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TRAMPAS VITALES

Estas trampas vitales tienen tres características primordiales que nos permiten
reconocerlas:

1. Son patrones o temas que se adquieren desde edades tempranas y se


reflejan toda la vida, si no las tratamos.
2. Son autodestructivas.
3. Luchan por mantenerse y sobrevivir en el tiempo

Conoce las once trampas mentales y piensa si has caído en una de ellas:

1. Abandono: esta trampa se basa en la creencia de que las personas que te


importan te dejarán y te vas a quedar solo por siempre. Como consecuencia sueles
aferrarte mucho a las personas que están cerca, te vuelves muy intenso o intensa y
de forma paradójica fuerzas el distanciamiento de los otros.
2. Desconfianza y abuso: Esta trampa tiene que ver con la expectativa de que
los demás van a sacar provecho o abusarán de ti (burla, mentira,
manipulación, humillación, daño físico). Si has caído en esta trampa vital, vas
a vivir escondido(a) detrás de una fortaleza de desconfianza que te impide
acercarte a las personas. Siempre tienes sospechas de las intenciones de los
otros y tiendes a pensar lo peor. Pero, si consigues relacionarte, esa
interacción será superficial y no les contarás a los demás tus cosas o
buscarás personas que te traten mal y te humillen, lo que hace que te enojes
y andes con una piedra en cada mano. Las anteriores trampas vitales se
relacionan con la inseguridad y sensación de estar indefenso durante la
niñez.
3. Dependencia o apego emocional inapropiado: Si has caído en esta trampa,
te sientes incapaz de enfrentarte al día a día sin la ayuda de los otros y como
persona adulta buscas personas fuertes de quien depender para que
gobiernen tu vida, probablemente cuando eras chico(a), te hicieron sentir
incapaz en los momentos en que pretendías reafirmar tus criterios o
independencia. No te atreves a ser tú mismo.
4. Vulnerabilidad: Quien está acorralado por esta trampa vive temeroso de que
va a ocurrirle una catástrofe en cualquier momento, ya sea natural, delictiva,
médica o financiera, ¿Recuerdan la señora que temía darle la vuelta a la
manzana?, ese es un claro ejemplo de una historia infantil de
sobreprotección. Si te sientes vulnerable, tu familia de alguna forma hizo que
sintieras que el mundo era un lugar peligroso y tus temores excesivos y poco
realistas, controlan cada instante de tu vida, y gastas tu energía tratando de
experimentar un poco de seguridad. Por último, la vulnerabilidad puede
surgir de otras situaciones fóbicas, tales como el miedo a volar, a que te
atraquen, o a los terremotos, por ejemplo.
acaso

5. La privación emocional: Esta trampa se basa en la creencia de que tus


necesidades de amor jamás van a ser satisfechas de forma adecuada, que no te
querrán como quieres, ni sabrán comprenderte. Te atraen las personas egoístas y
frías, por lo que inevitablemente estableces relaciones malas. Te sientes
estafado(a) y te la pasas saltando entre la rabia, la insatisfacción, el dolor y la
sensación de desolación y vacío. Tristemente, ese enfado consigue alejar a las
personas, de modo que tu carencia emocional no es llenada.
6. Exclusión social: Se puede ver en la relación que sostenemos con amigos y grupos
de personas. Esta trampa vital presenta sentimientos de aislamiento del mundo, y
la creencia de que se es distinto a las demás personas. Si has caído en esta
trampa, en la infancia te sentiste excluido por el resto de los niños y no formaste
parte de un grupo de amigos. En ocasiones hay historia de Bullying por alguna
característica física (tener gafas, obesidad, orejas grandes, etc.), y ya en la edad
adulta te comportas evitando relacionarte con grupos o nuevos amigos. Te sientes
y comportas como un ser inferior en las situaciones sociales.
7. Imperfección: Si has caído en esta trampa vital, sientes que
eres internamente  imperfecto o defectuoso. Piensas que si alguien cercano a ti te
conociera tan y como crees que eres, no te podría querer, ya que la imperfección
podría notarse y alejar a la persona en cuestión. Cuando eras niño no pensabas
que tu familia sintiera respeto por ti e incluso se la pasaban criticando tus
“defectos”. Terminas culpándote a ti mismo y crees que no mereces amor.
Encuentras muy difícil que la gente que te rodea te valore y siempre vives
esperando el rechazo que consideras merecido.

8. Fracaso: Si te crees inútil en la escuela, el trabajo, el deporte, el fracaso como


trampa vital podría describirte, Te comparas con los demás y te sientes
fracasado(a). De niño te hicieron sentir inferior en cuanto al rendimiento. Pudiste
tener alguna dificultad de aprendizaje o atención en la infancia. Los otros chicos
siempre eran mejor evaluados que tú y te llamaban “tonto”, “vago”, “bobo” o
“estúpido”. Ya de adulto, te mantienes en la trampa exagerando y maximizando
tus fracasos y haciendo todo lo que está a tu alcance para seguir fracasando.
Las trampas 7 y 8 se relacionan con una pobre autoestima.
9. Subyugación:  Si padeces la subyugación como trampa vital, sacrificas tus
necesidades propias y deseos más auténticos con el fin de agradar a los otros o
satisfacerlos. Dejas que te controlen por dos razones: el primero para evitar sentir
culpa —dañarías a otras personas si solo piensas en tu bienestar— y la segunda,
para escapar del miedo —serás castigado, ignorado o abandonado si desobedeces
—. Cuando eras niño, alguien cercano a ti, te subyugó. Ya de adulto, estableces
relaciones con personas dominantes y controladoras y te sometes a ellas o te
relacionas con personas desvalidas que no pueden cubrir tus propias
necesidades.
10.Normas inalcanzables: En esta trampa te esfuerzas por satisfacer siempre unas
elevadas expectativas que tú mismo te impones. Centras mucho la atención en la
posición, dinero, éxito, belleza, el orden o reconocimiento de los demás; todo ello
a expensas de tu felicidad, la tranquilidad, la resolución de problemas y de unas
relaciones familiares satisfactorias. Cuando eras chico se esperaba de ti que
fueras el mejor de todos y te enseñaron que los puntos medios no existen y que
cualquier otra opción es un fracaso. Sueles ser severo con tus hijos, les impones
normas rígidas y acostumbras a juzgar a las personas.
ar

11. La grandiosidad: Las personas metidas en esta trampa mental se sienten


“especiales”. Insisten que tienen que hacer, decir o tener todo lo que quieran
en el momento en que lo desean. No suelen hacer filas en el banco y no
hacen ningún caso de lo que a los demás les parece razonable, de lo que en
realidad es factible, del tiempo, de la paciencia requerida y del esfuerzo. No
tienen autodisciplina. Estas personas fueron tratados como reyes cuando
eran niños. Recibieron exagerados mimos y merecimientos que no se
correspondían a la realidad. No se les pusieron limites, restricciones, ni se les
pidió paciencia o autocontrol. Cuando pedían algo lo tenían de inmediato. Ya
en la edad adulta se enfadan mucho cuando se ven frustrados en sus
pretensiones.

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