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Redactar es, en su sentido más general, expresar por escrito una idea, un mensaje.
Redactar bien es, además, expresar ideas con claridad y concreción. La claridad y la
concreción son requisitos esenciales para asegurar que el contenido del texto pueda ser
leído, comprendido e interpretado por el lector.
Pero para llevar a cabo este aprendizaje es necesario partir de las condiciones y las
características personales de cada uno de los interesados. ¿Qué clase de redactor soy?;
esa es la pregunta que todos debemos comenzar por responder.
4. El verbo. Parte de la oración que se conjuga y expresa acción y estado. Ej. Estudiar,
vivir, atender, hablar, escuchar…
El acento es el mayor relieve con que se pronuncia una determinada sílaba dentro de una
palabra, es decir, dentro de la cadena hablada no todas las sílabas se pronuncian con
igual relieve. El realce con que se pronuncia una sílaba con respecto a las demás que la
acompañan se denomina acento prosódico, también llamado de intensidad, tónico o
fonético.
Tono o timbre: Es la claridad de la voz. Cuando queremos mandar sin subir el volumen
utilizamos un tono más grave de voz.
Perturbaciones de la voz: Son las muletillas, las vacilaciones, las pausas y silencios mal
utilizados.
Latencia: El tiempo que transcurre entre el final de la frase que emite el usuario y el
comienzo de otra por parte del interlocutor.
Intenciones comunicativas
Básicamente la intención está relacionada con la mayor o menor voluntad explícita del
emisor por influir en la opinión o conducta del destinatario; es decir, oscila entre dos
polos: el de máxima objetividad, intención más informativa, y de máxima subjetividad,
donde la información que se aporta es escasa y a través de la expresión de una postura
personal, su intención es convencer al interlocutor de la misma o reforzar las relaciones
sociales o ideológicas que los vincula.
Así las cosas, la lectura es comprender, y este acto implica el ejercicio de habilidades
mentales superiores tales como: predecir, inferir, analizar, sintetizar, entre otras
(Santiago, Castillo & Ruíz. 2005). El acto lector aporta conocimientos previos, establece
hipótesis y las verifica, elabora inferencias para comprender lo que se sugiere, para
finalmente construir significados posibles. De acuerdo a esto, la lectura no sólo depende
de la construcción del texto, sino que involucra al lector, sus saberes, su visión de
mundo, adaptándola al contexto en que se lee.
Esto sugiere que el lector identifique y recupere información presente en uno o varios
textos, construya su sentido global, establezca relaciones entre enunciados y evalúe su
intencionalidad. Para esto se abordan tres niveles de lectura:
La Interpretación
Por otro lado podemos decir de la interpretación textual que es una forma de tener
contacto con la intención del autor al producir su obra. Para llegar a interpretar debemos
leer, luego plasmar algunas imágenes como mapa conceptual o mapa mental que son
clave para lo que queremos analizar y así llegar más lejos para tener una buena
información y así estar seguros de interpretar un texto.
La comunicación verbal puede realizarse de dos formas: oral: a través de signos orales
y palabras habladas o escrita: por medio de la representación gráfica de signos.
• Hay múltiples formas de comunicación oral. Los gritos, silbidos, llantos y risas
pueden expresar diferentes situaciones anímicas y son una de las formas más primarias
de la comunicación. La forma más evolucionada de comunicación oral es el lenguaje
articulado, los sonidos estructurados que dan lugar a las sílabas, palabras y oraciones con
las que nos comunicamos con los demás.
• Mantiene una relación con la comunicación verbal, pues suelen emplearse juntas.
Comunicación pública
Todo acto por el cual una pluralidad de personas pueda tener acceso a la obra sin previa
distribución de ejemplares a cada una de ellas.
Lenguaje y Pensamiento
El estudio del lenguaje ha ocupado, en todas las culturas y desde los tiempos más
remotos un lugar preeminente en la educación de los individuos.
Esta propiedad resalta en los casos en que el lenguaje se halla, por así decir, en estado
naciente: en la creación poética y en el niño. La conducta del niño, cuando se halla en la
edad de las preguntas, es reveladora: el niño se interesa por las cosas, quiere saber que
está, y sin embargo, se da por satisfecho con su nombre, gracias al cual toma conciencia
de la cosa.
Fonética y Fonología
A partir de Saussure, un ilustre filólogo del siglo XIX, se distinguen dos aspectos del
Lenguaje. Uno, la realización concreta, individual y momentánea de la expresión
lingüística en cada uno de los hablantes; otro, el modelo abstracto, constante y general
que sirve de norma perenne a las manifestaciones particulares. Saussure llamo habla al
primero, y guardo el nombre de lengua para el segundo. Pues bien, la Fonética estudiaría
el habla, mientras que la lengua es el objeto de la Fonología.
Todos al hablar, creemos pronunciar los sonidos que caracterizan a cada una de las
palabras que utilizamos en nuestro discurso y, sin embargo, no hay sorpresa semejante
a la de verse reproducida [fonéticamente]], con total exactitud, la propia pronunciación.
Rasgos dialectales, y aun personales, alejan enormemente la verificación real o fonética
de los sonidos emitidos por el que habla, de la ilusión fonológica, es decir, de los sonidos
(aquí llamados fonemas) que creímos pronunciar de acuerdo con la idea que poseemos
de la lengua.
A pesar del idioma que hablemos o nuestra cultura, se piensa que las personas pasamos
por las mismas etapas de desarrollo del lenguaje a aproximadamente la misma edad. En
este artículo podrás encontrar las etapas por las que pasan los niños en el proceso de
adquisición del lenguaje, además de la edad aproximada a la que pasan a cada etapa.
También podrás ver una descripción de lo que sucede en cada estadio.
I. Etapa prelingüística (0 a 12 meses): los bebés nacen sin saber hablar, aunque hacen
sonidos variados con sus órganos vocales, incluido el llanto, que suele ser el sonido
dominante, e incluso los padres aprenden a discriminar los diferentes tipos de llanto.
Para el primer mes los niños aprender a distinguir entre fonemas y otros sonidos, aunque
a veces suenen muy parecidos. Se piensa que esta habilidad perceptual puede ser innata
(Gross, 2005).
Dentro de esta etapa tenemos el prebalbuceo (0-2 meses) donde predominan las
vocalizaciones reflejas y gorjeos (como el ya mencionado llanto); y el balbuceo donde,
de los 3 a 6 meses predomina el juego vocal y luego (de los 6 a los 10 meses) la imitación
(Navarro Pablo, s.f.)
Aunque los niños comienzan produciendo unos pocos fonemas, rápidamente producen
casi todos los fonemas existentes, pertenezcan o no a su lengua nativa (expansión
fonética). Aproximadamente a los 9-10 meses comienza la contracción fonética: ahora
los fonemas utilizados serán solo los correspondientes al lenguaje del entorno. Los niños
sordos dejan de balbucear a esta edad, probablemente debido a falta de
retroalimentación de su propia voz (Gross, 2005).
Ya a los 4 meses pueden leer labios y discriminar sonidos. Más o menos a esa edad
comienza la etapa del balbuceo. No se trata de una imitación de los sonidos que escucha
de los adultos, por que utiliza sonidos de diversos lenguajes. Los niños sordos también
balbucean, sugiriendo que la natura permite una gama de fonemas antes que el contexto
moldee el lenguaje. Muchos de los sonidos del balbuceo son pares de vocales-
consonantes (da-da, ma-ma, ta-ta). Luego de un tiempo, el balbuceo se convierte en
sonidos y entonaciones del entorno y, a los 10 meses, un oído entrenado puede
identificar el lenguaje de la casa (Myers, 2006).
II. Etapa de una palabra (12 a 18 meses): El niño produce su primera palabra al año
aproximadamente, sin embargo el balbuceo continúa por alrededor de 6 meses más. El
niño entenderá más palabras de las que produce (Gross, 2005).
Al cumplir el año, la mayoría de los niños pasan a la etapa de una palabra: han aprendido
que los sonidos tienen significado y tratan de utilizarlos para comunicarse. Al principio,
las palabras suelen contener una sola sílaba y probablemente solo las personas más
cercanas al bebé, lo entiendan (Myers, 2006).
Aproximadamente a los 18 meses pasan de aprender una palabra por semana a 1 palabra
por día. Antes de los 2 años suelen entrar a la etapa de las dos palabras, es decir que
empiezan a formar oraciones simples de dos palabras, por esta razón también se
caracteriza al lenguaje como “discurso telegráfico” en esta etapa (Myers, 2006).