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1.

- La técnica de la entrevista individual/familiar aplicada al trabajo


social.

La entrevista es fundamental en la intervención profesional del trabajo social


porque se constituye como técnica de conocimiento (ya que permite al trabajador
social obtener información sobre la situación psicosocial de la persona entrevistada) y
como técnica de acción (puesto que supone una forma de intervención que puede ir
desde facilitar información y/u orientación, hasta movilizar capacidades y recursos de
la persona).

La entrevista aplicada al trabajo social tiene una triple dimensión:

– Como relación: se produce una situación interpersonal resultante de la


inte- racción entre entrevistador y entrevistado.
– Como técnica: supone la utilización de un conjunto de conocimientos trans-
formados en conducta para alcanzar determinados objetivos.
– Como proceso: se compone de un conjunto de fases concatenadas.

2.- La entrevista.

2.1.- Concepto.

Existen infinidad de definiciones. Una definición amplia es la de Kisnerman,


que define entrevista como "la técnica que permite esclarecer la relación profesional,
un vínculo intersubjetivo e interpersona entre dos personas; siendo lo que diferencia
su uso el modo y la intencionalidad con que se aplica".

A raíz de esta definición, podemos inferir la existencia de diversos tipos de


entrevista en función del modo y la intencionalidad con que se aplique.

2.2.- Tipos de entrevista.

2.2.1.- Según el grado de estructuración.

– Estructurada: las preguntas han sido previstas con anterioridad, sin que el
entrevistador pueda alterar el orden ni la forma de presentación. Toma
forma de cuestionario donde las preguntas siempre se plantean en el
mismo orden y usando los mismos términos.
– No estructurada: el entrevistador posee gran o total libertad para realizar las
preguntas de acuerdo a cada situación particular.
– Semiestructurada: existe un guión básico sobre lo que ha de preguntarse,
pero el entrevistador mantiene la libertad a la hora de decidir el orden de
presentación, formar, etc, e incluso puede añadir nuevas cuestiones.

2.2.2.- Según el grado de dirección.

– Directiva: el proceso viene marcado por las intervenciones del


entrevistador.
– No directiva: las verbalizaciones del entrevistado marcan las pautas del
proceso.
– Semidirectivas: no exite una tónica o pauta general.

2.2.3.- Según la profundidad.

– De primer contacto: se produce un intercambio básico de información entre


el entrevistador y el entrevistado.
– De estudio y diagnóstico inicial: el objetivo es el conocimiento de la situa-
ción problemática, a fin de clarificarla y poder articular una adecuado
proceso de ayuda.
– Focalizada: se centra en situaciones-problema ya conocidas y clarificadas.
– De tratamiento: el elemento central del proceso de ayuda es la
comunicación. El doble objetivo es ofrecer al entrevistado un espacio para
la elaboración de su situación psicosocial a la vez que movilizar sus capa-
cidades y recursos.

2.2.4.- Según la finalidad.

– Informativa.
– De orientación y uso de recursos.
– De derivación.
– De atención a demandas puntuales.
– De recogida de datos.
– De relación, de seguimiento y tratamiento.

2.2.5.- Según el número de entrevistados.

– Individual.
– Familiar.
– Grupal.

2.2.6.- Según el marco teórico.


– Conductual: se centra en el análisis, evaluación y modificación de
conductas.
– Psicoanalítica: tiende a mejorar la capacidad adaptativa del entrevistado, a
través del desarrollo de su capacidad para comprenderse a si mismo.
– Fenomenológica: el objetivo es potenciar al máximo el crecimiento psicoló-
gico del entrevistado.
– Sistémica: se centra en los aspectos relacionales del entrevistado. Busca
analizar, comprender y modificar las pautas de relación que establece el
entrevistado con otras personas y/o sistemas.

2.3.- Características generales de la entrevista.

– Comunicación verbal y no verbal: la comunicación es vehículo fundamental


a utilizar en el contexto de la relación profesional de ayuda. La
comunicación dada en el contexto de la entrevista puede ser tanto verbal
como no verbal.
– Cierto grado de estructuración: la entrevista dependerá de diversas
variables, como el marco teórico, los objetivos perseguidos, la propia diná-
mica de la entrevista, etc.
– Finalidad específica: la entrevista debe tener una finalidad consciente, que
puede ser explícada por el entrevistador en términos sencillos y
comprensibles.
– Situación simétrica: el entrevistador y el entrevistado cuentan con estatus
diferentes.
– Proceso bidireccional: la entrevista se presenta como un proceso
bidireccional en el que existe una interinfluencia entre entrevistador y entre-
vistado.
– Adopción de roles específicos por ambas partes: el rol del entrevistado no
debe situarse en un plano de inferioridad con respecto al del entrevistador,
sino en un plano diferente. El papel del entrevistado viene definido por los
motivos que determinan la entrevista, mientras que el del entrevistador lo
será por los objetivos personales e institucionales que apunta.
– Es un relación de ayuda: Rogers define este tipo de relación como "

2.4.- La relación de ayuda profesional.

La entrevista aplicada al trabajo social se constituye como una relación de


ayuda profesional, que supone la configuración de una interacción mutua entre el
trabajador social y el entrevistado, y que el trabajador social utiliza para

– Conocer la situación psicosocial del entrevistado.


– Proporcionarle apoyo y nuevas experiencias que favorezcan el desarrollo de
las capacidades de la persona y la elaboración de vivencias previas.

En el establecimiento de la relación profesional de ayuda se han de considerar


diversos elementos:

– La formalización del sistema de acción.


– La naturaleza de la relación.
– La comunicación.
– El proceso, en el que se incluyen destrezas o técnicas.

2.4.1.- La formación del sistema de acción.

Supone la creación de un espacio que posibilite el comienzo del proceso de


ayuda. La acción se desarrolla entre el trabajador social y el usuario en el que cada
uno realiza sus aportaciones.

El trabajador social aporta conocimientos, valores, habilidades, experiencia,


capacidad profesional, etc., y el usuario aporta sus necesidades y problemas, la
percepción sobre sus experiencias virtuales...

Con los "usuarios forzosos", que no han solicitado directamente la interven-


ción, el trabajador social debe transformar una situación involuntaria en un marco
adecuado de ayuda.

2.4.2.- La naturaleza de la relación.

Se refiere al tipo de relación que se establece entre el trabajador y el cliente.

La entrevista y la relación de ayuda profesional deben favorecer el insight, es


decir, promover el autoconocimiento del cliente, favorecer que la persona explore su
mundo interno y realice un autorreconocimiento de sus conductas.

El establecimiento de una relación adecuada entre el trabajador social y el


cliente no está exento de dificultades:

– Relaciones emocionales: el cliente llega al trabajador social con


experiencias previas, incluso con resistencias y mecanismos defensivos.

Los problemas suelen provocar reacciones emocionales autodefensivas que


requieren que el trabajador social intente conducir a la persona a un plano de menor
emocionalidad.
Otros estado emocionales frecuentes son la depresión, el miedo, la ansiedad...
El trabajador social debe, partiendo de la empatía y el apoyo, ayudar al sujeto a
liberar la tensión ansiosa facilitándole hablar del problema, ayudándole a
contemplarlo en su verdadera magnitud.

2.4.3.- Transferencia y contratransferencia.

– Transferencia y contratransferencia: la transferencia es el mecanismo


psíquico por el que proyectamos, en la realidad presente, representaciones
mentales y afectos adquiridos en épocas anteriores. Es una distorsión de la
percepción acompañada de una emoción inadecuada. Analizar la
transferencia nos puede ofrecer gran información sobre su situación
psicosocial.

En la contratransferencia, el profesional es el que trae los sentimientos del


pasado y los aplica al presente, al cliente, como respuesta emocional ante
comunicaciónes, sensaciones y sentimientos transferidos. Ocurre cuando
el trabajador social se identifica con los sentimientos transferidos, y se
deja llevar por ellos.

– Temores a la relación asistencial: la persona trae los sentimientos, las


expectativas, las esperanzas, los temores sobre sus problemas, sobre la
institución, sobre la persona del profesional.

.- La comunicación.

Es el vehículo fundamental para utilizar en la entrevista. Es un proceso


interpersonal en el que los participantes expresan algoo sobre sí mismos, con la
intención de influir en la conducta del otro. Utiliza comunicación verbal y no verbal.

En la entrevista se da el proceso circular de la comunicación, donde el emisor


lanza mensajes con algún objeto, los cuales son percibidos, traducidos por el receptor,
quien a su vez establece un proceso similar de actuación. Se produce un feedback, los
mensajes producen cambios en el emisor y en el receptor.

En la comunicación verbal, los mensajes se producen a través de la palabra. La


comunicación nos permite proporcionar al otro un conocimiento exacto de lo que
transmitimos. Lo fundamental es la utilización de elementos comprensibles para el
receptor.

La comunicación no verbal es el complemento de la comunicación verbal que


permite que ésta adquiera un sentido pleno. Subraya el discurso oral dotándolo de
cualidades afectivas y matices significativos que antes no tenía.
Una comunicación adecuada debe tener congruencia entre la comunicación
verbal y no verbal.

Las preguntas se convierten en el instrumento fundamental de comunicación


para el trabajador social.

– Preguntas lineales: son utilizadas para orientar al entrevistador sobre la


situación del entrevistado, de manera que la intención fundamental es
la investigación.
– Preguntas circulares: son utilizadas para ayudar al entrevistador para
conocer la situacion del entrevitado. Son realizadas con una intención
explorativa.
– Preguntas estratégicas: para influir en el entrevistador, siempre con una
intencionalidad correctora.
– Preguntas reflexivas: pretenden influir en el entrevistador con una intencio-
nalidad facilitadora.

2.4.4.- Procesos y técnicas.

2.4.1.1.- Proceso de la entrevista.

El desarrollo de la entrevista sigue varias fases, aunque no debe considerarse


como una forma cerrada, sino que debe adaptarse a cada situación en particular.

La mayoría de los autores coinciden en señalar tres fases:

– Inicio y apertura.
– Desarrollo y contenido.
– Término o final.

Teresa Rossell señala, en cambio, cuatro fases:

– Recepción: enmarcada dentro de la primera entrevista. Aquí se hallan


presentes todos los aspectos que constituye una "acogida adecuada",
implicando elementos y habilidades que el trabajador social utiliza para
generar que la persona entrevistada se sienta atendida y escuchada. En el
caso de no tratarse de una primera entrevista, esta fase sería de menor
intensidad.

– Exploración: se realiza un estudio de la demanda del entrevistado a fin de


estudiar el proceso de ayuda. El profesional debe procurar que la persona
exprese libremente y con "sus palabras" el motivo por el que acude al
servicio. A partir de la demanda planteada, el trabajador social debe valorar
si en esa primera entrevista es conveniente explorar más allá de lo expuesto
por el entrevistado.
– Fase de intercambio o clarificación: el trabajador social alcanza una cierta
comprensión de la situación del entrevistado, que le facilita el inicio del
proceso de la intervención. La delimitación de la situación implica la
comprobación de que el profesional ha comprendio el problema, así como
una clarificación del mismo. T. Rossell dice que "en las entrevistas de
seguimiento del trabajador social hace más aportaciones sobre la
orientación del caso, gestiones, posibles modificaciones que el usuario
debe introducir, etc.".
– Final: el trabajador social debe mantener una actitud receptiva hasta el
final de la entrevista sin que esto implique reiniciar dicha entrevista. Debe
reali- zarse de manera grupal.

2.4.4.2.- Intervención o técnicas.

a) Técnicas verbales no directivas:

– Clarificación: enunciado para comprobar si se ha entendido


lo dicho por el entrevistado.
– Paráfrasis: el entrevistador dice con sus palabras el
contenido cognitivo del mensaje del entrevistado.
– Reflejo: el entrevistado recoge la parte afectiva del
mensaje del entrevistado.
– Resumen: es una elaboración por la que se transmiten al
entrevistado dos o más paráfrasis y/o reflejos.
– Autorrevelación: enunciado a través del cual el entrevistador
comunica al entrevistado, de manera intencional, algo sobre
sí mismo.
– Inmediatez: descripción de las observaciones y/o
sentimientos concretos que experimenta el entrevistador en
relación consigo mismo, con el entrevistado y/o con los
problemas significativos de la relación entre ambos.

a) Técnicas verbales directivas:

– Sondeo: pregunta que refiere directamente a los problemas


del entrevistado. Su objetivo es animar a la persona
entrevistada que revele información.
– Afirmación de la capacidad: se pone de manifiesto la
capacidad del entrevistado para realizar una tarea
determinada. Pretende ampliar la conciencia del
entrevistado.
– Confrontación: se ponen de manifiesto algunas
discrepancias o distorsiones que aparecen en los mensajes
y/o conductas del entrevistado. El objetivo es explorar otras
formas en que el entrevistado puede percibir una situación
o concepción de sí mismo.
– Interpretación: el entrevistador ofrece al entrevistado una
forma distinta de concebir el problema o una explicación de
sus conductas.
– Instrucciones: el entrevistador pretende instruir, dirigir
o indicar al entrevistado cómo debe realizar algo.
– Encuadre: el entrevistador pretende predisponer al
entrevistado para que considere una situación o suceso,
desde una perspectiva determinada.
– Información: enunciado que transmite al entrevistado datos
referidos a hechos, experiencias, sucesos, alternativas o
personas al objeto de identificar y evaluar alternativas y
disipar mitos.

c) Otras técnicas:

– Técnicas activas: ponen en juego la conducta


comunicativa total del sujeto, tanto en la comunicación
verbal como en la no verbal.
– Anécdotas: narración breve relativa a un suceso real o
ficticio. El objetivo es promover que el entrevistado
analice una determinada realidad o construcción de la
misma.
– Metáfora: si una persona se resiste a tratar
determinado tema, el entrevistador puede utilizar
comunicación metafórica.
– Directivas: se trata de órdenes, normas o tareas que el
entrevistado debe realizar o seguir de manera obligatoria
como forma de pasar a nuevos momentos de intervención.
– Ilusión de alternativas: son alternativas de conducta, todas
tienen el mismo efecto. Se pretende que el entrevistado
perciba que es él quien toma las decisiones.
– Metaintervenciones: es una técnica con finalidad básicamente
aclaratoria. El entrevistador aclara al entrevistado las razones
que le han llevado a utilizar alguna técnica.
– Permisos: se pretende desacreditar o restar fuerza a
mandatos o ideas instauradas en el entrevistado.
– Repetición del mensaje ("disco rayado"): consiste en repetir
varias veces un mismo mensaje para vencer la "sordera
selectiva".

3.- Elementos que intervienen en los primeros contacto ente los usuarios de
los servicios sociales y el trabajo social.

3.1.- Ambito.

En la atención directa a los usuarios, las situaciones-cliente serán el


ámbito específico del trabajo social. En estas situaciones, las personas son el
principal objeto de interés y de atención, teniendo como características la
multiplicidad (porque están integradas por distintos elementos personales y
sociales) y la diversidad (porque se puede atender a personas de distinta
problemática o edad).

Muchas situaciones de los usuarios son el resultado de distintos


elementos interaccionados, por lo que se debe distinguir en cada uno de los
elementos estables o constantes de las variables o circunstancias (que son, estos
últimos, los que suelen motivar la demanda al servicio y que pueden ser un
factor desencadenante del problema).

Las normas, leyes y valores sociales cambian, de manera que los grupos
sociales, personas, profesionales y servicios los incorporan en tiempos y ritmos
diferentes. Esto hace que los hechos no se pueden generalizar, teniendo en
cuenta que también en el contexto personal y relaciones afectivas provocan
diferencias entre las personas. La función del trabajador social será comprender
las situaciones específicas de cada momento para ayudar a los usuarios a
descubrir los recursos personales y sociales, así como las dificultades y
carencias que existen en la atención y contexto social. El trabajador social no
puede valerse de una teoría única para comprender el comportamiento de las
personas, grupos y maecanismos históricos y políticos, sino que se debe servir
de otros elementos que se pueden obtener mediante la relación con el usuario
en las entrevistas, que son el medio básico de estudio, diagnóstico e inter-
vención.

3.2.- Marco institucional.

El servicio o la institución delimitan el ámbito de atención que puede


ofrecer a la población, y forma parte de una red de servicios más amplia basada
en criterios ideológicos, políticos o científicos condicionando la actividad de
las personas que
desarrollan allí actividades profesionales (que también condicionan y modifican
su política y organización). En cualquier institución el trabajador social debe
aceptar los límites y condiciones de la misma, que influirá en la forma de
atención de la población.

3.3.- Usuario.

Existen tres aspectos generales relacionados con la condición de usuario.

Las expectativas: en función de :

– Experiencias anteriores: el trato anterior puede estimular su


confianza o desconfianza. Cuanto más importante o urgente
para el cliente es lo que espera conseguir, más altas serán
estas esperanzas o temores y más grande será el nivel de
ansiedad con que se acerca al servicio, mientras que si se ha
adaptado a su situación, la ansiedad será menor.
– Características personales.
– Urgencia o importancia de lo que se quiere conseguir.

Necesidad y demanda: las demandas que el usuario plantea proceden de las


vivencias y expectativas que se forme sobre el profesional, y acerca del servicio
o sus trabajadores. Se consideran necesidades básicas a aquellas más
relacionadas con la supervivencia biológica, social y, por último psicoafectivas.

El estudio de la necesidad desde un punto de vista psicosocial está ligado


a las teorías de la motivación. Newcomb explica cómo se pasa de
necesidades biológicas primarias a sociales o secundarias, ya que cuando
el cuerpo nota algún déficit se siente molesto, provocándose un impulso
que le empuja a buscar en el exterio aquello de lo que carece para
reequilibrarse.

La necesidad está ligada también a la época y al contexto, que


determinan la manera de satisfacer y experimentar las necesidades
afectivas y sociales en cada momento, siendo reconocidas algunas
universalmente y creando mecanismos para su cobertura (lo que nos
muestra cómo las necesidades no son estáticas en individuos o grupos
sociales). Bradshaw distingue cuatro tipos de necesidades: normativa (
lo que el experto percibe como necesidad en un momento
dado),experimentada o sentida (percibida por los sujetos), expresada o
demandada (necesidad sentida y manifestada mediante una solicitud del
servicio) y comparativa (deducida por el observador exterior). Se habla
también de demanda explícita, implícita, inespecífica (el usuario no sabe
lo que quiere o no sabe explicarlo), o ausencia de demanda ( distinto a
ausencia de problema).
3. Propuesta relacional: además de plantear problemas o necesidades,
los que acuden a un servicio intentan provocar una respuesta en el
trabajador social para conseguir lo que creen necesitar, a veces de forma
inconsciente, siendo necesario que el trabajador social la distinga de la
que se hace de manera consciente. La respuesta profesional del asistente
social debe ser la que considere mejor para atender al cliente,
prevaleciendo por encima de posibles amenazas, culpas o resistencias
del usuario.

3.4.- Trabajador social.

Es el instrumento fundamental de ayuda, que posibilita en el entrevistado la


expresión de sus dificultades, intereses o demandas, y que posibilita su progreso o
cambio. Existe una tendencia por parte de los profesionales a la actuación por enciam
de la teorización o investigación. El trabajador social debe:

– Tener conocimiento de sí mismo, lo que es un intrumento de trabajo básico.


– Ser receptivo a los sentimientos que despiertan en él en contacto con
problemas.
– Estar abierto afectiva e intelectualmente a la información que le llega.
– Introducir la mínima distorsión posible para conocer mejor la situación.

Para conocer y comprender los sentimiento y estado emocional del usuario


durante una entrevista se habla de la empatía, es decir, la capacidad de ponerse en el
lugar de otra persona sin identificarse plenamente con ella y observando así la capa-
cidad de ayudarla.

La mejor intervención sería la que moviliza el máximo de capacidades que


existen en el cliente y su entorno, considerando a éste como principal elemento de
intervención.

El interés y dificultad del trabajo social radica en la necesidad de revisar y


estudiar continuamente el objeto de su estudio (hombre, relaciones sociales,
instituciones y servicios sociales), adecuando las formas de atención a las necesida-

des de los usuarios.

4.- La entrevista en el estudio de necesidades.

El primer contacto es importante porque se inicia un tipo de relación en la que


será importante poseer herramientas o guías mentales sobre las que se establecerán
relaciones entre los elementos que aporta la información del cliente y que permitirán
estructurar las hipótesis.

El trabajo social se ha preocupado siempre más por la respuesta que por el


estudio, pero autores como Brauns y Kramer piensan que deben adquirir una prepara-
ción sobre conocimientos diversos para afrontar problemas presentes y futuros. Es
una profesión que posee conocimientos estraídos de su trabajo práctico principalmen-
te, aunque se han empleado técnicas y formas de trabajo que caracterizan a otras pro-
fesiones y que no se han adaptado al trabajo social. Así, auque la experiencia propor-
ciona gran parte del conocimiento, la investigación y teorización pueden
fundamentar, consolidar o rectificar ese conocimiento, permitiendo el avance de la
profesión.

4.1.- El objeto de estudio.

Hay que conocer a quién o para qué es la información que se da y cómo se


debe dar para que sea entendida y aprovechada. Se exploran dos áreas fundamentales
con la finalidad de obtener dato sobre los factores que influyen en la persona:

– Factores materiales o sociales: vivienda, economía, trabajo....


– Factores personales: salud física y mental, cualificacion, relaciones....

Con ello se podrá determinar:

– El tipo de orientación o información necesaria.


– Se presentan dificultades que hagan necesario precisar aspectos.
– Si la dificultad es competencia de otro profesional.

4.2.- Nivel de estudio.

4.2.1.- Características del servicio.

Determinado por:

– Ambitos de competencias del servicio.


– Nivel de atención que el servicio puede ofrecer.-
– Promedio de tiempo de que dispone el profesional.
– Tipo de población y demanda.
– Condiciones en que normalmente llegar los usuarios.

En un servicio de atención primaria el nivel de atención será amplio y con


múltiples posibilidades de información, orientación y asistencia, mientras que en los
servicios sociales especializadaos el campo de actuación está mas delimitado y el
trabajador social participa con otros profesionales en un equipo multidisciplinar
(intervención más profunda que en el primer nivel).
4.2.2.- Necesidad de atención del usuario.

Los objetivos y características del servicio determinarán la necesidad y


características del usuario.

4.3.- Estudio de la situación.

La relación con el usuario comienza con una información que se obtiene de


éste o de otras personas y centros. Conviene plantear qué se quiere conocer y para
qué, que son datos que irán en función de la finalidad de la entrevista y que implican
el conocimiento de hechos reales y objetivables, pero también la opinión y
sentimientos del entrevistado en relación con esos hechos. Al hablar de cómo estudiar
la situación nos referimos a las técnicas profesionales que se emplean para
comprender y conocer la realidad, y que será diferentes según las características de
cada persona.

Conviene que en los primeros contactos con el usuario, sea éste quien formule
la demanda o motivo que le lleva al servicio, y el trabajador social deberá mostrarse
acogedor y atento para configurar el llamado campo relacional. Si el entrevistado
tiene dificultades para expresarse, el entrevistador tendrá una actitud más activa, que
no directiva, durante la entrevista. También es importante al principio lo que el
entrevistado omite, personas que excluye... para centrar el problema.

De la información que aporte el entrevistado, el trabajador social harán una


síntesis y selección, que le llevará a la formulación de hipótesis, que son suposiciones
de carácter provisional sobre hechos que se observan, y que serán confirmadas o
rechazadas después. Se plantean hipótesis con el objetivo de encontrar lo ejes por
donde se estructuran las dificultades y capacidades de las personas que participan de
una misma situación, y que al entrevistador servirán par adquirir nuevos
conocimientos para el futuro. Mas tarde, se harán preguntas para comprobar las hipó-
tesis y relacionar datos inconexos que pudiesen existir, ayudando a estructurar el
pensamiento del entrevistado
La formulación de hipótesis puede estar basada en:

– La teoría: remiten a aspectos básicos del funcionamiento individual


y colectivo.
– La experiencia: surgen de un conocimiento basado en la repetición de
hechos o constantes que el trabajador social observa en su trabajo.
– La recogida de datos o en la observación: corresponden a fenómenos que
no se explican en principio por un proceso lógico, pero que se hacen
evidentes al recoger datos sistemáticamente.

En cuanto al análisis y categorización de datos, debemos reseñar cómo al


estudiar una situación social, el trabajador social debe separar los elementos funda-
mentales y estables de los anecdóticos o circunstanciales, así como los que tienen un
valor causal de los que son efecto o consecuencia de éstos. La ordenación y
categorización de los datos va a permitir formular un diagnóstico y pronóstico de las
posibilidades de solución de la situación que se nos plantea. Estos datos que se van
recogiendo tendrán tanto una dimensión objetiva como subjetiva (subjetiva porque
cada persona vive una situación de una determinada manera), contemplando al
mismo tiempo el contexto o momento de su aparición.

5.- La intervención del trabajo social a través de la entrevista.

Intervención y tratamiento son términos usados para designar lo mismo,


aunque intervención era usado más en los inicios. M. Richmond habla de "tratamien-
to social", tomando el concepto de la medicina, para sistematizar la actividad profe-
sional y distinguirla de la ayuda espontánea o intuitiva. El término intervención pro-
cede de la adopción en nuestro país del método básico, y supone el momento de ac-
tuación que sigue al estudio e interpretación de datos, tanto a nivel individual como
grupal, familiar... Ambos términos se refieren a la incidencia del profesional una vez
que estudia determinados problemas y valora e interpreta los elementos que partici-
pan y su significado en el conjunto.

El tratamiento es la intervención del trabajo social encaminada a mejorar


alguna condición de los usuarios, lo que implica la movilización de elementos perso-
nales y relacionales, así como la motivación y uso de elementos externos. Además de
movilizar, el profesional recibirá y contendrá distintos estados emocionales del entre-
vistado, estimulando aspectos más constructivos o capacitados para éstos. Así, movi-
lizará recursos que puedan recuperar o adquirir capacidades que permitan ayudar al
usuario, haciéndole depende menos o nada de los servicios sociales y del trabajador
social. G. Hamilton dice que el tratamiento tiene por finalidad mejorar las
condiciones externas del individuo. Esto hace que la eficacia de la intervención se
pueda valorar en relación con el aumento de la capacidad de los usuarios para superar
nuevas dificultades. Se podrá considerar tratamiento a las intervenciones basadas en
conocimientos que permiten dar respuesta profesional a las diferentes demandas que
se formula, siendo el nivel de conocimiento y comprensión lo que indica la duración
del tratamiento.

Empezará cuando el trabajador social establece la primera relación con éste y


con la situación a tratar, sea directamente con el usuario o indirectamente con datos
sobre la persona.

Algunos puntos importantes a la hora de la intervención en trabajo social son:

– La intervención se inicia "en el punto donde se halla el usuario", ya que


para involucrar a la persona en el proceso de ayuda y estudio es necesario
empezar tratan-do aquello que más le preocupa y que la persona
considere oportuno.
– Se plantea "un punto de intersección" entre el ámbito de competencias de
los servicios sociales generales y de los servicios sociales especializados.

– El trabajador social puede planificar la intervención mediante las


capacidades y disposición del entrevistado, si muestra influencia positiva
en su problema.
– La comprensión del profesional permite la contención de sus propios senti-
mientos, orientando la actuación.
– Las personas con problemas graves tienen mayor dificultad para pedir
ayuda debido a que la situación problemática ya se ha instalado en ellas.
– Las personas acuden a los servicios sociales para pedir o informarse sobre
un recurso material, demanda que se acompañará de una completa descrip-
ción sobre la persona, para buscar el recurso adecuado para su situación.
– La contención, elaboración e insight son términos aplicables a la atención
directa al usuario de los servicios sociales para que su situación mejore.

5.1.- El trabajo social individual y familiar.

La utilización de la técnica de la entrevista resulta imprescindible como


técnica de conocimiento y acción. El modo en que la entrevista se desarrolla no es
determinado únicamente por el número de interlocutores, sino que influyen multitud
de factores relacionados con el profesional, el servicio, la demanda planteada, el
cliente, etc.

5.1.1.- Trabajo Social Individualizado.

Constituye la primera forma sistematizada de ayuda en Trabajo Social. Tiene sus


orígenes en las teorías de la individualización de la COS, aunque el trabajo social
individual se ha visto modificacdo en sus objetivos y perspectivas. Se ha pasaddo de
un tipo de ayuda puntual a una que se enmarca en un proceso complejo, de considerar
a la persona como receptor pasivo de la actuación profesional a sujeto activo de
proceso de cambio.

Todos estos cambios han determinado que el trabajo social individual se


perciba como aquel proceso de trabajo conjunto entre profesional y usuario en el que,
a través de la puesta en marcha de una serie de conocimientos, habilidades y recursos.
Se persigue:

– Movilizar las capacidades y potencialidades individuales.


– Procurar su integración en su medio biopsicosocial.
– Facilitar el acceso a recursos y servicios.
– Ayuda a modificar conductas no armónicas con su medio.

Para alcanzar estos objetivos, el trabajador social parte de la consideración de


que la persona no constituye un sistema aislado, sino que se encuentra dentro de otros
más amplios. El profesional debe tener presentes dichos sistemas.

Mediante la entrevista, el trabajador social conocerá la situación psicosocial de


la persona o familia que acude al Sistema Público de Servicios Sociales, lo que le
permitirá saber si es posible satisfacer las demandas planteadas y cuál es la mejor
forma.
Si dichas demandas pueden ser cubiertas mediante las prestaciones técnicas, la
entrevista constituirá el medio fundamental para hacer efectivas dichas prestaciones.

5.2.- La entrevista en el contexto de la atención social primaria.

La Atención Social Primaria es la estructura dispuesta para el acceso de los ciu-


dadanos al sistema de servicios sociales y a las prestaciones del mismo, dándose los
primeros contactos de la persona con el sistema de servicios sociales.

T. Rossell afirma que "los primeros contactos son importantes para el cliente y
para el trabajador social, ya que presentan un punto de referencia, un lugar abierto
donde el usuario pueda acudir con facilidad". Para las personas que acuden al
centrode servicios sociales esto va a depender del tipo de relación que ha establecido
con el trabajador social y si se ve atendida la demanda que plantea o al menos se ha
sentido escuchado y atendido. Esto implica que se ha de procurar obtener un
conocimiento global del usuario.

El trabajador social, a través fundamentalmente de la entrevista, debe obtener


información sobre los aspectos personales, familiares, relacionales y materiales que
configuran la realidad de la persona que acude al Centro de Servicios Sociales. Esta
información será plasmada en la Ficha Social y en la Historia Social.

La Atención Social Primaria tiene carácer polivalente, al recibir toda la


variedad de demandas de atención social, y a la vez tiene carácter comunitario, ya
que da respuesta en el mismo ambiente donde la persona convive y se relaciona.

6.- La entrevista en el contexto de la Atención Social Especializada.

La Ley de SsSs establece que la Atención Social Especializada es la estructura


destinada a dar respuesta a situaciones y necesidades que requieren una
especialización técnica concreta o de recursos determinados.

Sus recursos especificos se organizan por sectores de atención y estarán


desconcentrados en el territorio. El conjunto de equipamientos, residenciales o no
residenciales, servicios y equipos profesionales, destinados a un mismo sector de
atención, constituirán una Red Especializada de Servicios Sociales.

Todo esto determina el modo de trabajo en la Atención Social Especializada, y


por tanto, la forma en la que el trabajador social utiliza la técnica de la entrevista, que
se caracteriza por ser focalizada, con un mayor nivel de profundidad del área de
estudio y de intervención, se desarrolla en el marco de una actuación interdisciplinar
y requiere de coordinación con Atención Social Primaria para conocer otros aspectos
generales y ambientales de la persona atendida.

En cuanto a la entrevista, en la Atención Social Especializada, es más


focalizada, se puede desarrollar un tiempo relativamente largo, permite mayor
profundidad de conocimiento y posibilita la creación de un espacio propicio para el "
tratamiento". En la práctica, el desarrollo de esta técnica depende de multitud de
factores entre los que se incluyen las características concretas de cada servicio.

Los departamentos y los servicios sociales especializados se caracterizan por


tener un campo de actuación bien delimitado, por un conocimiento importante del
objeto de especialización del servicio y generalmente porque el trabajador social
participa en el trabajo de equipo con otros profesionales: médicos, pedagogos,
psicólogos, etc.... lo que significa la posibilidad de estudio y de intervención más
profunda al tiempo que más focalizada que en los servicios sociales generales.

El estudio en estos centros, aunque corresponde al área concreta de atención, no


puede dejar de vincularse con otros aspectos generales y ambientales que caracterizan
al usuario, porque el conocimiento de su disposición, de sus capacidades y de las
condiciones sociales externas darán un marco de referencia sobre el cual se podrán
comprender las variantes que han introducido la enfermedad o problema actual.

Generalmente, es en los SsSs: centros infantiles, centros de salud mental,


especialidades médicas, etc., donde se ha trabajado más profundamente con los
aspectos relacionales, y su importancia se considera desde la recepción del caso hasta
el proceso de estudio y de intervención. Las características del marco institucional
también lo favorecen, ya que se mantiene contacto frecuente con el usuario, se le
puede dedicar más tiempo y el usuario está más angustiado e interesado por los
problemas que le afectan y, por tanto, hay más posibilidades de comprensión y de
elaboración de los sentimientos y de las actitudes que el hecho desencadena. Se ha
podido evidenciar que el tratamiento concreto y "en profundidad " de un área
problemática o de carencia, con la compresión y la capacidad de contención y de
elaboración que el cliente va a adquiriendo, posibilitan la progresiva generalización
del aprenzaje insight y se amplia a otras áreas de la vida de esta persona.

7.- La entrevista en el contexto de la atención social comunitaria.

Partimos de la base de que después de realizar una investigación preliminar y


como parte de ella, conviene realizar entrevistas formales e informales, individuales y
con grupos, con el fin primordial de captar los problemas que la comunidad considera
más importantes y prioritarios en su solución.

Entrevistas informales.

En general se trata de consultar a personas y entidades presumiblemente


dotadas de información válida y utilizable de cara al programa a realizar. Hay que
recoger toda la información posible, pero evitando sesgos en esa información; para
ello hay que coger referencias y datos que proporcionan personas con diferentes
opiniones o puntos de vista.

Las entrevistas informales se realizarán con el "hombre común", con el


"hombre de la calle". Hay que conversar con la gente, conocer lo que piensan, lo que
desean, lo que aspiran, cuáles son sus conflictos, sus luchas, sus esperanzas.

También hay que recoger información de los responsables políticos,


económicos, sindicales, de educadores y periodistas, de los técnicos de la
administración públic, de investigadores y estudiosos del campo de las ciencias
sociales, agronómicas, etc.
En todos los programas gubernamentales ( a nivel de nación, región, provincia
y municipio), se hace insoslayable la necesidad de hablar con los responsables
gubernamentales. Igualmente ha de tomar contacto con instituciones, organizaciones
y grupo. En este momento o fase de trabajo -todavía exploratorio- lo más importante
es "contactar" y ganar la confianza de aquellas personas que han de servir como
"puentes" para contactos más amplios.

Pero atención: no caer en el error, bien frecuente por cierto, de ver la realidad
preferentemente a través de los técnicos, que la presentan de manera rígida. Nos
explicamos: por una parte conviene llevar en mente un bosquejo o esquema
orientador de las conversaciones, a fin de que éstas sirvan para la obtención de
información útil para el trabajo, pero al mismo tiempo ha de existir una gran libertad
para la iniciativa de la persona interrogada y del entrevistador. Si bien en la mente del
entrevistador existe una lisa de cuestiones a investigar, hay que tener flexibilidad
suficiente para que la gente pueda introducir cuestiones que desbordan nuestros
"esquemas". Para ello se necesita tanta sensibilidad frente a los problemas de los
otros, como agudeza y habilidad para saber escuchar y ayudar a expresarse.

Entrevistas formales.

Mientras se realiza la tareas exploratoria y de reconocimiento, suele ser posible


efectuar algunas entrevistas más formalizadas, a modo de un intercambio de ideas y
opiniones entre los miembros de organizaciones. Esto se realiza con la intervención
del trabajador social o de algunos miembros del equipo, que sólo motivan al grupo y
preguntan, pero no discuten las afirmaciones. La experiencia ha demostrado que lo
que se obtiene en una reunión de grupo es diferente a la información que se puede
obtener de la totalidad de los miembros que la integran, considerados
individualmente.

Con motivo de estos encuentros, también es posible obtener información sobre


la institución (si el trabajo se realiza dentro de una institución o a través de ella):
boletines, informes de actividades y quizás algún periódico. Un trabajador social
perspicaz sabe muy bien que no hay que tomar lo escrito en estos documentos como
si ello fuese lo que acontece y lo que se hace en realidad.

A veces -no muy frecuentemente- es posible solicitar un informe escrito sobre


algunas cuestiones que se quieren averiguar. Hay que tener cuidado con este
procedimiento: la gente está ocupada y un pedido de esta naturaleza suele ser un
modo no muy eficaz de "introducción", y no ayuda al establecimiento de buenas
relaciones. En cada circunstancia hay que determinar acerca de lo más conveniente.
Entrevistas grupales.

Los contactos individuales deben conducir también, siempre que ello seaposible,
a formas de recoger información a partir de lo que se suministra en grupos:

– entrevistas grupales en sentido estricto.


– Mesas redondas.

La primera de estas entrevistas grupales consiste en entrevistar a un grupo de


personas que tienen conocimientos e información en relación a los problemas o
cuestiones que se desean conocer. En lo posible hay que hacer conocer por anticipado
las preguntas que se van a formular. En todos los casos, el o los entrevistadores deben
preparar adecuadamente estas reuniones-entrevistas, con una serie de cuestiones bien
elegidas y concretas, conforme a aquello que más vale "respuestas vagas a preguntas
exactas", que lo opuesto. El contenido de las preguntas y la forma de preguntar no
sólo deben ser eficaces para suscitar interés, sino también para estimular la participa-
ción. Mucho se ha escrito sobre el modo de preguntar, destacando siempre que en
esto hay que aprender haciendo:

. Abordar gradualmente al interrogado creando una corriente de amistad,


identificación y cordialidad.
. Ayudar al interrogado para que se sienta seguro y locuaz.
. Dejele concluir su relato y ayúdele luego a completarlo contrastando fechas y
hechos.
. Procure formular las preguntas con frases facilmente comprensibles, evite
formulaciones embarazosas con carácter personal o privado.
.Actúe con espontaneidad y franqueza, y no con astucias o rodeos.
.Escuche al informante con tranquilidad, paciencia y comprensión, pero
desplegando una crítica interna inteligente.
.Evite la actitud de "personaje" y la pose de "autoridad".
. No dé consejos y no haga admoniciones morales.
. No rebata al informante.
. Preste atención no sólo a aquello que él desea aclarar, sino también a lo que
no quiere o no puede manifestar sin su ayuda.
. Evite toda discusión sobre las consecuencias de las respuestas.
. No apremie al interrogado, concédale tiempo suficiente para que acabe su
relato y valorice sus contestaciones.

En estas reuniones-entrevistas es de gran importancia que los participantes


expresen cuáles son, desde su punto de vista, los problemas principales y cuál es la
actitud frente a los mismos en cuanto a las vías y posibilidades de solución o
superación. Como se trata de una entrevista comunitaria, el diálogo y la confronta-
ción de opiniones ayudará a evaluar la importancia de los problemas y la carga de
mayor o menor subjetividad que pueden tener las apreciaciones personales acerca de
los mismos. El miembro o los miembros del equipo que participen de la reunión
harán un listado de problemas, tomarán notas acerca de cómo se los caracteriza y
evalúa y de cuáles son las propuestas de solución. Es igualmente útil poder percibir –
aunque en esto se carga de subjetividad del que interpreta- el
pesimismo,escepticismo, optimismo o realismo que existe en algunos o, como
tonalidad general, de los miembros del grupo.

8.- La visita domiciliaria en Trabajo Social: encuadre y estructura.

Los profesionales, ejercen su profesión mediante actos, así la visita tendría la


consideración también de tal. Entiendo que la escasa consideración en España de la
visita domiciliaria como acto profesional, y si más como acción profesional, viene de
la mano del masivo desempeño profesional por cuenta ajena, y especialmente en el
ámbito de las administraciones. Así, la visita forma parte del resto de actividades que
el profesional realiza durante su tiempo de dedicación laboral, y no facturando
emolumentos o minutas por las misma/s, sino que cualquier acto profesional (incluida
la visita) va incluida en los honorarios general.

Si la visita se realizara como parte del ejercicio libre de la profesión tendría un


coste claramente especificado en las tarifas profesionales (igual ocurre con la emisión
de informes, peritaciones, elaboración de proyectos, entrevistas, sesiones grupales…),
ya que consume tiempo, esfuerzos, requiere competencia profesional, y conlleva
desplazamientos, riesgo, etc. Con ello, el acto de visitar sería mucho más claramente
percibido tanto por el propio trabajador/a social como a quien se le prestara servicios
(individuos, familias, instituciones…). Esta percepción está claramente asumida por
otros profesionales que ejercen libremente y que de común realizan intervenciones en
el domicilio, facturando por dicho acto profesional específico.

La condición necesaria para llevar a cabo este acto profesional (visitar), es


contar con la aceptación de la otra parte, el usuario/familia consienten y aceptan la
entrada en su domicilio del trabajador/a social para el cumplimiento de los fines
propios de su oficio, y sobre la base de una relación profesional sujeta la ética
profesional y las normas de la institución donde el/la trabajador/a social trabaja.

Las características de la visita como acto profesional serían:

1. Una acción profesional inscrita dentro del repertorio de acciones que un


profesional del trabajo social en ejercicio puede desarrollar. Puede ser una acción
profesional auspiciada por una institución donde el trabajador/a social se desempeña
profesionalmente, o bien en el marco del ejercicio libre de la profesión.
2. Lícito tanto por cumplir los requisitos legales (no ir contra ley), y también por
cumplir con los requisitos éticos de la profesión, ajustándose a los códigos
deontológicos formalmente establecido por los órganos gremiales. De extrema
importancia es el guardar el secreto profesional no solo sobre lo hablado, sino también
lo observado en el espacio de intimidad como es la casa.
3. Voluntario, formalmente el profesional no estaría obligado a realizar una visita
domiciliaria contra su voluntad por entender que ésta (visita) no se ajusta a criterios
legales, profesionales, técnicos, éticos… u otra índole (visita impuesta). El trabajador/a
social puede recibir una petición administrativa de intervención de la mano de un
juez/a, fiscal… en relación un caso, y que dicha petición conlleve la realización de
una/s visita/s al caso en cuestión. Se entenderá que dicha petición se ajustará a los
requisitos legales y profesionales, y que no irá contra los mismos. Estaríamos hablando
en estos casos de una característica de los actos profesionales que pueden ser incluidos
dentro de “reglados y/o de trámite”.
De otra parte, los profesionales de trabajo social por cuenta ajena, también se
pueden sentir “obligados” (inquiridos, solicitados) a realizar visita por parte de sus
superiores; o bien, cuando estas visitas forman parte de un procedimiento o requisitos
en la gestión de algún servicio o prestación, con lo cual la idea de “voluntariedad” del
profesional quizás queda condicionada en estos casos, por un cierto grado de
obligatoriedad.
4. Consciente, se supone que este acto de visitar es pensado, meditado,
reflexionado acorde con las necesidades del caso y del trabajador/a social… precisando
justificadamente para la intervención con el caso el contacto directo con el ecosistema
del usuarios/familia. No sería un acto irreflexivo, intuitivo o improvisado, o sobre la
base de una relación social no profesional.
5. Intencional, en la medida que este acto profesional tiene un objetivo/s, persigue
unos fines, está orientado a la consecución de algo (observar, constatar, conocer,
potenciar, evaluar, promover, etc.). Formaría parte de una intervención mayor, o una
estrategia dentro de la actuación con el caso.
6. Con efectos, el acto de visitar profesionalmente produce efectos, no es un mero
acto neutro, sino que al ser intencional genera consecuencias, en algunos casos será un
paso más en el establecimiento de la relación de ayuda, en otros una contribución
parcial o definitiva a una evaluación-valoración de situaciones concretas (estado de una
vivienda, deterioro de las relaciones familiares, nivel de dependencia de un miembro,
efectos de las barreras arquitectónicas en los convivientes, calidad del entorno para una
futura acogida de un menor…). Las decisiones técnicas que un/a trabajador/a social
pueda tomar en forma de diagnósticos-dictámenes-valoraciones (efectos) no solo se
corresponderán con la/s visitas, pero si puede ser de suma importancia la/s mismas, y
algunos casos ésta (visita) resulta definitiva.
7. Acción científico-técnico, la ejecución de la visita como técnica, responde a unos
criterios de orden científico-técnicos auspiciados por unos marcos teóricos y modelos
de intervención que la inspiran, y no solo en base a procedimientos burocráticos sin
más.
8. Formal, ya que el acto de visitar estaría contextualizado en el marco de la
intervención que se esté llevando (o se inicie) con el caso. Para ello estaría
formalmente anticipada y acordada bien de palabra, carta, telefónicamente… o
cualquier otro procedimiento que le de formalidad al hecho de presentarse el
trabajador/a social en un domicilio.
9. Positivo, el acto de visitar persigue fines positivos, beneficiosos, útiles,
terapéuticos para la/s personas visitadas (ej. extensión de un derecho mediante una
prestación, protección de un derecho de menores, ancianos…), aunque no todos los
convivientes lo tengan que percibir así (en positivo). En ocasiones las intervenciones en
la línea del control no son percibidas como beneficiosas para la familia y si para el
servicio, la delgada línea que separa la ayuda del control es siempre objeto de debate en
la profesión.
10. Unilateral-Bilateral-Multilateral, el acto de visitar se correspondería a una
intención y demanda, bien a instancia de parte: trabajador/a social, miembro
demandante, familia, otro profesional, equipo, servicio; o bien por petición y acuerdo
de varias partes, incluyendo otros servicios externos a donde el trabajador/a social en
cuestión se desempeña debido a derivaciones.
11. Gratuito u oneroso, dependiendo de si visitado/s tendría que pagar alguna minuta
al profesional directamente; o no les supondría coste alguno, por estar incluidas en los
servicios que como ciudadanos tienen derecho.
12. Consume tiempo y esfuerzos, el acto profesional de la visita domiciliaria
necesitan su tiempo, de común(en el trabajo social) ésta consume más tiempo que el
trabajo en el despacho del centro de trabajo, por cuanto hay que incluir los tiempos del
desplazamiento y localización, y los ritmos propios de las fases de recepción y acogida.

La visita domiciliaria como técnica sigue una secuencia metodológica.

La implementación de la visita domiciliaria entendida como técnica, no debe


improvisarse, y menos constituir un acto reflejo e irreflexivo; sino más al contrario, la
visita debe estar inserta en el proceso metodológico que se esté aplicado con el caso.
Como ya se ha afirmado, la visita domiciliaria es un instrumento que está al servicio de
la intervención y no un fin en si misma. Una acción tan delicada como entrar en un
domicilio, debe ser cuidadosamente preparada. Se pretende que este acto profesional,
contribuya de manera significativa en el plan de intervención con los casos.

Se hace preciso anticipar y prever los detalles a tener en cuenta en cada caso,
siendo consciente del alto nivel de incertidumbre que se genera al visitar, al tratarse de
un entorno ajeno y escasamente controlado. La aplicación de una metodología evitará
la realización de intervenciones domiciliarias meramente intuitivas. Por el contrario
estarán sujeta al rigor técnico y bajo los principios del modelo/s de intervención de
referencia, sin perder la flexibilidad y adaptación necesarias para situaciones
cambiantes.

– La visita domiciliaria empieza en el despacho y termina en el despacho.


Comienza preparándola en el despacho, definiendo objetivos, hipótesis, preparando
instrumentos… y termina en el despacho completando los registros tomados y
reflexionando sobre los datos aportados. - Muy importante es el contar con todos los
consentimientos de la familia antes de realizar la visita y de entrar en el domicilio,
evitando lo que en el ámbito comercial se llaman las puertas frías (o puertas en frio)
llegando sin avisar, y siendo intrusivos. O cuando se realizan visitas a ciegas, sin
apenas conocer el caso .

La propuesta que presento (González Calvo, 2013)13, se articula en base a fases


y pasos (y/o tareas), y está articulada como una lista de cotejo que permita automatizar
el procedimiento. No necesariamente cada momento de la secuencia es aplicable todas
las visitas, ya que el planteamiento es genérico y no particular para un centro de trabajo
o tipo de visita concreto. Estas fases se pueden ver alteradas y precisan de flexibilidad y
adaptación a los casos y situaciones.
1ª Fase: Preparación de la Visita.
Paso 1. Localizar el expediente.
Paso 2. Revisar el trabajo previo.
Paso 3. Definir el Objetivo de la visita.
Paso 4. Concertar fecha y hora de la visita.
Paso 5. Localizar en el plano el domicilio.
Paso 6. Organizar materiales necesarios.
Paso 7. Formular Hipótesis. O definir la utilidad que puede tener la visita
domiciliaria para la hipótesis ya planteada en el caso en intervenciones previas.
Paso 8. Preparar argumentario para la familia.
Paso 9. Identificar Aspectos Críticos que se pueden dar durante la visita.
Paso 10. Opciones de Respuesta ante Aspectos Críticos.

2ª Fase: Llegada a la casa.


Paso 11. Aplicar el argumentario que explique sintéticamente el motivo de la
visita.
Paso 12. Romper el hielo y distender el ambiente.
3ª Fase: Motivos de la Visita
– Ejecución del Plan de la Visita
– Confrontar Hipótesis
– Afrontar Aspectos Críticos.
Paso 13. Poner en situación. Retomar el argumentario de entrada sobre el motivo,
o recordar el último encuentro bien fuera otra visita, entrevista en el despacho, llamada
telefónica, etc.
Paso 14. Cumplir con el objetivo de la visita y ejecución del Plan de la Visita.
Este punto es el grueso de la visita, así si la visita es de evaluación, tratamiento,
devolución, etc. es en este momento de la donde se llevará a cabo.
Paso 15. Abordaje de los Aspectos Críticos. Si bien los aspectos críticos pueden
aparecer en cualquier momento de la visita, es de prever que durante la ejecución del
plan de la visita, se activarán los más previsibles.

4ª Fase: Concreción y Cierre.


Paso 16. Recapitular-Resumir y Concretar Acuerdos.
Paso 17. Dar señales de terminación y definir el próximo encuentro en la
intervención.
Paso 18. Despedida amigable. Atención a la revelación de informaciones no
dadas en el momento de la despedida, o maniobras de alianza, etc. antes de salir de la
cada, y que ya no hay tiempo de abordar.
5ª Fase: Registro y Análisis.
Paso 20. Terminar de completar las notas tomadas durante la visita (fuera del
domicilio), y pasar los datos al expediente, ya en el despacho.
Paso 21. Reflexionar sobre los contenidos de la visita(fondo y forma) y los
registros tomados. Evaluar el grado de cumplimiento de los objetivos previsto.

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