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Ella quiso entender mejor el por qué, le interesaba saber cómo podía ayudar en
esta área. Tomó múltiples entrenamientos y luego ofreció talleres para enseñar
a escuchar a nuestro cuerpo, a la vez que investigaba al respecto.
Detallo esto como preámbulo porque, aunque ella reconoce que lo que sustenta
en su libro sobre las 5 heridas del alma no tiene pruebas científicas,
sí involucra una profunda y comprometida investigación sobre patrones
mentales, emocionales y de conducta, producto de su intenso trabajo con
personas y sus estudios profesionales.
3. EL POR QUÉ DE LAS HERIDAS:
Su premisa es que todos al nacer venimos con la misión de vivir experiencias una
y otra vez, hasta que podamos aceptarlas y amarnos a través de ellas.
Cuando tenemos juicios, culpabilidad, temor, crítica o quejas sobre lo que
hacemos o somos, es muestra de que no nos aceptamos y nos volvemos
poderosos imanes que atraemos personas y circunstancias que nos hacen revivir
esa experiencia.
Ella sostiene que aceptar la experiencia no significa que nos agrade o estemos de
acuerdo, sino aprender de lo que vivimos y reconocer qué es beneficioso y qué no
lo es. Es decir, adquirir consciencia de las consecuencias de la experiencia.
Vocabulario probable: “Los demás son más interesantes que yo; poco importa lo
que haga; haz lo que quieras, a mí no me afecta para nada; no lo culpo por
haberme dejado; nadie me valora o valora mi esfuerzo.”
Cuanto más profunda sea la herida de rechazo en una persona, más atraerá
circunstancias para ser rechazada o rechazar a los demás. La reconocemos en
alguien que se considera nulo, bueno para nada, incapaz de marcar la diferencia en
la vida de otros o porque huye de forma constante de las situaciones.
3 – HUMILLACIÓN: Tiene que ver con herir el amor propio de alguien, disminuirlo.
Entre los sinónimos están la vergüenza, la sumisión y la mortificación. Esta herida se
manifiesta entre el primer y tercer año de edad cuando estamos aprendiendo a
valernos más por nosotros, ir al baño solos, por ejemplo, y comprender lo que nos
dicen los adultos.
Si un alma llega al mundo para sanar esta herida, elige progenitores que le humillaran.
Se manifiesta o despierta si percibes o interpretas que tus padres sienten vergüenza
por algo que dices o haces o si te controlan demasiado.
El masoquista suele ubicarse en situaciones en las que se ocupa tanto de otros que
se olvida hasta de sí mismo. Es la máscara más difícil de detectar.
Vocabulario probable: “Ser digno o indigno, merecer o no”; usa muchos diminutivos
“tienes un minutito para mí”, “tengo una pequeña idea o solución”. Sin embargo,
si va a comentar alguna falla personal la magnífica “qué gran torpe soy”, “qué
trastada más grande he hecho”, cuando a la luz de otros son errores insignificantes.
Vocabulario: “¿Me entiendes?” Es para validar que estás de acuerdo con su opinión,
más que para saber si comprendiste.
5 – INJUSTICIA:
La justicia tiene que ver con la apreciación y el respeto de los derechos y mérito de
cada uno. Quien sufre esta herida se siente poco valorado, apreciado o respetado en
lo que considera su justa medida. Incluso, si la persona considera que recibe más de
lo que merece, lo entiende como injusticia y le apena.
Quien sufre de injusticia es más propenso a sentir envidia de quienes tienen más y
bajo su criterio, no lo merecen. Es quién más temor tiene de engordar, no acepta el
vientre abultado y lo esconde. Su percepción es que se le aprecia más por lo que hace
que por lo que es. Tienen mucho miedo a equivocarse. No respeta sus límites, se
exige mucho.
Vocabulario: “No hay problema, no pasa nada; siempre o nunca; muy bueno, muy
bien, muy especial; justamente, exactamente, ¿estás de acuerdo?”
Puedes sanar tus heridas si las identificas y las aceptas, aunque no estés siquiera de
acuerdo en que existen.
4. Volver a ser tú, sin esa máscara. Amor total por quien realmente sientes que
eres ahora.
✓ El Abandono está sanando si: Te sientes bien contigo al estar solo y cada
vez buscas menos llamar la atención. Menos drama en tu vida y más deseos de
emprender proyectos, aunque no te apoyen otros.