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Desde que Norton y Kaplan plantearon que la clave del éxito para las organizaciones consistía en el
“foco” y el “alineamiento”, no se ha dejado de hablar de la importancia de estos elementos. A pesar
de ello, aún hoy no existe claridad absoluta sobre cómo enfocarnos y alinearnos.
Es común escuchar a la gente hablar de “encontrar el foco”, de “ponerle foco” a un proyecto o idea, de estar
“enfocados”, entre otras varias expresiones. A pesar de lo utilizado del concepto, es importante establecer qué
entendemos cuando nos referimos a foco. En este sentido, diremos entonces que una actividad no sólo debe
estar alineada con el objetivo, sino que además debe ser necesaria y suficiente, todo con el fin de ser lo más
eficiente posible. De esta manera estaremos aplicando “Foco” a nuestros objetivos.
Un punto de partida para el foco es tener una visión (realmente) compartida al interior de la organización, es
decir, cómo me veo como organización. Esta visión debería considerar tres aspectos clave: un objetivo
desafiante (el qué quiero lograr), una definición de nicho (el cómo quiero ser percibido) y un plazo establecido
(el cuándo lo voy a lograr), ya que esto permite concentrar los esfuerzos en una sola dirección (Foco). Si nuestro
objetivo es enfocarnos, debemos saber hacia dónde vamos. Es decir, en qué actividades vamos a concentrar
nuestros esfuerzos para llegar al estado que deseamos (y cuáles vamos a dejar de lado) y medir lo que
avanzamos en ello. Así, podremos entender también cuál es el aporte real de cada una de las acciones que
ejecutamos.
Punto Clave
Una actividad no sólo debe estar alineada con el objetivo, sino que además debe ser necesaria y
suficiente, todo con el fin de ser lo más eficiente posible.
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Gestión Estratégica de Procesos
Foco y Alineamiento: Las claves de una organización
Con los porcentajes definidos anteriormente, la imagen de la organización del ejemplo quedaría así:
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Gestión Estratégica de Procesos
Foco y Alineamiento: Las claves de una organización
Una encuesta de Profiles International de 2009 señalaba que un 50% de la alta gerencia no tenía claro cómo
sus objetivos y esfuerzos se vinculaban con los objetivos de la organización. La misma pregunta se hizo a la
segunda línea y el resultado fue de un 54% de desconocimiento acerca de cómo aportaban sus áreas al logro
de los objetivos organizacionales.
En este contexto, recuerdo un ejercicio que hicimos con uno de los tres retailers más importantes del país. Le
preguntamos al gerente general cuáles eran sus objetivos y cómo medía los logros de éstos. Después nos
entrevistamos con los gerentes corporativos y les hicimos la misma pregunta. Luego, les consultamos también
cuáles creían ellos que eran los objetivos del gerente general, cuáles deberían ser sus indicadores y cómo se
vinculaban los objetivos del gerente general con los suyos.
Este ejercicio nos permitió dilucidar que sólo 2 de los 7 gerentes tenían claro lo que el gerente general quería
lograr y cómo iba a medir sus avances. De manera que en las 5 áreas que dependían de aquellos gerentes que
desconocían los objetivos, probablemente existía un desalineamiento completo respecto de los objetivos de la
organización.
Lo anterior demuestra que generalmente hacemos las cosas como autómatas, sin cuestionarnos para qué las
hacemos y nos limitamos a seguir adelante, lo que no siempre nos reportará buenos resultados.
Ejercicio Práctico
Selecciona tu respuesta:
A) Son procesos que necesitan dos revisiones para ser aprobados.
B) Implica que las actividades que se hacen de forma correcta deben duplicarse a otras áreas.
C) Se refiere a actividades que por falta de alineamiento, se duplican al interior de la organización,
gastando tiempo y recursos innecesarios.
D) Se refiere a procesos que deben ser analizados por un área de gestión de proyectos y otra de
procesos.