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CARACTERÍSTICAS

CLÍNICAS DEL
TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA
¿Qué
conocemos
del TEA?
TRASTORNO DEL ESPECTRO
AUTISTA

PS. SUSY QUISPE SUCNO


TRASTORNO
DEL ESPECTRO
AUTISTA
Conjunto de trastornos que
constituyen un grupo de
trastornos del
neurodesarrollo, que se
presenta en la primera
infancia y consiste en la
presencia de déficit o
conductas anómalas en las
áreas de interacción social
recíproca, comunicación y
conducta, con alteraciones
sensoriales, intereses
restringidos y repetitivos.
CUADRO
CLÍNICO
Alteraciones
cualitativas en la
interacción social.

Alteraciones
cualitativas en la
comunicación.

Patrones de conducta
restringidos, repetitivos
y estereotipados.
1. Alteraciones cualitativas
en la interacción social

 Dificultades de reciprocidad socioemocional,


manifestadas por la disminución para
compartir placer con los demás, o hacerlo de
forma unidireccional a través de monólogos,
o tendencia a ir a la suya, a tratar de hacer lo
que desee en todo momento y querer
imponer su voluntad, con dificultades para
aceptar negativas y flexibilizarse ante las
demandas y deseos de los demás.
2. Alteraciones cualitativas
en la comunicación
 Dificultad para adquirir el lenguaje hablado sin que se
compense mediante métodos alternativos de comunicación
(gestos).
 A menudo presencia de lenguaje estereotipado o Ecolalia
demorada, alteración de la prosodia y disminución de «charla
social».
 Dificultades para mantener una conversación recíproca en la
que fluyen los comentarios y preguntas entre ambos
interlocutores.
 Las limitaciones en el juego imitativo y en el juego imaginativo
que suelen aparecer se relacionan tanto con las habilidades
sociales como con las de comunicación.
3. Patrones de conducta restringidos, repetitivos y
estereotipadosucta restringidos, repetitivos y
estereotipados
 Preocupaciones inusuales e intereses circunscritos que interfieren en la vida cotidiana de la familia;
movimientos repetitivos de manos y dedos (aleteo, por ejemplo),

 Manierismos complejos o movimientos estereotipados del cuerpo (balanceo acompañado de algún


otro movimiento o conducta repetitiva, giro sobre sí mismo, etc.), compulsiones y rituales e interés
en partes de objetos, que incluyen tanto el uso repetitivo de objetos como la autoestimulación
sensorial que recibe de dicha conducta.

 También es frecuente que presenten hipo o hiperreacción ante determinados estímulos


sensoriales (auditivos, táctiles, olfativos…, como por ejemplo, molestia ante ciertos ruidos
cotidianos como una batidora, las motos, etc.).
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
POR FASES DEL DESARROLLO
ENTRE LOS 6 Y 18 NIÑOS EN EDAD
MESES DE VIDA PREESCOLAR
- Contacto ocular CARACTERÍSTICAS
- Atención conjunta
- Desarrollo del lenguaje CLÍNICAS POR FASES DEL
- Reciprocidad - En el juego DESARROLLO
- Comunicación - Interacción social
- Atención - Conductas repetitivas e
EDAD ESCOLAR intereses restringidos
- Lenguaje - Hipersensibilidad sensorial
- Interacción social
ADOLESCENCIA
- Rigidez cognitiva
- Dificultad para iniciar
conversaciones
- Escasa capacidad para organizar la
información y para planificar
- Dificultad para organizarse en el
tiempo
Entre los 6 y los 18 meses de vida
 Contacto ocular: evita la mirada o el contacto visual es muy limitado, breve. Parece
preferir mirar a las personas, cuando lo hace, de forma indirecta, «con el rabillo del
ojo» o a través de un espejo.
 Atención conjunta: no sigue la mirada del adulto; cuando el adulto la dirige a un
objeto, el niño de desarrollo normal suele copiarle y mirar también ese objeto.
Tampoco mira consistentemente los objetos que se le señalan.
 Reciprocidad: no muestra una expresión feliz cuando mira al cuidador principal.
 Comunicación: no balbucea cuando se le habla directamente.
 Atención: no parece reconocer o responder a la voz del cuidador principal, aunque sí
está pendiente de otros sonidos, como el de un timbre que suena o un perro ladrando.
En los niños en edad preescolar
• — Desarrollo del lenguaje: no siempre tiene que producirse un retraso en el desarrollo del
lenguaje. En aquellos niños sin retraso del lenguaje, sí que se pueden ver afectados el tono (más
monótono), la velocidad (excesiva o muy lenta) o el contenido del discurso, que puede resultar
excesivamente elaborado, con un registro formal impropio de la edad del niño. Los niños con TEA
suelen tener dificultades en la comprensión de instrucciones verbales complejas. También
tienden a la interpretación literal del lenguaje.
• — En el juego pueden demostrar poco interés por el uso imaginativo de los juguetes y preferir
utilizarlos de una manera repetitiva. Por ejemplo, en lugar de llevar un cochecito por el suelo
como si se tratase de una autopista, pueden estar dándole vueltas a la rueda. O en lugar de
construir un objeto con sus piezas de madera o plástico, las podrían ordenar por tamaño o color.
Los niños con TEA suelen preferir jugar con objetos que no son realmente juguetes, como
cuerdecitas, lápices o llaves. Pueden entretenerse con ellos durante horas sin necesitar atención
o supervisión.
• -Interacción social: parecen mirar a través de las personas. Tienen escasa conciencia de los otros. Pueden
tener poco interés por los niños de su edad o por participar en juegos compartidos. Algunos niños con TEA
sí pueden intentar hacer amistad con otros niños, pero suelen comportarse inapropiadamente, pegándoles
o besándolos sin motivo. También les puede resultar difícil entender conceptos como establecer turnos.

• - Conductas repetitivas e intereses restringidos: los patrones repetitivos de movimiento se conocen como
estereotipias, como el balanceo y el aleteo de las manos.

• Suelen buscar la estimulación visual agitando una hoja de papel o balanceándose ante un patrón de líneas
verticales. Se suelen sentar demasiado cerca del televisor porque les gustan los patrones que observan al
acercarse. Pueden revelar sus habilidades visuales por su capacidad para los puzles o para los juguetes de
construcción tipo Lego, que completan con mucha más habilidad de la que demuestran en otras
actividades.

• La mayoría de estos niños desarrollan rituales, tales como ver ciertos dibujos animados a cierta hora o
tener que verlo desde el principio hasta el final, incluyendo los títulos de crédito. Si se alteran estas rutinas,
los niños pueden presentar rabietas o a autolesionarse, golpeándose la cabeza o mordiéndose.
• Hipersensibilidad sensorial: es frecuente también que puedan
mostrar gran malestar ante ciertos sonidos, como un aspirador o
una moto. También lo es que tengan un repertorio alimentario
restringido, basado en el rechazo por ciertas texturas o colores de
los alimentos más que por su sabor.
• Por ejemplo, pueden rechazar comidas «suaves» que se deshacen
en la boca o comida de color blanco, como el arroz o las patatas y la
pasta. También suelen insistir en que la comida esté separada en el
plato y que sus porciones no se toquen entre sí.
Edad escolar
-Lenguaje: aunque la mayoría de los niños con TEA mejoran sus habilidades lingüísticas, pueden persistir
dificultades en el lenguaje, como:

• Inversión pronominal: referirse a sí mismos en segunda o tercera persona.

• Habla estereotipada: repetición frecuente de palabras o frases, a menudo procedentes de la televisión o


de una película. También la forma de hablar puede componerse de frases «aprendidas» correctas
gramaticalmente y dichas exactamente igual siempre, por ejemplo, «lo necesito ahora mismo», en lugar de
crear un lenguaje más flexible, con frases nuevas a partir del vocabulario que conocen. Estas características
pueden dar la impresión de un lenguaje correcto, pero algo rígido.

• Alteraciones en el ritmo, la entonación o la enfatización en el discurso verbal.


• Dificultad para iniciar una conversación o participar en ella a no ser que se refiera a temas
específicos de su interés, como los trenes o los dinosaurios.

• En los escolares de más edad, con buenas capacidades cognitivas, lo que resulta más evidente es
su dificultad en el uso y la comprensión del lenguaje:

• Se dirigen a su interlocutor, sin llegar a tener una conversación «de ida y vuelta».

• No suelen adaptar el tono o contenido de su discurso a las diferentes situaciones sociales, por
ejemplo, pueden hablar muy formalmente en una reunión o fiesta con iguales dirigirse a completos
extraños con excesiva familiaridad.

• Interpretan literalmente las palabras de los demás, muestran dificultades en la comprensión del
sarcasmo, la ironía, las metáforas y otras figuras retóricas.
— Interacción social: en la escuela se pone de manifiesto su dificultad para comprender cómo se interactúa
socialmente. Así, pueden no percibir la diferencia en cómo se relacionan los niños entre sí o con el profesor.
Tampoco suelen mostrar interés por asuntos y actividades populares entre sus iguales, como la música, la moda, el
deporte o salir con amigos. Les resulta difícil tener amigos de su edad. Pueden hacer más facilidad para hacer
amigos entre niños menores o mayores que ellos.

— Conducta: persiste el apego a las rutinas y la escasa capacidad para adaptarse a los imprevistos. Muchos niños con
TEA desarrollan interés por un tema o actividad muy específico, que puede implicar coleccionar, numerar, hacer
listas. Este tema puede ser compartido por otros niños su edad (como los cromos de fútbol), pero la dedicación e
intensidad al respecto de los niños con TEA resultan excepcionales. Pero también puede tratarse de un tema inusual,
que no suele interesar a los niños, como los horarios de los trenes o los manuales de instrucciones, o diferentes
aparatos de tecnología. Pueden cambiar de interés transcurridos unos meses o Pocos años, y se vuelcan en el
siguiente tema con la misma intensidad.
Adolescencia
• La adolescencia es una época caracterizada por el cambio y por la marcada transición a la edad adulta.

• Es fácil imaginar que para los adolescentes TEA resulta aún más difícil la adaptación a los cambios.

• Se incrementan las demandas sociales del entorno y las relaciones interpersonales son más complejas.

Además, los adolescentes con TEA no suelen tener la posibilidad de responder a estas demandas con el

soporte de su grupo de iguales y pierden la oportunidad de hablar y aprender de otros adolescentes.


• La sintomatología descrita previamente puede haber mejorado, pero suelen persistir las siguientes características:

— Rigidez cognitiva: sus dificultades de comprensión socioemocional los llevan a menudo a posicionarse de forma

extremista ante ideas o pensamientos y a entender y aceptar mal los puntos de vista y argumentación de los demás.

— Dificultad para iniciar conversaciones, participar en ellas y establecer turnos de palabra.

— Escasa capacidad para organizar la información y para planificar.

— Dificultades para organizarse en el tiempo.

— Dificultades para comprender sus propias emociones y las de los demás.


• El desarrollo socioemocional suele verse demorado en los adolescentes con TEA, y se sabe que la
adolescencia es una época vital en la que habilidades sociales cobran gran importancia.

• Por el contrario, su desarrollo físico puberal suele ser normal.

• La aparición de esta discrepancia entre su desarrollo socioemocional y físico ejerce un importante impacto
en el desarrollo psicosexual y emocional, así como en la conducta del adolescente con TEA.

• Aunque los adolescentes con TEA tienen deseos sexuales y les gustaría mantener relaciones íntimas,
carecen de las habilidades y de la comprensión social necesarias para iniciarlas y mantenerlas . Esto suele
llevarles a experimentar sentimientos de frustración y desembocar en una conducta inapropiada o
problemática. Por ejemplo, los adolescentes con TEA suelen tener una menor conciencia de las normas
sociales que regulan la intimidad, y pueden hablar sobre temas sexuales en público. Esta falta de
conciencia puede llevarles a exhibir conductas indecentes o inapropiadas o, en el peor de los casos,
aumentar el riesgo de que sufran abusos sexuales.
EL DESARROLLO INTEGRAL DE LOS NIÑOS CON
TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA:
ÁREAS INTELECTUAL Y
SENSORIAL. 2. MEMORIA.
• 1. ATENCIÓN.
• Es una fortaleza, en especial la de tipo
• Presentan lo que se ha denominado visual, la cual frecuentemente es
atención en túnel, sobreselección de fotográfica.
estímulos, o también atención altamente • Las imágenes almacenadas difícilmente
selectiva. las borran.
• Muestran lentitud para cambiar • Tienen facilidad para aprenderse
rápidamente el foco de su atención, como fácilmente secuencias o información con
si no fuera efectivo el mecanismo por el cierto patrón fijo (por ejemplo: capitales,
cual se elimina el zoom (en el ejemplo de la fechas, pasos de un procedimiento para
cámara fotográfica). manejar diferentes equipos).
• 3. SENSO-PERCEPCIÓN.
• En relación a las
sensaciones (auditivas, • 4. FLEXIBILIDAD MENTAL.
visuales, táctiles, olfativas,
vestibulares, propioceptivas),
se han encontrado diversas • Esta inflexibilidad en buena parte se
alteraciones. explica por sus dificultades para
anticipar mentalmente los eventos
• Pueden presentar
futuros e inesperados.
hipersensibilidad o
hiposensibilidad sensorial. • Suelen actuar con ansiedad,
oposición, rechazo o rabietas cuando
se les cambia intempestivamente sus
horarios, lugares, recorridos,
objetos o personas habituales.
ÁREAS SOCIAL Y AFECTIVA

2. DIFICULTADES PARA
• 1. DIFICULTADES EN EL AUTOCONCEPTO. COMPARTIR.
• Presentan dificultades para desarrollar un
concepto objetivo, estable y abstracto de sí Los alumnos con autismo suelen
mismos. tener dificultad para ejercer esta
habilidad, por ejemplo se apegarán de
• La gran mayoría se atrasan en la adquisición tal manera a ciertos objetos, juguetes
de la autoimagen, mientras que ésta es una y alimentos que será prácticamente
habilidad que dominan los niños desde la imposible convencerlos de prestarlos a
mitad del segundo año de vida, en ellos hay otros compañeros.
que esperar a veces hasta la edad escolar
para que reconozcan su imagen en un espejo
o en fotografías.
• 3. COMPRESIÓN EMOCIONAL.
• A los estudiantes autistas les cuesta mucho trabajo reconocer las
emociones y sentimientos en sí mismos y en los demás. Se atrasan en la
comprensión de las emociones básicas como la tristeza, el miedo, la alegría
y el enojo, los niños regulares consiguen hacerlo desde los 3-4 años de
edad cuando se les muestran rostros y a los 6 años logran reconocer
las emociones con sólo mostrarles posturas y movimientos corporales.
• El desarrollo y comprensión de los sentimientos es aún más difícil, ya que
la vergüenza, la culpa, el orgullo, el rencor, la lastima etc. son de una
complejidad mayor; incluso existen personas autistas que no solo no los
comprenden sino que ni siquiera desarrollan estos sentimientos (no por
que no puedan hacerlo sino porque no se realizan intervenciones
especializadas para que lo consigan).
• 4. DIFICULTAD PARA DESARROLLAR TEORÍA DE LA
MENTE.
• La “Teoría de la Mente” es una
competencia que otorga a las personas la
capacidad de entender las emociones y
pensamientos de los demás.
• Aproximadamente a la edad de cuatro años,
los niños regulares comprenden lo que
significa tener mente: se dan cuenta que las
personas pueden pensar, saber, creer o sentir
de forma diferente. La vida social y las 5. OTRAS HABILIDADES SOCIALES:
relaciones interpersonales se basan en esta Cooperar, Trabajar en Equipo y Practicar las
habilidad. Reglas.
Será indispensable aplicar programas de
desarrollo y/o conductuales bien definidos si se
desea conseguir estas habilidades psicológicas
en los estudiantes con autismo.
Los rasgos nucleares del autismo y las áreas del desarrollo
Los objetivos y metas de cualquier intervención son el punto de partida de la misma. En el caso del autismo, parecerían obvios: se trata de abordar aquellos aspectos en los
que los niños y niñas tengan más dificultades, para optimizar su calidad de vida presente y futura. Está claro, por tanto, que es necesario trabajar con las dimensiones que
están más claramente relacionadas con el diagnóstico del autismo. Esto nos llevaría a trabajar ámbitos como las dificultades en el desarrollo social y la falta de flexibilidad
cognitiva y comportamental. Por tanto, esperamos que cualquier intervención en autismo actúe para limitar el impacto y reducir dificultades como las siguientes:

• Dificultades en la reciprocidad socioemocional, es decir, problemas para compartir intereses o emociones, o responder a ellas, o dificultades a la hora de interactuar
socialmente con los demás.

• Problemas en la comunicación no-verbal, como contacto ocular o uso de los gestos anómalo o problemas en su comprensión.

• Limitaciones en el mantenimiento de las amistades o falta de interés en otros niños y niñas.

• Conductas, habla o uso de objetos repetitivos o estereotipados.

• Falta de flexibilidad y adhesión a pautas de conductas concretas, rutinas o rituales, tanto verbales como no verbales.

• Intereses altamente restringidos y anómalos en su intensidad.

• Hipo o híper-reactividad ante determinados estímulos o intereses muy centrados en algunos aspectos del entorno.
ELEMENTOS COMUNES DE UN BUEN
PROGRAMA DE
INTERVENCIÓN
ELEMENTOS COMUNES DE UN BUEN PROGRAMA
DE
INTERVENCIÓN
• Entrada precoz en el programa, sin esperar al diagnóstico definitivo.

• El programa de intervención debe ser individualizado, basarse en los intereses y motivaciones y traducir las necesidades en niveles de
intensidad y tipos de apoyo requeridos.

• Intervención intensiva, el mayor número de horas que el niño pueda recibir por sus características.

• La intervención debe ser intensiva, o más bien extensiva, aprovechando todas las oportunidades naturales para aplicar el plan
individualizado, o que se generen si no ocurren de manera natural, una dedicación de al menos 20-25 horas semanales.

• Baja tasa de niño-profesor, con numerosos momentos de terapia 1 a 1, para conseguir objetivos individualizados.

• Inclusión de la familia en el tratamiento, dándole un papel activo en todo el proceso. Es necesario incorporar a los padres, madres y otros
miembros de la familia tanto en la propia intervención, como en el establecimiento de metas y prioridades, o para satisfacer sus
necesidades de apoyo (orientación, información, ayudas económicas o fiscales, apoyo en el hogar, canguros, programas de ocio, estancias
cortas e intervención en crisis...)
• Oportunidades de interacción con menores sin problemas de su misma edad. Las actividades con iguales
son una parte crucial de la intervención en todas las edades y niveles de capacidad.

• Se debe planificar de forma sistemática la intervención, con una selección de objetivos basada en un
registro detallado de la información y con un seguimiento específico, y una medición frecuente de los
progresos. Los objetivos de la intervención deben ser concretos, medibles y evaluables.

• Alto grado de estructuración, con elementos como una rutina predecible, programas de actividades visuales
y límites físicos para evitar la distracción.

• Estrategias para la generalización y perpetuación de las actividades aprendidas.


• Se ha de diseñar a partir de una evaluación detallada de las fortalezas y limitaciones de la persona con la que se
trabaja.

• Se ha de trabajar expresamente la generalización de los aprendizajes al entorno natural, mediante la propuesta y


diseño de actividades en este contexto. La intervención puede llevarse a cabo en diversos contextos, como el
hogar, la escuela, contextos inclusivos apropiados a lo largo de todo el día, actividades con validez ecológica- en
contextos naturales con muy diversas personas y registro adecuado de los progresos.

• Los aprendizajes propuestos deben ser funcionales. Los menores con autismo necesitan implicarse en
actividades de aprendizaje significativas (para ellos/as y su entorno), apropiadas a la edad y que sean
funcionales en múltiples contextos. El enfoque de enseñanza natural es la mejor práctica. Siempre adaptando el
entorno a las necesidades de predictibilidad y estabilidad
• Los intereses de la persona con autismo deben ser tenidos en cuenta para el diseño de las actividades.

• El abordaje de las dificultades conductuales debe seguir los principios y prácticas del apoyo conductual
positivo y abordarse con un enfoque funcional, analizando los factores desencadenantes y el sentido de la
conducta en su contexto, mediante estrategias de apoyo conductual positivo.

• Construir habilidades de comunicación espontánea y funcional es un aspecto prioritario para la efectividad


de la educación-tratamiento, con independencia de la edad y del nivel de capacidad.

• Deben darse oportunidades para la comunicación a lo largo de todo el día.


• Uso de un programa basado en la evaluación que promueva: la comunicación funcional y espontánea;
habilidades sociales (atención conjunta, imitación, interacción recíproca, iniciativa y autocuidado);
habilidades funcionales adaptativas para alcanzar mayor responsabilidad e independencia (p. ej., manejo
del dinero); reducción de las conductas disruptivas o maladaptativas; habilidades cognitivas, como el juego
simbólico y el tomar un punto de vista; habilidades de destreza y académicas, según su grado de desarrollo,
y desarrollo de funciones ejecutivas (planificación, programación, anticipación, autocorrección, etc.).
Estrategias generales de intervención

• Buscar experiencias de relación positivas programando entornos para jugar o compartir experiencias
adaptadas a los intereses y a la edad del niño o la niña.

• Si el niño o niña es pequeño o sus competencias son menores se aconseja fomentar interacciones
rutinizadas, recurrentes y con un alto grado de predictibilidad.

• Iniciar la interacción adulto-menor, y de forma progresiva introducir tiempos de relación con iguales.

• Los tiempos de acción-atención compartida adulto-menor deben ser dedicados fundamentalmente a los
intereses del menor, pero buscando siempre que sean actividades compartidas, no en solitario.

• Buscar tiempos de juego o actividad compartida no-directiva, de modo que el adulto trate de incentivar y
seguir las iniciativas del propio niño o niña.
• En los momentos de juego o de actividad compartida, es importante asegurar y/o
aumentar las miradas “cómplices”, las expresiones emocionales de alegría o
sorpresa compartida, las risas y las exclamaciones.

• Aprovechar las actividades cotidianas y el aprendizaje incidental.

• Buscar grupos de ocio o actividades sociales que coincidan con los intereses y/o
puntos fuertes del menor, cuando esté preparado para ello.
PROGRAMACIÓN DE OBJETIVOS: NIVEL RELACIONAL
Relaciones sociales

Nivel 1: aprender a obtener placer de la relación con los demás.


• Aceptar la compañía del adulto durante periodos de tiempo cada vez más prolongados.
• Aceptar el contacto físico.
• Compartir alguna actividad con el adulto, estableciendo una relación satisfactoria.
• Demostrar relativo interés por las acciones del otro.
• Establecer y mantener los contactos oculares.
• Adquirir la habilidad de realizar acciones que impliquen alternancia.
• Compartir acciones sencillas con el adulto respetando turnos.
• Descubrir la contingencia entre sus acciones y las de los otros.
• Comenzar a aceptar límites.
Nivel 2: desarrollar la motivación de relación.
• Aceptar que otros adultos, diferentes a los habituales, se involucren en sus actividades y sus
• intenciones.
• Comenzar a compartir situaciones con iguales.
• Aprender a respetar turnos en juegos de interacción con iguales.
• Saludar y despedirse cuando el adulto lo solicite.
Nivel 3: fomentar la relación con iguales y desarrollar habilidades sociales básicas.

• Iniciar interacciones con iguales.

• Aprender a participar en actividades grupales (que implican reglas o normas sociales básicas) con adultos.

• Responder de manera adecuada en situaciones sociales.

• Aprender a pedir y prestar nuestros objetos.

• Reconocer conductas sencillas que no son socialmente correctas y aprender conductas alternativas adecuadas a esa
situación.

• Reconocer emociones sencillas en iguales.

• Aceptar pequeñas variaciones en los juegos que realiza con iguales.


Nivel 4: desarrollar habilidades sociales más complejas.

• Mantener las amistades.

• Aprender a participar en actividades grupales (que implican reglas o normas sociales básicas) con iguales.

• Diferenciar las conductas intencionales (voluntarias) y las accidentales (involuntarias).

• Adquirir habilidades conversacionales (comenzar, mantener y acabar conversaciones).

• Comprender las sutilezas sociales (para que la persona con TEA sea capaz de dar una respuesta adecuada
ante ellas).
Capacidades de referencia conjunta
Nivel 1: “penetrar en la acción del niño o niña” (acción conjunta).

• Ser capaz de iniciar interacciones con adultos.

• Admitir niveles crecientes de intromisión de las acciones del adulto en las propias acciones.

• Compartir una acción o actividad con el adulto estableciendo una relación satisfactoria.

• Establecer y mantener contactos oculares.

• Comenzar a prestar atención a las acciones de los demás.

• Lograr que los niños incorporen a los adultos en actividades compartidas encaminadas a

• conseguir una finalidad.


Nivel 2: desarrollo de pautas de referencia conjunta (atención conjunta).

• Crear y mantener miradas de referencia conjunta entre el niño y adulto.

• Definir estructuras crecientes de relación “acerca de” referentes compartidos.

• Constituir verdaderas interacciones que impliquen turnos, imitación, reciprocidad básica, etc., entre las
acciones de los copartícipes en la interacción.

• Conseguir que en esas interacciones incorporen crecientemente objetos, situaciones,

• temas que puedan ir desarrollando las capacidades de acción conjunta.

• Aumentar el contacto ocular espontáneo ante órdenes, peticiones, etc.


Nivel 3: ampliar las miradas de referencia conjunta a situaciones menos dirigidas.

• Aprender a emplear la mirada para el logro de sus deseos incorporándola a sus acciones comunicativas.

• Ser capaz de utilizar la mirada en situaciones en que se altera la secuencia de acciones del adulto, esperada
por el niño.

• Comenzar a recurrir a expresiones faciales, gestos y miradas del adulto para conseguir sus deseos.

• Aprender a mirar a la cara o a los ojos del adulto en determinadas situaciones y con el manejo de ciertos
objetos.

• Aumentar la frecuencia de los contactos oculares.


Nivel 4: desarrollar intereses, motivaciones y conocimientos sobre temas de interés o preocupación
común.

• Adquirir mayor habilidad para comprender las sutilezas de gestos y miradas en acciones compartidas más
abiertas y complejas.

• Desarrollo de intereses, motivaciones y conocimientos con respecto a los temas de preocupación común.

• Participar en tertulias familiares o de iguales.

• Emplear documentales y materiales informativos de temas de interés común.

• Adquirir preocupación por asuntos compartidos, significativos y comunes.


Capacidades intersubjetivas y mentalistas

• Nivel 1: desarrollar la intersubjetividad primaria.

• Aceptar la compañía del adulto durante periodos de tiempo cada vez más prolongados.

• Compartir alguna actividad con el adulto, estableciendo una relación satisfactoria con este.

• Aumentar la frecuencia de los contactos oculares.

• Ser capaz de iniciar interacciones con los adultos.

• Interiorizar la contingencia entre sus acciones y las del otro.

• Comenzar a prestar atención a las expresiones emocionales de los demás.


Nivel 2: desarrollar la intersubjetividad secundaria.

• Aceptar que las personas participen de sus emociones, en especial de sus alegrías.

• Comenzar a prestar atención a las expresiones emocionales de los demás.

• Reconocer emociones básicas.

• Reconocer emociones básicas en situaciones naturales.

• Establecer contingencia entre un acontecimiento y la emoción que desencadena.

• Diferenciar elementos que se pueden ver de aquellos que no se pueden ver y elementos que pueden tocar de aquellos que no se
pueden tocar.

• Comprender que dos personas pueden ver cosas diferentes.

• Comparar personas con objetos.


• Nivel 3: atribuir estados mentales a las personas.

• Establecer contingencia entre nuestros deseos y nuestras acciones.

• Reconocer la relación que existe entre los deseos y las emociones en función de que estos sean cumplidos.

• Comprender que los deseos también guían las acciones de las personas.

• Comprender que diferentes personas tienen diferentes gustos sobre un mismo acontecimiento, objeto o experiencia.

• Comprender que ver significa saber.

• Comprender que una persona sabe lo que ve.

• Predecir las acciones en función de lo que se sabe y no se sabe.

• Comprender que uno mismo y los demás tienen creencias falsas o verdaderas.

• Predecir emociones basadas en creencias y falsas creencias.


Nivel 4: entrenar en situaciones sociales cotidianas más complejas.
• Identificar emociones complejas.
• Tener en cuenta lo que las otras personas conocen a la hora de dar información.
• Comprender que sus acciones y comentarios pueden provocar emociones en los demás.
• Comprender que una persona puede tener creencias o pensamientos sobre las creencias o deseos de otra.
• Comprender que las creencias o pensamientos que una persona tiene sobre las creencias
• o deseos de otra pueden ser iguales o diferentes a las suyas.
• Comprender que las personas pueden mentir u ocultar la verdad para conseguir algo.
• Aprender a comprender la naturaleza de los malentendidos. Comprender que por
• desconocimiento una persona me puede dar una información falsa.
INTERVENCIÓN EN MENTALISMO

• Comienzo en etapa temprana.

• Se deben emplear claves visuales para explicar el concepto de mente o pensamiento.

• Los programas específicos son eficaces, pero con limitaciones en la generalización de los aprendizajes.

• Junto a los programas específicos, se deben emplear otros métodos complementarios

• como los grupos de habilidades sociales.

• Se debe potenciar la enseñanza de las habilidades mentalistas en contextos naturales de interacción.

• Es fundamental seguir un enfoque evolutivamente coherente, sin dar saltos ni asumir que están adquiridas
algunas destrezas previas o precursoras de la teoría de la mente.
1. Adoptar perspectivas visuales:
En diferentes posiciones vemos diferentes objetos y, por tanto, diferentes personas vemos cosas diferentes. Un
mismo objeto puede parecer diferente según la perspectiva desde la que lo observemos. Si una persona observa
un objeto desde un lugar y otra persona desde otro pueden tener visiones diferentes del mismo objeto. Esto
significa que las personas tenemos información diferente unas de otras.
2. Comprensión de las fuentes de
conocimiento
• Lo que sabemos está en función de nuestra experiencia directa o indirecta.

• Las personas tenemos diferentes experiencias, por lo que lo que unas sabemos no tiene por qué ser
igual a lo que saben otras.
3. Comprender los deseos y emociones
Los objetivos a trabajar en comprensión y expresión de emociones son:

a. identificación de expresiones faciales.

b. expresión facial de emociones.

c. comprensión de la relación entre situación y emoción.

d. comprensión de la relación entre deseo y emoción.

e. comprensión de la relación entre pensamiento y emoción.

f. comprensión de emociones más complejas.

g. autorregulación de la expresión emocional.


4. Comprensión de pensamientos.

Es importante que el niño o la niña conozca y experimente verbos relacionados con acciones mentales
(recordar, imaginar, pensar, sentir, creer, saber, engañar, presumir, etc.), así como ser capaces de aplicarlos en
referencia a otras personas.

5. Comprensión de las falsas creencias:

Las personas tenemos creencias sobre una situación que pueden ser verdaderas o falsas y las creencias guían
nuestras acciones.

Numerosos estudios llegan a la conclusión de que una enseñanza explícita en teoría de la mente mejora las
capacidades mentalistas de las personas con TEA y, por tanto, proporciona un mayor éxito en sus relaciones
sociales y una mejoría en su calidad de vida.
BIBLIOGRAFÍA
• Ezpeleta, (2014). Psicopatología del desarrollo. Pirámide. Barcelona.
• American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders; DSM-5 (5.ª
ed.). Washington, D. C.: APA.
• Rodriguéz, F. (2016). Guía de intervención logopédica en los trastornos del espectro del autismo. Síntesis.
España.

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