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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Aragón

Técnicas de Investigación

Profesora: Berenice Alejandra Ogazon Juárez


Miguel Gámez Benjamin Alejo
318275835

Grupo: 1151

REPORTE DEL LIBRO CARTAS A UN ESTUDIANTE DERECHO


MIGUEL CARBONEL

Noviembre 2020
Carta II. Hábitos de estudio.

Recuerdo que cuando ingresé a la Universidad, lo primero que llamó mi atención es


que los profesores no se preocupaban para nada de ti. No quiero decir que no les
resultaran importantes los alumnos. Me refiero más bien a que los profesores daban
por hecho que tú tenías que hacerte cargo de las cuestiones más básicas de tu propia
formación. Ellos iban y daban clase. Si estabas listo o no era problema tuyo; si se
aprovechaban o no las clases, era una decisión que uno mismo tenía que tomar.
Nadie iba a decidir por nosotros sobre el empeño que debíamos poner en nuestros
estudios.

Es decir, en la Universidad nadie te va a perseguir para que asistas a clase, lleves en


orden tus cuadernos de apuntes y te prepares para los exámenes. Es algo que
seguramente debí de haber sabido con anticipación, pero no podía imaginármelo
porque pasé los años de mi formación pre-universitaria en una escuela en la que los
grupos eran muy pequeños, los profesores conocían perfectamente a todos los
alumnos y el control sobre los mismos era parte de la formación. Esa atmósfera más
personalizada no tenía nada que ver con lo que me encontré al llegar a las aulas de la
UNAM: los grupos eran de 100 o más alumnos, los profesores no se sabían tu nombre
ni al inicio ni al final del semestre, muchos de ellos ni siquiera pasaban lista y los
alumnos competían entre sí no solamente para obtener las mejores calificaciones,
sino incluso para poder ocupar las bancas, que en ese entonces eran claramente
insuficientes para el número de inscritos que había en ciertas materias.

Para resumir algunas de las cuestiones mencionadas podemos señalar los siguientes
puntos: a) La asistencia a clase, en la universidad, por regla general depende de cada
alumno, pero te recomiendo enfáticamente que no faltes. Nada puede sustituir, como
punto de partida de tu aprendizaje, la guía que tus profesores te darán en las clases.
b) Intenta tomar buenos apuntes en clase, los cuales puedes ir complementando con
las notas de otros compañeros y con los materiales adicionales que vayas reuniendo y
analizando por tu parte. Con cierta periodicidad (idealmente, deberías de hacerlo a
diario) pasa en limpio tus apuntes; es una forma fabulosa de repaso y una magnífica
oportunidad para complementar lo que expuso el profesor. c) Pídele a tus profesores
bibliografía complementaria de la materia que imparten; pero no solamente te quedes
con ella. Debes buscar materiales adicionales, que te permitan tener la visión más
amplia que sea posible de los cursos que estás tomando. Arma tu propia bibliografía,
en la que debes procurar que figuren textos de otros países. d) Consulta con
regularidad las revistas jurídicas que se publican en México o en el extranjero.
Muchas de ellas están disponibles a texto completo en internet y puedes acceder a
ellas de manera gratuita.

Carbonell, M, Cartas a un estudiante de derecho, México, Editorial Porrúa, 2011, pp.


5-10.
Reflexión
Carta II

Si bien, de todas las cartas esta fue la que considere más importante y a la vez algo
obvia ya que estamos llegando a punto en el que no podemos estar con la esperanza
de que los profesores nos den toda la información que necesitemos, debemos ser
Autónomos, así como el nombre de nuestra Universidad “Autónoma”, darle la
importancia necesaria que se merece la carrera, aprender a buscar información en
libros, revistas o el Internet, ya que actualmente podemos encontrar de todo ahí.
Esta es una carta que a mi parecer no solo aplica en el ámbito escolar, yo considero
que es algo que debemos aplicar para nuestra vida diaria, esforzarnos en conseguir lo
que queremos y no estar con nuestra mediocridad de esperar a que todo nos llegue
sin ningún esfuerzo.
La carta se llama Hábitos de “Estudio” y a veces es realmente difícil estudiar ya que
existen cientos de distractores que nos impiden tener concentración, pero de eso se
trata, de ir haciendo un esfuerzo para obtener lo que queremos, quizá haciendo
rutinas de apartarnos de todo el mundo aunque sea por media hora y esos minutos
dedicarlos al 100% al estudio de la carrera, eso puede hacer una gran diferencia.
En esta carta el Dr. Miguel Carbonell nos platica de su experiencia cuando él
estudiaba en la Universidad, dándonos algunos consejos que si son bien aplicados
pueden resultar muy útiles, pero es volver a lo mismo, todo esto depende de uno
mismo, ya no somos chiquillos ni de secundaria que les deben dar órdenes para
acatar, en este punto hacemos las cosas porque queremos lograr algo en esta vida.
Sabemos perfectamente lo que nos conviene y lo que no, cada quien sabe cómo
hacer las cosas y ser muy conscientes de que el esfuerzo y la dedicación son la única
clave para alcanzar nuestros objetivos en cualquier ámbito.
Carta V. Nuevas tecnologías.

El mundo cambia y los abogados parecen querer resistirse a verlo, o tomar medidas
para poder seguirle el paso a la fluctuante realidad. Pero además, es una actitud que
también afecta la calidad de la docencia y la manera en que se enseña el derecho. En
el mundo hay poco más de 2,000 millones de personas que utilizan internet, de las
cuales 825 millones están en Asia (un 42%), 475 millones en Europa (24%), 266
millones en Norteamérica y 204 en América Latina y el Caribe (lo que representa el
10.4% de usuarios a nivel mundial). Hoy cualquier persona puede construir su propia
plataforma comunicativa –incluso de forma gratuita- a través de los llamados blogs, de
los cuales hay 152 millones en el mundo. Las redes sociales son otro fenómeno que
también está cambiando en profundidad la vida de millones de personas y que
además impactan en el mundo de las finanzas, la política, los medios de
comunicación, etcétera. Internet es el depósito de información más grande que la
humanidad ha tenido a su alcance en toda su historia. Eso incluye millones de
documentos relativos al mundo del derecho o de interés para abogados y estudiantes.
En la red podemos acceder casi de forma instantánea a las más recientes sentencias
de la Suprema Corte de los Estados Unidos o de la Corte Constitucional colombiana.
Podemos revisar todas las leyes de las provincias argentinas o de las entidades
federativas de México. Podemos consultar miles de revistas jurídicas, tanto generales
como específicas respecto de alguna rama concreta del derecho. Pero no solamente
eso. En internet podemos encontrar todas las sentencias que ha dictado la Suprema
Corte de los Estados Unidos a lo largo de toda su historia, todas las leyes que han
estado vigentes y todos los proyectos de Constitución que se han escrito en México
desde su nacimiento como nación independiente, todos los artículos publicados por la
Harvard Law Review en sus más de cien años de existencia. En internet no solamente
está el presente, sino también el pasado de la experiencia jurídica a nivel nacional e
internacional. Como puede verse, el reto de asumir el salto tecnológico es
impresionante. Desde las escuelas y facultades de derecho no debemos quedarnos
atrás. Quien no sea capaz de sumarse, estará dejando ir una de las más grandes
oportunidades que nos ofrece el mundo moderno. La educación jurídica puede
sumarse de muchas maneras a las ventajas que ofrece la tecnología. Lo ideal es que
haya un impulso propiciado por las autoridades que dirigen o administran las escuelas
de derecho; pero en caso de que no asuman ese compromiso, los estudiantes deben
movilizarse y ser ellos los que desarrollen las habilidades necesarias para ser
protagonistas de lo que sucede en la red. Una forma de hacerlo, como te decía, es a
través de las redes sociales. Una de las más conocidas es Twitter. Como cualquier
otra red social, Twitter es una herramienta. Nosotros somos los responsables de darle
un uso correcto.

Ibidem pp. 25-31


Reflexión
Carta V

Esta carta se me hizo muy realista y particularmente me gusto ya que habla de algo
que es tan cotidiano, el libro salió hace ya casi 10 años y menciona el gran poder que
estaban tomando las redes sociales, ahora estamos en el 2020 donde ya existe
demasiada gente activa en las redes, es por ello que debemos enfocarnos en buscar
temas de interés, foros serios, al igual que todo en la vida un ratito de esto y un ratito
de aquello, un rato para ver cosas “divertidas” para socializar con algo que se
encuentre de moda quizá, pero las redes sociales, tienen más potencial que solo ver
ese tipo de contenido, estamos conectados con todo el mundo, con la oportunidad de
investigar, es por ello que Facebook, Twitter, YouTube, eso por mencionar las más
conocidas a mi parecer, todas estas plataformas son una gran herramienta en la cual
podemos encontrar videos, artículos, publicaciones, que puedan servirnos en verdad.

Finalmente el uso que le demos a esta herramienta dependerá de nosotros, de lo que


queramos hacer, si nos enfocaremos en el contenido “basura” que sale minuto a
minuto o iremos buscando contenido que nos sirva para nuestra carrera.

En YouTube existen miles de videos de “clases de derecho” “convenciones”


“asesorías”, algunos son de Universidades importantes, algunos otros no, pero lo que
abarca a las nuevas tecnologías entre ellas el Internet que es un mundo de
información, que solo basta con poner el buscador lo requerido y esperar milésimas
de segundo para obtener cientos de resultados, paginas relacionadas a nuestra
búsqueda.

Es por ello que tanto el Internet como las redes sociales debemos aprender a usarlas,
ya que son una herramienta sumamente importante.
Carta VI. Memorizar.

Durante décadas, la principal habilidad que debían tener los estudiantes de derecho
para sobresalir en sus estudios fue la memoria. Es precisamente por eso que la
dinámica de una clase tradicional en muchas escuelas y facultades de derecho era (o
es) como sigue. Los profesores llegaban al aula y se ponían a explicar (en el caso de
los que más dominaban la materia que impartían) o a dictar (en el caso de los más
aburridos y menos preparados) los contenidos que les correspondían. Los alumnos
tomaban apuntes de la mejor manera posible y, cuando su habilidad para escribir no
era suficiente, se los pedían a alguno de sus compañeros. Habiendo cumplido con las
asistencias exigidas por el profesor, el alumno presentaba un examen final para el que
la única manera de prepararse era memorizando todos los apuntes que se habían
tomado en clase, los cuales casi siempre incluían muchísimas normas jurídicas. De
hecho, lo que se preguntaba en los exámenes era el contenido de esas mismas
normas y, dependiendo de la materia, algunos conceptos que había dado el profesor
en clase. Con el paso del tiempo, me he ido dando cuenta de que el esfuerzo
descomunal de memorización que nos exigían en la Facultad de Derecho (y que
seguramente le siguen exigiendo a miles de estudiantes de derecho en México), no
tiene casi ninguna utilidad, más allá del evidente beneficio inmediato que consiste en
acreditar la materia. ¿Por qué razones la memorización no debería ser más la
principal habilidad o el principal mérito a considerar en un alumno al momento de
ponerle la calificación? Encuentro dos argumentos que me llevan a pensar que no
debe ser la memoria lo que más se reconozca y premie en la carrera de derecho. En
primer lugar porque los ordenamientos modernos contienen un número tan elevado de
normas jurídicas de todo tipo (leyes, reglamentos, circulares, tratados internacionales,
decretos, tesis jurisprudenciales, recomendaciones, normas oficiales, sentencias de
tribunales internacionales, etcétera) que incluso el estudiante con mejor memoria,
solamente podría retener un porcentaje muy bajo de todo ese conglomerado
normativo. Y eso durante unos días, puesto que es del todo probable que lo que una
persona memoriza con enormes esfuerzos para aprobar un examen, sea olvidado en
cuestión de horas o de días. En segundo lugar, la memorización sirve de poco como
habilidad para lograr el éxito profesional cuando el ordenamiento jurídico tiene un gran
dinamismo. Las normas cambian a tal velocidad, que no tiene mucho sentido
aprendérselas de memoria. Lo que uno puede haber memorizado en un momento,
deja de estar vigente en pocos meses, semanas o días. Los ordenamientos jurídicos
modernos cambian a una gran velocidad. Lo importante no es saberse de memoria el
contenido de las normas jurídicas, sino saber cómo encontrarlas cuando uno las
necesita. La memoria es como un músculo: hay que entrenarla con frecuencia para
que no se atrofie. Y, desde luego, las facultades y escuelas de derecho pueden ser un
fabuloso lugar de entrenamiento para desarrollar una buena memoria.

Ibidem pp. 33-35


Reflexión
Carta VI

Esta carta me hizo recordar mis clases de psicología en el bachillerato, ya que mi


profesora siempre decía que ella no estaba de acuerdo con los exámenes ya que
estos solo demuestran tu habilidad de recordar información. Si bien me ha tocado
aquellos profesores que hacen que aprendas de memoria grandes cantidades de
información que solo se necesitan para una clase, es por ello que no estoy de acuerdo
con esos profesores, hacen que te aprendas demasiadas cosas que al futuro nunca
vas a usar y más en esta carrera, que las leyes se van actualizando al poco tiempo,
algunas son derogadas por lo cual no tiene mucho sentido aprenderlo todo de
memoria ya que siempre se va actualizando esto, es aquí donde entran las nuevas
tecnologías también, ya que al alcance de un clic podemos encontrar aquella
información que necesitamos, es más importante saber dónde buscarla y como usarla
a estarla memorizando a mi punto de vista, pero memorizar no es malo, al contrario
memorizar nos ayuda a que aquellos conocimientos adquiridos nos sirvan para más
de una ocasión, solo que con los teléfonos celulares inteligentes podemos descansar
en ese aspecto, ya que ellos tienen mucha mayor capacidad de guardar información,
información que podemos tener al momento.
Debemos aprender a usar estas herramientas a nuestro favor, ya que si nos facilitan
la vida en gran medida, es por ello que debemos trabajar el aspecto de expresarnos y
utilizar bien esos recursos ya que aunque tengamos esa información en menos de un
segundo debemos saberla expresar.
Bibliografía

 CARBONELL, M, Cartas A Un Estudiante De Derecho, México, Editorial


Porrúa, 2011.

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