Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1. Concepto.
1.1. Definición de literatura:
Es el conjunto de manifestaciones y actividades que tienen como vehículo la
palabra, pero con un toque artístico y creativo, es decir, con una
intencionalidad.
La Literatura infantil tiene como receptor al niño, pero cuenta con un hándicap,
el consumo audiovisual, éste supone la pérdida de la familiaridad con la
palabra escrita. En este sentido estamos ante la degradación cultural y es que
muchos niños encuentran dificultades para expresarse por escrito. Una de las
consecuencias de esto es la falta de adaptación a la realidad, y en ocasiones
nos encontramos con “el niño televisivo” en donde el niño confunde realidad y
ficción. La excesiva familiaridad con la imagen no desarrolla lo cognitivo, ni la
fantasía, ni la creatividad y deteriora la curiosidad infantil. Las razones por las
que debemos fomentar la literatura y la lectura en el aula son:
Entre las formas de contacto del niño con la literatura infantil está la
aproximación lúdica. Dicha aproximación tiene, en primer lugar, como centro al
lenguaje, y es que en el momento en el que el niño entra en contacto con la
lengua, adoptará las estrategias necesarias para conquistarlo.
El niño de dos a seis años se siente especialmente cautivado por los juegos
que le permiten el descubrimiento de la lengua, bien sea por la imitación o por
la creatividad.
Los sonidos conducen al niño a las rimas y onomatopeyas, a las
paronomasias... Todas ellas le llamarán la atención, aunque no entienda su
significado, como le gustan los estribillos por su musicalidad, a pesar de que a
menudo no sean más que asociaciones irracionales de sonidos. La repetición
exacta de una sílaba es uno de los procedimientos que les resultan más gratos,
a esta característica responden las palabras tata, mamá, caca…
La forma de las palabras y los condicionamientos de su asociación (género,
número, flexión verbal) le son indiferentes. Así le permite cotejar formas que se
relacionan entre sí en el discurso o juegos de valoración como aumentativos,
diminutivos, despectivos.
También los significados de las palabras les producen sorpresas: manzana y
manzanilla, bombo y bombón… A veces los niños crean explicaciones y se
inventan significados que son puro juego; otras veces formulan preguntas a
quienes suponen que las pueden responder. El autor de literatura infantil,
cualquiera que sea el género que cultive, debe aprovechar esta curiosidad
natural del niño y procurar corresponder a ella y fomentarla.
Es interesante analizar el resultado que produce en los niños La leyenda de las
palabras de J Cervera (1983), Madrid, Ed. Muñón-Susaeta, donde se explica el
significado y la historia de palabras como asesino, galimatías, mamotreto…, o
de Una noria con historia de J Cervera (1985), Madrid, Ed. Muñón-Susaeta,
donde se explican de forma curiosa la historia de los nombres de los pueblos,
de las calles, plazas, o se relacionan palabras parecidas: cero y cera…
Debemos lograr que el niño se familiarice en jugar con las palabras, al igual
que el niño toma un bastón entre las piernas e imagina que es un jinete,
asimismo se puede trabajar con múltiples composiciones literarias:
- las que implican puros juegos verbales: donde hay que descifrar sus
acepciones:
¿Cómo como?
Como, como como.
Los autores citados son los hermanos Grimm y Andersen; como autor de
poesía, Gloria Fuertes. Se conocen editoriales, porque algunos libros se han
leído, aunque, por ejemplo, creen que El Barco de Vapor es una editorial.
Sin embargo, a pesar de estos resultados que muestran la escasa relación que,
en general, han tenido con la literatura infantil, todos los alumnos coinciden en
que es una materia fundamental y que resulta imprescindible en el aula.
Consideran que estimula al niño y lo motiva para la lectura, al mismo tiempo
que puede utilizarse para trabajar otras asignaturas no relacionadas con el área
de lengua y literatura.
La duda sobre la existencia de una literatura que pueda calificarse como infantil
apunta a un objetivo vario, según Cervera:
a) para aquellos que niegan su existencia habrá que aducir la larga lista de
organismos, entidades, premios, ferias, …. que pugnan por atraer el interés del
ciudadano.
b) para los que dudan sobre la calidad de esa literatura infantil, para hallar
respuesta adecuada convendrá examinar la realidad actual bajo el prisma de
las implicaciones ideológicas, sociales y económicas que la condicionan.
Los niños seleccionarían así, ¿o lo harían los adultos por ellos como ahora?,
los autores o fragmentos de obras más apropiadas para ellos con menos
avales y alicientes que en el momento actual...
Debemos convenir en la existencia de una literatura infantil, especialmente
desde la especialización de los autores, patente sobre todo a partir del siglo
XVIII.
Por tanto es forzoso reconocer, partiendo de los hechos, que en el siglo XVIII,
como consecuencia de la preocupación por la infancia, aparece una producción
editorial pensada en exclusiva para los niños, producción que marcará el punto
de partida histórico para la literatura infantil.
Otra cosa sería la posibilidad de incluir como literatura infantil alguna parcela
del teatro escolar, concretamente algunas de las obras del denominado teatro
de los jesuitas, en las que puede verse claramente cómo el hecho de tener
como destinatarios a los niños condiciona los temas, el lenguaje y hasta los
recursos escénicos. Mientras tanto lo justo será que sólo cataloguemos como
literatura infantil, desde sus orígenes, la que se imaginó y se escribió para ellos
bien sea como fruto de creación, bien como transformación de la narrativa oral
de carácter popular y tradicional.
2. Corpus textual.
- espacio de revisión, con inclusión del espíritu del realismo y tendencias que
se le pueden asimilar por su afán reflexivamente aleccionador.
Su común origen popular les concede por un lado un halo de fantasía y por otro
un sello de ejemplaridad que se han convertido en arquetípicos en la literatura
infantil. Las tradicionales virtudes de sumisión, resignación, obediencia y una
cierta astucia con ribetes de cazurrería han sido supuestos básicos de este tipo
de literatura. La fantasía, y a veces simplemente la capacidad de diversión,
atrae el gusto de los niños. Su moral ejemplar inspira la confianza de los
adultos que ven en este tipo de cuentos garantía asegurada para contribuir a la
educación de los niños.
Sin embargo, estos cuentos han sido duramente atacados por una crítica que
les atribuye efectos nocivos sobre el niño. La evasión del mundo real, la
alineación, el exceso de ensoñación se tomarán como consecuencias directas.
Creerá descubrir esta crítica a su vez que los adultos han creado y empleado
estos cuentos como instrumento de manipulación para imbuir a los niños de la
necesidad de aceptar en su vida roles preestablecidos, fijados y mantenidos
con el fin de defender como inamovible una sociedad establecida que se
resiste al cambio.
El amplio espacio físico del mundo como marco y las exploraciones, conquistas
y aventuras como materia narrativa; un aumento de vida urbana con
proliferación de problemas trepidantes; la exaltación de tipos humanos
marginados o singulares, traen como consecuencia no una actitud equilibrada y
sumisa, como la del espacio anterior, sino posturas rebeldes y arriesgadas, o
por lo menos intranquilas.
La aparición de los cuentos de Grimm y Andersen así lo confirma. Por eso tal
vez los cuentos, y sobre todo las narraciones largas con cierto sabor romántico,
con temas como los que acabamos de señalar, se desplazan sobre todo hacia
la segunda mitad del siglo XIX y penetran en el XX. Su plasmación literaria ya
no será el cuento, sino la novela, que convivirá con el cuento. La novela de
aventuras, con estructura y horizontes mucho más amplios.
El espacio de crecimiento arranca por lo menos del temprano Robinson
Crusoe, de Defoe, aparecido en 1719, aunque no escrito para niños en su
versión original. Después aparecerán otras cumbres tan reseñables como La
isla de tesoro de R. L. Stevenson, publicada por entregas entre 1881 y 1882. El
león de Damasco de Emilio Salgari, o Colmillo blanco de 1905 de Jack London.
Como casos de denuncia social aparece en 1852 La cabaña del tío Tom, de
Harriet Beecher Stowe, obra que la propia autora adaptará para niños muy
pronto. El tío Tom, a pesar de su condición de esclavo se siente feliz mientras
pertenece a un dueño bondadoso. Pero cuando éste, por apuros económicos
se ve obligado a venderlo el bueno de Tom experimenta las consecuencias de
su lamentable e injusta situación de esclavo.
La inserción del niño como protagonista dentro del mundo de la injusticia social
denunciada debe remontarse al pícaro español con Lázaro de Tormes a la
cabeza. Pero si nos ceñimos al ambiente de la literatura infantil y justamente en
este espacio de revisión que navega ente la conmiseración del romanticismo y
el documento del realismo hay que contar con Dickens como promotor.
Su David Copperfield, su Oliver Twist y el tratamiento que da a sus niños en
general se erigen como modelos de los niños desgraciados para la literatura
infantil posterior mucho más que Cenicienta.
Esto es lo que destaca con claridad meridiana en The water babies (Los niños
del agua), de Charles Kingsley, aparecido en 1862. En este libro Tom, uno de
esos chiquillos utilizados como limpiachimeneas, cae equivocadamente en el
dormitorio aseado y limpio de una niña acomodada que descansa en su muelle
cama como si fuera un ángel. Tom ve reflejada en un gran espejo su «fea,
negra, andrajosa imagen, con los ojos legañosos y los restallantes dientes
blancos». Tiene la sensación de ser un negro frente a la niña doblemente
blanca, por nacimiento y por posición social. El contraste es injusto y desolador.
Los chillidos de la niña asustada por la súbita aparición, atraen a la niñera que
ahuyentará al desgraciado e inoportuno deshollinador.
El planteamiento lleva aneja la crítica social. Tom, acosado por la niñera, huye
a través de la ventana, escapa de una multitud de perseguidores y se sumerge
en el agua que necesita para limpiarse. Se convierte así en un niño de agua. Y
emprende el descenso a las profundidades del mar. Tras pasar algunos días
felices en la Bendita Isla de San Brendan, descubre a su antiguo dueño, el
deshollinador adulto que lo introducía a él por las chimeneas, apresado a su
vez en ellas. Con la ayuda de un hada liberará a su dueño del suplicio de la
chimenea y conseguirá el favor de la angelical niña en cuyo blanco dormitorio
irrumpió inesperadamente al principio de la aventura.
Las reacciones han sido varias y han determinado por lo menos tres actitudes
fundamentales por su importancia y extensión:
Estos organismos van desde los de carácter confesional hasta los que se
ocupan de política cultural de forma amplia, como la UNESCO.
- Libros que les hablen de su propia herencia étnica: historia, fábula, leyenda y
folclore; libros escritos e ilustrados por personas íntimamente asociadas con su
propia cultura, para alentar su propio desarrollo y darles un sentido de identidad
personal.
- Libros que estimulen el conocimiento de las primeras letras: libros que sean
fáciles y al mismo tiempo interesantes, que mantengan en los principiantes el
deseo de perfeccionar sus conocimientos.
- Libros que inciten y alienten el espíritu de averiguación, para que los jóvenes
se vean estimulados a seguir leyendo y aprendiendo.
- Libros que muestren distintas profesiones y que den a los lectores juveniles
los conocimientos prácticos necesarios para poder bastarse a sí mismos.
Difundir estas ideas será un medio práctico para contribuir a tomar conciencia
sobre la importancia del libro infantil y juvenil.
La preocupación por acercar los clásicos a los más pequeños atrajo un inquieto
editor español, Ramón de San Nicolás Araluce (Santander, 1865-Barcelona,
1941), cuya vida es motivo para una apasionante novela de aventuras.
Después de haber vivido varios años en México, donde consiguió fortuna en la
editorial De la Fuente Parres, regresó a España y fundó la editorial Araluce,
parece ser que conoció aquellas ediciones inglesas preocupadas por acercar
los clásicos a los niños y quiso orientar sus ediciones por ese terreno
consolidado en las publicaciones al alcance de la infancia y de la juventud.
Así, los ocho primeros números de la colección “Las obras maestras al alcance
de los niños”, aparecidos a partir de 1914, son traducciones de las versiones
antes citadas de H. E. Marshall y de Mary MacGregor, a los que se añadieron
dos volúmenes dedicados a cada una de las dos partes de El Quijote. Poco a
poco, Ramón de San Nicolás Araluce introdujo en su colección versiones
propias de clásicos españoles y universales, para lo que contó con la
colaboración de interesantes autores hoy olvidados, como Manuel Vallvé, autor
de la versión sobre Los caballeros de la Tabla Redonda, de Cuentos de
Grimm y de las Historias de Calderón, Francisco Esteve, autor de Fausto, una
versión del “célebre poema de Goethe”, y sobre todo María Luz Morales, una
de las más destacadas colaboradoras de esta colección y autora de obras muy
estimables en el panorama general de nuestra Literatura Infantil.
Años más tarde, apareció otra versión de su hija, María Pérez Galdós, donde
se ofrecía una versión de todos los episodios bajo la conocida fórmula de
contados a los niños y que ha conocido ediciones hasta avanzados los años
cincuenta, dentro de la “Colección Hernando de libros para la juventud”.
Venid si queréis oír. Son las historias de los dioses que causan
sorpresa y asombro.
Los años difíciles de la Guerra Civil conocieron otros casos bien particulares de
adaptaciones. Mientras la editorial Araluce seguía incluyendo nuevos títulos en
su colección “Las obras maestras al alcance de los niños”, Bernardo del Carpio,
las circunstancias terribles de aquellos momentos justificaron adaptaciones
políticas de obras clásicas de la literatura infantil. Editadas por el Departamento
de Prensa y Propaganda de la II República Española y la editorial Estrella,
creada por José Giménez Siles, aparecieron siete versiones de cuentos
clásicos que, con la autoría de Antonio Robles, trataban de adaptar esos relatos a la
época y unas claras necesidades proselitistas. Este es un ejemplo evidente de aquellas
intenciones adaptadoras:
Estaba Alí Babá trabajando en el bosque, cuando vio un
grupo de gentes que avanzaban a caballo. Y suponiéndose que
eran ladrones se subió a un árbol, al pie del cual se detuvieron
los jinetes, que eran cuarenta caballeros bien vestidos y bien
armados. Echaron pie a tierra, desmontaron unos sacos de oro, y
el que pareció capitán se acercó a unas rocas y dijo sobre un
micrófono que había escondido:
-¡Sésamo; ábrete!
Se abrió una puerta muy disimulada, y por ella metieron sus
tesoros, saliendo luego con los sacos vacíos. Y por la
conversación que pudo oírles según montaban, Alí Babá se
enteró de que eran cuarenta grandes capitalistas de la región,
que se ponían de acuerdo secretamente para dar los mismos
jornales de hambre a obreros, empleados y campesinos, y para
hacerse unos a otros alcaldes y gobernadores y ayudarse desde
los sitios de mando en perjuicio del pueblo.
3.5. Las versiones de los clásicos: desde 1940 hasta nuestros días.
Los años cuarenta, nuestra difícil postguerra, fueron marco de un notorio auge
de estas versiones escolares de obras clásicas, movidas por los intereses
educativos acordes con el espíritu impuesto en aquella época. Desde Calderón
a Lope de Vega, junto a Amadís de Gaula, el teatro de Moreto, o las leyendas
de los Nibelungos, nutren las distintas colecciones publicadas entonces por
editoriales como Boris Bureba, Hernando, Molino, mientras que la ya clásica
Araluce mantenía su colección de Las obras maestras al alcance de los niños
con reediciones y con incorporaciones de sus últimos títulos: El Romancero
Castellano, Historias de Moreto, El Diablo Cojuelo, El Libro de las Sagas, y el
número 100, que cerraba la colección, Cuentos de las Orillas del Rhin.
Y en estos mismos días, finalizando la última década del siglo, realizaré una
breve referencia a la reaparición de la “Biblioteca Araluce”, por obra del Grupo
Anaya y como consecuencia de una arriesgada iniciativa de Emilio Pascual,
director de las colecciones infantiles de ese grupo, pero que parece haber
obtenido una respuesta muy satisfactoria de los lectores. No se ha tratado de
recuperar esos volúmenes en un formato facsimilar, pero se han mantenido los
textos y, sobre todo, las magníficas ilustraciones de las primeras ediciones. La
novedad que aporta esta recuperación es una tipografía muy clara, una
exquisita calidad en sus componentes formales y un breve prólogo que intenta
situar cada adaptación y a sus autores e ilustradores en un contexto preciso.
Por otra parte, la obra literaria es un todo que no admite alteración alguna sin
convertirse en algo distinto a lo que su autor creó. Y se corre el peligro que el
receptor de tales cambios o reducciones crea haber llegado a un conocimiento
real de la obra adaptada o versionada.
Son argumentos de difícil contestación en su sentido estricto. Pero su radical
observación convierte a las grandes obras maestras de todos los tiempos en
patrimonio elitista. ¿O es que el Cantar de Mío Cid, en su texto original -o
reconstruido por Menéndez Pidal- está al alcance de un lector medio? Y las
obras de Shakespeare, ¿no deberían ser gozadas en su texto original, en
inglés de la época, sin ninguna traducción? Pues, esa observancia rígida de la
integridad de la obra podría trasponerse al problema de las traducciones.
Hoy por hoy, muy pocos jóvenes conocen a Dante, o a Homero, y si les suena
el mundo de Las mil y una noches es por productos como Aladdin, que se ha
difundido entre nosotros olvidando el hispánico término de Aladino. Y cuando
aparece una particular versión cinematográfica de El jorobado de Nôtre Dâme,
nadie invoca el respeto a Víctor Hugo, pero tampoco creo que tras su visión
haya aumentado el número de lectores de la obra original.
Para conseguir los objetivos implicados en ambos aspectos hay unos requisitos
irrenunciables:
- Indicar con claridad su autoría, para no brindar nunca esa posibilidad que en
palabras vulgares se define como “dar gato por liebre”. Un autor actual puede
contar con su propio estilo y con el mayor respeto los momentos esenciales de
una obra de difícil accesibilidad a los lectores actuales, recreándola y
transmitiendo los aspectos definidores de sus personajes, de sus
circunstancias, etc...
Existe por tanto consenso entre los docentes de la literatura aquí citados que
su enseñanza no debe limitarse al aprendizaje de destrezas instrumentales y
conocimientos conceptuales sobre géneros, épocas y autores sino tiene que
proporcionar experiencias estético literarias y motivar a la lectura. En
consecuencia, muchos de los enseñantes actuales de la literatura todavía
deben cambiar de mentalidad y aprender a su vez a sensibilizar a los alumnos
a diferentes tipos de textos, intentando crear un hábito de lectura, desarrollar
ciertas competencias clave lingüísticas y literarias, analizar textos a través de
la resolución de problemas y así enseñar diferentes destrezas de lectura y de
interpretación que les pueden servir en su vida. A la pregunta ¿para qué sirve
la literatura? podemos contestar entonces que en primer lugar para formar
personas. Escribe Miguel Ángel Garrido (2001: 341):
“si logramos demostrar que la literatura es vida, vida en perspectiva, más
honda, más libre, que el mundo de los libros forma parte íntima, celular
del mundo de lo humano, que la lectura es un placer y un privilegio,
entonces formaremos lectores que no harán distingos entre sus
experiencias 'literarias' y cualesquiera otras”.
Los que somos amantes de la literatura y desde la infancia hemos convivido
con los libros y ya no podemos vivir sin ellos (aunque este amor quizás
precisamente no se nos transmitió en el colegio), desde luego estamos de
acuerdo con el autor que ellos nos van marcando y llegan a convertirse en algo
propio. Después de reír, llorar y trasnochar con las historias contadas por
tantos autores sus experiencias se transforman en una "parte importante de la
propia vida" porque nos transmiten "valores eternos" y cuentan la "historia viva
la que siempre sucede".
Con palabras más poéticas, el escritor y académico Antonio Muñoz Molina
(1993: 52-57) defiende igualmente la importancia de la literatura como 'una
ventana' que se abre a nuestro mundo interior y exterior:
“(...) sólo amaremos los libros si nos damos cuenta de que no son inútiles
y de que pertenecen al reino de nuestra propia vida. Leer no es hacer
méritos para aprobar un examen ni para demostrar que se está al día. (...)
Un libro verdadero (...) es algo tan material y necesario como una barra
de pan o un jarro de agua. Como el agua y el pan, como la amistad y el
amor, la literatura es un atributo de la vida y un arma de la inteligencia y
de la felicidad. (...) La literatura nos enseña a mirar dentro de nosotros y
mucho más lejos del alcance de nuestra mirada. Es una ventana y
también un espejo. Quiero decir: es necesaria.”
¿Qué supone concebir la literatura como una parte necesaria de la vida desde
el punto de vista de la didáctica de la literatura? Para Carter y Long, la
respuesta es conseguir que los alumnos se involucren en la lectura de textos
literarios y además que la alegría y el amor para la literatura continúen
renovándose durante toda su vida. Ir creciendo a través de la literatura significa
también una mejor comprensión de nuestra sociedad, cultura y el
funcionamiento de nosotros mismos dentro de ellas. Ayudar a los estudiantes a
leer comprensivamente las obras literarias es ayudarles a crecer como
personas en relación con otros y su entorno. Para impulsar este crecimiento
personal la tarea del profesor consta en seleccionar textos apropiados en cuya
lectura el alumno puede participar activamente y así conseguir una experiencia
individual y/o colectiva inolvidable, sobre todo a través de su entusiasmo para
el compromiso con la enseñanza de la literatura.
Partiendo de estas bases sicológicas es comprensible que los autores hasta
ahora citados se expresen a favor de una didáctica de la literatura enfocada
hacia la creatividad y la creación literaria (Joaquín Serrano y José Enrique
Martínez (1999, 244). Sin embargo señalan que también la creatividad debe
aprenderse ya que presupone el conocimiento de ciertas estrategias y reglas,
el dominio de múltiples destrezas lingüísticas, textuales y estéticas.
Leer está íntimamente ligado a escribir, son dos caras de la misma luna.
(...) escribir es contar, comunicar, relatar, acercar, investigar, enjuiciar,
opinar (...) es un acto que libera (...) tenemos que colocar a nuestros
alumnos ante situaciones y propuestas que les permitan ejercitar la
creatividad y la imaginación. Con mucha frecuencia lo escrito busca la
luz, quiere ser leído, por eso tenemos que ofrecer cauces para que los
textos discurran por las páginas de alguna publicación, el periódico, la
revista.
Además, la literatura puede utilizarse de forma instrumentalizada para
perseguir otros fines:
- La transmisión de contenidos y el uso como elemento motivador.
- La educación de la identidad y el equilibrio emocional.
- La música.
- La psicomotricidad y la expresión corporal.
- El desarrollo de la sociabilidad.
- El desarrollo de la apreciación estética y de las habilidades de observación.
- La competencia tecnológica.
- La creatividad y el poder imaginativo.
Unidad II. La poesía y los niños.
Se insiste en que no hay más que poesía sin calificativos, que toda adjetivación
es poner límites a la libertad a crear. Por impericia la lengua del niño se sirve
de imágenes, connotaciones, “impertinencias”, es la primera identificación de lo
poético. El mundo del niño es expresivo, aunque también es cierto que lo es
inevitablemente, es el único que tiene. El artista adulto llega a la sencillez
infantil, a la simplicidad originaria, con el uso múltiple y equívoco de la palabra.
Parece por ello que la poesía tiene habitación en la infancia. Juan Ramón
Jiménez cuenta su experiencia de niño mago que ilumina, descubre relaciones,
voces, que el adulto, ahormado por las necesidades de la construcción lógica
ha perdido, se ha podado antenas para captar la experiencia inagotable del
mundo. “Cuando yo era el niño dios, era Moguer, este pueblo / una blanca
maravilla: la luz con el tiempo dentro”. El poeta ha de realizar esfuerzo para
posar de nuevo aquella misma mirada sobre las cosas porque en su trato con
ellas —uso convencional de la lengua en nuestro caso—ha empequeñecido lo
que es de verdad inabarcable y múltiple.
Huizinga en su intento de definir lo humano pone sobre el hombre la etiqueta
de animal que juega, jugador. Y cree que de esa capacidad nacen las
instituciones sobre las que se fundamenta la vida social: liturgias de religión y
hábitos, normas jurídicas, formas de vida política, convenciones de lengua y
arte. También, por tanto, la poesía, “función lúdica” que vive en “aquel recinto
más antiguo donde habitan el niño, el salvaje y el vidente, en el campo del
sueño, del encanto, de la embriaguez y de la risa. Para comprender la poesía
hay que ser capaz de aniñarse, de investirse el alma del niño como una camisa
mágica y de preferir su sabiduría a la del adulto”. Hoy quizás sea la poesía el
último reducto en donde el juego, origen de todas las instituciones sociales que
se han ido desgajando de lo lúdico primitivo, conserva su identidad y presencia.
Este mismo contenido indiferenciado tiene la actividad lingüística del niño: su
ejercicio fonético, entrenamiento para la comunicación y la actividad reglada,
extrañeza ante el resultado de su juego, risa, ejercicio de la palabra conjuro y
también sencilla representación lógica. Todo ello sobre la base común del
juego, actividad del niño y de la cultura inicial. Y no es necesario pensar que la
poesía tenga por ello otras funciones —moral, jurídica, religiosa— además de
la estética y que hoy sólo queda esta última capacidad como definidora,
independizadas las demás dimensiones. No parece obligada esta reducción.
En esta actividad poética y lúdica del niño y de la cultura arcaica se puede decir
que hay una exclusiva finalidad estética si por tal entendemos no un mero
registro artificioso humano que corona como capítulo final los tratados de
filosofía, sino realmente lo que este término supone: vida, fisiología, equilibrio,
justeza y bien, conjuntamente.
Parece que hay identificación entre infancia y poesía. Infancia del individuo y
de la colectividad. Los mitos fundantes y las normas primeras en la
ambigüedad de la palabra multívoca. En el origen están los poetas filósofos.
Los enunciados legales, los mandatos de religión, los modelos de conducta
tienen la poesía como vehículo. Quien observa el juego de los niños, “los días
geniales y lúdicos”, sus canciones tradicionales, la capacidad de crear,
considera el estadio primero del uso de la palabra. Hubo en el napolitano
Giambattista Vico agudeza y modernidad que siguen sorprendiendo hoy: en el
primer cuarto del siglo XVIII nos razona sobre el origen del lenguaje: cree que
en el principio fue la poesía, la prioridad de la palabra poética sobre la
discursiva en el origen de las culturas: “los héroes clásicos piensan en su
corazón, en su corazón razonan, y más que todos. Ulises. Con su corazón se
aconseja”. La lengua primera, dice Vico, es oblicua, llena de imágenes,
semejanzas, metáforas, circunlocuciones, interjección, propias del niño que no
dispone de medios adecuados de expresión, de ahí su impropiedad. Y
enumera: “elipsis, pleonasmos, onomatopeyas e imitaciones de voces o
sonidos parecen a quien sobre ello cavile despacio maneras propias de las
infancias de las lenguas”. El lenguaje poético está, según Vico, en el origen de
las culturas porque “el habla torcida es efecto natural del que no sabe o se ve
impedido a declararse por completo”, necesidad que está en la base también
de la expresión infantil.
Tampoco parece propio asegurar que el niño es artista, si pensamos que el
arte supone esfuerzo reflexivo, es decir, volver a la elementalidad de líneas y
conductas pero desde la madurez del adulto. En este caso pondríamos entre
paréntesis a Vico y aun a Huizinga y no creeríamos en la espontaneidad del
juego y de la poesía como formas primeras de interpretar el mundo. De la
mano de Herder vino la distinción romántica de la “Naturpoesie” / “Kuntpoesie”,
la poesía natural y la artística o culta. La primera, como emanación de una
pretendida alma colectiva. Pero Achim von Arnim ya señalaba que no existía la
“poesía natural” absoluta porque “no hay ningún momento sin historia”. Todo
arte es reflexivo aun el popular. Es siempre un individuo el que lo crea. Podrá
tener una herramienta culta o simple talento no elaborado, pero es tarea
basada en la tradición y consciente. En este otro sentido, por tanto, se dice que
el niño no es creador por su carácter no reflexivo. En palabras de Malraux: “el
niño se conduce a menudo artísticamente, pero no es artista, pues está
dominado por su talento, en vez de dominarlo”.
Por otro lado, como ya señalara Huizinga: “Poiesis es una función lúdica”, se
desenvuelve en un juego del espíritu, en un mundo propio que la sensibilidad
crea. En él, las cosas tienen otro aspecto que en la vida corriente y están unidas
por vínculos muy distintos de los lógicos.
Frente a esto, sigue Huizinga objetando que:” En toda cultura floreciente, viva
y, sobre todo, en las culturas arcaicas, la poesía representa una función vital,
social y litúrgica. Toda poesía antigua es, al mismo tiempo, culto, diversión,
festival, juego de sociedad, proeza artística, prueba o enigma, y enseñanza,
persuasión, encantamiento, adivinación, profecía y competición”.
Y Hugo Cerdá, en defensa siempre de una poesía infantil popular, nos dirá
que, al concebir así la poesía, es decir tan sólo desde un punto de vista
estético, se han marginado numerosas expresiones y manifestaciones literarias
que el niño asimila y expresa oralmente como las rondas, juegos, coplas,
adivinanzas...
Nos encontramos ya ante las bases que muestran la existencia real de esta
poesía: capacidad poética del niño y relación de poesía con juego. Ahora bien,
apunta Ana Pelegrín que: “Una auténtica poesía para niños no es un género de
facilidades, cursilerías, didactismos, sino esencialmente poesía. El poeta no
puede dejar de ser un ente poético; escribir poesía infantil no es infantilizar la
poesía. El infantilismo poético es un atentado contra la belleza y contra la
sensibilidad del niño. Yo no creo -decía Rabindranath Tagore- que deba volver
infantiles las cosas que presento a los niños. Yo respeto a los niños y ellos me
comprenden”.
Distinguimos varias fuentes de donde surge esta poesía: la tradición oral, las
creaciones poéticas de autores y creaciones poéticas realizadas por los propios
niños. Estos distintos tipos de poesía confluyen en un gran objetivo, despertar
en el niño el gusto por la belleza de la palabra a través del juego confeccionado
con ella misma y con imágenes que favorecerán su imaginación formando
parte de él y ayudándole a crecer y vivir.
La poesía se escribe para ser leída, comprendida y meditada, sólo así se
puede disfrutar verdaderamente el sentido y del juego de sus palabras y de su
lenguaje.
A la hora de escribir poesía para niños, nos encontramos con una serie de
dificultades:
- El ambiente social que nos rodea es poco propicio para el cultivo de la poesía.
- La poesía permite mostrar al desnudo la propia identidad.
- El lenguaje de la poesía suele entrañar dificultades.
La selección de poesías y juegos orales para esta etapa debe adaptarse a los
intereses y capacidades del niño, y estar conexionado con sus experiencias
cotidianas. Estos juegos orales han de ser breves, con sonidos
onomatopéyicos, con estribillos y repeticiones fáciles de recordar. Deben
ofrecer la posibilidad de que el niño pueda expresarlo mímicamente.
La poesía es un género natural a los niños, puesto que su forma más sencilla la
experimentan desde las canciones de cuna.
Las canciones también sirven como un procedimiento para desarrollar la
expresión total, es decir, a nivel literario, plástico, dinámico y musical.
La poesía es un elemento bien asentado en la escuela, por lo que aparece
recogido en casi todas las editoriales del sector y tienen un reflejo en los
medios de comunicación. Son pocas las colecciones específicas de literatura
infantil en España. Señalamos:
- La colección Ajonjolí que sacó 50 números en 2005
- La colección Caracol 30 números en 2006.
La tirada media de estas ediciones es de 1000 ejemplares y si se realiza una
segunda edición, ésta se compone de 500. Aproximadamente la cantidad total
de libros de poesía infantil es de una centésima parte de los libros de narrativa.
Tampoco hay premios literarios específicos de poesía infantil, salvo algunos
casos como el premio hispanoamericano de poesía para niños.
Desde el punto de vista de la creación por parte de los propios niños, la
fundación Gloria Fuentes organiza cada año un certamen de carácter nacional.
La poesía infantil suele asociarse con una métrica regular y breve, a imitación
de las melodías y se emplea frecuentemente una rima consonante. En España,
sin embargo, autores como Gloria Fuertes, emplean métricas y rimas
imperfectas, la poesía y la narrativa se cruzan con poca frecuencia y cuando se
hace suele abandonarse de forma clara el componente heroico, importando
más la forma. Ej. Los visigodos de José Ramírez Lozano.
Más extraño aún es que se creen poemas en prosa para niños, aun a pesar de
que la tradición ha descrito al género obras como Platero y yo de Juan Ramón
Jiménez. La relación entre la poesía infantil y la teoría es más habitual, por un
lado, el teatro en verso es más frecuente en el caso del público infantil que en
el de los adultos. Combinando humor y sorpresa, conseguimos la atención de
los niños.
Dice Maryta Berenguer que para el desarrollo educativo del niño es decisiva la
etapa que abarca desde su nacimiento hasta los seis años, en ese período
debemos preguntarnos:
- ¿Cómo acercar un libro al bebé?
- ¿Qué tipo de lectura ligada con el placer se le ofrece a un niño que está
haciendo sus primeros acercamientos a los libros?
- ¿Qué tipo de relatos son los apropiados?
- ¿Desde cuándo se es lector?
Los especialistas señalan que es a los ocho meses cuando hay que familiarizar
al niño con el libro como objeto, en esta etapa todo es oralidad: canciones,
rimas, nanas, retahílas, expresiones infantiles que se repiten como un juego y
que producen risa, complicidad con los adultos. Todas estas formas pertenecen
a la tradición oral popular.
Si leer y escribir son actividades complementarias, como dos caras de una
misma moneda, el escuchar es la tercera y única en esta etapa, y en esa
escena lectora el adulto juega un papel primordial, como relator y guía.
Es importante comentar la función propia del adulto en la relación del niño con
la poesía. Esta función debe contemplarse no sólo como mero creador, sino
también como mediador de unas obras que voluntariamente desea acercar al
niño como destinatario específico. Esa doble función explica las posibilidades
que podemos encontrar en los versos infantiles a lo largo de su particular
evolución histórica:
a) El adulto como creador poético:
- Versos de clara intención por hacer al niño destinatario de un mensaje de
neto carácter instructivo o educativo, servido con el ropaje de unos recursos
poéticos, es decir “versos para los niños queridos”.
- Versos creados con la intención de recuperar o adentrarse por las categorías
infantiles. Es la poesía pensada para la infancia, contemplada como una etapa
evolutiva del ser humano donde resultan esenciales la formación del gusto por
la palabra, el desarrollo de las sensaciones y de los sentimientos y el dominio
de los recursos lingüísticos para la expresión personal. Es una poesía
formativa.
b) El adulto como mediador en la relación del niño con la poesía:
- Recopilaciones o antologías de todas las épocas y autores que son del gusto
del niño: antologías poéticas para la infancia.
- Creaciones tomadas de la tradición oral que se conservan y transmiten en la
memoria colectiva de la infancia.
2. Rasgos característicos de la poesía infantil.
Señala Ceballos Viro (2016) que un paso previo para poder entender el
funcionamiento de la poesía y para lograr una disposición creativa adecuada a
ella, es estimular el pensamiento divergente. No estaría de más recordar en
este punto las palabras de Unamuno (1968, 44-46) en sus Recuerdos de niñez:
“Nuestra literatura, la que se transmitía de niños a niños sin contaminación de
los mayores, la constituían los cantares de corro y algunos cuentecillos breves
y burlescos, o los chascos en que a una pregunta dada se exige una también
dada respuesta que provoca réplica... [...] Con nada goza el niño más que con
romper la lógica, y lo que primero produce el regocijo de lo cómico en él es el
darse cuenta de la incongruencia de un dicho. A mis hijos los he sorprendido,
siendo pequeñitos, ensartando sílabas sin sentido, creando, y al percatarse
observados se avergonzaron y amonaron. En los cantares de corro abundan
las enumeraciones incongruentes, en que los eslabones no son sino meras
asociaciones de palabras”.
El tejido de la poesía infantil se halla en lo ilógico y el absurdo. Este terreno,
que bien preconizaron autores universales infantiles como Lewis Carroll o
Edward Lear, es un terreno en el que los niños se encuentran cómodos.
Mediante los juegos de palabras de la poesía incrementan su control del
lenguaje y, «cuando juegan en las fronteras del sentido y del sinsentido, saben
que, en gran medida, son ellos los que mandan» (Meek, 2004, p. 84). Es decir,
el control de los elementos del lenguaje les permite aumentar su seguridad
sobre las posibilidades imaginarias, y permitirse asociar, por ejemplo, a la
abuela con un cetáceo, como hemos leído arriba. Los ejercicios «prepoéticos»
pueden consistir en primer lugar en experiencias motivadoras, a partir de las
cuales se extrae materia para la creación: escucha de poemas de tradición oral
y de autor, experiencias sensoperceptivas interesantes (el latido de su corazón,
la corriente de un río...), obras de arte e imágenes sugerentes (como la poesía
visual de Joan Brossa, la fotografía de Chema Madoz, los naipes de Violeta
Monreal o las cartas ilustradas por Marie Cardouat del juego de mesa Dixit),
etc. En segundo lugar, podrían desarrollarse actividades de expresión
destinadas a «soltar el lenguaje», por ejemplo:
• Clasificar las palabras según sensaciones, aspecto, connotaciones u otros
criterios variables: dulces, gordas, olorosas, tiesas, aburridas, felices, mágicas,
ruidosas, duras, etc. (Muñoz, 1990).
• Deformar e inventar palabras, con el fin de que se perciba la palabra como
materia maleable, como objeto fónico, sonoro, y no solo como sustituto
semántico de un referente. Gianni Rodari (2006, pp. 47-50) planteaba el uso
del «prefijo arbitrario» para concebir realidades interesantes: una desnavaja, el
viceperro, el antiparaguas, la maximanta, el minihipopótamo, etc. Como es muy
frecuente que los niños distorsionen la fonética o la acentuación de una palabra
para hacer que rime o encaje acentualmente en un verso, también se les puede
preparar jugando a cambiar el botón por el «botontón», la flor por la «florflor»,
los niños por «el niñó» y «la niñá», y el cole por el «colé». Todo esto nos
conduce, de nuevo, a los valores de la ilogicidad.
• Encontrar la pareja rímica de una palabra (flor / olor, ruido / sonido, arruga /
oruga, vaca / caca, etc.). Esta nueva palabra «melliza», al asociarse a la
primera, se convierte automáticamente en nuestra mente en opuesto o afín a
algún aspecto del significado o de sus cualidades; y estas asociaciones
inesperadas, a su vez, iluminan de algún modo el pensamiento. También se
pueden proponer «acumulaciones léxicas de rima coincidente» (Sanz,
Berganza y Guillamont 1990, p. 203), es decir, no buscar solo una rima, sino
cuantas más, mejor, tal vez entre todo el grupo de niños, de uno en uno: río,
frío, tío, mío, lío, caserío...
• Hallar metáforas y comparaciones: referirse a una cosa en términos de otra.
La metáfora es el recurso más definitorio de la poesía moderna, y por lo tanto
es un mecanismo clave para cualquier creación por parte de los niños. En
realidad, no es difícil que los niños lleguen a ellas, puesto que, como hemos
visto, su mismo lenguaje cotidiano las emplea, y su pensamiento animista les
resulta propenso a las personificaciones de objetos (véase López Tamés, 1990,
pp. 157-163; y Sánchez Corral, 1992, pp. 555-556). He aquí un famoso ejemplo
de animismo combinado con la metáfora luna = aire:
La luna se mueve, se mueve porque está viva. ¿Se mueve la luna? Es el aire.
La luna es aire, creo; aire que se pone dorado por la noche. Aire que se
deshace así, y después se rehace. (Niña de 4 años. En Rosario, 1984, p. 136;
tomado de Piaget, Formación del símbolo en el niño).
• De forma más sencilla, a partir de la pregunta abierta “¿A qué se parece...”»
podemos estimular el pensamiento metafórico, como propone García
Carcedo:.“¿A qué se parece un huevo?”. Un huevo es como una tapa de Coca-
Cola. (Mar, 4 años. En García Carcedo, 2004, p. 60)
Y es que como dice José Antonio Millán González (2017): Tengo, Tengo,
Tengo. Los ritmos de la lengua, Barcelona, Ariel: “A los niños,
espontáneamente, les gusta decir cositas absurdas que riman en sus juegos, y
eso forma parte de la predisposición humana y de muchos animales. En
realidad el mundo biológico es un mundo rítmico. Si ves a las aves volando o te
fijas en fenómenos naturales, son rítmicos. Lo que tienen los humanos es que
pueden transmitirlo. Empiezas a hacer un golpe con el pie, y se contagia. Esto
también pasa en el campo de la palabra (…) Es muy normal que los niños
metan contenidos absurdos, soniquetes... Cualquiera que haya tenido hijos o
niños pequeños cerca sabe que les gusta decir cosas sin sentido en sus juegos
o cuando van andando. Y muchas de estas rimas que se han ido trasmitiendo”.
Alicientes para construir la importancia del “sí mismo”, ser querido, centro de
atención y cuidados, tan importante para el desarrollo equilibrado en todos los
órdenes.
— Dice la mujer al niño que duerma porque fuera llueve, sopla el viento, hace
frío. Y sí contrasta con el calor de su cobijo. También amenaza si no duerme,
con todos los peligros del mundo, el coco, la “reina mora”, el abuelo gruñón:
Duerme, amor,
que viene la reina mora
preguntando por ahí
qué mozuco es el que llora”.
Sé amable:
no robes,
no toques lo que pertenece a otro,
olvida todas esas cosas,
sé amable.
Puro Derecho penal preventivo bien temprano.
García Lorca escribió un breve estudio sobre las nanas que aparece citado con
frecuencia en la bibliografía extranjera, más por el nombre del artista,
pensamos, que por la seriedad del trabajo. Dice que pretende recoger
canciones de cuna de todos los lugares de España, conocer cómo dormían a
sus hijos las mujeres de su país. Y se sorprende de que España a diferencia de
otras naciones europeas, Francia, Alemania, que tienen cantos dulces y
simples para acunara los niños, usa para este fin sus melodías de más
acentuada tristeza y sus textos de expresión más melancólica. Selecciona
caprichosamente algunas nanas y se dice: “¿Cómo ha reservado para llamar al
sueño del niño lo más sangrante, lo menos adecuado para su delicada
sensibilidad?”. Lo razona porque la mujer, la madre (en su opinión sólo la
española) proyecta las dificultades de la vida, pobreza, resentimiento, en la
nana, sobre el niño. Y que aun en las casas cómodas el “niño rico tiene la nana
de la mujer pobre, que le da al mismo tiempo, en su cándida leche silvestre, la
médula del país”. Son muestras las suyas de queja femenina ante la dureza del
trabajo, los obstáculos que supone el hijo, la brutalidad del padre que llega
borracho “en la noche cerrada y lluviosa”, el abandono de la mujer que con el
hijo espera y vela. Nanas que en el Norte y Oeste de España toman “los
acentos más duros y miserables”.
La selección de canciones de cuna de Lorca es caprichosa y las afirmaciones
injustas. Como artista es gustador de lo expresivo. Pone el cristal y su color
sobre las cosas y el paisaje es su estado de ánimo. Encuentra en las nanas lo
que previamente desea. Es una pobre generalización la de Lorca. Las
canciones de cuna del Norte español: Galicia, Asturias, cántabros, vascos,
están llenas de dulzura y delicadeza, suponemos que como en todos los
lugares porque su propia naturaleza así lo exige. No hay en los Cancioneros
del asturiano Torner o del cántabro Córdova (que compuso más de cien nanas)
una sola que pudiera justificar las palabras de Lorca, “acentos duros y
miserables”, sino todo lo contrario, son palabras y melodía que dan seguridad y
refuerzan el íntimo entramado de madre e hijo. Lorca va por los caminos y
recoge lo que su sensibilidad pide: canciones con enjundia teatral que
satisfagan su deseo de realización en escena. En la misma línea, García Lorca
recoge en su breve estudio la canción de cuna de la mujer adúltera que
meciendo a su niño se entiende con el amante:
Los elementos de toda nana son: invitación al sueño del niño, ofrecimiento de
recompensa si duerme o ingenua amenaza. Se caracterizan por la lentitud de
su ritmo, por el acorde sutil de la melodía y del texto, y también por la
melancolía y el temor del porvenir. Nana, nanita,
Nanita, nana,
A dormir va mi niño
Hasta mañana.
Despierto el niño, vendrán las primeras poesías de movimiento, retahílas de
aprendizaje del propio cuerpo y del más inmediato entorno:
- Retahílas o dichos para mover las manos:
a) Balanceos en las rodillas:
Arre caballito
vamos a Belén
que mañana es fiesta
y al otro también.
Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan,
los del rey sierran bien,
los de la reina también,
los del duque
truquele, tetraquele, truque.
c) Enumerativas:
- Adivinanzas:
Arrogante caballero,
tiene una capa de oro
y calza espuelas de acero. (El gallo)
- Oraciones:
Cuatro esquinitas
tiene mi cama,
cuatro angelitos que me la guardan;
y la Virgen María que dice:
duerme y reposa,
no tengas miedo de las malas cosas.
- Conjuros.
Sol, solecito,
Caliéntame un poquito
Hoy y mañana
y toda la semana.
Con fórmulas mágicas, cáscaras inútiles, pero que aún conservan la sonoridad
y el encanto del conjuro. El del número en este caso que como anzuelo mágico
aprisiona las cosas, denuncia sus relaciones. Es el contar y dominar, someter
los niños pitagóricos las cosas a orden y armonía, también dividir el tiempo,
medir y encuadrar el espacio.
La abundancia corresponde a las canciones infantiles, repetidas, que suponen
ya la socialización. Son los textos de los juegos de corro, del salto a la comba.
En esta poesía infantil tan presente y que es camino medio entre poesía culta y
popular se puede encontrar una interpretación del mundo en tan variadas
situaciones. Anne Pellowski que es directora del Centro de Información sobre
Cultura de la Infancia, dependiente de UNICEF, en New York, cree que no es
oportuno exportar publicaciones infantiles de unos países a otros
subdesarrollados porque esto supone un arrasamiento cultural. Es necesario,
dice, recoger en el mismo pueblo la tradición oral autóctona que servirá más
adecuadamente para la educación de la infancia.
- El deseo y aliteración de aes con pleno pulmón en: “Quisiera ser tan alta
como la luna, ay, ay...”.
- La intimidad de las antiguas placitas, nostalgia, delicadeza de la tarde
juanramoniana: ”Arroyo, claro, fuente serena...”.
- O asumir lejana posibilidad femenina:
Yo soy la viudita
del Conde Laurel...,
- La espera en el eterno: ”Mambrú se fue a la guerra...” (duque de
Malborough, vencedor de los franceses a comienzos del siglo XVIII. Como
personaje de burla en la canción francesa llega a España).
- Poesía, música y juego: el “estaba el señor don Gato / sentadito en su
tejado”, de amplia difusión en América hispana. Lo mismo que “estaba una
pastora, larán, larán, larito...”, que cuidaba el rebaño y hacía los quesitos, Pero
el gato la miraba “con ojos golositos”. “Si me hincas la uña, larán, larán, larito /
te cortaré el rabito”.
Y efectivamente le hincó la uña a la pastora el gato deseoso y ella le cortó el
rabo. Situaciones que harán sonreír a los freudianos. Cada canción
desencadena con la música, la seriedad litúrgica de su puesta en escena y el
rito del juego, toda la atmósfera de creación poética en la que el tiempo se
detiene y aparece el milagro. “¿Cuántos siglos caben en la hora de un niño ?”,
se preguntaba Cernuda.
Los niños esenciales, sin facciones, raza ni tiempo. La infancia que busca
asumir su repertorio para enfrentarse desde la magia de la palabra y música
antiguas con el mundo adulto que inevitablemente está en la frontera.
11. Desde los tres años los niños empiezan a aprender son cierta facilidad
canciones populares y tradicionales, “Antón pirulero”, y reproducirán
villancicos, “Campana sobre campana”, canciones de tipo mágico, “Qué llueva,
qué llueva…”, y a partir de los cuatro se divierten con canciones de sorteo,
“Ratón, que te pilla el gato”, a los cinco les gustas las adivinanzas y
trabalenguas, “El cielo está enladrillado”.
Ejemplos:
- Aprenden la canción, repitiendo estrofas, explicando el vocablo de forma oral,
mediante un personaje.
- Estructuración del ritmo, la música y de la letra: recitándola de forma alegre,
triste, en voz baja/ alta, recitándola en grupos, ir moviéndose por el aula, etc
- Recrear la canción: cambian una estrofa, etc.
- Repetirla hasta consolidarla.
- Recitar poesía infantil a veces significa también cantar.
Dice Gabriela Mistral que “la poesía infantil más válida, o la única válida, sería
la popular y propiamente el folclore. Cada pueblo la tiene a mano y no hay que
echarse a buscarla por extranjerías”.
El cancionero infantil en su conjunto es lo que va a constituir la cultura poética
del niño, y al igual que ocurre en el cuento, no toda la tradición poética llega al
niño oralmente. Dentro de ella, encontramos una rama popular que ha ido
pasando de generación en generación, sin que nadie se haga eco de ellas,
salvo los estudiosos e investigadores del tema, dedicados a la “recolección”,
pero que son fruto y pertenencia del pueblo; y otra “culta”, si queremos llamarla
así, y que procede de autores determinados, que basándose e inspirándose en
la tradición oral, han creado sus propios poemas.
1.1 . El concepto de literatura oral
La literatura oral comprende actividades literarias múltiples, tanto eruditas como
populares; tanto presentes como pasadas. Actividades en las que la creatividad
individual desempeña un papel indispensable. Las tres disciplinas que se han
ocupado del estudio de esta literatura son:
a) Los folcloristas: Propp.
b) Los filólogos de la literatura antigua, sobre todo los especialistas en
Homero.
c) La antropología y la sociología que han estudiado la tradición oral en las
sociedades tribales que ignoran la escritura.
Tomando como fuente la tradición popular oral, Lope, Lorca, Machado, Alberti...
en España o encaminándose por los caminos del Surrealismo en Francia, del
“nonsense” en Inglaterra, muchos poetas han creado para niños.
Hay poetas que se han acomodado o creído acomodar al mundo del niño. En
casi todas las culturas existen muestras de ella y son dadas, repetidas, en la
escuela más que en la familia. En términos generales, no son propiamente de
la infancia. No son del agrado del niño, salvo excepciones. Pero en los textos
escolares aparecen como ejemplos aceptados y decididamente infantiles. En el
mundo francés se repiten poemas y nombres de Hugo, Laforgue, hasta
Verlaine y Rimbaud. Más aceptación tienen los poetas surrealistas ya que su
pretensión, su manera de hacer, es tan cercana al niño, así Prévert, Eluard.
En el mundo inglés, escritores como Walter de la Mare, Stevenson, Blake o
Christina Rosetti son adultos que se esfuerzan en ver las cosas con pupila
infantil.
En lengua castellana hay autores siempre repetidos por las antologías
especializadas: Desde Lope a Juana de Ibarbourou. De García Lorca, Alberti,
nanas y canciones, de Gabriela Mistral o Ángela Figuera. Delicada obra que
pretende ser poesía de infancia y que de verdad el niño no hace suya. Es difícil
lograr que lo sea. Quizás los versos, cerca del nonsense, que ofrece Gloria
Fuertes, mezcla de ternura y redonda simpleza, basados en onomatopeyas,
rotura de palabras en rimas caprichosas, retahílas tradicionales de los juegos y
siempre el disparate del sinsentido. Lorca, Alberti, Juan Ramón están lejos del
niño real, bien lejos del mundo infantil estas delicadas creaciones de la lengua
que llegan a una aparente sencillez tras largo oficio y sabiduría. Lo cual no
quiere decir que no sean también importantes para el niño aunque no las
entienda. Queda sorprendido, pero no es poesía infantil.
Juan Ramón Jiménez en el Prólogo de Platero y yo (1914) al hablar de la
poesía para niños concluye “Qué se yo para quien escribimos los poetas
líricos”. En este poeta destaca lo sensorial:
El campo se llena
De su sentimiento.
Malva es el lamento,
Verde el verderol.
Lo cierto es que Juan Ramón, García Lorca (Canciones para niños) y Alberti
(La pájara Pinta) crearon una corriente lírica en la poesía para niños, para ello
regresan a las formas tradicionales (canciones, coplas, romances), a las rimas
orales infantiles, al juego, al disparate. La ingente creación de poesía infantil
del primer tercio del siglo XX quedó truncada con la Guerra Civil.
Justo antes del comienzo de la Guerra Civil, se publicaron diversas antologías:
- En 1928 Antología de poetas y prosistas españoles, José Montero Alonso
selecciona fragmentos para tratarlos en el aula.
- En 1929 Gestas heroicas castellanas, donde Ángel Cruz Rueda actualiza
fragmentos de la literatura española, incluyendo algunos párrafos originales.
- En 1934 Poesía infantil recitable de Luis Sánchez Trincado y Rafael Olivares
Figueroa, aquí aparecen los poemas de los principales poetas que han escrito
en lengua española.
- En 1935 Selección de versos españoles de J. Demuro, incluye poesías que
hicieran frente a la sociedad de consumo.
Tras la Guerra Civil, en 1942 la revista “Maravillas” publicó las primeras
creaciones de Gloria Fuertes, donde las peripecias de la protagonista, Coletas,
eran narradas por la autora con un verso sencillo y sonoro. Y Diego Díaz Hierro
publica La poesía de los niños (1944) basado en la poesía andaluza.
- José Moreno Villa: Lo que sabía mi loro (1945), recopilación ilustrada de la
lírica para niños de la lírica tradicional y de los poetas.
A partir de los años 50 destacan:
- Concha Lagos publicó antologías de poemas para niños.
- Gloria Fuertes: en 1952 publicó su primera gran obra: Canciones para niños.
En Pirulí (1954) y Don Pato y Don Pito (1970) usa una voz diferente, emplea un
lenguaje coloquial, subrayado de humor cotidiano y madrileño, las rimas
aleluyísticas, uso de las aliteraciones.
- Gabriel Celaya en La voz de los niños (1972) rememora su infancia desde la
perspectiva de un hombre hambriento de alegría y libertad.
Desde de 1980 se han realizado ediciones de los poetas clásicos para niños.
Así en 1987 apareció la colección “El Carnaval de las Letras” de Mondadori con
Poemas de García Lorca, Poesía, Árbol joven y eterno de Juan Ramón
Jiménez y Poesía, palabra en el tiempo de Antonio Machado. Con la misma
intención Ediciones de La Torre desde 1982 publicó la colección “Alba y Mayo”,
donde se da cabida a poetas españoles como Miguel Hernández, Antonio
Machado, Juan Ramón, García Lorca, Alberti, Alexandre, Guillén, Dámaso
Alonso, Blas de Otero…, e iberoamericanos: Rubén Darío, Neruda, Vallejo,
Borges y Ernesto Cardenal.
En una sociedad supermecanizada y burocratizada se hace cada vez más
necesaria la poesía: el mundo de la fantasía y de la belleza. Decía Octavio Paz
que “la poesía nos ayuda a recordar lo que somos (…) Un pueblo sin poesía,
es un pueblo sin alma”.
3. Poesía y creatividad infantil.
Es la poesía infantil es la que hacen los niños. La que dicen antes de saber
escribir, la que escriben luego. Es, como parece lógico, muy limitada,
esquemas repetidos, lugares comunes sobre la naturaleza, el cambio de las
estaciones, entorno de pájaros y flores, siempre desde su mirada animista y la
afectividad confusa. O es el simple gozo de repetir sílabas que chocan,
estallan. Asimismo, puede ser el lenguaje voluntariamente oscuro, cábala
infantil, el poder mágico de la palabra recuperado por el niño
inconscientemente. También en este caso para eludir la atención fiscalizadora
de los adultos.
Existe una poesía creada por los propios niños y debemos tenerla en cuenta,
aunque coincidamos con Tamés cuando dice que tampoco parece propio
asegurar que el niño es artista si pensamos que el arte supone esfuerzo
reflexivo, es decir, volver a la elementalidad de líneas y conductas, pero desde
la madurez del adulto.
Por ello, cuando decimos que existe la poesía infantil nos referimos a la que el
niño produce diciéndose e interpretando el entorno, sin voluntad de arte. Es
que no tiene otro medio de comunicarse, las imágenes, impropiedad e
inadecuación son sus instrumentos. El adulto sabe que ese decir corresponde
al decir poético.
Veamos algunas muestras de sus recursos repetidos. Entre ellos, la
personificación y la comparación hay que referirlas sobre todo a la etapa de 4-8
años. El animismo, la magia, la vida y aliento de todo lo que es, obliga al niño a
ser poeta, es su único y deficiente medio expresivo, su involuntaria
impropiedad. Luego, a partir de los 8-9 años con la diferenciación del Yo frente
a las cosas, el pensamiento lógico, toda muestra de personificación es
consciente, es ”voluntad de estilo”. Igual ya que en el adulto. Pasa de la
creencia en el poder mágico de la palabra, omnipotencia que actúa más allá de
la causalidad, al valor semántico que es también manera de apresar y dominar
las cosas pero sin pretender su disponibilidad por el conjuro (Cassirer). Así
también Piaget: para el niño “los nombres están situados inicialmente en las
cosas. Son parte de las cosas con el mismo derecho que el color o la forma”.
La personificación. Es común la de los grandes objetos exteriores: sol, luna,
estrellas, árboles. Así, Luis Ángel, 8 años: “Las grandes estrellas que en el
cielo se sostienen cerca de su gran amiga la luna”.
o de objetos domésticos, usuales:
Tengo un boli azul que escribía bien
y dibujaba flores y casas y patos
y ahora está viejo y tose y no escribe,
el boli azul se está muriendo” (César, 8 años).
La construcción sintáctica es coordinada. No hay perspectiva, ni visión
jerárquica de los objetos, ni profundidad. Así en este esfuerzo colectivo de
chicos de 7 años:
Tonetti, “Carablanca”.
Tenía las orejas rojas llevaba un gorro
y zapatillas brillantes y echaba agua
por las orejas y estaba alegre,
quería a los niños y en su cara blanca
tenía pintada mucha risa
y con sus pantalones inflados nos hacía reír.
y Rubén, de 10 años:
y Laura, 9 años:
Ahí, ahí están las nubes
van y vienen
y se persiguen
y juegan como los niños
en el patio del cielo las nubes.
Acertijo Adivinanza
En prosa En verso
Es objetivo Es subjetiva
Es espontáneo Es elaborada
Es lineal Es pictórica y musical
Es racional Es intuitiva
Existen las “falsas adivinanzas”, son aquellas que de una manera u otra
mantienen en el propio enunciado la respuesta., son típicas “oro parece…”,
donde no se trata de adivinar, sino de estar atentos a los sonidos para poder
recomponerlas de otra forma.
Ejemplo 1:
Un señor llamado Alicanor
Fue a África y sintió calor.
Se pregunta: sentía un calor angustioso
Porque había nacido en el Toboso
¿O por qué se llamaba Alicanor?
Ejemplo 2:
Un hortelano un poco tontillo
Sembró en su huerto la palabra pepinillo
Una respuesta que yo os pido:
¿Qué crecieron, palabras o pepinillos?
www.pacomova.es/ a la escuela
www.sol-e.com
www.fundaciongsr.es
www.cervantesvirtual.com<
- Preguntar a los niños acerca de las cosas que les llaman la atención, las
actitudes de otros que más les molestan, y los “defectos” que ven a en los
mayores.
Juegos de palabras: buscar en los niños aquellas palabras que encantan, que
hechizan por su sonido, las palabras misteriosas que desconocemos
(Transelín, turquesco).
Un poema dicho con ritmo, con sencillez, permite que al oírlo el niño capte su
fuerza expresiva sin explicaciones argumentales o de lenguaje previas,
intentando, eso sí, un clima imaginativo, recordando que “el sentido del poema
no es sino una misma cosa con su forma verbal” (Jacques Maritain). Jugar,
cantar, saltar el poema, oírlo, abre la puerta a la imaginación, y por lo tanto a la
comprensión (Ana Pelegrín).
El maestro debe:
- seleccionar los aspectos del poema más adecuados para ser dramatizados.
Objetivos:
Contenidos:
3. Proceso de dramatización.
Metodología:
Es una sesión práctica, en cuya última parte se reflexiona sobre lo que se ha
hecho, a evaluar-valorar la propia sesión y a debatir cualquier cuestión
relacionada con la misma.
Sesión-Taller.
Eran tres.
Eran dos.
4. Evaluación creativa.
Ronda oral: preguntar a los participantes cuál ha sido el ejercicio que más les
ha gustado, el que menos, cómo se han sentido, cómo valora la participación,
si han tenido vergüenza de actuar, para qué sirve lo que han realizado.
Eran tres.
Eran dos.
Era uno.
Vino la contaminación
Eran tres,
Eran dos,
1. El mito.
El cuento maravilloso ofrece una visión animista del mundo, de forma similar a
como se comporta el pensamiento del niño pequeño. Si el pensamiento del
niño no distingue entre mundo interior y exterior, presta intención y
sentimientos a las cosas y al lenguaje y discernimiento a los animales, por eso
no es de extrañar que el niño se encuentre entre los cuentos de hadas como en
su propia casa.
Los cuentos maravillosos expresan problemas existenciales típicos de los
niños. Estos cuentos de hadas son los únicos dentro de la literatura infantil que
se plantean conflictos de los niños:
- Sentimiento de soledad y aislamiento
- Miedo a la muerte
- Necesidad de independizarse de los padres.
- Necesidad de ser amargos.
- Establecimiento de su propia identidad
Y aparte de estas características señala otros dos rasgos a tener en cuenta:
1. A través del cuento, y gracias a la entonación y el gesto, el niño empieza
a reconocer la estructura en la lengua, a reconocer los cambios de
significado que tienen las palabras según la entonación y sentimientos
que expresen, el sentido de las pausas, la diferencia entre el relato de la
acción y el diálogo de los personajes.
2. El cuento utiliza una serie de recursos expresivos y plásticos que ayudan
al niño a la comprensión del texto, al tiempo que potencia en él una serie
de habilidades necesarias para el uso de la lengua escrita. Nos estamos
refiriendo a: las repeticiones, las rimas, las onomatopeyas, etc. Que
permiten que el niño se entrene en el juego irónico, juego con la palabra
por los efectos sonoros que producen.
El orden en que están dispuestas las funciones en el cuento maravilloso suele
ser siempre idéntico y, por lo general, se mantiene en el caso de los cuentos
en los que, como suele ocurrir, falten algunas de ellas; de manera que las que
permanecen conservan el orden que les corresponde en el conjunto de la
serie. La relación, descripción y definición de las funciones del cuento
maravilloso, según establece Propp, es la siguiente:
Situación inicial. Por situación inicial hay que entender todas aquellas
circunstancias previas al comienzo de la acción propiamente dicha, como las
referencias al tiempo y al espacio en que se sitúan los hechos (presentados de
forma imprecisa y nebulosa, y alejados de la experiencia habitual de los
oyentes: «hace mucho tiempo, en un remoto país...»), la presentación de los
personajes y de los conflictos en los que radica el origen de la trama, etc. La
extensión de la situación inicial es variable y puede ocupar unas cuantas
líneas o tener un desarrollo más amplio (nunca excesivo).
VIII-a. Algo le falta a uno de los miembros de la familia; uno de ellos tiene
ganas de poseer algo: Carencia. No siempre el cuento tiene como punto de
arranque una fechoría; a veces, lo que motiva el desarrollo de la trama es la
falta de algún bien. Ej. el motivo inicial puede ser el hecho de que alguien de la
familia esté enfermo o hundido en la pobreza, o le falte cariño, etcétera.
XI. El héroe sale de su casa para llevar a cabo su misión: Partida. Lo habitual
es que el héroe abandone su casa para llevar a cabo la misión que ha
asumido. En principio no sabe exactamente hacia dónde tiene que dirigirse;
simplemente se pone en camino a la espera de recibir alguna orientación.
Un nuevo personaje entra en escena: el donante o proveedor.
XIII. El héroe reacciona ante las acciones del futuro donante: Reacción del héroe
La reacción puede ser negativa en el caso de los falsos héroes, por lo cual
esta función, así como la anterior, deberán repetirse hasta que aparezca el
héroe verdadero.
XIV. El objeto mágico pasa a disposición del héroe. Recepción del objeto mágico.
El objeto mágico no tiene que ser necesariamente un utensilio material con
propiedades maravillosas; muchas veces se trata de una información valiosa o
un consejo apropiado, o un auxiliar mágico, elementos que a fin de cuentas
surtirán los mismos efectos como ayuda para que el héroe pueda cumplir su
misión.
Después de la transmisión del objeto mágico vamos a ver su utilización, o
bien, si es que se trata de un ser vivo, su intervención inmediata a las órdenes
del héroe. En este momento el héroe pierde toda su importancia, por lo menos
aparentemente: ya no hace nada. Es su auxiliar el que se encarga de todo.
La definición de héroe que nos ofrece Propp se refiere sólo a la función que
desempeña en el desarrollo del cuento maravilloso: «El héroe del cuento
maravilloso es el personaje que sufre directamente la acción del agresor en el
momento en que se trenza la intriga, o bien el personaje que acepta reparar la
desgracia o responder ante la necesidad de otro personaje. En el transcurso
de la acción, el héroe es un personaje provisto de un objeto mágico (o de un
auxiliar mágico) y que lo utiliza (o lo usa como servidor suyo)».
XXIV. Pretensiones engañosas. Alguien, con una marca o señal falsa, trata de
obtener fraudulentamente la recompensa que le corresponde al héroe.
4. El cuento infantil.
- Dada la variedad que ofrece, permite una fácil adaptación a los intereses de
los más pequeños.
5. El cuento inventado:
Si la invención del cuento la realizan los mismos niños, a través de él
manifestarán sus ideas, sensaciones y frustraciones. Para ayudar a que los
niños inventen cuentos, podemos utilizar varias formas:
- Facilitar títulos que sean sugestivos: el gato llora, habla… “Había una vez un
plátano…”, “Ahí va un zapato que habla...”
- Mostrar una foto o diapositiva y decirles que se inventen que está pasando en
esa foto/diapositiva, que pasó antes y que pasará.
- Dar a cada niño una frase, cada uno dibujará lo que se le ocurra respecto a
ella y después se agrupan y reestructuran todos los dibujos configurando una
historia.
- Decir a los niños que nos cuenten algo.
6. El cuento recreado:
Se trata de elegir un cuento cualquiera y que los niños lo reconstruyan
cambiando personajes, quitando algunos y añadiendo otros, introduciendo
objetos fantásticos, etc. Les podemos ayudar con las siguientes actividades:
- Continuar un cuento dado se cambiarán algunas características de los
personajes
- Realizar una ensalada de cuentos.
- Introducir un nuevo marco espacio-temporal, ejemplo: Flautista de Hamelin en
Sevilla.
- Participar de la función que desempeña cada personaje en el cuento,
podremos cada participación en una ficha, las mezclaremos y haremos un
cuento nuevo.
- Introducir algún elemento nuevo, ejemplo: Pinocho piloto.
- Realizar algunas variaciones, a partir de las características de un personaje
dado, real o imaginario, por ejemplo, decir de Pinocho que era un futbolista.
- Utilizar actividades en la gramática de la fantasía de Rodari
1. Elementos diferenciadores.
Se pregunta Lluch ¿por qué hay colecciones y libros que funcionan, que son
leídos con avidez por los niños y adolescentes y que, sin ser recomendados
por el bibliotecario o el profesorado, llegan al lector y se trasforman en éxitos
de ventas? En este apartado queremos analizar la obra de un autor, R.L. Stine,
que entra en esta categoría, que incluso podríamos considerar como modelo
de narración comercial.
Este autor americano se acerca mucho a una autora inglesa bien conocida:
Enid Blyton. Ambos comparten una característica: son autores que escriben
una narración fácilmente identificable; de hecho, como veremos a continuación,
ambos comparten la característica principal que define su obra: siempre
escriben un mismo libro al que cambian el nombre y el número de los
protagonistas, el conflicto concreto (aunque no el genérico) y pocas cosas más.
2. Rasgos característicos.
Los cuentos populares son relatos de tradición oral, con un desarrollo en varias
partes y que pertenecen al patrimonio colectivo.
Pelegrín, Ana (1984): La aventura de oír: Cuentos y memorias de tradición oral.
Madrid, Cincel, considera que los cuentos se clasifican atendiendo las edades
de los lectores y de la adecuación de su contenido. Así tenemos “Cuentos
rimados y de fórmula”, donde encontramos cuentos donde su atractivo no es su
contenido, sino la forma en la que se narran estos cuentos y el efecto que
provoca en los niños y niñas. Se suelen utilizar recursos literarios como
repeticiones, rima, onomatopeyas, reiteración y el encadenamiento. Así
tenemos:
- Cuentos mínimos o breves: como su nombre indica son muy cortos, apenas
dos o tres frases en las que se nombra el personaje, la acción y una
conclusión.
- Los de nunca acabar: son aquellos en los que se formula una pregunta al que
escucha, cuya respuesta es indiferente al narrador que la vuelve a repetir.
- Los acumulativos: son cuentos en los que se van sumando elementos cada
estrofa o párrafo. Resultan muy beneficiosos para estimular la memoria de los
niños.
Los relatos cortos creados por los autores actuales abordan las más variadas
temáticas y combinan múltiples procedimientos estilísticos, junto a
presentaciones formales muy novedosas. Se dirigen fundamentalmente a los
primeros lectores y a las sucesivas edades hasta llegar a la adolescencia. El
tratamiento fantástico de la realidad se combina mucho con el uso del juego, el
humor, la ironía, la poesía. La herramienta del humor es tal vez hoy la principal
forma de dirigirse a este público, mediante la parodia, la transgresión y la
sorpresa de efectos visuales. Es muy frecuente la presencia de personajes
tradicionales (brujas, dragones, monstruos) que se actualizan y se distorsionan
con un propósito desmitificador.
Shestakov considera que la igualdad entre las personas tiene dos dimensione:
a) A nivel de centro:
-Hacer un análisis y diagnóstico del sexismo en el entorno sociocultural para
detectar los estereotipos de género más extendidos y arraigados que están
percibiendo los niños y niñas en su comunidad con el fin de tomar las medidas
oportunas.
b) A nivel de aula:
-La participación de los niños y niñas en la construcción de un clima de aula
auténticamente coeducativo.
Adela Turín, historiadora del arte, escritora italiana y una de las personas que
desde los años setenta más ha contribuido a la reflexión y al análisis de los
sesgos sexistas en los cuentos afirma que “para los niños, los estereotipos de
los libros tienen, a menudo, más fuerza que la realidad que les rodea. Les
enseñan a los niños que los chicos, naturalmente activos y dinámicos, tienen
un valor y una importancia mayor que las niñas que nacen pasivas, limpias y
ordenadas, tranquilas, emotivas, soñadoras, amables y dóciles”.
- ¿Cómo te llamas?
- Me llamo Blancanieves -respondió ella.
- ¿Y cómo llegaste a nuestra casa? -siguieron preguntando los
hombrecillos. Entonces ella les contó que su madrastra había
dado orden de matarla, pero que el cazador le había perdonado
la vida, y ella había estado corriendo todo el día, hasta que, al
atardecer, encontró la casita.
Dijeron los enanos:
- ¿Quieres cuidar de nuestra casa? ¿Cocinar, hacer las camas,
lavar, remendar la ropa y mantenerlo todo ordenado y limpio? Si
es así, puedes quedarte con nosotros y nada te faltará.
- ¡Sí! -exclamó Blancanieves-. Con mucho gusto -y se quedó con
ellos.
A partir de entonces, cuidaba la casa con todo esmero. Por la
mañana, ellos salían a la montaña en busca de mineral y oro, y al
regresar, por la tarde, encontraban la comida preparada.
Otra cosa bastante curiosa es que en los cuentos, la malvada siempre
es una “bruja”, una mujer muy, pero que muy cruel. ¿No es un poco
extraño que los “magos”, por el contrario, suelan ser sabios y
bondadosos? ¿es simple casualidad?
Estos son los roles que habitualmente trasmiten los cuentos tradicionales que
pueblan muchas de nuestras escuelas y hogares, pero ojo, hay que tener en
cuenta que algunos de los cuentos actuales contemporáneos, escritos por
autores modernos, siguen ofreciendo estereotipos sexistas y una imagen de los
roles masculinos y femeninos inadecuados, ya sea en el lenguaje, la historia e
incluso las imágenes que contienen. Por ello, hemos de ser sumamente
cuidadosos con los cuentos que elegimos, ya que no solo los tradicionales
pueden ser poco coeducativos o sexistas.
En el siguiente apartado vamos a dar algunas pautas que nos sirvan para
analizar si un cuento que llega a nuestra aula es sexista o no.
Vamos a intentar ofrecer algunas pautas que nos ayuden a clarificar qué tipo
de cuentos tenemos en el aula, con el fin de detectar aquellos que ofrezcan
modelos estereotipados y poco igualitarios de niños y niñas, hombres y
mujeres para, a partir de este análisis, poder tomar una decisión sobre si es
adecuado o no trabajarlo en el aula.
A partir de este análisis podremos llegar a unas primeras conclusiones que nos
permitirán valorar si un cuento es adecuado para nuestra aula y alumnado de
educación infantil, centrándonos en el análisis coeducativo del mismo.
¿Y ahora qué?
Si por el contrario, tras el análisis del cuento nos encontramos con un nivel de
sexismo no muy alto, contamos con algunas estrategias que nos ayudarán a
trabajarlo en el aula, incluso en los niveles inferiores:
Podemos inventar una historia para que los niños y niñas propongan
un buen final. Por ejemplo: “había en el parque unos niños jugando con su
pelota y a unas niñas jugando con las muñecas, pero parecía que estaban
muy, pero que muy aburridos... Entonces a alguien se le ocurrió una idea:
¿por qué no nos ponemos a jugar juntos niños y niñas? Y entonces....”
ESPLUGA, M. (2005): Yo, astronauta, Barcelona, Combel. Esta niña quiere ser
astronauta, como su príncipe azul, para viajar por el cielo y vivir aventuras.
DÍAZ REGUERA, RAQUEL (2010): ¿Hay algo más aburrido que ser una
princesa rosa?”, Barcelona. Thulé ediciones. Carlota estaba harta del rosa y de
ser una princesa. Carlota no quería besar sapos para ver si eran príncipes
azules. Ella siempre se preguntaba por qué no había princesas que rescataran
a los príncipes azules de las garras del lobo o que cazaran dragones o volaran
en globo.
CASAS, L. (2007): Ernesto, Editorial Serres. Este álbum nos cuenta la historia
de un león que pasea por la sabana en busca de suculenta comida, sin
decidirse por qué plato empezar. La historia terminará de una forma
sorprendente, que seguro os hará reír, cuando aparece en escena la señora
leona, para dejarle las cosas muy, pero que muy claritas...
CARLE, E. (2005): Don caballito de mar, Madrid, Kókinos. Don caballito de mar
va recorriendo el fondo submarino y descubriendo como no es él, el único
padre que es responsable de sus crías, sino que hay otras especies en las que
el macho es el que se dedica al cuidado de los huevos que las hembras han
puesto.
PAOLA, T (1979): Oliver Button es una nena, Editorial Everest. A pesar de los
años transcurridos el mensaje reivindicativo de este cautivador libro sigue vivo.
1.1. Introducción.
Eco se pregunta por qué una imagen que nada natural tiene del denotatum
(palabra) aparezca igual a él. Y es porque el signo icónico construye un modelo
de relaciones homólogo al modelo que construimos al conocer y recordar el
objeto. Nada de hablar de semejanzas ni de tener iguales propiedades físicas,
pero sí la capacidad de estimular una estructura perceptiva semejante a la que
logra el denotatum. La imagen nos capacita para interpretar en términos de
unidad de sentido lo que se ofrece en el dibujo, pero ha de ser dentro del
código. “La convención regula todas nuestras operaciones figurativas”.
a) ¿Por qué una determinada serie te engancha? ¿Qué tiene que te obliga a
sentarte en el sofá cada día a la misma hora? La respuesta habrá que buscarla
en los contenidos trabajados en la clase de lengua y de literatura. Por ejemplo,
a partir de las respuestas a preguntas como: ¿cómo se crea la intriga?, ¿qué
tipo de estructura tiene el serial?, ¿qué tipo de sentimientos mueve, son
universales, los hemos visto previamente en la literatura?
b) ¿Es buena la serie o no, por qué? ¿Te gusta o no, por qué? Como la
respuesta puede no ser la misma la elaboración de una lista servirá para
confrontar las preferencias. El docente guiará las respuestas siempre desde los
contenidos trabajados en clase: tipo de personajes, trama, ambientación... Es
importante la utilización de una terminología aunque sea muy básica porque les
ayudará a formalizar la opinión.
En ambos casos hay que argumentar las opiniones dadas y la discusión puede
alargarse si hablamos de otras series parecidas, comparándolas y valorando
las similitudes y las diferencias.
2.1. Introducción.
El cómic fue denostado por Elena Fortín y Díaz Plaja ya que los niños preferían
mirar a leer, además se le culpaba de acumular episodios de violencia, de falta
de rigor histórico y de infantilismo, sin embargo hoy se valora este tipo de
producción literaria, hay premios, las editoriales apuestan por él, se reeditan
antiguos tebeos… Se emplea el estilo directo, hay pocas apariciones del
narrador en “voz en off”, hay un reparto equilibrado entre imagen y texto.
El cine y los cuentos tradicionales para niños han sido felices juntos y han
comido perdices desde que el ingenioso George Méliès, inventor de los
principales recursos cinematográficos básicos, le puso imágenes a La
Cenicienta, de Charles Perrault, en 1899.
Genialidades aparte, como La bella y la bestia del francés Jean Cocteau, el que
mayor tajada ha sacado es Walt Disney, que al principio de su carrera convirtió
el mediometraje Los tres cerditos en una metáfora de la era Roosevelt.
Más fiel al original es Willow, fantasía heroíca del director Ron Howard, en la
que un sólo enano protegía de su malvada madrastra a una Blancanieves
bebé. Es fácil rastrear la huella de La Cenicienta en títulos muy conocidos,
como Pigmalión, My Fair Lady, Pretty Woman, mientras que Jerry Lewis se
convirtió en el protagonista de El ceniciento, la versión masculina del cuento.
Homenajes a los grandes cuentos. Tampoco les ha ido mal a cineastas que
han inventado sugerentes fantasías que recuperan el aroma de los viejos
cuentos, pero desarrollan nuevas historias. Se lleva la palma La princesa
prometida (1987), donde Rob Reiner adaptaba una novela del reputado
guionista William Goldman sobre un criado, reconvertido en pirata enamorado
de una bella heredera al trono.
3.1. La radio.
La radio permite modular la voz, introducir música, jugar con el oyente
mediante silencios… todo ello para acrecentar el interés por el relato. En los
años 70 había programas dedicados al cuento infantil, ahora se pueden llevar
al aula para que el alumno desarrolle su imaginación, elabore su propio relato a
partir de lo que oye.
Dice Maryta Berenguer que los procesos mentales que se ponen en marcha
para leer y para oír la radio son los mismos ya que ambos crean mundos
propios en su cabeza.
En la radio, al igual que en los otros medios de comunicación, convergen todas
y cada una de las condiciones necesarias para hacer de la comunicación una
realidad. Los componentes del lenguaje radiofónico son: la voz, la música, los
efectos sonoros y el silencio.
El principal denominador común del lenguaje radiofónico es su ilimitada riqueza
expresiva y su gran poder de sugestión. Utilizando alguno o algunos de los
cuatro elementos arriba mencionados podemos lograr que un oyente esté
triste, contento, que sienta miedo… A ellos se pueden unir los efectos sonoros
que crean un ambiente de veracidad sobre lo que se dice.
El conductor de un programa de radio destinado a los niños (docente, escritor,
músico…) es una persona preparada que le permite manejar adecuadamente
los contenidos y la dinámica del programa. No obstante deberá familiarizarse
con los recursos del lenguaje oral, con el manejo de la voz… para que el
producto sea atractivo y convierta al oyente desprevenido en oyente cautivo.
Predomina el juego a partir de la lengua oral: retahílas, trabalenguas,
adivinanzas, refranes, la lectura de cuentos, poesías, textos informativos,
noticias y música (entrada, salida, separadores de secciones del programa) no
sólo infantil. Hay que preparar previamente las poesías, los cuentos, con sus
modalidades de voz… que se adaptan a los personajes, a las situaciones del
relato (suspense, intriga…).
Desde el comienzo de la radio hubo programas dedicados a los niños,
posteriormente se introdujeron las experiencias de la radio en la escuela. A los
niños les ilusiona la actividad radiofónica, por eso debemos concretar proyectos
que incorporen la radio como recurso y contenido.
Una “emisora de radio” en la escuela, además de estimular el trabajo escolar
en el aula, puede ayudar a paliar estas dificultades, ya que, con tiempo y
esfuerzo, se consiguen superar bastantes obstáculos. Si se cuenta con la
tecnología apropiada para un ejercicio real de la radio, las experiencias serán
más valiosas.
Actividades que se pueden realizar: informativos (noticiero escolar), entrevista
(a personas del centro o imaginando personajes históricos), debates (sobre
temas de actualidad o sobre aspectos relacionados con el centro), culturales
(comentar libros, hablar con autores), entretenimientos, deportivos (resultados
de los equipos del centro…), musicales, reportajes (con aportación de
docentes, de padres), de creación, radionovela, radioteatro.
El objetivo de la realización de un programa de radio es sensibilizar y despertar
en el oyente el goce estético por el lenguaje poético.
Nos proponemos mejorar los siguientes aspectos:
-La expresión oral:
a) aprender a pronunciar correctamente según el mensaje a emitir.
b) corregir la entonación, dicción y reconocimiento de la propia voz.
c) ampliar el vocabulario.
d) desarrollar la capacidad para leer expresivamente en voz alta.
e) dominar y manejar la voz a la hora de transmitir mensajes poéticos.
f) aprovechar los recursos que facilita la buena utilización de su propia voz.
- La selección del material:
a) adecuado a los niños.
b) variado, para eso será útil visitar la biblioteca del centro, la de la localidad y
la que aparece en internet.
c) mezclar textos de tradición oral, de autores consagrados y de obras
realizadas por niños.
d) los programas irán desde los 10 minutos a la hora, como máximo.
Ejemplo de guión radiofónico.
Duración: 10 minutos.
Nombre del programa: Caracoleando palabras.
Apertura musical: Cascanueces.
Presentador: saludo y bienvenida (con fondo musical).
Operador: ráfaga musical.
Presentador: adivinanzas, trabalenguas, coplas…
Operador: canción popular infantil.
Presentador: lectura expresiva con fondo musical del poema “Palabra” de
María de la Luz Uribe, presentando a la autora, que comienza:
Cada palabra que usas
lleva un animal por dentro…
Textos a aprovechar:
-Poema de José Bergamín: Para el gato un cascabel.
-Trabalenguas de Rafael Alberti: El diablo liebre
- Jitanjáfora de Juan Eduardo Cirlot: “Las alas y las olas”, que empieza con los
versos: Los cisnes son, las alas de las almas,
- Poema de Vicente Huidobro “Ya viene”, Se acerca a todo galope…
Como ejemplo de obras literarias que han tenido éxito en el cine se pueden
señalar las múltiples versiones cinematográficas de la novela de Robert L.
Stevenson, La isla del tesoro, o de la de Mark Twain, Las aventuras de Tom
Sawyer. También de algunas novelas más actuales, como la adaptación de la
novela The Outsiders de Hinton (1967), dirigida por Coppola y estrenada en
1983, cuyo éxito motivó que se editara la traducción Rebeldes en 1987.
Otras veces, las versiones cinematográficas no han tenido mucha suerte como
en La historia interminable (Petersen 1984) de Michael Ende o la adaptación
de Las brujas, estrenada con el título La maldición de las brujas (Roeg 1989) y
en la que el guionista cambia el desenlace de la historia y, por tanto, el sentido
de la obra. Pero en cualquier caso, la mutua influencia es evidente.
Pero el tema es mucho más amplio y va más allá de la simple relación de
adaptación/traducción de un medio (el escrito) al otro (el audiovisual).
Pensemos en éxitos como Shakespeare in love (Madden 1998), que no adapta
una obra pero sí que recrea la vida de un conocido autor teatral, presentándolo
como una personaje literario en una ambientación histórica. O la película Pretty
Woman (Marshall 1990), que reescribe la historia de La Cenicienta
trasportándola a Los Ángeles. O éxitos actuales como Matrix (Wachowski 1998,
2002, 2003), Desafío total (Verhoeven 1990) o Dentro del laberinto (Henson
1986), que recogen las características del barroco literario español, propias del
postmodernismo, y beben de un tópico de la literatura corno es la percepción
de la realidad, recreado en obras como La vida es sueño (Lluch 2001).
Admitimos que la literatura más actual presenta una serie de características
inducidas por el relato televisivo. Por ejemplo, la desaparición de la situación
inicial o su desplazamiento a la portada se observa en muchas de las
narraciones actuales, sean comerciales o de calidad.
Las relaciones intertextuales mayoritariamente se realizan con la cultura
mediática, la creada en el cine y la televisión, de manera que es habitual la
presencia de iconos mediáticos en las portadas e ilustraciones. Y otra
influencia importante tiene que ver son las opciones estilísticas escogidas por
el autor: un lenguaje similar al utilizado en los textos expositivos y periodísticos.
Secuencia Acciones
Se plantea un problema próximo al mundo
Planteamiento
preadolescente.
En las series para adolescentes y público por lo general como, por ejemplo
(Dora la exploradora, Icarly, Embrujadas, CSI, o las más antiguas
como Beverly Hills) el primer capítulo funciona como la situación inicial de
cualquier estructura narrativa en la que se presentan los personajes principales
y sus circunstancias que son el origen de las diferentes acciones provocadas
en los diferentes capítulos pero también las características discursivas de la
serie. Cada capítulo presenta una breve historia distribuida en tres secuencias,
la primera de las cuales aparece antes de los créditos y unida temporalmente al
programa anterior de manera que se abren unas expectativas para mantener la
fidelidad al canal del telespectador; pero al mismo tiempo, arrastra una o
diferentes historias estructuralmente más complejas o más desarrolladas que
son compartidas por otros capítulos:
Personajes de la serie
- Conceptos básicos para tomar contacto: las ideas principales del mundo
del teatro, como las partes de una escena o los diferentes elementos que
deben trabajar los actores.
- El mundo del teatro: personajes teatrales, géneros, espacios… Incluye
diversos formatos como textos, animaciones, actividades, ejercicios de
evaluación o webquests.
- ¿Quieres preparar tu propia obra?: cómo desarrollar diferentes aspectos
del teatro, desde el maquillaje a la escenografía, pasando por el teatro de
sombras o el de títeres.
- Webquest ‘¡Somos directores de teatro!’: un reto: ¡idear nuestra propia obra
de teatro! El proceso que se plantea tiene varias etapas, que van desde la
documentación hasta la elaboración del cartel de la obra.
- El espacio escénico: detalles del escenario y cómo podemos jugar con los
diferentes elementos del espacio.
Hacer del teatro un procedimiento transversal, que se aplique en las diversas
materias, puede parecer difícil en un principio, pero es cuestión de asumirlo
como una técnica pedagógica más.
Los niños asimilan mejor los conocimientos, ya que por un momento
representan algún elemento clave en la materia, lo que requieren que se
pongan en su papel y entiendan su funcionamiento. Además, toda la actividad
se lleva a cabo con una metodología divertida y amena, en la que las risas y los
buenos momentos están asegurados.
El teatro infantil puede formar parte de las actividades extraescolares ofrecidas
a los niños. Para hacer teatro no es necesario que el niño sea un artista y tenga
una cualidad innata para ello, bastará con que quiera divertirse, inventar e
interpretar historias, y hacer amigos. Las escuelas de teatro, a través
de juegos y actividades en grupo o individuales, son ideales para ayudar a los
niños a desarrollar la expresión verbal y corporal, y a estimular su capacidad de
memoria y su agilidad mental. Además sirve para que los niños retengan
diálogos y trabalenguas, mejorando y favoreciendo su dicción.
3. Objetivos del teatro infantil.
Tanto la aplicación del teatro a otras materias como la asignatura de Teatro en
sí misma, ofrecen un gran número de ventajas a los estudiantes. Destacamos:
- Poner en juego la afección emocional, al decir ciertas cosas con sus palabras
posibilita la memorización y expresión. Ayuda a cultivar su creatividad, a
desarrollar su fantasía y fomenta la motivación. Mejora la concentración y la
atención de los niños.
La mejor edad para que los niños empiecen a acudir a clases de teatro es a
partir de los cinco años de edad. A esta edad, el niño podrá leer, entender, y su
poder de memoria es alto. Los niños absorben todo lo que escuchan.
Hay que diferenciar entre juego simbólico, juego dramático y teatro:
Requiere Es colectivo Se representa
preparación ante un público
Juego simbólico No No (normalmente) No
Juego dramático Alguna Sí (normalmente) No
Teatro Sí Sí Sí
Hacia los 3-4 años de edad se inicia un primer tipo de juego simbólico, en el
que los niños intervienen encarnando en su cuerpo el papel de protagonista de
la acción imaginaria (juego personal) o bien haciendo que objetos y muñecos
representen la acción, dirigiéndolos o fingiendo sus voces (juego proyectado).
Los niños son superhéroes, príncipes, princesas… o desarrollan juegos con
sus peluches, muñecos, coches…
Entre los 4 y 7 años se desarrolla el juego simbólico de representación de
roles, en ocasiones se recurre a la existencia de un rincón específico para este
juego. Ahora los niños imitan roles de los adultos: papás, mamás, médicos,
maestros…
Con respecto a la creatividad infantil, es muy difícil aceptar una teoría única,
pues existe una gran controversia con respecto al tema. Si por ejemplo
hacemos alusión a Ligon, el niño desarrolla su imaginación al año de edad,
mientras que la creatividad no aparece hasta la llegada a los dos años, sin
embargo, si aludimos a Grippen, su teoría refleja que el niño no empieza a ser
creativo hasta los cinco años de edad.
Sin embargo, en lo que si están de acuerdo la mayoría de investigadores es
que la creatividad posee un perfil propio, hace su aparición en la edad infantil.
Al llegar a los cuatro años, el niño mantiene su interés por la experiencia
directa y el contacto directo con la naturaleza. A los seis años, Ligon considera
que el niño tiene una buena imaginación y a los siete años, el niño sigue siendo
egocentrista, produciéndose un desarrollo progresivo de la curiosidad y de la
atención, así como un control progresivo de la razón sobre la imaginación.
5. El teatro de títeres.
Para confeccionar con los niños un escenario donde poder realizar nuestras
obras teatrales, buscaremos una serie de cartones o tablas de madera, que
cortaremos y daremos forma para simular el escenario de los teatros, y
pediremos a los niños que nos ayuden a darle color y a personalizarlo para
cuando queramos realizarlas.
Patrones para el escenario: Panel frontal, Soportes para mantenerlo en pie,
Panel delantero.
Haciendo una composición con estos elementos y decorándolo tal y como sería
uno de los teatros escolares que podemos encontrar mostramos un ejemplo,
sabiendo que los paneles que se añadirán en los laterales del ejemplo se
pegarán en la parte trasera que no quedará a la vista (para que el teatro guarde
equilibrio) y en la parte que aparece sin relleno, podremos añadir unas cortinas
que podamos recoger cuando vayamos a realizar la obra y dejarla tapada
mientras preparamos las marionetas antes de actuar.
5.3. Elaboración de Títeres.
Únicamente nos hará falta presentar unos dibujos que deberán colorear,
recortar o picar y posteriormente añadirles un palo como los que traen los
zapatos cuando los compramos, nos servirá para darles movilidad una vez
terminados. También, si creamos textos con ellos y ellas, en los que inventen
personajes, podrán imaginar el dibujo de éstos y plasmarlos ellos mismos en
cartulinas así la obra será realmente novedosa y original.
Supongamos que uno de nuestros personajes es una niña, Ana, a la que los
niños han decidido colorear. Una vez que la tenemos preparada, añadimos el
cilindro o palo de madera en su parte trasera y la pegamos con un trozo de
celo, y la marioneta estará lista para representar la obra.
Dado de que es difícil escribir una obra teatral, vamos a señalar unas pautas
para ayudar a adaptar al teatro un cuento tradicional:
- En toda obra debe haber un conflicto claro que motiva la acción de unos
personajes y que se resuelve al final
- Una obra se representa en escenas, por eso se pueden presentar elipsis de
aquello que es menos importante.
- Se debe respetar la linealidad de la acción, respetando el desarrollo del
cuento tradicional.
- Evitemos el personaje narrador, de lo contrario se convertirán en un relato
aburrido.
- Reducir el texto y reemplazarlo por el gesto, por ej. para señalar los estados
de ánimo de los personajes.
- Aportar variedad: una canción, un baile…
- Introducir personajes simbólicos, ej. la manzana de Blancanieves.
pío-pic!
¡Verdo-lari-lari-río,
río-ric!
3.2. El circo.
Objetivo: aprender por medio de la práctica dramática que el lenguaje corporal
es tan importante como el lenguaje hablado o escrito, y que su utilización
complementa y enriquece el sentido de la obra.
Evaluación: se da por medio de la puesta en escena de la obra "El circo" y de
la observación crítica del maestro a la actuación de los niños.
Taller. Este es un buen ejercicio dramático que permite a los niños interpretar
corporalmente los textos. Cada niño dice una frase y se sugiere entre
paréntesis una expresión corporal adecuada.
En el Circo.
Hola a todos, bienvenidos (saluda con la mano) a este circo divertido (muestra
con la mano lo que tiene detrás). Prestadme mucha atención (se señala una
oreja) que va a empezar la función (levanta una mano extendida).
Yo soy la adivina Lola (se señala a sí misma), ¡todo lo veo en mi bola (muestra
su bola) y te adivino, seguro (hace círculos con la mano extendida encima de la
bola), en un pispás el futuro (sigue haciendo círculos sobre la bola).
Yo soy el gran mago Alejo (se señala a sí mismo). Saco palomas, conejos…
(saca una paloma y un conejo de papel) y todo de esta chistera (levanta la
chistera para mostrarla): ¡eso no lo hace cualquiera! (dice que no con el dedo)
A mí me llaman Chistoso (se señala a sí mismo), soy un payaso gracioso
(dobla la cabeza, sonríe exageradamente señalándose las comisuras de los
labios con los dedos índices). Tengo grandes los zapatos (levanta uno de sus
zapatos) y tropiezo todo el rato (hace como que tropieza). Yo soy la payasa
Elisa (se señala a sí misma). Provoco ataques de risa (se pone las dos manos
sobre la barriga y se dobla).
Tanto se ríen conmigo (señala a su alrededor) que les duele hasta el ombligo
(se señala el ombligo).
Mi nombre es Agamenón (se señala a sí mismo) y soy un fiero león (muestra
las garras y pone cara de ferocidad). Cuando rujo, en un segundo (da un
rugido), sale huyendo todo el mundo (mueve brazos y piernas como si
estuviera corriendo).
Yo soy Leona, su amiga (se señala a así misma y a Agamenón). No os creáis
lo que os diga (dice que no con dedo y señala al león). Cuando ruge este león
(da un rugido) no sea asusta ni un ratón (se pone las dos manos en la cabeza,
como las orejas de un ratón).
Yo me llamo Nicanor (se señala a sí mismo). Soy un bravo domador (mueve el
látigo). A mi lado un león fiero (señala a Agamenón) parece un manso cordero
(bala como un corderito).
Soy la domadora Dora (se señala a sí misma). Oigo y oigo a cualquier hora (se
levanta la oreja con la mano, en señal de escuchar) mil rugidos de leones (da
varios rugidos cortos). ¡Por eso llevo tapones! (se señala las orejas)
Yo soy la elefanta Rosa (se señala a sí misma). Bailo y canto cualquier cosa
(se pone a bailar). Muevo la trompa al compás (se coge la trompa y la mueve) y
no me canso jamás (dice que no con el dedo y sigue bailando).
Soy Violante, el elefante (se señala a sí mismo), por detrás y por delante (se da
media vuelta y enseña la espalda y luego se vuelve). Toco un tambor de
hojalata (toca el tambor que lleva colgado) ¡y con una sola pata! (levanta una
mano).
Soy Lina, la equilibrista (se señala a sí misma), la mejor que hay en la pista (da
una vuelta completa señalando alrededor). Con mi sombrillita roja (abre un
paraguas rojo), ando por la cuerda floja (da tres pasos con la sombrillita abierta
y un brazo extendido, como guardando el equilibrio). Tomado de:
www.infantil.profes.net es un servicio gratuito de Ediciones SM
3.3. Actividades de expresión corporal.
Objetivo: fomentar la expresión corporal en los niños, como buena puerta de
entrada a la actuación propiamente dicha.
Evaluación: se evalúa de acuerdo con la realización del taller y de la actitud de
cada uno de los niños.
a) Descubrir el intruso.
Edad: A partir de 6 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Sentados formando un corro. Uno de ellos se aleja del
grupo.
Desarrollo: Todos los que están en el corro, excepto uno, deben expresar con
la cara un sentimiento o emoción sobre el cual se han puesto de acuerdo
previamente. Hay uno que expresará algo diferente. El alumno que se había
alejado del grupo regresa y debe descubrir el sentimiento o emoción expresado
por sus compañeros. Debe descubrir también al que expresa algo diferente.
b) Cambios de expresión.
Edad: A partir de 6 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Por parejas, uno frente a otro.
Desarrollo: Uno de la pareja se pasa la mano por delante de la cara, de arriba a
abajo. Cada vez que la cara queda destapada ha de representar una expresión
diferente. El otro lo observa y decide si lo ha realizado correctamente o no.
Cambio de rol.
c) El muñeco enganchoso.
Edad: A partir de 7 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Por parejas.
Desarrollo: Uno hace de niño y el otro de muñeco de trapo. Primero, el niño
hace mover al "muñeco" como él quiere. El niño que hace de muñeco debe
estar totalmente relajado. Finalmente, el muñeco cobra vida, se identifica con el
niño, le sigue por todas partes imitándole, mientras el niño intenta escaparse.
d) El objeto invisible.
Edad: A partir de 6 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Grupos de cuatro en los que se diferencian dos parejas.
Desarrollo: En cada grupo, una pareja hace ver que manipula un objeto, por
ejemplo, se pasa una pelota invisible. La otra pareja debe adivinar de qué
objeto se trata.
e) Agrupaciones de animales.
Edad: A partir de 5 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Se desplazan libremente por el espacio como si fueran
animales. Los diferentes animales son escogidos libremente por los alumnos, o
bien, de acuerdo con las sugerencias del profesor.
Desarrollo: A la señal, los alumnos que representen el mismo animal deben
encontrarse y formar diferentes grupos, todo ello sin intercambiar información
verbal.
g) Conclusión de historias.
Edad: A partir de 8 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Forman pequeños grupos.
Desarrollo: El profesor explica una historia sin final. Cada grupo inventa un final
y lo representa.
h) Continuar la historia.
Edad: A partir de 7 años.
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Grupos de seis o siete, sentados en corro.
Desarrollo: Empieza uno que inventa el inicio de una historia y la representa
gestualmente. Al cabo de unos instantes, la interrumpe y debe continuarla el
siguiente compañero. Así sucesivamente, hasta que todos han representado su
parte de la historia. También puede realizarse con un solo grupo.
Juegos y propuestas.
a) Juegos de presentación: son los primeros juegos de acercamiento, nos
ayudan a mostrar quiénes somos, nos ofrecen la posibilidad de intentar
conocernos y de darnos a conocer en diferentes facetas y situaciones.
b) Juegos de desinhibición: estos juegos nos permitirán que el alumno vaya
encontrando su forma de expresión cada vez más libre.
c) Juegos de confianza: entendemos por confianza tanto la seguridad en uno
mismo como la esperanza firme en una persona. Tiene que existir la
comunicación en el grupo para que exista la confianza.
d) Propuesta de creación: estamos consiguiendo la autonomía de los
alumnos y comienza ahora el puro proceso creativo, donde su imaginación se
puede ya desbordar.
e) Propuesta de lectura: la lectura en voz alta tiene que recuperar el espacio
que le corresponde, y conseguir así una buena entonación y una gran gama de
matices.
f) Propuesta de motivación oral: es importante que se verbalice la reflexión a
la que hemos ido llegando con las diferentes propuestas, que se exponga en
voz alta. Los alumnos tendrán que explicar la idea con un lenguaje claro y
cuidado.
g) Propuesta de motivación de escritura: tan importante como la expresión
oral, en una fase posterior, es la expresión escrita. Dedicaremos en este
apartado un tiempo más largo, en el que el proceso creativo ya no sea
improvisado. Es importante que se cuiden al máximo las formas de expresión.
Reflexión pedagógica.
Nuestra propia reflexión teórica sobre la propuesta dramática ofrecida; junto a
un pequeño vídeo con la opinión de los dos maestros que nos acompañaron
durante la sesión práctica impartida en el aula.
5. Creación de una representación teatral.
6.1. La iluminación.
El tema de la iluminación es un factor que incumbe más al docente que a los
niños ya que ellos no entienden mucho de eso, pero su opinión también es
importante. La iluminación es algo que da vida a la obra ya que en función del
tipo de luz hace que la escena sea mucho más real y que los pequeños actores
y el público se introduzcan más en la historia y la vivan con más credibilidad y
emoción. Para evitar cualquier imprevisto es fundamental que se hagan
pruebas antes de la actuación y que además en los ensayos que sean posible
se use las luces para que los niños conozcan qué tipos de luces van aparecer y
que les ayude a meterse en el papel y a vivir más la obra.
6.2. La decoración.
La decoración es uno de los elementos que más les gusta a los niños y sobre
todo si tienen que hacerlos ellos mismo. Disfrutan muchísimo y los pasan
genial, por ello es aconsejable que la mayoría de los materiales decorativos del
escenario sean fáciles de hacer, con materiales manejables para los pequeños
y que puedan realizarlos ellos con toda libertad y creatividad, apoyando y
supervisando siempre el docente. Con los niños de edad infantil es conveniente
usar tan solo un decorado o como mucho dos ya que el cambio les pone
nerviosos y hace que la obra dure un poquito más.
6.3. La música.
La música, al igual que la iluminación y la decoración, da realidad a la
representación teatral. La música por tanto se pone por dos motivos,
especialmente:
a) De fondo dando belleza al teatro y a las escenas.
b) Las que son esenciales para marcar ciertas acciones básicas, para provocar
en el público algún sentimiento como sorpresa, risa, miedo.
Y además mantienen la atención del público.
7. El vestuario.
El maquillaje y el vestuario sin duda se lo que más les fascina a los niños, no
hay cosa que le fascine más a los niños que disfrazarse y pintarse, por ello es
sustancial que todos los alumnos tengan un disfraz más o menos elaborado,
además de colores vivos, si es posible y va acorde con el tema de la obra. Es
algo bastante educativo que ellos creen sus disfraces con ayuda del docente o
la familia y así lo harán a sus gustos y los motivará a ser creativos y originales.
En el caso de ser muy pequeño, como de 3 ó 4 años, ellos pueden hacer
adornos para sus trajes que serán confeccionados o comprados por los
adultos. Al igual que la música, decoración e iluminación es importante que los
niños ensayen todas las veces que sea posible con los disfraces y
complementos como gafas, pelucas, caretas para que se acostumbren a ellos.
9. Después de la representación.
b) ¡Muévete al son!
Objetivo: Que los pequeños se conciencien de lo importante que tiene cada
una de las partes de su cuerpo y qué no podrían hacer sin ellas.
Edad: Entre los 4-6 años.
Espacio: Si es posible al aire libre o una sala bastante espaciosa (un gimnasio)
que permita a los niños moverse con amplitud.
Material: Dos canciones de diferente ritmo: una más rápida y otra más
pausada.
Tiempo: Aproximadamente unos diez minutos, es decir dos canciones.
Desarrollo: Esta actividad consiste en que toda la clase junta irán
desplazándose por todo el espacio de forma libre y espontánea, el profesor va
limitando los movimientos de los niños, por ejemplo: “sin mover los brazos”, “sin
mover la cabeza” y estos dejarán de mover estas partes como si ya no les
funcionara. Vuelta a la calma.
c) ¡Cuánto me gusta mi cuerpo!
Objetivo: Que los niños relajadamente piensen en lo perfecto y maravilloso que
es su cuerpo y en la suerte que tienen de poseer todas esas partes.
Edad: Entre los 3-6 años.
Espacio: En una sala silenciosa y tranquila.
Material: Música relajante.
Tiempo: Unos diez minutos aproximadamente.
Desarrollo: Todos los niños estarán tumbados en el suelo y escuchando lo que
el profesor le irá diciendo: “Primero pensad poco a poco en cada parte del
cuerpo empezando por los dedos de los pies hasta la cabeza…Lo importante
que son cada uno de ellos, los pies y piernas para andar, el tronco para
mantener la cabeza, los bracitos para nadar, las manos para coger las cosas,
escribir, saludar, la cabecita para pensar, los ojitos para mirar, etc. Pensad en
todo lo que podemos hacer con cada parte del cuerpo y que no podríamos
hacer sin ellos: si nos faltaran los ojos no podríamos ver a la familia y los
amigos, sin las manos no podríamos coger un rotulador o acariciar un perrito,
sin las piernas no podríamos correr ni saltar…”
10.2. Mímica.
También llamada expresión gestual. Es aquella que posibilita reproducir una
situación con gestos faciales y corporales dando vida al personaje y a lo que se
desea transmitir.
a) ¿Qué sientes?
Objetivo: Que los niños sepan discriminar las diferentes expresiones de la cara
y relacionarlo con los sentimientos de las personas.
Edad: Entre los 4-6 años. Espacio: Una sala que permita verse a todos cara a
cara.
Material: Ninguno.
Tiempo: Más o menos unos 5 minutos.
Desarrollo: Dos compañeros se situarán uno enfrente del otro; uno pone un tipo
de cara, expresando un sentimiento (el profesor puede dar ideas de
expresiones que se pueden hacer) y el compañero debe adivinarlo. Después se
cambia de rol de manera que los dos expresen sentimientos y los dos adivinen.
c) La expresión me identifica.
Objetivo: Que los niños se conciencien de la importancia que tienen las
expresiones para poder comunicarse.
Edad: Entre los 4-6 años.
Espacio: Una sala o clase silenciosa y relajante alejada del ruido.
Materiales: Música relajante.
Tiempo: Unos diez minutos aproximadamente
Desarrollo: Todos los niños estarán tumbados en el suelo boca arriba relajados,
con los ojos cerrados y escuchando atentamente lo que les dice el profesor.
”Pensad que fuerais mudos y la expresión de la cara fuera lo que muestra a los
demás vuestros sentimientos. Y un día os levantáis y no podéis expresar
tampoco con la cara ni las manos, con ninguna parte del cuerpo no nos
podríamos comunicar con nadie y estos no sabrían qué sentimos, ni qué
queremos, ni qué nos ocurre, a que sería un horror, por eso la expresión es tan
importante…”.
a) ¡Imítame!
Objetivo: Reconocimiento de la voz del compañero y el intento de imitarlo.
Observando que voces son graves o agudas y más fuertes o débiles.
Edad: La edad recomendada es entre los 4-6 años.
Espacio: Sería conveniente que fuera el patio o el gimnasio el lugar donde se
realice esta actividad, por el ruido que implica el juego.
Material: Ninguno.
Tiempo: Aproximadamente unos siete u ocho minutos.
Desarrollo: Por parejas los niños deben escuchar durante unos minutos la voz
del compañero e intentarla imitar y después se hace al contrario; para ello el
profesor le explicará que se debe atender a si la voz es más grave o más
aguda y más fuerte o más débil (explicado con anterioridad estos conceptos).
11. Bibliografía.
- ANGOLOTI, Carlos (1990): Cómics, Títeres y Teatro de sombras, Madrid,
Ediciones de la Torre (Proyecto Didáctico Quirón).
- CAÑAS TORREGROSA, José (1994): Didáctica de la expresión dramática:
una aproximación a la dinámica teatral en el aula, Barcelona, Octaedro.
- GASOL, Anna (2003): 100 juegos de teatro en la Educación Infantil, Barcelona,
Ediciones CEAC.
http://pacomova.eresmas.net/paginas/teatro%20infantil.htm
http://www.leemeuncuento.com.ar/teatro.html
Unidad IX. La lectura y el niño.
1. Los hábitos de la lectura en la sociedad actual.
El receptor dirige y regula la interacción, para ello el lector aporta todos sus
conocimientos lingüísticos, paralingüísticos, extralingüísticos, enciclopédicos, y
culturales para hacer efectiva la comprensión de los mensajes escritos.
Los realistas: los que huyen de los libros de corte fantástico. Les gustan las
historias que hablen de amigos, familia, etc. Que el argumento gire sobre
problemas cotidianos en los que se pueden ver reflejados.
Los estéticos: son aquellos a los que les gusta la poesía, el sonido de las
palabras, su musicalidad.
C Formulación de expectativas
O Formulación de inferencias
I EXPLICITACIÓN
I COMPRENSIÓN
A INTERPRETACIÓN
2. La lectura en la escuela.¿?
- elaborar respuestas
El niño/a, hasta alrededor de los 8 años, lee tanto o más en el dibujo que en el
texto escrito.
Libros ilustrados con tapa dura suelen tener tamaño grande. Las imágenes
suelen tener mayor importancia que el texto. El soporte físico, la narración y las
imágenes concuerdan plenamente. Se prioriza la imagen porque sin imagen el
texto, si lo hay, pierde fuerza y concreción.
B) Los libros álbum suelen alejarse de los estereotipos y modelos construidos,
interactuar con manifestaciones de la pintura, el cine, y la publicidad, y ser
fuertemente experimentales tanto desde el punto de vista textual como formal.
La intertextualidad y la metaficción, son dos de los mecanismos sobresalientes
de este género; la intertextualidad implica hacer referencia a otros textos
conocidos por el público lector, dentro del texto que se está leyendo. Así, por
ejemplo, en Gorila, el ilustrador inglés Anthony Browne, va narrando una
historia en escenarios muy conocidos de la historia del cine, o en Chumba la
Cachumba del venezolano Carlos Cotte, que recurre al discurso de la pintura
para mostrar cómo los esqueletos se levantan a bailar, tal como reza una
canción popular. La metaficción implica ir más allá de la ficción, poner al
descubierto los mecanismos que la generan, mostrarlos como una forma de
reflexionar sobre sí mismos y despertar nuevos modos de leer. Una manera de
desestabilizar al lector y volverlo participante activo de lo que lee (texto e
imágenes) es por ejemplo, transgredir los límites de los géneros literarios, y
reinterpretar las narraciones populares tal como hacen Lynn y David Roberts
en Cenicienta o Caperucita de Leticia Gotlibowski.
En el año 2010 Shirley Hughes publicó un libro titulado Peluche (libro
recomendado a partir de los 4 años), en él destacan las detallistas
ilustraciones, sobresalientes en el dominio de la figura humana en movimiento
para describir los comportamientos infantiles enmarcados en el ámbito de lo
cotidiano y familiar.
Para analizar y valorar las ilustraciones tendremos en cuenta:
- ¿Cómo se complementan texto e imagen?
- ¿Qué recursos emplea: grabado, collage, pintura, pincel, lápiz, pluma,
fotografía, etc…?
- ¿Las ilustraciones se adscriben a estilos artísticos determinados (realismo,
impresionismo, surrealismo, arte popular, cómic, hiperrealismo…?
- ¿Qué tamaño, formato, fondo, tipo de letra... tiene?
- ¿Cómo contribuyen al significado del libro los elementos compositivos: línea,
espacio, uso del color, perspectiva, …?
- ¿La ilustración aporta novedades?
- ¿Qué tipo de respuesta propicia en el lector?
3. Lectura y niveles psicológicos.
En el siglo XVII Charles Perrault versiona las narraciones orales y las adapta con el
objeto de obsequiárselas a las muchachas de la corte de Versalles. Entretener e
instruir eran para Perrault, los objetivos principales de toda narración dirigida a la
infancia. Con esta prerrogativa, realizó adaptaciones dirigidas a censurar todo
aquello que tuviera connotaciones sexuales o escatológicas e introducir la moraleja.
Con estos cambios, Perrault determinó para siempre una de las constantes más
discutidas respecto de la literatura infantil y juvenil actual, la de la relación directa
con la pedagogía. También los hermanos Grimm, sumidos en el idealismo
nacionalista del siglo XVIII, recopilaron cuentos populares y en sus cinco ediciones
de Kinder und Hausmärchen intervinieron sobre los cuentos con fines moralizantes
o por gusto personal. En el siglo XIX, Hans Christian Andersen incorpora muchas
características de los cuentos populares en relatos de su propia invención.
Las narraciones de aventuras, por ejemplo, derivan directamente del Robinson
Crusoe de Daniel Defoe que aparece en 1719 como libro, después de haber sido
publicado por entregas. Dentro del género de aventuras, encontramos aquellas que
retoman el tema de la conquista de nuevos mundos (J. Cooper), las de la
fascinación por la naturaleza virgen (R. Kipling), las aventuras de piratas
(Stevenson, Salgari). También se publicaron muchas obras de tipo histórico
(Dumas, Scott) y desde 1863, aparecieron los libros de Verne en el Magasin
d’education et de récréation. A fines del siglo XIX, los escenarios de la vida
cotidiana comienzan a ser los elegidos como trasfondo para nuevas historias, así
nacen Las aventuras de Tom Sawyer (M. Twain), o, como reflejo y resultado de
guerras, hambrunas y trabajo infantil, los libros Mujercitas (Louise M. Alcott), Heidi
(Johanna Spyri) o la novela social de Charles Dickens. Sin embargo, el humor, la
fantasía, el absurdo, la literatura porque sí, sin condicionamientos morales, es
inaugurada en 1865 con Lewis Carroll y su Alicia en el país de las maravillas. En
esta misma línea, El mago de Oz (1900), de L.F. Baum y en 1904, Peter Pan y
Wendy de J.M. Barrie.
Una figura destacada es Roald Dahl (1916-1990) aunque algunos críticos tratan
de antisocial, cruel e irreverente tanto a la temática de los libros de Roald Dahl
como al desarrollo argumental o expresivo de los mismos. Pero a continuación
añaden: “están llenos de ternura”. Esta conclusión se alcanza extrayendo lo
didáctico de su escritura.
Dahl fue un excitante contador de cuentos y como muchos otros narradores, sus
hijos fueron los primeros destinatarios de una inagotable fantasía oral. En sus
primeros libros Charlie y la fábrica de chocolate o Matilda, hace alusiones a Grimm,
Andersen o Perrault. En Danny se desarrolla toda una pedagogía paterno-filial. En
este libro y en Las brujas, Dahl teoriza sobre el arte de narrar.
Hace Dahl un elogio del ingenio y se recrea en él. Matilda, El superzorro, Danny,
Jorge, el señor Happy son personajes que hacen gala de un ingenio encomiable,
del que se sirven para alcanzar la felicidad. Las madres por ejemplo no juegan
ningún papel importante en sus libros infantiles, sin embargo, ha dado luz a otros
personajes femeninos encantadores: Sofía o Matilda, la señorita Jennifer Honey etc
- Su origen noruego le da una visión más universal del mundo que le rodea.
Debemos seleccionar cuentos que les gusten a los niños. “Es absolutamente
imposible enseñar a los niños cualquier materia por medio de cuentos si su
argumento no les gusta”. Si el cuento elegido no es del agrado de los niños
difícilmente lograremos mantener su atención. No tiene sentido seleccionar un
cuento que no vamos a poder utilizar desde el punto de vista didáctico.
Pero ¿qué es lo que hace que a los niños les guste un cuento?
- Rapidez de acción: la rapidez con la que transcurre el relato mantiene la
atención del niño. Cada párrafo debe ser un acontecimiento, que sucedan
cosas una tras otra.
- Sencillez y misterio: los elementos que se utilizan para narrar el cuento son
objetos familiares para los niños (la casa, la abuela, los cerdos, el perro, la
música, los platos, etc…), pero al mismo tiempo están rodeados por una
sombra de misterio que les atrae, eso es lo nuevo en el relato, lo que cambia la
escena. Las imágenes raras y desconocidas para los niños debilitan el interés
de estos hacia el relato, al tiempo que los confunde. Puede ser una casa, pero
en la casa viven cerditos o cabritas. Podemos hablar de música, pero los
músicos son animales.
Cada edad requiere un tipo de lectura, por ello presentamos un breve análisis
sobre qué tipo de cuento en más adecuado a ciertas edades.
A los niños de estas edades, período senso-motor, les gusta tanto escuchar
como ver ilustraciones, por ello es importante que en los cuentos de estas
edades abunden las mismas. Características:
- Predominio de la imagen y el movimiento, “leer con las imágenes”.
- Las imágenes no tendrán textos. Una sola imagen en cada página.
- Al niño le gusta oír y repetir pequeños estribillos.
- Deben ser breves, repitiendo trozos y estribillos acompañados de gestos y
movimientos. Ej. retahílas como la de “Este compró un huevo.”
- Las repeticiones y acciones que realiza el narrador le permiten al niño una
mejor memorización, así como seguir el hilo del relato.
- Predominio de lo maravilloso. Cuentos de hadas, brujas y duendes, con
formas mágicas y sorprendentes. Igualmente al niño/a le gustan las historias de
animales o de algún hecho natural.
- Es interesante que aparezcan elementos de su vida diaria.
- Que no produzcan miedo o terror.
Así sabemos que a los niños de hasta dos años les atraen más las historias en
las que se ponen en juego un personaje infantil y un objeto conocido- una
pelota, un pájaro, una mariposa- o una figura femenina que pueda asociar con
su mamá.
Son edades ideales para los cuentos maravillosos. Se inclinan por los
elementos mágicos o sobrenaturales, como los que aparecen en los cuentos
tradicionales. Nace la curiosidad por temas más complejos: el amor en la
pareja, la sexualidad, los nacimientos, la muerte, las aventuras en lugares
extraños, y toda historia en la que los protagonistas se alejan de la tutela
familiar y atraviesan por sí mismos las dificultades o las amenazas del mundo
exterior. A estas edades quieren en sus cuentos a princesas, hadas, dragones,
genios, ogros, gigantes, castillos… desean fantasía en las historias que leen.
Es el momento ideal para contarles cuentos de hadas sencillos, sin tramas
complicadas. Los niños de estas edades prefieren cuentos con estructura
repetitiva, con elementos familiares y de acción rápida. Ricitos de oro,
Pulgarcito, Blancaflor, Barbazul, Blancanieves son adecuados. A partir de los 6
años les fascina los cuentos de aventuras, por ejemplo Simbad, en los que
aparecen héroes. Son adecuados los cuentos de Grimm y Perrault que le
enseñen valores morales. Las fábulas, cuentos fantásticos, leyendas, cuentos
de humor….
- Cuentos con estructura repetitiva: cada repetición hace que el cuento sea
más familiar y reduce el esfuerzo de atención. La repetición, además, le
estimula intelectualmente para seguir sin perderse un encadenamiento de
aventuras. Por ejemplo: Rizos de Oro, Cuentos de animales.
- Cuentos con elementos familiares: a los niños les cuesta prestar atención
durante mucho rato, por eso prefieren una historia que ya conocen antes que
un cuento nuevo. Para crear un mundo nuevo la imaginación debe partir de
material viejo.
- Cuentos de acción rápida: cuanto más rápido se suceden los
acontecimientos de la historia más atención nos prestará el niño al explicarle el
cuento.
En esta etapa, el niño/a se pone en contacto con la lectoescritura y los libros
han de ser muy atractivos para facilitarle el camino en los nuevos aprendizajes.
La tipografía debe ser grande, y mucho mejor si los tipos son de letra cursiva.
Como en la etapa anterior la portada será sugestiva; la encuadernación
flexible…
- El predominio de la imagen sobre el texto seguirá existiendo y enriqueciendo
el contenido del libro, para abrir fuentes de comunicación.
- Los textos serán cuentos sencillos, reducidos, para que el niño/a pueda
asimilarlos y contarlos con facilidad sin olvidar la característica, ya apuntada,
de que la literatura será eminentemente recreativa, con predominio de la
fantasía
- El enriquecimiento del vocabulario constituirá otra nota característica. Se
utilizarán pocas palabras, pertenecientes al vocabulario infantil, usadas con
frecuencia, de manera reiterativa, para ayudar al niño/a en la comprensión y
retención del texto. No se usarán diminutivos y sí, en cambio, se cuidará de
que la redacción tenga un cierto estilo literario.
- La estructura interna debe ser coherente, para que el niño/a vaya
aprendiendo a razonar. El texto debe facilitar su comprensión y ayudarle a
ordenar su pensamiento.
En cuanto a los cuentos musicales, hay bastantes autores que han compuesto
este tipo de obras, que contribuyen a desarrollar la imaginación, ej. la versión
de Pedro y el lobo.
FUNCIONES.
a) Recreativa: el recurso donde se pueden encontrar apoyos para
cambiar de actividad y lograr momentos de distensión, ofreciendo a los
niños un rato agradable.
b) Formativa: ya que posibilita la creación de hábitos positivos
educativos y didácticos. Los hábitos que fomentan son:
Orden, manipulación, cuidado y mantenimiento de los libros.
Atención, observación, direccionalidad y clasificación.
Comunicación verbal y desarrollo social, trabajo conjunto.
Iniciativas y actitudes creativas.
c) De ubicación: de la literatura seleccionada o producida. Libros de
imágenes, de cuentos confeccionados por los niños, por el profesor,
láminas de observación.
d) Como zona de recursos para las unidades didácticas desarrolladas
tanto para el profesor como para los niños.
e) De intercambio y préstamo de libros a los padres para que utilicen en
el ambiente familiar un acercamiento a los hijos a través de los
cuentos, permitiendo un intercambio más directo.
f) Finalmente se proporciona el espacio idóneo para las actividades
individuales de lectura de imágenes.
Características.
Los libros han de seleccionarse partiendo del factor edad e interés, así
como del nivel sociocultural de los niños.
Los libros estarán colocados en estanterías al alcance del niño/a y los
libros exhibidos con la portada a la vista, pues serán los dibujos los que
motiven su interés.
Se debe establecer un servicio de préstamos.
La biblioteca se ha de situar en el rincón de la clase que reúna las
condiciones óptimas para la lectura: luz, temperatura, comodidad. Ha
de estar en un lugar separado y tranquilo, diferenciado del resto de la
clase, dotándola de un carácter personalizado.
Debemos evitar libros que impliquen algún tipo de discriminación y
violencia.
La ordenación de los libros podrá ser totalmente libre o atendiendo a
un criterio de clasificación (géneros, temas…), lo que permitirá una
rápida localización a la hora de la utilización didáctica.
Tipos de biblioteca.
Biblioteca escolar o de centro: Son espacios para animar a leer. Lo
importante es concebir la biblioteca escolar como un centro de recursos
multimedia que reúna todos los materiales impresos y audiovisuales. Tienen
que estar claramente divididos los libros de consulta y los de lectura. Deben
estar organizados de forma sencilla. Los de lectura deben estar divididos por
edades. Una buena biblioteca escolar debe reunir unas condiciones básicas:
cantidad, fondos abundantes y variados, que den respuesta a todos los
niños. Comprar libros de calidad. El sitio tiene que ser cálido, acogedor, un
lugar donde te sientas a gusto. La biblioteca debe volcarse en todas las
celebraciones y acontecimientos que haya en el centro: Día del libro.
Biblioteca de aula: Reúne colecciones de libros que se ponen al alcance de
los niños. Se complementa con la biblioteca de centro. Los libros pueden
traerse de la biblioteca de centro o de los propios niños.
Biblioteca personal: Es función de la escuela colaborar con los niños para
la creación de su propia biblioteca. Informar a los padres sobre la elaboración
de esta biblioteca.
Tipos de libros.
A) Libros de ficción, también llamados de imaginación, son aquellos en los que
el autor hace partícipe al lector del universo imaginario que él ha creado. El lector
puede así penetrar en otras vidas diferentes a la suya y ampliar sus experiencias.
Han de reunir ciertas características: los textos estarán adecuados a la
competencia lingüística de los lectores; las ilustraciones serán sugerentes,
variadas, invitarán a la observación y se coordinarán con el texto.
Los géneros de los libros de ficción son: la novela (fábulas, historias de animales,
mitos y leyendas, aventuras, historia, fantasía, amor, terror, misterio, etc.), el
cuento, la poesía y el teatro, aunque habría que situar de un modo independiente
ciertas manifestaciones de la tradición popular (nanas, canciones de cuna,
canciones de corro, trabalenguas, adivinanzas, fórmulas de juego…) que, por su
valor rítmico y la presencia de la rima, se convierten muchas veces en el primer
encuentro del pequeño con la poesía de calidad. En nuestra mediateca deberán
estar presentes todos estos géneros. Nada de comprar los libros por colecciones
ni por autores, nada de guiarse sólo por los “best seller” y la publicidad del
momento: pongamos en nuestras estanterías un arcoiris de escritores e
ilustradores, de colecciones y géneros, de temas y ambientaciones, de
perspectivas y corrientes. Así el niño podrá elegir con la seguridad de que está
conociendo si no todas al menos sí una considerable muestra de vías de acceso
a la lectura literaria.
Estos libros no sólo estarán al alcance de los chicos más mayores; desde
Educación Infantil podrán acceder a ellos; eso sí, para los prelectores y lectores
incipientes la sencillez expositiva y gráfica serán prioritarias. Contaremos, pues,
con libros documentales adaptados a las diferentes edades y también relativos a
las diversas áreas de conocimiento, no sólo a las Ciencias Naturales: libros sobre
animales, plantas y fenómenos naturales, sí, pero también sobre
descubrimientos, experimentos, países y pueblos lejanos, cultura y tradición
artística y musical, etc.
Difícil resulta clasificar los cómics entre los materiales librarios o no librarios
porque hay opiniones para todos los gustos. Por eso los ubicamos en esta
exposición topográficamente en la frontera entre unos y otros. Absurdo nos
parece el debate porque lo que sí nos parece incuestionable es su idoneidad
como materiales de lectura, ya que contienen todos los requisitos para despertar
la motivación lectora de los niños y jóvenes: propuesta gráfica atractiva,
policromática y ágil; textos breves, con un lenguaje significativo y cercano al
mundo infantil y juvenil. Eso sí, busquemos historietas de calidad en su parte
gráfica y en la expresividad y rigor de sus textos.
Materiales no librarios.
Material de apoyo para NEE: por ley y, sobre todo, por justicia y honestidad
personal, contaremos en nuestra mediateca con materiales ricos y estimulantes
para aquellos alumnos que posean alguna necesidad educativa especial o sufran
algún tipo de discapacidad.
Materiales creados por los alumnos: ponemos en último lugar con toda la
intención todos aquellos poemarios, libros documentales, periódicos, libros
gigantes o minúsculos, trabajos de investigación, materiales de apoyo a la
iniciación a la lectura y la escritura, cartas de amor, ensayos, etc. elaborados por
los propios chicos y chicas. En un lugar privilegiado y con un peso específico en
lo ornamental y lo afectivo, hemos de situar en la mediateca todas las
producciones de los niños y jóvenes que la visitan porque será la mejor manera
de demostrarles que les consideramos protagonistas de todo el proceso de
aprendizaje que se cuece en la escuela.
Club Kiriko http://www.clubkirico.com/
-Revista Babar http://revistababar.com/wp/
DE 6 A 8 AÑOS
Historias de ratones de Arnold Lobel
Secreto de Familia de Isol
Sopa de calabaza de Helen Cooper
El pequeño conejo blanco de Xosé Ballesteros
La cebra Camila de Marisa Núñez
¡Qué bonito es Panamá! De Janosch
Donde viven los monstruos dee Maurice Sendak
Pomelo crece de Ramona Bâdescu
Los tres bandidos de Tomi Ungerer
Frederick de Leo Lionni
El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza de Werner Holzwarth
Un culete independiente de José Luis Cortés
Cuando nace un monstruo de Sean Taylor
Una pesadilla en mi armario de Mercer Mayer
En el mar de la imaginación de Rafael Calatayd
La sopera y el cazo de Michael Ende
Los tres amigos de Helme Heine
La bruja Brunilda de Valerie Thomas
La conejita Marcela de Esther Tusquets
Abezoo de Carlos Reviejo
Memorias de una gallina de Concha López Narváez
El expreso polar de Chris Van Allsburg
El apestoso hombre queso de Jon Scieszka
Sapo y Sepo, inseparables de Arnold Lobel
El cocodrilo enorme de Roald Dahl
De verdad que no podía de Gabriela Keselman
La vaca que puso un huevo de Andy Cutbill
El secreto de Eric Battut
La casa de la mosca fosca de Eva Mejuto
Matrioska de Dimiter Inkiow
El pez arcoíris de Marcus Pfister
El oso que no lo era de Frank Tashlin
Cuando a Matías le entraron ganas de hacer pis en la noche de Reyes de Chema Heras
Los chivos chivones de Olalla González
Lobito aprende a ser malo de lan Whybrow
Unidad X. La animación a la lectura.
1. Fundamentación teórica.
2. Objetivos.
De todas formas siempre quedan algunos alumnos a los que resulta muy difícil
motivar, y será a través de un seguimiento más individual sobre sus gustos
lectores, y analizando las dificultades que pueden tener en la lectura, como
conseguiremos que paulatinamente vayan cogiendo gusto a la lectura.
4. Metodología de la animación.
4.1. Introducción.
Hay que tener en cuenta, como primer criterio, la importancia que tiene que al
narrador le guste el cuento que va a contar, que se sienta emocional o
estéticamente implicado en él. Esta relación la percibe el niño/a y le incita a la
curiosidad.
Introducción
La importancia de los cuentos en la creación del hábito lector y en la
construcción del itinerario lector de cualquier persona está fuera de toda duda.
Por eso creemos que tanto padres como bibliotecarios y maestros deben
ampliar su formación sobre este recurso didáctico, porque les permitirá asumir
su parte de responsabilidad en la formación lectora de los niños con mayor
seguridad y rigor.
Contar Leer
Lo prefieren los niños. Les gusta menos a los niños.
El narrador es más libre y El lector está encorsetado.
espontáneo. El libro estorba y ata al lector.
Se mueve, observa al El texto dirige al lector y le quita
auditorio, gesticula, usa sus ojos espontaneidad.
y manos.
Las palabras fluyen sin
forzarlas.
Algunas preguntas previas a la elección de cuentos
¿Existe una trama viva cuyas acciones se suceden rápida y naturalmente?
1. ¿Las imágenes son sencillas sin caer en la vulgaridad?
2. ¿Existen repeticiones que pueden dar seguridad a los más pequeños?
3. ¿Pueden los niños identificarse con los protagonistas?
Cualidades que los niños aprecian de los cuentos
La rapidez de la acción: en cada párrafo sucede algo interesante.
Que traten de lo que hacen los protagonistas, no de lo que piensan o
sienten.
Los acontecimientos vienen encadenados, in crescendo; ningún
problema hace retroceder el pensamiento.
Sencillez teñida de encanto y misterio: imágenes familiares animadas
por lo maravilloso.
Elementos reiterativos, repeticiones acumulativas cuya virtud consiste en
acentuar la nota familiar, excitar el matiz humorístico del relato y facilitar el
esfuerzo de atención.
Características de los cuentos para narrar
El protagonista ha de ser el enlace de toda la historia.
Han de tener argumento: presentación de los personajes, situación
conflictiva que debe resolverse, acción de los protagonistas y desenlace.
No habrá historias paralelas que puedan dificultar la comprensión.
La solución al conflicto llegará en el último momento.
El cuento habrá de estar adaptado a la edad y características de los
oyentes.
Tendrán una duración adecuada a los oyentes y la situación (+/- 5-15
minutos).
Educación Infantil:
Historias sencillas. Un poco afectivas.
Acción lineal. No muy largas.
Cuentos de animales. Cuentos encadenados
Pocos personajes. Más fantasía.
Educación Primaria:
Protagonistas humanos. Acción más compleja
Personajes secundarios. Más extensos.
Más realismo. Humor, astucia, juegos de palabras.
5. Dinámica de la animación.
El acto de leer está determinado no sólo por el contenido del texto, sino
también por aspectos formales del soporte (encuadernación, ilustración, tipo de
papel, formato web…) y por la tipografía y longitud de la obra. Puede hablarse
de tres estrategias de lectura:
1º. Estrategias basadas en las peculiaridades del texto: comprensión del tema,
del tipo de texto, de las palabras clave, de los indicadores tipológicos, de los
conectores…
3º. Estrategias basadas en las distintas fases del proceso lector: comprender el
texto, anticipar el desarrollo, formular expectativas…
- Leer en voz alta textos de todo tipo. Leer cada día un poemita, un cuento o un
fragmento sin necesidad de trabajar sobre el texto, fomentando el placer.
Todos los días empezar una historia o retomar la del día anterior
- Promover la lectura a través de las TIC. Aunque hay cierto rechazo a leer
textos largos en la pantalla del ordenador, se puede aprovechar este recurso
principalmente para la búsqueda de información o para el ocio (volver a ver
series de dibujos animados basadas en libros, por ej.). Estaríamos ante el
aprovechamiento del lenguaje visual y se pueden utilizar: el proyecto
Sherezade (http:/home.cc.umanitoba.ca/-fernand4); Cuentos infantiles
(http://maestroteca.com/), Biblioteca de literatura infantil
(http://www.cervantesvirtual.com/).
b) Comunidad de Madrid.
a) Comunicación lingüística.
b) Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y
tecnología.
c) Competencia digital.
d) Aprender a aprender.
e) Competencias sociales y cívicas.
f) Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
g) Conciencia y expresiones culturales.
11. Medios didácticos y tecnológicos: recursos con que cuenta el centro y que
están a disposición de los alumnos. También se puede contar con otros recursos
que prevea el profesor.
6. Contenidos:
- Diferentes formas de expresión: escritas y gráficas (objetivo 6).
- Imágenes fijas y móviles como medio de comunicación, información y
disfrute (cuento, mural, vídeo y pantalla de ordenador) (objetivo 11).
- Instrumentos de la lengua escrita y oral (objetivo 19)
- Memorización del argumento del cuento y de los personajes (objetivos 1 y
2).
- Dramatización y comprensión de textos literarios (objetivo 9).
- Lectura de imágenes: fotos (objetivo 3).
- Interpretación de imágenes (objetivos 13 y 15).
- Comprensión y producción de 6 imágenes (objetivo 5).
- Utilización de imágenes fijas y móviles para transmitir mensajes sencillos
(objetivo 12).
- Uso de las normas que rigen el intercambio lingüístico (escuchar y
respetar los turnos de palabra) y participación en conversaciones
colectivas como forma de interactuar con los demás (objetivos 7 y 14).
- Exploración y empleo de la voz, del propio cuerpo y de los objetos
cotidianos (objetivo 8).
- Desarrollo del aspecto expresivo y creativo del alumno (objetivos 17 y 19).
Nº Sesión en la
Indicadores
que se evalúa
Trabajo en el que
Indicadores
se evalúa
Cuando se ponen en práctica las estrategias por primera vez, cuesta conseguir
todos los objetivos que en principio nos proponemos. No hay que desanimarse:
los objetivos se logran cuando se consigue una programación bien estudiada, y
hay constancia y continuidad.