo anual de 1,3 por ciento y cuando hablamos de una
población de casi 290 millones de personas, las cifras pueden ser mareadoras.”
A. Adición
B. Consecuencia
C. Temporalidad
D. Finalidad
E. Corroborativa
10.
“Si alguna duda queda respecto a la ventaja de orientarse a EE.UU., la firma del
tratado de libre comercio con ese país termina por convencer. Ello, porque
gracias al acuerdo la carne de vacuno ingresará sin aranceles ni cuotas a partir
del 1 de enero de 2007.”
A. causalidad
B. conseción
C. condicionalidad
D. comparación
E. continuativa
11.
“No he declarado nada como imputado, sino como persona libre y
legítimamente ciudadano de derechos”.
A. Concesión
B. Comparación
C. Adversativa de oposición
D. Adversativa restrictiva
E. Adversativa exclusiva
12.
La reunión se realizará bajo estrictas normas de seguridad, las que se han
desplegado desde ayer en el edificio. Por lo tanto, el público en general solo
podrá acercarse hasta cinco cuadras del lugar.
A. Continuidad
B. Consecuencia
C. Temporalidad
D. Adversidad excluyente
E. Finalidad
II.- Anota los números de la oración completa y anota el conector adecuado para establecer la
relación, del recuadro de abajo.
Sino que- o -sin embargo – pero - por lo tanto- es decir- para que- en cambio- si- ya que.
III.- Restituye el texto con los conectores omitidos. Complétalo con los siguientes conectores:
A causa Además así que Como En conclusión En primer lugar En
segundo lugar Finalmente No obstante sin embargo
Varias son las razones que me han llevado a tomar la decisión de abandonar la ciudad e irme a vivir al
campo.
__________ estaba harto de respirar ese aire contaminado de Barcelona. Aquí, en la sierra
madrileña, siento el placer de hinchar mis pulmones de aire fresco.___________, desde que vivo en
Cercedilla me he aficionado al senderismo y he mejorado mi forma física.
______________, ya no soportaba las prisas de la ciudad. En mi anterior trabajo, iba corriendo a
todas partes, y ___________, nunca llegaba a tiempo.__________ del estrés, tenía la tensión alta,
y solía dormir mal por las noches.
___________, aquí tengo una gran sensación de libertad.__________ trabajo a distancia y mis
jefes nunca me ven, me pongo a trabajar cuando quiero y, a veces, lo hago en pijama. __________,
no suelo hacer el vago. Ahora soy mucho más productivo y eficiente, y gasto menos,_________
ahora gano más dinero.________ me alegro mucho de haber abandonado Barcelona.
Texto 1:
1. “Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a
abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el
dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el
mayordomo una cuestión de aparcerías*, volvió a leer el libro en la tranquilidad del estudio que
miraba al parque de los robles.
2. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una
irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo
verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las
imágenes de los protagonistas, la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi
perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza
descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de
la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles.
3. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las
imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la
cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por
el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba
las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un
mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la
libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se
sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del
amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo
que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir
de esa hora, cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se
interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.
4. Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la
cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante
para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta
distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían
ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora y no estaba. Subió los tres peldaños del
porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos, le llegaban las palabras de la mujer: primero
una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la
primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de
los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón
leyendo una novela”.
1. ARRELLANADO
a) acomodado
b) arreglado
c) ubicado
d) sentado
e) colocado
2. FURTIVOS
a) serpenteantes
b) enmarañados
c) escondidos
d) boscosos
e) misteriosos
3. ABOMINABLEMENTE
a) ostensiblemente
b) patentemente
c) equivocadamente
d) aborreciblemente
e) sombríamente
4. ¿Cuál es la acción principal que realiza el protagonista del relato?
a) Narrar b. Asesinar. C. Escribir. D. Leer. E. Descansar.
10. En relación con el desenlace de los hechos, el lector de la novela había regresado a la
finca
a) ese mismo día. d) después de escribir una carta.
b) unos días antes. e) por unos negocios urgentes.
c) el día anterior.
Texto 2:
1. Desde chico me gustan las palabras y, aunque existen muchas que todavía pronuncio mal,
siempre trato de entenderlas bien. En mis años de básica, cuando los abriles eran lluviosos, pasaba
buen rato rascando el diccionario en busca de vocablos coquetos y cosquillosos y los que me cerraban
un ojito se pegoteaban en mi memoria para luego repetirlos tantas veces que, finalmente, el
significante lograba romper todo significado. Me divertía con sus morfemas y lexemas aunque, por
supuesto, para mis amigos eran puras leseras.
2. Así pude descubrir que mi apellido es una preposición, que cada “murciélago” es tan goloso que
contiene todas las vocales y que “anilina”, “reconocer” y “acurruca” se pueden leer al derecho y al
revés. “Sopapo”, “Huachipato” y “cuchuflí” siempre me parecieron graciosas pero, fonéticamente, mis
favoritas eran las esdrújulas, aunque “misógino”, “ludópata” y “cleptómano” tenían la piel bonita pero
el alma tuerta.
3. De adolescente comprobé que las palabras son tan poderosas que pueden convertirse en cariño
o charchazo y, bien mezcladas, “en un arma cargada de futuro”, como dijo Celaya. Con las zancadillas
que nos pone el tiempo comprobé que las palabras sinceras nunca son elegantes, que a “fracaso” y
“error” les cuelga una fama demasiado injusta y que “empatía”, “desapego” y “perdonar” deberían
decirse menos y practicarse más.
4. Luego aprendí que la Real Academia de la Lengua considera a “electroencefalografista” como
el término más extenso de todos aunque muy pronto sospeché que cuando se trata de pedir un
crédito, la palabra “deuda” es mucho más larga porque pareciera nunca terminar (sí, igual que la
“esperanza” cuando no se tiene nada más).
5. También me enseñaron que una gran jauría de nuestros vocablos llegó a esta tierra mucho
antes que cualquier chileno como “huacho”, “quiltro” y “pololo”. En cambio, “coscacho”, “macanudo” y
“tarambana” las decían nuestros abuelos, pero hoy ya tienen cara de fiambre y, como dijo mi amigo
Pato, si las palabras no fueran un recurso renovable, “obvio”, “adiós” y “atroz” hace rato estarían
extintas por culpa de los que se creen cuicos (los mismos que encuentran rasca decir “mami” o “papi”),
porque claro, las palabras también definen al emisor y algunas son tan cahuineras que siempre
hablarán mal de quien las dice como “roto”, “peruanito” y “gallá”.
6. Existe una palabra, demasiado tullida y cargosa, que sólo sirve para dejar en evidencia nuestra
cojera cultural, actuando como muletilla irritante, tiesa y disonante (¿cachai?). Alguna vez un
profesor me comentó que, entre los modismos criollos, el término “cuático” es una onomatopeya que
heredamos del idioma de los patos (cuac) y nosotros sólo le agregamos el sufijo “tico”.
7. Actualmente, usamos palabras que antes no existían en el vocabulario cotidiano pero que de
pronto se pusieron de moda como “resiliencia” y “coalición”.Muchas otras las importamos para
demostrar una sapiencia de pacotilla en cada reunión de oficina: “empowerment”, “research”,
“awareness” y “brochure”.
8. “Sudoku”, “bloguero” y “friki” fueron paridas hace muy poco al castellano y, como padre
atento y comprensivo, el diccionario de la RAE ya las reconoció, afortunadamente, también
desheredó la definición de algunas y, por ejemplo, “débil” ya no es sinónimo de “femenino” ni
“enérgico” de “masculino”.
9. Mis viejos me enseñaron que la palabra se da, se empeña y se respeta, pero lo que hasta ayer
no sabía, es que hoy en día las palabras también se pueden comprar. Sí, en los navegadores de
Internet, muchos verbos, adjetivos y sustantivos son rematados al mejor postor, entonces, hay
quienes se apropian de la palabra “amor”, “familia” o “corazón”, así cada usuario que la escriba en su
computador, el buscador la asociará a su propietario dando como primer resultado aquella empresa
dueña y señora del vocablo recién tipiado.
10. (…) Lo que realmente me preocupa es que como existen quienes se obsesionan en comprar,
acumular y abusar y hay otros que, con tal de ganar, no les importa vender lo que debería ser de
todos (o de nadie), como el agua, las semillas, el mar y la lluvia (sí, en Bolivia intentaron privatizar la
lluvia), quizás en un futuro imperfecto para decir palabras en voz alta o en susurro habrá que pagar o
pedir permiso porque, claro, “cielo”, “hijo”, “nube” y “pajarito” podrían tener un dueño así, como la
palabra “chao”, “gracias” y “fin”
Marcelo Con, Vender la palabra. (Fragmento)
14.- ¿Cuál de los siguientes conceptos se considera como un término que evidencia falta de cultura?
a.- Friki b.- Cachai c.- Quiltro d.- Cuático e.- Gallá