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BACH Ricardo Pérez Díaz

COMENTARIO CRÍTICO
Este texto habla sobre las consecuencias que han tenido en la sociedad los continuos
cambios educativos que hemos sufrido en nuestro país desde finales del siglo XX.

En el texto se dicen verdades como templos sobre la falta de conocimientos básicos de

redacción y la cantidad de analfabetos que hay en nuestra sociedad y, que están
causados única y exclusivamente por una gestión pésima de los gobiernos que hemos
tenido estás decadas, los cuáles no solo no ayudan a su imagen, sino que también
sepultan el futuro de millones de personas.
También se habla de las leyes educativas y de como afectan en la educación y el
desarrollo intelectual de la gente. Desde mi punto de vista, a día de hoy estudiamos
varias cosas que no tienen nada de relevancia en el futuro y, otras cosas como la
informática, las dejamos a un lado y no se le da el suficiente tiempo para que la
asignatura sea competente, y eso aún sabiendo que todo lo que nos depara el futuro
está relacionado con temas de ordenadores, móviles, etc…
Por último, en el texto, se hace dice que las tecnologías no nos ayudan y que los
estudiantes no las usamos para estudiar, cuando ahora más que nunca se está viendo
lo importantes que son, porque haber como haríamos sin móviles para poder seguir
llevando el curso al día durante la cuarentena y seguir adquiriendo conocimientos.
Además dice que los estudiantes que usan las tecnologías a diario, por norma general
son peores, cuando no es asi, por ejemplo en mi caso, desde que empezó el
confinamiento y tengo todo el día para hacer cosas y no estoy la mitad del tiempo que
paso despierto metido en un aula, noto una mejoría en mi rendimiento, no quiero
decir que lo esté haciendo bien ni mucho menos, pero si que he conseguido que me
vuelva a gustar el curso al tener la libertad de llevarlo a mi manera, y eso sin el móvil,
la tablet, y la Play, que es lo que me relaja y me hace llevar mejor la cuarentena, sería
imposible.
Es por eso que, aunque en el texto se dicen muchas cosas que son ciertas, hay algunas
en las que se nota que el escritor no es un niño o un adolescente y que no tiene ni idea
de lo que sentimos y de lo que necesitamos los estudiantes, que no es aprenderse
miles de reyes y esas historias, sino que nos dejen abrir nuestras mentes mas allá de
un pupitre y un libro todos los días, pero eso se tiene que hacer desde pequeños,
porque luego ya es demasiado tarde.