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CUESTIONARIO DE REPASO PARA LA EVALUACIÓN FINAL CICLO 4-2020

Redactar es, en su sentido más general, expresar por escrito una idea, un mensaje.
Redactar bien es, además, expresar ideas con claridad y concreción. La claridad y la
concreción son requisitos esenciales para asegurar que el contenido del texto pueda ser
leído, comprendido e interpretado por el lector.

Aunque todos o casi todos reconocemos la importancia de saber redactar, también es


cierto que asumir esa realidad es insuficiente en sí misma para desarrollar la expresión
escrita. Es necesario llegar al convencimiento de que hay que realizar un esfuerzo
personal para conseguir ese propósito.

Muchas personas se desaniman antes de comenzar porque consideran que no están


«dotadas para escribir». Lo primero es desechar esta frase, u otras de este estilo, que
carecen de un fundamento sólido. En principio, todos podemos aprender a redactar.

Pero para llevar a cabo este aprendizaje es necesario partir de las condiciones y las
características personales de cada uno de los interesados. ¿Qué clase de redactor soy?;
esa es la pregunta que todos debemos comenzar por responder.

Para redactar adecuadamente se requiere de unos elementos llamados “Categorías


Gramaticales”, que es nombre bajo el que se agrupan todas las palabras del idioma,
distribuidas en nueve clases: sustantivo, pronombre, adjetivo, adverbio, verbo,
preposición, conjunción, interjección y artículo.

1. El sustantivo. Es aquel tipo de palabra cuyo significado determina la realidad. Esto


es, los sustantivos nombran todas las cosas: personas, objetos, sensaciones,
sentimientos, ideas, etc. Ej. Juan, puerta, gato, belleza, etc.

2. El pronombre. Es la palabra que sustituye a otros términos que designan personas


o cosas en un momento determinado. Ej. Quiero a Laura / la quiero. Juan llevaba una visera
/ Ésta era de color verde.
3. El adjetivo. Es la palabra que acompaña al sustantivo para determinarlo o calificarlo:
Ej. El coche rojo. Casa hermosa.

4. El verbo. Parte de la oración que se conjuga y expresa acción y estado. Ej. Estudiar,
vivir, atender, hablar, escuchar…

5. El adverbio. Es una parte invariable de la oración que puede modificar, matizar o


determinar a un verbo o a otro adverbio. Ej. La oferta es poco atractiva (modifica a un adjetivo),
Ella canta fuerte ahora (modifica a otro adverbio).

6. La preposición. Es una palabra invariable de enlace que relaciona elementos de la


oración y puede unir un sustantivo con su complemento, un verbo con su complemento,
un adjetivo con su complemento o un adverbio con su complemento. Ellas son: A, ante,
bajo, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, sobre,
tras. Ej. El niño camina hacia el parque. Voy a visitar a mis abuelos.

7. La conjunción. Es una palabra invariable -parecida a la preposición-, que se utiliza


para unir palabras y oraciones Clases de conjunciones: 1) Copulativas: y, e, ni. 2)
Disyuntivas: o, u. 3) Adversativas: pero, mas, sino. 4) Concesiva: aunque. 5) Causales: porque,
pues. 6) Condicionales: si. 7 Comparativas: tan, tanto, que, como. 8. Consecutivas: tanto, que,
luego. 9. Concesivas: aunque. Ej. Joaquín y María. Voy a su casa pero por la tarde.

8. La interjección. Palabra invariables (que no cambian su forma) que se utilizan para


expresar exclamaciones; sirven para expresar sentimientos, para llamar la atención del
interlocutor o para expresar emociones o impresiones. Las interjecciones siempre se
escriben entre signos de admiración (¡!). Ej. ¡Eh!, ¡Ah!, ¡Vaya!, ¡Caramba!, ¡Oh!, ¡Oye!,
¡Auxilio!, ¡Bravo!, ¡Uf!, ¡Uy!...

9. El artículo: El artículo es la palabra que determina a los sustantivos. Los artículos


pueden expresar el género (masculino o femenino) y el número (singular o plural) que
le corresponde al sustantivo. Es decir, existe una concordancia entre artículo y
sustantivo. Se pueden clasificar en determinados (el, la, lo, las, los) e indeterminados (un,
uno, unos, unas). Ej. La casa, un candado.
Las normas ortográficas, son las reglas que regulan la escritura de las palabras. El
sistema que forman estas normas, conocido como ortografía, constituye una
convención sobre cómo debe manifestarse por escrito una determinada lengua. En
nuestro idioma comenzó a desarrollarse en el siglo XVIII, sobre todo a partir de la
fundación de la Real Academia Española (RAE). Gracias a las reglas ortográficas,
aceptadas por consenso por toda la comunidad lingüística, se facilita la comprensión de
los textos, ya que cada persona sabe cómo tiene que escribir cada término.

La tilde: Es el signo ortográfico auxiliar con el que se representa el acento prosódico


en la escritura, por ello, la tilde recibe también los nombres de acento gráfico u
ortográfico, en otras palabras, viene a ser la rayita oblicua (´) que se coloca en una vocal.

El acento es el mayor relieve con que se pronuncia una determinada sílaba dentro de una
palabra, es decir, dentro de la cadena hablada no todas las sílabas se pronuncian con
igual relieve. El realce con que se pronuncia una sílaba con respecto a las demás que la
acompañan se denomina acento prosódico, también llamado de intensidad, tónico o
fonético.

Hablar se denomina el acto de emitir o articular palabras. Hablar nos permite


comunicarnos con otras personas por medio de palabras, es la forma natural de expresar
nuestras ideas, manifestar nuestros sentimientos o intercambiar puntos de vista con
otras personas.

Hablar, junto con escuchar, es un componente fundamental para que el proceso de


comunicación se pueda llevar a cabo y para que podamos tener relaciones más
armónicas y fluidas con las personas de nuestro entorno.

Además de la entonación y la vocalización, existen otros Componentes


Paralingüísticos que hacen referencia a las cualidades de la voz, en sus distintos aspectos
y juegan un papel muy importante en la efectividad de la comunicación. Estos otros
aspectos son:
Volumen: Es el potencial de la voz. Si hablamos muy bajito, quizás no oigan, por el
contrario si hablas muy fuerte puedan pensar que estamos enfadados. Habrá que
acomodar el volumen a las circunstancias y a las interferencias que existan en el medio.

Tono o timbre: Es la claridad de la voz. Cuando queremos mandar sin subir el volumen
utilizamos un tono más grave de voz.

Velocidad: Conlleva significación psicológica. El habla lenta puede indicarnos tristeza,


aburrimiento... El habla rápida puede identificar ansiedad, nerviosismo.

Perturbaciones de la voz: Son las muletillas, las vacilaciones, las pausas y silencios mal
utilizados.

Fluidez del habla: Indica seguridad en sí mismo, cultura, etc.

Latencia: El tiempo que transcurre entre el final de la frase que emite el usuario y el
comienzo de otra por parte del interlocutor.

El tiempo del habla: Se refiere al tiempo que se mantiene hablando el individuo. El


tiempo de conversación de una persona puede ser problemático por ambos extremos,
es decir, tanto si apenas habla como si habla demasiado.

Intenciones comunicativas

Básicamente la intención está relacionada con la mayor o menor voluntad explícita del
emisor por influir en la opinión o conducta del destinatario; es decir, oscila entre dos
polos: el de máxima objetividad, intención más informativa, y de máxima subjetividad,
donde la información que se aporta es escasa y a través de la expresión de una postura
personal, su intención es convencer al interlocutor de la misma o reforzar las relaciones
sociales o ideológicas que los vincula.

Leer es el proceso de percibir y comprender la escritura ya sea mediante la vista o


el tacto (braille). Por su parte, la lectura se refiere al proceso de significación y
comprensión de algún tipo de información e/o ideas almacenadas en un soporte y
transmitidas mediante algún tipo de código, usualmente un lenguaje, que puede ser
visual o táctil.
Lectura comprensiva

Es en pocas palabras, la acción de leer acompañada de una correcta interpretación. Por


este motivo en la terminología pedagógica en ocasiones se utiliza el concepto de
comprensión lectora. La lectura comprensiva tiene por objeto la interpretación y
comprensión critica del texto, es decir en ella el lector no es un ente pasivo, sino activo
en el proceso de la lectura, es decir que descodifica el mensaje, lo interroga, lo analiza,
lo critica, entre otras cosas.

Así las cosas, la lectura es comprender, y este acto implica el ejercicio de habilidades
mentales superiores tales como: predecir, inferir, analizar, sintetizar, entre otras
(Santiago, Castillo & Ruíz. 2005). El acto lector aporta conocimientos previos, establece
hipótesis y las verifica, elabora inferencias para comprender lo que se sugiere, para
finalmente construir significados posibles. De acuerdo a esto, la lectura no sólo depende
de la construcción del texto, sino que involucra al lector, sus saberes, su visión de
mundo, adaptándola al contexto en que se lee.

Esto sugiere que el lector identifique y recupere información presente en uno o varios
textos, construya su sentido global, establezca relaciones entre enunciados y evalúe su
intencionalidad. Para esto se abordan tres niveles de lectura:

- Lectura literal (o de exploración)


- Lectura inferencial
- Lectura Crítica (o de análisis)

La Interpretación

En muchas ocasiones no somos capaces de elaborar una interpretación plausible del


texto. Interpretar un texto supone dotarlo de sentido, obtener una visión global y
coherente que resulte significativa para nosotros.
La interpretación es, en definitiva, el resultado de poner el contenido del texto en
relación con distintos factores que determinan su sentido, como el contexto y la
intención del autor. Para poder interpretar mensajes escritos se debe identificar y
entender la información que contenga el texto y determinar el sentido de la lectura; dar
la explicación lógica del tema, es decir la tesis, la idea principal, el desarrollo y las
conclusiones. Ya que es necesario informar, persuadir y entender, porque solo de esta
forma podremos elaborar una buena interpretación.

Por otro lado podemos decir de la interpretación textual que es una forma de tener
contacto con la intención del autor al producir su obra. Para llegar a interpretar debemos
leer, luego plasmar algunas imágenes como mapa conceptual o mapa mental que son
clave para lo que queremos analizar y así llegar más lejos para tener una buena
información y así estar seguros de interpretar un texto.

Comunicación verbal: oral y escrita

La comunicación verbal puede realizarse de dos formas: oral: a través de signos orales
y palabras habladas o escrita: por medio de la representación gráfica de signos.

• Hay múltiples formas de comunicación oral. Los gritos, silbidos, llantos y risas
pueden expresar diferentes situaciones anímicas y son una de las formas más primarias
de la comunicación. La forma más evolucionada de comunicación oral es el lenguaje
articulado, los sonidos estructurados que dan lugar a las sílabas, palabras y oraciones con
las que nos comunicamos con los demás.

• Las formas de comunicación escrita también son muy variadas y numerosas


(ideogramas, jeroglíficos, alfabetos, siglas, graffiti, logotipos, entre otros). Desde la
escritura primitiva ideográfica y jeroglífica, tan difíciles de entender por nosotros; hasta
la fonética silábica y alfabética, más conocida, hay una evolución importante.
Comunicación no verbal

La comunicación no verbal se realiza a través de multitud de signos de gran variedad:


Imágenes sensoriales (visuales, auditivas, olfativas...), sonidos, gestos y movimientos
corporales.

Características de la comunicación no verbal:

• Mantiene una relación con la comunicación verbal, pues suelen emplearse juntas.

• En muchas ocasiones actúa como reguladora del proceso de comunicación,


contribuyendo a ampliar o reducir el significado del mensaje.

• Los sistemas de comunicación no verbal varían según las culturas.

• Generalmente, cumple mayor número de funciones que el verbal, pues lo acompaña,


completa, modifica o sustituye en ocasiones.

Comunicación pública

Todo acto por el cual una pluralidad de personas pueda tener acceso a la obra sin previa
distribución de ejemplares a cada una de ellas.

No se considerará pública la comunicación cuando se celebre dentro de un ámbito


estrictamente doméstico que no esté integrado o conectado a una red de difusión de
cualquier tipo.

Lenguaje y Pensamiento

El estudio del lenguaje ha ocupado, en todas las culturas y desde los tiempos más
remotos un lugar preeminente en la educación de los individuos.

Se puede decir que el lenguaje es la característica más propiamente humana, la que de


manera más palmaria y ostensible eleva al hombre por sobre todos los demás animales.
Las concepciones más primitivas dividen ya en dos grandes clases el mundo de los seres
que se mueven y actúan:

• los mudos rebaños


• los hombres de voz articulada por el otro.

Es interesante notar como la moderna psicología ha confirmado este juicio instintivo;


pues, a despecho de superficiales analogías, el abismo que en lo referente al lenguaje
separa al hombre de los irracionales, ha ido ensanchándose a medida que se ha
profundizado en el estudio de la psicología animal. La razón de esta preferencia dada al
hablar entre todas las facultades humanas debe buscarse en la esencia misma de esta
función. A una consideración superficial, el leguaje aparece simplemente como un
medio de comunicarnos con nuestros semejantes, un instrumento para hacer pasar a
otros un conocimiento o un dato, o participarles una emoción que nos posee, un
movimiento de nuestra sensibilidad. El lenguaje es esto, ciertamente, pero no es solo
esto.

Es un intermediario entre una persona y sus semejantes, es un mediador entre la


inteligencia y el mundo que los rodea, un instrumento de capacitación que permite hacer
presa sobre este, adueñarse, en cierto modo, de las cosas que forman el contorno y que
de esa manera pasarán a integrarse en el universo interior.

Esta propiedad resalta en los casos en que el lenguaje se halla, por así decir, en estado
naciente: en la creación poética y en el niño. La conducta del niño, cuando se halla en la
edad de las preguntas, es reveladora: el niño se interesa por las cosas, quiere saber que
está, y sin embargo, se da por satisfecho con su nombre, gracias al cual toma conciencia
de la cosa.

Fonética y Fonología

El lenguaje es un intercambio de sonidos articulados, que poseen un valor de signo y


son emitidos por el que habla y percibidos por los que escuchan. La ciencia que estudia
tales sonidos se llama Fonética. Es una ciencia Descriptiva que, basada en la Fisiología
y la física, estudia el material sonoro de la lengua, es decir, los sonidos, la entonación y
el ritmo. Modernamente los avances de la psicología han motivado la creación de una
nueva ciencia llamada Fonología, la cual estudia los sonidos, no desde un punto de vista
material y físico, sino por su funcionamiento en el Lenguaje, o sea, en cuanto sirven para
formar el significado de las palabras.

A partir de Saussure, un ilustre filólogo del siglo XIX, se distinguen dos aspectos del
Lenguaje. Uno, la realización concreta, individual y momentánea de la expresión
lingüística en cada uno de los hablantes; otro, el modelo abstracto, constante y general
que sirve de norma perenne a las manifestaciones particulares. Saussure llamo habla al
primero, y guardo el nombre de lengua para el segundo. Pues bien, la Fonética estudiaría
el habla, mientras que la lengua es el objeto de la Fonología.

Todos al hablar, creemos pronunciar los sonidos que caracterizan a cada una de las
palabras que utilizamos en nuestro discurso y, sin embargo, no hay sorpresa semejante
a la de verse reproducida [fonéticamente]], con total exactitud, la propia pronunciación.
Rasgos dialectales, y aun personales, alejan enormemente la verificación real o fonética
de los sonidos emitidos por el que habla, de la ilusión fonológica, es decir, de los sonidos
(aquí llamados fonemas) que creímos pronunciar de acuerdo con la idea que poseemos
de la lengua.

Etapas del lenguaje

A pesar del idioma que hablemos o nuestra cultura, se piensa que las personas pasamos
por las mismas etapas de desarrollo del lenguaje a aproximadamente la misma edad. En
este artículo podrás encontrar las etapas por las que pasan los niños en el proceso de
adquisición del lenguaje, además de la edad aproximada a la que pasan a cada etapa.
También podrás ver una descripción de lo que sucede en cada estadio.

Para adquirir el lenguaje es necesaria la maduración del sistema nervioso, cierto


desarrollo cognitivo y desarrollo socio-emocional, ya que el niño solo aprenderá a hablar
si está expuesto al lenguaje (Gross, 2005).
Hay un consenso general en relación a las tres grandes etapas del desarrollo del lenguaje,
por las cuales el niño avanza de manera gradual (Gross, 2005):

I. Etapa prelingüística (0 a 12 meses): los bebés nacen sin saber hablar, aunque hacen
sonidos variados con sus órganos vocales, incluido el llanto, que suele ser el sonido
dominante, e incluso los padres aprenden a discriminar los diferentes tipos de llanto.
Para el primer mes los niños aprender a distinguir entre fonemas y otros sonidos, aunque
a veces suenen muy parecidos. Se piensa que esta habilidad perceptual puede ser innata
(Gross, 2005).

Dentro de esta etapa tenemos el prebalbuceo (0-2 meses) donde predominan las
vocalizaciones reflejas y gorjeos (como el ya mencionado llanto); y el balbuceo donde,
de los 3 a 6 meses predomina el juego vocal y luego (de los 6 a los 10 meses) la imitación
(Navarro Pablo, s.f.)

Aunque los niños comienzan produciendo unos pocos fonemas, rápidamente producen
casi todos los fonemas existentes, pertenezcan o no a su lengua nativa (expansión
fonética). Aproximadamente a los 9-10 meses comienza la contracción fonética: ahora
los fonemas utilizados serán solo los correspondientes al lenguaje del entorno. Los niños
sordos dejan de balbucear a esta edad, probablemente debido a falta de
retroalimentación de su propia voz (Gross, 2005).

Ya a los 4 meses pueden leer labios y discriminar sonidos. Más o menos a esa edad
comienza la etapa del balbuceo. No se trata de una imitación de los sonidos que escucha
de los adultos, por que utiliza sonidos de diversos lenguajes. Los niños sordos también
balbucean, sugiriendo que la natura permite una gama de fonemas antes que el contexto
moldee el lenguaje. Muchos de los sonidos del balbuceo son pares de vocales-
consonantes (da-da, ma-ma, ta-ta). Luego de un tiempo, el balbuceo se convierte en
sonidos y entonaciones del entorno y, a los 10 meses, un oído entrenado puede
identificar el lenguaje de la casa (Myers, 2006).

II. Etapa de una palabra (12 a 18 meses): El niño produce su primera palabra al año
aproximadamente, sin embargo el balbuceo continúa por alrededor de 6 meses más. El
niño entenderá más palabras de las que produce (Gross, 2005).
Al cumplir el año, la mayoría de los niños pasan a la etapa de una palabra: han aprendido
que los sonidos tienen significado y tratan de utilizarlos para comunicarse. Al principio,
las palabras suelen contener una sola sílaba y probablemente solo las personas más
cercanas al bebé, lo entiendan (Myers, 2006).

III. Etapa de oraciones de dos palabras. Esta última se divide en Estadio 1 de


gramática, que va desde los 18 hasta los 30 meses y se caracteriza por ser un lenguaje
telegráfico, es decir que la producción e imitación de oraciones es simple (Gross, 2005).

Aproximadamente a los 18 meses pasan de aprender una palabra por semana a 1 palabra
por día. Antes de los 2 años suelen entrar a la etapa de las dos palabras, es decir que
empiezan a formar oraciones simples de dos palabras, por esta razón también se
caracteriza al lenguaje como “discurso telegráfico” en esta etapa (Myers, 2006).

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