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Cirugía de las complicaciones


de las pancreatitis agudas
O. Risse, C. Arvieux, J. Abba, C. Létoublon

Las pancreatitis agudas graves se caracterizan por la existencia de tres fases: una fase
precoz, en la que la respuesta sistémica inflamatoria predominante se acompaña de
insuficiencias orgánicas y donde se forman zonas de necrosis, aunque suelen perma-
necer estériles; una fase intermedia, pasados 15 días del inicio de la enfermedad, que
conlleva un riesgo de infección de las zonas de necrosis; y una fase tardía, varias sema-
nas después del inicio de la enfermedad, donde se pueden desarrollar seudoquistes. En
la fase precoz de la pancreatitis no se suele operar el páncreas, aunque muchas compli-
caciones viscerales pueden requerir una cirugía urgente: necrosis intestinal, hemorragia,
síndrome compartimental abdominal. La segunda fase es la del tratamiento de las zonas
de necrosis infectada. Las necrosectomías deben limitarse a la resección de los fragmentos
necróticos que se desprenden de forma espontánea. Se realizan por accesos y métodos
adaptados al grado de infección y de gravedad del paciente, así como a la localización de
las lesiones. Esta segunda fase puede requerir un tratamiento multidisciplinario radioló-
gico, quirúrgico y, en ocasiones, endoscópico mediante técnicas mínimamente invasivas
si es posible o en ocasiones convencionales, por laparotomía o por un acceso retroperi-
toneal. La tercera fase es la del tratamiento de los seudoquistes sintomáticos y se realiza
por vía endoscópica como primera elección.
© 2013 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Pancreatitis aguda; Necrosectomía; Retroperitoneoscopia;


Cirugía mínimamente invasiva; Síndrome compartimental abdominal; Seudoquiste

Plan ■ Tratamiento de los seudoquistes pospancreatitis


agudas 9
■ Introducción 1 Procedimientos comunes a las distintas técnicas
quirúrgicas 10
■ Cirugía en la fase precoz de la pancreatitis aguda Drenaje externo 10
grave 2 Derivaciones quistodigestivas por laparotomía 11
Colangitis aguda 2 Derivaciones laparoscópicas 12
Isquemia intestinal 2
■ Estenosis digestivas 13
Síndrome compartimental abdominal 2
Hemorragia y seudoaneurisma 2 ■ Conclusión 13
Pancreatitis aguda por obstrucción del asa aferente
tras gastrectomía seguida de una anastomosis
gastroyeyunal (Billroth II) 2
Procedimientos asociados en caso de laparotomía en la  Introducción
fase precoz 3
■ Tratamiento de las zonas de necrosis infectada 3 Las pancreatitis agudas graves son pancreatitis necro-
Indicaciones 3 santes que constituyen el 10% de las pancreatitis agudas
Necrosectomía por laparotomía con acceso en Europa. Su mortalidad es del 7-38% [1, 2] . El falle-
transperitoneal 4 cimiento puede producirse durante dos fases distintas:
Drenajes tras necrosectomía convencional 5 durante la fase precoz, la respuesta sistémica inflamatoria
Necrosectomía por laparotomía con acceso (aunque no infecciosa) puede causar insuficiencias orgáni-
retroperitoneal 6 cas graves, pero la necrosis se desarrolla de forma silente.
Necrosectomías quirúrgicas mínimamente invasivas 7 La segunda fase se produce después de unos 15 días de
evolución y la mortalidad corresponde en la mayoría de

EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 1


Volume 29 > n◦ 1 > febrero 2013
http://dx.doi.org/10.1016/S1282-9129(13)63394-2
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los casos a las consecuencias sistémicas de la infección abdomen. La realización de una ostomía o el posible resta-
de la necrosis pancreática. La dificultad terapéutica de la blecimiento de la continuidad se realizan durante la ciru-
pancreatitis aguda necrosante es muy variable según estas gía de revisión. Cuando la vitalidad del colon es dudosa,
dos fases. Se les puede añadir una tercera fase tardía, varias es sensato efectuar una ileostomía de protección [6] .
semanas después del comienzo de la enfermedad, marcada
esencialmente por el desarrollo de los seudoquistes, cuyo
tratamiento se realiza en un contexto muy distinto.
Síndrome compartimental abdominal
Las pancreatitis agudas graves se caracterizan por la
 Cirugía en la fase precoz formación de un voluminoso tercer espacio por infiltra-
ción masiva del retroperitoneo, por la ascitis y por un
de la pancreatitis aguda íleo [7, 8] ; este aumento del volumen del abdomen puede
grave llegar hasta la aparición de un síndrome compartimen-
tal abdominal, debido a la hiperpresión en el abdomen.
Durante esta fase, la necrosis pancreática suele ser Este síndrome se sospecha por la presencia de meteorismo
estéril, está muy adherida al páncreas y su resección es abdominal, oliguria y dificultad respiratoria. Es frecuente
hemorrágica. En este estadio, no hay indicación de necro- en las pancreatitis agudas graves, siempre es mortal si no
sectomía ni de pancreatectomía. Sin embargo, existen se instaura un tratamiento adecuado y provoca una mor-
varias indicaciones quirúrgicas. El acceso de elección para talidad precoz en al menos el 50% de los pacientes que
el tratamiento de estas complicaciones precoces de la lo desarrollan. Por este motivo, es indispensable medir la
pancreatitis aguda es la laparotomía media. En estas inter- presión intravesical en estos pacientes. La presión vesi-
venciones no se debe intentar operar el páncreas: hay que cal normal es inferior a 8 mmHg. Cuando las cifras son
limitarse a colocar drenajes pasivos en contacto con él superiores o iguales a 15 mm, el tratamiento médico es
si se puede acceder con facilidad a la trascavidad de los obligatorio (reanimación hipovolémica, diuréticos). Si el
epiplones. paciente no mejora o si la presión es muy elevada (supe-
rior o igual a 20 mm), se debe realizar una laparostomía
urgente asociada a una laparostomía aspirativa (sistema
Colangitis aguda vacuum pack) [9–11] .
El diagnóstico de colangitis aguda se plantea cuando se
sospecha una enfermedad litiásica, si existe una retención
biliar y si ésta se agrava en las primeras horas. Si se sos- Hemorragia y seudoaneurisma
pecha una colangitis asociada a una pancreatitis aguda,
se instaura un tratamiento antibiótico. Si éste fracasa, se Las hemorragias intraperitoneales o digestivas se produ-
puede realizar un drenaje endoscópico por cateterismo cen en alrededor del 5% de las pancreatitis agudas [12, 13] y
retrógrado y esfinterotomía biliar, sobre todo en los prime- conllevan un empeoramiento notable del pronóstico, que
ros días de evolución de la pancreatitis aguda. Si esto no duplica o triplica la mortalidad [12, 13] . Las hemorragias
fuese posible, la colangitis se trata por drenaje radiológico intraperitoneales se deben sobre todo a lesiones difusas
o, sobre todo, quirúrgico del colédoco. En un contexto en la necrosis pancreática, rupturas esplénicas espontá-
inflamatorio, el acceso clásico del colédoco puede ser difí- neas y rupturas de seudoaneurismas [13] . Sin embargo, los
cil y es posible que el procedimiento deba limitarse a un seudoaneurismas se descubren en la mayoría de los casos
simple drenaje de la vía biliar, bien con un dren trans- de forma fortuita en la tomografía computarizada (TC)
cístico de gran calibre o bien con un tubo de Kehr, sin abdominal. Se deben tratar preferentemente mediante
pretender la desobstrucción completa de la vía biliar. embolización [12, 13] , porque el tratamiento quirúrgico es
difícil y conlleva una mortalidad elevada.

Isquemia intestinal
La isquemia del colon o del intestino delgado se pro- Pancreatitis aguda por obstrucción
duce en el 10% de las pancreatitis agudas necrosantes [3, 4] ,
cifras que son superiores en las series de autopsias [5] . Se
del asa aferente tras gastrectomía
debe sobre todo a trombosis vasculares peripancreáticas seguida de una anastomosis
inflamatorias y a una afectación microvascular (enteritis gastroyeyunal (Billroth II)
necrosante), que puede verse favorecida por un síndrome
compartimental abdominal. La semiología clínica o radio- Esta causa de pancreatitis aguda es muy infrecuente
lógica no es siempre evidente. En la mayoría de los casos, y responde a etiologías diversas: vólvulo, oclusión por
la isquemia digestiva se manifiesta por un deterioro del brida o herniación del asa aferente, recidiva de un tumor
estado del paciente: aumento del dolor abdominal, estado gástrico con oclusión del asa aferente, litiasis biliar [14–17] .
séptico, acidosis, incremento de la proteína C reactiva Debe sospecharse de forma sistemática en cualquier
(CRP) y, más tarde, insuficiencia renal. En estas circuns- paciente hospitalizado por una pancreatitis aguda y en
tancias, la laparotomía media exploradora puede estar quien se haya realizado una gastrectomía, con indepen-
indicada. Las técnicas de resección intestinal en las pan- dencia de la causa. Es un cuadro similar a algunos modelos
creatitis no presentan aspectos específicos. La realización de pancreatitis experimental en animales, consistentes en
de una ostomía es la norma, porque el proceso patogénico ligar el duodeno a nivel proximal y distal a la papila. A
del infarto puede continuar su evolución tras la interven- continuación se produce un reflujo séptico a presión hacia
ción. Los cuadros de insuficiencia hemodinámica o respi- el páncreas, que provoca con rapidez una pancreatitis
ratoria, frecuentes en estos pacientes, suelen ser una con- y una insuficiencia multivisceral gravísima. Es obligato-
traindicación para la laparoscopia exploradora, que ade- rio realizar una intervención urgente para suprimir el
más puede ser difícil e incompleta, debido a la infiltración mecanismo etiológico de la oclusión del asa aferente:
retroperitoneal, a la presencia de un síndrome comparti- degastrogastrectomía en caso de recidiva de un cáncer en
mental abdominal inicial o al íleo presente en esta fase el asa aferente, extracción del cálculo intraduodenal y, en
de la pancreatitis aguda. En caso de isquemia limitada del caso de vólvulo, resección del exceso de asa aferente o
tubo digestivo, se puede proponer una nueva laparotomía fijación distal de la anastomosis gastroyeyunal mediante
de revisión sistemática 24 horas después. Las porciones una anastomosis yeyunoyeyunal de tipo Braun [14] . Se ha
intestinales seccionadas y grapadas se pueden dejar en el descrito un caso de tratamiento endoscópico [18] .

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Procedimientos asociados hacia la necrosis, se instaura una licuefacción de forma


progresiva. La infección de esta necrosis pancreática o
en caso de laparotomía peripancreática se produce en cerca del 70% de los casos
en la fase precoz de pancreatitis aguda necrosante, por lo general a par-
tir de la tercera semana de evolución. No existe ningún
En esta fase de la enfermedad, hay que colocar una método demostrado para reducir este riesgo de infección,
sonda enteral o realizar una yeyunostomía de alimen- salvo la instauración precoz de una alimentación enteral
tación. Es indispensable garantizar una alimentación continua [19] .
enteral de calidad, que es mejor que la alimentación El diagnóstico de la infección de la necrosis, que se sos-
parenteral y presenta una morbilidad menor, incluso pecha por los signos clínicos y biológicos de infección
durante varios meses si es preciso, hasta que el paciente profunda, se basa en la punción con aguja fina, guiada por
reanude la alimentación normal y recupere un estado ecografía o TC, así como por la bacteriología del líquido
nutricional correcto. Se debe realizar una yeyunostomía obtenido. Si éste es claro, el radiólogo retira la aguda,
durante una laparotomía, evitando al máximo las fístu- pero si es purulento, se deja colocado un drenaje percutá-
las alrededor del drenaje (trayecto submucoso, fijación neo. La TC puede mostrar signos indirectos de infección,
al peritoneo), porque pueden asociarse a complicaciones como la aparición de gas en las zonas necróticas o un
sépticas. halo inflamatorio más marcado alrededor de las zonas
En caso de pancreatitis biliar, se puede aprovechar una de densidad líquida, lo que permite sospechar una abs-
laparotomía en la fase precoz para realizar una colecis- cedación. Hay que diferenciar los abscesos, que se pueden
tectomía como profilaxis de un episodio posterior de curar mediante un simple drenaje percutáneo radioló-
pancreatitis. Si la colecistectomía parece fácil, se puede gico, de la necrosis infectada, que contiene secuestros no
realizar en la misma intervención. Si es posible, debe aso- accesibles a un tratamiento antibiótico y cuyo tamaño
ciarse, a la colocación de un dren transcístico en caso de es demasiado grande para evacuarlos por un drenaje
ictericia. La contaminación de las zonas de necrosis por las radiológico.
bacterias biliares no se descarta. En estas pancreatitis gra- El tratamiento de la necrosis infectada es intervencio-
ves, se aconseja diferir la colecistectomía varias semanas nista, pues un tratamiento antibiótico exclusivo pocas
para reducir su morbilidad. veces es eficaz y se ha puesto en duda en un ensayo alea-
torizado [20, 21] . El conjunto de las técnicas endoscópicas o
quirúrgicas actuales tiene como objetivo realizar la resec-
ción de todos los tejidos necróticos infectados y evacuar

“ Punto importante las colecciones abscedadas no accesibles por un acceso


radiológico, limitando al máximo las secuelas parietales
y la agresión a la cavidad abdominal. Se debe dar priori-
dad a la cirugía mínimamente invasiva. Sin embargo, los
Durante la fase inflamatoria, la necrosis pancreá-
accesos dependen del estado del paciente y de la loca-
tica suele ser estéril, está adherida al páncreas lización de las zonas infectadas; pueden ser múltiples,
y su resección conlleva un riesgo elevado de con una combinación de técnicas quirúrgicas conven-
hemorragia. Aunque no existe una indicación cionales y de técnicas mínimamente invasivas, e incluso
de necrosectomía ni de pancreatectomía en este de técnicas endoscópicas transgástricas, que no se deta-
estadio, el cirujano debe conocer las escasas indi- llarán en este artículo y que podrían ser muy eficaces
caciones quirúrgicas, que para algunos autores son cuando se desarrollen materiales adecuados. Al igual que
obligatorias. sucede en la fase precoz de la enfermedad, las pancrea-
• Indicaciones de extrema urgencia tectomías no están indicadas, debido a que su elevada
◦ Pancreatitis aguda por obstrucción del asa mortalidad. Lo ideal es proponer un tratamiento eficaz
en una única intervención, si es posible, mínimamente
aferente tras gastrectomía seguida de una
invasiva, y asociarla a una colecistectomía en la misma
anastomosis gastroyeyunal (Billroth II) intervención en caso de pancreatitis biliar. Cuanto mayor
◦ Síndrome compartimental abdominal es el control del estado séptico del paciente con un drenaje
demostrado radiológico complementado con antibióticos, mayor pro-
◦ Isquemia o perforación intestinal babilidad hay de que la necrosis se ablande, que pierda sus
◦ Hemorragia y seudoaneurisma si fracasa la adherencias a los tejidos viables y que permita realizar un
embolización procedimiento de resección único y no hemorrágico [22, 23] .
• Otras indicaciones Por el contrario, un paciente muy séptico, no contro-
◦ Colangitis aguda si fracasa el drenaje endos- lado con un tratamiento médico y radiológico o incluso
cópico por cateterismo con insuficiencias orgánicas, debe operarse sin esperar
a un período más favorable para la necrosectomía. Es
◦ Sospecha de síndrome compartimental abdo-
frecuente que las necrosectomías deban repetirse en las
minal semanas posteriores, pues la ablación precoz de la necro-
◦ Sospecha de isquemia o de perforación intes- sis hacia la 3a semana suele ser incompleta por su carácter
tinal hemorrágico y porque los tejidos necróticos aún están
muy adheridos a los tejidos viables.
En la práctica, es muy infrecuente que se deba realizar
una intervención precoz en el tratamiento de las pancrea-
titis agudas graves. En la mayoría se realiza un tratamiento
médico y una reanimación activa. La intervención quirúr-
 Tratamiento de las zonas gica (necrosectomía) debe realizarse cuando la necrosis se
de necrosis infectada infecta. En nuestra práctica, es infrecuente que se efec-
túe por laparotomía, en cuyo caso, después se coloca un
Indicaciones drenaje de Mikulicz [24] combinado con una laparostomía
mediante apósito con sistema de aspiración. En nuestra
El diagnóstico de la necrosis pancreática se establece opinión, la estrategia más eficaz es la combinación de un
mediante la angio-TC. Se manifiesta al principio por drenaje mediante radiología intervencionista que, si no
un defecto de realce pancreático más o menos extenso. tiene una eficacia inmediata, se sigue de una necrosec-
La isquemia observada puede resolverse. Si evoluciona tomía videoasistida percutánea (aprovechando el drenaje

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Figura 1. Vías de acceso del tratamiento quirúrgico de las


complicaciones de la pancreatitis aguda: incisión bisubcostal o
laparotomía media. Figura 2. Abertura de la trascavidad de los epiplones por sec-
ción del ligamento gastrocólico; necrosectomía con pinza de
Bassuet.
colocado). Ésta es una técnica mínimamente invasiva que
en nuestra opinión es un progreso terapéutico interesante.
Desde hace varios años, diversos autores han descrito su
experiencia de la necrosectomía con técnicas mínima-
mente invasivas [25–35] . Aunque no existen estudios aleato-
rizados que demuestren la superioridad de estas técnicas
respecto a la necrosectomía por laparotomía, varios artí-
culos han descrito resultados interesantes. En un estudio
retrospectivo que englobaba a 137 pacientes operados por
una necrosis infectada de forma convencional o mediante
necrosectomía mínimamente invasiva retroperitoneal,
Raraty observó que los factores de mortalidad postopera-
toria en un análisis multifactorial eran la edad, la insufi-
ciencia orgánica preoperatoria y la ausencia de utilización
de la necrosectomía mínimamente invasiva por acceso
retroperitoneal. Este autor defiende el uso de esta técnica
como primera elección (72% de los casos en su serie) [1] .

Necrosectomía por laparotomía con


acceso transperitoneal
La necrosectomía por laparotomía es el tratamiento
clásico de la necrosis pancreática infectada. Su ventaja Figura 3. Acceso transmesocólico de la necrosis peripancreá-
principal es que permite la exploración completa de la tica. Durante este acceso, se debe evitar desvascularizar el colon
celda pancreática y de las zonas de necrosis a distancia, transverso.
pero también de toda la cavidad peritoneal. La resecciones
intestinales y la colecistectomía son fáciles de realizar por
este acceso. Sus inconvenientes son la contaminación de Acceso a la necrosis infectada
la cavidad peritoneal por la infección retroperitoneal, el y necrosectomía
íleo postoperatorio más marcado que en los accesos retro- La infiltración edematosa secundaria a la pancreatitis y
peritoneales, el riesgo de fístula digestiva y las secuelas a su sobreinfección hace que las vísceras se vuelvan frá-
parietales abdominales según el tipo de drenaje utilizado. giles y rígidas. La disección debe ser prudente para evitar
una lesión digestiva. El acceso al páncreas izquierdo se
realiza preferentemente a través del ligamento gastrocó-
Colocación del paciente e incisión lico (Fig. 2), pero a menudo existen adherencias estrechas
El paciente se coloca en decúbito supino, con los entre el estómago y el colon transverso. Si el acceso es
brazos en abducción a 90◦ , bajo anestesia general. El difícil, también se puede pasar a través del mesocolon
campo quirúrgico es amplio y desciende a nivel lateral lo transverso cerca de su raíz izquierda, por delante de la
más bajo posible en los flancos. El acceso a la necrosis se vena mesentérica inferior, sobre todo cuando suele obser-
guía por las imágenes de TC recientes. La vía de acceso varse una zona de necrosis que puede atravesarse con el
preferente en esta fase de la pancreatitis es subcostal, dedo (Fig. 3). La forma menos traumática de realizar la
adaptada a la difusión de la necrosis en caso de afectación disección consiste en emplear el dedo y el aspirador, con
supramesocólica pura, pero una difusión de la necrosis abundante irrigación. Las pinzas atraumáticas permiten
infectada hacia abajo o la necesidad de efectuar una fragmentar las fibras que se resisten, pero también pue-
resección intestinal puede hacer que se opte por una den desgarrar las venas. Hay que explorar toda la cavidad
laparotomía media (Fig. 1). pancreática por la abertura que se haya podido realizar.

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Figura 4. Técnica de lavado cerrado: el ligamento gastrocólico


se cierra cuidadosamente para evitar que el líquido del lavado se
difunda a la cavidad peritoneal. Figura 5. Drenaje capilar de tipo Mikulicz con sistema de dre-
naje para aspirar en caso de exudado demasiado abundante o
para humedecer las mechas si es preciso y con una bolsa para
garantizar la retirada completa de las mechas.
La necrosectomía del lado de la cabeza del páncreas
puede requerir un acceso específico por descenso del
ángulo cólico derecho, abertura del ligamento gastrocó-
lico a la derecha e incluso una maniobra de Kocher. El
acceso a las zonas de necrosis mesentéricas se realiza de
Drenaje de tipo Mikulicz o pancreatostomía
forma directa por abertura del mesenterio, mientras que Se basa en la creación de una columna de drenaje por
el de las zonas de necrosis prerrenales o perirrenales se capilaridad y, en ocasiones, en lograr la hemostasia, lo
efectúa por despegamiento del colon a la izquierda o a la que conserva y prepara las necrosectomías reiteradas oca-
derecha. sionales [24] . Un único módulo suele ser suficiente, pero
se pueden colocar varias columnas. Las bolsas de Miku-
licz y las mechas suelen colocarse a través del ligamento
gastrocólico y se exteriorizan por la laparotomía, que sólo
Drenajes tras necrosectomía se cierra en parte con el fin de dejar un orificio parietal
convencional no estenosante para el módulo (Fig. 5). Su parte exte-
riorizada debe estar seca y quedar al aire libre bajo un
La infección de los tejidos contiguos a la necrosis o la arco. La colocación de un pequeño dren central de tipo
persistencia de zonas desvitalizadas no extirpables jus- redón permite aspirar el exceso de líquidos en los prime-
tifica la colocación sistemática de un dren. Se pueden ros días si el módulo se ve «desbordado». En los casos
utilizar varios sistemas de drenaje, pero hay que planifi- favorables, donde la producción de líquido es limitada
car las necrosectomías subsiguientes, colocando el sistema y/o la situación está controlada, se puede comenzar una
que sea tanto el más adecuado para realizar con facilidad la retirada progresiva de las mechas y de la bolsa a los 6-8
necrosectomía, como el menos molesto para el paciente y días, bajo sedación a la cabecera del paciente, dejando un
el personal asistencial. En la literatura, se describen dos dren tubular cuando se retire la bolsa (a los 10-13 días).
principios contrapuestos: el de drenaje-lavado con alto Cuando resulte evidente que la necrosectomía ha sido
flujo y el de drenaje por capilaridad. incompleta y/o cuando la situación clínica lo justifique,
se debe realizar una reexploración bajo anestesia general
en el quirófano: después de retirar el módulo, se puede
Drenaje y lavado con abdomen cerrado completar la necrosectomía a través del trayecto del sis-
tema de Mikulicz y colocar un nuevo módulo (a menudo,
El objetivo de estos sistemas consiste en completar más pequeño).
la necrosectomía mediante lavados del lecho para arras- En la experiencia de los autores, este tipo de drenaje es
trar los fragmentos tisulares que se «resistieron» durante muy eficaz y es un complemento muy útil de la necro-
la intervención. Se colocan drenes de gran calibre y de sectomía por laparotomía cuando esta vía de acceso es
doble vía en todas las zonas de necrosectomías; las zonas obligatoria. Sigue presentando muchos inconvenientes,
donde sólo existía un absceso se pueden drenar mediante como la laboriosidad de los cuidados de enfermería, el
drenajes pasivos, como las láminas multitubuladas, que riesgo probablemente mayor de fístulas cólicas, así como
se exteriorizan por contraincisiones en los flancos, evi- el desarrollo posterior de eventraciones. Esto justifica la
tando en la medida de lo posible su paso por el nivel utilización de una técnica de Mikulicz modificada por la
inframesocólico para limitar el riesgo de fístula digestiva adición de un apósito parietal con sistema de aspiración.
por erosión de la pared del tubo digestivo en las sema-
nas posteriores. La pared abdominal se cierra de forma Técnica de Mikulicz asociada a un apósito
convencional.
El lavado cerrado es una técnica de lavado a muy alto con sistema de aspiración
flujo de la trascavidad de los epiplones, en la que se intro- Las laparostomías mediante apósito con sistema de
ducen estos drenes por contraincisiones, tras lo que dicha aspiración suelen utilizarse en cirugía digestiva para tratar
trascavidad se cierra de forma hermética para impedir la o prevenir el síndrome compartimental abdominal [38] . Su
peritonitis por difusión del líquido de lavado (Fig. 4). El asociación con una columna de drenaje de Mikulicz [24]
inconveniente principal de este tipo de drenaje, aparte pretende permitir un drenaje eficaz por aspiración y no
de la laboriosidad de los cuidados, es la dificultad para por evaporación, lo que se traduce en una mayor comodi-
realizar necrosectomías repetidas, aunque sus partidarios dad para el paciente respecto a las otras laparostomías, así
afirman que son infrecuentes [2, 36, 37] . como en una disminución considerable de los cuidados

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A B

C D

E
Figura 6. Paciente de 77 años, hospitalizado en reanimación por un shock séptico con síndrome compartimental abdominal (SCA)
con una presión intravesical de 25 cmH2 O e insuficiencia multivisceral. La TC abdominal aporta pocos datos, salvo una dilatación del
conducto colédoco. Se sospechó una pancreatitis aguda (hiperlipasemia). Se realizó una laparotomía urgente, que confirmó el SCA. Se
trató mediante descompresión abdominal con cierre asistido por vacío (VAC) y dren transcístico. Al tercer día, la tomografía computarizada
(TC) abdominal con contraste confirmó la presencia de una necrosis pancreática con varias zonas necrosadas. Se llevó a cabo una segunda
laparotomía para cambiar el VAC. El 5◦ día, se efectuó una nueva laparotomía. El postoperatorio se caracterizó por la persistencia del
shock séptico asociado a la necrosis pancreática, una hemorragia digestiva por una úlcera gastroduodenal y complicaciones médicas
múltiples (insuficiencia renal aguda, traqueotomía percutánea, infección del catéter de la vía venosa central). Fueron necesarias varias
reintervenciones quirúrgicas. El paciente experimentó una mejoría progresiva y recibió el alta a los 115 días.
A. Reintervención al 5◦ día. Persistencia de la necrosis pancreática.
B. Colocación de una bolsa de Mikulicz, de una mecha y de un pequeño drenaje a nivel inframesocólico.
C. Bolsa para intestino delgado en contacto con las asas intestinales con un orificio central para que pueda pasar la bolsa.
D. Relleno de la cavidad con compresas y colocación de un dren que se conecta al sistema de aspiración.
E. Colocación de un apósito adhesivo y conexión de los dos drenes a la aspiración, creando un «Miku-VAC».

de enfermería. Cuando se acopla a un sistema aspirativo Necrosectomía por laparotomía con


portátil, este tipo de apósito con sistema de aspiración per-
mite incluso la movilización precoz del paciente (Fig. 6). acceso retroperitoneal
En nuestra práctica, ha sustituido a la técnica de Mikulicz El acceso retroperitoneal tiene las ventajas teóricas de
convencional. no contaminar la cavidad peritoneal con el contenido

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Figura 7. Acceso retroperitoneal izquierdo del páncreas: inci-


sión en el eje del 11◦ espacio intercostal.

Figura 9. Acceso retroperitoneal izquierdo del páncreas: el


plano de disección pasa entre la celda renal por detrás y el saco
peritoneal por delante.

Figura 8. Acceso retroperitoneal izquierdo del páncreas: sec-


ción de los músculos anchos sin abertura peritoneal.
Figura 10. Acceso retroperitoneal izquierdo del páncreas: el
séptico del retroperitoneo y de limitar el íleo postoperato- peritoneo se rechaza en sentido anterosuperior. Progresión en
rio respecto a las laparostomías. Se ha descrito sobre todo sentido medial, pasando por delante de la celda renal y por detrás
para el acceso izquierdo de la celda pancreática. del colon, hasta la necrosis pancreática.
El paciente, sometido a anestesia general, se coloca en
decúbito supino lateralizado con un rodillo bajo la fosa Necrosectomías quirúrgicas
lumbar. El brazo del lado de la necrosectomía se sitúa
por delante de la cabeza del paciente sobre un arco o un mínimamente invasivas
apoyabrazos (Figs. 7 a 11).
El acceso por laparotomía subcostal se realiza por una
Necrosectomía por retroperitoneoscopia
incisión de 10-15 cm de largo, justo por delante de la 12a La necrosectomía por retroperitoneoscopia es una
costilla. Después de seccionar los músculos anchos, no se variante mínimamente invasiva del acceso retroperito-
abre el peritoneo, que se rechaza en sentido anterome- neal por laparotomía subcostal. Salvo el tamaño de la
dial con una torunda montada, lo que permite acceder al incisión (6 cm), la colocación y el acceso son idénticos. El
páncreas en el lado de la incisión, pasando por delante del material específico es un mediastinoscopio o un endosco-
riñón. El acceso se facilita en gran medida siguiendo el tra- pio. Se deja colocado un drenaje de doble vía al final de la
yecto de un drenaje bien colocado mediante TC los días o intervención para permitir las irrigaciones-lavados [41] .Se
semanas precedentes. Después de eliminar los secuestros han descrito retroperitoneoscopias con insuflación de
necróticos infectados, la incisión se cierra parcialmente CO2 [34] .
en la parte anterior, dejando un paso para los sistemas de
drenaje en la parte posterior.
Su inconveniente es que es difícil de realizar porque
Necrosectomía videoasistida percutánea
el trayecto es estrecho y no permite una exploración de La necrosectomía videoasistida percutánea consiste en
la cavidad abdominal. Sería un acceso de elección en los utilizar el trayecto de un drenaje de gran calibre colocado
pacientes operados varias veces del abdomen, sobre todo previamente en el centro de la zona infectada, en la mayo-
en las semanas previas, pero se utiliza muy poco en la ría de los casos de forma percutánea guiada por TC por vía
práctica [39, 40] . Se ha descrito sobre todo para el acceso lumbar izquierda y, en menos ocasiones, al final de una
izquierdo de la celda pancreática. intervención quirúrgica previa.

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Figura 13. Necrosectomía retroperitoneal percutánea. Intro-


ducción del trocar del nefroscopio tras la colocación de un fiador
metálico de vía intravenosa central en el trayecto del drenaje
para no perder este último. El fiador metálico sirve de guía para
dilatar el trayecto si éste tiene un diámetro inferior al trocar del
nefroscopio.

Figura 11. Vista en corte anatómico de la necrosectomía retro-


peritoneal.

Figura 14. Necrosectomía retroperitoneal percutánea. Mon-


taje final del nefroscopio con la aspiración conectada al trocar
y la irrigación sobre el nefroscopio. Los campos impermeables
evitan un enfriamiento excesivo del paciente por el líquido de
Figura 12. Colocación para realizar una necrosectomía percu-
lavado. El cirujano sujeta el nefroscopio con una mano y realiza
tánea retroperitoneal izquierda. Si se efectúa una colecistectomía
la necrosectomía con la otra. El ayudante mantiene el trocar en
laparoscópica en la misma intervención, los miembros inferio-
posición en su dirección y su profundidad, y limpia la pinza con
res pueden colocarse en abducción sobre los estribos (posición
una compresa húmeda vez que se extrae.
francesa) o no (posición americana). A continuación, la mesa se
inclina a la izquierda para volver a situar el abdomen en horizon-
tal. mientras que el ayudante está a los pies del paciente. El
insuflador de CO2 carece de utilidad. Si el drenaje radioló-
Colocación del paciente gico es de pequeño calibre, inferior a 28 F, es indispensable
Para el acceso izquierdo de la cavidad pancreática (que ampliar el trayecto con dilatadores de Amplatz, para poder
es el que siempre realizan los autores de este artículo), introducir el nefroscopio. La introducción de fiadores
el paciente se coloca en decúbito supino, bajo aneste- metálicos como los usados para la colocación de una vía
sia general y con el flanco izquierdo sobreelevado lo central es un requisito indispensable para no perder el
suficiente mediante un campo enrollado para liberar el trayecto del drenaje. El dispositivo óptico más eficaz es
drenaje retroperitoneal colocado previamente. El brazo el nefroscopio rígido, acoplado a una cámara introducida
derecho se sitúa a 90◦ , fuera del campo quirúrgico y en una funda protectora estéril. El trocar del nefroscopio
el brazo izquierdo se fija por delante de la cabeza del se conecta al sistema de aspiración y a un sistema de irri-
paciente, sobre un arco o un apoyabrazos. El paciente se gación con suero fisiológico estéril. La necrosectomía se
fija con topes a la izquierda, a nivel de la pelvis y del tórax, realiza con una pinza de prensión de 3 mm de diáme-
para poder inclinar la mesa a la izquierda, lo que permite la tro que se pasa por el canal de trabajo del nefroscopio, en
evacuación espontánea del líquido de lavado y trabajar al lugar de las pinzas corrientes de 5 mm de diámetro de ciru-
aire libre con una visión mejor (Fig. 12). Siempre se utiliza gía laparoscópica del adulto, que suelen tener un rango
una manta de calentamiento, así como campos plastifica- de abertura excesivo para utilizarlas en esta indicación
dos impermeables, que se fijan bajo el drenaje, para evitar (Figs. 13 y 14).
la pérdida de calor asociada a la fuga del líquido de irriga- Los endoscopios flexibles de pequeño diámetro tam-
ción. El campo quirúrgico engloba todo el abdomen, para bién se pueden utilizar, pero su canal de trabajo no
permitir una conversión a laparotomía en caso de dificul- permite usar una pinza tan eficaz como la que puede
tades o la realización de una colecistectomía laparoscopia usarse con el nefroscopio rígido. Los endoscopios de gran
durante la misma anestesia. calibre son más adecuados y podrían permitir el paso hacia
La columna de laparoscopia se sitúa a la derecha del la derecha del páncreas, pero requieren una dilatación del
paciente, frente al cirujano, que se dispone a la izquierda, trayecto hasta un calibre de 45 F.

8 EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo


Cirugía de las complicaciones de las pancreatitis agudas  E – 40-885

Desarrollo de la necrosectomía de menos alteración parietal. Presentan el inconveniente


El primer tiempo consiste en liberar el trayecto del de la contaminación séptica de la cavidad peritoneal y
drenaje de los restos necróticos y purulentos que lo obs- sus limitaciones son el íleo intestinal y las adherencias
truyen. A continuación, se accede a la necrosis infectada, viscerales relacionadas con la inflamación, que pueden
que se reseca de forma progresiva. Se debe no realizar el restringir los procedimientos.
lavado a una presión excesiva para que no pase líquido El paciente se coloca en decúbito supino, con el brazo
séptico a la cavidad peritoneal. La visión es mucho mejor a 90◦ y los miembros inferiores en abducción. El tro-
con aire ambiente. El líquido de lavado debe fluir con car óptico se sitúa a nivel del ombligo. Los trocares de
libertad al exterior y hacia abajo, lo que requiere una incli- los instrumentos se disponen a nivel paramedial, a la
nación pronunciada del paciente a la izquierda. Una vez altura del ombligo, bajo control con la óptica de 30◦ . Se
que se está en la trascavidad de los epiplones, se puede puede utilizar un trocar epigástrico suplementario para
trabajar con una mayor amplitud y hacer el equivalente la exposición. Algunos autores realizan laparoscopias con
a una pancreatectomía izquierda con conservación de los asistencia manual.
vasos esplénicos, hasta la altura de la línea media y, en El acceso laparoscópico de la necrosis infectada no
ocasiones, sobrepasándola. Es imposible estar seguro de difiere del de la técnica abierta: puede realizarse a través
si los tejidos necrosados que se resecan son de tipo pan- del mesocolon transverso, abriendo el ligamento gastro-
creático o adiposo, pero es fundamental identificar bien cólico, o el epiplón menor [30] . La necrosectomía se realiza
la vena esplénica si se expone, para conservarla. Cuando con pinzas atraumáticas de 5 o 10 mm. Los restos necró-
los tejidos tienden a resistirse y a sangrar, es menor no ticos se evacuan con una bolsa que se introduce en la
insistir. cavidad peritoneal. Durante toda la intervención, hay que
Los pioneros de la técnica han propuesto acceder hasta procurar no contaminar la cavidad peritoneal con el con-
la zona precefálica, más allá del relieve de la columna y tenido séptico de la trascavidad de los epiplones, para lo
de los grandes vasos, mediante un fibroendoscopio. Las que utiliza un aspirador de 10 mm. Se colocan uno o
extensiones de la necrosis infectada en la raíz del mesen- varios drenajes de doble vía al final de la intervención,
terio plantean el mismo problema y deben hacer que se en contacto con el páncreas.
considere la realización de otra vía de acceso o el uso de El acceso transgástrico laparoscópico se realiza por
un endoscopio flexible. una gastrostomía anterior y después posterior transgás-
trica [25, 30] . La necrosis se puede extraer en una bolsa o
Fin de la intervención y tratamiento postoperatorio dejarse en el estómago. No se deja colocado ningún dre-
Se introduce un dren de doble vía por el orificio de naje, aparte de la sonda gástrica. La gastrostomía anterior
drenaje hasta la celda de necrosectomía una vez que el se cierra con una sutura de hilo reabsorbible 3/0. Se ha
nefroscopio y su trocar se retiran. El paciente se puede descrito una técnica que combina la insuflación gástrica
realimentar la misma noche de la intervención. Se rea- por un endoscopio con la introducción directa en el estó-
lizan irrigaciones con 1-2 l de suero fisiológico todas las mago de trocares con balón bajo control laparoscópico
noches por el drenaje, que se mantiene con aspiración a través de la pared abdominal. Los tejidos necróticos se
suave, así como lavados complementarios para desobs- dejan en el estómago, cuya pared posterior no se cierra. Al
truirlo si es preciso. El drenaje se deja funcionando por contrario que la necrosectomía endoscópica transgástrica,
gravedad por el día y el paciente puede deambular. Si al no se deja ningún drenaje colocado entre el estómago y
cabo de 3 o 4 días se sospecha que persiste una necro- la trascavidad de los epiplones. Al final de la interven-
sis infectada (signos persistentes de sepsis, presencia de ción, los puntos de entrada en el estómago se cierran con
numerosos restos negruzcos en el drenaje), se debe plan- hilo reabsorbible de 2/0. Esta última técnica es parecida
tear una nueva sesión después de realizar una TC de a la de la necrosectomía transgástrica endoscópica, pero
control. podría permitir un ahorro de tiempo debido a la utiliza-
Ventajas, inconvenientes e indicaciones de la ción de varios instrumentos en lugar de uno solo para la
necrosectomía videoasistida percutánea endoscopia.
Unos de los inconvenientes de esta técnica son la res-
tricción del campo de trabajo al trayecto de drenaje, que
tiene poca amplitud lateral, y la dificultad de exploración
de la necrosis cefálica o precefálica, a menos que se use un
 Tratamiento de los
fibroendoscopio. seudoquistes pospancreatitis
En opinión de los autores, la utilización de una estra-
tegia terapéutica que aprovecha un drenaje radiológico agudas
previo supone una auténtica ventaja: si en la punción se
observa la salida de pus, que indica una necrosis infec- Los seudoquistes pancreáticos son colecciones circuns-
tada, el radiólogo coloca un primer drenaje de tamaño critas por tejidos de granulación y fibrosis y se caracterizan
medio. Si este drenaje tiene un efecto clínico evidente y por la ausencia de epitelio propio. Contienen restos necró-
si no se observa ningún fragmento negruzco de necro- ticos y líquido con un contenido más o menos abundante
sis en el líquido recuperado en las 48 horas posteriores, en amilasa. Se desarrollan con más frecuencia tras una
es probable que este tratamiento sea eficaz. En el caso pancreatitis aguda alcohólica que después de una pancrea-
contrario, se opta por colocar un dren de gran tamaño, titis biliar [42] .
seguido a las 24-48 horas de una intervención quirúrgica Los seudoquistes pueden ser asintomáticos o compli-
para una necrosectomía videoasistida. En caso de urgen- carse, en cuyo caso se manifiestan por dolor, dispepsia,
cia o si el paciente está muy inestable, no se puede utilizar abscedación, compresiones vasculares biliares, estenosis
esta secuencia terapéutica. digestivas y fistulizaciones espontáneas al tubo digestivo,
el peritoneo o el tórax. La indicación de un tratamiento de
los seudoquistes sintomáticos o que aumentan de tamaño
Necrosectomías laparoscópicas no es motivo de discusión. En cambio, el tratamiento de
Las necrosectomías laparoscópicas tienen la ventaja las formas asintomáticas es controvertido. La regla según
teórica de permitir una necrosectomía amplia en varias la cual está indicado realizar una intervención cuando
localizaciones, a la vez que permiten teóricamente explo- el tamaño del seudoquiste supera los 6 cm de diáme-
rar de forma completa la cavidad peritoneal y poder tro después de 6 semanas de evolución de la pancreatitis
realizar procedimientos asociados, como una colecistec- aguda [43] ya no es válida, porque pueden producirse regre-
tomía, con todas las ventajas de la cirugía mínimamente siones espontáneas de estos seudoquistes en el 50% de los
invasiva en lo referente a dolor, íleo postoperatorio y casos pasado ese plazo [44] . Las formas más graves son los

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E – 40-885  Cirugía de las complicaciones de las pancreatitis agudas

“ Punto importante
Necrosectomía videoasistida percutánea
• Consiste en utilizar el trayecto de un drenaje de
gran calibre colocado previamente en el centro de
la zona infectada, en la mayoría de los casos por
vía percutánea.
• Se realiza por un acceso izquierdo de la cavidad
pancreática.
• La columna de laparoscopia se sitúa a la derecha
del paciente, frente al cirujano, que se sitúa a la
izquierda.
• El trocar del nefroscopio se conecta al sistema
de aspiración y un sistema de irrigación con suero Figura 15. Drenaje externo quirúrgico de un seudoquiste. El
fisiológico se conecta al nefroscopio. punto de entrada del dren en el seudoquiste se cierra de forma
• La necrosectomía se realiza con una pinza de cuidadosa. Se coloca una lámina en contacto con el punto de
prensión y consiste en liberar el trayecto del dre- entrada del dren.
naje de los restos necróticos y purulentos que lo han descrito derivaciones laparoscópicas [54, 56, 57] . A dife-
obstruyen, tras lo que se accede a la necrosis infec- rencia de los seudoquistes de la pancreatitis crónica,
tada, que se extrae de forma progresiva. Cuando en estos casos no está indicado realizar una deriva-
los tejidos tienden a resistirse y a sangrar, no se ción del conducto de Wirsung ni plantear resecciones
debe insistir. pancreáticas.
• Al final de la intervención, se introduce un dre-
naje de doble vía por el orificio de drenaje hasta la
celda de necrosectomía, una vez que se retiran el
Procedimientos comunes a las distintas
nefroscopio y el trocar. técnicas quirúrgicas
• La irrigación se realiza con 1-2 l de suero fisioló-
Las vías de acceso pueden ser una laparotomía subcostal
gico al día. o media con el paciente en decúbito supino y los brazos
en abducción a 90◦ , o una laparoscopia con el paciente
en decúbito supino, los brazos a 90◦ , los miembros infe-
riores separados, un trocar óptico a nivel del ombligo y
seudoquistes hemorrágicos por erosión arterial [45] o rup- trocares de 5-10 mm en cada flanco. Un trocar adicio-
tura portal [46] , que tienen una mortalidad del 15% si no nal epigástrico mejora la exposición al permitir traccionar
se pueden embolizar [47] . hacia arriba del estómago o del colon transverso y recha-
Cuando son sintomáticos, el simple drenaje radioló- zar el lóbulo hepático izquierdo. El cirujano se sitúa entre
gico es eficaz en dos tercios de los casos, siempre que los muslos, con el monitor al lado izquierdo de la cabe-
se consiga una comunicación amplia con el sistema de cera del paciente cuando el seudoquiste está a nivel del
conductos, lo que puede evaluarse en la actualidad de cuerpo del páncreas o a la derecha en el caso contrario. Se
forma no invasiva con la pancreatorresonancia magné- coloca una sonda nasogástrica conectada a un sistema de
tica (pancreato-RM) [48, 49] . Si no existe una afectación de aspiración.
los conductos ni una pancreatitis crónica, algunos auto- En todas las intervenciones, el seudoquiste se pun-
res realizan un drenaje externo [50, 51] . Sin embargo, otros ciona antes de abrirlo para tomar una muestra con
autores consideran que el drenaje externo conlleva una vistas a su estudio bacteriológico y enzimático (lipasa
mayor morbilidad que el drenaje quirúrgico [52] . Aunque o amilasa intraquística) y, si es preciso, para realizar
no existen estudios aleatorizados que hayan comparado una quistografía. Una vez abierto el quiste, se extraen
los tratamientos quirúrgico y endoscópico [53] , su efica- todos los restos necróticos y se eliminan los tabiques
cia es idéntica, pero las técnicas endoscópicas requieren internos.
a menudo su repetición [54] . La mayoría de los equipos
proponen en la actualidad el tratamiento endoscópico
(quistogastrostomía o quistoduodenostomía, derivación Drenaje externo
transpapilar) como primera elección siempre que sea posi-
ble y sobre todo cuando existe una comunicación entre El drenaje externo se realiza cuando el contenido del
el seudoquiste y el sistema de conductos. Las deriva- seudoquiste está infectado, o si sus paredes son demasiado
ciones quistodigestivas endoscópicas pueden efectuarse finas para soportar una sutura, después de efectuar hemos-
mediante control ecoendoscópico si el seudoquiste no tasia por laparotomía de una hemorragia intraquística o
produce un abombamiento intraluminal. Se han descrito de tratar una ruptura intraperitoneal de un seudoquiste.
quistogastrostomías realizadas mediante cirugía endoscó- El acceso del seudoquiste depende de su localización.
pica transluminal por orificios naturales (NOTES, natural Hay que procurar cerrar lo mejor posible las paredes del
orifice transluminal endoscopy surgery) [55] . La hipertensión seudoquiste sobre el drenaje mediante puntos de hilo
portal puede contraindicar este procedimiento endoscó- reabsorbible 4/0 y drenar el orificio de entrada del drenaje
pico. en el seudoquiste con láminas complementarias (Fig. 15).
Cuando fracasan los tratamientos radiológicos o endos- Este drenaje se deja durante varias semanas, hasta que
cópicos y salvo casos de urgencia (hemorragia por erosión el líquido recogido sea limpio. Si se recoge una cantidad
vascular o esplénica) está indicada la cirugía, lo que es abundante de líquido fistuloso (lo que se confirma por
infrecuente. Ningún ensayo aleatorizado ha comparado la determinación de la amilasa en el líquido de drenaje),
los tratamientos quirúrgicos entre sí. Los procedimien- se puede administrar un tratamiento con un análogo de
tos quirúrgicos son derivaciones internas quistogástricas, la somatostatina asociado a una alimentación parenteral
quistoduodenales o quistoyeyunales. Algunos autores exclusiva [58] .

10 EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo


Cirugía de las complicaciones de las pancreatitis agudas  E – 40-885

Figura 16. Quistogastrostomía transgástrica por laparotomía.


Localización del seudoquiste por punción.

Figura 18. Quistoduodenostomía transduodenal por laparo-


tomía: después de localizar la papila, se abre la cara interna del
duodeno con el bisturí eléctrico en el sitio donde el seudoquiste
crea un abombamiento, tras lo que se realiza hemostasia adicio-
nal y se fija la pared del seudoquiste con hilo reabsorbible.

Derivaciones quistoduodenales
Quistoduodenostomía transduodenal
Esta técnica es el equivalente duodenal de la derivación
quistogástrica transgástrica. Está indicada en los seudo-
quistes cefálicos que abomban la luz duodenal y estenosan
el duodeno. La exposición duodenal requiere un descenso
del ángulo cólico derecho y una maniobra de Kocher, así
como la colocación de varias compresas por detrás de la
cabeza del páncreas para rechazar hacia delante el duo-
Figura 17. Quistogastrostomía transgástrica por laparotomía.
deno, que se abre en longitudinal a lo largo de varios
Después de la abertura de la cara posterior del estómago con el
centímetros frente al seudoquiste. El quiste se localiza por
bisturí eléctrico, se realiza hemostasia adicional y se fija la pared
punción y su pared se incide a lo largo de 2 cm con el
del seudoquiste al estómago con hilo reabsorbible.
bisturí eléctrico a nivel de la aguja de punción. Tras la
evacuación del contenido del seudoquiste, la pared duo-
denal se fija a la del seudoquiste con puntos separados
Derivaciones quistodigestivas 4/0, a la vez que se realiza hemostasia (Fig. 18). Se debe
por laparotomía localizar la papila para no lesionarla, tanto durante la aber-
tura de la pared interna del duodeno como durante la
Derivación quistogástrica transgástrica sutura de la duodenostomía interna. La intervención fina-
(intervención de Juraz) liza con la colocación de la sonda nasogástrica en contacto
Está indicada cuando el seudoquiste abomba la cara con la duodenotomía y con el cierre de ésta mediante
posterior del estómago. Esta derivación evita la disec- hilo reabsorbible 4/0, si es posible, de forma transver-
ción de los tejidos demasiado inflamatorios al pasar por sal si no es demasiado larga o en longitudinal en caso
una gastrostomía anterior y después por una gastrosto- contrario.
mía posterior centradas en el quiste, tras verificar que Quistoduodenostomía laterolateral
el seudoquiste esté bien adherido a la cara posterior del Esta derivación sólo puede realizarse si la anastomosis
estómago. La hemostasia de las paredes gástricas debe ser quistoduodenal se puede efectuar sin tensión, lo que es
especialmente cuidadosa si existe una hipertensión por- muy infrecuente. La anastomosis se lleva a cabo entre la
tal asociada. Las paredes se abren con el bisturí eléctrico pared anterior del duodeno y la pared anterior del seudo-
y se aplican puntos de hilo reabsorbible 5/0 para mejorar quiste, tras descender el ángulo cólico derecho.
la hemostasia. Si el quiste no abomba lo suficiente la cara
posterior del estómago, es mejor intentar localizarlo por
punción y quistografía o mediante ecografía intraoperato- Quistoyeyunostomía
ria (Fig. 16). La abertura de la cara posterior del estómago La ventaja de esta técnica es que se adapta a todas las
debe ser limitada. Una vez que se ha evacuado el conte- localizaciones quísticas y, en especial, a los seudoquistes
nido del quiste, se realiza una sutura continua con fines de la transcavidad de los epiplones que no se adhieren a la
hemostáticos entre la pared del estómago y la del seudo- cara posterior del estómago y a los seudoquistes cefálicos
quiste para mantener la abertura y mejorar la hemostasia. que no tienen un contacto estrecho con el duodeno. La
La gastrostomía anterior se cierra con una sutura continua anastomosis es laterolateral y se realiza con dos hemisutu-
de hilo reabsorbible de 4/0 (Fig. 17). La sonda nasogástrica ras continuas de hilo reabsorbible 4/0 tras la abertura del
de deja colocada conectada a un sistema de aspiración seudoquiste y la evacuación de su contenido. La anasto-
durante varios días. mosis se puede realizar en un asa en «omega» o en un asa

EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 11


E – 40-885  Cirugía de las complicaciones de las pancreatitis agudas

Figura 21. Derivación quistoyeyunal sobre un asa en «omega»


Figura 19. Quistoyeyunostomía sobre un asa en Y por un seu- de forma transmesocólica por un seudoquiste retrogástrico no
doquiste retrogástrico no adherido al estómago. adherido al estómago.

Figura 22. Quistogastrostomía endogástrica.

Figura 20. Derivación quistoyeyunal por un seudoquiste cefá- Vía transgástrica


lico sin contacto estrecho con el duodeno. Este procedimiento es idéntico a la intervención de
Juraz, sin realizar endoscopia: mediante control con una
en Y de 60 cm de longitud, que permite alcanzar sin trac- óptica de 30◦ , la pared anterior del estómago se abre con
ción el seudoquiste y evitar el reflujo alimentario hacia el un gancho y una pinza de coagulación monopolar, tras
quiste (Figs. 19 a 21). lo que se hace lo mismo con su cara posterior, después
de identificar el seudoquiste por punción o ecografía. En
esta técnica, la hemostasia también debe ser cuidadosa
Derivaciones laparoscópicas y se completa con puntos de hilo reabsorbible 4/0 si es
preciso. Los restos necróticos se evacuan en una bolsa. La
Las indicaciones de las derivaciones laparoscópicas son gastrotomía anterior se cierra con una sutura continua. Se
las mismas que las de las técnicas por laparotomía, es decir, deja colocada una sonda gástrica conectada a un sistema
el fracaso de los tratamientos radiológicos o endoscópicos. de aspiración durante varios días.
Se han descrito sobre todo dos intervenciones en la lite-
ratura, que sigue siendo limitada sobre este tema. Vía endogástrica
Esta intervención se ha descrito con o sin asistencia
endoscópica. Con el endoscopio, el estómago se insufla
Derivación quistogástrica laparoscópica bajo control laparoscópico y se introducen tres trocares
Al igual que las técnicas de derivación por laparotomía, con balón a través de la pared abdominal y después a tra-
se adapta a la localización de los seudoquistes. vés del estómago (Fig. 22). Cuando no se emplea asistencia

12 EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo


Cirugía de las complicaciones de las pancreatitis agudas  E – 40-885

 Conclusión
La fase precoz de la pancreatitis aguda puede asociarse a
numerosas complicaciones, en ocasiones graves, aunque
son infrecuentes. El cirujano debe estar alerta para poder
diagnosticar estas complicaciones y tratarlas a tiempo. A
partir de la tercera semana de evolución de la pancreatitis
aguda, las zonas de necrosis se pueden infectar y requerir
en la mayoría de las ocasiones un tratamiento quirúr-
gico. Cuando el estado séptico del paciente lo permite,
es mejor drenar las zonas infectadas por vía percutánea y
después, bajo una cobertura con antibióticos y lavados
por los drenajes radiológicos, esperar a que la necro-
sis se desprenda de los tejidos viables para realizar una
necrosectomía completa en un único procedimiento. Esta
necrosectomía debe efectuarse preferentemente mediante
una técnica mínimamente invasiva. Cuando el estado sép-
tico del paciente no permite esperar a que la necrosis
Figura 23. Derivación quistoyeyunal laparoscópica mecánica. se ablande, hay que realizar sin demora una interven-
Los puntos de entrada de la grapadora lineal se cierran con hilo ción convencional, dejando un sistema de drenaje que
reabsorbible 4/0. permita las necrosectomías reiteradas, bien con un sis-
tema de laparostomía o bien utilizando el trayecto de un
endoscópica, se realizan tres bolsas de tabaco en la cara drenaje para realizar una necrosectomía percutánea míni-
anterior del estómago y en el centro de ellas se introdu- mamente invasiva. Más adelante, la pancreatitis puede
cen trocares adicionales, tras lo que el tubo de insuflación evolucionar a la formación de seudoquistes sintomáti-
de CO2 de la laparoscopia se transfiere a un trocar gás- cos que requieren como primera elección un tratamiento
trico. La óptica se cambia de lugar y se coloca a nivel endoscópico. Si esto fracasa, se efectúa un tratamiento
intragástrico, al igual que los instrumentos para realizar quirúrgico, si es posible mínimamente invasivo, con
la etapa posterior de la derivación quistogástrica: abertura realización de una derivación quistodigestiva transgás-
a lo largo de varios centímetros y fijación del estómago a trica o sobre un asa en «omega». El drenaje quirúrgico
la pared del seudoquiste con una sutura, si se han sepa- complementa el tratamiento quirúrgico de los seudoquis-
rado ambas estructuras [57] . Los restos necróticos se dejan tes complicados.
en el estómago o se evacuan en una bolsa, dependiendo
del tamaño de los trocares utilizados. Una vez finalizada
la etapa endogástrica, la óptica se vuelve a situar en posi-  Bibliografía
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O. Risse.
C. Arvieux.
J. Abba.
C. Létoublon (CLetoublon@chu-grenoble.fr).
Clinique universitaire de chirurgie digestive et d’urgence, Hôpital Michalon, Centre hospitalier de Grenoble, BP 38043, Grenoble cedex
9, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Risse O, Arvieux C, Abba J, Létoublon C. Cirugía de las complica-
ciones de las pancreatitis agudas. EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 2013;29(1):1-15 [Artículo E – 40-885].

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